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Un
lugar puede tener alta o baja sismicidad, lo que tiene relación con la frecuencia con que
ocurren sismos en ese lugar. Un estudio de sismicidad es aquel que muestra un mapa con
los epicentros y el número de sismos que ocurren en algún período. La sismicidad tiene
ciertas leyes. Una de las más usadas es la ley de Charles Francis Richter que relaciona el
número de sismos con la magnitud.
Se denomina sismo, seísmo o terremoto a las sacudidas o movimientos bruscos del
terreno generalmente producidos por disturbios tectónicos o volcánicos. En algunas
regiones de América se utiliza la palabra temblor para indicar movimientos sísmicos
menores y terremoto para los de mayor intensidad. En ocasiones se utiliza maremoto para
denominar los sismos que ocurren en el mar. La ciencia que se encarga del estudio de los
sismos, sus fuentes y de cómo se propagan las ondas sísmicas a través de la Tierra recibe
el nombre de sismología. Las zonas de mayor sismicidad se relacionan con los límites de
las placas tectónicas..
Definición de Sismicidad
La sismicidad es la capacidad que tiene una zona determinada de experimentar sismos. El
hecho es relevante en lo que respecta a la actividad humana, circunstancia que redundará en
algunas precauciones si la misma fuese demasiado elevada. La sismicidad de una determinada
zona geográfica se relaciona estrechamente con el choque de placas tectónicas y es por ello
que las zonas montañosas o adyacentes suelen experimentar esta condición de modo supino.
Al respecto, han existido situaciones que han desembocado en auténticas tragedias, en donde
han existido pérdidas materiales de enorme relevancia, como asimismo pérdidas de vidas
humanas. Es frecuente que las zonas de una sismicidad considerable se encuentren en
cercanías de zonas con actividad volcánica.
Definición de Sismicidad
Se denomina sismicidad al análisis del número de sismos que se suceden en una región
geográfica determinada. Tal estudio registra en un mapa a los diversos epicentros existentes,
además de tomar en cuenta la frecuencia con que se suceden estos fenómenos. Para ello se
vale de una serie de leyes que ayudan a entender y explicar estos sucesos, como la Ley de
Omori, la ley de Bath, la ley de Gutenber-Ritcher, etc.
Para entender las circunstancias que rodean a los terremotos y temblores es menester
considerar que la corteza terrestre esta fragmentada en diversas placas que se encuentran en
colisión en algunas zonas del planeta; esta colisión o choque es la causa que ha formado los
distintos sistemas montañosos. Así, por ejemplo, la cordillera de Los Andes es el producto del
choque entre la placa de Nazca y la placa Sudamericana.
El estudio de los sismos ayuda a reducir el daño que estos pueden causar en las poblaciones
humanas. En muchas ocasiones se han sesgado altos números de vidas humanas, además de
cuantiosas pérdidas económicas difíciles de subsanar tanto en el corto como en el mediano
plazo. Es por ello que los gobiernos en regiones afectadas por la actividad sísmica solo pueden
considerar como una inversión el estudio de la actividad en la corteza terrestre, a fin de tomar
las medidas más adecuadas para su tratamiento. Experiencias suscitadas en el pasado ya han
sido lo suficientemente aleccionadoras como para subestimar las consecuencias que estos
fenómenos puedan ocasionar.
Definición de Placa Tectónica
Las placas tectónicas son aquellas porciones de litósfera que se ubican debajo de la superficie
o de la corteza terrestre del planeta. Son de material rígido y se ubican sobre la astenósfera,
una porción del manto terrestre mucho más profundo y complejo. Las placas tectónicas se
encuentran encastradas unas contra otras y aunque son rígidas, no están sostenidas más que
por la unión de unas con otras, por lo cual su movimiento es permanente y muy evidente o
claro en algunas regiones del planeta. En la mayoría de los casos, el movimiento o
desplazamiento de las placas tectónicas es milimétrico y no se siente en la vida cotidiana de las
sociedades. Cuando estos movimientos se hacen evidentes para el ser humano debemos
hablar de fenómenos tales como sismos, terremotos, tsunamis, etc. Muchas veces su
movimiento también puede poner en acción a volcanes.
