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TEMA 9.

OBLIGACIONES EMPRESARIALES (II)

1. Vigilancia de la salud

(Art. 22 LPRL) La ley obliga al empresario a garantizar la vigilancia periódica de la salud


de los trabajadores en función de los riesgos inherente al trabajo o riesgos específicos
derivados de la exposición a ciertas substancias o de la utilización de los equipos de trabajo.
En esta materia, además, es aplicable la regulación específica para las enfermedades
profesionales establecida en la LGSS, concretamente en el art. 196.

¿Quién realiza la vigilancia de la salud?

La ley establece que el empresario debe encomendar esta tarea al servicio de prevención, ya
sea propio o ajeno. Dentro del servicio de prevención será el personal sanitario con
competencias técnica y capacidad acreditada el que realice la vigilancia de la salud. Esa
formación y capacidad del personal sanitario será controlada por las autoridades Sanitarias.
El reglamento establece que los servicios de prevención deben contar con un médico
especialista en medicina del trabajo o un diplomado en medicina de empresa y también un
ATS.

El reglamento excluye expresamente la posibilidad de que el empresario lleve a cabo la


vigilancia de la salud, pese a que tenga la formación exigida. La actividad sanitaria deberá
comprender una evaluación de la salud inicial después de la incorporación al trabajo o
después de la asignación de tareas específicas con nuevos riesgos para la salud. Esa
vigilancia también se llevará a cabo cuando el trabajador se incorpore de nuevo a su puesto
tras un periodo de baja prolongada. Además esa evaluación de la salud se realizará de
forma periódica dependiendo del riesgo inherente al puesto de trabajo, sin embargo, el
reglamento no contempla la evaluación de la salud antes de que el trabajador se incorpore a
la empresa, solo existe un supuesto en el que es posible someter al trabajador a un
reconocimiento médico con anterioridad a su incorporación: cuando un trabajador haya de
ocupar un puesto con riesgo de EP, será necesario someterle previamente a las pruebas
médicas y si el resultado de éstas confirma que no es apto para desempeñar ese trabajo, el
empresario no lo puede contratar. Las pruebas de salud incluirán una historia clínico-
laboral en la que debe constar la exploración clínica, así como una descripción detallada del
puesto de trabajo, debiendo constar además el tiempo de permanencia en ese puesto y los
riesgos inherentes al mismo. Estos reconocimientos deben causar las menores molestias al
trabajador y ser proporcionales al riesgo. La ley no lo dice expresamente pero se interpreta
que la realización de dichos reconocimientos médicos será gratuita para el trabajador, de
manera que el tiempo invertido en esas pruebas médicas se considera jornada efectiva de
trabajo.

Periodicidad de los reconocimientos

La ley no concreta el intervalo que debe transcurrir para someter al trabajador a otra
evaluación, sino que remite a las disposiciones reglamentarias que regulan los riesgos
específicos. Esa evaluación de la salud se realizará incluso tras el cese del trabajador en la
empresa cuando haya estado expuesto a determinados agentes biológicos, químicos o
físicos como las radiaciones ionizantes. En estos casos las pruebas médicas las asume el
sistema nacional de salud.

Voluntariedad de los reconocimientos médicos

La ley parte del principio de que esos reconocimientos son voluntarios y por tanto el
trabajador debe prestar su consentimiento. Establece tres excepciones que permiten hablar
de la obligatoriedad delas pruebas médicas:

 El supuesto de evaluar los efectos de las condiciones de trabajo sobre la salud de los
trabajadores.

 Para verificar si el estado de salud del trabajador puede constituir un peligro para los
demás trabajadores o para otras personas.

 Cuando así lo establezca una disposición legal.

La ley establece que los reconocimientos médicos se realizarán respetando el derecho a la


intimidad y a la dignidad de la persona, lo que supone el respeto a la confidencialidad de
toda la información de carácter médico, de manera que los datos personales relativos al a
salud solo pueden conocerlos el personal médico o sanitario y el empresario solo podrá
conocer las conclusiones de las pruebas que le permitan mejorar la actividad preventiva en
la empresa. De este modo, la información médica solo puede transferirse con el
consentimiento expreso del trabajador.

