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Dedicatoria:

A nuestros padres por brindarnos el


apoyo necesario para seguir
estudiando y así poder formarnos
profesionalmente.
Agradecimiento:
A Dios por la vida e inteligencia,
oportunidad de poder estudiar esta
carrera, ese ser supremo que nada me
niega y todo me da, mi fuente de luz y
consuelo, mi guía y señor.
INDICE
Dedicatoria: ................................................................................................................................. 1
Agradecimiento: .......................................................................................................................... 2
INTRODUCCION ........................................................................................................................ 4
I. LA VOCACIÓN DEL ABOGADO .................................................................................... 5
1. LA VOCACIÓN DEL ABOGADO A TRAVES DE LA HISTORIA ............................. 5
1.1. GRECIA ....................................................................................................................... 6
1.2. ROMA........................................................................................................................... 7
1.3. ESPAÑA ...................................................................................................................... 7
1.4. FRANCIA ..................................................................................................................... 8
1.5. MEXICO INDEPENDIENTE...................................................................................... 9
2. ¿QUÉ ES LA VOCACIÓN? ............................................................................................ 10
3. LA VOCACIÓN DE ABOGADO. ................................................................................... 11
4. PREPARACIÓN PARA EL EJERCICIO DE LA ABOGACÍA. ................................. 14
5. FORMACIÓN INTELECTUAL. ...................................................................................... 14
6. FORMACIÓN MORAL. ................................................................................................... 15
7. EL ABOGADO ANTE LA MORAL, LA ÉTICA Y LA DEONTOLOGÍA JURÍDICA ..
............................................................................................................................................. 17
7.1. INDEPENDENCIA PROFESIONAL ...................................................................... 17
7.2. LIBERTAD PROFESIONAL ................................................................................... 18
CONCLUSIONES ..................................................................................................................... 20
BIBLIOGRAFIA ......................................................................................................................... 21
INTRODUCCION
I. LA VOCACIÓN DEL ABOGADO
1. LA VOCACIÓN DEL ABOGADO A TRAVES DE LA HISTORIA

El ejercicio del derecho es una de las profesiones más antiguas, ya que


desde que los conflictos entre los hombres dejaron de resolverse por la
fuerza, existe el derecho. Pero como obra humana el derecho, con
frecuencia, contiene leyes oscuras, contradictorias o formuladas
deficientemente y por lo tanto, para tratar de superar esas deficiencias son
necesarios los abogados.

La vocación del abogado es un tema muy importante el cual debemos


abordar desde una perspectiva objetiva para que así podamos entender
desde el concepto de “Vocación” y posteriormente el concepto de
“Abogado”. Entendemos por abogado, que es aquella persona licenciado en
derecho, que practica profesionalmente la defensa de las partes en juicio y
a toda clase de procesos judiciales, interpretando la ley y aplicándola con
un solo objetivo, el de hacer justicia.

Ahora bien que entendemos por vocación, se dice que es el llamado o voz
interior que nos impulsa hacia una profesión, al ejercicio de una actividad
determinada, o una misión personal. El autor Víctor Manuel Pérez Valera
nos comenta en su libro Deontología Jurídica La Ética en el ser y quehacer
del abogado, que … “ la vocación del abogado, se dice es muy semejante a
la del medico, ya que el Doctor ve por la salud del ser humano, cura
algunas veces, alivia frecuentemente y consuela siempre, algo semejante
se dice del abogado; algunas veces lograra que triunfe completamente la
justicia, otras veces parcialmente, pero aunque no logre el éxito siempre
mostrara el aspecto humano de resignación ante las fallas de la justicia
humana.”

Si bien es sabido, la vocación en el abogado es tan importante tanto en


tiempos antiguos como hoy en día, hay que querer hacer algo, y sobre todo
hacerlo bien, en eso está el buen hacer de un abogado, siempre buscando
el bien de nuestro clientes, todo apegado a derecho y de la mejor manera
posible, logrando la justicia ante todo. A continuación les mencionare
algunos puntos importantes de la vocación del abogado en los pueblos
antiguos.