Hay dos tipos de placas tectónicas en nuestro planeta: las oceánicas y las mixtas. Mientras las
primeras (que son las más extensas debido a la gran cantidad de agua que existe sobre la
superficie de la Tierra) son aquellas que subyacen a los océanos, las mixtas pueden combinar
en su superficie tanto océanos como superficie continental. Estas últimas son las más
numerosas ya que encontramos muchas más bien pequeñas, pero en suma de extensión las
primeras ocupan la mayor parte del territorio planetario.
Para una mayor eficacia en su estudio, los especialistas han dado nombres diferenciados a
cada una de las placas aproximadamente a fines del siglo XX. Así, podemos hablar de la Placa
Antártica (la más grande de todas y aquella que subyace al sur del planeta), la Placa del
Pacífico, la Placa Norteamericana, la Placa Africana, la Placa Australiana, la Placa
Sudamericana, la Placa Euroasiática y otras menores que unen a las más grandes entre sí.
Entendemos por orogenia a la ciencia que estudia el movimiento de las placas que subyacen a
la superficie terrestre. Este movimiento podría describirse como el causante de la formación
de las cadenas montañosas hace millones de años (así como también de otras formas de
relieve tales como valles, mesetas, plataformas submarinas, islas, etc.) y también como aquel
que genera de modo constante y visible movimientos violentos del terreno que son conocidos
como sismos, terremotos o tsunamis.
La orogenia u orogénesis son términos que provienen del griego, idioma en el cual oro significa
montaña y genesis creación o nacimiento. Así, la orogenia se interesará especialmente por las
causas que hacen que el terreno llano se haya convertido alguna vez en montañas o que al
moverse genere alteraciones tales como las mencionadas. La orogenia parte del dato central
de que la corteza terrestre de nuestro planeta está dividida en varias placas (conocidas como
placas tectónicas) que no se encuentran nunca del todo quietas. Si bien la mayor parte del
tiempo el movimiento o el desplazamiento que estas placas muestran es ínfimo, muchas otras
veces es muy violento y genera alteraciones en la superficie muy visibles y notorias.
Como consecuencia del choque de placas tectónicas se altera la superficie terrestre y ahí es
cuando aparecen fenómenos como las cadenas montañosas. En la mayoría de los casos, las
elevaciones en el terreno son causadas por el choque muy violento y prolongado en el tiempo
de placas tectónicas que comparten límites entre sí. De este modo, por ejemplo, la cordillera
de los Andes ha sido formada por el choque de las placas de Nazca y la Sudamericana. Es
interesante observar cómo en todos los lugares del planeta donde se hallan las cordilleras y
cadenas montañosas elevadas encontramos subyacentes a ellas la unión de dos o más placas
tectónicas.
Este movimiento de las placas u orogenia también puede causar otro tipo de movimientos que
son los que se registran como sismos, terremotos o tsunamis. Cuando las placas se mueven y
desplazan, chocando entre sí o incluso sin chocar pero alterando su posición, la superficie
también se ve afectada y mientras más violento sea el desplazamiento, más serias o graves
pueden ser las consecuencias para el ser humano que habita en esas regiones.
Definición de Meseta
Entendemos por meseta a aquellas formaciones geológicas que suponen determinada altura
sobre el nivel del mar y que por lo general se encuentran rodeadas de terrenos más bajos o
conocidos como llanuras o planicies. Las mesetas pueden tener dos formas de generación
principales: por el movimiento de las placas tectónicas que subyacen a la superficie o por la
erosión de montañas o incluso de los territorios que la rodean. Para el ser humano, las
mesetas suelen ser en algunos casos lugares aptos para la vivienda debido a poseer una
interesante altura sobre el nivel del mar y no sufrir tan directamente, por tanto, las
inundaciones que este pueda generar.
