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R E V I S T A C U A T R I M E S T R A L

(ORGANO OFICIAL DEL ESTADO MAYOR GENERAL DEL EJERCITO)


T E R C E R C U A T R I M E S T R E

A Ñ O L X X X1 I I 4 3 3 19 8 9

NUESTRA PORTADA

SUMARIO

Pág.

EDITORIAL

—Fuerzas Armadas y de Orden y Democracia


Plena 3

ACTUALIDAD

CONGRESO NACIONAL —La Reforma Constitucional 5


—Aniversario de la Independencia Nacional. 12
—Banco Central autónomo y estabilidad
CONSEJO CONSULTIVO
macroeconomica 16
a. —Jefe del Estado Mayor General del —La política de Chile hacia el Pacífico 27
Ejército: MGL. HUGO SALAS WENZEL. —Visión Geopolítica de Chile en el año
b. —Secretario de Coordinación del Estado 2050 76
Mayor General del Ejército: CRL.
FERNANDO CASTRO MARINCOVIC. —Carretera Longitudinal Austral 90
c. —Secretario de Coordinación de DINE: —El real propósito de la Teología de la
CRL. FERNANDO POLANCO GALLARDO. Liberación 123
d. —Jefe del Depto. de Relaciones Infer- —¿Visión de Estadista o Amenaza? 127
nas del Ejército: CRL. MARIO SCHEI-
HING NAVARRO.
TECNICO PROFESIONAL
e. —Jefe Depto. Relaciones Públicas del
Ejército: TCL. ROBERTO HOTT KRULL.
—Economía de Defensa, Políticas Económicas
f. —Director:
CRL. MARIO SCHEIHING NAVARRO. y Logística Militar 154
—Jefe de Colaboraciones: —¿Hacia un reordenamiento del mapa
CAP. MARIA EUGENIA GOPEL geopolítico de Sudamérica? 160
FISCHER.
—Asesoría Periodística:
—El bien común, el desarrollo y la seguridad
GABRIELA TAPIA MEJIA. nacional 171
2

Pág.

HISTORIA Y GEOGRAFIA MILITAR

—Una pesadilla estratégica 176


—La carta que casi evitó El Asalto y Toma del Morro de A r i c a . . . . . . . . . . . . 188
—Realidades vividas durante los gobiernos comprendidos entre 1964 y 1 9 7 3 . . . 194
—Don Diego Portales 198
—Internacionalismo proletario y lucha de clases internacional (1. a Parte) 204

LITERATURA

—Publicaciones del Cuatrimestre 231


—Ediciones de Revistas Militares 235

N O T A I M P O R T A N T E

Toda correspondencia y el canje relacionado con esta publicación


deben dirigirse a:
Estado Mayor General del Ejército
MEMORIAL DEL EJERCITO
Correo 21
Santiago de Chile

La Dirección

"Los artículos son de responsabilidad de sus autores y no representan necesariamente


el pensamiento del Estado Mayor General del Ejército o la doctrina de la Institución".
Se autoriza la reproducción parcial o total de los artículos de esta Revista. Basta in-
dicar el nombre del autor y citar el nombre de la Revista "Memorial del Ejército de Chile''.
EDITORIAL

FF. AA. Y DE ORDEN Y DEMOCRACIA PLENA

El Gobierno Militar, que encabeza S. E. el Presidente de la República


y Comandante en Jefe del Ejército, Capitán General Augusto Pinochet
ligarte, dejará muchas obras imperecederas a todos los chilenos. Pero,
sin lugar a dudas, la más relevante es la Carta Fundamental de 1980,
apoyada y aprobada, mayoritariamente, por todos los chilenos, me-
diante plebiscito secreto, libre e informado.
Por esta razón, el Primer Magistrado al aludir a este cuerpo legal,
durante su Mensaje del 11 de septiembre del presente año señaló, enfá-
ticamente, que "las Fuerzas Armadas y Fuerzas de Orden de Chile han
reconstruido la auténtica democracia", quebrantada durante los últi-
mos años previos al actual Gobierno, especialmente durante la concer-
tación de la Unidad Popular que lideraba Salvador Allende.
En este sentido es inadmisible que se ponga en duda este objetivo
primordial del Gobierno Militar; porque las Fuerzas Armadas y las
Fuerzas de Orden han cumplido con el pueblo y han restaurado la
democracia plena en estos dieciséis años.
En este lapso "se cumplió una transición política ordenada, y el
equilibrio, la transparencia y la prosperidad que ahora son posibles
—no como una ventura— sino como la auténtica democracia que Chile
se merece", añadió el Jefe del Estado, en su cuenta política y adminis-
trativa al país.
Sin embargo, el Primer Mandatario y las Fuerzas Armadas y las
Fuerzas de Orden han debido enfrentar durante estos años la crítica
implacable de los adversarios del régimen militar, insistiendo en desca-
lificar la obra llevada a cabo, en las áreas política, económica y social;
porque este Gobierno ha realizado su labor teniendo en cuenta el bien
común y los destinos de la Patria. Pero esta idea le ha significado sufrir
incomprensiones y hostilidades e incluso atentados, como el que sufriera
el propio Presidente de la República, el 7 de septiembre de 1986, per-
petrado por elementos de la izquierda marxista.
En la solemne oportunidad, el Primer Mandatario precisó que "la
Carta Fundamental de 1980 constituye la base de todo el edificio cons-
titucional, porque ella está sólidamente fundada en los principios y
valores que identifican el ser nacional y que son los mismos por los que
ofrendaron sus vidas los Padres de la Patria".
"La Constitución —subrayó— es la que contiene el itinerario insti-
tucional que hoy nos ha colocado a pasos de una auténtica democracia,
que las Fuerzas Armadas y de Orden hemos respetado y cumplido ínte-
gramente".
En el caso de ser mancillada esta magna labor del Gobierno Militar,
S. E. el Presidente de la República y Comandante en Jefe del Ejército
expresó, enfáticamente: "Las Fuerzas Armadas y Fuerzas de Orden no
permitirán que, nuevamente, se pretenda desfigurar nuestra identidad
y someter nuestra soberanía a cualquier designio ideológico extraño a
nuestro ser nacional. ¡Quienes lo postulan —advirtió— deben recibir el
pleno rechazo a sus hipocresías y falacias!".
LA REFORMA CONSTITUCIONAL
MARISOL PEÑA TORRES
Abogado

arl Loewenstein, uno de los más importantes estudiosos de la teo-


K ría de la Constitución, ha denunciado el hecho que las Cartas Fun-
damentales han pasado a constituirse en elementos extraños o, al
menos ajenos, a los intereses de la mayoría de los habitantes del Esta-
do moderno.
Este fenómeno se debe, según es fácil de constatar, a que las lla-
madas "cuestiones materiales", es decir aquellas que inciden en una bue-
na educación, en mejores posibilidades de vivienda, en el acceso a un
empleo digno o en un sistema eficiente de salud, ocupan un sitio prefe-
rente dentro de las preocupaciones de las personas.
Por otra parte, cabe destacar la constante admiración que suelen
despertar los mecanismos de democracia semidirecta, en que el referén-
dum o consulta directa al electorado sobre temas determinados consti-
tuye un buen instrumento para legitimar las decisiones que la autoridad
va adoptando.
Cuando esas consultas inciden, no obstante, en la Carta Fundamen-
tal, se corre el riesgo de enfrentar la apatía ciudadana, toda vez que ta-
les iniciativas aparecen como un problema que compete, exclusivamente,
a las elites políticas o que revisten un carácter eminentemente técnico
que escapa a la comprensión de la ciudadanía.
Pese a lo expresado, no puede negarse que la consulta directa al
electorado, en el evento de efectuarse una reforma constitucional, refuer-
za la importancia de la Carta Fundamental, contribuyendo a dar mayor
legitimidad a sus disposiciones.
Al margen del procedimiento por el cual se efectúa una modifica-
ción a la Carta Fundamental, es conveniente recordar la importancia que
tiene la reforma constitucional desde un punto de vista sustancial.
En efecto, la reforma de la Constitución Política representa la vía
a través de la cual se va ajustando el marco básico de las reglas del jue-
go que imperan dentro de una sociedad a la realidad de ésta que es esen-
cialmente cambiante. De lo contrario, se abre el camino para lo que se
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ha denominado el proceso de "desconstitucionalización", esto es, reducir


la Carta Fundamental a un documento de papel sin aplicación real, por-
que se aparta de aquello que la sociedad a la que se supone que debe re-
gir ha llegado a ser. El peligro concreto de la desconstitucionalización ra-
dica en la inestabilidad y eventual anarquía que puede fomentar, debido,
precisamente, a que la supremacía constitucional pierde su sentido, al
tiempo que se torna difuso el necesario equilibrio entre orden y libertad
que la Carta garantiza y que es imprescindible para una convivencia ci-
vilizada.

Así, el sentido último de toda reforma constitucional debe ser el de


recoger el cambio social que, paulatinamente, se va produciendo en la
sociedad y que debe ser reflejado en su Ley Fundamental.

Este sentido es el que ha inspirado el conjunto de reformas consti-


tucionales materializadas en nuestro país, las que se originaron en una
iniciativa del Jefe del Estado y que fueron objeto de consenso por parte
del Gobierno y de los sectores políticos democráticos para, posterior-
mente, ser aprobadas por la Junta de Gobierno y sometidas, finalmente, al
veredicto ciudadano, el 30 de julio del presente año.
Con el fin de comprender el exacto alcance de la reforma efectuada,
parece conveniente analizarla desde el punto de vista de los principios que
ella involucra.
7

En este contexto, debe tenerse presente que el perfeccionamiento de


la Carta Fundamental que motivó el plebiscito de julio consideró los si-,
guientes principios:
1. El ejercicio de la libertad debe traer aparejada la responsabili-
dad por los actos que se ejecutan:
En este sentido, la reforma constitucional garantiza el pluralismo
político. No obstante, declara inconstitucionales a los partidos, movimien-
tos u otras formas de organización cuyos objetivos, actos o conductas no
respeten los principios básicos del régimen democrático y constitucional,
procuren el establecimiento de un sistema totalitario, como asimismo
aquellos que hagan uso de la violencia, la propugnen o inciten a ella co-
mo método de acción política. Esta declaración corresponde al Tribunal
Constitucional.

Esta norma viene a reemplazar el antiguo artículo 8º, manteniendo


el concepto del pluralismo político limitado, pero esta vez dentro del de-
recho de asociación. La redacción que se plebiscitó recogió, por lo demás,
la importante jurisprudencia del Tribunal Constitucional, a lo largo de
estos años iniciales de vigencia de la Carta, en el sentido que la declara-
ción de inconstitucionalidad no persigue sancionar las ideas de las perso-
nas, sino que solamente las conductas objetivas que el constituyente con-
templó. Por lo demás, se rebaja de diez a cinco años el plazo durante
el cual las personas que hubieren tenido participación en los hechos que
motiven la declaración de inconstitucionalidad, quedan afectas a las san-
ciones correspondientes.
Bajo el necesario equilibrio entre ejercicio de la libertad y consecuen-
te responsabilidad, debe insertarse también la modificación constitucio-
nal que redujo la incompatibilidad entre la actividad político-partidista y
la actividad gremial sólo a los cargos directivos superiores que puedan
ejercerse en ambos tipos de entidades. Ello implica que quien aspire a re-
presentar o a actuar a nombre de una entidad gremial debe evitar que
su opción política personal interfiera con el correcto desempeño de fun-
ciones que pertenecen a un ámbito de acción diferente.
2. La madurez cívica que ha adquirido el pueblo chileno lo habilita
para pronunciarse sobre los asuntos que más directamente le interesan:
Reconociendo esta realidad, la reforma constitucional contempló la
posibilidad de que los alcaldes puedan someter a plebiscito de los ha-
bitantes de la respectiva comuna, determinadas materias de administra-
ción local. Con ello se hizo aún más fuerte el contacto que el actual es-
quema de administración interior del Estado ha favorecido entre la au-
toridad y los miembros de la comunidad.
Asimismo, otra de las modificaciones que se sometieron a plebiscito
exigió la necesaria convocatoria a una nueva elección presidencial en el
evento de que el Presidente de la República en ejercicio se encuentre ab-
solutamente imposibilitado de seguir ejerciendo el cargo. El nuevo Pre-
sidente que resulte elegido durará en sus funciones por el período pre-
sidencial normal de ocho años, aplicándose el impedimento general de re-
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eleción que lo afecta. Con ello se asegura la plena legitimidad de origen


del nuevo Presidente que, después de todo, va a ser el primer represen-
tante de la voluntad popular.
3. Los derechos básicos de las personas deben ser preservados en la
mejor forma posible aún bajo la vigencia de las situaciones de excepción
constitucional:
Estas situaciones se originan en la ocurrencia de hechos de extrema
gravedad que facultan a la autoridad para suspender o restringir, en for-
ma transitoria, determinadas garantías o derechos.
La reforma disminuyó considerablemente las medidas que la auto-
ridad puede adoptar durante la vigencia del estado de sitio, que procede
en caso de guerra interna o conmoción interior. En efecto, se eliminó la
posibilidad de expulsar personas del territorio nacional; prohibir su en-
trada y salida del mismo; restringir el ejercicio de los derechos de aso-
ciación y de sindicación e imponer censura a la correspondencia y a las
comunicaciones.
Respecto del estado de emergencia, que procede en casos graves de
alteración del orden público, daño o peligro para la seguridad nacional,
ya sea de origen interno o externo, las facultades que tiene la autoridad
quedaron limitadas únicamente a la posibilidad de restringir el ejercicio
de la libertad de locomoción y del derecho de reunión.
Este refuerzo de los derechos fundamentales se ha visto comple-
mentado con una nueva norma conforme a la cual los recursos de pro-
tección y de amparo son siempre procedentes en los estados de excepción
constitucionales, aún cuando su interposición no suspende los efectos
de las medidas decretadas, sin perjuicio de lo que los tribunales resuel-
van en definitiva.
Al mismo tiempo, y en materia de derechos, debe destacarse la mo-
dificación que eliminó, definitivamente, la posibilidad de que se organi-
cen tribunales contencioso-administrativos, aspiración que no ha podido
concretarse desde la vigencia de la Constitución Política de 1925, por no
haberse dictado la ley que debía organizarlos. En todo caso, la reforma
reconoce lo que ya constituye una práctica arraigada en nuestro ordena-
miento jurídico, en cuanto los tribunales ordinarios de justicia han pa-
sado a conocer, en la práctica, de los conflictos que puedan suscitarse en-
tre los particulares y los órganos de la Administración del Estado.
4. Un eficaz Estado de Derecho exige que se respete la independen-
cia de los órganos del Estado a través de los cuales éste cumple sus fines
y que se perfeccionen los mecanismos de control del poder político:
En esta materia, la reforma constitucional se encargó de precisar
que el Senado, sus comisiones y sus demás órganos, incluidos los comités
parlamentarios, no pueden fiscalizar los actos del gobierno ni de las en-
tidades que de él dependen ni adoptar acuerdos que impliquen fiscaliza-
ción. Con ello quedó claro que tal fiscalización sólo corresponde a la Cá-
mara de Diputados, lo que contribuye a delimitar, adecuadamente, las es-
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feras de acción del Poder Legislativo y del Poder Ejecutivo, cuyo conjun-
to de relaciones constituye el meollo del proceso del poder en el Estado
moderno.
Al mismo tiempo, la reforma aseguró la independencia de las Fuer-
zas Armadas y Carabineros, en lo que se refiere a las materias neta-
mente institucionales que les competen. Así, y con el objeto de evitar que
mayorías parlamentarias ocasionales puedan ejercer algún tipo de pre-
sión política respecto de ellas, por la vía de la legislación, se estableció
que las normas básicas referidas a su carrera profesional, incorporación
a sus plantas, previsión, antigüedad, mando, sucesión de mando y presu-
puesto serán reguladas por una ley orgánica constitucional, cuyo quórum
de modificación es de los 4/7 de los diputados y senadores en ejercicio.
La ley común, en cambio, sólo exige la mayoría de los miembros presen-
tes de cada Cámara para los efectos de su modificación.
Por otra parte, es preciso tener presente que el Consejo de Seguri-
dad Nacional constituye uno de los importantes organismos que, junto al
Tribunal Constitucional y a la Contraloría General de la República tienen,
de acuerdo con lo que establece la Constitución, la trascendente misión
de velar por la estabilidad institucional del país frenando la comisión de
abusos o arbitrariedades por parte de los órganos del Estado.
Acorde con su importancia, la reforma introdujo un octavo miembro
al Consejo de Seguridad Nacional, que es el Contralor General de la Re-
pública. Con ello, este organismo asesor del Jefe del Estado, pasó a te-
ner representantes de los Poderes Legislativo, Judicial y Contralor.
Además, la reforma delimitó la principal atribución de este Conse-
jo y que se refiere a hacer presente a autoridades determinadas —como
son el Presidente de la República, el Congreso Nacional y el Tribunal
Constitucional— su opinión frente a algún hecho, acto o materia que, a
su juicio, atente gravemente contra las bases de la institucionalidad o
pueda comprometer la seguridad nacional. Se eliminó así la amplitud ex-
cesiva que tenía esta atribución en la redacción original y que permitía
"representar" estas situaciones a cualquier autoridad establecida por la
Constitución.
5. La función parlamentaria es la expresión de una legítima voca-
ción de servicio público que debe ser incentivada:
Contrariamente a lo que se ha sostenido, la Constitución Política
dignifica la función parlamentaria por la responsabilidad que involucra.
Por esta razón, la reforma rebajó de 3 a 2 años el plazo de residen-
cia en la región a que pertenezca el distrito o circunscripción correspon-
diente para quienes deseen postular como candidatos a diputados y se-
nadores.
En este mismo sentido, la reforma eliminó la causal de cesación en
el cargo de diputado o senador de quienes hayan propiciado o admitido
a votación mociones o indicaciones que el Tribunal Constitucional decla-
re manifiestamente contrarias a la Constitución.
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Por otro lado, se aumenta el número de senadores elegidos, directa-


mente por la ciudadanía de 26 a 38, para cuyo efecto seis regiones ten-
drán derecho a elegir 4 senadores en lugar de 2, que es la regla gene-
ral. Una norma transitoria de la reforma estableció que, mientras no se
dictase la ley que organice las circunscripciones senatoriales, las regiones
con derecho a elegir 4 senadores cada una son la V, VII, VIII, IX, X y la
Región Metropolitana de Santiago.

6. La Constitución Política debe tener una necesaria estabilidad ba-


jo cualquier gobierno futuro:
Es efectivo que la democracia supone la alternativa en el ejercicio
del poder, sin embargo la posibilidad de que éste sea inspirado por una
concepción del Bien Común distinta a la del Gobierno anterior, no debe
conducir a un cambio de las reglas fundamentales del juego que la misma
sociedad quiso darse para regular su convivencia. Esta práctica sólo fo-
mentaría la inestabilidad, la incertidumbre y, a la larga, el conflicto
social.

En este contexto y, sin llegar a una calificación teórica de la Car-


ta Fundamental, desde el punto de vista de su rigidez o flexibilidad, se
puede sostener que la reforma procura preservar la integridad de la Cons-
titución, al señalar que algunas de las materias que ella regula, reque-
rirán de un quórum especial de los 2/3 de los diputados y senadores en
ejercicio para ser modificadas. La importancia de estas materias (Bases
de la Institucionalidad, Derechos y Deberes Constitucionales, Tribunal
Constitucional, Fuerzas Armadas, de Orden y Seguridad Pública, Conse-
jo de Seguridad Nacional y Reforma de la Constitución) justifica que se
exija un quórum más elevado que el que se aplica, por regla general, en
caso de modificación de la Carta y que es de los 3/5 de los diputados y
senadores en ejercicio.

La reforma de la Constitución Política ha venido, entonces, a per-


feccionar diversas instituciones contempladas en ella, incorporando la ex-
periencia que ha dejado sus primeros años de vigencia, al tiempo que ha
completado los vacíos que también se habían ido haciendo ostensibles en
su regulación.
El gran objetivo perseguido por todos los sectores que han desple-
gado sus esfuerzos para permitir este conjunto de modificaciones es fa-
vorecer el advenimiento de la democracia plena, a partir del 11 de marzo
de 1990, la que, a diferencia de aquélla que, en el pasado, se demostrara
totalmente neutra y carente de valores será, en el futuro, un medio cier-
to para favorecer el desarrollo integral de los chilenos.
Por esta razón, y considerando que, recién en la fecha señalada, en-
trarán en plena aplicación todas las disposiciones de la Carta Fundamen-
tal, la reforma dispuso que, por única vez, el período presidencial que se
inicie el 11 de marzo de 1990 durará sólo 4 años, sin que la persona que
ejerza el cargo durante ese lapso pueda postular a la reelección para el
período que se inicia el 11 de marzo de 1994.
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Finalmente, no puede dejar de reconocerse que el acuerdo produ-


cido en torno a las reformas constitucionales demuestra que en Chile ha
logrado consolidarse la unidad nacional por sobre las legítimas discre-
pancias y diferencias que suscita el enfoque político coyuntural. Ello es
particularmente relevante si se recuerda que, al asumir las Fuerzas Ar-
madas y Carabineros la superior conducción de los destinos del país, el
11 de Septiembre de 1973, éste se encontraba al borde de una guerra fra-
tricida de incalculables consecuencias.
Por otra parte, la abrumadora aprobación de la reforma plebiscita-
ria el 30 de julio pasado ha venido a confirmar, una vez más, cuál es el
marco de las reglas del juego conforme a las cuales la sociedad chilena
quiere regir sus destinos presentes y futuros. Por tanto, cualquier im-
pugnación sobre la legitimidad de la Carta de 1980 ha quedado definiti-
va y radicalmente desvirtuada, dejando paso a un horizonte que es pro-
pio de un Estado libre, democrático y orgulloso de sus propias capaci-
dades.
ANIVERSARIO DE LA
INDEPENDENCIA NACIONAL
DELFIN CARVALLO ORTIZ
Teniente Coronel (R)

ace justamente 179 años, ba- bre, consagrado a escoltar con los
H jo el sol radiante de un 18
de Septiembre, se abrió el
capullo de nuestra libertad, por la
defensores de Chile la fecha máxi-
ma de nuestra nacionalidad. El jú-
bilo popular se desgrana en mani-
voluntad inquebrantable de un pue- festaciones de cariño, respeto y ad-
blo que aspiraba a una patria libre miración hacia los estandartes de
y soberana como la preconizaban los nuestras fuerzas armadas, cargadas
gestores de nuestra independencia de gloria, laureles y honrosas tra-
nacional. diciones históricas. El entusiasmo
Las armas que refulgieron en el que vibra a nivel de los chilenos de
sol de aquel día inmortal tenían corazón bien puesto se derrama con
que defender la fecha mater de nues- profusión de sentimientos en torno
tra independencia; por esta razón, a todas las banderas chilenas que en
apenas corridos unos meses de li- esta relevante y patriótica festivi-
bertad, sofocaron con fuego y san- dad se igualan y hermanan recípro-
gre el motín realista del Coronel camente, tanto las banderitas de
Dn. Tomás de Figueroa, y luego mi- papel satinado llevadas por niños
dieron el valle central con su he- escolares como la bandera bordada
roísmo y sacrificio, hasta sepultar con hilo de oro que flamea altiva
definitivamente la Patria Vieja, con y orgullosa cuando es transportada
el sudario de la legendaria y negra por bizarros uniformados a los ai-
bandera de Rancagua. res marciales de hermosos himnos
Derrotados, pero no vencidos, uni- y marchas militares.
dos con San Martín y O'Higgins en Las fiestas patrias reverdecen el
Mendoza, conquistan en Chacabuco optimismo con su savia ancestral y
y Maipú la patria nueva que pro- vivificante, plena de fe y fervor pa-
porciona luz verde al advenimiento triótico, tradicionales virtudes que
de la independencia y soberanía de fluyen espontáneamente a nivel de
nuestra patria. nuestros corazones y que apuntan a
Anualmente, en tan glorioso co- enaltecer las relevantes figuras de
mo solemne aniversario, se estreme- quienes echaron sobre sus hombros
ce el alma nacional y vibra mar- la heroica y noble misión de darnos
cialmente en el día 19 de Septiem- libertad, grandeza y soberanía.
18

Primera Junta Nacional de Gobierno que dispuso en noviembre de 1810 la creación


del Ejército Nacional.

Pero volvamos nuestras miradas a Presidente de la Junta fue elegi-


la historia y descorramos el velo de do el Conde de la Conquista, don
un pasado romántico y legendario Mateo de Toro Zambrano y Ureta,
que es todo relicario de nobleza, au- el más anciano de los asistentas y el
dacia e inquietudes vibrantes de que había tomado a su cargo el go-
nuestros visionarios antepasados bierno de Chile después que fue de-
que, para ejemplo de las generacio- puesto el último gobernador espa-
nes futuras, escribieron con su ac- ñol, el Brigadier don Francisco
titud libertaria una página de oro Antonio García Carrasco; Vi-
que resplandecería permanentemen- ce Presidente de la Junta fue elegi-
te en el cofre espiritual de recuer- do el Obispo electo de Santiago
dos alusivos a la esforzada génesis Monseñor José Santiago Martínez
de nuestra patria. de Aldunate; como vocales fueron
Eran las once de la mañana del elegidos cinco prestigiosos vecinos:
día 18 de septiembre de 1810, día en el Consejero de Indias don Fernan-
el cual el salón de honor del real do Márquez de la Plata, el aboga-
consulado se vestía de gala para re- do don Juan Martínez de Rozas, el
cibir en él a un selecto grupo de con- Coronel de Milicias don Ignacio Ca-
notados vecinos que deseaban deli- rrera Cuevas, el Coronel de Artille-
berar a fin de echar las bases sobre ría don Francisco Javier Reyna
la constitución de una Junta de Go- y el maestre de Campo don Juan
bierno. Sus propósitos se vieron co- Enrique Rosales; secretarios fueron
ronados por el buen éxito y fue de elegidos los abogados catedráticos y
este modo como se aprobó la Junta magistrados José Gaspar Marín
Gubernativa que quedó conformada Esquivel y José Gregorio Argome-
como sigue: do Montero.
14

De los miembros de la primera vidad a nivel nacional, festividad


Junta Nacional de Gobierno, cabe que fue patrocinada bajo los auspi-
recordar con especial mención a Dn. cios del ilustre prócer de nuestra
Juan Matínez de Rozas, quien im- independencia, primer Gobernante
primió verdadera dirección al movi- de Chile y primer Comandante en
miento emancipador del año 1810. Jefe del Ejército, General José Mi-
Previamente fue asesor del Inten- guel Carrera.
dente de Concepción, Coronel de En aquella oportunidad el Gene-
Dragones don Ambrosio O'Higgins; ral Carrera, como primera dignidad
posteriormente secretario del gober- del naciente estado libertario, invi-
nador García Carrasco. Después de tó oficialmente a las autoridades de
su actuación como Vocal de la 1ra. gobierno al primer Te Deum de la
Junta de Gobierno se alió con los Catedral Metropolitana, la que lu-
ochocientos, entrando en lucha con cía profusamente engalanada con las
el General José Miguel Carrera que banderas de la Patria Vieja con sus
lo desterró a Mendoza donde falle- tres franjas horizontales, azul la su-
ció en 1813. perior, blanca la central y amarilla
Como alegoría del florecer de la inferior, exhibiéndose además en-
nuestra independencia, colocó el Ins- tre copihues y claveles el primer es-
tituto de Conmemoración Histórica cudo nacional, ambos emblemas dis-
un mármol recordatorio en el edifi- puestos por el referido y visionario
cio de los Tribunales de Justicia, caudillo nacional.
Compañía esquina de Bandera, don- Calurosos aplausos recibió al lle-
de en 1810 estaba el edificio del gar frente al templo metropolitano
Real Consulado. En aquel mármol se el primer plantel de instrucción mi-
lee la siguiente inscripción: litar, esto es la Academia de Jóve-
nes Granaderos, que se distinguió
"Aquí nació la Patria el 18 de por su uniformidad y correcta pre-
septiembre de 1810, funcionó el Real sentación.
Tribunal del Consulado, durante la La recepción en casa de gobierno
Colonia tuvo su casa el teólogo Ma- se vio presidida por un agradable
nuel Lacunza, abdicó el Director aperitivo en base a champaña fran-
Supremo don Bernardo O'Higgins cesa, mistelas y aloja de culén.
el 28 de enero de 1823, celebró se- Luego la distinguida concurren-
siones el Congreso Nacional al co- cia fue invitada a los comedores de
menzar la República, y funcionó la la casa de gobierno, después de atra-
Biblioteca Nacional". vesar un patio cubierto de jazmines
Desde el 18 de septiembre de y camelias como sólo en Oriente o
1810, todos los chilenos celebramos Andalucía es posible imaginar.
con especial solemnidad aquella me- Durante la exquisita comida die-
morable fecha, que constituye el pre. ciochera, adornaban la mesa distin-
ludio de una era de honrosas tradi- guidas damas de la sociedad santia-
ciones a través de las cuales el he- guina, entre las que descollaba por
roico pueblo de Chile ha sabido re- su belleza y distinción doña Javie-
templar su alma para llegar a la ra Carrera, que llevaba prendida en
conquista de su propio destino. la cabeza una guirnalda de perlas y
El primer aniversario de nuestra diamantes de la cual pendía una co-
gloriosa independencia fue muy pri- rona dispuesta al revés en señal de
vado, ya que días atrás se había pro- vencimiento.
ducido el primer pronunciamiento Después de los postres, y a los
militar del General José Miguel Ca- compases del piano, uno de los pri-
rrera, pero el 18 de Septiembre de meros instrumentos llegados a Chi-
1812 dio lugar a una emotiva festi- le, se dio comienzo al baile saliendo
15

a relucir las primeras parejas que vos marchan impetuosos, arrogan-


bailaron refalosa. tes y viriles por un camino de glo-
Año tras año, al rayar el alba de ria, transportando viejos estandar-
cada 18 de Septiembre, nos des- tes que son mudos testigos de hechos
pierta el atronador ruido del cañón históricos que enaltecen la trayec-
seguido de vibrantes audiciones ra- toria luminosa trazada por el Ejér-
diales que otorgan especial realce y cito de hoy y de ayer.
significación a esta magnífica efe- Por otra parte, en esta fecha tra-
méride. Actualmente este aconteci- dicional, el Ejército de Chile rinde
miento conmemorativo es precedi- sentido homenaje al Cuerpo de Ge-
do por un nuevo aniversario eman- nerales y Almirantes en retiro, en-
cipador que es el 11 de Septiembre, tre los cuales no es extraño ver de-
en que a 16 años de esta parte rramar una lágrima varonil al paso
una valiente Junta detuvo el avan- gallardo de los bizarros soldados del
ce vertiginoso de la destrucción to- Ejército de Chile que con su desfile
tal de nuestro patrimonio nacional, hacen revivir en los corazones de
para dar paso majestuoso al adve- estos prestigiosos ex-servidores de
nimiento de un Chile nuevo sin la institución, momentos de grande-
odios clasistas y encaminado a con- za espiritual tras la evocación su-
formar una República inspirada en blime de legendarias reminiscencias
el trabajo, el esfuerzo y el aporte militares.
personal al servicio de nuestra co- 19 de Septiembre, día de las glo-
munidad. rias de nuestro Ejército, matizado
Especial fervor patriótico cobra por el cantar cristalino de voces
el 19 de septiembre, consagrado a provincianas que invitan a identi-
enaltecer las glorias de nuestro ficarse con nuestro hermoso baile
Ejército. nacional que en esta fecha señera
se baila con toda la magnificencia
En este día grandioso, el Ejérci- deslumbradora de su radiante ale-
to de Chile recibe el homenaje cá- gría, tanto en la ostentosa mansión
lido, elocuente y espontáneo de los señorial como en la peña folklórica
hijos de esta tierra que aprecian, o en la típica fonda dieciochera.
en esta noble institución, un templo Ciudades, aldeas y villorrios ex-
de virtudes ciudadanas y una enti- hiben hermosas banderas chilenas,
dad señera que constituye un pe- cuyos sagrados pliegues son movi-
destal de honor y prestigio al servi- dos por la acariciadora brisa de
cio de nuestra patria. septiembre. Tambores, clarines, fue-
Los hombres pasan, las institu- gos y relámpagos artificiales hacen
ciones quedan y quienes hemos pa- brotar una fulguración grandiosa
sado por el Ejército entregando en en el alma nacional, mientras la
los albores de nuestra juventud to- estación de las flores, de los volan-
das nuestras mejores energías, ya tines y del amor se apresta a efec-
hoy en el atardecer de nuestra exis- tuar su romántica aparición.
tencia recibimos el afecto y recono- Chile entero se estremece de
cimiento de las máximas autorida- emoción en las festividades patrias,
des de la institución que con su gra- con el recuerdo cariñoso del tinti-
ta presencia otorgan realce y seño- near de espuelas, del chamanto do-
río a reuniones como éstas y otras ñihuano, del huaso y de su china y
similares, tales como manifestacio- de los hermosos versos de Clarita
nes de regimientos simbólicos que Solovera, cuando dice:
viven de recuerdos y añoranzas "Chile, Chile lindo, lindo como un
imaginando campañas, escuadrones sol, aquí mismo te dejo, hecho un
o baterías de leyenda cuyos efecti- copihue mi corazón".
BANCO CENTRAL AUTONOMO Y ESTABILIDAD
MACROECONOMICA
Exposición del Director de Estudios
del Banco Central de Chile, Juan
Andrés Fontaine T., en el Seminario
"Autonomía del Banco Central".

INTRODUCCION —En segundo lugar, me referiré a


las ventajas que se derivan de
instituir a un banco central autó-
onozco de cerca (demasiado
C cerca, quizás, para ser im-
parcial) el Proyecto de Ley
Orgánica Constitucional del Banco
nomo en guardián de la estabili-
dad macroeconómica y a cómo,
tal propósito, es abordado por el
Proyecto en discusión.
Central, hoy en trámite legislativo.
Soy un convencido de que se trata —Finalmente, pasaré revista a las
de una iniciativa seria y construc- atribuciones que el Proyecto le
tiva, que pretende hacer de esa Ins- confiere al Banco Central y có-
titución un importante factor de mo ellas se vinculan con los res-
estabilidad en el desarrollo futuro tantes instrumentos de política
de la economía nacional. económica en manos del Gobier-
El Proyecto, que fue largamente no.
estudiado en el seno del Gobierno,
ha sido ampliamente difundido y
en torno a él se ha gestado un in- IMPORTANCIA DE LA
tenso debate. ESTABILIDAD
Más específicamente, destinaré MACROECONOMICA
mi intervención a los siguientes
puntos: Quizás no debería extenderme
mayormente en destacar la impor-
—En primer lugar, reiterar la im- tancia de mantener los llamados
portancia de la estabilidad ma- "equilibrios macroeconómicos fun-
croeconómica, para la buena damentales" y lograr así un curso
marcha de la economía, y llamar estable de desarrollo económico. Se
la atención sobre lo muy inesta- ha dicho, y con cierta razón, que la
ble, valga la redundancia, que es presente fue una "década perdida"
siempre la estabilidad macroeco- para las economías latinoamerica-
nómica. nas. Y, sin embargo, no lo fue en
17

cuanto a ofrecer los más ricos vía arguyen que las políticas ma-
ejemplos de lo que no debe hacerse croeconómicas realistas —llamadas
en materia de política económica. ortodoxas o monetaristas— mejora-
La enseñanza dramática que nos rían la macroeconomía en detri-
dejan Argentina, Brasil y Perú, es mento de las personas que la for-
lo tremendamente caro que se pa- man, en especial los más pobres.
gan los desequilibrios macroeconó- Salta a la vista que el costo social
micos. La lección positiva que po- de la irresponsabilidad macroeconó-
demos extraer, por ejemplo, de la mica, supera con creces al que, ini-
experiencia de Chile desde 1985 en cialmente, demandan las políticas
adelante, es la importancia crucial realistas.
de respetar los equilibrios macro- Técnicamente, el origen de los
económicos fundamentales. Una ra- desequilibrios macroeconómicos es
zón para ser optimistas acerca del simple. El nivel de gasto, que, en
futuro de la economía nacional, es forma realista, puede absorber una
que esta lección parece haber sido economía, está siempre limitado por
recogida y se aprecia un amplio su dotación de recursos producti-
consenso en torno a la importancia vos (mano de obra y capacidad ins-
de preservar la estabilidad macro- talada) y las disponibilidades de fi-
económica. nanciamiento externo. Estas res-
Sabemos ya, a ciencia cierta, que tricciones actúan de una manera
el desequilibrio macroeconómico es particularmente engañosa, porque
precedido de un auge muchas veces siempre pueden ser vulneradas en
espectacular en el gasto, la produc- el corto plazo. De este modo, el gas-
ción, los salarios y el empleo, facto- to puede en verdad ser elevado más
res que luego se desploman pesada- allá de lo que las restricciones per-
mente. En el proceso, suelen ser miten, con el consiguiente auge pa-
diezmados hasta los mejores pro- sajero de la producción, del empleo
gramas de desarrollo de los gobier- y de los salarios. A la larga, el
nos, como ser los proyectos de in- inexorable resultado de aventurarse
versión de las empresas y planes de a desafiar las restricciones es la in-
consumo de las personas. La ines- flación (a veces con el agravante de
tabilidad monetaria y cambiaría una crisis de balanza de pagos) y
que entonces se desencadena, deso- la consiguiente reducción del gasto,
rienta a los inversionistas y termi- de la producción, del empleo y de
na desviando los ahorros hacia ac- los salarios.
tividades especulativas o haciéndo-
los buscar refugio en el exterior. El Este proceso de alegre expansión
crecimiento económico se paraliza y dolorosa contracción se repite en
y la inflación brota con fuerza. La el mundo con sorprendente regula-
inflación, el más regresivo de los ridad. Que una economía acelerada
impuestos, castiga sin misericordia más allá de sus posibilidades, debe
a los asalariados. La inestabilidad caer más tarde en una recesión,
política es una secuela frecuente del constituye algo así como la "ley de
desequilibrio macroeconómico. la gravedad" de la teoría macroeco-
nómica. Sin embargo, lo asombro-
Por otra parte, en los últimos so es observar que raro es el año
cuatro años hemos podido apreciar en que algún país no esté embar-
cómo, en un ambiente de equilibrio cado en una política económica ex-
macroeconómico, germina el creci- pansiva, a todas luces insostenible.
miento de la producción, la inver- En verdad, estos episodios de ex-
sión, el empleo y los salarios. El ceso de gasto, encuentran frecuen-
análisis comparativo de Chile y sus temente su origen en las políticas
vecinos, desmiente a quienes toda- aplicadas por los gobiernos, quienes,
18

directa o indirectamente, alientan a comienzos de los años 60, 70 y 80,


una expansión descontrolada del todos ellos bajo condiciones políti-
consumo y de la inversión. cas y económicas muy diversas. Ca-
Hay dos razones que llevan a los si podría decirse que la cuestión es-
triba en cómo evitar que esta suer-
gobiernos a recurrir a políticas de
exceso de gastos, comúnmente deno- te de ciclo decenal se repita a co-
minadas "populistas". La primera mienzos de la próxima década. El
propósito de darle autonomía al
es que las urgencias del proceso po- Banco Central es precisamente crear
lítico con frecuencia llevan a valo- una institución que sea factor de es-
rar en demasía el período de bienes-
tar artificial y pasajero que antece- tabilidad macroeconómica.
de a la crisis. A menudo los diri-
gentes políticos esperan que las leal- EL ROL DE UN BANCO
tades ganadas en ese período - les CENTRAL AUTONOMO
ayudarán a sobrevivir más adelan-
te, cuando deban encarar la reali-
dad, o más probablemente, confían la La fórmula de la autonomía de
banca central no es un invento
en que la bonanza dure lo suficiente nacional ni obedece a alguna con-
como para que las inevitables polí- cepción "monetarista"
ticas de ajuste recaigan más tarde Es una fórmula probada del en
mundo.
EE. UU.
sobre el gobierno del bando contra- y Suiza desde comienzos del siglo y
rio. en Alemania Federal desde el tér-
La segunda razón es propia de mino de la Segunda Guerra Mun-
la operación de las democracias dial. Estos tres países se cuentan
parlamentarias. En tales regíme- entre aquellos con mayor estabili-
nes, la política económica es resul- dad macroeconómica. Particular-
tado de las negociaciones entre el mente interesante es el caso de Ale-
Gobierno y el Congreso. Cuando mania Federal, cuna de la economía
éstas se tornan demasiado arduas, social de mercado, a la cual muchos
los gobiernos suelen eludir al Par- adhieren hoy en Chile. Su historia
lamento, recurriendo al financia- monetaria y fiscal antes de la Se-
miento del Banco Central para sol-
ventar sus planes de gasto. El re- gundauna de
Guerra, caracterizada por
las hiperinflaciones más vi-
sultado es que el consiguiente dé-
ficit se financia mediante la infla- rulentas que se recuerde, tuvo un
aspecto bastante latinoamericano y,
ción, la cual actúa como un impues- sin embargo, desde el establecimien-
to que tiene la atractiva particula- to del Bundesbank, ha pasado a ser
ridad de no ser materia de ley. El el modelo de estabilidad en Euro-
financiamiento fiscal inflacionario pa. El Proyecto que nos ocupa re-
es, pues, un modo de evadir el con-
trol parlamentario del Presupuesto conoce en la ley alemana su prin-
de la Nación. cipal inspiración.
La autonomía del Banco Central
Los equilibrios macroeconómicos no debe entenderse exclusivamente
son, en consecuencia, extraordina- en razón del carácter técnico de sus
riamente precarios. No sólo están decisiones. De hecho, reparticiones
siempre expuestos a las continuas como la Superintendencia de Ban-
alteraciones de las circunstancias cos, el Servicio de Impuestos Inter-
económicas nacionales e internacio- nos y la Comisión Nacional de
nales, sino que pueden recibir fuer- Energía, por nombrar sólo algunas,
tes presiones desestabilizadoras pro- operan temas de tanta o mayor
venientes del proceso político. Por complejidad técnica que las del Ban-
eso en Chile, por ejemplo, sufrimos co Central y no gozan de la autono-
serios desajustes macroeconómicos mía que a éste la Constitución le
19

confiere. Como expresamente lo se- de su período presidencial —ocho


ñala el Mensaje que acompaña al años— no alcanza a renovar la to-
Proyecto, la autonomía es necesa- talidad del Consejo. El presidente
ria para permitir al Banco Central del Banco, en cambio, es nombrado
cautelar ciertos valores básicos, los por el Presidente de la República
cuales —como vimos— en el pro- de entre los Consejeros y dura 5
ceso político suelen no tener voz. años en el cargo. El Vicepresidente
Los valores señalados en el artículo es elegido por los Consejeros. Todos
tercero del Proyecto como objetivos estos cargos no exigen requisitos
del Banco, son "la estabilidad de la previos, son de dedicación exclusi-
moneda" y "el normal desenvolvi- va y quedan sujetos a estrictas in-
miento de los pagos", los mismos compatibilidades. El incumplimien-
que, como indicamos, se resienten to de éstas, así como cualquier abu-
cada vez que alguna aventura popu- so de sus cargos, acarrea la desti-
lista desata la inflación o la crisis tución del Consejero, si la Corte de
de balanza de pagos. Apelaciones lo encuentra culpable.
El rol de un Banco Central autó- La autonomía del Banco Central
nomo es encarnar institucionalmen- es una aplicación del principio cons-
te esas restricciones objetivas que titucional de la separación de los
limitan la capacidad de gasto de poderes. El problema de cómo limi-
una economía. Se trata de crear una tar los abusos del poder central no
es nuevo para la tradición constitu-
institución que, al tener por obje- cional y la fórmula de solución que
to velar por la estabilidad de la mo- para ello ha encontrado es la sepa-
neda, puede echar a sonar las cam- ración o división del poder. Como
panas de alarma cuando esas res- señalara el señor Georg Rich del
tricciones estén en peligro de ser Banco Nacional Suizo en su recien-
vulneradas. Un Banco Central au- te visita a Chile, refiriéndose a la
tónomo puede, de ese modo, preve- experiencia de su país en la mate-
nir a tiempo a la opinión pública ria, "la preferencia de los suizos por
contra el uso (antidemocrático por un banco central autónomo provie-
lo demás) de ese impuesto no legis- ne de su desconfianza, profunda-
lado, que es la inflación. mente enraizada, de toda centrali-
Siguiendo la experiencia interna- zación de las decisiones".
cional en la materia, el Proyecto En el terreno de la política eco-
propone que las máximas autorida- nómica la división del poder es cier-
des del Banco sean relativamente tamente de uso habitual. Las políti-
independientes del Gobierno en ejer- cas fiscal, tributaria, de deuda ex-
cicio. En efecto, propone que su má- terna pública y de comercio exte-
ximo organismo directivo sea su rior, entre otras, son todas materia
Consejo, integrado por 5 miembros, de ley, de acuerdo a la Constitución.
incluido entre éstos el Presidente y Como señalamos, el Banco Central
el Vicepresidente. Todos los conse- puede, sin embargo, ser un expe-
jeros son nombrados por el Presi- diente fácil al cual el Ejecutivo
dente de la República, previa apro- eche mano para trasmitir subsidios
bación del Senado, por diez años re- (crédito barato) y cobrar impues-
novables. La renovación de los tos (impuesto inflación) o regular
miembros del Consejo es parcial: el comercio exterior (cambios múl-
un consejero cada dos años. Esto tiples) sin requerir acuerdo del Con-
asegura que toda nueva administra- greso. El Banco Central autónomo,
ción hereda la composición del Con- por eso, amplía y fortalece el prin-
sejo del período del año anterior y, cipio de la división de los poderes
en condiciones normales, a lo largo del Estado en materia económica.
20

Hay quienes temen que la auto- para una segunda discusión (la
nomía del Banco Central conduzca suspensión sólo puede ser supe-
a una inaceptable descoordinación rada por insistencia de 4 de los 5
con el Ejecutivo. Analizan el pro- consejeros).
blema desde el punto de vista de la
programación macroeconómica óp- —Poder de veto del Ministro
tima y, ciertamente, encuentran de Hacienda en el caso de impo-
ventajas en centralizar en una ma- sición de cualquier restricción
no los diferentes "instrumentos" de cambiaría (superable sólo por in-
"control" macroeconómico. Pero ésa sistencia unánime del Consejo).
no parece la perspectiva correcta al
momento de diseñar instituciones Estimo que estas disposiciones
dependientes de quienes pueden no son suficientes para obligar al Ban-
tener, precisamente, la intención co Central a dialogar con el Minis-
de ejecutar una programación ma- tro de Hacienda, a ponerse de acuer-
croeconómica óptima. El punto de
partida de toda construcción cons- do, antes de actuar. Por cierto,
siempre es posible encontrar fór-
titucional liberal es, que más vale mulas adicionales, ceder algo de au-
crear instituciones que eviten los tonomía
abusos del poder, que crear condi- dinación.en pos de una mayor coor-
ciones que faciliten su óptimo uso: do de ver, es si loel esencial,
Pero a mi mo-
Banco queda o no
una estrategia cautelosa de mini-
mización de riesgos más que de obligado directa o indirectamente
maximización de resultados. En a seguir instrucciones del Ejecuti-
consecuencia, el propósito es hacer vo. El Proyecto excluye deliberada-
del Banco Central un efectivo con- mente esa posibilidad y crea en ese
trapeso de los poderes del Gobier- sentido un organismo auténticamen-
no en materia macroeconómica. To- te autónomo.
da descentralización del poder, todo En cambio, aquellas propuestas
sistema de contrapesos, puede pro- que sugieren hacer al Banco Cen-
vocar alguna descoordinación. Así tral autónomo sólo en la ejecución
y todo, la tradición constitucional de las políticas formuladas por el
ha reconocido, tiempo ha, que ése Ejecutivo o que plantean indepen-
es un costo que bien vale la pena dizarlo del Ministro de Hacienda
pagar para evitar los abusos del pero no del Presidente de la Repú-
poder demasiado concentrado. blica, no ofrecen en realidad un
banco
De cualquier modo, el Proyecto le conoce central autónomo, como se
en el derecho internacio-
consulta las siguientes disposiciones nal comparado.
encaminadas a facilitar la coordi- finitivamente, esas En mi opinión, de-
nación: propuestas no
alcanzan a hacer del Banco Central
un auténtico contrapeso de los po-
-Obligación del Banco Central de deres macroeconómicos del Gobier-
mantener informado al Gobier- no, aun cuando pueden constituir un
no. avance positivo respecto de la expe-
riencia histórica nacional en la ma-
-Asistencia del Ministro de Ha- teria.
cienda o su representante a to- La autonomía exige responsabi-
das las sesiones del Consejo, con lidad. El Proyecto propone que el
derecho a voz. Consejo deba presentar anualmen-
te al Ministro de Hacienda y al Se-
-Facultad de suspensión por par- nado un informe acerca de las po-
te del Ministro de Hacienda de líticas y programas que aplicará al
cualquier resolución del Consejo año siguiente, adjuntando lo que es,
21

esencialmente, un balance proyecta- -El presupuesto fiscal, en el cual,


do del Banco. Adicionalmente, debe el Banco Central no interviene en
remitirle al Ministro de Hacienda absoluto.
y al Senado, la memoria anual de
su gestión. Si el Ejecutivo y el Se- -La política tributaria, la cual
nado cumplen cabalmente la función puede, por ejemplo, introducir
que se deriva de estas disposicio- impuestos a las operaciones de
nes, la práctica que ellas establecen crédito o a las operaciones de
puede prestarse para una provecho- cambio y reproducir de ese modo
sa instancia de debate y evaluación los controles que efectúe o que
pública de la gestión del Banco. no efectúe el Banco Central.
En mi opinión, el Proyecto fun-
da la responsabilidad de la gestión -La política comercial: (tarifas
autónoma del Banco Central en la aduaneras, depósitos previos,
información al Presidente de la Re- subvenciones y franquicias a la
pública, al Senado y a la opinión exportación). El proyecto dero-
pública, en general. Adicionalmen- ga la actual facultad de que hoy
te, crea trámites más expeditos de dispone el Comité Ejecutivo del
reclamación ante el propio Banco y Banco Central para dictar "nor-
la Corte de Apelaciones, de las de- mas generales aplicables al co-
cisiones que éste adopte. Toda mo- mercio de exportación e importa-
dificación del texto en el sentido de ción" (Decreto Nº 471, art. 4º).
posibilitar mayor transparencia y
responsabilidad en la gestión del -La política de deuda externa pú-
Banco debe ser, creo, bienvenida. blica: las renegociaciones que hoy
lleva a cabo el Banco Central
son por delegación; el día de ma-
LAS FACULTADES DEL ñana pueden ser realizadas direc-
BANCO CENTRAL tamente por el Ministerio de Ha-
cienda, como ocurre en otros paí-
ses latinoamericanos.
En cuanto al ámbito de las atri-
buciones del Banco Central parece -La regulación del mercado de ca-
haber alguna confusión en el deba- pitales (bancario y no bancario).
te público. El Banco, hoy, además Como veremos, las facultades del
de ejercer sus funciones propias, Banco en este campo son más
asesora al Gobierno en una amplia bien restringidas.
gama de materias y actúa como
agente fiscal. Estas tareas las de- -Las imposiciones de controles
sempeña por delegación y en ningún cambiarios, en conjunto con el
caso le son exclusivas. La ley orgá- Banco Central, a que me referiré
nica se refiere a las materias que más adelante.
son prerrogativa exclusiva del Ban-
co y el Proyecto restringe signifi- Las atribuciones propias del Ban-
cativamente sus poderes en estos co Central son, exclusivamente:
campos. Las demás tareas serán o
no ejecutadas por el Banco en la -La regulación de la cantidad de
medida que el Gobierno en ejerci- dinero y crédito: política moneta-
cio así lo disponga. ria.
Por eso, quizás, conviene enume-
rar aquellas funciones que no son -La actuación de prestamista de
del Banco Central, pero que recaen última instancia para evitar co-
también sobre lo macroeconómico: rridas bancarias.
22

—La reglamentación de los susti- de éstas dice relación con la autori-


tutos más cercanos del dinero, zación de los mecanismos de rea-
aquellos producidos por el siste- juste que deban utilizar los bancos
ma financiero nacional y la mo- en sus operaciones. La definición
neda extranjera. De allí la facul- de las características de los sustitu-
tad para dictar ciertas normas fi- tos del dinero es una atribución
nancieras y para regular las ope- tradicional de los bancos centrales
raciones de cambio. pues, al influir sobre la demanda del
dinero que ellos producen, es un im-
portante complemento de la políti-
El Proyecto no consulta grandes ca monetaria. La facultad para es-
innovaciones en cuanto a la ejecu- tablecer esta reglamentación, por
ción de la política monetaria. En cierto, no inhibe la potestad del
conformidad a las disposiciones Congreso para legislar sobre mate-
constitucionales, claro está, restrin- rias como, por ejemplo, las que hoy
ge la facultad del Banco para otor- cubre la Ley de Bancos, la Ley de
gar créditos sólo a las empresas Valores, la Ley de Sociedades Anó-
bancarias y sociedades financieras nimas y la Ley de las Administra-
y excluye todo financiamiento di- doras de Fondos de Pensiones (A.
recto o indirecto a las entidades del F. P. ), que constituyen el andamia-
sector público. je legal básico de nuestro mercado
Tampoco hay mayores noveda- de capitales.
des en lo referente a la actuación Un examen detenido de las fa-
del Banco como prestamista de úl- cultades que el Proyecto propone
tima instancia. El Proyecto se li- para el Banco Central en materia
mita en esta materia a mantener de regulaciones financieras, debe
los preceptos vigentes y a incor- llevar a la conclusión que éstas son
porar las disposiciones introducidas definitivamente más restringidas
en la última reforma a la Ley de que las actuales. Son también más
Bancos, en cuanto a la obligación limitadas que las que gozan otros
del Banco Central de respaldar los bancos centrales autónomos, como
depósitos a la vista. Cabe destacar el alemán y el norteamericano, los
que las eventuales pérdidas que pue- cuales disponen de amplios poderes
de ocasionarle al Banco Central su para la regulación bancaria. En
actuación como prestamista de úl- particular, el Banco pierde las fa-
tima instancia, limitan, ciertamen- cultades, hoy vigentes, para fijar
te, cualquier abuso que pudiera las tasas de interés de captación
efectuarse de esta atribución. De (tampoco las de colocación son sus-
hecho, es improbable que el Conse- ceptibles de ser fijadas por el Ban-
jo del Banco actúe en este sentido co Central) y de regular selectiva-
sin el consentimiento del Ministro mente el crédito. Cualquier acción
de Hacienda, a quien le correspon- sobre las tasas de interés y el cré-
dería tramitar en el Congreso una dito debe ser indirecta, por medio
ley para reponer el capital del Ban- de sus propias operaciones de cré-
co. dito. También deja de tener inje-
Las regulaciones financieras que rencia en la pactación de sistemas
puede dictar el Banco se limitan a de reajuste para las operaciones de
normas generales relativas a los crédito en dinero en las que no par-
sustitutos más próximos del dine- ticipe un banco.
ro, esto es, las cuentas corrientes, En el campo de las operaciones
las tarjetas de crédito (el dinero de cambio es donde el Proyecto pro-
plástico) y el cuasi dinero bancario. pone modificaciones más fundamen-
Probablemente, la más importante tales, las cuales van también en la
23

dirección de acotar los poderes del que el Banco Central tuviese la ten-
Banco Central. tación de disimular, haciendo uso
El Proyecto deroga la actual Ley de restricciones cambiarías, algún
de Cambios. El principio fundamen- desacierto de su política monetaria:
tal de ésta es que toda operación el haber permitido tasas de interés
de cambios está prohibida a no ser domésticas no competitivas, por
que cuente con una autorización ex- ejemplo. Por eso, el Proyecto pos-
presa del Banco Central. Sobre esa tula que la imposición de toda res-
base se edifica la compleja red de tricción cambiaría, sea ella referida
restricciones cambiarlas hoy vigen- a los pagos corrientes o a los de ca-
tes. pitales, es susceptible de veto por
El Proyecto establece un sistema parte del Ministro de Hacienda.
cambiario basado en el principio En suma, lo que el Proyecto pro-
exactamente opuesto: "toda perso- pone es facultar al Banco Central
na podrá efectuar libremente en el para establecer una lista de restric-
país operaciones de cambios inter- ciones cambiarías con carácter de
nacionales", sujetándose a las nor- excepción. El establecimiento de
mas que dicte el Banco Central. Se controles cambiarios exige acuerdo
trata entonces de una libertad cam- del Consejo, adoptado por razones
biaría regulada. fundadas en su importancia para la
La filosofía que está tras esta li- estabilidad de la moneda o el finan-
bertad cambiaría regulada es que ciamiento de la balanza de pagos;
el régimen normal y conveniente debe estipular un plazo no superior
es el de la libertad cambiaría, la au- a un año (renovable) y es válido
sencia de controles para la transac- siempre que el Ministro de Hacien-
ción de moneda extranjera. Pero, da no ejerza veto (o que éste sea
que la frecuente ocurrencia de cri- superado por la insistencia unáni-
sis de balanza de pagos —surgidas, me del Consejo).
por ejemplo, de una variación ad- Estimo que el Proyecto en mate-
versa del precio del cobre— obliga ria cambiaría conjuga prácticamen-
a dotar a alguna autoridad del po- te el objetivo de la libertad para las
der para establecer, excepcional- operaciones de cambio, con la muy
mente, restricciones cambiarías. probable imposición de restriccio-
En principio esas restricciones nes ante una emergencia de balan-
bien podrían ser materia de ley. za de pagos. El símil es, en este
Sin embargo, ello significaría dar- sentido, con las libertades civiles,
les a los gobiernos un poderoso ins- las cuales también pueden ser res-
trumento para diferir los efectos de tringidas en los estados de excep-
sus propias políticas sobre la balan- ción. La aplicación plena de dichas
za de pagos. No debemos olvidar facultades de excepción permitiría
que, con frecuencia, las crisis de reproducir un régimen cambiario
balanza de pagos se suscitan no en semejante al actual, aunque con
factores externos sino en una polí- una diferencia crucial: las restric-
tica fiscal interna demasiado audaz ciones serían aplicables a una lista
que genera el ciclo de expansión y de operaciones, en tanto las restan-
retracción antes comentado. El Ban- tes que la iniciativa privada pueda
co Central surge, entonces, como la discurrir, serían legales y libres.
mejor alternativa para determinar La normativa cambiaría del Pro-
cuándo los controles cambiarlos yecto entrará en vigencia 90 días
obedecen realmente a una emergen- después de la promulgación de la
cia exterior. Con una salvedad im- ley y su flexibilidad facilita un
portante: también podría ocurrir tránsito gradual, en la medida que
24

las circunstancias lo permitan, des- Legislativo acerca de si el déficit


de la situación actual hacia el régi- fiscal debe enfrentarse recortando
men normal de libertad cambiaría. gastos o alzando los impuestos. En
Quizás convenga detenernos un esas circunstancias, la autonomía
instante, antes de concluir, en la del Banco de la Reserva Federal ha
operación de dos elementos básicos permitido hacer transparentes los
de la política macroeconómica, como efectos del déficit (a través del au-
son la política fiscal y la cambia- mento de la tasa de interés y la apre-
ría, en el marco institucional pre- ciación del dólar), aunque en oca-
visto en el Proyecto. siones, mediante una política mo-
La política fiscal es, ciertamen- netaria más acomodaticia, la polí-
te, prerrogativa exclusiva del Go- tica monetaria ha suavizado estos
bierno y debe fluir de las negocia- síntomas, probablemente para dar
ciones entre el Ejecutivo y el Par- tiempo a los partidos políticos con
lamento, con motivo de la Ley de el fin de lograr un acuerdo al res-
Presupuestos. El Proyecto en dis- pecto. La alternativa de un Banco
cusión, siguiendo la directiva cons- Central sumiso al Ejecutivo habría
titucional, prohibe al Banco Cen- llevado, desde luego, a una muy
tral otorgar financiamiento directo coordinada "monetización"del défi-
o indirecto al Fisco y de ese modo cit o, lo que es lo mismo, a su fi-
pone fin a una práctica de larga nanciamiento mediante el impuesto
data en nuestro país y que fue la oculto de la inflación.
raíz de su nutrida historia inflacio-
naria. Anulado el fácil expediente to La política cambiaría es por cier-
un instrumento macroeconómico
del financiamiento fiscal con emi- crucial en una economía abierta co-
sión de dinero, el sector público de- mo la chilena.
be buscar recursos en el mercado ría se entiende laPor política cambia-
regulación del pre-
de capitales y pagar por el crédito cio de la divisa por parte de la au-
tasas de interés competitivas. toridad competente. Dicha regula-
Esta norma, ciertamente, no im- ción puede efectuarse mediante las
pide al Fisco embarcarse en un pre- operaciones de compraventa de di-
supuesto deficitario. Pero hace que visas efectuadas por tal autoridad,
el efecto del déficit se refleje en la la imposición de controles de cam-
tasa de interés de mercado y/o en bio o la fijación de un precio ofi-
el valor de la divisa (cuando el cré- cial de la divisa, lo que significa de-
dito es externo). Tampoco impide clarar ilegal toda transacción reali-
que, si el Banco Central estima in- zada a un valor distinto.
conveniente estos efectos, resuelva El Proyecto entrega al Banco
alimentar al mercado de capitales Central la facultad de intervenir en
de la liquidez necesaria para aten- el mercado cambiario mediante
der las demandas del Fisco y, si és- compras o ventas de divisas y esta-
tas son excesivas, tolere alguna in- blecer, de ese modo, la política cam-
flación. biaría, En una frase que se ha pres-
Un buen ejemplo, al respecto, es tado para más de una confusión, el
el de la política fiscal seguida en Proyecto reproduce la norma actual
los EE. UU. en los últimos años y (Art. 13 del Decreto Nº 471), en
que ha sido citada por algunos co- la cual señala que el tipo de cam-
mo prueba de la descoordinación que bio "será el que resulte de la oferta
introduciría la autonomía del Ban- y la demanda de monedas extranje-
co Central. En mi opinión, el ver- ras". Pero esto no excluye al Ban-
dadero problema norteamericano es co de actuar como demandante u
político y se reduce a una grave dis- oferente y determinar así, indirec-
crepancia entre el Ejecutivo y el tamente, como ocurre hoy, la tra-
25

yectoria del dólar. En cambio, lo todas las restricciones cambiarías


que no le está permitido es fijar un que puede imponer el Banco Cen-
precio oficial para la divisa, que im- tral son susceptibles de veto por par-
plique declarar ilegales las transac- te del Ministro de Hacienda. Dicho
ciones efectuadas a otro valor. Tal veto es sólo superable por una im-
intervención (así como la fijación probable unanimidad del Consejo.
de una tasa máxima legal de inte- En la práctica lo que esto significa
rés, por ejemplo) podría ser mate- es que el control de cambios y, en
ria de ley, aunque su constituciona- consecuencia, la política cambiaría,
lidad, pienso, sería discutible. requieren del concurso del Ejecu-
En la práctica, sin embargo, el tivo.
poder del Banco Central para ad- De la discusión anterior debe, a
ministrar el precio de la divisa es mi juicio, desprenderse que la au-
siempre débil ante las fuerzas del tonomía del Banco Central en lo
mercado. Por ejemplo, su capacidad monetario y lo cambiario será siem-
de resistir una devaluación depen- pre relativa, nunca absoluta. Por la
de de su disponibilidad de reservas naturaleza de sus funciones, sus de-
internacionales y sus oportunidades cisiones en estas materias estarán
de endeudamiento externo. En es- condicionadas a las que adopte el
te campo, el Gobierno juega tam- Gobierno en el terreno fiscal, de co-
bién un rol crucial: en Chile la ofer- mercio exterior y deuda externa pú-
ta de divisas depende significativa- blica. No cabe aquí una actuación
mente de Codelco, del Banco del Es- en paralelo. Más bien, el punto es-
tado y, en general, de las políticas tá en si la ley obliga al Banco y al
de comercio exterior y deuda exter- Gobierno a ser equipo, poniendo al
na pública. Las acciones del Gobier- primero bajo el control del segun-
no en esa materia —algunas de las do, en cuyo caso no hay autonomía,
cuales dependen sólo del Ejecutivo, o, por el contrario, si la ley dispo-
otras son materia de ley— son una ne mecanismos que los lleven a ha-
importante condicionante para la cer equipo. Es esta segunda fórmu-
política cambiaría del Banco Cen- la la que contempla el Proyecto.
tral. Por ejemplo, no habría sido po-
sible aplicar la política cambiaría
seguida desde 1983 sin un uso in- CONSIDERACIONES
tensivo por parte del Banco Cen- FINALES
tral del endeudamiento externo, el
cual, a solicitud de los acreedores,
contó con la garantía del Estado. Hemos visto que la buena mar-
Dicha garantía es materia de ley. cha de la economía requiere de la
Un banco central autónomo habría estabilidad macroeconómica. Los
entonces, de hecho, requerido el desequilibrios macroeconómicos des-
consentimiento del Gobierno para vían a las economías de su curso de
ejecutar una política cambiaría co- desarrollo y le imponen a la pobla-
mo la que hoy nos rige. ción pesados sacrificios a través de
la cesantía y la inflación. Hemos
Aún más, la experiencia indica visto también que la estabilidad ma-
que con frecuencia la política cam- croeconómica es, desgraciadamente,
biaría debe ser reforzada mediante siempre frágil.
la imposición de controles cambia- La propensión del proceso políti-
ríos. Sin ellos, las fuerzas del mer- co a desatar la inestabilidad mone-
cado suelen imponerse sobre el Ban- taria puede ser el talón de Aquiles
co Central, aun cuando éste cuente de las nuevas democracias latino-
con la ayuda del sector público. Co- americanas. Lo fue en la Alemania
mo señalé, de acuerdo al Proyecto, de los años veinte y en el Chile de
26

1973. Un conocido dirigente y den- El desafío que Chile tiene por de-
tista político señalaba en un recien- lante es reanudar su larga tradición
te artículo de prensa que "tal vez democrática sin alterar el clima de
sea bueno presumir que la lucha por estabilidad y progreso que hoy se
alcanzar una democracia estable tie- observa. La evidencia demuestra que
ne como un componente esencial la ello no será tarea fácil. Exigirá de
lucha contra las políticas económi- una alta dosis de responsabilidad y
cas populistas". "Decir populismo autodisciplina por parte de todos
—agregaba— es decir expansión los actores involucrados. Pero, hay
descontrolada de la cantidad de di- estructuras institucionales que pue-
nero... " porque " . . . los populistas den facilitar esa labor. Hay mane-
del tercer mundo actúan con la con- ras de institucionalizar mecanismos
vicción de que pueden "fabricar" que cautelen la estabilidad macro-
impunemente dinero y solucionar económica y que conjuren el peligro
problemas del desarrollo y la justi- del populismo económico. En mi
cia social mediante el simple expe- opinión la propuesta de un banco
diente de hacer un manejo irrespon- central autónomo recoge, por eso,
sable del Banco Central... " (Gena- lo que es hoy en Chile un anhelo ge-
ro Arriagada, "Las Duras Leccio- neralizado: conjugar la democracia
nes de Argentina y Perú", "La Epo- con la estabilidad, que son los fun-
ca", 7 de mayo de 1989). damentos de la paz y del progreso.

Nota de la Redacción: A la fecha de edi-


ción de la revista, la Ley había sido
aprobada por el Tribunal Constitu-
cional con algunas modificaciones y
entrará en vigencia a mediados del
mes de Diciembre.
LA POLITICA DE CHILE HACIA
EL PACIFICO
JULIO GUTIERREZ CAMPOS
Mayor (E. M. )

"El océano Pacífico se salía del mapa. No había donde ponerlo. Era tan grande,
desordenado y azul que no cabía en ninguna parte. Por eso lo dejaron frente a mi
ventana". Pablo Neruda. (Una casa en la arena).

INTRODUCCION

A Cuenca del Pacífico constituye en sí misma un mosaico histó-


L rico, político, cultural, socio-económico, que deslumhra y abruma
a quien se acerca a sus riberas con la intención de adentrarse en
su problemática.
Cualquiera sea la finalidad de la aproximación, la heterogeneidad
de razas, costumbres, sistemas políticos y económicos, religiones, etc.,
que en esta región como en ninguna otra del planeta coexisten, da una
idea bastante aproximada de la diversidad y la complejidad de las va-
riables que se deben considerar en cualquier estudio sobre el tema.
A lo anterior se debe agregar la relevancia cada vez mayor que en
el transcurso de las últimas décadas ha ido adquiriendo la Cuenca en las
preocupaciones y en el quehacer de los principales actores del sistema
internacional, en la medida en que se ha ido definiendo más claramente
el perfil de lo que los geopolíticos han venido en llamar la "Era del Pa-
cífico".
En efecto, existe consenso en que, junto al advenimiento de la so-
ciedad post-industrial, y quizás como una característica propia de ésta,
se está produciendo un cambio lento, pero fundamental, en la geopolíti-
ca mundial y en el sistema internacional. Se trata del surgimiento de
28

un nuevo escenario, en el cual se vislumbra la creación en el corto pla-


zo de la Comunidad de Naciones del Pacífico y de un Nuevo Orden Eco-
nómico que facilitarán las interrelaciones y negociaciones de los dife-
rentes actores internacionales, tanto en el plano vertical (norte-sur), co-
mo en el horizontal (este-oeste).
Esta realidad sumada al accionar que a lo largo de su vida indepen-
diente nuestro país ha desarrollado en el área, nos ha llevado a pregun-
tarnos respecto de la insersión de Chile en la región; de la existencia
o no de una política chilena hacia el Pacífico; del rol que corresponde
a nuestro país en su condición de Estado latinoamericano y ribereño
de esta vasta Cuenca oceánica, y del grado de preparación de Chile pa-
ra enfrentar y participar activamente en este dinámico, vital, proceso
que viene desarrollándose en el Pacífico.
El presente ensayo es una aproximación a las respuestas de estas
interrogantes, trabajo que sin temor a equivocarnos adolece de la pro-
fundidad y de algunas variables que el tratamiento de tan importante y
complejo tema requiere. Sin embargo, a pesar de estas limitaciones, es-
tamos convencidos de que sí cumple con su modesto objetivo de desper-
tar el interés y de motivar a quienes —al igual que nosotros— se ini-
cian en el estudio de la problemática de Chile frente a la "Era del Pa-
cífico".
A través de su lectura, surgen o se deducen de manera inevitable y
a veces demasiado obvias las conclusiones que originalmente habíamos
considerado en un capítulo final y que fue eliminado en el convencimien-
to de la síntesis del presente trabajo y que nos motiva a continuar la
búsqueda de las respuestas a las nuevas interrogantes que de ellas surgen.
Consecuente con lo anterior y finalizando esta introducción, presen-
tamos esta reflexión: Chile, por su calidad de nación ribereña del Pací-
fico y por su condición de país tricontinental con secciones territoriales
en el continente Americano, Oceanía y la Antártica, está llamado a de-
sempeñar un rol de especial importancia en el cuadrante suroriental de la
Cuenca, integrándose en forma plena a todas las circunstancias y foros
existentes en el área y sirviendo como nexo o puente de las interrelacio-
nes que en todos los campos se produzcan entre los países latinoamerica-
nos y las naciones insulares y de la ribera occidental del Pacífico.

Bogotá, octubre 27 de 1989.


