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Cúmulo globular

Tipo de cúmulo estelar que consiste en


una agrupación de cien mil a un millón de
estrellas viejas

El cúmulo globular Messier 80 en la constelación de


Escorpio está situado a unos 30 000 años luz del Sol y
contiene cientos de miles de estrellas.[1]
Un cúmulo globular es un conjunto
esférico de estrellas que, por lo general,
orbita un núcleo galáctico como si de un
satélite se tratara. Los cúmulos globulares
están muy unidos por la gravedad, lo que
les da sus formas esféricas y densidades
estelares relativamente altas cerca del
centro. El nombre de esta categoría de
grupo de estrellas deriva del latín globulus,
cuyo significado es el de "esfera pequeña".

Los cúmulos globulares se encuentran en


la zona del halo galáctico de una galaxia y
contienen considerablemente más
estrellas y son mucho más antiguos que
los cúmulos abiertos, menos densos, que
se encuentran en el disco de un galaxia.
Los cúmulos globulares son bastante
comunes; existen alrededor de 150[2]a
158[3] cúmulos globulares conocidos
actualmente en la Vía Láctea, y quizás de
10 a 20 más aún por descubrir por estar
situados tras el centro oscurecido por las
propias miles de estrellas del núcleo y del
polvo interestelar.[4] Los cúmulos
globulares orbitan nuestra galaxia a
distancias habituales de 40 kiloparsecs
(130 000 años luz) o más.[5] Las galaxias
más grandes pueden tener aún más
cúmulos globulares: así, la galaxia de
Andrómeda, por ejemplo, puede llegar a
tener hasta 500.[6] Algunas galaxias
gigantes como las galaxias elípticas
(particularmente aquellas en los centros
de ciertos cúmulos galácticos) como
M87,[7] tienen como mínimo unos 13 000
cúmulos globulares.

Cada galaxia de suficiente masa dentro de


un grupo local tiene un conjunto asociado
de cúmulos globulares, y se ha
descubierto que casi todas las galaxias
grandes estudiadas poseen un sistema de
cúmulos globulares.[8] La galaxia elíptica
enana de Sagitario y la discutida galaxia
enana del Can Mayor parecen estar en el
proceso de donar sus propios cúmulos
globulares asociados (como Palomar 12)
a la Vía Láctea en un proceso de
progresiva atracción gravitatoria.[9] Este
hecho demuestra cuántos de los cúmulos
globulares de nuestra galaxia podrían
haber sido adquiridos en el pasado
mediante este método.

Aunque parece que los cúmulos


globulares contienen algunas de las
primeras estrellas que se generan en la
galaxia, sus orígenes evolutivos y su papel
en la evolución galáctica aún no están
claros. Parece evidente que los cúmulos
globulares son significativamente
diferentes de las galaxias elípticas enanas
y se crearon como parte de la formación
estelar de la galaxia madre en lugar de
como galaxias separadas.[10]

Historia observacional
Primeros cúmulos globulares descubiertos
Nombre del cúmulo Descubierto por Año

M22 Abraham Ihle 1665

ω Cen Edmond Halley 1677

M5 Gottfried Kirch 1702

M13 Edmond Halley 1714

M71 Philippe Loys de Chéseaux 1745

M4 Philippe Loys de Chéseaux 1746

M15 Jean-Dominique Maraldi 1746

M2 Jean-Dominique Maraldi 1746

El primer cúmulo globular conocido, ahora


llamado M22, fue descubierto en 1665 por
Abraham Ihle, un astrónomo aficionado
alemán.[11] Sin embargo, dada la pequeña
abertura de las lentes de los primeros
telescopios, las estrellas individuales
dentro de un cúmulo globular no fueron
resueltas hasta que Charles Messier
observó M4 en 1764.[12] Los primeros
ocho cúmulos globulares descubiertos se
muestran en la tabla siguiente.
Posteriormente, Abbé Lacaille listaría a
NGC 104, NGC 4833, M55, M69 y NGC
6397 en su catálogo de 1751-52. La M
antes de un número se refiere al catálogo
de Charles Messier, mientras que NGC
pertenece al New General Catalogue de
John Dreyer.
Cuando William Herschel comenzó su
estudio integral del cielo utilizando
grandes telescopios en 1782, había un
total de 34 cúmulos globulares conocidos.
Herschel descubrió otro 36 él mismo y fue
el primero en resolver prácticamente
todos ellos en estrellas. Él acuñó el
término "cúmulo globular" en su Catálogo
de las dos mil Nuevas Nebulosas y
Cúmulos de Estrellas publicado en
1789.[13]

El número de cúmulos globulares


descubiertos continuó aumentando,
alcanzando 83 en 1915, 93 en 1930 y 97
en 1947. Se han descubierto un total de
152 cúmulos globulares en la galaxia Vía
Láctea, de un total estimado de 180 ±20.
[4] Se cree que estos cúmulos globulares
adicionales no descubiertos están ocultos
detrás de las estrellas, del gas y el polvo
del gran bulbo que constituye el centro de
la Vía Láctea.

A partir de 1914, Harlow Shapley comenzó


una serie de estudios de cúmulos
globulares, publicados en unos 40
artículos científicos. Examinó las estrellas
variables RR Lyrae en los cúmulos (que él
supuso equivocadamente que eran
Cefeidas) y usó su relación período-
luminosidad para estimar sus distancias.
Más tarde, se encontró que las variables
de RR Lyrae son más débiles que las
Cefeidas, lo que provocó que Shapley
sobreestimara las distancias de dichos
cúmulos globulares.[14]

NGC 7006 es un cúmulo globular de alta concentración


de Clase I.