El incumplimiento del empresario e la obligación de realizar reconocimientos médicos


constituye una infracción grave tipificada en la Ley de Infracciones del Orden Social, de 4
de agosto de 2000.

Las infracciones en materia de riesgos laborales se hayan recogidas en la LISOS RDL


5/2000, de 4 de agosto, y esta materia ha sido desgajada del texto de la LPRL. La LISOS
tipifica también como infracción grave la no comunicación a los trabajadores afectados del
resultado de los reconocimientos médicos. El incumplimiento del deber de confidencialidad
de los datos relativos a la vigilancia de la salud constituya una infracción muy grave. La ley
obliga al empresario a registrar las conclusiones de las pruebas médicas en el art. 23 de la
LPRL. En el caso de EP el incumplimiento empresarial de la obligación de realizar
reconocimientos médicos previos a la incorporación del trabajador en la empresa le hace
responsable directo al empresario de las prestaciones de Seguridad Social que derivan de la
EP. La LGSS imputa responsabilidades a la mutua cuando ésta haya incumplido su
obligación de conocer el certificado del reconocimiento médico previo.

En cuanto a la vigilancia de la salud relativa a agentes biológicos y cancerígenos, las


disposiciones reglamentarias que los regulan establecen una serie de obligaciones
específicas para el empresario. En materia de agentes biológicos la norma establece la
obligación del empresario de ofrecer al trabajador las vacunas existentes para prevenir el
riesgo de enfermedad, informándole de las ventajas e inconvenientes de la vacunación y
además debe constar por escrito ese ofrecimiento, así como la aceptación en su caso del
trabajador. Los gastos de dicha vacunación irán a cargo del empresario.

En el caso de agentes biológicos la norma establece que el médico encargado de la


vigilancia de la salud debe estar familiarizado con las condiciones o circunstancias de la
exposición. La disposición reglamentaria permite o reconoce el derecho delos trabajadores
a solicitar la revisión de los resultados de la vigilancia de la salud. Finalmente, el
empresario está obligado a informar a los trabajadores de la conveniencia de prolongar la
vigilancia de la salud con posterioridad al cese de la exposición. Todas estas medidas y
obligaciones, salvo las de la vacunación, están previstas en la norma reguladora de los
agentes cancerígenos.

En cuanto a las radiaciones ionizantes, los criterios a seguir en materia de vigilancia médica
están recogidos un una guía que elabora el Consejo de Seguridad Nuclear.

Para otros riesgos específicos (ruido, plomo, etc.) los criterios de la vigilancia de la salud
vienen especificados en la norma específica que los regula.

Deber de documentación

Se regula en el art. 23 LPRL, según el cual el empresario tiene la obligación de documentar


toda la actividad preventiva, así como conservar dicha documentación; y por otro lado, la
obligación de notificar o comunicar a la autoridad laboral los daños derivados de AT y EP.

La obligación de documentación, la ley concreta el contenido de la misma que por tanto irá
referida a la evaluación y planificación, las medidas de protección adoptadas a los
resultados de las evaluaciones de riesgos periódicas, a la práctica y resultados de los
exámenes de salud, la relación de accidentes y EP que hayan causado una incapacidad
laboral superior a un día de trabajo.

Contenido: evaluación / medios / relación AT-EP / evaluaciones periódicas / vigilancia de


la salud.

En cuanto a los agentes biológicos o cancerígenos, esa obligación de documentación se


complementa con dos elementos más:

 la lista de trabajadores expuestos a esos agentes

 las exposiciones y los accidentes e incidentes relativos a esa exposición.

También es necesario que se elabore un historial médico individual para cada trabajador
expuesto a un riesgo biológico o cancerígeno. Junto a ese deber de documentación se
establece la obligación de conservar toda esa información durante el tiempo que dure la
actividad empresarial. En el momento en que la empresa cese en su actividad, toda esa
documentación debe remitirse a la autoridad laboral. Sin embargo, los historiales médicos
serán remitidos por la autoridad laboral a las sanitarias, sin que puedan conservar la primera
copia o alguno de esos historiales.

