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Materialismo Histórico: no es la

conciencia la que determina la vida, sino


la vida la que determina la conciencia

[ INTRODUACCIÓN A LA EPISTEMOLOGÍA DE LAS CIENCIAS SOCIALES ]


Objetivos

• Comprender el giro que realiza el materialismo respecto al idealismo y cuáles son las
consecuencias de este giro en la comprensión de las ciencias sociales.
• Entender cómo la comprensión de lo que el ser humano es necesariamente redunda en los
fundamentos epistemológicos de nuestra teorización sobre los fenómenos sociales.
• Conocer el concepto de ideología tal y como es concebido por Marx y cuál es su papel en la
epistemología de las Ciencias Sociales.
• Apropiarse de los conceptos marxianos referentes a la historia: lucha de clases, condiciones
materiales de producción, ideología, dialéctica.

El materialismo histórico, formulación teórica elaborada por Marx, ha tenido sin lugar a duda un
impacto elocuente en todo el ámbito de las ciencias sociales. No solo ha revolucionado la forma
de entender los procesos políticos, a la vez que los ha suscitado, sino que también ha cambiado
nuestra forma de concebir el mundo social, las relaciones entre los seres humanos, así como el
devenir de la historia.

Pretendemos en este aparte acercarnos a las principales tesis que se encuentran a la base del
materialismo histórico, así como señalar algunas consecuencias de este pensamiento en lo que
respecta a una epistemología de las ciencias sociales.

Pretendemos en este aparte el desarrollo de dos ideas en que se basa el materialismo histórico.
Primero, la idea de Marx de superar la ideología alemana, formulación que supone un giro en el
conocimiento del mundo, de la realidad, de la sociedad y del hombre como tal. Como
señalaremos, se trata del planteamiento que formula que las condiciones materiales de
producción son la base real de toda ideología, o mejor aún, de todo conjunto de ideas que
realizamos los seres humanos; el objeto de este apartado será explicar esta afirmación. Segundo,
la idea marxiana que concluye que el materialismo histórico exige dejar la teorización para
pasar a la acción; no se puede ser crítico simplemente combatiendo y criticando ideas, sólo se
puede ser revolucionario a través de la transformación de las condiciones materiales de la
sociedad que se piensa revolucionar, es decir, entendiendo la historia humana como una lucha
de clases1.

LA SUPERACIÓN DE LA IDEOLOGÍA ALEMANA OPERADA POR MARX

Con el ánimo de presentar la crítica* emprendida por Marx y Engels en su obra La ideología
alemana, nos ocuparemos de describir en un primer momento que se entiende por ideología,

1
MARX, Karl. La Ideología Alemana. Bogotá: Andreus, 1979. p.11.
*
Marx trata el concepto de crítica como un asunto plenamente ideal, opta más bien por el concepto de revolución en
el marco del materialismo histórico.

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para finalmente presentar, la inversión Marxiana, a la base de toda ideología de condiciones
materiales de producción.

Al inicio de su obra El idealismo alemán, en el prólogo, Marx señala que los hombres siempre
han tenido ideas falsas acerca de lo que ellos mismos son, o acerca de cómo se relacionan con
otros hombres, acerca de lo que es la realidad. A estas ideas falsas del hombre acerca de sí
mismo y de su relación con otros Marx las denominó ideología, razón por la cual a partir del
materialismo histórico este término tiene una carga peyorativa o negativa al interior de las
ciencias sociales. De hecho, en el mismo prólogo al que hacemos referencia, Marx se refiere a la
ideología con los siguientes sinónimos: fantasmas cerebrales, fantasías, ideas falsas, quimeras.
Luego, lo primero será afirmar que la ideología para Marx son todas aquellas ideas que tenemos
y que no nos permiten un conocimiento verdadero de lo que es la realidad, de lo que es el
hombre, de la realidad de las relaciones que tenemos con los demás. Marx plantea sustituir esas
ideas falsas, esas ideologías, por un verdadero saber científico, por el materialismo histórico que
como ciencia nos proporcionará la verdad sobre lo que es la realidad, el hombre y la realidad de
las relaciones sociales. Pero aclaremos algo antes de sumergirnos en el significado de lo que es
el materialismo histórico: ¿de donde surge el término de idealismo?