De los cúmulos globulares que pertenecen


a la Vía Láctea, la mayoría se encuentran
en un halo alrededor del núcleo galáctico,
y la gran mayoría de ellos se encuentran
centrados en torno al núcleo. En 1918,
esta distribución fuertemente asimétrica
fue utilizada por Shapley para hacer una
determinación de las dimensiones
generales de nuestra galaxia. Al asumir
una distribución aproximadamente
esférica de los cúmulos globulares
alrededor del centro de la galaxia, utilizó
las posiciones de los cúmulos para
estimar la posición del Sol con relación al
centro galáctico.[15] Si bien su estimación
de distancia tenía un error significativo
(aunque dentro del mismo orden de
magnitud que el valor actualmente
aceptado), demostró que las dimensiones
de la galaxia eran mucho mayores de lo
que se había pensado anteriormente. Su
error inicial fue debido a ignorar la
existencia del polvo interestelar en la Vía
Láctea, que absorbe y disminuye la
cantidad de luz de los objetos distantes,
como la de los cúmulos globulares, que
llega a la Tierra, lo que hace que parezcan
más lejanos de lo que realmente son.

Las mediciones de Shapley también


indicaron que el Sol está relativamente
lejos del centro de la galaxia, también en
contra de lo que se había inferido
previamente de la distribución
aparentemente uniforme de las estrellas
ordinarias. En realidad, la mayoría de las
estrellas ordinarias se encuentran dentro
del disco de la galaxia y las estrellas que
se encuentran en la dirección del centro
galáctico y más allá están oscurecidas por
el gas y el polvo, mientras que los cúmulos
globulares se encuentran fuera del disco y
pueden verse a distancias mucho
mayores.

Clasificación de los cúmulos


globulares

Posteriormente, Shapley fue asistido en


sus estudios de cúmulos globulares por
Henrietta Swope y Helen Battles Sawyer.
En 1927-29, Shapley y Sawyer
categorizaron grupos de cúmulos de
acuerdo con el grado de concentración
que cada sistema tiene hacia su núcleo.
Los cúmulos más concentrados se
identificaron como de Clase I, con
concentraciones cada vez menores que
van hasta la Clase XII. Esto se conoce
como la Distribución de concentración de
Shapley-Sawyer (a veces se aparece con
números [Clase 1-12] en lugar de utilizarse
los Números romanos).[16] En 2015, se
propuso un nuevo tipo de cúmulo globular
sobre la base de los nuevos datos
observacionales, el cúmulo globular
oscuro.[17]

Formación

NGC 2808 contiene tres generaciones diferentes de


estrellas.[18] NASA image

La formación de cúmulos globulares sigue


siendo un fenómeno poco conocido y
sigue siendo incierto si las estrellas de un
cúmulo globular se forman en una sola
generación o si se crean a lo largo de
varias generaciones durante un período de
varios cientos de millones de años. En
muchos cúmulos globulares, la mayoría de
las estrellas se encuentran
aproximadamente en la misma etapa de
su evolución estelar, lo que sugiere que se
formaron aproximadamente al mismo
tiempo.[19] Sin embargo, el historial de
formación de estrellas varía de un cúmulo
a otro, con algunos grupos que muestran
distintas poblaciones de estrellas. Un
ejemplo de esto son los cúmulos
globulares en la Gran Nube de Magallanes
(LMC) que muestran una población
bimodal. Durante su juventud, estos
cúmulos de LMC pueden haber
encontrado nubes moleculares gigantes
que desencadenaron una segunda ronda
de formación de estrellas.[20] Este período
de formación estelar es relativamente
breve, en comparación con la edad de
muchos cúmulos globulares.[21] También
se ha propuesto que la razón de esta
multiplicidad en las poblaciones estelares
podría tener un origen dinámico. En la
Galaxia de la Antena, por ejemplo, el
Telescopio Espacial Hubble ha permitido
observar cúmulos globulares, en ciertas
regiones en la galaxia que abarcan cientos
de parsecs, donde muchos de los cúmulos
colisionarán eventualmente y se
fusionarán. Muchos de ellos presentan un
rango significativo de diferentes edades,
posiblemente debido a sus distantas
metalicidades, y su fusión podría llevar a
agrupaciones con una distribución
bimodal o incluso a una múltiple
distribución de poblaciones.[22]

El cúmulo globular Messier 54.[23]


Las observaciones de cúmulos globulares
muestran que estas formaciones estelares
surgen principalmente en regiones de
formación estelar eficiente, y donde el
medio interestelar tiene una densidad más
alta que en las regiones normales de
formación de estrellas. La formación de
cúmulos globulares es frecuente en las
regiones denominadas starburst y en las
galaxias que interactúan entres sí [24] Las
investigaciones indican una correlación
entre la masa de un agujero negro
supermasivo en el centro de las galaxias
(SMBH) y la extensión de los sistemas de
cúmulos globulares de las galaxia
elípticas y de las galaxias lenticulares. La
masa del centro de dichas galaxias suelen
tener la misma suma de la masa
combinada de los cúmulos globulares de
las mencionadas galaxias.[25]

No se conocen cúmulos globulares que


muestren la formación nueva de estrellas
activas, lo cual es consistente con la
opinión de que los cúmulos globulares
son, típicamente, los objetos más antiguos
en la Galaxia y estuvieron entre las
primeras colecciones de estrellas en
formarse. Las regiones muy grandes de
formación de estrellas conocidas como
supercúmulo de estrellas, tal como
Westerlund 1 en la Vía Láctea, pueden ser
precursoras de algunos cúmulos
globulares.[26]

Composición

Las estrellas del cúmulo Djorgovski 1 contienen


hidrógeno y helio, pero no mucho más. En términos
astronómicos, se los describe como "pobres en
metales".[27]

Los cúmulos globulares generalmente


están compuestos por cientos de miles de
estrellas viejas, bajas en metales. El tipo
de estrellas que se encuentran en un
cúmulo globular son similares a las del
bulbo galáctico de una galaxia espiral pero
limitadas a un volumen de solo unos
pocos millones cúbicos de parsecs. Están
libres de gas y polvo y se presume que
hace mucho tiempo que éstos se
convirtieron en estrellas.

