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BENGHALENSI

1. Si bien los gastos que demanda el cumplimiento de la ley de lucha contra el cancer el SIDA
23798
DEBEN SER SOLVENTADOS POR LA NACION Y POR LAS PROVINCIAS
ELLO UN SUPONE QUE EL ESTADO FEDERAL HAYA DELEGADO LA RESPONSABILIDAD DEL
CUMPLIMIENTO DEL MENCIONADO REGIMEN- en el caso no suministraron los
medicamentos en forma oportuna- DECLARADO EXPRESAMENTE DE INTERES NACIONAL

2. AUNQUE LOS MEDICAMENTOS PARA LOS ENFERMOS DE SIDA- de acuerdo a la ley de lucha
contra el sida 23798 se distribuyan a través de los gobiernos locales
EL ESTADO NACIONAL ES EL RESPONSABLE DEL CUMPLIMIENTO DE LA LEY FRENTE A
TERCEROS, SIN PERJUICIO DE LA RESPONSABILIDAD QUE CABE A LAS JURISDICCIONES
PROVINCIALES O INSTITUCIONES PRIVADAS

3. LA RESPONSABILIDAD DEL ESTADO, EN SU CONDICION DE AUTORIDAD DE APLICACIÓN


QUE DISEÑA EL PLAN DE DISTRIBUCION DE LOS MEDICAMENTOS PARA LOS ENFERMOS DE
SIDA
NO SE AGOTA CON LAS ENTREGAS, SINO QUE DEBE VELAR POR SU CORRECTO
CUMPLIMIENTO, ASEGURANDO LA CONTINUIDAD Y REGULARIDAD DEL TRATAMIENTO
MEDICO
CAMPODONICO

1. PRIMERA INSTANCIA y en la CAMARA FEDERAL DE APELACIONES DE CORDOBA


SE CONDENO AL ESTADO NACIONAL
CON EL ARGUMENTO DE QUE HACER CAER ESTA RESPONSABILIDAD EN LA OBRA SOCIAL O
EN LA AUTORIDAD PUBLICA LOCAL
RESULTABA INCOMPATIBLE CON LAS OBLIGACIONES PRIMARIAS PUESTAS A CARGO DEL
ESTADO NACIONAL COMO “GARANTE” DEL SISTEMA DE SALUD

LA OBRA SOCIAL OSPEDYC SE ENCONTRABA EN CONVOCATORIA DE ACREEDORES Y POR ESTA


RAZON LA ASOCIACION DE CLINICAS Y SANATORIOS DEL SUR DE CORDOBA (ACLISA) HABIA
SUSPENDIDO EL CONVENIO QUE TENIA ELLA CON LA ENTIDAD PRIVADA “CORDOBA
FARMACEUTICA COOP.LTDA”---- QUE A SU VEZ HABIA RESCINDIDO CONTRATO CON ESTA ULTIMA,
POR LO QUE SUS AFILIADPS (ENTRE ELLOS EL ACTOR) SE ENCONTRABAN SIN DEBIDA COBERTURA
MEDICA Y ASISTENCIAL.

2. EN BASE A ESTOS HECHOS LA CSJN AFIRMA QUE


EL PRINCIPIO DE ACTUACION SUBSIDIARIA QUE RIGE EN ESTA MATERIA
SE ARTICULA CON LA REGLA DE LA SOLIDARIDAD SOCIAL
3. PUES EL ESTADO DEBE GARANTIZAR UNA COBERTURA ASISTENCIAL A TODOS LOS
CIUDADANOS SIN NINGUN TIPO DE DISCRIMINACION SOCIAL, ECONOMICA, CULTURAL O
GEOGRAFICA (ART 1 LEY 23661)
Y ELLO IMPONE SU INTERVENCION CUANDO SE ENCUENTRA SUPERADA LA CAPACIDAD DE
PREVISION DE LOS INDIVIDUOS O PEQUEÑAS COMUNIDADES