Los pensadores del siglo XIX, periodo en la cual surge Marx, se vieron enfrentados a la realidad
propia de su época: ser continuadores del idealismo llevado a la cumbre por Hegel o críticos de
este último. Sin el ánimo de elaborar un resumen de la obra de Hegel (1770-1831), podemos
afirmar que este pensador elaboró un pensamiento sistemático que permitía entender la
totalidad de lo existente desde una lógica eminentemente racional; un sistema de pensamiento
idealista.

De alguna manera para Hegel el mundo, la totalidad de lo real, posee una belleza metafísica y
abstracta, de hecho racional, que está a la espera de ser conocida. En ese sentido se ha
alcanzado en el pensamiento de Hegel una identificación entre lo real y lo racional. Se trata de
la idea de que todo lo existente está guiado por una lógica racional perfecta, que la realidad
puede reducirse a un mecanismo racional lejos de todo caos. En ese sentido la filosofía
hegeliana es considerada como idealista, en tanto considera a la idea como base de todo lo real.
Es decir, la realidad, lo existente, tiene una lógica racional que subyace en ella y que puede ser
expresada en una idea. Por eso la tarea de la filosofía, y en últimas de la ciencia, será tratar de
ver detrás de la realidad una profunda razón que se puede entender y conocer, y que responde
a una ley oculta que es completamente racional.

Hegel, en esa dirección, cree que sólo desde la fría mirada de la filosofía a lo largo de la historia
se puede conocer y comprender la verdadera realidad, su necesidad y su fin. En ese sentido, ya
es común señalar en los distintos cursos sobre Hegel una suerte de dialéctica o lógica racional
que subyace a todo lo existente: tesis, antítesis, y síntesis. Sin adentrarnos en la discusión de si
este lógica como tal es formulada de esta manera por Hegel o sus discípulos o no, sí subyace en
Hegel la idea de que a pesar de que la realidad es cambio permanente esta puede ser reducida a

[ INTRODUCCIÓN A LA EPISTEMOLOGÍA DE LAS CIENCIA SOCIALES ]


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una lógica, a una idea racional perfecta.

Ahora bien, una vez desapareció Hegel, su sistema, o conjunto de ideas, fue adoptado de
maneras diversas. Mientras unos pensadores comprendían todo desde sus categorías lógicas,
siendo continuadores del idealismo hegeliano, otros emprendieron una crítica racional de Hegel
y sus ideas. En este adverso contexto la crítica de Marx no optará por ninguna de las dos
opciones. Marx se centrará más bien en la idea de que el hombre no es un ser eminentemente
racional e intelectual, antes bien, es en la materialidad donde subyace su esencia. Para Marx,
tanto el idealismo hegeliano como sus críticos se equivocan al plantear que el hombre es un ser
que desatiende las necesidades materiales que le urgen para ocuparse de la creación de
productos imaginativos, de quimeras religiosas, de ideas. Hegel, los jóvenes hegelianos y los anti
hegelianos están equivocados y atrapados en la idea que sustenta que el hombre es un ser
eminentemente racional. Si bien podemos encontrar en los jóvenes herederos de Hegel una
lucha constante contra todas las ideas hegelianas en pro de su liberación: una crítica de la
religión, de Dios, de la cultura, etc., un combate contra las ideas como productos de la
conciencia, lo que hacen al modo de ver de Marx es propiciar otra forma de interpretar lo
existente sin cambiarlo de ninguna manera. Se podría afirmar según Marx que están criticando
una ideología para adoptar otra.

