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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

LA UNIVERSIDAD DEL ZULIA


FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS
DIVISIÓN DE ESTUDIOS PARA GRADUADOS
NIVEL MAESTRÍA
PROCESAL CIVIL

ANÁLISIS COMPARATIVO DE LA NOTIFICACIÓN LABORAL CON


LA CITACIÓN DEL PROCEDIMIENTO CIVIL ORDINARIO

Trabajo presentado como requisito parcial para optar al Título de


Magíster Scientiarum en Derecho Procesal Civil.

Autor: Abg. Andreína C. Velasco Pérez.

Tutor: Dr. Mervy E. González Fuenmayor.

Maracaibo, Mayo de 2005


ANÁLISIS COMPARATIVO DE LA NOTIFICACIÓN LABORAL CON
LA CITACIÓN DEL PROCEDIMIENTO CIVIL ORDINARIO

AUTOR:

Apellidos: Velasco Pérez.


Nombres: Andreína Consuelo
Firma:
Cédula de Identidad: N°: V-12.789.134
Dirección: Urbanización Santa Fe, calle Ávila, N° 4. Quinta: Uirapurú. Punto
Fijo, Estado Falcón.
Teléfono: 0269.245.88.85 / 0416.366.64.63
Correo Electrónico: inavelasco28@hotmail.com

TUTOR:

Apellidos: González Fuenmayor.


Nombres: Mervy Enrique.
Firma:
PARAFRASEANDO A JHON DONNE COMO UNA MANIFESTACIÓN DE ADMIRACIÓN
Y RESPETO.

DEDICO A LA UNIVERSIDAD DEL ZULIA

mi vieja casa solariega construida terrón a terrón como si fuera un promontorio

Y AGRADEZCO

al profesor universitario, Doctor

MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR

por su preocupante y entusiasta tutoría.


Mientras los hombres que dan forma al derecho
no sientan el soplo renovador de las modernas
corrientes científicas, que vivifican y dan
nuevo sentido a las concepciones del mundo y
de la vida, los surcos de la vieja cultura se
mostrarán estériles e inhospitalarios para
acoger con energía creadora, la simiente de las
nuevas doctrinas. El tránsito de las formas
caducas a otras robustas e insospechadas,
encuentra siempre la resistencia de la
tradición, de los hábitos y de las ideas
recibidas de nuestros antecesores. Pero el
espíritu mismo se resiste a envejecer, y de allí
que pugne por romper los moldes en que lo
retiene, una posición conservadora y
recalcitrante. Con todo, el impulso renovador lo
lleva a quebrar los viejos moldes y a crear
nuevas y más fecundas floraciones
espirituales.

Luis Loreto.
ÍNDICE DE CONTENIDO
Pág.

Siglas
Resumen
Abstrac
Prefacio

CAPÍTULO I
EL INTERÉS SOCIAL

1.1.- Del Procedimiento Judicial


como expresión de Interés Social 12
1.2.- Antecedentes 16
1.3.- Interpretación y Apreciación 17
1.4.- Espíritu y Propósito 19
1.5.- Efectos como procedimiento
especial 20

CAPÍTULO II
LA NOTIFICACIÓN

2.1.- Concepto 23
2.2.- Naturaleza Jurídica 24
2.3.- Caracteres 26
2.4.- Su alcance como formalidad
para la validez del proceso 27
2.5.- Consagración de la Notificación
como principio constitucional del
derecho a la defensa 30

CAPÍTULO III
DE LAS FORMAS DE PRACTICAR LA NOTIFICACIÓN LABORAL Y SUS
VINCULACIONES CON LA CITACIÓN DEL PROCEDIMIENTO CIVIL
ORDINARIO

3.1.- Notificación por Carteles 33


3.2.- Notificación por Apoderado 38
3.3.- Notificación por medios 41
electrónicos
3.4.- Notificación a través de Notario 44
3.5.- Notificación por Correo 46
CAPÍTULO IV
DE OTRAS NOTIFICACIONES QUE DEBEN PRACTICARSE EN EL
PROCESO LABORAL

4.1.- Notificación de Terceros 49


4.2.- Notificación por presunción de
fraude o colusión 51
4.3.- Notificación del Despacho
Saneador 53
4.4.- Notificación de Expertos 56
4.5.- Notificación del Amparo Laboral 59

CAPÍTULO V
EFECTOS DE LA NOTIFICACIÓN. CONTRASTE CON LA CITACIÓN

5.1.- Constitución a Derecho 62


5.2.- De la Orden de Comparecencia 65
5.3.- De la Prevención 67
5.4.- En cuanto a la Prescripción 68
5.5.- De las nulidades 71

Conclusiones 76
Recomendaciones 77
Índice de Referencias
Índice Bibliográfico
Índice Analítico
SIGLAS

Art. (s): Artículo (s)


C.C.: Código Civil
C.P.C.: Código de Procedimiento Civil
C.R.B.V.: Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
D.L.M.D.F.E.: Decreto con fuerza de Ley sobre mensajes de datos y firmas
electrónicas.
L.O.A.D.G.C.: Ley Orgánica de Amparo sobre derechos y garantías
constitucionales
L.O.P.T.: Ley Orgánica Procesal del Trabajo
L.O.T.: Ley Orgánica del Trabajo
L.O.T.P.T.: Ley Orgánica de Tribunales y Procedimiento del Trabajo

Las citas de artículos sin referencia a código o ley, se entiende


que corresponde a la Ley Orgánica Procesal del Trabajo vigente.
Velasco Pérez, Andreína Consuelo. Análisis comparativo de la
Notificación Laboral con la Citación del Procedimiento Civil Ordinario.
Trabajo presentado como requisito parcial para optar al Título de
Magíster Scientiarum en Derecho Procesal Civil. La Universidad del
Zulia. Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas. División de Estudios
para Graduados. Nivel Maestría. Maracaibo, Venezuela. 2005. 89 p

RESUMEN

Se ha recogido en estas páginas la evidencia del afán innovador del


legislador patrio y la máxima expresión de libertad en el ordenamiento
jurídico venezolano, para con la conducta procesal del magistrado, al estar
abierta la posibilidad de incursionar en nuevas interpretaciones que puedan
cambiar sustancialmente, la concepción misma de la discrecionalidad del
Juez, en la tutela judicial efectiva de la Notificación como orden de
comparecencia. El postulado contenido en los artículos 126 y 127 de la Ley
Orgánica Procesal del Trabajo, motiva el planteamiento siguiente, sin otra
intención que examinar la autoridad del Juzgador frente a la norma que la
sustenta. Para lograr estas aspiraciones, se ha señalado como objetivo
general su análisis, mediante el examen de las exigencias necesarias para su
ejercicio, comparándolas con las requeridas para la citación en el
procedimiento civil ordinario y, así determinar los límites del administrador
de justicia, en toda su magnitud jurídica; todo bajo la incuestionable
influencia del principio del interés social. Al efecto, se apeló a la metodología
operatoria del proceso de investigación documental, como instrumento de
conocimiento y apoyada en el diseño descriptivo, para darle respuesta a la
problemática en cuestión. Se debe reconocer que los recursos humanos,
institucionales, técnicos, financieros y el material bibliográfico, este último
por cierto, ha despertado a nivel nacional, con la presencia de la situación
excepcional que perfilan los ya citados artículos, hoy preocupación de la
doctrina y la jurisprudencia, han sido de una necesidad insustituible para su
culminación. Este estudio logró precisar que el acto notificatorio, tal y como
está estructurado para la disensión laboral, mantiene intacto el derecho a la
defensa, por lo que su inclusión en la contienda civil, sería un paso hacia
adelante, para la celeridad en el desenlace de la querella judicial y en la
consecución de un debido proceso.

Palabras claves:
Notificación, Garantía, Defensa, Celeridad

inavelasco28@hotmail.com
Velasco Pérez, Andreína Consuelo. Comparative analysis of the
Labour Notification with the Citation of the Civil Ordinary Procedure.
Work presented as partial requirement to choose to Magíster
Scientiarum's Title in Civil Procedural Law. La Universidad del Zulia.
Faculty of Juridical and Political Sciences. Division of Studies for
Graduate. Level Masters. Maracaibo, 2005. 89p.

ABSTRACT

There has been gathered in these pages the evidence of the innovative zeal
of the native legislator and the maximum expression of freedom in the
juridical Venezuelan classification, for with the procedural conduct of the
justice, on there having been opened the possibility of penetrating into new
interpretations that could change substantially, the conception itself of the
discretion of the Judge, in the judicial effective guardianship of the
Notification as order of appearance. The postulate contained in the articles
126 and 127 of the Organic Procedural Law of the Work, motivates the
following exposition, without another intention that to examine the authority
of the judges in front to the norm that sustains her. To achieve these
aspirations, his analysis has distinguished itself as general objective, by
means of the examination of the requirements necessary for its exercise,
comparing them with the needed of ones for the citation in the civil ordinary
procedure and, like that to determine the limits of the manager of justice, in
all his juridical magnitude; everything under the unquestionable influence of
the principle of the social interest. To the effect, one appealed to the
operative methodology of the process of documentary investigation, as
instrument of knowledge and supported on the descriptive design, to give
response to the problematic in question. It is necessary to admit that the
human, institutional, technical, financial resources and the bibliographical
material, the lasted certainly, has woken up to a national level, with the
presence of the exceptional situation that already mentioned articles, today
the worry of the doctrine and the jurisprudence, they have been of an
irreplaceable need for its culmination. This study managed specify that the
notificatory act, such and as it is constructed for the labor disagreement, its
keeps the law intact to the defense, by it incorporation in the civil contest,
would be a forward step, for the celerity in the conclusion of the judicial
complaint and in the attainment of a due process.

Key words:
Notification, Guarantee, Defense, Celerity

inavelasco28@hotmail.com
PREFACIO

La pretensión de este trabajo, es tratar de encontrar maneras de


entendimiento, que permitan a través del conocimiento, desarrollar el nivel
de inteligencia, en una apropiada interpretación del instituto de la
Notificación en el procedimiento laboral venezolano, logrado por un tesonero
esfuerzo legislativo, sin dejar de reconocer la preocupación doctrinaria y
jurisprudencial existente en la materia, que siguiendo al procesalista
universal Piero CALAMANDREI, es región del derecho procesal
extremadamente fecunda.

Lo importante en la nueva regla de arquitectura jurídica que la norma


procesal postula sobre esta Institución, no es otra que la esencia misma del
acto en cuanto a su modo-ser, que busca la acción reguladora del debido
proceso, en una evaluación analítica incesante, en la que impera el Derecho
y el principio del Interés Social, que en el régimen del proceso laboral, ha de
reflejarse en toda su plenitud, creando de paso, un camino de grandes
esperanzas, que compromete mucho más a la jurisprudencia nacional, para
fortalecer la argumentación de su excelencia.

En esta Investigación no se ambiciona exponer, ni sistematizar las


disposiciones que rigen el aviso notificatorio, sino más bien indagar, los
principios según los cuales pueda construirse, no sólo este proceso, sino uno
cualquiera, pues tiende a ir más allá de aquello que el legislador ha pensado,
trata de centrarse en lo que debía pensar.

Quizás este examen sea objeto de censuras, por quienes consideren


que la tentativa no ha llegado a su fin. Se espera, sin embargo, que de
cualquier manera, pueda facilitar el sendero para aquellos que vendrán
después.
CAPÍTULO I
EL INTERÉS SOCIAL

1.1.- Del Procedimiento Judicial como expresión de Interés Social

A la luz de más de medio siglo del acervo jurídico procesal laboral con
que cuenta nuestro sistema judicial, es de destacar el papel desempeñado
por la participación de los trabajadores en la génesis de su progresión, en
armonía con el rol intervencionista y protagónico del Estado, que en buena
parte lo condiciona y al mismo tiempo lo limita, procedimiento asistido en
revisión permanente, que nace con la esencia misma de la incesante marcha
orientada a un Estado Social, de Derecho y de Justicia, al que está
inexorablemente unido.

El Estado Social, instituido como herramienta en el proceso de cambio


consagrado en el preámbulo y articulado de la Carta Magna, para alcanzar la
paz social con el concurso libre de voluntades en su ordenación y
entendimiento, “es una preocupación general por la población más
humilde y una particular aplicación de la justicia, que consiste en dar
más al que tiene menos”(1) expresión que comprende el disfrute real y
efectivo de los derechos constitucionales por el mayor número de
ciudadanos, matizando la razonabilidad de la justicia, inequívoco principio de
la fuerza afirmativa del precepto primario prevaleciente, que recaba para sí
reconocimiento, con su integración al ordenamiento jurídico nacional, que se
impregna de esa sublimidad que encarna “el precipitado ideal de un
estado de conciencia y de ansia o de anhelo colectivo que concibe
una juricidad mejor”(2) Es pues, el Estado Social, una unidad política y de
consenso por cuanto afecta de suerte directa al Estado, considerado como
medio de realización del Interés Social y, al individuo, que lo obliga a cumplir
de cuidado, lo que para el bien común se prescriba en correspondencia con el
compás de comportamiento.
De lo anterior se infiere, que al igual que la Lógica formal, el Estado
Social, reposa “sobre los principios de identidad y contradicción”(3), al
precisar los contornos específicos de las relaciones colectivas, traducidas en
la norma que pueda servir para conectar las diferencias en pugna y hacer
posible el ideal del Interés Social, que como valor lícito e instrumento de
tutela del Derecho, se realiza por aplicación del principio de la soberanía
constitucional, en evidente y fecundo deseo de una construcción jurídica, que
determine el ámbito de validez en toda causa del principio de compensación,

“que encierra en forma pedagógica no sólo la


protección del derecho material, sino también de la
parte débil a través de ciertos privilegios, que
implican una cierta desproporción formal, pero que
en el fondo se traduce en una equiparación
verdadera, con el objeto de cumplir eficazmente,
uno de los principios básicos de todo tipo de
proceso, el de la igualdad procesal,” (4)

a menudo insuperable en la perseverancia de lo justo, que supone analizar


con rigor, la valoración crítica que establezca de modo reflexivo, consciente y
directo las exigencias de la justicia, cuyos inconvenientes comienzan tan
pronto se intenta desentrañar su contenido teórico.

En el actual orden constitucional, el Interés Social no consiste en


indagarlo en atención al obvio anhelo de impartir justicia, sino como
fundamento en la determinación de la proporcionalidad, bilateralidad y
equilibrio del acto de intuición emocional que lo define, como lo adecuado
para conseguir la ecuánime repartición de la riqueza en función de conceptos
abstractos y generales. Como dice Gustavo Radbruch, citado por Legaz
Lacambra, “esta justicia en sentido subjetivo presupone la justicia
objetiva hacia la cual tiende, del mismo modo que la veracidad
tiende a realizar la verdad”. (5)
No ocurre así en el Estado de Derecho, donde es necesariamente
indispensable el esmero concluyente del carácter imputativo de sus verdades
verdaderas, que persiguen consonancia y proporción en la vinculación de los
entes o sujetos en condiciones desiguales, cuya interpretación atiende
únicamente, la búsqueda del sentido de la disposición, establecida como
concepto dotado de una pretensión objetiva; exégesis que el Tribunal
Supremo de Justicia, ha invalidado, al decidir “que el ejercicio del poder a
través de la norma jurídica debe ser entendido en atención al Interés
Social, de no ser así por imposibilidad de la norma misma, ésta se
convierte en inconstitucional”(6), criterio jurisprudencial que contiene
más que una sugerencia, la creación por un acto de voluntad legítimo, de
una normativa que no existía para ese momento, en honor al principio del
control judicial de la legalidad constitucional, que en palabras de Piero
Calamandrei, en comentario al Código de Procedimiento Civil Italiano de
1916, que ahora se repite, en homenaje a su permanencia como insigne
maestro, que la mencionada disposición,

“ha sido redactada con la constante intención de


valorizar las actitudes individuales de las personas que
habrán de dar vida a la nueva Ley, está recomendada a
la comprensión y a su celo, en especial a la inteligencia
y a la buena voluntad de dos categorías de personas:
los magistrados y los defensores, que deben ser, no
sólo los custodios, sino los animadores y, casi
podríamos decir, los creadores del nuevo proceso…” (7)

Según lo expuesto, la función jurisdiccional será de una


responsabilidad única, sin precedentes. El Poder Judicial mediante sus
proyecciones generará aptitudes, nociones y reflexiones que permitirán
identificarse con la realidad conceptuada como un Estado Social, de
Principios y de Justicia.