Los cúmulos globulares pueden contener


una alta densidad de estrellas;
calculándose de promedio alrededor de
0,4 estrellas por [parsec] cúbico,
aumentando de 100 a 1000 estrellas por
parsec cúbico en el núcleo del grupo.[28]
La distancia típica entre las estrellas en un
cúmulo globular es de aproximadamente 1
año luz[29], pero en su núcleo, la
separación es comparable al tamaño del
Sistema Solar (de 100 a 1000 veces más
cerca que las estrellas próximas al Sol,
como el caso de Alfa Centauro, la estrella
más próxima conocida).[30]

Sin embargo, no se cree que dicha


proximidad sean ubicaciones favorables
para la supervivencia de los sistemas
planetarios. Las órbitas planetarias son
dinámicamente inestables dentro de los
núcleos de los cúmulos densos debido a
las perturbaciones de las estrellas que
pasan cerca de otras. Un planeta que
orbita a 1 unidad astronómica alrededor
de una estrella que está dentro del núcleo
de un grupo denso como 47 Tucanae solo
sobreviviría el orden de 108 años.[31] Se
conoce lo que se cree que puede ser un
sistema planetario orbitando un pulsar
(PSR B1620-26) que pertenece al cúmulo
globular M4, pero estos planetas
probablemente se formaron después del
acontecimiento que creó el pulsar, con
posterioridad a la creación del cúmulo
globular.[32]

Algunos cúmulos globulares, como


Omega Centauri en la Vía Láctea y G1 en
M31, son extraordinariamente masivos,
con varios millones de masas solares y
múltiples poblaciones estelares. Ambos
pueden ser considerados como evidencia
de que los cúmulos globulares muy
masivos son en realidad los núcleos de
galaxias enanas que son consumidas por
las galaxias más grandes.[33] Alrededor de
un cuarto de la población de cúmulos
globulares en la Vía Láctea puede haber
aumentado de tamaño debido a galaxias
enanas anfitrionas.[34]

Varios cúmulos globulares (como M15)


tienen núcleos extremadamente masivos
que pueden albergar agujero negros[35],
aunque las simulaciones por ordenador
sugieren que un agujero negro menos
masivo o, a su vez, la concentración
central de estrellas de neutrones o de
enanas blancas en grandes cantidades
explican las observaciones igualmente
bien.

Contenido metálico

Messier 53 contiene un número inusual de un tipo de


estrella llamada rezagadas azules.[36]
Los cúmulos globulares normalmente
consisten en un conjunto de estrellas de
Población II, que tienen una baja
proporción de elementos distintos del
hidrógeno y del helio en comparación con
las estrellas de Población I, como el Sol.
Los astrónomos se refieren a estos
elementos más pesados como metales y
a las proporciones de estos elementos
como metalicidad. Estos elementos son
producidos por nucleosíntesis estelar y
luego se reciclan al medio interestelar,
donde entran en la creación de la próxima
generación de estrellas. Por lo tanto, la
proporción de metales puede ser una
indicación de la edad de una estrella, dado
que la estrellas más viejas tienen
normalmente una menor metalicidad.[37]

El astrónomo holandés Pieter Oosterhoff


hizo notar que parece haber dos
poblaciones de cúmulos globulares
diferentes, que se conocen como "grupos
de Oosterhoff". El segundo grupo tiene un
conjunto ligeramente más grande de
estrellas variables RR Lyrae que el
primero.[38] Ambos grupos tienen débiles
líneas espectrales de elementos
metálicos, pero las líneas en las estrellas
del cúmulo Oosterhoff tipo I (OoI) no son
tan débiles como las del tipo II (OoII).[38]
Por lo tanto, se hace referencia al tipo I
como "rico en metales" (por ejemplo,
Terzan 7[39]), mientras que los de tipo II
son pobres en metales (como por ejemplo,
ESO 280-SC06[40]).

Estas dos poblaciones se han observado


en muchas galaxias, especialmente en
galaxias elípticas gigantes. Ambos grupos
son casi tan antiguos como el universo
mismo y tienen edades similares, pero
difieren en su abundancia de metales. Se
han sugerido muchos escenarios para
explicar estas subpoblaciones, incluidas
las fusiones de galaxias ricas en gases
violentos, la acumulación de galaxias
enanas y múltiples fases de formación de
estrellas en una sola galaxia. En la Vía
Láctea, los cúmulos globulares pobres en
metales están asociados con el halo y los
cúmulos ricos en metales con el
abultamiento del núcleo, si bien en ambos
casos, las estrellas que los componen son
de menor metalicidad que las que posee
los brazos de la galaxia.[41]

En la Vía Láctea se ha descubierto que la


gran mayoría de los grupos de baja
metalicidad están alineados a lo largo de
un plano en la parte exterior del halo de la
galaxia. Este resultado habla a favor de la
opinión de que los cúmulos de tipo II en la
galaxia fueron capturados de una galaxia
satélite, en lugar de ser los miembros más
antiguos del sistema de cúmulos
globulares de la Vía Láctea, como se había
pensado anteriormente. La diferencia
entre los dos tipos de cúmulos se
explicaría por un retraso de tiempo entre el
momento en que las dos galaxias
formaron ambos sistemas.[42]

Componentes exóticos
El cúmulo globular M15 puede tener un agujero negro
de masa intermedia en su núcleo.