Los herederos de Hegel sólo se ocupan de la crítica de frases e ideas, haciendo críticas al
cristianismo y a la cultura; se quedan en la crítica ideológica sin tener en cuenta la base material
como fundamento de las creaciones ideológicas. Ese es precisamente la verdadera crítica que se
debe emprender según Marx: no cambiar una idea por otra, una ideología por otra alternativa,
sino más bien atender las condiciones materiales de producción en las que viven los hombres
que producen dichas ideas. Luego, al modo de ver de Marx, en vez de quedarnos interpretando
el mundo desde las ideas se necesita es una transformación de este a través de la revolución:
una transformación de las condiciones materiales de producción. Vamos sin embargo muy
adelante, expliquemos con detalle como es elaborada la critica al idealismo alemán por parte de
Marx.

Marx presenta, como base del Materialismo Histórico, dos premisas que considera reales y sólo
posibles abstracciones en el terreno de la imaginación: la premisa fundamental, según Marx,
consiste en no plantear al hombre como un individuo religioso o simplemente racional; para
Marx el hombre no se distingue de los animales por la religión o porque sea racional y produzca
ideas, sino como individuo existente que produce sus medios de vida; el hombre es un ser
material que tiene necesidades materiales. En este contexto lo que afirmamos es que el
materialismo histórico supone que entendamos al hombre no como un ser racional, como lo
había hecho usualmente la filosofía y el pensamiento científico, ni mucho menos como un ser
religioso, como lo concebía la religión. Marx nos invita a pensar al hombre en su esencia como
un ser corporal que fundamentalmente está siendo acosado por necesidades materiales a las
cuales debe responder. Efectivamente el hombre en su vida cotidiana antes de preguntarse por
la verdad absoluta o por dios, etc., tiene unas preocupaciones concretas como las que sugiere

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su vida material. Sin embargo, el hombre se diferencia de los otros seres materiales que
también tienen necesidades como las suyas. Es decir, el hombre no es como los animales que
día a día se ven avocados a responder a sus necesidades materiales como comer, dormir, o
reproducirse.

A pesar de que muchos otros seres vivos precisan de la materialidad para vivir, como los
animales, el ser humano se caracteriza no solo porque él también depende de estas condiciones
materiales, sino porque él mismo produce sus condiciones materiales de vida, transforma su
mundo, recrea sus necesidades, las satisface y crea otras. Si se observa con detenimiento esta
afirmación lo que Marx está diciendo es que como seres humanos no simplemente nos
satisfacemos naturalmente con lo existente, sino que a la vez que satisfacemos nuestras
necesidades creamos otras más complejas que satisfaremos después, y en esa dirección
transformaremos el mundo material que nos rodea. Para no ir muy lejos piénsese en la
dependencia que tenemos hoy los seres humanos de la comunicación vía celular, como ella
surgió, y cómo se ha transformado el mundo a partir de este medio de comunicación. Es decir,
no simplemente respondemos a nuestras necesidades materiales sino que a la vez nos creamos
otras y en ese sentido transformamos nuestra vida, nuestro contexto, a nosotros mismos; el
hombre no es un ser natural según Marx. Luego, al afirmar que el hombre es ante todo un ser
material que reproduce sus condiciones de vida se está afirmando que el hombre debe ser
comprendido no desde las ideas sino desde las relaciones que establece con la materia.

Teniendo en cuenta, entonces, la condición del ser humano en esencia como un ser material
que transforma y crea sus condiciones materiales, se puede afirmar que los individuos son lo
que manifiestan a partir de su peculiar modo de producción, y esta producción se encuentra
condicionada a las condiciones materiales con las que se encuentra cada individuo.
Expliquemos: un individuo no es lo que cree acerca de sí mismo, ni el conjunto de ideas que
tiene sobre quién es él, o como es su sociedad, esto es pura ideología. Si desde la psicología
afirmamos que un hombre es lo que piensa acerca de sí mismo según Marx estaríamos
equivocados, pues para comprender un hombre en realidad debemos es observar y tratar de
describir cómo es que este reproduce sus condiciones materiales para poder existir. Un
individuo y una sociedad se definen desde las condiciones materiales de producción en las que
existen, en la forma como producen y como satisfacen sus necesidades materiales. Este es
precisamente el giro del materialismo histórico: un hombre no es el conjunto de ideas que tiene
acerca de sí mismo, ni una sociedad es el agregado de sus leyes, o de sus tradiciones culturales,
no. Un hombre como una sociedad, en tanto el hombre es un ser material, se definen a partir de
sus condiciones materiales de producción. Los individuos no son el conjunto de ideas erróneas
que tienen acerca de si mismos y de su sociedad; esto son tan solo ideologías, productos
erróneos de nuestras cabezas. El hombre no se define a partir de las ideas que tiene acerca de sí
mismo, sino de la forma como desarrolla sus condiciones materiales de producción.