1.1. GRECIA

Grecia es considerada como la cuna de la filosofía, las artes y la


literatura, fue inspiración del derecho para algunos pueblos como Roma.
Algunos de los abogados más destacados de Grecia fueron Demóstenes
e Isocrates.

Los abogados de Grecia iniciaron más bien como oradores o voceris,


porque era propio de su oficio el uso de voces y palabras, eran expertos
en la elocuencia y retórica. La elocuencia desempeñaba un papel muy
importante, no solo en el debate parlamentario, sino también en los
tribunales.

Demóstenes fue considerado uno de los mejores oradores en la Grecia


antigua, se dice que tenía un problema del habla lo que lo motivo a
luchar contra su problema y la burla de la cual era preso en su niñez, se
dice que mostraba mucha vocación e interés en la retórica, y aunque
muchos se reían de él, se dice fue uno de los mejores oradores de
Grecia. También hubo otros personajes importantes como Dracon y
Solón.

Dracon fue un legislador de Atenas, a él se le atribuye la primera


codificación de las leyes de la ciudad, hasta entonces transmitidas
oralmente, hacia el año 621. Ac. , se dice que Solón le dio paso a la
democracia.

En la Grecia clásica, el orador-abogado juraba en el foro ante la


asamblea, su compromiso con la verdad y la justicia: sostenía que había
asumido la causa por considerarla justa y que la abandonaría si se
demostraba lo contrario.
1.2. ROMA

En roma se exigía para los abogados el dominio de la palabra, pero


junto con esta la rectitud ética: vir bonus, dicend, peritus (Hombre bueno
y experto de hablar). Al principio el pretor designaba a los defensores en
el proceso ad-vocatus, llamado a asistir a otro, a estar a su lado.

Se atribuye a Augusto el primer reglamento sobre la abogacía, a Adriano


en cambio, se debe el mérito de haber establecido como fuente del
derecho “la doctrina”, que se basaba principalmente en las opiniones
jurídicas de Paipiniano, Ulpiano, Gayo, Julio Paulo y Modestino.

La Abogacía gozo de gran prestigio, al principio esta profesión estaba


restringida a los patricios, pero con el tiempo también fueron admitidos
los plebeyos.

En las causas civiles el abogado pronunciaba un juramento de decir la


verdad y asimismo se comprometía a consagrarse lealmente a la
defensa de su cliente, a no utilizar medios desleales o incorrectos y a
abandonar la causa si durante el proceso apareciera que esta era injusta
o deshonesta.

En Roma el abogado debería de ser libre en el doble sentido de la


palabra, es decir, no solo no ser esclavo, sino también gozar de la
libertad moral: no debía depender de nadie, ni rendir cuentas ni al poder
público ni a particulares. Para lograr esto los romanos estaban atentos a
que no cualquier persona accediera a tan importante profesión. Había
reglas para que solo las personas con una trayectoria honorable
pudieran acceder a tan gran privilegio.

1.3. ESPAÑA

Durante la edad media, en los diversos territorios de España la ciencia


jurídica gozaba de gran prestigio, al igual que quienes la ejercían. El
derecho estaba catalogado como la primera ciencia, debido a su relación
con la justicia.
A fines del siglo V, el rey Eurico reconoce la función del abogado. En las
diversas leyes encontramos principios deontológicos dirigidos a los
abogados y a los legisladores, todo ello en el ámbito de una justicia
equitativa y moderada.

Con relación a los abogados, además de las amonestaciones que


aparecen indirectamente al referirse al proceso, se les pide ante todo,
lealtad y rectitud, que se consideraban cualidades esenciales en el ser y
quehacer del abogado.

1.4. FRANCIA

En Francia existió la orden de abogados desde 1274, o más bien la


regulación sobre la abogacía comenzó con San Luis en 1215-1270 y fue
completada por su hijo Felipe III, restauro el juramento de los Abogados
y elaboro el reglamento de la profesión: impuso un examen profesional y
estableció las causas de exclusión de la orden.

