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POR
PRIMERA VEZ
GERENTE
POR
PRIMERA VEZ
Loren B. Belker
Traducción
Rosa María Rosas Sánchez
McGRAW-HILL
MÉXICO - BUENOS AIRES - CARACAS - GUATEMALA - LISBOA- MADRID NUEVA
YORK - SAN JUAN • SANTA FE DE BOGOTÁ • SANTIAGO - SAO PAULO
AUCKLAND • LONDRES· MILÁN· MONTREAL • NUEVA DELHI • SAN FRANCISCO
SINGAPUR • STo LOUlS • SIDNEY • TORONTO
Gerente de producto: Iliana Gómez Marín Supervisor
editorial: Carmen Paniagua Gómez Supervisor de
producción: Juan José García Guzmán
ISBN 970-10-2375-7
4567890123 09876532104
Introducción xi
Conclusión 204
Índice 209
Reconocimientos
Las personas tienen en nuestra vida un impacto mayor que el
que en ese momento piensan tener.
Deseo hacer un reconocimiento público a mi estimado
amigo y profesor Bill Torrence del Departamento de Adminis-
tración de la Universidad de Nebraska, quien leyó un borrador
inicial de la primera edición del libro y me alentó en un mo-
mento crítico de la elaboración del manuscrito original. Sus
sencillos consejos fueron muy valiosos para mí.
Las personas que han asistido a mis seminarios de admi-
nistración han hecho mucho por mí y a veces más de lo que yo
he hecho por ellos. Su deseo de mejorar sus habilidades geren-
ciales ha sido el primer paso en la ruta que los llevará a ser
líderes más humanos y conocedores de la gente. Siempre se
mostraron dispuestos a dejar de lado sus actitudes anteriores
respecto a lo que ha de ser un gerente.
Mi agradecimiento más sincero a mi editora y amiga
Adrienne Hickey, editora de adquisiciones y planeación en
AMACOM. Sus ideas y estímulo durante las revisiones y las
nuevas ediciones contribuyeron de manera significativa al éxi-
to de esta obra.
Finalmente, deseo expresar mi más profunda gratitud a mi
esposa Darlene, mi mejor amiga y compañera de la vida. Su
valor ha sido una auténtica inspiración para todos cuantos la
conocen.
IX
Introducción
Ahora deberá usted dirigir personas. y su vida ya nunca vol-
verá a ser la misma.
Emprende una etapa de su carrera profesional que repre-
sentará un reto constante. El reto será alcanzar las metas u
objetivos por medio de otros. En esto consisten esencialmente
la supervisión y la dirección.
La aplicación de los principios aquí expuestos deberá be-
neficiar a cuantos están a punto de iniciar una carrera gerencial.
La relación con otros seres humanos es la oportunidad más
interesante que tenemos en la vida. Prácticamente abarca todos
los aspectos de ella.
Existen muchos libros que estudian el tema de la adminis-
tración, pero pocos se ocupan - o se centran - en los individuos
que están a punto de comenzar la carrera de dirigir a otros. A
ellos no les interesan las elucubraciones ni las discusiones aca-
démicas; por el contrario, se encuentran en un estado de emocio-
nes mixtas: están encantados con la promoción y sienten un
terrible pánico al darse cuenta de que a partir de hoy serán
juzgados por la eficiencia que muestren sus subordinados.
Este libro está destinado a ellos y no a los altos directivos
con treinta años de experiencia, aunque muchos de estos últi-
mos harían bien en refrescar su conocimiento de algunos prin-
cipios básicos que serán tratados aquí.
Desde que apareció la primera edición del libro, he impar-
tido numerosos seminarios a gerentes novatos y algunos a los
gerentes con experiencia. Un comentario que suelen hacer
los participantes es éste: "Mi jefe necesita esta información más
que yo". Esta situación le crea al gerente novato el problema de
cómo realizar su labor en un ambiente donde su propio jefe
viola los principios y conceptos que usted practica y en los que
Xl
Xtl Introducción
El nuevo chico
del barrio
1
Cómo se selecciona
a los supervisores
Por desgracia muchas empresas no llevan a cabo un proceso
muy riguroso al seleccionar a los que promoverán a puestos
gerenciales. Con frecuencia el juicio se funda de manera exclu-
siva en la eficiencia con que el individuo cumple su trabajo
actual. El empleado que cumple mejor con sus obligaciones no
siempre es el mejor gerente, aunque muchas empresas sigan
todavía ese criterio. Su elección se basa en la suposición de que
el desempeño exitoso constituye el indicador más seguro del
éxito futuro.
Conviene que tenga antecedentes de ser exitoso; pero por
varias razones el hecho de ser el mejor empleado no 10 convier-
te automáticamente en el mejor líder. Si el puesto actual no
exige trabajar en forma cooperativa con los demás, posible-
mente usted pudiera trabajar solo.
Así pues, el hecho de ser buen empleado demuestra un
patrón exitoso de actividad, pero no garantiza el éxito como
gerente. Para ser un buen gerente se requieren otras habilida-
des además de la de ser un empleado satisfactorio.
El pulpo
Instalación
No crea que a todo el mundo le agrada la elección del nuevo
chico de la manzana. Algunos de sus compañeros de trabajo
estarán convencidos de que ellos debieron ser los elegidos. Tal
vez sientan celos por su promoción y en el fondo de su corazón
esperan que usted fracase de modo rotundo.
Otros, nos referimos a los empleados condescendientes,
comenzarán inmediatamente a cortejarlo. Como usted es el
elegido, puede ser su trampolín hacia el éxito. Su objetivo no
es totalmente censurable, pero sus tácticas dejan mucho que
desear.
Otros lo someterán a prueba muy pronto. Quizá le formu-
len preguntas para averiguar si conoce las respuestas. Si no las
conoce, querrán ver si lo admite o si trata de escabullirse con
evasivas. Por el mero placer de ponerlo en evidencia, algunos
le harán preguntas cuyas respuestas usted no podrá todavía
conocer.
Muchos - usted confía que la mayoría - adoptarán una
actitud de esperar y ver. No lo condenarán ni lo elogiarán hasta
ver su desempeño. Se trata de una actitud saludable, y usted
tiene todo el derecho de esperarla.
En un principio lo juzgarán comparándolo con la persona
que ocupó antes el puesto. Si el desempeño de su predecesor
fue muy deficiente, el de usted les parecerá excelente aunque
sea mediocre. Por el contrario, si su predecesor fue un ejecutivo
9
10 El nuevo chico del barrio
El toque personal
Algunas veces, durante los primeros sesenta días en el puesto,
usted deberá planear conversar personalmente con cada uno
de los miembros de su área o departamento. No lo haga la
primera semana ni pocos días después. Déles a los subordina-
dos la oportunidad de acostumbrarse a la idea de su presencia.
Cuando la conversación se realice, debe ser una conversación
madura. Pídale a sus subalternos que acudan a su oficina para
sostener una discusión sin prisas sobre cualquier cosa que
deseen comentar. No hable más de lo necesario. En la prime-
ra conversación formal no busque comunicarse con ellos;
su finalidad se limita a abrir líneas de comunicación de ellos
hacia usted. (¿No ha notado que, cuanto más permite hablar
al interlocutor, más lo catalogan como un conversador bri-
llante?)
Aunque los intereses de los empleados son importantes, es
preferible limitar la discusión a temas relacionados con el traba-
jo. En ocasiones resulta difícil definir esos límites porque los
problemas de la familia afectan al empleado más que cualquier
otra cosa; pero en lo posible procure no verse obligado a dar
consejos personales. El hecho de que lo hayan nombrado jefe no
lo convierte en experto en todos los problemas personales que
afrontan sus subordinados. Escúchelos; a menudo es lo que más
necesitan: alguien que los escuche.
Algunos empleados prolongan demasiado estas visitas. En
el capítulo 4, titulado" Aprenda a escuchar", trataremos am-
pliamente los métodos con que se controla la duración de las
conversaciones.
Los primeros meses 13
Amigos en el departamento
Toma de decisiones
Algunas personas se sienten abrumadas al tomar una decisión.
