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Introducción
La tos es un mecanismo fisiológico reflejo del aparato respiratorio que sirve para proteger las vías aéreas de
las sustancias irritantes inhaladas y de cuerpos extraños, y para limpiarlas de secreciones retenidas, pero
además puede constituir un síntoma común de diversas enfermedades, tanto agudas como crónicas. Es
producto de la estimulación de receptores en diferentes puntos de la vía aérea y en otras localizaciones,
cuya integración se da a nivel del tallo cerebral. De acuerdo a su evolución en el tiempo la tos puede ser
aguda o crónica.
Los episodios agudos de tos no constituyen habitualmente un problema diagnóstico ya que la mayoría son
debido a infecciones del tracto respiratorio, siendo la causa más común el resfrío común (rinofaringitis
aguda). En cambio, la tos crónica constituye frecuentemente un problema de diagnóstico complejo, que
genera en la práctica clínica un gran número de consultas e implica costos en estudios y trastornos en la
calidad de vida de los pacientes.
Se define tos crónica como aquella no ligada a un proceso agudo, que persiste más de tres semanas, y cuya
etiología hasta ese momento es desconocida. Algunos autores consideran un tiempo mínimo de ocho
semanas para hablar de cronicidad, debido a que en ocasiones, la tos ligada a infecciones banales del tracto
respiratorio superior puede llegar a durar ese tiempo (subaguda). La tos crónica presenta una variedad
mayor de causas que a su vez frecuentemente se asocian.
Dado que el tratamiento adecuado y exitoso de la tos crónica requiere la identificación etiológica, el primer
paso en su manejo es comprender sus causas.
Fisiopatología
La tos es el resultado de una compleja serie de reflejos fisiológicos que protegen al pulmón de la aspiración
de sustancias nocivas. Se define como una respuesta espiratoria explosiva para eliminar material o
sustancias irritantes inhaladas en las vías respiratorias. También puede ser la manifestación de una
enfermedad o incluso un acto voluntario.
La tos como acto reflejo de defensa requiere de un arco que se inicia con una estimulación de los
receptores, una vía aferente que va al centro tusígeno y una vía eferente que parte del mismo a los órganos
encargados de provocar la tos. Los receptores para la tos están presentes en todo el tracto respiratorio,
pero más concentrados donde esta es más efectiva, como ser en la mucosa de la pared posterior de la
faringe, cuerdas vocales, mucosa traqueal, mucosa de la carina y de los bronquios de mayor calibre.
También se han descrito receptores en los senos paranasales, conducto auditivo externo, en las
membranas timpánicas, la pleura, el pericardio, el diafragma y el estómago. El parénquima pulmonar está
desprovisto de receptores para la tos.
Los estímulos capaces de inducir la tos son de tipo: inflamatorio, mecánico, químico, térmico o psicógeno.
Los estímulos inflamatorios son desencadenados por edema o hipersecreción de la mucosa, irritación por
exudados en la superficie de la mucosa que se trasmiten a las terminaciones nerviosas o por contracción de
tejido cicatrizal que determina tracción de aquellas.
Los estímulos mecánicos son producidos por la inhalación de determinadas partículas, compresión de las
vías aéreas y por tensión sobre estas estructuras. Las lesiones por compresión pueden ser divididas en
extramurales (destacan el aneurisma aórtico, neoplasias pulmonares primarias y secundarias y los tumores
mediastinales) e intramurales (se tienen al carcinoma broncogénico, tumor carcinoide y otros tumores
bronquiales de bajo grado de malignidad, metástasis endobronquiales, cuerpos extraños y granulomas
endobronquiales).
Los estímulos químicos pueden ser originados por la inhalación de gases irritantes, cloro, y otros. El humo
del tabaco irrita la mucosa respiratoria por su composición química, siendo el tabaquismo la causa más
frecuente de estímulo químico de la tos.
Dentro de los estímulos térmicos de la tos, ya sea la inhalación de aire caliente o muy frío, son
condicionantes que acontecen más frecuentemente sobre un árbol traqueobronquial con cierta base
patológica (EPOC, hiperreactividad bronquial, etc).
