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¿Cuánto le importa a España la salud global?


Un informe de Médicos del Mundo y Medicusmundi denuncia que la
ayuda para este sector de la cooperación internacional, con 65,6 millones
en 2017, apenas representa el 2,56% del total

SARA BAKHSHI (UNSPLASH)

ALEJANDRA AGUDO

13 DIC 2018 - 12:02 CET

España es menos solidaria con las naciones más pobres que hace
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una década. Con un presupuesto de 2.560 millones de euros en
El temor a que los
antivacunas 2017, la ayuda oficial para el desarrollo se quedó en un 0,19% del
contagien a los PIB, mientras que diez años antes representaba un 0,37%. De entre
países pobres y otros
desafíos para la salud
todos los proyectos que se financian con estos fondos menguantes,
global los relacionados con la salud no son una prioridad. A estos
La ONU pide ayuda programas se destinaron 65,6 millones de euros, un "exiguo" 2,56%
urgente para 16
del total. Es lo que denuncian las ONG Médicos del Mundo y
millones de
hambrientos en Medicusmundi en su informe La salud en la cooperación al desarrollo
Yemen y la acción humanitaria 2018, presentado este miércoles en Madrid.
De presidente a
presidente
Pese a que la partida para programas de salud ha aumentado
Cómo contribuyó 200.000 euros, este sector ha perdido peso en el conjunto de la
España a la edad de
cooperación española. El 2,56% del total de la ayuda bruta en 2017
oro de la salud global
se destinó a proyectos sanitarios, un porcentaje inferior al de 2016
(3,1%) y muy por debajo de lo que destinan de media los donantes
de la OCDE (12,6%). "Es un tema de voluntad política", asegura Carlos Mediano,
presidente de Medicusmundi.

Coincide Miguel Casado, jefe del área de salud de la Secretaría de Estado de


Cooperación Internacional. "Soy el primero en lamentar que la ayuda para salud sea tan
baja. Estos informes nos sirven para hacer autocrítica, a poner blanco sobre negro las
dificultades de la cooperación y española y nos ayudan a cambiar el rumbo". Matiza, no
obstante, que para los países de América Latina a los que apoya España la salud no es
una prioridad. "Si bien, eso no quita que se pudiera mejorar el nivel de ayuda y destinarlo
a organizaciones multilaterales como la alianza para las vacunas, Gavi, o el Fondo Global
[para la tuberculosis, la malaria y el VIH] o aumentar la cooperación donde la salud sí es
una prioridad, en países africanos con los que ya trabajamos como Mozambique o Malí",
agrega.

Mejorar no sería difícil. España aporta poco o nada a los organismos citados por Casado.
Concretamente, al Fondo Global no ha destinado ni un euro desde 2011 a pesar de que
en 2016 todos los grupos parlamentarios aprobaron por unanimidad una Proposición No
de Ley (PNL) en la que se le pedía al Gobierno otorgar 100 millones de euros en los
próximos tres años. A punto de acabar ese plazo y con un cambio de Ejecutivo de por
medio, no ha habido signos de que el país vaya a regresar en el corto plazo a la mesa de
donantes de este organismo que lucha contra la tuberculosis, la malaria y el VIH,
prioritarias en para la comunidad internacional como refleja el tercero los 17 Objetivos
de Desarrollo Sostenible de la ONU (ODS).
España aporta poco o nada a los organismos multilaterales para la
salud global. Concretamente, al Fondo Global contra la tuberculosis,
la malaria y el VIH no ha destinado ni un euro desde 2011

A la Alianza para la Vacunación e Inmunización (Gavi, por sus siglas en inglés), España le
da 9,5 millones al año desde 2005. En 2020, el país habrá destinado apenas 47,5
millones a esta organización que ha vacunado a 700 millones de niños desde su creación
en 2000, según los datos que ha anunciado en una reunión en Abu Dabi esta semana. Lo
han hecho gracias a los miles de millones de euros aportados por donantes mucho más
generosos que España, con la Fundación Bill y Melinda Gates y Reino Unido a la cabeza,
que el pasado 2015 dieron respectivamente 1.370 y 1.330 millones de euros a este
organismo.

"Los ODS nos van a obligar a trabajar más en la línea multilateral", analiza Mediano. No
obstante, el informe elaborado por las ONG subraya que el 100% de las contribuciones
españolas a organismos multilaterales "responden al criterio de obligatorias”. Además
de incrementarlas, las entidades piden que la decisión de dónde se pone el dinero se
base en las necesidades de la salud de la población y no en las agendas de los donantes.
No siempre coinciden unas y otras, analiza Mediano, y hay problemas que no reciben la
atención que merecen dada su envergadura como la salud materna, sexual y
reproductiva. En este sentido, los autores del documento recuerdan que más de 15.300
menores y 830 gestantes mueren cada día en el mundo por causas que son
mayoritariamente evitables; 200 millones de mujeres sufren la ausencia de una
adecuada planificación familiar; y las cuatro enfermedades no transmisibles más
importantes provocaron la muerte de 87.000 personas diarias en 2016.

Mucho se habla en los foros internacionales, además de la lucha contra determinadas


enfermedades, de la necesidad de fortalecer los sistemas públicos de salud de los países
menos adelantados. La crisis del ébola que estalló en 2014 y afectó principalmente a
tres países —Guinea, Liberia y Sierra Leona— mostró la debilidad de sus sanitarias y su
incapacidad para responder a la emergencia. "Pero la salud cuesta. Y para fortalecer los
sistemas sanitarios públicos hacen falta profesionales cualificados y bien pagados. Sin
ellos, no se puede", afirma Casado. Defiende el jefe del área de salud de la Secretaría de
Estado de Cooperación Internacional la necesidad de aumentar el apoyo económico
para este sector. "Si los países tuvieran un PIB superior, podrían financiarse ellos
mismos. Y cuando lo tienen, hay un proceso de transición para que comiencen a hacerlo.
Pero muchos no tienen recursos y necesitan ayuda internacional", añade. 

La ayuda humanitaria tampoco se recupera de los recortes, según el informe de las


ONG. Emiliana Tapia, responsable de incidencia política internacional de Médicos del
Mundo, recuerda que esta partida para la respuesta a emergencias no fue una excepción
y sufrió la tijera drásticamente durante la crisis económica. En 2017, año en el que había
136 millones de personas en el mundo que necesitaban ayuda urgente para sobrevivir,
según la ONU, España destinó a este propósito 54,4 millones de euros. Son tres millones
más que el ejercicio anterior, pero es una cantidad "ínfima", critica la especialista. "De
continuar el incremento de esta partida al ritmo actual, tardaremos 30 años en
recuperar los niveles de ayuda humanitaria de 2011", incide.

La caída y lenta recuperación de la ayuda humanitaria se da también en la que se destina


específicamente para atender la salud de las personas en situación de crisis. Un
problema que no exclusivo de España. "Apenas se suelen cubrir el 60% de los fondos
solicitados en llamamientos internacionales para emergencias sanitarias. En crisis como
la de Yemen, Siria o Sudán del Sur se cubren menos del 50% de las necesidades de
salud", asegura Tapia. Explica la experta de Médicos del Mundo que en contextos de
crisis, los sistemas sanitarios se quedan aún más debilitados de lo que en muchos casos
ya estaban.

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