Los cúmulos globulares tienen una


densidad de estrellas muy alta y, por lo
tanto, las interacciones cercanas y las
colisiones casi estacionarias ocurren con
relativa frecuencia. Debido a estos
encuentros casuales, algunas clases
exóticas de estrellas, como las rezagadas
azules, los púlsares y las binarias de rayos
X de baja masa, son mucho más comunes
en los cúmulos globulares. Una azul
rezagada se forma a partir de la fusión de
dos estrellas, posiblemente como
resultado de un encuentro con un sistema
binario.[43] La estrella resultante tiene una
temperatura más alta que las estrellas
comparables en el grupo de la misma
luminosidad, y por lo tanto difiere de las
estrellas de la secuencia principal
formadas al principio del grupo, formando
un conjunto de estrellas viejas
rejuvenecidas.[44]
Los astrónomos han buscado la presencia
de agujeros negros dentro de los cúmulos
globulares desde la década de 1970. Los
requisitos de resolución para esta tarea,
sin embargo, son exigentes, y sólo con el
telescopio espacial Hubble se han
realizado los primeros descubrimientos
confirmados. En programas
independientes, se ha sugerido que existe
un agujero negro de masa intermedia en
función de las observaciones del Hubble
en el cúmulo globular M15 que posee
unas 4 000 masas solares y un agujero
negro de mayor tamaño en el cúmulo
Mayall II en la Galaxia Andrómeda con casi
20 000 masas solares.[45] Las emisiones
de rayos X y radio de Mayall II parecen ser
consistentes con un agujero negro de
masa intermedia.[46]

Estos son de particular interés porque son


los primeros agujeros negros descubiertos
que ocupan una posición intermedia entre
el agujero negro de masa convencional de
una estrella y los agujeros negros
supermasivos descubiertos en los núcleos
de las galaxias. La masa de estos
agujeros negros de masa intermedia es
proporcional a la masa de los cúmulos
globulares, siguiendo un patrón
previamente descubierto entre los
agujeros negros supermasivos y sus
galaxias circundantes.

El anuncio de la presencia de agujeros


negros de masa intermedia ha sido
recibido con cierto escepticismo. Se
espera que los objetos más pesados en
los cúmulos globulares migren al centro
del cúmulo debido a la segregación
masiva. Como se señala en dos
documentos de Holger Baumgardt y
colaboradores, la relación masa-
luminosidad debería aumentar
bruscamente hacia el centro del cúmulo,
incluso sin un agujero negro, como sucede
en M15[47] como en Mayall II.[48]
Diagrama color-magnitud

Messier 5 es un cúmulo globular que consiste en


cientos de miles de estrellas unidas por su gravedad
común.[49]

El diagrama Hertzsprung-Russell
(diagrama H-R) es un gráfico de una gran
muestra de estrellas que traza la magnitud
absoluta frente a su índice de color. Los
índices de color, B-V, es la diferencia entre
la magnitud de la estrella en luz azul, o B, y
la magnitud en luz visual (verde-amarillo),
o V. Grandes valores positivos indican una
estrella roja con una superficie fría en
temperatura, mientras que los valores
negativos implican una estrella azul con
una superficie más caliente.

Cuando las estrellas cercanas al Sol se


trazan en un diagrama H-R, muestra una
distribución de estrellas de varias masas,
edades y composiciones. Muchas de las
estrellas se encuentran relativamente
cerca de una curva inclinada con una
magnitud absoluta creciente a medida que
las estrellas son más calientes, conocidas
como estrellas de la secuencia principal.
Sin embargo, el diagrama también incluye
estrellas que se encuentran en etapas
posteriores de su evolución y se han
apartado de esta curva de la secuencia
principal.

Como todas las estrellas de un cúmulo


globular están aproximadamente a la
misma distancia de nosotros, sus
magnitudes absolutas difieren de su
magnitud visual aproximadamente en la
misma cantidad. Las estrellas de la
secuencia principal en el cúmulo globular
caerán a lo largo de una línea que se cree
que es comparable a estrellas similares en
la vecindad del Sol. La exactitud de esta
suposición está confirmada por resultados
comparables obtenidos al comparar las
magnitudes de las variables cercanas de
período corto, como las estrellas RR Lyrae
y las variables Cefeidas, con aquellas
otras que hay en el cúmulo.[50]

Al hacer coincidir estas curvas en el


diagrama H-R, también se puede
determinar la magnitud absoluta de las
estrellas de la secuencia principal en el
grupo. Esto a su vez proporciona una
estimación de distancia al cúmulo en
función de la magnitud visual de las
estrellas. La diferencia entre la magnitud
relativa y absoluta, el conocido como
módulo de distancia, proporciona esta
estimación de la distancia.[51]

Cuando las estrellas de un determinado


cúmulo globular se trazan en un diagrama
de H-R, en muchos casos casi todas las
estrellas caen sobre una curva
relativamente bien definida. Esto difiere
del diagrama H-R de las estrellas cercanas
al Sol, que agrupa un conjunto de estrellas
de diferentes edades y orígenes, como es
lógico pensar que se da en un brazo
espiral, dado que no se formaron todas al
mismo tiempo. La forma de la curva para
un cúmulo globular es característica de
una agrupación de estrellas que se
formaron aproximadamente al mismo
tiempo y a partir de los mismos
materiales, difiriendo solo en su masa
inicial. Como la posición de cada estrella
en el diagrama de H-R varía con la edad, la
forma de la curva de un cúmulo globular
se puede usar para medir la edad general
de la población de estrellas de dicho
cúmulo.[52]

Sin embargo, el proceso histórico antes


mencionado de determinar la edad y la
distancia a los cúmulos globulares no es
tan sólido como se pensaba, ya que la
morfología y luminosidad de las estrellas
de los cúmulos globulares en los
diagramas de color-magnitud están
influidos por numerosos parámetros,
muchos de los cuales todavía están
siendo activamente investigados. Ciertos
grupos incluso muestran poblaciones que
están ausentes de otros cúmulos
globulares (por ejemplo, estrellas
rezagadas azules) o presentan
poblaciones múltiples. El paradigma
histórico de que todos los cúmulos
globulares consisten en estrellas nacidas
exactamente al mismo tiempo, o que
comparten exactamente la misma
abundancia química, también se ha
sobrepasado (por ejemplo, en NGC
2808).[53] Además, la morfología de las
estrellas del grupo en un diagrama de
color-magnitud de color, que incluye el
brillo de los indicadores de distancia,
como las estrellas variables RR Lyrae,
puede verse influidas por sesgos de
observación. Uno de estos efectos se
denomina fusión y surge porque los
núcleos de los cúmulos globulares son tan
densos que en las observaciones de baja
resolución pueden aparecer múltiples
estrellas (no resueltas en estrellas
individuales) como un solo objeto. Por lo
tanto, el brillo medido para esa estrella
aparentemente única (por ejemplo, una
variable RR Lyrae) es erróneamente
demasiado brillante, dado que las estrellas
no resueltas contribuyen a ese brillo
particular determinado.[54][55] En
consecuencia, la distancia calculada es
incorrecta, y lo que es más importante,
ciertos investigadores han argumentado
que el efecto de mezcla puede introducir
una incertidumbre sistemática en la
escala de distancia cósmica, y puede
sesgar la edad estimada del Universo y la
constante de Hubble .
Diagrama de color-magnitud para el cúmulo globular
M3. Téngase en cuenta el característico "giro" en la
curva de magnitud 19 del diagrama H-R donde las
estrellas comienzan a entrar en la etapa de estrellas
gigantes de su camino evolutivo.