29

CAPITULO I

LA CUENCA DEL PACIFICO, UN MUNDO EMERGENTE

El reemplazo de la Era "Atlántico-Europea"

Existe consenso entre los estudiosos de las Relaciones Internacio-


nales en que están dadas las condiciones para el traslado o el reempla-
zo de la "Era Atlántico - Europea" por la "Era del Pacífico". Las se-
ñales de este fenómeno geopolítico mundial han sido percibidas desde
comienzos de siglo, aún cuando sólo en los últimos años ha comenzado
a perfilarse con mayor nitidez la dirección de dicho proceso.
En efecto, se está dejando atrás un mundo centrado en el Atlántico
para adentrarse en el escenario de la Cuenca del Pacífico, cuyas proyec-
ciones, real significado y consecuencias sólo el tiempo irá dilucidando.
En lo fundamental, la "Era del Pacífico" no puede ser definida solamen-
te por la explotación de sus abundantes recursos naturales, ni por las
variables estratégicas tradicionales, ya que encierra mucho más que eso,
y por ello debe ser entendida como una "Era de la Inteligencia", deri-
vada de la revolución científico-tecnológica que la genera y alimenta.
Desde una perspectiva geopolítica, adquiere un especial significado
el rol que tendrá la Cuenca del Pacífico —la más extensa, poblada y
rica de todos los espacios oceánicos— en la colonización del espacio, en
el surgimiento de nuevas potencias regionales y en el desarrollo espec-
tacular de las tecnologías de punta, factores que sin duda transforma-
rán esta área en el centro de gravitación económica y política mundial
y, en consecuencia, en el escenario donde se presentará gran parte de
los conflictos de poder e interés internacionales, como también los ma-
yores esfuerzos de paz, cooperación e integración (1).

Breve visión de la realidad política, económica y cultural de la Cuenca

La Cuenca del Pacífico cubre 180 millones de Kms2., lo que equiva-


le a un poco menos de la mitad de la superficie del globo; es dos veces
el tamaño del Océano Atlántico, tres el del Indico y sus aguas equiva-
len al 61% de todos los mares. Se extiende más de 15 mil kilómetros
desde el Ártico a la Antártica y cerca de 19 mil quinientos kilómetros
desde Panamá a Singapur (2). A sus riberas converge el 60% de la
población del planeta y vincula geográficamente a casi cincuenta unida-

(1) Juan Salazar S. "Chile y la Comunidad del Pacífico". Colección Estudios Interna
cionales. Ed. Universitaria, Santiago, 1986, págs. 17-18.
(2) Ricardo Riesco: La Geografía del Océano Pacífico como base de una relación es-
pecial. En ensayos sobre el Pacífico. Inst, Est. ínter., Ed. Universitaria, Santiago.
Págs. 71-74.
30

des políticas (3), con realidades culturales, políticas, sociales y econó-


micas muy heterogéneas.
En esta extensa área, existe un mosaico político-cultural, en el cual
coexisten naciones de tradición confuciana, caracterizada por un tipo de
organización vertical, Estados de tradición mahometana y budista cuya
organización es más bien horizontal, relacionados con ideologías occiden-
tales, especialmente cristianas, liberales y marxistas, situación que le da
la característica especial del libre flujo de valores e ideas, en síntesis de
inteligencia (4).
Un breve análisis del nuevo orden político-económico que está emer-
giendo en la Cuenca del Pacífico permite ver cómo es ya una realidad
un sistema radicalmente diferente a los que históricamente se han desa-
rrollado en la "Era del Atlántico". Así, de una estructura económica
atlántica vertical, en la que se diferencian países subdesarrollados, expor-
tadores de materias primas por un lado y desarrollados de carácter se-
cundario y terciario por otro, se pasa a una estructura más bien hori-
zontal que tiende a un proceso de expansión concéntrica y por oleadas,
con un aumento de las tendencias ai desarrollo de las tecnologías de pun-
ta (5), a la investigación intensiva y a la creatividad. Este fenómeno
ha motivado que algunos países concentren las industrias de vanguardia,
llegando a generar el 75% de los nuevos productos del planeta y que,
en la medida que éstas llegan a la etapa de madurez, sean adoptadas por
otros Estados, que se convierten —a diferencia del período industrial—
en exportadores que incorporan valor agregado a sus recursos naturales
y materias primas (6).
Este proceso inédito, que se presenta en el Pacífico, se ha difundido
de los Estados Unidos y Japón, a Australia y Nueva Zelanda, a los Nue-
vos Países Industrializados NIC, s (Singapur, Taiwan, Corea del Sur y

(3) 24 de la vertiente asiática, Melanesia y Oceanía, 13 de la ribera oriental y sudame-


ricana más los territorios bajo administración o protectorados dispuestos por la ONU.
Y las posesiones de Francia. EE. UU. y la Commonwealth. Ver José Antonio Cousi-
ño C: "El Pacífico Insular: Una realidad emergente. ', Seminario "La Cuenca del
Pacífico: desafíos para América Latina: Inst. Est. Intern. Viña del Mar. Nov. 1º
1987. Págs. 11-13.
(4) Seminario "Chile en la Cuenca del Pacífico". ODEPLAN y otros. Santiago, agosto
de 1988, pág. 5.
(5) Tecnología espacial, microelectrónica, computacional, informática, biotecnología, ro-
bótica y los nuevos materiales sintéticos.
(6) Esta característica es la más sobresaliente del proceso y ha sido denominada por
los japoneses como el fenómeno de los "gansos voladores", reflejando así la noción
del cambio dinámico en la división internacional del trabajo, que contrasta con la
tradicional del Atlántico, al romper la rigidez que se da en la clásica división del
trabajo de la relación norte-sur. Juan Salazar S. "Chile frente al Desafío del Pa-
cífico". Paper Instituto de Estudios Internacionales U. de Chile. 1988. Págs. 3-4.
31

Hong-Kong), y desde allí a los países de la Asociación del Sudeste Asiá-


tico (Tailandia, Malasia, Indonesia, Filipinas y Brunei) (7).
Los norteamericanos aportaron su mercado, el más grande, diversi-
ficado y abierto del mundo a esta división internacional cooperativa del
trabajo; los japoneses, por su parte, han aportado la maquinaria e im-
plementos industriales de alta calidad y bajo costo. Los NIC, s asiáticos
se han destacado por su industrialización sobre la base de estrategias ex-
portadoras; los Estados de la ASEAN se caracterizan por su abundante
mano de obra y recursos naturales y, por último, Canadá, Australia y
Nueva Zelanda son países industrializados de gran riqueza alimenticia
y minera (8).
Sin embargo, existe una amplia zona de la Cuenca que, pese a tener
una gran cantidad y variedad de recursos naturales, aparece marginada
de este proceso. Se trata del cuadrante suroriental —considerado un "de-
sierto oceánico"— en cuya ribera están ubicados los países sudamerica-
nos y en el cual Chile, junto con llegar a ser la potencia industrial de la
región, podría desempeñar un importante rol como puerta de entrada y
salida de los intercambios de bienes y servicios que se produzcan entre
Latinoamérica y el resto de la Cuenca.
De este modo, los países latinoamericanos ribereños —con excepción
de Chile— conforman un pequeño grupo de asombrados espectadores que,
con la vista recién volteada hacia este escenario, confirman cómo para-
lelo al centro tradicional del poder económico, compuesto por Londres,
París y Nueva York, ha surgido a un ritmo vertiginoso el triángulo To-
kio, Singapur, Los Angeles, haciendo realidad los pronósticos que sos-
tenían que en el futuro el impulso principal del desarrollo económico
provendría de las naciones pertenecientes a la Cuenca del Pacífico y no
a las del Atlántico (9).

Dimensión político-estratégica de la región


Un enfoque político-estratégico de la Cuenca nos permite apreciar
otra dimensión de esta vasta área, cual es la conformada por la presen-
cia activa del triángulo militar Washington - Moscú - Pekín, situación
que la transforma en una de las regiones más militarizadas del planeta
y que revela de manera indiscutible su importancia estratégica y geopo-
lítica para las superpotencias del orbe.
En esta extensa Cuenca conformada por 36 Estados (12 asiáticos,
11 de la Oceanía y del Pacífico Insular y 13 americanos), y una gran
cantidad de territorios bajo régimen especial, autónomos, semiautónomos

(7) Op. Cit. ODEPLAN y otros "Chile en la Cuenca del Pacífico". Pág. 6.
(8) Saburo Okita citado en "Chile frente al desafío del Pacífico". Pág. 4.
(9) Gunter A. Pauli, intervención en el Encuentro Internacional auspiciado por el Ban-
co Central Hipotecario, el Club de Roma y la Corporación Autónoma Universitaria
de Manizales, realizada en la ciudad de Manizales, Colombia, el 17 de julio de 1987,
citado en Diplomacia Nº 45-1988 Santiago, págs. 21-22.
32

y de ultramar, muchos de los cuales en el futuro podrían acceder a la


vida independiente, es posible distribuir toda la variedad de niveles y
categorías con que normalmente se clasifican a los Estados-Naciones, de
acuerdo a su status internacional relativo y a su nivel de desarrollo so-
cioeconómico. Así coexisten las superpotencias mundiales (EE. UU. y
la URSS); una superpotencia emergente (China); varias potencias me-
dianas; 6 potencias industrializadas (URSS, EE. UU., Japón, Canadá,
Australia y Nueva Zelanda), y un gran número de países en desarrollo
que pueden ser clasificados en naciones en desarrollo avanzado o NiC, s,
Estados en desarrollo (Filipinas, Malasia, Tailandia, Indonesia, Colom-
bia, Chile, Ecuador y Perú), y en aquellas de menor desarrollo relativo,
como lo son los países comunistas ribereños de la Península Indochina, los
centroamericanos y las islas del Pacífico Sur.
Desde el punto de vista ideológico, en la Cuenca encontramos en for-
ma nítida la presencia de los bloques Este y Oeste. Por un lado, están
los Estados Comunistas (URSS, China, Corea del Norte, Vietnam, Kam-
puchea y Nicaragua), y por el otro los Estados Pro-occidentales lidera-
dos por los EE. UU., hecho que ha motivado una larga lucha entre las
superpotencias por ampliar sus zonas de influencia y una polarización
en la región, no obstante las políticas nacionalistas y de no alineamien-
to que han llevado a cabo muchos países en desarrollo de la zona du-
rante los últimos años.
Por otra parte, el factor ideológico, conjugado con la heterogenei-
dad cultural, religiosa y racial, entre otros aspectos, generan que en el
área coexistan y se interrelacionen Estados - Naciones con sistemas po-
líticos democráticos, en sus diversas clasificaciones y matices, cuyas si-
tuaciones políticas internas en algunos casos generan algunas de las cau-
sas que hacen prever la posibilidad de cambios violentos en la Cuenca,
amenazando con ello la estabilidad de la seguridad.
Desde una perspectiva geoestratégica, podemos agregar que la exis-
tencia en el Océano Pacífico de cuatro de los siete pasos interoceánicos
más importantes del mundo (Canal de Panamá, paso de Drake y los Es-
trechos de Malaca y Lombock), sumado al valor de los territorios insu-
lares, de los mares y de sus riberas, no hacen necesario profundizar so-
bre el tema para comprender los fundamentos que motivan la magnitud
de las fuerzas aeronavales que las superpotencias tienen en la región,
ni las razones de su permanente preocupación por conservar y mejorar
las alianzas y las posiciones desde las cuales mantienen presencia en el
área y que en un momento de crisis, les permitiría proyectar su poder
militar hacia las diferentes sub-regiones de la Cuenca (10).

(10) Para mayores antecedentes sobre las alianzas militares y el poder militar de las su-
perpotencias de la Cuenca, ver: Agustín Toro Dávila "Tendencias futuras de las
Alianzas Militares en el Atlántico y en el Pacífico", en Revista Política y Geoestrate-
gia Nº 46, Santiago, 1988, págs. 49-66; Michael Kidron y Dan Smith"; "Atlas de
la Guerra". Ed. del Serval, Barcelona, 1984, Capítulo I. II. Michael Kidron y Ro-
nald Ed. Segal; Barcelona, 1982. Págs. 14-26; "El poderío Militar Soviético 1986"
Ed. San Martín, 1987. Pág. 7-14.
33

Desde esta óptica, nuevamente encontramos un gran vacío de poder


en el cuadrante sur-oriental del Pacífico, el cual debe ser llenado por los
países ribereños latinoamericanos, toda vez que, ante un eventual cierre
del Canal de Panamá, el Estrecho de Magallanes y el Paso Drake ad-
quirirían una importancia vital en las rutas interoceánicas Atlántico -
Pacífico.

Los Organismos Internacionales e Intergubernamentales como


mecanismos de integración y cooperación en la región

La asimetría en el grado de desarrollo económico-social y la hetero-


geneidad de culturas y de regímenes políticos de los países de la región
llevan a preguntarnos sobre las verdaderas posibilidades de que éstos
lleguen a una concertación que implique un acercamiento en el plano po-
lítico y cultural por la vía de la complementación económica ya que, en
el caso contrario, difícilmente se podría hablar del Pacífico como el océa-
no del próximo siglo.
Al respecto, no cabe duda que los principales actores de la Cuenca
serán quienes determinen las condiciones y el ritmo de la marcha de este,
proceso. Sin embargo, la valorización de la región en su aspecto econó-
mico, político-estratégico, transporte y comunicaciones, cultural y aca-
démico, ha producido un creciente interés de los Organismos Interna-
cionales e Intergubernamentales por incrementar el desarrollo del pro-
ceso de institucionalización en materia de cooperación e integración re-
gionales.
El profesor Juan Salazar S. menciona que estudiosos del tema han
calculado en un número superior a 150 los organismos privados, guber-
namentales y regionales que desde diferentes ángulos están abocados
al estudio, desarrollo, cooperación y formulación de políticas comunes
sobre las diferentes actividades que se presentan en el Pacífico (11). Es
así como además de los organismos de las Naciones Unidas destinados
al desarrollo económico social, como la Comisión Económica para Amé-
rica Latina (CEPAL) con sede en Santiago de Chile y la Comisión
Económica y Social para el Asia-Pacífico (ESCAP), con sede en Bang-
kok, y los organismos especializados que mantienen oficinas regionales
de la UNESCO, el PNUD y la FAO, existen en la actualidad entidades
intergubernamentales que están alcanzando una importancia preponde-
rante.
En lo que se refiere al Pacífico Insular, cabe destacar el Foro del
Pacífico Sur conformado por los nuevos países independientes, más Aus-
tralia y Nueva Zelanda; la Comisión del Pacífico Sur; la Oficina del
Pacífico Sur para la Cooperación Económica (SPEC) y la Agencia de
las Islas del Pacífico Sur para el Desarrollo Pesquero (SPIFDA), orga-
nismos intergubernamentales orientados a la cooperación entre los nue-
vos Estados Islas, a los que hay que agregar en materia de seguridad el

(11) Ver Op. Cit. "Chile y la Comunidad del Pacífico", pág. 53.
34

pacto de Ayuda Mutua entre Australia, Nueva Zelanda y EE. UU.


(ANZUS).
En el Pacífico Occidental, la Asociación de Naciones del Sudeste
Asiático (ASEAN) y sus órganos dependientes: El Consejo de Ministros
de RR. EE.; la Organización de Ministros de Educación (SEAMED); el
Consejo de Ministros para la Cooperación Económica Asiática, etc., cons-
tituyen en la actualidad un importante esquema de integración subregio-
nal, en el cual sus integrantes coordinan su posición frente a los princi-
pales aspectos de política internacional y procuran la cooperación eco-
nómica (12). En esta subregión también son dignos de mencionar: La
Unión Parlamentaria Asiática (APU), con sede en Japón; la Asocia-
ción Cultural para el Asia y el Pacífico (ASPACA), y el Banco de
Desarrollo Asiático, responsable del financiamiento de proyectos y pro-
gramas de infraestructura y desarrollo económico de las naciones menos
avanzadas del área (13).
Respecto del Pacífico Oriental, las países ribereños de Latinoamé-
rica participan principalmente a través de la Comisión Permanente del
Pacífico Sur (CPPS), actualmente con sede en Bogotá. No obstante,
se pueden mencionar diversos esquemas de integración y de cooperación
continentales, de los cuales estos Estados son o han sido partícipes, tales
como la Organización de Estados Americanos (OEA); el Banco Intera-
mericano de Desarrollo (BID); la Asociación Latinoamericana de Inte-
gración (ALADI); el Sistema Económico Latinoamericano (SELA) y
el Acuerdo de Cartagena; y en materia de seguridad, el Tratado ínter-
americano de Asistencia Recíproca (TIAR), que en el futuro podrían
desempeñar un rol relevante en la Cuenca.
Finalmente, es del caso hacer mención de algunas de las mayores
organizaciones suprarregionales de la Cuenca, entre las que por su im-
portancia se destacan el Consejo de Telecomunicaciones del Pacífico,
con sede en Hawai, y la Asociación de Ciencias del Pacífico. Del mismo
modo, reviste especial importancia el rol que desempeña el sector privado
empresarial, a través del Consejo Económico de la Cuenca del Pacífico,
creado en 1967 para facilitar las consultas sobre materias económicas
regionales; y de manera muy especial, las Conferencias sobre Coopera-
ción Económica del Pacífico (PECC), que incluyen a los estamentos
empresarial, académico y gubernamental (14).

(12) Ver Agustín Toro Dávila. "El Sud Este Asiático", Paper Instituto de Estudios
Internacionales, U. de Chile Santiago, 1988, págs. 14-38.
(13) Op. Cit. Fernando Cousiño B. Pág. 22.
(14) NOTA. La organización, objetivos y participantes de las principales organizaciones
mencionadas serán tratadas en la parte concerniente a la política exterior de Chile.
35

C A P I T U L O II
CHILE, UN PAIS DEL PACIFICO

Del breve análisis efectuado a la Cuenca, se pueden deducir al menos


tres premisas básicas. En primer término que el sistema internacional
vive un proceso de cambios fundamental, que implica el traslado de los
centros de poder mundial hacia el Pacífico y, en consecuencia, el comienzo
de una nueva era. En segundo lugar, que este fenómeno está siendo im-
pulsado fundamentalmente por razones de índole económica y financiera
y, en tercer término, que en esta región se van a presentar los conflictos
de interés más importantes del futuro, como también los mayores es-
fuerzos de paz y de cooperación internacional.
Aceptados los supuestos anteriores, cabe preguntarse si Chile está
o no inserto realmente en dicha región y, en consecuencia, si se encuentra
preparado para participar en este dinámico proceso de transformación
del sistema internacional.

La definición del Territorio Nacional y su inserción en la Cuenca

La respuesta a la primera de las interrogantes que nos formulá-


ramos, sin duda resulta obvia y no requiere de mayores fundamentos.
Sin embargo, esta convicción aceptada sin discusiones en la actualidad
es el producto de un largo proceso evolutivo de la conciencia nacional,
cuyos orígenes se remontan a la época de la colonia.
36

La concepción del Chile contemporáneo como un país marítimo y


tricontinental; con posesiones territoriales en Sudamérica, la Antártica,
la Polinesia y en el Océano Pacífico, que le otorgan más de 8 mil kms.
de costa (15) y el dominio exclusivo de los dos pasos interoceánicos
naturales entre el Pacífico y el Atlántico, junto con darnos la primera
aproximación al tema, nos indican que desde una persepectiva geográfica,
en su calidad de país ribereño, forma parte de la Cuenca y que por su
ubicación extrema en el cuadrante Suroriental de la misma —denominado
el "gran desierto oceánico"— su presencia y proyección adquiere un
valor geopolítico y geoestratégico de vital importancia en el presente y
especialmente en el futuro.
Para llegar a esta definición del solar territorial chileno, fue nece-
sario transitar un largo proceso histórico, iniciado con el descubrimiento
del Mar del Sur o Pacífico por Vasco Núñez de Balboa, en 1513. En
efecto, en una perspectiva histórica, Chile, desde sus orígenes, está estre-
chamente vinculado al Océano Pacífico, pues para surcar sus aguas y
explorarlo, primero fue necesario descubrir nuestro territorio y navegar
sus aguas interiores en la región austral. De esta forma el nuevo mar se
constituyó en la principal vía de comunicación entre la metrópolis y la
Gobernación de Chile, durante los tres siglos de dominación española.
A pesar de la conciencia y vivencias de esta realidad, recién en 1822
y en la segunda Carta Fundamental que se diera el país, se definió el
territorio de Chile (16) en términos que no decían relación con la heredad
histérico-geográfica que nos legara la Madre Patria. Ello es atendible,
toda vez que, al producirse la independencia y durante los inicios de la
República, las primeras y naturales preocupaciones de los forjadores de

(15) "Viejos y apresurados conceptos daban a Chile una extensión litoral apreciada en
aproximadamente 5. 000 kms. como acusan algunos textos de estudio; no obstante,
la exacta situación de sus importantes responsabilidades en el Pacífico le señala
absoluta autoridad y soberanía sobre aproximadamente 8. 525 kms. de extensión
litoral, debidamente estimados los 3. 515 kms. del litoral Antártico"... "En conse-
cuencia, del Chile intrascendente que hasta ahora poco advierte la virtud telúrica
de su condición Andina, férreo espaldón de la nacionalidad y amplia y excepcional
proyección sobre un Pacífico al que apenas conjugábamos con un litoral aproximado
de 5. 000 kms., debemos urgentemente pasar a lo que en otros ensayos hemos des-
crito como 5. 000 kms. de costa que corresponde, aproximadamente desde Arica al
Cabo de Hornos; 900 kms., de mar, aguas comprendidas por nuestro paso Drake.
. . . y, finalmente los litorales de la Península Antártica". Ramón Cañas Montalva:
''El Pacífico: epicentro geopolítico de un nuevo mundo en estructuración", en Re-
vista de Seguridad Nacional, Nº 15, Santiago 1979, pág. 105-119.
(16) En los primeros documentos constitucionales que a partir de 1811 se dictaron en
Chile para reglar las atribuciones de los poderes públicos y los derechos de los
ciudadanos, no se hizo alusión al territorio que ocupaba el nuevo Estado indepen-
diente. Fue la constitución de 1822 la primera que señaló los límites de Chile y,
en seguida, hicieron otro tanto las de 1823, 1828 y 1833... ". "En términos gene-
rales y con pequeñas variaciones en las palabras, las citadas cartas políticas, situa-
ban al territorio de Chile, de norte a sur, del desierto de Atacama al Cabo de
Hornos; de oeste a este del Océano Pacífico a la Cordillera de los Andes... ". Ver
Jaime Eyzaguirre: "Breve Historia de las Fronteras de Chile"; Ed. Universitaria,
Santiago, 1984, págs. 61-62.
37

la patria fueron de orden fundacional; la consolidación del proceso de


independencia y la organización político-administrativa básica del país.
En lo relativo a su proyección externa y como consecuencia lógica
de lo anterior sucedió otro tanto. En un mundo en torno al Atlántico,
la incipiente política exterior del Chile emergente estuvo apuntada en
forma exclusiva a enfrentar la coyuntura del momento; es decir: a
obtener el reconocimiento de su independencia por España y por las
potencias europeas de la época; a lograr neutralidad de estas potencias
ante los esfuerzos militares y diplomáticos de Fernando VII por recu-
perar su antiguo imperio; a evitar todo intento de establecer monarquías
en América y robustecer una política de unión americana (17).
Además de lo anterior, es necesario dejar constancia de cómo la
primera percepción territorial de la nación fue condicionada de manera
significativa por una serie de factores. Por una parte, la impactante
presencia de formidables accidentes geográficos conjugada con la ausen-
cia de medios de comunicación con los lejanos centros de atracción mun-
dial y, por la otra, la férrea dominación político-administrativa ejercida
por los conquistadores, influyeron de manera determinante en la gene-
ración de un sentimiento de pertenencia a un país terminal y aislado
del sistema internacional de la época; en la formación de una mentalidad
que tiende al aislacionismo y en la asimilación de una precaria economía,
basada en la agricultura y en la minería (18); en suma, en la aceptación
de un legado histórico que dio origen a una cultura iberoamericana con
raíces al otro lado del Atlántico y cuyos intereses inmediatos, tradicio-
nalmente, han permanecido ligados a Europa Occidental, a los Estados
Unidos y a Latinoamérica.
De esta manera la resultante lógica y natural de esta conjugación
de factores condicionantes también se expresó en la definición popular
de Chile, como "una larga y angosta faja de territorio, rodeada de mon-
tañas, desiertos y mar", definición que sin duda influyó en la primera
caracterización geográfica del Chile independiente (19) circunscrita al
continente Americano.
La reversión de esta caracterización, paulatina, intermitente e irre-
gular por cierto, ha estado estrechamente vinculada a los períodos de
estabilidad política y económica y a las coyunturas que en los ámbitos
continental y mundial el país ha vivido a lo largo de su vida indepen-
diente, como también a la percepción de una vocación marítima y de un
destino manifiesto en el Pacífico Sur por parte de sus gobernantes, diri-
gentes políticos y prohombres.

(17) Ver Alejandro Alvarez: "La Diplomacia de Chile durante la Emancipación'', Ed.
América, Madrid, 1918, pág. 181-209; y Fernando Campos Harriet: ''Historia
Constitucional de Chile", Ed. Jurídica de Chile, Santiago 1977. Págs. 89-132.
(18) Durante este período no hubo un gran impulso creador de riqueza, un plan de
industrialización ni un auge comercial, por cuanto las colonias sólo fueron produc-
toras de materias primas, manejadas por el estricto monopolio político-económico
español, que imponía que todo el comercio de América se hiciera a través de
España.
(19) Ver Guillermo Lagos Carmona: "Historia de las Fronteras de Chile", Ed. Andrés
Bello, Santiago, 1985, págs. 157-247 y Op. Cit. "Breve Historia de las Fronteras
de Chile", págs. 64-66.
38

Prueba de ello es la evolución que ha tenido esta concepción geográ-


fica restringida y unitaria del territorio por la vía del empleo del razo-
namiento jurídico; la transacción política; la delimitación territorial y
del legítimo derecho de reivindicación de territorios, hasta llegar a
conformar el país marítimo y tricontinental, con secciones territoriales
en Sudamérica, la Antártica, la Polinesia y el Océano Pacífico, como
resultado —en opinión del geógrafo Dr. Hernán Santis— no de pro-
puestas ideológicas ni doctrinarias, sino que de "una preocupación ciuda-
dana por la insersion de la República Chilena en el orden político regional,
continental y mundial" (20), preocupación, que en lo que al Pacífico
se refiere, se ha institucionalizado en la política exterior chilena, como
consecuencia de la valorización, primero económica y luego política que
el mar ha ido adquiriendo para el país, tanto por la gran potencialidad
y variedad de los recursos vivos y minerales existentes en las aguas,
suelo y subsuelo de su zona económica exclusiva, como por el dinamismo
del proceso económico y los mercados potenciales para los productos
nacionales que la Cuenca ofrece (21).
En el marco de esta rápida revisión del proceso evolutivo del solar
territorial chileno, junto con resaltar los fundamentos de la inserción
histórica y geográfica del país en la Cuenca, hemos dejado insituada
su proyección política y económica hacia la región, aspectos que serán
abordados después de un breve análisis de la existencia de una vocación
marítima y de un destino manifiesto en el mar.

Vocación marítima y destino manifiesto

La condición marítima continental de Chile no pasó inadvertida


para los conquistadores, quienes en sus cartas e informes a la Corona
así lo consignaron; sin embargo, quien define esta característica con
precisión difícilmente igualable es, a nuestro juicio, Don Alonso de
Ercilla en el Canto I de su poema épico "La Araucana", cuando describe
el territorio de la Capitanía en los siguientes términos:
"Es Chile Norte Sur de gran longura,
Costa del nuevo Mar del Sur llamado,
tendrá del Este al Oeste de Angostura
cien millas por lo más ancho tomado;
bajo el Polo Antártico altura
de veintisiete grados, prolongado
hasta el mar Océano y Chileno
mezcla sus aguas por angosto seno".
Siglos más tarde, la percepción española, traspasada por genera-
ciones a los criollos y desarrollada y vivida como vocación, llevaría a

(20) Hernán Santis Arenas: "Discurso de conmemoración del 7º aniversario de la crea-


ción del Instituto Geopolítico de Chile", en Revista chilena de geopolítica, Vol. 4
Nº 3, 1988, pág. 4".
(21) Ver José Merino Castro: "El Mar de Chile: Garantía para la recuperación nacio-
nal", en Revista Política y Estrategia Nº 28, Santiago, 1983, págs. 11-25".
39

importantes actores del quehacer nacional, en distintas épocas y situa-


ciones, a reflexionar y actuar convencidos de que el destino de Chile estaba
en el mar. Así por ejemplo, encontramos que en su obra "Tierra de
Océano", Benjamín Subercaseaux sentencia: "Chile nació para el mar;
del mar se alimentaron sus aborígenes; por el mar se consolidó su con-
quista; en el mar se afianzó su independencia; del mar deberá extraer
su sustento; sin el mar no tiene sentido su comercio... " (22).
Tampoco el Libertador de Chile, Capitán General Don Bernardo
O'Higgins estuvo ajeno a esta realidad. Su genio visionario, recién con-
cluida la batalla de Chacabuco, le hacía declarar a sus generales: "Este
triunfo y cien más se harán insignificantes si no dominamos el mar",
convicción profunda que se haría realidad el 20 de agosto de 1820, con
el zarpe desde la bahía de Valparaíso de la Expedición Libertadora al
Perú, empresa bélica que motivaría el desarrollo de una gran marina
mercante y de una poderosa flota de guerra nacionales, que más tarde
llevarían a decir al estadista Diego Portales que "ninguna política ex-
terior puede formularse sobre bases serias si un país, esencialmente
marítimo como Chile, carece de una poderosa marina mercante y, por
ende, de una eficaz flota de guerra" (23).
Los acontecimientos históricos en que se vería envuelto el país no
tardaron en demostrar la validez de estas sentencias. El rol desempeñado
por la armada y la marina mercante chilenas, en las guerras contra la
confederación Perú-Boliviana y del Pacífico, fue fundamental en el logro
de la victoria y en la consolidación del poderío marítimo de Chile en el
Pacífico, posibilitando, además, que el país accediera al rango de potencia
intermedia en el concierto mundial, con una significativa proyección
exterior de una presencia gravitante a lo largo de la ribera oriental del
Pacífico, hasta las postrimerías del siglo XIX, época en que comienza
a declinar el nivel alcanzado por el país a raíz de las convulsiones in-
ternas y de la evolución del sistema internacional.
Lo expuesto nos lleva a reflexionar de manera inevitable en lo
que escribiera, en la obra ya citada Benjamín Subercaseaux: "Chile es
una tierra de océano, o sea, un país que por su estructura y su posición
geográfica no tiene mejor objetivo, ni mejor riqueza, ni mejor destino
—más aún— ni otra salvación, que en el mar" (24), y preguntarnos en
qué medida esta vocación marítima y este destino manifiesto, tan clara-
mente percibidos y vividos por innumerables hombres ilustres, estadis-
tas, pensadores, literatos, historiadores, geopolíticos, geógrafos y soció-
logos, forman parte del sentimiento nacional.
Una revisión serena de nuestra historia patria, buscando con im-
parcialidad la respuesta a este interrogante, nos lleva a afirmar que,
lamentablemente, estos sentimientos aún no han logrado cristalizarse
plenamente en el ser nacional, producto principalmente de la presencia

(22) Benjamín Subercaseaux: "Tierra de Océano", Ed. Ercilla, 5. a edición, 1965, San-
tiago, pág. 12.
(23) Ver Luis Winter Igualt: "La vocación marítima de Chile'', en Revista Diplomática
Nº 25, Santiago, 1982, págs. 49-55.
(24) Op. Cit. "Tierra de Océano", pág. 12.
40

latente de un sentimiento encontrado y contradictorio respecto del mar,


cuyas causas —algunas de las cuales hemos mencionado— las encon-
tramos en factores geográficos, idiosincráticos, económicos y políticos
(25).
En este orden de ideas, el historiador Sergio Villalobos plantea que
suele hablarse en forma reiterada del gran destino oceánico del país y
mencionar una historia rica en empresas marítimas que revelarían la
pujanza y el espíritu pionero chileno; sin embargo —agrega— nunca
se precisa cuál es esa historia, lo que indicaría que sobre la base de unos
cuantos hechos aislados y carentes de verdadera importancia, se ha
creado "un mito que se alimenta del patriotismo, del espíritu romántico
y de la inclinación por lo anecdótico" (26).
Este severo juicio, que reclama el rigor científico, en la afirmación
del destino manifiesto de Chile, de su vocación marítima y de una his-
toria vinculada al Pacífico, aunque no lo compartimos en forma plena,
estimamos que debe ser asumido con pragmatismo y profunda reflexión,
como única manera de enfrentar sobre bases realistas y con éxito los
desafíos que el presente y el futuro le depararán al país. El no hacerlo
significaría desconocer las lecciones de la historia y no haber compren-
dido que un país sin una radiación o influencia que trascienda sus fron-
teras está condenado a sufrir las consecuencias de la dependencia y del
aislamiento internacional.
Lo anterior, porque aún cuando la vocación internacional y marí-
tima de Chile es clara y se caracteriza por la búsqueda permanente —
aunque con una persistencia irregular— da una proyección extracon-
tinental del país a través de tres políticas centrales, como lo han sido
sus pioneros planteamientos, declaraciones y acciones respecto del dere-
cho del mar, del Pacífico y la Antártica, hay que asumir el hecho de la
permanencia subyacente y gravitante de un sentimiento encontrado res-
pecto de su intensa frontera marítima que el país ha experimentado a
lo largo de su historia, en el sentido de sentirla y vivirla tanto como un
obstáculo, con consecuencias aislantes, lo mismo que como un medio
vital de proyección y comunicación con el exterior.
Nuestras manifestaciones culturales, como también la infraestruc-
tura político-administrativa y económica del país, constituyen un mues-
trario inequívoco de este fenómeno, del mismo modo que nos indican
cómo cada día es más nítida la institucionalización de la vocación marí-
tima y de la proyección del país hacia la Cuenca del Pacífico, superando
así, en forma paulatina, pero continuada, una mentalidad que históri-
camente nos ha mantenido aferrados a la llanura (27).

(25) Ver. Op. Cit. "Chile y la Comunidad del Pacífico", págs. 57-81.
(26) Sergio Villalobos R.: ''El Pacífico: una historia inexistente en la Comunidad del
Pacífico en Perspectiva", Inst. Est. Int., Ed. Universitaria 1979, Volumen I, págs.
81-82.
(27) Por consideraciones terrestre-orográficas, tenemos un destino natural del país mon-
tañoso, mientras que paralelamente presentimos también nuestra vocación marítima,
pero tenemos, por el contrario, curiosamente mentalidad de habitantes de llanura,
de espacios planos y amplios que es esencialmente ajena a nuestra realidad geográ-
fica... ". Ricardo Rioseco: La Cuenca del Pacífico en una perspectiva geográfica",
conferencia dictada en el Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad
de Chile, Santiago, 1988.
41

En el caso particular de Chile, como en el de muchos Estados, el


mar es factor condicionante de todos los proyectos políticos que se
elaboren para lograr el desarrollo económico-social y una presen-
cia y proyección exterior del país. Así lo ha asumido el gobierno de
las Fuerzas Armadas, entendiendo al mar como un factor de ayuda y
estímulo para el desarrollo del país; como una fuente de inconmensu-
rable de recursos orgánicos y minerales; como una vía de comunicación
e interrelación con el resto del mundo y como una realidad que impone
la proyección geoestratégica de Chile en el cuadrante Sur-Oriental de la
Cuenca del Pacífico; aspectos todos que se han cristalizado en las polí-
ticas interna, económica y exterior que el gobierno militar ha desarrollado
y a las cuales nos referiremos más adelante.

Las políticas de Chile hacia el mar y el Pacífico: consecuencias de su


inserción política y económica en la Cuenca

No podríamos concluir el razonamiento sobre la inserción de Chile


en la Cuenca del Pacífico sin antes referirnos, aunque sea brevemente,
a los planteamientos y acciones a través de los cuales el país ha man-
tenido su presencia y se ha proyectado históricamente en la región.
A pesar de que hemos convenido en que, existiendo una vocación
marítimas y una te en el destino oceánico del país, éstos no han adquirido
aún el perfil requerido ni la fuerza suficiente como para motivar un
accionar global del país en torno al mar, no compartimos la opinión de
quienes sostienen que la actuación de Chile en la región ha obedecido
más a la improvisación que a objetivos preestablecidos con claridad, por
cuanto, como en todo proceso histórico, político y económico, en la acción
que el país ha realizado en la Cuenca se aprecia un desarrollo gradual
lógico, que ha sido impulsado por las consecuencias de la interacción de
los intereses públicos y privados y que se ha traducido, más tarde o más
temprano, en la generación e implementación de la política exterior de
Chile respecto del Derecho del Mar y del Pacífico.
Es dentro de este contexto que estos dos elementos centrales de la
política exterior chilena sobresalen por su creatividad e imaginación y
se caracterizan por su continuidad en el tiempo y aún cuando emergen
en momentos históricos y circunstancias diferentes y su evolución es
paralela y hasta cierto punto inconexa, ellas no son el resultado de la
casualidad ni responden a intereses tan distintos como para transfor-
marlas en líneas autónomas y separadas de conducta.
Según el profesor Francisco Orrego Vicuña, las peculiares carac-
terísticas geográficas del país, en las que predominan los factores con-
ducentes a su aislamiento territorial, han influido en que Chile necesa-
riamente busque su proyección hacia el Océano, agregando, que tal vez
la nota más distintiva de estructura territorial es la carencia de un
espacio interior que ha motivado que, mientras el resto de los países
sudamericanos, con vastos espacios interiores, la mayor parte de las
42

veces inexplotados, han centrado la preocupación histórica de sus pro-


yectos políticos en aras de su conquista e incorporación, Chile haya
desarrollado políticas con un marcado sello internacional, cuyo objetivo
ha sido incorporar el espacio circundante, proyectando al país más allá
de sus bordes continentales (28).
Como consecuencia de su particular característica, estas políticas
que nacieron formando parte de una política nacional proyectada a un
ámbito internacional, en poco tiempo se fueron internacionalizando, hasta
llegar a formar parte del Derecho Internacional (Zona Económica Ex-
clusiva); de esquemas especiales de cooperación (Comisión Permanente
del Pacífico Sur) o de vastos proyectos de organización internacional
(Tratado Antártico), y ello, a raíz de que actuando en un medio inter-
nacional), han llegado a inspirar o coincidir con las políticas e intereses
de otros Estados en relación con ese mismo medio.

La política del Pacífico

La política para el Pacífico muestra una evolución gradual; desde


políticas circunscritas a regiones geográficas determinadas y de activi-
dades funcionales específicas, hasta llegar a concepciones globales, que
comprenden a la Cuenca como conjunto. De esta manera encontramos
que a lo largo de toda la historia de Chile independiente, se aprecia un
proceso evolutivo que comprende en forma paralela políticas circunscri-
tas al contexto del Pacífico Sur y políticas de proyección del país hacia
la Cuenca como conjunto.
Ya durante la dominación española hubo ciertos vínculos con la
región, pero no fueron relevantes para Chile, derivado de su posición
geográfica relativa y de su falta de importancia como plaza comercial y
política para la Corona. En efecto, entre los siglos XVI y XVIII la
Capitanía General de Chile tuvo diversos contactos con el Pacífico, dentro
del contexto de la búsqueda de una ruta hacia oriente del Imperio Es-
pañol, lo que se tradujo en que nuestro país fuera un puerto de tránsito

(28) Desde el punto de vista de la motivación, el proceso chileno es similar al del resto
de los países sudamericanos, pero en lo referido a la orientación y naturaleza de
sus políticas es diferente: en un caso, regiones interiores y continentales motivan
políticas nacionales; en Chile, regiones exteriores y extracontinentales han exigido
políticas internacionales basadas en factores de índole nacional. En un caso, se
aprecia una periferia costera que pugna por expandirse hacia un centro geográfico
continental y en el caso de Chile, una periferia continental que pugna por expan-
dirse hacia un centro geográfico internacional que la circunda. Ver Francisco Orrego
Vicuña: ''La proyección extracontinental de Chile"; en Revista Diplomacia Nº 29,
Santiago, 1983, págs. 34-35.
43

en las comunicaciones de la metrópoli con sus posesiones de la Cuenca


(29).
Sin embargo, a partir de la Independencia se evidencian manifes
taciones claras de la estructuración de una política hacia el Pacífico Sur.
Así, en el período comprendido entre 1817 y 1843, tres estadistas de-
muestran en su pensamiento y acciones una concepción política que
trascendía el ámbito continental; O'Higgins con su proyecto de llevar
la guerra de la Independencia hasta Filipinas, extendiendo así su acción
y con su idea de convertir Valparaíso en depósito del comercio del Pa-
cífico, mediante el establecimiento de almacenes francos; Portales, quien
con su genio de estadista, formula como objetivo para Chile obtener el
liderazgo en el Pacífico Sur para asegurar el equilibrio de poder en el
continente, y el General Bulnes, al ordenar la ocupación del Estrecho de
Magallanes, a fin de controlar las vías de comunicación entre los océanos
Pacífico y Atlántico, dando inicio, de esta manera, a una vinculación
regional, cuyas principales manifestaciones fueron las actividades comer-
ciales, las visitas de buques chilenos, el empleo de nuestra moneda y el
exilio del General Freire en Tahiti, vínculo que comenzó a decaer con
la pérdida de la Flota Nacional en la guerra contra España, para reapa-
recer con la anexión de la Isla de Pascua en 1888.
En forma paralela a esta proyección limitada al Pacífico Sur —con-
secuente con el status internacional del emergente Estado— se aprecia
el desarrollo de una segunda línea de acción —menos persistente por
cierto— que en forma gradual fue configurando una política hacia toda
la Cuenca.
El legado de Portales había dado origen a un largo período de esta-
bilidad política en los momentos en que el resto de las nacientes Repú-
blicas del Continente se debatían en cruentas luchas intestinas. Ello se
tradujo en un crecimiento económico que motivó la búsqueda de nuevos
mercados; Valparaíso se transformó en el principal puerto del Pacífico,
en el que se establecieron firmas interesadas en el comercio con China
y la India, principalmente y desde el cual salieron las exportaciones de
grano y carne hacia Australia y California durante las "fiebres de oro"
(30).
Lo anterior, sumado al patrullaje naval que la armada chilena efec-
tuaba a lo largo de la costa occidental de Sudamérica y las pugnas
que se desarrollaron para evitar la construcción de un ferrocarril a través
de Panamá, constituyen manifestaciones claras de la concepción de una

(29) El ''Galeón de Manila" comunicaba a México con Filipinas y las concesiones otor-
gadas en nuestro litoral austral a fines de siglo XVIII a loberos y balleneros ingleses
y norteamericanos que promovieron el comercio de dichos productos con oriente.
Ver Alvaro Jara: "Las conexiones e intercambios americanos con el oriente bajo el
marco Imperial Español. En Op. Cit. La Comunidad del Pacífico en perspectiva.
Vol. 1, págs. 39-47 y Op. Cit. José Antonio Cousiño: ''El Pacífico Insular": una
realidad emergente. Págs. 5-7.
(30) La exportación agrícola provocada por ambas fiebres del oro duró sólo cinco años.
Ver. Op. Cit. Sergio Villalobos, pág. 82.
44

política exterior del país, que comprendía toda la Cuenca, lo que era im-
pulsada e implementada por el nivel gobierno.
Sin embargo, la señal más evidente de la búsqueda de la consolida-
ción de una proyección hacia la Cuenca la constituye la aplicación de la
cláusula de la nación más favorecida en las negociaciones con Gran Bre-
taña, que culminaron con el tratado suscrito en 1842 que perseguía ob-
tener el beneficio de la apertura de nuestro comercio a las posesiones del
Imperio Británico en el Pacífico y sus regiones circundantes (31).
Estos mismos intereses comerciales indujeron al país a abrir una
serie de Consulados en la Cuenca, que a fines del siglo XIX llegaron a
ser superiores en número e importancia a las representaciones diplomáticas
del país (32). Así mismo, las primeras navegaciones marítimas, los con-
tactos comerciales, el proceso de descolonización de la postguerra, el de-
sarrollo de las comunicaciones aéreas, la búsqueda de contactos con el
Tercer Mundo y la universalización de las relaciones internacionales, lle-
varon al país a establecer vínculos diplomáticos y a abrir Embajadas en
el área: Japón en 1899; China en 1915 (siendo reestablecidas con China
Popular en 1978); el intercambio de misiones residentes con Australia y
Nueva Zelanda en 1945; con Filipinas en 1947 y con Corea del Sur en
1962 y más tarde, entre 1972 y 1981, se buscó el establecimiento de re-
laciones con casi la totalidad de las naciones del Pacífico Insular y la
apertura de Embajadas residentes en el Sudeste Asiático.
La toma de posesión de la Isla de Pascua en 1888 marca el reinicio
del desarrollo de una progresiva acción hacia el Pacífico Insular que res-
ponde sin duda, a nuestra natural proyección oceánica y polinésica basada
en el extenso litoral del país. Así también, el establecimiento de la Isla
de Pascua como provincia y del Archipiélago de Juan Fernández como
comuna de la Región de Valparaíso, reflejan claramente la presencia de
Chile insular en el Pacífico Sur (33).

(31) Chile había buscado la aplicación de la "Cláusula Bello" durante más de una
década en el ámbito latinoamericano. Esta establecería un trato preferencial
entre estos países, que no se haría extensivo al comercio con terceros países.
Como la reciprocidad que este mecanismo exigía no se dio en la práctica, el
mismo Bello impulsó su empleo con Gran Bretaña, primera potencia comer-
cial de la época, generando una gran polémica en el país, especialmente en
sectores que no comprendiendo sus alcances, temían al poderío económico
británico. Ver Francisco Orrego Vicuña: "La participación de Chile en el
sistema Internacional". Ed. Gabriela Mistral, Santiago, 1974. Págs. 83-145.
(32) Se abrieron Consulados en Bombay, Calcuta, Shangai, Kobe, Yokohama, San
Francisco, Tahiti, Bali, etc. Op. Cit. "La Política Exterior de Chile en el
Pacífico". Pág. 6.
(33) . . . "Desde 1966, se ha considerado a Pascua como un Departamento dentro
de la Provincia de Valparaíso, incluyendo dentro de su jurisdicción a la Isla
Sala y Gómez. Ocho años más tarde, en 1974, se la eleva a la categoría de
Provincia perteneciente a la Quinta Región y, actualmente, sus autoridades ad-
ministrativas, Gobernador y Alcalde, están en manos de connacionales isle-
ños". Ver José T. Merino Castro: "Isla de Pascua, Proyección de Chile Oceáni-
co en el Pacífico", clase magistral dictada con motivo del Mes del Mar, 1988,
en documento de información del Instituto Geopolítico de Chile Nº 2/88.
45

Lamentablemente, esta política coherente y relativamente sostenida


durante la primera mitad del siglo XIX, fue perdiendo fuerza en forma
gradual a partir de la guerra contra España y hasta las primeras déca-
das de este siglo. Ello, como lo veremos más adelante, ha tenido directa
relación con los períodos de estabilidad interna y progreso económico que
ha vivido el país. No obstante, la conciencia de un destino en el mar y
de una vocación marítima se ha mantenido latente en el ser nacional.
La proyección contemporánea de Chile hacia la región mantiene las
dos vertientes tradicionales que hemos destacado, con la diferencia de que,
producto del natural proceso evolutivo que han experimentado, tienden a
juntarse en el marco de una concepción más unitaria, constituyendo la
expresión de intereses muy específicos, tanto en el plano económico como
el político que demuestran la estructuración de una política moderna ha-
cia la región, que comprende las actividades académica, empresarial y gu-
bernamental (34) y, en consecuencia, la consolidación de la inserción del
país en la Cuenca..
Antes de culminar este breve recuento de la política exterior de Chi-
le hacia el Pacífico, estimamos pertinente hacer mención de algunas ac-
tividades desarrolladas durante las últimas décadas, por diferentes ins-
tituciones y empresas del país, que dan más fuerzas aún a los plantea-
mientos expresados anteriormente, como lo son por ejemplo, la visiona-
ria apertura que efectuó la Línea Aérea Nacional, LAN-CHILE, en 1967,

(34) Op. Cit. "La proyección extracontinental de Chile". Pág. 46.


46

de la única ruta horizontal entre América Latina y el Pacífico Sur, al es-


tablecer la conexión directa entre Santiago, Isla de Pascua, Papeete y
Nandi, como también, del primer vuelo transpolar que unió a las ciudades
de Punta Arenas y Sydney en 1974, fecha en que las empresas navieras
Interoceánica y Sudamericana de Vapores establecieron servicios regu-
lares con Japón y la región del Asia-Pacífico; la comunidad académica
nacional no ha estado ajena a este quehacer y se ha destacado por el de-
sarrollo de una creciente labor de difusión —aunque no en la medida que
deseáramos— respecto de los intereses que vinculan a Chile con la Cuen-
ca. En este aspecto destacan las publicaciones y los Seminarios que el
Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile ha ve-
nido organizando desde 1970 y que no es del caso detallar, pues su pres-
tigio y calidad son reconocidos ampliamente por las personas y entida-
des vinculadas a la Cuenca del Pacífico.
De esta manera, nuestro país persigue aumentar su participación en
la emergente comunidad del Pacífico (35), a través de una actividad
constante que incluye también el intenso trabajo que dentro del marco
de los países del sistema del Pacífico Sur, busca nuevas fórmulas de coo-
peración que faciliten la proyección de Latinoamérica hacia la Cuenca,
de tal suerte de superar en forma definitiva las barreras que producto
de percepciones históricas, tradicionalmente han dificultado la constata-
ción de esta realidad.
La política sobre el Derecho del Mar.
El mar ha sido motivo de preocupación constante por parte de Chile,
preocupación que se ha manifestado a través de una política de proyec-
ción extracontinental gradual y evolutiva que, al igual que la del Pací-
fico, comienza dirigida a los ámbitos más estrechamente vinculados al
territorio continental, para posteriormente considerar enfoques regiona-
les que culminan con una proyección universal. También, al igual que la
del Pacífico, esta política central se caracteriza por obedecer a motiva-
ciones de orden económico, político y estratégico.
En su estructuración y manifestaciones, también se aprecian dos
vertientes o líneas de acción. La primera de ellas la constituye la política
seguida por Chile respecto del Estrecho de Magallanes, caracterizada por
un punto de importancia fundamental que hasta hoy mantiene vigencia,
cual es que el dominio del Estrecho es exclusivo de Chile, tesis, que fue
utilizada en las negociaciones con Argentina, que culminaron con el Tra-
tado de Límites de 1881 (36).

(35) Además de la creciente importancia político-estratégica y del cada día ma-


yor flujo comercial, financiero, tecnológico y cultural interregional, lo más
interesante de lo que está ocurriendo en la región lo constituyen los intentos
por llegar a conformar algún tipo de régimen de consultas, esquemas y coo-
peración y, eventualmente, la creación de una Comunidad de Naciones entre
los Estados ribereños del Pacífico. Ver Op. Cit. "Chile y la Comunidad del
Pacífico". Págs. 83-103.
(36) Ver Alberto Marín Madrid: "El Arbitraje del Beagle y la Actitud Argentina".
Ed. Universitaria, Santiago, 1978. Págs. 17-22 y Op. Cit. Jaime Eyzaguirre.
Págs. 83-89.
47

Los fundamentos que respaldan esta tesis, cuya negociación tuviera


como consecuencia las renuncias de los derechos chilenos sobre la Pata-
gonia y de las pretensiones argentinas sobre la mayor parte de los terri-
torios situados al Sur del Estrecho, son muy pretéritas y motivaron su
ocupación durante el gobierno del General Manuel Bulnes. En efecto,
Chile siempre ha manifestado su interés —entendido como vital para el
país— en mantener el dominio y jurisdicción exclusiva sobre los espacios
marítimos que penetran su accidentado territorio austral, ya que ellos
forman parte integrante e inseparable de éste. Este enfoque inmediato
era necesario, como paso previo, para asegurar la proyección extraconti-
nental, representada en este caso por el comercio y los mares, que expli-
can por qué Chile nunca tuvo inconveniente para garantizar la libertad
de navegación a través de esta vía, ya que facilita sus vínculos extra-
continentales.
En la actualidad, estos antecedentes siguen siendo parte de los fun-
damentos de la política que el país sigue respecto del Estrecho, en el con-
texto del Derecho del Mar y las negociaciones efectuadas en el ámbito de
la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar,
en donde se apoyó el concepto del paso en tránsito a través de los Es-
trechos utilizados para la navegación internacional, enfoque que le ha
permitido compatibilizar sus derechos de Estado ribereño con las necesi-
dades de la navegación internacional, a la vez que ha reafirmado la vi-
gencia del régimen previsto para este efecto en el Tratado de 1881 (37).
Del mismo modo, se mantiene integralmente la política de salvaguar-
dar el dominio completo de ese espacio marítimo y de sus riberas, espe-
cialmente frente a la tesis que han pretendido desconocer los alcances ju-
rídicos de dicho Tratado.
Ante esta realidad, ha sido política permanente de Chile el conside-
rar las aguas de esta región como interiores, sujetas por consiguiente al
dominio territorial exclusivo del Estado, sin perjuicio de lo cual y a pesar
de que en ellas no existen derechos de paso en favor de terceros Estados,
ha habilitado una ruta especial, sujeta a la autorización y control de
Chile, en su condición de Estado ribereño (38). Esta situación impuesta
por la geografía ha sido reconocida por el Derecho Internacional, tanto
por medio de la jurisprudencia de la Corte Internacional de Justicia, co-
mo en las disposiciones de la Convención sobre el Mar Territorial y la
Zona Contigua de 1958 y de la Convención sobre el Derecho del Mar de
1982.
La segunda línea de acción de la política hacia el mar aparece más
separada de las zonas costeras inmediatas y con una proyección clara-
mente internacional y se refiere a la proyección de competencias y juris-
dicción del Estado ribereño sobre sus espacios marítimos adyacentes, con
la finalidad de adquirir el control exclusivo de la exploración y explota-
ción de recursos naturales, orgánicos y minerales que en ellos existen.

(37) Op. Cit. "La proyección extracontinental de Chile". Pág. 36-37.


(38) Esta integración al territorio físico del Estado también comprende a los ca-
nales australes que se extienden al Oeste y al Sur del Estrecho de Magalla-
nes, bordeando la Isla de Tierra del Fuego. Ibidem. Pág. 37.
48

Esta concepción moderna, que también tiene fundamentos netamen-


te económico (39), fue visionariamente enunciada por Andrés Bello en
sus principios sobre Derecho Internacional en 1831 (40) y estructurada
con un sentido contemporáneo en la proclamación del Presidente Gabriel
González Videla en 1947, dando lugar a la primera zona marítima de 200
millas, en el mundo, que constituiría el precedente más importante en las
actividades y negociaciones desarrolladas hasta su incorporación como
Zona Económica Exclusiva de los Estados ribereños en la Convención
sobre el Derecho del Mar, aprobada el 30 de abril de 1982.
La necesidad de proteger los recursos naturales existentes en el es-
pacio marítimo adyacente al territorio continental, reservándolo para su
explotación por los nacionales, obedece a una vinculación directa a la
realidad histérico-geográfica del país que lo ha impulsado a la búsqueda
de una proyección a través del mar; luego, no es el producto de la casuali-
dad, ni de un chispazo de genialidad de un gobernante; muy por el con-
trario, es la resultante de la interacción de los intereses de los sectores
públicos y privados del país traducidos en la adopción de una zona de
jurisdicción exclusiva, como una manera de cautelar los recursos que sus
industrias necesitaban como materias primas.
Resulta interesante destacar el pragmatismo de esta concepción po-
lítica nacional, que tiene el mérito de haber sido estructurada de tal for-
ma que junto con satisfacer necesidades funcionales del país, como lo
son la protección de los recuros naturales existentes en ese espacio ma-
lítirno, reconoce explícitamente los principios relativos a la libertad de
navegación y de las comunicaciones, compatibilizando, así, la legitimidad
de la proyección nacional con la naturaleza internacional del mar y evi-
tando, de esta manera, el surgimiento de intereses contrapuestos difícil-
mente salvables, que, obviamente habrían impedido el logro de los ob-
jetivos perseguidos con su aplicación.
Como sabemos, la iniciativa chilena tuvo un impacto regional inme-
diato que se tradujo en su ratificación por las Repúblicas de Perú y
Ecuador, en la Declaración de Santiago o Declaración sobre Zona Maríti-
ma de 18 de agosto de 1952 (41) y en la creación del sistema del Pací-
fico Sur, el que tendría una labor trascendental en la coordinación de la
región, para la defensa de los derechos de soberanía sobre el mar, los re-
cursos naturales, el suelo y subsuelo, hasta una distancia de 200 millas
de las costas de los tres países signatarios.

(39) Hugo Llanos Mansilla: "Los países del sistema del Pacífico Sur y el Nuevo
Derecho del Mar", en Revista Diplomacia Nº 38. Santiago, 1986. Pág. 6.
(40) Ver Martín Alonso Pinzón: "Andrés Bello Jurisconsulto". Ed. Universitaria.
Santiago, 1983. Pág. 63.
(41) La declaración suscrita por Chile, Perú y Ecuador buscaba "asignar a sus
pueblos las necesarias condiciones de subsistencia y de procurarles los me-
dios para su desarrollo económico". Ver: "Acuerdo sobre explotación y con-
servación de las riquezas marítimas del Pacífico Sur" en Revista Diplomacia
Nº 24, Santiago, 1982, Pág. 7-9.
49

La tesis de las 200 millas, impulsada por la Declaración de Santiago,


tuvo expresión y reconocimiento posterior con la declaración de Santo
Domingo sobre Mar Patrimonial, en 1972, la que a su vez estimuló otras
declaraciones regionales en Africa, Asia y Oceanía, las cuales fortalecie-
ron la unidad entre los dos países en desarrollo y en esta forma, paula-
tinamente aceptada, su aplicación internacional por las potencias marí-
timas, que en un comienzo la habían resistido, hasta llegar finalmente
a ser incorporada, bajo el concepto de Zona Económica Exclusiva, en el
Derecho Internacioal, formando parte de la Convención del Nuevo De-
recho del Mar que ya hemos mencionado (42).

CAPITULO III

POLITICA INTERNA Y POLITICA EXTERNA: INTERRELACIONES


Y EFECTOS EN LA POLITICA DE CHILE HACIA EL PACIFICO

La revisión de las dos políticas centrales presentes en la proyec-


ción exterior de Chile ha despejado —a nuestro juicio— la primera in-
cógnita que nos plantearemos; luego, es el momento de abordar la se-
gunda interrogante, cual es, si nuestro país se encuentra preparado pa-
ra ser parte activa en el dinámico proceso económico y político que se
está desarrollando en la Cuenca y, en consecuencia, qué rol tiene y/o está
llamado a desempeñar en la Era del Pacífico.
No obstante que, al igual que en la primera pregunta, afloran en
forma natural y obvia diversos fundamentos que nos inclinan a pronun-
ciarnos, a priori, por un resultado afirmativo, con el objeto de evitar
el riesgo de caer en simplificaciones que le resten mérito a la realidad
de los hechos, repetiremos el ejercicio de buscar la respuesta en la his-
toria política del país.
Lo anterior obedece a que tenemos el convencimiento de que el en-
foque histórico de las relaciones internacionales facilita la comprensión
del contexto y características que éstas presentan en la actualidad, ya
que, como lo hemos visto, al igual que todo proceso político, económico
o social, existen causas, problemas y situaciones que van condicionando
su evolución y desarrollo, las que, de no ser consideradas, conducen ine-
vitablemente a conclusiones parciales o equivocadas.
En efecto, en varias oportunidades hemos mencionado que, tanto la
política exterior hacia el mar como la del Pacífico, presentan en su de-
sarrollo progresivo una evolución intermitente y una falta de persisten-
cia en la conquista de sus objetivos. También hemos comprobado cómo

(42) Joaquín Fonseca Truque: "La Comisión Permanente del Pacífico Sur y la
Cuenca del Pacífico", charla dictada en la Academia Diplomática "Andrés Be-
llo" el 28 de agosto de 1987 en Revista Diplomacia N° 40, Santiago, 1987, págs.
22-24.
50

esta percepción ha llevado a diversos especialistas en la materia a du-


dar de la existencia de una política coherente hacia la Cuenca o plantear
que las experiencias del pasado revelan en forma inequívoca que Chile
se detuvo en su desarrollo o sufrió debilitamiento o retroceso cada vez
que volvió la espalda al mar (43).
Ello nos induce a preguntarnos qué factores, además de los ya ana-
lizados, han intervenido en este proceso y qué vigencia tienen en la ac-
tualidad.
Al estudiar la historia política nacional —y aunque parezca obvio
destacarlo— llama la atención el hecho de que en los períodos en que el
país ha disfrutado de los beneficios de la estabilidad política, los go-
biernos han podido dedicar sus esfuerzos al logro del crecimiento econó-
mico y desarrollo del país, lo que a su vez ha facilitado la adopción de
políticas que han proyectado a la nación más allá del ámbito continen-
tal, lo cual implica establecer una relación de causa y efecto de íntima
relación entre estos tres factores.
Ello es así porque en la medida en que el sistema internacional ha
ido evolucionando, por una parte, han ido apareciendo nuevos actores no
gubernamentales y, por otra, la acción de éstos y de los gobiernos han
llegado a constituir parte de un solo todo, de tal suerte que los efectos
positivos o negativos de las acciones de un agente tienen consecuencias
en los diferentes ámbitos del sistema y, en este sentido, la política inter-
na de un país, cada día ha ido adquiriendo una vinculación más estre-
cha y directa con su proyección externa, a través de factores económicos,
culturales, políticos y militares.
La evolución del esquema de las relaciones internacionales de Chi-
le no ha estado ajena a este fenómeno, y su revisión, además de comple-
mentar el análisis de las variables intervinientes en la política nacional
hacia el Pacífico, efectuado precedentemente, nos permitirá demostrar
que la respuesta a la segunda interrogante que nos formuláramos, está
determinada de manera inevitable por la naturaleza y característica de
las políticas internas que desarrolle Chile.
Para el propósito anterior, efectuaremos un breve análisis de los
hitos más trascendentes en la historia política nacional, en el período
comprendido entre la caída del Director Supremo de la Nación Capitán
General Bernardo O'Higgins Riquelme y el gobierno marxista-leninista
de la Unidad Popular, dejando para el próximo capítulo el estudio del
actual gobierno, el cual —a nuestro juicio— constituye la síntesis de to-
dos los factores analizados y la respuesta contundente y definitiva que
estamos buscando.

(43) Mario Amello R.: "El Mar en el Futuro de Chile", en Revista Chilena de
Geopolítica, Vol. 5, Nº 1, Santiago, 1988, pág. 34.
51

El Estado Portaliano: base de la proyección exterior de Chile

Una vez declarada la independencia, los líderes de la época, en su


búsqueda de darle una organización al Estado, generaron un período que
comprende, desde 1823 a 1830, que ha sido denominado "La Anarquía",
y en el cual se presentan diferentes ensayos y proyectos políticos que
trajeron como consecuencia inmediata el desconcierto, el desorden y la
desorganización administrativa del país. Sin embargo, a diferencia de
otros Estados latinoamericanos, esta anarquía no fue el producto de una
lucha social ni racial, sino que de una lucha por el poder entre sectores
de la aristocracia criolla (44) y del lógico resultado del desmoronamien-
to repentino de un poder político basado en las características y capa-
cidades de un líder, con una férrea voluntad personal (45).
Durante estos siete años de anarquía se sucedieron 30 gobiernos y
se ensayaron cuatro proyectos constitucionales diferentes y, como es ló-
gico de suponer, este clima de inestabilidad, caracterizado por grandes
preocupaciones políticas y militares, impidió que se adoptaran las medi-
das económicas que el país necesitaba para sentar las bases de su desa-
rrollo.
En este escenario político emergió Diego Portales, en el inicio del
período en que gobierna el Partido Conservador o "Pelucón", que abarca
desde 1830 a 1871, ejerciendo durante el primer año de la Magistratura
del General Joaquín Prieto los cargos de Ministro del Interior, Relacio-
nes Exteriores y de Guerra y Marina, puestos desde los cuales emprende
la tarea fundacional de darle una organización definitiva al Estado so-
bre la base del orden, la estabilidad interna y el desarrollo económico.
Su visión de estadista le indicó que para lograr el equilibrio y la es-
tabilidad del poder, necesariamente el país debía recurrir a sus raíces his-
tórico-políticas. En efecto, Portales comprendió que sería imposible rees-
tructurar el Estado sin el concurso activo de las tres fuerzas organizadas
que existían en Chile; la Aristocracia, la Iglesia y el Ejército, cuyos
vínculos con el gobierno se habían roto con la independencia y la anar-
quía (46).

(44) En esta época no hay caudillaje ni militarismo; los militares que ocupan
la primera Magistratura muestran el más grande desinterés por el poder... "
"No hubo anarquía propiamente tal; sino más bien ésta es la consecuencia
de un deliberado plan de ensayar los sistemas políticos que más le convinie-
ran al país, de buscar el ajuste entre la Ley y la realidad". Op. Cit. "His-
toria Constitucional de Chile", págs. 136-137.
(45) O'Higgins, Director Supremo del país, renuncia al poder, iniciándose un pe-
ríodo conocido como la "Era de los Pipiolos", que dura hasta la batalla de
Lircay, en el cual los ensayos constitucionales fueron influidos por tendencias
liberales o carreristas que no tenían un ideario bien definido.
(46) Ver Javier González E. "El aporte de Portales a la formación del Estado
Nacional, como base de una Política Exterior" en "150 años de Política Exte-
rior Chilena", Ed. Universitaria, Santiago, 1977, pág. 39.
52

De estas tres fuerzas, la Aristocracia y la Iglesia habían conserva-


do su organización y unidad, no así al Ejército, que había resultado seria-
mente afectado, como consecuencia de los ensayos políticos que hemos
mencionado.
Consciente del importante rol e influencias del clero durante la Co-
lonia —los que no habían sido borrados por la independencia ni la anar-
quía— buscó el apoyo de la Iglesia en el gobierno, como un instrumento
de progreso moral, lo que se tradujo en un buen nivel de entendimiento
que satisfizo tanto al clero como a los líderes políticos que se caracteri-
zaban por una profunda fe religiosa. Por otra parte, logró el comprome-
timiento de los jefes de las principales familias en el ejercicio del poder,
resaltándoles sus deberes para con la patria, y junto a ellos ubicó a un
grupo de tecnócratas, entre los cuales destacan Mariano Egaña, Manuel
Rengifo, Rafael Gandarillas, Manuel Tocornal y Andrés Bello.
En forma simultánea, buscó con persistencia la reorganización moral
y material de las Fuerzas Armadas, sobre la base de los principios de la
obediencia, la no deliberancia y de su organización, disciplina y equipa-
miento.
La resultante de su tarea rectificadora fue el surgimiento de lo que
hoy conocemos como el Estado Portaliano, cuyos principios políticos po-
demos resumir en un gobierno impersonal, caracterizado por una autori-
dad fuerte, respetada y respetable, permanente en el tiempo, superior a
los partidos y a los prestigios personales (47); la aplicación de una justi-
cia inflexible y pareja, ajena a los odios personales y clases sociales; la
honradez administrativa que no admite el enriquecimiento personal a cos-
ta del Estado, sino por el contrario, servirlo sin remuneración; el incenti-
vo y el respeto de la iniciativa privada en lo económico; el desprecio por la
anarquía política; y en materia de política exterior, por una oposición al
imperialismo y por la búsqueda del equilibrio de poder en el Continente
(48), doctrina esta última que se adelantó en 50 años a la política europea
de fines del siglo XIX.
La obra del Ministerio de Portales contó con el valioso aporte de An-
drés Bello, quien contribuyó dándole a la política del país una visión más
cosmopolita de los fenómenos internacionales, basada en su conocimien-
to de las concepciones mercantilistas inglesas y de las técnicas emplea-
das en el comercio internacional, como también del actuar político de
los Estados en sus relaciones recíprocas, conformándose de esta manera

(47) Se restablece el respeto tradicional por la autoridad en abstracto; por el


poder legítimamente constituido y legalmente ejercido; por ello Portales, te-
miendo un retorno al caudillismo se opone al regreso de O'Higgins desde el
exilio. Ver Op. Cit. "Historia Constitucional de Chile". Pág. 160.
(48) "Porque no desea el gran ministro que haya un país que sea muy supe-
rior respecto de los otros en habitantes, en Fuerzas Armadas, etc., porque
puede venir la tentación hegemónica, concretada en acciones bélicas u otras
empresas parecidas. Se puede crear, por anexiones, un Estado realmente gran-
de, poderoso y peligroso para el resto, por lo cual le interesa mantener el equi-
librio americano". Op. Cit. Javier González E. Pág. 41.
53

un binomio que logró romper el esquema de aislamiento en que estaba


sumido Chile y crear una concepción del desarrollo del país en los con-
textos regional e internacional (49).
La política de rectificación del Ministro Portales, junto con traer
la estabilidad política y el orden interno, permitió sentar las bases de
la prosperidad económica y del desarrollo del país, dando pie al inicio de
la fase ascendente del ciclo de la política internacional chilena, etapa que
llegará a su punto culminante durante la Magistratura del Presidente
Balmaceda.

Factores de éxito de la política del Pacífico y conflictos en el área

La institucionalidad interna y la proyección internacional es la gran


obra que el binomio Portales-Bello logró estructurar, interpretando los
intereses de Chile, sobre la base de la potencialidad que le daban sus
perspectivas de desarrollo y su posición geográfica relativa respecto del
continente, del Pacífico y de los principales centros de poder mundial.
Ello posibilitó que se desarrollara una política internacional realista, con-
forme al status que Chile tenía, caracterizada por evitar puntos de con-
flicto con las grandes potencias y por otra parte, que el país se abocara
al logro de sus objetivos nacionales, por medio de un adecuado enfoque
de sus políticas internas, hasta alcanzar un grado de desarrollo que le
permitiera relacionarse en relativo nivel de igualdad con las grandes po-
tencias, meta que alcanzó durante el gobierno del Presidente Balmaceda.
Las políticas de protección a la Marina Mercante Nacional (50), de
incentivo a la pesca, la organización de la hacienda pública, el comercio del
grano, plata y del cobre, unidas al orden y seguridad de que gozaban los
inversionistas y comerciantes extranjeros en el país, constituyeron la ba-
se del comercio exterior del país y posibilitaron que, en corto tiempo, Val-
paraíso se transformara en el primer puerto del Pacífico. Más tarde, una
vez incorporada la agricultura a la producción nacional, el comercio del
trigo, harina y otros productos trascendió las fronteras de Latinoaméri-
ca, llegando hasta California, Australia, Filipinas y el Pacífico del Sur,
incluyendo la Polinesia (51), logrando consolidar el prestigio de la eco-
nomía y de las finanzas nacionales, a tal punto que la moneda chilena era
utilizada como medio de pago internacional en el mercado del Pacífico.

(49) América Latina fue tomada en su conjunto para proyectar la acción política
y económica del país, previéndose la creación de esquemas muy similares al ac-
tual Acuerdo de Integración Sub-regional Andino. Ver Op. Cit. Martín Alonso
Pinzón: "Andrés Bello Jurisconsulto". Págs. 177-184.
(50) La Flota Mercante dobló el número de barcos y triplicó su tonelaje entre 1849
y 1864, transformándose en uno de los pilares del poderío nacional. La Armada
también experimentó un notable crecimiento. Op. Cit. "La participación de
Chile en el sistema internacional".
(51) Ver Francisco A. Encina: "Nuestra Inferioridad Económica". Ed. Universi-
taria, Santiago, 1981, 5ta. Edición, pág. 121.
54

Esta proyección exterior traería desde su inicio motivos de conflic-


to en el área del Pacífico Sur, que culminarían con la guerra contra la
Confederación Perú-Boliviana. Por una parte, surgieron problemas co-
merciales con Perú —país al cual Chile exportaba trigo, harina y desde
el cual importaba azúcar— a raíz de las trabas que se pusieron a los pro-
ductos nacionales (52), situación que fue un aliciente más para que el
país rompiera su aislamiento, y por otra la tradicional pugna entre los
puertos de Valparaíso y el Callao, por la importancia alcanzada por el
primero de ellos, producto de las razones expuestas y de su mayor cercanía
a la ruta del Estrecho de Magallanes.
Lo anterior es un precedente importante en la política de equilibrio
o de poder que el país desarrollaría en el Pacífico Sur, por cuanto, daba
claros indicios de que la preeminencia de Chile en el área dependía de que
no surgiera un país o una alianza que lograra la hegemonía en la región.
Ello complicó el esquema de las relaciones internacionales chilenas, pues
le incorporó nuevos factores y agentes motivando que el gobierno nacio-
nal estableciera sus primeras misiones diplomáticas en Ecuador y Nueva
Granada, países que directa o indirectamente tenían intereses con Perú
y relaciones recíprocas con Chile que eran importantes para su política
exterior (53).
La acción desarrollada logró que Argentina declarara la guerra a la
Confederación y que Chile emergiera de este conflicto victorioso, fortale-
cido en su situación interna, en el Continente y en el Pacífico, área en la
que adquiere el nivel de potencia y donde se proyecta hasta donde sus
intereses lo aconsejan (54).