En el antiguo régimen se podía ser abogado desde los 17 años,


haciendo un previo examen, el cual menciono en el párrafo anterior. En
esta reglamentación también se tenia divididos a los abogados en tres
grupos: Abogados consultores, abogados postulantes y abogados
oidores, los cuales no estaban autorizados para litigar (pasantes en la
actualidad). La orden de los abogados durante esta época gozo de gran
independencia y autonomía, hasta su supresión en 1790.

Con la Revolución francesa muchas instituciones fueron radicalmente


cambiadas o suprimidas. El decreto del 2 de Septiembre, daba el golpe
de muerte a la barra y a la orden de los abogados: “los hombres de ley,
de aquí en adelante llamados abogados, no deberán de formar ni orden,
ni corporación, ni portaran vestidura particular en sus funciones.” Al
suprimirse esta comunidad profesional proliferaron muchos “defensores
de oficio”, sin tradición y sin disciplina, y lo que fue peor sin ética. Fueron
serviles y envilecieron a la profesión. El daño fue tan grave, que solo
después de varios años se pudo reconstituir la barra y poco a poco se
comenzó a recuperar la confianza del pueblo en los abogados gracias a
una actuación ética irreprochable.

En esta época turbulenta no faltaron actuaciones heroicas de abogados


que a costa de grandes sacrificios defendieron la dignidad de su
profesión.

1.5. MEXICO INDEPENDIENTE

En el México independiente solo se fueron reformando algunas cosas


como en el Colegio de abogados se encargó la dirección de la academia
de jurisprudencia teórica y práctica, en el cual se hablaba de los
lineamientos para poder ser un abogado, tales como lo que tenía que
contener el examen del abogado, el tiempo de estudio, y los tipos de
estudio que debía llevar o tomar a lo largo de su carrera. Este examen
se tomaba ante ministros e importantes personalidades y funcionarios
del Poder judicial.

Con esto también se estimo obligatorio la práctica de los pasantes, el


plan de estudios el cual determinaron que debía tener una duración de
cuatro años, además se debían aprobar dos exámenes uno ante el
Colegio de Abogados nacional y otro ante la Primera sala de la Suprema
Corte de Justicia.

José Castillo Larrañaga, comenta que “lamentablemente en años


posteriores se perdió en buena parte el rigor académico y sobre todo el
enfoque práctico y las exigencias éticas de la profesión.”.

Como hemos visto la auténtica vocación, aunque podría parecer algo


externo, es en realidad algo profundo e íntimo: un querer, un ideal, algo
que nos exige cierta exclusividad hacia algo. El reconocido jurista
francés Jean-Claude Woog, reconoce lo siguiente acerca del abogado:
“ser abogado es ante todo consagrarse al otro y amarlo, para saber
defenderlo, aconsejarlo, desdramatizar una situación, es saber ser, en
ciertos momentos, el espejo de aumento que permite al cliente ser más
lucido… sin esta conciencia del otro no existe el verdadero abogado.”
Por ultimo debemos pensar en la gran importancia de nuestra profesión,
y lo que conlleva el hacer bien, buscando siempre la justicia, sin
apartarnos de nuestros valores y siempre viendo lo mejor para cliente y
nosotros sin perder el fin o motivo de nuestro ser.

2. ¿QUÉ ES LA VOCACIÓN?

La palabra vocación, procede del latín: vocāre; llamar.

La Real Academia de la Lengua lo define como Inclinación a cualquier


estado, profesión o carrera.

También se le define como “el deseo de emprender una carrera, profesión o


cualquier otra actividad cuando todavía no se han adquirido todas las
actitudes o conocimientos necesarios”. Me quedo con esta.

Encontrar la vocación en la vida, es uno de los pasos más importantes de la


existencia del ser humano, pues saber cuál es nuestro objetivo en la vida,
llena de plenitud y satisfacción cuando acometemos nuestro proyecto.

