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Los medicamentos y las estrategias de control que se emplean hoy en día para tratar la
enfermedad de Alzheimer pueden mejorar los síntomas temporalmente. De esta manera, las
personas con la enfermedad de Alzheimer pueden prolongar al máximo sus funciones y
desenvolverse en forma independiente un poco más. Sin embargo, como la enfermedad de
Alzheimer no tiene cura, es importante obtener servicios de apoyo y ponerse en contacto con
una red de apoyo lo más pronto posible.
Síntomas
Al principio, es posible que los únicos síntomas de la enfermedad de Alzheimer que observes
sean una mayor falta de memoria o una confusión leve. Con el tiempo, sin embargo, la
enfermedad te quita más memoria, especialmente, tus recuerdos recientes. La velocidad con la
que los síntomas empeoran varía de una persona a otra.
Si tienes la enfermedad de Alzheimer, puedes ser el primero en darte cuenta de que tienes
problemas inusuales para recordar las cosas y organizar tus pensamientos. O quizás no te des
cuenta de que algo anda mal, incluso cuando tus familiares, amigos y compañeros de trabajo
pueden percibir los cambios.
Los cambios que la enfermedad de Alzheimer produce en el cerebro generan problemas que van
en aumento y que afectan lo siguiente:
Memoria
Todos experimentan fallas de la memoria de vez en cuando. Es normal que te olvides en dónde
dejaste las llaves o del nombre de un conocido. Sin embargo, la pérdida de memoria asociada
con la enfermedad de Alzheimer persiste y empeora, y afecta tu capacidad para desempeñarte en
el trabajo y en el hogar.
Las personas con la enfermedad de Alzheimer pueden tener las siguientes conductas:
Tener problemas para identificar objetos con las palabras correctas, expresar
pensamientos o participar en conversaciones
El pensamiento y el razonamiento
Realizar múltiples tareas a la vez también resulta particularmente difícil, y controlar las
finanzas, poner al día las cuentas y pagar las facturas en forma puntual son tareas que pueden
plantear un desafío. Estas tareas pueden resultar cada vez más difíciles y la persona afectada
puede no ser capaz de reconocer ni de trabajar con números.
Responder de manera efectiva a los problemas de todos los días, como si se quema la comida
sobre la hornalla o si se enfrenta una situación imprevista mientras se conduce, termina siendo
cada vez más complejo.
Planificar y realizar actividades familiares
Con el avance de la enfermedad, las actividades que, en algún momento, fueron parte de la
rutina y que requerían el seguimiento de pasos secuenciales, como planear y elaborar una
comida o jugar un juego favorito, se transforman en una dificultad. Con el tiempo, las personas
con la enfermedad de Alzheimer avanzada pueden olvidarse de cómo realizar tareas básicas,
como vestirse y bañarse.
Los cambios que la enfermedad de Alzheimer produce en el cerebro pueden afectar el modo en
que te desenvuelves y cómo te sientes. Las personas con la enfermedad de Alzheimer pueden
experimentar lo siguiente:
Depresión
Apatía
Retraimiento social
Cambios de humor
Irritabilidad y agresividad
Deambulación
Desinhibición
Complicaciones
La pérdida de la memoria y del lenguaje, el deterioro del juicio y otros cambios cognitivos
causados por la enfermedad de Alzheimer pueden complicar el tratamiento de otras
enfermedades. Una persona con la enfermedad de Alzheimer, posiblemente, no pueda hacer lo
siguiente:
Expresar que siente dolor, como el producido por un problema dental
A medida que la enfermedad de Alzheimer avanza hacia las últimas etapas, los cambios en el
cerebro comienzan a afectar las funciones físicas, como tragar, mantener el equilibrio y el
control del intestino y de la vejiga. Estos efectos pueden aumentar la vulnerabilidad frente a
otros problemas de salud, como los siguientes:
Caídas
Fracturas
Úlceras de decúbito
Desnutrición y deshidratación
Prevención
Muchos de los factores que aumentan el riesgo de tener enfermedades cardíacas también pueden
aumentar el riesgo de tener enfermedad de Alzheimer y demencia vascular. Algunos de los
factores importantes que pueden influir son presión arterial alta, nivel elevado de colesterol en
sangre, sobrepeso y diabetes.
Una vida activa desde el punto de vista físico, mental y social es más placentera y también
puede ayudar a reducir el riesgo de tener la enfermedad de Alzheimer.