En todo caso, el principio del Interés Social, como mecanismo para una
justicia accesible y humanitaria, sólo será posible con el concurso de las
referencias, reputaciones y pertinencias con que el Derecho Procesal ha
enriquecido la a Ciencia Jurídica y sus disciplinas, de allí la atención del
legislador patrio procesal-laboral para con Instituciones que procuran la
aceptación a la conclusión, que resulta de la confrontación entre la cuestión
social y la jurídica, como ocurre con la Citación, suplantada en sus
finalidades convocatorias por la Notificación, que arropada en el principio
constitucional del debido proceso, pudiera convertir el Interés Social en
expresivo, con la solidaridad de un Poder Judicial que en determinadas
coyunturas, ordene, legisle y revoque, en aras de salvaguardar sus motivos y
sentidos y, así, construir la norma secundaria, mediante la fijación de
criterios jurisprudenciales que lo aseguren, simultáneamente con las
premisas y apartados que de inobjetable articulación procedimental se
reparan en la Ley Orgánica Procesal del Trabajo.

Art. 2 C.R.B.V.:
Venezuela se constituye en un Estado Democrático y social de Derecho y de
Justicia, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico
y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad,
la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los
derechos humanos, la ética y el pluralismo político.

Art. 334 C.R.B.V.:


(…)
En caso de incompatibilidad entre esta Constitución y una ley u otra norma
jurídica, se aplicarán las disposiciones constitucionales, correspondiendo a
los tribunales en cualquier causa, aún de oficio, decidir lo conducente.
(omissis)
1.2.- Antecedentes

Al referirse a los anales del Interés Social, se considera conveniente


hacer algunos ajustes en razón a la complejidad de factores históricos,
doctrinarios, jurisprudenciales y legislativos, que con una u otra apariencia
se encuentran comprometidos en su realización, que no es novedad de
comienzo de siglo, su desvelo como significación de cultura, data para la
Ciencia del Derecho desde cuando la filosofía griega se apostó frente a la
rigidez del derecho romano, para perseverar por la exacta observancia de la
norma, si la Ley remitiera a un criterio ideal de estimación, o confiriera al
Juez la determinación de un juicio de valor en la aplicación de la justicia. De
estas advertencias pretorianas, surgió un cúmulo de enseñanzas y
señalamientos, donde la evolución del mismo ordenamiento en cuestión,
constituyó una de las pruebas más notables de la importancia de sus influjos,
en el más admirable cuerpo de leyes que la sabiduría humana haya
producido, germen de los principios generales del Derecho.

El triunfo de los Derechos del Hombre y del Ciudadano y, los Principios


que develan, estimulan teorías, conceptos y discursos en una aproximación
al Interés Social, que cristalizan en la Constitución de Alemania de 1916, al
introducir una serie de normas programáticas a ser desarrolladas por el
Estado, como instrumento de transformación social por excelencia.

El Interés Social, si con este adjetivo se quiere dar a entender la


garantía del principio de igualdad, aparece en la Constitución Nacional del 24
de Abril de 1863, que recoge y reafirma el espíritu de identidad social que
reinaba en la época de la Guerra Federal, hecho histórico que la traduce
literalmente en letra muerta, ante la inexistencia de Institutos y
Disposiciones donde apoyarse, concepción opacada en virtud de las
considerables transformaciones políticas, económicas y sociales introducidas
en leyes primarias posteriores, incluso la sancionada el 23 de Enero de 1961,
que sembró en la norma secundaria supletoria, el principio de la igualdad de
las partes en el proceso, dirigido a un Estado de Legalidad, principio general
de Derecho Constitucional que monopolizaba la estructura básica del
funcionamiento legal.

Art. 15 C.P.C.:
Los Jueces garantizarán el derecho de defensa, y mantendrán a las partes en
los derechos y facultades comunes a ellas, sin preferencia ni desigualdades y
en los privativos de cada una, las mantendrán respectivamente, según lo
acuerde la ley a la diversa condición que tengan en el juicio, sin que puedan
permitir ni permitirse ellos extralimitaciones de ningún género.

1.3.- Interpretación y Aplicación.

El Interés Social es más que un enunciado jurídico, se trata ante todo


de un hecho de comprensión que se materializa en cuanto pueda adquirir un
profundo significado, en las esperanzas del acto de voluntad que ha de
hacerlo posible mediante su persistencia, que es fundamentalmente,
“entender la Ley en base a principios tendentes en lo posible, a
alcanzar el bien común, y no, como una normativa que se aplica por
igual a realidades desiguales” (8). Análisis dinámico, según la impresión
de Chaim Perelman, sobre la interpretación que examina el texto, en función
del bien común o de la equidad, fallo precursor en la jurisprudencia nacional,
que bien pudiera desarrollarse legítimamente, en consideración a la potestad
legislativa y la competencia recurrente a que apela el fuero emisor, para su
creación a título de norma general, que sirva de norte y guía al intérprete, a
fin de determinar su contenido, sin imponer preceptos, ni representar
método alguno de hermenéutica jurídica, que suele distinguirse según el
orden de los órganos que la dimanan en auténtica, que es la hecha por su
propio autor, que asociada a la usual, que emana de las decisiones de los
jueces, es conocida como legal, sobre todo en el sentido de interpretación
judicial, a diferencia de la anagogía de los estudiosos del Derecho, calificada
de científica; discernimientos cuestionados como tal, e inaplicables a la
lectura del Interés Social por confusos y carentes de convicción. En efecto, el
ejercicio interpretativo del legislador satisface a una política de Estado, en
función de la voluntad general que representa, para cuya justificación, “ha
de recurrirse ante todo a los medios consagrados por la misma
naturaleza del régimen”(9), influencia a la que no escapa la paráfrasis del
parecer doctrinario, a menos de pasar por alto el compromiso que tiene para
consigo, el expositor en relación a su reputación, denotación de que no
existe trance único o distinto, que por sí sólo lo explique, cuando en la
traducción del Interés Social, “cooperan razones de índoles diversas y
no es lícito desatender ninguna circunstancia que de luz sobre el
sentido exacto de su significado”(10).

Ahora bien, la deferencia al trato metodológico que como concepto


abstracto y generalizado exige para sí el Interés Social, obliga
irremediablemente a su revisión interpretativa apelando a los Principios
Generales del Derecho, “ desde la posición del intérprete, quien por
serlo auténticamente deberá tener en cuenta las necesidades
colectivas presentes y las valoraciones sociales vigentes, buscando
no la interpretación supuestamente verdadera de dicha norma, sino
la más razonable en cada ocasión concreta”(11). Como quiera que los
Principios Generales del Derecho, al igual que el Interés Social obedecen a
todo aquello que el legislador quiso estatuir, corresponde a los jueces en la
conclusión de la sentencia, el establecimiento del acto creador y ejecutor de
la norma individual, cuya consubstancialidad se percibe intuitivamente por
delegación de la general.

La interpretación doctrinaria, por muy fecunda que ha sido en el


estudio de los Principios Generales del Derecho, está excluida del proceso de
creación del Interés Social por autorización expresa de la Ley, pero no por
esto, deja de ser cierto que sus proposiciones o falta de formulaciones,
proceden como conocimiento de conversión en la integración de sus
contenidos.

Art. 12 C.P.C.:
Los jueces tendrán por norte de sus actos la verdad, que procurarán conocer
en los límites de su oficio. En sus decisiones el Juez debe atenerse a las
normas del derecho a menos que la Ley lo faculte para decidir con arreglo a
la equidad. Debe atenerse a lo alegado y probado en autos, sin poder sacar
elementos de convicción fuera de éstos, ni suplir excepciones o argumentos
de hecho no alegados ni probados. El Juez puede fundar su decisión en los
conocimientos de hecho que se encuentren comprendidos en la experiencia
común o máximas de experiencia.
(omissis)

1.4.- Espíritu y Propósito

El rango de norma general primaria del principio de Interés Social y


como tal, su carácter tutelar en el proceso laboral, le ha dado un vuelco a la
orientación de su adaptación, a la hora de determinar los criterios a seguir
en su realización, que puede erosionar los límites racionales, en el sentido de
su enumeración conclusiva de soluciones, al indagar en su espíritu, para
elucidar la voluntad del legislador y el significado en que quiso sumergir su
universo creativo, mutación que se torna un tanto difícil, por el mucho
tiempo distante y largamente cerrado a las nuevas interpretaciones,
inspiradas en preferencia con los principios generales del derecho y en las
máximas de experiencia, a cuyo raciocinio ocurre con frecuencia el analista
en resguardo de la consecución de sus fines fundamentales, sin afanes de
fijar el orden y las formalidades del proceso, pero sí, en hacer válido el
principio de la supremacía de la constitución, como guía de encauzamiento,
en la que se debe desenvolver su cometido, como instrumento de tutela del
derecho, que constituye una garantía celebrada por el imperio de la norma
impersonal abstracta, que lo identifica en el debido proceso y demás
previsiones constitucionales, sin dejar de anotar, que por muy bien que
resulte, reducir a una norma general las más variadas e imprevisibles
circunstancias, es a la norma individual que le corresponde en definitiva la
concreción de su propósito, que forzosamente debe encontrar el juez, ante la
interferencia ínter subjetiva que exija un razonamiento de certeza

1.5.- Efectos como procedimiento especial.

El Interés Social se conduce en la Notificación laboral, igual que


aquellos principios que de alguna manera se realizan en dicha Institución,
como una garantía de los derechos y de las libertades individuales, bajo las
premisas de la legalidad de las formas procesales, la de su libre elección y de
la discrecionalidad del árbitro. Este trinomio de matices, percibidos
unitariamente en vista del fin que los reúne, ha sido respuesta urgente y
necesaria a los vetustos aspectos de la esfera jurídica procesal nacional
existente, proliferada, sin lugar a dudas, de técnicas no obsequiosas para
nada a la justicia. Sin novedad alguna, lo paradójico del ambicioso intento
procesal, es haber subordinado los caracteres puntuales del procedimiento, a
las necesidades funcionales del proceso, sin abolir o sustituir para nada, la
imagen a la que están ponderados todos los actos dependientes como
designios de convicción, que deja en claro, que el caudal instrumental para
facilitar la administración de justicia, no tiene que ver con endiosamientos
formalistas, y así tenemos que la precisión en que se desenvuelve el discurso
del Interés Social en la notificación laboral, no altera el sentido declarativo
de la citación ordinaria, en ambos institutos procesales, el desplazamiento de
la actividad procesal, que los disciplina al nacimiento de la providencia
jurisdiccional, es semejante como acto singular en la estructura exterior del
proceso.
Otra nota sobresaliente del poderoso principio de Interés Social, por su
ingerencia en las diligencias notificatorias, es la tendencia a simplificar y
reducir las composturas formales al mínimo indispensable, dentro del buen
entendimiento de la composición normativa, esta vez, siguiendo una cierta
sucesión lógica, sin dominio de esquemas rígidamente fijados por
adelantado, precedencia que deja a los interlocutores inmersos en una
confrontación predispuesta a las necesidades del diálogo. Por lo demás,
como complemento de seguridad jurídica y ante el temor de excesos no
desmentidos, justificados en el descrédito de las fórmulas y de la libertad
misma, el Interés Social se perfila y apoya en el contradictorio,
conjuntamente con la intervención del poder de decisión, punto de honor en
el ordenamiento constitucional del Estado, sin rechazar la indispensable
presencia de la impronta privada.

Art. 218 C.P.C.:


La citación personal se hará mediante compulsa con la orden de
comparecencia expedida por el Tribunal, entregada por el Alguacil a la
persona o personas demandadas en su morada o habitación, o en su oficina,
o en el lugar donde ejerce la industria o el comercio, o en el lugar donde se
la encuentre, dentro de los límites territoriales de la Jurisdicción del Tribunal,
a menos que se encuentre en ejercicio de algún acto público o en el Templo,
y se le exigirá recibo, firmado por el citado, el cual se agregará al expediente
de la causa. El recibo deberá expresar el lugar, la fecha y la hora de la
citación. Si el citado no pudiere o no quisiere firmar el recibo, el Alguacil dará
cuenta al Juez, y éste dispondrá que el Secretario del Tribunal libre una
boleta de notificación en la cual comunique al citado la declaración del
Alguacil relativa a su citación. La boleta la entregará el Secretario en el
domicilio o residencia del citado, o en su oficina, industria o comercio, y
pondrá constancia en autos de haber llenado esta formalidad, expresando el
nombre y apellido de la persona a quien la hubiere entregado. El día
siguiente al de la constancia que ponga el Secretario en autos de haber
cumplido dicha actuación comenzará a contarse el lapso de comparecencia
del citado.
(omissis)

Art. 26 C.R.B.V.:
Toda persona tiene derecho de acceso a los órganos de administración de
justicia para hacer valer sus derechos e intereses, incluso los colectivos o
difusos, a la tutela efectiva de los mismos y a obtener con prontitud la
decisión correspondiente.
El Estado garantizará una justicia gratuita, accesible, imparcial, idónea,
transparente, autónoma, independiente, responsable, equitativa y expedita,
sin dilaciones indebidas, sin formalismos o reposiciones inútiles.
CAPÍTULO II
LA NOTIFICACIÓN

2.1.- Definición

Al instante de contestar la interrogante a un concepto del régimen


jurídico de la Notificación, activada por la Ley Orgánica Procesal del Trabajo,
como un mecanismo concebido para fungir de garante al principio
constitucional del derecho al debido proceso, resultaría indispensable
precisar el halo de exactitud que ha de albergar su perfección, como acto de
voluntad de una persona que ejerce autoridad y a la que se debe
acatamiento, acentuado por el carácter público de su función jurisdiccional,
para que como factor de su interpretación, contribuya a una definición
posible, teniendo presente la peculiar visión de una realidad histórica que
presupone una planificación política y jurídica, lejana al orden racional
instaurado en el Estado de Derecho.

En presencia de tan variedad de sentidos a los que está profundamente


vinculada la notificación como ideal ético de justicia, es de considerar que su
conceptualización debe buscarse mediante la construcción jurídica, cuya
misión es elaborar a través de los juicios jurisprudenciales, los auténticos
conceptos jurídicos, que la exprese en todas sus particulares notas de norma
consagrada. Corresponde entonces al Juez laboral, como ejecutor que
orienta su proyección y estimula el valor de su vigencia, apreciar su
significación, partiendo de los mandamientos primordiales de prescripción
constitucional, concatenados a los formalismos de inflexible cumplimiento,
implícitos en la globalidad de la norma secundaria, para que en sintonía a
premisas muy concretas, en las que se levanta el Estado Social, como
organización dirigida a tutelar los derechos de los trabajadores y mitigar su
estado de inferioridad ante los patronos, quede robustecida de credibilidad,
al procrear los momentos estelares del proceso: la orden de comparecencia y
el principio de que las partes están a derecho.