La guerra contra España: Consecuencia de una


política exterior errante

La guerra contra España permite comprobar cómo un Estado puede


resultar afectado y perder los logros alcanzados cuando desarrolla polí-
ticas estructuradas sobre bases equivocadas, en contraposición a los reales
intereses nacionales y en los momentos en que atraviesa una difícil si-
tuación internacional; y en lo interno, cuando aún no se ha repuesto to-
talmente de los efectos nocivos de un período de inestabilidad política, co-
mo lo fue el vivido por Chile a raíz de las revoluciones de 1851 y 1859.
Como consecuencia del desarrollo cultural que trajo consigo la esta-
bilidad política y el progreso económico, se desarrolló una nueva fuer-
za espiritual e ideológica en un sector de la nación, conocida como el ame-
ricanismo, ardorosamente impulsada por prestigiados políticos y hombres

(52) Francisco A. Encina: "Historia de Chile". Ed. Nascimento, Santiago, 1948, XI,
págs. 126-135.
(53) Ver Op. Cit. Javier González E. Págs. 40-42.
(54) Producto de este status, la política de Chile hacia el Pacífico logró en 1854
frustrar un acuerdo por el cual Estados Unidos, junto con obtener la con-
cesión del guano de las islas Galápagos por el pago de tres millones de dóla-
res, se hacía cargo de la defensa de la costa ecuatoriana. Roberto N. Burr,
citado en "la participación de Chile en el Sistema Internacional". Pág. 53.
55

públicos y que llegó a crear "un ambiente vago, impreciso, listo para es-
tallar ante la primera contingencia" (55), oportunidad que se presentó
con la anexión voluntaria de Santo Domingo a España y la intervención
de Francia e Inglaterra en México, y que llegaría a su punto culminante
de exacerbación con la ocupación de las islas Chinchas peruanas por la
escuadra española, situación que fue interpretada por los americanistas
chilenos como un intento de la metrópolis de recuperar sus colonias,
percepción que —como la historia lo demuestra— existía sólo en la mente
de quienes postulaban esta doctrina utópica.
La explosión de este sentimiento americanista (56) se produjo en cir-
cunstancias en que la situación internacional era difícil para el país, a
raíz de que todas las Repúblicas hispanoamericanas le demostraban mala
voluntad y envidia por los logros alcanzados en el corto lapso de poco
más de dos décadas, y que lo habían llevado a ocupar el primer lugar
dentro de los Estados de América del Sur, situación que era agravada por
la existencia de problemas y resquemores de parte de nuestros vecinos, los
que no habían sido solucionados.
La quijotesca cruzada americanista, lejos de salvar este cuadro nega-
tivo, lo agravó violentamente, pues el resto de los países del continente
veía con molestia el rol de liderazgo o hegemónico que Chile se había au-
toimpuesto.
Las consecuencias de esta aventura desquiciada son ampliamente co-
nocidas. España destruyó el poder marítimo chileno; arrasó su principal
puerto comercial; la marina mercante se perdió y el país quedó en banca-
rrota financiera, pasando del primer puesto que ocupaba en la América
española a uno de los últimos (57). La guerra también demostró al go-
bierno de Chile y a la opinión pública la total ineficiencia de la Doctri-
na Monroe (58), desengañando a quienes creían en la incondicional amis-
tad de los Estados Unidos y demostrándoles que, por el contrario, el país
del norte nunca vio con buenos ojos el surgimiento de Chile como la po-
tencia de América del Sur y del Pacífico.

(55) Encina y Castedo: "Resumen de la Historia de Chile". Ed. Zig-Zag, 5ta. Edi-
ción, Santiago, 1964, T. II, Pág. 1428.
(56) Ver Walter Sánchez G.: "Las tendencias sobresalientes de la política exterior,
chilena" en Op. Cit. "150 años de política exterior chilena", págs. 379-382.
(57) "Chile salió de la guerra con España económica y moralmente maltrecho. Per-
dió su marina mercante, base fundamental de su futuro desarrollo económico,
ya que surcaba todos los mares. El bombardeo de Valparaíso destruyó edifi-
cios, almacenes y mercaderías"... La deuda pública, que al iniciarse el gobier-
no de Pérez ascendía a $ 19. 344. 382, 92, subió a $ 62. 959. 173, 2 1 . . . " "El alma
nacional pasó del optimismo creador a una profunda depresión, que se prolongó
hasta la guerra del Pacífico... " Francisco A. Encina, Op. cit. "Historia Cons-
titucional de Chile". Pág. 227.
(58) Cristián Guerrero Yoacham: "Chile y Estados Unidos: Relaciones y Proble-
mas, 1812-1916", en Op. Cit. "150 años de política exterior chilena, págs. 73-74.
56

El gobierno de Balmaceda y su política hacia el Pacífico

El gobierno del Presidente Balmaceda nos proporciona otra oportu-


nidad que permite comprobar la estrecha relación existente entre las po-
líticas interna, económica y exterior. En efecto, su gestión de gobierno
y el régimen parlamentario que lo sucedió después de triunfar en la Re-
volución de 1891, constituyen la cara y el reverso de este planteamien-
to; de un lado nos muestra cómo, cuando en el país impera el orden in-
terno, se adoptan medidas que incentivan el desarrollo y se tienen presen-
tes los intereses nacionales, se ejerce la capacidad de implementar una
política exterior de alto vuelo que permite ampliar y consolidar la pro-
yección internacional de Chile, y del otro, como producto de las luchas
políticas internas, motivadas por intereses políticos y económicos secto-
riales y con horizontes inmediatos, la nación entra inevitablemente en un
Estado de regresión y estancamiento en todos los planos, cuyas lamenta-
bles consecuencias el país ha debido asumir innecesariamente-
Previo al análisis de este período de la historia política de Chile, es
conveniente, a manera de preámbulo, describir el esquema de las relacio-
nes internacionales del país, el cual, como resultado de los eventos ocurri-
dos en el Continente —revisados precedentemente—, se había extendido
y complicado notablemente.
Por una parte, se había conformado y consolidado el Sistema Políti-
co del Cono Sur, como consecuencia de la interrelación de los sistemas de
poder del Pacífico y de la costa del Atlántico durante el desarrollo de las
guerras contra España y de la Triple Alianza contra el Paraguay, lo que
en la práctica se tradujo en que ambos sistemas llegaran a formar parte
de una sola y compleja área de intereses permanentes, superando de
esta manera la etapa de contactos periódicos e informales que habían lle-
vado a cabo los países sudamericanos (59) y en que Chile, a partir de
ese momento, extendiera su accionar al ámbito continental.
Lo anterior quedó claramente demostrado en los inicios de la guerra
del Pacífico, cuando los gobiernos de Perú y Bolivia buscaron el apoyo
de Argentina, aprovechando los problemas limítrofes sin resolver que este
último mantenía con Chile y con el apoyo que Brasil trató de obtener de
nuestro país para desarrollar su política en la Cuenca del Plata.
Por otra parte, las dificultades con el gobierno de los Estados Uni-
dos en el área del Pacífico se hicieron más evidentes y periódicas (60),
especialmente durante la guerra del Pacífico, período en el cual el país
del Norte desarrolló una política agresiva en contra de Chile, que pre-
tendía la solución de los problemas derivados del conflicto sobre bases
totalmente desfavorables y contrarias a los intereses nacionales y, por esta
vía, evitar que Chile emergiera como la potencia indiscutida del Pacífico.
El Presidente Balmaceda llega al poder dentro de este contexto inter-
nacional en los momentos en que el país atravesaba por una situación ex-
terior adversa, motivada como hemos planteado por las consecuencias
de su victoria en la guerra del Pacífico. Los propietarios de los certifica-

(59) Op. Cit.: "La participación de Chile en el Sistema Internacional". Pág. 25.
(60) Ver Op. Cit.: "Chile y Estados Unidos: Relaciones y Problemas". Págs. 65-82.
57

dos salitreros continuaban insatisfechos; los tribunales arbitrales para


conocer las reclamaciones por los daños sufridos durante la guerra no
habían concluido su labor; los problemas con Argentina, Perú y Bolivia
no estaban enteramente resueltos y el ambiente general del sistema in-
ternacional no era favorable a los intereses chilenos.
El enfoque adoptado para enfrentar y revertir esta difícil situación
internacional fue simple pero realista. Por un lado, se impulsó el creci-
miento económico, asumiendo que ésta es una de las bases fundamentales
en las que se apoya el poder interno y externo nacional y, por otro, se bus-
có el fortalecimiento del poder militar, aprovechando los recursos obte-
nidos del salitre (61); consciente el Gobierno de que las Fuerzas Arma-
das son imprescindibles para garantizar la seguridad nacional y la pre-
sencia y proyección permanente del país en el Pacífico (62).
Los resultados obtenidos permitieron formular una política exte-
rior que trascendió los límites de América Latina, extendiéndose a todos
los Continentes. Ello fue posible porque en corto tiempo Chile había al-
canzado el nivel de potencia mediana, en el concierto internacional, con-
dición que le permitió relacionarse con las potencias mundiales en un ni-
vel relativo de igualdad y que le posibilitó al país disputar a los Estados
Unidos la hegemonía en el Pacífico (63) e incluso condicionar la política
norteamericana en el área. (64).
La preeminencia obtenida por Chile en el Pacífico y la incorporación
de la Isla de Pascua al territorio nacional constituyen manifestaciones
indiscutibles del status alcanzado por el país y de la política desarrollada
por el Presidente Balmaceda hacia la región, aspecto este último en el
que se aprecia una decisión visionaria, producto de una visión geopolítica
sustentada en un sólido conocimiento de la realidad geográfica de Chile;
en una clara interpretación de los intereses y objetivos nacionales y en
una adecuada forma de cautelarlos y proyectarlos al futuro, en momen-
tos en que ni siquiera se vislumbraban las connotaciones e importancia
que en la actualidad tienen y que en el futuro alcanzarán las rutas ma-
rítimas y áreas transpacíficas.

(61) Para el Presidente Balmaceda, en materia económica, "lo más importante era
no desperdiciar la riqueza del salitre, sino convertirla en nueva fuente de en-
tradas, en industrias, que, elaborando las variadas riquezas del país, permitie-
ran cambiar la retardada economía nacional. Vislumbraba que algún día aque-
llos recursos se terminarían, por lo que no era cuerdo financiar con ellos los
gastos ordinarios de la nación". Op. Cit. Historia Constitucional de Chile.
Pág. 26.
(62) Francisco Orrego V. define la política exterior desarrollada por el gobierno
Balmaceda en el Pacífico como destinada a lograr una "paz armada" en la re-
gión. Op. Cit. "La participación de Chile en el Sistema Internacional". Pág. 35.
(63) Esta disputa se caracteriza por varios incidentes en los que se vieron involu-
crados barcos chilenos y norteamericanos que motivaron una serie de protestas
diplomáticas y cuyo punto culminante fue la detención de 36 marinos del bu-
que de la Armada estadounidense "Baltimore", a raíz de unos desórdenes provo-
cados en el puerto de Valparaíso. Ver Op. Cit. Cristián Guerrero Y. Págs.
77-79.
(64) Op. Cit. "La participación de Chile en el Sistema Internacional". Pág. 37.
58

De esta manera, la política del Gobierno de Balmaceda hacia la Cuen-


ca, junto con reafirmar la inserción del país en la región, le otorgó la po-
sición más avanzada para mantener presencia en el sector suroriental de
ésta y quedar en una situación privilegiada para proyectarse en la Era del
Pacífico.
Sin embargo, desgraciadamente para el país, los logros alcanzados se
vieron bruscamente interrumpidos, como resultado de la inestabilidad po-
lítica y de los graves problemas económicos generados por la Revolución
de 1891. Esta coyuntura, junto con provocar la regresión inmediata de la
posición internacional que el país ostentaba, generó un cambio en el es-
quema de sus relaciones internacionales en el Cono Sur y como consecuen-
cia de lo anterior, que los Estados Unidos aprovecharan la oportunidad
para llenar el vacío de poder dejado por Chile en el Pacífico.
La Revolución de 1891: Inicio del retroceso de
la política exterior chilena
La guerra civil provocó la caída del régimen presidencial y la ins-
tauración del parlamentarismo, cuyos efectos llevaron al país al inicio de
una fase de decadencia en todos los planos y a que entrara en el siglo XX
"con el legado de conflicto interno y de disminución en su status inter-
nacional". (65).
El profesor Francisco Orrego sostiene que las bases del éxito de la
política internacional de Chile, hasta la caída del régimen presidencial,
fueron: el rechazo a los modelos extranjeros; la afirmación de los valores
nacionales; el poderío militar y naval; el desarrollo cultural; la capacidad
de las Instituciones; la promoción y protección de la iniciativa privada;
una positiva actitud sicológica nacional; el pragmatismo en la política
exterior; y el no haber entrado en conflicto con las grandes potencias,
agregando que "a partir del término trágico del gobierno de Balmaceda
en 1891, comienzan a deteriorarse progresivamente los factores que hasta
ese momento habían constituido la columna vertebral del sistema de la po-
lítica internacional de Chile" (66), dando inicio, como consecuencia de
ello, a una fase de declive paulatino de ésta.
El régimen parlamentario que emergiera con la Revolución de 1891
fue el resultado de la influencia ideológica europea, que se había incubado
y desarrollado durante el período de estabilidad y desarrollo, que hemos
analizado. Sin embargo, este experimento político que constituye un típico
ejemplo de las nefastas influencias que puede ejercer la copia de mode-
los extranjeros, totalmente ajenos a nuestra cultura, intereses y valores,
no fue el único que ensayaría el país.
En efecto, el fenómeno de cosmopolitización de la cultura política
chilena se extendió hasta la primera mitad de este siglo, logrando des-

(65) Walter Sánchez G. en "Teoría y Práctica de la Política Exterior Latinoame-


ricana", Centro de Estudios Internacionales. UNIANDES, primera Edición, Bo-
gotá, 1983, págs. 275 y 276.
(66) Op. Cit. "La participación de Chile en el Sistema Internacional". Pág. 55.
59

dibujar y superar el modelo nacionalista del Estado Portaliano, que tan-


tos beneficios le reportara al país, facilitando la asimilación de corrientes
de pensamiento internacional, también nacidas en Europa y que se tra-
dujeron en la creación de partidos políticos, como el Comunista, el Socia-
lista y el Demócrata Cristiano, cuyos proyectos políticos globalizantes y
su accionar proselitista y excluyente, lejos de darle estabilidad política y
desarrollo económico al país, lo fueron sumiendo en una espiral populista
y de violencia, que llevó de manera inevitable al quiebre de la institucio-
nalidad y de la economía chilena, durante el gobierno de la Unidad Popu-
lar.
Durante este período, el país vivió varios momentos de crisis insti-
tucional, en los que la autoridad pública resultó seriamente afectada y
motivaron que los gobiernos se vieran en la obligación de centrar sus es-
fuerzos y prioridades en la búsqueda de solución de los problemas polí-
ticos contingentes del momento. Ello, a su vez —dándose la relación de
causa y efecto, que enunciáramos—, impidió que se implementaran políti-
cas y objetivos económicos que trascendieran las coyunturas políticas in-
ternas circunstanciales, lo que sumado a la creciente burocratización del
Estado, "no solo determinó el deterioro de la capacidad institucional, in-
cluso en torno a la política exterior, sino que además creó serios obstáculos
para que pudiese prosperar la iniciativa privada, que cada vez se vio más
subordinada a un aparato político ineficiente". (67).
La ausencia de una política nacional coherente y futurista y de los
recursos económicos necesarios para su implementación, tuvieron como
efecto que el desarrollo cultural y las Fuerzas Armadas, factores que ha-
bían tenido una importante incidencia en el éxito de la política chilena
durante el siglo pasado, se vieran seriamente afectados. Pero, peor aún
sucedió con la homogeneidad política y el sentimiento de nacionalismo, que
sufrieron una suerte de extranjerización, producto de la influencia de los
partidos políticos internacionales anteriormente nombrados.
Los cambios que fue experimentando el escenario internacional tam-
bién incidieron en la política nacional, la que en gran medida se vio con-
dicionada, perdiendo la mentalidad que la caracterizaba a raíz de la pér-
dida del status que tenía el país y del surgimiento de los Estados Unidos
como potencia mundial, que determinó la creación de la idea de la exis-
tencia del Hemisferio Occidental, al cual Chile se vio obligado a alinear-
se política y económicamente.
De esta manera el país se vinculó al Sistema Interamericano como
una reacción a las primeras amenazas totalitarias del marxismo interna-
cional; más tarde desempeña el rol de líder del americanismo junto a los
Estados Unidos, posición desde la que evoluciona a una posición y plan-
teamientos latinoamericanistas durante el gobierno democratacristiano,
que no lograron superar la etapa de la retórica encendida, para llegar la

(67) Ibidem. Pág. 57.


60

política exterior chilena a su perfil más bajo, con la satelización marxista


impuesta por el gobierno de la Unidad Popular (68).
Sin embargo —como lo destacáramos— a pesar de los efectos de la
política interna y de las limitaciones impuestas a la política exterior na-
cional por el alineamiento experimentado durante los períodos de la Gue-
rra Fría y de la Coexistencia Pacífica (69), siempre estuvo subyacente
el legado histórico del siglo XIX, traducido en una preocupación en cau-
telar los intereses y la proyección del país en la Cuenca, aunque no con
la claridad y persistencia requeridas.
Pruebas de ello han sido las políticas respecto del mar y del Pacífico,
que hemos analizado y cuyos hitos más importantes durante este período
han sido la proclamación de la primera zona marítima de 200 millas en el
mundo en 1947 y la Declaración de Santiago, en 1958, que constituirían
invaluables precedentes en las negociaciones desarrolladas hasta su incor-
poración definitiva bajo el régimen de Zona Económica Exclusiva en la
Convención sobre el Derecho del Mar en 1982.

CAPITULO IV
LA POLITICA DEL PACIFICO DEL GOBIERNO DE LAS
FUERZAS ARMADAS
En el capítulo anterior planteamos que la naturaleza y característi-
cas de las políticas internas que ha desarrollado e implemente en el fu-
turo el país, nos darían una respuesta definitiva respecto del grado de
preparación que Chile tiene para enfrentar y desempeñar un rol de actor
importante en la Era del Pacífico.
Ello requiere de una amplia investigación que sin lugar a dudas ello
constituye una tarea que excede los límites y objetivos de este ensayo, pues
implicaría hacer una profunda incursión en los campos político, econó-
mico, cultural y militar, entre otros, para ver en qué forma y medida sus
estructuras orgánicas y sus políticas permiten dar respuesta al desafío
del mundo del futuro.
No obstante, nos asiste el convecimiento de que sin pretender agotar
el tema, podemos efectuar una aproximación, que al menos sirva como
base o inquietud para futuros trabajos sobre este apasionante proceso de
cambios que acapara la atención del mundo.
Hechas estas aclaraciones, efectuaremos un análisis de los objetivos
de la estructura de los principales organismos y de las acciones con que
el actual gobierno ha materializado su política exterior en la Cuenca.

(68) Ver Op. Cit. Walter Sánchez G.: "Las tendencias sobresalientes en la polí. -
tica exterior chilena".
(69) Ver Joaquín Fernandois: "Chile y el Mundo 1970-1973: la política exterior de
la Unidad Popular y el Sistema Internacional". Ed. Universidad Católica de
Chile, Santiago, 1985, págs. 356-363.
61

Principios básicos y objetivos de la Política Exterior; muestra del


retorno a la coherencia y continuidad histórica

Al abordar la política exterior del Gobierno Militar y de manera par-


ticular, para efectuar un análisis ecuánime de sus objetivos y principios,
se hace imprescindible tener presente las circunstancias históricas que
llevaron al Pronunciamiento Militar del 11 de Septiembre de 1973.
Al asumir el poder, impulsados por el clamor de la ciudadanía y por
un ineludible deber moral y profesional, las Fuerzas Armadas y de Orden
se vieron enfrentadas a una situación de caos en lo interno, caracteri-
zada por una profunda crisis moral, política, económica y social que
había culminado con el quiebre definitivo de la institucionalidad y, en
lo externo, encontraban al país fuera de su tradicional esquema de re-
laciones internacionales y convertido en un satélite de la órbita sovié-
tica-cubana (70).
En esta difícil situación interna e internacional, comparable sólo
con la vivida por el país en la época de la Anarquía —ya analizada—,
el Gobierno Militar debió iniciar su tarea de reconstrucción del Estado,
rescatando los valores y principios que tradicionalmente habían inspi-
rado nuestra institucionalidad perdida.
Ahora bien, si aceptamos que la política exterior de un país está
constituida por un conjunto de acciones que, condicionadas por su pro-
pia realidad, el Estado concibe realizar hacia el medio internacional pa-
ra garantizar su seguridad y promover sus intereses, y que a su vez
la materialización de estas acciones generan respuestas en los diferen-
tes actores a quienes estaban dirigidas, debemos convenir que en el caso
del actual gobierno su política exterior ha debido responder a las de-
mandas y necesidades que durante estos 16 años le ha presentado la so-
ciedad chilena, como también que en cierto modo ella ha sido condi-
cionada por el escenario hostil en el que ha debido desarrollarse.
En efecto, a nadie le pueden merecer dudas que la persistente cam-
paña de desprestigio que el comunismo internacional ha llevado a cabo
en todos los foros y organismos interestatales en contra del Gobierno
Militar, como el sojuzgamiento internacional de que el país ha sido víc-
tima, han constituido un elemento perturbador que ha influido en la
formulación de algunos de los objetivos de la política exterior nacional,
especialmente de los contingentes.
Dentro de este contexto, entonces, debemos entender la exhaustiva
labor que en todos los ámbitos el gobierno ha debido desarrollar para

(70) Al hacerse cargo del país, la Junta de Gobierno debió asumir una situación exter-
na que se caracterizaba entre otros aspectos negativos por: el total descrédito del
país frente a los organismos financieros, debido a la falta de cumplimiento en sus
compromisos; una falsa imagen de Chile, impuesta por la Unidad Popular, que
logró convencer a Gobiernos y Organismos Internacionales que su régimen era
democrático y actuaba constitucionalmente; el aislamiento de Chile respecto de
sus vecinos, especialmente Brasil, Paraguay, Argentina y Bolivia; una vergonzosa
imagen del país en lo relativo al funcionamiento de su policía, puertos y aduanas.
Ver Mensaje Presidencial del 11 de septiembre de 1974, págs. 65 y 66.
62

el logro de su consolidación interna y externa, de su aceptación por la


comunidad internacional y de la proyección de una buena imagen inter-
nacional (71).
Para ello, en un entorno marcadamente difícil, con una capacidad
de acción limitada en el ámbito internacional, propia de su condición
de país en desarrollo, pero profundamente desmedrada por la grave cri-
sis económica y social heredada del gobierno de la Unidad Popular, el
actual régimen se vio en el imperativo de dar respuesta a todas las ame-
nazas y ataques externos dirigidos a su desestabilización.
No obstante lo anterior, al revisar los objetivos que en materia de
política exterior el régimen se formulara en el documento "Objetivo Na-
cional y Políticas Generales del Gobierno de Chile", presentado a la
ciudadanía el 11 de marzo de 1974 y efectuar un análisis comparativo
con los objetivos permanentes y los principios que es posible distinguir
en la política exterior del país a lo largo de su vida independiente, se
comprueba la existencia de una concordancia plena entre ambos; más
aún, se llega a la conclusión de que los objetivos contingentes ya seña-
lados se enmarcan en total armonía dentro de la política exterior his-
tórica de Chile.
Por otra parte, se puede comprobar que el desempeño del gobierno
en este campo demuestra un claro retorno a la coherencia y la conti-
nuidad histórica que tradicionalmente han sido propias de la política ex-
terior y de la diplomacia chilena, transitoriamente perdidas durante el
régimen de la Unidad Popular.
En efecto, la seriedad y confiabilidad del país, traducidas en la per-
manente honra a sus compromisos políticos y económicos; la prioridad
dada a las relaciones vecinales, basada en el profundo convencimiento
de que el futuro del país seguirá íntimamente ligado a las posibilidades
de le región; las políticas Oceánicas, Antártica y del Pacífico, entendi-
das como un importante medio para cautelar los recursos internaciona-
les y para insertar al país en los conciertos económicos y políticos inter-
nacionales, entre otras (72), constituyen claras demostraciones del re-
torno e incremento de la vocación jurídica, de cooperación, de paz y de
apego a los principios tradicionales y propios de la política exterior del
país y de nuestra Diplomacia.
Principios y objetivos de la política del Pacífico
La preocupación por el quehacer de la Cuenca y la consecuente po-
lítica de proyección hacia ella ha sido una de las primeras tareas em-
prendidas por el Gobierno Militar.

(71) Ver René Rojas Galdames: "El Decenio del Gobierno Militar en el campo de las
Relaciones Exteriores", en Revista Política, Instituto de Ciencias Políticas de la
Universidad de Chile, Santiago, noviembre de 1983, págs. 72-79.
(72) Ver Op. Cit. Walter Sánchez "Las Tendencias Sobresalientes de la Política Exte-
rior Chilena" págs. 377-399 y Hernán Felipe Errázuriz "Las Constantes de Nues-
tra Política Exterior", en Revista Diplomacia Nº 46, Santiago, 1989, págs. 3-9.
63

En el documento "Objetivo Nacional y Políticas Generales del Go-


bierno de Chile" —ya citado— se establece que, sin dejar de lado el ac-
cionar hacia el resto del mundo, "se buscará un conjunto de intereses
políticos, económicos y culturales con las naciones del Océano Pacífico,
participando activamente en la Comunidad del Pacífico" y, por otra par-
te, que se continuaría una política aperturista de comercio exterior, por
medio de acciones que permitan abrir nuevos mercados y del desarro-
llo de una política económica activa en el logro de acuerdos bilaterales
mediante Comisiones Mixtas.
Estos planteamientos reflejan claramente la percepción que, desde
el inicio de su gestión, el actual gobierno ha tenido respecto del perfil
que en diferentes grados y formas ha venido adquiriendo en el Pací-
fico el concepto de Comunidad de Naciones, cuya columna vertebral se-
ría la búsqueda y posterior desarrollo de los mecanismos que posibili-
ten una verdadera cooperación transpacífica (73), evento en el cual Chi-
le está llamado a desempeñar un importante y activo rol de puente y
nexo entre Latinoamérica y la región.
Entre los diferentes objetivos específicos que el gobierno se ha
formulado en la Cuenca, es posible distinguir dos con carácter priori-
tario. Por una parte está la búsqueda permanente de un aumento de la
cooperación técnica y la inversión en nuestro país de Japón, Australia,
Nueva Zelanda, Corea del Sur y China, y por otra la consolidación de
nuestra presencia en Oceanía.
Ello explica que, desde mediados de la década del setenta, en sus
orientaciones de la política exterior del país, el Presidente de la Repú-
blica le diera una marcada prioridad a nuestras relaciones con esta
amplia zona oceánica (74), decisión política que motivó, como veremos
más adelante, una persistente acción en todos los campos de nuestra re-
lación en el área.
En lo referido a los principios de la política en el Pacífico, se pue-
de destacar que en lo global ésta se sustenta en tres elementos com-
plementarios entre sí y que son: la presencia, la seguridad y el pres-
tigio.
De estos tres elementos o principios, los dos últimos no requieren
de un mayor análisis, por cuanto, formando parte de la substancia de
nuestra política exterior, están presentes con un mayor o menor grado
de incidencia a través de toda nuestra trayectoria internacional, confor-
me se han presentado las coyunturas internas y externas que ha vivi-
do el país.

(73) Ver el discurso del Ministro de Relaciones Exteriores don Jaime del Valle A., con
motivo de la ceremonia de constitución del Comité Chileno de Cooperación en el
Pacífico, Santiago, abril de 1986.
(74) Ministro de Relaciones Exteriores don Ricardo García G.: "Política de Chile en el
Pacífico" en Chile en la Cuenca del Pacífico. Ed. Andrés Bello, Santiago, 1989,
pág. 4.
64

La presencia, en cambio, aún cuando merece el mismo concepto de


los otros principios, en el caso particular de la política del gobierno mi-
litar en el Pacífico, adquiere una connotación especial que es conve-
niente destacar.
Por presencia se debe entender la búsqueda de participación en aque-
llas áreas que, sin necesariamente obedecer a una concepción economi-
cista, reviste una importancia primordial para el país estar allí; así
por ejemplo, derivado de la inserción de Chile en el Hemisferio Occiden-
tal, los Estados Unidos, Europa y Latinoamérica tienen la primera prio-
ridad y los países de la Cuenca del Pacífico la segunda, como consecuen-
cia de nuestra tricontinentalidad y de la condición de país ribereño de
este gran Océano.
En efecto, como lo destacara el Canciller Miguel Schweitzer en ma-
yo de 1983, una de las características fundamentales de la política ex-
terior chilena es su creciente presencia en el Pacífico, producto "del es-
tablecimiento de vínculos diplomáticos con las naciones insulares emer-
gentes y organismos regionales, del ofrecimiento de asistencia técnica
a los países isleños y de la participación activa en reuniones guberna-
mentales, académicas y empresariales, que tienden al estudio de dife-
rentes esquemas de cooperación regional, con el ánimo de crear, a me-
diano plazo, una comunidad de naciones de la Cuenca del Pacífico",
agregando a raíz de la visita que efectuara a nuestro país el Secretario
General de la Comisión del Pacífico Sur (CPS) en el mes de abril del
mismo año, que era necesario estudiar con imaginación la posibilidad
de ofrecer ayuda técnica a los países en desarrollo de la Polinesia, Me-
lanesia y Micronesia, en la medida que las limitaciones económicas del
país lo permitieran, dirigida fundamentalmente hacia programas de pes-
ca artesanal e intercambio de información técnica. (75)
Tras el desarrollo de estos programas, se percibe nítidamente la vo-
luntad política de ir consolidando nuestra presencia en la subregión in-
sular del Pacífico a fin de obtener un creciente intercambio en los ám-
bitos diplomáticos, culturales y comerciales que faciliten una mayor li-
bertad de acción en el área y simultáneamente una diversificación de
nuestros mercados.
Los resultados de esta voluntad política del gobierno son concluyen-
tes. Desde 1973 a la fecha, Chile ha incrementado sus relaciones diplo-
máticas en el área en un 50%, manteniéndolas en la actualidad con 29
de los 36 Estados independientes de la región a través de 20 Embaja-
das permanentes y 8 concurrentes y de la apertura de 8 oficinas co-
merciales. (76)

(75) Miguel Schweitzer W. "Clase Magistral, dictada con ocasión de la inauguración


de la Conferencia Internacional sobre Recursos Marinos del Pacífico" Viña del Mar,
16 mayo 1983.
(76) Ver diario "El Mercurio", 2 agosto 1988 A-l y 5 agosto 1988 A-3.
65

Se han profundizado las relaciones con Japón, con la República de


Corea y con la República Popular China, a la vez que se han acrecen-
tado las vinculaciones diplomáticas y comerciales con los países inte-
grantes de la Asociación de Países del Sudeste Asiático (ASEAN) y con
7 de los 9 Estados Islas Independientes del Pacífico (Papúa, Nueva Gui-
nea, Kiribati, Reino de Tonga, Samoa Occidental, Nauru, Fiji y Tuva-
lú).
Por otra parte, esta misma voluntad política ha llevado al país a
mantener y aumentar su presencia y participación en los organismos
que han surgido en la Cuenca a través de nuestra calidad de observado-
res en la Comisión del Pacífico Sur; de los vínculos con el Foro del Pa-
cífico Sur y nuestra contribución a su filial, la Agencia Pesquera del
Oro; de la condición de miembros fundadores y activos participantes en
la Comisión Permanente del Pacífico Sur; de nuestra participación en
la Conferencia Permanente sobre Cooperación Económica en el Pacífi-
co; de la reciente incorporación como miembro pleno del Consejo Eco-
nómico de la Cuenca del Pacífico (77), y de nuestra calidad de miem-
bros de la Asociación de Ciencias del Pacífico. (78)
Sin embargo, desconociendo esta indiscutible realidad o pretendien-
do darle explicaciones y connotaciones político-contingentes, algunos ex-
pertos en relaciones internacionales ven la apertura hacia el Pacífico
como "un esfuerzo novedoso del gobierno castrense tendiente a contra-
rrestar el aislamiento político... " (79), a través de la búsqueda de cre-
cientes contactos comerciales y diplomáticos con los países de la Cuen-
ca, sosteniendo que la proyección de Chile hacia el área se basa en por
lo menos tres corrientes de pensamiento.
La primera de ellas obedecería a una perspectiva geopolítica de que
"el destino de Chile está incuestionablemente ligado al mar". La segun-
da correspondería a una posición que enfatiza los aspectos comerciales
de las relaciones del Pacífico y que postularía que un aumento en los
contactos comerciales y culturales permitirá la materialización de sóli-
dos vínculos que se traducirán, eventualmente, en un mejoramiento de
la situación externa del gobierno, y la tercera, de origen académico y
que antecede al actual régimen, que pone énfasis en las ventajas en tér-
minos de poder de negociación y desarrollo que podrían surgir de un
contacto permanente Sur-Sur entre los países en desarrollo ubicados en
las riberas del Pacífico, y de relaciones más estrechas entre América
Latina y potencias como Australia, Japón e incluso China. (80)

(77) La reciente incorporación de Chile como miembro pleno del Consejo Económico
de la Cuenca del Pacífico (PBEC) satisface una sentida aspiración de muchos
años, puesto que este organismo que agrega a los países más gravitantes del cir-
cuito de la Cuenca, sirve como centro de reunión de empresas e inversionistas pri-
vados y representa una instancia de cooperación que puede tener gran signifi-
cado económico en los próximos años. Ver diario "El Mercurio", 14 junio 1989
A-3.
(78) Ver Op. Cit. Ricardo García, págs. 4 y 5.
(79) Heraldo Muñoz "Las Relaciones Exteriores del Gobierno Militar Chileno" PROS-
PEL-CERC. Ediciones del Ornitorrinco. Santiago, 1985. Pág. 224.
(80) Ibidem, Pág. 226,
66

Al margen de los distintos enfoques y percepciones que sobre estos


objetivos, fundamentos y principios se pueden distinguir, lo concreto y
real es que existen y que forman parte de una política del país hacia
la Cuenca del Pacífico, la que si bien es cierto puede parecer incipiente
y limitada para algunos expertos en la materia —aspecto discutible por
cierto—, en la práctica constituyen una muestra palpable de la voluntad
política del Gobierno Militar de mantener y acrecentar nuestra presen-
cia y participación en las estructuras internacionales surgidas en la re-
gión, por la vía de facilitar el accionar individual, colectivo y/o com-
plementario en ellas, de los actores privados, académicos y gubernamen-
tales, con miras a lograr la membrecía permanente y activa del país
en la Comunidad de Naciones, que en el mediano plazo se prevé surgirá
en la Cuenca del Pacífico.

El pragmatismo del sistema internacional impone adecuar las


estructuras y las acciones de la política exterior
El sistema internacional contemporáneo se caracteriza por el em-
pleo cada vez mayor de criterios pragmáticos por parte de los diferen-
tes actores que lo conforman y por un progresivo proceso de globaliza-
ción de la economía internacional.
Por una parte, el comercio, la tecnología, las inversiones, las finan-
zas, en la actualidad trascienden las fronteras generando relaciones que
impulsan una clara tendencia hacia la universalización de las relaciones
internacionales, ampliando los efectos de la distensión y superando en
forma decidida los rígidos esquemas de alineamiento generados en la
Guerra Fría.
Por otro lado, la economía de mercado está siendo considerada o
aplicada en forma creciente no sólo por los países con regímenes social-
democráticos, sino que también por los socialistas, lo que sumado a la
creciente aceptación de los principios y criterios que inspiran el Acuer-
do General de Aranceles (GATT), el Fondo Monetario Internacional
(FMI) y el Banco Mundial indican la existencia de un proceso de con-
solidación de la economía de mercado como la economía mundial. (81)
En este escenario internacional contemporáneo, el camino del de-
sarrollo y del éxito ya no pasa por el alineamiento ideológico o político
a una potencia o bloque, sino que exige el cumplimiento de ciertas con-
diciones que constituyen el prestigio y el "crédito internacional" de un
Estado.
Ya no es suficiente pertenecer a Occidente y tener un sistema de-
mocrático pluralista para obtener facilidades financieras, inversiones,
cooperación privilegiada o la tecnología tan necesaria para el desarro-
llo, como tampoco constituye una garantía de crecimiento la recepción
de préstamos, donaciones y franquicias obtenidas de la cooperación in-
ternacional. (82)

(81) Pedro Daza V.: "El Mercurio" A. 2., 15 agosto 1989.


(82) Op. Cit. Hernán Felipe Errázuriz, pág. 4.
67

Esta visión contemporánea y realista del mundo fue vislumbrada


con gran exactitud en la "Declaración de Principios del Gobierno de
Chile", documento elaborado hace 16 años y en el cual se definió al país
en el contexto mundial como una nación que mirando alternativamente
a dos tipos antagónicos de sociedades por las cuales optar para superar
su condición de subdesarrollo, pretendía "alcanzar simultáneamente y
armonizar en forma equilibrada la libertad como forma de vida, con el
desarrollo acelerado de su economía, el progreso y justicia social", como
también dar satisfacción a las inquietudes espirituales de la ciudadanía,
para lo cual elegía la opción de un modelo de economía de mercado, sin
que ello significara seguir un paradigma o receta ideológica, sino que
una meta hacia la cual llegar con pragmatismo y estricto respeto a los
valores e intereses nacionales.
Esta apreciación pragmática y realista de la situación interna y del
entorno internacional del país se tradujo en la tarea de reconstrucción
nacional que culminara con la creación de una nueva institucionalidad,
moderna y sólida, que junto con proyectar al futuro un régimen político
estable y creador, caracterizado por una descentralización funcional de
los poderes político y social y por una moderna organización político
administrativa del Estado, ha llevado a Chile a un lugar preeminente
dentro de Latinoamérica en lo que a desarrollo político, económico y
social se refiere.
Dentro de este marco, la aplicación de una estrategia de desarrollo
que perseguía la integración de la economía chilena al sistema económico
mundial, impuso que la política exterior del país sirviera a este objetivo,
pues de su éxito dependía en gran medida el progreso y el bienestar de
la nación, lo que llevó a un cambio radical en las prioridades y a la
adecuación de las estructuras y las acciones emprendidas tradicional-
mente en este campo (83).
Para el logro de los objetivos políticos y económicos, se privilegiaron
las relaciones bilaterales por sobre las multilaterales, por cuanto al estar
Chile marginado de los "Clubes", a través de los cuales se organiza la
vida en las entidades internacionales, se hacía muy difícil la demostra-
ción de que el gobierno estaba luchando por reestablecer la instituciona-
lidad quebrantada por una parte y, por otra, que la política de apertura
comercial al exterior tuviera los frutos deseados (84).

La reestructuración de la Cancillería

El elemento económico ha sido un factor de gran importancia en la


política exterior chilena y ello, porque "no existe cuestión más relevante

(83) "La política de no alineamiento no servía a este propósito. Los esquemas de inte-
gración del Pacto Andino no satisfacían o limitaban las exigencias del comercio
exterior chileno"... Pedro Daza Valenzuela: diario "El Mercurio'', 9. Dic. 1988
A-2.
(84) Ambos objetivos se han logrado pese a los errores cometidos y a la constante acción
de los organismos internacionales, la C. E. E., el Congreso de EE. UU., concertaciones
de grandes centrales políticas internacionales, destinadas a forzar, modificar y
alterar el proceso de institucionalización establecido y a promover sanciones comer-
ciales o financieras, boicots, etc. Ibidem.
68

para el futuro del sistema internacional que la forma en que el mundo


administrará la producción y distribución de bienes y servicios" (85).
El profundo convencimiento de que para un país como el nuestro
la importancia del elemento económico en la diplomacia es decisivo, llevó
al gobierno a reestructurar el Ministerio de Relaciones Exteriores por
medio del Decreto Supremo Nº 161 del 31 de marzo de 1978, el cual
privilegia y refuerza el rol del aparato económico en las relaciones inter-
nacionales de nuestro país, a través de la creación de la Dirección Gene-
ral de Relaciones Económicas Internacionales (86), cuyas funciones fue-
ron complementadas por el D. F. L. Nº 53 del 27 de abril de 1979, que
permitió que una parte de la planta de personal, en su mayoría profe-
sionales, no perteneciera al Ministerio y fuese contratada directamente
por la Dirección General, para lo cual recibiría aportes fiscales directos
del presupuesto nacional, además de los ingresos provenientes de ser-
vicios prestados a entidades públicas o privadas.
Estas medidas, como las orientaciones que el Presidente de la Re-
pública en forma permanente ha impartido a la Cancillería, han dado
cuerpo y respaldo a lo que se ha venido en denominar la "Diplomacia
Económica".
Así, en la actualidad, más de la mitad de la actividad diplomática
en una Embajada, como una importante proporción de las actividades
de nuestros representantes ante los Organismos Internacionales, son de
naturaleza económica.
Al respecto nos parece interesante citar al Canciller Errázuriz quien
sostiene que: "La Diplomacia Económica es la más frecuente en esta
época". Es diplomacia económica la cooperación diplomática prestada a
la negociación de la deuda externa, la obtención de créditos en Organis-
mos Internacionales o Bancos, las gestiones destinadas a impedir o le-
vantar una medida proteccionista, las efectuadas para impedir represa-
lias o sanciones con resultados económicos, entre miles de posibilidades.
Pero lo es también la labor diaria de promoción de nuestras exporta-
ciones o fomento de inversiones extranjeras que llevan a cabo nuestras
Embajadas y, bajo su dirección, nuestras misiones comerciales" (87),
agregando que, derivado de la importancia que reviste para el futuro
de Chile el elemento económico, las acciones que la Cancillería ha desa-
rrollado en este campo han adquirido el status de constante de nuestra
política exterior.
En lo que se refiere a la Cuenca del Pacífico, el Ministerio de Re-
laciones Exteriores ha desarrollado una tarea fundamental como fuente
de acercamiento en las negociaciones con los diferentes países de la
región de condiciones más abiertas para nuestros productos y "al servir
en primera instancia como detector de nuevos mercados, negocios e in-

(85) Henry Kissinger, citado en Hernán Felipe Errázuriz, pág. 6.


(86) Esta Dirección agrupó a la antigua Secretaría Ejecutiva para los asuntos de la
ALALC, al cargo del Director General Económico del Ministerio y al Instituto de
Promoción de Exportadores de Chile (PROCHILE). Ver Op. Cit. Heraldo Muñoz,
págs. 47-48.
(87) Op. Cit. Hernán Felipe Errázuriz, pág. 6.
69

versiones" (88). No podía ser de otra manera, toda vez que el área Asia-
Pacífico y Oceanía ha adquirido una importancia vital para nuestras
relaciones comerciales, ya que ofrecen las mejores perspectivas como
mercado para las futuras exportaciones de Chile y como fuente alter-
nativa de inversiones en el país.
Por otra parte, el Decreto Nº 161 también estableció el Consejo de
Política Exterior, el Consejo de Política Antártica y la Dirección de
Planificación, organismos entre los cuales cabe destacar los que tienen
una relación más directa con la formulación de la política exterior hacia
el Pacífico.
La Dirección de Planificación tiene bajo su responsabilidad efec-
tuar los trabajos de análisis que permitirían a la Cancillería la estructu-
ración de la Planificación Global y específica de la política exterior
chilena en el mediano y largo plazo. Por esta vía surgen las directrices
que deberá cumplir el Departamento del Pacífico creado como conse
cuencia del discurso pronunciado por S. E. el Presidente de la República
del 21 de Mayo de 1980, el cual constituye un hito al dejar claramente
establecida la intención del gobierno por alcanzar una presencia más
activa de Chile en la Región (89).
La Dirección de Política Especial de nuestra Cancillería lleva el
tema Antártico, el derecho del Mar, las materias referidas a Seguridad
y Telecomunicaciones y la dirección de nuestra representación en la
Comisión Permanente del Pacífico Sur (CPPS), actualmente con sede
en Bogotá, Colombia.
A la CPPS le ha correspondido una importante acción multilateral
en el ámbito latinoamericano, constituyendo uno de los elementos más
valiosos en los esfuerzos de nuestro país por consolidar una posición
significativa en el Pacífico Americano. Esta comisión creada hace más
de treinta años, como lo hemos planteado, ha permitido, tras una ardua
acción diplomática, que los principios postulados por ella se hayan cris-
talizado, constituyendo normas fundamentales del Derecho Internacio-
nal en el Nuevo Derecho del Mar.
La CPPS ha cumplido así una etapa histórica, por lo que en la
actualidad sus esfuerzos se concentran en la voluntad de no transigir
los derechos adquiridos; en promover la preservación y eficiente utili-
zación de los recursos que disponemos; en la protección del medio am-
biente marino, en especial del vertimiento de desechos nucleares radiac-
tivos y su utilización como campo de ensayo de explosiones atómicas.

(88) Manuel Feliú J, "Chile en la Cuenca del Pacífico: una visión empresarial'' en Op-
Cit. Chile en la Cuenca del Pacífico, pág. 17.
(89) "En su exposición anual sobre el estado de la Nación, el Jefe de Estado anuncia
la formulación de una política nacional a través de la creación del Instituto del
Pacífico"... Lo que dio origen a un proyecto de ley que contempla un Consejo
Directivo presidido por el Ministerio de RR. EE. y de una Secretaría Permanente,
iniciativa que se vio postergada momentáneamente por falta de presupuesto espe-
cífico. Op. Cit. Juan Salazar: ''Chile y la Comunicación del Pacífico ", pág. 106.
70

La concepción de nuestra Cancillería acerca del rol de la CPPS en


el presente y en el futuro indica la necesidad de adecuar este organismo
subregional, a fin de extender su ámbito de acción a toda la Cuenca del
Pacífico por una parte, y por otra con el objeto de vincular más estre-
chamente a los países iberoamericanos ribereños del Pacífico con el
resto de la Cuenca, a fin de coordinar acciones y estrategias de interés
común en el área (90).
De lo anterior se puede deducir que esta comisión de integración
regional y política está llamada a desempeñar un rol relevante en las
preocupaciones e intereses que se presentan en la actualidad en la región
suroriental de la Cuenca.
Al respecto, cabe mencionar, a manera de ejemplo, las acciones a
desarrollar para regular la pesca que actualmente realizan en forma
indiscriminada flotas extranjeras en el límite de la Zona Económica
Exclusiva de los países ribereños del Pacífico Americano, como también
la instauración de una eventual Zona de Paz en el Pacífico Sur, postulada
por Perú y el ingreso de la URSS, a esta subregión, por vía de ofreci-
mientos de acuerdo a este país sudamericano.
Las acciones bilaterales y multilaterales en los campos de la Diplomacia
y la Cultura
En el ámbito diplomático, desde 1978 a la fecha, Chile ha incremen-
tado sus vínculos en la Cuenca en casi un 50%. Así, en la actualidad,
mantiene relaciones con 29 de los 36 Estados independientes de la re-
gión, contando con 20 embajadas permanentes y 8 concurrentes, como
también con 8 Oficinas Comerciales abiertas en este período.
En el marco bilateral y en relación con el Pacífico Asiático, producto
de la determinación de desarrollar una política gradual de apertura
hacia esa región complementando los esquemas tradicionales orientados
principalmente hacia América y Europa, se ha logrado un aumento sig-
nificativo en la vinculación con Japón, la República Popular China y
República de Corea.
Otro resultado significativo de esta acción lo constituye el acer-
camiento diplomático y comercial logrado con los países que conforman
la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN): Indonesia,
Tailandia, Singapur, Filipinas, Malasia y Burnei (91).
De otro lado, a partir de 1975, la vinculación diplomática de Chile
con la Polinesia, la Melanesia y la Micronesia ha experimentado un cre-
cimiento sostenido en la medida que han ido naciendo las nuevas nacio-
nes independientes. De esta manera, en la actualidad, nuestro país man-

(90) En febrero de 1984, se desarrolló en Viña del Mar una reunión de Cancilleres en
la cual se emitió la "Declaración de Viña del Mar" que destacó la importancia de
las relaciones entre la CPPS. y la Cuenca y que definió como uno de los princi-
pales objetivos de la Comisión, la ampliación progresiva del ámbito de sus activi-
dades en el área. CPPS. Boletín Informativo Nº 103, Febrero de 1984.
(91) El Mercurio. 5. AGO. 1988. A-3.
71

tiene relaciones diplomáticas con 7 de los 9 Estados independientes de


estas regiones (92).
La mantención de una vinculación consular con las naciones del
área ha sido otro esfuerzo desarrollado por la Cancillería de Santiago,
por la vía de los Consulados en Papeete, Polinesia Francesa, en Hono-
lulú, Hawai; y en Port Moresby, Papúa, Nueva Guinea (93).
Las Embajadas realizan una labor de presencia y de vinculación
con la región, en forma permanente, pudiéndose afirmar que de esta
manera Chile y por su intermedio Latinoamérica, están siendo conocidos
en el Pacífico Insular.
Por otra parte, con la finalidad de atender la región en una forma
más racional y teniendo en consideración de que en ella no se tienen
Misiones Diplomáticas Residentes, en 1988 la Cancillería dispuso el esta-
blecimiento de tres áreas geográficas vinculadas o atendidas por una
Embajada (94). Así, se creó la zona del Pacífico Sur Central a cargo
de la Embajada en Nueva Zelanda y que comprende Fiji, Tonga, Samoa
Occidental, Tuvalu, Islas Cook y Nine y los territorios de Polinesia Fran-
cesa, Wallis y Futuna, Samoa Americana e Isla Pitcairn.
Otra zona la constituyen el Pacífico Sur Occidental, a careo de
nuestra misión en Australia y que integra: Papúa, Nueva Guinea, Nau-
ru, Kiribati, Islas Salomón y Vanuatu y el Territorio de Nueva Caledo-
nia, y en el Hemisterio Norte por último, se dispuso el establecimiento
de la Zona del Pacífico Norte Occidental a cargo de la Embajada en
Filipinas, que comprende los territorios de Guam, Marianas del Norte,
Estados Federados de la Micronesia e Islas Marshall.
En el ámbito multilateral, nuestro país participa activamente en los
eventos internacionales que se realizan en el Pacífico, pese a las discri-
minaciones y obstáculos que de la base política de éstos y de los intereses
de los Estados que los componen, se derivan. Chile posee la calidad de
observador en la Comisión del Pacífico Sur (CPS), importante orga-
nismo regional que agrupa a los Estados Insulares, las llamadas poten-
cias metropolitanas: Estados Unidos, Francia y el Reino Unido —Aus-
tralia, Nueva Zelanda y los territorios bajo administración (95).
En el Consejo de Artes del Pacífico, cuyo objetivo es preservar y
desarrollar las culturas oceánicas, Chile participa en calidad de miembro

(92) Papúa, Nueva Guinea, Kiribati, Tonga, Samoa Occidental, Nauru, Fiji y Tuvalu.
Op. Cit. Jaime del Valle, pág. 10.
(93) Op. Cit. Miguel Schweitzer, pág. 7.
(94) Ibidem, pág. 9.
(95) La CPS. fue fundada en 1947 con la finalidad de promover el bienestar económico-
social y el progreso de los pueblos de la región del Pacífico Sur. Es un organismo
asesor y consultivo al servicio de los Estados y territorios para los cuales trabaja. Su
órgano máximo es la Conferencia del Pacífico Sur, que se reúne anualmente para
aprobar el presupuesto de la Comisión, el programa de trabajo y abordar cualquier
otro tema que esté dentro de su competencia.
72

pleno. En este organismo, la provincia de Isla de Pascua desempeña


un papel fundamental (96).
También en el ámbito multilateral, se han establecido fructíferos
vínculos con el Foro del Pacífico Sur, organismo político que reúne los
Jefes de Gobierno de los Estados Independientes del área Sur del Pací-
fico; Australia, Isla Cook, Fiji, Kiribati, Estados de la Micronesia,
Nueva Zelanda, Papúa, Nueva Guinea, Islas Salomón, Tonga, Tuvalu,
Vanuatu y Samoa Occidental. Chile ha participado en diversas reunio-
nes técnicas de la Agencia y contribuye al presupuesto de la Agencia
Pesquera del Foro, entidad creada con la finalidad de defender los re-
cursos marinos de sus Estados miembros (97).

Las acciones en los ambitos académicos y empresarial


En las últimas décadas se ha apreciado un creciente interés de la
Comunidad Internacional por el Océano Pacífico, atención preferente
que tiene su origen en múltiples razones de orden económico, cultural,
técnico, político y de cooperación en general que, en su conjunto, otorgan
al Pacífico una importancia trascendental en el esquema internacional
del futuro.
Este interés también se ha materializado en diferentes iniciativas
en los planos académicos y empresarial en forma inicial, y desde hace
unos años, en actividades concretas asumidas por los gobiernos de los
países de la Cuenca.
Sin embargo, estas actividades han sido realizadas por los países
más desarrollados del Pacífico Occidental, tales como Japón, Australia
y Corea del Sur, como de los Estados Unidos, razón por la cual los países
latinoamericanos han quedado marginados de los futuros esquemas de
cooperación regional, cuya principal iniciativa es la creación de una
eventual Comunidad de Naciones de la Cuenca del Pacífico (98).
Las causas de esta falta de participación de Latinoamérica se debe
principalmente a sus raíces histérico-culturales, las que han motivado
que la prioridad en las relaciones interestatales se hayan mantenido con
Europa Occidental y América del Norte desde la época de la Colonia y,

(96) Chile tuvo una activa participación en el IV Festival de Artes del Pacífico con una
delegación integrada por más de 50 artistas de Isla de Pascua. Este festival repre-
senta un mecanismo óptimo para difundir la cultura pascuente, la potencialidad
de la isla y la labor que en ella desarrolla el gobierno.
(97) Esta entidad promueve la cooperación, coordinación y armonización regional de
políticas pesqueras. También reúne, evalúa y difunde información estadística, cien-
tífica y económica sobre los recursos marinos vivos en la región y estudia sistemas
de desarrollo económico de las pesqueras y jurisdicción marítima dirigida al esta-
blecimiento de la zona económica exclusiva.
(98) El autor de este concepto es el fallecido Primer Ministro de Japón, el Señor Ohira,
inquietud que más tarde fue recogida por la Universidad de Australia que convocó
en 1980 a un Seminario en Canberra, al que fueron invitados personalidades de
gobierno, académicos y empresarios de las naciones de la Cuenca, con exclusión
de los países iberoamericanos.
73

por otra parte, a la gran distancia geográfica que separa a ambas ribe-
ras de la Cuenca, con las consiguientes dificultades de transporte y de
Comunicaciones.
A lo anterior, se debe agregar la apatía de algunos países latino-
americanos, que no han demostrado un interés significativo por asegu-
rarse el rol que por derecho propio de vecindad les corresponda; ello,
motivado tal vez, por una falta de conocimiento del papel que este
Océano puede representar en el futuro de nuestros países y del conti-
nente americano en su conjunto.
Chile desde un comienzo hizo presente su interés y su convicción de
que debía participar en toda instancia de diálogo como miembro e inter-
locutor pleno, situación que lo ha transformado en el país latinoameri-
cano que más logros ha alcanzado en este aspecto, situación que ha sido
reconocida en los diferentes foros y eventos que se realizan en la Cuenca.
Impulsado por este interés, nuestro país ha mantenido también
vínculos con instituciones de la región que tratan aspectos de interés de
la Cuenca, tales como el Instituto Aspen de Estudios Humanísticos con
sede en Nueva York y Washington D. C. y el Instituto Hubert H. Hum-
phrey de Asuntos Públicos, dependiente de la Universidad de Minnesota,
que, en conjunto, crearon el Proyecto de la Cuenca del Pacífico 1980-
1983, consistente en la identificación de los problemas regionales y el
estudio de las ventajas de crear una Comunidad del Pacífico.
Por su importancia para el país, merece especial atención nuestra
participación en la Conferencia sobre Cooperación Económica en el Pa-
cífico (PECC) que se cree será la llave maestra para entrar en la nueva
era del Pacífico.
Al respecto cabe señalar que uno de los objetivos prioritarios de
mediano plazo que el Ministerio de Relaciones Exteriores se ha fijado
es la incorporación de Chile como miembro pleno a esta conferencia, por
cuanto, además de constituir el mecanismo de Cooperación Transpacífico
más dinámico y el que ha alcanzado un mayor grado de desarrollo, a la
fecha, es el que tiene la mayor capacidad para que al amparo de sus
reuniones y contactos, se desarrollen vinculaciones inter-comités nacio-
nales que motiven relaciones más estrechas y perdurables, razón por la
cual se presume que podría ser la base sobre la que llegaría a estruc-
turarse, en el futuro, una eventual Comunidad de Naciones del Pací-
fico (99).
Sin embargo, la participación de Chile no ha estado exenta de difi-
cultades, las que se derivan principalmente de que, para muchos países
que en la práctica controlan la Conferencia, el concepto de Cuenca del

(99) Está integrada por 12 países de la Cuenca; Australia, Brunei, Canadá, Corea, Fili-
pinas, Indonesia, Japón, Malasia, Nueva Irlanda, Singapur, Tailandia y Estados
Unidos. Fue creada en 1980, en Canberra, Australia. Ver Luz O'Shea L.: Paper
"Las nuevas Iniciativas Regionales en la Cuenca del Pacífico''. Inst. Est. Intern.
1988, págs. 12-15.
74

Pacífico no incluye a la costa oeste de América del Sur y de que dichas


naciones dudan de los aportes que puedan hacer los países latinoame-
ricanos del Pacífico a sus actividades.
Como consecuencia de ello, nuestro país ha emprendido una acción
diplomática, comercial y académica tendiente a superar estos obstáculos,
afianzando su presencia a todo nivel en el área y respecto de la PECC,
asistiendo y participando activamente en sus reuniones anuales y demos-
trando nuestra capacidad de hacer aportes significativos a los trabajos
de la Conferencia, especialmente a través de la participación técnica en
las "Fuerzas de Tarea" encargadas de estudiar los temas de mayor in-
terés para los países del Pacífico (100).
En efecto, el gobierno desde que abordó el desarrollo de una política
exterior hacia la Cuenca, constató que en la región los empresarios
constituían el sector que con mayor dinamismo procuraba la creación de
esquemas de cooperación regional y por ello buscó la incorporación del
sector privado nacional a este esfuerzo, obteniendo una respuesta muy
positiva. Así, empresarios chilenos se vincularon con diversos organismos
del Pacífico que los representaban, situación que culminó con la celebra-
ción en Chile de la XV Reunión Internacional del Consejo Económico de
la Cuenca del Pacífico (PBEC) (101).
Esta fue la primera oportunidad en que una reunión de esta natu-
raleza se afectuaba en América Latina, lo que constituyó un reconoci-
miento a la labor desarrollada por los empresarios chilenos.
El sector académico ha desarrollado un papel tanto o más importante
que el sector privado en los esquemas de cooperación del Pacífico. En
nuestro país, las instituciones académicas han desempeñado un rol pro-
tagónico en la tarea de crear una conciencia marítima de la población y
sus trabajos e investigaciones han constituido un aporte fundamental en
la estrategia de apertura hacia la Cuenca (102).

(100) Op. Cit. Jaime del Valle, págs. 13-14.


(101) El objetivo primordial del PBEC. es promover la cooperación económica mutua-
mente beneficiosa y el progreso social a través de la región. Busca mejorar el
ambiente empresarial, reforzar el sistema empresarial, generar nuevas oportunidades
de negocios, crear nuevas relaciones comerciales e incrementar el comercio y la
inversión dentro de la Cuenca del Pacífico. Ver. Op. Cit. Luz O'Shea, págs. 11-12.
En la actualidad el PBEC agrupa a más de 800 empresas de todos los sectores que
aportan e intercambian información en torno a sus inquietudes y objetivos. Manuel
Valdis V. "Chile y la cooperación empresarial en la Cuenca del Pacífico'' en Op.
Cit. " Chile en la Cuenca del Pacífico, pág. 19.
(102) El Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile ha contribuido
con numerosas publicaciones y realizado Seminarios: ''América Latina vuelva al
Pacífico" (Viña del Mar, 1970); "Ciencia y Tecnología en la Cuenca del Pacífico"
(Viña del Mar, 1975), "La Comunidad del Pacífico: Hacia un rol para América
Latina'' (Isla de Pascua, 1979) entre otros. Op. Cit. Juan Salazar: "Chile y Comu-
nidad del Pacífico", págs. 12-13. También la Universidad de Playa Ancha a través
de su Centro de Investigaciones del Pacífico y la Universidad Gabriela Mistral a
través del Instituto del Pacífico, han efectuado un aporte significativo.
75

En la actualidad, en nuestro país se encuentra constituido desde


1986 el "Comité Chileno de Cooperación en el Pacífico", organismo que
tiene como misión principal asesorar al Ministro de Relaciones Exte-
riores en todas aquellas materias relativas a la participación de Chile
en los esquemas de cooperación que se desarrollen en la Cuenca del
Pacífico, función que deberá realizar mediante una adecuada coordina-
ción de las actividades de los sectores gubernamental, académico y
empresarial que integran este Comité.
Esta iniciativa vino a cristalizar los trabajos de este tipo, que
desde hacía años venía realizando el Ministro de Relaciones Exteriores,
recogiendo las inquietudes del sector empresarial en las Comisiones
Mixtas, a través de PROCHILE (103) y en un diálogo permanente con
sus dirigentes por una parte y consultando la opinión de las Universi-
dades por otra.
La acción complementaria de otros actores de la vida nacional
Finalmente, es necesario destacar el importante papel que han venido
desarrollando en aspectos directamente vinculados a la política exterior
de Chile hacia el Pacífico, diversas autoridades del gobierno, quienes han
resaltado la necesidad de que los chilenos nos demos cuenta de que es-
tamos llamados a ser una potencia en el Pacífico Sur Oriental y que este
vasto Océano debe ser el escenario prioritario de la acción política y
económica del país en el futuro.
Así, el gobierno ha consagrado el mes de mayo como el "Mes del
Mar" y en cada oportunidad el miembro de la Honorable Junta de Go-
bierno, Almirante José Toribio Merino Castro, ha recalcado en sus dis-
cursos el destino marítimo de Chile y la importancia que para nuestro
futuro tiene el Océano Pacífico.
El Instituto Geopolítico de Chile, a través de sus ocho años de
existencia, también ha desarrollado una labor importantísima, incenti-
vando todas las iniciativas y acciones destinadas a buscar y desarrollar
el camino geopolítico más adecuado para que nuestro país, sobre la base
de su privilegiada condición de nación tricontinental, desempeñe un
rol relevante en el espacio político latinoamericano, en la Cuenca del
Pacífico y en el Continente Antártico, determinando las ventajas y des-
ventajas geopolíticas en cada una de las políticas específicas que podemos
optar.
La Academia de Estudios Políticos y Estratégicos (ANEPE) y las
Instituciones de la Defensa Nacional tampoco han permanecido ajenas
a este vital proceso de incorporación de Chile en la era del Pacífico,
desarrollando una importante labor de difusión de la problemática y
alternativas de este proceso a través de sus publicaciones, como también
incorporando esta preocupación a sus programas de estudio y de inves-
tigación.

