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La fermentación es un proceso biológico por medio del cual una sustancia se transforma en
otra más simple. Es un proceso catabólico, de degradación de nutrientes para obtener como
producto final un compuesto orgánico.
Louis Pasteur
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3 Productos
4.1 Biocombustibles
Sin embargo, también se han reportado como productoras de butirato otras bacterias
clasificados en los géneros Butyrvibrio, Butyribacterium, Eubacterium, Fusobacterium,
Megasphera y Sarcina.
En primera instancia, el piruvato pasa a lactato y este pasa a acetil-CoA con liberación de CO2.
Posteriormente, dos moléculas de acetil-CoA forman acetoacetil-CoA, que luego se reduce a
butiril-CoA, a través de ciertos pasos intermedios. Finalmente, Clostridium fermenta el butiril-
CoA en ácido butírico.
Las enzimas fosfotransbutirilasa y la butirato-quinasa son las enzimas claves para la producción
de butirato. En el proceso de formación del butirato se forman 3 moles de ATP.
En condiciones de crecimiento exponencial, las células producen más acetato que butirato, ya
que se forma un mol más de ATP (4 en total).
Al final del crecimiento exponencial y entrando a la fase estacionaria, las bacterias disminuyen
la producción de acetato y aumentan la producción de butirato, disminuyendo la
concentración total de iones hidrógeno, equilibrando el pH ácido del medio.
Sin embargo, solo puede fermentar a partir de muy pocos carbohidratos, incluyendo glucosa,
xilosa, fructosa y lactato.
C. butyricum puede fermentar muchas fuentes de carbono, incluidas las hexosas, las pentosas,
el glicerol, la lignocelulosa, la melaza, el almidón de patata y el permeado de suero de queso.
Sin embargo, los rendimientos de butirato son mucho más bajos. En C. thermobutyricum, el
rango de carbohidratos fermentables es intermedio, pero no metaboliza sacarosa o almidón.
Glucosa → 0.85 Butirato + 0.1 Acetato + 0.2 Lactato + 1.9 H2 + 1.8 CO2
Productos
Tiene un olor desagradable y un sabor acre, sin embargo deja en la boca un gusto algo dulce,
de manera similar a lo que ocurre con el éter. Su presencia es característica en la mantequilla
rancia, siendo responsable de su olor y sabor desaradables, de ahí su nombre, que se deriva de
la palabra griega que significa “mantequilla”.
Sin embargo, ciertos ésteres de ácido butírico tienen un sabor u olor agradable, motivo por el
cual se usan como aditivos en alimentos, bebidas, cosméticos e industria farmacéutica.
Biocombustibles
El ácido butírico tiene muchos usos en diferentes industrias. Actualmente hay un gran interés
en usarlo como precursor de los biocombustibles.
Por lo tanto, la producción industrial de ácido butírico por procesos de fermentación requiere
materia prima económica, rendimiento del proceso de alta eficiencia, alta pureza del producto
y fuerte robustez de las cepas productoras
¿QUÉ ES LA FERMENTACIÓN
MALOLÁTICA Y PARA QUÉ SIRVE?
La fermentación maloláctica se realiza, de manera más generalizada, en los vinos tintos después
de la fermentación alcohólica y consiste en la transformación del ácido málico en ácido láctico
por medio de bacterias que de forma natural se encuentran en la propia uva y por tanto también
en el fino recién fermentado.
El ácido málico es uno de los responsables de la marcada acidez y frescor que encontramos en
los vinos blancos, por lo que en este tipo de elaboraciones el enólogo normalmente lo mantiene
en el vino. Por el contrario, en la elaboración de los vinos tintos es habitual favorecer la
transformación de este ácido, fundamentalmente para reducir la acidez y aportar una sensación
más agradable y voluminosa en boca.
La fermentación maloláctica es llevada a cabo por bacterias lácticas que siempre están presentes
en el vino y lo hacen de forma espontánea, siempre y cuando las condiciones de temperatura
sean adecuadas. Sin embargo, esta también llamada ‘segunda fermentación’ se puede inhibir en
primera instancia con el fin de frenar posibles efectos de reducción o turbidez.
En la Ribera del Duero, donde los pH del vino son en general muy altos (es decir, baja acidez), el
comenzar la fermentación maloláctica con los vinos excesivamente turbios favorecería el riesgo
de acción microbiológica sin control. Por ese motivo en Bodegas Comenge se prefiere primero
“limpiar” los vinos y comenzar la segunda fermentación con el menor riesgo posible de la acción
de microorganismos indeseables. El proceso elimina la mayor parte de las levaduras de
contaminación sin afectar a la población de bacterias lácticas. Esto a su vez nos permite
conseguir un color más estable del vino y una mayor limpieza aromática, evitando la aparición
de aromas vegetales.
Una de las preguntas que más nos repiten durante la visita a la bodega es porqué empleamos
SO2 (dióxido de azufre) para elaborar el vino. Pues bien, uno de los motivos es inhibir a priori la
labor de las bacterias lácticas mientras exista azúcar en el mosto, evitando en ese momento el
“picado” del vino. Una vez concluida la primera fermentación, donde todo el azúcar presenta en
la uva se ha trasformado y el SO2 combinado con otras moléculas, la maloláctica se puede
desarrollar de forma espontánea.
Principalmente, la fermentación maloláctica en vinos blancos tiene tres sentidos: limar la acidez
excesiva de los vinos producidos en regiones frías, conseguir mayor untuosidad y volumen en
boca, así como aumentar su potencial de envejecimiento