Entonces, si lo fundamental en la comprensión de los seres humanos es su materialidad ¿de


donde provienen las ideas que estos tienen acerca de sí mismos y de los demás? En tanto Marx

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ha definido que lo esencial que subyace en la vida humana es la materialidad, las ideas como
creaciones humanas brotan de las condiciones materiales de vida de los sujetos en un proceso
complejo. En esa dirección Marx señaló que las condiciones materiales en las cuales se
encuentran sumergidos los hombres conforma una suerte de infraestructura de la sociedad,
indispensable para comprender a los hombres y a la sociedad en la que viven. Pero señaló
también que las ideologías pueden ser agrupadas bajo el concepto de súper estructura, y esta
se crea o tiene una relación de dependencia de lo que sucede en la infraestructura. Es decir, una
sociedad en la cual haya una explotación económica significativa tendrá ideología
completamente distinta a la que podríamos encontrar e una sociedad más equitativa
económicamente hablando.

Sociedad: infraestructura y superestructura2

Lógicamente hablando son más importantes las condiciones materiales en las que se encuentra
sumergido el hombre y lo condicionan, que las ideas que este tiene acerca de sí mismo y de la
sociedad. Desde sus orígenes el hombre se halla avocado a producir las condiciones necesarias
para su existencia, pues es claro que tiene necesidades y precisa de bienes materiales con que
satisfacerlas. Sin embargo una vez satisface esta necesidad primera, por efectos de esta misma
acción se recrean las necesidades de nuevo. Este es básicamente el proceso de producción al
que se encuentra sometido el ser humano. No obstante dicho proceso no se desarrolla de
manera individual, pues según Marx los hombre cooperan entre sí en unidades básicas como la
familia, la tribu, el clan o el Estado, para unir sus fuerzas productivas y satisfacerse mutuamente.
Este breve relato acerca del proceso histórico de producción en el ser humano por lo pronto
indica que el estudio que se hace de la historia de la humanidad desde los fenómenos culturales
como la religión, el Estado y el saber es erróneo en tanto la historia de la humanidad debe
estudiarse siempre desde la historia de la industria y del intercambio como conexión
materialista que propicia la aparición de la sociedad: “Toda la concepción de la historia, hasta
ahora, ha hecho caso omiso de esta base real de la historia”3.

2
Recuperado de: http://www.instituto127.com.ar/Espacio127/05/n5nota04_1.jpg
3
MARX, Carl, p.37. Tomado de: http://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/feuerbach/2.htm Consultada el 26 de
octubre de 2012.

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Según Marx, si no se hace el entronque entre las ideas y la realidad material, o mejor aún, si no
se halla la relación entre las ideas dominantes de un período con los sujetos que dominan las
relaciones materiales de producción, caeremos en puras especulaciones, en ideologías.

Ahora volvamos a nuestra pregunta: ¿de donde surgen las ideas que tienen los hombres en sus
cabezas si son seres materiales ante todo? Para Marx solo después de haber considerado las
condiciones materiales como condicionantes de lo que es el ser humano y la sociedad
podríamos hablar de conciencia, o de una razón humana que produce ideas. Pero tampoco se
trata de una conciencia pura, pues según Marx “el espíritu nace ya tarado con la maldición de
estar preñado de materia”4. Es decir, la razón no se encuentra ajena a las condiciones
materiales que la rodean. La razón se halla “preñada” de materialidad gracias al lenguaje, pues
este tiene una función práctica ante la necesidad que tenemos en la vida real de comunicarnos:
la conciencia o la razón se constituyen socialmente. Esto implica no una vuelta a la tierra desde
el cielo, como pretende la filosofía alemana, sino un ascenso de la tierra al cielo. El saber real, el
materialismo histórico, no se ocupa de los productos de la conciencia sino de las condiciones
que los posibilitan y producen.