(103) Creado por Decreto Ley Nº 740, publicado en el Diario Oficial Nº 29001 del 13
de noviembre de 1974 con el objetivo de fomentar, diversificar y en general estimular
las exportaciones chilenas, especialmente aquellas que tengan el carácter de no
tradicionales.
VISION GEOPOLITICA DE CHILE
EN EL AÑO 2050

MARIO ARNELLO ROMO


Miembro del Instituto Geopolítico de Chile

RESUMEN

La zona austral, integrada por cuatro millones de chilenos, abarca las regiones que
están entre Puerto Montt y el Polo Sur, constituyéndose en una de las regiones más
limpias del planeta. Sus habitantes han aprendido a vivir con conciencia ecológica,
disfrutando de los recursos naturales, perfeccionándolos y cuidando de ellos.
Su producción marítima, silvoagroganadera, su consumo energético no contami-
nante, su alta y calificada producción artesanal, sitúan a esa apartada zona en una
posición privilegiada en el planeta.
Proyectándola hacia el futuro, la zona austral chilena será la más favorecida del
mundo, concentrando gran actividad pesquera, minera, forestal, ganadera, energética y
turística.
Al mismo tiempo, las rutas australes y antárticas, tanto marítimas como aéreas, de
pasajeros y de transporte de carga, nacionales e intercontinentales, tendrán su centro
fundamental en Magallanes.
Lo primero le permitirá comprender que Chile, por su posición geográfica y como
un imperativo de los tiempos que trae la Era del Pacífico, debe mantener con vigor su
soberanía en la región austral y acrecentar en esas latitudes su presencia y su papel
protagónico. Ella conforma el vértice geopolítico austral, de máxima trascendencia en
las conexiones oceánicas y antárticas del futuro.
Lo segundo debe mover la voluntad nacional, impulsando el crecimiento de la po-
blación, su educación, sus comunicaciones, nuevas tecnologías y sus variados recursos,
y una sólida conciencia ecológica.
Para lograr este escenario, se precisa que el chileno fortalezca su identidad cul-
tural y su sentido nacional. Un desarrollo integral obliga a un intenso y efectivo tra-
bajo que ya debería empezar.
77

1. ESCENARIO AÑO 2050 islas y las ensenadas, cuidando su


entorno. No contaminan ni han lle-
UATRO millones de chilenos nado de desechos su hábitat, sino
C viven ya en la zona austral
de Chile, que comprende la
X, XI y XII regiones, desde Puer-
que utilizan y reciclan sus produc-
tos, generando así energías o fer-
tilizantes. Han incorporado una
to Montt al Polo Sur. Viven en una mentalidad de renovación perfec-
de las más bellas y menos contami- cionando los recursos naturales, in-
nadas regiones del planeta, logran- troduciendo en ellos mayor valor
do una calidad de vida excepcional. con el uso de la ciencia y de la tec-
Ese carácter se ha preservado con nología. Cultivan el mar, el que
una dura y constante exigencia ba- aparece entre fiordos y canales, ríos
sada en una sólida cultura, plena y lagos. La acuacultura es el gran
de identidad nacional, en firmes cri- aporte de la zona austral al desa-
terios de valor que los impulsa a rrollo de Chile y a la alimentación
una vida activa y creadora, a la vez de la humanidad. El 50 por cien-
que profundamente adecuada a su to de la producción total del hemis-
difícil geografía; sostenida, tam- ferio sur en acuacultura será pro-
bién, en un equilibrio armónico, ducida por la zona austral chilena,
donde la rudeza no rompe la belle- la más favorecida del mundo. Sus
za, ni la fuerza que hace posible la parques marítimos han recreado y
vida destruye la naturaleza ni preservado la pureza y riqueza ori-
la contamina, y donde siempre per- ginales de la fauna y flora maríti-
duran el desafío de los elementos y ma chilenas y han servido para re-
el asombro generoso de la creación. generar las especies y el ecosiste-
Estos cuatro millones de chilenos ma.
se distribuyen en los valles, en las Chile ha llegado a ser el mayor
extensiones de la Patagonia Chile- pescador del mundo de productos
na, en el litoral y en las islas. Vi- para la alimentación del hombre,
ven en un sistema armónico de ciu- con sistemas eficientes y respetuo-
dades principales, ciudades de ser- sos de la ecología. Con pesca arte-
vicio, poblados urbanos, urbano- sanal de especies escogidas, de gran
rurales y villorrios de apoyo a sec- precio; con pesca industrial de la
tores rurales aislados. En toda la que sabe transformar y alcanzar
extensión de esta región reciben la 250 productos de exportación; y
educación formadora, la educación con una participación activa en la
conveniente al medio en el cual per- gran pesca oceánica y antártica.
fectamente pueden desarrollarse y La zona austral, con esta posición
realizar su vida. Viven en un sis- privilegiada en las regiones aus-
tema equilibrado de producción ma- trales del planeta, le ha abierto a
rítima, silvoagroganadera, de in- Chile el dominio de la última gran
dustrias de transformación, de in- frontera de la pesca en el mundo.
dustrias de elevada tecnología, con Chile dispondrá el año 2050 de
un consumo energético no contami- los mayores recursos de energía
nante, además de una alta y califi- del mundo, los utilizará en la for-
cada producción artesanal. ma y escala adecuadas a sus nece-
Los habitantes de la zona austral sidades.
han aprendido a vivir con concien- La zona norte es la primera en
cia ecológica. Usan y disfrutan de el mundo en litio, recurso de gran
los recursos naturales, cultivan y significación para la energía de fu-
no explotan; es decir, preservan y sión nuclear, y en energía solar. La
no depredan esos recursos. Han zona austral lo es en energía eóli-
poblado los valles, los fiordos, las ca, en energía de las mareas, en
78

biomasa, en hidroeléctrica, sin per- tos lugares que hacen pensar y sen-
juicio de otras energías fósiles. El tir el misterio del origen de la vida.
uso integral y armónico de siste-
mas orgánicos de la ingeniería y la
biogenética, más sistemas eólicos, 2. CREACION DEL HOMBRE
que facilitan los riegos de las pra-
deras en verano, ha creado una Estas pinceladas de lo que se po-
gran masa ganadera escogida, vein- drá apreciar el año 2050 en la zo-
te veces superior a la que existía na austral han intentado acercar
en las últimas décadas del siglo un escenario futuro que tenga un
XX. sentido humano, de un hombre de
cuerpo y alma y no un hombre do-
El puerto de Magallanes, el más minado por las propias maquina-
grande puerto austral del mundo, rias e ingenios que él ha creado;
en sus amplias funciones de puer- es decir, un hombre con identidad
to de servicios y de transferencia cultural, con sentido nacional, con
de carga, estará participando de un conciencia de sí mismo.
tráfico superior a los 6. 000 buques Ese escenario es posible crearlo
al año que recalarán en él. Todo el con el esfuerzo de todos los chile-
tráfico eventual austral tocará en nos. Puede ser el resultado de una
el puerto de Magallanes y líneas di- visión acertada, de orientaciones
rectas lo unirán con Ciudad del Ca- claras, de políticas coherentes y de
bo y Sydney en un circuito aus- voluntad sostenida de nuestra na-
tral; otras naves traerán de todas ción.
las latitudes cargas que se distri- Nada de lo que se ha planteado
buirán desde allí por ambos litora- es utópico ni irrealizable. Por el
les de América. contrario, es perfectamente posible
Un sistema de puertos numero- construirlo y crearlo. Y en algunos
sos, puertos mayores y de cabotaje, de sus aspectos tiende —podríamos
harán de toda la zona austral un decir— a ser inevitable. Sólo que
amplio punto de transferencia de pueden cambiar de signo, ya que
carga y de productos de exporta- los mismos procesos, si no son con-
ción de todo el cono austral. Un ducidos, pueden resultar negativos.
sistema de transbordadores unirán El desarrollo y la concentración en
las islas y los fiordos; y el sistema Santiago, por ejemplo, nos da la
de caminos costeros harán accesi- pauta de cómo esa concentración
ble los valles aislados por glaciares poblacional puede tener un signo
y montañas. negativo claramente perceptible.
El aeropuerto de Punta Arenas El desafío hacia el futuro consis-
conectará en rutas polares, tanto te en impulsar y realizar estos pro-
con Sudáfrica como Australia, Nue- cesos que conduzcan al desarrollo,
va Zelanda y la Antártica, y unirá dándoles el carácter positivo.
a Chile con el resto del cono sur de En el año 2050 se necesitará más
América, complementando así las que triplicar, por ejemplo, la pro-
rutas transpacíficas oceánicas. ducción de alimentos en el mundo,
ya se habrá más que triplicado la
La zona austral recibirá más de población de la Tierra. Entonces
un millón de turistas al año, donde se requerirá la cantidad de alimen-
algunos buscarán la belleza, con las tos adecuada. Para obtenerlos, las
obras de infraestructura más con- naciones densamente pobladas y
fortables, y otras la limpia soledad poderosas buscarán dónde sea y,
incontaminada de rudas islas o de eventualmente, cómo sea. Los gran-
glaciares y montañas, con sus bos- des espacios vacíos y de escasa pro-
ques silenciosos y fríos, y con tan- ducción serán sus objetivos y sufrí-
79

rán, entonces, una presión realmen- chileno, precisamente, tiene una po-
te incontrolable de esas grandes na- sición muy importante en el Pací-
ciones que precisan espacio y ali- fico meridional: es la nación que
mento para sus pueblos. Las vallas domina geográficamente ese vasto
que el Derecho Internacional, que espacio.
el concepto de la soberanía de los La cuarta parte del Océano Pa-
Estados, pueda oponer a esa pre- cífico está geográficamente domi-
sión demográfica y de necesidades nada por Chile. Sus tres vértices
vitales son sumamente frágiles. geopolíticos así lo determinan, y a
Los organismos internacionales cada uno de ellos corresponde una
han acuñado un tipo nuevo de pro- función inexorable.
piedad en el mundo, la que denomi- En esta oportunidad, precisare-
nan "patrimonio común de la hu- mos el significado del vértice aus-
manidad". Así, ya están declarados tral, de la posición austral de Chi-
los cuerpos celestes, el espacio ex- le. Su posición austral controla la
traterrestre y los fondos oceánicos salida y la puerta de unión hacia
que corresponden a la alta mar. el Atlántico, los accesos a la An-
Igualmente están intentando, desde tártica; controla geográficamente
hace ya algunos años, declarar pa- también una de las cuatro grandes
trimonio común de la humanidad pesquerías del mundo, recurso vi-
a la Antártica, en desmedro de los tal para la alimentación del futu-
derechos soberanos de naciones co- ro. Al controlar los accesos a la An-
mo Chile, que tiene legítimos títu- tártica, también lo tienen hacia los
los a ella. Es decir, observamos có- recursos del krill, una de las gran-
mo por intereses político-económi- des fuentes y reservas proteicas de
cos de numerosos Estados pueden la humanidad. Es decir, Chile tie-
cambiar la condición jurídica de ne una posición que ejercer y sos-
tierras o de recursos. tener activamente. La historia nos
En el año 2050 existirán en las enseña que siempre los pueblos que
costas, frente a las nuestras, al otro se encuentran en posiciones deter-
lado del Pacífico, más de cuatro minantes de la geografía, si no po-
mil quinientos o cinco mil millones seen el vigor para sostenerla —y
de habitantes, que necesitarán es- esa potencia transformarla en ac-
pacio y alimentos, y buscarán dón- to— van a sufrir las consecuencias
de poder vivir. El eje del mundo de acciones de los pueblos más po-
se centrará en el Océano Pacífico, derosos que quieran utilizar a aqué-
un océano que, no obstante su vas- llas. Piensen en Polonia, que ha
tedad, porque con su cuenca ocupa vivido en forma permanente reci-
la mitad del mundo, tiene apenas biendo la ola del norte o del sur,
cuatro aberturas, puertas o salidas. este o del oeste, porque justamen-
En consecuencia, serán dentro de te está en la llanura norte de Eu-
sus espacios que se desarrollarán ropa, que es el tránsito de pueblos
sus grandes presiones y tensiones: más poderosos. Por eso, el desafío
políticas, económicas, geodemográ- para los chilenos es realizar todo lo
ficas. positivo y creador que debe hacer-
se en la zona austral del mundo, ac-
3. LAS POSICIONES DE CHILE
tivar sus potencialidades y poner-
las en acción. La disyuntiva, en
consecuencia, es muy clara: o el de-
Una nación como Chile, con sus sarrollo lo hacemos los chilenos, en
tres vértices geopolíticos, el litoral un gran impulso, y de esta manera
del cono sur de América, oceánico, nuestra zona austral se transforma
isla de Pascua y el extremo austral en una realidad plena que ayude a
80

Chile a alcanzar su destino, o va las dimensiones que debe alcanzar


a haber otros Estados interesados la presencia chilena en esas latitu-
en desarrollar lo que allí está en po-des.
tencia y en asumir la determina- El gran puerto de Magallanes
ción del destino austral. constituye el fundamento esencial
La construcción del futuro tene- del desarrollo y de la potencialidad
mos que hacerla hoy, es decir, en de la posición austral chilena. Sin
el presente. En esta tarea existe ya su creación, jamás podrá ésta rea-
conciencia sobre diversos aspectos lizarse ni ser un factor de poderío
fundamentales. nacional. Por el contrario, siem-
En anteriores oportunidades, he- pre será un riesgo, un vacío peli-
mos expuesto lo que son las gran- groso o causará una grave frustra-
des orientaciones principales que ción.
perfilan el proyecto nacional Chile Las grandes rutas australes y los
Futuro y me remito a lo dicho. Aho- grandes buques del tiempo por ve-
ra, dentro de esas cinco grandes nir requieren tener en Magallanes
orientaciones, estamos esbozando un gran puerto de servicios y de
lo que podría ser un desarrollo in- transferencia de cargas.
tegral de la zona austral. Hay que El desarrollo futuro del continen-
destacar la concepción geográfica te antártico contiene igual exigen-
de la zona austral, su posición do- cia. La cada vez mayor gravita-
minante en el Pacífico Sur y en los ción que tendrán los espacios aus-
pasos de unión con el Atlántico, en trales del mundo impone el desafío
los accesos a la Antártica, abiertos de poseer el mayor centro de desa-
todo el año, en los accesos patagó- rrollo y de comunicaciones. Ese de-
nicos y en la vinculación de todo el be ser el gran puerto de Magalla-
"hinterland" austral hacia el Pací- nes,
fico. Además, deben considerarse Y, también, debe tener condicio-
las características esencialmente nes flexibles e inteligentes —y no
marítimas que tiene nuestra zona dogmáticas— para operar eficaz-
austral, lo que es un hecho tan ge- mente.
neral y determinante que en reali- Lo dicho, por otra parte, debe
dad sólo existen cuatro excepcio- reiterarse respecto a un gran aero-
nes: la isla grande de Chiloé, los puerto austral internacional y a
valles interiores de la región aus- servicios aéreos australes y antár-
tral, las extensiones de la pampa ticos en Punta Arenas. Es decir,
patagónica y las de la Isla Grande debe priorizarse todo cuanto permi-
de Tierra del Fuego. ta alcanzar tales propósitos. Esa
comprensión debe orientar los es-
4. GRAN PUERTO DE fuerzos de colonización, de produc-
MAGALLANES ción y las características tan par-
ticulares de su educación; inclusi-
Esta concepción geográfica obli- ve, las excepciones y sistemas de
ga a que se dé una valoración muy franquicias que valoren la signifi-
especial a todo programa que apun- cación geográfica de la zona aus-
te al desarrollo de la zona austral. tral.
Por eso existen ciertos proyectos,
ideas o aspectos en los que vale la
pena insistir. 5. CRECIMIENTO DE LA
El primero de ellos es el gran POBLACION
puerto de Magallanes. Su construc-
ción es una necesidad clara e indis- Existen aspectos demográficos
cutible, especialmente si se anali- importantes. La población de la zo-
za con visión de futuro, acorde con na austral es en la actualidad de
81

329. 479 personas, según el censo austral, una densidad equivalente a


de 1982. Sin contar la isla grande países europeos de climas fríos aná-
de Chiloé, se reduce a 216. 765 ha- logos a éste. De manera, pues, que
bitantes. Considerando esta isla, enfocando con dimensión de futuro
que es la más poblada y densa, de el problema demográfico de esta zo-
un índice de 1, 25 habitante por ki- na, podemos ver que es perfecta-
lómetro cuadrado, excluyéndola co- mente posible que ella sostenga una
rresponde a 0, 85 habitante por ki- población de ese volumen, dando a
lómetro cuadrado. sus habitantes posibilidades de tra-
Hemos estudiado distintos siste- bajo y de una calidad de vida ex-
mas para proyectar el crecimiento cepcional.
de la población. De acuerdo con la Es indudable que si analizamos
tasa histórica de crecimiento, de un el futuro desarrollo de la zona aus-
2, 5 por ciento anual, el año 2050 vi- tral, acorde con los desafíos que
virán, o vivirían en esta zona, Chile va a tener que enfrentar en
1. 160. 000 habitantes. Sin embar- el próximo siglo, debemos elegir es-
go, se está dotando de medios y de ta opción dinámica y proporcional
caminos a aquellas áreas que tra- que hemos indicado. Esta opción
dicionalmente se han encontrado en requiere de estrategias adecuadas
un enorme aislamiento y subdesa- para no producir retrocesos. Re-
rrollo, por lo que se ha estudiado quiere de estudios, evaluaciones,
la posibilidad de que en ellas se pro- participación y decisión regional.
duzca un aumento demográfico pro- Y requiere afimar las prioridades
porcional a las zonas actualmente del desarrollo rural.
accesibles y con mayor desarrollo. Hemos ubicado en estas regiones
Podríamos así llegar al año 2050 —y es una tarea que hay que ha-
con 2. 240. 000 habitantes. Este cer posteriormente y evaluar a ni-
crecimiento proporcional es soste- vel regional— 56 lugares adecua-
nible por la homogeneidad que tie- dos para poblados potenciales. En-
nen los valles australes entre sí, el tre Puerto Montt y Coihaique hay
litoral insular, la costa occidental 20, entre Coihaique y Puerto Yun-
de los Andes patagónicos, los fal- gay 10, entre Puerto Yungay y
deos orientales transandinos y las Puerto Natales 20 y entre Puerto
áreas de pampa. Pero si considera- Natales y Puerto Williams otros 6.
mos un crecimiento dinámico y a
la vez proporcional de las áreas
productivas conectadas y desarro- 6. COMUNICACIONES Y
lladas en estos diez años, unido a TRANSPORTES
una mayor inversión de recursos
en actividad, al uso intensivo y sos- El aspecto demográfico está ín-
tenido de ellos, a la mejora sustan- timamente relacionado con infraes-
cial —con accesibilidad y medios tructura, con comunicaciones, ca-
de transporte— de programas de minos, puertos, aeropuertos, comu-
asistencia tecnológica, experimenta- nicaciones radiales y navegación.
ción, colonización, educación, ma- En los estudios de caminos, por
nejo ambiental y de integración, la ejemplo, se ha observado que para
población puede alcanzar el año alcanzar en el camino longitudinal
2050 a la cantidad de cuatro millo- austral lo que se necesita, falta aún
nes de habitantes. por construir 1. 182 kilómetros.
Para sostener esta población he- Existen 166 pavimentados, 1. 264
mos dado a una superficie entre el de ripio y 313 actualmente en cons-
10 y el 15 por ciento del territorio trucción.
83

Los aeropuertos mayores que glaciares, el mar protegido en el in-


existen en el área no tienen limi- terior de sus fiordos y canales
taciones. Hay otros que requieren —con una penetración continental
de ampliaciones, como los de Chai- que tiene una influencia enorme—
tén y Coihaique, con limitaciones y las corrientes polares que traen
naturales difíciles de solucionar; aguas nuevas. Esta concurrencia
Coihaique, Villa O'Higgins, Puerto de factores vitalizadores da vida a
Natales, que pueden ser reubica- este sistema excepcional.
dos; y Puerto Williams, que puede Los recursos del mar tienen una
tener una posible ampliación. importancia fundamental hoy y la
Sin duda, se precisa la construc- tendrán más aún en el futuro. La
ción de un nuevo aeropuerto al sur producción anual actual en todo el
de Navarino, que preste servicios mundo es del orden de los 75 millo-
en los vuelos a la Antártica. nes de toneladas métricas y repre-
Los puertos de la zona austral senta el 27 por ciento de las proteí-
tienen condiciones y posibilidades. nas que consume el hombre. El año
Ocho de los 16 que existen tienen 2000, para mantener esa propor-
buen grado de implementos y tie- ción, la pesca deberá haber aumen-
nen posibilidades de desarrollo in- tado a 115 millones de toneladas
menso, fuera del caso particular del métricas. Este monto resulta bas-
puerto de Magallanes, que posee tante difícil, tanto que, en los es-
exigencias geopolíticas indiscuti- tudios internacionales, sólo se con-
bles. Hemos propuesto que se estu- fía en la acuacultura o en algún
die al sur de Navarino, en Seno nuevo tipo de extracción que per-
Grandi, la construcción de un puer- mita alcanzar esos niveles. Para el
to de apoyo a la pesca y a la nave- año 2050 se deberá llegar, para
gación deportiva en ese difícil mar mantener el 27 por ciento, a una
austral. El lugar, al mismo tiem- cifra de 210 millones de toneladas
po, permitirá un desarrollo del in- métricas, que se estima imposible
terior de la isla Navarino de bas- de lograr. Lo anterior nos indica
tante importancia. que tendrá que haber transformacio-
nes y nuevas fuentes de proteínas
si se quiere alimentar a la huma-
7. RECURSOS NATURALES nidad.
La acuacultura, en la zona aus-
7. 1 Acuacultura tral, tiene más de catorce mil islas
y varios miles de kilómetros de ca-
Analizando rápidamente los re- nales, fiordos y ensenadas para su
cursos de la zona austral, queremos desarrollo.
repetir lo que afirmábamos: se exi- Las investigaciones científicas y
ge valorarlos en forma adecuada tecnológicas en actual progreso per-
para impulsar proyectos que mul- mitirán no sólo cultivos de salmo-
tipliquen su valor. Nos referimos, nes, ostras y mitílidos, sino tam-
en primer lugar, a los recursos pes- bién de locos, centollas y de toda
queros, los que mencionaremos jun- especie que interese, incluidas las
to con la acuacultura. Las condi- algas.
ciones de esta región son excepcio- Uno de los problemas más im-
nales. Posee aguas poco contami- portantes para su desarrollo, como
nadas que crean un ecosistema ma- es el de la alimentación en esos pis-
rino verdaderamente prodigioso, cicultivos, los soluciona la biotec-
con tres calidades de aguas que se nología.
juntan vivificando la vida subma- En unos casos, la lombricultura
rina: las aguas de sus ríos y de sus que transforma desechos orgánicos
84

en proteínas y fertilizantes. En ción son, en esta materia, absolu-


otros, las algas y microalgas. tamente indispensables.
El alto precio de los productos de
estos cultivos marinos, adecuada- 7. 3 Parques Marítimos
mente comercializados, podría más
que duplicar el valor de la actual Como una de las maneras de ha-
producción pesquera chilena. cer posible esta conciencia en la in-
vestigación y en el desarrollo de los
7. 2 Pesca Austral recursos pesqueros, se precisa la
creación de parques marítimos que,
Respecto a la zona austral, ODE- al igual que los parques terrestres,
PLAN ha calculado para el año estén vedados a la explotación, sean
1990 una captura o producción de un recinto para la investigación y
unos cinco millones de toneladas. faciliten la mantención de los sis-
Para el año 2000, por nuestra par- temas propios de las especies. Los
te, creemos llegar a unos siete mi- parque marítimos en la zona aus-
llones de toneladas en la zona aus- tral son indispensables por las altas
tral, incluyendo, naturalmente, el calidades que tienen sus aguas, lo
krill y un enorme desarrollo de la incontaminadas que son por estos
acuacultura. Y para el año 2050 tres sistemas de aguas que en ellas
podríamos alcanzar un máximo de confluyen. Hemos indicado, al res-
once millones de toneladas, siempre pecto, una extensa lista de lugares,
basándonos en el krill, en la acua- hasta ahora sólo investigados por
cultura y también en una partici- algunos especialistas, que debieran
pación importante de Chile en la ser declarados parques marítimos
gran pesquería oceánica, en la que para su protección. No hay en to-
hoy día no participamos, no obs- do el hemisferio sur del mundo otro
tante encontrarse muy cerca de país, otra zona, que posea los cana-
nuestro litoral. les y fiordos y las calidades de agua
El desarrollo de los recursos pes- que existen en el sur chileno. Esto
queros no es algo tan fácil ni tan mismo confirma todas las perspec-
simple. El sistema chileno consis- tivas y proyecciones dadas para la
te, hasta ahora, en sacarlos de don- producción pesquera. No hay en el
de se hallan, lo que parece obvio. mundo un lugar más óptimo que la
En lugares donde hay determinados zona austral chilena para ser el
mariscos los extraen todos hasta gran factor de producción y de cul-
agotarlos. Este es el sistema depre- tivo de estas especies marinas.
dador de producción pesquera que, Lo que se dice de peces y maris-
por desgracia, es al que estamos cos se debe decir también de algas.
más habituados los chilenos. El de- Todos estos sistemas son importan-
sarrollo de los recursos pesqueros tes no sólo en su extracción y co-
exige investigación para saber lo mercialización, sino también por
que existe, conocer la vida de las las posibilidades de actividad in-
especies, saber cómo se reproducen, dustrial que derivan de los mismos.
cómo se destruyen, qué los afecta. La creación de puertos pesqueros
Tener estos conocimientos permite es indispensable en el futuro de es-
impulsar el repoblamiento de las ta zona. Hay lugares que se están
especies, buscar sistemas que ace- estudiando en Chiloé, Aisén, Chiloé
leren su desarrollo o que lo favorez- Continental, Magallanes y Navari-
can, llegar a medidas eficaces de no, donde deben existir estos puer-
protección y avanzar hacia siste- tos pesqueros en los distintos nive-
mas mucho más productivos de cul- les, artesanal, industrial e indus-
tivo. La investigación y la educa- trial-oceánico.
85

7. 4 Recursos Forestales Estudios hechos en la isla gran-


de de Chiloé revelan que una sola
La zona austral tiene 1. 882. 500 industria de contrachapado podría
hectáreas de aptitud forestal, lo que representar para esa isla tanto co-
representa el 21 % de la superficie mo lo que representa Chuquicama-
total del país en esta misma cali- ta para todo Chile. (Es muy fácil
dad. En la zona austral, sin em- hacer el cálculo. La isla grande de
bargo, existen diez millones de hec- Chiloé posee el 1% de la población
táreas que no están estudiadas. Es del país. Esta sola industria repre-
efectivo que la mayor parte de ellas sentaría para ese 1% lo que Chu-
no son aptas para uso forestal. Son quicamata representa para el país
glaciares y montañas difícilmente entero). Podrían crearse diversas
accesibles. Pero sí, un 20% de esa empresas como ésa, porque existe
superficie podría utilizarse even- un gran mercado internacional en
tualmente, aprovechando nuevas el cual Chile no participa.
tecnologías y empleando sistemas Insisto en los recursos forestales,
de incentivos para renovar y mejo- porque en todos los estudios que se
rar las calidades de los bosque na- hacen para el año 2000, o el año
tivos y recuperar esas hectáreas. 2020 las conclusiones que se obtie-
Un esfuerzo nacional y del sector nen son verdaderamente trágicas.
privado permitiría el buen uso del Entre 1975, cuando se hizo una
recurso forestal, extrayendo de él el evaluación a escala mundial, y el
máximo de su valor posible. año 2000, habrán sido talados en
86

el mundo 446 millones de hectáreas 7. 5 Recursos Ganaderos


de bosques, provocando un daño
irreparable al suelo del planeta. Los recursos ganaderos de la zo-
Además, la desertificación en el na austral son importantes. Se ha
mundo avanza; las pérdidas de tie- señalado que esta región posee el
rra de pastos y de cultivos al año 50% de los ovinos que existen en
2000 en todo el mundo habrán al- el país. Mejorar genéticamente la
canzado a 2. 800 millones de hec- calidad de la masa ovina e impul-
táreas por este motivo. Paralela- sar el uso y manejo de las prade-
mente, los daños ocasionados por ras con tecnologías adecuadas en
salinización o alcalinización de las materias de fertilizantes, abonos,
tierras o por encenegamiento, sig- semillas y con riego por aspersión
nificarán pérdidas equivalentes a en el verano, permitirá aumentar
2. 700 millones de hectáreas. sustancialmente los recursos gana-
Esta trágica realidad obliga a deros e incrementar sus rendimien-
Chile y especialmente en la zona tos. Una adecuada política de ex-
austral, a defender el bosque y a portación y la correcta creación de
manejarlo bien. Defender implica industrias derivadas, desarrolla-
no tocar los bosques nativos de pro- rían esta masa ganadera de gran
tección ni aquellos de suelos muy importancia nacional.
frágiles; y usar bien, renovar y ex-
plotar los recursos forestales con- 8. ENERGIAS ALTERNATIVAS
troladamente, y muy en especial los
bosques nativos, que son esenciales En materia de recursos energéti-
para preservar la flora y la fauna cos la zona austral tiene condicio-
autóctonas y nuestro ecosistema. nes también excepcionales.
87

Hay estudios positivos sobre el La energía de mareas permite


petróleo y el carbón, a largo pla- que en fiordos y ensenadas se pro-
zo. Pero más interesan aquellos duzcan grandes acumulaciones de
recursos energéticos a los que, sin aguas que son potencialmente fuen-
embargo, los chilenos damos poca tes de energía. Estudiar su uso
importancia. eventual o su uso a escalas reduci-
El primero, en la zona austral, das, permite también soluciones óp-
es la energía eólica. En todos los timas en algunos lugares.
estudios internacionales se señala La energía de biomasas, tanto te-
que los tres lugares del mundo don- rrestres como marinas, es otro de
de existe mayor energía eólica son los recursos no investigados aún en
Groenlandia, la zona austral chile- esta región y que tiene una enorme
na y Terranova. La energía eólica potencialidad.
crea posibilidades infinitas por su Todavía, diría, la energía solar.
gran adaptabilidad; es decir, faci- La zona austral tiene, durante la
lita su desarrollo a cualquier esca- mitad del año, más luminosidad
la, evitando los costos y las pérdi- que el norte de Alemania, por ejem-
das de la transmisión. La energía plo. Y en el norte de Alemania se
eólica lleva el desarrollo, facilita la realizan gran cantidad de investi-
producción, la comunicación radial gaciones y de aplicaciones de ener-
y las condiciones de vida a los ha- gía solar. Esto es algo que los chi-
bitantes de cualquier lugar de la lenos recién estamos iniciando, pe-
zona. Inventar y experimentar nue- ro sin darle el énfasis debido. Bas-
vos sistemas, que rebajen los cos- te indicar que en la zona norte de
tos al máximo y que permitan te- Chile, la energía solar es tan in-
ner generadores eólicos capaces de tensa que los kilos-calorías que re-
abastecer las necesidades de una ciben dos kilómetros cuadrados en
casa y de sus actividades producti- el desierto de Atacama son equiva-
vas, es fácil y de bajo costo. Y el lentes en su potencia al total de la
viento, después, sigue funcionando capacidad instalada de Colbún Ma-
gratis. Posibilita, en consecuencia, chicura.
este desarrollo rural y también pue-
de ser compartido con otros siste- 9. TURISMO
mas.
En materia hidroeléctrica, la zo- Los recursos turísticos de la zo-
na austral es también altamente na austral son, sin duda, uno de
favorecida. Distintos sistemas, en- los mayores del orbe. La Antárti-
tre ellos los del río Baker y los de ca tiene acceso directo desde esta
Pascua, son los mayores de nues- zona. Los campos de hielos conti-
tro país. Pero para el desarrollo nentales, los glaciares marítimos,
de esta región creemos preferible las montañas, los lagos, las islas,
dar prioridad a un sistema hidro- son recursos turísticos únicos en el
eléctrico a escala mas reducida, pa- mundo. El propio Cabo de Hornos
ra evitar, precisamente, los fenó- es un atractivo que no se encuen-
menos negativos de la transmisión tra en ningún otro lugar.
de la energía, y, en cambio, poder La infraestructura y los circui-
dar el servicio allí donde se lo ne- tos integrados son formas que per-
cesita. Un sistema de microcentra- mitirían el desarrollo de esta re-
les y, aún, de equipos pequeños pa- gión, a medida que estos adelantos
ra uso de pocas personas, es per- facilitarían la llegada de turistas
fectamente compatible con la rea- provenientes de todas partes del
lidad de la zona. mundo. Incluso el mejoramiento
88

del clima, que los viejos en la zona atributos ecológicos y ambientales


ya aprecian debidamente, es un in- australes.
dicio de cómo está modificándose el En tal sentido, es indispensable
mundo —los glaciares son más per- el uso de biotecnologías para la re-
ceptivos que nosotros y, además, cuperación de basuras y desechos
muestran un franco proceso de re- orgánicos, rurales y urbanos.
troceso— e indica que el clima de La lombricultura puede hacerlo
esa zona va a favorecer un mayor transformándolos en proteínas y
desarrollo turístico permanente- fertilizantes.
mente. Un plan integral de recupera-
La posibilidad de ofrecer la sole- ción ecológica de los desechos es
dad y el silencio de los orígenes del esencial, tanto para el desarrollo
mundo, la fuerza del vigor de una agrícola ganadero en las tierras
naturaleza bravia, en sólo unas ho- australes y la alimentación de cul-
ras de navegación o, eventualmen- tivos marinos como para impedir
te, ser rescatado en pocos minutos la contaminación y la polución ur-
por un helicóptero para volver a ho- banas.
teles confortables, no lo pueden
ofrecer sino muy pocas regiones del 11. CALIDAD AMBIENTAL
mundo. Hay que insistir en un punto más
La todavía rica fauna silvestre, en materia de recursos. Cuando se
si fuese sabia y enérgicamente pro- habla de ambiente, de manejo am-
tegida, puede atraer también un va- biental, en el fondo estamos refi-
lioso turismo selectivo. riéndonos a un recurso inaprecia-
Un sistema inteligente de coope- ble. La calidad de vida depende,
ración austral vendría a sumar po- en mucho, de la calidad donde se
tencialidades y desarrollo al turis- vive. Cuando ya ese ambiente se ha
mo austral. deteriorado por la polución es vir-
10. TRANSFORMACION tualmente casi imposible recuperar-
lo. Se necesitan la persistencia y
TECNOLOGICA la disciplina social de los ingleses
Los recursos energéticos alterna- para haber recuperado, después de
tivos, que son vitales para el pro- veinte años, la contaminación que
greso de la región austral, tanto co- afectaba a la vida londinense.
mo sus riquezas naturales, utiliza- El manejo ambiental permite la
das adecuadamente, permitirán la utilización de los recursos y su pre-
creación de numerosas industrias. servación. Y se puede realizar por
La transformación de los recursos la vía de exigir una evaluación del
naturales, con innovaciones tecno- impacto ambiental de cada uno de
lógicas aumentaría su valor, faci- los proyectos específicos que se
litando el desarrollo de una serie de quieran realizar. Para mantener
proyectos específicos. un bajo nivel de contaminación, no
Una estrategia consistente basa- obstante una mayor densidad de
da en la transformación de recur- población; para evitar que la gran
sos, crea puestos de trabajo, pro- diversidad de nuevas actividades
ductos de mayor precio internacio- destruya la fragilidad de nuestra
nal y, por ende, mayor bienestar y tierra, con tecnologías o usos exter-
posibilidades crecientes para soste- nos a su propio ecosistema, siempre
ner una población mayor en la re- se requiere esta incorporación de
gión. evaluar rigurosamente el impacto
Pero la experiencia vivida en ambiental de todo esfuerzo o pro-
otras áreas ya desarrolladas obliga yecto de desarrollo de la zona aus-
a cuidar que no se destruyan los tral.
89

12. AUTONOMIA REGIONAL gráficas tan particulares, los es-


fuerzos de educación producen mu-
Finalmente, se hace evidente la chas veces un efecto no deseado: un
necesidad imperiosa de una regio- impulso al muchacho para abando-
nalización acelerada, completa y nar su región, para dejar primero
efectiva. Una profundización del su isla o su valle aislado y, luego,
proceso, que lleve a que el desarro- su región, en busca de quimeras en
llo regional sea impulsado directa- otras partes.
mente por sus habitantes, por las Un sistema de educación que com-
autoridades y las entidades de la prenda esas realidades nos llevaría
región. a capacitar a las personas donde es-
La zona austral debe afirmar la tán y realizar allí, justamente, un
identidad que tienen esos espacios aprendizaje y una formación cada
australes chilenos y, en conjunto, vez más acentuada. Hemos pro-
las autoridades y las entidades so- puesto, por eso, el estudio de un
ciales de estas tres regiones aus- programa que plantea la educación
trales deberían tener sistemas y a distancia —utilizando la radio,
mecanismos que le diera facultades otros medios— el que permitiría
de decisión en todo lo que apunta dar un gran impulso a este proce-
a su avance. Cuando los ministe- so. Además, a través de medidas
rios nacionales pasen a ser norma- sobre la televisión, que signifiquen
tivos, a fijar políticas y a contro- un aumento sustancial de las horas
lar y fiscalizar su cumplimiento, y de transmisión con programas pro-
las autoridades regionales sean ver- pios de la región y una limitación,
daderamente ejecutivas, no cabe en consecuencia, de las horas de
duda de que el desarrollo de la zo- transmisión de programas de San-
na austral podrá caminar en for- tiago. Esto ayudaría al desarrollo
ma más rápida. de la zona y estimularía a las per-
sonas a permanecer en su tierra, a
13. ADECUACION forjar en ella su destino y progre-
EDUCACIONAL so, y a no emigrar a otras partes.

Existe otro punto fundamental: 14. TAREA PROPIA


la educación. Deseo señalar dos
conceptos. Uno, la educación debe
ser formadora y saber adaptar al Estas ideas sobre un desarrollo
hombre a su espacio planetario. integral de la zona austral obligan
Esa educación impediría los proble- a un trabajo muy extenso, con mu-
mas de migración que tanto han chos antecedentes y acopios de ci-
afectado, en distintos sectores de fras, que es difícil resumir. Pero
su población, a nuestra nación. Los es un esfuerzo para estimular prin-
chilenos solemos no saber cuál es cipalmente a los hombres de las re-
la cantidad de chilenos que viven giones australes a que sean ellos
fuera de Chile. Se estima que no mismos quienes, incentivados, tal
es menos de 1. 200. 000. Es decir, vez, por éstas u otras reflexiones y
un 10 por ciento de nuestra pobla- por sus propios anhelos y necesida-
ción vive fuera de Chile. ¡Como si des, tomen a su cargo el plantear y
fuéramos un país exportador de su perfilar cuáles podrían ser los ca-
gente, más que una nación que re- minos más adecuados para un de-
quiere inmigración calificada para sarrollo que la zona austral de Chi-
impulsar su desarrollo! le y sus tres regiones necesitan;
La segunda idea es que en la zo- pero yo diría, más que ellos, necesi-
na austral, por sus condiciones geo- ta el país entero.
CARRETERA LONGITUDINAL AUSTRAL
La respuesta a un desafío. *
GERMAN GARCIA ARRIAGADA **
Teniente Coronel

I. INTRODUCCION

uando en el futuro se analice, con la perspectiva y serenidad que


C da el paso del tiempo a los juicios y apreciaciones de los hombres,
y con espíritu realista y sentido histórico —desprovisto del apasio-
namiento que la cercanía de los hechos produce en el observador que, más
que tomar posesión del fenómeno histórico, termina tomando posición
frente a éste— la gestión gubernativa de las F F . AA. y Carabineros, en
todo el período a partir del 11 de Septiembre de 1973, surgirá nítida, den-
tro de muchas otras obras públicas de envergadura, la Carretera Longitu-
dinal Austral. Construirla fue una empresa titánica y sólo una minoría
no ha podido aún comprender sus verdaderas dimensiones y significado
para el país. Representa ésta el esfuerzo más trascendental que Chile ha
hecho, en su lucha por vencer y modificar a la naturaleza, en todo el
presente siglo. La decisión del Supremo Gobierno de realizarla es un acto
político de la mayor importancia, y no exageraríamos al señalar que sólo
puede comparársela con la iniciativa del Presidente don Manuel Bulnes,
en 1842, al disponer tomar legítima posesión del Estrecho de Magalla-
nes y afianzar así nuestra soberanía en la región austral.
Hubo de transcurrir casi 135 años para que se intentara —defini-
tivamente— emprender la tarea de consolidar el austro chileno con el
núcleo vital del país. De esta forma se incorporó una vasta zona que al-

* Conferencia dictada en la Escuela Militar el 27 de julio de 1989.


** Teniente Coronel de Ejército, Subsecretario de Obras Públicas. Oficial de Esta-
do Mayor. Miembro Titular del Instituto Geopolítico de Chile. Magister en Ciencia
Política. Pontificia Universidad Católica de Chile. Profesor Titular de Acade-
mia en "Geografía Militar y Geopolítica" y Profesor de Academia en "Historia
Militar y Estrategia".
91

canza casi la sexta parte del territorio nacional —excluida la Antártida—


que se había mantenido prácticamente aislada dentro de sí misma y del
resto del territorio nacional. Aisén era una isla dentro de la "gran isla"
que constituye Chile, como país marítimo continental y por aquellas ca-
racterísticas geográficas, que otorgan el rasgo insular a ciertas regiones.
La Carretera Longitudinal Austral (C. L. A. ), por su condición de obra
ejecutada sobre la naturaleza (y a pesar de ella), trasciende el tiempo.
Y es por la circunstancia de haber horadado la tierra y removido la roca,
que tendrá la permanencia de las grandes realizaciones del hombre.
La materialización de este proyecto fue el esfuerzo mancomunado del
Ministerio de Obras Públicas (MOP. ), a través de su Dirección de Via-
lidad, y del Cuerpo Militar del Trabajo (CMT. ), organismo dependiente
del Comando de Ingenieros del Ejército.
La Carretera Austral es parte integral de lo que se denomina la "Red
Vial Austral" que, además, posee un conjunto de numerosos caminos
transversales; puentes mayores y menores y transbordadores en tramos
dificilísimos de traspasar por vía terrestre. De esta Red Vial Austral,
la Carretera es una verdadera "columna vertebral".
Inaugurada en marzo de 1988, con la presencia de las más altas au-
toridades del país, encabezadas por S. E. el Presidente de la República,
Capitán General don Augusto Pinochet Ugarte, unió, definitivamente, la
XI Región con la X del país y, en general, con Chile, pudiéndose efectuar,
ahora, el viaje directo y por territorio nacional entre Puerto Montt y
Cochrane.
Así, el Primer Mandatario veía materializada una obra encomenda-
da a civiles y militares en 1976 y que, sólo su resolución y férrea volun-
tad de realización —transmitida con contagioso entusiasmo al MOP y al
CMT. — pudo finalmente imponerse, no sólo a los obstáculos naturales,
sino a múltiples problemas humanos, técnicos y administrativos, no des-
cartándose, además, la incredulidad de algunos que consideraban casi im-
posible acometer dicha empresa.
Año a año, desde 1976, el Presidente de la República visitó el ade-
lanto de los trabajos e impartió personalmente instrucciones en terreno.
Junto con inaugurar los nuevos tramos conquistados en una complicada
geografía —que se resistía a doblegarse— iban fundándose villas y pe-
queños caseríos, llegando el progreso, la salud, la educación y el tan an-
helado contacto humano que ansiosos deseaban aquellos compatriotas
nuestros, postergados durante tantas décadas.
De este modo, en forma natural, los habitantes de la XI Región y
provincias meridionales de la X —es decir, los más beneficiados con es-
ta vía— comenzaron a referirse a la obra como la "Carretera Presidente
Pinochet".
La historia de esta obra es el motivo central de la presente conferen-
cia y cómo el Ministro de Obras Públicas y el Cuerpo Militar del Traba-
jo dieron acertada respuesta al desafío presentado por la naturaleza.
Para tal efecto nos referiremos a los aspectos geográficos de la zo-
na; los antecedentes históricos de la región y de la Carretera; los obs-
táculos y problemas técnicos presentados; la situación actual y los pro-
yectos a futuro. Del mismo modo analizaremos los aspectos geopolíticos
involucrados en ella.
Finalmente, en la conclusión, se presentarán aquellos beneficios y
cambios de variado tipo que se generaron y los que surgirán más ade-
lante, con la construcción de la Red Vial Austral.
93

II. DESARROLLO
Antecedentes Geográficos
A. Relaciones especiales
1. Situación geográfica
a. Posición geográfica
El territorio chileno sobre el cual se extiende la Carretera Longi-
tudinal Austral abarca desde los 41, 8° de Lat. S., hasta los 49° Lat. S.,
comprendiendo las provincias de Llanquihue, Chiloé y Palena, en la X
Región de Los Lagos, y la totalidad de la XI Región de "Aisén del Gene-
ral Carlos Ibáñez del Campo", abarcando las provincias de Aisén, Gene-
ral Carrera, Capitán Prat y Coihaique. Es decir, desde Puerto Montt por
el Norte, hasta Villa O'Higgins por el Sur.
b. Situación geográfica relativa
1) Con respecto al país:
El territorio anteriormente indicado, particularmente el de la XI
Región, se encontraba prácticamente marginado del núcleo vital de Chile,
debido, fundamentalmente, a las distancias y a las características geo-
gráficas de la región.
Sus comunicaciones eran eminentemente marítimas; en forma res-
tringida se empleaba la vía aérea. En la actualidad la componente de in-
tegración terrestre se ha sumado a las anteriores, consolidando notable-
mente el núcleo de toda esa vasta zona con el conjunto del país, salvo
—todavía— la unión terrestre nacional hacia la XII Región.
2) Con respecto a sus vecinos.
Antes de la construcción de la C. L. A., la vinculación terrestre de
los lugareños de la región con el resto del país debía hacerse a través
de territorio argentino, hacia el cual existían numerosas conexiones con
importantes poblados de ese país, que por muchos años jugaron un re-
levante papel en el abastecimiento de la zona y en cuanto a la salida de
los recursos que ella originaba.
Dentro de estas vinculaciones destacan las conexiones: Futaleufú -
Palena - Esquel; Alto Cisnes hacia Alto Río Senguer; Balmaceda. Paso
Río Mayo o Perito Moreno, etc.
Con respecto a las X y XII Regiones, la vinculación se efectuaba,
ya fuera por vía aérea o marítima o por territorio argentino, respectiva-
mente.
c. Condición Geográfica Esencial
La zona por la cual se ha trazado la C. L. A. se puede considerar,
por sus características morfográficas, como una zona insular y, por el
extremo aislamiento al que estuvo sometida, tal vez no sea errado clasi-
ficarla como "doblemente insular".
2. Superficie
2
Con una superficie total de 148. 483, 8 Km2, de2 los cuales 41. 330, 4
Km , corresponden a la X Región y 107. 153, 4 Km , a la XI, resulta un
equivalente al 19, 62% del área continental e insular de Chile.
94

En su superficie, a modo de comparación, podrían caber —aislada-


mente— naciones americanas como las siguientes:
Panamá (75. 650 Km2).
Rep. Dominicana (48. 422 Km2).
Costa Rica (50. 900 Km22).
Nicaragua (148. 000 Km ).
En general, todos los países centro americanos y del Caribe tienen
menor superficie que la que abarca las regiones por donde cruza la C. L. A.
En Europa, Holanda, Bélgica, Suiza, Dinamarca, Alemania Orien-
tal, Austria, Hungría, Albania e Islandia poseen una superficie menor
a la de la XI Región en Chile.
Esta simple comparación de tamaño nos puede dar una visión de la
vastedad de los territorios que la C. L. A. está anexando al resto del país.
Este extenso territorio cubre en el eje Norte-Sur una longitud de más
de 750 Km. y a lo ancho un promedio de 200 Km., con un máximo del or-
den de 300 Km., entre Chile Chico y la Península de Taitao, y un mínimo
de 145 Km. en la Lat. 42° 20' Sur.
La sección más angosta, en su expresión continental, sin considerar
las islas antepuestas, se produce en el extremo oriental del fiordo Quin-
tupeu, donde la distancia al Límite Político Internacional es de 15 Km.
3. Forma
Al Sur de Puerto Montt la configuración geográfica del país varía
considerablemente con relación al Norte, y la forma general de faja se
presenta desmembrada en islas, senos, golfos, archipiélagos, glaciares,
etc., producidos por el hundimiento de la depresión intermedia de la Cor-
dillera de la Costa.
95

B. Factores Geofísicos
1. Relieve
De todo el conjunto de factores geográficos que configuran el con-
texto de la zona, el relieve aparece como el más significativo. Así, los de-
más factores quedan subordinados a él.
El clima, por ejemplo, no vale en cuanto a sus características in-
trínsecas, sino en cuanto a las modificaciones que el relieve le impone.
La ocupación humana del territorio, así como las explotaciones eco-
nómicas correspondientes, van a depender del factor localización geográ-
fica y éste, a su vez, dependerá del relieve.
El principal accidente geográfico es la Cordillera de los Andes, que
genera condiciones de marcado contraste a uno y otro lado de ella, las
que han determinado el desarrollo socioeconómico de la zona.

2. Clima
El clima presenta una gran variedad. Al occidente, sobre el Océano
Pacífico, se generan los frentes de inestabilidad que avanzan sobre el
continente, los cuales son determinados por la Cordillera de los Andes,
que constituye una verdadera barrera.
El clima que compromete a la C. L. A. es continental, esto es, llu-
vioso en la medida que la ruta se acerca al mar y benigno cuando ésta
se adentra al interior del territorio. Esto coincide con problemas de in-
geniería de apertura y mantención de rutas camineras, ya que en la zo-
na costera abundan los pantanos, sistemas fluviales y lacustres, que ex-
perimentan frecuentes rebalses por exceso de precipitaciones. En cam-
bio, al interior del continente, el dominio de una estación seca en los
meses de enero y febrero, condiciona una mayor estabilidad de la ruta.

3. Vegetación
El clima templado marítimo lluvioso, en la zona de la costa, ha cons-
tituido una cubierta exterior del tipo pluviselva con sotobosque denso, que
durante mucho tiempo impidió la penetración colonizadora al interior del
territorio, siendo uno de los lugares que, por sus características de vege-
tación, unidas al relieve agresivo, han causado los mayores problemas a
la construcción del camino. Se destaca en esta dificultad el tramo: Puer-
to Montt - Contao - Río Negro - Leptepu - Santa Bárbara.
Hacia el interior, el clima relativamente lluvioso, ha hecho que se
produzca una vegetación cada vez más esteparia y de más fácil acceso.

4. Hidrografía
La C. L. A., cruza por varias cuencas hidrográficas, entre otras las
de los ríos Puelo, Palena, Cisnes, Simpson, Ibáñez y Huemules, y cuenta,
además, con varios lagos de importancia regional como vías de comuni-
cación y como atractivo turístico. Algunos de ellos son: L. Yelcho, L.
Elizalde, L. Roosevelt, L. Cochrane, L. General Carrera y L. O'Higgins.
97

Finalmente, debemos considerar la existencia de grandes campos de


hielo y glaciales que, junto a los otros factores hidrográficos menciona-
dos, participan en el proceso de aislamiento de la zona e imponen las di-
ficultades que es dable imaginar para la construción de una vía terrestre.
Dentro de estos grandes obstáculos
2
merecen una mención especial el
campo de Hielo Norte con 4. 000 Km y el campo de Hielo Sur con 13. 500
Km2 de superficie, respectivamente.
C. Factores geohumanos
Debido a las incompatibilidades existentes entre el medio físico y los
grupos humanos que lo habitan, estas regiones australes padecieron de
un atraso crónico en su desarrollo socioeconómico que, precisamente, me-
diante la C. L. A. se busca remediar y finalmente eliminar.
Las bajas temperaturas, que en el invierno descienden a -15°C en
Balmaceda y Coihaique, hacen la vida aún más dura para sus habitantes.
Junto con la región antártica, ésta es la región con más baja densi-
dad poblacional (0, 5 Hab. /Km 2 ), e inaccesible del país.
Los núcleos de mayor población se ubican en las provincias de Coi-
haique, Aisén, Capitán Prat y General Carrera, alcanzando en las otras
provincias cantidades poco significativas para lograr un desarrollo ar-
mónico dentro de la región.
D. Factores geoeconómicos
Los recursos económicos susceptibles de ser explotados y transpor-
tados a través de la C. L. A. son de una gran potencialidad, destacándose
los ganaderos, forestales, mineros y pesqueros. Estos recursos naturales
están distribuidos a lo largo y ancho de la vasta zona que cruza la carre-
tera. Esto convierte a la XI Región, en particular, en una reserva futu-
ra para el país. En efecto, la producción de maderas nativas nobles, la
ganadería ovina y bovina y la pesca constituyen el principal potencial
económico de la zona. Es posible destinar 1. 227. 000 hás. para la explo-
tación ganadera, con una carga anual de 0, 28 UAB/Há.; 1. 686. 000 Hás.
de bosques, con una producción de 42, 2 millones de m3 y, además, está su
inmenso potencial hidroeléctrico, que asegura la explotación de los re-
cursos, al proporcionar la energía suficiente para ello.
En cuanto a los recursos minerales, esta región no podía ser dife-
rente al resto del país, habiéndose prospectado a la fecha yacimientos de
zinc, plomo, cobre y carbonato de calcio, cuya explotación ya está comen-
zando.
Finalmente, debe destacarse el creciente interés turístico que pre-
sentan las grandes bellezas naturales, las que, a pesar de las difíciles co-
municaciones actuales, atraen a turistas de todo el mundo.
ANTECEDENTES HISTORICOS
A. Antecedentes de colonización
La indeterminada situación de la Patagonia, en disputa entre Chile
y Argentina, unida a su situación geográfica y a la inexistencia de co-
municaciones, explican el escaso interés del Estado y de los particulares
chilenos por la ocupación de la zona en el pasado.
98

Con la firma del Tratado de Límites de 1881 y la delimitación del


área, grupos de colonizadores chilenos desplazados de Chubut comenza-
ron a avecindarse en los valles interiores de Lago Verde, Cisnes, Simp-
son y las márgenes de los lagos Carrera, Cochrane y O'Higgins, donde
las condiciones climáticas más benignas daban posibilidades a la explo-
tación agrícola y ganadera.
Un breve resumen cronológico nos puede orientar sobre la evolu-
ción del poblamiento en la región de Aisén.
1903
Se crea la Sociedad Industrial de Aisén, en cuyo decreto de conce-
sión se obligaba a ésta a proceder a la instalación de colonos para la ex-
plotación ganadera y forestal.
La concesión fue revocada debido a la falta de interés por instalarse
en la zona.
1926
En la década del '20 el Estado chileno, preocupado por el proceso de
colonización, funda la ciudad de Aisén como centro de penetración a las
hoyas de los ríos Aisén, Baker y Cisnes.
1929
Se funda el pueblo de Baquedano, actual Coihaique.
1932
Intento de instalación de colonos, como forma de paliar el problema
de cesantía creado por la crisis económica de 1931; no tuvo resultados.
1942
El Comité pro Adelanto de Aisén publica un Memorándum titulado:
"Las verdaderas necesidades de la provincia de Aisén: Caminos, cami-
nos y más caminos", encerrando en este enunciado el angustioso llama-
do de la escasa población de la provincia. Entre las muchas necesidades
que hace presente en la parte dedicada a "Vías y Obras", expresa: "Por
muy superficial que sea la observación que se haga sobre los problemas
de la provincia de Aisén hay uno resaltante, de cuya solución depende el
auge económico de la zona y el incremento de la labor colonizadora. Se
trata de la cuestión caminera".
Fácil es comprender que siendo Aisén una región de tan bajísima
densidad poblacional, con una expresión mínima en cualquier elección de
representación popular, sus problemas continuaron siendo demagógica-
mente postergados por los sucesivos gobiernos.
1955
El ciudadano alemán Juan Augusto Grosse, al servicio del Ministe-
rio de Obras Públicas, publica su libro "Visión de Aisén", donde hace una
99

completa descripción de la zona, en la cual por espacio de 20 años rea-


lizara 23 exploraciones por encargo de la Dirección de Vialidad de dicha
Secretaría de Estado.
En la última parte de su obra, Grosse —quien aún se desempeña
en el MOP— luego de un detallado informe, llega a concluir y proponer
un trazado para un camino longitudinal que coincide, en gran parte, con
el trazado definitivo de la actual C. L. A.
1958
La Universidad de Chile realiza un seminario de investigación sobre
el desarrollo de la provincia de Aisén, en el cual concluye en la dificul-
tad y alto costo de la construcción de un camino longitudinal en la pro-
vincia, augurando que en un futuro lejano tal camino puede construirse.
1966
El Comité Patria y Soberanía realiza un viaje de reconocimiento, ex-
ploración y divulgación, en una amplia campaña de chilenidad en la zona
de Chaitén, Palena y Futaleufú, al final del cual emite un interesante in-
forme en que se destacaban las actividades desarrolladas por el Cuerpo
Militar del Trabajo en dicha zona y recomendaba la construcción de una
carretera longitudinal.
B. Pretensiones argentinas en la zona
La zona de la Patagonia ha constituido siempre una región de inte-
rés de todo orden para Argentina. Basta recordar que ya antes de 1881
—fecha del Tratado de Límites— sostenía que "la Patagonia no es de
Chile ni de Argentina, sino una tierra a compartir". Lo que cedió nues-
tro país en dichas regiones al oriente de la Cordillera de los Andes su-
maba con creces varias superficies iguales a las X y XI Regiones de Chile.
Para Argentina la Patagonia era "una reserva del porvenir".
Algunos de los incidentes fronterizos se detallan a continuación:
1942
Un destacamento de la Gendarmería argentina cierra el paso al trans-
porte de vituallas para los colonos chilenos ubicados en el valle de Alto
Palena o California.
1952
Gendarmería argentina notifica a los colonos chilenos que el sector
de Río Encuentro y California ha pasado a ser argentino.
1955
Personal de Gendarmería argentina pretende efectuar un censo de
pobladores y ganado, notificando, además, a los colonos que se deben re-
gir por las leyes argentinas.
Sucesivamente siguieron produciéndose situaciones de esta naturale-
za, sin que las actuaciones de las respectivas Cancillerías lograran en de-
finitiva llegar a acuerdos.
100

1962
Se produce uno de los hechos más graves, al ser atacada una patru-
lla de Carabineros en el sector de Laguna del Desierto, muriendo un Ofi-
cial de esa Institución.
1964
Chile demanda el arbitraje de Inglaterra; la comisión emite su fa-
llo con fecha 9 de diciembre de 1966, confirmando la soberanía chilena
sobre el valle de California.

La Red Vial Austral


Las situaciones descritas precedentemente fueron configurando un
cuadro geopolítico, estratégico, económico y social, que conduce a S. E. el
Presidente de la República a ordenar al Ministerio de Obras Públicas y
al Cuerpo Militar del Trabajo, que estudiaran y propusieran —coordi-
nadamente— antes del mes de agosto de 1976, la construcción de un ca-
mino de penetración que uniera los tramos ya existentes, a través de ca-
letas y poblados costeros, como asimismo valles interiores vírgenes del
continente, para conseguir, dentro de un plazo prudencial, el despegue
socioeconómico de esas zonas, que hasta la fecha (1976) vivían en com-
pleto aislamiento, lo que era perjudicial para el desarrollo de su pobla-
ción y la seguridad del país.
Revisando algunos escritos del Primer Mandatario, muy anteriores a
cuando asume la Presidencia de la República, se puede comprobar que
sus conceptos geopolíticos ya estaban muy definidos. En efecto, en 1965
escribía: "Hacia el sur existen grandes dificultades por falta de conti-
nuidad geográfica y de comunicaciones terrestres. Esto podría ser ob-
viado con un camino longitudinal y por la creación de núcleos secunda-
rios... ".
"Se estima que es más conveniente para Chile desarrollar su nú-
cleo vital hacia la parte austral... ".
En 1968 escribe: "Es indudable que las buenas comunicaciones cons-
tituyen un factor decisivo en cualquier momento, especialmente en aque-
llos Estados que se están formando y deben definir sus fronteras reales;
por ello insistimos que las vías de comunicaciones tienen una influencia
decisiva en la unificación de las naciones".
De esta forma se iba delineando el trazado futuro de la C. L. A.
En 1976 se inicia definitivamente esta gran obra, la que se desarro-
lló lentamente, condicionada por las características geográficas y demo-
gráficas de la zona. El sistema de comunicaciones en esa época era bas-
tante deficitario y basado principalmente en el transporte por vía ma-
rítima y, escasamente, por vía aérea. No se disponía de suficientes lí-
neas navieras ni de instalaciones portuarias aptas. Solamente servían
para esos fines Puerto Chacabuco y Chaitén.
Como se ha dicho, la Red Vial Austral que se iniciaba, comprendía
los siguientes elementos constitutivos:
—La Carretera Longitudinal Austral (verdadera "columna verte-
bral" de la red);
101

—Numerosos puentes mayores y menores;


—Transbordadores y rampas de atraque (para aquellos tramos ma-
rítimos insalvables por tierra); y

—Un conjunto de caminos transversales.

A. Objetivos básicos y justificación de la obra

El proyecto de la C. L. A. se propuso ciertos objetivos básicos, a saber:


—Establecer una comunicación entre los centros poblados, tanto cos-
teros como interiores desde la provincia de Llanquihue, Chiloé con-
tinental y Aisén, posibilitando además, el asentamiento de nuevos
pobladores para propulsar la colonización y hacer más efectiva la
posesión de estos territorios.
—Generar áreas productivas incorporando a2 la economía nacional2
una superficie aproximada de 148. 000 Km con unos 25. 000 Km
de tierras aptas para el manejo ganadero y con una de las más
amplias riquezas forestales del país. Se agrega a lo anterior, los
recursos hidráulicos, minerales y, no menos importantes, los recur-
sos turísticos.
—En función de lo anterior, generar fuentes de trabajo y por ende,
de desarrollo social, bajo el principio de subsidiariedad del Estado.
—Permitir la creación de centros poblados nuevos y el refuerzo de
los actualmente existentes próximos a la frontera, afianzando la
soberanía nacional, para evitar, de este modo, recurrir a servi-
dumbres por territorio extranjero, procurando para ello una co-
municación integral que permita el abastecimiento a través de
nuestro propio espacio geográfico.

La obra se justifica plenamente a la luz del desarrollo y la seguri-


dad nacional. Ha permitido integrar definitivamente al país considera-
bles extensiones terrestres, con toda la riqueza existente y aquellas po-
tenciales de explotar en el futuro. La soberanía nacional se encuentra
ahora asentada sobre bases más sólidas y tangibles.
Cuando se revisan las cifras invertidas en la C. L. A. desde 1976 a
1989 y se las compara con las cifras de otras grandes obras públicas, se
comprende cuán necesario era abordar esta empresa, por los inmensos
dividendos que está dando y que proveerá en el futuro.
Así, por ejemplo, la inversión total del Ferrocarril Metropolitano
de Santiago alcanzó a los $ 250. 000. 000. 000 y lo invertido en la red vial
austral en total a la fecha, alcanza a los $ 36. 376. 000. 000, cifra esta bas-
tante menor a la anterior y cuyos efectos no pueden siquiera entrar en
comparación.
102
B. El Ministerio de Obras Publicas y el Cuerpo Militar del
Trabajo en la materialización del proyecto.
Del total invertido, parte importante ha estado bajo control y res-
ponsabilidad del C. M. T. Es así como entre 1976 y 1988 éste ha absorbi-
do un total de $ 15. 018. 000. 000 con un promedio anual de $ 1. 072. 000. 000,
representando un 41% del total de los recursos destinados a la obra.
El Cuadro Nº 1 ilustra el desarrollo de la inversión del MOP y la
participación del C. M. T. en ella.

El aporte del C. M. T. en la construcción de la Rey Vial Austral ha sido


de gran importancia, tanto en la X y XI regiones, y desde su inicio en 1976.
El Cuadro Nº 2 indica la cantidad de kilómetros (longitudinales y
transversales) construidos por el Arma de Ingenieros (C. M. T. ) desde
1976 a la fecha.
103
104

1. Situación de la Red Vial Austral antes de 1976.


Hace algún tiempo, con motivo de la inauguración de la C. L. A. en
su tramo Puerto Montt - Cochrane, que realizara el Primer Mandatario
en 1988, se levantaron voces opositoras que pretendían opacar la gran
obra efectuada por el actual gobierno en la región austral. Se buscó mi-
nimizarla, argumentando que lo construido desde 1976 a la fecha, era in-
ferior a lo realizado anteriormente en el período 1964-1973. Afortunada-
mente, una característica de las obras públicas, es que éstas pueden ser
dimensionadas y ubicadas en el espacio y en el tiempo, por lo que, cual-
quier referencia a ellas debe hacerse cuidando de no caer en exageracio-
nes que pueden ser rápidamente desmentidas por la realidad.
A continuación presentamos un cuadro de la evolución de la Red
Vial Austral que muestra el total de kilómetros construidos por todas las
administraciones anteriores a 1973 y lo realizado por el actual gobierno.
Se concluye que, más de un 45% de todo lo construido ha sido eje-
cutado bajo la presente administración en los últimos 13 años. Al con-
trario, en el período 1947-1963 (17 años) sólo se avanzó un 10% y entre
1964-1973 (10 años) un 3, 2%. En suma, en un lapso de 27 años (1947-
1973) los gobiernos anteriores lograron avanzar sólo en un 13, 2% (282, 8
Km. ) contrastando con lo materializado entre 1976 y 1989 (970, 4 Km. ).
Las cifras son elocuentes.

RED VIAL AUSTRAL


AVANCE FISICO HISTORICO

CUADRO N° 4
105

2. Política general de construcción


El difícil y aislado escenario geográfico sobre el cual se desarrolló
esta extensa red exigió plantearse la construcción de diferentes elemen-
tos, para sortear los múltiples obstáculos que presentaba el área. Es así
como se entrelazan con la C. L. A. diversos caminos transversales, puentes,
rampas y transbordadores.

En la construcción misma de la Red Vial Austral se ha mantenido


una política de bajos costos de inversión, acorde con el grado de uso, que
se traduce en un gasto inicial bajo. Se utilizan al máximo los recursos
de la zona como también la posibilidad de reciclar materiales. Así mismo,
se persigue conservar al máximo el medio ambiente, despejando selecti-
vamente para evitar la erosión, pérdida de especies y/o belleza paisajista.
Se busca un crecimiento orgánico con costos de mantención adecuados al
grado de uso del camino.
3. Etapas constructivas.
Se pueden distinguir las siguientes etapas constructivas de la red
vial austral:
a. Exploraciones terrestres que reconocen valles y pasos de conexión
entre ellos. Con apoyo de fotografías aéreas se va definiendo el
trazado.
106

b. Replanteo de ejes.
c. Construcción de caminos de penetración, cuyo objetivo es esta-
blecer la comunicación entre dos puntos y buscar la generación
de actividad económica.
Sus características son las siguientes:
—Definición de velocidad de diseño de 40 km/hora.
—Radios mínimos de curvatura horizontal de 30 m.
—Pendientes máximas 10% en tramos no mayores a 200 m.
—Camino de ancho mínimo de 4 m.
—Carpeta de rodado de 3 m. de ancho.
—Carpeta de rodado de 20 cms. de espesor.
—Puentes menores y alcantarillas en madera.
—Puentes mayores (entre 15 y 100 m. de longitud) construidos de
hormigón armado con calzada de un ancho de 6, 10 m. y vigas me-
tálicas o de hormigón pretensado.

d. Consolidación de los caminos ejecutados en la primera etapa, só-


lo y cuando la demanda de tránsito lo justifique.

Se aplican los parámetros de diseño geométrico del "Manual de Ca-


rreteras" del MOP. para caminos de desarrollo.
Las características de esta última etapa son las siguientes:
1) Mejoramiento del trazado horizontal y vertical y ensanche de la
plataforma del camino a 6, 0 mts. en corte y a 7, 0 mts. en terra-
plén, con carpeta de rodado de 5, 0 mts. de ancho.
2) Alcantarillas y puentes menores (de madera) se reemplazan por
estructuras definitivas en forma selectiva.
3) Para eliminar las balsas se estudian proyectos de puentes mayo-
res. Es así como este año se ha iniciado la construcción del puen-
te sobre el río Yelcho, de una moderna tecnología del tipo atiran-
tado. Posteriormente se abordará la construcción de los puentes
"Palena" y "Rosselot".

El hecho de abordar el camino por etapas tiene numerosas


ventajas. Se pueden mencionar las siguientes:
—Económicas: Construir una obra cuyas características estén acor-
de con el grado de uso que realmente tendrá, se traduce en una inversión
inicial baja. A cada etapa se le asocian beneficios específicos. Por ejem-
plo, el camino de penetración permite el paso de ganado; la explotación
forestal; decrecen los costos de arreo, etc. Por otra parte, al ensanchar
y mejorar los caminos de penetración de la primera etapa, se obtiene un
crecimiento orgánico, que significa un costo de mantención adecuado al
nivel o grado de uso que el camino tenga.
107

—Técnicas: El hecho de avanzar por etapas y con horizontes de


menor magnitud, permite una mayor flexibilidad para adaptarse a las
variaciones que puedan ocurrir. De esta manera se evita construir gran-
des obras que a futuro podrían resultar sobredimensionadas, con el consi-
guiente mal aprovechamiento de las disponibilidades de recursos.
Por otra parte, las obras materializadas en una primera etapa, con-
tribuyen en la construcción de la fase siguiente. Es así como la ejecución
de un puente provisorio, sirve para la construcción del puente definitivo.
Un camino de penetración posibilita el tránsito de maquinaria pesada para
materializar la etapa de consolidación, siendo la base de esta última fase.
Finalmente, el análisis del comportamiento real de las obras ejecu-
tadas en la primera etapa, permite la posibilidad de corregir cualquier
defecto o insuficiencia de éstas, en la etapa de consolidación que viene a
continuación. Así se tiene, por ejemplo, que en el caso de puentes provi-
sorios que hayan sido construidos con una longitud menor a la necesaria
—lo cual se ha visto verificado por su comportamiento ante las crecidas
de los ríos— se pueden corregir aumentando las longitudes de los puen-
tes definitivos o cambiando sus ubicaciones. Por otra parte, se tiene el
caso de obras de arte, cunetas, fosos, subdrenes, etc., que puede ser ne-
cesario aumentar sus capacidades, o agregar nuevos sectores. Finalmen-
te, también se puede mencionar el caso de los cortes, terraplenes, defen-
sas fluviales, etc., a los cuales, dependiendo de su comportamiento, puede
resultar necesario tender sus taludes, en el caso de los cortes y terraple-
nes, o aumentar el tamaño del enrocado, en el caso de las defensas flu-
viales.
—De integración y desarrollo: Se crea un sistema de caminos en un
tiempo breve, aceptando la participación de un mayor número de empre-
sas, logrando de esta manera una mejor distribución de los fondos. Esto
último se traduce en bajos costos de construcción a través del proceso
de oferta y demanda.
—Estéticas y ambientales: Se gradúa el impacto sobre el medio, con-
siderando el proceso de madurez y reacción del entorno, lo que permite
efectuar, en forma oportuna, las modificaciones del proyecto que sean ne-
cesarias. Las primeras etapas de construcción no alteran en forma im-
portante el lugar de emplazamiento del camino y sus obras anexas.

C. Los obstáculos y problemas técnicos presentados

Las características especiales de la zona (clima y geomorfología)


han generado problemas muy particulares, en cuya solución se ha recu-
rrido más al ingenio que a sofisticaciones tecnológicas, lográndose de esta
manera obtener, en general, un bajo costo de construcción. Ejemplo de
esto último se tuvo en la Piedra del Gato, en que el camino bordea el Río
Cisnes, la que se caracterizaba por un talud rocoso con un fracturamien-
to negativo. En Cuesta Moraga, Lago Risopatrón y Cuesta Queulat, en que
se encontraron taludes inestables; en los valles de los ríos Yelcho, Frío,
Palena, Risopatrón, Queulat, Cisne Medio y Picaflor, en que el terreno
de emplazamiento era pantanoso.
108

Un ejemplo de solución a la chilena, tenemos en la consolidación del


camino transversal Cisne Medio - La Tapera, en que se tenía el proble-
ma de proteger los taludes de un terraplén, los cuales, debido a sus ca-
racterísticas arenosas, eran muy afectados, tanto por la erosión eólica co-
mo por la hídrica, razón por la cual se decidió proteger su superficie cu-
briéndola con pasto y, debido a que éste no prendió, se cubrió previamen-
te ésta con sacos usados de yute (fibra natural), dando muy buen resul-
tado y a un costo muy bajo.
También se ha utilizado para dar estabilidad al suelo de fundación en
sectores de mallines (suelos orgánicos saturados con algo de limo), el de-
nominado "envaralado", que consiste, básicamente, en la colocación de
troncos de árboles, libres de ramas, transversal mente al camino en longi-
tudes igual al ancho de la plataforma y con diámetro de aproximadamen-
te 5". Esta solución ha permitido resolver el problema a un costo muy por
debajo de lo que resultaría en el caso de utilizar otra alternativa, cual
podría ser el uso de geotextiles, puesto que en general se emplean los mis-
mos troncos provenientes del despeje de la faja.
Por otra parte se puede mencionar que, con el fin de aprovechar
los recursos locales provenientes a veces de la misma apertura de la
faja, los puentes de largos inferiores o iguales a 15 mts. denominados
puentes menores, se diseñan y construyen de madera.
Debido a lo accidentado de la geografía de la zona, la forma de
unirse antiguamente al resto del territorio nacional era fundamentalmen-
te por vía marítima, y es así que hace treinta años los servicios de trans-
porte marítimo en la región austral, correspondían a los que ofrecía la
109

Empresa Marítima del Estado (EMPREMAR) y otros de naturaleza irre-


gular en pequeñas embarcaciones. Sobre la base de esta tarea pionera de
EMPREMAR y con una fuerte iniciativa del Estado, en los últimos 10
años se ha producido una verdadera proliferación de líneas navieras, que
ofrecen servicios de carácter regular con rutas, fletes y frecuencias es-
tablecidas, complementando a la Carretera Longitudinal Austral.
Las naves que otorgan dicho servicio son: portacontenedores, car-
gueros y transbordadores.
De las muchas empresas que operan transbordadores, la mayoría
ofrece servicios tipos "ferry", es decir, una embarcación roll on - roll off
(Ro - Ro) utilizada para unir dos o más centros poblados separados por
ríos, bahías o canales, pudiendo movilizar camiones, buses, automóviles
y pasajeros.
La introducción del sistema roll on - roll off ha sido determinante
en el desarrollo socioeconómico, porque ha permitido una vía de enlace
con el resto del país bastante expedita, y creó un sistema de comunica-
ciones constante dentro de las restricciones que impone el clima.
Es importante destacar que el MOP. para la unión del tramo Puerto
Montt - Chaitén, incluyó dos transbordadores en los Fiordos Comau y
Reñihue, mandando a construir a un astillero nacional un transbordador
tipo roll on - roll off y otro tipo barcaza, los cuales se encuentran actual-
mente prestando servicio en las áreas indicadas.
La concepción inicial del Camino Longitudinal Austral era conse-
guir una comunicación solamente vía terrestre, no obstante, durante el
transcurso de la ejecución del proyecto, producto de la difícil topografía,
se presentaron problemas que a la fecha no han podido ser solucionados
técnicamente, a un costo que se enmarque dentro de lo considerado razo-
nable, para las condiciones de demanda de tránsito de la zona y lo que
puede invertir un país, en el que el recurso económico es un bien escaso.
Lo anterior se presentó en el sector norte del Camino Longitudinal
Austral, en la unión continental Puerto Montt-Chaitén, donde se encon-
traron barreras naturales muy difíciles de superar, como es el caso de los
Fiordos Quintupeu, Cahuelmó y Reñihué, y el Morro Caleta Gonzalo. Fue
necesario salvar estos puntos conflictivos mediante el uso de dos trans-
bordadores; uno entre el Fiordo Quintupeu y el otro en el Leptepu, ope-
rado por la Empresa Transmarchilay - Filial CORFO.
En resumen, la unión entre Puerto Montt y Chaitén está conectada
mediante vía marítima en tres sectores: Caleta La Arena. Caleta Puel-
che; Fiordo Quintupeu - Fiordo Leptepu y Fiordo Largo - Caleta Gon-
zalo.
Algunas de las dificultades más notables no han podido ser resuel-
tas hasta la fecha; otras tuvieron una solución acorde con los recursos
materiales de que se disponía.
Dentro de las primeras destacan: el Fiordo Quintupeu, estrecho de
aproximadamente 210 mts. de ancho con gran profundidad y diferencias
de marea de 6 a 7 mts., vientos y corrientes marinas de gran intensidad.
En su ribera norte existen taludes rocosos del orden de los 80°; en su ri-
bera sur se encuentran como promedio taludes rocosos de 30°.
El Fiordo Cahuelmó tiene un ancho aproximado de 1. 050 mts. con
una profundidad de aguas de 160 mts. y diferencias de mareas de 6 a 7
mts. La intensidad de los vientos y mareas es alta. Está ubicado en una
zona de valles de origen glacial, de paredes muy abruptas y con una ve-
getación muy densa.
110

El Morro Caleta Gonzalo es un sector de paredes muy escarpadas


con una calidad de roca no apta para permitir buenos cortes.
Las evaluaciones técnico-económicas han arrojado valores altísimos,
debido al gran volumen de roca que se debería extraer para construir un
camino, cuyas características no harían posible siquiera mejoramientos
futuros en cuanto a pendientes, ancho de calzadas, etc.

Dentro de las dificultades que tuvieron solución se pueden mencio-


nar: Túnel El Farellón, a 12 kilómetros de Coihaique. Ahí se presentó
una situación similar al caso de Morro Caleta Gonzalo. La dificultad se
resolvió con un túnel de 223 mts. en curva y una sección de 50 mts2. El
costo de esta obra ascendió a US$ 500. 000, y su tiempo de construcción
fue de 10 meses.
La Piedra del Gato presentó una situación similar al caso anterior.
Se decidió remover un volumen de roca de aproximadamente 100. 000 mts3.
con una altura máxima de 130 mts. No se construyó un túnel, sino que se
abrió un camino de 6 mts. de calzada. Su construcción demoró 18 me-
ses y tuvo un costo de US$ 1. 000. 000. El Puente colgante General Ca-
rrera, ubicado en la desembocadura del Lago General Carrera —el se-
gundo en extensión en Sudamérica— fue un gran desafío a la ingeniería
chilena. Se logró realizar una obra, cuya principal característica es sal-
var una luz de 130 mts. con elementos colgantes. Fue inaugurado en abril
del presente año por S. E. el Presidente de la República.
111

D. Situación actual de la Red Vial Austral


Del total de la red vial austral proyectada, que alcanza a 2. 423 kms.
a la fecha se han construido 2. 200 kms., faltando por ejecutar sólo 223
kms. correspondientes, básicamente, a la continuación del camino longi-
tudinal hasta Puerto Yungay y las terminaciones de los transversales
La Junta - Lago Verde y Los Maitenes - Chile Chico.
Durante el presente año se ha dispuesto una inversión de 3. 867 mi-
llones de pesos, tanto en la X como XI Región. Entre las obras más des-
tacadas está la construcción del puente definitivo Yelcho; la construc-
ción del camino transversal La Junta - Lago Verde y Puente Figueroa y
el término de la pavimentación del Sector Aisén Puente El Moro.
Se encuentran por licitar aún, en el transcurso del presente año, los
puentes y rampas del camino Poyo - Ayacara, en la X Región. En la
XI Región se licitarán los puentes Palena y Rosselot, con 120 mts. de
longitud cada uno.
En lo transcurrido del presente año se han inaugurado diversos
puentes, entre los que se pueden mencionar cuatro imponentes viaduc-
tos que llevan los nombres de distinguidos Generales del Arma de Inge-
nieros ya fallecidos: "General Carol Urzúa Ibáñez", "General Manuel
Feliú de la Rosa"; "General Manuel de la Fuente Borge"; y "General Ben-
jamín Videla Vergara".
Estos cuatro puentes, inmersos en una naturaleza exuberante y de
una belleza indescriptible, que en su material de construcción emplearon
el acero, la roca y el cemento, reflejan la calidad de las obras que se lo-
gran cuando un país tiene bases sólidamente estructuradas y sus gober-
nantes tienen la visión y voluntad de querer llegar mucho más allá de lo
que los forjadores de la Patria lograron o soñaron.
Otra obra inaugurada recientemente es el espectacular puente col-
gante "General Carrera", en la desembocadura del lago del mismo nom-
bre, que proporciona otro eslabón de esta cadena de progreso.
El lago General Carrera, el más extenso del país y el Campo de Hie-
lo Patagónico Norte con sus respectivos desagües, ya no serán obstáculos
en las comunicaciones, complementándose esta obra con otros ocho puen-
tes que en su conjunto muestran una gran variedad técnica que impone
la difícil zona: puentes colgantes, vigas postensadas, puentes - alcantari-
llas y puentes con contrapeso.
Recientemente se inició la construcción del puente Yelcho, de 250
metros de longitud; obra de gran envergadura, tanto por sus dimensio-
nes como por la solución tecnológica adoptada y la importancia que ten-
drá en la conexión de Chaitén a Futaleufú y Alto Palena, ya que al reem-
plazar el balseo existente ésta será segura y permanente.
Durante lo que resta del año se tiene programado el llamado a cons-
trucción de los puentes mayores "Palena" y "Rosselot"; una vez termi-
nados, al eliminarse los balseos allí existentes, la unión Chaitén - Coihai-
que será totalmente continua.
El programa de la Red Vial Austral para el presente año, conside-
ra un conjunto de obras, tanto en la X como en la XI Región del país.
El cuadro Nº 5 indica estas construcciones y su monto.
112
113

1. Obras complementarias a la Red Vial Austral


Si bien la construcción vial se ha planteado como una primera prio-
ridad para lograr incorporar este vasto territorio y para que el hombre
pueda introducirse en él, es necesario, para poder sobrevivir, comple-
mentar dicha red con otras obras de infraestructura, también de compe-
tencia del MOP.
Es así como se ha puesto énfasis en proporcionar agua potable rural
a diversas localidades. Se cuenta con 20 servicios en operación y una po-
blación favorecida de 10. 160 habitantes.
En aeropuertos se ha llegado a disponer de una extensa red de ae-
ródromos que conectan casi todo el territorio, especialmente útil en situa-
ciones de emergencia. Se dispone además de dos aeropuertos en Coihaique
y los de Puerto Aisén, Chile Chico y Balmaceda. Este último, el de ma-
yor envergadura regional.
En arquitectura ha correspondido construir numerosas obras de equi-
pamiento social del área educación, salud y deportes. Este sector es rele-
vante, en términos de generar asentamientos y estabilizar su población.
Entre 1976 y 1988 se ejecutaron sobre 140 contratos de diversas magni-
tudes.
En obras portuarias, entre 1975 y 1980, se terminó un programa de
rampas para transbordadores y un programa de embarcaciones que per-
miten un sistema regular de conexión marítima. El paso de la carretera
va generando nuevos y numerosos elementos de infraestructura de obras
marítimas. Se ha complementado además con un conjunto de caletas para
pescadores artesanales. Actualmente se trabaja en conjunto con el Minis-
terio de Bienes Nacionales, en la consolidación de la colonización.

