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Genovés, Estrada Isabel: “ El espacio, el tiempo y la luz en el Barroco” en

http://losojosdehipatia.com.es/cultura/arte-2/el-espacio-el-tiempo-y-la-luz-en-el-
barroco/; (consultada: 20/11/2014)

El Tiempo:

En el barroco una de las obsesiones ha sido el concepto


del tiempo. La ciencia y sus hallazgos parece ser que tienen
una gran parte de influencia. Junto con el tema de lo pasajero
de la vida humana, con un significado más acentuado y el
mismo arte que se mueve según parece por el mismo tiempo
que lo lleva.

Los pintores holandeses en sus obras intentan dar la


impresión de transitoriedad y de que todo muda al mismo
tiempo. Esto lo intentan creando un mundo donde nada es
estático, ni fijo, las pincelas son ligeras y sin definición, con lo
que quieren trasmitir inconstancia y cambio.

Los artistas en sus obras muestran la importancia que


tiene la temporalidad y la momentaneidad, intentando captar
un instante en concreto. Y al mismo tiempo, representando al
Tiempo (valga la redundancia) con un paso rápido, con poder
para destruir y con su condición de eterno. Al Tiempo se le
representa normalmente como un anciano cuyos atributos son
las alas, una guadaña y una serpiente mordiéndose la cola.

Las obras de arte tratan de la fugacidad de las cosas


mortales. A veces los pintores intercambian los papeles, por
ejemplo haciendo que el Amor desafíe al Tiempo, y este de
alguna manera se sienta vencido. Otro tema recurrente es la
destrucción que provoca el paso del Tiempo y como va
desapareciendo la Belleza. En este caso sería el Tiempo
Revelador al mismo tiempo que el Destructor, revelando la
imagen de la mortalidad y la decadencia.

En la existencia humana, el Tiempo destructor y la Muerte


son lo mismo. Algunas veces por ello la Muerte se apropia de
los atributos del Tiempo. Los artistas utilizaban el tema de la
Verdad rescatada de su encubrimiento por su padre Tiempo,
esta alegoría fue empleada a veces con fines religiosos. En el
siglo XVI la utilizaron tanto los católicos como los protestantes
en defensa de su causa. En el siglo XVII es el mismo Rubens
quien utiliza esa iconografía, con Calvino y Lutero que han
sido víctimas del Tiempo, que lleva en brazos a la Verdad
hacia el cielo, tema que plasma en su obra El Triunfo de la
Verdad Eucarística sobre la Herejía.
Los artistas barrocos vieron en el ciclo de la noche y el día
una ilustración del Tiempo como principio cósmico que
gobierna el ritmo de la existencia humana. El amanecer y el
crepúsculo son los momentos del día que mejor recuerdan el
paso del tiempo, por eso fueron los momentos elegidos por
algunos pintores para plasmarlos en sus lienzos.

Pero no sólo utilizaron el recurso cíclico del día y la noche


para mostrar el paso del tiempo. Sino también el giro de la
rueda de la Fortuna manejada por el Tiempo, que representa
el ciclo en que las civilizaciones se elevan de la pobreza por
medio del trabajo a un estado de riqueza, de ahí al lujo para
volver a su condición original. Otro de los métodos con los
que aludían al paso del tiempo era la representación de las
estaciones del año en forma de paisaje.

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