Ahora, buscando afianzar conceptos del materialismo histórico en vista de la constitución de


una epistemología de las ciencias sociales podemos afirmar lo siguiente. Para Marx todas las
ideas tienen base material, constituida esta a partir de las relaciones necesarias e involuntarias
que se crean entre los hombres ante la necesidad de reproducir su existencia material. El
conjunto de estas relaciones productivas es lo que Marx llamará la estructura económica de la
sociedad, su base real y material, desde donde se levantan los productos de la conciencia, las
creaciones jurídicas y políticas que corresponden a la realidad de las fuerzas de producción. En
ese sentido es legítimo decir que toda ideología corresponde a la ideología de la clase
dominante, o clase que detenta los medios de producción en cada estado de evolución de las
relaciones materiales a la que se ven solicitados los hombres a lo largo de la historia para
producir su existencia. Es decir, el conjunto de ideas dominantes en una época corresponde a
las ideas de aquellos que dominan las relaciones materiales y económicas.

Sin buscar atender la mediación histórica que realiza Marx para mostrar cómo las condiciones
materiales son las que determinan las relaciones sociales y desde las que se constituye la
ideología, a partir de una sintética formulación de la división del trabajo se puede dar cuenta del
proceso de enajenación al que el hombre es sometido, y que se legitima bajo la forma del
Estado. Allí resulta interesante ver la primacía de las condiciones materiales de producción
sobre las relaciones sociales, y cómo a partir a partir de la transformación de las condiciones de
producción se fundamentan creaciones de la conciencia como el derecho y el Estado.

4
Op. Cit. MARX, Carl.

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En un principio, atendiendo a la formulación de un estado protohistórico, Marx formula que el
comportamiento del hombre hacia la naturaleza se halla determinado de forma social y a la
inversa, pues en este estadio la naturaleza no ha sufrido ninguna modificación. Asciendie hacia
la conciencia gregaria, o conciencia social, que se perfecciona gracias al aumento de la
producción y al surgimiento de nuevas necesidades, pues aumenta la población, se comienza a
introducir la división del trabajo que antes existía solamente bajo la distinción en el acto sexual,
aunque para Marx propiamente la división se da cuando realiza la separación entre trabajo
físico e intelectual, y otorga a la conciencia un camino para emanciparse del mundo olvidando
su base material, como bien hicieron los ideólogos alemanes. La división del trabajo sitúa a cada
hombre en un círculo de actividades determinado: ya no se eligen voluntariamente las
actividades, sino que el trabajo mismo es el que se ha erigido sobre el hombre, separando así el
interés natural del interés común, y dando origen al Estado como forma del interés común
separado de los intereses particulares y colectivos, comunidad ilusoria que se asienta en unas
condiciones reales como le lengua, la división de clases, etc. En este punto la división del trabajo
se plantea como el conflicto entre las relaciones sociales existentes y las condiciones materiales
de producción, porque las actividades materiales, el consumo, el disfrute y el trabajo son
asignados a diferentes individuos. Allí el conflicto entre las ideas, la moral y la metafísica es
solamente un reflejo del conflicto anteriormente citado, que solamente puede ser resuelto bajo
la abolición de la división del trabajo y de la distribución desigual de sus productos, fundada en
la propiedad privada.

A modo de conclusión, y buscando hacer eco de la mediación materialista para la comprensión


de las ideologías, bien valdría citar un ejemplo. Si observamos la ontologías que se crearon en el
mundo medieval se puede evidenciar que en su estratificación se refleja la de las relaciones de
producción de la época. Expliquemos, si observamos las ideas que se tenían acerca de Dios en el
mundo medieval, completamente jerarquizado socialmente, evidenciaremos que estas ideas
acerca de la divinidad también se encontraban jerarquizadas. Quizás en estas ideas se
encuentre aquí una clave para atender el ateísmo moderno, no en pro de su negación sino de su
comprensión. Desde las actuales relaciones de producción de carácter horizontal, en su mayoría,
fundadas en el derecho y la igualdad, podríamos estar elaborando ideologías que negaran la
muerte del dios todopoderoso y supremo pues esta idea no se respaldaría con el igualitarismo
de nuestras relaciones de producción.