E. Proyectos a futuro

1. Programas a mediano plazo

Para el período 1991 -1995 se encuentran en estudio diversas sen-


das y caminos de penetración, que suman un total de 735 kms. de longi-
tud. Por otro lado se está considerando la pavimentación del camino
Coihaique - Balmaceda, con 50 kms. de extensión y una inversión de
$ 2. 750. 000. 000.

El total estimado, a la fecha, superaría los $ 15. 900. 000. 000.

El cuadro siguiente muestra las obras contempladas en el período


1991-1995.
114

2. Programas a largo plazo.


Constituye una aspiración y un desafío conectar por vía terrestre
la XI con la XII Región.
El principal obstáculo lo constituye el Campo de Hielo Sur, Se han
hecho diversos intentos; entre ellos, buscar una pasada desde Laguna del
Desierto hacia Magallanes, pero los extensos glaciales chilenos Viedma,
Upsala y Moreno caen en lagos argentinos y obligaría a recorrer 270
kms. por dicho territorio, lo que se contrapone al carácter nacional de
la C. L. A.
Otro intento lo constituye pasar por el lado occidental del Campo
de Hielo Sur y, en una ruta de 950 kms. llegar a Puerto Natales. Esta
alternativa está aún en estudio preliminar.
Se considera también razonable sortear este extenso tramo con
transbordadores desde Puerto Yungay a Puerto Natales, hasta que se
comience a poblar el área.
Como entre Puerto Natales y Punta Arenas ya existe un buen ca-
mino, se podría continuar hasta el Canal Beagle, transbordando el Es-
trecho de Magallanes y llegar hasta Bahía Yendegaia, al este de la Cor-
dillera de Darwin.
115

Al Sur del Canal Beagle, es posible, en una perspectiva a futuro,


plantear y estudiar por etapas, tres caminos que serían los terminales
extremos del camino austral:
—Península Dumas -Bahía Orange 170 Kms.
—Caleta Mejillones - Seno Grandí 35 Kms.
—Puerto Williams - Puerto Toro 45 Kms.
Este último camino se desarrolla por la parte nor-oriental y orien-
tal de la Isla Navarino. Puerto Toro es el lugar de conexión hacia las Is-
las Picton, Nueva y Lennox, en donde existen posibilidades de coloni-
zación y recursos mineros.
F. El marco geopolítico
La C. L. A. es en sí un proyecto geopolítico, y, a no dudar, el más
importante de los proyectos de esta naturaleza que se hayan realizado en
el presente siglo.
El imperativo geográfico hizo surgir la necesidad de integrar la re-
gión de Aisén al desarrollo del país y brindar la seguridad debida en
una región particularmente atractiva para la penetración foránea o pa-
ra efectuar, eventualmente, un corte transversal al país. De paso, su-
primir una dependencia con Argentina que, en ciertas ocasiones, fue
bastante difícil y hasta hostil de parte de esa nación.
A continuación efectuaremos un análisis somero de la incidencia de
la C. L. A. en determinados elementos que conforman parte del estudio
o del interés de la Geopolítica.
1. El territorio.
La C. L. A. está destinada a facilitar la organización, ocupación y
aprovechamiento del territorio austral, en una verdadera cruzada de
"conquista" del propio espacio geográfico. Lo anterior, a fin de obte-
ner una explotación económica más estable de los inmensos recursos po-
tenciales ya detectados, dentro de los cuales destaca el hidroeléctrico.
La C. L. A. a su vez permite perfeccionar y consolidar la organi-
zación político-administrativa de la XI región, haciendo de la regionali-
zación una realidad palpable.
Se aumenta, al mismo tiempo, la integración física del territorio
para formar un solo país, rescatando a Chile de su condición de "ar-
chipiélago geopolítico" y a Aisén de su doble insularidad.
Finalmente, se permite consolidar y armonizar la influencia de los
ejes de cohesión longitudinales y transversales, configurados por las ru-
tas marítimas y aéreas, a los que la C. L. A. suma la dimensión terres-
tre, lográndose la tridimensionalidad del espacio poseído.
2. La población.
La población es indudablemente el elemento constitutivo del Estado
que dinamiza y da fuerza y vigor al territorio de una nación. En el pla-
no regional —fundamentalmente el de la XI región— este elemento es
el que materializa la posesión efectiva del territorio y, cuando él es esca-
so, existe la tendencia a que se desdibuje el trazado de la frontera y se
116

acentúe la influencia cultural foránea. Esta situación ocurría en el pasa-


do reciente en Aisén.
Es probable que el crecimiento de "pueblos-calle" a lo largo de la
ruta sea el signo más indicador del impacto que la C. L. A. comenzará
a imponer en la XI Región y en las dos provincias ocupadas por ella en
la X, como son Chiloé y Palena.
Parece evidente que la ruta permitirá una mejor comunicación en-
tre los poblados ya establecidos. Hoy día, numerosos asentamientos hu-
manos del litoral continúan desconectados de los pueblos y ciudades del
interior. Particularmente es el caso de Coihaique y Puerto Cisnes; la
C. L. A. facilita un acceso por tierra, que antes era sólo posible por aire
o en una larga jornada a caballo.
Este acercamiento trae consigo una mayor velocidad en las comu-
nicaciones y es el punto de partida para estrechar lazos culturales y con-
solidar la nacionalidad. Los efectos sobre la educación general básica
son evidentes, por cuanto las pequeñas escuelas rurales van constituyen-
do futuros núcleos de nuevos poblados.
Es necesario señalar al respecto que los caminos, en general, son un
nervio conductor de impulsos y corrientes humanas (materiales y espi-
rituales) que fluyen en uno y otro sentido. En el caso de la C. L. A.
si bien es cierto que todo indica que llevará movimientos migratorios,
progreso y desarrollo, que acrecentarán el poblamiento en la región de
Aisén, no es menos cierto que también esta corriente podría fluir en el
sentido Sur-Norte, extrayendo población, atraída por el poderoso imán
que constituyen las grandes urbes del núcleo vital. Esto ya ha sucedido
en otras carreteras construidas en el continente americano, donde se
previó la creación de polos de atracción en las nuevas zonas donde iba
penetrando el progreso.
En este sentido cabe destacar que el Supremo Gobierno ha previsto
este fenómeno geográfico-humano, para lo cual ha apoyado y dispuesto
la creación de nuevos poblados que sirvan de elementales núcleos de co-
hesión "territorio-poblacional".
Un claro ejemplo de lo anterior fue la creación —en febrero de
1982— de Villa Santa Lucía, en el Valle del río Frío (XI Región).
Unido a lo anterior, deberá apoyarse esta dinámica inicial generan-
do, en sitios estratégicos, dos infraestructuras particularmente impor-
tantes para la estabilidad de la ocupación humana: escuelas y postas de
primeros auxilios.
Los recursos humanos de la región no podrán ser efectivamente uti-
lizados mientras no se diversifique, además, la orientación pedagógica
de las enseñanzas básica y media, conforme los recursos naturales de la
región. Se estima que una mantención de programación pedagógica si-
milares con aquellas del centro del país es una invitación a la pérdida del
atavismo regional y, en consecuencia, una pérdida de identidad de los
pobladores para con la región donde nacieron y crecieron. Como se dijo
anteriormente, esto puede alentar la emigración extrarregional.
Nos permitimos insistir en el poblamiento de la zona, porque ahí
está uno de los principales objetivos formulados para la C. L. A. y su
importancia geopolítica irá siendo aquilatada a medida que se vaya pro-
duciendo el incremento de la densidad poblacional. Esto último va a es-
tar determinado por los atractivos o factores que presentan o vayan pre-
sentando las zonas cruzadas por la carretera.
117

Uno de los atractivos sería el grado de espontaneidad en el pobla-


miento. Ello dependerá de las infraestructuras que se generen con el
correr del tiempo. Se ha indicado precedentemente que los estableci-
mientos básicos para asegurar dicha espontaneidad son las escuelas y
postas de primeros auxilios, ya que educación y salud son dos preocu-
paciones fundamentales del ser humano. En este sentido cabe destacar
que, a la par de la progresión de la C. L. A. han ido surgiendo estas
instalaciones que materializan la acción social del Gobierno.
Otro factor de poblamiento será la inversión privada, de modo de
asegurar el surgimiento de núcleos humanos en la senda de la carretera
y en sus ramales transversales. Corresponderá, entonces, al inversionis-
ta particular, con su experiencia, genio y creatividad, localizar en el área
de la C. L. A. infraestructuras que constituyan centros atractivos para
nuevos pobladores: posadas, bombas de gasolina, transbordadores, tele-
féricos, etc.
Hay, además, otro potencial de poblamiento que estimamos signi-
ficativo: los miles de chilenos que viven en Argentina, los cuales sólo
se interesarán por volver al territorio nacional bajo el imperio de atrac-
tivos que dignifiquen su existencia, asegurándoles un arraigo en la
tierra.
Ya hay indicios muy alentadores relativos al incremento de la po-
blación en un lapso medido entre 1970 y 1982.
Por ejemplo, en el poblado de Las Juntas en 1970 existían 60 ha-
bitantes y 13 viviendas; ya en 1982 esta suma había aumentado a 438
personas (7 veces) y 116 viviendas (9 veces).
Villa Mañihuales, por otro lado, en 1970 tenía 381 habitantes; en
1982 había más que duplicado dicha cantidad con 794 pobladores.
Estas cifras pueden aparecer muy reducidas al observador poco ave-
zado en materias de desarrollo de poblaciones. Recordemos dos cosas:
la C. L. A. es un proyecto no para hoy, sino para el mañana. El mismo
Presidente de la República así lo afirmaba en 1982 al indicar que ella
tiene mucho porvenir, pero poco presente.
Lo otro es resaltar que en 1842 tampoco se concebía —salvo unos
pocos— que el intento de colonización y posesión en Punta Arenas iba, en
menos de cien años, a dar el resultado que vemos hoy día, con una XII
Región pujante, progresista y llena de proyectos de desarrollo.

3. La Soberanía.
¿Cómo podría alguien discutir que la C. L. A. no conlleva en su
trazado y en cada centímetro y metro que gana a la naturaleza —trans-
formando el paisaje— una dosis tremenda de soberanía?
No podemos detenernos a analizar el concepto de soberanía, pero en
geopolítica adquiere una connotación especial. Ella se relaciona íntima-
mente con el Poder de un Estado para accionar en el orden interno y ex-
terno, con su voluntad política.
Cada chileno que se establezca en la tierra y la trabaje, extrayen-
do de ella sus riquezas, está contribuyendo en esas regiones a confirmar
una presencia que, por sí, es soberana.
La C. L. A. deja de manifiesto la errónea concepción del determi-
nismo geográfico y es una comprobación más de la política de igualdad
de oportunidades para todos los ciudadanos del país, estén donde estén,
118

que ha propiciado el Gobierno Militar, no dando cabida a la existencia


de áreas privilegiadas o de segunda categoría.
La C. L. A. —un proyecto a futuro, como se ha indicado— está lo-
grando un crecimiento orgánico y unitario, al fomentar los vínculos per-
manentes de la nación chilena, reforzándola con la integración física de
su territorio.
Y dentro de esta labor de justicia social, cabe destacar la decisión
presidencial en 1982 de entregar la tierra al antiguo colono de Aisén; a
aquel que está por años trabajando y haciendo patria en la zona austral;
tierra vendida al precio simbólico de un peso la hectárea.
Como conclusión podemos afirmar que la C. L. A. hace su princi-
pal contribución a la soberanía nacional al facilitar el incremento del
potencial de la zona, mejorando las condiciones viales longitudinales y
transversales y, por qué no mencionarlo, preparando de hecho a la re-
gión para un mejor aprovechamiento militar ante una eventual emer-
gencia.
4. La frontera
En la zona que nos interesa (fundamentalmente la XI Región), el
país discurría entre dos líneas paralelas: al Este la Cordillera de los
Andes, con un límite dificilísimo de establecer y demarcar en el "divor-
tium aquarum" y con escasas posibilidades de materializar una real pre-
sencia. Al Oeste la frontera marítima, que constituía, y lo sigue siendo
en gran medida, el camino más seguro para el transporte de los elemen-
tos de soporte de la actividad humana.
La fragilidad de la frontera era evidente si se considera la poca pro-
fundidad de ésta en el sentido E-O; la sinuosidad (entrantes y salientes)
de la línea divisoria; lo abrupto de la geografía y, lo más grave, enfren-
tar en el Este una diferencia de presiones que hacían altamente inesta-
ble dicho sector en perjuicio nuestro.
Piénsese solamente que entre el L. P. I. * y la localidad de Baños de
Cahuelmo median sólo 18 kilómetros. Esto es, de cordillera a mar.
Entonces es fácil comprender que la gran importancia, en lo geopo-
lítico, de la C. L. A. es que ella viene a vertebrar un territorio desmem-
brado y desarticulado; viene a proporcionar solidez a estas líneas para-
lelas de las que hablábamos precedentemente. Los caminos transversa-
les, que unen de mar a cordillera la región, serán el entramado corpo-
ral que permitirá la movilización de los recursos cuantiosos, descubier-
tos y por descubrir, que hay en la región. Así, nuestra frontera en aque-
lla zona podrá decirse con justicia, que está, no en el macizo andino, sino
hasta donde irradie nuestra capacidad ciudadana. El poblamiento y la
actividad humana serán entonces fundamentales desde la perspectiva es-
tratégica.
5. El Núcleo Vital (Heartland):
Chile, con todos los inconvenientes estructurales que presenta su geo-
grafía, tiene la ventaja de poseer un solo núcleo vital que ha mantenido
la cohesión del Estado y su carácter eminentemente unitario.

* Límite Político Internacional.


119

El núcleo vital chileno —aquella región densamente poblada que es


la unidad identificable de mayor concentración de la producción nacio-
nal, en la cual generalmente se encuentra localizada la sede de gobier-
no— presenta tres características bien definidas, para estas áreas: es
el núcleo inicial o histórico; posee el centro germinal con su capital, y
es el núcleo contemporáneo de mayor actividad económica y política.
Para identificarlo físicamente en nuestro territorio, diremos que él
está comprendido entre el límite norte de la V Región y el límite sur de
la VIII Región, excluidas la franja costera y las zonas cordilleranas de
la Costa y de los Andes.
La existencia de este núcleo vital con las características señaladas,
no impide la constitución de núcleos secundarios. Se pueden identificar
en nuestro país el área del triángulo: Antofagasta, Tocopilla y Calama,
en el Norte Grande y Punta Arenas-Porvenir, en la zona austral.
La existencia de estos "núcleos secundarios" está determinada por
la relación entre un área de concentración de población y "poder admi-
nistrativo", que sobresalen nítidamente en el "Hinterland" o espacio de
crecimiento, y cumple una función relevante como centro económico, po-
lítico y de comunicaciones.
La tendencia histórica del núcleo vital ha sido crecer preferente-
mente hacia el Sur, a lo largo del valle Central, alcanzando hasta Puer-
to Montt, incorporando de esta manera a un vasto hinterland.
El problema que se presentaba al país en su estructura geopolítica
era que, hasta hace poco tiempo, parecía imposible lograr dar continui-
dad terrestre al hinterland situado al Sur del núcleo vital, para alcanzar
la "Soldadura Austral" y "Núcleo Secundario". Cualquier crecimiento
del Heartland se iba a ver detenido en el Canal de Chacao.
Pensemos no en diez ni en veinte años más, sino en cincuenta. El
crecimiento hacia el Norte se ve más remoto, por la ausencia de la "ca-
pa verde" que faculta el poblamiento humano. S. E. el Presidente de la
República denominó a esa zona el "Hinterland de Reserva" de Chile.
Por lo tanto, las condiciones están apuntando hacia el Sur.
Esta es la razón por la cual aparece la C. L. A. como la obra públi-
ca de mayor relevancia en el presente siglo. Ella permitirá, precisamen-
te, el flujo de las corrientes materiales y espirituales que dimanan del
núcleo vital hacia los extremos del país, impidiendo con ello el "congela-
miento" de las regiones septentrionales, donde la acción directa del go-
bierno corría el riesgo de llegar muy diluida.

6. El Espacio de crecimiento (Hinterland):


Como ya ha quedado claro, la función del hinterland consiste en ser
el área de futura expansión de los núcleos principales y secundarios del
país.
La elección del trayecto de la C. L. A., que es el producto de muchos
años de estudio, no es la resolución exclusiva futurista o signo del cons-
tructivismo de un determinado régimen; ella está basada en hechos ab-
solutamente reales y fácilmente comprobables.

* Geo-histórico, como diría J. Vicens Vives.


120

La C. L. A. se dirige a la integración de un hinterland que presen-


ta recursos para el establecimiento de grandes concentraciones de po-
blación, destacando los recursos agropecuarios, forestales y marinos.
Los recursos energéticos se plantean como sector de básica importancia.
Hay que considerar que los recursos hidroeléctricos en Aisén son del or-
den de los 10. 000 megawatts, y que más al sur, en la XII Región, está
la única fuente nacional de petróleo.
Por lo tanto, podemos encontrar en el hinterland austral las bases
para la satisfacción de las necesidades vitales del país, permitiéndole el
desarrollo de su núcleo vital y la seguridad correspondiente para prote-
ger a éste.
Luego, bajo esta perspectiva, la C. L. A. cumple funciones creati-
vas e integrativas.
Las primeras, en orden a dar origen a un nuevo tipo de territorio,
no ya una isla rodeada por cordillera y mar sino, ahora, por lo menos,
una península que irá adquiriendo caracteres de continentalidad en la
medida que las funciones integrativas vayan produciendo sus efectos, li-
gando pequeñas comunidades y mejorando las interconexiones en el sen-
tido vertical y horizontal.
III. CONCLUSION
El famoso historiador inglés Arnold Toynbee sostenía que la faci-
lidad es enemiga de la civilización.
Agregaba que el estímulo para la civilización se desarrolla positiva-
mente de un modo más riguroso en proporción a la dificultad del entor-
no. Lógicamente que debía existir un justo medio entre las facilidades y
las dificultades que presenta la naturaleza a la vida humana; algo que
Toynbee identificaba con palabras tales como el equilibrio entre bastan-
te y demasiado
De ahí surgió la "regla de oro" de la historia de las civilizaciones,
que se ha resumido en la expresión: "el desafío y la respuesta".
Sostenía Toynbee que en aquellos lugares donde la naturaleza pre-
senta desafíos terribles de vencer, la respuesta del hombre es nula o tan
menguada, que es imposible que surja civilización alguna en aquel espa-
cio geográfico.
Cuando la naturaleza es benigna en grado sumo y prácticamente no
presenta ningún tipo de amenaza a la vida humana, el hombre no se
siente impulsado a efectuar sobre ella ninguna transformación; su res-
puesta es inexistente. Tampoco podrá nacer en aquelas regiones una ci-
vilización. El hombre, en el primer caso, está avasallado por una geo-
grafía hostil y sólo sobrevive, pero no trasciende. En el segundo caso,
el hombre es un ser abúlico, carente de motivación y su existencia llega
a ser hasta perezosa.
La civilización surgirá en aquellas regiones en que es posible una
respuesta del hombre, cualquiera sea el desafío del medio ambiente,
pero siempre que éste no llegue a grados extremos de inhospitalidad.
Sólo las sociedades capaces de aceptar un desafío pueden prevalecer en la
historia.
Guardando las proporciones, esta es, en síntesis, la problemática
presentada en la red vial austral de Chile, por una geografía conside-
rada entre las más difíciles del planeta. La respuesta a este desafío fue
la adecuada. Humana y técnicamente extraordinaria.
121

Sólo una férrea voluntad política podría concretar esta respuesta.


Hemos visto cuál fue el desafío de la naturaleza en la X y XI re-
giones.
Habría que agregar que éste no fue únicamente el de tipo fisiográ-
fico. No era solamente la dura roca a destruir, o aquellos obstáculos ma-
rítimos, lacustres o fluviales por salvar. También hubo un obstáculo hu-
mano —el más difícil, tal vez— a sortear. Hubo que vencer, además, la
mentalidad burocrática y las barreras administrativas sin visión de fu-
turo alguno. Afortunadamente el país contaba con civiles y militares
que, tanto en el MOP. como en el CMT. unieron sus esfuerzos y su ca-
pacidad creadora para concretar en estos últimos años la monumental
tarea que comentamos. Las cifras son reveladoras e indesmentibles al
señalar que, en todo lo que se ha construido en este siglo en la red vial
austral, más de un 45% es obra del actual régimen. Por este solo he-
cho, tanto el inspirador de este proyecto, como el Ministerio de Obras
Públicas y el CMT. han conquistado un legítimo lugar en la historia del
desarrollo nacional.
Los desafíos continuarán para quienes vayan a incrementar la po-
blación en la XI Región. Estos estarán representados por las dificultades
propias del clima y la abrupta morfografía. Pero, a la postre, servirá
como un factor de selección natural para los colonos.
La C. L. A. dará término a la tradicional dependencia del transpor-
te terestre por territorio argentino, quedando, de ese modo, muy redu-
cida la influencia vecinal en el área, la que deberá ahora canalizarse
bajo los términos establecidos en el Tratado de Paz y Amistad de 1985
entre Chile y Argentina.
El enlace territorial permitirá robustecer y consolidar la conexión
de sus pobladores, haciéndolos sentirse parte integrante, activa y com-
prometida con el quehacer nacional. Hay todo un impacto emotivo y
moral muy favorable.
Pero, tal vez, el fenómeno geopolítico más importante se obtendrá
una vez que se logre la continuidad física entre la XI y XII regiones,
produciendo la amalgamación territorial de toda la zona austral con el
continente. Ello se visualiza, eso sí, a muy largo plazo, aunque ya hay
proyectos que permitirían continuar la ruta desde Puerto Yungay hacia
el Sur, eludiendo el Campo de Hielo Sur y, en ocho transbordos cortos
que podrían, eventualmente, reducirse a seis, o quizás a cuatro, llegar
hasta Puerto Natales, con lo que, en un futuro todavía lejano, la C. L. A.
podría extenderse por más de 2. 925 kilómetros.
Cabe destacar que la XI Región se considera como una de las áreas
menos contaminadas de Chile, pues la tecnología y la acción del hombre
no han deteriorado el ambiente ecológico. Esta pureza geográfica, tan
necesaria para el hombre de hoy, así como también las bellezas natura-
les del paisaje patagónico y austral, favorecen la perspectiva turística
que será aprovechada integralmente una vez que se cuente con la infra-
estructura requerida para la explotación de este rubro.
Por su parte, la política de apertura al Pacífico —otro Hinterland
por conquistar— que debe mantenerse e incrementarse, tiene que consi-
derar a la XI Región como un área de grandes recursos y capacidades,
en apoyo a la proyectada geopolítica hacia la parte meridional de la
cuenca de dicho Océano.
122

La actual generación de chilenos, lógicamente, no alcanzará a dis-


frutar de todos los beneficios que hemos descrito en este trabajo. Serán las
generaciones futuras. Nuestro Padre de la Patria así lo concibió cuando,
desde su lecho de muerte, insistía en la empresa titánica de tomar pose-
sión de Magallanes, su Estrecho y toda la región austral de Chile.
La C. L. A. es la vía integradora, no de hoy totalmente, sino del ma-
ñana, porque posee ese efecto de las grandes obras humanas: para apre-
ciarlas hay que mirarlas de cierta distancia. Esa distancia es el tiempo.
Como hemos podido comprobar a lo largo de la exposición, la C. L. A.
sirve múltiples propósitos; nosotros hemos privilegiado el aspecto geo-
político por su condición globalizante. Hay otros, además, de suyo inte-
resantes, como lo es el estratégico, por ejemplo, y que constituye tam-
bién una fuente abundante para la investigación en las Academias y Es-
cuelas castrenses.
Hemos visto también cómo la C. L. A. está beneficiando directa e
indirectamente a varios sectores de la población nacional y a diversas
áreas productivas y no productivas del país.
La C. L. A. contribuye a aumentar no sólo el desarrollo, sino nues-
tro poder nacional, lo que, en consecuencia, repercute en la seguridad
nacional del país. De lo anterior se infiere que la construcción de la
C. L. A. es una muestra evidente de la capacidad alcanzada por Chile en
los últimos 15 años. La transformación de la geografía y la respuesta
al desafío de ésta, en la obra analizada, sólo ha podido producirse debido
a un claro fortalecimiento de los factores que conforman el poder na-
cional de los Estados; esto es, factores de orden humano, económicos,
físicos, políticos y militares.
Junto con ser la C. L. A. una demostración de poder nacional,
éste también tenderá a continuar incrementándose, por efecto de la
consistencia geográfica que irá alcanzando el país, producto de la evolu-
ción y desarrollo de la red vial austral en el tiempo.
Finalmente, es necesario destacar que esta obra ha sido para el Mi-
nisterio de Obras Públicas una empresa histórica, que no tenía prece-
dentes en su ya más que centenaria existencia. Para el Cuerpo Militar
del Trabajo y para el Arma de Ingenieros fue y es una oportunidad his-
tórica de aportar al desarrollo nacional trabajando en la paz con sus
mejores hombres y equipos técnicos, integrando parte del territorio na-
cional al resto del país. Para ambas instituciones fue la ocasión inédita
de aunar voluntades, fundir esfuerzos cívico-militares y lograr, final-
mente, la transformación de la geografía y someter ésta a nuestros de-
signios.
Este ha sido el quehacer del Ministerio de 0 0 . PP. y del C. M. T.
en la red vial austral. La ciudadanía así lo entiende, aprecia y lo reco-
noce. Por eso es que ambos se han constituido, mancomunadamente, co-
mo un legítimo factor de integración y desarrollo nacional.

NOTA: Las fotografías que acompañan este trabajo ilustran la geografía y la mag-
nitud de la obra. No corresponden a localidades puntuales mencionadas
en él.
¿EL REAL PROPOSITO DE LA TEOLOGIA
DE LA LIBERACION?
FERNANDO HORTA JONES
Coronel (E. M. )

REO que ya es hora de hacer- ción) le fue ordenado que guarda-


C se esta interrogante, por
cuanto el tema en sí mismo
ha sido profundamente debatido y
se silencio por un año, pero aún los
teólogos conservadores como el pre-
sidente de la Congregación de la
polemizado, desde muchas perspec- Fe, Cardenal Ratzinger, y el propio
tivas y ángulos diferentes y las res- Juan Pablo II, admiten que la Igle-
puestas son múltiples y variadas, sia tiene una vocación preferente
pero tengo que reconocer que en lo por los pobres y los oprimidos.
personal, hasta el momento, no he Ultimamente y dentro del mis-
tenido una plena satisfacción sobre mo contexto, el Cardenal Paulo
toda esta problemática que toca tan Arns, Arzobispo de Sao Paulo, sus-
variados aspectos en la vida de la citó una gran conmoción en todos
sociedad. los medios católicos, especialmente
Si la teología de la liberación só- en Latioamérica, al enviar a Fidel
lo se suscribiera a las cosas de la fe Castro una carta llena de alaban-
cristiana y del reino de Dios, mu- zas con motivo del trigésimo ani-
chas de las dudas planteadas que- versario de la revolución cubana.
darían satisfechas, pero lamentable- El Cardenal Arns sostiene en su
mente no es así, por cuanto ella in- carta que Cuba ofrece un "ejemplo
cursiona en aspectos políticos, so- de justicia social" al resto de Lati-
ciales, económicos y culturales, noamérica, en donde, textualmente
cuestionando todo lo existente y dice, "la fe cristiana descubre en los
condicionando todo lo que pudiese logros de la revolución cubana, sig-
realizarse para perfeccionar y solu- nos del reino de Dios".
cionar los graves problemas en que Esta carta fue publicada en el
normalmente se debate todo cuer- "Diario Gramna" del Partido Co-
po social. munista cubano, que desde el mo-
Como se sabe, el Vaticano ha si- mento que fue conocida por dife-
do cada vez más crítico de la teolo- rentes medios periodísticos no con-
gía de la liberación; tenemos que citó un ácido debate sobre el tema,
recordar que en 1985, al Padre Boff más bien obtuvo elogios de sacer-
(uno de los teólogos de la libera- dotes como Leonardo Boff, Gutié-
124

rrez, Harvey Cox y otros, por cuan- II. —Las conservadores y tradicio-
to ellos no hacen más que llevar la nalistas, que son los minorita-
opción por los pobres y oprimidos rios.
hasta sus últimas consecuencias.
Estos sacerdotes que ejercitan Identificados con el principio de
sus apostolados en América Latina, autoridad y obediencia, con el ri-
llamada por S. S. el Papa, Juan Pa- tual tradicional de la Iglesia, etc.
blo II "el Continente de la esperan- Lo paradojal es que ambos, tan-
za", están demostrando y manifes- to tradicionalistas como progresis-
tando mediante porfiados y tercos tas, quieren a su manera servir a
hechos que es absolutamente con- Dios y a la doctrina social de la
tradictorio optar por los pobres si Iglesia Católica.
no se está dispuesto a luchar por Lo que cabe preguntarse en esto
ellos. Los teólogos de la liberación, es si el marxismo infiltró la teolo-
desde esta perspectiva, están acep- gía de la liberación y con esto a
tando el postulado marxista de la los sacerdotes que se identifican con
lucha de clases, porque lo ven co- ella, o si esta infiltración se produ-
mo una aplicación práctica al mun- jo al revés.
do de la política, de la opción ética La interrogante salta a la vista,
por los pobres. porque analizada como se presenta
Por eso es que el Cardenal Arns la teología de la liberación en dis-
elogia a Castro. tintos países, podemos observar que
Por eso es que en Perú el sacer- en Brasil, Árgentna y Paraguay
dote diocesano Gustavo Gutiérrez no es violenta, porque tal vez estos
fue elegido como "The Simon Bo- países están en el primer momento
livar Professor" en la Universidad de un trabajo lento, están en la eta-
de Cambridge, por estar comprome- pa de la concientización; en Guate-
tido en la causa de la defensa de los mala, Honduras, El Salvador, Co-
pobres marginados, por cuanto él lombia, Perú, Uruguay, Ecuador,
manifiesta que en el Tercer Mundo Venezuela y Chile están en la se-
la gente no muere al final de sus gunda etapa, con diferencias de ma-
días, sino al comienzo de sus días. tices, que es el de una Iglesia com-
Por eso el brasileño Leonardo prometida con la guerrilla, las cla-
Boff, un franciscano, acérrimo im- ses populares y sus reivindicaciones
pulsor de la teología de la libera- sociales, siendo solidaria con toda
ción y Doctor en Teología de la forma de protesta que esté en con-
Universidad de Munich, publicó tra de la autoridad establecida.
hace poco el último de sus 30 libros, Nicaragua (y es posible que la
en el cual cuestiona el misterio de Iglesia de otros países luego estén
la Santísima Trinidad. en esta fase o etapa): está en el
tercer nivel de la teología de la li-
beración, en el poder.
I. —Los progresistas, que son mayo- En todas partes se está obser-
ritarios. vando cómo lo Iglesia está forman-
do un clero comprometido al servi-
Identificados con la teología de cio del supuesto pueblo marginado,
la liberación y se les vincula con: porque junto a los laicos que pro-
—La Iglesia de la Esperanza, de pician las mismas ideas, tienen la
la Alegría, de los Pobres, con una esperanza cierta de construir una
liturgia que como neófito en la ma- nueva sociedad, ya que argumentan
teria no puedo calificar, pero que que la verdad del evangelio siem-
se supone totalmente renovada y re- pre vence, y la teología de la li-
volucionaria. beración es Ja lucha por la verdad.
125

Una de las cosas importantes de cido por la televisión española cuyo


todo esto es que la Iglesia, sus mi- título es "En Nombre de Dios", el
nistros y sacerdotes, unos en ma- que fue difundido a todos aquellos
yor y otros en menor grado, de laicos consagrados en diferentes
acuerdo a circunstancias y al mo- diócesis de nuestro país, no cabe
mento histórico que viven los paí- ninguna duda que la Iglesia Católi-
ses, para bien o para mal, influyen ca jugó un papel importante en la
categóricamente en la vida política derrota del Presidente de la Repú-
de casi todos los países latinoame- blica en el plebiscito.
ricanos. En la actualidad existe un con-
Un reciente ejemplo de ello es la flicto que enfrenta a la justicia mi-
intervención, quizás indirecta, que litar y a la Vicaría de la Solidari-
la Iglesia tuvo en el derrocamiento dad del Arzobispado de Santiago,
del Presidente del Paraguay, Alfre- que está amenazando convertirse,
do Stroessner, ya que uno de los con el obvio beneplácito de la oposi-
factores que influyó en su caída ción política, en un enfrentamiento
fue el choque frontal que éste sos- grave en que por todos los medios
tuvo con la Iglesia Católica. posibles se trata de involucrar al
En Chile, la participación políti- Gobierno sin resultados positivos
ca del clero y de los Obispos católi- hasta el momento.
cos es en muchos casos angustian- ¿Qué tenemos hoy ante nuestros
te para la mayoría de los católicos ojos?
chilenos al observar cómo su iglesia Tenemos una iglesia progresista
en su "opción por los pobres" va que con sus teólogos y sus pastores
buscando una solución de sus pro- mantienen la visión dolorosa del
blemas materiales desde la óptica pobre, su explotación, su tragedia,
del poder político. y proyectan sobre toda la sociedad
En esta opción, un amplio sector las denuncias y las guías, para solu-
del clero chileno ha realizado una ciones acordes con la identidad cris-
aproximación simplista y tradicio- tiana, capaz de enfrentar los retos
nal, al acercarse a la izquierda, políticos buscando el ejercicio de ese
usando en ello una fuerte tendencia poder.
socializante e igualitarista. Dentro Por eso es entonces que el Carde-
de este mismo contexto se puede nal Arns elogia a Fidel Castro, por-
observar con mucha claridad cómo que del ángulo de vista de los po-
sectores importantes del clero, in- bres y los oprimidos que había en
cluidos un gran número de Obispos, Cuba hace 30 años, Castro les dio
han caído directamente en un inma- algo que no tenían: trabajo seguro,
nentismo, que fue categóricamente alimentación básica, educación ele-
denunciado por el Cardenal Ratzin- mental, techo. ¿Cuál fue el precio?:
ger en su visita a Chile, poco antes fusilamiento y encarcelamiento de
de realizarse el plebiscito; es im- miles de opositores a lo largo del
portante también ver cómo a los tiempo; exilio de un millón de cu-
sectores del clero secular que ope- banos, un pueblo chato, gris, apa-
ran en esta línea se les suma una gado, disminuido en su condición,
cantidad nada despreciable del cle- con miedo visceral a decir lo que
ro proveniente de importantes ór- piensa y siente por temor a las re-
denes religiosas como los jesuítas, presalias.
franciscanos, salesianos, carmeli- Siendo la vocación de amor de la
tas, etc. Iglesia Católica, Apostólica y Ro-
Consecuentemente, después de lo mana, ¿puede preferirse el amor a
expuesto y después de haber visto los pobres, los desposeídos y los
y analizado el video cassette produ- oprimidos, de tal manera que la re-
126

sultante sea odio y persecución de bres como personas, para que dejen
los que no lo son; de las clases me- de ser pobres, pero puede ser que
dias y de las medias altas? no haya optado por los pobres co-
¿Puede la iglesia progresista jus- mo personas, sino como una cate-
tificar que, para hacer que un seg- goría, esto es con la condición de
mento de la sociedad obtenga cier- que los siga habiendo. Si esto fuese
tos bienes que antes no tenía, se así, estaríamos frente a una forma
persiga, aniquile, exilie o encar- encubierta de paternalismo protec-
cele a aquellos que tienen esos bie- tor, encauzador y guía de todo lo
nes? que la sociedad debe hacer, ejer-
¿Traería esta opción por los po- ciéndose de esta manera, un "po-
bres y los oprimidos la "justicia so- der influencia" casi total.
cial" que el Cardenal Arns cree ver Las democracias occidentales
en Cuba como un ejemplo para el muestran que esos bienes que bus-
resto de América Latina? can Castro-Arns y la Iglesia Cató-
La respuesta es dramática y abe- lica progresista pueden lograrse
rrante, porque claramente podemos sin destruir clases sociales enteras
visualizar que para lograr que algu- en el camino; sin paternalismo, sin
nos sean alfabetizados otros debe- la condicionante de optar por los
rán morir, emigrar o ser encarcela- pobres, pero a condición de que lo
dos. sigan siendo.
Esta opción por los pobres que Chile posee un futuro estructura-
proyecta Castro y Arns también es do en base a una sociedad democrá-
criticable desde el punto de vista de tica, cada vez más industrializada,
los propios pobres y oprimidos, ya en donde al Estado se le asigna un
que sabemos a ciencia cierta que las rol subsidiario y contralor del que-
democracias demoran demasiado hacer empresarial y en donde la
en ofrecer a sus sectores de más ba- economía tiene como base el bus-
jos ingresos los bienes elementales car su desarrollo sobre las claras
de la vida: techo, comida, educa- ventajas comparativas que le ofrece
ción, salud; pero una vez que se los su territorio y su pueblo, sobre
ofrecen, la vía de los pobres hacia otras naciones del orbe. Si Chile
niveles cada vez más altos sigue despega definitivamente del subde-
abierta. sarrollo, ningún Cardenal Arns,
¿Qué son las clases medias en tal ningún Castro, ningún teólogo de
sentido sino aquéllas donde viven la liberación, ningún católico pro-
hoy los pobres de ayer? gresista serán necesarios para de-
Nada de eso es permisible en la fender a los que no existirán.
Cuba de hoy, que tanto elogia el En el otro caso, podremos tener
Cardenal Arns, ya que los pobres un futuro idéntico a la Cuba de
son ayudados, en ella, a condición hoy, en donde siempre habrá po-
de que lo sigan siendo, porque de bres, asistidos eso sí, por los Cas-
otra manera se les acaba su razón tros, los Arns, los católicos progre-
de ser. sistas, a quienes deberán seguir
Cuando la Iglesia Católica pro- agradeciéndoles, cada día, su vaso
gresista proclama su opción por los de leche o sus palabras de consuelo
pobres puede ser que ame a los po- y esperanzas.
VISION DE ESTADISTA O AMENAZA?
JOSE CERDA BOZZO
Teniente Coronel (EM)
Magister en Ciencia Política

L 23 de agosto de 1989, S. E. el Presidente de la República, Ca-


E pitán General Dn. Augusto Pinochet Ugarte, pronunció un discur-
so con ocasión de la ceremonia de conmemoración de su nombra-
miento como Comandante en Jefe del Ejército en 1973.
Como era de esperar, dicho discurso trajo diversas reacciones del
sector político nacional, con distintas interpretaciones, de acuerdo a có-
mo su ideología les permite visualizar el papel que jugaron las FF. AA.
y de Orden a partir del 11 de septiembre de 1973 y en el futuro.
A juicio del candidato presidencial Patricio Aylwin, "las declaraciones
del General Pinochet tienen un tono amenazante y un manifiesto espíritu
de intervención en el sector electoral", agregando que omitiría más co-
mentarios "hasta que lea bien lo que dijo y medite sobre ello". (1)
Por su parte, el Secretario General de Renovación Nacional Andrés
Allamand, postuló que "la consolidación de la democracia en Chile se
verá seriamente dificultada si se produce un distanciamiento entre las
FF. AA. y el próximo Gobierno Civil". (2)
Según Allamand, "si en el pasado Chile pudo construir una demo-
cracia ejemplar, en medida importante se debió al aporte de las FF. AA.
y es injusto pretender presentar a las FF. AA. como adversarios de la
democracia.
Consignó además que "cualquier observador imparcial de la reali-
dad chilena, más allá de las apreciaciones que tengan sobre aspectos con-
cretos de la gestión del actual gobierno militar, debe reconocer que Chile
está a punto de recobrar su democracia y que ésta tiene bases políticas
y económicas mucho más sólidas que aquellas que existían en 1973 cuan-
do el pueblo chileno exigió a las FF. AA. intervenir". (3)

1. —"La Segunda", Santiago de Chile, jueves 24 de agosto de 1989, pág. 8.


2. —Ibid., pág. 9.
3. —Ibid.
128

¿Cuál es la razón que un mismo discurso pueda tener como resulta-


do dos interpretaciones tan diferentes?
¿Cuál fue el mensaje que el C. J. E. quiso dejar a la ciudadanía, a
las FF. AA. y en especial al Ejército de Chile, institución que él
comanda?
Haciendo un resumen de las palabras, vertidas el 23 de agosto de
1989, podemos concluir que nada estuvo más lejos de proferir amenazas.
El Comandante en Jefe del Ejército hizo alusión al hecho que "si un
11 de septiembre de 1973 asumimos el poder político, fue porque debía-
mos cumplir con un imperativo ético ineludible: Asegurar la soberanía
de Chile y devolver su identidad y su dignidad, las que habían sido so-
cavadas, por el profundo caos moral, político, social y económico, im-
pulsado y ejecutado por el gobierno marxista de la Unidad Popular". (4)
Que, desde la Independencia de Chile, el Ejército ha tenido una
participación activa, ordenada y fructífera en la organización política
de la nación y que sus intervenciones siempre han marcado un hito
trascendental en la historia de la Patria, recordando con orgullo "que
Chile no ha conocido nunca el "Caudillismo militar", fenómeno que se hi-
zo presente en otros lugares de nuestro continente, ahogando las ansias
de libertad que se anidan en el corazón de sus pueblos" (5).
Por tal razón, S. E. hizo presente que las FF. AA. y de Orden, "ve-
mos con preocupación aquellas tendencias que niegan la historia nacio-
nal y distorsionan el pasado y el presente de las Instituciones Armadas,
desvirtuando su naturaleza al considerar que su única misión es la de-
fensa de nuestro soberano territorio". "Cuán profundo error". (6)
Recalcó que este último concepto, nacido por desconocimiento o por
imposición de intereses sectarios, ignoran que en las sociedades contem-
poráneas la Seguridad de la Nación, como elemento sustantivo del bien
común, debe ser vista desde un punto mucho más amplio. Por eso, se
explica "la razón principal del porqué en nuestra moderna Constitución
Política se reconoció explicitamente, por primera vez en la historia ins-
titucional, la natural función de las Fuerzas Armadas y de Carabine-
ros en su condición de garantes del orden institucional de la República".
(7).
Es así como nuestra misión no se confunde ni se agota en una ac-
ción o período gubernativo, porque las Fuerzas Armadas trascienden
gobiernos y personas, ya que ellas son instituciones permanentes y esen-
ciales de la Nación chilena.
Posteriormente agregó que "hemos jurado fidelidad incondicional a
la Patria y, en consecuencia, con justicia podemos exigir que quienes
nos sucedan en el poder político actúen con estricta sujeción al espíritu
de la Carta Fundamental y a sus valores trascendentes. Por lo tanto,

4. —Discurso de S. E. el Presidente de la República, con ocasión de la ceremonia


de Conmemoración de su nombramiento como Comandante en Jefe del Ejér-
cito. Stgo. Chile, 23 de agosto de 1989.
5. —Ibid.
6. —Ibid.
7. —Ibid.
129

razonablemente tenemos una lógica posición para esperar que antes de


que asuman la conducción política de la nación, dejen en claro a las
Fuerzas Armadas y a las Fuerzas de Orden al menos los siguientes
aspectos fundamentales que les conciernen, sin perjuicio de la institu-
cionalidad consagrada en la Constitución Política de la República:
"—El cumplimiento de las funciones establecidas para las Fuerzas
Armadas, de Orden y Seguridad Pública, en el Capítulo Décimo
de la Constitución Política de la República en su espíritu y en
su letra".
"—La inamovilidad de los actuales Comandantes en Jefe de las
Fuerzas Armadas y del General Director de Carabineros, en vir-
tud de la facultad que les confiere la disposición octava transi-
toria de la Constitución Política. "
"—Velar por el prestigio de las Fuerzas Armadas, de Orden y Se-
guridad Pública, e impedir los intentos de represalia hacia sus
miembros por razones de orden político. "
"—Impulsar y desarrollar las acciones que se estimen necesarias
para evitar la propagación de la "lucha de clases", en cualquie-
ra de sus formas. "
"—Aplicar las normas legales que impidan el desarrollo de conduc-
tas terroristas, así como sancionar su realización conforme a la
legislación respectiva. "
"—Respetar las opiniones y solicitudes de informes que emanen del
Consejo de Seguridad Nacional, conforme a las atribuciones de
la Constitución Política le señala. "
"—Mantener la plena vigencia de la Ley General de Amnistía. "
"—Abstenerse el poder político de una intervención improcedente en
cuanto a la definición y aplicación de la política de defensa, en
particular en lo que se refiere a materias de exclusiva compe-
tencia profesional de las Fuerzas Armadas, tales como:
. "La modernización y el perfeccionamiento permanente de la ca-
pacidad defensiva-disuasiva del país. "
. "La estructura del mando y la organización interna de las res-
pectivas instituciones, incluyendo las políticas de personal. "
. "La racionalización interna de sus estructuras y la independen-
cia en sus planes orgánicos, de instrucción y de docencia. "
. "Los sistemas de ingreso, ascensos y retiros del personal mili-
tar. "
. "La planificación de guerra y las políticas de carácter logístico. "
130

. "La definición de sus necesidades y los requerimientos de or-


den presupuestario, de acuerdo a lo regulado en la Ley Orgá-
nica Constitucional. "
"—Respetar la competencia de la judicatura militar, conforme lo
establecen las normas constitucionales y legales vigentes. "
"En consecuencia, queda de manifiesto que toda preocupación que
pudiera surgir en beneficio de las mejores relaciones cívico-militares,
debe iniciarse a partir de la total aceptación de las materias previamen-
te señaladas, las que constituyen la piedra angular para el futuro ejer-
cicio del papel que les compete a los cuerpos armados de la República".
(8).
Sin duda, la creciente actividad política de las FF. AA. actualmen-
te conduce a una actitud en la que algunos lamentan y otros aplauden,
sin dejar de lado a aquellos que aplauden y después lo lamentan.
El poder civil debe ejercerlo quien sea apto e idóneo para ello, y
a las instituciones civiles superiores se subordinarán las FF. AA. exis-
tentes en doble misión defensiva externa e interna. De ahí que la fun-
ción de las Instituciones Armadas no es naturalmente el ejercicio del
poder civil, sino servir al poder civil. Pero cuando se consuma la defec-
ción del poder en los más diversos modos, se produce un desplazamiento
de la autoridad hacia aquellos grupos sociales que conservan aún una
fuerte capacidad subsidiaria o una fuerte vocación política, asumiendo
la potestad abandonada por omisión, olvido o incapacidad.
Esa fue la razón del 11 de septiembre de 1973, cuyos fundamentos
son por todos conocidos y que han sido ya suficientemente analizados por
numerosos autores.
Sin embargo, concordamos con Fernández De la Mora, en el sentido
de que "el desagradecimiento individual es una forma de injusticia, y
el colectivo es una anomalía social de muy negativas consecuencias. Un
pueblo ingrato suele padecer los gobernantes que se merece, o sea, los
que se sirven de él en vez de servirle". (9)
Tal es el caso de Argentina y Uruguay, cuyas transiciones pasare-
mos a analizar brevemente a fin de determinar el accionar del poder civil
sobre las FF. AA.

A. —EXPERIENCIAS DE LA TRANSICION DEL GOBIERNO MILITAR


AL GOBIERNO CIVIL EN ARGENTINA.

En Argentina, el año 1982 el Gobierno Militar estaba desprestigia-


do tanto por la crisis económica que vivía el país, como por la severa
política antisubversiva aplicada, y fundamentalmente por la derrota mi-
litar ante Inglaterra en el conflicto de las Malvinas; este último punto
selló la necesidad de retornar a la democracia, por lo que se ha clasifi-
cado dentro de los modelos de transición "por Colapso del Régimen", o
"Transición Negociada por influencias externas".

8. —Ibid.
9. —Fernández De la Mora, Gonzalo. "La Envidia Igualitaria", Editorial Pla-
neta, Barcelona, 1984, pág. 156.
131

El Gobierno civil que asumió el 10 de diciembre de 1983 aprovechó


esta coyuntura para subordinar a las FF. AA. al control del gobierno
civil, vía juzgamiento y descabezamiento de los altos mandos, como tam-
bién mediante la concepción de un inicial Proyecto de Defensa Nacional,
hoy ley, que sella el encuadramiento y subordinación total de las Ins-
tituciones al marco político.
Lo anterior permitió al Presidente Alfonsín tomar y explotar "como
bandera de lucha" una total reestructuración a las FF. AA. coligada al
control por parte de la nueva estructura gubernamental.
Para tal efecto, fue aplicando con el correr de los años del ejercicio
del poder, una serie de medidas de carácter orgánico, político, judicial y
económico que tendieron a subordinar a las FF. AA. totalmente al poder
político.
El control sobre las instituciones por parte del poder político cons-
tituyó un elemento prioritario, a fin de evitar futuros alzamientos co-
mo también para mantenerlas bajo control, pasando éstas a cumplir
un rol secundario en el acontecer político del país, aplicando entre otras
las siguientes medidas concretas:
1. —De carácter orgánico.
a. Se suprimen los cargos de Cdtes. en Jefe del Ejército, Armada
y Fuerza Aérea, siendo reemplazado este título por el de JJ. EE.
MM. Institucionales.
b. Fueron llamados a retiro 9 Generales, 5 Almirantes y 2 Briga-
dieres. Con este acto se eliminó a todos los Generales vinculados
a los Gobiernos Militares.
Este descabezamiento de la cúpula del Alto Mando remeció a las
Instituciones en su estructura interna, pero no ocasionó medidas
de fuerza como reacción.
Estos Generales conformaban un sólido bloque que representaba a
los Jefes de Estados Mayores y al Jefe del Estado Mayor Conjun-
to, haciendo presente con firmeza los problemas y necesidades de
las Instituciones y criticando, en ocasiones, la gestión económica
del Gobierno, lo que generó problemas entre los JJ. EE. MM. con
el Jefe del Estado Mayor Conjunto y de éste con el Ministro de
Defensa.
Por lo anterior y sintiéndose el Gobierno en una posición políti-
ca fuerte, sorprendió al ámbito castrense, llamándolos a retiro sin
aviso previo y sin explicaciones.
Este golpe de autoridad del Presidente en su calidad de Coman-
dante en Jefe de las FF. AA., fue un llamado de atención y una
advertencia a los Altos Mandos sobre quién ejercía la autoridad.
c. Asumió la cartera de Defensa un civil ajeno a los problemas e
inquietudes castrenses, Raúl Borras. Esta medida se interpretó
como desconfianza del Gobierno hacia militares en actividad o
en retiro mejor capacitados para desempeñar estas funciones.
132

d. El General de Ejército que se desempeñaba como Jefe del Es-


tado Mayor Conjunto (E. M. C. ) fue reemplazado por un Briga-
dier de la Fuerza Aérea, por lo que el Ejército perdió así su
precedencia en la dirección de las FF. AA. Lo anterior con la
intención de aumentar más aún el quiebre vertical que existía en
las Instituciones como producto de la derrota de las Malvinas.
Así, el Gobierno hizo valer su factor de poder y sometió a su su-
bordinación a la Institución más conflictiva en el aspecto político
y de fuerza.
e. Durante los primeros meses de 1985, se procedió a la disolución
del ler. CE., con sede en Buenos Aires, medida que veladamente
persiguió alejar del Gobierno Central a una gran Unidad de Ba-
talla que, por ubicación, constituía en sí un problema de presión
militar hacia el Gobernante, al ser a su vez una de las Unidades
más poderosas del Ejército Argentino.
f. La cantidad de ciudadanos incorporados a cumplir con su S. M. O.
se vio paulatinamente reducida con. el correr del tiempo; es así
como de un total cercano a los 70. 000 hombres que tenía el Ejér-
cito en 1984, se redujo al llegar a 1988 a sólo 27. 000, lo que equi-
vale a un 61, 5% menos.
g. Lo que inicialmente constituyó un Proyecto de Ley de Defensa
y que con fecha 14. ABR. 988 se constituyó en Ley Nacional, fue
otro de los elementos vitales que usó el Gobierno tendiente a con-
trolar las Instituciones Armadas argentinas.
En lo esencial, este cuerpo legal contempla lo siguiente:
Determina que compete al Presidente de la Nación la dirección
de la Defensa Nacional y la conducción de las FF. AA. y que el
Ministerio de Defensa actuará como órgano de trabajo, ejercien-
do la Secretaría el funcionario designado para tal efecto.
Por su parte, el Estado Mayor Conjunto será el órgano de trabajo
del Comité Militar, cuya Secretaría ejercerá el Jefe de dicho Es-
tado Mayor y su misión será la de asesorar en la conducción mi-
litar de la guerra.
Los Comandantes de los Comandos Estratégicos Operacionales
Conjuntos, Específicos o Combinados y los Comandos Territoria-
les serán designados por el Presidente de la Nación.
Dependerán a efecto de planeamiento y adiestramiento del Mi-
nisterio de Defensa a través del E. M. C. de las FF. AA. y del Pre-
sidente de la Nación en caso de conflicto armado.
En caso de conflicto, el Presidente de la Nación podrá establecer
TT. OO., delimitando las correspondientes áreas geográficas y
será él quien apruebe los planes de movilización necesarios para
133

adecuar los recursos de la Defensa Nacional, con la aprobación


del Congreso.
Esta ley de Defensa dejó a los Comandantes Militares muy res-
tringidos en sus atribuciones, ya que dependerán, para los efectos
de planeamiento y adiestramiento de sus fuerzas, del Ministro
de Defensa, el cual es un civil.
h. Respecto de los Servicios de Inteligencia se aplicaron reformas
estructurales de importancia, suprimiendo servicios y en general
los hicieron depender del poder político. Se crearon los propios
Servicios de Seguridad, confiables al gobierno y dependientes del
Ministerio del Interior.
i. El Consejo Nacional de Seguridad fue reemplazado por uno con
escasa participación del poder militar, el cual integra el Presiden-
te de la Nación y los Ministros de Estado. Sin embargo, y como
producto de los hechos terroristas de "La Tablada" la participa-
ción militar en este Consejo se vio aumentada.

2. —De carácter judicial.

a. Los juicios se materializaron en torno a quienes tuvieron parti-


cipación en la guerra contra la subversión, hecho en el cual la
mayor parte de los involucrados correspondía a personal del Ejér-
cito.
Se iniciaron juicios orales públicos a los integrantes de las ex
Juntas Militares con gran publicidad y comentarios periodísticos
y de particulares sobre quienes fueron las autoridades de la Na-
ción. Este aspecto en sí tuvo dos consideraciones: una fue dejar
claramente establecido que el poder político está sobre el militar
y lo juzgó públicamente, y el otro, atraer la atención de la ciu-
dadanía sobre este juicio, publicitado masivamente por todos los
medios de comunicación social de Gobierno, distrayéndola del gra-
ve problema socio-económico que vivía el país.
b. El llamado a prestar declaraciones de Oficiales en actividad,
ante el jurado que conoció del proceso a ex miembros de las Jun-
tas Militares, causó profundo malestar en los Oficiales Jefes y
así fue representado en innumerables oportunidades a los res-
pectivos Jefes de Estado Mayor Institucionales.
3. —De carácter presupuestario.
a. De un presupuesto aprobado de US$ 3. 870. 590. 000 igual al del
año 1983, se produjo inicialmente una restricción de un 3, 8%,
que posteriormente alcanzó a un 12%, situación que obligó a co-
mienzos del año 1985 a un licenciamiento masivo de contingente
ante la imposibilidad de poder ser alimentado y al hecho inédito
de suspensión de provisiones del Ejército, por mora en sus pagos
a los proveedores.
134

La difícil situación económica de las FF. AA., con malos sueldos


y dificultades en sus ajustes, sumado a la falta de medios para la
instrucción, además de su desprestigio, hizo disminuir notable-
mente las postulaciones de ingreso a los Institutos de Formación
de las FF. AA., hasta el punto que hubo escaso número de aspi-
rantes.
Como consecuencia del estado financiero por el que atravesó el
Ejército argentino, éste se vio afectado en lo siguiente:
—Los horarios de trabajo se redujeron, ya que en todos los Cuer-
pos del Ejército se estableció una jornada de 08. 00 a 14. 00
horas.
—Se mantuvieron los turnos especiales de vacaciones invernales
durante el mes de junio en porcentajes de un 50% de personal,
especialmente en las Unidades extremas.
—Durante el año 1984 y principios de 1985, la instrucción para
el personal de Oficiales y Cuadro Permanente se vio reducida
al mínimo, llegando a realizar cursos por correspondencia; a
partir del mes de marzo de 1985 se han vuelto en forma pau-
latina a impartir cursos de requisitos en las Escuelas de Ar-
mas, pero en forma muy lenta. La instrucción del contingente
ha tendido a normalizarse, acorde a los escasos recursos que
la Institución posee.
b. Aún cuando no ha existido una reducción de los sueldos y sa-
larios del personal de las FF. AA. en forma abierta, esto ha sido
controlado y materializado mediante la no reajustabilidad de
acuerdo al alza del costo de la vida imperante, provocándoles una
disminución de su poder adquisitivo, que ha tenido sus efectos
gravitantes en la propia Institución, por cuanto el personal ha
debido buscar y ejercer una actividad paralela en la vida civil, a
fin de poder sobrevivir.
4. —De carácter psicológico.
a. Los efectos que han tenido en las Instituciones las diversas me-
didas políticas aplicadas durante los años de ejercicio en el poder
del Presidente Alfonsín han sido de trascendencia, afectando mo-
ralmente a sus integrantes y por ende a la estructura institucio-
nal. Lo anterior motivó el retiro de un porcentaje importante de
Oficiales y personal de Suboficiales en sus grados bajos, por la
falta de instrucción a raíz de la falta de medios, produciéndose
una desmotivación profesional.
El descontento de los Oficiales se ha visto reflejado por numero-
sas publicaciones atribuidas a ellos en la prensa argentina, en las
cuales manifiestan, entre otros tópicos, lo siguiente:
—Que Argentina se está convirtiendo en un gigantesco santuario
regional para la subversión internacional.
135

—Cuestionan al Gobierno y sobre todo a la cúpula militar.


—Que el Ejército argentino, desde el punto de vista formal y ofi-
cial, se encuentra reducido a una vida puramente vegetativa y
que el espíritu militar, apreciado en cuanto a moral de combate
y de lucha, se encuentra quebrado.
—Que es creciente el malestar y disconformidad del Ejército mo-
tivado por la agresión de que es objeto y por la pasividad con
que se observa en las jerarquías superiores.
—Caos y desorden en sistema logístico y financiero.
b. Durante los seis años de gobierno, éste se ha encargado del des-
prestigio de las FF. AA. ante la civilidad, haciendo uso de los di-
versos medios de comunicación social, fundamentalmente de aque-
llos bajo control del gobierno; este aspecto fue uno de los factores
considerados en el levantamiento militar encabezado por el Co-
ronel Mohamed Alí Seineldín.
Aun cuando no directamente, la política aplicada por el Gobier-
no hacia las FF. AA. en materia de cumplimiento de compromi-
sos contraídos por éste, se ha visto alterado; en forma indirecta
se ha hecho sentir como consecuencia de dos factores.
En primer lugar a través de la reducción presupuestaria de De-
fensa asignada, lo que ha afectado a cada una de las Institucio-
nes en sus compromisos, hecho que ha quedado demostrado, por
ejemplo, en el atraso de pago hacia los proveedores permanentes
de la Institución.
Los compromisos contraídos por las Instituciones durante el pe-
ríodo previo al mandato del Presidente Alfonsín han seguido
cancelándose de acuerdo a las políticas económicas imperantes;
sin embargo, como el Presupuesto de Defensa ha disminuido, el
saldo que queda para las Instituciones es cada vez más reducido,
llegando incluso a afectar los pagos de sueldos de la propia fuer-
za, a un licenciamiento prematuro de contingente, al alargamien-
to de feriados y permisos y, lo que es más grave, a la adopción
de jornadas de trabajo reducidas.
En segundo lugar, la crítica situación económica por la que atra-
viesa el país constituye un elemento importante que indudable-
mente también afecta los gastos que deben efectuar periódica-
mente las Instituciones para su funcionamiento en forma normal.
B. —EXPERIENCIAS DE LA TRANSICION DE GOBIERNO MILITAR
AL GOBIERNO CIVIL EN URUGUAY.
El Gobierno uruguayo que tenía en su contra el resultado del ple-
biscito de 1980 tuvo el mérito de no perder de su control el avance a
una democracia, que si bien establecida no de acuerdo a su modelo ori-
ginario, sino de acuerdo al de los políticos tradicionales, era la meta
ineludible de todo el proceso.
136

En 1982 el Gobierno dictó la ley que regulaba la actividad de los


partidos políticos, manteniendo la proscripción de aquellos que formaban
parte en 1973 del Frente Amplio de Izquierda, cuyas vinculaciones a la
subversión eran más que evidentes.
El segundo paso político dado por el Gobierno fue permitir la re-
novación de las directivas de los partidos políticos autorizados, y con
ello su adecuación a la nueva legalidad.
Fijados con claridad dentro de la ley cuales eran los interlocuto-
res válidos, el Gobierno entró en la negociación propiamente tal.
Para tal efecto se designó por parte de las FF. AA. una "Comisión
de Asuntos Políticos", la cual en comunión con el Gobierno convocó a
los dirigentes políticos a un diálogo.
En junio de 1983 el Gobierno propuso a sus interlocutores un cro-
nograma político de retorno a la democracia que contemplaba eleccio-
nes presidenciales en noviembre de 1984 y el traspaso del poder al nue-
vo Presidente en marzo de 1985. Los partidos concurrentes se opusie-
ron y el diálogo quedó suspendido.
Las elecciones presidenciales se efectuaron en noviembre de 1984
y el traspaso del poder en marzo de 1985, manteniéndose firme el cro-
nograma.
Antes de las elecciones de noviembre de 1984 el Gobierno reinició
las conversaciones con los partidos políticos, llegándose a conformar lo
que se llamó el "Acuerdo del Club Naval", en donde junto con ratificarse
la participación de los partidos políticos en las elecciones, se establecieron
los roles que jugarían en el futuro las FF. AA., así como los mecanismos
de preservación de la paz interna del país, en el afán de no permitir el
regreso del terrorismo.
En marzo de 1985 la transición negociada había concluido, asumiendo
el poder el líder del partido Colorado, José María Sanguinetti.
En la búsqueda del control absoluto sobre las Instituciones de las
FF. AA., los ascensos de Oficiales de las FF. AA. fueron aprobados en el
Congreso desde los grados de Teniente Coronel a Generales y Almiran-
tes. En abril de 1988 el debate para ascender 51 Oficiales de TCL. a
CRL. de las FF. AA., duró 60 días.
Prácticamente junto con la asunción de la Presidencia de José Ma-
ría Sanguinetti, los siguientes organismos consultivos del gobierno mi-
litar fueron disueltos:

1. El Consejo de la Nación: que reunía al Consejo de Estado y al


Cuerpo de Generales y Almirantes.
2. El Consejo de Estado: integrado por personalidades de la vida
pública uruguaya, nombrados por el Presidente de la República.
3. La Comisión Militar de Asuntos Políticos (COMASPO) integra-
do por Generales, Almirantes y Brigadieres del Aire, más los
correspondientes asesores legales y letrados, nombrados por D/S.
del Gobierno Militar.

4. El Consejo Nacional de Seguridad (CONASE): formado en


1976.
137

En consecuencia, las autoridades que integraban estos organismos


dejaron de tener participación en las funciones de Gobierno o de aseso-
ría directa, dedicándose al cumplimiento de sus funciones específicas.
Con respecto a los Organismos de Seguridad, a partir del 1º de
marzo de 1985, fecha de asunción del Gobierno civil, éste ha tratado
por todos los medios que la opinión pública deje de preocuparse del tema
de los Organismos de Seguridad del Estado, ya que aún reconociendo
la necesaria existencia de éstos, ha reiterado la decisión de reestructu-
rarlos, adecuándolos a la exigencia de cumplir funciones legalmente ba-
jo modalidad de gobierno democrático.
No obstante, hasta la fecha continúan existiendo en forma muy si-
milar a la que tuvieron durante el régimen militar, con la diferencia
que todos los organismos del Ministerio del Interior y de la Policía cam-
biaron sus autoridades militares por civiles de la confianza del gobierno.
La actual Dirección Nacional de Informaciones e Inteligencia (D.
N. I. I. ) se mantiene bajo la dependencia directa del Ministro del In-
terior, y cumple funciones que corresponden en Chile a la Policía de
Investigaciones.
En el área de las FF. AA., la estructura de sus organismos se man-
tiene, salvo el caso del Servicio de Informacción de Defensa (SIDE)
que pasó a denominarse Servicio de Informaciones de las FF. AA. (SI-
FA) y posteriormente Dirección General de Informaciones de Defensa,
quedando con sus funciones y orgánica específicas.
Es empleado también por el propio Gobierno como asesor de In-
teligencia a nivel nacional.
El Organismo de Operativos Antisubversivos (OCOA) que depen-
día del Ejército y que estaba integrado por personal de las tres Ins-
tituciones de las FF. AA., dejó de funcionar como tal, a partir del 1º.
MAR. 985.
Después del rechazo al proceso institucional plebiscitado en no-
viembre de 1980, permanentemente los médicos militares fueron cues-
tionados en el Colegio Médico de Uruguay y marginados de la docencia
universitaria, por su presunta participación contra la guerrilla urbana
y por tomar parte integral en las Constituciones de las FF. AA.
Las siguientes medidas concretas fueron adoptadas para minimizar
el rol de las FF. AA.
1. Las reformas a la Ley Orgánica Militar Nº 10. 050 de 18. SEP.
1941 tuvo varias alternativas, entre las que figuran la Ley Nº
14. 157, del 21. FEB. 1947; la promulgada por el Consejo de Es-
tado el 20. NOV. 1984 y finalmente aquella que elaboró una Co-
misión Especial el 28. AGO. 1987, introduciendo variantes impor-
tantes a lo establecido durante el Gobierno Militar y cuyo tema
fue bandera de lucha en las campañas políticas para las eleccio-
nes de Presidente y Congresales.
El articulado de la ley permitirá que paulatinamente los Oficiales
Generales que actuaron en el Gobierno Militar, dejen sus puestos
a la generación ascendida durante el período del Gobierno cons-
titucional, porque se dispuso que cada dos años deban pasar for-
zosamente a retiro dos Generales de Ejército, un Contraalmiran-
te y un Brigadier de la Fuerza Aérea (a excepción de los que
se desempeñan como Comandantes en Jefe).
138

También incluyó la reducción de vacantes de ingreso a las Es-


cuelas Matrices de las FF. AA.
El 31. AGO. 1987, el Senador del Partido Colorado Manuel Flo-
res Silva entregó al Ministro de Defensa un proyecto para in-
cluirlo en el articulado de la mencionada Ley Orgánica y referi-
do a la formación democrática de las FF. AA.
En los aspectos más destacados dicha iniciativa preveía la sus-
titución del antiguo mecanismo formativo organizado en torno
a la ex ESEDENA y actual Centro de Altos Estudios Militares
(CAEM) por una Escuela de Formación Democrática Militar
(EFODEMI), abocada a brindar cursos de Oficiales en el te-
rreno de las relaciones de las FF. AA. y el sistema democrático
republicano del Gobierno. Los cursos desarrollados en este Ins-
tituto constituyeron requisitos previos para la aprobación del as-
censo conferido por el Ejecutivo.
Considera, además, un Consejo de Formación Democrático Mili-
tar, encargado de los programas de estudios para futuros Ofi-
ciales de las Escuelas Matrices y en EFODEMI y en materias
que no fuesen estrictamente técnico-militares.
El Consejo lo conforman las siguientes personas:
a) Representantes del Ministerio de Educación y Cultura.
b) Fiscal de Corte.
c) Secretario de la Presidencia de la República.
El Consejo tiene facultades para consultar sobre la materia al
Presidente de la Asamblea General, al Presidente de la Suprema
Corte de Justicia y al Decano de la Facultad de Derecho.
Establece la eliminación de los conceptos vinculados a la doctri-
na de Seguridad Nacional en todos los Institutos y Organizacio-
nes de las FF. AA., incluso hasta en los Liceos Militares.
El concepto de Seguridad Nacional que permitía la formación de
los educandos sin perder de vista la comunidad uruguaya, los fi-
nes éticos y materiales dentro de una "conciencia de Seguridad
Nacional", es una previsión que se sustituye por la formación en
los valores de la defensa de la Patria y de sus sistemas demo-
cráticos republicanos de gobierno según el mismo está consagra-
do en la Constitución de la República.
Otras enmiendas alcanzan al estudio para modificar la legis-
lación de manera que ésta asegure "una mayor funcionalidad
de las Fuerzas Armadas en consonancia con el espíritu republi-
cano democrático del Gobierno".
2. Existe el imperativo de disminuir los efectivos del Ejército de
20. 000 a la cantidad de 17. 000, situación que se materializaría en
el transcurso del año 1989.
139

En Uruguay no existe el Servicio Militar Obligatorio, por lo cual


las fuerzas están constituidas con personal a contrata.
3. Como elemento catalizador para la futura selección de Cadetes
a las Escuelas Matrices de Oficiales de las Fuerzas Armadas,
funcionaban 4 Liceos Militares durante el régimen militar, sien-
do el principal de ellos el Liceo Militar "General Artigas", en
Montevideo.
A partir del 01. MAR. 985, han sido eliminados los tres que fun-
cionaban en el interior del país, aduciéndose situaciones presu-
puestarias. Queda en consecuencia el de la capital, Montevideo.
En diciembre de 1987, la Escuela Militar suspendió los ingresos
y reestructuraba sus programas para "mejorar el nivel de egre-
sados".
4. La Ley Orgánica Militar dispuso que los miembros de las FF.
A A. en retiro quedaban sujetos a la jurisdicción militar hasta 4
años después de su paso a dicha condición.
En octubre de 1987 la Corte Suprema de Justicia se pronunció
respecto a la actuación de los militares en política.
Ante la reclamación presentada por el TGL. (R) Pedro J. Aranco,
el máximo tribunal uruguayo declaró insconstitucional la dispo-
sición por la cual los militares no podían realizar actividades po-
líticas por un período de cuatro años después de acogerse a re-
tiro. El General Aranco había sido amonestado por el Ministro
de Defensa junto con 16 Oficiales Generales por una declaración
de carácter político.
5. Recuperaron su legalidad el Movimiento de Liberación Nacional
"Tupamaros" (MLN-T), que fue tenazmente combatido por el
régimen militar y se solicitó a la Corte Electoral su reconocimien-
to como partido político y la habilitación de su nombre como le-
ma electoral; el Partido Comunista, el "Movimiento 26 de Marzo"
(M-26), Partido por "La Victoria del Pueblo" (PVP), quienes
también participaron activamente en la lucha subversiva.
La Ley de Amnistía promulgada en los primeros días del Gobier-
no Civil tuvo especial influencia en la reorganización de estas or-
ganizaciones terroristas y ahora actúan libremente en el cam-
po político y entregan periódicas declaraciones a la prensa y ór-
ganos de comunicación social.