Si usted se siente irritado cuando debe hacerlo, debería pre-
guntarse seriamente si está capacitado para ocupar un puesto
gerencial. Si ya lo ocupa, lo que se expone a continuación ate-
nuará sus temores y aliviará sus inquietudes.
En mi opinión, existen dos razones fundamentales por las
cuales a algunos les cuesta tanto tomar decisiones. Primero, no
tienen la certeza de contar con toda la información necesaria
para llegar a una decisión; segundo, temen cometer un error y las
consecuencias de ello.
Difícilmente podrá recabar toda la información referente a
un problema de negocios. En este proceso se dispone de una
Cómo crear confianza 19
regla práctica que puede aplicar cuando deba tomar una deci-
sión: la regla de 80/20. En la mayoría de las decisiones geren-
ciales, en relativamente poco tiempo se recopila el 80% de la
información necesaria para llegar a una decisión. El otro 20%
es mucho más difícil de obtener. y su búsqueda mucho más
difícilmente cambiará la decisión que se adopte. El gerente
novato suele servirse de la búsqueda de ese porcentaje como
racionalización que le permita posponer la decisión.
Claro que no hay forma de saber cuándo se cuenta exacta-
mente con el 80% de la información requerida. La regla de
80/20 significa tan sólo que la mayor parte de la información
requerida se consigue con mucha más rapidez que el resto. Lo
más importante es que el retraso ocasionado por la búsqueda
del último 20% rara vez modificará la decisión que se adopte.
Un jugador de béisbol con un promedio de bateo de .300
recibe un sueldo millonario. Un hombre de negocios con ese
mismo promedio de decisiones acertadas está condenado a la
bancarrota. La mayor parte de las decisiones que adoptan los
ejecutivos son de índole gerencial y humana; en ellas el sentido
común cumple una función importantísima. Si usted aplica
correctamente estos principios y el sentido común, alcanzará
un promedio de bateo de .980 o mayor.
Por supuesto, hay profesiones en que la regla de 80/20 no
es aplicable. A nadie le gustaría ni le convendría que un pilo-
to la usara cuando vuele un avión de pasajeros o que un ci-
rujano del cerebro la aplicara al operar a los pacientes. Aquí
nos referimos a las decisiones y juicios de los gerentes en los
casos en que son convenientes.
Desde luego, en ocasiones usted se equivocará al tomar
una decisión. Es humano y, por tanto, no es infalible. Damos
por terminada esta sección del libro con una afirmación que la
sintetiza: le puede ocasionar más problemas administrativos el
hecho de negarse a adoptar una decisión o de posponerla sin
suficientes motivos que el hecho de equivocarse de cuando en
cuando.
4
Aprenda a escuchar
Uno de los secretos más celosamente guardados de los buenos
gerentes es la capacidad de escuchar. A los gerentes nova-
tos les preocupa mucho su capacidad de comunicarse. Muchos
de ellos tienen la idea errónea de que, en cuanto reciban el
ascenso, todo el mundo estará pendiente de lo que digan. y se
preparan para atender esa necesidad. Están totalmente equivo-
cados. Deberían recordar que tienen dos oídos y una boca; por
tanto, deberían escuchar el doble de lo que hablan.
El saber escuchar es uno de los rasgos más valiosos que un
gerente novato puede mostrar y esto por dos razones muy im-
portantes: primero, si escucha mucho, no lo considerarán un
sabelotodo, percepción que produce la persona que habla de-
masiado. Segundo, si escucha mucho y habla poco, se enterará
de lo que está ocurriendo. Pero si habla, no podrá averiguar
ninguna de esas dos cosas.
La mayoría de las personas no saben escuchar y debemos
investigar por qué.
intervenir" .
20
Aprenda a escuchar 21
Terminadores de la conversación
Una vez que un gerente adquiera la reputación de ser un exce-
lente oyente, los empleados acuden a él para discutir los más
diversos asuntos. Habrá quienes alarguen demasiado el inter-
cambio. Tal vez lleguen a pensar en platicar con él con tal de
rehuir el trabajo diario.
Prácticamente todos los que hayan ocupado un puesto or-
ganizacional conocen los terminadores verbales de la conver-
sación.
utilice con usted; segundo para que usted los use cuando lo
juzgue conveniente.
Si alguna vez conversa en la oficina de un ejecutivo y,
mientras usted habla, lo observa alcanzar el teléfono con la
mano aunque no haya sonado, ése es un terminador de la con-
versación. Equivale a decir: "En cuanto se marche usted, voy a
hacer una llamada telefónica". Otra técnica consiste en tomar
un papel del escritorio y mirarlo periódicamente durante
la conversación. Al tomar en su mano el papel, el interlo-
cutor está diciendo "Tengo algo que hacer tan pronto te
marches".
Mi terminador favorito es aquel en que el interlocutor sen-
tado en su escritorio voltea como si estuviera a punto de incor-
porarse. Si la maniobra no le da resultado, se levanta de su
asiento. Esto último es una manera infalible de dar por conclui-
da la entrevista. Es un procedimiento demasiado directo y en
lo posible trato de evitar, pero algunas veces se hace indispen-
sable.
A veces un empleado disfruta tanto la visita que ignorará
todas las señales. De ser aSÍ, un terminador verbal siempre da
buenos resultados: "Me dio mucho gusto platicar contigo, pero
tengo mucho trabajo y estoy seguro de que también tú". Es una
forma no descortés para alguien que ignoró todas las invitacio-
nes anteriores de que se marche.
Es importante que usted reconozca estos terminadores de
la conversación. Por supuesto, usted procurará que sus conver-
saciones sean lo bastante importantes para que los demás no
los usen con usted ni usted se vea obligado a utilizarlos con
otros. Hay muchos más, pero seguramente usted elaborará su
propia lista y descubrirá que cada quien tiene sus propios
terminadores de conversación.
Su jefe
!
Sus colegas 1 4-- LI
U_st_e_d _---,1 ---.1 Sus colegas
!
Sus
subordinados
Un auténtico interés
Una manera de cumplir bien con las funciones gerenciales
consiste en atender las necesidades de los miembros de nuestra
área. Algunos líderes cometen el error de pensar que el interés
que se muestra por ellos puede interpretarse como una señal
de debilidad. El interés auténtico del gerente es en realidad
una señal evidente de fuerza. El hecho de mostrarlo por el
bienestar de los subalternos no significa que uno ceda ante
exigencias poco razonables. Desafortunadamente, muchos eje-
cutivos recién ascendidos no 10 admiten. No son capaces de
distinguir entre el interés y la debilidad.
Desde luego, el interés ha de ser auténtico. No es posible
fingirlo. Por interés auténtico entiendo asegurarse de que a los
subalternos se les asignen tareas adecuadas y de que se les
premie cuando las cumplen eficientemente.
Mire arriba y abajo 35
Diversidad de los
subordinados
El gerente novato se dará cuenta de que hay en su área emplea-
dos a quienes no les interesa la promoción. Una razón de ello
es que no quieren ser responsables de las acciones ajenas. Sin
embargo, tal vez les interese un ascenso si el puesto no exige
supervisar. Muchos empleados quieren ser responsables sólo
de su trabajo, y este tipo de personalidad también se necesita
en las empresas y en la industria. El ambiente de los negocios
sería muy caótico si todo el mundo estuviera fuertemente orien-
tado a dirigir a los demás.
Al tratar con empleados que prefieren no trabajar estrecha-
mente con otros, es preciso ponerlos en situaciones donde su
desempeño dependa exclusivamente de ellos. Algunos emplea-
dos prefieren estar siempre solos. Después vienen los trabajado-
res solitarios, que no desean compañía cuando se trata de una
labor, pero que no son necesariamente antisociales. Toman el
café con sus compañeros, comen con ellos e incluso participan
con ellos en eventos sociales fuera de la oficina. Muchos em-
pleados prefieren el enfoque de equipo. Necesitan sentir que
forman parte de una unidad y adquirirán una gran lealtad por
el equipo. Darán un buen rendimiento si se les pone en un
trabajo de equipo.
