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EN COLOMBIA
Hacia un nuevo campo colombiano.
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INTRODUCCIÓN:
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PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA:
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METODOLOGÍA:
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Tabla 1. Períodos históricos de la reforma agraria en Colombia.
Origen de la reforma agraria en 1499-1537.
Colombia.
Evolución de los primeros mecanismos 1538-1935.
de apropiación de la tierra.
Inicio de las leyes de tierras. 1936-1961.
Organización institucional-Incora. 1962-1967.
Consolidación institucional. 1968-1972.
Declive institucional. 1973-1982.
Reestructuración institucional. 1983-1987.
Impulso institucional hacia el mercado 1988-1993.
de tierras.
Mercado de tierras. 1994-2002.
Cambio institucional–Incoder. 2003-2010.
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conocimiento empírico basado en la experiencia y la percepción de algunos
expertos. A continuación desarrollaremos y describiremos brevemente los
diferentes periodos de la reforma agraría en Colombia.
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tipo de documentos de propiedad, para pasar a la vida republicana. Estas últimas
cédulas contemplaban, básicamente, normas para la revisión de títulos, venta y
ocupación de tierras sin títulos (Fernández, 1987). De las “cédulas” se pasó a los
“títulos de propiedad”, estipulados en la Ley 13 de 1821, además de considerar
como “baldío” de propiedad de la Nación y en venta, cualquier terreno que no
tuviera título, lo que permitió a los terratenientes con capacidad de compra adquirir
nuevas tierras y ampliar los tamaños de sus propiedades.
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organización institucional para manejar temas de RA (Benítez, 2005). Se creó el
Instituto Colombiano de Reforma Agraria (Incora), organismo público encargado
del asunto de tierras y de gestionar el Consejo Nacional Agrario (CNA), el Fondo
Nacional Agrario (FNA) y la figura de procuradores agrarios. Sus tres lineamientos
fundamentales eran: dotación de tierras a campesinos carentes de ellas,
adecuación de tierras para incorporarlas a la producción y dotación de servicios
sociales básicos.
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tierras, a través de negociaciones directas; y la adjudicación de tierras a los
beneficiarios se agilizó, apareciendo la renta presuntiva agrícola como herramienta
para ejercer presión a favor del uso productivo de la tierra y penalizar su
apropiación improductiva. Esto último dio origen al Desarrollo Rural Integrado
(DRI), como estrategia complementaria a los programas de reforma agraria
(Machado y Suárez, 1999). También en 1973, se creó el Fondo Financiero
Agropecuario (FFA), mediante la Ley 5, fondo administrado por el Banco de la
República y por el cual se realizaba descuentos sobre créditos y se financiaban
actividades agropecuarias. Este elemento de financiación, se puede considerar
dentro del concepto de RA como otro factor de la estructura agraria que puede ser
modificado con el fin de generar cambios (Balcazar et ál., 2001).
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Período 8. Impulso institucional hacia el mercado de tierras (1988-1993): En
este período, la acción del Incora se vio favorecida por medidas del Estado, a
través de la Ley 30 de 1988, tales como la ejecución coordinada de distintos
programas con entidades públicas, la creación de zonas específicas de reforma
agraria, construcción de obras de infraestructura vial para acceder a dichas zonas,
creación del Fondo de Capacitación y Promoción Campesina, avalúo de los
predios por parte del IGAC —para determinar su valor comercial— e incremento
de los recursos económicos del FNA (Mondragón, 2001). En estos años se
registró la mayor dinámica de adquisición de tierras en modalidad de compra por
parte del Incora; sin embargo, este comportamiento fue atribuido a causas
negativas. Según Palou (2008), esa tendencia creciente en la adquisición de
tierras se explica por los incentivos para las transacciones a los que podían
acceder los funcionarios públicos y muchos terratenientes deseosos de vender
predios improductivos. La expropiación de terrenos baldíos disminuyó y dio paso a
la compra masiva de tierras; ambas acciones, no obstante, encaminadas a la
redistribución de la tierra. El concepto de RA cambió en esta fase y se comportó
como un mecanismo para afectar la estructura agraria, no mediante la acción de
expropiación y redistribución de terrenos baldíos, sino a través de la compra
institucional de tierras y su redistribución a los campesinos beneficiados.
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intermediarios financieros, con el requisito de presentar un proyecto productivo, o
de recursos propios (Fajardo, 2002). En este caso, el Incora se comportaba como
mediador del proceso de negociación entre propietarios y campesinos, y también
le correspondió coordinar las acciones de los organismos que integraron el
Sistema Nacional de Reforma Agraria y Desarrollo Rural Campesino, creado como
mecanismo de planeación, coordinación, ejecución y evaluación de las actividades
dirigidas a la prestación de los servicios relacionados con el desarrollo de la
economía campesina y la promoción del acceso de los trabajadores agrarios a la
propiedad de la tierra.