Pronunciarse abiertamente por una definición,

“es difícil, quizás imposible, llegar a entender una


institución si la palabra que la representa no es la
adecuada para ello o tiene múltiples significados, o
si en esa palabra no nos hemos detenido a aclarar y
desentrañar su contenido idiomático, su valor
semántico.”(12)

Art. 49 C.R.B.V.:
El debido proceso se aplicará a todas las actuaciones judiciales y
administrativas y, en consecuencia:
1. La defensa y la asistencia jurídica son derechos inviolables en
todo estado y grado de la investigación y del proceso. Toda
persona tiene derecho a ser notificada de los cargos por los
cuales se le investiga, de acceder a las pruebas y de disponer del
tiempo y de los medios adecuados para ejercer su defensa.

(omissis)

2.2.- Naturaleza Jurídica

Ante la imposibilidad y a la vez el afán, del legislador venezolano para


concertar un sólo tipo de procedimiento legal, ha optado por trasladar a la
Ley Orgánica Procesal del Trabajo, tal y como está consagrada en la Carta
Magna, al Instituto Procesal de la Notificación, bajo el mismo orden de
efectividad, idóneo como para asegurar una garantía de justificación,
revitalizada en gran medida, por su rango de norma de orden público
subordinada al interés social, que se proyecta en la prevalencia de lo general
sobre lo particular, para fundar una determinación, cuando carezca de
elementos positivos para resolver la cuestión sometida a su consideración,
en el entendido, que ni la Constitución ni las leyes secundarias, pueden
comprender todos los supuestos de su normal ejercicio como función pública
de integridad del Derecho.

Desde el punto de vista procesal, es de destacar el principio de


igualdad de las partes, como orientación definida de la naturaleza jurídica de
la Notificación, al dejar librada al criterio judicial, la apreciación de su alcance
en cada caso concreto y así, cuando el sistema normativo no es suficiente
con vista a ciertos intereses, generalmente indefinibles, es la discrecionalidad
bien percibida del orden público, la llamada a interpretarla, frente al material
de conocimiento que ella proporciona y, sobre todo, frente al interés
colectivo implícito en la composición de sus formalismos de fiel sujeción.

Con respecto al término de orden público, que no se agota en


definición alguna, constituye de ordinario, sinónimo de normalidad, sin
perturbaciones en la cosa pública, de hecho, opuesto al desorden. En otro
aspecto, asociado al ordenamiento jurídico positivo vigente. Pero donde
mejor se comporta complementariamente dentro de cauces muy estrechos,
es cuando interviene en la actividad creadora del Derecho, como nota de
discernimiento del órgano competente, al resolver asuntos judiciales a los
que tiene jurisdicción que obligue a recurrir a la ratio legis, en el estímulo de
ciertos pronunciamientos para los que no existe texto expreso, tomando en
cuenta el mismo tipo de valores que encierra el orden público, como
expresión normativa de ámbito general.

Art. 19 C.P.C.:
El Juez que se abstuviere de decidir so pretexto de silencio, contradicción o
deficiencia de la Ley, de oscuridad o de ambigüedad en sus términos, y
asimismo, el que retarde ilegalmente dictar alguna providencia, será penado
como culpable de denegación de justicia.
2.3.- Caracteres.

El compromiso del principio del debido proceso con la humanización de


la justicia, recogido en la Carta Fundamental, aparece entre muchas otras
manifestaciones, en la proposición normativa de la Ley Orgánica Procesal del
Trabajo encarnando un valor positivo, que resulta del carácter
eminentemente social del Instituto de la Notificación, robustecido por las vías
y los medios primordiales de creación de un procedimiento más eficaz, para
resolver las necesidades judiciales del sentir colectivo, con vista al interés
social, bajo las formas que garanticen al mismo tiempo los derechos
individuales, tal como le sea sugerido en la petición libelar de la relación
controvertida, en razón del principio de autoridad en el proceso, al dar a
quien lo atienda, todos los poderes habidos en su función jurisdiccional.

Consecuencialmente surge de sus cauces creativos otra de sus cualidades,


su autonomía procesal, revelante en sus propios principios y presupuestos,
no supeditados ni compartidos con otras instituciones. Esto significa, que
contiene todos los ingredientes para obtener el fin supremo que se propone
para su complementación definitiva, la efectividad plena de la orden de
comparecencia.

La regulación para con el tratamiento notificatorio, reclama para sí el


principio de abreviación del proceso, resultado de una dilatada evolución
luego de numerosas orientaciones y reformas. El nuevo instrumento de
derecho formal, carente de vestigios alarmantes, involucra al Estado en una
motivación digna de parte, al liberar al libelo de referencias inoperantes y
ritos inoficiosos, todo bajo la pujanza de una renovada jurisprudencia y en la
enseñanza de una doctrina en pugna, con una deficiente organización de la
justicia y del procedimiento, desprendiéndose hábilmente de la función
judicial, con el empleo de fórmulas nuevas, basadas en el principio del
interés social.
De la compulsa, no debe perturbar su sorpresivo desdén, el principio
de conocimiento, en simetría con el artículo 4 del Código Civil, consentirán
que el comprendido del cartel, muestre la prevalencia de todos los principios
del debido proceso.

Art. 6:
El Juez es el rector del proceso y debe impulsarlo personalmente, a petición
de parte o de oficio, hasta su conclusión. A este efecto, será tenida en
cuanta también, a lo largo del proceso, la posibilidad de promover la
utilización de medios alternativos de solución de conflictos, tales como la
conciliación, mediación y arbitraje. Los Jueces que han de pronunciar la
sentencia deben presenciar el debate y la evacuación de las pruebas, de las
cuales obtienen su convencimiento.
Parágrafo Único: El Juez de Juicio podrá ordenar el pago de conceptos, como
prestaciones o indemnizaciones, distintos de los requeridos, cuando éstos
hayan sido discutidos en el juicio y estén debidamente probados o condenar
el pago de sumas mayores que las demandadas, cuando aparezca que éstas
son inferiores a las que corresponden al trabajador de conformidad con esta
Ley y con lo alegado y probado en el proceso, siempre que no hayan sido
pagadas.

Art. 2:
El Juez orientará su actuación en los principios de uniformidad, brevedad,
oralidad, publicidad, gratuidad, celeridad, inmediatez, concentración,
prioridad de la realidad de los hechos y equidad.

2.4.- Su alcance como formalidad para la validez del Proceso

La acepción más elemental de la Notificación como presupuesto en la


legitimación del proceso laboral, es su valor representativo, enarbolado por
signos de convicción que constituyen una sólida muestra de sus registros,
distintos a las ideas que pudieran dar lugar a una argumentación tan dilatada
como inútil, para describir las razones de su inoperancia. Negar que existe
respecto a ella un sentimiento de vulnerabilidad, es en cierto punto como
disposición de avanzar hacia un final efectivo, hilvanado por los principios
fundamentales de conducta, que informan y orientan la seguridad que debe
destilar el juicio de valor, que permanece en las manos del dueño y señor
que ha de darle su verdadera y genuina inteligencia, al desgranar su
pensamiento “evidente del significado propio de las palabras según la
conexión de ellas entre sí y la intención del legislador”.(13)

Al igual que en la Citación, en la Notificación es necesario obedecer las


formalidades que la distinguen, lo cual quiere decir, que produce plenamente
sus resultas cuando han sido minuciosamente valoradas, de lo que se debe
dejar constancia por su dependencia para con la audiencia preliminar, acto
hegemónico de compaginación procesal laboral, que contribuye junto al
principio de elasticidad , a calibrar, o bien alentar, el rito de indicción al
sujeto a quien va dirigido, hasta hacerlo verosímil frente a la realidad, una y
otras veces llena de falsedades. La audiencia preliminar, “define cual va a
ser la posición que ocupará el Juez frente a las partes, frente al
material de conocimiento que ellas proporcionan y sobre todo, frente
al interés colectivo implícito en la composición de cualquier
controversia”. (14)

El llamado a entendimiento mediante un cartel que fijará y entregará el


Alguacil natural para conocimiento del solicitado, es una tramitación de
injerencia exclusiva del Tribunal de la causa, sin recurso alguno, perecido
con la admisión de la demanda. Dice la Ley Orgánica Procesal del Trabajo,
“el día siguiente al de la constancia que ponga el Secretario en autos,
de haber cumplido dicha actuación, comenzará a contarse el lapso de
comparecencia del demandado” (15). Desterrada la abundancia
ceremonial, de conciliarse sus requisitos de observancia, válidos con los de la
Citación en el proceso civil, de la que asimila sus vías de desplazamiento, la
Notificación resalta similitudes, como al igual las previera la Ley Orgánica de
Tribunales y Procedimientos del Trabajo.

La señal discordante con ambos textos, es con su regulación al


practicarse in faciem, que descarta de toda posibilidad, el nombramiento de
defensor ad-litem, al no tener que entenderse la pendencia en presencia del
querellado, como ocurría en la citación. El descarte del artículo 48 eiusdem,
no desconcierta el debido proceso, la sensatez y la madurez del
administrador de justicia, en el sabio manejo del artículo 223 del Código de
Procedimiento Civil, proporcionará la respuesta.

Art. 50 L.O.T.P.T.:
El Alguacil encargado de practicar la citación, entregará dentro de tres (3)
días la orden de comparecencia expedida por el Tribunal en la forma
determinada para cada caso, a la persona o personas demandadas, en la
morada de ellas o en el lugar donde las halle, si no las encontrare en aquella,
al menos que estén en el ejercicio de alguna función pública o en el templo y
se les exigirá recibo que se agregará al expediente, el cual, en todo caso,
podrá suplirse con la declaración del Alguacil y de un testigo, por lo menos,
que haya presenciado la entrega, conozca a la persona citada y determine el
día, hora y lugar de la citación
Si no pudiere practicarse personalmente la citación del demandado en el
término fijado en el párrafo anterior, se procederá a fijar en la morada de
éste y en las puertas del Tribunal, sendos carteles de emplazamiento para
que el demandado ocurra a darse por citado en el término de tres (3) días
contados desde la fijación. Dichos carteles, que contendrán la advertencia de
que si no compareciere el demandado se le nombrará defensor con quien se
entenderá la citación, serán fijados por el Alguacil, en conformidad con las
instrucciones del Secretario del Tribunal, dejándose constancia en el
expediente de todas las actuaciones practicadas.
Art. 48 L.O.T.P.T.:
La boleta de citación para el demandado, emplazándolo para la contestación
de la demanda, llevará anexa una copia textual del escrito de demanda, o
una copia del acta levantada por el Juez, como cabeza del proceso, cuando la
demanda sea intentada verbalmente.

Art. 223 C.P.C.:


Si el Alguacil no encontrare a la persona del citado para practicar la citación
personal, y la parte no hubiere pedido su citación por correo con aviso de
recibo, o cuando pedida ésta, tampoco fuere posible la citación del
demandado, ésta se practicará por Carteles, a petición del interesado. En
este caso el Juez dispondrá que el Secretario fije en la morada, oficina o
negocio del demandado un Cartel emplazándolo para que ocurra al darse por
citado en el término de quince días, y otro Cartel igual se publicará por la
prensa, a costa del interesado, en dos diarios que indique el Tribunal entre
los de mayor circulación en la localidad, con intérvalo de tres días entre uno
y otro. Dichos Carteles contendrán: el nombre y apellido de las partes, el
objeto de la pretensión, el término de la comparecencia y la advertencia de
que si no compareciese el demandado en el plazo señalado, se le nombrará
defensor, con quien se entenderá la citación. Se pondrá constancia en autos
por el Secretario, de haberse cumplido estas formalidades y se agregará al
expediente por la parte interesada, un ejemplar de los periódicos en que
hayan aparecido publicados los Carteles. El lapso de comparecencia
comenzará a contarse el día siguiente de la constancia en autos de la última
formalidad cumplida.

2.5.- Consagración de la Notificación como principio constitucional del


derecho a la defensa.

La valoración conceptualizada de la Notificación como principio del


derecho a la defensa, emerge al incorporarla el legislador venezolano, en los
lineamientos de la Ley Orgánica de Amparo sobre derechos y garantías
constitucionales, como un derecho radical más, del goce de la seguridad
inherente a la persona humana, ilustrada en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela; no existen otros antecedentes. Donde no queda la
menor duda es de los dominios de la jurisprudencia, “de allí que hay que
honrar a los jueces del amparo, los que se atrevieron a decidir, sin el
sustento de una Ley, en forma breve y sumaria como la Constitución
lo señala”. (16)

La mera declaración de la Ley no asegura la inviolabilidad de un orden


práctico como el Derecho. Para obtener el restablecimiento inmediato de las
situaciones jurídicas infringidas, se requiere además, que ese derecho sea
tutelado con el merecimiento del Interés Social, de donde resaltan valores de
transparencia, responsabilidad, autonomía e independencia, para evitar toda
privación, menoscabo o restricción, que pudiera incidir a la desviación de la
causa en rigor. La imparcialidad trata de armonizar supuestos que ejercen
funciones de control, que los jueces tienen el deber de hacerlas ciertas, en el
entendido que la resultante de su ponderación, debe estar acorde con la
trascendencia que ello representa, en perfecto recato con la conducción de la
potestad sancionadora que se extiende a lo largo de todo el proceso sin
perjuicio del bien común, hasta que se determine la prerrogativa denunciada,
sin moderaciones, dilaciones indebidas, ni reposiciones inútiles que sirvan de
traba a su cometido.

En cuanto al ámbito de responsabilidad objetiva, patrimonial e integral,


comprendido dentro de la legalidad constitucional, resulta vital a los fines de
la obligación resarcitoria del Estado para con los ciudadanos, que el motivo
de la gestión propia del funcionario judicial, tutor del proceso, vulnere el
derecho a la defensa y se ocasionen males irreversibles en la esfera de los
derechos constitucionales, en concurrencia con la relación de causalidad que
debe existir entre el hecho imputado y el daño producido, comprensible
únicamente en un sistema democrático que reconoce la afirmación del
derecho, frente a las posibilidades compulsivas del ente titular y definidor del
orden público, que de no ser contenidas acabaría con él por falta de la
indispensable salvaguarda.

Fórmulas decisivas para la materialización de la función notificatoria,


reconocida como un derecho humano fundamental para el correcto
funcionamiento del proceso consagrado, que con carácter vinculante, debe
ser acatada por los jueces en el ejercicio de su ocupación, como maquinaria
protectora del principio que la identifica, en el límite infranqueable de la
supremacía de la Constitución y esclarecida en la razonabilidad de su
composición.

Art. 23 L.O.A.D.G.C.:
Si el Juez no optare por restablecer inmediatamente la situación jurídica
infringida, conforme al artículo anterior, ordenará a la autoridad, entidad,
organización social o a los particulares imputados de violar o amenazar el
derecho o las garantías constitucionales, que en el término de cuarenta y
ocho (48) horas, contadas a partir de la respectiva notificación, informe
sobre la pretendida violación o amenaza que hubiere motivado la solicitud de
amparo.
(omissis)

Art. 140 C.R.B.V.:


El Estado responderá patrimonialmente por los daños que sufran los
particulares en cualquiera de sus bienes y derechos, siempre que la lesión
sea imputable al funcionamiento de la Administración Pública.
CAPÍTULO III
DE LAS FORMAS DE PRACTICAR LA NOTIFICACIÓN LABORAL Y SUS
VINCULACIONES CON LA CITACIÓN DEL PROCEDIMIENTO CIVIL
ORDINARIO

3.1.- Notificación por Carteles.