Evidentemente no es posible colocar a todos los empleados
en la situación ideal, pero el saber que las personas tienen dis-
tintas actitudes ante su trabajo lo hará a usted un gerente más
eficiente. En resumen, ponga a sus subalternos en situaciones
donde se sientan cómodos y conseguirá el desempeño óptimo.
El organigrama invertido
Cuando examinamos un organigrama, generalmente encontra-
remos el consejo de administración en la parte superior, vienen
después los funcionarios ejecutivos, los funcionarios ejecutivos
de nivel inferior, los gerentes de nivel medio, los gerentes de
línea y, finalmente, las personas que hacen el trabajo. En algu-
nas partes del organigrama habrá varias líneas punteadas, las
cuales a veces corresponden al personal de apoyo o soporte.
Sin embargo, desde el punto de vista de su importancia, la
mayor parte de los organigramas se encuentran invertidos, so-
bre todo cuando los directivos son percibidos por quienes ha-
cen el trabajo.
He aquí el aspecto que debería tener un organigrama des-
de el punto de vista de la importancia:
Clientes/proveedores
I
~I ! <,
I Personas I I que hacen I los productos
! ! !
primeros de línea gerentes
I I
Si no hay clientes ni personas a quienes atender, la empresa no
tiene razón de ser. Quedarían únicamente los que fabrican el
producto o prestan el servicio básico.
Al cruzar el nivel de los gerentes de línea, nos encontra-
mos fundamentalmente con gerentes que dirigen a otros gerentes.
El sitio primario donde los trabajadores que son supervisados
se encuentran con los gerentes es el nivel gerencial de línea. Es
aquí donde los ejecutivos se encuentran con los empleados.
Nunca se insistirá suficiente en la importancia que tienen
los gerentes de línea o supervisores. La idea que el personal se
El organigrama informal 43
Formación de equipos
El líder diplomático hace un equipo de la unidad. Consulta con
los miembros los cambios que los afectan.
Expliquemos lo anterior con un cambio importante que
debe introducir una empresa. El gerente diplomático se lo co-
municará al personal y para ello celebrará una junta; en ella
solicitará sus opiniones sobre cómo hacer los cambios. Los
empleados saben que la diversidad de respuestas, a veces an-
tagónicas, que le den al gerente le ayudará a tomar una deci-
sión; todos deben admitir que la decisión final depende de él.
No obstante, apreciarán la idea de pedirles sus puntos de vista
y tomarlos en cuenta.
Cuando yo era jefe de personal de un senador estadouni-
dense, con mucha frecuencia me pedía mis recomendaciones.
No siempre las seguía, pero no por ello la consulta era inútil.
Formaba parte de un acervo de información que le servía para
llegar a una decisión: su decisión, no la mía.
46 El nuevo chico del barrio
El final de la luna
de miel
10
El arte de agradecer
En mis seminarios de administración, a menudo pido a los
asistentes que levanten la mano para contestar la siguiente pre-
gunta: Cuánto tiempo hace que escucharon a su gerente de-
cirles algo como "Quiero que sepas que aprecio mucho el
excelente trabajo que el viernes pasado hiciste en ese proyecto
especial. Sé que tuviste que trabajar horas extras el fin de sema-
na para concluirlo. Tu trabajo fue magnífico. Te lo agradezco.
La empresa es muy afortunada de tenerte en la nómina".
y luego pregunto: "¿Cuántos de ustedes han oído algo
semejante en los últimos doce meses?" Unos cuantos levantan
la mano. y prosigo: " ¿Cuántos de ustedes han oído algo seme-
jante en los últimos cinco años?" Entre el 25 y el 50% de los
asistentes nunca recibieron este tipo de reconocimiento por
parte de sus jefes. y no se trata de empleados mediocres. Asis-
ten al seminario porque recientemente fueron promovidos a
un puesto gerencial o pronto lo serán. Es triste que las personas
que han venido haciendo un buen trabajo no reciban reconoci-
miento alguno por parte de sus líderes. Generalmente termino
esta sección de seminario diciendo: "Ese reconocimiento es im-
portante para ustedes. Por tanto, cuando sean gerentes, no lo
nieguen a quienes lo merecen".
Para subrayar este punto, se formularon las dos siguientes
preguntas a un grupo de treinta participantes:
1. ¿Cuál es el mejor ejemplo de un gerente hábil que han
visto en su vida?
2. ¿Cuál es el peor ejemplo de gerente que han visto en su
vida?
No me sorprendió que casi todas las respuestas se relaciona-
ron con alguna forma de reconocimiento recibido o negado,
49
50 El final de la luna de miel
Rehabilitación
Nada tiene de malo intentar rehabilitar a un empleado poco
productivo, si se hace con el pleno conocimiento de todos los
interesados. Por ejemplo, en el caso que acabo de mencionar, si
mi colega me hubiera indicado que el empleado no estaba
dando un buen rendimiento pero que tenía buenas razones para
brindarle otra oportunidad, posiblemente yo lo habría recibido
en mi departamento. He observado que a veces el cambio de
departamento funciona en determinados casos: el empleado no
es idóneo para el puesto, pero posee talento; si se le traslada a
Cómo cambiar al empleado 55
Prioridades
Uno de los errores más graves que cometen los ejecutivos
consiste en no comunicarles a sus subalternos qué trabajo es
más importante desde el punto de vista de la empresa. Adop-
tan la actitud de que todo es importante. Eso obliga a los sub-
alternos a decidir qué hacer y cuándo. Por tanto, un gerente
no puede culparlos si el sentido de las prioridades de ellos no
coincide con el suyo. Debe discutir esto con cada uno de ellos,
58 El final de la luna de miel
Administración del
cambio
Todos hacemos cambios en nuestros hábitos de trabajo y en
nuestra personalidad, pero son tan graduales que no nos per-
catamos de ellos. Pongamos el caso de una mujer que hace diez
años trabajaba en una empresa; si hoy la llevamos a ese lugar,
se sorprenderá ante los cambios que han tenido lugar en el
trabajo. En cambio, un compañero de trabajo que ha laborado
allí durante todos estos años, no se percatará de los cambios, a
condición de que hayan sido introducidos de modo gradual. Por
tanto, es más correcto afirmar que la gente se resiste al cambio
que le incomoda. Si lo introducimos paulatinamente sin que
les cause malestar, no mostrarán una actitud tan hostil.
Hay contradicción entre lo que la gente dice del cambio y
las actitudes que muestran ante él. Muchos afirman "Me en-
canta la diversidad", pero si los vemos en el trabajo nos dare-
mos cuenta de que lo realizan con mayor agrado cuando lo
hacen en lo que podríamos llamar su zona de comodidad. El
Cómo cambiar al empleado 59
Conocimientos previos
La actitud del gerente ante el desempeño es muy importante.
El lugar y el momento en que debe mostrarla ante los empleados
es cuando empiezan a trabajar. Necesitan saber exactamente lo
que se espera de ellos. Las normas del desempeño cambiarán
sin duda. Durante el periodo de capacitación se acepta una
menor calidad y cantidad de trabajo que subsecuentemente.
Esto hay que aclararlo bien para que los errores del empleado
de ingreso reciente no rebasen el ámbito del departamento.
La retroalimentación es indispensable para una correc-
ción adecuada y eficaz. El gerente debe averiguar cuanto antes
cuándo el desempeño no es satisfactorio para corregirlo de in-
mediato. En la siguiente explicación de los procedimientos
disciplinarios, supondremos que él ha establecido normas apro-
piadas y que el empleado las conoce. Supondremos asimismo
que usted dispone de un buen método de retroalimentación
para saber cuándo un desempeño inapropiado constituye un
problema.
Dar y recibir
La primacía de la persona
El método disciplinario
El uso de pruebas
En Estados Unidos, ante una mayor participación del gobierno
federal, estatal y, a veces, municipal en los procedimientos de
contratación de personal, tal vez su empresa no aplique mu-
chas pruebas a los candidatos. Conozco a una que prescinde de
pruebas. Utiliza en cambio lo que yo llamo pruebas de postcon-
tratación para despedir pronto a los empleados si no resultan
idóneos para el puesto.
Se trata del método más caro de prueba que puedo imaginar.