4. FRENTE A LA ACTUACION DEFICIENTE DE LA ENTIDAD MEDICA ASISTENCIAL


LA SITUACION DE PRECARIEDAD LABORAL Y ECONOMICA DE LA FAMILIA
Y EL ESTADO DE EXTREMA URGENCIA QUE REVISTE EL SUMINISTRI DEL REMEDIO
REQUERIDO

5. ES EL ESTADO NACIONAL- mediante el ministerio demandado- EL QUE DEBE INTERVENIR


SUBSIDIARIAMENTE PARA DAR ADECUADA TUTELA A LOS DERECHOS DEL MENOR, SIN
PERJUICIO DE QUE EFECTUE LOS TRAMITES NECESARIOS PARA LOGRAR ESA ASISTENCIA
SEA REALIZADA DE MODO REGULAR Y EFECTIVO POR LOS ORGANISMOS QUE
CORRESPONDEN
CANDY

1. CSJN revoco la sentencia recurrida


Sin perjuicio de lo cual hizo lugar, por mayoría, al amparo interpuesto
Por considerar acreditado un supuesto de CONFISCATORIEDAD

2. NO CORRESPONDE declarar la inconstitucionalidad del art 39 de la ley 24, el art 4 de la ley


25561, del decreto 214/02, y de otra normal legal o reglamentaria de cualquier órgano del
estado nacional
EN TANTO Y EN CUANTO impiden aplicar el ajuste por inflación impositivo
PUES en la medida en que las normas referidas han sido dictadas por el Congreso de la
Nacion, órgano al que el texto constitucional atribuye el ejercicio del poder tributario y fue
respetado el procedimiento legislativo que estatuye el art 52 de la norma suprema

3. NO PUEDE ALEGARSE una violación al principio de la reserva de ley tributaria,


CONCLUSION ESTA que no se modifica por el mero hecho de que haya existido un periodo
en el que se observo un sensible periodo inflacionario

4. Si bien el mero cotejo entre la liquidación de la ganancia neta suejta al tributo efectuada
sin el ajuste por inflación, y el importe que resulta de aplicar a tal fin el referido
mecanismo
NO ES APTO para acreditar una afectación al derecho de propiedad,
Ello NO DEBE ENTENDERSE como excluyente de la posibilidad de que se configure un
supuesto de confiscatoriedad,
Si entre una y otra suma se presenta una despropocion de magnitud tal que permita
extraer razonablemente la conclusión de que la ganancia neta determinada según las
normas vigentes no es adecuadamente representativa de la renta, enriquecimiento o
beneficio que la ley del impuesto a las ganancias pretende gravar.

5. LA PROHIBICION de utilizar el mecanismo de ajuste del TITULO VI DE LA LEY DEL


IMPUESTO A LAS GANANCIAS resulta inaplicable
Si la alícuota efectiva a ingresar de acuerdo con esos parámetros insume una sustancial
porción de las rentas obtenidas por el actor
EN EL CASO, si se determina el tributo sin aplicar el ajuste por inflación, la alícuota efectiva
del gravamen a ingresar no seria del 35% sino que representaría el 62% del resultado
impositivo ajustado correspondiente al ejercicio del 2002,
O el 55% de las utilidades (también ajustadas) obtenidas por la actora durante el ejercicio
de ese mismo año
Y excede cualquier limite razonable de imposición, configurándose asi un supuesto de
confiscatoriedad
6. La mera circunstancia de que el experto haya omitido “ratificar” o “rectificar”- tal como
había ordenado el juez de la causa-
El informe contablemente acompañado por la actora, asi como los porcentajes de la
utilidad que absorbería el impuesto a las ganancias sin la aplicación del ajuste por
inflación,

7. No obsta- en el caso- a la acreditación de la confiscatoriedad alegada, en tanto el balance


presentado por la empresa no ha sido objeto de impugnación por la demandada,
debiendo destacarse que en el se consignan tanto las utilidades de la actora como la
respectiva previsión para atender el pago del tributo en cuestión