Por último, los estímulos psicógenos se pueden observar en pacientes con alguna patología de base o en
pacientes sanos en los cuales constituye un mecanismo para liberar tensiones nerviosas o stress.
Una vez que cualquiera de estos estímulos incitan a los receptores sensoriales del trigémino (inervación
sensitiva a nariz y senos paranasales) glosofaríngeo (inervación sensitiva a región posterior de la faringe),
vago (inervación sensitiva a pericardio, diafragma, oídos, traquea, bronquios, pleura, esófago y estomago) y
nervio laríngeo superior, dependiendo de la zona tusígena estimulada, envían un mensaje al centro
tusígeno en el bulbo y éste envía un mensaje en respuesta al estímulo a través de los nervios laríngeo
superior, el frénico (inerva diafragma) y los raquídeos o espinales (inervan músculos respiratorios) dando
lugar al mecanismo de la tos.
Clasificaciones y causas
De acuerdo a sus características sonoras y sintomáticas la tos se puede dividir a grandes rasgos en 2 tipos:
tos seca (sin secreciones respiratorias) y tos húmeda (acompañada o no de expectoración), la cual se asocia
a ruidos respiratorios secundarios a la movilización de secreciones en las vías aéreas. La tos es productiva
cuando la tos húmeda va seguida de expectoración. En ocasiones ambos tipos pueden coexistir en un
mismo paciente. Se describen a su vez otros tipos de tos, que se detallan a continuación:
Tos apagada: es de tonalidad débil, por debilidad muscular o paresia muscular respiratoria, propia
de los ancianos o personas más jóvenes con patologías neuromusculares.
Tos quintosa: se caracteriza por tener cinco o más accesos de tos que termina con una inspiración
prolongada y sibilante (en reprise o gatillo) y elimina una expectoración filante y espesa que puede
causar vómitos (tos emetizante). Es propia de la tos convulsa.
Tos coqueluchoide: Es similar a la quintosa pero no es productiva, es menos intensa y menos
duradera y se presenta en síndromes mediastínicos por compresión del vago por tumores o
procesos inflamatorios que involucran al vago.
Tos ronca o perruna: Es intensa y grave, similar al ladrido de un perro. Es propia de las traqueitis y
se acompañan de sensación de lesión o herida retroesternal.
Tos afónica: Se caracteriza por ser de tono bajo y se debe a lesiones inflamatorias o neoplásicas o
destructivas de las cuerdas vocales.
Tos bitonal: Es la tos con dos tonos de sonidos y acompañada por voz bitonal, debido a la parálisis
de una cuerda vocal, más frecuentemente la izquierda, producida por aneurismas del cayado
aórtico, tumores mediastínicos o pulmonares que comprometen al nervio recurrente.
Causas más frecuentes de tos aguda: Aunque innumerables, algunas de las más frecuentes son:
Infecciosas:
o Resfriado común
o Sinusitis
o Traquebronquitis aguda
o Neumonía
Inflamatorias:
o Asma bronquial
Irritativas o alérgicas:
o Rinitis alérgica
o Aspiración
Cardiovasculares:
o Embolismo pulmonar
o Insuficiencia cardíaca
o Carcinoma broncogénico
o Reflujo gastroesofágico
o Bronquiectasias
o Drogas (IECA)
o Tuberculosis pulmonar
o Metástasis pulmonares
o Patologías pleurales
Causas inusuales de tos: En pacientes con tos crónica en los que no se logra identificar la causa deben
tomarse en consideración etiologías infrecuentes o raras, tales como:
o Divertículo de Zenker
o Vasculitis
o Proteinosis alveolar
o Secuestro pulmonar.
La duración en el tiempo del síntoma para poder enmarcar la tos como aguda o crónica (de acuerdo
a esto las causas difieren).
La asociación o no a fiebre (y las características de esta) y a otros síntomas constitucionales como
pérdida ponderal o hiporexia en el caso de TBC pulmonar, neoplasias o enfermedades sistémicas
con manifestaciones pulmonares.