6. En el Club Naval y en el Acto Institucional Nº 19, del 03.


AGO. 1984, fue cuando se produjo el acuerdo final del tema de
más trascendencia para los militares uruguayos.
Dicha jurisdicción militar quedó limitada a los delitos militares
y equiparados en tiempo de paz, a los militares y civiles en tiem-
po de guerra y se podrá extender a los civiles durante la vigencia
140

del estado de insurrección. Al declararse este último estado, de


acuerdo con lo previsto en la disposición transitoria "B", se podrá
determinar que durante su vigencia quedarán sometidos a la ju-
risdicción militar, hasta la conclusión de la causa, los delitos de
esa Nación.
Los delitos comunes cometidos por militares en tiempo de paz,
cualquiera sea el lugar donde se cometan, estarán sometidos a la
justicia ordinaria.
7. El 16. ABR. 989, se llevó a efecto el referéndum que ratificó
por un 53% aproximadamente la llamada "Ley de Caducidad de
la Pretensión Punitiva del Estado", aprobada en diciembre de
1986 por el Parlamento Uruguayo y al año de asumir el Presi-
dente José M. Sanguinetti.
8. En junio de 1988, como consecuencia del proyecto de aumento
de sueldos que remitió el Ejecutivo en un 10, 8% para las FF. AA.
al Congreso, se produjo una polémica de trascendencia, y para-
lelo a ello se reiniciaron los ataques a los uniformados.
9. En la Cámara de Senadores, el 28. AGO. 1988, se acusó cons-
titucionalmente al Ministro de Defensa, TGL. Hugo Medina,
aunque sin éxito, pero los alegatos duraron 2 días por diversas
declaraciones y doctrinas que el Frente Amplio pretende eliminar.
10. En la Cámara de Representantes, después de un día de polé-
micas discusiones, se aprueba el 26. OCT. 1988 la participación de
la Armada Uruguaya en la Operación UNITAS.
11. El 15. JUN. 988, se iniciaron ciclos de conferencias del Centro
de Estudios Estratégicos del Uruguay (CEUD) con el tema "In-
troducción al concepto de Estrategia en el marco de las Relacio-
nes Internacionales", la que terminó con una reunión organizada
por "la Organización de Militares por la Democracia, la Integra-
ción y Liberación de América Latina y el Caribe" (OMIDELAC),
liderado por Oficiales marxistas retirados.
Todo apuntado a terminar con las "dictaduras militares" o "regí-
menes", combatir al "imperialismo yanqui" y otras medidas en
relación al esquema marxista.
12. Elementos disociantes lo constituyeron las declaraciones de Ofi-
ciales en retiro que fueron explotadas por la prensa, como el ca-
so del TCL. (R) José Gavazzo, quien declaró que sus acciones se
realizaron por orden de los mandos y en consecuencia "toda in-
formación referente a operaciones de combate no puede ser re-
velada por el suscrito". Hubo reacción solidaria de parte de sus
camaradas de armas y de personas vinculadas con las FF. AA.
13. Declaraciones del líder del Partido Blanco Wilson Ferreira,
definiendo la posición de su partido en el sentido que los uni-
formados que violaron los derechos humanos serán procesados y
condenados (NOV. 1987).
141

C—COMO CONCLUSION PRELIMINAR PODEMOS DETERMINAR


LO SIGUIENTE:
1. No obstante que las Fuerzas Armadas Uruguayas durante el Go-
bierno militar lograron neutralizar a las organizaciones subver-
sivas, llevando tranquilidad al país para iniciar el camino de la
transición, los partidos políticos de oposición no lo consideraron
como una justificación para no imponer una legislación que alte-
rase la Organización, Doctrina, Programa, Sistemas, etc., en las
Instituciones de las Fuerzas Armadas, con el firme propósito de
mantener un estricto control sobre sus Mandos, Oficiales y Per-
sonal y someterlos definitivamente a lo que se ha dado en llamar
el "Poder Civil".
2. En la forma como se efectuó la transición del Gobierno militar
al civil, radica la gran diferencia con el proceso nacional, cuya
institucionalización fue lograda con el respaldo abrumador de la
ciudadanía en marzo de 1980, al aprobar la nueva Constitución
redactada por el Gobierno Militar; en cambio, en Uruguay la pro-
puesta para enmendar la Constitución de 1966 fue rechazada y
el Gobierno no tuvo otra opción que entrar de lleno a negociar la
transición sometiéndose en mucho a los partidos políticos uru-
guayos.
3. Aunque los gobiernos civiles rechazan los organismos de Segu-
ridad, en el caso de Uruguay se puede concluir que el gobierno
está consciente que el Estado no puede prescindir de éstos, aún
cuando la oposición izquierdista presione para que desarticulen
lo que denominan "aparato represivo de las dictaduras", como
internacionalmente presentan a todos los elementos de Seguri-
dad.
4. Desde antes del acto eleccionario de noviembre de 1984, y con
posterioridad a la asunción del gobierno civil, tanto los candi-
datos de entonces como los electos en el poder Ejecutivo y Le-
gislativo, han expresado públicamente su abierta oposición al
concepto de Seguridad Nacional, al que se le ha tratado como
"Doctrina de las Dictaduras" o "Terrorismo de Estado" para
apropiarse y mantenerse en el poder.
Este desconocimiento absoluto de los conceptos en la civilidad,
incluso en hombres que hoy tienen la responsabilidad de condu-
cir el país, hace muy difícil que en el Uruguay de hoy y a fu-
turo llegue a oficializarse una doctrina de "Seguridad Nacional,
estimándose que en el mejor de los casos y aunque erróneamen-
te se le acepte como "Doctrina de Defensa Nacional", la que
quedaría solamente en el ámbito castrense.
La equivocada aplicación del concepto puede, incluso, traer con-
secuencias graves en el desarrollo político, económico y social de
ese Estado.
142

5. Las medidas adoptadas por el gobierno de Sanguinetti que


libraron el accionar de las organizaciones terroristas y subver-
sivas, dejando el campo abierto incluso hasta pretender el re-
conocimiento como partido político, sin duda han influido en que
la respuesta del pueblo uruguayo en el referéndum del 16. ABR.
989, esté vinculada a la creciente percepción del peligro latente
que significa el extremismo marxista.
La neutralización de estos movimientos logrados durante el go-
bierno militar uruguayo, el esfuerzo y sacrificio humano mili-
tar, fue desbaratado con la adopción de tal medida.
6. El resultado del referéndum del 16. ABR. 989, entre otras opi-
niones fue la respuesta de la mayoría del pueblo uruguayo que
eligió la estabilidad de su democracia de cuatro años, decidiendo
a no arriesgarse a incitar a las FF. AA. o reabrir heridas de hace
dos décadas, cuando la insurgencia guerrillera izquierdista dio
pie al régimen militar.
Analizadas las transiciones en Argentina y Uruguay, las que caben
dentro de la Ciencia Política como "Transición por Colapso del Régimen"
o "Transición Rupturista", la primera y "Transición Negociada", la se-
gunda, es del todo conveniente definir cuál es el tipo de Transición que
se lleva a cabo en Chile.
D. —EXPERIENCIAS DE LA TRANSICION DEL GOBIERNO MILITAR
AL GOBIERNO CIVIL EN CHILE.
El tema de la transición política en nuestro país ha sido recurrente
al debate político, pero lamentablemente poco tratado en estudios ana-
líticos, con énfasis en lo comparativo, para lograr una tipificación de las
transiciones.
Se da el caso que muchos políticos, al referirse a un fenómeno de
transición, tienden a asimilarlo con otros países, sin considerar para
nada las particulares circunstancias históricas que rodean el proceso.
De ahí es que nacen no pocos afanes imitativos, como si se tratara de
un molde político internacional y generalizado, aplicable a cualquier ex-
periencia y en cualquier tiempo.
La Transición Institucionalizada, que es la que se lleva a cabo en
nuestro país, "corresponde a gobiernos no tradicionales, que interrum-
piendo por poderosas razones una continuidad institucional se siente
en la obligación de establecer un nuevo orden de cosas de carácter de-
finitivo, de modo que no vuelva a repetirse la crisis institucional que los
llevó a intervenir". (10)
Para lo anterior se debe superar el período de emergencia, siendo
su meta final la edificación de un modelo político-institucional, para lo
cual viene un largo período de transición en que el modelo instituciona-
lizado empieza a conjugarse con la realidad del país.

10. —Benavente Urbina, Andrés. "La Transición Política": Aproximaciones de


una clasificación teórica a partir del estudio de casos. Revista Política N° 7,
1985, Instituto de Ciencias Políticas, U. de Chile, pág. 40.
143

Una vez cumplidas ciertas condiciones y plazos fijados por el pro-


pio gobierno, sin intervención de los opositores, comienza a funcionar
ese modelo institucional sin el apoyo del gobierno que le dio el origen.
En el caso de Chile, en 1980 el régimen militar culmina un período
de aberración de la institucionalización política y la somete a un vere-
dicto popular con lo cual se aprueba la Constitución y con ello las con-
diciones y plazos dentro de los cuales se llegará a la etapa de plena de-
mocracia.
Si en verdad en Chile hubiese una "dictadura", como ha llegado a
sostenerse para desvalorar la gestión del gobierno de las FF. AA., ni
siquiera hubiese sido posible imaginar las próximas elecciones (DIC.
1989) por los canales establecidos por la Constitución de 1980.
El comienzo de restauración de la identidad nacional, que se inició
el 11 de septiembre de 1973, requería que la Constitución Política de la
República, es decir, la norma fundamental que había de regir nuestra
convivencia en libertad, superara los vicios que habían llevado a sobre-
pasarla en el pasado.
Al mismo tiempo, la nueva Constitución Política requería dos as-
pectos fundamentales: Su expresión plena de nuestra tradición y va-
lores nacionales y ser capaz de ajustarse a las exigencias de una socie-
dad moderna y cada día más tecnificada.
En este entendido, se estudió y aprobó la Constitución Política de
la República que nos rige desde el 11 de marzo de 1981.
El 11 de marzo de 1989, S. E. el Presidente de la República anun-
ció al país la intención del Supremo Gobierno de considerar la posibili-
dad de modificar la Carta Fundamental partiendo de la base que una
eventual reforma debía darse, entre otros límites, bajo las siguientes pre-
misas:
1. La reafirmación del rol profesional de las Fuerzas Armadas y
la clara conciencia de que su nueva función de garantizar el or-
den institucional de la República, que corresponde a la función de
seguridad en los modernos Estados, exige asegurar su plena in-
dependencia de los dictados y vaivenes del poder político.
2. El respeto al mecanismo de modificación establecido por la pro-
pia Carta Fundamental. En nuestro caso, la aprobación de la H.
Junta de Gobierno y, posteriormente, de la ciudadanía a través
de un plebiscito convocado por el Presidente de la República.
3. Debía respetarse lo sustancial de la preceptividad de la Carta
Fundamental que se refiere a los principios y valores en que se
sustenta la sociedad de que se trata y al ideal de derecho de con-
vivencia que la caracteriza.
4. Debía mantenerse inalterable la esencia de los derechos básicos
de la persona, que son anteriores y superiores al Estado, y que,
por lo mismo, no pueden verse expuestos a los dictados de mayo-
rías ocasionales.
En este contexto, los requisitos exigidos por el Jefe del Estado pa-
ra materializar tal reforma, y que se refería al necesario consenso entre
los sectores políticos democráticos del país, debía ajustarse a los mar-
cos ya señalados.
144

Ahora bien, las razones específicas que llevaron a estudiar la po-


sibilidad de modificar la Carta Fundamental fueron las siguientes:
1. La imprescindible necesidad de fortalecerla frente a las debilida-
des y vacíos que toda obra humana va mostrando con el transcur-
so del tiempo.
2. El imperativo de afirmar y asegurar ciertas instituciones con-
templadas en la Constitución y de cuyo correcto funcionamiento
depende, en gran medida, la supervivencia y estabilidad de la
futura democracia.
3. La importancia de legitimarla aún más, mediante un segundo
pronunciamiento popular favorable.
4. La exigencia de impedir que algunos sectores pudiesen desman-
telar la Carta Fundamental utilizando, incluso, la necesidad de
reformarla como plataforma electoral para obtener apoyo ciuda-
dano (similar al caso de Uruguay).
Los aspectos más sustanciales que comprendió la Reforma Consti-
tucional y que para este análisis cobran especial interés, son los si-
guientes:

1. —Normas sobre Estatuto y carrera profesional de las Fuerzas


Armadas y Carabineros.

Para asegurar la estabilidad e independencia de los miembros de


las Fuerzas Armadas y Carabineros, la reforma dispone que los nom-
bramientos, ascensos y retiros de los Oficiales de las Fuerzas Armadas
y Carabineros se efectuarán por Decreto Supremo, de conformidad con
lo que señale la Ley Orgánica Constitucional que deberá regular estas
materias.
Asimismo, las normas básicas sobre la carrera profesional, incor-
poración a las plantas, previsión, antigüedad, mando, sucesión de man-
do y presupuesto de las Fuerzas Armadas y Carabineros deben ser re-
guladas por la Ley Orgánica Constitucional la que, como se ha expresado,
requiere de un quórum superior al de la ley común para su modifica-
ción (4/7 de los diputados y senadores en ejercicio).
Con ello se impide que mayorías ocasionales, actuando en el Con-
greso Nacional, puedan afectar a las Fuerzas Armadas con el propósi-
to de anularlas o manipularlas.

2. —Composición del Consejo de Seguridad Nacional.


Se incorpora al Contralor General de la República como miembro
de COSENA, además de los que ya contemplaba la Constitución.
Así se asegura que, además de los poderes Ejecutivo, Legislativo y
Judicial —que son los tradicionales—, el poder Contralor, que ha adqui-
rido gran importancia en el Estado moderno, también tenga represen-
tación en este importante órgano asesor del Presidente de la República.
145

3. —Acuerdos y funciones del COSENA.


La reforma eleva a rango constitucional el principio que fuera es-
tablecido en el Reglamento del COSENA, publicado en el Diario Oficial
de 11 de mayo de 1988, en el sentido que los acuerdos se adoptarán por
la mayoría absoluta de sus miembros en ejercicio con derecho a voto.
Por otra parte, la atribución de "representar" a cualquiera autori-
dad establecido por la Constitución, su opinión frente a algún hecho, ac-
to o materia que, a su juicio, atente gravemente contra las bases de la
institucionalidad o pueda comprometer la seguridad nacional, se reem-
plaza por la de "hacer presente" su opinión frente a tales hechos, pero
respecto de autoridades determinadas y precisas que son:

—El Presidente de la República;


—El Congreso Nacional, y
—El Tribunal Constitucional.
No existe, por tanto, mayor diferencia entre "representar" y "hacer
presente" sino que lo sustancial del cambio se refiere a las determinadas
autoridades que pueden ser destinatarias de la opinión del C O S E N A . ,
Pese a existir diferencias marcadas entre los tipos de transiciones
de Argentina, Uruguay y Chile, ya analizadas brevemente, ¿cabe la
posibilidad de que el futuro gobierno civil en nuestro país actúe en for-
ma similar contra las FF. AA. y de Orden?
Para dilucidar esta interrogante basta con analizar el "Programa
Político Institucional de la Concertación de los 17 Partidos por la De-
mocracia" publicada por el Diario "La Epoca", el 16 y 17 de febrero
de 1989.
Si como resultado de las elecciones presidenciales y parlamentarias
a realizarse el 14 de diciembre de 1989, la oposición se constituye en
gobierno a partir del 11 de marzo de 1990, lo más probable es que se
intente reproducir en uno u otro grado lo señalado en las transiciones
en Argentina y Uruguay. Los objetivos principales serían, en nuestro
caso, las FF. AA.
Algunas de las medidas a adoptar que fueron anunciadas por la opo-
sición en el matutino señalado contemplan los siguientes aspectos:
1. "Los tribunales militares conocerán sólo de los delitos estric-
tamente militares, cometidos por militares... ".
Sustraen a la justicia militar los delitos que cometan civiles con-
tra las FF. AA. y sus miembros, derivándolos a tribunales civiles,
cuya imparcialidad, en algunos casos, es cuando menos dudosa,
por aplicación de criterios mas bien políticos.
2. "Deberá asegurarse el establecimiento de la verdad y la apli-
cación de la justicia en los casos de violaciones de los derechos
humanos que hayan ocurrido en los últimos quince años... nin-
guna ley de amnistía será obstáculo para la investigación y san-
ción por violaciones de los derechos humanos. Todo lo dicho en
este párrafo será especialmente tenido en cuenta y aplicado en
los casos de detenidos-desaparecidos y ejecutados sin proceso... ".
146

Es más que obvio que estos conceptos están dirigidos directa-


mente contra el personal de las FF. AA. o civiles a sus servicios,
omitiéndose con cuidado la mención de delitos cometidos por per-
sonas u organismos terroristas.
3. "Corresponderá al gobierno y a los demás órganos del Estado
y a la sociedad, elaborar un concepto democrático de la Seguri-
dad de Estado... La Seguridad del Estado... deberá partir de la
defensa del régimen democrático y de los derechos humanos...
La Seguridad del Estado tiene como principal garante al pueblo.
Las FF. AA. tienen un papel profesional importante pero no ex-
clusivo. El rol de la defensa de las instituciones corresponde a to-
das las autoridades políticas... Por lo tanto, debe derogarse el
Art. 90, inciso 2°, de la Constitución de 1980 y deben reformarse
las atribuciones del Consejo de Seguridad Nacional".
El inciso 2º del artículo constitucional mencionado señala: "Las
Fuerzas Armadas están integradas sólo por el Ejército, la Arma-
da y la Fuerza Aérea, existen para la defensa de la patria, son
esenciales para la seguridad nacional y garantizan el orden ins-
titucional de la República".
La sola lectura de lo señalado deja en claro que se pretende evi-
tar que las FF. AA. puedan por sí mismas, de acuerdo a un man-
dato constitucional, impedir, como ocurrió el 11. SEP. 973, que el
país sea arrastrado a un colapso institucional. Si la legislación
anterior a 1973 hubiese contemplado los conceptos que anota la
Concertación Opositora, las FF. AA. deberían haber esperado que
el entonces Presidente de la República les hubiera dado la orden
de intervenir.
4. "Reformar la ley de control de armas, entregando el juzga-
miento de esos delitos a tribunales ordinarios y a sus procedi-
mientos, y la fiscalización de ellos a Carabineros e Investigacio-
nes".
La intención resulta obvia si se tiene en cuenta que ha sido esta
ley la que ha permitido a las FF. AA. y de Orden controlar los
brotes de terrorismo o descubrir intentos subversivos. La tenen-
cia de armas o elementos calificados como "prohibidos" por este
cuerpo legal pasa a ser tan sólo un delito común, en circunstan-
cias que, por regla general, ellas han sido halladas en poder de
grupos extremistas. Si se aplicaran estos conceptos en el caso de
la internación de armamento, munición y explosivos en grandes
cantidades por el Norte de Chile (Carrizal) y otros lugares de la
costa chilena, habría sido posible que sus autores se hubieran so-
metido a tribunales civiles. En el fondo, se trata de restar poder
a las FF. AA.
5. "Derogar la actual Ley Antiterrorista... otorgando a los tri-
bunales ordinarios atribuciones suficientes para prevenir y san-
cionar estos delitos... Deberán tipificarse las conductas terro-
ristas, entre las cuales deben contemplarse las formas de terro-
rismo de Estado, que la actual ley deja impune... ".
147

Si nos atenemos a la defensa que la oposición ha hecho de per-


sonas acusadas de realizar actos de terrorismo, como asimismo
el amparo dado a estos sujetos, su calificación de "delitos polí-
ticos", como asimismo la calificación de "terrorismo de Estado" o
cualquiera acción que busque la represión de organizaciones terro-
ristas o de personas que realicen actos terroristas, por parte del
Estado, especialmente sus FF. AA., Carabineros y Policía de In-
vestigaciones, resulta obvio que se intenta minimizar la acción
de represión e investigación de este tipo de delitos, tanto antes
de su comisión como después de ejecutarlos. No debe olvidarse
que Salvador Allende otorgó un indulto a elementos del MIR, por
sus acciones terroristas y subversivas, calificando a sus miembros
como "jóvenes idealistas".

6. "Reforma del Cuerpo de Carabineros, reforzando su carácter


de policía profesional, no militarizada y dependiente del Ministe-
rio del Interior".
"Restablecimiento de la Policía de Investigaciones del Ministerio
del Interior... ".
Se trata aquí de lograr un control de parte de la autoridad civil,
para su empleo conforme a orientaciones políticas, como ocurrió
hasta el 11 de septiembre de 1973. Le resultaría más fácil al go-
bierno crear antagonismos entre estas instituciones policiales y
las FF. AA., considerando que el objetivo es impedir que las FF.
AA. constituyan un garante del mantenimiento de la institucio-
nalidad establecida.
7. "Supresión de la actual Procuraduría General de la República
y creación de la institución del Defensor del Pueblo".
Apenas encubierta está la intención de crear una especie de "tri-
bunales populares", concepto netamente marxista. No es fácil
imaginar lo que una organización semejante podría hacer en el
caso de procesos judiciales contra miembros de las FF. AA.
8. "Es preciso acortar las distancias que en materia de conoci-
miento y entrenamiento científico y tecnológico, y aprovisiona-
miento... de armamento moderno, sufre Chile... así como me-
jorar e incrementar el conocimiento de las realidades internacio-
nales.
"Esta modernización exige proveer los recursos... la magni-
tud de estos recursos deberá estar acorde con los objetivos del
modelo de desarrollo nacional que tiende a satisfacer las necesi-
dades básicas de la población. Además, es imprescindible una re-
visión de ciertas asignaciones actuales al rubro de defensa (Ley
Nº 13. 196, del cobre)"...
La intención global de la oposición es evidente, similar a lo ocu-
rrido en Uruguay y en especial en Argentina: minimizar cuanti-
tativa y cualitativamente a las FF. AA., otorgándole recursos só-
lo para su supervivencia. Lo más probable es que la disminución
148

de recursos obligue a las instituciones armadas a jibarizarse, des-


truyendo el equilibrio necesario entre dotación de personal y equi-
pamiento. Debe considerarse que la acción militar en situaciones
de crisis interna no requiere equipamiento sofisticado, como es
el caso de un conflicto bélico externo, de modo que la real inten-
ción queda fácilmente al descubierto: disminuir la fuerza y poten-
cial de las FF. AA. para asumir un rol significativo de defensa
de la institucionalidad.
9. Señala el texto que para realizar este proceso se pondrá énfa-
sis en:
a. "Una reducción... del personal militar., asociado con un
Plan Nacional de Empleo y con el diseño de la organización
militar que tiende a crecer más cualitativa que cuantitativa-
mente; "
El texto no requiere mayor análisis sobre lo que se pretende.
El hecho de señalarse que "la resignación de los recursos des-
tinados a personal... " es " . . . en beneficio de operaciones y
del aprovisionamiento de tecnologías y sistemas de armamen-
t o . . . " no oculta que se quiere reducir el tamaño de las FF. AA.
a un nivel que las haga ineficaces para el control de situa-
ciones críticas internas.
b. "Una mejor inter-operatividad de las ramas de la defensa en
sus distintos niveles, la que se debería perfeccionar a nivel:
1) Del Estado Mayor de la Defensa Nacional y la Planifica-
ción Estratégica de largo plazo.
2) De los Teatros de Operaciones a través de ejercicios con-
juntos.
3) De una política de aprovisionamiento —nacional e inter-
nacional— de armamento con visión inter-institucional
global. "
El párrafo resulta curioso, dado que involucra concepciones
que caen de lleno dentro del ámbito que le es propio a las mis-
mas instituciones de la Defensa Nacional.
Además, lleva a recordar que en Argentina fue suprimido el
cargo de Comandante en Jefe, siendo reemplazado por el de
Jefe de Estado Mayor de la Institución correspondiente, que-
dando aquél en la persona del Presidente de la República.
c. "Una industria militar racionalizada en torno a una Corpo-
ración Nacional de Industrias Militares, autónomas, mixtas
con mayoría estatal... "
De esta forma, el control de fabricación de equipo y armamen-
to nacional estaría bajo la tutela del Gobierno".
149

10. En torno a la relación civil-militar, el programa señala en lo


conceptual:
" . . . El Ejecutivo, Parlamento y la civilidad deben involucrarse
en la formulación de la política de defensa. Las FF. AA. subor-
dinadas al poder político... obedientes deben integrarse al Esta-
do a través del Ejecutivo y con la ciudadanía a través del Parla-
mento. Un supuesto básico respecto a la política de Defensa es la
dirección y conducción civil de la política militar. Al Presidente
de la República, Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas y el Par-
lamento en su función legisladora, le corresponderá proveer los
recursos necesarios para la Defensa Nacional, así como disponer
los nombramientos, ascensos y retiro de los Oficiales Jefes y Su-
periores dentro de las FF. AA.; delimitar los márgenes perma-
nentes extrainstitucionales, y desarrollar formas estables de in-
tegración civil militar... ".

Resulta obvio que la Concertación de los 17 partidos por la De-


mocracia desean tener un total control sobre las FF. AA. insis-
tiendo sobre su carácter de subordinadas al poder político y obe-
dientes; en tal sentido, es claro que desean que las FF. AA. con-
sideren su obligación más para el gobierno de turno que para la
Constitución Política del Estado. El hecho de que señalen el que
sea el elemento civil quien dirija y conduzca la política militar es
revelador. Más evidente se hace dicha situación —y de sumo pe-
ligrosa— con la intención de controlar los ascensos, retiros y nom-
bramientos de los Oficiales Jefes y Superiores (debe entenderse
que también se incluye a los Oficiales Generales). Esto significa
que, o los Generales, Brigadieres, Coroneles, Tenientes Coroneles
y Mayores se atienen a lo que el elemento civil político diga o ha-
ga o simplemente se les sancionará con la suspensión de los as-
censos cuando corresponda o el retiro de las filas. Si se considera
que también asumen el derecho a los "nombramientos", es más
que probable que ello abarque incluso el ingreso de Oficiales a las
FF. AA.

Para implementar lo anterior, proponen:


1. " . . . las FF. AA. deben enriquecer sus planes y programas, in-
corporando una proporción mayor de materias que informen y
analicen el devenir internacional contemporáneo... lo que
implica:

a. "Ampliación de programas en las escuelas matrices, así


como el fomento de la participación de sus miembros en
cursos afines impartidos por las Universidades y de civi-
les en las actividades institucionales. A las escuelas matri-
ces se ingresará al término de la Enseñanza Media;

b. La creación de programas conjuntos FF. AA. - Universidad


y centros de estudios especializados... ".
150

Todo este capítulo corresponde a un verdadero plan de con-


cientización de los miembros de las FF. AA., de infiltración en
los Institutos Castrenses pues no cabe duda que los civiles que
impartan esos conocimientos serán del agrado del gobierno de
turno. La intención no puede ser más evidente cuando se se-
ñala que para ingresar a las escuelas matrices ya deberá ha-
berse cursado la Enseñanza Media, pues es en esta etapa, for-
mativa del adolescente, donde se produce la más profunda
concientización.
2. " . . . las FF. AA.... junto a la participación de sus altos man-
dos en el Consejo de Defensa o de Seguridad Nacional es
conveniente su integración en órganos consultivos del Ejecuti-
vo en l a s . . . áreas de desarrollo económico y social... igual-
m e n t e . . . se deberá establecer su asesoría para estas áreas de
competencia en intendencias y gobernaciones... ".
Esto constituye un intento de involucrarlas en la responsabi-
lidad de la acción del gobierno. Se harán, de esta forma, co-
partícipes de su gestión, asumiendo las consecuencias de los
fracasos que pudieren producirse. Esta idea fue ya aplicada
en el régimen de la Unidad Popular, aunque felizmente no
logró la amplitud que deseaba y que en este proyecto se ex-
pone con toda franqueza.
Se estima como válida la hipótesis que considera que para
las fuerzas de izquierda, y muy en especial para las de ca-
rácter marxista, la instalación de un gobierno regido por la
oposición "moderada" a partir del 11. MAR. 990, con una du-
ración máxima de cuatro años, para durante ese tiempo pre-
sionarlo mediante peticiones, movilizaciones sociales, huelgas,
actividades subversivas, etc., a seguir políticas que lleven al
país a un caos económico-social, que produzca condiciones ade-
cuadas para una rebelión generalizada de la población, la in-
tención de neutralizar la capacidad de ración de las FF. AA.
y de Orden. Por lo que su Programa Político resulta eviden-
te y lógico.

El PC. y demás elementos de la izquierda chilena, al amparo


de la ingenuidad de la llamada oposición "democrática" y de
otras instituciones, busca como objetivo fundamental su re-
greso al poder, reeditando la fenecida Unidad Popular.
El mayor y principal obstáculo lo constituyen precisamente las
FF. AA. y de Orden y, siéndoles evidente su incapacidad de
enfrentarse con un razonable grado de posibilidades de éxito,
han optado por su destrucción como fuerza o, cuando menos,
llegado lo que denominan "asalto al poder", dividirlas tan pro-
fundamente como sea posible, tanto en sus relaciones inter-
institucionales como en el seno de cada institución.
La propuesta disminución de personal posiblemente vaya acom-
pañada de un incremento de las remuneraciones de los miem-
bros que permanezcan en ellas, buscando acallar inquietudes
151

e induciendo al personal a mantener actitudes de "agrado" pa-


ra con el poder civil que, como se ha señalado, busca arrogar-
se para sí la potestad de hacer nombramientos, disponer los
ascensos y los retiros, especialmente a nivel de mandos medios
y superiores en el cuadro de Oficiales.
En este sentido, se estima que la posible evolución de la si-
tuación deriva hacia condiciones muy críticas y más peli-
grosas que lo ocurrido en Argentina.
Esa es la razón por la cual S. E. el Presidente de la República hizo
en su discurso una advertencia (y no amenaza) y concluyó sus palabras
diciendo que:
"ANTE ESA PERSPECTIVA, SE HACE NECESARIO ACTUAR
EN CONCIENCIA, TENIENDO PRESENTE QUE LOS PUEBLOS
LIBRES, COMO EL NUESTRO, SON LOS UNICOS RESPONSABLES
DEL DESTINO QUE ELIGEN, TANTO PARA EL FUTURO CERCA-
NO COMO PARA LAS GENERACIONES VENIDERAS. "
"COBRA TAMBIEN IMPORTANCIA QUE LOS CHILENOS NO
OLVIDEN QUE EL ORDEN, LA TRANQUILIDAD Y EL PROGRESO
DE UN PAIS PASAN NECESARIAMENTE, POR UNA SANA ARMO-
NIA ENTRE EL EJERCICIO DE LA AUTORIDAD CIVIL Y EL RES-
PETO A LA LABOR PROFESIONAL DE LAS INSTITUCIONES
CASTRENSES. "
"EN ESE MISMO PLANO, LOS SOLDADOS DE CHILE, POR
TRADICION Y CONVICCION, REAFIRMAN SU COMPROMISO DE
SERVICIO A LA PATRIA, LO QUE NOS OBLIGA A SER RESPE-
TUOSOS Y GARANTES DEL ORDEN INSTITUCIONAL, LIBRE-
MENTE ELEGIDO POR LA VOLUNTAD POPULAR MAYORITARIA
EN 1980, Y TAMBIEN LIBREMENTE RATIFICADO EL 30 DE JU-
LIO RECIEN PASADO. " (1989)
"JUNTO A ESA PROMESA, EXIGIMOS SER RESPETADOS
AHORA Y SOBRE TODO EN EL FUTURO, Y QUIENES DETEN-
TEN EL PODER A PARTIR DEL 11 DE MARZO PROXIMO DEBE-
RAN USAR TODOS LOS RECURSOS NECESARIOS PARA GARAN-
TIZAR QUE PODEMOS CUMPLIR CON NUESTRAS FUNCIONES".
"¡PARA ELLO SIEMPRE CONTAREMOS CON LA MONOLITI-
CA UNIDAD DE LAS INSTITUCIONES ARMADAS, QUE SON LAS
MISMAS QUE EL PROXIMO 11 DE MARZO DIRAN CON HIDAL-
GUIA Y LEGITIMA SATISFACCION QUE UNA VEZ MAS HAN
CUMPLIDO CON CHILE!".
"¡LAS MISMAS QUE, ANTE UNA PATRIA AMENAZADA, NO
TITUBEARAN EN HACER USO DE SUS LEGITIMAS ATRIBUCIO-
NES!"
"¡ LAS MISMAS QUE, POR NINGUN MOTIVO, VAN A PERMI-
TIR QUE ALGUNO DE LOS SUYOS SEA VILIPENDIADO Y HU-
MILLADO POR SUS ACCIONES DESTINADAS A SALVAR A CHI-
LE!"
152

El comportamiento de muchos dirigentes políticos de los que procla-


man las virtudes de la democracia, induce a la invencible tentación de
citar al actual candidato a la Presidencia del Perú, Mario Vargas
Llosa en su historia de Mayta, editada en octubre de 1984, al referirse
al nicaragüense Ernesto Cardenal.
"Trato de continuar la conversación, pero me distraigo e intento vol-
ver a Mayta pero tampoco puedo, porque, una y otra vez, interfiere con
su imagen la del poeta Ernesto Cardenal, tal como era aquella vez
vez que vino a Lima —¿Hace 15 años?— e impresionó tanto a María.
No les he dicho que yo también fui a oírlo al Instituto Nacional de Cul-
tura y al Teatro Pardo y Aliaga y a mí también me causó una impre-
sión muy viva. Ni que siempre lamentaré haberlo oído, pues, desde en
tonces no puedo leer su poesía, que antes me gustaba. ¿No es injusto?.
¿Tiene acaso algo que ver lo uno con lo otro? Debe de tener, una ma-
nera que no puedo explicar. Pero la relación existe, pues la experimento.
Apareció disfrazado de Che Guevara y respondió, en el coloquio,
a la demagogia de unos provocadores con más demagogia todavía de
la que ellos querían oír. Hizo y dijo todo lo que hacía falta para merecer
la aprobación y el aplauso de los más recalcitrantes: No había ninguna
diferencia entre el Reino de Dios y la Sociedad Comunista; la Iglesia
se había hecho una puta, pero gracias a la revolución volvería a ser
pura como lo estaba volviendo hacer en Cuba; el Vaticano, cueva de
capitalistas que siempre había defendido a los poderosos, era ahora sir-
viente del Pentágono; el partido único en Cuba y la URSS, significaba
que la elite servía de fermento a la masa, exactamente, como quería
Cristo que hiciera la Iglesia con el pueblo; era inmoral hablar contra
los campos de trabajos forzados de la URSS, porque acaso ¿se podía
creer la propaganda capitalista? Y el golpe de teatro final, flameando
las manos desde; esa tribuna denunciaba al mundo que el reciente ci-
clón en el lago de Nicaragua era el resultado de unos experimentos ba-
lísticos norteamericanos... Aún conservo viva la impresión de insince-
ridad a histrionismo que me dio. Desde entonces evito conocer a los es-
critores que me gustan para que no me pase con ellos lo que con el
poeta Cardenal, al que, cada vez que intento leer, del texto mismo
se levanta, como un ácido que lo degrada, el recuerdo del hombre que
lo escribió". (11)

Sin embargo, no es de extrañar que esto ocurra toda vez que ya en


1947, un ex-Presidente de la República manifestaba su desazón frente al
desquiciamiento de las actividades políticas, al plantear que: "En el fon-
do, el partidismo es una forma de crisis moral: ambiciones incontenidas,
ansias de beneficios o figuración personal, sentido de clan que se ayuda
y acomoda... " y agrega: "Al revés, hay que desconocer el mérito ¡y
aplastar al que se destaque, pues resulta incómodo para los que hacen
de la política una pequeña profesión que los saca del anonimato y del
fracaso, que los libra del esfuerzo serio, del estudio y del trabajo" (12)

11. —Citado en la Obra "El Sentido de la Democracia", de la Corporación de


Estudios Nacionales, Stgo., Chile, 1986, p. 7 y 8.
12. —Frei Montalva, Eduardo: "Política y Espíritu". (Años 2, número 20). Re-
publicado en la Revista Vigilia, año I, Volumen I. Nº 2. Santiago, Chile,
junio de 1977, p. 58.
153

Por eso, lo que el Comandante en Jefe del Ejército hizo fue "lla-
mar la atención sobre dichas desviaciones, por cuanto algunos preten-
den, hoy en día, reeditar las mismas prácticas cuyos resultados tanto da-
ño hicieron al país"... Lo hace, "pues desgraciadamente a veces se
pretende hacer olvidar una realidad que puede haber sido para Chile
definitivamente trágica". (13)
La armonía y el equilibrio entre el futuro gobierno y las FF. AA.
y de Orden sólo podrán ser adecuados si hay capacidad de velar anti-
cipadamente para que tanto el nuevo gobierno como las FF. AA. se
mantengan dentro de su esfera de atribuciones y responsabilidades.
El país necesita de un creciente desarrollo económico y social, ta-
rea que requiere de la participación de todos. Pero también debe ase-
gurar sus fronteras y su libre evolución interna, función que es propia,
asimismo, de la nación entera. Cabe a las FF. AA. y de Orden respon-
sabilidades y participación tanto en el desarrollo como en la seguridad
y estabilidad del país. Definir estos alcances es obligación de todo go-
bierno, y el 23 de agosto de 1989, fecha en que el Comandante en Jefe
del Ejército pronunció su discurso, lo hizo también en su calidad de
Presidente Constitucional de la República de Chile.

13. —Pinochet Ugarte, Augusto: "Política, Politiquería y Demagogia". Editorial


Renacimiento, Santiago, Chile, 1983, pág. 10.
ECONOMIA DE DEFENSA, POLITICAS ECONOMICAS
Y LOGISTICA MILITAR
MARIO ARCE GIULIUCCI
Teniente Coronel (E. M. )

A. — ASPECTOS GENERALES ser inalcanzable e importaría —en


el hecho— un insuficiente grado de
seguridad para el mantenimiento
L potencial bélico de las FF. de la Soberanía Nacional.
E AA. de un país está en ínti-
ma relación con la capaci-
dad que éste posea para mantener
La única forma de prever lo an-
terior es mediante una adecuada po-
lítica de asignación de recursos al
y desarrollar un aparato de guerra campo de acción bélico, a fin de
adecuado a las necesidades de Se- mantener en equilibrio su capaci-
guridad del Estado. dad potencial.
Para determinar tales necesida- Bien sabemos, sin embargo, que
des es preciso ponderar una serie para lograr satisfacer las necesida-
de factores, entre los cuales desta- des bélicas, un país debe considerar
can el escenario, el clima y el po- diversos factores de orden econó-
tencial del adversario; siendo este mico interno, sin los cuales la tarea
último el de mayor importancia to- resulta difícil de materializarla.
da vez que —de acuerdo a la actual Consecuentemente es imperioso
proliferación de modernos siste- agregar a esta mezcla de factores
mas, de armas— elementos como el dos de ellos que son:
escenario y clima han ido bajando
proporcionalmente su trascenden- a. —Capacidad de Producción,
cia, a lo que se agrega su valor per- b. —Equilibrio entre Desarrollo
manente, en cuanto a que son fac- y Seguridad.
tores de alta invariabilidad.
El potencial bélico del adversa- En el afán de dilucidar tan com-
rio, en cambio, es un elemento de plejas y disímiles materias, la eco-
constantes altibajos, pero cuya ten- nomía de Defensa juega un papel
dencia normal es de crecimiento. trascendental en la formulación de
En la búsqueda de un adecuado las políticas adecuadas; de allí la
equilibrio de potenciales, cada país natural importancia que adquiere
debe estar atento a impedir que el su estudio y aplicación, en el más
adversario logre un considerable alto nivel de la conducción política
distanciamiento, que podría llegar a del Estado.
155

B. — ECONOMIA DE DEFENSA —Amplitud de un Concepto.


Con esta definición se pretende
—Definición. ampliar el concepto de Economía
de Defensa hasta asociarlo con las
políticas macro-económicas que el
Entendemos la Economía de De- Estado aplique para abordar la pro-
fensa como aquella parte de la po- blemática de Desarrollo y Seguri-
lítica económica de una nación, des- dad, incluida la asignación de pre-
tinada a proveer a las FF. AA. de supuestos para las FF. AA.; la
los recursos humanos y materiales Economía de Defensa no es pues,
adecuados para enfrentar las ame- un elemento meramente filosófico
nazas de su seguridad interna y ex- de la estructura económica de un
terna, mediante una planificada es- país, sino que debe constituir un
tructura económica de paz que per- factor dinámico, práctico y realis-
mita además su rápida readecua- ta en el más amplio sentido de la
ción para la guerra. palabra.
156

—Generación de la Economía de 3. —Flexibilidad de las Estructu-


Defensa. ras Productivas.
El objetivo nacional está fijado Lo anterior tiene por objeto
por la propia nación en virtud de permitir que la Industria Na-
sus postulados básicos. cional pueda adecuarse en for-
La Economía es un medio para ma oportuna a una situación
alcanzar dicho objetivo y como tal de guerra interna o externa, a
está a su servicio. La dinámica de fin de apoyar el esfuerzo béli-
las relaciones comerciales implica co, a la vez que mantener en
hoy por hoy una constante reade- buen nivel la producción y sus
cuación de las políticas macro-eco- compromisos con los mercados
nómicas con el objeto de estar al externos.
día en las variables de un proceso
extremadamente sensible que reper-
cute en las fuentes de producción C— ETAPAS DE DESARROLLO
y en los mercados, en forma casi DE LA ECONOMIA DE DEFENSA
instantánea.
La Economía de Defensa se ge- Conociendo entonces el concepto
nera en el campo político-estratégi- que encierra la Economía de De-
co de la conducción, desde donde en fensa y el ámbito donde se genera,
estrecha relación con la Economía es posible ahora abocarse a la ta-
de Desarrollo, formula las políticas rea de estudiar las diferentes eta-
económicas en materia de Defensa. pas que contemplan su desarrollo.

—Elementos Constitutivos de la 1. —Preparación de la Economía de


Economía de Defensa. Defensa.
1. —Asignación de Recursos al Es la etapa que abarca todo el
Campo de Acción Bélico. período de paz e incluye facto-
res tales como:
Aspecto básico que implica la
necesidad de ponderar factores —Formulación de políticas.
tales como: —Asignación de recursos hu-
manos y materiales.
a) Potencial del adversario. —Incremento del potencial.
—Planificación de la Movili-
b) Incremento armónico del zación Nacional.
Potencial Militar. —Desarrollo de la Industria
Militar.
c) Equilibrio adecuado entre
Desarrollo y Seguridad. 2. —Aplicación de la Economía de
Defensa.
d) Capacidad productiva del
Estado-Nación. Sus alcances se confunden con
la etapa de preparación, ya que
2. —Políticas de Desarrollo de la la Economía de Defensa co-
Industria Bélica. mienza a ser aplicada durante
la paz y continúa durante el
Fomentar la Industria Militar período de guerra y post-gue-
dentro de los esquemas produc- rra, en consecuencia bien vale
tivos y de competencia con subdividir esta etapa en tres
mercados externos. capítulos que son:
157

a. —Durante la Paz. b. —Durante la Guerra.


Período donde se destacan La Economía debe sufrir
los aspectos que dicen re- transformaciones impor-
lación con; tantes derivadas de:
—Desarrollo armónico del
elemento bélico. -La aplicación de una
Economía de Guerra que
—Aplicación de las políti- implica:
cas Económicas de De-
fensa en cuanto a entre- . Restricción y priori-
ga oportuna de los re- dades en la produc-
cursos. ción.
158

. Aporte de la indus- D. — PAPEL DE LAS FF. AA. EN


tria en cuanto a re- LA FORMULACION DE LAS
cursos humanos que POLITICAS DE ECONOMIA
deberán movilizarse. DE DEFENSA
. Procurar mantener la
producción y cum- La Constitución de 1980 consa-
plir con los compro- gra a las FF. AA. un importante
misos externos. rol en la proposición, control y de-
sarrollo de las políticas guberna-
. Incorporar a la pobla- mentales en relación a la Econo-
ción pasiva a las ta- mía de Defensa, mediante la crea-
reas productivas. ción del Consejo de Seguridad Na-
cional, organismo que al más alto
—Mantener el potencial nivel tiene la misión de represen-
bélico. tar al gobernante las necesidades
. Funcionamiento prio- que genera la seguridad del país y
ritario de la Industria las orientaciones que debe otorgar-
Militar. se el sistema macro-económico pa-
ra satisfacerlas.
. Adquisición de ele- La función del Consejo de Segu-
mentos bélicos en el ridad Nacional contenida en el Ar-
exterior. tículo 96 de la Constitución, dice
relación con la asesoría que este or-
c. —Durante el período de Post- ganismo debe prestar al Presidente
Guerra. de la República en esta materia. De-
be, además, hacer presente su opi-
Este espacio de tiempo nión frente a hechos o actos que a
que debe ser lo más breve su juicio atenten gravemente con-
posible, contempla las ac- tra las bases de la Institucionali-
tividades que devolverán dad e informar respecto a las ma-
al Estado su ritmo econó- terias de ley destinadas a fijar las
mico normal. Fuerzas de Aire, Mar y Tierra que
Lo anterior depende lógi- han de mantenerse tanto en tiem-
camente del resultado que po de paz como de guerra.
se haya obtenido durante El Presidente del Senado y de la
el conflicto, lo que redun- Corte Suprema, además de los Co-
dará en un mayor o me- mandantes en Jefe de las Institu-
nor esfuerzo para lograr ciones de las FF. AA. y de Orden
los normales niveles de asumen de esta manera la respon-
producción y status econó- sabilidad de representar oportuna
micos del país. y objetivamente al Presidente de la
Aquí se destacan algunos República y a otros organismos del
elementos tales como: Estado, los planteamientos técnicos
y políticos que conlleven a asegu-
—Reincorporación de la rar la obtención de los objetivos es-
fuerza laboral movili- tratégicos fijados, mediante la im-
zada. plementación de un aparato de Se-
guridad adecuado a las necesidades,
—Reposición del material que permita enfrentar al adversa-
bélico deteriorado a fin rio con éxito, o bien disuadirlo de
de asegurar la consoli- emprender una empresa bélica en
dación de los objetivos contra de los propios intereses na-
alcanzados. cionales y de soberanía.
159

E. — LA LOGISTICA MILITAR tado pone a disposición de las FF.


AA. para el cumplimiento de su mi-
sión y de continuar todo un proce-
A partir de la entrega de recur- so generado a partir de las políti-
sos humanos y materiales y a base cas económicas de defensa adopta-
de una bien aplicada política de Se- das por el Estado.
guridad, el campo de acción bélico Optimizar tales recursos hasta
a través de las FF. AA. debe po- obtener de ellos su máxima eficien-
ner en funcionamiento todo un sis- cia constituye la labor fundamen-
tema preconcebido para lograr el tal del logista, que en el afán de
más acabado y rentable empleo de buscar su mejor empleo debe pla-
tales recursos. nificar detalladamente las activida-
De este modo la logística militar des y aplicar el criterio adecuado
como rama de la conducción militar para satisfacer las necesidades de
tiene la tarea de administrar con- vida y de combate de las tropas en
venientemente los medios que el Es- forma efectiva y oportuna.
¿HACIA UN REORDENAMIENTO DEL MAPA
GEOPOLITICO DE SUDAMERICA?
RENE MEZA LARENAS
Mayor (E. M. )
Profesor de Geopolítica, graduado en
Relaciones Internacionales, U. de Chile.

I. GENERALIDADES

as últimas décadas de la historia política, económica y militar de


L Sudamérica nos entrega un vasto campo para explorar los efec-
tos que diferentes acontecimientos han tenido en el comportamien-
to geopolítico de las naciones de esta región del planeta. La dinámica de
ciertos hechos recientes ha tenido fuerte impacto en el desarrollo, esta-
tus internacional y prestigio modificando sus posturas, atenuando beli-
gerancias o simplemente derrumbando el potencial de muchos Estados.
Nuestra hipótesis de trabajo es que durante el último quinquenio
se ha producido un evidente retrotraimiento de las situaciones de ten-
sión entre los países de Sudamérica, lo que ha traído al parecer, un redi-
seño en el mapa geopolítico del subcontinente. Estamos interesados en
investigar cual sería la causa de este efecto, lo cual podría servirnos a
futuro para estudiar y pronosticar nuevos ciclos de tensión. Una multi-
plicidad de situaciones se nos presentan a priori como posibles causas, a
saber:
1. El arribo de nuevas y débiles democracias.
2. Una crisis económica generalizada, salvo excepciones.
3. Mutuas acciones de disuasión.
4. Influencia de potencias extrarregionales, OO. II. o transnacionales.
5. La distensión aparente Este - Oeste.
6. La acción de las Iglesias Católicas de cada país y la Diplomacia
Vaticana.
7. El agotamiento de los "halcones".
8. Desinterés de la Opinión Pública.
9. Influencia de grupos partidistas y/o de presión.
10. Acciones personales de los gobernantes.
11. La necesidad de cooperación interestatal, etc.
161

Un estudio exhaustivo del tema nos debería llevar a analizar en par-


ticular cada posible causa a la que se le podría agregar un sinnúmero
de variables propias. Sin caer en el error del simplismo, centraremos
nuestra atención en cómo ciertas situaciones han afectado el Poder Na-
cional de algunos países sudamericanos, pues es claro que ese Poder al
estar conformado por recursos y hechos de diferente índole, permite o
limita los alcances de un Proyecto Geopolítico; para ello nos serviremos
del profesor Hans Morgenthau que en su libro "Política entre Nacio-
nes", determina como elementos del Poder Nacional: la ubicación geo-
gráfica del país y las relaciones espaciales y sus recursos naturales, su
capacidad industrial (y por extensión su capacidad financiera), su capa-
cidad militar, su población, su carácter nacional en cuanto a virtudes, vi-
cios y espíritu; su moral nacional identificable por las reacciones de la
opinión pública en tiempos de crisis, la calidad de su diplomacia y la ca-
lidad del Gobierno.

II. EL TRAGICO DESTINO DEL PODER NACIONAL DE


"LOS GRANDES DE SUDAMERICA"

Hace no mucho tiempo hablábamos del milagro brasileño, del boom del
petróleo venezolano, del poder militar argentino, del renacer de las de-
mocracias, etc. El tiempo ha pasado y los brillantes ejemplos de 5 años
atrás se han desvanecido, hoy más que recuerdo son casos de preocupa-
ción para observadores, inversionistas y políticos, muchos hablan de "la
década perdida", curiosamente dentro del oscuro panorama —y sin pe-
car de chauvinista— Chile aparece entre las escasas excepciones, pues
su situación política, económica y social está en evidente progreso, y sus
resultados no podrían ser desconocidos por ningún analista objetivo.
Examinemos brevemente los vaivenes del Poder Nacional, en algu-
nos países; nos referiremos específicamente a Brasil, Argentina, Perú,
Bolivia, Colombia y Venezuela.
Respecto de Brasil, podemos expresar que su tradicional papel de
potencia regional se ha visto desfigurado en el último tiempo, su rol de
iluminador de conceptos geopolíticos es hoy difuso, la idea de las fronte-
ras vivas de Backheuser, el sentido de potencia continental entregado por
Mario Travassos, la planificación geopolítica —notable a no dudarlo—
de Golbery Couto e Silva y los proyectos de desarrollo de Meira Mattos
se han ido lentamente esfumando. Hoy vemos a esta gran nación desgas-
tada en conflictos internos, con enormes tensiones sociales, descohesión
y una grave situación macroeconómica; los resultados son violencia, huel-
gas, inflación, déficit público altísimo, 120. 000 millones de dólares de deu-
da externa, planes económicos fracasados y rebrote del marxismo (20%
del electorado), no se puede hablar de una crisis total o caos generalizado,
pero sí de un cuadro negativo con serio impacto en el Poder Nacional.
Hay áreas que entregan esperanzas de un mejor porvenir, así Brasil si-
gue siendo potencialmente riquísimo en recursos naturales, su diplomacia
es reconocida por su eficiencia, su profesionalismo y preparación militar
es notable, como así mismo la industria bélica; sin embargo la dudosa
calidad del gobierno ha tenido un peso enorme en la conducción de los
intereses nacionales con repercusiones gravísimas en la moral colectiva,
en la capacidad industrial y financiera del país.
162

Traslademos nuestra atención a Argentina, país prolífico en estudio-


sos de la geopolítica, con natural atracción por los temas del Pacífico,
Antártica, Patagonia y Malvinas, entre otros.
No cabe duda que el acceso de Alfonsín al poder significó un serio
traspié al desarrollo de las ideas expansionistas y belicistas de Tos princi-
pales exponentes de la geopolítica argentina, este paréntesis político los
habría volcado temporalmente al estudio de la problemática doméstica.
El cambio de giro en la conducción política sumado a una economía
colapsada, el desprestigio castrense, el descontento ciudadano y la vuelta
del peronismo conforman un cuadro cuyos componentes se mueven en-
tre la anarquía y la esperanza. Quizás el ciclo declinante de la nación ar-
gentina se encuentra próximo a tocar fondo y es posible que permanez-
ca allí todavía un tiempo, los efectos de este hecho en el Poder Nacional
son difíciles de cuantificar con exactitud, cualquiera estimación puede
quedar corta.
Dentro de este marco es destacable que las Fuerzas Armadas ha-
yan luchado y logrado un cierto espacio en el escenario político, han cau-
telado seriamente los objetivos de los programas nucleares y continua-
rán ampliando su capacidad de acción en la nueva administración pero-
nista. No sería equivocado suponer que las FF. AA. argentinas supera-
rán con mayor rapidez que el resto de la sociedad el bajo ciclo nacional
y que en los próximos años recuperarán buena parte del control del po-
der, ello por la natural vitalidad y capacidad que muestran los organis-
mos militares en las épocas de crisis.
En cuanto al Perú se puede afirmar con certeza que el descalabro
político, social y económico ha atentado frontalmente contra la supervi-
vencia misma del Estado, fuerzas al parecer incontrolables han dañado
profundamente al país. El propio ex-presidente peruano Morales Bermú-
dez declaró que el país se enfrentaba a un caos generalizado, quizás como
ninguno, el pueblo peruano ha recibido el mayor impacto de la crisis.
La hiperinflación, el aislamiento de la comunidad financiera internacio-
nal, la aguda escasez de alimentos, la ausencia de reservas, la violencia
guerrillera y el narcotráfico son las características principales de la si-
tuación. El aprismo por su parte ha mostrado en su relación con los
países del continente su vocación americanista, lo cual ha sido un factor
importante en la disminución de las tensiones y desconfianzas con sus
vecinos, lamentablemente esta excelente condición no pudo o no se supo
aprovechar en beneficio del desarrollo interno.
El Poder Nacional del Perú está severamente afectado en términos
de moral nacional, capacidad financiera, cohesión interna, productividad,
prestigio y capacidad militar, la reactivación de esta maquinaria será
lenta pues el daño es profundo. Las lacras del terrorismo guerrillero. y el
narcotráfico merecen un tratamiento distinto, pues sus motivaciones son
diferentes, el conjunto se acerca entonces al caos citado por Morales Ber-
múdez y de él no es fácil salir, así las cosas, pensar por ahora en pro-
yectos geopolíticos peruanos de significación es casi utópico.
En la parte septentrional de Sudamérica analizaremos la situación
de Venezuela y Colombia.
Venezuela, según términos del ex-presidente Herrera Campins es una
nación del Caribe, Andina, Atlántica y Amazónica (toda una definición
geopolítica), su ubicación geográfica respecto a los centros de atracción
mundial y principales vías de comunicación es privilegiada, mostró un
163

desarrollo económico vertiginoso mientras los precios del petróleo estu-


vieron altos, se ha hecho oir también por sus problemas territoriales,
presenta por una parte demandas en Guyana, más precisamente por la
zona occidente del río Esequibo y diferencias menores con Surinam y la
Guyana Francesa, siendo más severo el diferendo con Colombia por la
Península de la Guajira y las aguas del Golfo de Venezuela.
El Poder Nacional venezolano debería ser uno de los menos afecta-
dos en la región, a pesar de las serias dificultades económicas y las con-
secuencias sociales observadas, sin embargo presenta una notable esta-
bilidad política, la comunidad financiera internacional muestra confian-
za en el país, ha reestructurado su deuda externa y está diversificando
su industria; en suma, trata de volver a poner los pies en la tierra, pues
sabe que el boom petrolero no se repetirá.
Las Fuerzas Armadas venezolanas cuentan con moderno equipamien-
to, pero su valor cualitativo es difícil de apreciar, no es un país con tra-
dición militar y las instituciones castrenses no se han visto sometidas a
presiones graves de orden externo o seguridad interior, la carrera de las
armas en la escala social tiene poca significación, pese a ello se trata
de organismos cohesionados, disciplinados y profesionales, las últimas tres
décadas Venezuela ha estado exenta de toda participación militar en la
vida política.
Colombia es todo un paradigma en el contexto sudamericano, don-
de se mezclan la anarquía y el progreso, la guerra y la paz. Su economía
en términos generales marcha bien en medio de un verdadero conflicto
civil, su política exterior inteligente la ha llevado a mantener buenas re-
laciones con EE. UU., es miembro no permanente del Consejo de Seguri-
dad de Naciones Unidas y cumple un papel relevante en el Grupo de los
Ocho (que en realidad son siete). Sin embargo, nada de esto puede ser
positivo al no existir armonía entre los diversos actores sociales, así su
vida se ha visto conmovida desde hace varias décadas por la presencia
de poderosas organizaciones guerrilleras asociadas al narcotráfico, los se-
cuestros y asesinatos de personajes públicos entregan una visión negati-
va del país, la administración pública, la justicia y las FF. AA. no se vi-
sualizan preparadas para enfrentar en sus respectivos ámbitos esta con-
tingencia. Los golpes de la guerrilla a las fuerzas militares han sido
fuertes y se ha debido reequiparlas en diversos aspectos. La violencia es
casi un mal endémico del país y no ha sido posible erradicarla pese a múl-
tiples intentos gubernamentales; la lacra del narcotráfico que invade ca-
si todos los estratos del cuerpo social dificulta aún más la búsqueda de
la paz interna. Ante este cuadro no cabe más que concluir que Colombia
se encuentra entrampada en una situación a la cual no se le ven salidas
claras, salvo —y al igual que en Perú— se obtuviera el aniquilamiento
de la guerrilla extirpando las causas que la originan y eliminando o neu-
tralizando a sus agentes.
En la circunstancia actual el Poder Nacional de Colombia es reduci-
do en términos de cohesión interna, capacidad militar y moral nacional,
ello la limita considerablemente en sus intentos de lograr una mejor po-
sición respecto de Venezuela, para enfrentar el asunto fronterizo con el
vecino país, aún cuando ese asunto puede perfectamente constituir un
factor de unión nacional.
En el centro de la América del Sur, Bolivia vive un proceso casi des-
conocido en su historia, una estabilidad política e indicadores económi-
cos positivos caracterizan hoy a ese país, no obstante una cierta eferves-
164

cencía social se manifiesta en sectores obreros, campesinos y estudianti-


les, producto de las correcciones implantadas a la economía por Paz Es-
tenssoro, no cabe duda que el sucesor en el Gobierno seguirá en esta sen-
da, pues se ha logrado reordenar las finanzas bolivianas. Puede suponer-
se con base que el país altiplánico estaría superando sus tradicionales
males y en especial se encuentra en el camino correcto para vencer su re-
traso económico. EE. UU. ha apoyado este proceso, incluso en el campo
del tráfico de cocaína, enviando medios materiales y tropas especiales
para combatirlo, ha ejercido también fuerte influencia para depurar cier-
tos niveles de autoridad de la presión del narcotráfico.
Bolivia, país habitualmente postergado en el concierto de naciones
americanas, puede tener hoy motivos para creer en el progreso, las nuevas
ideas incluso podrían alcanzar a los eternos reivindicacionistas del mar y
hacerles meditar que su estrategia respecto a Chile ha sido un constante
fracaso, lo cual indica que se han empleado caminos y recursos equivoca-
dos.
A modo de conclusión sobre el Poder Nacional de los países analiza-
dos, podríamos expresar que desde un punto de vista global Brasil, Argen-
tina y Colombia se encuentran con su Poder Nacional estancado, el de
Perú es declinante y sólo Venezuela y Bolivia muestran signos de avan-
ce en él. Pese a que en algunos casos su Poder es francamente malo, las
naciones no recogen toda iniciativa geopolítica, es esta la materia que re-
visaremos a continuación.

III. RETORSIONES RECIENTES EN SUDAMERICA

En determinadas oportunidades de la vida internacional, los Esta-


dos o los Organismos Internacionales de carácter regional o interestatal
pueden ordenar el uso de determinadas medidas de carácter coercitivo
que no implicando actos de guerra, pueden contribuir a obligar a un país
a que cese en determinadas medidas que pueden ser calificadas de injus-
tas o ilegales internacionalmente.
Entre estos medios tenemos la retorsión, las represalias, el boicot,
el embargo, la ruptura de relaciones diplomáticas y el bloqueo pacífico.
La retorsión constituye la respuesta contra actos que, pudiendo ser
realizados legalmente por un Estado, son la evidencia de un sentimiento
inamistoso o colocan a los súbditos de un Estado en una situación de in-
ferioridad material o moral respecto de los otros.
Generalmente se realizan las retorsiones para responder a actitudes
hostiles u ofensivas de parte de otro Estado, un ejemplo clásico de caso
de retorsión sería un alza de tarifas aduaneras por parte de un país en
contra de los productos de otro.
Los países de Sudamérica no han estado ajenos a múltiples retorsio-
nes mutuamente ejercidas y apenas percibidas por las opiniones públi-
cas nacionales, muchas de ellas se llevan a cabo en un plano de estricta
reserva diplomática, otras veces por sus implicancias afloran y son cono-
cidas, en el plano militar estos hechos también ocurren, muchas veces se
traducen en sobrevuelos sobre zonas fronterizas, navegación en aguas in-
teriores, incursiones de reconocimiento terrestre, detención de miembros
de FF. AA., etc.
Examinemos algunos casos observados en la región, especialmente
de aquellos con efectos sobre Chile:
165

Argentina, en conocimiento que en puertos chilenos se abastecía una


nave que efectuaba viajes a las Islas Malvinas, reacciona adelantando un
puesto de Gendarmería en la frontera común dentro de los límites so-
beranos de nuestro país, ello provoca una protesta de nuestra Cancillería.
Perú también ha ejercido sutiles retorsiones contra nuestro país, cu-
riosamente el elemento responsable ha sido el notable desarrollo de la I.
Región que provoca una diferencia de potenciales respecto del empobre-
cido sur peruano. Arica e Iquique, Polos de Atracción de la Zona, son ori-
gen de un importante intercambio fronterizo que ha desajustado la po-
sición peruana; a fin de "ordenar" la situación, las autoridades del veci-
no país dispusieron el cierre parcial de la frontera por más de un mes.
En Bolivia, por su parte, recordaremos, se aconsejó a la población
a no adquirir productos chilenos, especialmente de consumo masivo, de
haber tenido éxito esta medida pudo haber dañado el activo comercio en-
tre ambas naciones, en esa ocasión la calidad y buenos precios de los pro-
ductos chilenos pudieron más que el intento.
La relación colombiano-venezolana no ha estado exenta de retorsio-
nes, pese al ánimo de entendimiento de ambos gobiernos, numerosas y
fuertes protestas se han intercambiado entre las Cancillerías, fuerzas de
los dos países han incursionado en la frontera, así en un enfrentamien-
to no menos de diez civiles fueron muertos por tropas venezolanas en un
confuso incidente, en el mismo Golfo de Venezuela las incursiones de uni-
dades de guerra de la marina colombiana son una demostración de retor-
siones ante el acontecer de diversos hechos ocurridos en sus relaciones.
Valga como antecedente que entre los dos países existe el "Tratado de
1939", único instrumento jurídico mutuo para resolver la cuestión fron-
teriza, éste es válido hasta 1991.
La transmisión del mando presidencial en Ecuador en que asumió
Rodrigo Borja sirvió para que se produjera un serio incidente diplomá-
tico con la presencia de la delegación peruana en Quito, sin duda el he-
cho es una muestra de los resabios de las dos guerras libradas en los úl-
timos 50 años, entre ambos países.
Como se observa, las diferencias entre las naciones sudamericanas
no sólo se dan en el plano fronterizo pudiendo ser tanto o más fuertes en
lo político y económico, cualquier pequeño hecho puede ser fuente de du-
ras respuestas de la contraparte, hechos pasados o presentes son motivo
de retorsiones, así por ejemplo Chile se retiró del fracasado Pacto Andi-
no y hasta hoy es recriminado por el hecho, entre Argentina y Bolivia
está pendiente la cancelación de más de 200 millones de dólares por con-
cepto de venta de gas boliviano al primero, hecho que afecta severamen-
te la estabilidad económica del país altiplánico, no sabemos cómo la Can-
cillería de La Paz va a reaccionar ante la no solución del asunto, quizás
veamos luego entonces una nueva retorsión para ser analizada.
En términos generales existe entre los países de la región un notorio
ánimo de distensión, antiguos adversarios hoy no lo son tanto, el empleo
de "respuestas controladas" es cada vez menor, sin embargo cualquier
pequeño incidente enciende los ánimos pues subyace un profundo naciona-
lismo inclaudicable. No hay indicios que hoy hagan suponer escaladas
bélicas mayores, pero no por eso y pese a los problemas económicos los
países continúan manteniendo en algunos casos e incrementando en otros,
sus instrumentos bélicos, los que juegan un papel central en el equilibrio
intrarregional.
166

IV. ESPACIOS GEOGRAFICOS EN LOS QUE ACTUALMENTE


EXISTEN CONVERGENCIAS DE INTERES
El mapa en Sudamérica nos muestra que existen importantes espa-
cios en que Estados Naciones manifiestan su interés, el que varía desde
meras declaraciones de intención, pasando por medidas económicas espe-
ciales que beneficien determinadas zonas, obras públicas específicas, ex-
pediciones de comisiones científicas (caso Antártica) llegando al patru-
llaje (caso mar territorial o fronteras terrestres y aéreas) o el empleo
activo de la fuerza militar.
El gráfico siguiente nos indica las áreas de interés más relevantes
en el momento actual, en que se muestran situaciones presentes y otras que
podrían surgir debido a diferentes impasses.
Destacan en especial las siguientes áreas y lugares específicos en
donde se centra el interés geográfico de las naciones:

Zonas Extracontinentales
Mar territorial en la Cuenca del Pacífico (1, 2, 3 y 4), Antártida
(5) y Malvinas (6).
Zonas Marítimas
Golfo de Venezuela (7) y límite marítimo chileno peruano (8), Is-
la Martín García Río de la Plata ( 9 ) .

Espacios Aéreos
El espacio aéreo es un nuevo sujeto en el Derecho Internacional so-
bre el cual están abiertas todo tipo de formulaciones y reclamos,
respecto a su libre uso y soberanía.

Zonas Terrestres
Frontera Colombia - Venezuela (7), Frontera Venezolana - Guyana
(10), Frontera Ecuatoriana-Peruana (11), Frontera Argentino-
Chilena (12), Frontera Chileno - Peruana (8).

Situaciones Especiales
Penetración ideológica y subversiva en Colombia, Perú, Chile y Bra-
sil, pretensiones bolivianas en el Pacífico. Presión económica y cul-
tural del Brasil sobre ciertos vecinos suyos, se constata especial in-
terés por vías de comunicación al Océano Pacífico.
Se observa que la mayor parte de los focos de tensión siguen la ca-
dena andina y se ubican de preferencia frente a la Cuenca del Pa-
cífico.
En cuanto a su grado de vigencia podríamos establecer las siguien-
tes categorías:
168

Focos. Potenciales de Conflicto


a. Los que se derivan del control de las aguas oceánicas y la explo-
tación del suelo y subsuelo marino.
b. El Continente Antártico en lo que respecta a explotación de re-
cursos minerales e hidrocarburos.
c. Demarcación de espacios terrestres como es el caso del Golfo de
Venezuela, Cordillera del Cóndor y Amazonia Ecuatoriana, Pata-
gonia chileno-argentina.
d. Pretensiones bolivianas en el Pacífico.

Focos Activos de Conflicto (se mantiene estado de beligerencia).


—Soberanía de las Islas Malvinas - Falkland.
—Guerra subversiva - ideológica.

Focos en Extinción y/o menores


—Asunto del Río Esequibo entre Venezuela y Guyana.
—Soberanía Isla Martín García (Argentina - Uruguay).
—Reivindicación peruana sobre provincias perdidas en la Guerra
del Pacífico.
Vista así la situación, se infiere que Sudamérica no es todavía un
continente de paz, por el contrario, existen numerosos temas pendientes
en lo geográfico que dificultan una relación armoniosa, a ello debe su-
marse la acción permanente y desestabilizadora de la guerrilla comunis-
ta. Por tanto resultaría apresurado anunciar una retirada generalizada
de pretensiones geográficas, ellas asoman por cualquier razón transfor-
mándose en "leit motiv" de ciertos gobiernos, el problema económico ge-
neralizado en Sudamérica sólo ha hecho bajar el tono de ciertos proyec-
tos, pero no los ha hecho desaparecer, por eso no debemos dejarnos im-
presionar en demasía por la solución del conflicto del Beagle, pues hay
muchos que borran con el codo lo que recién han firmado. El hecho de
que existan gobiernos de facto o no, no causa mayores diferencias en los
hechos, la llamada Guerra de la Cordillera del Cóndor entre Perú y Ecua-
dor se produjo bajo gobiernos elegidos en votación popular, las agresivas
diferencias entre Colombia y Venezuela se observan entre países que se
precian por su democracia. Las organizaciones internacionales sean re-
gionales o extrarregionales tienen una limitada capacidad y normalmente
sus llamadas o resoluciones sólo son acatadas cuando alguno de los beli-
gerantes ha alcanzado sus propios objetivos y no antes. La acción de las
Iglesias debe reconocerse como positiva en la prevención de conflictos,
pero la observancia a las recomendaciones que ellas hacen queda sólo a
débiles principios morales, fáciles de obviar. La opinión pública y los
partidos políticos son elementos tan volubles e impredecibles en su ac-
cionar que todo pronóstico sobre sus posiciones es en la práctica imposi-
ble de formular, no olvidemos que de un momento a otro el impopular
169

gobierno del General Galtieri en Argentina pasaba del odio a la admira-


ción de las multitudes que llenaban las plazas de Buenos Aires, luego de
la ocupación de las Malvinas.
Poco a poco los buenos fundamentos para creer que estamos frente
a una zona de paz se van diluyendo, al final sólo queda concluir que el
interés que guía a las naciones no tiene parámetros definidos y que los
apetitos reivindicacionistas, el jugar a ser potencia, el buscar como fun-
damento de unión interna el problema externo, los desbordes nacionalis-
tas, etc. no tienen fácil freno y no sucumben ni ante problemas econó-
micos o políticos, y no se atenúan o acrecientan con gobiernos civiles o mi-
litares.

