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Artículos Papeles del Psicólogo, 2013. Vol. 34(1), pp.

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http://www.papelesdelpsicologo.es

DE LOS “HIJOS DEL CORAZÓN” A LOS “NIÑOS ABANDONADOS”:


CONSTRUCCIÓN DE “LOS ORÍGENES” EN LA ADOPCIÓN EN ESPAÑA
Beatriz San Román Sobrino
Universitat Autònoma de Barcelona/Grupo de Investigación AFIN

Los discursos sobre la adopción constituyen, para las familias adoptivas y las personas adoptadas, un repertorio que las interpela y
en relación con el cual negocian el significado de la adopción en sus trayectorias vitales e identidades. A partir de los resultados de
una investigación etnográfica sobre los discursos de las familias adoptivas, las personas adoptadas y los profesionales que con ellas
intervienen, se analiza cómo se ha construido la noción de “los orígenes” en la adopción en España, desde el silenciamiento hasta
la penetración de un discurso que considera al “abandono” como insoslayable en la trayectoria vital de toda persona adoptada y
cuáles han sido sus implicaciones.
Palabras clave: Adopción, Orígenes, Pérdida, Abandono.

For adoptive families and adoptees, discourse on adoption raises a range of questions for discussion in relation to which they negoti-
ate the meaning of the adoption in their life trajectories and identities. Based on the results of an ethnographic research study on the
speech of adoptive families, adoptees and adoption practitioners, this article examines how the notion of the “origins” of adoption
has been built in Spain, from their concealment to the propagation of the discourse that considers “abandonment” as an inescapable
fact in the adoptees’ lives. Finally, the implications of the latter are discussed.
Key words: Adoption, Origins, Loss, Abandonment.

n España, como en otras sociedades que siguen “biológica”) a otra (la adoptiva). A este tránsito, así como
E el modelo del parentesco euro-norteamericano,
encontramos actualmente una gran diversidad de
a la familia de nacimiento y a lo acontecido antes de la
adopción, hace referencia la noción de “los orígenes”.
formas familiares y modos de constituirse en familia. La Como recuerda Palacios (2009), no hace tanto era una
anticoncepción y las nuevas tecnologías reproductivas práctica común entre las y los profesionales de la adop-
han permitido una planificación de la reproducción y la ción ocultar a las familias adoptivas información sobre la
aparición de nuevos discursos sobre la misma: ser ma- etapa preadoptiva de sus hijos e hijas por temor a su es-
dre o padre ya no depende de una relación sexual hete- tigmatización o a levantar temores entre quienes adopta-
rosexual sino del “deseo” de serlo. En este sentido, tanto ban. Sin embargo, actualmente existe un cierto consenso
la adopción como las técnicas de reproducción asistida en torno al derecho de las personas adoptadas a cono-
(TRA) con donación de material genético ponen en cues- cer su historia, lo que se ha reflejado en el reconocimien-
tión la necesidad de una relación biogenética para el es- to legal de su derecho a la información que sobre este
tablecimiento de vínculos de filiación. No obstante, como tema obre en poder de las entidades públicas (ver artícu-
señaló Modell (1994) para las adopciones en el contexto
lo 12 de la Ley de Adopción Internacional de 2007).
norteamericano, estas nuevas formas de parentesco se
En lo que se refiere a la “revelación” –la comunicación
construyen en relación al patrón marcado por el paren-
de la condición de adoptado–, hay datos que muestran
tesco biológico, ya sea para cuestionarlo o para desa-
un notable avance. Si en 1996 un 50% de las niñas y ni-
rrollar estrategias que los igualen.
ños adoptados en Andalucía desconocían serlo (Pala-
A diferencia de lo que ocurre con las TRA (excepción he-
cios, Sánchez-Sandoval y Sánchez, 1996), diez años
cha de la gestación subrogada), en la adopción no solo se
después esa cifra era del 5% (Palacios, Sánchez-Sando-
adoptan niños y niñas producidos por otros cuerpos (Ho-
well, 2003), sino que estos, tras su nacimiento, pasan tanto val y León, 2005). No obstante, investigaciones recientes
simbólica como físicamente de una familia (la denominada señalan que hablar de la adopción no equivale a hablar
de “los orígenes”, debido a la singular dificultad –fami-
Correspondencia: Beatriz San Román Sobrino. Departamento de
liar y social– para incluir a los padres –y en particular a
Psicología Social de la Universitat Autònoma de Barcelona/ las madres– de nacimiento en esos relatos (Marre,
Grupo de Investigación AFIN. Carrencà, 5. 08017 Barcelona. 2009), así como para hablar de lo ocurrido antes de la
España. E-mail: beatrizsroman@gmail.com misma (Berástegui y Jódar, en prensa).