La coexistencia o no con hemoptisis que orientan a pensar en TBC pulmonar, procesos neoplásicos o
bronquiectasias como causas más frecuentes.
Coexistencia de la tos con síntomas digestivos como acidez, pirosis o ardor retroesternal en el caso
del reflujo gastroesofágico (causal frecuente de tos crónica).
Tratamiento con drogas inhibidoras de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) u otras drogas
con potencial tóxico pulmonar (amiodarona, metrotexato, antineoplásicos, etc).
Además de todos estos datos del interrogatorio de la tos, el patrón de ocurrencia durante el día
puede en algunas circunstancias orientar a pensar en algunas etiologías: tos por la mañana: se
asocia a bronquiectasias (por el cúmulo de secreciones durante la noche), alergias como la rinitis
alérgica que empeora durante las primeras horas de la mañana y se asocia con frecuencia con tos
matinal; tos por la noche: puede ser producto de asma o insuficiencia cardíaca congestiva (ICC). El
goteo postnasal y el reflujo gastroesofágico también son causas frecuentes de tos a predominio
nocturno.
La tos psicógena mejora durante el sueño y empeora a la mañana al despertar;
Exploración física: La exploración física intentará buscar datos orientadores. Si es posible "oír" la tos y
en caso de existir esputo visualizarlo y analizar sus características. El examen físico se enfoca sobre
ciertas áreas claves: la cabeza y el cuello, el tórax y el sistema cardiovascular. Se investiga la presencia
de coloraciones oscuras alrededor de los ojos causadas por vasodilatación en los pacientes alérgicos. La
congestión pálida de la mucosa nasal y la rinorrea a veces acompañada de lagrimeo y de inyección
conjuntival, pueden indicar una rinitis alérgica. Un aspecto de empedrado de la mucosa en la faringe
posterior a menudo acompaña al goteo postnasal o a la rinitis alérgica. Se observan las características
de las amígdalas faríngeas, generalmente hipertróficas en los respiradores bucales.
Si la historia lo sugiere se debe valor la exploración nasal, en búsqueda de pólipos nasales, hipertrofia
de cornetes, alteraciones en el tabique, etc; de la laringe, en caso de disfonía persistente o recurrente
para descartar diferentes procesos laríngeos y de los conductos auditivos externos en caso que la
sintomatología oriente a pensar en patología a ese nivel.
Se debe auscultar al paciente durante la ventilación normal y durante una espiración forzada. Esta
última maniobra es vital y a menudo descubre sibilancias que no se detectan durante la ventilación
normal; estas sibilancias pueden hacer sospechar asma. Un estridor o una fuerte sibilancia central
puede sugerir una masa en la luz de la tráquea o en la región carinal por diferentes patologías que
comprometan la zona central de la vía aérea.
La presencia de rales crepitantes y subcrepitantes fijos en una base pulmonar o en ambas bases pueden
detectarse en el paciente con bronquiectasias aún fuera de los procesos de reagudización de las
mismas. La presencia de rales crepitantes bibasales puede ser sugestiva, en un contexto clínico
determinado, de patología pulmonar intersticial o ICC.
No olvidar que la existencia de acropaquias puede ser orientadora de ciertas patologías como la fibrosis
quística en los chicos, bronquiectasias e incluso carcinoma broncogénico, en este último caso como
manifestación paraneoplásica.
Hay que prestar especial atención al examen cardiológico intentando demostrar alteraciones en el
ritmo cardiaco, soplos, 3° o 4° ruidos cardíacos, ingurgitación yugular, edemas maleolares.
Finalmente, si la anamnesis y la exploración física no logran establecer la causa de la tos, situación
frecuente en los casos de tos crónica, es necesario recurrir a una serie de estudios complementarios
diagnósticos que, para seguir un camino ordenado secuencial se debe apelar al algoritmo diagnóstico
de la tos crónica persistente o recurrente.