Art. 126:
Admitida la demanda se ordenará la notificación del
demandado, mediante un cartel que indicará el día y la
hora acordada para la celebración de la audiencia
preliminar, el cual será fijado por el Alguacil a la puerta
de la sede de la empresa, entregándole una copia del
mismo al empleador o consignándolo en su secretaría o
en su oficina receptora de correspondencia si la
hubiere. El Alguacil dejará constancia en el expediente
de haber cumplido con lo prescrito en este artículo y de
los datos relativos a la identificación de la persona que
recibió el cartel. El día siguiente al de la constancia que
ponga el Secretario, en autos, de haber cumplido dicha
actuación, comenzará a contarse el lapso de
comparecencia.
(omissis)

“Del precipitado precepto normativo, se puede definir la notificación


consagrada en esta Ley, como el acto por medio del cual se hace saber a una
persona, que contra ella se ha incoado una demanda que ha sido admitida
por un órgano jurisdiccional, y en la misma se le emplaza para que
comparezca a la audiencia preliminar.
Como se observa, con la referida notificación procesal se pretende
garantizar a las personas que han sido demandadas el no ser condenados sin
haber sido oídos previamente.
De igual manera se observa, que contrariamente a lo que el Código de
Procedimiento Civil dispone en el Título y Capítulo IV, el cual contiene las
normas relativas a las citaciones y notificaciones, en modo alguno la nueva
Ley adjetiva exige que la notificación a la parte demandada deba practicarse
con o mediante compulsa.
Sin el formalismo y rigurosidad imperante en el Código de
Procedimiento Civil, la Ley especial es mucho más flexible, sencilla y rápida,
por esta razón este nuevo cuerpo normativo sustituye la citación
contemplada en la ley común por la notificación procesal antes definida.
(omissis)”.
Tribunal Supremo de Justicia. Sala de Casación Social. 15-10-2004
Sentencia N° 1299

Como es de saber, el acierto a la intervención del antiguo, arcaico y


dispendioso sistema procesal patrio por el Código Arandino, dio pie ochenta
años después, en 1916, a una discreta y prudente transición en uno de sus
institutos más controvertidos en lo prescrito para el alcance de sus
finalidades, como ha sido y lo es, la citación del demandado, al incorporarse
al texto normativo, su requerimiento por carteles, donde los principios
generales del Derecho lucen rodeados de toda suerte de precauciones, para
enfrentar cualquier actividad temeraria en perjuicio del interés social, que
obedece a dos necesidades primordiales:

“por una parte y sobre todo, impedir que el


ocultamiento de la persona llamada a juicio
haga inútil la tentativa del demandante para
ventilar sus derechos, y por la otra, establecer
un límite a la actividad del Alguacil para la
búsqueda del reo y evitar de ese modo las
demoras en la marcha del procedimiento: en el
fondo de ambas hay el mismo propósito:
impedir que las acciones se paralicen en el
momento de su iniciación” (17)

lo cual no obsta para que pueda realizarse el análisis de su estructura, que


constituye un signo axiomático e incontestable, de la tendencia a la tesis de
la unicidad irrestricta del llamado a comparecer a juicio, por lo que es de
celebrar su acopio en la notificación laboral, que consigue su precedente en
la ampliación de la subrogación, que de pleno derecho establece el artículo
52 de la Ley Orgánica del Trabajo, e indudablemente en el magnífico caudal
doctrinario, que proviene de la abundante jurisprudencia nacional
fundamentada en el principio del mandato tácito,

“una modalidad ordenada por el legislador como


sustituta de la representación directa del
patrono, equiparándola a ésta mediante un
convencionalismo legis, consistente en que
mediante la fijación y entrega del cartel de
citación y de su copia, en aquellos casos en que
el representante del patrono no estuviese
facultado para darse por citado o para
comparecer en juicio, produce la citación directa
del patrono,” (18)

variable de significación cobijada a una técnica mediata, capaz de acentuar


el inmanente carácter público de la función jurisdiccional en el logro de la
efectividad del derecho y, avanzar, hasta términos justos, en orden a
impulsar la brevedad de la litis. Aún así, ha estimulado incomprensión, la
exclusión en su regulación de los lineamientos acerca del cartel y la
exigencia de compulsar el libelo con certificación de exactitud, obligando a su
comentador a nuevas orientaciones, bien supeditadas a la ritualidad de las
formas, o a la amplitud brindada por la misma Ley, en sustentación al
principio de la libertad jurídica, que autoriza afirmar, que no hay en la norma
que identifica a la Notificación Laboral, posiciones neutras, el precepto se
expresa diáfanamente para optar entre la ejecución y la omisión.
Aferrarse a la sumisión, aparentemente forzosa, en la tramitación de la
notificación cartelaria, resultarían a todas luces inconsistentes los principios
de publicidad, que accede a la transparencia y a la participación en las
gestiones de la causa; de abreviación, que facilita la posibilidad de mediación
y conciliación; y el de contrato realidad, declaración formal de la naturaleza
de la relación que vincula a las partes, coincidencias que explican el principio
de la tutela jurídica efectiva, que supone todos los valores jurídicos
armoniosamente combinados entre sí, en una forma de control a la
satisfacción de sus fines, y en la realización de la paz laboral, que da al
interés social positiva vigencia.

De atenerse a la norma rectora, en complacencia al principio de


supletoriedad, que perfila referencias a contenidos de valor, la dependencia
se hará a propósito del interés social, principio que suministra elementos
necesarios, orientados a una constante reafirmación de los principios
constitucionales, que en defensa del Derecho se han conquistados. Es por
esto, que debe considerarse que ahora corresponde al Juez, en una
manifestación del principio de impulso procesal, proponer dentro de la
conducción del proceso, el momento de hacer partícipe al sujeto pasivo de la
contienda y, en consecuencia, lograr que comparezca en juicio, sin que ello
sea excluyente de la posibilidad de la afluencia de otros principios. En este
caso, el magistrado va a participar directa y personalmente, y no a través de
intermediarios, en la sustanciación que pudiera suscitarse al respecto, por lo
que es de esperarse que una jurisprudencia sensata y oportuna de al traste
con lo que considere inconducente, “y no que precipite las soluciones
hacia el abismo por ser vía equivocada, creando de paso un motivo
más de frustración, de una opinión pública esperanzada”. (19)

En cuanto a la compulsa, símbolo de la citación ordinaria, matriz de la


laboral, su displicencia en la Notificación por la Ley Orgánica Procesal del
Trabajo, ha despertado viejos enconos, reincidentes por lo visto a toda
reforma, que en esta vez no tiene porque traer asombro y novedad alguna,
sus presupuestos formales y concurrentes, indispensables para su
perfeccionamiento y validez, son residuos de la extinta Ley Orgánica de
Tribunales y Procedimiento del Trabajo y de la Ley Orgánica del Trabajo, su
distancia en este aspecto con la vigente ley procesal, sólo destaca el
nombramiento de defensor ad-litem, que al igual a la falta de compulsación,
no lesiona, como se ha pretendido, el derecho a la defensa.

La asistencia jurídica en todo estado y grado de la causa, es un


derecho inviolable, que el procedimiento laboral deja en plena libertad, en
cuanto a su ejercicio, al demandado, dado que implica actos de disposición
que sólo pueden emanar de su voluntad, en tal virtud, no sería jurídico
desde una atinada interpretación de la norma procesal laboral, pretender que
el Estado asuma semejante responsabilidad de representación.

Arminio Borjas, adelantándose a indetenibles avances procesales,


sostuvo en sus Comentarios al Código de Procedimiento Civil de 1916, “que
el demandado una vez citado no podrá alegar ignorancia de las actas
del proceso y menos aún del texto del libelo de demanda,”(20) señales
doctrinarias que el máximo Tribunal ha estimado al decidir reiteradamente
que el cotejo del escrito libelar no vicia de nulidad el acto de citación, puesto
que “la ley no exige como formalidad esencial del acto que el citado
reciba la compulsa o se entere de su contenido, sino tan sólo que el
Alguacil realice la gestión necesaria para ello.”(21)

Tener más cautela que la debida al principio de recepción que domina


la firmeza del acto en la notificación laboral, es poco probable, la fijación y
entrega del cartel con la identidad de quien lo recibe, su consignación y
constancia en autos, y la eficacia en la rectoría del proceso, así lo confirman.
Art. 52 L.O.T.:
La citación administrativa o judicial en la persona del representante del
patrono a quien no se le hubiere conferido mandato expreso para darse por
citado o comparecer en juicio, se entenderá hecha directamente a éste, a los
fines legales pertinentes, siempre que se notifique al patrono, o se consigne
en su Secretaría o en su oficina receptora de correspondencia si la hubiere.
El funcionario dejará constancia en el expediente de haber cumplido con lo
prescrito en este artículo y de los datos relativos a la identificación de la
persona que recibió la copia del cartel. El lapso de comparecencia comenzará
a correr desde el día en que se haya hecho la fijación del cartel y la entrega
de su copia.

Art. 11:
Los actos procesales se realizarán en la forma prevista en la Ley, en
ausencia de disposición expresa, el Juez del Trabajo determinará los criterios
a seguir para su realización, todo ello con el propósito de garantizar la
consecución de los fines fundamentales del proceso. A tal efecto, el Juez del
Trabajo podrá aplicar, analógicamente, disposiciones procesales establecidas
en el ordenamiento jurídico, teniendo en cuenta el carácter tutelar de
derecho sustantivo y adjetivo del derecho del trabajo, cuidando que la norma
aplicada por analogía no contraríe principios fundamentales establecidos en
la presente Ley.

3.2.- Notificación por Apoderado

Art. 126:
(…)
También podrá darse por notificado quien tuviere
mandato expreso para ello, directamente por ante el
Tribunal de Sustanciación, Mediación y Ejecución del
Trabajo respectivo.
(omissis)

“ No se requiere que para darse por citado por otra persona, tal
facultad esté expresamente consagrada en el mandato, de lo cual se
entiende que el poder general faculta al apoderado para darse por citado en
un juicio incoado en contra del poderdante”.- Tribunal Supremo de Justicia.
Sala Constitucional. 15-02-2001. Sentencia N° 199

La iniciativa del mandatario de darse por notificado en el reclamo


judicial intentado contra su poderdante, resulta el más eficaz de los
procederes en la indicción a la trabazón de la litis, implícitos en actividades
procesales dirigidas al demandado, a saber: la causa petendi, precisada en el
libelo o en el acta levantada al efecto, que deberá hacerse en forma sucinta
y, de la información de la cosa llevada a juicio, para imponerlo de todo lo
concerniente a sus derechos y deberes, con la advertencia de atenderlos, ya
que su descuido no afecta para nada las proyecciones trazadas sobre el
pleito, pero en el supuesto de acudir a la representación directa, o sustituida,
queda entendido que el instrumento que la legitime debe ser expreso,
mostrando así una verdadera declaración natural del principio de
presentación procesal, que no sólo resguarda el derecho a la defensa, sino
que inviste de seguridad jurídica el acto voluntario de percepción, sin
obstáculo alguno en consideración a la concepción anticonformista que
mantiene la Constitución.

Tradicionalmente, este mandato ex-profeso, otorgado preferiblemente


por escrito en forma pública y auténtica, puede darse también en hechura
privada, y más aún sin que conste por escrito, ni se concierte de palabra,
pero cualquier indicio de persona diligente en participar, a nombre del
requerido, debe prevenir su autorización por escritura, no necesariamente de
manera concreta consagrada en el poder. Por otra parte, la esencia misma
de la Institución, comprueba que es posible que sea jurídica la actuación del
poderhabiente sin prerrogativa para darse por notificado, por lo siguiente: la
finalidad inmediata de la notificación es la de poner en conocimiento del
peticionado la reclamación, luego cualquier intervención del apoderado en el
proceso, equivale a haber obtenido tal conocimiento, en consecuencia, de
atenerse el sentenciador a un análisis etimológico del aporte normativo y
jurisprudencial, al adaptar su contenido a los principios inherentes al interés
social, tendrá el deber y la obligación de aplicar el control difuso del principio
de la constitucionalidad y, sin posibilidad de disertación, acogerse a su
naturaleza vinculante y a todos los compromisos que resultarían de su
gestión como regla de conducta procesal.

Art. 257 C.R.B.V.:


El proceso constituye un instrumento fundamental para la realización de la
justicia. Las Leyes procesales establecerán la simplificación, uniformidad y
eficacia de los trámites y adoptarán un procedimiento breve, oral y público.
No se sacrificará la justicia por la omisión de formalidades no esenciales.

Art. 1.169 C.C.:


(…)
Si el poder se refiere a actos para los cuales es necesaria y suficiente la
escritura privada, puede ser hecho de esta misma forma, aunque el acto se
otorgue ante un Registrador.

Art. 1.173 C.C.:


Quien sin estar obligado asume conscientemente la gestión de un negocio
ajeno, contrae la obligación de continuar la gestión comenzada y de llevarla
a término hasta que el dueño se halle en estado de proveer por sí mismo a
ella; y debe también someterse a todas las consecuencias del mismo negocio
y a todas las obligaciones que resultarían de un mandato.
3.3.- Notificación por Medios Electrónicos

Art. 126:
(…)
El Tribunal a solicitud de parte o de oficio, podrá
practicar la notificación del demandado por los medios
electrónicos de los cuales disponga, siempre y cuando
éstos le pertenezcan. A efectos de la certificación de la
notificación, se procederá de conformidad con lo
establecido en la Ley sobre Mensajes de Datos y Firmas
Electrónicas en todo cuanto le sea aplicable, atendiendo
siempre a los principios de inmediatez, brevedad y
celeridad de la presente Ley. A todo evento, el Juez
dejará constancia en el expediente, que efectivamente
se materializó la notificación del demandado. Al día
siguiente a la certificación anteriormente referida,
comenzará a correr el lapso para la comparecencia de
las partes a la audiencia preliminar.
(omissis)

La inclusión en el texto de la Carta Magna del acceso a la tecnología


como materia de orden público, la convierte en un derecho de la ciudadanía,
que unido al anhelo constante de alcanzar un alto grado de perfectibilidad en
la misión tutelar de la querella judicial, acarrea implacables cambios en el
perfil de los conflictos, exigiendo la refuncionalización de las instituciones y
procedimientos, tradicionalmente utilizados por el derecho positivo para
dirimirlos, volcándose a la búsqueda de un aparato jurisdiccional, que
adaptado a nuevas necesidades, represente un área de verdadera
protección. Esta exigencia que inevitable e incuestionablemente conllevó al
reconocimiento de técnicas informáticas en el Derecho Procesal, encuentra
su asidero en la consecución de una justicia expedita, que al protagonizar el
carácter progresivo del proceso, tiene la tarea de incorporar herramientas,
que bajo ningún concepto resulten jurídicamente erróneas. La Ley Orgánica
Procesal del Trabajo, como prueba de las afirmaciones señaladas, permite
practicar la notificación del patrono, mediante un mecanismo informático de
gestión, regulado por el Decreto con fuerza de Ley sobre mensajes de datos
y firmas electrónicas, que en aras de garantizar el oportuno derecho a la
defensa, no sólo debe estar disponible para el tribunal de la causa, sino que
al mismo tiempo resulte de uso frecuente por parte del demandado.