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BEATRIZ SAN ROMÁN SOBRINO Artículos

Jociles y Charro (2008) han señalado la influencia de la rasa (Howell y Marre, 2006), entiende que la adop-
los discursos de las y los profesionales de la psicología y ción no es un punto y aparte en las trayectorias vitales
el trabajo social encargados de la formación y evalua- de las personas adoptadas porque las “secuelas del
ción de quienes desean adoptar transnacionalmente en abandono” siguen presentes en su vida y afectan su per-
la construcción de los roles parentales de las familias sonalidad y su relación con los otros y el mundo.
adoptivas. Dichos discursos insisten en diferenciar la pa- Aunque se enuncien como consecuencias naturales de
rentalidad biológica de la adoptiva, señalando –entre no poder crecer en el seno de la familia en la que se ha
otros aspectos– que los futuros padres y madres deberán nacido, la “pérdida” y el “abandono” son construccio-
“valorar y respetar los orígenes del menor y facilitar que nes psicosociales y socioculturales. No cabe en este es-
pueda desarrollar un sentimiento de orgullo hacia su pacio una exposición exhaustiva de ejemplos en este
procedencia e identidad” (2008, p. 118). Sin embargo, sentido (ver Bowie, 2004; Carroll, 1970; Marre, 2010)
al no explicitar qué se entiende por “orígenes”, qué as- aunque sí mencionar que, en muchas culturas, no son las
pectos de los mismos deben ser comunicados ni cuáles relaciones biológicas las que construyen parentesco, por
son las razones para sentir orgullo sobre su proceden- lo que el hecho de que procreación y crianza no coinci-
cia, “los orígenes” se transforman en una categoría va- dan en las mismas personas no constituye en ellas un es-
cía de contenido que, en el caso de las adopciones tigma ni una desgracia sino, en muchos casos, lo
transnacionales, tiende a interpretarse como la cultura contrario. Se trata de una constatación que, si bien no
(del país de origen) que se supone que los niños y niñas elimina el malestar derivado de las posibles “pérdidas”
traen consigo, aun cuando hayan llegado a España a de la adopción en nuestra cultura, sí sugiere la necesi-
edades muy tempranas, es decir, de manera casi genéti- dad de reflexionar sobre cómo se construye discursiva-
ca o biológica (Marre, 2007). mente el paso de una familia a otra y las posibles
La psicología discursiva que orienta este artículo y la “pérdidas” derivadas.
investigación que lo sustenta ha señalado el papel Este artículo se basa en datos recogidos durante cuatro
esencial del discurso –entendiendo como tal el sistema años de observación participante en el colectivo de fami-
de enunciados que construyen un objeto (Parker, lias adoptantes españolas (diez años si se tiene en cuen-
1992)– en la constitución de los sujetos sociales –las ta que, durante los seis años previos al inicio de este
subjetividades y sus identidades asociadas– y en el es- estudio, la autora participó activamente en el colectivo
tablecimiento y estabilización de las relaciones de po- de familias adoptantes y en el movimiento asociativo que
der por parte de los grupos dominantes. “Las de él emergió, y recogió información para la elabora-
descripciones y los relatos construyen el mundo o, por ción de dos libros relacionados con la adopción), en la
lo menos, versiones del mundo” (Potter, 1998, p. 130) participación en treinta y dos jornadas y cursos formati-
que compiten entre sí para construir la verdad, en rela- vos para familias y profesionales sobre la integración
ción con las cuales las personas negocian sus identida- social y familiar de las personas adoptadas, en textos
des (Hall, 2008). Los discursos sobre las familias escritos por psicólogos y psicólogas especializados en
ampliadas o formadas a través de la adopción consti- adopción y en diez entrevistas en profundidad a perso-
tuyen para los padres y madres adoptivos y sus hijos e nas adoptadas y cuatro a profesionales y técnicos de
hijas un repertorio que los interpela, y en relación con base psicológica del área de la postadopción y/o la
el cual negocian el significado de la adopción en sus protección de la infancia en general.
biografías y sus identidades. Mi condición de madre adoptiva y miembro activo del
El propósito de este artículo es analizar los discursos movimiento asociativo de familias adoptivas, en el que
hegemónicos –en términos de su aceptación y reproduc- tengo relaciones personales y virtuales desde hace más
ción por parte de las familias adoptivas y de las perso- de una década, facilitó mi trabajo de campo, mi perma-
nas adoptadas– sobre el paso de una familia a otra en nencia en el mismo, así como el acceso a determinada
la adopción en España y su evolución, desde el silencia- información. Sin embargo, también ha requerido de un
miento inicial a la concepción del mismo como una “pér- ejercicio constante de reflexividad, con especial atención
dida” o un “abandono” con consecuencias emocionales a equilibrar las nociones de empatía y extrañamiento
inevitables para las personas adoptadas. Esta última para evitar que mi experiencia e ideas previas condicio-
concepción, a diferencia de la hegemónica precedente naran la recogida e interpretación de datos. La relectura
que partía de la idea del niño adoptado como una tabu- crítica del diario y los textos sobre adopción que escribí