El deber de conservar la documentación está regulado en las disposiciones reglamentarias


sobre riesgos específicos, las cuales establecen un plazo en el que deben documentarse y
conservarse los datos relativos a los controles ambientales y a la vigilancia de la salud.

La ley no concreta un modelo a seguir para cumplir con ese deber de documentación, sin
embargo, obliga al empresario a consultar esta cuestión con los representantes de los
trabajadores.

El incumplimiento por parte del empresario del deber de documentación se tipifica como
infracción grave.

La obligación de notificación, la comunicación se realizará a través de un modelo distinto


para los AT y las EP. El modelo de AT está establecido en una norma de 1987, mientras
que el modelo de notificación de las EP se haya en una orden de 1973.

La notificación de las EP en la ley se prevé su modificación en el art. 6.1, a través de una


disposición reglamentaria.

La ley establece el deber de comunicar urgentemente los accidentes graves en un plazo de


24 horas para que la inspección pueda personarse y evaluar los daños de esos accidentes.
Esta obligación se establece en el kart. 6 de la Orden de 1987, que establece los modelos de
notificación de AT. En cuanto al incumplimiento del deber de notificación, la LISOS
califica como falta grave o leve esa omisión, atendiendo a las consecuencias de los daños.

En la norma reglamentaria sobre agentes biológicos se establece la obligación al empresario


de comunicar con una antelación previa de 30 días la utilización de determinados agentes
biológicos. La norma que regula los agentes cancerígenos obliga al empresario a comunicar
a la autoridad laboral todo caso de cáncer profesional que deriva de la exposición a una
sustancia utilizada en el lugar de trabajo.

Coordinación de actividades empresariales (art. 24 LPRL)

En el caso de que dos o más empresas desarrollan su actividad en un mismo centro de


trabajo, la ley obliga a los empresario a coordinar la actividad preventiva especialmente en
materia de información a los trabajadores de los riesgos existentes en este centro. Esta
obligación incluso es aplicable a los trabajadores autónomos o por cuenta propia que
desarrollan su actividad en el centro de trabajo. La ley impone al empresario titular del
centro de trabajo la obligación específica de informar al resto de empresarios sobre los
riesgos y medidas de prevención para que estos puedan trasladar a sus trabajadores esas
instrucciones que el empresario titular del centro les ha puesto en conocimiento. El
incumplimiento del deber de cooperación de información constituye una infracción grave,
pero si la actividad que se desarrolla es peligrosa conforme a una disposición reglamentaria
que presenta riesgos especiales, en ese caso el incumplimiento se considera una infracción
muy grave.

La ley establece en el art. 24 la obligación de las empresas que contraten o subcontraten


obras o servicios, el deber de vigilar el cumplimiento de la normativa de prevención por
parte de los contratistas y subcontratistas.

Dentro del deber de coordinación se incluye el deber de comprobación que la maquinaria e


instrumentos proporcionados a los trabajadores por la empresa principal sean seguros y no
presenten algún riesgo para la salud. Las responsabilidades en caso de incumplimiento
están establecidas en la LISOS art. 12, que califica como infracción grave.

Obligación de los fabricantes importadores y suministradores de equipos de trabajo


(art. 41 LPRL)

El art. 41 impone la obligación básica de asegurar que esos equipos no constituyen una
fuente de peligros para el trabajador si son instalados y utilizados en las condiciones, forma
y para los fines recomendados por ellos.

La ley obliga a estos sujetos a envasar y etiquetar los productos con arreglo a la normativa
aplicable, de manera que se identifique claramente el contenido y los riesgos que presentan
para la salud.

En cuanto a los equipos de protección individual estos sujetos deberán proporcionar


información sobre el tipo de riesgo que protegen, el nivel de protección del equipo y la
forma correcta de uso y mantenimiento.