La relación procesal que se pretende instaurar electrónicamente,


necesita la concurrencia de dos elementos principales, como son, la
identificación de las partes y la integridad del documento. El primero está
constituido no sólo como una conjunción de datos relativos a los sujetos
procesales, se trata además de la anexión de una firma electrónica, que
vincule al Juzgado a-quo en su condición de emisor-signatario, con la autoría
del mensaje contentivo del aviso notificatorio. El segundo supuesto, atiende
a la inalterabilidad del instrumento en el intérvalo correspondiente entre el
envío y su recepción, perfectamente demostrable con la disponibilidad de la
información respectiva, que de cuyo valor probatorio se ha encargado el
legislador al tarifarla legalmente.

El control de estos postulados puede ser objeto de convenio entre los


partícipes interesados, pero en ausencia de un acuerdo expreso, la validez
del acto no admitirá prueba en contrario, cuando el comunicado ha sido
transmitido por el emisor, por un tercero facultado para ello o a través de un
sistema de operación automática, programado por él mismo o bajo su
autorización, teniéndose por recibido, al momento que el escrito ingrese al
régimen de información designado, o en su defecto, a uno utilizado
regularmente por el destinatario. El Juez, como director del proceso, dejará
constancia en el expediente del anuncio realizado y al día siguiente,
comenzará a computarse el término de comparecencia.
Al detenerse en el análisis de la notificación electrónica, llena de
bondades en pro de la celeridad procesal, se vislumbra su legitimidad como
fase de la disputa, al cumplir fielmente la función impuesta, de dar a conocer
al agraviado de la acción contra él ejercida. El alcance de su eficacia,
directamente relacionado con el método utilizado, en nada impide que exista
la posibilidad de deficiencias claras, pero al igual que en otras formas de
gestionar la notificación, el reconocimiento de la verdadera concepción
teleológica de la Institución, se vislumbra al presentarse sobre presupuestos
ajenos a la actitud del accionado, reflejados en la consecución de sus
efectos, independientemente de quien reciba la orden de comparecencia.

Indudablemente sobre la utilización de estos medios, surgirán muchas


críticas, pero con respecto a ellos, no puede negarse que la creación y
desarrollo de técnicas informáticas, ha logrado oxigenar el ambiente
enrarecido de la justicia venezolana.

Art. 110 C.R.B.V.:


El Estado reconocerá el interés público de la ciencia, la tecnología, el
conocimiento, la innovación y sus aplicaciones y los servicios de información
necesarios por ser instrumentos fundamentales para el desarrollo
económico, social y político del país, así como para la seguridad y soberanía
nacional. Para el fomento y desarrollo de esas actividades, el Estado
destinará recursos suficientes y creará el sistema nacional de ciencia y
tecnología de acuerdo con la ley. El sector privado deberá aportar recursos
para los mismos. El Estado garantizará el cumplimiento de los principios
éticos y legales que deben regir las actividades de investigación científica,
humanística y tecnológica. La ley determinará los modos y medios para dar
cumplimiento a esta garantía.
Art. 4 D.L.M.D.F.E.:
Los mensajes de datos tendrán la misma eficacia probatoria que la ley
otorga a los documentos escritos, sin perjuicio de lo establecido en la
primera parte del artículo 6 de este decreto Ley. Su promoción, control,
contradicción y evacuación como medio de prueba se realizará conforme a lo
previsto para las pruebas libres en el Código de Procedimiento Civil.
La información contenida en un mensaje de datos, reproducida en formato
impreso tendrá la misma eficacia probatoria que la atribuida en la ley a las
copias o reproducciones fotostáticas

3.4.- Notificación a través de Notario.

Art. 126:
(…)
Parágrafo Único: La notificación podrá gestionarse por
el propio demandante o por su apoderado, mediante
cualquier notario público de la jurisdicción del Tribunal.

En cuanto a la Notificación a través de un Notario, la Ley Orgánica


Procesal del Trabajo sigue con profundas modificaciones la implementación
del procedimiento ordinario, posibilidad que requiere de ciertas directrices,
que en respeto a los principios de legitimación e interés procesal, propenden
a la realización válida de la convocatoria al conflicto, práctica que es de
resaltar según los principios que derivan del propio orden constitucional, con
que ha sido concebida para beneficio de la celeridad y buena marcha del
proceso, esto es “sin necesidad de despacho o providencia que
comisione a otro juzgado o al Notario, las partes, en particular la
actora, a quien se supone interesada en al curso del proceso, podrá
lograr con mayor facilidad la finalidad de la citación” (22) y a la vez
objetable, por restringir la intervención del funcionario subrogado, a sus
límites jurisdiccionales, en desmero al carácter instrumental de la norma y
de la visión de los resultados que se espera produzca, sin pasar por alto la
mengua al principio del derecho a la defensa, al inmolar en detrimento del
demandante, sus prerrogativas alternas de elección que le corresponden, ni
dejar de reconocer la innovación de ir por un tercero ajeno al pleito, para
que a ruego público o privado, del actor o apoderado judicial, colabore en
diligencias materiales con el Notario habilitado, para la gestión de la
encomienda cartelaria, criterio que merece aprobación y mesura.

En lo que sí se debe estar conteste, es que la intervención del Tribunal


de la causa, es determinante en lo que respecta a la estabilidad del proceso
y en la posibilidad de reposiciones.

Art. 345 C.P.C.:


La copia o las copias del libelo de la demanda con la orden de comparecencia
se entregarán al Alguacil del Tribunal a objeto de que practique la citación.
Sin embargo, a petición de la parte demandante, dichas copias se
entregarán al propio actor, o a su apoderado para que gestione la citación
por medio de cualquier otro Alguacil o Notario de la Circunscripción Judicial
del Tribunal de la causa, o del lugar donde resida el demandado, en la forma
prevista en el artículo 218.
Cumplida la gestión de la citación, el actor o su apoderado entregará al
Secretario del Tribunal el resultado de las actuaciones, debidamente
documentadas.

Art. 30:
Las demandas o solicitudes se propondrán por ante el Tribunal de
Sustanciación, Mediación y Ejecución del Trabajo competente por el territorio
que corresponda. Se consideran competentes, los Tribunales del lugar donde
se prestó el servicio o donde se puso fin a la relación laboral o donde se
celebró el contrato de trabajo o en el domicilio del demandado, a elección del
demandante. En ningún caso podrá establecerse o convenirse un domicilio
que excluya a los señalados anteriormente.

3.5.- Notificación por Correo

Art. 127:
También podrá el demandante solicitar la notificación
por correo certificado con aviso de recibo.
La notificación por correo del demandante se practicará
en su oficina o en el lugar donde ejerza su comercio o
industria, en la dirección que previamente indique el
solicitante. El Alguacil depositará el sobre abierto
conteniendo el cartel a que hace referencia el artículo
126 de esta Ley, en la respectiva oficina de correo.
El funcionario de correo dará un recibo con expresión
de los documentos incluidos en el sobre del remitente,
del destinatario, la dirección de éste y la fecha de
recibo del sobre y lo cerrará en presencia del Alguacil.
A vuelta de correo, el administrador o director enviará
al Tribunal remitente el aviso de recibo firmado por el
receptor del sobre indicándose, en todo caso, el
nombre, apellido y cédula de identidad de la persona
que lo firma.
El mencionado aviso de recibo será agregado al
expediente por el Secretario del Tribunal, dejando
constancia de la fecha de esta diligencia y al día
siguiente comenzará a computarse el lapso de
comparecencia del demandado.

Para andar tras la notificación por correo, basta su solicitud, que libre
de limitaciones relativas a la personería del demandado, sea natural o
jurídica, en combinación con los valores superiores del interés social, hace
posible su distinción del proceso ordinario, sin deterioro a las garantías que
requiere el derecho a la defensa en su vinculación a las ideas cónsonas con
el Estado Social, de Derecho y de Justicia, general y lamentablemente
“absorbidas por el sentido romántico y conceptual de sus
aplicaciones prácticas.”(23)

De su gestionamiento, igual al del procedimiento civil, difieren en


cuanto a responsabilidades derivadas de su ejecución, de las que la Ley
Orgánica Procesal del Trabajo, guarda comprensible silencio. En las demás
actuaciones, sobre las cuales se deberá dejar constancia en el expediente,
existe también similitud, destacando en la norma laboral su restricción al
orden público, que sus jueces lo procurarán, de forma tal que las partes
puedan ejercer sus derechos constitucionales, ya que es precisamente en
este hecho donde se encuentra la inmanencia de ésta, y donde se advierte la
conexión que tiene la vitalidad del principio del interés social, lo que no
quiere decir que en la notificación por correo todo sea posible, se trata sí, de
llegar a una determinación objetiva que resulte satisfactoria, por lo tanto, su
certidumbre y ceremoniosidad, deben concebirse, no desde un punto de
vista formalista indiferente, sino por el contrario, como métodos garantes de
la justicia.

“Se trata de examinar, por un lado, la estructura


de la norma, y por otro, las relaciones que la
norma presenta con la conducta vinculada y con el
poder que la instituye; es decir, lo que se propone
es el análisis de tres conceptos correlativos
pertenecientes a órbitas diferentes. Estos tres
conceptos son: validez, vigencia y positividad.”(24)

Art. 220 C.P.C.:


En los casos de citación por correo certificado con aviso de recibo, de
personas jurídicas, el aviso de recibo deberá ser firmado por el
representante legal o judicial de la persona jurídica, o por uno cualquiera de
sus directores o gerentes, o por el receptor de correspondencia de la
empresa.

Art. 222 C.P.C.:


Los Funcionarios judiciales, los funcionarios de la Administración de Correos,
los funcionarios y empleados de la personas jurídicas de carácter público o
privado, y toda persona que haya forjado o contribuido a forjar una falsa
citación judicial serán castigados con prisión de uno a cinco años.
Las personas indicadas en el artículo 221 que rehúsen a firmar el aviso del
recibo en los casos de la citación por correo, o entregar el sobre con la
citación a su destinatario, serán castigados con arresto de tres a doce
meses.
CAPÍTULO IV
DE OTRAS NOTIFICACIONES QUE DEBEN PRACTICARSE EN EL
PROCESO LABORAL

4.1.- Notificación de Terceros

Art. 54:
El demandado, en el lapso para comparecer a la
audiencia preliminar, podrá solicitar la notificación de
un tercero en garantía o de un tercero al cual considera
que la controversia es común o a quien la sentencia
pueda afectar. El notificado no podrá objetar la
procedencia de su notificación y deberá comparecer,
teniendo los mismos derechos, deberes y cargas
procesales del demandado.

El llamado de terceros al litigio laboral pendiente entre otras personas,


en comparativa interpretación especulativa, aplicada al criterio sostenido
reiteradamente por el Alto Tribunal de la República, involucra el nacimiento
de una acción divergente de la trascendental, que si bien se desarrolla como
accesoria de ésta, se tramitan simultáneamente, conservando cada litis su
particular fisonomía, que conlleva a individualizar la relación subordinada de
la que se discute como principal, resaltando en ambos procesos la similitud
en lo tocante, a la realización de los actos de conducta, a observar por las
partes intervinientes.

Por forzosas razones de celeridad procesal, el citante promoverá su


ruego para con su causante inmediato, antes de comparecer a la recepción
conciliatoria, formalismo que dista bastante del previsto en el régimen
ordinario, donde esta misma recurrencia es propia del acto de la
contestación de la demanda, que como credencial de injerencia al debate
judicial, deberá conducirse constreñida a lineamientos bien definidos como
atinencia de admisión, condicionando su lectura a los términos concebidos
para la estructura procesal del libelo, que debería estar acompañado del
instrumento o señal del vínculo lícito preexistente en que se fundamenta,
pese a la renuencia del legislador por incorporarlo como dato de exacción, al
tenor orgánico del orden laboral, que conforme a elementales principios de
hermenéutica jurídica debería comprenderlo, así como apreciar el
diferimiento de la audiencia preliminar, bien por iniciativa de parte o
materializada por impulso judicial, consecuente creación que afianza el
prudente control del rector del proceso, que ha instituido la Ley, para que el
derecho a la defensa no sea lesionado, impedido o interrumpido, en mira a
una respuesta diligente, en la necesidad real de hacer justicia.

Art. 382 C.P.C.


La llamada a la causa de los terceros a que se refieren los ordinales 4° y 5°
del artículo 370, se hará en la contestación de la demanda y se ordenará su
citación en las formas ordinarias, para que comparezca en el término de la
distancia y tres días más.
La llamada de los terceros a la causa no será admitida por el Tribunal si no
se acompaña como fundamento de ella la prueba documental.

Art. 123:
Toda demanda que se intente ante un Tribunal del Trabajo de Primera
Instancia de Sustanciación, Mediación y Ejecución se presentará por escrito
y deberá contener los siguientes datos:
1. Nombre, apellido y domicilio del demandante y del demandado. Si el
demandante fuere una organización sindical, la demanda la intentará quien
ejerza la personería jurídica de esta organización sindical, conforme a la Ley
y a sus estatutos.
2. Si se demandara a una persona jurídica, los datos concernientes a su
denominación, domicilio y los relativos al nombre y apellido de cualesquiera
de los representantes legales, estatutarios o judiciales.
3. El objeto de la demanda, es decir, lo que se pide o reclama.
4. Una narrativa de los hechos en que se apoye la demanda.
5. La dirección del demandante y del demandado, para la notificación a la
que se refiere el artículo 126 de esta Ley.
(omissis)

4.2.- Notificación por presunción de fraude o colusión.

Art. 55:
En cualquiera de las instancias, siempre que se
presuma fraude o colusión en el proceso, el Tribunal, de
oficio o a petición del Ministerio Público, ordenará la
notificación de las personas que puedan ser
perjudicadas, para que hagan valer sus derechos,
pudiéndose a tal fin, suspender el proceso hasta por
veinte (20) días hábiles.

Todas las consideraciones atinentes al principio de lealtad y de


probidad de las partes en el proceso laboral, no serían posibles, sin
involucrar en las mismas la presencia del Estado, como órgano especial
inquisitorio en permanente vigilancia, para percibir con su observancia
directa, las intenciones de los litigantes en la necesidad de la moralización
de la pendencia, donde la verdad requiere mayor infusión de exigencias y
obligaciones morales, y así, la ética cobijar al derecho bajo su influjo, en
comunicación con los medios probatorios, aún cuando sus méritos se
desplacen al arte de juzgar según las reglas de la sana crítica, ajustada al
contenido procesal de la conducta de las partes que,
“constituye una especie de atmósfera
sintomática idónea, para suministrarle al juez
preciosos e impalpables elementos de
convicción, los que deberán ser analizados de
acuerdo a la experiencia personal y dentro de
los límites de la sabia prudencia, de modo que
la observancia directa del comportamiento de
las partes, permita obtener por la vía de ilación,
un motivo íntimo de convencimiento”. (25)

La trasgresión del principio es sancionada con medidas impositivas y


privativas condicionales de libertad, que disculpa al juez en su condición de
parte, sin eximirlo que por revisión disciplinaria se responsabilice al
comprometer su imparcialidad como rector del proceso.

Art. 5:
Los jueces en el desempeño de sus funciones, tendrán por norte de sus
actos la verdad, están obligados a inquirirla por todos los medios a su
alcance y a no perder la irrenunciabilidad de derechos y beneficios acordados
por las leyes sociales a favor de los trabajadores, así como el carácter
tutelar de las mismas; y por tal causa, tienen que intervenir en forma activa
en el proceso, dándole el impulso y la dirección adecuados, en conformidad
con la naturaleza especial de los derechos protegidos.