En la geografía del planeta podemos encontrar diversas superficies que son formaciones
geológicas causadas por diversas situaciones. Las mesetas podrían considerarse un intermedio
entre las planicies o llanuras y las formas montañosas o de picos que son las que suelen tener
más altura. Las mesetas, por lo general se forman cuando se mueven las placas tectónicas
haciendo que se eleve la superficie y cambie su relieve. De más está decir que estos
movimientos y la formación de nuevas mesetas son fenómenos que toman millones de años
por lo cual el ser humano no puede observar su desarrollo. Otra forma a través de las cuales
una superficie puede volverse una meseta es a través de la erosión. En algunos casos, se
considera que las mesetas eran antiguas montañas, más viejas y erosionadas que por efecto de
los vientos o del agua han sido desgastadas y han perdido su altura original.
Las mesetas suelen ser superficies elevadas respecto al nivel del mar pero en un término
intermedio. Además, son también superficies por lo general planas y de diferente extensión.
Una meseta actúa siempre como una zona de altura en el medio de una planicie y es por eso
que el ser humano suele elegir este tipo de relieve para desarrollar sus centros poblacionales:
tanto porque se halla allí más protegido del agua como también porque su mediana altura le
permite contar con una visión más amplia del territorio que lo rodea.
¿Qué es la Sismicidad Inducida?
En general, la sismicidad inducida se refiere a los eventos sísmicos que resultan de la actividad
humana. Hay diferentes maneras en las que la actividad humana pueden causar sismicidad
inducida, incluyendo operaciones geotérmicas, represamiento de embalses (agua detrás de
represas), inyecciones de residuos de agua y operaciones de petróleo y gas tales como la
fracturación hidráulica.
Es importante usar las herramientas adecuadas para monitorear la sismicidad inducida para
observar con precisión el número de eventos sísmicos asociados con la inyección y lo más
importante, su ubicación y magnitud. En particular, es importante registrar eventos de alta
magnitud que se ubican cerca de la zona de inyección o aquellos asociados con una falla
conocida en el área de interés. Muchas empresas adoptan un sistema de semáforos donde los
eventos sísmicos se clasifican por una serie de umbrales de magnitud. Los eventos de luz verde
son eventos más pequeños que se ubican en su zona esperada y no son motivo de
preocupación; las operaciones pueden continuar como de costumbre. Los eventos de luz
amarilla son eventos de mayor magnitud y/o grupos de eventos que están saliendo de la zona
esperada; las operaciones pueden continuar pero las condiciones deberán observarse
cuidadosamente y los operadores deben de estar listos para dejar de operar si las condiciones
cambian. Finalmente, los eventos de luz roja exceden los umbrales predeterminados y
requieren que se cesen las operaciones de inyección inmediatamente.
La capa más externa del planeta tierra llamada litosfera está formada por placas que se
desplazan por sobre un sustrato fluido que se denomina “manto”; tal desplazamiento es casi
imperceptible, de apenas unos pocos centímetros al año. Las placas tienden a friccionar las
unas contra las otras, creando cadenas montañosas, volcanes, fosas oceánicas y los
denominados “sistemas de fallas”. Es importante señalar que este fenómeno es el causante de
que, en la actualidad los continentes se encuentren separados, puesto que en el pasado
estaban integrados en un inmenso bloque llamado Pangea. Observados en la actualidad, los
bordes de cada continente encajarían los unos con los otros, en forma de un “rompecabezas”.
Cuando la tierra se remueve a sí misma buscando un equilibrio y un reajuste con motivo del
movimiento de placas, es cuando se produce un terremoto. En ese momento se libera energía
y el movimiento se propaga a través de ondas similares a las del sonido, tanto hacia el interior
de la tierra como hacia el exterior, provocando en este último caso la destrucción de la
superficie habitable, con los peligros que ello implica.
Para referirse a este fenómeno, los estudiosos utilizan dos términos que pretenden ser
explicativos: hipocentro y epicentro. En el primer caso, se hace referencia al lugar donde se
produce un rompimiento en la corteza terrestre y donde comienza el movimiento sísmico; allí
es precisamente donde se produce la liberación de energía. En el segundo caso, se hace
referencia al lugar de la superficie terrestre en donde se proyecta la energía del foco.
