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Para Kant el sujeto del conocimiento es activo, es decir, no es un simple espejo de lo que pasa en el
mundo. Al ser activo, y esto se debe a la concepción del giro copernicano en donde el sujeto pasa a
ser el centro del conocimiento, debe aplicar las categorías del entendimiento (facultad activa). Por
otro lado, Kant no cree que el entendimiento sea un entendimiento divino, un entendimiento que
puede construir los objetos sin que se le den. Es por este motivo que nos hablará de otra facultad de
conocimiento (la sensibilidad). La sensibilidad es la facultad que permite que los objetos se nos den
espacio temporalmente. Es en el espacio y en el tiempo donde el entendimiento aplicará las
categorías para obtener un objeto. Podemos hablar así de la diferencia fundamental que existe entre
el fenómeno (que se da en el espacio y en el tiempo, lo que es previo a la acción del sujeto) y el
objeto (que ya implica la acción constituyente del sujeto). De esta manera, Kant nos habla de un
sujeto constituyente, un sujeto que construye el objeto y no es mero receptáculo de experiencias. Es
así cómo Kant se aparta tanto de las posiciones meramente racionalistas, innatistas y empiristas
(aunque bien toma elementos de estas corrientes de pensamiento, sobre todo del pensamiento
humeano).
Kant sostiene que conocer no es reflejar los objetos, sino operar sobre ellos transformándolos,
construir el ámbito de la objetividad. Conocer quiere decir elaborar el objeto, elaborar las cosas para
que estén en condiciones de constituir objetos. El conocimiento es una forma especial de actividad,
de praxis, de elaboración del objeto.
El conocimiento envuelve dos factores:
- La razón
- Las impresiones
La razón, que es independiente de la experiencia, para poder "moldear" los objetos necesita de las
impresiones.
La razón está constituida por Espacio y Tiempo que son formas puras de la sensibilidad o
instituciones (intuiciones) puras, y por las Categorias que son conceptos puros del entendimiento,
son condiciones de posibilidad del pensar puro y ellas son las Categorías de Unidad, Pluralidad,
Totalidad, Realidad, Negación, Limitación, Subsistencia e Inherencia (sustancia y accidente),
Causalidad y dependencia (Causa y efecto), Comunidad, Posibilidad – imposibilidad, Existencia –
No existencia, Necesidad – Contingencia.
Espacio, tiempo, y las categorías no son independientes del sujeto, sino que son instrumentos o
moldes mediante los cuales el sujeto elabora el mundo de los objetos; y las impresiones son el
material moldeable que el sujeto utiliza. Espacio, tiempo y categorías son la forma y las
impresiones son la materia o contenido. Este material (impresiones) puede provenir solo de la
experiencia, por eso Kant dice que no es posible conocimiento fuera de las fronteras de la
experiencia.
Pero el conocer no es mera percepción, sino también elaboración del objeto. Para Kant conocer
consiste en construir los objetos, el conocimiento es la coincidencia entre las representaciones que
tiene el sujeto y las cosas que antes había constituido. Lo determinante en el acto de conocer es el
sujeto y no tanto el objeto.
Que los objetos se rijan por nuestro conocimiento no significa que estos se conviertan ahora en
algo subjetivo, en puras representaciones.
Nuestra capacidad de conocer no puede ponerse en funcionamiento sin objetos que estimulen
nuestros sentidos y así proporcionen impresiones que luego el entendimiento se ocupara de unir,
separar, comparar, etc. De lo cual resulta el conocimiento empírico. No hay duda, que en orden del
tiempo, la empírico. No hay duda, que en orden del tiempo, la experiencia es el primer
conocimiento que tenemos. Pero si bien todo nuestro conocimiento comienza en la experiencia, no
por eso todo conocimiento se origina de ella.
Las impresiones, que nos de la experiencia, son el estímulo para que la facultad de conocer se
ponga en actividad. Entonces, el conocimiento no se origina en su totalidad de la experiencia sino
que ella nos proporciona las impresiones, la "materia" y las "formas" provienen del sujeto.
La experiencia esta compuesta por:
Elementos a posteriori (dependen de la experiencia), la "materia" como mera multiplicidad de datos
empíricos.
Elementos a priori (independiente de la experiencia), la "forma" como condiciones de posibilidad
de conocimiento.
Objeto: Ob (frente a, delate de) ; iectum (algo que esta ahí, con una cierta figura o aspecto
determinado). El prefijo ob alude a la circunstancia de que cuando hay conocimiento hay algo que
se nos pone delante, algo que nos enfrenta, algo que nos es dado y eso genera impresiones o
sensaciones, pero una mera sensación no es un objeto. El prefijo iectum es lo que hace de esa pura
sensación un algo con una figura o aspecto determinado. El sujeto impone la forma a las
sensaciones para convertirlas en objetos.