8. Según la ley vigente por lo que corresponde declarar procedente la aplicación del
mecanismo correctivo por el periodo fiscal reclamado, correspondiente al año 2002

9. El poder estatal de crear impuestos no es omnímodo e ilimitado,


10. Pues tiene un natural valladar en los preceptos constitucionales que requieren que las
contribuciones sean razonables en cuanto no hay de menoscabar con exceso el derecho
de propiedad del contribuyente que debe soportarlas
11. Es ajeno a la función del poder judicial juzgar el merito de las políticas económicas
decididas por otros poderes del estado
12. Sino ponerles un limite cuando violan la constitución y- en el caso- el derecho de
propiedad
MASSALIN

1.Es inconstitucional el art. 4 de la ley 566 de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del
Atlántico Sur ya que, al establecer una tasa retributiva deservicios de verificación de legitimidad y
origen de cigarros y cigarrillos que ingresen al territorio provincial con destino al consumo de la
población, genera una superposición de actividades porque esos controles son realizados en forma
efectiva por la autoridad federal aduanera en el marco de la ley 19.640, con competencia exclusiva
y excluyente a ese efecto (arts. 9 y 126, Constitución Nacional).

2.La tasa retributiva de servicios de verificación de legitimidad y origen de ciga rros ycigarrillos
que ingresen al territorio provincial con destino al consumo de la población, creada por el art. 4 de
la ley 566 de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, avanza sobre un
ámbito de competencia exclusiva del Estado Nacional, cual es la verificación del ingreso de los
productos al área aduanera especial creada por la ley 19.640 y por esa razón debe ser privada de
validez por el principio de supremacía federal contenido en el art. 31 de la Constitución Nacional.

3.Resulta formalmente procedente la vía prevista en el art. 322 del Cód. Procesal Civil y Comercial
de la Nación para cuestionar la constitucionalidad de un impuesto provincial —en el caso, tasa
retributiva de servicios de verificación de legitimidad y origen de cigarros y cigarrillos que ingresen
al territorio de Tierra del Fuego con destino al consumo—, pues la demanda no tiene carácter
consultivo ni importa una indagación especulativa sino que responde a un caso contencioso con el
alcance del art. 2 de la ley 27 , al procurar precaver los efectos de actos a los que atribuye
ilegitimidad y lesión al régimen constitucional federal.

4.Es competente la Corte Suprema de Justicia de la Nación para tramitar en instancia originaria la
demanda mediante la cual se pone en tela de juicio una ley provincial —en el caso, crea una tasa
retributiva de servicios de verificación de legitimidad y origen de cigarros y cigarrillos que ingresen
al territorio de Tierra del Fuego con destino al consumo— por ser contraria a la Ley de
Coparticipación federal de Impuestos y a principios y garantías de la Constitución Nacional, pues
ello asigna naturaleza federal a la materia sobre la que versa el pleito en tanto lo medular del
planteo remite a desentrañar el sentido y los alcances de las normas federales, cuya adecuada
hermenéutica es esencial para la solución de la controversia. (Del dictamen del Procurador
General que la Corte hace suyo).

5. Uno de los supuestos en que procede la competencia originaria de la Corte Suprema de Justicia
de la Nación prevista en los arts. 116 y 117 de la Constitución Nacional y 24,inc.1°, del decreto-ley
1285/58, se da cuando es parte una provincia y la acción entablada tiene un manifiesto contenido
federal, esto es, en los casos en que lapretensión se funda directa y exclusivamente en
prescripciones constituciona les, entratados con las naciones extranjeras y en leyes nacionales, de
tal suerte que la cuestión federal es la predominante en la causa. (Del dictamen del Procurador
General que la Cortehace suyo).
LABORATORIOS RAFFO