Además, como la mayoría de los fenómenos naturales, los terremotos tienen varias escalas de
medición para precisamente determinar su intensidad. La más conocida es la famosa Escala de
Ritcher, con un máximo de 10 puntos, lo que sería la mayor magnitud posible para un
fenómeno de este tipo, y claro, que tendrá las consecuencias más graves.
Aparte, son conocidos en la actualidad los llamados “terremotos inducidos”, provocados por
ejemplo en zonas de explotación y extracción de hidrocarburos (petróleo, por ejemplo). Claro
que las empresas extractoras de estos recursos naturales, se preocupan demasiado por la
explotación de materias primas, pero poco por prever desastres naturales, y evitar muertes o
heridos de gravedad en las poblaciones aledañas a estos lugares de extracción.
En la actualidad, es bastante fácil determinar qué zonas son las más propensas a sufrir
alteraciones de este tipo, por lo que en teoría sería posible tomar medidas de precaución.
Lamentablemente, muchas de las zonas más expuestas coinciden con regiones pobres, por lo
que estas medidas de prevención no pueden aplicarse.
Los mayores terremotos ocurridos durante el siglo XX y XXI se han sucedido en Indonesia,
Japón, Chile, Estados Unidos, México, Rusia y Portugal.
Definición de Epicentro
El epicentro de esos movimientos sísmicos es el lugar del cual el terretomo o las vibraciones
partieron. El epicentro es el lugar donde se movieron las placas tectónicas y, una vez llegado
ese movimiento a la superficie, comenzó a desplazarse por la fuerza misma del movimiento en
forma circulas o de ondas (que se hacen cada vez más expansivas pero con menor fuerza a
medida que se alejan del epicentro) hacia los alrededores.
Cuando se habla de un epicentro se señala entonces al lugar desde donde parte el terremoto o
el maremoto como para determinar qué lugares del planeta Tierra son más proclives a sufrir
estos fenómenos además de poder determinarse así cuáles son las zonas más duramente
afectadas y paralizadas por el fenómeno en sí.
La sismología es la disciplina científica que estudia este tipo de fenómenos. Según las teorías
que manejan los sismólogos, los terremotos se forman por el rebote elástico que se produce
en una zona, la falla. Así, las fuerzas tectónicas del interior de la tierra ejercen una fuerza sobre
las fallas y éstas se acaban fracturando en su superficie. Esta ruptura crea un deslizamiento del
terreno. Las fallas se clasifican según su movimiento, por lo que pueden ser verticales,
horizontes u oblicuos.
En la actualidad los sismólogos intentan crear modelos teóricos de predicción para que se
puedan tomar medidas preventivas con el fin de minimizar el impacto de los terremotos.
Debido a ello, los sismólogos tienen que colaborar con otros profesionales, como arquitectos,
geólogos, geofísicos o ingenieros civiles.
Definición de Sismología
La sismología es la ciencia que se centra en el estudio de las ondas producidas por los
terremotos. Este conocimiento es milenario, pues ya en la antigüedad los chinos inventaron un
sismógrafo rudimentario para medir los efectos de estos fenómenos de la naturaleza.
Desde un punto de vista lingüístico, la palabra sismología está formada por el término griego
seísmo, que significa movimiento de la Tierra y logía, que quiere decir ciencia o conocimiento.
En la actualidad los sismógrafos miden el movimiento de la Tierra en relación con una posición
inmóvil. Los registros se pueden realizar de forma gráfica o a través de ordenadores, tanto
para los movimientos verticales como horizontales.
Tipos de ondas
El núcleo central de la sismología es el comportamiento de las ondas. En este sentido, existen
ondas internas, las cuales viajan por el interior de la corteza terrestre y alcanzan la superficie y
pueden desplazarse sobre ella (se subdividen en ondas primarias o longitudinales y las
secundarias o transversales). También hay ondas superficiales, las cuales se transmiten
exclusivamente por la superficie y son las más destructivas debido a su mayor amplitud (a su
vez se subdividen en ondas Rayleigh, las cuales son iguales que las que se producen en la
superficie de los líquidos, y las ondas Love, cuya propagación se manifiesta al mismo tiempo de
arriba y abajo y de derecha a izquierda).