Iniciar un nuevo proyecto que nos llene plenamente, que nos motive cada
día, logrará que nuestra vida esté guiada por la ilusión, que el aprendizaje
se convierta en alegría permanente, y que el conocimiento lo mueva la
curiosidad.

Si hacemos lo que nos gusta en la vida, no llenamos el tiempo: lo


disfrutamos. El trabajo se convierte en servicio y el servicio en ilusión y en
alegría.

La vocación es un problema fundamental de la profesión. La vocación se ve


orientada por la psicología en la sociedad actual, buscando la profesión
idónea para el individuo.

Por desgracia, la profesión no siempre coincide con la vocación. Esto


constituirá siempre un desequilibrio sicológico en el sujeto y una fuente de
malestar en él y de perjuicio para la empresa; por el contrario, cuando la
profesión coincide con la vocación esta será de provecho para él y la
empresa.
Cuando hay vocación ningún trabajo se hace pesado, todo se facilita, hay
entrega y dedicación. Toda actividad debe ejercerse vocacionalmente. La
profesión según Peinado Navarro, es una actividad del hombre que
desempeña una función social. Toda persona que ejerza una profesión ha
de tener la idea de permanecer en ella durante largo tiempo, buscar en ella
los medios de sustentación de la vida y que esa profesión o trabajo sea
duradero.

Lo esencial de la profesión es, ante todo, que sea personal: "ni las
máquinas ni los animales, que duraderamente llevan a cabo una
determinada labor en beneficio de la sociedad, ejercen una profesión.
Prestan sencillamente un servicio y nada más”. (Peinado Navarro, Moral
Profesional). Esto significa que la profesión no consiste solamente en
prestar un servicio, sino que implica la personalidad. Es, además, una labor
de carácter social: "la profesión supone una sociedad organizada dentro de
la cual las labores están distribuidas y contribuyen todas al bien común. La
profesión es, pues, de la sociedad organizada y para la sociedad
organizada".

3. LA VOCACIÓN DE ABOGADO.

La vocación de abogado debe ser muy analizada, sobre todo por el mismo
individuo, ya que representa muchas aptitudes y destrezas necesarias para
llevar una profesión en debida forma. Además, debemos reiterar que la
profesión de abogado tiene como fin último la ayuda a la comunidad donde
iremos a prestar nuestros servicios profesionales, atendiendo a personas de
todos los estratos sociales, inclinaciones políticas y religiosas y de cualquier
raza, que necesite de nuestros servicios.

La vocación de abogado nos permite llevar sin mucho esfuerzo algunas


aptitudes, que al cultivarlas debidamente nos procurará una mejor forma de
enfrentar los obstáculos que se nos presentan durante la vida profesional y
estos son:

a) Austeridad: consiste en llevar una vida modesta y de probada


honradez.
b) Veracidad: virtud que nos conduce siempre a manifestar lo que
creemos o pensamos.

c) Lealtad: nos obliga a ser fieles y rigurosos en el cumplimiento de los


compromisos y obligaciones, en la correspondencia de afectos, etc.

d) Tolerancia: respeto y consideración de las opiniones ajenas. No es


aprobar el error, sino simplemente, la capacidad de convivir con lo
diferente.

e) Espíritu de Trabajo: Inclinación a realizar con entusiasmo y eficacia


los labores que se emprenden.

f) Perseverancia: firmeza en los propósitos o en la prosecución de


algo que se ha comenzado.

g) Caridad o Fraternidad: consiste en considerar a nuestros


semejantes como hermanos. Es el amor al otro que se manifiesta
mediante acciones de beneficencia y benevolencia.

h) Patriotismo: vínculo espiritual que nos une a la patria


incondicionalmente. Se manifiesta sirviendo con amor y abnegación,
alentando los ideales de la nación, reverenciando sus glorias,
amando su tradición y respetando sus símbolos.

i) Abnegación: es un sentimiento que nos mueve a dejar de lado


nuestros propios afectos o intereses en servicio de la patria, para el
bien de la comunidad en general, para el bien del otro.