Percepción y abstracción son momentos del proceso cognoscitivo. Hegel desarrolla este proceso
en relación con estas actividades de la conciencia. La abstracción puede realizarse sobre un objeto
dado, tomar solo uno o algunos aspectos de el objeto prescindiendo de los demás aspectos. La
percepción es el momento del primer enfrentamiento entre el sujeto y todo lo que no es sujeto: los
objetos dados a la percepción. Sujeto y objeto son contrarios, opuestos, el objeto percibido en esta
fase del proceso es pasivo y confuso. De manera que en la percepción tomada en forma aislada no
es posible el conocimiento del objeto por parte del sujeto.
Por ejemplo, supongamos que el sujeto experimenta un primer contacto sensible con un árbol por
medio de los sentidos (ve su apariencia, sus colores, etc). A partir de allí el entendimiento aislará o
separará carácterísticas (presencia de tronco, prsencia periódica de hojas en un tronco, presencia de
coloración determinada, verticalidad y arraigo al terreno, grosor de tronco, ramificación). Estos
factores, que el sujeto ve comunes en la multiplicidad con la cual el objeto finito se le presenta a los
sentidos, son esenciales porque si faltara uno de ellos dudaríamos de calificarlo como tal. Unos
factores pesan más que otros: por ejemplo ver un árbol flotando nos confundiría y por mucho que
cumpliera con el resto de las características negaríamos que “eso que flota” sea un árbol. Pero para
ello es necesario abstraer factores prescindibles (número de hojas y de ramas, forma de las hojas,
número de individuos, utilidad, forma reproductora, relaciones ambientales, variedad, etc).
Estos factores, o no son necesarios en una primera abstracción o solo son accesibles en
percepciones posteriores de la conciencia que busca más contenidos.
Finalmente, del objeto finito el entendimiento extrae un objeto infinito, permanente, comprensible,
para el sujeto. Al mismo tiempo la conciencia percibe inmediatamente (sin mediación) la presencia
de este nuevo objeto –ahora interno- como más real que el objeto de la percepción.
Para el sujeto de esta experiencia el objeto finito múltiple y confuso se ha convertido en un objeto
para la conciencia. Anteriormente se dijo que el objeto finito era dado a los sentidos de manera
pasiva. El entendimiento a partir de lo percibido ha producido un nuevo objeto que es universal.
Aquello que era múltiple e indeterminado es un objeto para la conciencia , de manera que ya no es
necesario verlo, percibirlo para que sea real. Ahora la conciencia tiene experiencia de un objeto que
cumple con las cualidades que el entendimiento determinó como propias del objeto. La conciencia
experimenta el objeto una vez que el entendimiento lo ha determinado en su esencia. La conciencia
tiene la experiencia de ver surgir, de percibir un objeto para ella (no para los sentidos) y lo
considera como lo verdadero y esencial y toma al objeto de la experiencia perceptiva como no
verdadero e inesencial.
El propio saber ha cambiado pues tiene nuevos contenidos con los cuales interpretar lo que se le
enfrenta en la existencia. El incremento de contenidos que experimenta la conciencia le permite
medir lo verdadero de su saber comparando el nuevo objeto con el anterior y de esta manera hacerlo
cada vez más cierto, más verdadero.
La relación entre sujeto y verdad tiene una interacción que se establece dentro de los parámetros
del idealismo trascendental hegeliano, puesto que sobrepasan la forma usual de presentar el
conocimiento como una relación unilateral entre el sujeto y el objeto. En Hegel la relación es
dialéctica en cuanto a que el sujeto, la conciencia y el “en sí” deben integrarse con el “ser ahí”, para
que, en un movimiento de integración, se consolide la verdad, lo verdadero, lo cierto. Representa el
movimiento que la conciencia debe realizar de salir de sí, para integrarse con su objeto y captar el
movimiento. El sujeto y el objeto no son considerados como cosas, sino como momentos de ese
movimiento que es la dialéctica.
Hegel inicia la historia del hombre en oriente y la culmina en Alemania. África y América quedan
por “fuera” de la historia del espíritu “universal”. Esa historia es, a la vez, historia de la exposición
de la razón en el tiempo e historia del desarrollo de la libertad. En Hegel, el proceso apunta hacia la
Ilustración, y tiene como momentos constitutivos la Reforma de Lutero, la Ilustración alemana y la
Revolución Francesa. Hegel llega a tener una visión muy sesgada de la “Historia Universal”, pues
resalta a Francia, Inglaterra, Dinamarca y Alemania como el “corazón” de Europa. Sin embargo, es
Alemania la realización del espíritu. Por ende el sujeto al que el se refiere es el hombre germánico
moderno, y es a este Sujeto al que Hegel le da el “derecho absoluto” sobre los demás pueblos del
mundo legitimando el colonialismo desde su filosofía, ya que es a lo que todos los hombres deben
llegar a ser.
Sin embargo, como afirma Enrique Dussel, ese sujeto (que pretende ser absuluto, la cúspide de la
humanidad y la civilización) es también el resultado de la participación de otras culturas, de otros
sujetos en la historia que el sujeto hegeliano ignora, sepultando la riqueza cultural e intelectual de
dichos pueblos y despreciándolos.
b) Explique las diferencias entre el pensamiento latinoamericano del paradigma político clásico,
respecto a la concepción política.