Definición de Sismógrafo
Todos los terremotos consisten de ondas que generan una liberación brutal de energía que son
las que en definitivas cuentas generan las sacudidas de las placas tectónicas.
A mediados del siglo XIX, el físico escocés James Forbes sorprende al mundo con su invención
del sismógrafo, un elemento que justamente permitía medir los grandes terremotos o los
pequeños temblores que provocan esas ondas.
La propuesta de Forbes era más sencilla que las actuales porque solamente constaba de un
péndulo que se quedaba inmóvil por la inercia durante el temblor mientras que en el extremo
tenía un punzón que sí se movía con la sacudida y entonces se ocupaba de grabar en un papel
todos los movimientos, generando un registro escrito muy concreto sobre el grado de
violencia de las sacudidas.
Hoy, obviamente con la tecnología de nuestro lado, la propuesta es electrónica y muy fiel y
está basada en la propuesta original de Forbes aunque se trata de un circuito electrónico que
mantiene a la masa quieta mientras la tierra se sacude.
La gran novedad que traen los sismógrafos actuales es que pueden determinar cuál ha sido el
epicentro del terremoto, tanto en la tierra como en el agua, a partir de sensores
especializados.
Sismos en Bolivia
La sub fuente relacionada con Fallas Potencialmente Activas (FPA) que generaron sismicidad,
probablemente, en la época geológica del holoceno, que corresponde al periodo Cuaternario,
donde sus evidencias son visibles en superficie e identificadas por los rasgos geológicos,
geomorfológicos y estructurales presentes en sedimentos recientes.
La caracterización de las fallas es posible obtenerlas, también, con otras metodologías como
geodesia la cual permiten conocer el tipo de falla, tasa de movimiento, longitud de
desplazamiento, magnitud probable, y las etapas de retorno en varios centenares o miles de
años.
Los sismos están ubicados al interior de la placa de Nazca, se caracterizan por una gran
actividad, alcanzando ocasionalmente magnitudes hasta ocho, sin generar mayores
consecuencias y siendo sentidos levemente en el epicentro, esto debido a gran profundidad.
La actividad sísmica ubicada entre 100 a 350 kilómetros de profundidad, denominados sismos
intermedios, la frecuencia de ocurrencia es la mayor de los sismos de fuente de subducción. Se
concentran en los departamentos de La Paz, (sud oeste), Oruro y Potosí. Mientras que los que
ocurren a profundidades entre 500 a 700 kilómetros, denominados sismos profundos, su
característica principal es que son poco frecuentes, pero pueden generar sismos de gran
magnitud, como los detectados en 1994 de magnitud 8 Mw, ocurrido a 635 kilómetros por
debajo de Rurrenabaque, Departamento del Beni. Su ocurrencia es por debajo los
departamentos de La Paz (norte), Santa Cruz y Tarija.
Las energías de las ondas sísmicas se propagan por las diferentes capas de la corteza u otras
irregularidades (entre los límites de las capas de la corteza), aumentando o disminuyendo y
modificando la amplitud y/o generando variaciones en las frecuencias de sus ondas.
El Observatorio San Calixto (OSC) es la única institución sismológica en Bolivia, que inició sus
actividades el 1º de mayo de 1913. El prestigio alcanzado a nivel internacional, fue reconocido
por los célebres sismólogos Gutenberg y Richter en su libro Seismicity of the Earth (1949),
quienes expresaron que: “la estación sísmica de La Paz es una de las más importantes en el
mundo”.
La Red Sísmica de Bolivia, operada por el Observatorio San Calixto consta de cuatro estaciones
sísmicas analógicas y 21 estaciones digitales, las cuales están ubicadas en los departamentos
de La Paz, Tarija, Potosí, Cochabamba, Beni, Chuquisaca, Oruro y Santa Cruz.
Glosario
Etapa de Adquisición: Compuesta por un sensor sísmico el cual tiene tres componentes, este
puede ser banda ancha o corto periodo.
Sensor sísmico: Es un dispositivo que adquiere la señal sísmica y la convierte en una señal
eléctrica.