1 – Corresponde revocar la sentencia que confirmó la legitimidad de la “Contribución que incide


sobre el Comercio, la Industria y las Empresas de Servicios” exigida por la Municipalidad de la
Ciudad de Córdoba a un laboratorio —que carece de local, depósito o establecimiento en ese
territorio —, pues, definida su naturaleza de tasa, la postura municipal para fundar su pretensión
tributaria —”que el tributo se refiere a una serie de servicios que no deben considerarse en forma
aislada sino conjuntamente y cuyo objetivo es que las actividades lucrativas lo sean en forma
ordenada, pacífica, segura y con mutuo respeto a los derechos de cada uno”— es contraria a un
requisito fundamental respecto de éstas, como es que a su cobro debe corresponder siempre la
concreta, efectiva e individualizada prestación de un servicio referido a algo no menos
individualizado (bien o acto) del contribuyente.

2 – La “Contribución que incide sobre el Comercio, la Industria y las Empresas de Servicios” (CCIES)
—art. 167 del Código Tributario de la Municipalidad de la Ciudad de Córdoba—

no puede calificarse como impuesto, pues el legislador local diseñó el presupuesto de hecho
adoptado para hacer nacer la obligación de pago tomando en cuenta la prestación a los
particulares de ciertos servicios comprendidos en una serie de actividades estatales que allí
enumera, de forma no taxativa,

y la mención de las actividades gravadas, seguida de los términos “en virtud de los servicios
municipales” no puede ser entendida como una redacción descuidada o desafortunada del
legislador, sino que la sucesión entre ambos indica que la intención fue retribuir estos servicios
mediante esa contribución, exhibiendo así la vinculación directa entre hecho imponible —
desarrollo de una actividad estatal que atañe al obligado— y una obligación tributaria extraña a la
especie impositiva.

3 – A los fines de la definición legal del hecho imponible de la “Contribución que incide sobre el
Comercio, la Industria y las Empresas de Servicios”, contenida en el art. 167 del Código Tributario
de la Municipalidad de la Ciudad de Córdoba,

no corresponde concluir que aquélla opera como tasa o como impuesto según la modalidad de
prestación de la actividad sobre la que recaiga el tributo, pues, la diferencia entre tasa e impuesto
queda indubitablemente determinada por la existencia o no —en sus respectivos presupuestos de
hecho —

del desarrollo de una actividad estatal que atañe al obligado, razón por la cual los diferentes
modos bajo los cuales los contribuyentes desempeñen sus actividades no causan mutación en la
naturaleza jurídica del tributo, establecida por el legislador en ejercicio de sus facultades
constitucionales propias y exclusivas —arg. arts. 42, 52, 17, 52, 75 incs. 12 y 22, 99 inc. 32 y 121 de
la Constitución—.

4 – La tasa es una categoría tributaria derivada del poder de imperio del Estado, que si bien posee
una estructura jurídica análoga al impuesto, se diferencia de éste por el presupuesto de hecho
adoptado por la ley, que consiste en el desarrollo de una actividad estatal que atañe al obligado y
que, por ello, desde el momento en que el Estado organiza el servicio y lo pone a disposición del
particular, éste no puede rehusar su pago aun cuando no haga uso de aquél, o no tenga interés en
él, ya que el servicio tiene en mira el interés general.

5 – La distinción entre impuestos y tasas no es meramente académica, sino que desempeña un rol
esencial en la coordinación de potestades tributarias entre los diferentes niveles de gobierno, a
poco que se advierta que el art. 9, inc. b), de la ley 23.548 excluye a las tasas retributivas de
servicios efectivamente prestados de la prohibición de aplicar gravámenes locales análogos a los
nacionales distribuidos.
Fallo COMPAÑÍA QUIMICA S.A. V. MUNICIPALIDAD DE TUCUMAN:

1. La validez de las tasas, como las de todos los tributos, depende de un interés público que
justifique su aplicación.

2. La sola circunstancia de que el contribuyente carezca de un interés en el servicio estatal no


basta para eximirlo del pago de la tasa respectiva.