Por estas razones en forma general podemos decir que todo abogado debe
cumplir fielmente los siguientes principios que son la base fundamental para
el ejercicio de su profesión como lo son:

a) Principio de solidaridad: "como seres humanos de naturaleza


sociable, tenemos la obligación moral de promover el bienestar de
todos los seres humanos, y no solo del nuestro. Hay que dejar ese
egocentrismo que nos impulsa a sobresalir sin importarme el prójimo,
esta aptitud me trunca como persona y conlleva a estancar mi propia
realización."
b) Principio de Equidad: "la única diferencia entre un ser animal y un
humano es la inteligencia, por ello debemos forzarnos a actuar
inteligentemente y consecuentemente.
c) Principio de abstenerse de elegir dañar a un ser humano: "existe
un viejo adagio que nos dice: “no hagas a los demás lo que no te
gustaría que te hiciesen” , tenemos que tener cierto cuidado en no
destruir la identidad de los demás aunque no sea posible medir el
alcance de nuestros actos y de ninguna manera debemos elegir
conscientemente hacer el mal, hay que diferenciar entre elegir y
aceptar."
d) Principio de eficiencia: "muchos hablamos del esfuerzo que
realizamos en aras de promover la realización humana, pero será
que si nos estamos esforzando lo suficiente o será que no estamos
utilizando los métodos más eficaces, he ahí el meollo del asunto, hay
que esforzarse si, pero por usar las herramientas más idóneas."
e) Principio de la responsabilidad del papel que hay que
desempeñar: " no somos responsables de todos los aspectos del
bienestar humano, ya que nuestras responsabilidades van ligadas a
la capacidad, compromiso, circunstancias y roles específicos que
debemos descubrir y ponerlos al servicio de la sociedad, esto nos da
una responsabilidad prioritaria en nuestras vidas."
f) Principio de aceptación de efectos colaterales: "la aceptación es
un principio que debemos cultivar en nuestro diario vivir ya que todas
nuestras acciones no son acertadas, y probablemente estas
provocaran efectos colaterales perjudiciales."
g) Principio de cooperación en la inmoralidad: "aunque suene un
tanto paradójico y un tanto enredado, ante ciertas circunstancias de
la vida puede ser razonable cooperar en actos inmorales de otras
personas. Lo que no quiere decir que aprobemos tal acto, ni que se
desea su éxito; solo si la acción es una parte subordinada de la
acción inmoral de otro, el participar seria solo algo material.

El ejercicio de la profesión de abogado tiene mucho que ver con la idea de


servir, con dejar de centrarnos en nosotros mismos y en nuestro propio
interés, para servir a los demás. Y eso provoca un efecto gratificante e
inigualable en la vida: Te hace sentir útil.

Además, lo bueno que tiene este oficio es que, aun cuando te dediques a
una especialidad concreta, cada caso es diferente, lleno de peculiaridad
propia que lo distingue y lo llena de forma diferente, como un antídoto
contra la rutina que evita que se empolve la ilusión de los comienzos.

A veces nos cuesta encontrar ese tesoro escondido en la vida, porque lo


hemos enterrado en la rutina. Nuestra búsqueda termina cuando
encontramos un trabajo estable que nos paga las facturas.

4. PREPARACIÓN PARA EL EJERCICIO DE LA ABOGACÍA.

La profesión es una capacidad cualificada requerida por el bien común, con


peculiares posibilidades económico-sociales. El profesional no tiene el
carácter de tal por el simple hecho de recibir el título que lo certifica o le da
la cualidad de profesional, nadie es profesional por el título en sí, el titulo lo
único que expresa es su calidad de ser ya un profesional, mas no que tiene
todas las cualidades éticas para serlo, el título profesional más haya de ser
un ALGUIEN es la manifestación intrínseca de lo que internamente se lleva
, no por la naturaleza de la persona sino por sus cualidades éticas, como la
idoneidad o aptitud que le da un nuevo perfil a su personalidad.