TEMA 10. SERVICIOS DE PREVENCIÓN

LPRL (arts. 30 y siguientes)

RSP (cap. III, arts. 10 y siguientes)

El empresario como deudor de seguridad está obligado a organizar la actividad preventiva a


través de un instrumento previsto en la ley y desarrollado por reglamento, como es el
“servicio de prevención”. Sin embargo, la utilización de dicho instrumento no le exime de
responsabilidades por incumplimiento de sus obligaciones. Según la ley, el empresario
puede optar por una serie de modalidades de organización de la actividad preventiva que
consisten en la asunción de las funciones preventivas por parte del empresario. La
designación de uno o varios trabajadores para ocuparse de dicha actividad, la constitución
de dicho servicio con una entidad especializada y externa a la empresa y por último la
creación de un servicio de prevención mancomunado. Para formar un servicio de
prevención hay que tener en cuenta dos criterios: uno cualitativo, en función de la
complejidad de los riesgos, y otro cuantitativo, en función del tamaño de la empresa.

1. Asunción por parte del empresario de la actividad preventiva.


Para ello es necesario que concurran una serie de requisitos previstos en el art. 11:

1. Que se trate de empresas de menos de 6 trabajadores, teniendo en cuenta a todos los


trabajadores en ese cómputo, con independencia de su dedicación completa o a tiempo
parcial y de su condición de fijo o temporal.

2. Es necesario que el empresario desarrolle de forma habitual su actividad en el centro de


trabajo, lo que supone que compatibiliza las actividades preventivas con las funciones
propias de empresario. De ahí que debe ser un empresario persona física el que desarrolle
esa actividad, excluyendo al empresario como persona jurídica, ya que la ley exige que
supervise esas actividades. La habituabilidad es compatible con las ausencias esporádicas
del empresario.

3. La actividad empresarial no está incluida en el catálogo de actividades peligrosas


establecido en el anexo primero del reglamento de los servicios de prevención.

4. Que el empresario tenga la capacidad necesaria para desarrollar la actividad preventiva,


teniendo en cuenta la cualificación requerida según las funciones de nivel básico intermedio
o superior que el empresario vaya a desarrollar. Dicha formación está establecida en el
capítulo VI del reglamento en el que se detallan las funciones mencionadas y se exige un
tipo de formación en número de horas determinado según el nivel de las funciones. El
empresario no podrá desarrollar la vigilancia de la salud incluida en las funciones del nivel
superior a pesar de tener la capacidad y formación requerida. Por otro lado, esta modalidad
es de carácter interno y está sujeta a la auditoría externa, salvo que el empresario solicite a
través del modelo establecido en el reglamento la exención de dicha obligación.

2. Designación de uno o varios trabajadores que constituye la modalidad organizativa


preferente en la normativa interna y europea (art. 12 RSP).

No es obligatoria la designación cuando el empresario asume personalmente la actividad


preventiva o bien recurra a un servicio de prevención propio o ajeno. La designación de
dichos trabajadores la realiza el empresario y el trabajador debe obedecer esa decisión,
salvo que se trate de una decisión ilícita o ilegal.

La norma no establece el número de trabajadores que van a asumir esa actividad, será la
negociación colectiva la que determine este aspecto. Las funciones que no hayan asumido
estos trabajadores deberán ser desarrolladas por algún servicio de prevención propio o
ajeno.

A estos trabajadores el reglamento los dota de unas garantías para que puedan ejercer sus
funciones con imparcialidad. Estas garantías consisten en:

- la protección contra el despido o sanción por razón del desempeño de su actividad.

- apertura de expediente contradictorio en caso de despido.


- optar entre la readmisión o indemnización en caso de despido improcedente.

- prioridad en la empresa en caso de suspensión o extinción del contrato por causas


técnicas, económicas u organizativas.

Estos trabajadores designados tienen el deber de guardar sigilo respecto a las informaciones
a las que han tenido acceso en el ejercicio de sus funciones. En este caso la infracción del
deber de sigilo profesional puede acarrear sanciones disciplinarias para el trabajador.