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LOS “NIÑOS ABANDONADOS”

durante el período de tramitación y los primeros años de ministración declara “aptas” a las familias solicitantes y
maternidad adoptiva, así como la discusión de resulta- las autoriza a seguir adelante con el proceso– y la cul-
dos preliminares de investigación en encuentros formales minación de la adopción) eran percibidos como un lar-
e informales con otras investigadoras, con miembros de go camino ralentizado por las trabas burocráticas que
la comunidad adoptiva y con profesionales de la psico- impedían reunirse con el futuro hijo o hija. Howell y
logía del área de la adopción, han sido de singular utili- Marre (2006) analizaron los paralelismos entre los
dad. Pertenecer y trabajar en un equipo multidisciplinar procesos de adopción y los de procreación ‘natural’,
fue fundamental para orientar y reorientar el análisis a sugiriendo que la etapa de “embarazo” se iniciaba
partir de los comentarios críticos y las aportaciones de cuando los futuros padres y madres adoptivos recibían
sus integrantes. la aprobación por parte de la Administración, mientras
que el “nacimiento” se producía con la asignación de
Del tabú de la adopción a los “hijos del corazón” un niño o niña concretos y culminaba en el momento
(2000-2008) en que estos se encontraban con sus familias adopti-
“(…) tienen unos padres que los engendraron en el vas. En las narraciones de quienes adoptan, la mater-
corazón y no en la barriga (…) son nuestros nidad y paternidad biológicas son el referente –y
hijos del corazón”. modelo– constante e ineludible, manifiesto en el uso de
De la página web de la asociación Adopchina metáforas y comparaciones que ligan ambos procesos.
(http://www.adopchina.org/quienes.html) Así, por ejemplo, una madre adoptiva que acababa de
recibir la primera foto del que sería su hijo describía su
Hasta finales del siglo XX la adopción era, en España, emoción en una lista de distribución en internet escri-
la última oportunidad para quienes no podían procrear biendo “esto es como ver la primera ecografía”; otra,
(Berástegui, 2010a), un hecho vergonzante que se con- en un mensaje en el que respondía a una mujer que al
vertía en un tabú rodeado de secretismo y ocultamiento fin tenía fecha para viajar a buscar a su hijo, comenta-
(García Villaluenga y Linacero de la Fuente, 2006). Sin ba jocosamente “¡se te ha puesto cara de parturienta!”.
embargo, el desarrollo de la adopción transnacional y la A menudo, para referirse al proceso de adopción, se
mayor visibilidad de la adopción que conllevó produje- utilizaban expresiones como “embarazo burocrático” o
ron cambios sustanciales en el modo en que la afrontan “embarazo de elefanta” (por su duración).
quienes adoptan. En esos discursos los niños estaban presentes en tanto
La aparición, hace poco más de una década, de las que objetivo, la meta al final del camino. Tanto en las fa-
primeras asociaciones de las autodenominadas “familias milias como en los medios de comunicación los discursos
adoptantes” y de numerosos foros de Internet en los que se centraban, como señaló Howell (2006), en el proyec-
se reunían para compartir información y experiencias y to –adulto– parental. Los niños aparecían como los “hi-
organizar encuentros periódicos fueron síntomas claros jos más deseados” (Cernuda y Sáenz-Diez, 1999), que
del cambio de tendencia (para un análisis del nacimien- llegaban a la familia después de un tortuoso camino bu-
to del movimiento asociativo de familias adoptivas ver rocrático que daba cuenta del esfuerzo de la familia y,
Marre, 2004). La decisión de adoptar y el proceso de por tanto, de la magnitud del deseo.
adopción pasaron de ser un asunto íntimo a convertirse Lo ocurrido antes de la adopción quedaba eclipsado
en una experiencia compartida. Internet, con su posibili- por la necesidad de poner en valor la filiación adopti-
dad de contactar con otras personas inmersas en el mis- va, capaz de construir lazos equiparables a los biológi-
mo tipo de proceso manteniendo el anonimato, fue cos. “Adoptar no es hacer una obra de caridad, ni un
utilizado inicialmente como fuente de información sobre acto de solidaridad, adoptar es querer ser padre, que-
los procesos y su tramitación, pero pronto se convirtió en rer ser madre, sin importarte el origen de este hijo” (ci-
un lugar donde compartir experiencias, dudas y senti- ta original en catalán) escribía Mercedes Vilaseca
mientos, y también obtener consejos y opiniones. (2008), presidenta de FADA (la Federación de Asocia-
Los paralelismos con la parentalidad biológica y el ciones por la Adopción). El “deseo de ser padres” era
adultocentrismo de los relatos son las características también para los profesionales encargados de la selec-
más notables de los discursos de esta etapa. El proceso ción y formación de las personas adoptantes la motiva-
y “la espera” (el tiempo que transcurre entre la conse- ción adecuada y correcta para iniciar un proceso de
cución del certificado de idoneidad –por el que la ad- adopción, frente a otras consideradas incorrectas o in-