Sospecho que es una reacción excesiva ante la participación del
gobierno en los procedimientos de contratación. Las empresas lo
usan cada vez con mayor frecuencia al aumentar sus niveles de
frustración. Al hacerlo agravan aún más los problemas de los
14
Contratación y capacitación de empleados de ingreso reciente
15
El elemento faltante
Casi sin excepción, cuando pregunto a los participantes en uno
de mis seminarios cuál es el factor más importante al contratar
a un empleado, mencionan la experiencia, las aptitudes o la
escolaridad. Rara vez mencionan el elemento faltante.
Yo creo que el elemento más importante en la contratación
es la actitud. Podemos contratar a una persona que tenga una
gran experiencia, una excelente escolaridad y las aptitudes
deseadas; pero si tiene una actitud negativa, habrá contratado
un empleado problema. En cambio, si contrata a una perso-
na con menos experiencia, escolaridad y aptitudes que mues-
tran una magnífica actitud, lo más seguro es que cuente ahora
con un empleado muy eficiente. Todos los ejecutivos con expe-
riencia coincidirán en que la actitud es el elemento más impor-
tante para un empleado.
El proceso de selección
Los gerentes hablan demasiado y escuchan muy poco durante
el proceso de la entrevista.
La entrevista con el candidato es un examen en dos direc-
ciones. Claro que el candidato desea el puesto, por lo cual dará
76 El final de la luna de miel
Trabajo y juego
La contratación
Si tiene varios candidatos para el puesto, sea franco con ellos
y no les dé falsas esperanzas. Dígales que se tomará la decisión
una vez que todos los solicitantes hayan sido entrevistados. Sin
duda apreciarán la equidad del procedimiento. Dígales que se
84 El final de la luna de miel
La charla de actitud
Una vez seleccionado el solicitante para el puesto, conviene
tener con él una charla de actitud". A continuación incluyo un
11
La semilla mejorada
Retroalimentación
Control de calidad
no puedo despedir
a todo el mundo!"
Fusiones y adquisiciones
Flexibilidad y congruencia
El gerente como
administrador
y orientador
16
Secretos y percepciones
Muchos gerentes, tanto novatos como muy experimentados, se
complacen en contar con información que ignora el resto del
personal. Suponen que, si no se le suministran cierta informa-
ción, no la conocerán.
Se trata de una conclusión errónea. Si el personal no sabe
lo que está ocurriendo, simplemente lo supondrá. Peor: pue-
den hacer suposiciones falsas. y peor aún: puede obrar confor-
me a esas suposiciones.
Usted con seguridad habrá oído lo anterior, y es un hecho
importante que no debe olvidar: el ser humano no se basa en
los hechos, sino en su percepción de los hechos. Compete al
gerente asegurarse de que los hechos y las percepciones coin-
cidan en lo posible.
Muy poco de lo que sucede en una empresa ha de mante-
nerse en secreto. A menudo las cosas secretas lo son sólo du-
rante algún tiempo: "Debemos sentarnos a discutir esto un par
de semanas para afinar los detalles".
El placer que algunos gerentes sienten en conservar secre-
tos innecesarios puede resultar contraproducente. Si el perso-
nal hace suposiciones erróneas sobre lo que se discutió en una
junta de ejecutivos y obran en conformidad con ellas, usted
estará construyendo su carrera sobre un fundamento muy en-
deble. Es más difícil corregir el conocimiento erróneo del per-
sonal que comunicarles la información verídica desde un prin-
cipio.
101
17
Su relación con
el departamento
de recursos humanos
Durante años he evitado utilizar la expresión "recursos huma-
nos" para designar la función de personal, porque no me intere-
sa su connotación. Me da la impresión de que los funcionarios
del departamento de personal se encuentran en la industria
minera. La expresión permanecerá aún largo tiempo en
el mundo de los negocios hasta que sea reemplazada por otra
más adecuada. Por tanto, debo ceder ante lo inevitable y
usarla.
El sentido de esta designación se ha ampliado porque me
parece - como explicaré luego - que en la generalidad de las
empresas este departamento se encarga también de la capaci-
tación y formación de programas de asistencia a los empleados
y de la administración de las prestaciones, entre muchas otras
funciones. En este capítulo utilizaré esporádicamente la abre-
viatura RH, porque también se usa a veces.
equitativo que reciben. Tal vez sea así, pero es muy poco pro-
bable. Aun sin un programa formal, uno de los jefes decide
cuáles puestos son los más importantes (evaluación de pues-
tos), emite un juicio sobre la eficiencia con que operan los
empleados (evaluación del desempeño) y decide cuánto se le
pagará a cada uno (administración de sueldos). Así pues, aun-
que el lema del negocio es "Somos una familia feliz en que el
padre toma todas las decisiones en forma justa", la empresa sí
cuenta con un programa, aun con todos los prejuicios idiosin-
crásicos de un régimen paternalista.
Descripciones de puestos
La mayoría de las empresas usan las descripciones de puestos,
aunque éstas pueden ser muy informales o sumamente estruc-
turadas. La descripción explica lo que se hace con detalles
variables y normalmente incluye relaciones jerárquicas.
Algunas empresas preparan sus propias descripciones de
puestos; otras usan un sistema diseñado por una empresa con-
sultora en administración. De ese modo, se prepara a algunos
empleados para que escriban descripciones y a otros para que
califiquen los puestos y los jerarquicen en la organización.
Una descripción de puestos indica lo que se hace, la esco-
laridad requerida, la experiencia necesaria para realizar el tra-
bajo de un modo competente, el nivel de responsabilidad y la
responsabilidad gerencial o de supervisión. También contiene
los objetivos a corto y a largo plazo y explica de manera por-
menorizada las relaciones de quienes lo desempeñan, indican-
do al mismo tiempo la jerarquía de los puestos. A menudo se
mencionarán los contactos personales que se requieren; por
ejemplo, con el público, ya sea por teléfono o personalmente.
Los servicios de asesoría empiezan a dar un mayor reconoci-
miento a las relaciones importantes que se llevan a cabo.
Algún día tendrá usted que preparar una descripción de
puestos, ya sea para usted o para algunos de sus subalternos.
Hay empresas que permiten que la descripción la realice el
empleado; después, en caso necesario, el gerente la revisa y la
corrige. Es preferible que el empleado y el gerente hagan en
forma conjunta la descripción, para que coincidan en lo que
requiere el puesto. Así se evitan desacuerdos posteriores.
Descripciones de puestos, evaluaciones del desempeño ... 115
El formulario de evaluación
La entrevista
El programa
El empleado satisfactorio
Administración de sueldos
Conviene aclarar que las descripciones de puestos, las evalua-
ciones del desempeño y la administración de sueldos deben
encajar todas en un mismo plan global. Su finalidad es ofrecer
descripciones exactas de lo que hacen los empleados, evaluar
objetivamente su desempeño y pagarles un sueldo que remu-
nere sus esfuerzos. Todos estos factores deben relacionarse
adecuadamente entre sí y contribuir a la consecución de las
metas organizacionales.
Si cuenta usted con un programa de evaluación de pues-
tos, probablemente también tenga tabuladores salariales para
Descripciones de puestos, evaluaciones del desempeño ... 123
Equidad
La recomendación salarial
Automotivación
La única motivación que realmente funciona es la automoti-
vación. Cuando uno efectúa un trabajo porque desea hacerlo,
la automotivación se perpetúa a sí misma. No es necesario que
nos obliguen a realizarlo. Una de las responsabilidades prima-
rias del gerente consiste en cambiar la mentalidad de sus su-
129
130 El gerente como administrador y orientador
El símbolo de estatus
Otro asunto concerniente al área de la motivación es el símbolo
del estatus. Por supuesto, estos símbolos producen efectos
positivos pues de lo contrario no estarían tan generalizados en
el mundo de los negocios.
