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Asignatura:
Trabajos Investigativo
Elaborado por:
Vielka Hernández
Dhamar De León
Ema Young
Luz Manchón
Lucelli Moreno
Facilitadora:
Turno nocturno
Por otra parte, la Ley 47 de 1946, Orgánica de Educación, con las adiciones y
modificaciones introducidas por la Ley 34 del 6 de julio de 1995 dice en su
ARTÍCULO 1: “La educación es un derecho y un deber de la persona humana, sin
distingo de edad, etnia, sexo, religión, posición económica, social o ideas políticas.
Corresponde al Estado el deber de organizar y dirigir el servicio público de la
educación, a fin de garantizar la eficiencia y efectividad del sistema educativo
nacional, que comprende tanto la educación oficial, impartida por las dependencias
oficiales, como la educación particular, impartida por personas o entidades
privadas.”
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PANAMÁ: Reforma del Sistema Educativo 2012
En general, estos resultados parecen indicar un leve descenso en la posición ocupada por
Panamá en el GCR de 2009-10, cuando el país obtuvo el puesto número 111 en términos de
la calidad de su sistema educativo, el puesto 109 en la educación primaria y el 113 en la
enseñanza de las matemáticas y las ciencias. Sin embargo, esta aparente caída fue en gran
parte el resultado de la inclusión de otros países en la encuesta, con el puntaje de Panamá,
tanto en lo concerniente a la calidad del sistema educativo como de la educación primaria,
mejorando ligeramente en el periodo al ir de 2.9 (en un promedio de 7.0) a 3.0 y 2.8 a 2.9,
respectivamente.
Estas ganancias pueden haber sido el resultado de las reformas iniciadas durante el año
2010 con la reestructuración de los programas de enseñanza primaria, media y secundaria.
A finales de 2012, el Ministerio de Educación (MEDUCA) informó que cerca del 62.4% de
las escuelas secundarias ya había completado la transformación. Además de una revisión
completa del plan de estudios, el sistema público de educación está adoptando un año
escolar de cuatro periodos. Asimismo, el Ministerio ha creado el Equipo Nacional de
Innovación y Modernización Curricular, conformado por algunos de los mejores profesores
y profesionales del sistema con el fin de monitorear y revisar los programas de las escuelas
públicas de forma regular.
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Los cambios prosiguieron su marcha en el 2011, con la creación por parte del gobierno del
Programa Nacional de Formación Docente (ENCAD) para mejorar la calidad de la
enseñanza, sobre todo en lo que respecta a la implementación de las nuevas tecnologías en
la educación. MEDUCA informó haber completado con éxito su primer ciclo de formación
ENCAD para el 100% de los maestros en el año 2012.
La firma del Decreto Ejecutivo 920 en octubre de 2012 ha resultado más polémica. Entre
otros objetivos, la ley plantea la implementación de un sistema más riguroso para la
contratación y evaluación de directivos y docentes en las escuelas públicas. Esto ha
suscitado fuertes críticas por parte de los sindicatos de maestros durante los últimos seis
meses y algunos educadores han amenazado con la realización de huelgas en el sector. La
reacción no fue diferente a la que se presentó en México a principios de 2013, país en que
fue aprobada una legislación similar.
A pesar de las deficiencias del sistema educativo, Panamá tiene varias ventajas con respecto
a algunos de sus competidores regionales a la hora de transformarse en una economía
basada en el conocimiento. El país cuenta con una importante infraestructura de
información y de tecnología de las comunicaciones más un nivel relativamente alto de
adopción tecnológica. Dichos factores contribuyeron a que Panamá obtuviera el puesto
número 65 entre 145 países en el Índice de Economía del Conocimiento del Banco Mundial
del 2012.
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Desde 1946, cuando se unificó el criterio de la enseñanza en el país, no se había producido
una iniciativa similar. El otro, sin embargo, nació al calor de la situación del país, donde
apenas si se asomaba un leve vestigio de actitud civil contra el estatus político imperante.
Pero, sin dudas, era el momento exacto, la situación precisa y la circunstancia esperada.
LA REFORMA
En enero de 1978, el presidente Arístides Royo, junto al ministro de Educación, Gustavo
García de Paredes (hoy rector de la Universidad de Panamá) presentó al país una propuesta
de cambio del sistema educativo panameño que fue bautizado como Reforma Educativa.
Los puntos básicos no diferían mucho de los que incluso en la actualidad todavía se
discuten: cantidad de alumnos por educador, condiciones laborales, efectividad en la
enseñanza. Era la “cara bonita” de una fórmula que llevaría la educación al último rincón
de la República. Pero había algunos detalles que no estaban claros. “Había cosas que no
eran realmente congruentes con la enseñanza pura, por ejemplo decir que tal cosa se
escribía con “O” de Omar y que otra se escribía con “T” de Torrijos. En el fondo, se
buscaba rendir un culto a la personalidad tal como se hizo en Cuba con Fidel Castro”,
explicó Miguel Antonio Bernal, uno de los asesores del movimiento docente en aquellos
años.