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suficientes (Jociles y Charro, 2008). En los foros de In- llos que no fueron adoptados y cuya infancia transcu-
ternet sobre adopción, se aconsejaba a quienes inicia- rrió en instituciones (Juffer y Van IJzendoorn, 2005),
ban el proceso que en las entrevistas de los estudios una parte de los niños y niñas adoptadas presentan di-
psicosociales contestasen a las preguntas sobre sus mo- ficultades adaptativas y relacionales (Abrines et al.,
tivaciones para la adopción en este sentido, ya que, 2012; Barcons et al. 2011, 2012). Si bien, buena parte
según se decía, cualquier respuesta que no se refiriera de las familias se muestran encantadas con los progre-
al deseo de “ser padres” podía ser causa de denega- sos de sus hijos durante la primera infancia, con el ini-
ción del certificado de idoneidad. cio de la escolarización obligatoria y la
Así, la expresión “hijos del corazón”, probablemente la preadolescencia y adolescencia, los relatos sobre pro-
que mejor representaba la magnitud del deseo y que sir- blemas en la escuela y trastornos externalizantes se in-
vió de título a uno de los bestsellers sobre el tema (el li- crementan sustancialmente, junto a la hipótesis sobre
bro de Javier Angulo y José A. Reguilón, cuya primera los efectos –negativos– de las vivencias previas a la
edición se publicó en 2001), llegó a convertirse en un lu- adopción sobre las estructuras cognitivas y psicológicas.
gar común. Aparecía profusamente en los relatos de las Un segundo factor que ha contribuido al cambio en
familias adoptivas –“yo a mi hija le digo que no creció los discursos sobre la adopción es la aparición de nue-
en mi barriga, sino un poco más arriba, en mi corazón”, vos actores en la escena postadoptiva: las personas
explicaba una madre adoptiva– y también en numerosos adultas adoptadas y sus asociaciones y las y los profe-
artículos y reportajes en medios de comunicación, como sionales de la postadopción, productores de “nuevas”
la serie documental de ocho capítulos Hijos del Cora- explicaciones sobre lo que significa “ser adoptado”. El
zón, producida por TVE y emitida por primera vez el 12 adjetivo “nuevas” aparece aquí entrecomillado porque,
de noviembre de 2006. como se explicita más adelante, se basan en ideas di-
fundidas en Estados Unidos, el primer país del mundo
De los “hijos del corazón” a los niños “abandonados” en número de adopciones, desde principios de los ‘90.
(2008-…) En cambio, en Francia, uno de los países europeos con
“El niño adoptado es un niño abandonado” la más sostenida tradición en adopciones y donde ha
Del blog de Javier Múgica, psicólogo y terapeuta pervivido la adopción simple (que no requiere de la
de familia ruptura con la familia de nacimiento, sino que a esa
(http://javiermugicaadoptia.blogspot.com/2012/ primera filiación se suma la adoptiva), este tipo de dis-
01/el-nino-adoptado-es-un-nino-abandonado.html) cursos son inusuales en la bibliografía aunque han te-
nido cierta penetración a través de la traducción de la
Si bien los discursos analizados anteriormente no han obra de Verrier (2004).
desaparecido y siguen siendo frecuentes entre quienes En abril de 2008, tuvo lugar en Donostia la jornada
inician un primer proceso de adopción, en los últimos “Postadopción: varias miradas al futuro”, organizada
años, se observan cambios en el modo en que quienes por la asociación de familias adoptantes Anichi y la fe-
han adoptado hablan de la adopción. deración estatal CORA (Coordinadora de Asociaciones
Un primer factor que ha contribuido al cambio son los en Defensa de la Adopción y el Acogimiento), en la
desafíos que ha planteado la inclusión familiar y social que participó como ponente la vicepresidenta de la
de los niños y niñas llegados a España a edades tem- asociación francesa La Voix des Adoptés. Su testimo-
pranas en la época de máximo auge de la adopción nio causó un gran impacto entre los asistentes (mayori-
transnacional. Esta hipótesis es consistente con las in- tariamente familias adoptivas vascas y representantes
vestigaciones sobre la evolución de niñas y niños adop- de asociaciones de adoptantes de diversos puntos del
tados, como las referenciadas en los meta-análisis estado español), que incluso meses más tarde seguían
realizados por Wierzbicki (1993) y Brodzinsky (1993), comentando cómo les había cambiado su visión de la
que señalan que los trastornos adaptativos en este co- adopción. Esta persona, adoptada a los pocos días de
lectivo emergen con mayor claridad en la segunda in- nacer, explicó que su infancia había sido normal, feliz,
fancia (edad escolar) y en la adolescencia. Si bien la salvo por algunos problemas de salud de confuso diag-
adopción se ha revelado como una intervención con nóstico a los que no supo encontrar respuesta hasta la
consecuencias positivas para el desarrollo de los niños y edad adulta, cuando descubrió que sus problemas per-
niñas, especialmente cuando se les compara con aque- sonales se debían a lo que llamó “la herida primaria