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redistributiva como tradicionalmente se ha entendido, para enfrentar un problema
que ha dejado de ser agrario para convertirse en un problema nacional”.
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MARCO TEÓRICO;
El acuerdo contempla tanto la entrega gratuita de predios como los subsidios para
la compra y créditos especiales, a través de los siguientes instrumentos:
b) Formalización de los títulos. Más del 60 por ciento de los predios rurales
en Colombia tienen propiedad informal o carecen de títulos. El acuerdo
busca que esa situación, que ha dado pie al despojo y a múltiples
conflictos, se supere. La meta es formalizar 7 millones de hectáreas. Así
mismo mantener el programa de restitución de tierras y crear una
jurisdicción agraria para proteger los derechos de propiedad.
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campesina que ya se encuentran o las que se creen. Estas zonas existen
desde hace más de dos décadas y están contempladas por la ley.
Abarcan las zonas rurales de más de cien municipios con altos índices de
pobreza, con menos presencia institucional y con economías ilícitas por superar.
Son programas intensivos de reconstrucción material y social, con énfasis en la
reconciliación y con alta participación de las comunidades en su diseño y
ejecución.
4. SEGURIDAD ALIMENTARIA
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LOS DESAFÍOS:
El Estado no tiene los recursos para un desarrollo rural integral dado el atraso de
décadas. Por lo tanto requiere inversión privada y extranjera, lo cual genera
resistencias en algunos sectores y comunidades. Se trata más de tener reglas
claras que de demonizar su participación. A propósito, ya está diseñado un
paquete de incentivos tributarios para que las empresas inviertan en las regiones
por recuperar en el posconflicto.
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¿De dónde saldrán las hectáreas para el Fondo de Tierras?
Este tema es tan complejo que va a ser necesario que el Estado tenga que
comprar tierras si quiere entregarlas a los campesinos.
La primera serán los baldíos de la Nación. En Colombia quedan pocos baldíos sin
ocupar, sin embargo, el Estado deberá recuperar muchas de sus tierras usurpadas
por privados. Pero eso ha sido hasta ahora un camino largo y tortuoso.
Adicionalmente el gobierno no sabe cuántos baldíos hay.
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décadas en Colombia, pero tampoco han sido fáciles de aplicar, especialmente
porque es difícil probar cuando hay improductividad.
Una última fuente serán las donaciones, pues no se descarta que algunos quieran
aportar así al posconflicto. Pero este es un interrogante sin respuesta y en todo
caso no sería muy significativo.
El acuerdo reconoce que para construir y consolidar la paz en los próximos años
se necesita ampliar la democracia para permitir a los partidos políticos,
movimientos sociales y nuevas fuerzas, en especial de oposición, participar en las
elecciones y distintos espacios de contienda política sin que sean estigmatizados,
perseguidos, amenazados o asesinados. Se trata de fortalecer el pluralismo a
través de una apertura basada en tres pilares fundamentales: la participación
ciudadana, las garantías para la competencia electoral y el debate público, y una
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mayor representatividad de quienes hasta ahora han estado excluidos del ejercicio
político.
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la República. Contará con mecanismos de alertas tempranas para detectar de
manera rápida los posibles casos de estigmatización y persecución política, y con
un programa de protección especializada de los miembros del nuevo movimiento
político que surja de las Farc, así como líderes que se encuentren en alto riesgo
de sufrir algún atentado por sus actividades.
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participativa, control y veeduría ciudadana que las organizaciones sociales pueden
establecer a las instituciones políticas.
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LOS DESAFÍOS
A pesar de que es uno de los puntos más débiles de la democracia nacional. Así
mismo durante dos décadas ha sido imposible sacar adelante el Estatuto de la
Oposición. Ambas reformas están en manos de los partidos políticos y el acuerdo
de paz es una oportunidad para que estos logren consensos en esta materia. Sin
embargo, no será fácil ya que la implementación de los acuerdos de La Habana se
hará en plena campaña electoral, y en medio de una gran polarización.
2. LA ESTIGMATIZACIÓN.
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3. MECANISMO DE PARTICIPACIÓN DE LA MUJER.
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Estas circunscripciones contarán con reglas especiales para inscribir y elegir a los
candidatos, que deben habitar la región, y tendrán una financiación especial.
Algunas de estas reglas contemplan que quienes se inscriban, deben vivir en la
región, o ser desplazados en proceso de retorno. Se busca también garantizar que
sean especialmente representativas del sector rural. En la práctica esto significa
que los campesinos y las víctimas de base podrían tener presencia importante en
el Congreso por primera vez.
Las regiones elegidas son aquellas donde hay mayor presencia de las Farc y eso
sin duda genera la sensación de que son otras curules para ellas. Sin embargo,
estos cupos están sometidos a la competencia electoral, y en la mayoría de las
regiones no solo hay movimientos afines a la izquierda sino grupos independientes
y de otras corrientes. Adicionalmente se espera que con el acuerdo para finalizar
la guerra surjan nuevas agrupaciones y liderazgos.
