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1. Vigilancia de la salud
La ley establece que el empresario debe encomendar esta tarea al servicio de prevención, ya
sea propio o ajeno. Dentro del servicio de prevención será el personal sanitario con
competencias técnica y capacidad acreditada el que realice la vigilancia de la salud. Esa
formación y capacidad del personal sanitario será controlada por las autoridades Sanitarias.
El reglamento establece que los servicios de prevención deben contar con un médico
especialista en medicina del trabajo o un diplomado en medicina de empresa y también un
ATS.
La ley no concreta el intervalo que debe transcurrir para someter al trabajador a otra
evaluación, sino que remite a las disposiciones reglamentarias que regulan los riesgos
específicos. Esa evaluación de la salud se realizará incluso tras el cese del trabajador en la
empresa cuando haya estado expuesto a determinados agentes biológicos, químicos o
físicos como las radiaciones ionizantes. En estos casos las pruebas médicas las asume el
sistema nacional de salud.
La ley parte del principio de que esos reconocimientos son voluntarios y por tanto el
trabajador debe prestar su consentimiento. Establece tres excepciones que permiten hablar
de la obligatoriedad delas pruebas médicas:
El supuesto de evaluar los efectos de las condiciones de trabajo sobre la salud de los
trabajadores.
Para verificar si el estado de salud del trabajador puede constituir un peligro para los
demás trabajadores o para otras personas.
En cuanto a las radiaciones ionizantes, los criterios a seguir en materia de vigilancia médica
están recogidos un una guía que elabora el Consejo de Seguridad Nuclear.
Para otros riesgos específicos (ruido, plomo, etc.) los criterios de la vigilancia de la salud
vienen especificados en la norma específica que los regula.
Deber de documentación
La obligación de documentación, la ley concreta el contenido de la misma que por tanto irá
referida a la evaluación y planificación, las medidas de protección adoptadas a los
resultados de las evaluaciones de riesgos periódicas, a la práctica y resultados de los
exámenes de salud, la relación de accidentes y EP que hayan causado una incapacidad
laboral superior a un día de trabajo.
También es necesario que se elabore un historial médico individual para cada trabajador
expuesto a un riesgo biológico o cancerígeno. Junto a ese deber de documentación se
establece la obligación de conservar toda esa información durante el tiempo que dure la
actividad empresarial. En el momento en que la empresa cese en su actividad, toda esa
documentación debe remitirse a la autoridad laboral. Sin embargo, los historiales médicos
serán remitidos por la autoridad laboral a las sanitarias, sin que puedan conservar la primera
copia o alguno de esos historiales.
La ley no concreta un modelo a seguir para cumplir con ese deber de documentación, sin
embargo, obliga al empresario a consultar esta cuestión con los representantes de los
trabajadores.
El incumplimiento por parte del empresario del deber de documentación se tipifica como
infracción grave.
El art. 41 impone la obligación básica de asegurar que esos equipos no constituyen una
fuente de peligros para el trabajador si son instalados y utilizados en las condiciones, forma
y para los fines recomendados por ellos.
La ley obliga a estos sujetos a envasar y etiquetar los productos con arreglo a la normativa
aplicable, de manera que se identifique claramente el contenido y los riesgos que presentan
para la salud.
La norma no establece el número de trabajadores que van a asumir esa actividad, será la
negociación colectiva la que determine este aspecto. Las funciones que no hayan asumido
estos trabajadores deberán ser desarrolladas por algún servicio de prevención propio o
ajeno.
A estos trabajadores el reglamento los dota de unas garantías para que puedan ejercer sus
funciones con imparcialidad. Estas garantías consisten en:
Estos trabajadores designados tienen el deber de guardar sigilo respecto a las informaciones
a las que han tenido acceso en el ejercicio de sus funciones. En este caso la infracción del
deber de sigilo profesional puede acarrear sanciones disciplinarias para el trabajador.
Se define como el conjunto de medios humanos y materiales para realizar las actividades
preventivas. Este servicio debe contar al menos con dos especialidades técnicas y
preventivas que el art. 34 del reglamento establece como disciplinas específicas. Estas
disciplinas son:
b) seguridad en el trabajo
c) higiene industrial
En este caso, la empresa tendrá un año para creas ese servicio durante el cual deberá acudir
a un servicio de prevención ajeno.