La llave del sanitario de los ejecutivos prácticamente se ha
convertido en una broma. No entiendo por qué algunas perso-
nas encuentran esto muy divertido, pero quizá tampoco en-
tiendo muy bien la psicología del sanitario. El tamaño de la
oficina, las alfombras lujosas, el mobiliario de madera frente al
134 El gerente como administrador y orientador
Errores a evitar
A menudo el nuevo gerente efectúa cambios de inmediato, no
aplica la regla del cambio gradual y recurre a todo el peso de
su autoridad. Ese proceder molesta a todo el mundo, pero en
especial a los empleados que llevan mucho tiempo en la em-
presa.
No es necesario que uno sepa la respuesta a todas las pre-
guntas que le hagan. Dar una respuesta falsa cuando se ignora
algo es un grave error, y los empleados con mucha experiencia
lo descubrirán al instante. Si no puede contestar una pregunta,
diga: "No lo sé, pero voy a averiguarlo y te llamo después".
Con respuesta tan sincera no se proyecta la imagen del "chico
que todo lo sabe". Muchos empleados de edad y también
muchos de los jóvenes saben que uno no ha vivido lo suficiente
para conocer todas las respuestas.
Muestre desde el principio y con frecuencia que, como todo
buen gerente, le preocupa el bienestar de todos sus subordina-
dos. Un gerente debe ser además buen vendedor. Su función
consiste en "venderles" a ellos la idea de que son afortunados
en tenerlo como jefe.
El programa de la empresa
Muchas empresas preparan a los empleados para la jubila-
ción por medio de un programa oficial que suele ser adminis-
trado por el departamento .de personal. Además de días de
vacaciones, el programa incluye orientación individual, expli-
cación de los beneficios del seguro social, demostraciones de
pasatiempos y manualidades, análisis de la disponibilidad
de programas comunitarios con los miembros de esas institu-
ciones, seminarios con profesionales sobre la psicología de la
preparación para jubilarse, explicaciones de la preparación
de presupuestos y adaptación al retiro, información relativa a
las obligaciones fiscales dé los pensionados con asesoría perso-
nal y otros servicios que la empresa juzgue útiles para ayudarle
a los empleados a prepararse para este cambio tan trascenden-
te en su estilo de vida.
140 El gerente como administrador y orientador
Prepárese y mejore
24
La función de la
autodisciplina
La autodisciplina es importante en todos los aspectos de la
vida, pero resulta indispensable en la actividad del gerente. En
este libro se incluyen capítulos que le ayudarán en muchas
áreas donde la autodisciplina es un factor decisivo.
Aunque quizá sea posible, no he conocido a nadie sin au-
todisciplina en su vida personal y que, sin embargo, la practi-
que en su trabajo. No creo que podamos abrirla y cerrarla como
el agua caliente de la ducha.
El gerente con una buena disciplina no pospone las cosas.
Son raros los problemas que mejoran al ser aplazados.
Cuando llega el correo a la caja de correspondencia recibi-
da, en ese preciso momento el gerente auto disciplinado hará lo
posible por revisarlo todo íntegramente. ¿Por qué revisarla dos
(o más veces) si no es necesario? Hay quienes examinan exhaus-
tivamente toda la correspondencia con el propósito de volver
a revisarlo más adelante. Desde luego hay muchas cosas que
deben discutirse con alguien que tal vez no se encuentre en ese
momento en la oficina. y todos sabemos que gran parte de la
correspondencia que llega a nuestro escritorio termina en el
cesto de basura.
Un sistema que inventé me obligaba a realizar los siguien-
tes pasos al revisar la correspondencia:
Diplomacia y autodisciplina
Una persona autodisciplinada no tiene hábitos malos. Encarna
la moderación en todo. El cuerpo es el templo en que ocurren
todas las cosas. Los niveles de energía serán más dinámicos si
mejoramos al máximo nuestra salud. Con ello no quiero decir
que, si alguien sufre una enfermedad, carece de autodisciplina.
En todo caso, hay que tratar de alcanzar los niveles máximos
de energía que estén a nuestro alcance.
Sólo un gerente autodisciplinado podrá ser un líder diplo-
mático, porque se requiere paciencia. Si no tiene autodiscipli-
na, tenderá a ser impulsivo, a reaccionar sin medir las conse-
cuencias, a ser autocrático. Incluso algunos autores consideran
contradictorios el concepto de autodisciplina y la capacidad de
ser un líder democrático. En palabras de George Caspar Ho-
mans: "La libertad es una disciplina muy apreciada". Así pues,
La función de la autodisciplina 149
Engreimiento y autocontradicción
vence de que merece todo eso. Tal vez el carisma que piensa
poseer se deba al puesto que ocupa.
El síndrome de la infalibilidad se manifiesta principalmente
en el nivel del director ejecutivo. Entre el gerente novato y la
dirección general hay diversos grados de infalibilidad que
parecen formar parte del puesto. Usted debe mantener un con-
cepto objetivo de quién es. Si mañana lo nombraran director
ejecutivo, no se convertiría de manera automática en una per-
sona más inteligente, pero sus colaboradores empezarán a es-
cucharlo como si fuera uno de los siete sabios de la antigua
Grecia. No es que se haya vuelto más inteligente: simplemente
ahora cuenta con más poder. No confunda inteligencia con
poder.
No preste mucha atención a lo que los ejecutivos opinan al
respecto. Preste más atención a lo que hacen. Si un ejecutivo
dice" contrato a personas más inteligentes que yo", reflexione
sobre lo que él hace. ¿Parecen clones suyos todas las personas
que contrata? Si otro ejecutivo señala" Aliento a mis subordi-
nados para que tengan opiniones diferentes a las mías. No
quiero rodearme de gente servil", recuerde lo que sucedió la
semana anterior cuando esa misma persona reprendió áspera-
mente a un subordinado que se atrevió a manifestar un punto
de vista distinto al de él. Si un ejecutivo afirma "Mi puerta
siempre está abierta" y luego se molesta visiblemente cuando
entra usted en su oficina y le pregunta "¿puedo interrumpirte
unos momentos?", sus palabras carecen por completo de since-
ridad. Las contradicen su comportamiento y su actitud.
A lo largo de su vida profesional conocerá ejecutivos que
son partidarios de excelentes filosofías de la administración. El
problema radica fundamentalmente en que ejercen la autori-
dad aplicando otras ideas menos convenientes. Así pues, sea
sincero consigo mismo, reconozca su personalidad y procure
que su filosofía sea reflejo en su conducta.
plo, he descubierto que las cosas que hago bien son las que me
gustan. No se trata de una mera coincidencia. Pero usted po-
dría realizar las actividades que no le gustan, si ejerce un poco
de autodisciplina y no las rehúye. Recuerde: cuando evalúen
su desempeño, la calidad de su trabajo no excusará los errores
en tareas que no le gustan. Por tanto, incluso las que no le
agradan exigen un desempeño de calidad. Todo puesto tiene
algunos aspectos que no le agradarán; llévelos a cabo con pro-
fesionalismo para terminarlos y poder dedicarse después a los
que le gustan.
Esté dispuesto a admitir sus tendencias o actitudes que
pueden ocasionarle problemas. No podrá superarlas si no reco-
noce su existencia. Por ejemplo, yo tengo un prejuicio contra
la riqueza de la segunda generación. Tal vez sea envidia. Estoy
convencido de que, si estas personas tuvieran que comenzar
desde cero como el resto de nosotros, seguramente fracasarían.
Se trata de un prejuicio, de una inclinación. No se puede de-
mostrar; es un sentimiento que tengo. Al tratar con esos indi-
viduos que han heredado mucho dinero, debo tener presente
mi inclinación y hacer lo posible por superarla, pero sin caer en
el otro extremo. Se trata de una situación nada fácil, pero ante
todo hemos de estar dispuestos a admitir una deficiencia per-
sonal si queremos superarla.
Seguridad serena
Le recomendamos adquirir una seguridad serena en su capaci-
dad de tomar decisiones. A medida que vaya adquiriendo ex-
periencia en esta área, también irá dominándolas. La mayor
parte de las decisiones gerenciales no requieren una sabiduría
como la de Salomón; requieren más bien la capacidad de reca-
bar los hechos y saber cuándo se dispone de suficiente infor-
mación para llegar a la decisión. Este tema lo tratamos amplia-
mente en el capítulo 3. Casi todas las decisiones gerenciales se
basan en el sentido común.