Las estrellas más grandes de la secuencia


principal también tendrán la mayor
magnitud absoluta, y éstas serán las
primeras en evolucionar hacia la etapa de
estrellas gigantes. A medida que el grupo
envejece, las estrellas de masas
sucesivamente más bajas también
entrarán en la etapa de estrellas gigantes.
Por lo tanto, la edad de un solo grupo de
población puede medirse buscando las
estrellas que acaban de empezar a entrar
en la etapa de estrella gigante. Esto forma
una "curva" en el diagrama de H-R,
doblándose rápidamente hacia la esquina
superior derecha desde la línea de
secuencia principal. La magnitud absoluta
en esta curva está ligada directamente en
función de la edad del cúmulo globular,
por lo que una escala de edad se puede
trazar en un eje paralelo a la de la
magnitud.
Además, los cúmulos globulares se
pueden fechar al observar las
temperaturas de las enanas blancas más
frías. Los resultados típicos para los
cúmulos globulares son que pueden ser
tan viejos como 12,7 mil millones de años
de antigüedad.[56] Esto contrasta con los
cúmulos abiertos que tienen sólo unas
decenas de millones de años de
antigüedad, dándose por sentado que se
formaron luego de la constitución inicial
de la galaxia matriz.

Las edades de los cúmulos globulares


fijan un máximo en el límite de edad del
universo entero. Este límite inferior ha sido
una restricción significativa en
cosmología. Históricamente, los
astrónomos se enfrentaron con cálculos
de edad de cúmulos globulares que
parecían más antiguos de lo que
permitirían los modelos cosmológicos. Sin
embargo, una mejor medición de los
parámetros cosmológicos a través de
estudios en el cielo profundo, como los del
Telescopio Espacial Hubble, parecen
haber resuelto este problema.[57]

Los estudios evolutivos de los cúmulos


globulares también se pueden usar para
determinar los cambios debidos a la
composición inicial del gas y el polvo que
formaron el cúmulo. Es decir, las pistas
evolutivas cambian con los cambios en la
abundancia de elementos pesados. Los
datos obtenidos de los estudios de los
cúmulos globulares se utilizan luego para
estudiar la evolución de la Vía Láctea
como un todo.[58]

En los cúmulos globulares se observan


algunas estrellas conocidas como
rezagadas azules, aparentemente
siguiendo la secuencia principal en
dirección a las estrellas más brillantes y
azules. Los orígenes de estas estrellas
aún no están claros, pero la mayoría de los
modelos sugieren que estas estrellas son
el resultado de la transferencia de masa
entre múltiples sistemas estelares.[43]

Morfología
Elipticidad de los cúmulos globulares
Galaxia Elipticidad[59]

Vía Láctea 0.07±0.04

LMC 0.16±0.05

SMC 0.19±0.06

M31 0.09±0.04

NGC 411 está catalogado como un cúmulo globular


abierto.[60]
A diferencia de los cúmulos abiertos, la
mayoría de los cúmulos globulares
permanecen gravitacionalmente unidos
por periodos de tiempo comparables a los
períodos de vida de la mayoría de sus
estrellas. Sin embargo, una posible
excepción es cuando las fuertes
interacciones de las mareas
gravitacionales con otras grandes masas
dan como resultado la dispersión de las
estrellas constituyentes.

Después de que se han formado, las


estrellas dentro del cúmulo globular
comienzan a interactuar
gravitacionalmente entre sí. Como
resultado, los vectores de velocidad de las
estrellas se modifican constantemente y
las estrellas pierden cualquier vestigio de
su velocidad original. El intervalo
característico para que esto ocurra es el
tiempo de relajación. Esto está
relacionado con el período de tiempo
característico que una estrella necesita
para cruzar el cúmulo, así como también
la cantidad de masas estelares en el
sistema.[61] El valor del tiempo de
relajación varía según el cúmulo, pero el
valor medio es del orden de 109 años.

Aunque los cúmulos globulares


generalmente aparecen de forma esférica,
las elipticidades pueden ocurrir debido a
las interacciones de las mareas
gravitacionales. Los cúmulos dentro de la
Vía Láctea y de la Galaxia de Andrómeda
son típicamente esferoides oblatos,
mientras que los de la Gran Nube de
Magallanes son más elípticos.[62]

Radios

Los astrónomos caracterizan la


morfología de cada cúmulo globular por
medio de su radio estándar. Estos son el
radio del núcleo ("r""c"), el radio de semiluz
("r""h"), y el radio de marea gravitacional (o
Jacobi) ("r""t"). La luminosidad general del
cúmulo disminuye constantemente con la
distancia desde el núcleo, y el radio del
núcleo es la distancia a la que la
luminosidad aparente de la superficie se
ha reducido a la mitad.[63] Una cantidad
comparable es el radio de semiluz, o la
distancia desde el núcleo dentro del cual
se recibe la mitad de la luminosidad total
del cúmulo. Esto es típicamente más
grande que el radio del núcleo.