El ser profesionales dignos representa la excelencia, gravedad, decoro que


tiene la persona y el respeto consigo mismo.

5. FORMACIÓN INTELECTUAL.

El hombre que se gradúa hoy y deja de estudiar mañana, estará ineducado


para el día siguiente. Debe perfeccionarse constantemente, poniéndose al
día con los nuevos avances que se registran en el mundo; pues aunque los
principios fundamentales sean los mismos, las técnicas cambian y las
máquinas se perfeccionan.

El hombre que conoce la carrera que ha elegido, y ayudado por una buena
formación ética, o lo que es lo mismo apoderado del sentido del deber y del
derecho de lo que se debe hacer en moral, está llamado a triunfar en el
desempeño de sus actividades.

Toda profesión lleva sobre sus hombros el peso de graves deberes y de


hondas responsabilidades, que el profesional solo podrá vencer si pone sus
conocimientos al servicio de una conciencia fina y delicada.

Todo profesional está obligado a amar la verdad, a dedicarse plenamente a


la investigación científica y a practicar el bien en todas sus gradaciones. El
primer deber de la persona que se prepara es ponerse en condición de
ejercer su profesión, cultivando la mente con el estudio de lo que se
necesita saber y pertrechando su voluntad con todos los motivos del bien
obrar.

Una sólida preparación técnica y la obtención de excelentes cualidades


personales son requisitos indispensables para realizar un trabajo de
primera.

El profesional debe ser un hombre de conciencia, capaz de amar el


cumplimiento del deber por encima de las garantías materiales, ventajas o
provechos personales.

Está en la obligación de hacerse con una buena conciencia, instruyéndola


convenientemente, educándola con esmerada escrupulosidad, formándola
en los sanos principios morales, trabajando por hacer conservar su rectitud
nativa por el camino de una obediencia constante y fiel a sus decisiones.

6. FORMACIÓN MORAL.

La ética juega un papel importante, ya que a diferencia de muchas otras


ciencias, esta es mucho más aplicable a nuestras vidas, debido a su
contenido práctico-técnico, derivado de nuestras propias costumbres y de
cómo nos comportamos, siendo que esta las perfecciona y nos ayuda a
asegurar nuestra realización como personas teniendo en cuenta que fines
vale la pena perseguir y bajo que condiciones vale la pena perseguirlos.

Debido a que la ética no nos proporciona una lista o un conjunto de reglas a


seguir para cada una de las situaciones que se nos presentan en el
transcurrir diario de nuestras vidas, debemos apegarnos única y
exclusivamente a las bases del actuar ético, como son la inteligencia y ser
consecuentes de cómo nuestras actuaciones pueden perjudicar a los
demás, o sea, tomar en cuenta los intereses de terceros.

Pero como llegamos, o mas bien, ¿como nosotros discernimos entre lo que
es correcto o incorrecto? La ética nos proporciona un número de principios
fundamentales cuya finalidad es esclarecernos la pregunta anterior, estos
son: Principio de solidaridad, de equidad o imparcialidad, de eficiencia, de
abstenerse de elegir dañar a un ser humano, de la responsabilidad del
papel que hay que desempeñar, de aceptación de efectos colaterales y el
de cooperación en la inmoralidad.

La ética profesional tiene como objeto crear conciencia de responsabilidad,


en todos y cada uno de los que ejercen una profesión u oficio, esta, parte
del postulado de que todo valor esta íntimamente relacionado con la idea de
un bien.

La ética profesional se sustenta o toma bases fundamentalmente en la


naturaleza racional del hombre. Esta naturaleza es espiritual y libre, por
consiguiente tiene una voluntad que apetece al bien moral. Haga el bien y
evite el mal.

La ética profesional no es estática, pues tiene que ver con valores como el
compromiso, la responsabilidad, la justicia, la equidad, el deber, esta va
agregada a las conductas, comportamientos y acciones humanas que
buscan una mejor calidad de vida, el bien común, el trabajo colaborativo.