No tome decisiones emocionales ni las racionalice después.
Si lo hace, acabará defendiendo una decisión de la que des-
pués se arrepentirá. No vale la pena defender una decisión
equivocada, aun cuando sea suya. Una vez que la racionalice,
quedará atrapado en una trampa.
Muchos gerentes novatos creen que deben ser decisores
rápidos si quieren alcanzar el éxito. Ello crea una imagen de
precipitación, que en nada favorece una buena imagen. El otro
extremo consiste en rehuir las decisiones. Aquí como en todo
el equilibrio y la moderación son la clave. No querrá que sus
colaboradores digan: "Se precipita al tomar una decisión" ni
que digan "Le cuesta mucho llegar a una decisión". Si ellos y
su superior tuvieran que clasificar su estilo de tomar decisio-
nes, usted sin duda desearía un "justo medio".
Promoción y autopromoción
Como señalamos en el capítulo 7, a usted le juzgan por el de-
sempeño en su área de responsabilidad. Los subordinados son
'¿Cómo estoy haciendo mi trabajo?" 157
Opción múltiple
Continúe su formación
Al prepararse para una promoción, procure ampliar sus conoci-
mientos de la empresa donde labora. No es suficiente convertirse
en experto dentro del área limitada de su responsabilidad. De-
be conocer más sobre todo el funcionamiento de la empresa.
Este conocimiento adicional puede adquirirlo en varias
formas. Por ejemplo, puede hacerlo recurriendo a determina-
das lecturas. Su jefe puede recomendarle algunas publicacio-
nes que se relacionan directamente con la operación y la filo-
sofía de la empresa. Ningún jefe se siente insultado cuando se
le pide información. Pero una advertencia: no pida consejo con
demasiada frecuencia, porque su jefe pensará que es usted una
persona indecisa o que busca un favor. Y ninguna de esas dos
posibilidades le favorecerá mucho.
162 Prepdrese y mejore
La ropa y el éxito
Las modas van y vienen, de modo que lo que hoy parece in-
apropiado para las empresas en un par de años y hasta de
meses será aceptable. Un gerente no debe tratar de crear la
moda vistiendo ropa estrafalaria de vanguardia. Quizá lo juz-
gue injusto, pero no progresará en su carrera si un ejecutivo se
refiere a usted en las conversaciones como "ese gerente del
primer piso que se viste de manera tan extravagante".
La moda aceptable o excéntrica es un concepto variable
que depende de la clase de empresa o de la región del país
donde se encuentre. Por ejemplo, lo que parece adecuado en
una oficina de revista de moda no lo será en una empresa de
seguros de vida aferrada a la tradición. Lo que es aceptable en
una región del país no lo será en otra. Lo que usa un gerente
de planta es totalmente distinto a lo que usa un gerente en la
oficina. Lo que quiero subrayar es lo siguiente: si quiere un
gerente tener éxito, debe proyectar una imagen exitosa, pero
nunca estrafalaria. En esto de la moda, hay que dar la aparien-
cia de equilibrio y sensatez, no de ser una persona extremista.
Si mi esposa y yo vamos un día de compras, nos vestirnos
con ropa elegante, aunque vivamos en California, famosa por
su informalidad en el vestir. Ello obedece a dos razones: 1) nos
agrada vestir bien y 2) nos tratan mejor en los establecimien-
tos en que entramos. Tal vez sea injusto, pero así es la vida. En
este aspecto, un hombre de negocios cometerá menos equivo-
caciones si viste demasiado elegante que si viste muy informal.
He aquí una regla práctica: si no está seguro de lo que
debe usar, es mejor que exagere y vista con mucho refina-
miento.
Consiga un padrino
Conviene tener un jefe que nos elogie en el nivel gerencial.
Establezca buenas relaciones con los ejecutivos con quienes
entre en contacto, para que conozcan la calidad de su desem-
peño y admiren su actitud sana y optimista. Si sólo su superior
inmediato lo aprecia mucho y abandona la empresa por un
cargo más importante en otra organización, habrá perdido a su
defensor a menos que le ofrezca un magnífico puesto en ella.
Le conviene que su nombre sea conocido positivamente por
muchos ejecutivos de la empresa. Da magníficos dividendos ser
apoyado por varios ejecutivos con mucho ascendiente. Acepte
gustoso los trabajos de comité que lo pongan en contacto con
gerentes y ejecutivos de otros departamentos o áreas.
Estilo y mérito
Los objetivos descritos en este capítulo no se logran sin un de-
sempeño satisfactorio de su parte y la seguridad en sí mismo. A
166 Prepdrese y mejore
Mi método
El método que seguí en la primera edición de este libro es un
buen ejemplo. Casi todos los días me fijaba la meta de escribir
un capítulo, pero pasaba una semana entera sin que hubiera
escrito un solo renglón. Ello se debía a mi percepción de la
necesidad de destinar varias horas a la redacción de un capítu-
lo. y nada sucedió. Después decidí dividir mi meta en segmen-
tos más pequeños.
Me propuse escribir dos páginas diariamente. Había veces
en que en un día no escribía nada; entonces me fijaba la meta
de cuatro páginas para el día siguiente. Si por una razón impre-
vista pasaban dos días sin que avanzara nada, no me trazaba
una meta acumulativa, pues si lo hacía volvería al problema
que tuve con el capítulo entero.
Gracias a que me propuse metas más razonables, comencé
a avanzar en el manuscrito, aunque no habían cambiado otras
tareas que absorbían parte de mi tiempo. El único cambio fue
mi actitud ante el problema y la forma de resolverlo. Una no-
che me senté a escribir mis dos páginas de rigor y terminé
redactando una docena. Si me hubiera fijado la meta de doce
páginas para ese día, no habría comenzado a escribir por ser ya
muy noche.
167
168 Prepárese y mejore
Recordar y reflexionar
Me permito ofrecerle un consejo que no le servirá de mucho en
la oficina, pero que sí le ayudará a recordar cosas que debe
adquirir de regreso a casa. Introduzca un recordatorio en el
bolsillo donde guarda las llaves del auto. Después, cuando se
dirija al estacionamiento al terminar la jornada, meterá la mano
en el bolsillo para sacar las llaves y encontrará el recordatorio.
Tal vez a usted no se le olviden tan fácilmente como a mí los
asuntos personales; por tanto, quizá no necesite esos recorda-
torios. Pero yo sí.
Un par de recomendaciones finales sobre la manera ópti-
ma de organizar el tiempo. Planee tener un periodo sin inte-
rrupciones cada día. Tal vez no lo consiga todos los días, pero
es importante que reserve algún tiempo para sus sueños perso-
nales y la reflexión. Es indispensable que sea una persona de
gran riqueza interior. Por lo demás algunos problemas que a
primera vista parecen insuperables, a menudo caen bajo la
perspectiva adecuada durante esos momentos de silencio.
Organice su tiempo 111
ello hay que tener siempre dos cuadernillos cerca del teléfono:
una para que haga sus apuntes y el otro para que escriba notas
a la asistente.
Cuando revise los mensajes telefónicos luego de haberse
ausentado de la oficina o de haber asistido a una junta, antes
de contestarlos examine cuáles requieren extraer material del
archivo. Una asistente experta puede hacer esto antes que us-
ted vuelva.
En su ausencia
Además de su forma de contestar el teléfono y su tono de voz,
también debe asegurarse de que sea contestado en su ausencia
y en su departamento en general. Cuando esté fuera de la ofi-
cina telefonee para averiguar cómo se manejan las llamadas.
Una llamada telefónica hecha a su oficina en su ausencia
ha de contestarse así: "Oficina del señor X" o bien "Está usted
llamando a la oficina del señor X". Aun cuando el estilo de su
oficina sea informal, la llamada telefónica puede ser de un clien-
te o proveedor y, por tanto, habrá que contestar con formali-
dad. Si se contesta de un modo demasiado informal, el cliente
pensará que también el personal tratará muy informalmente su
asunto. ¿Le gustaría que, al ser llevado a la sala de operaciones,
el conserje saludara al cirujano diciéndole "Hola Beto, ¿qué
tal?"
