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I. Principios generales
El trabajador es acreedor de seguridad, pero por otro lado está obligado a velar por su
propia seguridad tal y como establece el art.29 LPRL. Este deber se modula en función de
do criterios: la propia formación que tenga ese trabajador y las instrucciones del
empresario. Este deber se establece en beneficio del propio trabajador,.así como en
beneficio de sus compañeros o terceras personas a las que puede afectar su actividad. Esta
obligación ya aparece reconocida en el ET, art. 5 y 19. igualmente la Directiva Marco en la
que se inspira nuestra ley establece esta obligación.
Como regla general, el trabajador va a sufrir las consecuencias del incumplimiento de estas
obligaciones. Ahora bien, es posible exigir responsabilidad civil al empresario respecto de
los perjuicios o daños causados por sus empleados con ocasión del trabajo desempeñado.
Esta responsabilidad civil del empresario está prevista en el art.1903 CC. El empresario
podrá accionar frente al trabajador reclamándole la indemnización que el empresario haya
tenido que pagar como consecuencia de los daños causados por el trabajador.
Otra vía posible de exigir responsabilidad al empresario por lo daños causados es la vía de
la responsabilidad civil subsidiaria por la comisión de un delito (art.120 CP).
I. Principios generales
Evaluar los riesgos: debe identificar los elementos peligrosos, así como los trabajadores
que están expuestos a riesgos laborales, ya sean generales o específicos, teniendo en cuanta
no solo las condiciones materiales de trabajo sino también los factores personales e
individuales. Además en esta primera fase deberá tener presente si la actividad que
desarrolla tiene riesgo de enfermedad profesional.
Planificar la actividad preventiva: el empresario debe diseñar las medidas de prevención
aplicables a cada uno de los riesgos detectados, deberá diseñar también el plan de
formación de los trabajadores, así como las medidas que vaya a adoptar para proteger a
colectivos especiales.
Dentro del deber general de prevención, que reconoce el art.14 LPRL, se incluyen
determinadas obligaciones particulares que la ley detalla o concreta a lo largo de sus
artículos. Así, el empresario debe garantizar un entorno de trabajo seguro, adoptando las
medidas de señalización, así como medidas de protección colectivas y de carácter
individual. Asimismo, la ley establece el deber de establecer medidas de emergencia, como
la evacuación de los trabajadores en situaciones de peligro o incluso medidas especiales
ante situaciones de riesgo grave e inminente. Dentro de ese nivel general también se
incluye el deber de dotar a los trabajadores de equipos de protección individual adecuados y
que no entrañen peligros adicionales. Incluso se incluye la obligación de vigilancia de la
salud que permitirá al empresario establecer una relación de causalidad entre las dolencias
o patologías detectadas a través del reconocimiento médico y las condiciones de trabajo.
Igualmente, la ley incluye la obligación de documentar todo el procedimiento de evaluación
y planificación de la seguridad de la empresa. Junta a este deber, el empresario está
obligado a prever las distracciones e imprudencias profesionales de los trabajadores a la
hora de aplicar medidas de protección.
Esta evaluación está prevista tanto en el art.16 LPRL, como en el Reglamento que la
desarrolla de 1997. Regula por un lado los procedimientos de evaluación y planificación y
por otro las modalidades de organización de la actividad preventiva.
Según la ley, el empresario debe evaluar con carácter previo a la elaboración del plan de
prevención los riesgos que presenta la actividad en general, así como los riesgos específicos
de cada puesto de trabajo. Por otro lado, debe realizar una evaluación específica sobre los
riesgos que presentan los equipos de trabajo o las sustancias utilizadas en el proceso
productivo. Además, la ley establece la obligación del empresario de realizar una
investigación de las causas del accidente que haya provocado un daño para la salud de los
trabajadores. Esa obligación de investigación es necesaria cuando se detectan indicios de
que las medidas de protección son insuficientes a través de los reconocimientos médicos.
2. Planificación
El art.6 LPRL remite a la norma reglamentaria que debe fijar aquellas disposiciones
mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo, así como en materia de señalización
de dichos lugares (RD 485/1997 sobre señalización y RD 486/1997 de disposiciones
mínimas). Ambas disposiciones transponen una directiva comunitaria específica de
desarrollo de la Directiva Marco.
En materia de lugares de trabajo hay que establecer previamente cuál es el régimen general
aplicable y el régimen excepcional o transitorio que contiene la Ordenanza general de
seguridad e higiene y que se aplica a aquellos lugares de trabajo que están excluidos del
ámbito del Real Decreto. Ese régimen excepcional se aplicará por tanto a los medios de
transporte utilizados fuera de la empresa, a las obras de construcciones temporal o móviles,
a las industrias de extracción, a los buques de pesca y a los campos de cultivo, que son los
lugares excluidos del ámbito del RD.