Art. 26:
Los funcionarios de los Tribunales del Trabajo, en el ejercicio de sus
funciones, son responsables penal, civil, administrativa y disciplinariamente,
conforme a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y las
leyes.

Art. 32:
(…)
Queda a salvo el derecho del particular de exigir la responsabilidad personal
del Juez y el derecho del Estado de actuar contra éste, si a sabiendas de
encontrarse incurso en una causal de inhibición no lo hiciera. En todo caso la
causa estará en suspenso hasta la resolución de la incidencia.

Art. 48:
El Juez del Trabajo deberá tomar, de oficio o a petición de parte, todas las
medidas necesarias establecidas en la Ley, tendentes a prevenir o sancionar
a falta de lealtad y probidad en el proceso, las contrarias a la ética
profesional, la colusión y el fraude procesal o cualquier otro acto contrario a
la majestad de la justicia y al respeto que se deben los litigantes. A tal
efecto, el Juez podrá extraer elementos de convicción de la conducta
procesal de las partes, de sus apoderados o de los terceros y deberá oficiar
lo conducente a los organismos jurisdiccionales competentes, a fin de que se
establezcan las responsabilidades legales a que haya lugar.

4.3.- Notificación del Despacho Saneador

Art. 124:
Si el Juez de Sustanciación, Mediación y Ejecución del
Trabajo, comprueba que el escrito libelar cumple con
los requisitos exigidos en el artículo anterior, procederá
a la admisión de la demanda, dentro de los dos (2) días
hábiles siguientes a su recibo. En caso contrario,
ordenará al solicitante, con apercibimiento de
perención, que corrija el libelo de demanda, dentro del
lapso de los dos (2) días hábiles siguientes a la fecha
de la notificación que a tal fin se le practique. En todo
caso, la demanda deberá ser admitida o declarada
inadmisible dentro de los cinco (5) días hábiles
siguientes al recibo del libelo por el Tribunal que
conocerá de la misma. La decisión sobre la
inadmisibilidad de la demanda deberá ser publicada el
mismo día en que se verifique.
(omissis)

El legislador nativo estima tanto en el procedimiento común como en


el laboral, que cuando se deja de actuar en un pleito durante un año, la
instancia se extingue, con tal cohesión, que para que esta presunción quede
desvirtuada, la diligencia que implique dicho requerimiento, debe constituir
un acto de voluntad de parte interesada, de acuerdo con el estado procesal
en que se encuentren los autos, que revele el propósito de continuar el
proceso, y así evitar, que amilanado éste por inactividad, venza el plazo de
caducidad antes de cualquier intento de interrupción y, se declare de oficio o
a solicitud de parte, la perención de la instancia.

Instituto de Derecho Procesal que no se sintoniza al juicio de


apreciación valorativa, que en apego al principio de potestad de compostura,
dispone la norma transcrita, de percibirse deficiencias en la persuasión de
los supuestos de procedencia y admisibilidad en el libelo de la demanda, por
cuanto la anuencia por impertinencia en el ejercicio de la acción,
corresponde a un todo compuesto, de combinar la instancia con la expresión
de las razones que sustentan la pretensión, comprendido, dado el
procedimiento, desde la notificación o citación de la demanda, hasta la
sentencia que define y resuelve la relación judicial; contenido de fundamento
jurídico para que distinguida doctrina nacional, referida al orden procesal
ordinario, afine que:

“la perención supone la existencia de una litis en la


plenitud de sus efectos, esto es, una causa en curso, lo
que a su vez supone la previa citación del demandado,
que pone a las partes a derecho; por lo que, sin citación
no hay instancia o litis pendencia, y por lo tanto, no hay
perención posible”. (26)
Convencimiento sustentable que no se compagina a lo atinente al
principio del despacho saneador, que dejando a un lado la apertura de
incidencias, insta al actor a subsanar con cierta cadencia, los hechos y las
consecuencias que pudieran impedir o interrumpir, ejercitar los principios
procesales de derecho a la defensa y el de garantía al debido proceso.

Si la perención extingue la instancia y, de ese efecto todo el


procedimiento desaparece, desde el libelo hasta los actos no exceptuados,
con la conclusión de imponer al concurrente la revisión de su escrito de
petición sin auto de admisión, es obvio su inadvenimiento en el
procedimiento laboral, “ya que la instancia aún no existe al no haberse
admitido la demanda, sino un decaimiento o extinción de la acción,
que al constatarse hace inadmisible la acción” (27). Ahora bien,
cualquiera que fuere el fundamento que se atribuya al instituto de la
perención, lo cierto es que ella se verifica de pleno derecho y conforme al
sistema procesal venezolano, el auto que la declara es apelable, recurrible y
revisable.

Art. 201:
Toda instancia se extingue de pleno derecho por el transcurso de un (1) año
sin haberse ejecutado ningún acto de procedimiento por las partes.
Igualmente, en todas aquellas causas en donde haya transcurrido más de un
(1) año después de vista la causa, sin que hubiere actividad alguna por las
partes o el Juez, este último deberá declarar la perención.

Art. 202:
La perención se verifica de pleno derecho y debe ser declarada por auto
expreso del Tribunal.
Art. 269 C.P.C.:
La perención se verifica de derecho y no es renunciable por las partes.
Puede declararse de oficio por el Tribunal y la sentencia que la declare, en
cualquiera de los casos del artículo 267, es apelable libremente.

Art.270 C.P.C.:
La perención no impide que se vuelva a proponer la demanda, ni extingue
los efectos de las decisiones dictadas, ni las pruebas que resulten de los
autos; solamente extingue el proceso.
(omissis)

4.4.- Notificación de Expertos.

Art. 154:
Los expertos están obligados a comparecer a la
audiencia de juicio, para lo cual el Tribunal los
notificará oportunamente. La no comparecencia,
injustificada, del experto, a la audiencia de juicio, será
causal de destitución si el mismo es un funcionario
público; si es un perito privado, se entenderá como un
desacato a las órdenes del Tribunal, sancionándosele
con multa de hasta diez unidades tributarias (10 U.T.).

De la transcripción ut-supra se evidencia, por demás justificada, que la


expresión reflejada en la norma, corresponde esencialmente a una actividad
lógica-normativa, de comprensión y construcción jurídica, signada por el
principio del interés social implícito en la litis, que hace posible la
intervención oficiosa o a petición de parte, de personas naturales o jurídicas,
distintas de los sujetos del proceso, especialmente calificadas por sus
conocimientos, que han hecho estudios determinados o especializados, o
bien entes corporativos o institucionales que ejercen particulares actividades
profesionales, en cuanto se refiera a la materia de la experticia, medio
específico que tiende a un resultado no vinculante para el enjuiciador, quien
puede rechazarlo total o parcialmente de no encontrar claridad suficiente en
el dictamen, “mediante el cual se suministran argumentos o razones
para la formación de su convencimiento respecto de ciertos hechos,
cuya percepción o cuyo entendimiento escapa a las aptitudes del
común de la gente” (28), de manera que la racionalidad de sus
planteamientos, dado su carácter de auxiliar ad-hoc al servicio de la justicia,
atiende más, que lograr la asimilación de las verdades generales, llevar al
proceso idearios que por su trascendencia merezcan ser conocidos y
valorados positivamente, que si bien suponen un mayor esfuerzo, procuran
también, en compensación a ello, un fallo más profundo y selecto, que
justifique la terminante y categórica potestad, que por mandato de Ley,
dispone el Juez laboral al momento de elegirlo, que por cierto, no exime a
las partes de objetar tal nombramiento, que de coincidir éstos en sus
observaciones al respecto, pudiera haber mérito para ser sustituido.

En este contexto, la designación del experto es una manifestación


judicial de una importancia de alta costura, a tal magnitud, de reservarse el
Estado un preciso y definido poder de control, en el sentido que las
consecuencias jurídicas impuestas en caso de inobservancia, estén
protegidas de un manto de legalidad, que permite conocer la existencia del
contradictorio, que es por regla, la excelencia para garantizar el derecho a la
defensa, y que teniendo por finalidad la realización de un acto jurisdiccional,
las condiciones sobre las cuales puede alcanzarse, deberán estar ajustadas a
la Ley, y aunque el texto procedimental especial nada señala al respecto, la
convocatoria, redactada en miras al principio de conocimiento, tendrá que
contener el anuncio de su designación, la oportunidad de su concurrencia, el
objeto de su llamado y la advertencia de la desventaja que pudiera derivarse
para sus intereses, de no comparecer a la audiencia fijada, penalidades
incomprensibles, por discriminatorias, con respecto a la obligada aceptación
del funcionario público, cuyo cargo está en juego de acuerdo con su
respuesta.

Art. 92:
El nombramiento de expertos sólo podrá recaer en personas que por su
profesión, industria o arte, tengan conocimientos prácticos en la materia a
que se refiere la experticia. Los jueces no están obligados a seguir el
dictamen de los expertos, si su convicción se opone a ello. En este caso
razonarán los motivos de su convicción.

Art. 93:
La experticia sólo se efectuará sobre puntos de hecho, bien de oficio por el
Tribunal o a petición de parte, indicándose con claridad y precisión los
puntos sobre los cuales debe efectuarse.

Art. 94:
El nombramiento de los expertos corresponderá al Tribunal y su costo
correrá por cuenta de la parte solicitante. También podrá el Juez ordenar
que la experticia sea practicada por funcionarios públicos, cuando la parte o
las partes no dispongan de medios económicos para su realización.
Igualmente, podrá el Juez hacer el nombramiento de expertos corporativos o
institucionales, para la realización de la experticia solicitada.

Art. 95:
Los funcionarios o empleados públicos que tengan conocimientos periciales
en una determinada materia estarán obligados a aceptar el cargo de experto
y a rendir declaración en la oportunidad que fije el Tribunal. Para la
realización de su labor, los entes públicos en los cuales estos presten sus
servicios deberán otorgarles todas las facilidades necesarias para la
realización de tan delicada misión. El incumplimiento de dicha obligación por
parte del funcionario público designado será causal de destitución.
Art. 96:
Los expertos que no sean funcionarios o empleados públicos deberán cumplir
bien y fielmente la misión que le encomiende el Tribunal. En caso de
incumplimiento de las obligaciones que le impone la presente Ley, el
Tribunal competente del Trabajo podrá inhabilitarlos en el ejercicio de sus
funciones por ante los Tribunales del Trabajo, por un período no menor de
un (1) año, ni mayor de cinco (5) años, según la gravedad de la falta. Dicha
decisión será impugnable por ante el Tribunal Superior competente.

Art. 453 C.P.C.:


(…)
Si se alegare que el nombrado no tiene tales condiciones la parte o a quien
interese podrá pedir que se le sustituya con otro que las posea y el Juez lo
acordará así, en caso de encontrar fundada la petición por la información
que se suministre, debiendo la parte proceder dentro de las veinticuatro
horas siguientes a nombrar otro experto en lugar del anterior, y si no lo
hiciere, lo nombrará el Juez en su lugar.
El perito designado por el Juez, puede ser sustituido cuando ambas partes
así lo soliciten.

4.5.- Notificación del Amparo Laboral

Art. 193:
Son competentes para conocer del amparo laboral,
sobre derechos y garantías constitucionales, los
Tribunales del Trabajo, previstos en esta Ley,
aplicándose el procedimiento establecido al efecto.

El principio procesal de unidad de jurisdicción que integra la estructura


orgánica de la norma transcrita, en concomitancia con el concepto
constitucional, que origina la teoría del principio del debido proceso,
representan, junto a la normativa sobre protección de las prerrogativas y
resguardos inherentes a las personas humanas y, jurídicas, el Estatuto
político de la República, a lo que el organismo judicial debe atenerse, por
cuanto constituyen un repertorio de reglas comunes, en lo concerniente a los
múltiples variados aspectos, en que suele presentarse la desobediencia
constitucional, que equivale decir, que su observancia cabe en todo lo
relativo a la licitud del desarrollo continuado y progresivo, del ejercicio
preveniente, como control de los postulados que lo sustentan, con tal
énfasis, que además de servir como fuente inmediata para acentuar su
procedencia, el poder-deber de revisión o de levantar enmiendas, en lo
pertinente a la petición, es vinculante para con el juez de mérito, cuando en
la denuncia razonable de una relación laboral latente, el interés actual del
legitimado activo, sea motivado y esté fundamentado en un medio de
prueba que signifique presunción grave de la violación o de la amenaza
delictiva que se delate y, consecuencialmente, prescindiendo de
consideraciones, restaurar la situación jurídica que se alega infringida o
lesionada.

En esta misma dirección, atendiendo al principio de inmediatez, de


manera breve, sumaria y efectiva, debe ordenarse la comparecencia del
agraviante, así como la de los representantes del Ministerio Público y de la
Procuraduría o Defensoría de los trabajadores, adecuando el mandamiento al
caudal de posibilidades, métodos y modos, comprendidos en la Ley Orgánica
de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, bajo cuyo régimen
gira la conducta notificatoria, inspirada y redactada en miras a los principios
de brevedad e informalidad, por la Sala Constitucional de Tribunal Supremo
de Justicia, en función legislativa, la cual podrá,

“ser practicada mediante boleta o comunicación


telefónica, fax, telegrama, correo electrónico, o
cualquier medio de comunicación interpersonal, bien
por el órgano jurisdiccional o bien por el Alguacil del
mismo, indicándose en la notificación la fecha de
comparecencia del presunto agraviante, y dejando el
Secretario del órgano jurisdiccional, en autos,
constancia detallada de haberse efectuado la citación o
notificación y de sus consecuencias”. (29).

También puede llevarse a cabo la notificación por cartel, con las


derivaciones pertinentes, como acertadamente lo prevé la Ley Orgánica
Procesal del Trabajo.

Art. 3 C.P.C.:
La jurisdicción y la competencia se determinan conforme a la situación de
hecho existente para el momento de la presentación de la demanda, y no
tienen efecto respecto de ellas los cambios posteriores de dicha situación,
salvo que la Ley disponga otra cosa.

Art. 27 C.R.B.V.:
Toda persona tiene derecho a ser amparada por los tribunales en el goce y
ejercicio de los derechos y garantías constitucionales, aún de aquellos
inherentes a las personas que no figuran expresamente en esta constitución
o en los instrumentos internacionales sobre derechos humanos.
El procedimiento de la acción de amparo constitucional será oral, público,
breve, gratuito y no sujeto a formalidad y la autoridad judicial competente
tendrá potestad para restablecer inmediatamente la situación jurídica
infringida o la situación que más se asemeje a ella.
Todo tiempo será hábil y el tribunal lo tramitará con preferencia a cualquier
otro asunto.
La acción de amparo a la libertad o seguridad podrá ser interpuesta por
cualquier persona y el detenido o detenida será puesto o puesta bajo la
custodia del Tribunal de manera inmediata, sin dilación alguna.
El ejercicio de este derecho, no puede ser afectado en modo alguno, por la
declaración del estado de excepción o de la restricción de garantías
constitucionales.
CAPÍTULO V
EFECTOS DE LA NOTIFICACIÓN

5.1.- Constitución a Derecho

Art. 7:
Hecha la notificación para la audiencia preliminar, las
partes quedan a derecho y no habrá necesidad de
nueva notificación para ningún otro acto del proceso,
salvo los casos expresamente señalados en esta Ley.