Cualquier profesión tiene dos polos complementarios:

1. Lo que mueve al profesional y

2. lo que legítimamente demanda la comunidad a los profesionales.


Es decir que la conciencia ética nos permite ser ciudadanos con una
responsabilidad especial para con nuestra sociedad, pues si carecemos de
esta somos simplemente personas técnicamente bien preparadas que nos
involucramos en la solución de problemas materiales sin sensibilidad
humana y en muchas ocasiones terminamos actuando como robots sin
conciencia y sin preocupación de los problemas ajenos. Estamos sin duda
preparados para ser excelentes técnicos. Sin embargo me atrevo a
aconsejarles que no olvidemos ni descuidemos jamás el aspecto humano
de nuestra profesión.

7. EL ABOGADO ANTE LA MORAL, LA ÉTICA Y LA DEONTOLOGÍA


JURÍDICA
7.1. INDEPENDENCIA PROFESIONAL

Este principio tiene una relación directa con la abogacía, debido a que
sus características conducen a su identificación dentro del ámbito de la
deontología jurídica. Para algunos, como el caso de Carlo Lega, la
independencia profesional no tiene solamente relieve deontológico, sino
que configura jurídicamente uno de los bienes materiales de que es
titular el ente profesional, que ha sido dotado del poder-deber de
salvaguardarla.

Referido al ejercicio de la abogacía, para Carlo Lega la independencia


se entiende como “ausencia de toda forma de injerencia, de
interferencia, de vínculos y de presiones de cualquiera que sean
provenientes del exterior y que tiendan a influenciar, desviar o
distorsionar la acción del ente profesional para la consecución de sus
fines institucionales y la actividad desempeñada por los colegiados en el
ejercicio de su profesión”. Cualquier distorsión o intromisión en la
independencia del profesional en Derecho debe ser considerada ilícita.

Como vemos, la forma de definir el principio de independencia es en


forma negativa, como la ausencia de injerencias y presiones en el
ejercicio de la profesión; pero también desde un aspecto positivo, como
lo son, la autonomía y la libertad en la citada actividad profesional.
Es manifiesto que el abogado debe atenerse en lo profesional a su saber
y conciencia, por lo que la independencia de su actuación va referida, en
principio, a estos extremos.

Partiendo de lo anterior, el primer obstáculo a la independencia


profesional es la propia ignorancia del profesional en Derecho. Por ello,
cuando se hace referencia a la independencia del abogado, “no es a esa
autonomía o independencia a la que nos referimos, sino a la que tiene
su asiento en la voluntad, es decir, en la libertad del profesional; esto es,
a la posibilidad de tomar decisiones propias, no condicionadas por
injerencias o mediatizaciones externas. Estamos, pues, ante un
concepto de independencia exterior, no interior”.

La independencia del abogado puede ser amenazada externamente y


venir del:

a) Órgano Judicial.
b) Autoridades administrativas.
c) Poderes político-económicos.
d) Colegio profesional.
e) Clientes.
7.2. LIBERTAD PROFESIONAL

El principio de libertad profesional tiene mucha afinidad con el anterior


principio de independencia profesional que estudiamos arriba. Este
principio de libertad profesional se refiere al propio ejercicio de la función
de abogado.

A pesar de la cercanía y conexión que pueda existir entre éste y el


principio de independencia profesional, logran diferenciarse en cuanto el
principio de libertad profesional se refiere a la libertad de
autodeterminación del profesional en orden a su conducta en el ejercicio
de la profesión, no solo desde un punto de vista técnico, sino también
con relación a los comportamientos que complementan a los técnicos.
Según Carlo Lega

“Mientras que el principio de independencia supone sobre todo


una garantía del ente profesional y del profesional individualmente
considerado frente a las intromisiones arbitrarias de terceros, el
principio de libertad, en su aspecto deontológico, concierne en
particular al comportamiento del abogado con relación a su cliente
y tiende a atemperar las exigencias de las normas del arte forense
con el interés del asistido y con la dignidad profesional de quien lo
asiste”.
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFIA

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