TEORÍA DE LA HISTORIA, LUCHA DE CLASES

Resulta significativo acercarnos a la comprensión que desarrolla Marx de la historia, en tanto


esta es el fenómeno más propiamente humano. Como señalamos anteriormente, la historicidad
es una categoría propia de la humanidad; no hay historia si no hay seres humanos. Ahora bien,
una vez hemos caracterizado la crítica de las ideologías desde la perspectiva materialista en los
seres humanos, la historia también tiene que ser comprendida desde esta novedosa perspectiva.

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¿Qué es la historia? Antes de Marx se había teorizado acerca de la historia pensando en ella
como el continuo de acontecimientos que lleva hacia una finalidad, llámese a esta finalidad
reino de Dios o racionalidad humana. Si volvemos nuestra mirada a los primeros pensadores
sobre la historia, cristianos como San Agustín, observamos que desde su perspectiva de fe había
señalado cómo la historia es un constante tránsito hacia un final que denominó la Ciudad de
Dios, una suerte de estado de salvación hacia el cual avanzaba progresivamente la humanidad.
En ese sentido los distintos acontecimientos históricos eran interpretados en vista de esa
finalidad, como Dios iba guiando a la humanidad en su providencia hacia la salvación.

Por supuesto las filosofías de la historia de carácter cristiano no son las únicas que se critican
desde el materialismo histórico marxiano. Marx como hijo de la modernidad combate
directamente contra la idea de que la historia de la humanidad es la historia del progreso de la
razón, como si la racionalidad fuera la finalidad de la historia humana. Basta que tengamos en
cuenta la crítica a las ideologías desarrollada por Marx para entender que la historia no puede
ser comprendida desde la fe en dios, pero tampoco desde la fe en la razón; ella debe ser
entendida desde las condiciones materiales de producción como una lucha de clases. En la
modernidad se desplazó la fe en Dios de la antigüedad por una fe en la razón; de esta manera se
cambió la noción de San Agustín de la Ciudad de Dios como finalidad religiosa hacia la cual
apuntaba la historia por la idea de que la razón avanzaba progresivamente con el tiempo. Marx
será profundamente crítico de estas ideas.

El materialismo histórico, como lo afirmamos ya, entiende la sociedad como fundamentalmente


determinada por las condiciones materiales de producción. Una sociedad se caracteriza por la
forma como los seres humanos explotan la materialidad para dar respuesta a sus necesidades, y
por la manera como los hombres se relacionan entre sí en torno a esta actividad material. Como
señalamos ya, el hombre y la sociedad no se pueden definir simplemente desde un conjunto de
ideas, sino verdaderamente desde la forma como reproducen materialmente sus condiciones de
vida. Esto significa que una época, e incluso una sociedad específica, se caracteriza por la forma
como resuelven sus necesidades materiales, pues el ser humano es eminentemente material. En
esa dirección, las relaciones que las personas entablan entre sí se determinan en vista de la
satisfacción de sus necesidades básicas: alimentarse, vestirse, producir, vender, etc. Sin
embargo las relaciones materiales entre los seres humanos no son tan simples; se han
transformado a lo largo de la historia haciéndose cada vez más complejas.