Sensor de banda ancha: Sensor sísmico que registra varias frecuencias de 0Hz - 100Hz ó
superior.
Según Vega los focos sísmicos por debajo del altiplano se encuentran entre los 70 – 300 km de
profundidad (sismos de profundidad intermedia), focos sísmicos muy profundos se originan en
el extremo de la placa que se hunde a mas de 300 km de profundidad, por debajo del sur del
departamento de Santa Cruz y norte de la Argentina. Tanto los focos sísmicos solo son sentidos
en la superficie, cuando las magnitudes de estos alcanzan valores extremos.
Un caso inusual se presento en ocasión del gran terremoto profundo a unos 300 km al norte
de La Paz, a las 20:00 horas de del 8 de junio de1994, cuando debido a la gran magnitud del
sismo este fue sentido en casi todo el territorio nacional. Se trato de un sismo con foco a la
profundidad de 636 km, que alcanzo la intensidad V, en la zona epicentral y se sintió incluso en
Canadá.
Siempre los focos de actividad sísmica superficial son los que causan más daños. El sismo de
Sipe Sipe, al oeste de Cochabamba en julio de 1909, causo 15 muertos. El sismo de marzo de
1948 en la ciudad de Sucre causo 3 muertos y varios heridos.
La región central del país la que ha experimentado más temblores de tierra, todos de focos
superficiales, así las ciudades de Cochabamba, Sucre y Santa Cruz fueron sacudidas por
movimientos sísmicos desde siglos pasados.
Los últimos sismos del año 1986 se llegaron a percibir a nivel instrumental en la ciudad pero
fueron de regular intensidad en la región de Chapare a mas de 300 km al oeste de La Paz.
La fig. muestra un mapa de sismicidad de Bolivia.
Fig. Mapa de intensidades sísmicas de Bolivia (izquierda – Escala de Ritcher) (derecha – escala
de Mercalli modificada).
Se considera que la actividad sísmica en Bolivia es moderada, sin embargo grandes terremotos
han ocurrido en los siglos pasados de los cuales se tiene escasa información. En la región
central la actividad sísmica de foco superficial se manifiesta por gran cantidad de terremotos
de magnitudes menores a 3.0; estos ocurren ya sea en forma aislada, o como premonitores o
réplicas de terremotos de mayor magnitud.
En los últimos cien años otros terremotos causan daños en la región central de Bolivia: el 23 de
julio de 1909 en Sipe Sipe un terremoto habría provocado 15 muertos y destrucción de
viviendas de adobe, varias cercas de tapial de los sembradíos se tumban así como cae el techo
y campanario de la pequeña iglesia (Vega, 1996).
Entre las poblaciones de Totora, Aiquile y Mizque (al sureste de Cochabamba) el 22 de mayo
de 1998 ocurre el terremoto más destructor de la región central de Bolivia: el terremoto de
magnitud 6.5 causa cerca de 80 muertos entre las poblaciones de Totora, Aiquile y Mizque;
más de un centenar de heridos son reportados en la zona epicentral; gran parte de la zona
antigua de la población de Aiquile es destruida, en gran mayoría casa de adobe.
En Totora se observan hundimientos de techos de teja y barro, voladura de parapetos de las
casas de tipo colonial, algunas de ellas quedan inestables y debe ser reparadas; sólo una casa
es destruida.
En Mizque se desploman algunos techos pero la torre de la iglesia resulta más afectada; la
antigua construcción de la torre con adobes, piedras y barro, reparada más de una vez con
rellenos de ladrillo y estuco, se derrumba días después de ocurrido el terremoto. En varios
sectores de las serranías de la zona epicentral aparecen nuevos manantiales de agua, otros se
secan, otros aparecen con agua turbia y contenido orgánico producto del derrumbe de
bofedales (Vega y Minaya, 1998).