3. Servicio de prevención propio (arts. 14, 15 RSP).

Se define como el conjunto de medios humanos y materiales para realizar las actividades
preventivas. Este servicio debe contar al menos con dos especialidades técnicas y
preventivas que el art. 34 del reglamento establece como disciplinas específicas. Estas
disciplinas son:

a) medicina del trabajo

b) seguridad en el trabajo

c) higiene industrial

d) ergonomía y psicosociología aplicada al trabajo

El servicio de prevención propio tiene un carácter interdisciplinario. Es obligatorio


constituir este servicio en la empresa cuando tenga más de 500 trabajadores, con
independencia de la actividad empresarial, así como en aquellas empresas de más de 250
trabajadores y con menos de 500 que se dediquen a alguna de las actividades peligrosas
establecidas en el anexo primero del reglamento. En función del tamaño de la empresa y de
la complejidad de los riesgos. Además el reglamento permite que la autoridad laboral
obligue a la empresa a constituir un servicio de prevención propio en función de la
peligrosidad de la actividad, aunque no esté incluida en el anexo y en función de la
gravedad o frecuencia de la siniestralidad en la empresa.

En este caso, la empresa tendrá un año para creas ese servicio durante el cual deberá acudir
a un servicio de prevención ajeno.

El reglamento establece que además de los técnicos de prevención se integrará por personas
que tengan la capacidad necesaria según el nivel de las funciones que vayan a desarrollar,
sin embargo, no concreta el número de personas que lo integrarán, dejando esta cuestión a
la negociación colectiva.

Las personas que integran este servicio pueden ser trabajadores o profesionales, tendrán
una dedicación exclusiva para desarrollar las actividades preventivas.
El reglamento obliga a la empresa a elaborar la memoria y programación del servicio de
prevención propio anualmente, poniéndolo en conocimiento del comité de seguridad y
salud, que deberá emitir un informe.

Esta modalidad, al igual que sucede en el caso de designación de trabajadores, estará sujeta
a una auditoría o evaluación externa realizada por personas físicas o jurídicas debidamente
acreditadas por la autoridad laboral. Estas evaluaciones externas se realizarán cada cinco
años, salvo que la autoridad laboral, previo informe de la inspección, decida revisar los
resultados de la última auditoría en función de la siniestralidad de la empresa.

4. Servicio de prevención ajeno o externo. Art. 16

Es el servicio prestado por una entidad especializada con la que la empresa concierta la
realización de actividades preventivas, así como el asesoramiento que precise en función de
los tipos de riesgos.

El reglamento establece que esa entidad debe disponer de un conjunto de medios humanos
y materiales para actuar como servicio de prevención. En cuando a los medios humanos,
esta organización debe contar como mínimo con un experto por cada disciplina específica,
aunque no concreta el número de personas que integrarán este servicio.

La ley establece que el empresario, antes de acudir a esta modalidad, deberá consultarlo con
los representantes de los trabajadores. Esta entidad especializada (servicio de prevención
ajeno) debe constituirse mediante la cumplimentación de una serie de trámites obligatorios
que le acreditarán como servicio de prevención ajeno.

El reglamento exige que este servicio presente un aval o garantía de 200 millones de ptas.
para poder constituirse, si bien esa cantidad no constituye el límite de la responsabilidad del
servicio.

Esta entidad debe cumplir además con los requisitos exigidos por la autoridad sanitaria
competente, que será la autoridad del lugar donde radican las instalaciones principales.

Constituido ya, está obligado a tener a disposición de las autoridades laboral y sanitaria una
memoria anual en la que conste las empresas a las que presta servicios y las actividades
desarrolladas en cada una de ellas.

Las MATEPSS desde la aprobación de la ley están facultadas para desarrollar las funciones
propias de un servicio de prevención. Pero es necesario que obtengan la autorización por
parte de la autoridad laboral, al igual que el resto de las entidades especializadas. Así
mismo es necesario que el empresario concierte esos servicios de prevención con la mutua,
debiendo constar por escrito la contratación de dichos servicios. En ese escrito deberá
constar la identificación dela entidad, así como de la empresa y de sus centros de trabajo en
los que va a desarrollarse la actividad preventiva. Además debe indicarse en ese escrito de
contratación cuáles son los aspectos de la actividad preventiva si se incluye la vigilancia de
la salud, así como las condiciones económicas y duración del concierto de esos servicios.
La actuación de la mutua como servicio de prevención ajeno se regula en una Orden
ministerial de 22/04/97 que regula de forma provisional el funcionamiento de las mutuas en
el desarrollo de funciones preventiva. Esta norma distingue dos tipos de actividades
preventivas:

 AP correspondientes a la cobertura de AT y EP.