Luego de un exhaustivo interrogatorio y de una minuciosa exploración física, el primer estudio que se
impone en la evaluación de una tos que se cronifica en el tiempo es la solicitud de una radiografía de
tórax frente y perfil que es imprescindible para el diagnóstico de patología pulmonar como TBC,
carcinoma broncogénico o enfermedades intersticiales pulmonares y, si ésta fuera sugestiva de esas
patologías, estas etiologías necesitan estudios complementarios más complejos para su confirmación.
Partiendo de una radiografía de tórax normal, descartando la bronquitis crónica del fumador y
excluyendo los pacientes que reciben fármacos IECA, el goteo retronasal (GRN), el asma y el reflujo
gastroesofágico representan el 95% de las causas de tos crónica.
En la práctica conjuntamente con la radiografía de tórax se solicita una radiografía de senos faciales
para evaluar el GRN, primera causa de tos crónica en todas las series de estudios.
Si luego de estos procedimientos diagnósticos no estuviera clara la etiología de la tos, se deben solicitar
análisis de laboratorio para evaluar la presencia de eosinofilia en el hemograma y evaluar atopía a
través del dosaje de IgE a los efectos de pesquisar alergia. Conjuntamente con esto se debe realizar una
espirometría con prueba broncodilatadora. La Espirometría puede demostrar un patrón obstructivo que
oriente hacia asma, EPOC u otras patologías pulmonares. En caso de presentar obstrucción se realiza
una prueba broncodilatadora ya que la demostración de un aumento del 12% o más del VEF1 luego de
la misma o normalización de la espirometría indicará reversibilidad de la obstrucción al flujo aéreo
sugerente de asma. Si luego de estos estudios no aún no se aclara la causa de la tos, el siguiente paso
será realizar una prueba de provocación o test de hiperreactividad bronquial dada la alta frecuencia de
asma como causa de tos crónica (2da causa luego del GRN), ya que ésta se puede presentar como
equivalente asmático. Se considera positiva la prueba cuando el VEF1 disminuye un 20% del valor inicial
luego de la inhalación de la sustancia empleada para el test de provocación. Esta prueba no tiene falsos
negativos. Si la prueba es positiva se iniciará un tratamiento con corticoides inhalados; si a pesar de
este tratamiento persiste la tos, se continuará el estudio de la misma pues se asume que la tos es
producida por más de una causa.
El siguiente paso es la confirmación del RGE a través de estudios gastroenterológicos que serán
evaluados en forma individual (Rx contrastada esofagogástrica, videoesofagogastrofibroscopía y/o pH-
metría de 24hs). La pH-metría es la prueba diagnóstica de mayor sensibilidad y especificidad para
establecer el diagnóstico de RGE. Si la prueba resulta diagnóstica se inicia el tratamiento específico.
El último paso diagnóstico, y sólo en casos especiales tras una valoración individual es la realización de
una broncofibroscopía y/o TAC de tórax (ésta última por ejemplo en la pesquisa de bronquiectasias o de
lesiones pulmonares o mediastinales que no sean claramente visibles en la Rx de tórax). Si la Rx de
tórax es normal, la broncofibroscopía por lo general es poco rentable para establecer el diagnóstico
causal de la tos. Esta podría haber estado indicada en un principio por otras razones como ser una
alteración en la Rx de tórax, por hemoptisis o sospecha de cuerpo extraño.
En ocasiones, y tras completar todo el estudio, no se logra alcanzar un diagnóstico final. En este
momento y como diagnóstico de exclusión, se tendrá en cuenta la tos psicógena, sobre todo en
adolescentes y en pacientes que presenten problemas emocionales; en estos casos se precisará
valoración psicológica y eventual tratamiento psiquiátrico.
Cuando a pesar del estudio completo no se encuentra la causa de la tos o ésta no desaparece con el
tratamiento previo, está indicado iniciar un tratamiento sintomático que va dirigido a eliminar el reflejo
de la tos. También estaría indicado en cualquier nivel del protocolo, si las complicaciones de la tos
pueden representar un peligro para el paciente (por ejemplo, fracturas costales en un paciente con
osteoporosis), o cuando la causa conocida no tiene un tratamiento definitivo como por ejemplo una
linfangitis carcinomatosa.