Es importante realizar un control de la conducta en la mesa, ya que en ocasiones puede

dar lugar a desafíos o malas formas que perturban el momento de estar en la mesa. No
podemos olvidar que el hábito de alimentación es igual que cualquier otro, y que con
constancia y refuerzos se alcanza un entendimiento del niño acerca de que debe o no
realizar en el momento de las comidas.

1. La mesa es para comer.

Es importante que el momento destinado a la comida no este acompañado de televisión,
Tablet u otros elementos distractores. Esto nos aleja del objetivo: comer en familia.

2. Establecer normas claras en la mesa.

No tiene sentido decir “pórtate bien en la mesa”. Portarse bien es algo abstracto y los
niños necesitan las normas claras y entendibles. Nuestro hijo tiene que saber claramente
que es lo que en casa se establece como norma ante la mesa:
- Nos sentamos correctamente, con la espalda apoyada en el respaldo.
- Comemos con los cubiertos, no con las manos.
- Pedimos permiso para levantarnos de la mesa…

3. Las normas deben ser siempre iguales.

Esto es algo muy importante y que a veces pasamos por alto. Las normas han de ser
iguales con mama que con papa, con la abuela y con el abuelo, etc.

Cuando vemos que los alimentos que ingiere son muy restringidos es adecuado realizar
un programa más específico ¿Qué podemos hacer?
- Establecer un menú semanal entre papa, mama, hermanos y el niño. Antes
de que comience la semana nos sentaremos en familia y cada día uno elegirá la
comida. Hay que hacerle ver que el podrá elegir la comida pero otro día la elegirá
mama o papa y él debe comerla también.
- Realizar un programa de refuerzo semanal, si cumple todo lo acordado podrá
comer fuera de casa a un sitio que a él le guste.