Si se encuentra en una reunión muy temprano por la ma-
ñana, ordénele a su asistente no decirle a quien le telefonee que
todavía no llega. Esa respuesta da la impresión de que usted no
llega a tiempo al trabajo. Es mucho mejor que le diga "El señor
X tuvo un desayuno esta mañana en el centro de la ciudad".
Hay que comunicarle a la asistente acerca de las reuniones la
tarde anterior a una cita temprana. Dependerá de su discreción
la información que usted desee proporcionar por teléfono.
Quizá lo siguiente es tan obvio que no vale la pena ni
siquiera mencionarlo; pero en ocasiones olvidamos las cosas
más triviales. Cuando esté ausente y su asistente reciba alguna
llamada telefónica, siempre deberá pedir el número telefónico
del que llama. Algunas veces éste le dirá "Él tiene ya mi núme-
ro". En tal caso ella no deberá insistir en obtenerlo. Pero antes
que usted regrese deberá buscar el número en el directorio
telefónico de usted.
Es importante anotar la hora en que se recibió la llamada
telefónica. La mayoría de los gerentes revisan todos los mensa-
jes telefónicos, seleccionan los más urgentes y colocan los res-
tantes en el orden en que fueron recibidos para atenderlos en
ese mismo orden.
29
. .,
La com un tcacto n
informal
A este capítulo podríamos ponerle el título "La forma más efi-
caz de comunicación" . Cualquier organización de más de cinco
personas cuenta con una comunicación informal. Ésta se debe
a que los empleados se comunican entre sí y sienten una gran
necesidad de saber lo que sucede. Si no lo saben, harán conje-
turas al respecto. Nunca podrá eliminarse este tipo de comuni-
cación, de modo que más le vale aceptar su existencia y el
hecho de que sus tentáculos llegan a todos los rincones de la
empresa.
Si el gerente quiere evitar las conjeturas incorrectas, entre
otras cosas puede realizar una buena comunicación. Si lo hace,
habrá menos probabilidades de que surjan ideas falsas sobre
asuntos importantes. Nunca faltarán las conjeturas ni los ru-
mores; pero si es usted un buen comunicador, podrá disminuir
los incorrectos. Nunca los eliminará por completo, a menos que
tenga la autoridad de imponer voto de silencio a los emplea-
dos, cosa que difícilmente será posible.
La comunicación informal se efectúa por teléfono incluso
después de las horas de oficina. Una llamada telefónica noctur-
na de este tipo se lleva a cabo más o menos en los términos
siguientes: "Seguramente no te enteraste de las últimas nove-
dades. Supe que había ido al dentista. No lo creerás pero ... " y
así prosigue la charla hasta el infinito.
Cuando yo era gerente novato, algunos de nosotros nos
preguntábamos con qué rapide t: y eficiencia la comunicación
informal podría manejar los rumores. Sabíamos que uno de los
principales participantes se encontraba en el quinto piso. Se-
181
182 Prepárese y mejore
Notificación anticipada
Una idea que contribuye a hacer más productivas las juntas
consiste en enviar el orden del día a los miembros del comité
unos cuantos días antes de su celebración. Resulta contrapro-
ducente presentarse a una reunión sin la debida preparación.
Muchas veces la junta obedece a necesidades del momento,
pero toda junta debería contar con una orden del día.
Si el presidente es la única persona que conoce los asuntos
a tratar, tal vez su ego se sienta muy importante pero se dete-
riora la calidad de la reunión.
Al revisar el orden del día tal vez piense: ¿Qué informa-
11
Presidencia de un comité
Tal vez lo elijan para presidir un comité y ello es un gran elo-
gio: alguien ha visto en usted cualidades de liderazgo. No
desaproveche una oportunidad tan prometedora.
La mejor capacitación para ese cargo consiste en tener con-
tacto con algunos comités mal conducidos. Las reuniones se
prolongan demasiado. Uno no puede menos de preguntarse si
hay quienes prefieren sentarse alrededor de una mesa a traba-
jar. Pero la razón principal de que duren tanto es que están mal
planeadas y presididas.
Además de la recomendación de distribuir con anticipa-
ción el orden del día, sugerimos distribuir también las minu-
tas de la junta anterior. Entonces casi todos los asistentes la lee-
rán antes de iniciar la reunión y, con la excepción de pequeñas
correcciones, la aprobación no tardará mucho tiempo. De lo con-
trario, los asistentes dedicarán quince minutos a la lectura de
ellas y se sentirán obligados a escrutarlas demasiado a fondo.
Claro que todas las órdenes del día incluyen la hora de
inicio de la reunión. Con ello se mejora el orden de una junta
si se indica también la hora en que terminará. Los asistentes
192 Prepárese y mejore
Establecimiento de prioridades
Muchos gerentes son pésimos oradores, porque no se preparan
para cuando tengan que hacerlo. y cuando llega ese momento,
es demasiado tarde. Uno puede ser el mejor gerente del mundo
pero nadie más lo sabrá, si no se prepara para ser un buen
orador.
Como muy pocos ejecutivos se preparan para hablar en
público, usted estará en mejor posición que ellos si aprende a
hacerlo. Hablar en público causa verdadero terror a muchos;
de ahí que lo rehuyan como si fuera una peste. Pero en el ini-
cio de su carrera no se dan cuenta de que, aunque tal vez
consigan evitar los discursos ante grupos externos, habrán de
encarar los que tienen lugar dentro de su departamento.
Quizá se trate de una juritá del departamento en la cual
usted tendrá que levantarse y explicar una nueva política de la
193
194 Prepdrese y mejore
Beneficios adicionales
¿Cuántos oradores sobresalientes conoce personalmente tanto
dentro de su empresa como fuera de ella? Apuesto que no
muchos, tal vez ninguno. ¿Por qué no decide ser uno de ellos?
Piense en las posibilidades no sólo de recibir un ascenso en la
empresa, sino de ocupar un puesto directivo en la comunidad.
De hecho, las oportunidades de ejercer el liderazgo tal vez le
lleguen de fuera. Reflexione sobre las perspectivas que le brin-
darán. En la comunidad hay muchos seguidores en espera de
alguien que los guíe. Una característica de los líderes más des-
tacados es la capacidad de hablar persuasivamente en reunio-
nes públicas. Nada le impide ser uno de esos líderes tan con-
tados. No tienen que ser más brillantes que todos. Siempre
habrá otros más inteligentes que usted; pero de poco les ven-
drá si los supera en la capacidad de comunicarse.
34
Estrés y niveles
de intensidad
Muchos gerentes novatos creen que deben estar en condiciones
de organizar su vida laboral en una manera que les permita
eliminar totalmente el estrés. Pero ello no es posible. Tarde o
temprano se presentará ante nuestra puerta. La clave consiste
en cómo reaccionemos ante él. No siempre podemos controlar
lo que sucede; lo que sí podemos controlar es la manera de
reaccionar ante ello.
A continuación explicamos un factor interesante relativo al
estrés que le hará sentirse mucho mejor cuando lo sienta al ini-
ciar su carrera gerencial: gran parte de lo que parece causarle
estrés en esa época, le parecerá común y hasta trivial una vez
que tenga experiencia. Esta posibilidad corrobora la idea que
tal vez su reacción e inexperiencia son lo que provocan lo
que usted considera estrés y no la situación propiamente dicha.
Tal vez se trate de una distinción sutil, pero a nosotros nos
parece muy importante.
Recuerde los días en que tomaba cursos de manejo para
aprender a conducir. La primera vez que tomó el volante se
sintió extremadamente tenso. Con el tiempo su capacidad
de conducir mejoró al punto que ahora manejar el auto le pa-
rece tan simple como cepillarse los dientes. La situación es la
misma, lo único que cambió fue su experiencia y su reacción.