¿EXISTE UNA NUEVA CONFIGURACION GEOPOLITICA


EN SUDAMERICA?

El 8 de octubre de 1979 en Lima el entonces presidente del Perú, Mo-


rales Bermúdez, luego de un importante desfile militar declaró: "No cai-
gamos en la insensatez de creer que los crímenes en que incurre una na-
ción los lava el tiempo y que sea prudente olvidarlos", por cierto el sen-
tido de la frase se refería implícitamente a Chile, hoy una declaración de
este tipo causaría un verdadero desastre diplomático. Fuimos testigos del
belicismo peruano, quizás el más expresivo de Sudamérica junto al ar-
gentino, ellos ya no están vigentes, la pregunta es ¿cuándo surgirán nue-
vamente? ¿una vez que su situación económica salga de la crisis actual?
La calma real que hoy observamos en el Continente es al parecer
sólo un intermedio entre situaciones normalmente confrontacionales y no
parece que sea el camino definitivo adoptado por todos y cada uno de los
Estados Naciones, en todo caso el hecho que exista esta calma es positivo
y a partir de ella se puede construir numerosos caminos de mejor enten-
dimiento entre los países, este hecho objetivo sin embargo no es como está
dicho, lo habitual, por ello resulta fundamental efectuar un seguimiento
al fenómeno, relacionándolo con factores exógenos, tales como el ambien-
te de distensión entre las grandes potencias, cuyo ejemplo perfectamente
puede ser seguido por nuestros países, ello a fin de determinar su dura-
ción y descubrir los factores desencadenantes de los focos de tensión.
En suma, existe en Sudamérica un nuevo mapa geopolítico, cuyos li-
neamientos recién se están dibujando. Este nuevo mapa muestra al me-
nos las siguientes características:
—Retorsiones en disminución y de bajo perfil, a fin de evitar un
reavivamiento de tensiones.
—Mayores posibilidades de confrontación con potencias extrarregio-
nales, que de la propia Sudamérica. Ejemplo: Caso 200 millas ma-
rinas, Antártida, Malvinas, Deuda Externa, Guerra Ideológica y
Subversiva.
—Capacidad militar limitada por alta sofisticación de nuevos arma-
mentos de alto costo, escasa duración por evolución tecnológica
y difícil instrucción y mantención.
—Proyectos geopolíticos asociados más al desarrollo interno que al
expansionismo territorial.
170

—Prioridad a la solución de la coyuntura económica derivada de la


deuda externa y el subdesarrollo. (En este aspecto sin embargo
destaca —entre otros— la no detención de los proyectos nuclea-
res de Brasil, Argentina y Perú).
—Búsqueda de la integración regional económica.
—Posiciones comunes ante problemas comunes o con efectos en la
región (apoyo a Argentina en asunto Malvinas, cierto entendi-
miento ante la deuda externa).
—Tendencia a conformar bloques hegemónicos los cuales son ocu-
pados como tribunas para tratar, exponer y difundir elementos
ajenos a sus objetivos. Un ejemplo claro de esto ha sido el Pacto
Andino y Grupo de los 8, en ambos se observa su utilización, por
ejemplo, para referirse a la mediterraneidad boliviana, asunto por
completo ajeno a ambos. La aparición de tales bloques sólo causa
finalmente mayores separaciones entre las naciones.
Como aspecto final es necesario considerar en forma objetiva la po-
sición de Chile en todo el marco descrito. Nuestro país ha mostrado cla-
ramente a sus pares del Continente una conducta internacional transpa-
rente, basado en los sólidos principios que dan base a su política exterior,
preocupado de su desarrollo interno, ajeno del todo a embarcarse en aven-
turas bélicas o en armamentismos desenfrenados, en lo geopolítico ha
centrado sus esfuerzos en conformar una base doctrinaria propia y sus
estudios y proposiciones se han dirigido a los siguientes temas: Incorpo-
ración efectiva de ciertos territorios al patrimonio productivo de la na-
ción, desarrollo de un sistema vial moderno, preocupación por la Cuenca
del Pacífico y Antártida Chilena, creación de Polos de Desarrollo, Regio-
nalización y Reforma administrativa y principalmente puesta en marcha
de un proyecto de sociedad que permita el progreso armónico del cuerpo
social en un esquema de libertad.
EL BIEN COMUN, EL DESARROLLO Y LA
SEGURIDAD NACIONAL
GERMAN GARCIA ARRIAGADA
Teniente Coronel

E podría sostener que el ideal La fórmula en comento es:


S de un profesor, que oficia en
la enseñanza de los concep-
tos que encabezan este artículo, es
poder resumir en una fórmula (que
por supuesto no tiene valor mate-
mático), materias a veces tan com-
plejas de relacionar, como aquéllas Donde:
atingentes a la Seguridad Nacio- BC. = Bien Común
nal. D. = Desarrollo
En este problema nos encontra- SN. = Seguridad Nacional
mos al desarrollar una Unidad de JD. — Justicia Distributiva
Materias sobre "Conceptos Básicos VP. = Voluntad Política
de Seguridad Nacional" en la Aca-
demia de Guerra del Ejército, que La fórmula, se argumentó, es
exigía, precisamente, articular los —experimentalmente hablando—
conceptos de Estado, Bien Común, correcta, ya que considera, en su
Desarrollo y Seguridad Nacional, conjunto, los conceptos vitales y
para una mejor comprensión de los permanentes que se han empleado
alumnos. en el estudio del Estado, teniendo
Fue así que propusimos una fór- en cuenta el fin que le es propio,
mula pedagógica, en carácter de ex- como asimismo, los instrumentos de
perimental, que a nuestro juicio re- que se vale para alcanzarlo.
produce muy aproximadamente la Analizada en su conjunto, la fór-
realidad y la doctrina que se im- mula tiene la virtud de presentar
parte en los Institutos superiores al Bien Común como la expresión
de formación castrense y civil del totalizadora. Este concepto está
país. aislado, justamente para indicar-
172

nos su posición de primacía sobre ciones indispensables "que permi-


los demás. Pero, al mismo tiempo, tan a todos y a cada uno de los
nos señala que el Bien Común es el miembros de la sociedad alcanzar
resultado de la existencia de otras su verdadero bien individual". *
condiciones —que deben coexistir Un análisis individual de los ele-
y sumarse entre ellas— a la que se mentos de la fórmula facilitará su
agrega la Voluntad Política, ele- comprensión, ya que inicialmente
mento que vitaliza, dinamiza y la observamos en su conjunto.
orienta la acción gubernamental pa- Partamos con el concepto de Se-
ra la consecución del Bien Común. guridad Nacional.
Otro aspecto importante de la En el último siglo, el concepto
fórmula es que permite, por su sola tradicional de Seguridad Nacional
visión, entender que la Seguridad ha evolucionado hacia uno más di-
Nacional no es el fin del Estado o námico. De ahí que ella es hoy día
de la sociedad política y jurídica- mucho más que la Defensa Nacio-
mente organizada, sino única y ex- nal, ya que las amenazas que un
clusivamente un medio; un instru- país puede recibir no son sólo béli-
mento de que se vale el Estado-Na- cas, sino de todo orden. Fundamen-
ción para lograr el fin que le es talmente destacan la amenaza ideo-
propio. lógica y económica que traspasando
Así, la Seguridad Nacional apa- toda frontera, mediante los moder-
rece en igualdad de importancia y nos medios de comunicación y pro-
posición con el Desarrollo y la Jus- paganda, se introducen hasta la
ticia Distributiva, ocupando un lu- médula de la sociedad, corroyéndo-
gar que la lleva al plano en que la desde sus cimientos hasta sus
realmente debe estar y no como la más elevadas instituciones.
expresión suprema de lo que es El carácter de esta última ame-
bueno y conveniente al Estado. naza es ya de orden interno.
Esta es la razón por la cual la Como lo señalara recientemente
Seguridad Nacional es un elemento S. E. el Presidente de la República,
del segundo miembro de la educa- Capitán General don Augusto Pi-
ción que debe —necesariamente— nochet Ugarte, "los permanentes
adicionarse al Desarrollo y a la Jus- enemigos de la humanidad occiden-
ticia Distributiva. Además, todos tal actúan dentro de las propias
estos términos serían ineficaces si fronteras de los países, con el ob-
no existiera el factor multiplicador jeto de provocar guerras fratrici-
representado por la Voluntad Polí- das internas, destinadas a destruir,
tica (que no es sinónimo de volun- irremediablemente, los sistemas po-
tad general), concepto que entende- líticos democráticos y a socavar la
mos como aquel ánimo de realizar libertad". (1)
y concretar los ideales máximos que
representan la Seguridad Nacional, Por esto la Seguridad Nacional
el Desarrollo y la Justicia Distribu- engloba además los conceptos de so-
tiva. beranía, unidad nacional y unidad
cultural.
Esta tarea no es privativa del go-
bierno, aunque éste es su principal
actor, sino del pueblo todo, el cual, * Declaración de Principios del Gobierno
mediante la delegación de parte de de Chile.
su poder soberano —ejercido a tra-
vés del plebiscito y elecciones pe- (1) Discurso de S. E. el Presidente de la Re-
riódicas— confía a un Primer Man- pública y Comandante en Jefe del Ejér-
datario la obtención de las condi- cito, El Mercurio, 24 de agosto de 1988.
173

"Y así entendida, la Seguridad de una sociedad. "La mayor igual-


Nacional está estrechamente ligada dad de oportunidades significa,
a la concepción de crecimiento y esencialmente, posibilidades reales
desarrollo de una nación, factores de elección; lo importante no es que
ambos determinantes de su estabi- todos los individuos sean iguales,
lidad, lo que a su vez define la sino más bien que no haya barre-
gravitación internacional de un ras estructurales y culturales que
país". (2) impidan la movilidad social y la in-
Seguridad Nacional y Desarrollo corporación de todos los ciudadanos
son complementarios; de ahí que, a los beneficios del progreso". (4)
forzosamente, deban sumarse en la Queda claro, entonces, que ambos
fórmula; más aún: "sin Seguridad conceptos deben sumarse. Esa su-
Nacional no hay Desarrollo y sin ma no podría dar el Bien Común
Desarrollo no hay Seguridad, pues por sí sola si no existiese, además,
son conceptos totalmente interde- la Justicia Distributiva, que es aque-
pendientes". (3) lla que busca recompensar a los in-
Pero, incluso, a pesar de lo an- dividuos de acuerdo a sus méritos
terior, si intentamos aislar la Se- cívicos (Aristóteles). De otro mo-
guridad Nacional desvinculándola do podríamos tener Desarrollo y Se-
del Desarrollo, tendríamos proba- guridad Nacional que contribuyera
blemente un Estado Policial, donde solamente a la felicidad espiritual
todo se miraría bajo el prisma de y material de unos pocos relaciona-
la seguridad. Esto es un extremo dos con los que detentan el poder,
que puede conducir a deformacio- no importando el mérito cívico o la
nes considerables, ya sea por parte reducción de los antagonismos so-
de los que se apegan a una prima- ciales que, indudablemente, es una
cía a ultranza de la Seguridad Na- vulnerabilidad que puede afectar
cional, como también de parte de significativamente las bases del Es-
aquellos que sólo ven en ella una tado-Nación (considerándose en-
ideología (y no una doctrina, como tre éstas la identidad histórico-cul-
corresponde) de ciertos regímenes tural; la institucionalidad; el desa-
autoritarios, para justificar su per- rrollo económico armónico y siem-
manencia en el poder y la legalidad pre sostenido o, lo que sería peor,
de sus actuaciones políticas. su integridad territorial).
De ahí que no basta solamente Finalmente, el resultado de la su-
con la Seguridad Nacional; hay que ma de los valores dados por el De-
adicionarle el Desarrollo (que con- sarrollo, la Seguridad Nacional y
temple todas sus dimensiones), que la Justicia Distributiva requieren,
en lo social es lograr una mayor a su vez, de una especie de fuerza
igualdad de oportunidades para to- motora que, además de impulsarlos
dos y cada uno de los componentes dinámicamente, controle su direc-
ción; su rumbo y estabilidad hacia
un objetivo ideal deseado por to-
(2) Kast Rist, Miguel "Seguridad Nacional dos. Esta fuerza es la Voluntad Po-
y Desarrollo Social", en Revista Seguri- lítica, sin la cual la sociedad, pese
dad Nacional Nº 18, Santiago, Chile, a contar con los elementos antes se-
1980, pág. 65. ñalados, podría avanzar no a la ob-
(2) Rubio Ramírez, Rigoberto "Discurso con tención del Bien Común, sino que
motivo del 5" aniversario de la creación a una degeneración de él, constitui-
de la Academia Superior de Seguridad da por el individualismo liberal o
Nacional", en Revista Seguridad Nacio-
nal Nº 13, Santiago, Chile, 1979, pág.
74. (4) Kast Rist, Miguel Op. Cit. pág. 66.
174

el colectivismo totalitario. El pri- el Bien Común; fin supremo del Es-


mero, concibiendo al Bien Común tado; razón de ser del ordenamien-
como la simple suma de los bienes to político-jurídico de la nación; es-
individuales, que cada cual procura fuerzo compartido por todos y en
obtener con casi total prescinden- el cual todos y cada uno deben ob-
cia del de los demás. El colectivis- tener su verdadero bien individual.
mo, entendiendo al Bien Común co- En otro orden de razonamiento,
mo un concepto referido al todo es- la fórmula aparece estructurada de
tatal, frente al cual el bien indivi- tal suerte que permitiría deducir o
dual de cada persona desaparece inferir otros conceptos. Lo ante-
por completo. * rior, sólo como un ejercicio intelec-
Para que la voluntad política tual, por cuanto ya se ha señalado
pueda efectivamente hacer de fac- que la ecuación no tiene valor ma-
tor multiplicador de los bienes pro- temático, por lo cual no pueden tras-
porcionados por el Desarrollo, la ladarse elementos de un miembro a
Seguridad Nacional y la Justicia otro de ella, sin afectarla seriamen-
Distributiva, debe estar inspirada te.
—caso de Chile— en la "desperso- Por ejemplo, si le sustraemos a
nalización del poder, evitando todo la fórmula la "Justicia Distributi-
caudillismo ajeno a nuestra idiosin- va", indudablemente que no pode-
crasia". ** mos obtener el Bien Común, sino
Además, su gobierno —de inspi- otro concepto. Estimamos que éste
ración portaliana— debe ejercer es el Poder Nacional.
con propiedad, el principio de au-
toridad que le ha sido delegado por De tal suerte que:
el pueblo, tanto a través del Pro-
nunciamiento del 11. Sep. 1973;
la Consulta Nacional de 1978 y el
Plebiscito de 1980.
Voluntad política es orientarse
permanentemente por principios y Donde:
no por ideologías; donde el gobier-
no se coloque siempre "por encima PN. = Poder Nacional
de todo grupo particular de cual- D. = Desarrollo
quier naturaleza, desterrando el SN. = Seguridad Nacional
juego de las influencias, protegien- VP. = Voluntad Política
do al más débil de todo abuso por
parte del más fuerte, y siendo el Al parecer también esta fórmula
arbitro que resuelva, sin comple- es correcta ya que es perfectamen-
jos, ni favoritismos, en la mira úni- te posible que algún Estado tenga
camente del Bien Común y de la un gran poder nacional (la U. R.
justicia". *** S. S., por ejemplo), pero su pue-
Sólo después de haber sumado blo no disfruta del Bien Común, por
los términos Desarrollo, Segundad carecer, precisamente, de "la pro-
Nacional y Justicia Distributiva y porción que existe entre el Estado
habiéndoles imprimido el efecto de y sus miembros, por la cual repar-
la Voluntad Política, obtendremos te aquél entre éstos (el pueblo) las
cosas y bienes comunes, en relación
a los méritos de cada uno". (5) Es-
* Declaración de Principios del Gobierno to es, la Justicia Distributiva.
de Chile.
** Id.
*** id (5) Sto. Tomás, Suma Teológica.
175

Continuando con el pensamiento al concepto de Bien Común; son su


tomista, es el gobierno quien admi- esencia.
nistra el Bien Común, donde la Se- Propiciar el Desarrollo y la Se-
guridad del Estado es un bien co- guridad Nacional en forma armó-
mún. nica, es la virtud cívica por exce-
Finalmente, y reafirmando el va- lencia de un estadista, ya que am-
lor de la fórmula propuesta, cabe bos se refieren al fin del Estado,
destacar que el Bien Común es pro- y "es imposible que el hombre sea
ducto, entre otros, de dos fines esen- bueno, a menos que esté en una re-
ciales que lo componen: El bienes- lación justa con el Bien Común.
tar general (Desarrollo y Justicia Cuanto más se refiera una virtud
Distributiva) y la Seguridad (del al Bien Común mayor es su ran-
Estado y de las personas). go". (6)
Ambos fines son absolutamente
concomitantes, interdependientes y (6) Santo Tomás, Op. Cit, Q. 92, art. 1-3
complementarios; son ineludibles y Q. 141, art. 8.
UNA PESADILLA ESTRATEGICA
EDUARDO ALDUNATE HERMAN
Mayor

I. SITUACION GENERAL

Domingo, 28 de Agosto de 1989, 2300 horas.


Me encontraba en el living de la casa, tras haber estado estudiando
todo el fin de semana para una prueba de Historia Militar y Estrategia.
En el segundo piso del departamento se encontraba mi familia durmien-
do, afuera la lluvia repicaba incesantemente contra los vidrios y sobre la
mesa del comedor se encontraba un montón de libros y apuntes que ha-
bía estado ocupando para la preparación de la prueba aquella.
Recordé de paso que ya llevaba casi una semana preparando con mi
grupo de estudios este evento y la verdad es que las dudas, aún eran de-
masiadas. Mirando el reloj, pensaba que ya estaba a tan sólo nueve ho-
ras de esa "batalla decisiva" y ante el frío y el silencio que reinaban no se
me ocurrió nada mejor que sentarme en mi viejo bergére de cuero, un
tanto apolillado, y me dije a mí mismo, "creo que me merezco un trago".
Claro, a lo mejor mi subconsciente debe haber recordado, para jus-
tificar el trago, que Wellington antes de Waterloo organizó una fiesta
para sus Oficiales, o que Montgomery en Alam Halfa escanció un "cognac"
antes de enfrentar a las fuerzas alemanas. Sea lo que fuere lo que me ins-
piró, el primer sorbo despejó todas mis aprensiones y hasta me dio
ganas de fumar pipa, recordando lejanos días en el sur, donde, antes de
entrar a la Academia, por cierto no estaba sujeto a estas tensiones tan
ingratas y mis preocupaciones eran tan distintas.
Si hasta recuerdo que ejercía el mando como un "señor Oficial" y
claro, ahora a duras penas me mandaba a mí mismo y esto, con la co-
rrespondiente previa autorización de mi señora.
Sic transit gloria mundi! les decían a los césares romanos para in-
dicarles lo corto y pasajero de la gloria, y vaya que en este caso tenían
razón mirando mi pobre condición de alumno.
La lluvia continuaba cayendo, lo que le daba un tinte casi trágico a
mi situación. El frío se comenzaba a sentir, y arropándome con el chaque-
tón en los pies, bebí el primer sorbo de "cognac" y me pareció que me revi-
vía y fortalecía ante la adversidad. Traté de recordar entre las volutas
de humo de la pipa, lo que el profesor nos había señalado respecto a la
177

dificultad de entender a Clausewitz y que la diferencia entre los que co-


nocían el pensamiento de este prusiano y los que hacían caricaturas sobre
él, era muy fácil de determinar.
Me levanté a servirme otro "cognac" y luego dejé la pipa sobre el ce-
nicero. ¿A qué se refería con esto el profesor? Hurgué en mi memoria y
no me acordaba, bebí otro trago y el frío ya estaba pasando, afirmé la
copa sobre mis piernas, cerré por un instante los ojos tratando de recor-
dar, y entonces zzzzzzzzz

II. SITUACION PARTICULAR


En un lugar cualquiera a gran altura, me miro y no puedo creerlo,
estoy cubierto sólo con una túnica blanca, y entre una gran neblina exis-
tente, miro hacia el suelo y no lo puedo creer, estoy a miles de metros
de altura, sobre el Golfo Pérsico. Me restriego los ojos y todo sigue ahí,
el Estrecho de Omán, Shat El Arab, La Franja de Gaza, Shiraz, en fin,
mi mirada llega incluso hasta el Mar Caspio. Mi primer intento es balbu-
cear una oración por si acaso, y me doy cuenta que por los nervios o por
la falta de asistencia a la Iglesia, se me ha olvidado cómo hacerlo; a la
rápida rae encomiendo a mi Angel de la Guarda. Me pellizco y no siento
dolor, el pecho se me agita, y en eso se sienten unas voces a lo lejos. Echo
a correr en cualquier dirección, y a lo lejos veo a un grupo de personas
conversando, algunas de ellas están vestidas igual que yo, y otras en su
mayoría lucen hermosos y vistosos uniformes militares. Los hay de todos
colores, formas y países: de Alemania, Prusia, EE. UU., Rusia, ¡incluso
chilenos! Claro, fuera donde fuese que estuviera, siempre aparece un chi-
leno.
Yo trato de acercarme a ellos y, al verlos de cerca, mi corazón está a
punto de estallar, los ojos fuera de las órbitas, la garganta seca, no lo
puedo creer, ahí está Clausewitz conversando con Luddendorf. Churchill
por su parte discute con Hart sobre la guerra de los Boers. Mao lo hace
con Lautaro; Aníbal discute con Lenin sobre los efectos del terrorismo,
en fin, están todos los grandes Comandantes, estrategas y filósofos de la
Guerra que yo siempre he estudiado y admirado y lo raro de todo es que
hablan en un idioma que les puedo entender.
Trato de dirigirme al grupo pidiendo una explicación y en eso, sien-
to una mano sobre mi hombro, el miedo vuelve a hacer presa de mí, me
doy vuelta lentamente y tengo a mis espaldas, vestido con una gran capa
roja y penacho, a Julio César, sí, el mismo de Las Galias, y antes que yo
articule palabra alguna, me señala en forma un tanto coloquial:
"Muchacho, acerquémonos al sector del Olimpo, que los estrategas te-
nemos nuestra habitual reunión de análisis y hoy vamos a hablar sobre el
problema estratégico en el Golfo Pérsico".
Siento un fuerte dolor de estómago, las piernas me flaquean, pero
recuerdo que si pude caminar en la pagoda para el examen oral, ahora
también lo podré hacer, y dejándome llevar, camino hasta donde se en-
cuentra el grupo humano reunido.
En eso, Aníbal, sí, el de las Colinas de Roma, el de Cannas, diri-
giéndose a los presentes expresa:
"Queridos amigos, en mi calidad de presidente de este grupo de ami-
gos de la estrategia deseo señalar los temas en tabla que se consideran
para la sesión de hoy", e indicando a una pizarra observo cómo van apa-
reciendo con el título "El conflicto en el Golfo Pérsico y los conceptos
178

básicos de la estrategia", ¡la misma materia que entraba para esa prueba
que debía dar y que me salvé de darla por estar aquí!
"Aprovechemos también, señala el vencedor de Varron, de darle la
bienvenida al Mayor González (yo) del Ejército de Chile, alumno que en
la Academia de Guerra de su país ha mostrado un marcado interés por
estas materias". Un fuerte aplauso sigue a estas palabras, y uno siente
un apretón cariñoso en el hombro, y una voz me dice: "Bienvenido, com-
patriota", y, al girar, veo que quien me habla es el General Manuel Montt,
autor de la obra "La guerra, su conducción política y estratégica", y a
su lado, aparece el General Bernardino Parada, autor de la interesante
obra "Polemología Básica". Yo sólo atiné a exclamar feliz de encontrar
caras amigas, "Gracias, mi General", y lo repetía una y otra vez.
Aníbal con su vozarrón interrumpe esta conversación, y me señala,
"Muchacho, puedes intervenir cuando quieras en la discusión". Yo, un
tanto más relajado ya, miré sobre mi hombro derecho y reconocí a Mont-
gomery que está conversando con Alejandro Magno, y en forma displi-
cente, un tanto confianzuda, le expresé: "Monty, préstame una pipa, que
la mía se me quedó abajo", a lo cual, el británico flemáticamente accedió.
Comienza hablando un señor al cual no pude identificar inicialmen-
te, el cual expresa: "La guerra es un acto demencial, ajeno a la condi-
ción del hombre, situación que en los tiempos modernos está absoluta-
mente superada hoy". Prosigue este señor: "El hombre busca el entendi-
miento y la colaboración con sus semejantes, así que no entiendo se siga
con el horror de la guerra, y mis esfuerzos en 1918 al parecer fueron
estériles para ello". El Mariscal Pétain, alisándose el bigote, me mira di-
rectamente a los ojos, y me pide: "¿Mayor, y usted qué piensa?"
"Bueno, me parece que el señor Wilson (ya había recordado su nom-
bre), nos está hablando de un ideal raramente alcanzado, cual es la paz
permanente. La historia nos ha demostrado que no se conocen períodos
en que el hombre no se haya visto envuelto en guerras, aunque sí pode-
mos encontrar momentos más o menos violentos y esto no significa que a
los militares nos guste la guerra. Mas, al parecer, lo que no cuadra en las
palabras del distinguido precursor de la Sociedad de Naciones, es que el
problema no es la guerra en sí, sino que su relación de ésta con el con-
flicto, dado que es en este marco superior donde debemos insertar el fe-
nómeno de la guerra, siendo ésta su manifestación más extrema como for-
ma de solución en las relaciones de conflicto entre estados naciones".
Tras mis palabras se hizo un minuto de silencio que a mí me pare-
ció un siglo. Lenin, que estaba alisándose la barba de la pera, sonrió
enigmáticamente.
Este me señaló: "O sea, que Ud., mi amigo, al igual que muchos de
mis compañeros, cree en consecuencia que lucha y conflicto son dos ele-
mentos inseparables de la condición humana, es decir, presentes por siem-
pre en todas las relaciones humanas".
Yo, sospechando que tras sus palabras iba una segunda intención, le
repliqué: "Mire, Vladimir, el conflicto sí es algo consustancial al ser hu-
mano y éste puede abarcar desde el ámbito del hombre en su individuali-
dad hasta su extremo en la sociedad política e incluso en los sistemas su-
pra estados-naciones. Mas este hombre no se debate solamente contra
esta vivencia de conflicto, sino que, además, en el de la cooperación, y
sobre este tópico se debe ser extremadamente cuidadoso ya que, como
Ud. sabe, existen algunas corrientes de pensamiento que privilegian el
179

conflicto en beneficio de sus ideologías". El citado soviético replicó: "Así


es, Tovarich".
No contento con la respuesta, por considerarla un tanto vaga e im-
precisa, un señor con marcado acento sajón señala: "No obstante lo ex-
presado por este joven estratega, y como en la última sesión de trabajo,
aquella en que analizamos el problema del sudeste asiático, recuerdo que
no alcanzamos a definir si mi teoría estaba o no caducada como en for-
ma insolente y liviana han señalado algunos escritores de segundo orden"
(un tanto molesto lanza unas imprecaciones en alemán, inentendibles para
mí).
Continúa señalando: "Por eso es que yo deseo replantear mi hipó-
tesis sobre la naturaleza de la guerra, aprovechando la presencia de un
Oficial chileno, cual es que, en la interacción entre las acciones recíprocas,
como yo las llamé, y las modificaciones, en la práctica nos llevan a un
punto tal que mi teoría sobre la guerra en cuanto a su esencia —aunque
acepto que aún sea discutida— creo que es correcta. Más aún, yo les
advertí en mi epílogo que ésta era una obra que aún era sujeta a revi-
sión, y así, tras saber que en su país, mi Mayor (refiriéndose a mí), se
ha dicho por unos que mi pensamiento no está vigente, y por otros, que
su Ejército está imbuido en forma excesiva de mis conceptos, ¿Ud. me
entendió bien?, ¿acaso no fui claro?, ¿o será que mi estima por la filoso-
fía los confundió? Le solicito, Mayor que explique a los presentes qué
entiende Ud. por lo que algunos han denominado "La dualidad de mi pen-
samiento".
Sir Basil Lidell Hart, que estaba a su lado, le dice riéndose: "Carlos,
tú te lo buscaste al leer tanto a Kant".
Yo, recordando que cuando se habló sobre esta materia, estaba lle-
nando la cartilla de la Polla Gol del grupo de estudios, traté de concen-
trarme y al fin le repliqué:
"Mire, Karl, el problema de fondo es más bien simple. Ud. efectiva-
mente llevó su teoría a los extremos para demostrar que si resistía en
lo más, resistiría también en lo menos en cuanto a su explicación y apli-
cación conceptual.
"Ahora bien, una cosa es que en el plano teórico se pueda llegar al
uso ilimitado de la fuerza, o sea la destrucción del adversario, y que la
fuerza que ambos contendores pongan para obtener sus objetivos sea cre-
ciente hasta el infinito, y otra cosa es en el plano de la realidad, donde
la fuerza que ambos luchadores ejercen es proporcional no solamente a
los medios que se tienen sino que además, al interés que ambos le asig-
nen al objetivo por el que se está luchando, el que de manera importante
también señala los límites de la lucha.
"En este ámbito de cosas, es ahí donde se encuentra la esencia correc-
ta, a mi manera de pensar, de la supuesta destrucción del adversario en
lo físico, que es la forma más típica como se caricaturiza al pensamiento
de Clausewitz, ya que bien sabemos que lo que se debe buscar es el quie-
bre de la voluntad de lucha del adversario y esto es un problema esen-
cialmente sicológico y no implica necesariamente el aniquilamiento físico
del enemigo".
Mi explicación acarrea una cerrada ovación, los hurras y vítores se
multiplican. Yo me siento el vencedor de Marte, y mirando al General
Giap, el vencedor en Dien Bien Phu, añadí con no poca suficiencia, "El
conflicto y su relación con la guerra es algo que nos interesa estudiar e
insistir en especial en nuestra Academia".
180

El General Parada sonríe mirando a este aprendiz de estratega, pe-


ro, Mac Arthur, mordiendo su pipa amarillenta, quien está mirando la re-
gión norte de Turkman, replica: "Su respuesta, joven, no satisface mi cu-
riosidad, ya que en Corea y luego en Vietnam, mi país enfrentó un tipo
de guerra distinto al cual se refiere Ud., y si el objetivo de la guerra es
que mediante la destrucción del adversario se logre el objetivo, se debe
dejar como yo lo pedí, que sea el escalón militar el que conduzca el con-
flicto o, al menos, trace los objetivos. Si hubiera sido así, otra suerte ten-
dría hoy en el mundo".
El General Patton, que estaba escuchando atentamente, se reía a
solas recordando lo que él sugirió antes de la Batalla de Berlín en 1945.
Por mi parte, recordando lo aprendido sobre la Política y la Estrategia,
y en especial, lo que le pasó a este célebre General en Corea, le expresé,
usando mi pipa como puntero: "Mi General, la guerra es un instrumento
de la Política y si es esta quien resuelve en aras de sus intereses, utili-
zar a la Guerra para la obtención de sus objetivos, no me parece que se
deban trastrocar los papeles de un lógico orden de subordinación. En su
caso, mi General, en Corea no se buscaba la generalización del conflicto
en lo bélico más allá de los límites de la propia Corea, así, al igual que lo
deseado por algunos en las postrimerías de la II. Guerra Mundial".
(Patton me miró un tanto inquieto). Pese a que se pudiera discu-
tir de sus posteriores efectos, el escalón político que toma la determina-
ción de ir a la Guerra con todo el potencial, no puede permitir que un
instrumento para alcanzar los fines de la Política como lo es la guerra,
vaya contra los intereses y lo establecido por el escalón Gobierno, el cual
debe estar en función de servir a los grandes objetivos que incentivaron
tan seria y tremenda decisión y no al revés. Esto es lo que se denomina
la maniobra Política Estratégica".
Leo Hamon, conversando con Gengis Khan sobre el libro "Los ver-
sos satánicos", pide la palabra y expresa, "Mis amigos, al mirar el accio-
nar de los iraquíes y los iraníes allá abajo, usando armas químicas y
bacteriológicas, empleándose por ambos el terrorismo a diestro y si-
niestro, yo me pregunto, y le pregunto a Ud., padre Francisco Vittoria,
qué sucede con la justicia, en este caso: ¿Se puede aceptar volver a los
tiempos primitivos?, ¿no hemos avanzado nada en este campo?
Togo que está sentado frente a Goebbels pregunta en voz alta, "Y a
mí o a ti, Joseph, quién nos defendió?, ¿quién aplicó a Santo Tomás o a
Vittoria en Tokio y Nuremberg?". Atila salta de su asiento, y exclama:
"¡En la guerra, la justicia la pone el que vence!"
El padre Vittoria, con su libro sobre el derecho de los indios en la
mano, señala: "Mire, ya que aquí tenemos a un joven militar de un país
que está a punto de celebrar los quinientos años del descubrimiento de
América, aprovechemos de oír su opinión sobre la Guerra y el Derecho.
Yo me acomodé la túnica, la cual me quedaba un tanto suelta y con
voz de tribuno le manifesté, "Padre, desde la antigüedad que el hombre
ha hecho importantes esfuerzos por establecer normas que regulen la gue-
rra. Así, desde el código de Manu, escrito 500 años a. C. hasta nuestros
días, siempre se ha tratado de alguna manera de regularizar las hostili-
dades.
"Recuerdo de manera muy especial a Polibio y su teoría del "Jus Be-
llicum"; de alguna manera, ya nos hablaba de la teoría de la "Guerra jus-
ta", y Santo Tomás y San Agustín demostraron un especial interés por
181

el tema. Mas, fue Ud., querido Padre, quien en pleno período de las con-
quistas de América por los españoles, se preocupa en forma sistemática
del tema, estableciendo que, para que una guerra sea justa, al menos se
deben dar algunas condiciones previas, y éstas son la necesidad de una
autoridad legítima, la necesidad de una causa justa, y la necesidad de una
recta intención. (Vittoria me miraba extasiado ante esta brillante di-
sertación). Creo entonces que en Ud., Padre, se puede encontrar a uno
de los principales precursores del Derecho Internacional respecto a este
tema.
"Por otra parte, tras los dramáticos resultados de la Guerra de los
treinta años en 1618 y las consecuencias de la Paz de Westfalia en 1648,
la sociedad de la época se preocupó de establecer normas que hicieran
menos desastrosas los efectos de la guerra".
Me interrumpió el señor Wilson, que estaba un tanto inquieto por mi
disertación, y señaló: "Pero, Mayor, de eso precisamente me traté de
preocupar cuando creamos la Sociedad de Naciones". Yo le señalé: "Cier-
tamente, Woody, Ud. tuvo razón en sus altruistas intenciones, mas le
recuerdo que la falta de un adecuado mecanismo que sancionara las tras-
gresiones a los postulados de la S. D. N., y por otra parte las difíciles con-
diciones que les impusieron a los derrotados, fueron las causas directas,
junto a otras, del comienzo de la II. Guerra Mundial, es decir, en el ám-
bito político las buenas intenciones no bastan y, si no, miren en qué
quedó la teoría Briand Kellog de 1928 y en qué quedan hoy en día los
casi 200 conflictos bélicos post II. Guerra Mundial tras la creación de las
Naciones Unidas. En síntesis, encuentro que es estéril el esfuerzo de
cualquier organismo de este tipo, si éste no tiene el poder coercitivo para
imponer sanciones a los trasgresores". Los aplausos no se dejaron es-
perar; mas Vittoria no quiso dejar pasar la ocasión y me señaló sarcás-
ticamente, "Mire, hijo, Ud. tiene razón, pero no del todo ya que, que yo
sepa, su país cuando tuvo un problema limítrofe con un vecino, acudió
a Roma no precisamente para pedirle sus divisiones sino por la fuerza
moral que representa El Vaticano, ¿o no? Yo en ese plano, creí que el
religioso tenía la razón, así que asentí con rapidez.
Desde un rincón, se acerca Beaufre, y saludándome, en forma efusi-
va, me manifiesta: "Mayor, cuán complacido estoy de que las haya gus-
tado mi libro, "La introducción a la Estrategia", el cual, por cierto, cons-
tituye para Uds. sólo un primer paso en el Logos estratégico y espero que
lean mis otras obras, pero, mirando el enredo que está pasando abajo en
el medio Oriente, me pregunto, bajo los términos de analizar la evolu-
ción de la estrategia, ¿hoy se aplican los modelos clásicos o ésta ha evo-
lucionado algo? ¿Qué me puede decir Ud. al respecto?" Yo le respondí un
poco sobrado, adivinando que quería verificar si había leído su libro: "Por
cierto, Mon General, ya que es materia de mi especialidad y agrado".
Antes de responderle, le dije a Gengis Khan con la garganta seca de
tanto hablar, "Oye, viejo, pásame un poco de ese rico vino de Burdeos
que están probando", y este accedió con un gruñido convidándome un ge-
neroso vaso. Le respondí al galo: "Antiguamente, mi General, se estima-
ba que la Estrategia era solamente el arte, o la ciencia si Ud. prefie-
re, propia del General, en la cual se empleaban solamente los recursos
militares. Hoy en día, este concepto ha ampliado su ámbito y, dado que
engloba al Estado - Nación en su totalidad, se deben articular todos sus
potenciales en aras de lograr los objetivos propuestos. Dicho de otra ma-
nera, ya sea para lograr fines de desarrollo o de seguridad, en la paz o en
182

la guerra, desde los niveles más altos de un Estado se deben establecer


formas de actuar para lograr dichas metas y no dejar lugar a la improvi-
sación".
Un señor de largos bigotes y claro acento sajón me interrumpió
"Achtung, Mayor, o sea, ¿es a la guerra total a lo que Ud. se refiere?" Yo,
reconociendo al General Luddendorf, autor de la teoría de la guerra to-
tal y eficiente Jefe de Estado Mayor del Mariscal Hindenburg, en el
frente ruso en la I. Guerra Mundial, le respondí: "Ciertamente, mi Ge-
neral, pero solamente en cuanto a los medios que se afectan para lograr
los objetivos de la Política, y no considerando a la guerra como el cénit
que ilumina a la Política como usted lo estableció.
Este, no contento con mi respuesta, me señaló: "Herr Mayor, si pa-
ra la guerra se emplea preferentemente el instrumento bélico, ¿no es ló-
gico, en consecuencia, que éste sea quien dirija la gran conducción da
ella? Yo le repliqué, "Estimo que no, mi General. Lo importante no es pri-
vilegiar un estamento por sobre otro porque sí, sino que creo más lógico
que se establezca una adecuada interpenetración Política Estratégica,
entre los distintos campos de acción bajo la coordinación del escalón Po-
lítico; así no tendremos esfuerzos descoordinados ni potenciales sin em-
plear como se requiere para lograr los objetivos en los actuales conflic-
tos".
El General Bulnes que estaba conversando con el Mariscal Santacruz,
recordando los días que pasaron juntos en el fundo del vencedor de Yun-
gay, manifestó: "Mira, muchacho, con esto de la relación de la Guerra con
la Política se debe ser cuidadoso, ya que tanto yo, como en especial el Ge-
neral Baquedano tuvimos curiosas experiencias, y creo (dijo, indicando
a un extremo de la mesa a un señor de bigotes muy cortos), que la expe-
riencia de Adolfo a partir de la segunda campaña de Rusia, algo nos po-
dría decir al respecto".
Yo, admirado de la heterogeneidad de los concurrentes a este debate,
salí de mi admiración, señalando "Ciertamente, mi General, estimo que
una cosa es la interpenetración que debe existir entre los distintos cam-
pos de acción en un Estado-Nación para enfrentar un conflicto, y otra
cosa muy diferente es que el nivel político asuma roles que no le corres-
ponden en el manejo de las acciones que le son propias a cada uno de
los sectores que contribuyen a la Seguridad Nacional, y en especial, la
Defensa Nacional. En otros términos, existe un manejo técnico propio
de cada uno de ellos, y lo que es más decidor, no se deben adoptar decisio-
nes orientadas por intereses que son ajenos a la puridad de los principios
que deben guiar a quienes se sitúan en este nivel de decisiones" (a mi
memoria vino el recuerdo de las dificultades que tuvo el General Baque-
dano para su nombramiento como Comandante en Jefe).
El vencedor de Chorrillos y Miraflores, como adivinándome el pen-
samiento señaló: "Eso fue exactamente lo que me sucedió a mí, y recuer-
do, por ejemplo, los contratiempos que surgieron con mi nombramiento
como Comandante en Jefe para evitar, por problemas políticos de tipo
eleccionario, que yo asumiera como tal, lo cual curiosamente, a menos de
ocho años de terminada la Guerra del Pacífico, llevó a los mismos que me
criticaron, a pretender utilizar mi prestigio para neutralizar una situa-
ción de crisis interna que se vivió en mi país", dicho esto, el citado Gene-
ral miró al General Bulnes y le manifestó, golpeando con su fusta sobre
la mesa, "Manuel, ¿por qué le será tan difícil entender los móviles que
183

nos guían a los hombres de armas a algunos caballeros?" Este, inmutable,


desde su asiento asintió con una sonrisa enigmática dicha afirmación.
Sun Tsu, que estaba oficiando de moderador en ese momento, señaló:
"Honorables amigos, al parecer nos estamos desviando de nuestro tema
así es que, por favor, centremos nuestro debate en los temas estratégicos".
El destacado Mariscal Ferdinand Foch, notable profesor de la Es-
cuela Superior de Guerra de Francia y gran conductor en la Primera
Guerra Mundial, señaló, "Mire, joven. La victoria pertenece sólo a los
ejércitos que maniobran, y por lo que veo, Israel lo ha estado haciendo
mejor a través de sus guerras" (Moshe Dayan, que estaba jugando con
unos tanques sobre la mesa, me miró fijamente). Prosiguió el galo: "Pe-
ro, retomando lo planteado por el General Beaufre, mi duda está en si a
la luz de la teoría, ¿se ha estado aplicando la estrategia clásica o la es-
trategia moderna por Israel y qué opina Ud. de estas dos acepciones con-
ceptuales ?
Mirando a través de una nube y recordando las materias del exa-
men de admisión y lo que había pasado desde 1948 a la fecha en dicho
conflicto, le respondí: "Mariscal, creo que es difícil encontrar ejemplos
en que hoy en día se esté aplicando solamente la concepción clásica de
la estrategia, entendida ésta como la ciencia del General, utilizando prác-
ticamente sólo los medios militares. Hoy en día, la estrategia se concibe
como el empleo de todos los potenciales de un Estado-Nación para enfren-
tar un conflicto y éste, por cierto, no significa que su solución sea úni-
camente por la vía del empleo de la fuerza. Volviendo a su pregunta, es-
timo que el manejo diplomático, político y en especial económico que ha
estado realizando Israel, sin por cierto descuidar el militar, sugiere con
claridad una suerte de concepción moderna de la estrategia.
El Mariscal Zhukov, un poco subido de peso desde su actuación en
Berlín en mayo de 1945, con esa gran seguridad propia de los grandes es-
trategas y comandantes, aseveró, "Camaradas, lamentando el retiro de las
fuerzas soviéticas desde Afganistán, aquí veo con claridad una gran ma-
niobra de la del tipo que estableciera el camarada Lidell Hart". Yo asen-
tí y exclamé, "Por cierto, Mariscal, Ud. la ha considerado por parte de
la URSS, ¿no es así?" Este, deleitando una copa de vodka, sonrió y me
dijo:
"Vaya, joven, su sagacidad me desconcierta. Eso confirma la peligro-
sidad de los militares de su país, y ahora me explico por qué no han per-
dido guerra alguna".
Yo, un tanto sorprendido por esta muestra de aprecio, le respon-
dí, "Ciertamente, Mariscal, la Unión Soviética, al igual que lo ha estado
haciendo los Estados Unidos, ha desarrollado desde la II. Guerra Mun-
dial una consistente política de ir mejorando su presencia e influencia en
todas las áreas del mundo, y para ello, cada uno ha ido por distintas vías,
abarcando una creciente influencia en todos los continentes. En algunos
casos, esto ha sido realizado por pactos, alianzas, y en otros casos por
la influencia ideológica o económica. Afganistán, que algunos lo llaman el
Vietnam soviético (esto no le hizo mucha gracia al Mariscal), represen-
ta una cierta posibilidad de la URSS para acceder a los mares calientes,
como lo denominan los geopolíticos, y por otra parte, representa un área
de importancia estratégica, tanto por su relación con el Golfo Pérsico
como con la posición de la URSS en Asia".
El Almirante Mahan no pudo contener su impaciencia, se levantó
de su asiento y exclamó: "Eso yo lo dije hace mucho tiempo y... ", un
184

murmullo de voces lo hizo callar y se sentó nuevamente. Yo proseguí con


mi relato: "En consecuencia, lo que están haciendo las potencias y en este
caso la URSS, bien podría asimilarse a lo planteado por Sir Basil, en or-
den a que se están ganando posiciones geográficas e ideológicas para fi-
nalmente, por su ubicación, dominar e influir de mejor manera para la
consecución de sus intereses, sin necesariamente dar una gran batalla".
Napoleón, que estaba mirando hacia el oeste, recordando su paso en
los primeros años de 1800, por el territorio de las Pirámides, exclamó me-
lancólico: "¡Qué caro me resultó Abukivir! Pero, eso es pasado. Yo ya
aporté con el concepto "Nación en Armas" (Lyautey y Von der Goltz
asintieron) ". Prosiguió el corso: "Ahora mi preocupación va hacia el pre-
sente. Yo, mi querido amigo, creo que en los conflictos post 1945 se han
dado todos los modelos preconizados por mi compatriota el General Beau-
fre, pero, noto que en la búsqueda de la decisión se está generando un
aspecto digno de análisis. ¿Ud. me podría señalar en el caso de la Guerra
entre Irán e Irak, cual concepción sobre la decisión es la que está mejor
aplicada hoy en día?
La presencia del Emperador me "dislocó". No fui capaz de articular
palabra y, a no mediar un palmetazo en la espalda que me dio Julio Cé-
sar, todavía estaría mudo de impresión. Pasada la turbación, le pregun-
té en voz baja al Mariscal Pétain que se encontraba a mi lado, cómo ha-
bía que dirigirse al Corso, si General, Cónsul o Emperador, y éste me se-
ñaló que el título que más le gustaba era el de Emperador, así es que así
partí con mis palabras. "Emperador, la decisión es un problema sicoló-
gico hacia el cual Ud. tiene muchas formas de arribar y, en el caso que
Ud. me señala, estimo que se buscó por la vía clásica, es decir, la victoria
militar. Ahora esto creo que es nítido para los dos beligerantes, sin des-
cuidar en este somero análisis, que en esta guerra participan variables
diplomáticas, ideológicas y, en especial, religiosas, que la hacen ser muy
interesante de analizar en el plano estrictamente militar; pero, que por
la escasa información con que se cuenta, se dificulta un mejor entendi-
miento. Así que yo me inclino a pensar que se buscó la solución clásica,
es decir, la victoria militar por sobre otras consideraciones".
Pero, desde el fondo de una nube cercana, se incorpora con un fuer-
te vozarrón la conocida figura del Ayatollah Jomeini, el cual exclama:
"No sigáis, infieles estrategas de café, con vuestra intrascendente discu-
sión, ya que mi país, si hubiese tenido la bomba atómica, no habría llega-
do esta paz forzada que los sunnitas nos han llevado y me pregunto y
afirmo, mirando a Leo Hamon, que vuestras tertulias estratégicas, y vues-
tras teorías occidentales, deseosas de ser confrontadas con conflictos rea-
les, de haber tenido nosotros tan sólo un par de bombas atómicas no ha-
brían servido para nada, ni habría habido lucha ni estrategia que apli-
car, por cuanto, escrito está en los libros sagrados, que quien posea esta
herramienta, y de hecho, el término de la II Guerra Mundial por esta vía
ya demostró que el conflicto y la estrategia cesan por sí solos al emplear-
se la bomba atómica".
Hamon, solicitó la palabra y exclamó, "Yo, modestamente, discrepo
con el Imán. Creo que no me aparté de lo esencial de la teoría de don Car-
los (Clausewitz) aquí presente", y sin decir nada más tomó asiento nue-
vamente.
Yo, recordando el Yijadh que proclamó quien hablaba, le respondí,
buscando mi escapulario por si acaso, "Mire. Al parecer Ud. no ha con-
siderado que desde el término de la II Guerra Mundial los conflictos bé-
185

licos en el mundo no han podido ser evitados por las potencias pese a te-
ner las armas nucleares, ni menos por quienes no la poseen. Lo que su-
cede es otra cosa. Al disminuir la libertad de acción de los actores, se ge-
neran nuevas formas de lucha, se enfrentan las grandes potencias en es-
cenarios secundarios, es decir, no en forma directa entre ellos, y obser-
ve Ud. lo que está pasando hoy en la actualidad en el mundo, ¿en qué
continente no hay conflictos hoy en día?, o si Ud. prefiere, ¿en qué con-
tinente en los últimos cuarenta años, la guerra no ha estado presente?,
me parece que Ud. pese a vivir largos años en Francia, no está bien in-
formado de lo que ha estado pasando en el mundo ni menos ha tenido co-
nocimiento de los interesantes estudios de Bouthol y Carrere al respecto.
Al Ayatollah mis palabras le parecieron un insulto y me señaló:
"Infiel occidental, te cortaré la lengua por tus palabras", yo me le-
vanté del asiento asustado, y Alejandro el Magno me tomó el brazo y me
señaló, "Tranquilo, flaco, ya se le pasará. Siempre actúa así cuando se
enoja", ahí yo tomé asiento aunque un tanto inquieto. En una esquina
de la nube, Federico El Grande discutía acaloradamente con el Barón de
Jomini, y este último me señaló: "Mire, Mayor. Yo, si hay algo que apre-
cio en los ejércitos, es la disciplina, y sobre esto creo que el suyo es un
buen ejemplo a imitar". Yo, recordando la dureza con que imponía este
concepto el prusiano, solamente me limité a asentir con legítimo orgu-
llo.
El General Baquedano, que buscaba alguna semejanza entre la re-
gión de Barraín con el norte chileno, agregó, volviendo la conversación so-
bre el tema original. "Claro, pero al igual que mi situación en el pasado,
la libertad de acción sigue siendo para hoy, un principio capital para cual-
quier estrategia, y en este caso, tras la II. Guerra Mundial se nota cómo
una de las partes utilizó mejor este principio de la guerra, al igual que
la sucesiva obtención de posiciones ventajosas". Yo lo comprendí al tiro.
Claro, se refería a la URSS y observé al General Zhukov que miraba sar-
cásticamente al General Patton diciéndole, "George, si te hubieran hecho
caso, otro gallo cantaría en el equilibrio del poder; más, en tu joven país
se olvidaron que nosotros los asiáticos medimos el tiempo de manera dis-
tinta a Uds. Pero revela, además, que no han estudiado la historia, y es
por eso que están condenados a repetir sus errores".
El Mariscal Rommel, que estaba apuntando con el dedo sobre las
colinas de Alam Halfa, expresa: "Mein Gott, si lo que tenía que haber
hecho en el 41 era no haberme equivocado de sombrero en cuanto a To-
bruk, y menos haberme confiado en que los italianos me reforzarían".
El Mariscal Graziani, que estaba vestido con una elegante toga azul, le
replicó: "Claro, amigo Erwin, cada vez que se habla del tema, tú vuelves
a repetir lo mismo, ¿no será que a lo mejor debiste conquistar objetivos
geográficos antes que destruir las fuerzas?"
El Vizconde del Alamein, que estaba atento a la conversación, le re-
plica: "El problema no radica en eso, ya que la maniobra geográfica al
estilo de lo planteado por Lidell Hart, en este caso, redundará de todas
maneras en un enfrentamiento al estilo clásico; es decir, no se contra-
pone la conquista de un objetivo geográfico con la búsqueda de la deci-
sión por la batalla, ya que lo que todo comandante debe buscar, sea cual
fuese la estrategia que aplique, es la destrucción de la voluntad del adver-
sario, ya sea por medio de la batalla o de la posición geográfica que ocu-
pe en función de que haga desistir al adversario de dar una batalla que
186

no le sería rentable aceptar, es decir, la decisión se logra en algunos casos


sin que necesariamente se dé la batalla".
Yo, que estaba un tanto sorprendido ante la claridad de la exposi-
ción, sólo atiné a decir flemáticamente, "Well done, Monty".
En eso, sentí una fuerte mano en mi hombro que me apretó y una
voz que señaló, "Muchacho, si pretendes entender la estrategia no te
acerques tanto al humo de la pólvora", me di vuelta y está allí Von Pau-
lus, un tanto más avejentado por lo del Sitio de Stalingrado. Recordando
la importancia de no "cambiarse de sombrero", es decir, de no perder el
nivel de la conducción que se está efectuando, le señalé: "Ciertamente, mi
General. En efecto, Ud. se refiere a que un Comandante no debe perder
de vista el nivel o sombrero, como decimos en nuestra Acadmia, para
analizar una situación, y lo que en algunos casos les ha sucedido a algu-
nos de los presentes es que se han bajado del nivel estratégico al nivel
táctico, olvidando que no solamente existen comandantes eficientes en los
niveles intermedios de la conducción sino que lo que es más grave, es que
esta conducta conlleva normalmente a que se adopten decisiones equivo-
cadas al perder el Comandante superior la visión de conjunto de la uni-
dad". Hitler sonrió.
Varron nuevamente interviene en la discusión y, emplazando a Aní-
bal, exclamó: "Si yo hubiera leído a Lidell Hart, otra suerte hubiera co-
rrido en Cannas".
El británico aludido, que estaba mirando con atención los desplaza-
mientos israelíes, tratando de asimilarlos a su teoría, señaló: "Cierta-
mente, mi amigo romano, Ud. olvidó hacia quién va dirigida dicha ma-
niobra, que no es otro que el Comandante enemigo, y olvidó también los
dos grandes elementos que la componen, esto es, que el movimiento y la
sorpresa tienden a dislocar al oponente, que es lo que le pasó a Ud.,
¿o no?"
Aníbal, que estaba sobre una nube conversando con Guderian y Po-
libio sobre el papel del conflicto en la historia de la humanidad, señala a
todos con voz fuerte: "Mis amigos, Marte y Minerva nos han convidado
a un cóctel, así es que dejemos aquí esta conversación, en espera de
otros eventos estratégicos. Deseo sí destacar la excelente preparación de
nuestro joven invitado, y no podía ser menos ya que el Ejército de Chile
nos ha dado muchos ejemplos dignos de ser estudiados, así es que vamos
al cóctel".
Wellington, con un brandy en la mano, indica: "Adelante, my
friends". Clausewitz me tomó del brazo. Echamos a caminar. Compa-
rando su túnica con la mía, le manifesté familiarmente: "Carlos, qué
gusto es estar contigo y cómo te he echado de menos allá abajo en las
pruebas".
Von Manstein me pasó un ejemplar de su obra "Victorias Perdidas"
y me señaló: "Flaco, este libro estoy seguro que te puede ser útil allá
abajo, en especial porque sé que, ustedes los chilenos les encantan las ma-
niobras estratégicas y el estudio de la historia, como tú lo has demostra-
do en esta oportunidad, y sobre eso, algo había leído de las memorias del
General Korner cuando estuvo en tu país allá por los años 1896 hasta los
comienzos del presente siglo".
Le respondí agradecido y emocionado que recordara a quien había
sido un fuerte impulsor de la modernización del Ejército de Chile tras la
Guerra del Pacífico: "Ciertamente, mi General, la influencia prusiana en
187

mi Ejército es evidente hasta el día de hoy, ya que los valores propaga-


dos por... " En eso, Bolívar se me acercó con dos copas en la mano y
me ofreció una señalando jocosamente, "Menos conversación y más ac-
ción, bébanse un trago de este mosto del valle de Linares". Yo la traté
de tomar y se me resbaló, el rojo líquido se derramó sobre la túnica y mis
piernas, y . . .
Lunes 29 de Agosto, 0300 horas, en mi casa.
Desperté violentamente con el ruido de la copa de "cognac" que se ca-
yó al suelo y se quebró. Mi familia despertó, y mi señora me gritó desde
el segundo piso. Los niños lloran. Miré el reloj, me pellizqué, y ahora sí
que duele, no estoy soñando, me quedan sólo tres horas y media para
dormir, la materia aún no la he aprendido, el miedo comienza a hacer
presa de mí, subí lentamente la escalera, me acosté y antes de cerrar los
ojos, sonreí recordando mi pesadilla estratégica, y evocando romántica-
mente esos lazos de amistad con los estrategas de siempre, expresé:
"Buenas noches, colegas, ¡hasta la próxima!"

Santiago, Octubre de 1989.


LA CARTA QUE CASI EVITO EL ASALTO
Y TOMA DEL MORRO DE ARICA
SERGIO RODRIGUEZ RAUTCHER
Coronel (E. M. )

A existencia humana transcurre determinada en buena medida


L por el libre albedrío del hombre, es decir, por su facultad de obrar
según sus propias decisiones. Ello significaba, en consecuencia, que
el juego de las opciones que practicamos constantemente tiene una alta
influencia en el desarrollo de los pequeños y grandes acontecimientos de
la Historia.
Son numerosas y complejas las consideraciones que cabría hacer
sobre este tema, pero no es el caso. Lo concreto es que esta amplia
perspectiva nos permite meditar, después de producidos los sucesos, sobre
cuáles habrían sido los resultados si los protagonistas de los* hechos
hubiesen adoptado una resolución distinta.
El feliz acceso a un documento aparentemente inédito permite al
autor de este artículo intentar la aplicación del punto de vista anterior-
mente señalado, en uno de los hitos más importantes de la historia de
la Guerra del Pacífico: el asalto y toma del morro de Arica.
Lo acontecido el 7 de junio de 1880 en esa plaza militar ha sido
suficientemente estudiado y todos nos enorgullecemos de la jornada he-
roica que llegaría a instituirse como "Día del Arma de Infantería del
Ejército de Chile". Sin embargo, ello pudo haber sido absolutamente
distinto si el Coronel peruano Francisco Bolognesi recibe y acata la orden
protocolizada en el documento ya citado.
Para el óptimo desarrollo del análisis, primeramente se orientará al
lector sobre la situación que se vivía en los días previos al combate;
posteriormente se transcribirá la carta origen de este trabajo, para
finalizar con algunos alcances sobre los protagonistas y conclusiones que
pueden extraerse.
Con anterioridad a la batalla de Tacna, las fuerzas aliadas que
defendían la zona estaban representadas por dos Ejércitos peruanos frac-
cionados y por el Ejército boliviano, acantonado en esa ciudad.
El Contralmirante Lizardo Montero, que originalmente había sido
designado por el General Mariano Ignacio Prado como Jefe Superior
189

Político y Militar de los departamentos del Sur, fue disminuido en sus


poderes por el nuevo mandatario Nicolás de Piérola, quedando reducidas
sus facultades tan sólo al mando del I. Ejército peruano del Sur, dividido
entre Tacna y Arica (1). La fracción de Tacna contaba con 5. 858 hom-
bres y la fracción de Arica, al mando del Coronel Francisco Bolognesi,
tenía 1. 850 efectivos (2).
El Ejército de Bolivia al mando del General Narciso Campero se
componía de 4. 041 hombres.
El II. Ejército peruano del Sur ocupaba Arequipa y estaba consti-
tuido por la división Gamarra que se había retirado después de la batalla
de Los Angeles más otros cuerpos, sumando un total de 3. 188 soldados.
El Coronel Segundo Leiva fue nombrado como su comandante general.
Era éste un anciano militar que había permanecido retirado del Ejército
por muchos años, que no disponía de buena salud y aún cuando gozaba
de prestigio por su pasada actuación castrense, su principal virtud al
momento de su nombramiento era su adhesión incondicional al dictador
Piérola.
Leiva recibió órdenes de ocupar la quebrada de Locumba para hos-
tilizar a los chilenos y, en caso de apremio, retirarse a Candarave. El II.
Ejército salió de Arequipa, pero nunca llegó con oportunidad a Locumba,
ni a Tacna y finalmente ni a Arica. Se acusa al Coronel Leiva de haber
demorado conscientemente el auxilio que demandaban los aliados (3).
191

Como consecuencia del triunfo chileno del 26 de mayo de 1880 en


la batalla de Tacna, el Contraalmirante Montero se desplazó con los
restos del I. Ejército peruano del Sur hacia Arequipa, haciendo un rodeo
por Puno. El General Campero con el saldo del Ejército boliviano arribó
a Pachía y de allí se retiró definitivamente hacia La Paz.
La guarnición peruana que custodiaba el puerto y el morro de Ari-
ca permaneció en su puesto, corriendo el riesgo de quedar completamente
aislada por el avance de las fuerzas chilenas.
A los pocos días de la derrota del Ejército aliado, el dictador Nicolás
de Piérola expidió un decreto ordenando a Montero que se constituyera
en Lima para rendir cuentas del contraste (4).
Combatió también en Tacna la División del Prefecto Pedro A. del
Solar, que se retiró junto a las otras Unidades peruanas en dirección a
Arequipa. Es probable que la precaria situación de Montero en relación
al Gobierno de Nicolás de Piérola, haya dejado a Del Solar con la res-
ponsabilidad del Sur del Perú y fuese la causal que le impulsó a escribir
al Coronel Francisco Bolognesi la carta que se transcribe a continua-
ción:

"Tarata, 28 de mayo de 1880.

"Sr. Coronel Don Francisco Bolognesi,


Comandª General de las Baterías de Arica.

"Mi distinguido Coronel y amigo:

"Ayer he llegado a este lugar, después del funestísimo desastre en


el "Campo de la Alianza".
"Se encuentran aquí el General Montero con su Estado Mayor. Mu-
chos Jefes y Oficiales, y estamos reuniendo todos los dispersos que nos
es posible".
"He preguntado al General Montero sobre la situación de las fuerzas
de Ud. en Arica, y me asegura haberle impartido por telégrafo las órde-
nes convenientes de Tacna. No sé cuáles sean éstas, pero me tiene de tal
manera preocupado la suerte del Ejército que está á sus órdenes, que,
asumiendo toda la responsabilidad que pueda sobrevenirme, me permito
dirijir a Ud. ésta con un patriótico objeto".
"Su resistencia defendiendo esa plaza, no lo dudo, será heroica,
pero será el sacrificio de muy importantes elementos para continuar la
guerra; no necesitamos buscar un botón mas para la gloriosa corona de
nuestro martirio: debemos ser prácticos".
"A mi juicio, pues, conviene salvar ese Ejército á todo trance. —No
tengo autoridad para ordenárselo, pero como peruano se lo suplico. Si
en uso de ciertas facultades especiales que el Gobierno me ha otorgado,
cree Ud. que puedo ordenárselo, reciba Ud. esta indicación como tal
orden: quiero que ella le sirva a Ud. de suficiente defensa, y a mí de
cabeza de proceso del juicio que por ésto se me siga".
"Si salvamos ese Ejército, si con él unido a las fuerzas que aquí se
están reuniendo, y á los del Coronel Leyva, pudiéramos rehacernos de
nuestra derrota, poco me importarán todas las responsabilidades que
sobre mí vengan, ni las penas que se me impongan".
192

"El Coronel Pacheco Céspedes, dador de ésta, merece mi confianza,


—medite Ud. Señor Coronel, en la trascendencia de lo que le digo, y
contésteme su resolución, para prepararme á recibirlo".
"De Ud. su muy afmo. amigo".

"P. A. del Solar".

"Una igual fue la que llevó Pacheco Céspedes" (5).

Este documento, de impecable factura, fue escrito evidentemente


por un furriel de hermosa letra. La firma y la nota P. S. son distintas
y corresponden en forma clara a Pedro A. del Solar.
El encargado de llevar la carta a su destinatario sería el Coronel
cubano Juan Luis Pacheco de Céspedes, quien llegó al Perú en 1879 im-
pulsado por su amistad con el joven Leoncio Prado, optando por com-
batir en favor de la patria de su amigo (6).
En esta etapa del desarrollo expositivo, entramos en terreno poco
claro ya que se desconoce si la misiva llegó a poder del Coronel Bolog-
nesi. Todo parece indicar que no fue así, pues en las dos reuniones que
sostuvo el jefe de la plaza de Arica con sus comandantes —el 28 de
mayo y el 5 de junio (7)— no se la menciona.
De acuerdo a la urgencia que representaba, la carta debería haber
llegado a su destinatario el día 29 de mayo. Las primeras avanzadas
chilenas provenientes de Tacna, representadas por los Cazadores a Ca-
ballo y Carabineros de Yungay Nº 2, aparecieron por los alrededores de
Chacalluta el 1º de junio, lugar en que capturaron al siguiente día al
ingeniero Teodoro Elmore (8).
Conforme a lo anterior, si el Coronel Bolognesi hubiese resuelto
acatar la orden del Prefecto Del Solar, habría tenido a su disposición
los días 30 y 31 de mayo para desplazar ordenadamente sus tropas hacia
Arequipa. Probablemente la tarea no habría sido fácil porque la evacua-
ción de Arica se descubriría en el corto plazo, pero no era imposible. El
conocimiento del terreno, la iniciativa y el aprovechamiento de las horas
nocturnas, estaban a su favor.
De cumplirse este supuesto, habría acarreado seguramente las si-
guientes consecuencias de mayor significación:
— Ocupación pacífica de Arica por parte del Ejército Chileno, he-
cho de todas maneras inevitable por las circunstancias que se
vivían.
— Se habría salvado una importante fracción del I. Ejército del
Sur, el que sumado a los dispersos de Tacna y a las fuerzas del
Coronel Leiva, podrían haber constituido en Arequipa un fuerte
núcleo destinado a continuar la campaña en el Teatro de Ope-
raciones, tal como lo preveía Pedro A. del Solar.
— El Ejército de Chile habría tenido que enfrentar al menos una
batalla más, en condiciones más difíciles que en Arica, antes de
iniciar la Campaña de Lima. Ello en razón a la inconveniencia
de dejar una gran fuerza enemiga a la espalda.
193

Naturalmente, son interminables las proyecciones que podrían ha-


cerse en esta materia. Sin embargo, debemos atenernos a la realidad. En
la reunión que se llevó a efecto el 5 de junio de 1880 entre el parlamen-
tario chileno Sargento Mayor José de la Cruz Salvo y los mandos pe-
ruanos de Arica, el Coronel Francisco Bolognesi Cervantes expresó su
resolución de no rendirse y defender la plaza hasta quemar el último
cartucho.
Esta decisión, compartida por sus Oficiales, se protocolizó en un
telegrama despachado el mismo día y dirigido al Prefecto - Arequipa,
quien lo recibió a las 14. 40 hrs. (9).
El resto ya forma parte de las páginas doradas de la Historia de
América. El libre albedrío de los defensores de Arica y la tenacidad
de la arrolladora Infantería Chilena permitieron que el Asalto y Toma
del Morro de Arica se inscribiera como uno de sus hechos de armas
más gloriosos y recordados por todas las generaciones, que ven en sus
protagonistas la encarnación del heroísmo y de las virtudes patrias.

NOTAS

(1) LUNA VEGAS, EMILIO, Perú y Chile en cinco siglos. Lima, Perú. Editorial Mi-
nerva, 1982, pp- 354-355.

(2) ESTADO MAYOR GENERAL DEL EJERCITO. Historia del Ejército de Chile.
1982, pp. 87-90.

(3) LUNA VEGAS, EMILIO. Perú y Chile en cinco siglos. Lima, Perú. Editorial Mi-
nerva, 1982, p. 363.

(4) LUNA VEGAS, EMILIO. Perú y Chile en cinco siglos. Lima, Perú. Editorial Mi-
nerva, 1982, pp. 367-368.

(5) Carta original en librería "El Virrey", Lima, Perú. Fotocopia en poder del CRL.
Sergio Rodríguez R.

(6) LOPEZ RUBIO, SERGIO. Expedición Arequipa-Puno y Paz de Ancón. Santiago,


Chile. Imprenta Barcelona. 1984. pp. 207-211.

(7) LUNA VEGAS, EMILIO. Perú y Chile en cinco siglos. Lima, Perú. Editorial Mi-
nerva. 1982. pp. 370-374.

(8) FERRER, HERIBERTO. Historia popular de la Guerra del Pacífico, Iquique, Chile.
Imprenta Artística. 1923. p. 151.

(9) LUNA VEGAS, EMILIO. Perú y Chile en cinco siglos. Lima, Perú. Editorial Mi-
nerva. 1982. pp. 374-375.
REALIDADES VIVIDAS DURANTE LOS
GOBIERNOS COMPRENDIDOS ENTRE
1964Y1973
JAIME OJEDA TORRENT
Teniente Coronel

L presente artículo pretende ser una síntesis recordatoria para


E unos y una información para otros que no tuvieron la experien-
cia de haber vivido, como miembros del Ejército, uno de los pe-
ríodos más tristes de su Historia, como fue la época de los gobiernos
del Partido Demócrata Cristiano y del Partido Comunista de la Unidad
Popular.
Las ideas, conceptos y experiencias vividas están resumidos en dos
hechos que ojalá sean comprendidos en su real dimensión y razonados
por mis camaradas más jóvenes en la Institución, para que sus actos
futuros tengan como base una sólida información, sin las distorsiones
producidas por palabras o ideas de los mismos que estuvieron a punto de
destruir la Nación y sus valores más sagrados, especialmente en enga-
ñar y utilizar a los incautos, a aquellos que no aceptan la historia como
fuente de información y a los más jóvenes que no vivieron estos hechos.
PERIODO DEL GOBIERNO DEMOCRATA CRISTIANO
Antecedentes.

El suscrito, como Subteniente de una Unidad de la zona central del


país, se vio enfrentado a la siguiente realidad el día en que le fue en-
tregada una sección de su Unidad Fundamental, de ver que los cons-
criptos no tenían botas ni pantalones de combate y si algunos afortu-
nados los tenían, sólo eran un conjunto de andrajos.
Llamaba la atención que la blusa verde oliva estaba casi nueva y
esto se debía a que no se empleaba para la instrucción, sólo era para
las formaciones.
Para los desfiles sólo formaban aquellos que podían contar con ves-
tuario completo y el resto lo hacía en camiones y camionetas, ya que
en los vehículos sólo podía verse la blusa verde oliva y no las botas o
pantalones que eran calzados y muchas veces ojotas y pantalón civil.
El día que me correspondió la primera formación motorizada, el vehícu-
lo que me transportaba quedó en "panne" por falta de repuestos (se le
había hecho un arreglo recurriendo a la iniciativa del mecánico militar,
pues no se contaba con sus repuestos); los soldados tuvieron que bajarse
a empujar, lo que causó la mofa y una risotada general del público.
195

Aún conservo en la memoria la vergüenza de los soldados y mi indigna-


ción e impotencia no tan sólo porque se estaban riendo de ellos, sino
también porque estos conscriptos, de muy escasos recursos, estaban de-
teriorando su único vestuario particular.
El Gobierno de la Democracia Cristiana mantuvo un permanente
desprecio por el Ejército y las Instituciones de la Defensa, tratando de
crear en la conciencia nacional la idea de que las FF. AA. eran ver-
daderos aprovechadores del Estado. Su base ideológica les indicaba que
la guerra no era una realidad y que la diplomacia todo lo solucionaba;
aún a costa de nuestra soberanía, esto justificaba su fin, que era desviar
los recursos económicos de defensa, que no le aportaban votos, a otros
organismos que sí aumentarían su fuerza y poder como partido. Su
conducta la concretaron con ingentes recortes del presupuesto de defen-
sa, deteriorando gravemente sueldos, material de guerra y equipos, sien-
do éste el período en que la Patria ha estado más vulnerable en la his-
toria de Chile, considerando además que las adquisiciones de defensa
son a largo plazo, es decir, sus efectos no se perciben dentro del corto
plazo.
El "tacnazo" fue una reacción natural y patriótica no de militares
"golpístas", sino de militares "golpeados", moral y materialmente, que
veían día a día cómo estos politiqueros (obedientes incondicionales a
sus mezquinos intereses político-partidistas) colocaban irresponsable-
mente vulnerable la defensa nacional, destruyendo nuestro Ejército, el
Ejército de Chile, con el agravante de hacerlo desprestigiando y burlán-
dose de la capacidad intelectual de sus integrantes y con frases que nun-
ca se olvidarán: "Soldados cafiches del Estado" y "castrados mentales".

