You are on page 1of 2

Teórico sobresaliente de la Escuela de Palo Alto, California, encuadrado dentro del constructivismo sistémico, con

una orientación analítica definida a través de los procesos psicológicos de la comunicación. En su libro Pragmatics
of Human Communication, publicado con Janet Beavin Bavelas y Donald D. Jackson, se establecen los cinco
axiomas básicos del proceso de interacción humana.
En su segundo axioma, Watzlawick distingue entre los conceptos de comunicación analógica y comunicación
digital. La analógica se caracteriza por la similitud entre lo que se quiere transmitir y el modo de comunicación;
forma parte de la esencia humana, de las relaciones humanas, de modo que la comunicación entre personas de dos
lenguas distintas, aun cuando no se comprendan, permite un alto grado de entendimiento gestual, expresivo. Hay,
pues, un contexto comunicacional que da sentido a la interacción humana e incluye valores culturales como los
‘modales’ personales, la sensibilidad compartida, los perfumes, etc.
Entre los postulados teóricos de Watzlawick cabe citar el de la construcción comunicativa a `partir de dos
elementos: el contenido –lo que se quiere comunicar- y el contexto de la comunicación –las circunstancias
ambientales de la interlocución-. El segundo envuelve al primero y adquiere el carácter de metacomunicación. La
comunicación analógica aparece en el orden de lo no verbal, mientras que la comunicación digital, en la que incluye
los lenguajes, tiene un carácter más abstracto.

Los códigos analógicos crean, pues, las envolventes de los códigos digitales (las
lenguas y los lenguajes) y sólo ambos, analógicos y digitales, dan sentido a la
comunicación. Lejos, pues, de las teorías funcionalistas, donde el protagonismo está
en el emisor y el receptor parece tener un carácter pasivo y uniforme. Comunicar es,
para Watzlawick, un proceso de interacción, de formación del conocimiento.
En Watzlawick encontramos una constante en el análisis para la comprensión de la
realidad. Aparece también aquí una visión dicotómica, ya que distingue entre
realidades de primer rango, descritas por la objetividad de su estado físico, y de
segundo orden, en las que interviene la subjetividad compleja del significado que les
atribuimos. No hay, pues, una ‘realidad real’, sino representaciones de la realidad,
donde también intervienen los imaginarios ‘patológicos’, las visiones supuestamente
distorsionadas. En este sentido, la salud y la enfermedad mentales no son tasaciones
de una interpretación cierta e inmutable, sino que están relacionadas con referencias y
códigos sociales y culturales.
La realidad aparece como un suceder ajeno e independiente de la propia sociedad.
Watzlawick analiza la percepción y la comunicación como instancias constructivas,
como protocolos de innovación, como construcción social de la realidad, y no como
meras constataciones de lo que ocurre, de la realidad externa... La realidad es fruto de
la convención interpersonal y social, de los atributos que se asignan en un momento y
lugar a las diferentes partes de esa ‘experiencia’ de realidad. Por eso, la realidad no es
una, sino que la forman sensaciones, visiones e interpretaciones.

You might also like