El principio de que las partes están a derecho, que el instrumento


procesal aprecia en toda su magnitud, como máxima de impulsión procesal
encaminada al desarrollo del procedimiento, implica la continua adherencia
imponderable, de una emanación emblemática, que alerta al compareciente,
que desde su notificación pesa sobre él la carga de su defensa. El propósito
de aligerar su consecuente efecto, corresponde a los hacedores de justicia,
obligados rigurosamente a darle su fehaciente configuración de imponer,
desde ese momento, de todas las providencias y resoluciones del Tribunal, al
demandado, sin necesidad de otro llamado, dado que la advertencia como
consecuencia de la falta oportuna de pronunciamiento, tendría
necesariamente una pretensión de corrección, sin darle la debida
trascendencia que ella tiene dentro de una concepción sistemática y
dialéctica del procedimiento, por lo que el hecho concreto no es la
notificación, sino su demora, que sólo en casos específicos, expresamente
señalados en la Ley, se torna justificada.

Aún así, el mismo artículo que consagra el llamado de causa, lo invade


con el repetido ceremonial de nuevo aviso en casos ponderables, resultando
evidente que la precisión de que las partes están a derecho, no consiste en
el acto material de presentarse en el Tribunal, sino en una actividad
específicamente jurídica, relacionada directamente con el proceso, que tiene
por finalidad hacer conocer al reo, la acción incoada en su contra, y el plazo
que se concede en beneficio de las partes, de manera que en su
indispensabilidad deben llenarse un mínimo de reservas, con requerimiento
a los comparecientes de legitimación procesal, que abarca en general a
todas las personas naturales o de ficción, salvo las incapacidades. En lo que
a las primeras respecta, derivada de la minoridad o limitaciones legales,
fundadas en la inhabilitación o interdicción. Las personas jurídicas gozan por
regla general de capacidad plena, restringida excepcionalmente por las leyes
y sus estatutos, obran representadas por medio de sus administradores. Los
entes públicos, provistos de la atribución de intervenir en aquellos procesos
que se ventilen entre particulares y en los cuales el Estado Nacional tenga
intereses que puedan ser desconocidos o menoscabados, poseen facultades
amplísimas para tutelarlos.

Art. 26 C.P.C.:
Hecha la citación para la contestación de la demanda las partes quedan a
derecho, y no habrá necesidad de nueva citación para ningún otro acto del
juicio, a menos que resulte lo contrario de alguna disposición especial de la
Ley.

Art. 233 C.P.C.:


Cuando por disposición de la ley sea necesaria la notificación de las partes
para la continuación del juicio, o para la realización de algún acto del
proceso, la notificación puede verificarse por medio de la imprenta, con la
publicación de un cartel en un diario de los de mayor circulación en la
localidad, el cual indicará expresamente el juez, dándose un término que no
bajará de diez días.
(omissis)
Art. 158:
(…)
De regreso en la Sala de Audiencias, el Juez de Juicio pronunciará su
sentencia oralmente, expresando el dispositivo del fallo y una síntesis
precisa y lacónica de los motivos de hecho y de derecho, la cual reducirá de
inmediato, en cuando a su dispositiva, a forma escrita. Si el Juez de Juicio
no decide la causa, inmediatamente después de concluido el debate oral,
éste deberá repetirse de nuevo, para lo cual se fijará nueva oportunidad.
(omissis).

Art. 15 C.C.:
Las personas son naturales o jurídicas.

Art. 19 C.C.:
Son personas jurídicas y por lo tanto, capaces de obligaciones y derechos:
1° La Nación y las Entidades políticas que la componen;
2° Las iglesias, de cualquier credo que sean, las universidades y, en general,
todos los seres o cuerpos morales de carácter público.
3° Las asociaciones, corporaciones y fundaciones lícitas de carácter privado.
La personalidad la adquirirán con la protocolización de su acta constitutiva
en la Oficina Subalterna de Registro del Departamento o Distrito en que
hayan sido creadas, donde se archivará un ejemplar auténtico de sus
Estatutos.
(omissis)

Art. 393 C.C:


El mayor de edad y el menor emancipado que se encuentren en estado
habitual de defecto intelectual que los haga incapaces de proveer a sus
propios intereses, serán sometidos a interdicción, aunque tengan intervalos
lúcidos.
Art. 409 C.C.:
El débil de entendimiento cuyo estado no sea tan grave que dé lugar a la
interdicción, y el pródigo, podrán ser declarados por el Juez de Primera
Instancia inhábiles para estar en juicio, celebrar transacciones, dar ni tomar
a préstamo, percibir créditos, dar liberaciones, enajenar o gravar sus bienes,
o para ejecutar cualquier otro acto que exceda de la simple administración,
sin la asistencia de un curador que nombrará dicho Juez de la misma
manera que da tutor a los menores. La prohibición podrá extenderse hasta
no permitir actos de simple administración sin la intervención del curador,
cuando sea necesaria esta medida.
La inhabilitación podrá promoverse por los mismos que tienen derecho a
pedir la interdicción.

5.2.- De la orden de comparecencia

Art. 128:
El demandado deberá comparecer a la hora que fije el
Tribunal, personalmente o por medio de apoderado, a
fin de que tenga lugar la audiencia preliminar al décimo
día hábil siguiente, posterior a la constancia en autos
de su notificación o a la última de ellas, en caso de que
fueren varios los demandados.

De las deferencias anteriores, brota una distinción radical concluyente


de carácter absoluto: el comparendo, que obedece a necesidades de orden
público, atribuida a la idoneidad congénere de un órgano judicial, vale decir,
vinculado a la existencia de un tribunal, por las normas sustantivas que
tutelan los intereses jurídicos, que atañen al criterio atributivo que el
ordenamiento positivo, le asigna a cada medio jurisdiccional, para fijar si es
o no competente, según la diversidad de asuntos, conforme a lo que
indiquen las respectivas leyes especiales con determinadas excepciones, tal
como ocurre con la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, donde la competencia
para decidir las cuestiones contenciosas en materia laboral, corresponde a
los Tribunales del Trabajo, con la exclusión de las formas heterocompositivas
dadas por terceros imparciales, que derivan de un manifiesto de voluntades
de las partes contendientes, al estimar encontrar respuesta a sus conflictos,
en la avenencia o en el arbitraje, cartas compromisorias que aunque
reguladas por la ley adjetiva, tienen un ritual menos severo que el del
proceso jurisdiccional, como muestra, el de la Estabilidad en el Trabajo,
donde sin notificación judicial alguna, la postura de la igualdad de las partes,
logra su mayúscula elocuencia, como principio procesal translineado al
interés social, al sancionarse por mandato expreso del texto indubitable,
tanto la negligencia del patrono, como la del trabajador, de no reseñar
oportunamente ante cualquier juzgado, la afección de calificación de
despido, o la sugestión de reenganche y pago de salarios caídos, que
fecunda el principio de confesión mutua, sin demanda en curso, de no
presentarse ambos como lo intimida la Ley.

Art. 29:
Los Tribunales del Trabajo son competentes para sustanciar y decidir:
1.- Los asuntos contenciosos del trabajo, que no correspondan a la
conciliación y al arbitraje
2.- Las solicitudes de calificación de despido o de reenganche, formuladas
con base en la estabilidad laboral consagrada en la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela
3.- Las solicitudes de Amparo por violación o amenaza de violación de los
derechos y garantías constitucionales establecidos en la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela.
4.- Los asuntos de carácter contencioso que se susciten con ocasión de las
relaciones laborales como hecho social, de las estipulaciones del contrato de
trabajo y de la seguridad social; y
5.- Los asuntos contenciosos del trabajo relacionados con los intereses
colectivos o difusos.

Art. 187:
Cuando el patrono despida a uno o más trabajadores deberá participarlo al
Juez de Sustanciación, Mediación y Ejecución de su jurisdicción, indicando
las causas que justifiquen el despido, dentro de los cinco (5) días hábiles
siguientes, de no hacerlo se le tendrá por confeso, en el reconocimiento que
el despido lo hizo sin justa causa.
Asimismo, el trabajador podrá ocurrir ante el Juez de Sustanciación,
Mediación y Ejecución, cuando no estuviere de acuerdo con la procedencia
de la causa alegada para despedirlo, a fin de que el Juez de Juicio la califique
y ordene su reenganche y pago de salarios caídos, si el despido no se
fundamenta en justa causa, de conformidad con la Ley. Si el trabajador
dejare transcurrir el lapso de cinco (5) días hábiles sin solicitar la calificación
del despido, perderá el derecho al reenganche, pero no así los demás que le
correspondan en su condición de trabajador, los cuales podrá demandar ante
el Tribunal de Trabajo competente.

Art. 28 C.P.C.:
La competencia por la materia se determina por la naturaleza de la cuestión
que se discute, y por las disposiciones legales que la regulan.

5.3.- De la Prevención

Art. 51 C.P.C.:
Cuando una controversia tenga conexión con una causa
ya pendiente ante otra autoridad judicial, la decisión
competerá a la que haya prevenido.
La citación determinará la prevención.
(omissis)
Anticiparse como cual juez preveniente, a conocer de un juicio
propuesto dos veces y que envuelva por idénticos al sujeto, objeto y causa-
petendi de la pretensión deducida o continente, o bien una litis parcial o
contenida, absorbida por la primera, o también por la solidaridad de uno o
dos elementos de la pendencia por conexión genérica, no tienen lugar en el
proceso laboral, en la actualidad, se ha establecido un sistema de turno
judicial común con los juzgados de la rama de que se trate, por lo que el
pretendiente debe explanar su escrito para su entrega al fuero que le
corresponda, con lo que se inicia la prevención sin notificación, expuesto el
contexto a corrección, con apercibimiento de perención, ordenándose sin
dilación procesal y sin incidencias el acopio de los expedientes para que el
mismo juez los decida.

5.4.- De la Prescripción

Art. 64 L.O.T.:
La prescripción de las acciones provenientes de la relación
de trabajo se interrumpe:
a) Por la introducción de una demanda judicial, aunque se
haga ante un juez incompetente, siempre que el
demandado sea notificado o citado antes de la
expiración del lapso de prescripción o dentro de los dos
(2) meses siguientes;
(omissis)

La Prescripción como medida de orden público, caracterizada por ser


un elemento sancionador y de defensa, impide la posibilidad de ejercitar
plenamente una acción, al estar fundamentada en el silencio judicial,
asumido durante un período determinado, como actitud predefinida de quien
no tiene voluntad para conservar su propio derecho, por lo que al transcurrir
completamente el lapso legal establecido, crea un efecto de certeza plena,
respeto a la inexigibilidad de ciertas incumbencias, rompiéndose
indiscutiblemente el “principio de alteridad, que implica que todo
derecho comporta una obligación y que todo titular tiene que tener
relación con el sujeto obligado” (30). Este efecto puede ser interrumpido
por la notificación del demandado, que como acto tendente a consolidar los
intereses del que la promueve, dentro del marco de la disciplina jurídica, le
es atribuido el valor suficiente para acordar, a favor del peticionante, el
momento inicial de la misma.

Estas estipulaciones de derecho común, aparentemente no acarrean


novedad alguna con respecto a la tradición del ordenamiento positivo
venezolano, pero al adecuar la razón de ser de la Prescripción al
procedimiento laboral, como máxima expresión de protección al débil
jurídico y, al concatenarla con los preceptos contemplados en la Constitución
Nacional, se concluye que no debe ser acogida, para la consecución de la
justicia en las controversias derivadas de las relaciones obrero-patronales,
por ser adversas al trabajador, al restringir el derecho a una resolución
judicial, al constatar que el proceso no se impulsó en el lapso establecido
legalmente.

Se entiende y se comparte, que el interés social amerita el poder


sustraerse al cumplimiento de una exigencia, cuando durante muchos años
haya prevalecido el desasimiento; pero en materia laboral, con la
Prescripción, es el patrono, como deudor regular de los derechos y
beneficios emanados de la Ley, quien resulta favorecido de las ventajas de
este Instituto Procesal, obviando el sentenciador al declararla, el principio de
la primacía de la realidad, que lo obliga a asegurar la efectividad de la tutela,
de acuerdo a la naturaleza del proceso.

No se puede desconocer, que el rediseño del que ha sido objeto la


norma suprema, ha convertido al Estado en un ente garantizador por
excelencia, que inspirado en la justicia social, ontológicamente no concibe
desvincular los condicionamientos sociales, de los derechos de los
ciudadanos, razón suficiente para afirmar, que mientras se desarrolle una
nueva legalidad afín a estos lineamientos, sea el poderío del que está
investido el Enjuiciador, el encargado de determinar hasta donde podrá
llegar la obediencia al imperio de la Ley o, si por el contrario, está en el
deber de desobedecerla, para hacer valer el “principio jurídico-político,
según el cual los derechos fundamentales preceden y limitan
axiológicamente las manifestaciones de poder”. (31)

Art. 1.969 C.C.:


Se interrumpe civilmente en virtud de una demanda judicial, aunque se haga
ante un Juez incompetente, de un decreto o de un embargo notificado a la
persona respecto de la cual se quiere impedir el curso de la prescripción, o
de cualquier otro acto que la constituye en mora de cumplir la obligación. Si
se trata de Prescripción de créditos, basta el cobro extrajudicial.
Para que la demanda judicial produzca interrupción, deberá registrarse en la
Oficina correspondiente, antes de expirar el lapso de la prescripción, copia
certificada del libelo con la orden de comparecencia del demandado,
autorizada por el Juez, a menos que se haya efectuado la citación del
demandado dentro de dicho lapso.

Art. 1:
La presente Ley garantizará la protección de los trabajadores en los términos
previstos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y las
leyes, así como el funcionamiento, para trabajadores y empleadores, de una
jurisdicción laboral autónoma, imparcial y especializada.
(omissis)
Art. 1 L.O.T.:
Esta Ley regirá las situaciones y relaciones jurídicas derivadas del trabajo
como hecho social.

Art. 2 L.O.T.:
El Estado protegerá y enaltecerá el Trabajo, amparará la dignidad de la
persona humana del trabajador y dictará normas para el mejor cumplimiento
de su función como factor de desarrollo, bajo la inspiración de la justicia
social y de la equidad.

Art. 89 C.R.B.V.:
El trabajo es un hecho social y gozará de la protección del Estado. La ley
dispondrá lo necesario para mejorar las condiciones materiales, morales e
intelectuales de los trabajadores y trabajadoras. Para el cumplimiento de
esta obligación del Estado se establecen los siguientes principios:
1.- Ninguna ley podrá establecer disposiciones que alteren la intangibilidad y
progresividad de los derechos y beneficios laborales. En las relaciones
laborales prevalece la realidad sobre las formas o apariencias.

5.5.- De las nulidades

Art. 206 C.P.C.:


Los Jueces procurarán la estabilidad de los juicios,
evitando o corrigiendo las faltas que puedan anular
cualquier acto procesal. Esta nulidad no se declarará
sino en los casos determinados por la ley, o cuando
haya dejado de cumplirse en el acto alguna formalidad
esencial a su validez

Por ser la notificación laboral, un medio que materializa los valores


proclamados en la Constitución Nacional, la posibilidad de nulidades en su
tramitación, se concibe sin lugar a dudas, reducida a su mínima expresión.
El principio de especificidad, reflejado en su norma rectora, afianzado por la
ausencia del entendimiento personal con el demandado y por la concepción
antiformalista del proceso, marcan la diferencia y, que con respecto al
procedimiento civil ordinario, brindan al acto notificatorio, mayor alcance y
profundidad de visión en la noción de la tutela jurídica efectiva.