3. Al cobro de la tasa debe corresponder siempre la concreta, efectiva e individualizada prestación


de un servicio relativo a algo no menos individualizado (bien o acto) del contribuyente.

4. Resulta ilegitimo el cobro de la tasa que establece el art. 120 del Código Tributario Municipal
(ordenanza 229/77 de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán) para ser abonada por
cualquier actividad comercial, industrial y de servicios por las que se usen o aprovechen las obras y
demás prestaciones que hacen al progreso regular y continuo de la ciudad, en virtud de los
servicios municipales de contralor, seguridad, higiene, salubridad, moralidad y cualquier otro no
retribuido por un tributo especial, pero que provenga, asegure y promueve el bienestar general de
la población.

5. Las normas jurídicas son susceptibles de ser cuestionadas en cuanto a su constitucionalidad


cuando resultan irrazonables, en la inteligencia que la irrazonabilidad se configura cuando no se
adecuan a los fines cuya realización procuren o consagran una manifiesta iniquidad.

6. El art. 120 del Código Tributario Municipal (ordenanza 229/77 de la Municipalidad de San
Miguel de Tucumán) resulta irrazonable, toda vez que carga sobre aquellos contribuyentes que
realizan actividades comerciales, industriales o de servicios, la supuesta manutención de servicios
públicos indiscriminados que beneficiarían a toda la comunidad, consagrando así una manifiesta
iniquidad.

7. El art. 120 del Condigo Tributario Municipal (ordenanza 229/77 de la Municipalidad de San
Miguel de Tucumán) ha desnaturalizado en forma indebida, las facultades estatales en la materia,
al impedirse a quienes se ven obligados a sostener económicamente la prestación de servicios
públicos cuya manutención especifica les exige en forma imperativa el ente municipal.
Fallo Pietranera, Josefa y otros C. Gobierno Nacional:

Que la regla del art. 7° de la ley 3952 ha de entenderse en su significado cabal. Su propósito no es
otro que evitar que la Administración pública pueda verse colocada, por efecto de un mandato
judicial perentorio, en situación de no poder satisfacer el requerimiento por no tener fondos
previstos en el presupuesto para tal fin o en la de perturbar la marcha normal de la Administración
pública. Desde ese punto de vista, la norma aludida es razonable. Pero en modo alguno significa
una suerte de autorización al Estado para no cumplir las sentencias judiciales.

– Que en el caso de autos la legitimidad de arbitrar una prudente medida destinada a hacer
cumplir la sentencia aparece palmaria, ya que otra interpretación del art. 7° de la ley 3952,
conduciría a ponerlo en colisión con la aludida garantía constitucional de la propiedad.

– Resulta prudente la sentencia apelada que no fija plazo de cumplimiento, sino que requiere del
Gobierno nacional manifieste en qué fecha va a desalojar el inmueble, con lo que el intimado
queda en condiciones para tomarse el plazo razonable que corresponda; la advertencia final de
que en caso de silencio, el plazo de desalojo será fijado judicialmente no es sino el corolario lógico
de la potestad de los jueces de hacer cumplir sus decisiones en defensa del imperio del derecho
Fallo Selcro S.A. c/ Jefatura Gabinete Mos. Deci. 55/00 (dto. 360/95 y 67/96) s/ amparo ley 16.986:

1. Que contra tal sentencia, el Estado Nacional interpuso el recurso extraordinario que fue
concedido por el quo en lo relativo a la controversia sobre la validez constitucional de normas
federales, y rechazado en cuanto a los agravios referentes a la procedencia de la vía del amparo.
Con el alcance con el que ha sido concedido, el recurso resulta formalmente admisible de acuerdo
con lo establecido por los incs. 1º y 3º del art. 14 de la ley 48.