El reglamento establece que además de los técnicos de prevención se integrará por personas
que tengan la capacidad necesaria según el nivel de las funciones que vayan a desarrollar,
sin embargo, no concreta el número de personas que lo integrarán, dejando esta cuestión a
la negociación colectiva.
Las personas que integran este servicio pueden ser trabajadores o profesionales, tendrán
una dedicación exclusiva para desarrollar las actividades preventivas.
El reglamento obliga a la empresa a elaborar la memoria y programación del servicio de
prevención propio anualmente, poniéndolo en conocimiento del comité de seguridad y
salud, que deberá emitir un informe.
Esta modalidad, al igual que sucede en el caso de designación de trabajadores, estará sujeta
a una auditoría o evaluación externa realizada por personas físicas o jurídicas debidamente
acreditadas por la autoridad laboral. Estas evaluaciones externas se realizarán cada cinco
años, salvo que la autoridad laboral, previo informe de la inspección, decida revisar los
resultados de la última auditoría en función de la siniestralidad de la empresa.
Es el servicio prestado por una entidad especializada con la que la empresa concierta la
realización de actividades preventivas, así como el asesoramiento que precise en función de
los tipos de riesgos.
El reglamento establece que esa entidad debe disponer de un conjunto de medios humanos
y materiales para actuar como servicio de prevención. En cuando a los medios humanos,
esta organización debe contar como mínimo con un experto por cada disciplina específica,
aunque no concreta el número de personas que integrarán este servicio.
La ley establece que el empresario, antes de acudir a esta modalidad, deberá consultarlo con
los representantes de los trabajadores. Esta entidad especializada (servicio de prevención
ajeno) debe constituirse mediante la cumplimentación de una serie de trámites obligatorios
que le acreditarán como servicio de prevención ajeno.
El reglamento exige que este servicio presente un aval o garantía de 200 millones de ptas.
para poder constituirse, si bien esa cantidad no constituye el límite de la responsabilidad del
servicio.
Esta entidad debe cumplir además con los requisitos exigidos por la autoridad sanitaria
competente, que será la autoridad del lugar donde radican las instalaciones principales.
Constituido ya, está obligado a tener a disposición de las autoridades laboral y sanitaria una
memoria anual en la que conste las empresas a las que presta servicios y las actividades
desarrolladas en cada una de ellas.
Las MATEPSS desde la aprobación de la ley están facultadas para desarrollar las funciones
propias de un servicio de prevención. Pero es necesario que obtengan la autorización por
parte de la autoridad laboral, al igual que el resto de las entidades especializadas. Así
mismo es necesario que el empresario concierte esos servicios de prevención con la mutua,
debiendo constar por escrito la contratación de dichos servicios. En ese escrito deberá
constar la identificación dela entidad, así como de la empresa y de sus centros de trabajo en
los que va a desarrollarse la actividad preventiva. Además debe indicarse en ese escrito de
contratación cuáles son los aspectos de la actividad preventiva si se incluye la vigilancia de
la salud, así como las condiciones económicas y duración del concierto de esos servicios.
La actuación de la mutua como servicio de prevención ajeno se regula en una Orden
ministerial de 22/04/97 que regula de forma provisional el funcionamiento de las mutuas en
el desarrollo de funciones preventiva. Esta norma distingue dos tipos de actividades
preventivas:
Las actividades de la mutua tendrán un carácter prioritario en aquellas empresas con menos
de 6 trabajadores y en empresas del sector de la construcción y aquellas que desarrollan
actividades peligrosas incluidas en el anexo I del RSP.
Evaluación de riesgos
Vigilancia de la salud
Tanto la ETT como la empresa usuaria están obligadas a organizar la actividad preventiva a
través de las distintas modalidades previstas en la Ley y en el Reglamento.
Esta norma específica establece el deber de cooperación entre los servicios de prevención
de ambas empresas, que deberán transmitirse información relevante para proteger la salud
de los trabajadores.