Bajo esos supuestos Marx elabora una lectura de la historia de la humanidad a través de
diferentes estadios o fases, señala específicamente cómo se origina la propiedad privada como
el gran conflicto social en la historia, el que engendrará la lucha de clases. Para Marx una clase
es un grupo de individuos que comparten la misma forma de reproducción de la materia, a la
vez que comparte la misma ideología. Luego, es absolutamente relevante para Marx entender la
historia de la humanidad como una lucha de clases en pro de la explotación de la materia, y ahí
precisamente reside papel de la propiedad privada como centro del conflicto histórico. Por
propiedad privada, en la terminología de la época de Marx, por el propio Marx y los marxistas

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de hoy, no hacemos alusión a los bienes simples de una persona, sino a la propiedad de bienes
productivos o de los bienes que producen un beneficio para el propietario, tales como
propiedad de las empresas, propiedad de las acciones, propiedad de la tierra y, en el caso de la
sociedad esclavista, la propiedad de esclavos, ya que los esclavos trabajaban la tierra, las minas
y otros medios de producción de los medios materiales de existencia. Sin embargo no nos
interesa en este momento, en vista de nuestro objetivo, la crítica que Marx elabora de la
propiedad privada. Resulta más significativa para nosotros la dialéctica histórica que establece
en torno a la lucha de clases en pro de la explotación de la materia.

Observemos en el siguiente cuadro cómo se hacen explícitos distintos rasgos de la explotación


de la materia a lo largo de la historia de la humanidad, y cómo esto correspondía también a una
suerte de ideología o ideologías de la clase dominante de la época específica.

Fases históricas de la explotación material5

5
Recuperado de: http://1.bp.blogspot.com/-
lLNyPYSDBnQ/T2ff4w5BufI/AAAAAAAAAdQ/h7pRsYjd3Pk/s1600/Sociedades+y+rasgos+morales.jpg
Consultada el 26 de octubre de 2012.

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Ahora bien, hemos hecho uso del concepto de dialéctica para hablar de la historia en Marx,
pero ¿qué quiere decir este concepto? Entendemos por dialéctica fundamentalmente cambio. Sí,
la historia es esencialmente cambio, pero lo significativo es que Marx señala una lógica
materialista para esa dialéctica de tal manera que le es posible describir cómo se van dando los
cambios en la historia de la humanidad. Si para Marx lo característico de cada época son las
condiciones materiales de reproducción, así como las relaciones materiales de producción, el
cambio de estadio se dará una vez se engendré una contradicción entre las condiciones
materiales existentes y las relaciones materiales que le corresponden.

Entendemos por condiciones materiales de producción la forma peculiar que en una época
específica explota la naturaleza para resolver las necesidades materiales que tiene. Por ejemplo,
es característico de esta época el que nuestra economía esté fundamentalmente orientada a la
explotación del mercado financiero, así como en el pasado se dedicó fundamentalmente a la
extracción de bienes naturales, fundamentalmente la tierra. Luego, las condiciones materiales
de reproducción son las que caracterizan a cada época de manera única y la diferencian de las
demás. Podríamos señalar que a lo largo de la historia de la humanidad las distintas sociedades
han avanzado por distintas fases de explotación de la naturaleza, por distintas condiciones
materiales de producción: la explotación de la tierra, la revolución industrial, la revolución de las
fábricas, el comercio internacional, el mercado financiero, etc.

Por otra parte, las relaciones materiales de producción son la clase de relaciones que establecen
los seres humanos entre sí en vista de la reproducción de sus condiciones materiales de vida. Es
decir, si en el pasado en el mundo feudal las condiciones materiales estaban siendo dominadas
por la posesión de la tierra o el feudo, a estas condiciones materiales les corresponderá un
estado particular de relaciones entre los hombres. Es decir, el hombre que tiene una posición
dominante respecto a las condiciones materiales de reproducción será el que domine a la vez
las relaciones sociales. En ese sentido es evidente que la estructuración jerárquica de la
sociedad en el mundo feudal se daba gracias a posesión de la tierra por parte de pocos y su
explotación por parte de los campesinos. De igual manera la sociedad ha atravesado por
distintas formas en las que ha organizado sus relaciones sociales en vista de la producción:
desde las jerarquías señoriales del mundo medieval, hasta las modernas relaciones laborales
fundadas entre los trabajadores y los dueños de las empresas.

