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Pensando desde Marx, creo que la escuela y por medio de la enseñanza de la filosofía
tradicional y academicista, también es parte de la creación del esclavo moderno, que se
hace un útil del sistema.
Generalmente se asume que el fracaso escolar es solo de aquellos que no consiguen las
calificaciones mínimas o alcanzan los conocimientos mínimos, pero se ha dejado de decir
que también fracasan aquellos que logran las metas, debido a que el alcanzar las metas de
los objetivos, en este sistema educativo, es una manipulación, y no ofrece una posibilidad
de nuevo mundo, y de nuevas experiencias de libertad que debiera vivir el y la estudiante.
Más bien son conducidos al fracaso existencia, producto del afán por ser capacitados en la
técnica, obviando la formación humana, emocional y social, que deja de lado un proyecto
educativo incentivado por la obtención de resultados, como si la técnica o el nivel
industrial de las personas fuera el gran protector de los vacíos epistémicos que la persona
pueda tener.
¿Qué hace el y la estudiante cuando tiene que elegir en la diversidad? ¿Por qué el elegir
fuera de lo normal es fuertemente criticada y hasta censurada por distinto sectores? El
sistema educativo trata generalmente de normalizar cualquier atisbo de diversidad, lo
diverso y lo distinto no tienen cabida en nuestras escuelas y colegios, que buscan a toda
costa la homogenización de las prácticas de los y las estudiantes, avalados primero por
una homogenización del profesorado, que obedientemente sigue las normas y reglas
impuesta en los manuales de convivencia, aún sabiendo que son autoritarios y sesgados,
ya que no se construye este tipo de herramientas con el aporte de toda la comunidad
educativa. Pasando a ser un documento legal, en vez de un documento que incentive las
buena convivencia comunitaria. El que viola alguna norma establecida, se le castiga, en
desmedro de hacerlo reparar el daño probable provocado a la comunidad.
Por otro lado, vemos que las discusiones tienden en algunos caso a ser tan radicales, que
no hay espacio para respetar la opiniones de todos, dando paso aquí funciona la ley del
todo o nada. O conseguimos todo, o no conseguimos nada, dejando de lado lo que
permite constituir una comunidad, el acuerdo. El poner parte de cada uno en beneficio del
resto, aun incluyendo aquellas cosas que son distintas como pueden ser las postura
políticas, religiosas, sociales. El tener diferencias o pensar distinto a la masa, hoy es un
riesgo. Mirada esta realidad desde la filosofía, claro está que la censura se ha establecido,
poniendo temas imposibles de tocar e imposibles de acordar, desplazando la idea de
democracia a los extremos, tratando de imponer una idea de país mucho más autoritaria
que libre y autónoma.
Es necesario que la filosofía asuma los retos de una educación liquida1, el cual consiste en
que poner a disposición de cada persona, criterios para que cada quien pueda definir
cuales son los valores que quiere agregar a su proyecto de vida, y así poder interpelar la
relación que está construyendo cada persona con la sociedad. Por tanto, se podría decir
que en el aula de clases se están destruyendo los valores de la sociedad, merced de los
valores hedonistas que ni siquiera la filosofía mas dura existencialista tiene intensiones de
promover, nunca la técnica ni el afán de lo particular ha sido propio de la filosofía. Mas,
claro está que toda pérdida colectiva es un gran fracaso para un proyecto filosófico.
Es la filosofía la que debe abrir puertas a lo distinto, a lo diverso, pero ¿de qué manera se
puede hacer esto? La respuesta es muy sencilla, desde una conciencia de libertad de
elección y tolerancia, que se debe incentivar en cada clase de filosofía. ahora bien,
realizar esta práctica es muy posible en cualquier sistema educativo, ya que como la
dirección de los centros educativos no saben de filosofía, por lo general tienden a no
contradecir lo propuesto por el o la docente. Por tanto, mucho del éxito filosófico pasa
por las manos de los y las docentes que son una pieza fundamental que permitirá hacer
conexión entre un proyecto filosófico interesante, inclusivo, indagatorio y los y las
estudiantes, por el contrario, tendremos docentes que se dediquen a eliminar con sus
prácticas, cualquier interés que pueda existir por una filosofía creativa y liberadora, siendo
ellos mismos y posteriormente los y las estudiantes empleados del sistema.
Ahora bien, es importante poder tomarse del cumulo de información que los y las
estudiantes traen a la clase, que esos conocimientos no sean dejados de lados en las clase
de filosofía, sino que sean el punto de partida de todo conocimiento posterior. De
manera de relacionar las experiencias indagatorias venidera con la información y gustos
que ellos tienen sobre determinados temas. Partir de lo que a los y las estudiantes les
interesa, hace mucho más fácil orientar una discusión filosófica mediante temas
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