Según la norma, la expresión “lugares de trabajo” se refiere a las áreas del centro de
trabajo, que pueden estar edificadas o no, con inclusión de los locales de descanso,
comedores, locales de primeros auxilios, así como las instalaciones de servicios higiénicos.
Según el RD que regula esta materia, existen cinco tipos de señales a disposición del
empresario cuya finalidad será completar aquellas medidas organizativas, de protección
colectiva, relativas a la formación e información de los trabajadores. Son, por tanto,
medidas adicionales a los medios de protección colectivos.
Estas señales pueden ser en forma de panel que se caracteriza por la forma y por el símbolo
de estas medidas. Las señales circulares son de prohibición o de obligación, según el color
de las mismas. La señal con forma triangular es de advertencia y las señales con forma
rectangular o cuadrada son señales de salvamento o de equipo de incendios. Además,
pueden existir señales luminosas, acústicas, señales de comunicación verbal o de
comunicación gestual.
Según el RD sobre los lugares de trabajo, el empresario debe informar a los trabajadores
y sus representantes sobre las medidas de protección adoptadas en el lugar de trabajo.
Además la normativa permite que se habiliten lugares de descanso para las trabajadores
embarazadas y madres lactantes. No se excluye ningún local de trabajo para esto.
Esta materia está regulada en el art.17 LPRL, que establece las obligaciones del empresario
en cuanto a los equipos de trabajo y los equipos de protección individual. El empresario
tiene dos obligaciones en cuanto a los equipos de trabajo:
1. Debe garantizar que ningún otro trabajador que no sea el específicamente encargado de
utilizar dicho equipo manipule o utilice ese equipo en cuestión.
2. Debe garantizar que los trabajos de mantenimiento o reparación sean realizados por los
trabajadores capacitados y con formación, en cuanto a la conservación de dichos equipos.
El equipo de trabajo se define como cualquier máquina, aparato o instrumento que se utilice
en el lugar de trabajo. El empresario, a la hora de elegir dichos aparatos o equipos, debe
tener en cuenta tres factores:
El empresario debe comprobar que los equipos de trabajo serán revisados y mantenidos por
personal competente. Debe documentar los resultados de las comprobaciones de los
equipos, documentación que estará a disposición dela autoridad laboral.
Además el empresario debe dar formación e información sobre la utilización de dichos
equipos por escrito, preferiblemente en forma de folletos explicativos.
Un tipo de equipo de trabajo es aquel que incluye pantallas de visualización de datos, que
disponen de una normativa propia en la que se fijan las obligaciones de evaluación de
riesgos, vigilancia de la salud de los trabajadores que utilizan esos equipos, así como las
obligaciones de formación e información, que deberán proporcionarse antes de comenzar el
trabajo con esos equipos, así como cuando existe una modificación de las condiciones del
puesto de trabajo.
En esta disposición específica se establecen cuáles son los riesgos presentes en el lugar de
trabajo que permitirán utilizar esos equipos, es decir, riesgos físicos (ej. Riesgos eléctricos,
químicos derivados de la utilización de aerosoles os sustancias líquidas y riesgos biológicos
derivados de los agentes que pueden producir enfermedades, como virus, bacterias u
hongos.
El empresario, según la ley, debe proporcionar de forma gratuita y para un uso individual
los equipos necesarios según la actividad desarrollada. Debe dar información al trabajador
sobre su utilización correcta y sobre el mantenimiento y limpieza de dichos equipos.
Igualmente, deberá establecer esa información a través de folletos explicativos en los cuales
debe constar cuáles son los peligros o riesgos derivados de la utilización incorrecta de esos
equipos.
El equipo de protección individual debe ser adecuado al riesgo que protege y ser cómodo y
compatible con otros equipos de protección.
Estas medidas deben estar detalladas en el plan de prevención. Para ello, el empresario
deberá designar al personal con formación necesaria que estará encargado de poner en
prácticas esas medidas y de comprobar el correcto funcionamiento de las mismas. Sin
embargo, la ley no especifica el número de trabajadores encargados de esa tarea y por eso
deberá acudirse a las disposiciones del convenio colectivo que pueden o no establecerlo, si
no se establece en convenio puede decidirlo el empresario.
El empresario deberá controlar los servicios externos de la empresa para las situaciones de
salvamento y evacuación de trabajadores, para las situaciones de asistencia médica de
urgencia y para incendios.
En aquellas empresas donde existe riesgo de accidentes mayores en los cuales se pone en
peligro, no solo a los trabajadores y las instalaciones dela empresa, sino que es posible un
daño para terceras personas y el medio ambiente, el empresario debe elaborar un plan de
emergencia interior que deberá poner en conocimiento de las autoridades para que éstas
puedan implantar medidas de protección de la población en general y del medio ambiente.