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LOS “NIÑOS ABANDONADOS”

del abandono”. Durante buena parte de su interven- Otros autores y autoras norteamericanos que escriben
ción, sostenía en sus manos la traducción francesa de sobre adopción desde la práctica profesional o la inves-
The Primal Wound [La herida primaria] de Nancy Ve- tigación hablan de “sentimiento de pérdida” (Brod-
rrier (que en 2010 sería traducido y publicado en Es- zinsky, Schechter y Henig, 1993; Courtney, 2000;
paña con el título El niño adoptado: comprender la Groza y Rosenberg, 2001; Melina, 1998; Schooler,
herida primaria). Según dijo, ese libro le había cam- 2001) para referirse a las consecuencias de la separa-
biado la vida al permitirle “entender por qué soy cómo ción de la familia de nacimiento, lo que implica una vi-
soy y por qué siento lo que siento”. sión menos determinista. No utilizan el término
Publicado por primera vez en inglés en 1993, el libro de “abandono”, sino “sentimiento/s (o sensación) de aban-
Verrier forma parte de una producción bibliográfica esta- dono”. El “abandono”, entonces, no se presenta como
dounidense de principios de la década de los ‘90 que se- un hecho en sí mismo sobre cuya génesis la persona
ñala que, junto al impacto de las privaciones y carencias adoptada no ha tenido ninguna agencia, sino como un
de la etapa preadoptiva, el paso de una familia a otra sentimiento –feeling– o una sensación –sense– que es
produce secuelas psicológicas que la adopción debe repa- “consecuencia de la pérdida” (Schooler, 2001, p. 57),
rar. Ya en 1990, en el capítulo introductorio al libro The ya sea de la madre tras el nacimiento o, en el caso de
psychology of adoption que reunía diversos trabajos pro- quienes son adoptados con cierta edad, de “todo lo que
venientes de la investigación y la práctica clínica, Brod- les es familiar, de la familia, la cultura, la comunidad”
zinsky había señalado que “en los últimos años, los y las y (Groza y Rosenberg, 2001, p. 10).
las especialistas en adopción han reconocido el rol que En España, el llamado boom de la adopción transna-
juega la pérdida en el ajuste psicológico, incluso de aque- cional, que tuvo su punto álgido en 2004, dio lugar a un
llos niños y niñas a quienes se les ha proporcionado un número creciente de profesionales que trabajan con per-
hogar muy tempranamente” (1990, p. 7). sonas adoptadas y sus familias. Paralelamente, ha apa-
Tres años después, desde su experiencia como madre recido también una creciente producción literaria sobre
adoptiva, y tras la realización de una tesina para un adopción en gran parte escrita por esos profesionales,