2. Que los decretos 360/95, 67/96, la decisión administrativa 55/00 y la ley 25.237 utilizan la
expresión tasa al referirse a las prestaciones impuestas a favor de la Inspección General de
Justicia, con relación a servicios prestados por dicho organismo. Tal denominación ha sido
correctamente empleada por tales normas, pues ella se ajusta plenamente a la naturaleza de
dichas cargas, como resulta de la caracterización del concepto de tasa efectuada por la Corte al
decidir, mediante remisión al dictamen del señor Procurador General, la causa “Berkley”. Basta
recordar aquí en ese precedente, el Tribunal expreso que la tasa es una categoría tributaria
también derivada del poder del imperio del Estado, con estructura jurídica análoga al impuesto y
del cual se diferencia únicamente por el presupuesto de hecho adoptado por la ley, que en este
caso consiste en el desarrollo de una actividad estatal que atañe al obligado.

3. Los principios y preceptos constitucionales prohíben a otro poder que el legislativo el


establecimiento de impuestos, contribuciones y tasas.

4. Que de la reiterada doctrina precedentemente reseñada surge con nitidez que ni un decreto del
Poder Ejecutivo ni una decisión del Jefe de Gabinete de Ministros pueden crear válidamente una
carga tributaria ni definir o modificar, sin sustento legal, los elementos esenciales de un tributo.

5. Que, en esta misma línea de razonamiento, al tratarse de una facultad exclusiva y excluyente
del Congreso, resulta invalidad la delegación legislativa efectuada por el segundo párrafo del art.
59 de la ley 25.237, en tanto autoriza a la Jefatura de Gabinete de Ministros a fijar valores o
escalas para determinar el importe de las tasas sin fijar al respecto limite o pauta alguna ni una
clara política legislativa para el ejercicio de tal atribucion
Fallo Horvath:

A los efectos de demostrar que la obligación tributaria que el Estado impone mediante el régimen
del llamado empréstito forzoso es inválida constitucionalmente, el contribuyente deberá probar
su carácter confiscatorio en forma concreta y circunstanciada conforme a la jurisprudencia de este
Tribunal, esto es que en el caso, se habría producido una absorción por parte del Estado de una
porción sustancial de su renta.

El régimen de “ahorro obligatorio”, instituido por la ley 23.256, resulta en principio -en un análisis
integral del instituto, y en orden a las impugnaciones del accionante-, válido desde el punto de
vista constitucional, pues el Congreso se encontraba facultado para establecerlo en virtud del inc.
2 del art. 67 de la Constitución Nacional (texto 1853-1860). Ello sin perjuicio de la posibilidad de
que el contribuyente demuestre que alguna cláusula en particular, en su concreta aplicación al
caso, pudiera lesionar determinada garantía consagrada en el texto constitucional.

Si se pretende respetar la entidad de empréstito forzoso, al propio tiempo, la ley que lo instituye
debe garantizar que el reintegro de las sumas ahorradas sea integral y que, además, contenga un
interés correspondiente a todo el lapso en el que las sumas han permanecido depositadas. Como
ya se ha establecido, el Estado ha asumido desde el inicio una relación jurídica compuesta por dos
tramos inescindibles y de características peculiares. No se compadece con esta unidad de
obligación, tal como fue concebida -empréstito forzoso-, que el Estado en una suerte de
confusión, pretenda alterar los términos de aquélla. (Disidencia del Dr. Petracchi).

El Congreso de la Nación, al establecer en la ley 23.256 la obligación de los contribuyentes


comprendidos en sus términos de aportar sumas de dieron a las cuentas estatales, tomando como
base para ello la capacidad económica resultante de la renta y el patrimonio de aquéllos, ha hecho
uso de la facultad que le otorga el art. 67 inc. 2 de la Constitución Nacional (texto 1853-1860) que
lo autoriza a “imponer contribuciones directas por tiempo determinado y proporcionalmente
iguales en todo el territorio de la Nación, siempre que la defensa, la seguridad común y bien
general del Estado lo exijan”. La ley 23.256 se ajusta al requisito de la temporalidad exigido por el
citado precepto, toda vez que dispuso que el régimen que instituyó tendría vigencia por dos
períodos anuales.