Había otras cosas reprochables. El uniforme de camisa mostaza y pantalón chocolate
cambiaría a uno de camisa blanca y pantalón azul. El detalle estaba en las charratelas “tipo
militar” ubicadas sobre los hombros de las camisas de niños y niñas.
“Se estaba buscando formar generaciones promilitares, llegar hasta el punto de establecer la
milicia, incluso, como una forma de vida. Esto no podía permitirse”, cuenta Bernal.
COMIENZA LA GESTA
Hacia mayo de 1979, el ambiente comienza a tomar calor.
Los docentes ya tienen un grupo de líderes, encabezados
por Julio César Ortiz, profesor de Filosofía y presidente
de la Asociación de Profesores; Marco Alarcón, maestro y
secretario general de la Asociación de Maestros
Independientes Auténticos y Gilberto Solís, presidente de
la Asociación de Educadores de Colegios Particulares.
DE PARO A HUELGA NACIONAL
El trío asumió la vanguardia el 31 de agosto de 1979,
poniendo a prueba la estructura existente con un paro
militante de 48 horas, que tres días después se transformó en una huelga docente nacional.
Fueron presionados por todos lados. La Contraloría embargó el pago de la primera
quincena de septiembre. “Comenzamos a hacer colectas. El pueblo se unió para respaldar la
causa docente”, recuerda el doctor Bernal.
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A esta huelga se unen los médicos a finales de septiembre. Y el 9 de octubre, la gran
marcha nacional por la derogatoria de la Reforma Educativa fue el punto fuerte a favor del
movimiento cívico.
La movilización principal se dio en la capital en la escuela República de Venezuela.
Algunos medios de la época calcularon unas 250 mil personas en la marcha, una cifra que
aún en nuestros días se considera extraordinaria.
Las negociaciones se reanudaron. El gobierno comprendió que era mejor ceder que perder.
Y el 31 de octubre de 1979, un acuerdo de seis puntos, entre los que se destaca la
derogatoria de la Reforma Educativa, puso fin al conflicto.
Treinta años después analizando la experiencia vivida, el profesor Bernal sintetiza los
puntos positivos de la gesta educativa.
“Hoy, tres décadas después, la educación vive otro proceso de transformación llamado
“Reforma Curricular”, que comienza a generar posiciones entre el gobierno y los
educadores.
La diferencia está en que ahora el Estado es conducido por un presidente elegido
democráticamente, y que no es el tiempo de las imposiciones.
9 de octubre de 1979
La movilización alcanzó un nivel nunca antes visto en Panamá desde el
golpe del 11 de octubre
Como tantos otros acontecimientos sociales en los que el
pueblo panameño ha sido el principal protagonista, el 9 de
octubre de 1979, ha sido desdibujado de nuestra memoria
histórica y colectiva por los factores reales de poder.
Se buscaba alcanzar el cese del pisoteo a la dignidad de los docentes, cuyas condiciones de
trabajo, salarios, concursos, nombramientos y demás se hacían según la voluntad de la bota
militar y sus civiloides.
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Bajo el liderazgo del Movimiento Auténtico de Maestros Independientes, la Asociación
Nacional de Profesores de la República y la Asociación de Educadores de Colegios
Particulares, grandes masas de la población se fueron identificando y solidarizando de
diversas formas, bajo el liderazgo de Marcos Alarcón, Julio César Ortiz y Gilberto Solís,
principalmente.
La movilización alcanzó un nivel nunca antes visto en Panamá desde el golpe del 11 de
octubre y, desde la Escuela República de Venezuela se sucedieron decenas de piqueteos,
concentraciones, volanteos, asambleas, mitines y marchas que, con la multitudinaria
manifestación del 9 de octubre de 1979, rompió la intransigencia del gobierno dictatorial y
de su entonces ministro de Educación, Gustavo García de Paredes, quien se vio obligado a
renunciar después de firmados los acuerdos de fin de huelga el 31 de octubre.
El Gobierno del Presidente Royo, había promocionado dicha reforma pero la misma fue
atacada tanto por sectores de derecha como de izquierda, por lo que se vio obligado a
suspender los efectos de la misma. Alarcón, después fue legislador y ministro de
Educación, mientras que los otros siguieron siendo dirigentes de bases hasta el cambio de
gobierno que se efectuó en 1990.
Este movimiento fue considerado histórico por las implicaciones que tuvo y las
transformaciones radicales.
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Infografía
www.oxfordbusinessgroup.com/news/panamá-reforma-del-sistema-educativo
www.panamaviejaescuela.com/gran-marcha-educadores-1979/
https://books.google.com/books/about/La_revolución_y_la_reforma_educativa.
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