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Una ti pol ogí a de l as r e l ac i one s e ntre

P si c ol ogí a y Educ ac i ón
Como puede observarse en las periodizaciones anteriores, las relaciones entre
Psicología y educación no se desarrollaron siempre del mismo modo. Hubo
periodos en que la Psicología se veía como una alternativa para mejorar la
educación, otras, en que tuvo un protagonismo quizás exagerado, y otras, en
que su compromiso estuvo vinculado a la pedagogía y otras ciencias para buscar
soluciones a los problemas de la educación. A partir de ello, algunos autores,
como César Coll, reconocen diferentes tipos de relación entre Psicología y
Educación:

APLICACIONISMO

En este tipo de relaciones, la Psicología es el contexto de descubrimiento de


nuevas explicaciones acerca del aprendizaje, la atención, la conducta, los
grupos, las etapas de la vida, etc.; por su parte, la educación es el contexto de
aplicación de los descubrimientos que realiza la Psicología. Así, la psicología
educacional es la encargada de buscar en la Psicología general ideas
apropiadas para que la escuela aproveche y mejore su trabajo. Se podría graficar
estas relaciones de esta manera:

Un representante de esta manera de pensar las relaciones entre Psicología y


Educación es E. Claparede (1923), quien afirmaba que todas las instituciones
avanzaron a la par de alguna ciencia (la salud mejoró gracias a la ciencia de la
medicina; los cultivos mejoraron con los estudios agroquímicos; la industria
mejoró gracias a la física y la química…), excepto la educación, porque la
escuela no logró aprovechar de forma adecuada los aportes de la Psicología.
Otro representante -menos evidente- de esta perspectiva es H. Aebli (1985) que
elaboró una didáctica para docentes basada en la Psicología.

La influencia del aplicacionismo en la Psicología Educacional y en la educación


es inmensa: tomemos como ejemplo, la división en grados escolares acordes a
las características evolutivas del niño; la presencia de los recreos (establecida a
partir del descubrimiento de que un niño era hacia el 1900 incapaz de mantener
su atención fija por mucho más de una hora); las didácticas basadas en el juego;
el tipo de actividades que se considera posible para niños de diferentes edades,
etc.; así como muchos otros conceptos que se introdujeron en educación, no
siempre correctamente: inteligencia, motivación, castigo, sobredotación,
subdotación o retraso mental, etc.

REDUCCIONISMO

Esta manera de interpretar las relaciones entre Psicología y Educación surge en


la época de crisis de esta disciplina, que como vimos, Arancibia contextualiza
cerca de la década de 1940. Aquí, se considera que la Psicología y la Educación
son una y la misma cosa, porque tienen las mismas finalidades: la educación
busca cambiar las conductas de los alumnos para lograr que sean adecuadas al
contexto social en que viven. La Psicología, es la ciencia que estudia y establece
métodos para el cambio conductual; por lo tanto, la educación y la psicología
persiguen el mismo objetivo. De este modo, todo el accionar del docente se
reduce a la necesidad de saber psicología para poder enseñar, ya que ésta
proporciona todo lo necesario en cuanto al conocimiento del alumno, los
procesos de aprendizaje, el cambio de comportamiento, los ambientes
apropiados, etc. Un ejemplo clarísimo de esta postura, es la siguiente idea del
fundador de la Psicología Conductista:

“Denme una docena de niños sanos y bien formados y el entorno que yo determine para
educarles, y me comprometo a escoger uno de ellos al azar y entrenarse para llegar a
ser especialista del tipo que sea: médico, abogado, artista, hombre de negocios y, sí
hasta mendigo o ladrón” (John Watson, 1913)

Si se analizan planes de estudio de formación docente de esa época, se


encontrará que el futuro docente debía conocer fundamentalmente, la ciencia
que iba a enseñar (que constituía el 50 o 60% del plan de estudio), y diferentes
ramas de la Psicología (del aprendizaje, de la conducta, de la personalidad,
Psicopedagogía, psicología social, etc.), que constituían el resto de sus estudios.

Si en el Aplicacionismo, era posible diferenciar el ámbito de trabajo de la


Psicología, la Psicología Educacional, y la Educación, aquí en cambio es
imposible, ya que éstas se hallan superpuestas.

Algunos autores (v.g Lurcat, 1974: 14) prefieren hablar de “Psicologismo”, es


decir, de la

“reducción de los fenómenos observados a un sólo factor, el factor psicológico, que


termina por excluir la dimensión social e histórica y reduce al individuo particular a la
causalidad de su evolución”. (Besse, 2007)

INTERDEPENDENCIA
Actualmente, se asume que la psicología puede aportar elementos teóricos a la
comprensión de los problemas de la educación, pero a su vez, solamente en las
prácticas educativas puede verificarse o negarse el valor de esos aportes.

Dado que no todos los problemas del campo pedagógico son de carácter
psicológico, la psicología educacional comparte su objeto con otras ciencias de
la educación, como la Didáctica, la Psicología Evolutiva, la Pedagogía, la
Filosofía de la educación, la Sociología de la educación, etc.

La psicología se reconstruye a partir de los aportes de otras ciencias de la


educación, y a su vez, permite que éstas revisen sus producciones teóricas a
partir de las suyas.

Bibliografía

 Aebli, H. (1985). 12 formas básicas de enseñar. Una didáctica basada en la


Psicología. Madrid: Narcea.
 Arancibia, V.; Herrera, P. & Strasser, K. (2008). Manual de Psicología
Educacional. Santiago de Chile: Editorial Ediciones.
 Besse, J. M. (2007). ¿Una psicología de la educación? Revista de
Investigación Educativa 5, Julio –
Diciembre, http://www.uv.mx/cpue/num5/inves/besse_psicologia_educacion
.html.
 Claparède, E. (1923). La escuela y la Psicología. Buenos Aires: Losada.
 Coll, C. (1992). Las aportaciones de la Psicología a la educación. En
Psicología Genética y aprendizajes escolares. Madrid: Siglo XXI.
 Lurcat, L. (1974). Psychologisme et psychologie. L’Education, 31 (1).
 Rosbaco, I. (1997). Breve historia de los aportes de la Psicología a la
educación. Ensayos y Experiencias, Año 4, N° 19.
 Watson, J. (1913). Psychology as the Behaviorist view it. Psychological
Review, 20, 158-177.

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