El régimen de “ahorro obligatorio” se exhibe, en los términos en que fue concebido, como un
“empréstito forzoso” -expresión acuñada desde antiguo por la doctrina-, en tanto impone
coactivamente a los contribuyentes a cuyo respecto se configura la situación de hecho que la ley
prevé la obligación de depositar sumas de dinero en las cuentas estatales comprometiéndose el
Estado a restituir esas sumas, con un interés, del modo contemplado en el texto legal.
Fallo ZOFRACOR S.A. C/ ESTADO NACIONAL S/ AMPARO:

La ratificación legislativa de un decreto de necesidad y urgencia -en el caso, la del decreto 285/99
(Adla, LIX-B, 1527), que concede ciertas franquicias de índole fiscal a una zona franca situada en la
Provincia de La Pampa- carece de efectos retroactivos cuando la norma ratificada es
insanablemente nula en razón de su inconstitucionalidad original -violación al principio de
legalidad en materia tributaria-, por lo que su contenido, de ser compatible con los principios
constitucionales, comienza a regir a partir de dicha ratificación.

No obstante la nulidad insanable del decreto de necesidad y urgencia 285/99 (Adla, LIX-B, 1527),
en cuanto otorga ciertas franquicias de carácter fiscal a una zona franca situada en la Provincia de
La Pampa, por contrariar la prohibición expresa del art. 99 inc. 3° de la Constitución Nacional, su
ratificación por ley 25.237 (Adla, LX-A, 92) hace que aquél rija válidamente a partir de la entrada
en vigencia de esta última, pues resulta clara la intención del legislador de adoptar y conferir
rango legal a las disposiciones del citado decreto.

El decreto de necesidad y urgencia 285/99 (Adla, LIX-B, 1527), en cuanto concede ciertas
preferencias en materia tributaria a una zona franca situada en la Provincia de La Pampa, es
inconstitucional por no haber mediado una urgencia especial que tornara incompatible el trámite
regular previsto en la Constitución para sancionar las leyes ni razones de fuerza mayor o
impedimento alguno para la reunión de las cámaras del Congreso (del voto de los doctores
Belluscio y Bossert).

Es insanablemente nulo el decreto de necesidad y urgencia 285/99 (Adla, LIX-B, 1527), que
concede a una zona franca de la Provincia de La Pampa ciertas franquicias aduaneras, impositivas
y de la Seguridad Social, pues traduce el ejercicio de atribuciones exclusivas del Congreso -arts. 4°,
17 y 75 incs. 1° y 2°, Constitución Nacional-, vedado al Ejecutivo por aplicación del principio de
legalidad tributaria aun en las condiciones excepcionales que podrían justificar el dictado de
decretos de necesidad y urgencia -art. 99 inc. 3°, Ley Fundamental- (del voto del doctor Boggiano).
Fallo Nación Argentina v. ARENERA EL LIBERTADOR S.R.L:

1. El término “impuesto”, utilizado en el artículo 16 de la Constitución Nacional, cabe interpretarse


en contraposición a “cargas públicas”, de modo que uno o los otros puedan (desde la óptica de la
ley fundamental) ser formas en que se hacen efectivas las “contribuciones”.

2. El artículo 67, inciso 2º), incluye la facultad de imponer contribuciones entre las atribuciones del
Congreso Nacional, quien las recibe como un desprendimiento de la soberanía, a los efectos de
crear las rentas necesarias a la vida de la nación.

3. El poder conferido al Congreso de la Nación por el art. 67, inciso 16), es el de proveer lo
conducente a la prosperidad del país, al adelanto y bienestar de las provincias y el progreso de la
ilustración; la enumeración de los fines que contiene es enunciativa.

4. Para caber dentro de la Constitución Nacional, el pago del peaje debe constituir una de las
contribuciones a las que se refiere el artículo 4º.

