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Basada en la Alteridad
Karina P. Canchila1
Any E. Barragán1
Jency M. Herrera1
Octavio E. Candamil1
Angela I. Zuluaga1
De La Alteridad
Por la esencia de la tesis, se propone ir en contra del uso de la teoría como “forma de
control social” yendo más allá de la exposición de ideas correctas que parten del a priori
academicista. Por esto es necesario realizar un proceso de teorización que permita que
confluyan varios discursos y saberes, en una dinámica dialógica para la reconstrucción del
conocimiento.
De ahí que sea preciso estructurar los enfoques teóricos de las prácticas pedagógicas,
categorías de estudio: (a) prácticas pedagógicas, (b) humanismo y escuela, (c) prácticas
en la alteridad.
PRÁCTICAS PEDAGÓGICAS HUMANIZANTES Y ALTERIDAD 3
la postura dualista que divide la teoría y a la práctica como acciones antagónicas. De esta
manera, se rompe con la dicotomía en la cual se concibe a la práctica como una aplicación
principio que la teoría en sí es una práctica. (Martínez-Boom, 2009). Partiendo de esta visión
sucesos que, para el caso propio de las prácticas pedagógicas, se relaciona históricamente
Por otra parte Duque, Vallejo y Rodríguez (2013) en su tesis de maestría afirman que: “Las
prácticas pedagógicas son las variadas acciones que el docente ejecuta para permitir el
proceso de formación integral en el estudiante, el docente debe ejecutar acciones tales como:
enseñar, comunicar, socializar experiencias, reflexionar desde la cotidianidad, evaluar los
procesos cognitivos y aún, el relacionarse con la comunidad educativa… La función del
docente, no es solo dar clase y brindar información teórica, también debe desarrollar el acto
mismo de dedicar conocimiento con toda la pedagogía que requiere para la construcción de
nuevos saberes que resignifiquen la realidad del estudiante.” Pág. 17,… “son para los
docentes todas las herramientas y estrategias que utilizan para la orientación de las clases, en
donde los principales principios pedagógicos que promueven los docentes se fundamentan
en el respeto, la equidad, La responsabilidad, lealtad, ética y comunicación.” Pág. 20.
Otro aporte a este concepto lo realiza Avalos (2002) cuando afirma que las prácticas
pedagógicas se concibe como: “el eje que articula todas las actividades curriculares de la
formación docente, de la teoría y de la práctica”, en la cual, se aplica todo tipo de acciones
como organizar la clase, preparar materiales, poner a disposición de los estudiantes recursos
para el aprendizaje que den respuesta a las situaciones que surgen dentro y fuera del aula.”
Pág. 109.
En el diseño de las practicas pedagógicas los docentes deben identificar y tener en cuenta los
diferentes “estilos de aprendizaje” que puedan evidenciar sus estudiantes, al respecto Alonso,
Gallego y Honey (2016) definen los estilos de aprendizaje como los “rasgos cognitivos,
afectivos y fisiológicos que sirven como indicadores, relativamente estables de cómo los
estudiantes perciben, interactúan y responden a sus ambientes de aprendizaje”. Identifica
cuatro estilos así:
Activo. Toma mucha información, capta novedades, busca e indaga
Reflexivo: acumula y analiza mucha información, investiga y comprueba
Teórico: sintetiza y estructura la información, contrasta y analiza
Practico: aplica la información a situaciones reales o simuladas.
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En este aspecto Zabalza (2012) refiere que: “Hemos dejado así el modernismo y sus
principios generales, para entrar en plena fluidez postmodernista apoyada en un marco
doctrinal y técnico en el que acaban cobrando protagonismo otro tipo de criterios más
circunstanciales: el aprendizaje alineado, la calidad vinculada al contexto, la territorialización
curricular, las buenas prácticas… la aparición del interés por las buenas prácticas no resulta
irrelevante ni azaroso. El salto de los enfoques centrados en la calidad en términos absolutos
a otros basado en la identificación y visibilización de buenas prácticas ha supuesto un
importante cambio de orientación en la aproximación a las estrategias de mejora de la
docencia.” Pág. 2.
