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Como es posible advertir en el diálogo entre estos dos docentes, la programación de una secuencia
de enseñanza y de sus actividades se da en un contexto determinado y se ponen en juego las ideas
y creencias de los profesores. Varios de estos aspectos fueron planteados en el foro inicial de esta
clase.
La bibliografía didáctica ha clasificado las actividades según variados criterios: según el momento de la secuencia de
enseñanza (de inicio, desarrollo y cierre según la forma de organización social del trabajo (individual o por grupos), según
el lugar de realización del trabajo (en el aula, en la casa, etc.), según su duración, según el tipo de tarea que se proponga
(Doyle y Carter, 1984, Stöcker, 1964).
Doyle construyó una tipología de tareas implicadas en las actividades, teniendo en cuenta el tipo de
demandas cognitivas que implican para los estudiantes. Así, distinguió entre tareas de memoria
(demandan reconocimiento o reproducción de información previamente adquirida), tareas de
procedimiento o rutina (requieren aplicación de un algoritmo o fórmula para obtener una determinada
respuesta), tareas de comprensión (implican elaboración de nuevas versiones de una información,
aplicación de procedimientos a situaciones nuevas) y tareas de opinión (promueven la expresión por
parte del alumno de sus opiniones, preferencias y reacciones personales frente a un contenido
determinado).
Podemos distinguir actividades en las que el profesor desarrolla tareas diversas. Tomando como
referencia la clasificación de Frida Díaz Barriga Arceo y Hernández Rojas (2004), es posible
distinguir actividades en las que:
A. El profesor/a presenta una situación que ofrece un reto, desafío, que encierra problema/s y
propone a los estudiantes que pongan en juego sus conocimientos.
B. El profesor genera una situación de enseñanza que provee nuevos conocimientos y promueve la
vinculación de los nuevos conocimientos con la situación que desencadenó la tarea.
También Raths y Wassemann (1971) expresan que un problema nunca es algo simple de resolver.
Los problemas suponen siempre preguntas pero, las preguntas no siempre son problemas. Los
problemas se diferencian de los ejercicios en tanto los últimos implican una aplicación mecánica de
lo que ya se sabe a una situación muy parecida, que no ocasiona mayor desafío.
Hace varios años Camilloni y Levinas (1997) destacaron la centralidad de plantear situaciones
problemáticas lo suficientemente versátiles como para ser elaboradas y resueltas por estudiantes de
edades diferentes.
Esas situaciones que plantean problemas que generan desafíos se pueden presentar de maneras
muy diversas, a través de imágenes, de una narrativa audiovisual, de audios, de un juego, de un
experimento, de una situación a representar, etc. Estas situaciones conllevan preguntas, pero no
cualquier pregunta, una pregunta que desafíe, que inquiete. Pueden encontrarse actividades que
presentan situaciones que los estudiantes van a ir resolviendo a lo largo de una unidad de trabajo
completa, mientras que otras pueden abarcar una clase o una parte de esta.
La tarea docente además del diseño de las situaciones que favorezcan desafíos, implica ayudar a los
estudiantes a explicitar y a tomar conciencia de los saberes previos que tienen sobre un problema al
que se han acercado. Porque toda vez que un estudiante se enfrenta a un nuevo contenido, necesita
activar un conocimiento previo que actúa como organizador de esa situación novedosa, dándole un
primer sentido que, seguramente, habrá de completar o modificar a medida que el itinerario se
construye. Los problemas desafían, impulsan, movilizan.
1) El profesor/a solicita a los estudiantes reunirse en pequeños grupos, en cada uno hay un objeto a
explorar. Plantea: ¿qué les parece que es ese objeto? Comenten qué simboliza para ustedes.
Los objetos son seleccionados porque pueden dar cuenta de distintas representaciones sobre la
justicia. Luego, el grupo amplio intercambia sobre los sentidos explorados, el profesor/a en función
del intercambio problematiza la idea de justicia y plantea a los alumnos/as elaborar preguntas que se
hagan al respecto.
Situación B
2) El profesor/a propone a los chicos que redacten una página para la revista de
la escuela, sistematizando lo aprendido.
Posteriormente a la actividad inicial del itinerario de enseñanza el profesor/a plantea poner a
disposición de los estudiantes contenidos nuevos con los que confronta sus anticipaciones respecto
de la situación presentada. Así es que se les puede proponer a los estudiantes buscar materiales,
entrevistar a referentes del campo en cuestión. Incluso puede el profesor/a desarrollar una
exposición, una demostración, etc.
Aquí el profesor/a se plantea cómo ayudar a los estudiantes a avanzar en elaboraciones más
consistentes. Así es que resulta de relevancia que las consignas que se planteen posibiliten poner en
relación los contenidos nuevos con la situación inicial.
Por ejemplo, a partir de una primera actividad en la que el profesor/a plantea una situación vinculada
a contenidos de Historia, invita a los alumnos/as a analizar la situación desde distintos roles. Asigna
a los estudiantes una lectura por grupos según los roles. Los alumnos/as discuten las lecturas desde
la perspectiva del rol planteado. Luego, se reúnen integrantes de distintos grupos/roles para
compartir la perspectiva de cada rol.
Situación C
Tal como expresa Finkel (2008), los razonamientos y sentimientos pueden convertirse en objetos de
atención estables si se expresan en voz alta, si se trabaja sobre ellos y, una vez articulados,
adquieren la posibilidad de empujar hacia adelante el razonamiento.
En el itinerario la dirección la dan los principios, presupuestos, criterios que se ponen en juego en las
distintas actividades. Hemos visto una clasificación de actividades según sus propósitos centrales en
el que las distintas actividades tienen su valor en el conjunto. El docente le encuentra sentido a cada
una de las actividades y les adjudica un valor de posición que las integra. La tarea docente, tal como
venimos sosteniendo, también implica tramar las actividades uniéndolas en el recorrido. Entonces,
la tarea docente de tramar las actividades conlleva:
En las próximas clases abordaremos diversas estrategias de enseñanza que plantean distintas
actividades basadas en los presupuestos enunciados para el itinerario: la enseñanza basada en
casos, la enseñanza basada en proyectos, la simulación y la exposición.
A partir de las lecturas que tienen a disposición, les proponemos trabajar sobre las siguientes
consignas en el foro:
Seleccionen y compartan una frase de las lecturas realizadas en la que se presente / exprese
un criterio o principio para el diseño de actividades que les resulte significativo. Comenten por
qué les resulta significativo ese criterio / principio. Tomen aportes de Perrenoud y Díaz
Barriga.