La manera de responder frente a situaciones estresantes
forma parte de su estilo gerencial. Muchos ejecutivos dan la
impresión de estar siempre sumergidos en profundos pensa-
mientos. En todo momento tienen fruncido el entrecejo. Tal
actitud contagia a todos los que trabajan con ellos; por desgra-
197
198 Prepárese y mejore
Trabajo en la comunidad
Todo aquel que aspira a ocupar un puesto gerencial necesita
participar en la comunidad. No se puede recibir simplemente
algo de una comunidad sin dar nada a cambio. y lo mismo
sucede con cualquier profesión. Es necesario corresponder a lo
que se obtiene en el trato profesional con otros. No se trata de
recomendaciones totalmente altruistas. El objetivo principal es
contribuir al progreso de la propia profesión, pero existen ade-
más otros beneficios secundarios. Uno se da a conocer dentro
de la comunidad y en la propia profesión. Yeso no sólo aumen-
ta los contactos que tiene un gerente, sino que contará con
mayores probabilidades de ser promovido. Recuerde: cuánto
más ascienda en la organización, mayor importancia cobrará el
liderazgo. El liderazgo en la comunidad y en las asociaciones
profesionales es visto con ojos muy favorables en los altos ni-
veles jerárquicos de muchísimas empresas.
He conocido casos en que los dos candidatos para un as-
censo estaban bien calificados en lo tocante al puesto. Uno de
ellos lo obtuvo por estrecho margen, y la diferencia se debió al
liderazgo tanto dentro de la empresa como fuera de ella.
Lecturas diversificadas
Es indispensable que el gerente lea temas concernientes a su
negocio, pero también debe estar bien enterado de lo que su-
cede en otros ámbitos de la cultura y de la sociedad. El gerente
debe ser un ciudadano bien informado y saber lo que sucede
en su ciudad, en su estado, en su país. Ello significa leer los
periódicos, las revistas de noticias y las revistas especializadas
de su industria. Un gerente ha de estar bien informado sobre
lo que ocurre en el mundo.
La persona íntegra 203
En este libro estudié varios temas sobre cómo dirigir a las per-
sonas, pero evidentemente no expliqué todas las situaciones
que encontrará en su labor de gerente ni siquiera las que en-
contrará en las primeras semanas en el puesto.
Simplemente un libro de esta clase no puede ser totalmen-
te exhaustivo. Sólo espero haberle dado algunas ideas de las
técnicas de la dirección de personal que hagan más significati-
vo y comprensible su trabajo. Tal vez piensen que dediqué
demasiado espacio a las actitudes, a la manera en que usted se
percibe a usted mismo y los problemas; pero lo hice porque
éstas decidirán el éxito o el fracaso de su trabajo con los subor-
dinados.
Si usted es el tipo de individuo que está convencido de que
lo controlan los acontecimientos, ¿de qué serviría todo lo de-
más? Desde ese punto de vista, usted no es más que una ma-
rioneta atada a los hilos que maneja un titiritero muy podero-
so. Pero no es así. Aunque los hechos que escapan a su control
sí influyen en su vida, usted es quien controla lo que piensa y
cómo lo piensa. Y esto a su vez controla la manera en que
reacciona ante esos eventos.
No lo he engañado en este libro. No le dije que, si pone
empeño en su trabajo y no se mete en problemas, llegará a ser
director general de la empresa. Sin embargo, sí estoy conven-
cido de que tendrá mayores probabilidades de alcanzar esa
meta si sigue algunas de esas ideas que si ignora lo que pa-
ra mí constituyen verdades fundamentales. Usted no llegó al
mundo con la garantía de que todo sería justo ni de que siem-
pre se premia el mérito. No es así en absoluto. Con todo, no
tendrá la menor probabilidad de alcanzar sus objetivos si asume
204
Conclusión 205
una actitud pasiva y espera que las cosas sucedan por sí mis-
mas.
Todos debemos crecer. En este libro se explica cómo debe
dirigir a sus colaboradores, pero lo que más me interesa es
verlo a usted crecer como una persona íntegra. Estoy seguro de
que su carrera contribuirá a ese crecimiento total, pues forma
parte muy importante de su vida. No deberíamos trabajar en
algo que no nos guste, pero es necesario ser realistas y admitir
que todas las carreras contienen aspectos que nos desagradan.
Lo que importa en este caso es el equilibrio. Si en térmi
nos generales el trabajo es agradable, satisface a nuestro ego
y nos parece interesante, podremos aceptar sin dificultad los
aspectos que no nos gusten. Si sucede lo contrario y nos des-
agrada la mayor parte de lo que hacemos, ello significa que
elegimos mal nuestra profesión y que deberíamos cambiarla.
La vida del hombre es demasiado corta para que dediquemos
nuestra existencia y energía a una carrera que nos destruirá.
He conocido personas, y quizá también el lector, que se
aferran a un trabajo que no les gusta con la esperanza de ob-
tener algún día el beneficio de una jugosa jubilación.
¿Qué valor tiene la perspectiva de una. buena jubilación si
arruinan su salud antes de tener la edad necesaria para reti-
rarse? Y peor todavía: quizá ni siquiera logren sobrevivir para
jubilarse.
Hay personas que se quejan constantemente de su empleo,
pero que nunca buscan otro mejor, porque el temor al cambio
o a lo desconocido es más fuerte que su rechazo del trabajo.
Algunos prefieren lo predecible (aunque sea negativo) a lo
nuevo o lo desconocido.
Tal vez Abraham Lincoln tuvo razón al decir: "La mayoría
de las personas son tan felices cuanto quieren serlo". Estas
palabras resumen lo que he intentado decir a lo largo del libro
sobre la primacía de las actitudes.
Al acercarse a la edad madura, muchos empiezan a pensar
en la contribución que están haciendo al mundo. Con frecuen-
cia se sienten deprimidos por considerar que no están hacien-
do algo muy importante. Se preguntan: "¿Qué importancia
tiene el hecho de ser gerente de una empresa que fabrica tor-
nillos?" Dentro de ese contexto, su labor tal vez no parezca
muy importante. Pero he aquí la pregunta que deberían plan-
206 Prepdrese y mejore
Índice
acción, comparación de, con actitud, autócrata, 44-45, 131, 148
154 autodisciplina, 147-150
actitud, 204 autoimagen, 151-155
ante la capacitación, 85-86 ante automotivación, 129-130, 131
los errores, 152-153 comparación autoprornocíón, 162-164
entre, y acción, 154 promoción y, 156-159
de empleados de ingreso reciente, 75 autoridad, 11-12, 149
determinación de, en la entrevista aviso anticipado de juntas, 186-187
de empleo, 76, 77-79 actitud de
esperar y ver, 9 adiestramiento brecha generacional, 135-137
gerencial, 3-4, 7-8 administración de buen oyente, 22-23
salarios y sueldos,
113, 122-126 cambio, 29-32
aumento de, con la promoción, 125 administración del, 59-69
equidad en, 124-125 de los métodos de operación, 10
recomendaciones de incremento sala- detallado a general, 30
rial, 124 en los empleados, 51-59
administración, decisión de integrarse hacia arriba o hacia afuera, 30
a la, 4-5 punto de vista del gerente sobre él,
adquisiciones, despido de empleados 29
después de, 95 resistencia al, 82
agente, disponibilidad de la, antes de cambios operacionales, y la zona
junta, 186 de comodidad, 58
agradecimiento, 49-50 capacitación (adiestramiento)
alcohol, 55-56 actitud ante, 85-86
amigos, como subordinados, 14-15 de empleados de ingreso reciente,
antigüedad, 95-96 86-88
arrogancia, 152 asistentes en varias áreas, 62
ejecutivos, 41 asociaciones error en, 16
profesionales, 202 final de periodo, 91-92
asuntos personales, recordatorios de, para hablar en público, 194-196
170-171 y expectativas del empleo
asuntos urgentes en la correspondencia de ingreso, 63
de pendientes, 148 capacitador, papel de, 89-90
ataque personal, discusión de la disci- celos, 17
plina como, 63-64 cheque de pago, 70
ausencias graduales, para los clase, 191-192
empleados que se jubilarán, comités
138-139 presidencia de, 189-190
autocontradicción, 153-154 ventajas de, 189
209
210 Índice
CORRESPONDENCIA
PERMISO POSTAL
CORRESPONDENCIA DE DERECHOS NÚM. 3722
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