Continua Zabalza diciendo que “El enfoque de las buenas prácticas nos sitúa, por tanto, a
medio camino entre los planteamientos normativos convencionales (señalar el “deber ser”
de los procesos, exigir el cumplimiento de normas o estándares vigentes, plantear el hacer
las cosas con base a principios o protocolos establecidos de antemano a partir de principios
o teorías consolidadas) y los modos de hacer más artísticos y situacionales (la forma como
profesionales competentes reinterpretan la doctrina o reconstruyen su propia experiencia
tomando en consideración los condicionantes de la situación)…se deben tomar en
consideración aquellos rasgos o indicadores de calidad que permiten un acceso más fácil y
análisis a través de la observación y medición en aula. Agrega que “Hablar de calidad de
vida en términos absolutos (calidad verdadera) nos llevaría a terrenos y consideraciones
abstractas y difícilmente contrastables, por eso debemos reducir esa consideración a
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elementos más tangibles y codificables (la calidad sustitutiva)… la primera condición para
trabajar sobre buenas prácticas es que éstas existan. Si algo distingue los discursos sobre las
“buenas prácticas”, de otros más abstractos o desiderativos es que, en este caso, se habla de
cosas que son, que se están haciendo, que han funcionado bien. Un segundo propósito del
enfoque basado en las buenas prácticas es la necesidad de hacerlas visibles… Las buenas
cosas deben conocerse. De ahí que el trabajo pedagógico con buenas prácticas” se sitúa en
esa línea estratégica de identificación, análisis, representación y visibilización de buenas
prácticas en los diferentes niveles del Sistema Educativo.” Pág. 3.
Propender por una escuela de la alteridad pasa indiscutiblemente por mejorar las prácticas
pedagógicas que deben potencializar del desarrollo humano, permitir la socialización entre
pares, promulgar el respeto, la igualdad, deben ser espacios amigables de construcción
colectiva, donde el que tenga la razón, no siempre sea el docente, de tal forma que signifique
una realidad agradable para el estudiante y no un espacio donde los estudiantes se
“distancien” o vivan en un lugar de indiferencia y exclusión. Esto nos lleva a la siguiente
categoría de nuestra investigación que es “Humanismo y escuela”
Humanismo y Escuela
tipo de hacer educación, por lo que para esta investigación de acuerdo con Ortega (2016):
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“La educación es, en su raíz, un acto de amor, porque sin amor el educador sólo se
Así pues, es importante reconocer que en el mundo hay personas que buscan crear un
lugar mejor, pertenecientes a diferentes culturas y formas de pensar, una educación que se
preocupe por tener en cuenta las particularidades de sus estudiantes podrá motivar en ellos la
valiosos pero más valioso debe ser la preparación para la vida misma, preparación para un
ser humano integral que busque la trasformación del mundo en uno más justo
huella que le permita reclamar y exigir sus derechos; que, además, se sienta seguro de sus
de educar para ser persona, en donde las experiencias tengan un sentido ético y social que
prepare para la vida y en ella para el saber y el ser. En consecuencia, Sanz & Serrano (2017)
mencionan que:
“La pregunta que se suscita ahora es: para qué y, lo más importante, cómo. La
humanas. Capacidades que hagan ser pleno al ser humano. Un ser humano en potencia
que es ese niño que está en el aula. Sin embargo, a la segunda pregunta es más difícil
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(p.178).
Se puede afirmar entonces, que la labor de los docentes es una de las más importantes
para la sociedad, puesto que éste requiere involucrar en sus prácticas la preocupación por lo
construcción del conocimiento sea pensada para todos y no para unos pocos.
Antropología Pedagógica
educandus (Barrio, 2004). De esta manera, se puede percibir cómo la acción educativa
llevada a cabo desde los mismos griegos, supone una determinada concepción pedagógica en
su quehacer.
tradición alcanzó su mayor auge en Alemania y en Estados Unidos, en donde tomó dos
educación, de origen germano, la cual toma interés por una óptica universal del hombre como
ser educable y educando y (b) la Antropología cultural de origen anglosajón, que se interesa
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por las formas en que cada comunidad transmite la cultura de generación en generación.
necesidad del hombre por educarse, siempre y cuando este último sea concebido como animal
humano, el cual siempre esta carente y en desventaja frete a otras especies, lo que lo obliga,
educación, la cultura.
Para Bernal la pedagogía antropológica, coincide, junto con otras antropologías educativas,
en las preguntas acerca de qué es el ser humano educable y a su vez el qué y el cómo de la
educación (2006). Así pues, dicha disciplina debe, abordar la educabilidad y sus realidades
con categorías de carácter universal, las cuales den cabida a los aspectos particulares, que
Referencias
pedagogica.html
y Educadore, 149-167.
Bouché, H., Fermosos, P., & Larrosa, J. (1995). La antropología de la educación como
Santander, 1-25.