máster en psicología clínica para el que entrevistó a en la que lo que Berastegui (2010b, p. 115) define como
personas adoptadas, Verrier apelaba a la “herida pri- “la quiebra de la secuencia temporal del establecimiento
maria del abandono” para argumentar –con referen- de vínculos” aparece con frecuencia construido como
cias a la neurociencia, la teoría del apego y la “abandono” (Miravent y Ricart, 2010; Múgica, 2006 y
“psicología pre- y perinatal” (Verrier, 2010, p. 26)– 2010; Sagarna, 2010; Vilaginés, 2007). Se señala que
que la ruptura del vínculo gestado durante el embara- “el niño ha sufrido de forma real el rechazo de los que le
zo afecta “dramáticamente” las estructuras cerebrales engendraron” (Miravent y Ricart, 2010, p. 307), que su
de las personas adoptadas, aun cuando sean adopta- historia está marcada por un abandono (Sagarna,
das inmediatamente después del nacimiento. Siete 2010) y que, por tanto, la comunicación de “los oríge-
años después, Soll (2000) –psicoterapeuta, hijo adop- nes” “no es un mero dato o información inocente [ya
tado y director y cofundador de Adoption Crossroads, que implica] una auténtica y compleja reconciliación con
una organización internacional que agrupa más de los protagonistas y motivos del abandono vivido” (Múgi-
470 agencias de adopción, instituciones de salud ca, 2006, p. 161).
mental y grupos de apoyo en la búsqueda de oríge- A partir de aquella primera presentación realizada por
nes– adhería a esta idea, añadiendo que la “revela- su vicepresidenta en Donostia en 2008 y durante los dos
ción” –que se produce generalmente durante la años siguientes, las asociaciones españolas de adoptan-
infancia– supone un segundo trauma, al que se suma tes invitaron a la asociación La Voix des Adoptés a im-
un tercero cuando –alrededor de los seis u ocho años partir conferencias en diferentes lugares de España
de edad– la frustración, la rabia, la ansiedad y el due- –entre ellos, Vigo, Segovia, Valladolid, Zaragoza y Pam-
lo que experimentan quienes han sido adoptados se plona–. Si durante sus primeros años estas entidades se
encuentran con mensajes de su entorno que les insti- habían dedicado fundamentalmente a informar y orien-
gan a reprimirlos. En su opinión, el no reconocimiento tar a las familias en los procesos de adopción (“el pape-
de esos sentimientos produce una “muerte psicológica” leo”), paulatinamente fueron destinando más recursos a
(Soll, 2000, p. 27) por represión o desconfianza de actividades, talleres y conferencias sobre parentalidad
los propios sentimientos. adoptiva, a cargo de profesionales de la psicología de