Téngase en cuenta que el radio de semiluz


incluye estrellas en la parte exterior del
cúmulo que se encuentra a lo largo de la
línea de visión, por lo que los astrónomos
también usarán el radio de la masa media
("r""m"): el radio del núcleo que contiene la
mitad de la masa total del cúmulo.
Cuando el radio de la masa media de un
cúmulo es pequeño en relación con el
tamaño total, tiene un núcleo denso. Un
ejemplo de esto es Messier 3 (M3), que
tiene una dimensión global visible de
aproximadamente 18 minutos de arco,
pero un radio de masa media de sólo 1,12
minutos de arco.[64]

Casi todos los cúmulos globulares tienen


un radio de media luz de menos de 10
parsecs, aunque existen cúmulos bien
conocidos con radios muy grandes (como
por ejemplo, NGC 2419 (Rh = 18 parsecs) y
Palomar 14 (Rh = 25 parsecs)).[65]

Finalmente, el radio de marea es la


distancia desde el centro del cúmulo
globular en el cual la gravitación externa
propia de la galaxia tiene más influencia
sobre las estrellas en el cúmulo que el
cúmulo mismo. Ésta es la distancia a
partir de la cual las estrellas individuales
que pertenecen a un cúmulo pueden ser
atraídas por la galaxia y perderse fuera del
cúmulo. El radio de marea de M3 es de
aproximadamente 40 minutos de arco,[66]
o aproximadamente 113 parsecs [67] a una
distancia de 10,4 kilopársec (kpc).
Segregación, luminosidad y
colapso del núcleo

Al medir la curva de luminosidad de un


cúmulo globular dado en función de la
distancia desde el núcleo, la mayoría de
los cúmulos de la Vía Láctea aumentan
constantemente en luminosidad a medida
que esta distancia disminuye, hasta cierta
distancia del núcleo, y luego la
luminosidad se nivela. Por lo general, esta
distancia es de aproximadamente 1-2
parsecs desde el núcleo. Sin embargo
aproximadamente el 20% de los cúmulos
globulares han sido sometidos a un
proceso denominado "colapso del núcleo".
En este tipo de cúmulos, la luminosidad
continúa aumentando constantemente
hasta llegar a la región central.[68] Un
ejemplo de un núcleo globular colapsado
es el del cúmulo M15.

47 Tucanae: el segundo cúmulo globular más


luminoso de la Vía Láctea, después de Omega Centauri

Se cree que el colapso del núcleo ocurre


cuando las estrellas más masivas en un
cúmulo globular encuentran a sus
compañeras menos masivas. Con el
tiempo, los procesos dinámicos hacen que
las estrellas individuales migren desde el
centro del clúster al exterior. Esto da como
resultado una pérdida neta de energía
cinética de la región central, lo que lleva a
las estrellas restantes agrupadas en la
región central a ocupar un volumen más
compacto. Cuando se produce esta
inestabilidad gravotermal, la región central
del grupo se llena densamente con
estrellas y el brillo superficial aumenta.[69]
(Téngase en cuenta que el colapso del
núcleo no es el único mecanismo que
puede causar dicha distribución de
luminosidad: un enorme agujero negro en
el núcleo también puede dar lugar a un
aumento de luminosidad).[70] Durante un
largo período de tiempo, esto lleva a una
concentración de estrellas masivas cerca
del núcleo, un fenómeno llamado
segregación masiva.

El efecto de calentamiento dinámico de


los sistemas de estrellas binarias trabaja
para evitar el colapso del núcleo inicial del
cúmulo. Cuando una estrella pasa cerca
de un sistema binario, la órbita de este
último par tiende a contraerse, liberando
energía. Solo después de que el
suministro primordial de las binarias se
haya agotado debido a las interacciones,
puede producirse un colapso del núcleo
más intenso.[71][72] Por el contrario, el
efecto de los maremotos gravitacionales
cuando un cúmulo globular pasa
repetidamente a través del plano de una
galaxia espiral tiende a acelerar
significativamente el colapso del
núcleo.[73]

Las diferentes etapas del colapso del


núcleo se pueden dividir en tres fases.
Durante la adolescencia de un cúmulo
globular, el proceso de colapso del núcleo
comienza con estrellas cercanas al
núcleo. Sin embargo, las interacciones
entre los sistemas de las estrella binarias
evitan un mayor colapso a medida que el
cúmulo se acerca a la mediana edad.
Finalmente, las binarias centrales cesan
sus rotaciones o son expulsadas, lo que
da como lugar una concentración mayor
del núcleo.

La interacción de las estrellas en la región


del núcleo colapsado provoca la
formación de sistemas binarios ajustados.
A medida que otras estrellas interactúan
con estas binarias, aumenta la energía en
el núcleo, lo que hace que el cúmulo se
expanda nuevamente. Como el tiempo
promedio para el colapso del núcleo es
típicamente menor que la edad de la
galaxia, muchos de los cúmulos
globulares de una galaxia pueden haber
pasado a través de una etapa de colapso
del núcleo, y luego volver a expandirse.[74]

El cúmulo globular NGC 1854 está situado en la Gran


Nube de Magallanes.[75]

El Telescopio Espacial Hubble ha sido


utilizado para proporcionar evidencia
observacional convincente de este
proceso estelar de clasificación de masa
en cúmulos globulares. Las estrellas más
masivas reducen la velocidad y se
aglomeran en el núcleo del cúmulo,
mientras que las estrellas más ligeras
ganan velocidad y tienden a pasar más
tiempo en la periferia del cúmulo. El
cúmulo globular 47 Tucanae, que se
compone de alrededor de 1 millón de
estrellas, es uno de los cúmulos
globulares más densos del hemisferio sur.
Este grupo fue sometido a un estudio
fotográfico intensivo, que permitió a los
astrónomos seguir el movimiento de sus
estrellas. Se obtuvieron velocidades
precisas para casi 15 000 estrellas en este
grupo.[76]
Un estudio de 2008 de John Fregeau de 13
cúmulos globulares en la Vía Láctea
muestra que tres de ellos tienen una
cantidad inusualmente grande de fuentes
de rayos X, o binarias que emiten rayos X,
lo que sugiere que los cúmulos son de
mediana edad. Anteriormente, estos
cúmulos globulares se habían clasificado
en su vejez porque tenían concentraciones
muy grandes de estrellas en sus núcleos,
otra prueba de edad utilizada por los
astrónomos. La implicación es que la
mayoría de los cúmulos globulares,
incluidos los otros diez estudiados por
Fregeau, no están en su edad media como
se pensaba, sino en su "adolescencia".[77]
Las luminosidades globales de los
cúmulos globulares dentro de la Vía
Láctea y la Galaxia de Andrómeda se
pueden representar por medio de una
curva gaussiana. Esta gaussiana puede
representarse mediante una magnitud
promedio Mv y una varianza σ2. Esta
distribución de las luminosidades de los
cúmulos globulares se llama Función de
Luminosidad del Cúmulo Globular (GCLF).
(Para la Vía Láctea, Mv = -7,20 ±0,13, σ =
1,1 ±0,1 magnitudes).[78] La GCLF también
se ha utilizado como luminosidad
promedio para medir la distancia a otras
galaxias, bajo la suposición de que los
cúmulos globulares en galaxias remotas
siguen los mismos principios que en la Vía
Láctea, lo cual no está definitivamente
demostrado.