 AP correspondientes a las funciones del servicio de prevención.

La mutua debe mantener debidamente diferenciados los dos tipos de actividades. La


actuación como servicio de prevención tiene un carácter voluntario y dependerá de su
contratación por parte del empresario asociado a la mutua.

Dentro de las actividades preventivas derivadas de las contingencias profesionales se


incluye el análisis de las causas que provocan AT y EP, así como el asesoramiento en
materia preventiva a través del a información de dichos riesgos.

Las actividades de la mutua tendrán un carácter prioritario en aquellas empresas con menos
de 6 trabajadores y en empresas del sector de la construcción y aquellas que desarrollan
actividades peligrosas incluidas en el anexo I del RSP.

Las actividades de la mutua como servicio de prevención se concretan en:

 Evaluación de riesgos

 Elaboración e implantación de planes de emergencia para la empresa.

 Elaboración e impartición de programas de formación a los trabajadores

 Vigilancia de la salud

En el desarrollo de las actividades preventivas como servicio de prevención, la mutua


puede utilizar los recursos humanos y materiales de los que ya dispone como entidad
colaboradora en la gestión de la Seguridad Social. Sin embargo, debe anotar en la cuenta de
gastos como servicio de prevención el coste de la utilización de dichos recursos.

Servicios de prevención mancomunados. Art. 21 RSP

Aquellas empresas que desarrollan de forma voluntaria actividades en un mismo centro de


trabajo, en un mismo edificio o centro comercial, pueden constituir un servicio de
prevención mancomunado mediante acuerdo entre dichas empresas, previa consulta de cada
empresario a los representantes legales de su empresa.

Mediante la negociación colectiva, pueden constituir este servicio de prevención las


empresas que pertenezcan a un mismo sector productivo, o bien empresas que desarrollan
actividades en un polígono industrial.
Características:

 Se consideran servicios de prevención propios y están sometidos a una auditoría externa.

 Pueden asumir la actividad preventiva parcialmente, de modo que, aquellas actividades


que no sean cubiertas por este servicio, deberán ser desarrolladas por un servicio de
prevención externo.

 El ámbito de actuación de dicho servicio se limita a las empresas participantes en el


mismo.

 La información relativa a las empresas que participan y el grado de participación de las


mismas, debe estar a disposición de la autoridad laboral.

Los servicios de prevención en el ámbito de las Administraciones Públicas. RD 1448/1998,


de 10 de julio, de adaptación de la legislación de prevención de riesgos al a Administración
del Estado, tiene su origen en un acuerdo de la Administración con los sindicatos.

En el ámbito de la Administración del Estado, las distintas modalidades de organización se


limitan a la designación de uno o varios empleados a la constitución de un servicio de
prevención propio en función del número de empleados y de los riesgos existentes ya la
concertación de los servicios de prevención con una entidad especializada.

También es posible que se recurra a la creación de un servicio de prevención


mancomunado; por tanto, no cabe en este ámbito la asunción por parte del empresario de la
actividad preventiva, puesto que el empresario en este caso es una persona jurídica.

Las auditorías o evaluaciones externas como instrumentos de control de la eficacia de la


actividad preventiva se realizan por el INSHT.

Los servicios de prevención en el ámbito de las ETT. RD 05/02/99 sobre disposiciones


mínimas de seguridad y salud aplicables a las ETT.

Tanto la ETT como la empresa usuaria están obligadas a organizar la actividad preventiva a
través de las distintas modalidades previstas en la Ley y en el Reglamento.

Esta norma específica establece el deber de cooperación entre los servicios de prevención
de ambas empresas, que deberán transmitirse información relevante para proteger la salud
de los trabajadores.

Las peculiaridades de organización de la actividad preventiva radican en la manera de


contabilizar a los trabajadores a efectos de recurrir a una modalidad concreta.

En el ámbito de la ETT se contabilizarán los trabajadores contratados para ser puestos a


disposición de la empresa usuaria a través del promedio mensual de trabajadores en alta
durante los últimos 12 meses. En la empresa usuaria se tendrá en cuenta el promedio
mensual de trabajadores puestos a su disposición por la ETT en los últimos 12 meses.

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