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RESULTADOS Y DISCUSIÓN:
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panorama que enfrenta actualmente la población campesina, evidenciando con
ello las precarias y limitadas condiciones materiales de existencia en las que se
encuentran estas poblaciones en el campo; lo que en definitiva los hace más
vulnerables en asuntos relacionados con la propiedad y la tenencia de la tierra.
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Varios de los puntos contemplados en esta socialización fueron discutidos por las
partes presentes. Entre éstos sobresalió, en primera medida, una preocupación
frente al claro desbalance que contiene el decreto-ley en cuanto al reconocimiento
igualitario de todos los actores rurales y étnicos. Desde el ámbito procedimental,
esto se traduce en la aplicación de derechos asimétricos para algunas
comunidades rurales; vulnerando con ello, no sólo los derechos territoriales de
ciertas comunidades étnicas y culturales, sino también exacerbando entre éstas la
tonalidad de sus disputas y tensiones.
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iniciar con el proceso de Reforma Rural Integral, surgen serias preocupaciones
frente al modo como se dispondrá de la capacidad institucional requerida para
atender el volumen de registros que se presenten en los territorios priorizados.
Esto, entendiendo que los procedimientos gubernamentales en las zonas rurales
tienden a ser comúnmente ineficientes, dilatados y desorganizados.
Sin duda, no sólo se hace preciso que la institucionalidad disponga de todas las
herramientas necesarias que se requieren para implementar y garantizar que se
efectúe de manera óptima una Reforma Rural Integral; sino que además sea
contemplada la participación de las distintas comunidades rurales en los planes de
ordenamiento, de la mano de la operación de un catastro multipropósito. Este
panorama resulta ciertamente desconcertante en caso de que sea aprobada la
propuesta del presupuesto General de la Nación, en la que se ha determinado
disminuir el presupuesto del Ministerio de Agricultura en un 30 por ciento.
CONCLUSIONES:
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contexto, que exige, por tanto, una constante revisión y replanteamiento por parte
de los involucrados, en procesos de participación con poder de decisión en los que
se expongan las diferentes problemáticas y se elaboren propuestas integrales,
atendiendo a las necesidades de los involucrados. El concepto ha evolucionado
desde un enfoque simple y unilateral, en el que sólo se abordaba el tema de la
propiedad de la tierra, hacia un enfoque integral que tiene en cuenta la articulación
del tema agrario al contexto social, económico y político, a través de la
planificación de propuestas que integran otros aspectos como la satisfacción de
necesidades básicas, el acceso al crédito, la asistencia técnica y empresarial, la
asociatividad y la participación en la toma de decisiones. El concepto de
integralidad apunta a la articulación de los mecanismos para afectar la estructura
agraria con los diferentes elementos del contexto social, económico, político y
ambiental, un concepto enmarcado en una alianza nacional contra los flagelos de
la sociedad relacionados con la tenencia de la tierra, que incluyan la participación
de la sociedad civil y el sector público en la elaboración de programas justos en la
tenencia, utilización y acceso a la tierra. Dicho enfoque integral incluiría aspectos
como el acceso al crédito, la función institucional, la asociatividad y la asistencia
de necesidades básicas humanas, que han jugado un papel importante en
términos de productividad de los suelos y calidad de vida de los campesinos; esto
indica que la RA debe ser integral, holística, global, pues la redistribución de la
tierra sólo es un aspecto de la compleja estructura agraria. Para la concentración
de la propiedad presenta en la actualidad uno de los valores más altos de la
historia (0,85), lo que indica que la desconcentración no se ha dado con éxito. Si
no se actúa sobre todos los factores que causan la concentración de la propiedad,
ésta volverá a concentrarse rápidamente (Machado, 2008). Acerca de la función
institucional, la evolución histórica muestra que su complejidad y el
desconocimiento de ella por parte de los campesinos, hacen que el impacto
positivo esperado sobre los beneficiarios sea insuficiente. Es necesaria entonces
la restructuración institucional al alcance de los beneficiarios y la difusión
informativa sobre las instituciones agrarias, sus funciones y servicios. Otro de los
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aspectos de más importancia es la participación en temas agrarios; es necesaria
una planificación que contemple la participación de los beneficiarios de la RA,
pues hasta el momento ha sido un proceso autoritario por parte del Gobierno.
REFERENCIAS:
Balcázar, A., López N., Orozco, M., y Vega, M. (2001). Colombia: alcances y
lecciones de su experiencia en reforma agraria.
Revista Semana:
http://especiales.semana.com/acuerdo-para-la-paz/capitulo-uno.html.
http://www.altocomisionadoparalapaz.gov.co/Documents/informes-especiales/abc-
del-proceso-de-paz/politica-de-desarrollo-agrario-integral.html
ANEXOS:
Reforma integral:
https://www.youtube.com/watch?v=JSyeGjIhXQ8
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El tiempo Video:
https://youtu.be/FhuPLCqHi7w
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