Simulaciones del cuerpo N

La computación de las interacciones entre


las estrellas dentro de un cúmulo globular
requiere resolver lo que se denomina el
problema de cuerpo N. Es decir, cada una
de las estrellas del cúmulo interactúa
continuamente con las otras N -1 estrellas,
donde N es el número total de estrellas en
el cúmulo. El "costo" computacional CPU
más simple para una simulación dinámica
aumenta en proporción a N 2 (cada uno de
los N objetos debe interactuar en pares
con cada uno de los otros objetos N), por
lo que los requisitos informáticos
potenciales para simular con precisión
cada cúmulo pueden ser enormes.[79] Un
método eficiente de simulación
matemática de la dinámica del cuerpo N
de un cúmulo globular se hace
subdividiendo en pequeños volúmenes y
rangos de velocidades y usando
probabilidades para describir las
ubicaciones de las estrellas. Los
movimientos se describen luego por
medio de una fórmula llamada Ecuación
de Fokker-Planck. Esto se puede resolver
mediante una forma simplificada de la
ecuación, o ejecutando la denominada
simulación de Monte Carlo y usando
valores aleatorios. Sin embargo, la
simulación se vuelve más difícil cuando se
incluyen los efectos de los sistemas
binarios de estrellas y la interacción con
las fuerzas de gravitación externas (como
sucede con la Vía Láctea).[80]

Los resultados de las simulaciones han


demostrado que las estrellas pueden
seguir caminos inusuales a través del
cúmulo, a menudo formando bucles y, a
menudo, cayendo más directamente hacia
el núcleo que una estrella sola orbitando
alrededor de una masa central. Además,
debido a las interacciones con otras
estrellas, que producen un aumento de la
velocidad, algunas de las estrellas
obtienen suficiente energía para escapar
del cúmulo. Durante largos períodos de
tiempo, esto dará como resultado una
disipación del cúmulo, en un proceso
denominado evaporación.[81] La escala de
tiempo típica para la disipación completa
de un cúmulo globular es de 10 10 años.[61]
En 2010, fue posible calcular
directamente, estrella por estrella,
simulaciones del cuerpo N de un cúmulo
globular a lo largo de su vida.[82]
Las estrellas binarias forman una porción
significativa de la población total de
sistemas estelares, con hasta la mitad de
todas las estrellas que existen en un
conjunto galáctico. Las simulaciones
numéricas de los cúmulos globulares han
demostrado que las binarias pueden
obstaculizar e incluso revertir el proceso
de colapso del núcleo en los cúmulos
globulares. Cuando una estrella en un
grupo tiene un encuentro gravitacional con
un sistema binario, un posible resultado es
que el binario se une más fuertemente y
agrega energía cinética a la estrella
solitaria. Cuando las estrellas masivas en
el grupo se aceleran con este proceso, se
reduce la contracción en el núcleo y se
limita el colapso del mismo.[44]

El destino final de un cúmulo globular


debe ser acrecentar el número de estrellas
en su núcleo, causando su contracción
constante,[83] o bien el desprendimiento
gradual de estrellas de sus capas externas
hasta su completa disolución.[84]

Estados intermedios
Messier 10 se encuentra a unos 15 000 años luz de la
Tierra, en la constelación de Ofiuco.[85]

La distinción entre tipos de cúmulos no


siempre está clara, y se han encontrado
objetos que borran la líneas entre las
diferentes categorías. Por ejemplo, BH 176
en la parte sur de la Vía Láctea tiene
propiedades a medio camino entre un
cúmulo abierto y uno globular.[86]

En 2005, los astrónomos descubrieron un


tipo de cúmulo estelar completamente
nuevo en la galaxia de Andrómeda, que es,
en cierta manera, muy similar a los
cúmulos globulares. Los cúmulos recién
encontrados contienen cientos de miles
de estrellas, una cantidad similar a la que
se encuentra en los cúmulos globulares.
Dichos cúmulos comparten otras
características con los cúmulos
globulares como son las poblaciones
estelares y su metalicidad. Lo que los
distingue de los cúmulos globulares es
que son mucho más grandes, varios
cientos de años luz de diámetro y cientos
de veces menos densos. Las distancias
entre las estrellas son, por lo tanto, mucho
mayores dentro de los cúmulos
extendidos recientemente descubiertos.
Paramétricamente, estos grupos se
encuentran en algún posición intermedia
entre un cúmulo globular y una galaxia
elíptica enana.[87]

Aún no se sabe cómo se generan estos


"conglomerados", pero su formación
podría estar relacionada con la de los
cúmulos globulares, porque M31 tiene
tales agrupaciones, mientras que la Vía
Láctea no, o bien no se conocen. También
se desconoce si otras galaxias contienen
este tipo de cúmulos, pero sería muy poco
probable que M31 sea la única galaxia con
este tipo de cúmulos extendidos.[87]

Encuentros gravitacionales
Cuando un cúmulo globular tiene un
encuentro cercano con una masa grande,
como la región central de una galaxia, se
somete a una interacción de marea
gravitacional. La diferencia en la atracción
de la gravedad entre la parte del cúmulo
más cercana a la masa y la atracción en la
parte más alejada del cúmulo da como
resultado una fuerza de marea. Un
"choque de marea" ocurre cada vez que la
órbita de un cúmulo lo lleva a través del
plano de una galaxia.

