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El huerto en Diciembre

Hortalizas, verduras y rotación de cultivos

Las bajas temperaturas y demás incomodidades que trae consigo el invierno son un correoso enemigo para
el cuidadode los cultivos al aire libre. El proceso de desarrollo de hortalizas y plantas se ralentiza debido
también a la disminución de horas de luz solar.

Pero la actividad y el trabajo nunca se detiene aunque no se pueda plantar todo lo que queramos. Puerros,
coles, escarolas, rúcula, espinacas, habas o guisantes son algunos de los cultivos a los que se les puede
sacar buen rendimiento en estas fechas. También es el momento más indicado para dejar descansar la
tierra de cara a las próximas estaciones.

Hortalizas y verduras

El invierno es venébolo con ciertos tipos de vegetales. Hay una variedad notable de productos que podemos
plantar y ahorrar unos euros en la compra. Este es el caso de los puerros, las acelgas, los repollos o las
espinacas.

En otoño es cuando hay que comenzar a plantarlos, para que se recojan en invierno. Más adelante se pueden
añadir las berenjenas, remolachas o coles. Pero siempre, sea el vegetal que sea, el ambiente tiene que ser
soleado para que arranquen sanos y con fuerza, o de lo contrario no obtendremos apenas réditos. También
hay que proteger todo lo que podamos lo que haya plantado de peligros como el viento y las heladas.

Dejar descansar la tierra

La productividad del huerto baja considerablemente en invierno, por lo que a veces puede ni merecer la pena
esforzarse con algunas hortalizas y verduras. Aún así, es conveniente seguir prestando atención a la tierra y
proporcionarle el mejor cuidado posible de cara a los próximos cultivos.

Llegado el mes de diciembre es una buena oportunidad para preparar los bancales pensando ya en la
siembra de primavera. Se trata de eliminar las malas hierbas y añadir y mezclar la cantidad adecuada de
compost que nutra bien al suelo.

Rotación de cultivos como forma de descanso

Otra forma de dar aire a la tierra y mejorar los cultivos es irlos rotando. No es recomendable sembrar siempre
lo mismo y en el mismo sitio, pues de esta forma se agotarán los nutrientes que cada cultivo necesite. Para que
la tierra no se agote hay que ir rotándolos.

Con esta práctica también se evita que proliferen algunos insectos que pueden desembocar en una plaga. Si
cortamos el cultivo cada cierto tiempo, los insectos y las larvas se quedarán sin el alimento que han estado
adquiriendo y morirán.

Después de todo, el invierno no es la mejor época para sacarle partido a los cultivos, por lo que tampoco hay
que desesperarse. Si con las hortalizas más resistentes tampoco se obtienen buenas cosechas, es mejor
trabajar bien la tierra para que en la próxima siembra con mejor tiempo el huerto esté impecable.

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