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los servicios públicos y privados de postadopción y de La idea de que “todo niño adoptado es un niño aban-
integrantes de la asociación española La Voz de los donado” que arrastra la “herida del abandono” ha ido
Adoptados, fundada a principios de 2009 y que –a di- ganando espacio hasta casi convertirse en hegemónica
ferencia de su homónima francesa– estaba integrada –en el sentido gramsciano del término–. Un ejemplo de
fundamentalmente por personas que llegaron a sus fami- ello fueron las I Jornadas sobre Adopción y Acogimiento
lias adoptivas a través de la adopción nacional. Los inte- Familiar de Canarias en abril de 2010, en las que parti-
grantes de la Junta Directiva de esta asociación ciparon como ponentes profesionales de distintos ámbi-
asumieron desde el inicio el discurso del “abandono” en tos relacionados con la adopción, personas adoptadas y
las conferencias que impartían. En octubre de 2009, al familias adoptivas o acogedoras. A partir de las tres pri-
coincidir en Gijón con su presidente y vicepresidenta en meras, prácticamente todas las presentaciones se con-
las jornadas La atención de la infancia en tiempos de gratularon de que quienes las precedieron hubieran
crisis, cuando les pregunté de qué trataría su ponencia, hablado del “abandono inherente a toda adopción”.
la respuesta fue rotunda: “De abandono, abandono y Unos meses más tarde, el 24 de septiembre de 2010, el
abandono”. Parlamento Navarro, a instancias de las asociaciones de
También las asociaciones de familias adoptivas fueron familias adoptivas y de personas adoptadas, aprobó
incorporando el “discurso del abandono”, junto a la rei- una enmienda a la Ley Foral 15/2005 de promoción,
vindicación de su papel de “familias terapéuticas” (Az- atención y protección a la infancia y a la adolescencia
cona, 2009; Eguzkika citado por San Román, 2008; por la que reconocía el estatus de “víctimas del abando-
Nuñez, s.f.) y de la necesidad de servicios profesionali- no” para estas últimas. Aunque sin consecuencias prácti-
zados de apoyo postadoptivo. cas, el reconocimiento era una prueba más de la rápida
No obstante, no siempre quienes fueron adoptados/as penetración del “discurso del abandono” en tanto que
se perciben –o construyen– como “abandonados”. En solución al tema de “los orígenes”.
Facebook, donde existe una intensa interacción entre
personas adoptadas –muchas de las cuales están en pro- CONSIDERACIONES FINALES: IMPLICACIONES DEL
ceso de búsqueda de sus “orígenes”–, se produjo un DISCURSO DEL ABANDONO
cierto debate sobre la cuestión. Mientras algunas veían Frente al silencio sobre lo ocurrido antes de la adop-
el abandono como un hecho insoslayable de su biogra- ción que caracterizaba los relatos de las familias
fía, otras señalaban que lo que sentían era más bien una adoptivas hasta hace poco tiempo, la noción de
acuciante curiosidad por tener información sobre su fa- “abandono” supone, cuando menos, el reconocimiento
milia de nacimiento, de manera similar a lo descrito por de la etapa preadoptiva en las trayectorias vitales de
Carsten (2000a) en su trabajo con personas adoptadas las personas adoptadas. Los relatos de vida y entrevis-
en Escocia que se han re-encontrado con sus familiares tas a personas adultas que fueron adoptadas en su in-
biológicos. fancia confirman que el modo en que “los orígenes”
En España, la difusión del “discurso del abandono” han sido tratados (o soslayados) en los relatos familia-
coincidió en el tiempo con el “descubrimiento” de que res suele ser fuente de inquietud y malestar. De una
buena parte de los niños y niñas procedentes de la parte, la escasa o nula información sobre las razones
adopción transnacional no eran huérfanos, como se que llevaron a la separación de la familia de naci-
había creído. La versión española del artículo de E. miento es, con frecuencia, vivida con angustia; de
Graff (2009) “Hijos de la mentira” –“The lie we love” otra, muchas personas adoptadas afirman haber senti-
[La mentira que amamos] en la versión inglesa– causó do una fuerte presión de su entorno familiar y social
una gran conmoción en los foros de Internet sobre que les demandaba un sentimiento de agradecimiento
adopción. Frente a la idea ampliamente extendida de hacia sus familias adoptivas y la obligación de com-
que existía una “crisis mundial de huérfanos” en los pensarlas por “todo lo que han hecho por ti”.
países pobres para los que la adopción era la última En este sentido, el “discurso del abandono” resulta libe-
oportunidad de vivir en familia, su autora ponía sobre rador tanto para las personas adoptadas como para sus
la mesa no solo la existencia de madres (y padres) de familias adoptivas. Para las primeras, porque las recoloca
nacimiento, sino también el hecho de que muchas de –o construye– como víctimas indefensas –por tanto, pasi-
ellas se habían visto –o habían sido– obligadas a re- vas– que arrastran de por vida unas heridas emocionales
nunciar a sus hijos. de las que ni ellas ni sus familias adoptivas son responsa-

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Artículos DE LOS “HIJOS DEL CORAZÓN” A
LOS “NIÑOS ABANDONADOS”