También en otras regiones del país los terremotos causan destrucción: el 24 de febrero de
1947 un fuerte terremoto de magnitud 6.4 causa destrucción en Consata (Provincia Larecaja
de La Paz), hundimientos y deslizamientos de tierra se producen en la zona epicentral, muerte
de ganado y destrucción de cultivos afectan a los campesinos; el terremoto es sentido en
varias poblaciones del Altiplano de La Paz, en la ciudad de La Paz los habitantes salen a las
calles, algunas viviendas de adobe se agrietan, en los cerros aledaños se observan pequeños
deslizamientos de tierra; el 23 de agosto de 1956 ocurre otro terremoto en Consata pero con
menor intensidad, el terremoto es sentido también en la ciudad de La Paz (Vega, 1990).
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22/05/2011
Bolivia es un país con bajas probabilidades de sufrir sismos y cuenta solamente con siete zonas
que tienen un riesgo sísmico moderado, según el presidente de la Comisión de Geofísica de
América Latina, José Luis Tellería Geiger.
La primera zona de riesgo está ubicada en el norte de la ciudad de La Paz donde los eventos de
este tipo pueden presentarse cada cien años con una magnitud mayor a 8 grados en la escala
de Richter y con una profundidad de 700 kilómetros.
“La energía se libera lentamente, por lo tanto nunca habrá un terremoto fuerte”, dijo.
Otras zonas de riesgo son Buena Vista y Yapacaní, donde se presentan sismos menores a 5
grados en la escala de Richter cada cinco años.
La quinta zona de riesgo está en Yacuiba, donde existe una falla geológica y en la que se podría
presentar un sismo menor a 8 grados en la escala de Richter cada 300 años.
La sexta zona de riesgo moderado a alto está ubicada en la frontera de Bolivia con Chile, vale
decir en los departamentos de Potosí y Oruro, específicamente en la zona del Sur Lípez y el
Salar de Coipaza, dijo Tellería.
En este sector los sismos pueden producirse cada año con una magnitud mayor a los 5 grados
en la escala de Richter y una intensidad que puede llegar a los VII grados en las escala de
Mercalli.
“Como esta zona está deshabitada no se reportan daños materiales y mucho menos hay
pérdida de vidas humanas”, señaló.
La séptima zona donde existe una falla geológica y riesgo sísmico es Aiquile y Totora en
Cochabamba.
Tellería manifestó que la falla tiene varias ramificaciones e incluso llega hasta el departamento
de Potosí.
“Hay varios terremotos históricos sobre la falla de Aiquile, la gente que vive en esa zona no
está libre de volver a pasar otro sismo en esa zona porque la falla está activa”, agregó.
El especialista dio a conocer que los terremotos solamente ocurren en los bordes de las placas
tectónicas y no así en sectores donde éstas no están presentes.
Existe 13 placas tectónicas cubriendo el Planeta y una de ésas es la placa de Nazca, que está
ubicada en la costa de Sudamérica.
Tellería explicó que en Sudamérica existe una fosa que se encuentra en Iquique y Arica y tiene
la altura de 5 mil metros de profundidad.
Detalló que esta fosa, ubicada en Sudamérica, es un hueco, un agujero en el fondo del mar por
donde se mete la placa de Nazca a una velocidad de cinco centímetros por año. Mientras la
fosa se mete por abajo Sudamérica sobremonta, es decir, sube sobre esta placa a una
velocidad de tres centímetros por año.
El presidente de la Comisión de Geofísica de América Latina, José Luis Tellería, aseguró que, de
acuerdo a cálculos mundiales, cada año se producen un millón de sismos en diferentes
continentes y países.
Indicó que de ese millón de sismos solamente doscientos son sentidos por los seres humanos.
De los 200 que se sienten, unos 20 son destructivos porque se dan en una intensidad mayor a
VII en la escala de Mercalli. Pero, de los 20 sólo dos tienen víctimas fatales.
“Esté calculo se maneja a nivel mundial y este año ya han ocurrido dos eventos que han sido
destructivos y han cobrado víctimas fatales que son el de Japón y el de Murcia en España”, dijo
y agregó que se espera que este año ya no se presenten más terremotos en el mundo. Sin
embargo, reconoció que existe un margen de error mínimo en este cálculo que puede hacer
variar los números. “Puede haber años en los que sólo haya un sismo o más con víctimas
fatales”, dijo.