5. El peaje (constitucionalmente) es una contribución caracterizada por la circunstancia de que el


legislador la asocie a un proyecto suyo (de construcción, conservación o mejora), que identifica
con particular claridad, lo que por otra parte no choca sino que se adecua a los principios
constitucionales relacionados con la renta publica.

6. El peaje es para el usuario una contribución vinculada al cumplimiento de actividades estatales,


como puede serlo la construcción de una vía, o su mejora, ampliación, mantenimiento,
conservación, etc. Aun de vías preexistentes. Para el concesionario constituirá un medio de
remuneración de sus servicios.

7. En los hechos, puede concluir el peaje por ser sustancialmente similar al precio pagado por un
servicio, lo que no debe inducir por ello al error de considerarlo desde un punto de vista
meramente contractual.

8. Nuestra ley fundamental consagra el derecho a la libre circulación interior, pero no habla sobre
la exigencia de vías alternativas.

9. Es constitucional el peaje que no constituye un pago exigido por el solo paso, al modo de los
antiguos portazgos, con base desvinculada a los servicios u otras prestaciones que se practiquen a
favor del usuario, entre ellos, la construcción o el mantenimiento de la vía de transito en cuestión.
10.El constituyente ha querido evitar el dictado de normas mediante las cuales los estados
provinciales obstaculicen o alteren de algún modo el trafico en la republica, asi como ha reservado
a la Nación su regulación en la medida en que adquiera carácter interjurisdiccional.

12.La ley 29.696 de Reforma del Estado, en su artículo 58, incorpora al artículo 1º de la ley 17.520,
la previsión de que la tarifa del peaje compensara la ejecución, modificación, ampliación o los
servicios de administración, reparación, conservación o mantenimiento de la obra existente y la
ejecución, explotación y mantenimiento de la obra nueva.
13.Cuando el mero uso del Canal Mitre, por parte de la demandada le ha resultado beneficioso
ésta no puede invocar un supuesto de detrimento económico en su perjuicio por una no probada
confiscatoriedad.

14.No es necesario que la ruta alternativa gratuita ofrezca las mismas ventajas que la onerosa.

15.De los artículos 9, 10, 11 y 12 de la ley fundamental surge con claridad meridiana que los
constituyentes vedaron explícitamente la posibilidad de imponer “derechos” cualquiera que sea su
denominación “que gravaran el mero trafico interprovincial y que, por su propia naturaleza
tuvieran como causa o razón justificativa del tributo la exteriorización de ese hecho”.

16.Los “derechos” prohibidos en los artículos 9, 10, 11 y 12 de la C.N. se vinculan con la categoría
conceptual de “impuestos”, de modo que esas clausulas constitucionales importan un
infranqueable valladar para el establecimiento de tributos de esa clase al tráfico interprovincial,
cualquiera fuese su monto, entidad o denominación.

17.Nada hay en el texto o en el espíritu de la C.N. que obste al establecimiento del “peaje”; pero, a
la luz de los preceptos constitucionales –artículos 9º a 12º-, solo será compatible con estos el
peaje que, con rasgos que lo aproximan a las tasas y lo alejan decisivamente de los impuestos, se
corresponda siempre a la concreta, efectiva e individualizada prestación de un servicio o
realización de una obra.

18.La “vía alternativa” es irrelevante cuando el peaje es solo un nomen que encubre un verdadero
impuesto al tránsito, que la prohibición consagrada por los artículos 9º a 12 de la C.N. no podría
ser obviada por la existencia de rutas fluviales o terrestres de curso semejante a la vía afectada
por el tributo.

19.Es inconducente, a los fines de desacreditar la inconstitucionalidad del peaje, la mera


demostración de la inexistencia de una vía alternativa, puesto que la C.N. solo prohíbe el
establecimiento de impuestos al tránsito, mas no impone, ni expresa ni implícitamente, la
existencia de vías alternativas a aquellas en las que se cobra peaje.

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