Como resultado de un choque de marea,


las corrientes de estrellas pueden
separarse del halo del cúmulo, dejando
solo la parte central de éste. Estos efectos
de interacción de las mareas generan
colas de estrellas que pueden extenderse
hasta varios grados de arco de distancia
del centro del cúmulo globular.[88] Estos
chorros de cola suelen preceder y seguir al
cúmulo a lo largo de su órbita. Las colas
pueden acumular porciones significativas
de la masa original del cúmulo y pueden
formar agrupaciones de características
similares.[89]

El cúmulo globular Palomar 5, por ejemplo,


está cerca del ápside de su órbita después
de atravesar la Vía Láctea. Las corrientes
de estrellas se extienden hacia la parte
delantera y trasera del camino orbital de
este cúmulo, extendiéndose a distancias
de 13 000 años luz.[90] Las interacciones
de las mareas gravitacionales han
eliminado gran parte de la masa de
Palomar 5 y se espera que otras
interacciones, a medida que pasa a través
del núcleo galáctico, la transformen en
una larga corriente de estrellas orbitando
el halo de la Vía Láctea.

Las interacciones de las mareas agregan


energía cinética a un cúmulo globular,
aumentando drásticamente la tasa de
disipación y reduciendo el tamaño del
cúmulo. No sólo el choque mareal elimina
las estrellas externas de un cúmulo
globular, sino que aumenta la dilución
acelerando el proceso de colapso del
núcleo. El mismo mecanismo físico puede
estar funcionando en las galaxias elípticas
enanas, como en el caso de la pequeña
Sagitario, que parece estar sufriendo una
interrupción de las mareas debido a su
proximidad a la Vía Láctea.

Órbitas
Hay muchos cúmulos globulares con una
órbita retrógrada alrededor de la Vía
Láctea.[91] Un cúmulo globular de enorme
velocidad fue descubierto alrededor de
Messier 87 en 2014, con una velocidad
superior a la velocidad de escape de
M87.[92] Dicha velocidad de escape por
encima de lo normal, alejando el cúmulo
de la galaxia a una velocidad superior a la
prevista, sólo puede ser explicado por el
impulso causado por un choque de marea
gravitacional, pero se desconoce el por
qué hay cúmulos que siguen una órbita
retrógrada al movimiento normal de una
galaxia, si bien, como es obvio, tiene que
tener como origen la constitución inicial
del conjunto, en los inicios de la misma
formación del Universo conocido.

Planetas
Los astrónomos están buscando
exoplanetas en las estrellas de los
cúmulos globulares.[93]

En 2000, se anunciaron los resultados de


una búsqueda de planetas gigantes en el
cúmulo globular 47 Tucanae. La falta de
descubrimientos exitosos sugiere que la
abundancia de elementos (distintos del
hidrógeno o del helio) necesarios para
constituir estos planetas podría necesitar
al menos un 40% de la abundancia de los
elementos primarios que dan lugar a
estrellas como el Sol. Los planetas como
la Tierra están constituidos por elementos
pesados como el silicio, el hierro y el
magnesio. La muy baja abundancia de
estos elementos en los cúmulos
globulares significa que las estrellas
tienen una probabilidad mucho más baja
de alojar planetas con masa terrestre, en
comparación con las estrellas cercanas al
Sol. Por lo tanto, es improbable que la
región del halo de la Vía Láctea, incluidos
los miembros de los cúmulos globulares,
alberguen planetas habitables.[94]

A pesar de la menor probabilidad de


formación de planetas gigantes, tales
tipos de objetos se han encontrado en el
cúmulo globular Messier 4. Este planeta
se detectó orbitando un púlsar en el
sistema de la estrella binaria PSR B1620-
26. La excentricidad orbital y altamente
inclinada del planeta sugiere que pudo
haber sido formado alrededor de otra
estrella en el grupo y luego fue
"intercambiada" a su disposición actual.[95]
La probabilidad de encuentros cercanos
entre estrellas en un cúmulo globular
puede destruir los sistemas planetarios,
algunos de los cuales se liberan para
convertirse en planeta flotantes. Incluso
los planetas en órbita cercanos pueden
verse afectados, lo que puede conducir a
una decaimiento orbital y a un aumento en
la excentricidad orbital y a los efectos de
las mareas gravitacionales.[96]
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una colección muy completa de
artículos de la mayor parte de las
revistas de astrofísica y de muchas
conferencias.
SCYON es una revista de novedades
recientes dedicada a los cúmulos
globulares.
MODEST es una colaboración de
científicos de todo el mundo que
trabajan en el estudio de cúmulos
globulares de estrellas.

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Galactic Dynamics (First edición).
Princeton, New Jersey: Princeton
University Press. ISBN 0-691-08444-0.
Heggie, Douglas; Hut, Piet (2003). The
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Spitzer, Lyman (1987). Dynamical
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Astronomy and Astrophysics Review 8 1.
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Enlaces externos
Wikimedia Commons alberga una
categoría multimedia sobre Cúmulo
globular.
Globular Clusters , página del SEDS
Messie
Milky Way Globular Clusters
Catalogue of Milky Way Globular Cluster
Parameters de William E. Harris,
McMaster University, Ontario, Canada
A galactic globular cluster database
poe Marco Castellani, Observatorio
Astronómico de Roma, Italia
Key stars have different birthdays El
artículo describe cómo las estrellas en
cúmulos globulares nacen en varias
ráfagas, en lugar de todas a la vez
Globular Clusters Blog Noticias,
documentos y preimpresiones sobre
cúmulos globulares galácticos

Datos: Q11276
Multimedia: Globular clusters

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title=Cúmulo_globular&oldid=112395570»

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