bles. Para las segundas, porque les permite enfrentarse a cuyas consecuencias perduran mucho después de la
las preguntas y dudas sobre la adopción y/o a los posi- adopción–, desde mi punto de vista, se inscribe en lo
bles problemas de sus hijos e hijas como a algo de cuya que Pérez Álvarez (2011, p. 98) ha denominado la “ten-
génesis son totalmente ajenos –en tanto que consecuencia dencia cerebro-céntrica” que invade la psicología y la
inevitable de “sus orígenes”– y ante los que pueden asu- cultura popular. La idea de que la separación de la ma-
mir el papel de rescatadoras o “familias terapéuticas”. dre tras el nacimiento conlleva una serie de secuelas
El lugar en el que este discurso coloca a las familias (que se suponen grabadas en los circuitos cerebrales)
de nacimiento es, en cambio, muy distinto. El uso de un elude el papel crucial de las prácticas discursivas en la
verbo transitivo en su forma pasiva, como en la cita conformación de subjetividades –y en la (re)producción
que encabeza el apartado anterior (“el niño adoptado de estructuras de poder y opresión–, al tiempo que redu-
es un niño abandonado”), remite de inmediato a la ce los malestares y problemas emocionales de las perso-
existencia de un sujeto abandonador. Los progenitores, nas a simples desequilibrios neuroquímicos o defectos en
en particular las madres –que tradicionalmente han los circuitos cerebrales.
permanecido “silentes, invisibilizadas y desconocidas” Desde otra perspectiva, sugiero que, para las personas
(Marre, 2009, p. 99), tanto en la adopción nacional adoptadas, asumirse como víctimas del abandono pue-
como en la transnacional–, cobran así protagonismo de inducirlas a desresponsabilizarse de aquellos aspec-
como “perpetradoras del abandono” y, por ello, cau- tos de sí mismas que desearían fueran de otro modo,
santes de los problemas adaptativos y emocionales – diluyendo su capacidad de agencia. Así se trasluce tan-
“manifestaciones de las secuelas emocionales del to en los discursos de los miembros más activos de la
abandono” (Sagarna, 2010, p. 272)– de las personas asociación La Voz de los Adoptados como en dos de
adoptadas. De este modo, se naturaliza una concep- las entrevistas a personas adoptadas, que mencionaron
ción patriarcal de la maternidad, según la cual el em- espontáneamente el abandono como una clave no ya
barazo (incluso cuando no hubiera sido deseado ni se de su historia, sino de su manera de ser o de sus dificul-
hubiera dispuesto de métodos de planificación familiar tades en las relaciones interpersonales.
para evitarlo) implica la obligatoriedad para la mujer La antropología ha demostrado desde sus inicios, a
de cuidar y amar a la criatura que dará a luz. El uso través de la descripción y análisis de otras culturas, que
generalizado del término “abandono” engloba, como el parentesco en tanto que reconocimiento social de una
un acto de desamparo consciente y voluntario, una va- relación biogenética es una construcción cultural –no
riada casuística en la que las mujeres son muchas ve- natural– (Strathern, 1995) y, por tanto, contingente.
ces objeto de una violencia simbólica (Bourdieu y Asimismo, las familias no-tradicionales y, desde los ’80,
Passeron, 1979), que las lleva primero a parir con in- las técnicas de reproducción asistida –las TRA– cuestio-
dependencia de la existencia o no de un proyecto de nan también la relación entre lazos de sangre y paren-
maternidad, y después a separarse de sus hijos o hijas. tesco desde el interior de nuestra propia cultura
Sin entrar a analizar la diversidad de razones por los (Carsten, 2000b). Si en lugar de definir a las personas
que un niño o una niña son dados en adopción, la re- adoptadas como “víctimas” y de hablar de su experien-
nuncia a un hijo o una hija podría ser también una for- cia como “abandono”, se hablara de “separación” (de
ma de proveerles de los cuidados que necesitan y que, sus primeras familias), tal vez se podría facilitar la re-
por las razones que fuere, la familia de nacimiento no conciliación con “los orígenes”, no solo por parte de las
está en disposición de proporcionar. En el caso de la personas adoptadas, sino también de (y con) las ma-
adopción transnacional, hoy se sabe que, con frecuen- dres –y padres– de nacimiento, a cuyo silenciamiento y
cia, las familias de origen se ven empujadas o forza- estigmatización sigue contribuyendo el “nuevo” discurso
das a entregar a sus descendientes en razón de su de la adopción en España. “Separación”, en tanto tér-
pobreza (Rotabi y Gibbons, 2011; Smolin, 2005). Co- mino neutro que describe un hecho –también– neutro,
mo ha señalado Leinaweaver (2012), al declarar a es- permitiría a las personas adoptadas incorporarlo como
tos últimos abandonados, “el acto de quitar y exportar tal, es decir, como un hecho, en su relato autobiográfico
a los hijos e hijas de los pobres se logra normalizar co- y gestionar los posibles malestares derivados del mismo
mo algo moralmente apropiado y beneficioso”. sin el dolor del rechazo (“¿por qué me abandonaron?”)
La construcción de “los orígenes” como “abandono” –y ni el determinismo que le atribuye capacidad para inci-
la asunción de que este causa un impacto psicológico dir en sus circuitos cerebrales.

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BEATRIZ SAN ROMÁN SOBRINO Artículos

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