La declaración dada por el Alguacil, Notario o por el Juez, de haberse


cumplido con el requerimiento del debido llamado, tiene carácter de
instrumento público y absoluta fe, hasta que no sea declarada su abrogación
de ser redarguida de falsa, incidencia que debe resolverse sin que se pueda
suspender el curso de la causa, toda vez que la ineficacia alegada, depende
de una investigación de hecho. Lo mismo se repite con el otorgamiento del
testigo-receptor. Ambas reprobaciones deben ser impugnadas por la vía de
tacha de falsedad.

La obligatoriedad de las formas legales, estará subordinada al principio


finalista del proceso, que en miras de la conservación del acto, busca el
resguardo de los principios de estabilidad del juicio y el de economía
procesal, traducidos en uno sólo, el principio de la primacía de la realidad de
los hechos, que convierte a la llamada verdad verdadera, en la verdad
procesal.

Ahora bien,
“para establecer si el acto procesal bajo examen ha
cumplido su finalidad, el Juez debe determinar si ha
habido perjuicio a causa de la inobservancia de sus
formalidades legales (principio de trascendencia) y en
caso de que haya habido perjuicio, deberá determinar
si convalidó el vicio la parte perjudicada, o si el vicio
tiene su origen en el propio litigante perjudicado. El
perjuicio lo determina a su vez la indefensión, pues ella
engloba en su concepto el principio de igualdad y la
garantía constitucional del debido proceso” (32)
sin olvidar, que el orden público procesal no va más allá del interés de a
quien se pretende proteger. En el caso de que el agraviado no pidiere la
nulidad en la primera oportunidad en se haga presente en autos, el origen
del daño, ciertamente sufrido, deja de ser la indefensión, ésta queda
sustituida por una omisión de la contraparte, que resulta redundante, ante la
inercia procesal del afectado.

La solicitud de anulación, ha estado reservada única y exclusivamente


a la iniciativa de parte, como manifestación del principio dispositivo
dominante en el proceso civil ordinario, pero dada la importancia práctica
que encierra en la contienda laboral y, por la significación teórica que tiene
en el sistema procesal positivo venezolano, sería conveniente acoger la tesis
de Giusseppe CHIOVENDA, en la que “la nulidad de la notificación de la
demanda, puede ser declarada de oficio, cuando el demandado es
rebelde” (33), como una garantía más de la función jurisdiccional, al darle al
sentenciador, la oportunidad de un segundo examen de la convocatoria para
la audiencia respectiva, amparado en la rectoría del proceso y en la misión
de velar por el fiel cumplimiento de las normas que tutelan los intereses en
conflicto. Limitarle al Magistrado esta posibilidad, sería darle apertura a
condenas basadas en situaciones jurídicamente inexistentes, contrario no
sólo a los principios fundamentales de la Ley especial, sino al más elemental
de los conceptos de justicia.

Sobre la interposición del Recurso de Invalidación, la Ley Orgánica


Procesal del Trabajo, remite silente a las causales previstas en el Código de
Procedimiento Civil, su procedencia, inobjetable como mecanismo de
defensa del condenado, hará propicia la intervención del Juez, que en un
correcto uso de sus facultades, deberá adoptar el procedimiento especial de
los juicios laborales para resolver el recurso propuesto. Acogerse a las
estipulaciones del proceso civil, vulneraría los principios de oralidad,
brevedad e inmediatez, enfáticamente señalados por el legislador, como
orientadores para la formación del criterio reflejado en la sentencia.

Art. 438 C.P.C.:


La tacha de falsedad se puede proponer en juicio civil, ya sea como objeto
principal de la causa, ya incidentalmente en el curso de ella, por los motivos
expresados en el Código Civil

Art. 1.380 C.C.:


El instrumento público o que tenga las apariencias de tal puede tacharse con
acción principal o redarguirse incidentalmente de falso, cuando se alegare
cualquiera de las siguientes causales:
(…)
2° Que aún cuando sea auténtica la firma del funcionario público, la del que
apareciere como otorgante del acto fue falsificada.
(…)
6° Que aún siendo ciertas las firmas del funcionario y los otorgantes, el
primero hubiese hecho constar falsamente y en fraude de la Ley o perjuicio
de terceros, que el acto se efectuó en fecha o lugar diferentes de los de su
verdadera realización.

Art. 7 C.P.C.:
Los actos procesales se realizarán en la forma prevista en este Código y en
las Leyes especiales. Cuando la Ley no señale forma para la realización de
algún acto, serán admitidas todas aquellas que el Juez considere idóneas
para lograr los fines del mismo.

Art. 213 C.P.C.:


Las nulidades que sólo pueden declararse a instancia de parte, quedarán
subsanadas si la parte contra quien obre la falta no pidiere la nulidad en la
primera oportunidad en que se haga presente en autos.
Art. 328 C.P.C.:
Son causas de invalidación:
1) La falta de citación, o el error, o fraude cometidos en la citación para la
contestación
(omissis)
CONCLUSIONES

El principio del interés social, como manifestación irrefutable de los


derechos de los trabajadores, dio un vuelco a los abstractos conceptos, que
excusaban el estado embrionario del debido llamado en la legislación laboral,
contenida de disposiciones rudimentarias para tutelar la comparecencia del
requerido en juicio. Avocarse al estudio de esta fase procedimental, significó
remontarse a sus orígenes, por lo que resultaría impropio, dejar de hacer
referencia, a la despreocupada actitud, que por la semántica demostró el
relator de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, al incorporar en su
normativa al Instituto de la Notificación. Lejos de justificar este descuido,
hay que reconocer, que el acto notificatorio, nació con una inconfundible
fisonomía procesal, construida a base de principio, que aún, no siendo los
mismos de la citación, ni de la notificación ordinaria, le proporcionan la
instrumentalidad necesaria, para ligarla indefectiblemente al proceso; lo que
conlleva a considerar, que su estructura, atiende a criterios teleológicos, es
decir, más que a la esencia de la Notificación en sí, a los fines a los que sus
efectos están preordenados.

Su carácter eminentemente publicístico, resalta la máxima expresión


del ejercicio de la jurisdicción, no sólo en términos de celeridad, sino en el
acrecentamiento de los poderes de la iniciativa del Juez, que destaca,
además del resguardo de los derechos subjetivos, la verdadera rectoría en el
conflicto, lo que constituye un avance sin precedentes en la interpretación
progresiva de la Ley, tanto a nivel especial, como en la legislación nacional,
circunstancia que justifica con creces, su inserción e innovación en el
ordenamiento jurídico venezolano. Esta plataforma no quiere decir, que se
haya logrado la seguridad social y la paz laboral, aspirada por las clases
generadoras de desarrollo, pero es innegable la demostración de dedicación
y voluntad, para que estas dejen de ser una quimera.
RECOMENDACIONES

Las sólidas disertaciones con que la hermenéutica jurídica ha hecho


manifiestas sus enseñanzas, dedicadas a la Citación, como mecanismo de
comparecencia, unida a la marcha de las nuevas tendencias del Derecho
Procesal, hoy vitales en el Procedimiento Laboral, induce a examinar la
posibilidad, que la influencia de la imponente riqueza de las consecuencias
de este acto notificatorio en la tutela judicial, pudiera formar parte del
procedimiento civil en todas sus aplicaciones, y así, adecuarse a los
preceptos proclamados en la Constitución Nacional. Argumento que refuerza
el artículo 26 de la misma, en armonía con el artículo 2 de la Ley Orgánica
Procesal del Trabajo, lecturas que consagran los principios de uniformidad,
brevedad, oralidad, publicidad, celeridad, inmediatez, concentración,
prioridad de la realidad de los hechos y equidad; que si bien caracterizan
también el proceso ordinario, la experiencia ha demostrado que pareciera
que la jurisprudencia persigue erradicar el régimen de la Citación y, dar
todas las garantías de seguridad y certeza al debido proceso, con el Instituto
de la Notificación, sin tratar de implementar una herramienta en otra, sino
que el ejercicio de los postulados que las identifican, hagan honor a su
incumbencia.

La Tutela Judicial Efectiva, que es atender la situación procesal


inmediata, como responsabilidad de Estado, permite que el principio de la
unicidad del procedimiento deba imponerse, en analogía con el principio
dispositivo, consagrado entre otros, en el artículo 49 de la mencionada Carta
Magna. Lo que supone que es cuestión de espera, quizás hasta necesaria, de
disponer del mejor de los ordenamientos.
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ÍNDICE ANALÍTICO

A D

Alguacil: 21, 28-30, 33, 34, 36, 44, Defensor: 14, 29, 30, 36
45,59, 69 Demanda: 28, 30, 33, 36, 49, 50,
Amparo: 31, 32, 58, 60, 64 52-55, 60, 63, 64, 66, 67, 68
Apoderado: 38, 39, 43, 44, 52.63 Demandado (a): 21, 27-30, 33, 36,
Asistencia Jurídica: 24, 36 38, 40, 44, 45, 48, 49, 61, 62, 66,
Audiencia de Juicio: 55 68, 70
Audiencia Preliminar: 28, 33, 40, Demandante: 34, 43, 44, 45, 49
48, 49, 61, 63 Derecho: 12, 13, 15-20, 22-26, 31,
Aviso: 41, 45-47, 61 32, 34-38, 40, 46, 48, 50, 51, 53-
55, 58, 60-62, 64.67
Derechos Humanos: 15, 32, 60
B Despacho Saneador: 52, 54
Desplazamiento: 20, 29
Discrecionalidad: 20, 25
Bien Común: 13, 17, 31

E
C
Emplazamiento: 29
Carta Magna: 12, 24, 40 Equidad: 17, 19, 27, 68
Cartel: 21, 27-30, 33, 34, 37, 45, Estado: 12, 15-18, 21, 22, 24, 26,
60, 62 31, 32, 36, 42, 50, 51, 53, 56, 60,
Causa: 13, 15, 21, 31, 35, 36, 38, 67, 68
41, 44, 54, 61, 62, 64, 65, 69, 70 Estado de Derecho: 12, 14, 23
Certeza: 20, 66 Estado Social: 12-14, 23, 46
Citación: 15, 20, 21, 28-30, 33, Expediente: 21, 29, 33, 37, 40, 41,
36, 37, 43, 44, 46, 47, 49, 53, 60, 46
62, 65, 66, 72 Expertos: 55-58
Colusión: 50, 52
Comparecencia: 21, 22, 24, 26,
28-30, 33, 34, 37, 40-42, 44, 45,
48, 55, 58, 59, 63, 68 F
Compulsa: 21, 27, 36
Conciliación: 27, 35 Firma electrónica: 40, 41
Contrato de Trabajo: 44, 64 Formas, fórmulas, formalidades,
Control difuso: 39 formalismos: 19-23, 25-28, 30, 35,
Constitución: 15, 16, 24, 31, 38, 36, 39, 44, 48, 63, 69, 70
51, 64, 67, 69 Fraude: 50, 52, 72
Cuestión Social: 15 Función jurisdiccional: 14, 23, 26,
34, 70
G N

Garantía: 16, 20, 22-24, 26, 31, Norma: 13-20, 23, 24, 35-37, 43,
32, 37, 42, 46, 48, 54, 56, 58, 60, 46, 55, 63, 67, 68
68, 70 Notario: 43, 44, 69
Notificación: 15, 20, 23-30, 32-37,
H 39-43, 45, 46, 48, 50, 52, 53, 58-
63, 65, 70, 72
Nulidad: 69, 70
Hermenéutica Jurídica: 17, 49

O
I
Orden Público: 24, 25, 32, 40, 46,
Identidad Social: 16 63, 66
Interés Social: 12-21, 24, 26, 31, Ordenamiento: 12, 15, 16, 21, 25,
33, 35, 39, 46, 55, 63 37, 63, 66
Interpretación: 14, 17-19, 23, 36,
48
J P
Juez: 16-21, 23, 25, 27, 28, 30-32,
35, 37, 40, 41, 46, 50-52, 56-59, Parte (s): 17, 26-28, 30, 34, 35,
62, 64-67, 69-72 40, 41, 43, 44, 46, 48-58, 61-63,
Juicio: 16, 17, 23, 27, 28, 34, 35, 70
37, 38, 53, 62, 64, 69, 71 Patrono: 23, 34, 37, 41, 63, 64, 67
Justicia: 12-16, 20, 22, 23, 25, 26, Perención: 52-55, 65
29, 39, 40, 42, 46, 49, 52, 56, 67, Poder: 14, 21, 26, 39, 46, 56, 59,
68, 71 67
Prescripción: 66, 68
Pretensión: 14, 30, 53, 61
Principios
L ¥ Abreviación o brevedad: 26,
27, 34, 35, 40, 59, 71
Libelo: 26, 36, 38, 44, 49, 52-54, ¥ Alteridad: 66
68 ¥ Autoridad: 26
¥ Celeridad: 27, 40, 42, 43, 48
¥ Compensación: 13
M ¥ Concentración: 27
¥ Confesión mutua: 64
Mandato: 37-39, 56, 63 ¥ Conocimiento: 19, 27, 28,
Máximas de Experiencia: 19 39, 42, 55, 56
Medios electrónicos: 40 ¥ Contradicción,
contradictorio: 13, 21, 25,
43, 46
¥ Control judicial de la ¥ Tutela Judicial efectiva: 13,
legalidad constitucional: 14 19, 22, 23, 31, 35, 37, 40,
¥ Debido Proceso: 15, 20, 23, 51, 63, 67, 69
24, 26-29, 53, 54, 58 ¥ Unidad de Jurisdicción: 58
¥ Derecho a la Defensa: 17, ¥ Uniformidad: 27, 39
24, 30, 31, 36, 38, 41, 44, Proceso: 12, 14, 17-20, 24, 26, 27,
46, 49, 54, 56, 66, 71 29-32, 35-37, 39, 41, 43, 44, 46,
¥ Despacho Saneador: 52, 54 48-52, 55,
¥ Dispositivo: 70 Protección: 13, 40, 59
¥ Economía procesal: 70
¥ Elasticidad: 28 R
¥ Equidad: 17, 19, 27, 68
¥ Especificidad: 69 Ratio legis: 26
¥ Estabilidad: 70 Representante, representación: 34,
¥ Finalista: 70 36-38, 47, 50, 59
¥ Generales del Derecho: 16- Responsabilidad: 14, 15, 31, 36,
19, 33 46, 51, 52
¥ Gratuidad: 22, 27
¥ Identidad: 13 S
¥ Igualdad: 13, 15-17, 25, 63,
70 Sentencia: 18, 27, 48, 53, 55, 62,
¥ Impulso Procesal: 35, 51, 61 71
¥ Inmediatez:27, 40, 59, 71 Seguridad Jurídica: 21, 38
¥ Informalidad: 59 Solidaridad: 15
¥ Interés Procesal: 43, 59
¥ Interés social: 12-21, 24,
26, 31, 33, 35, 39, 46, 55 T
¥ Jurídico-Político: 67
¥ Las partes están a Derecho:
24, 53, 61, 62 Terceros: 41, 44, 48, 49, 52, 63,
¥ Lealtad y Probidad: 50, 52 72
¥ Legitimación: 27, 43, 59 Trabajadores: 12, 23, 27, 51, 63-
¥ Libertad Jurídica: 21, 35 65, 68
¥ Mandato Tácito: 34
¥ Oralidad: 27, 71
¥ Potestad de Compostura: 53 V
¥ Presentación procesal: 38
¥ Primacía de la Realidad: 27, Verdad: 14, 19, 50, 70
67, 69, 70
¥ Publicidad: 27, 35
¥ Recepción: 37
¥ Soberanía o supremacía
constitucional: 13, 19, 32
¥ Supletoriedad: 35

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