Ahora bien, teniendo en cuenta los conceptos de condiciones materiales de producción, así
como de relaciones materiales de producción, Marx concibe una dialéctica histórica, una ley del
cambio histórico, absolutamente significativa. Inspirado en Hegel, pero desde una perspectiva
materialista, concibe que cada estadio de la historia de la humanidad engendrará su propia
contradicción abriendo el camino para otro estadio distinto. Hegel había señalado que cada
manifestación de la Razón en la historia engendraba su propia contradicción, que implicaba una
negación de lo afirmado. En términos de Hegel, la manifestación de la razón en la historia sería
algo así como la tesis, que al poseer en sí misma una contradicción, antítesis, engendrará una
síntesis, o nuevo estadio de la razón. Desde esa misma lógica, pero situado al interior del

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materialismo, Marx criticó el sentido ideal de la dialéctica de Hegel y la reconstruyó a partir de
sus conceptos materialistas. Entonces para Marx son las relaciones de producción y de cambio
en las formas de producción, es decir, las relaciones económicas, las que determinan
dialécticamente el curso de la historia, o sea cambió el desarrollo de la idea o de la razón en
Hegel por la lógica del mundo materialista y económico.

La sociedad según Marx

El marxismo sostiene que la historia es consecuencia del desarrollo dialéctico de la


infraestructura económico-social, causa de los hechos y motor de la evolución de la humanidad.
Las relaciones económicas, o condiciones materiales de producción, dan origen a las clases
sociales, o relaciones materiales de producción. Como señalamos ya, los hombres se relacionan
conforme a la manera como reproducen sus condiciones materiales de vida.

Luego, lo que se evidencia en el curso del desarrollo de la historia es que las fuerzas productivas
de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes, y esas
relaciones se convierten en trabas de las relaciones productivas.

Observemos un ejemplo. Marx señala cómo en el mundo feudal las relaciones de producción
son eminentemente dominantes por parte de la clase social que es dueña de la tierra, o el feudo.
No obstante, si comienzan a transformarse las condiciones materiales de producción una vez
aparecen en la historia los burgueses, los comerciantes, necesariamente la clase dominante
anterior, los señores feudales, entran en contradicción con la clase social que ahora domina el
comercio. El poder que detentaban en el pasado los señores feudales es retado por la nueva
clase social emergente que ahora lidera la nueva forma de producción en la sociedad, el
comercio. Para Marx, entonces, una vez se da esta contradicción entre las condiciones
materiales de producción y las relaciones de producción entre los hombres, se da inicio a una
era de revolución social que transformará por completo a la sociedad.

12 [ POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO ]
La historia de la humanidad es entonces una historia forjada a partir de la lucha entre clases
antagónicas que corresponden a distintas formas de reproducción de la materia. Estos
conflictos entre clases generarán lo que en terminología de Marx se llamará una revolución, o
mejor aún, un evento fundamental en la historia mundial que dará termino a una forma en
particular en que los hombres se relacionan y explotan la materia para dar inicio a otra
consecutiva u diferente.

Para concluir este breve excurso en torno a Marx basta que señalemos un par de ideas más. El
Materialismo histórico desarrollado por Marx revolucionó a las Ciencias Sociales por completo,
pues no sólo las dotó de un estatuto científico sino que a la vez les dio un significado político
que les permitía intervenir en la sociedad con una voz elocuente. Es irrefutable esa idea
marxista de que los hombres son seres materiales, y en ese sentido su vida en sociedad debe ser
comprendida desde la reproducción de su vida material. Hoy en día el comunismo, como
propuesta política de Marx, es objeto del pasado e irrealizable en el mundo, pero el
Materialismo histórico sigue siendo vigente dentro de las ciencias sociales. Por eso no es
extraño encontrar que hoy en día muchos teóricos de las ciencias sociales sigan trabajando a
partir de conceptos marxistas para poder comprender las distintas sociedades así como los
cambios que estas padecen. En ese sentido, a pesar de que en América Latina tenemos cierta
aversión a las propuestas teóricas marxistas, pues en las últimas décadas se desencadenaron
procesos de violencia inspirados por movimientos armados que se hacían llamar marxistas, en
el mundo entero el marxismo goza de respeto en el ámbito de las ciencias sociales, y los
teóricos más importantes de la actualidad respetan sus aportes a la comprensión del hombre y
de la sociedad.

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