CONCLUSION PARTICULAR SOBRE EL GOBIERNO DE LA


DEMOCRACIA CRISTIANA

Por estas razones, no debemos desconocer y olvidar que los demo-


cratacristianos cuando fueron gobierno:
—Humillaron y despreciaron a las FF. AA., tratando de hacer concien-
cia en la ciudadanía sobre la limitada capacidad intelectual de sus
integrantes, además de considerarlos como un lastre y una carga para
el Estado.
—Intentaron la destrucción total, moral y material del Ejército con suel-
dos miserables y disminuidos presupuestos para su equipamiento, po-
niendo en grave peligro la defensa nacional.
—Entregaron el Gobierno al comunismo, que terminó de destruir la
convivencia nacional.
—Sus ideas políticas rechazan todo lo que esté relacionado con la defen-
sa nacional, como si los problemas limítrofes se arreglaran sólo con
bonitas palabras sin que éstas estén respaldadas por un Ejército efi-
ciente.
196

PERIODO DEL GOBIERNO COMUNISTA DE LA UNIDAD POPULAR

Antecedentes.
Digo Gobierno Comunista de la Unidad Popular debido a que sim-
plemente no fueron otros sino los comunistas los que manejaron a los
tontos útiles o, más bien expresados, partidos útiles de la UP., es decir,
el Partido Comunista hizo y deshizo cuanto estuvo a su alcance para
lograr su objetivo final, que es la dictadura del proletariado con la pér-
dida de valores fundamentales, símbolos patrios, himno nacional, res-
peto a la tradición histórica y concepto de Patria. Pero proletariado
entre comillas, ya que para administrar el gobierno los comunistas tie-
nen su clase privilegiada que obedecen los dictados de Moscú (Nomen-
klatura), personajes de una situación socio-económica superior, que se
dicen, y lo que es peor, se creen representantes del pueblo. No sé de qué
pueblo o representantes de qué trabajadores hablan, pero lo que sí sé es
que siempre hay incautos que creen en esto.
Para cumplir su objetivo, los comunistas, socialistas, radicales mar-
xistas, mapucistas y otros grupúsculos, tenían un obstáculo básico que
era el Ejército. Si dominaban o neutralizaban al Ejército, el resto cae-
ría por añadidura, logrando con ello la dictadura comunista, para lo cual
trataron de crear divisiones entre oficiales y suboficiales, pensando que
estos últimos caerían incautamente en sus redes, pero, gracias a Dios,
los perdió el desconocimiento que tenían de lo que es el Ejército chile-
no, donde la integridad institucional está basada en la lealtad, disciplina,
ejemplo personal y, fundamentalmente, en la justicia y la verdad. Co-
mo esto no les resultó, decidieron cambiar de estrategia y. empleando
el lema de: "Si no puedes vencer a tu enemigo, únete a él", pusieron en
práctica la incorporación en cargos importantes de su gobierno al máxi-
mo de militares, tratando de comprometerlos con sus ideas. Pero como
tampoco esto les resultó, decidieron armar a sus partidarios para ani-
quilar por la espalda a los soldados y sus familias, en especial a aquellos
que según ellos eran los más peligrosos para sus fines: "No hay que
olvidar que las armas encontradas después de septiembre del 73 y en
estos días no tienen otro fin que utilizarlas contra el Ejército". ¿O acaso
aún alguien piensa que son para competencias de tiro al blanco entre
los comunistas y sus partidos útiles?

CONCLUSION PARTICULAR SOBRE EL GOBIERNO COMUNISTA


DE LA UP.

Por estas razones, no debemos desconocer y olvidar que los comu-


nistas y sus partidos útiles cuando fueron Gobierno:

—Buscaron para lograr su objetivo (dictadura de la Nomenklatura)


destruir los valores más sagrados de la Patria, como son el Escudo,
la Bandera, el Himno Nacional, el ejemplo de héroes y patriotas que
han hecho de Chile una gran Nación, y cambiarlos por la hoz y el
martillo, la Internacional Comunista, el Che Guevara y Lenin.
197

—Para el logro de la dictadura de la Nomenklatura trataron de infiltrar


al Ejército persiguiendo enfrentar a oficiales contra suboficiales. Al
no lograr lo anterior, quisieron utilizar a los mandos del Ejército co-
mo cómplices, pero en vista de que esto último no tuvo los resultados
previstos, armaron a sus fanáticos para eliminar a los integrantes del
Ejército y sus familias, en especial a sus mandos ("Plan Z").
—No hay que olvidar que esta última tarea aún pretenden cumplirla y
la están realizando y para ello tienen todo el tiempo del mundo y el
factor sorpresa a su favor.
Pero eso s í . . . que tengan presente estos falsos chilenos que el Ejér-
cito, junto a sus otras ramas de la Defensa, es la reserva vital que tiene
el Estado y, Dios mediante, estarán siempre prontas a defender a la
Patria ante la amenaza artera de sus enemigos...
"Dios salve a la Patria de estos falsos profetas".

CONCLUSION GENERAL

Estos dos antecedentes quizás logren dar una visión aproximada


de la magnitud de los problemas que se avecinan, a no ser que estos
viejos personajes de ayer hayan nacido de nuevo y tengan una mentali-
dad nueva. A quienes tenemos aún estos recuerdos vivos en la memoria
nos asalta el temor por los que, faltos de información, ven y escuchan
en programas de radio y TV, revistas y diarios, a los mismos personajes
que casi destruyen totalmente nuestro Chile, hablar y accionar como
verdaderos salvadores de la Patria, derrochando honestidad, sólida "mo-
ral" y con soluciones para todos los problemas del país, como si no
existiera un pasado que se puede recordar fácilmente ya que, cuando
fueron Gobierno, el paraíso terrenal no se trasladó precisamente a Chile,
ni mucho menos. Estremece tanto cinismo y sinvergüenzura...
Es increíble verlos "a ellos" juzgando al Gobierno Militar..., se
repite el dicho: "El ladrón detrás del Juez".
DON DIEGO PORTALES
DELFIN CARVALLO ORTIZ
Teniente Coronel (R)

ntre los ciudadanos chilenos de Palazuelos, ambos destacados in-


E que tuvieron destacada figu-
ración en el pasado siglo es
digno mencionar a don Diego Por-
tegrantes de la aristocracia crio-
lla.
Su relevancia espiritual no era
tales, Ministro del Interior, de Re- producto de la generación espontá-
laciones Públicas y Guerra y Ma- nea, sino la resultante de la más ca-
rina durante el decenio del presi- lificada e ilustre prosapia seño-
dente Joaquín Prieto Vial. rial.
La actuación del ministro Porta- Su padre lo había destinado a la
les es digna de ser destacada, ya que carrera eclesiástica a fin de usu-
significó la rectificación adminis- fructuar de la capellanía de la casa
trativa que era indispensable en un de Moneda; no obstante sus propó-
país que se encontraba al borde del sitos no prosperaron ya que el jo-
caos total. ven Portales se dedicó exclusiva-
Recordemos que inició su primer mente al estudio del latín y cuan-
período ministerial en 1830, des- do se inauguró el Instituto Nacio-
pués de la anarquía política, la que nal en 1813 se matriculó en Dere-
se caracterizó por numerosos go- cho Natural y Romano.
biernos inestables, conatos revolu- No era Portales, nos dice Alberto
cionarios, falta de disciplina en el Edwards..., el ignorante que al-
Ejército, falta de recursos para el gunos se han propuesto descri-
normal desenvolvimiento del país, bir..., a sus estudios de Huma-
cambios en la estructura estatal, nidades, de Derecho, de Adminis-
sucesivas constituciones y eleccio- tración y de Ciencia Militar, hay
nes múltiples que dieron por resul- que agregar sus profundos conoci-
tado diversas formas de gobierno, mientos de la lengua castellana que
como el federalismo y el liberalis- dominaba en relevantes escritos, no
mo democrático. así en su dicción, ya que nunca fue
El Ministro Portales nació en orador.
Santiago el 15 de junio de 1793, per. En su vida privada hay que re-
teneciendo al prestigioso hogar cordar que aún cuando pertenecía
constituido por el superintendente a la aristocracia castellano vasca,
de la Casa de Moneda don Santia- sentía marcada aversión por las
go Portales y Larraín y por la dis- prácticas tradicionales y de familia
tinguida matrona santiaguina do- que afloraban en los ambientes de
ña María Encarnación Fernández selección social, de tal suerte que
199

prefería rodearse de un reducido cido que en su representación se


número de amigos que frecuentaban casara con su amiga a fin de legi-
una casa que por ironía llamaban timar a sus descendientes.
la "Filarmónica" para mofarse de Ante sus fracasos conyugales en
su nombre que correspondía a una una oportunidad escribió lo siguien-
destacada mansión señorial. En te: "El santo estado del matrimo-
ese lugar Portales se dedicaba a nio es el santo estado de los ton-
agradables tertulias cuyas veladas tos".
eran amenizadas por arpa y guita- Apreciemos la destacada perso-
rra. Este último instrumento lo do- nalidad de Portales en los siguien-
minaba con singular maestría. Al tes aspectos fundamentales de su
participar en tales encuentros de vida:
solaz y esparcimiento, no incurría 1. Como periodista.
en grandes desembolsos, ya que ja- 2. En sus ideas políticas y cons-
más bebía y sólo se hacía servir de titucionales.
un buen mate y de sus infaltables 3. Como gobernante en su pri-
cigarrillos. mer período ministerial.
Desde temprana edad demostró 4. Apreciando una póstuma fase
viveza intelectual, inquietudes socia- portaliana.
les que lo hicieron rebelde y travie-
so y de un carácter especial que
variaba con mutaciones bruscas, de 1. Portales como periodista
tal suerte que de la alegría y fogo-
sidad, caía rápidamente en la ira- Después de la caída de O'Hig-
cundia. gins se habían constituido diversos
De constitución física fina, casi grupos políticos movidos por aspi-
frágil, era delgado y de regular es- raciones vagas, por odios y resen-
tatura. timientos y por alusiones persona-
Su profunda mirada emanaba de les. A la sombra de estos partidos
sus ojos azules como una llamara- surgieron polémicas y artículos di-
da vital que encendía el escarnio, versos que movieron a Portales a
mofa, desprecio o admiración de incorporarse a la guerrilla perio-
quienes eran sus interlocutores. dística, ya que había sido víctima
Después de recibirse de ensaya- del ataque mordaz por parte prin-
dor de metales, mantuvo una mar- cipalmente de los pipiolos.
cada indiferencia a todos los hechos El ataque periodístico a Portales
trascendentales de su vida para su- fue sincronizado, adquiriendo espe-
mirse en un romántico idilio con su cial relevancia la destacada pluma
prima Josefa Portales Larraín, con de José Joaquín de Mora, quien al
quien contrajo nupcias y de la cual polemizar lo hacía invariablemente
a los dos años de matrimonio en- en versos como puede apreciarse en
viudó luego de sufrir la muerte de la poesía titulada: "El uno y el
su único hijo. Por la crisis mística otro", en la cual se lee:
que le sobrevino estuvo a punto de
incorporarse a la carrera sacerdo- El uno subió al poder
tal. por la insidia y la maldad
Luego conoció en Perú a Cons- I el otro sin saber cómo
tanza de Nordenflycht, con quien lo sentaron donde está.
hizo vida marital y de cuya unión
nacieron tres hijos, pero su desdi- El uno cubiletea
cha amorosa lo perseguía y ante la I el otro firma no más
inminencia de muerte de su amiga El uno se llama Diego
encomendó a un funcionario cono- I el otro José Tomás.
200

Para contestar a sus ofensas fun- cesario para establecer una verda-
dó en 1827 el periódico titulado dera república. La monarquía no es
"El Hambriento", cuyo epígrafe ha- tampoco el ideal americano; salimos
cía saber que se trataba de un pa- de una terrible para volver a otra...
pel público sin período, sin litera- ¿Y qué ganamos... ? La República
tura, impolítico pero provechoso y es el sistema que hay que adoptar,
chusco (gracioso, picaresco). pero... ¿sabe Ud. cómo yo la en-
El alma de este periódico era tiendo para estos países?... Un go-
Portales, que lanzaba con singular bierno fuerte, centralizador, cuyos
acierto numerosas críticas a quie- hombres sean verdaderos modelos
nes lo atacaban, críticas que escri- de virtud y patriotismo y así ende-
bía ya en prosa, ya en versos, ridi- rezar a los ciudadanos por el ca-
culizando sin piedad a quienes eran mino del orden y las virtudes...
sus detractores. Cuando se hallen moralizados ven-
El novedoso estilo periodístico ga el gobierno completamente libe-
creado por Portales, por su auda- ral, libre y lleno de ideales donde
cia, amenidad y valentía, impactó tengan participación los ciudadanos.
vigorosamente en la opinión públi- Esto es lo que yo pienso y todo hom-
ca. bre de mediano criterio pensará
De este modo Portales se consti- igual".
tuyó en un valioso elemento para Entre los factores que integran
el Partido Conservador en su lucha su concepción política, es necesario
contra la organización liberal del destacar los siguientes:
año 1828. Los pelucones encontra-
ron en Portales el más preciado
sostenedor de sus luchas ideológi- a) Su falta de ambición; era mo-
cas. desto y nada pretendía para sí.
b) Su antipatía por el ejercicio
2. Ideas políticas y del mando, el que ejercía por
constitucionales de Portales un imperativo de orden supe-
rior.
Las ideas políticas y constitucio-
nales de don Diego Portales sur- c) Su resistencia a la populari-
gieron tanto por la inestabilidad dad; no aceptaba la figuración
del gobierno imperante en el período ni la resonancia de su acción.
de la anarquía política, como por d) Su gobierno impersonal. No
las tentativas monárquicas consti- era el hombre el que debiera
tucionales de algunos próceres ame- prevalecer, sino el cargo que de.
ricanos. Estas ideas tuvieron hon- sempeña.
da raigambre nacional y fueron fo- e. Su patriotismo auténticamente
mentadas en numerosos artículos, chileno, diferente al patriotis-
siendo uno de ellos una carta escri- mo chileno-americano o senci-
ta por él cuando tenía 28 años de llamente americano de otros
edad, desde Lima, y dirigida con fa- próceres.
cha 22 de marzo de 1822 a su socio
José Manuel Cea, residente en Val-
paraíso, a quien le expresaba: Fue un gran admirador del ré-
gimen político imperante en Ingla-
"La democracia que tanto prego- terra, pero declaró que jamás pen-
naron los ilusos es un absurdo en saría en copiar fórmulas exóticas
países como los americanos, llenos para el gobierno. El chileno, decía,
de vicios y donde los ciudadanos ca- tiene una idiosincrasia "única en su
recen de toda virtud como es ne- género" y a esto se debe que el pue-
201

blo de Chile deba regirse por un ré- recta de la realidad. Mientras los
gimen que se adapte a esta idiosin- federalistas querían copiar el régi-
crasia; las fórmulas foráneas son men norteamericano, mientras otros
incompatibles con nuestro régimen pipiolos se emborrachaban con las
republicano. Con estos conceptos se utopías del enciclopedismo francés,
alejaba sensiblemente de los políti- mientras algunos propiciaban la re-
cos de su época. pública de tipo romano y otros de-
Para Portales el gobierno es una seaban trasplantar el régimen in-
entidad abstracta, un símbolo lla- glés, Portales y los conservadores
mado Presidente de la República, crearon su sistema sin otro guía que
absolutamente independiente de la la realidad de Chile. Sin saberlo
persona que lo ejerce. Su ideal es el aplicaban la máxima que Bolívar
gobierno obedecido, fuerte, respe- dictó, pero que nunca pudo llevar
tuoso y respetable, impersonal, su- a la práctica:... "la excelencia de
perior a los partidos y a los pres- un gobierno no consiste en su teo-
tigios personales. Algo totalmente ría, en su forma ni en su mecanis-
diferente a los gobiernos persona- mo, sino en ser apropiado a la na-
listas que existían en esos tiempos turaleza y al carácter de la nación
en numerosos países hispanoameri- para la cual se instituye".
canos.
Su apoyo al partido pelucón fue 3. Portales como gobernante en
analizado brillantemente durante la su primer período ministerial.
convención del Partido Conserva- La Junta de Gobierno lo designó
dor realizada en 1947, oportunidad el 6 de abril de 1830 como Ministro
en que el diputado de aquella épo- de Interior, Relaciones Exteriores
ca, posteriormente senador, emba- y Guerra y Marina, actuando de in-
jador del Perú, etc., don Francisco mediato con mano firme, decidido
Bulnes Sanfuentes, dijo: "La carac- a lograr la obtención de un gobier-
terística más sobresaliente en la no capaz, justo y de rectificación
vigorosa personalidad de Portales administrativa que requería un país
fue la de no haber sido jamás un al borde del caos total.
teórico. Sus concepciones políticas Las principales medidas tomadas
no provenían de especulaciones abs- por Portales en su primer período
tractas, sino de la observación di- ministerial fueron las siguientes:
202

a) Disolución del bando pipiolo: idóneos, los incorporó a las activi-


dades de su gobierno.
Después de Lircay el partido de La administración se basaba fun-
los pipiolos se disolvió ateniéndose damentalmente en la disciplina im-
a su fracaso, ya que el país no es- perante, rodeándose de comisiones
taba preparado para un régimen li- fiscalizadoras que iniciaban sus ac-
beral y democrático. tividades diarias a la hora de ini-
De todas maneras fracciones im- ciación del servicio, dejando cons-
portantes de este partido se dedica- tancia de quienes faltaban o llega-
ron a conspirar, constituyendo por ban atrasados a sus obligaciones.
lo tanto un frente de oposición al Incluso se le vio inspeccionar direc-
gobierno de Portales, hecho que el tamente diversos organismos, eli-
Ministro estimaba indispensable, minando a quienes acusaban negli-
por cuanto, según él, la oposición gencia laboral o su desempeño cau-
serviría para regular la marcha del saba un injustificado desembolso al
gobierno. erario nacional.
Su trabajo ministerial fue ejem-
b) Subordinación del Ejército plar; llegaba primero a sus obliga-
al poder constituido ciones, se retiraba al último, dor-
mía solo 5 horas, trabajando el res-
En el período de la anarquía po- to. Para compensar sus exigencias
lítica, en el Ejército se comproba- con los funcionarios, se preocupa-
ron numerosos levantamientos que ba de su bienestar, disponía opor-
el Ministro Portales atacó de raíz. tunamente el pago de haberes y ve-
En primer lugar, dio de baja al Ge- laba por la preparación de ellos.
neral Ramón Freire y a todos los De esta manera, inició una etapa
Jefes y Oficiales leales a esta cau- de reconstrucción moral y de pres-
sa, promoviendo con ello una puri- tigio de su acción gubernamental.
ficación institucional y dejando en
el Ejército sólo a los funcionarios d) Organización de la
leales al régimen constituido. Su guardia cívica.
interés por el restablecimiento de la
disciplina lo evidenciaba como un Contrariamente a lo que supo-
partidario del militarismo; así que- nen quienes señalan a Portales co-
dó demostrado mediante la reorga- mo un antimilitarista, la guardia
nización de la Escuela Militar, a la cívica nada tenía que ver con el
que dotó de mejoramiento material Ejército. Era una institución poli-
y de escogidos Jefes y Oficiales. cial creada por Portales para actuar
contra la delincuencia, los juegos
c) Organización de la de azar y la ociosidad que se ad-
Administración del Estado. vertía, aún cuando Portales asumió
como triministro.
En este aspecto, para comenzar
exigió honradez y respeto por las e) Neutralización de los
funciones y las autoridades que o'higginistas
ejercían mando. Especial interés de-
mostró al buscar a los funcionarios El grupo de los o'higginistas pre-
más calificados, dando de baja a ocupaba intensamente a Portales,
quienes demostraban deficiencias ya que en él actuaban hombres de
funcionarías, aún cuando fueran mucho prestigio, como los generales
parientes, amigos o adeptos a su ré- Prieto, Bulnes, etc., quienes activa-
gimen republicano; en cambio si en- ban las banderas o'higginistas, ha-
tre sus detractores había elementos ciendo propaganda de la vuelta al
203

poder del Libertador de Chile. A es- bien es cierto dio de baja a nume-
to se oponía Portales, ya que su go- rosos oficiales rebeldes, esto obe-
bierno impersonal peligraba ante la decía a su propósito de fortalecer la
presencia de, un hombre determina- disciplina institucional. Con esta
do. motivación intensificaba la puesta
Inteligentemente y a fin de neu- en marcha de virtudes militares,
tralizar a ese grupo, trabajó y con- lealtad al gobierno constituido y au-
siguió la Presidencia de la Repúbli- sencia de elementos desquiciadores.
ca a favor del General Joaquín La reorganización de la Escuela
Prieto. Militar fue fundamental para Por-
A mediados de agosto de 1831, tales; la dotó de mejoramiento ma-
considerando que sus servicios a su terial y de excelentes Jefes y Ofi-
patria estaban cumplidos presentó ciales. Su cariño por el Ejército se
la renuncia a sus cargos. Dejaba un acredita una vez más al reconocer
país organizado, disciplinado y con que solicitó para sí el grado de Te-
un alto nivel económico, donde pri- niente Coronel de Ejército.
maba la eficiencia y la ética funcio- Finalmente, frente a las eleccio-
naría. nes presidenciales descartó la elec-
Posteriormente, en septiembre de ción de don José Miguel Infante,
1835, fue llamado nuevamente a declarando que el país no estaba aún
sus altas funciones ministeriales, las en condiciones de ser gobernado
que desarrolló en similitud a su pri- por un civil, promoviendo en cam-
mer período ministerial. bio la candidatura de un militar, el
General Joaquín Prieto, que obtuvo
mayoría absoluta, siendo elegido
Apreciación póstuma de una presidente de la República para el
fase portaliana período de 1831 a 1841. ¿Podría
con estas medidas catalogarse al
Según muchos, Portales domeñó Ministro Diego Portales como un
el militarismo; según otros, fue un antimilitarista?... Naturalmente que
asiduo sostenedor del régimen mi- no.
litar. Su posición antimilitarista se Después de esbozar aspectos fun-
explicaría por la ausencia de su in- damentales de la vida de don Die-
tervención en las luchas de la inde- go Portales, su recuerdo cobra es-
pendencia, por la eliminación de pecial relevancia y significación
numerosos militares rebeldes y por ante la magnificencia deslumbrado-
la creación de la guardia cívica, que ra de lo que fue su obra, la que per-
fue interpretada por algunos ob- dura aún como testimonio de sus
servadores como una entidad ad- inquietudes vibrantes tendientes a
versaria del Ejército. lograr el engrandecimiento de nues-
No obstante, Portales fue un gran tra Patria.
admirador del régimen militar. Si
INTERNACIONALISMO PROLETARIO

LUCHA DE CLASES INTERNACIONAL


ARTURO LANE O.

ARX explica en el Manifiesto Comunista que el capitalismo surge


M cuando las relaciones económicas se internacionalizan, cuando se
hacen mundiales. Es entonces cuando aparecen las grandes in-
dustrias que producen para vastos mercados, destruyendo la producción
artesanal. Así se forman, de una parte de la burguesía que domina la
producción y el crédito, y de otra el proletariado que labora dentro de
esa nueva forma de producción y que es explotado por la clase burguesa.
El régimen capitalista depende del carácter internacional de su econo-
mía. Siendo el capitalismo un fenómeno internacional, la lucha entre la
burguesía y el proletariado, entre explotadores y explotados, tiene el
mismo carácter. Aunque tal lucha se dé dentro de cada nación es nacio-
nal sólo "en su forma", pero es internacional en su esencia. Por ello Marx
convoca a los proletarios a la unidad internacional, al internacionalismo
proletario.
De acuerdo a la tesis de Lenin, el capitalismo se transforma en
imperialismo debido a que el proceso de concentración económica acaba
con la libre competencia, apareciendo el monopolio. El imperialismo es,
en consecuencia, un fenómeno primordialmente económico propio del
proceso de "sobremaduración" del capitalismo. Aparece alrededor del
último tercio del siglo XIX y se encuentra en pleno desarrollo en los
albores del siglo XX. El imperialismo sería la causa de las grandes
guerras mundiales, formas de la competencia entre las burguesías de
los diversos imperialismos por la dominación sobre los mercados mun-
diales y las fuentes de materias primas.
Este proceso de desarrollo del capitalismo monopólico, caracteri-
zado por la exportación de capitales financieros más que por la de pro-
ductos industriales, lleva en su seno los gérmenes de un sistema social
nuevo: conduce a un proceso de socialización de la producción a nivel
mundial, pero manteniendo la apropiación privada de sus beneficios. Tal
205

hecho es una contradicción que inevitablemente tiende a destruir el


capitalismo, porque ya no responde a los intereses comunes de la sociedad
ni de las naciones.
En el campo internacional, el imperialismo consiste en la explota-
ción económica del mundo ejercida por unos pocos países ricos mediante
el monopolio del capital financiero. Aunque el imperialismo surgió apa-
rejado con la posesión de colonias, su evolución posterior lo independizó
del colonialismo, aunque siga apoyándose en el poder político de la bur-
guesía y en el poder militar ejercido sobre los países pobres para man-
tener su disciplina internacional.
El imperialismo divide al mundo en naciones ricas y naciones po-
bres, en naciones opresoras y naciones oprimidas. Así lo dice Lenin:
"¿Cuál es la idea más importante, la idea fundamental de nuestra tesis?
Es la distinción entre naciones oprimidas y naciones opresoras. Esta
idea de la diferencia, de la división de las naciones en opresoras y opri-
midas preside todas las tesis... " (1). De allí que las naciones se dividan
entre naciones burguesas y proletarias y las relaciones entre ellas deban
regirse por "las leyes" de la lucha o guerra de clases internacional. Todo
ello sin perjuicio de que dentro de las naciones pobres la lucha de clases
sigue enfrentando al proletariado con su propia burguesía. Como tanto
el proletariado como la burguesía son al mismo tiempo nacionales e in-
ternacional según la concepción marxista, la burguesía de las naciones
oprimidas es solidaria con la burguesía de los países imperialistas, por-
que sus intereses están ligados, directa o indirectamente, al capitalismo
internacional.
El proletariado es solidario con los pueblos explotados y con "el
bloque de naciones socialistas", porque éstas ayudan a los proletarios
del mundo entero a su liberación. Los pueblos de los países socialistas
apoyan el establecimiento del socialismo en todos los países, puesto que
el tránsito de la sociedad socialista hacia el comunismo, con la consi-
guiente disolución del Estado, "sólo será posible cuando en todas las
naciones imperen regímenes socialistas" y "no quede sobre la tierra po-
sibilidad alguna de explotación" y que "el triunfo de la República Sovié-
tica internacional es seguro" (2).
Pero en los países capitalistas avanzados, la burguesía corrompe a
los dirigentes de la clase trabajadora y soborna a una parte del proleta-
riado, la que Lenin denominaba la "aristocracia obrera", haciéndola cóm-
plice de la explotación imperialista. De allí que los comunistas deben
combatir al oportunismo en el seno de la clase obrera, porque el oportu-
nismo ayuda a prolongar la supervivencia del imperialismo. Por tal
razón dice Lenin que "no es socialista quien no comprende que en aras
de la victoria sobre la burguesía, en aras del paso. del poder a manos de
los obreros, en aras del comienzo de la revolución proletaria internacio-
nal, no se puede ni se debe retroceder ante ningún sacrificio, incluso
ante el sacrificio de una parte del territorio, ante el sacrificio de sufrir
de penosas derrotas a manos del imperialismo. No es socialista quien no
ha demostrado con hechos estar dispuesto a que "su" patria haga los
mayores sacrificios para impulsar de verdad la causa de la revolución
socialista" (3).
La lucha de clases contra el imperialismo significa destruir el sis-
tema económico, social y político generado por el capitalismo. Según la
doctrina del materialismo dialéctico, la sociedad internacional habría
llegado a la etapa de la revolución que dará origen al establecimiento
206

del socialismo como sistema universal, porque el capitalismo monopólico


produce dentro de sí mismo los elementos de un proceso de socialización
que destruirá el sistema para dar paso a la sociedad socialista. Sin em-
bargo, su agonía puede prolongarse latamente. Es tarea del proletariado
luchar para destruir al capitalismo en su propio país, agudizando sus
contradicciones internas y los antagonismos de clases en todos los fren-
tes, y combatir al imperialismo mediante la solidaridad internacional
con los pueblos coloniales, semicoloniales, dependientes o semidepen-
dientes. El internacionalismo proletario supone el paso al "bloque socia-
lista", cuando el proletariado, es decir, el partido marxista-leninista,
asume el poder.
La lucha de clases internacional incluye los conceptos de guerra
revolucionaria y de guerra nacional, guerra justa o injusta. Rechaza
Lenin la clasificación tradicional que distingue entre guerra defensiva
y ofensiva, siendo indiferente quien asuma la iniciativa de la guerra.
Una guerra emprendida por un país socialista siempre será defensiva,
sin importar quién la comience, puesto que estará defendiendo con ella
al sistema socialista. La calificación de la guerra en uno u otro sentido
queda, naturalmente, a cargo del partido o gobierno comunista.
La lucha de clases internacional consiste, al igual que toda lucha
de clases, en el antagonismo permanente entre el proletariado y la bur-
guesía, ahora, transfigurados en clases internacionales y en países opri-
midos y opresores. Se desarrolla mediante procesos que incluyen métodos
pacíficos y violentos, políticos y militares, económicos y culturales (lu-
cha ideológica), nacionales e internacionales. Sus características básicas
son: 1) global, porque abarca todo el planeta; 2) es permanente, hasta
que desaparezcan las sociedades divididas en clases; 3) es total, porque
emplea todos los medios posibles; o 4) irreconciliable, puesto que no
puede haber conciliación entre las clases en conflicto.
Esta es la tesis básica dentro de la cual es preciso comprender el
principio marxista-leninista sobre el internacionalismo proletario. Surge
indisolublemente ligado a la concepción histórica del materialismo dia-
léctico que fundamenta toda la existencia social en la lucha de clases.
Según Marx, la lucha de clases emplea todas las armas requeridas para
vencer y promueve todos los antagonismos y contradicciones, sea en el
interior de la sociedad nacional como entre las naciones y los Estados.
El primero y el más importante efecto producido por la concepción
marxista-leninista sobre la política internacional consiste en reemplazar
la división vertical entre Estados por divisiones horizontales, clasistas,
a través de las fronteras estatales. Ello lleva a superar la distinción
entre política interna y política exterior. Según Lenin "es fundamental-
mente erróneo, antimarxista y anticientífico separar la "política exte-
rior" de la política general, ni qué hablar de oponer Ja política exterior
a la interior" (4).
Aunque un Estado socialista siga, en apariencia, ateniéndose a las
normas del derecho y de la diplomacia tradicionales, las considera sólo
como medios provisionales a los cuales es preciso atenerse para mejorar
la correlación de fuerzas en la lucha de clases. Este es el sólo y único
sentido que tiene la política de "coexistencia pacífica". Así lo entiende
el programa del Partido Comunista de la U. R. S. S. de 1961 cuando dice
que "la coexistencia pacífica e s . . . una forma específica de la lucha de
207

clases". Tal política no puede engendrar ningún respeto por los princi-
pios del derecho, puesto que el derecho en ese caso es una mera cuestión
táctica dentro de una apreciación acerca de la correlación de fuerzas en
la lucha. Lenin advierte que "no nos encadenamos por los tratados, ni
nos dejaremos atar por ellos" (5). De tal manera que el viejo principio
jurídico de "pacta sunt servanda" (los pactos deben ser cumplidos),
puede ser violado a discreción de un gobierno o de un partido que asume
la ideología de la lucha de clases, en nombre de otro principio también
tradicional, la cláusula "res sic stantibus" (si la situación sigue igual),
por el hecho de que la movilidad de los hechos internacionales es per-
petua.
Un gobierno que asuma la política de guerra de clases internacio-
nal, transforma el concepto del Estado tradicional en "Estado revolucio-
nario" y deberá apreciarse su acción internacional de acuerdo con los
principios de la ideología que ha asumido. Siendo el derecho según el
materialismo dialéctico, una superestructura determinada por la infra-
estructura económica, no hay ni derecho ni moral comunes entre una
sociedad capitalista y otra socialista y sus relaciones son de mera "co-
existencia", es decir, se trata de un arreglo provisional que necesaria-
mente deberá terminar en cuanto la correlación de fuerzas sea favorable
a alguno de los bandos en lucha.
El primer principio que un Estado revolucionario deberá quebran-
tar para promover la lucha de clases internacional será el de "no inter-
vención en los asuntos internos de otros Estados". Visualizando el papel
del Estado revolucionario en aplicación del principio del internaciona-
lismo proletario, decía Lenin ya antes del triunfo de la Revolución So-
viética que "el proletariado triunfante de este país, después de expropiar
a los capitalistas y de organizar la producción socialista dentro de sus
fronteras, se enfrentará contra el resto del mundo, contra el mundo
capitalista, atrayendo a su lado a las clases oprimidas de los demás paí-
ses, organizando en ellos la insurrección contra los capitalistas, emplean-
do, en caso necesario, incluso la fuerza de las armas contra las clases
explotadoras y sus Estados" (6).
El internacionalismo proletario se traduce en la doctrina soviética
de la soberanía limitada del Estado y en la exclusión del principio de la
autodeterminación. Los partidos marxista-leninistas y los Estados revo-
lucionarios sostienen su derecho a intervenir en los asuntos internos de
otros Estados a favor de los partidos congéneres cuando "el proletaria-
do" de aquellos países se encuentra amenazado por "la burguesía inter-
nacional y el imperialismo". Ello incluso cuando un país socialista em-
prende reformas políticas que abandonan el modelo soviético. Ello ocurrió
en Checoslovaquia en 1968, por ejemplo, para justificar la intervención
soviética. En aquella ocasión se hizo explícita la doctrina de que los
Estados Socialistas tienen derecho a impedir que otro Estado socialista
abandone en su política los principios del socialismo científico. Esta fue
llamada la doctrina Brezhnev, aunque su fundamento debe encontrarse
en Lenin, para quien "los intereses del socialismo mundial están por
encima de los intereses nacionales, por encima de los del Estado" (7).
En tales condiciones resulta imposible la autodeterminación de cada na-
ción.
El teórico soviético S. Kovaliov justificaba la intervención sovié-
tica en Checoslovaquia atacando los dos principios anteriores diciendo
208

que "los comunistas de los países hermanos no pueden tolerar, natural-


mente, que en nombre de una soberanía abstractamente comprendida,
los Estados socialistas presencien, sin actuar, el espectáculo de un país
sometido al peligro de una convulsión antisocialista" y que "el respeto
formal del principio de libertad de autodeterminación de la nación, en la
situación concreta en que se encontraba Checoslovaquia, no habría signi-
ficado la libertad de "autodeterminación" para las masas populares y
los trabajadores, sino para sus enemigos" (8). Lo pintoresco dentro del
drama antes referido es que los comunistas checoslovacos no pretendían
emprender reformas de otro alcance que las que hoy promueve en la
U. R. S. S., Gorvachov.

La lucha de clases internacional y las guerras revolucionarias

Las guerras revolucionarias, grado superior dentro de la lucha de


clases, corresponden, dentro del análisis marxista, a la etapa social ca-
racterizada por la aguda contradicción existente entre el sistema de pro-
ducción y las fuerzas de producción. El imperialismo "en descomposi-
ción", "usuario", "monopólico", "parasitario", etc. es, para Lenin, una
estructura que debe desaparecer y que lleva en su seno las contradic-
ciones que darán origen a la sociedad socialista. Estas contradicciones
han madurado hasta el punto en que, según el materialismo dialéctico,
el proceso desemboca en la revolución.
Así lo explica Marx: "al llegar a una determinada fase de desa-
rrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad chocan con las
relaciones de producción existentes o, lo que no es más que la expresión
jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se
han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas pro-
ductivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas. Y se abre así
una época de revolución social. Al cambiar la base económica, se revo-
luciona, más o menos rápidamente, toda la inmensa superestructura
erigida sobre ella" (9).
La tesis leninista sobre el imperialismo, desarrollada con estricto ape-
go al materialismo dialéctico, concluye en la revolución universal. Sólo
que Lenin supera la revolución democrático-burguesa de Marx. En su evo-
lución el capitalismo ha llegado al punto en que debe producirse inevita-
blemente la revolución. En este punto el internacionalismo debe consistir
en la colaboración solidaria del proletariado internacional para desarro-
llar todas las guerras revolucionarias potenciales o reales a escala pla-
netaria.
No obstante que se estaría viviendo un proceso revolucionario a
escala universal, la lucha de clases no excluye ninguna forma de lucha
sea violenta o pacífica, política o militar, económica o ideológica. La
coexistencia pacífica sólo significa ausencia de guerra atómica, de guerra
directa contra las grandes potencias capitalistas, sin que ello excluya
otro tipo de confrontaciones en los demás campos de la lucha. Así lo
explica el teórico soviético D. Alexandrov: la coexistencia pacífica "su-
pone que las condiciones históricas de la lucha entre los dos sistemas
debe producirse en los campos económico, político e ideológico y no
desembocar en un conflicto armado que amenace el aniquilamiento de
la humanidad" (10).
209

Así por ejemplo, "la coexistencia pacífica no se extiende a la esfera


ideológica, porque la ideología comunista y la burguesa son inconcilia-
bles" y "la paz entre las ideas comunistas y burguesas es tan imposible
como la paz entre las clases". Por ello "en condiciones de distensión in-
ternacional, la lucha ideológica continuará intensificándose". Todo ello
contribuye a modificar la correlación de fuerzas entre ambos bloques de
países, puesto que la fuerza no sólo debe entenderse como fuerza militar.
Incluye conceptos políticos, culturales, económicos e históricos, además
de los militares. Así lo afirma la misma publicación antes citada del
Movimiento Comunista Internacional: la correlación de fuerzas "no sig-
nifica sólo comparación de posibilidades y medios militares entre las
principales potencias del socialismo y del capitalismo. Aunque, claro está,
este factor es de mucha importancia. Debe comprenderse esta categoría
en todos sus aspectos: histórico, económico, social y político, militar e
ideológico" (11).
Si bien la lucha de clases o guerra de clases internacional tiene
carácter universal, existe en el mundo una zona de paz dentro de la
cual no se acepta la existencia de conflictos. Son los países sometidos al
régimen comunista. "En efecto, el Programa del Partido Comunista de
la U. R. S. S. (aprobado en 1961) establece que en el mundo ha surgido
una "zona de paz" integrada fundamentalmente por los países socialis-
tas. Esta zona es considerada intocable, cerrada a todo tipo de inter-
vención y en cuyos asuntos no deben inmiscuirse ni siquiera las Naciones
Unidas. En contraposición, existe una "zona de guerra", compuesta por
todos los países no comunistas y que constituye básicamente el sistema
internacional tradicional. Esta zona está abierta al conflicto, es objeto
de todo género de intervenciones y agresiones por parte del movimiento
comunista internacional y es terreno de conquista para la revolución
mundial. En la lucha global, el cerco comunista se estrecha cada vez
más, empujando las fronteras de la "zona de guerra". El occidente, a
su vez, se demuestra incapaz de tomar la ofensiva y llevar la guerra al
campo adversario" (12).
En estas condiciones el concepto de coexistencia pacífica reviste
para el comunismo sólo el sentido de ausencia de guerra mundial, estando
permitidas todas las guerras locales, especialmente las llamadas "guerras
de liberación", es decir, aquellas que se promueven en los países depen-
dientes, en los países subdesarrollados especialmente. Para los teóricos
soviéticos este tipo de guerras debilitan "en grado considerable las posi-
ciones económicas y políticas del imperialismo, lleva a la destrucción
de sus retaguardias y a la pérdida de sus reservas" (13).
Dentro de este gran contexto mundial "la coexistencia pacífica entre
Estados de régimen social opuesto corresponde a los intereses radicales
del movimiento de liberación nacional y no supone que este movimiento
renuncie al derecho de la lucha armada. Como se sabe, al defender la
paz y combatir por el ahondamiento de la distensión los países socialistas
ayudan a la lucha de liberación nacional de los pueblos, incluida la lucha
armada, como lo demuestra la experiencia" (14).
La guerra revolucionaria
Dentro del análisis de Marx, la revolución anticapitalista era el
resultado de las contradicciones producidas por este régimen al implan-
tarse y desarrollarse en la sociedad. De allí que considerara como condi-
210

ción para el establecimiento del socialismo que primero cada nación


pasara por la etapa de la revolución "democrático burguesa" que habría
de establecer las bases del desarrollo capitalista, superando así las es-
tructuras "feudales". En el Manifiesto Comunista, al tratar del caso
de Alemania, por ejemplo, expresó que "tan pronto como la burguesía
adopta una actitud revolucionaria, el Partido Comunista lucha junto a
ella... ". El planteamiento es lógico si nos atenemos al materialismo
histórico que considera al socialismo una etapa superior del capitalismo.
Fue Lenin quien modificó la doctrina original. Desde la revolución
soviética, el Partido Comunista sostiene que los pueblos que aun no en-
tran al sistema capitalista, pueden evitar el capitalismo burgués y pasar
directamente del subdesarrollo al sistema socialista. En el II Congreso
de la Internacional Comunista, en 1920, Lenin hizo aprobar la tesis de
que "es erróneo suponer que la fase capitalista del desarrollo sea inevi-
table para los pueblos atrasados". De allí que las revoluciones en estos
países pasaran a denominarse "revoluciones nacionales", para distin-
guirlas de las denominadas "revoluciones democrático-burguesas" cuya
finalidad es establecer primero el régimen capitalista. Las "revoluciones
nacionales" se apoyan en las masas campesinas, "que representan las
relaciones capitalistas burguesas", pero el contenido revolucionario no
consiste en ese caso en el capitalismo, sino en una vía no capitalista de
desarrollo hacia el socialismo. "Los países atrasados, con la ayuda del
proletariado de las naciones adelantadas, pueden pasar al régimen sovié-
tico y, a través de determinadas etapas de desarrollo, al comunismo,
soslayando en su desenvolvimiento la fase capitalista" (15).
De modo que las guerras revolucionarias, en los países subdesarro-
llados son para los comunistas guerras de liberación nacional destinadas
a implantar regímenes socialistas o a apoyar a la llamada "burguesía
nacional", siempre que sea "efectivamente revolucionaria", en contrapo-
sición a la burguesía pro-imperialista, y que la burguesía nacional le
asegure a los comunistas su derecho a "educar y organizar en un espíritu
revolucionario a los campesinos y a las grandes masas de explotados"
(16). Ese fue el sentido de la colaboración de los comunistas con el
gobierno del General Velasco Alvarado en el Perú, a pesar de que dicho
gobierno en la forma se manifestaba contrario al comunismo. El resul-
tado ha sido el explosivo crecimiento de los movimientos guerrilleros.
Cuando Marx y Lenin hablan de revolución se refieren a procesos
violentos y en ningún caso al concepto de revolución elaborado en los
círculos cristianos progresistas que distinguen revolución y violencia.
Porque una revolución marxista-leninista consiste en la aniquilación de
clases sociales completas, requisito sin el cual no hay revolución. Dice
Lenin que "las grandes cuestiones de la libertad política y de la lucha
de clases las resuelve únicamente la fuerza, y nosotros debemos preocu-
parnos de la organización y preparación de esta fuerza y de su empleo
activo, no sólo defensivo, sino también ofensivo... ". "Los grandes pro-
blemas en la vida de los pueblos se resuelven solamente por la fuerza"
(17).
En el Manifiesto Comunista expresa Marx que toda lucha de clases
es una verdadera guerra civil latente y agrega que es necesariamente
política, siendo su objetivo "la transformación revolucionaria de la so-
ciedad o la ruina de las clases combatientes". Esta "guerra civil latente"
estalla en guerra revolucionaria cuando se agudiza la lucha de clases.
211

Al Partido Comunista le corresponde apoyar "dondequiera todo movi-


mitnto revolucionario contra las condiciones sociales y políticas exis-
tentes" mediante "la subversión violenta de todo el orden social existen-
te" (18). Así es como se llega al concepto de que entre guerra y política
no hay diferencia de naturaleza, sino de grado en el empleo de la violen-
cia, Según la concepción clasista de la política y de la guerra. Todas las
vías de acción política puestas en práctica por el Partido Comunista en
Chile incluyen el uso de las armas. Tanto la "vía pacífica", también
denominada "vía de masas dominando todas las formas de acción", como
la "vía armada" contienen el uso de la violencia. La definición dada en
su tiempo por el Partido Comunista sostenía que la diferencia entre una
y otra consistía sólo en el uso predominante de las armas en la vía
armada, sin excluirlas en la vía pacífica.
Esta doctrina sobre la guerra y la política inspira al manual oficial
sobre estrategia del Ejército Soviético, publicado bajo la dirección del
Mariscal K. Sokolovski. Ateniéndose a la teoría marxista sobre la divi-
sión del trabajo y de la lucha de clases, dice que "cuando la sociedad
se dividió en clases y aparecieron los ejércitos profesionales, la guerra
se convirtió en un fenómeno inevitable en la vida de los pueblos". Acorde
con tal concepción acerca de la inevitabilidad de la guerra, la misma
obra mencionada define la estrategia militar como "un sistema de cono-
cimientos científicos sobre las leyes que rigen la guerra como lucha
armada, en defensa de determinados intereses de clase" (19). Esta defi-
nición de estrategia militar vale tanto para la guerra entre Estados como
para la guerra interna o guerra civil que es una etapa de la lucha de
clases en curso hacia el establecimiento de la dictadura del proletariado.
La guerra es una prolongación de la política y debe subordinarse
a ésta, según Lenin. Debe subordinarse a la política concebida como
"guerra de clases". Dice el Mariscal Sokolovski que "al describir la
esencia de la guerra, el marxismo-leninismo parte de la premisa de que
ésta no es un fin en sí misma, sino un instrumento de la política", y
agrega que en sus observaciones al libro de Clausewitz "sobre la gue-
rra", Lenin subrayó que "la política es la razón y la guerra sólo la
herramienta, y no a la inversa. Por consiguiente, sólo queda subordinar
el punto de vista militar al político". Pero la política se encuentra ligada
a la guerra, porque ambas son, a la vez, los medios de la lucha de clases.
Dice Sokolovski que "la política prepara la guerra y crea a la vez condi-
ciones adecuadas para la estrategia en el terreno económico e ideológico".
Todo ello debido a que "al aquilatar los factores militares y políticos,
la política elige el momento más adecuado para comenzar una guerra
tomando en cuenta las condiciones estratégicas" (20). Por lo tanto,
aunque la guerra se subordina al objetivo político, la política concebida
como lucha de clases incluye a la guerra como el medio que debe em-
plearse para alcanzar los fines políticos. Así lo expresaba Lenin: "Todo
"programa de paz" es un engaño al pueblo y una hipocresía si no está
basado, en primer lugar, en la explicación a las masas de la necesidad
de la revolución, y en el apoyo, ayuda y desarrollo de la lucha revolu-
cionaria de las masas" (21).
Atendiendo al origen clasista de las guerras, la doctrina comunista
rechaza la división clásica de la guerra en guerras ofensivas y defen-
sivas. Según Lenin las guerras son justas o injustas. "Reconocer la
defensa de la patria significa reconocer la legitimidad y la justicia de
212

la guerra. La legitimidad y la justicia ¿desde qué punto de vista? Sólo


desde el punto de vista del proletariado socialista y de su lucha por la
emancipación; nosotros no reconocemos ningún otro punto de vista"
(22). Es decir, si la guerra se hace de acuerdo a los fines del comunismo
la guerra es justa. Una guerra justa en el sentido de Lenin siempre
será defensiva: "son guerras justas defensivas, cualquiera que fuese el
país que atacara primero" (23). Porque, cuando un país socialista actúa
a la ofensiva está defendiendo el socialismo.
Resumiendo la teoría marxista-leninista, la Academia de Ciencias
de la U. R. S. S., dice que "hay guerras justas, revolucionarias, en las
cuales se lucha contra la esclavización clasista, por la libertad y la inde-
pendencia nacional... Los comunistas apoyan total y plenamente las
guerras justas y se encuentran en las primeras filas de los combatientes
por la liberación nacional y social" (24). Por lo tanto, una guerra justa
debe ser una guerra revolucionaria o una guerra de liberación nacio-
nal.
El Mariscal Sokolovski manifiesta que "los objetivos políticos de
una guerra varían en su carácter decisivo según la profundidad de las
contradicciones existentes entre los Estados o coaliciones de Estados. En
las guerras civiles y en las guerras revolucionarias de clase se deciden
objetivos políticos, y por consiguiente estratégicos esenciales. Las gue-
rras entre Estados con distintos sistemas sociales son las más decisivas,
porque expresan la forma superior de la lucha de clases. En cambio, en
las contiendas entre Estados de igual régimen, en las que no existen con-
tradicciones sociales entre los adversarios, los fines políticos v estra-
tégicos son, por lo general, limitados" (25).
En la confrontación bélica entre un Estado socialista y otro capitalista,
por ejemplo, lo característico es que la derrota de uno de los contendores
debiera ir aparejada con el cambio de régimen económico, social y polí-
tico que lo caracterizaba. Este es el principio que le formulaba Stalin
a Tito en abril de 1945, cuando le advertía acerca del carácter que habría
de revestir el fin de la II Guerra Mundial: "esta guerra no se parece
en nada a las del pasado. Quien ocupa un territorio impone en él su
propio sistema social. Todo el mundo impone su sistema hasta los límites
máximos que alcanzan las vanguardias de sus ejércitos. Forzosamente
ha de ocurrir así" (26). Este razonamiento fue el que inspiró la domi-
nación comunista sobre toda la Europa Oriental.
Esta política sigue inspirando al actual gobierno soviético como se
desprende de las palabras de Gorbachov en su discurso de recepción al
primer ministro alemán Helmut Kohl de visita en Moscú: "los intentos
por modificar lo que ha sido creado en el proceso de postguerra o im-
pulsar políticas no realistas son un asunto de consecuencia imprevisibles
e incluso peligrosas" ("La Segunda", 25-X-88).
Hemos visto que las políticas de coexistencia pacífica y disten-
sión son entendidas por los Estados socialistas y los partidos comunistas
sólo como ausencia de guerra atómica y de confrontación bélica con las
grandes potencias, pero se atribuyen el derecho a agudizar la lucha en
otros terrenos como el político, el económico o el ideológico. En estos
debe agudizarse el antagonismo. Y en las naciones del tercer mundo de
Asia, Africa o América Latina el enfrentamiento puede ser llevado hasta
el extremo de la guerra. Así lo declaraba la Conferencia Internacional
sobre "la Distensión y el Proceso Revolucionario" convocada por el Mo-
vimiento Comunista Internacional en 1976: "la distensión no priva al
213

socialismo del derecho de prestar cualquier ayuda, incluida la ayuda ar-


mada, a la lucha de liberación nacional" (27). Tras su independencia lo
reconocía, por ejemplo, el líder del Frente de Liberación de Mozambique
(Frelimo): "Hay que señalar de modo especial el papel de los países
socialistas, que fueron el proveedor principal de material de guerra para
el Frelimo, aparte del apoyo moral y diplomático prestado" (28).
Dado el carácter global de la lucha contra el bloque occidental, los
"imperialistas", todas las guerras de liberación nacional deben supedi-
tarse al interés del Movimiento Comunista Internacional. "El interna-
cionalismo proletario "supone" supeditar los intereses de esta lucha a
escala mundial" (29). En la teoría soviética actual se afirma que "hoy
está excluida la posibilidad de revoluciones proletarias aisladas... Por
ello, la estrategia y la táctica de cualquier partido comunista no puede
dejar de estar concertadas con los intereses del movimiento emancipador
mundial" (30). De manera que la revolución tiene carácter universal y
debe someterse a la estrategia global del movimiento liderado por la
U. R. S. S. La revolución "es universal por su contenido y persigue el obje-
tivo supremo de... instaurar el socialismo y el comunismo a escala
internacional" (31). De allí que la unidad de la política interna con la
política exterior es un imperativo para los partidos comunistas: "la
responsabilidad nacional e internacional de cada partido comunista son
inseparables" (32).
En la línea antes señalada por los teóricos soviéticos, se manifiestan
los dirigentes de los movimientos revolucionarios centroamericanos. Así
por ejemplo, el dirigente sandinista Federico López, miembro del Con-
sejo de Estado de Nicaragua, sostenía en Radio Moscú (1-10-81) que la
revolución en su país "es una revolución nacional por su forma", pero
que "es también una revolución internacional, porque forma parte de la
revolución que habrá de transformar la vida de todos los pueblos". En
El Salvador, Jorge Shafik Handal, comandante del Frente Farabundo
Martí para la Liberación Nacional (F. F. M. L. N. ) y Secretario General
del Partido Comunista de su país, hablando por la misma emisora (1-10-
81) manifestaba que los salvadoreños tienen "un compromiso interna-
cional" al llevar adelante su "guerra popular revolucionaria". Su lucha
está encaminada a derrotar la "línea intervencionista del imperialismo
norteamericano" a fin de impedir "que sea aplicada en uno y otro país"
(33). El dirigente comunista salvadoreño entiende que la lucha desarro-
llada por su partido en El Salvador contra el "imperialismo norteame-
ricano" es una acción decisiva para el triunfo de la revolución en su
país, en Centro América y en toda América Latina.

La guerra revolucionaria de liberación nacional en América Latina

La guerra de liberación nacional en América Latina se ajusta al


concepto leninista que reemplazó la vieja tesis marxista de la "revolu-
ción democrático-burguesa". En la "guerra de liberación nacional" no se
pretende establecer la "democracia liberal", aunque en su proclama se
apele a la democracia, lo que permite incluir elementos "pequeños bur-
gueses" que luchan por esta clase de democracia.
El nuevo gobierno que surge de una "guerra de liberación" deberá
ser necesariamente una dictadura. Lenin se refiere expresamente a esta
cuestión en su discurso al III Congreso de la Internacional Comunista
214

diciendo que "la dictadura del proletariado no significa el cese de la


lucha de clases, sino su continuación en una forma nueva y con nuevas
armas. Mientras subsistan las clases, mientras la burguesía derribada
en un país duplique sus ataques contra el socialismo en el terreno in-
ternacional, seguirá siendo indispensable esa dictadura". Y recordando
palabras de Engels cita: "la democracia pura, en momentos de revolu-
ción, adquirirá por breve plazo un valor temporal... como última tabla
de salvación de toda la economía burguesa e incluso feudal... En todo
caso, durante la crisis y al día siguiente de ésta, nuestro único adversario
será toda la masa reaccionaria, agrupada alrededor de la democracia
pura, y creo que esto no puede en caso alguno dejar de tenerse en
cuenta" (34).
Un especialista soviético sostiene que aunque estos movimientos son
de estructura ideológica y política heterogénea, su finalidad se estima
"objetivamente revolucionaria", debido a que "debilita, descompone, so-
cava los cimientos del imperialismo" (35). En el informe al Pleno del
Comité Central del Partido Comunista en Chile, de enero de 1985, se
dice que "en las actuales circunstancias históricas, la caída del fascismo
no tiene por qué desembocar obligatoriamente en la democracia burguesa
y, por consiguiente, puede conducir a un cambio cualitativo todavía más
importante" y agrega que la experiencia de "dos países de América
Latina, Cuba y Nicaragua, demuestran que esto es posible, a pesar de
las dificultades de orden interno e internacional" (36).
El triunfo de una revolución en condiciones de guerra de liberación
nacional dirigida por el Partido Comunista, a pesar de la heterogénea
composición de sus bases, conduce al país hacia el bloque socialista y lo
transforma en base de operaciones revolucionarias para su área geopo-
lítica. "Es lógico que los países donde la revolución socialista triunfa
antes, se conviertan en la base principal, en la avanzadilla, en la fuerza
motriz fundamental del proceso revolucionario mundial. Estos países
toman sobre sí el mayor peso de la lucha contra el imperialismo y la
reacción, facilitando la situación de los demás destacamentos del movi-
miento revolucionario internacional, alentándolos para acciones enérgicas
y sosteniendo su combate con apoyos morales, políticos y económicos"
(37).
La solidaridad internacional socialista consiste en este caso en ayu-
dar al nuevo Estado socialista a establecer la dictadura del proletariado.
Como la hipótesis general de conquista del poder que plantea el leninismo
es la "guerra civil" se supone que las fuerzas armadas de este país han
entrado en crisis al igual que el Estado al que servían. Las fuerzas arma-
das insurgentes deberán hacerse cargo de lo que quede de las anteriores
y los países socialistas ayudarán a asumir el control total del aparato
represivo mediante apoyo material y de miles de asesores militares y
policiales. Esta es la experiencia universal confirmada en Cuba y Nica-
ragua. Esta injerencia en el poder militar del país asegura que aquella
nación ha pasado a formar parte definitiva del bloque socialista. En lo
internacional, el papel del nuevo Estado consiste en plantear la ruptura
y el enfrentamiento con el "imperialismo", es decir, con los países occi-
dentales. El no pago de la deuda externa es una medida clásica que
determina el aislamiento económico y el paso de ese país al área econó-
mica socialista. Esta se muestra incapacitada para promover el desa-
rrollo de estos nuevos países socialistas, a los que somete a lo que deno-
mina "división socialista internacional del trabajo", en la cual a los
215

países subdesarrollados les corresponden los papeles más ínfimos. Por-


que los propios países socialistas europeos deben profundizar su proceso
de industrialización para absorber su propia fuerza de trabajo dentro
de sus estrechos marcos de capitalización. De manera que el papel que
se les asigna a las naciones subdesarrolladas que se someten al socialismo
en esta perspectiva es sólo la de servir de cabeza de playa en la lucha
contra el imperialismo norteamericano.
Este ha sido el papel desempeñado por Cuba en América Latina.
"El ejemplo de Cuba arrastra a la vanguardia revolucionaria. Esta no
está constituida necesariamente por los partidos marxistas. No importa
ser o no ser marxista, sino hacer la revolución. Haciendo la revolución, se
descubre necesariamente el marxismo" (38). "Las lecciones cubanas se
resumen en tres puntos: a) para un ejército revolucionario es posible
vencer a un ejército regular; b) no hay que esperar a que se den todas
las condiciones juntas para empezar la revolución, puesto que el mismo
foco de insurrección hace aflorar las condiciones revolucionarias; c) el
terreno decisivo de la lucha armada es el campo" (39). El propósito
declarado era crear varios Vietnam en América Latina.
Esta fue la tesis del "foquismo" del Che Guevara, que fracasó. Al
morir Guevara en Bolivia se agotó su perspectiva, porque demostró que
el establecer "focos" insurreccionales aislados del contexto de la lucha
general y multifacética de la lucha de clases carece de toda viabilidad.
Después del fracaso del foquismo, "Marighela en Brasil y los Tu-
pamaros en Uruguay elaboran otra teoría, más compleja que el foquis-
mo: se trata de una combinación entre el voluntarismo castrista y la
acción entre las masas, la guerrilla rural y la urbana. Sin embargo, tanto
en Brasil como en Uruguay los nuevos intentos fueron barridos por la
represión. Los Estados ponen a punto sistemas de represión extrema-
damente eficaces" (40). De tal manera que la estrategia desarrollada
por Cuba ha sido nefasta para la izquierda en este continente. No es
extraño, entonces, que la U. R. S. S. haya limitado la participación de
Castro al campo del apoyo logístico y político, derivando su colaboración
militar a la revolución hacia Angola en donde Cuba ha mantenido por
más de una década un contingente militar de más de 50. 000 hombres.
La experiencia revolucionaria en Nicaragua ha reunido todas las
experiencias anteriores y ha establecido una nueva metodología que se
ha mostrado exitosa. Sus fundamentos son: a) la acción insurreccional
se desarrolla conjuntamente en la ciudad y el campo; b) unifica la acción
militar y política, participando en los conflictos sociales reales y man-
teniendo contactos con los demás partidos opositores; c) incorpora al
movimiento insurreccional a sectores de la "iglesia popular", cuya ad-
hesión a la teología de la liberación los coloca de lado de la revolución;
d) su política de alianza se desarrolla en forma amplia: absorbe a los
grupos extremistas independientes dentro del sandinismo, establece
alianzas tácticas con sectores de la burguesía y cuando llega al poder va
paulatinamente excluyéndolos. Ello le permite aprovechar en un primer
momento la imagen de un cierto pluralismo; e) adopta la línea de "guerra
popular prolongada" que es lucha de clases organizada con el propósito
de mantenerla en grado agudo por el tiempo necesario para establecer
una sociedad socialista. El propósito inmediato es derrocar el gobierno,
pero la guerra continúa luego contra las clases enemigas de la revolución
en el campo nacional e internacional. La ideología leninista sobre el im-
perialismo ilumina toda su política.
216

Los intentos cubanos por asumir la dirección de un movimiento con-


tinental de carácter insurreccional se manifestaron en la convocatoria
en La Habana a la "Conferencia Tricontinental" en 1966 y a la Confe-
rencia de la OLAS en julio-agosto de 1967 en las cuales participó Sal-
vador Allende. Corresponde en Chile al período de fundación y de mayor
auge del MIR, de clarísima tendencia terrorista. Según el padre Com-
blin, teólogo de la revolución "el tema de la guerra revolucionaria ha
perdido la actualidad. Ciertamente renacerá bajo otras formas... " (41).
Y para fundamentar sus críticas a la "doctrina de la seguridad nacio-
nal" de los ejércitos latinoamericanos, agrega que en América Latina
"no ha habido en ninguna parte cosa alguna que se asemeje ni siquiera
de lejos a una guerra revolucionaria en el sentido de Mao" (42). Esta
afirmación debe llevarnos a revisar la actualidad continental a fin de
constatar en qué grado son efectivos los movimientos insurreccionales
basados en el marxismo-leninismo o en su ideología sobre el imperia-
lismo, aunque no tengan la fuerza o significación del de "Mao".
Partiremos teniendo presente el asombroso aserto del Padre Com-
blin acerca del internacionalismo proletario: "el comunismo internacional
es un mito que ofrece la propaganda norteamericana a los satélites de
los Estados Unidos para mantenerlos sometidos. No se ha formado un
movimiento comunista realmente internacional y el comunismo no ha
tenido en ningún momento la menor posibilidad de orientar o de con-
trolar la emancipación del mundo subdesarrollado. Actualmente parece
que podrá menos todavía". Y para reafirmar su tesis agrega que "si
naciera, por imposible que parezca tal movimiento marxista, la Unión
Soviética se encargaría de destruirlo inmediatamente" (43).

El Movimiento Comunista Internacional

La comunista es por esencia una ideología de proyección interna-


cional. Su universalidad, en el sentido espacial, es la consecuencia de su
interpretación del fenómeno histórico del capitalismo como producto de
la creación de un mercado mundial que permite el desarrollo de la gran
industria. Esto significa la aparición de la burguesía y el proletariado.
El combate contra el capitalismo, sobre todo contra el imperialismo,
que es su forma moderna, debe darse, en consecuencia, en el plano inter-
nacional.
Pero lo que está fuera de duda desde el punto de vista de la ideo-
logía, es cuestionado, sin embargo, como realidad política. Hemos visto
que se niega la existencia de un movimiento comunista internacional,
aunque ya en el Manifiesto Comunista quedó establecida su existencia
en aquellos lejanos tiempos. Durante el siglo XIX existieron dos Inter-
nacionales en las cuales fue imponiéndose el marxismo como ideología
predominante del movimiento socialista. Serán las divergencias en la
interpretación del marxismo surgidas entre social demócratas y bolche-
viques las que darán nacimiento al Comintern o primera internacional
comunista.
Desde los albores de la revolución soviética, ésta se vio siempre
ligada al éxito de la revolución mundial. En el Primer Congreso de la
Internacional, el Comintern, en 1919; luego, en el Congreso de los Pue-
blos de Asia, convocado por el Partido Comunista soviético en 1920. en
el Segundo Congreso del Comintern, en 1920, y en el Tercero en 1921,
217

Lenin esperaba en forma obsesiva el estallido de revoluciones comunistas


en los países de capitalismo avanzado de Europa occidental, especial-
mente en Alemania. Y se imponía entre los comunistas de todos los
países el punto de vista nunca abandonado de que estas revoluciones
no sólo se hacían para instalar regímenes comunistas, sino también "para
ayudar a los rusos".
En el Tercer Congreso, la delegación alemana hizo una declaración
que habría de ser premonitoria del desarrollo posterior de las relaciones
de la U. R. S. S. con los partidos comunistas adheridos al Movimiento
Comunista Internacional. Dijeron los alemanes muy diplomáticamente
que "nosotros no pasamos por alto ni por un segundo la difícil situación
en que se encuentra el gobierno soviético ruso, a consecuencia de la
demora en el progreso de la revolución mundial. Al mismo tiempo pre-
vemos el peligro de que, de estas dificultades, puede emerger una contra-
dicción real o imaginaria entre los intereses del proletariado mundial
revolucionario y los intereses pasajeros de la Rusia soviética" (44).
En el mismo Congreso del Comintern, Lenin repetía tres veces,
"casi con las mismas palabras", que "pensamos: o bien la revolución
internacional viene en nuestra ayuda, y entonces nuestra victoria queda
plenamente asegurada, o bien nosotros haremos nuestro modesto trabajo
revolucionario sabiendo que, en caso de una derrota, habremos servido, a
pesar de todo, a la causa de la revolución y que nuestra revolución ayudará
a otras revoluciones... Ya antes de la revolución y también después de
ella pensábamos: o inmediatamente o, en el peor de los casos, muy
pronto, la revolución se producirá en otras naciones capitalistas más
desarrolladas, y si no ocurre así, pereceremos" (45). De hecho, la histo-
ria del movimiento socialista recordará aquella época como el momento
en que los diversos partidos socialistas fueron divididos por el comu-
nismo soviético. Esta división facilitó el triunfo fascista. En 1922 se
reunió en Moscú la primera conferencia sobre organización, la que le
dio la misma estructura a todos los partidos comunistas, condición que
debían cumplir para ser aceptados en el Comintern.
Manteniendo su convicción profunda en la inminencia de la revo-
lución mundial, Lenin sostenía que la tarea de los comunistas respecto
de las naciones "oprimidas" era la de organizar las vanguardias revolu-
cionarias: "en todas las colonias y en todos los países atrasados, no sólo
debemos formar cuadros propios de luchadores y organizaciones propias
de partido, no sólo debemos realizar una propaganda inmediata en pro
de la creación de soviets campesinos, tratando de adaptarlos a las condi-
ciones precapitalistas, sino que la Internacional Comunista habrá de
promulgar, dándole base teórica, la tesis de que los países atrasados
con la ayuda del proletariado de las naciones adelantadas, puedan pasar
al régimen soviético y, a través de determinadas etapas de desarrollo,
al comunismo, soslayando en su desenvolvimiento, la precapitalista" (46).
La revolución mundial era una necesidad para la revolución sovié-
tica, porque de aquélla depende la realización histórica del comunismo.
Así lo decía Lenin en su discurso en la Universidad de Sverdlov, en
1919, en el que sostenía que del triunfo mundial del comunismo depende
la disolución del Estado. El cumplimiento de este objetivo demostraría
el advenimiento de la que hasta ahora sólo se presenta como la mayor
utopía del marxismo. De manera que la promoción mundial del comu-
nismo pasó a ser una necesidad esencial del propio proyecto histórico
218

del comunismo soviético que nunca ha sido abandonado por la dirigencia


de aquel país. Naturalmente que aquí se combinan los intereses de la
ideología con los de la gran potencia.
Tras la muerte de Lenin se impuso, contra la de Trostky, la tesis
de Stalin de la "construcción del socialismo en un solo país". Tal formu-
lación del proyecto comunista fue interpretado por muchos en Occidente
como el abandono del internacionalismo de la Revolución Soviética. Sin
embargo, el propio Stalin aclaraba el sentido de tal política diciendo
que "el triunfo del socialismo en un solo país no constituye un fin en
sí mismo. La revolución triunfante en un país no debe considerarse
como algo que se baste a sí mismo, sino como un apoyo, como medio
para acelerar el triunfo del proletariado en todos los países, en este
caso en Rusia, e s . . . el comienzo y la premisa de la revolución mundial".
Rubricando la idea anterior, Stalin agrega que la revolución socia-
lista "no es una revolución circunscrita a un marco nacional. Es, ante
todo, una revolución de tipo internacional, de tipo mundial" (47).
De hecho Stalin utilizó el Comintern con extraordinaria eficacia
para los fines de la política exterior soviética hasta 1943, en que lo di-
solvió como gesto amistoso hacia sus aliados occidentales. Pero resta-
bleció la Internacional Comunista, bajo el nombre de Cominform, en
1947, contribuyendo con ello al desarrollo de la guerra fría. El Comin-
form fue disuelto en 1956 después del discurso de Kruschev, ante el
XX Congreso del Partido Comunista soviético en que denunció los crí-
menes de Stalin en contra de los comunistas de la U. R. S. S. y de otras
naciones utilizando el poder soviético. Fue reemplazado por un secre-
tariado coordinador con asiento en Praga. Era una medida destinada
a hacer olvidar el período Staliniano y a preparar la política de coexis-
tencia pacífica y la distensión.
Fue el período de la descolonización, programada por los países
colonialistas bajo presión norteamericana desde la época de Roosevelt,
y por la propia opinión pública de esas naciones, además de la de las
Naciones Unidas. Los pueblos coloniales asumían una actitud de legí-
tima rebeldía y mientras los occidentales preparaban aceleradamente
cuadros de dirección política para aquellos nuevos Estados, la U. R. S. S.
hacía otro tanto, aplicando además, su política de "guerra de liberación
nacional". La "coexistencia pacífica" era una herramienta necesaria pa-
ra, junto con excluir la perspectiva de guerra atómica, posibilitar la
extensión de su influencia mundial. Pronto vendría la Revolución Cu-
bana que inauguraría una cabeza de playa en la propia América Latina.
Así comenzaba la era de las "guerras de liberación nacional" en nuestro
continente.
La misma concepción ideológica leninista del internacionalismo pro-
letario, fundada en su crítica al imperialismo y en las formas de desa-
rrollo de la lucha de clases internacional, ha inspirado toda la política
del Movimiento Comunista Internacional y la política internacional cla-
sista de la U. R. S. S. Boris Ponomariov, director del Departamento Inter-
nacional del Partido Comunista de la U. R. S. S., lo confirma diciendo que
su partido y la U. R. S. S. han aplicado "firmemente la línea marxista-
leninista" en su política exterior con un "carácter combativo y ofensi-
vo". Agrega que "el rumbo de la política exterior del P. C. U. S. es profun-
damente internacionalista. El poderío del país de los Soviets y todas
sus posibilidades son aprovechadas "para lograr" que siga cambiando
219

a favor del movimiento revolucionario la correlación mundial de fuer-


zas" (48).
Explicando la dimensión planetaria de la política del Partido Co-
munista de la U. R. S. S., decía Brezhnev ante el XXV Congreso, en 1976,
veinte años después de la disolución del Cominform, que "la actividad
de nuestro partido en la arena internacional en las condiciones actuales
es extraordinariamente amplia y variada. Es probable que no exista
hoy un rincón de la Tierra cuya situación no sea necesario tomar en
cuenta de un modo u otro al formular nuestra política exterior" (49).
Esta actividad exterior en lo que se refiere a nuestro continente y la
forma concreta que reviste el internacionalismo proletario es el problema
que abordaremos en seguida.

La Coordinación Internacional de los Movimientos de Liberación Nacional

El principio del internacionalismo proletario o lucha de clases in-


ternacional supone la coordinación, la solidaridad y la unidad de todas
las vanguardias marxista-leninistas tras un proyecto global de revolución
internacional. El marxismo-leninismo supone que el proletariado inter-
nacional lucha contra su enemigo tradicional; la burguesía internacional.
El socialismo lucha contra el imperialismo que tiene un comando central
en el país rector del bloque imperialista: EE. UU. El socialismo tam-
bién tiene un comando centralizado que cuenta con el poder para enfren-
tar a su enemigo. En la actual etapa histórica, al menos, dicho papel le
corresponde a la U. R. S. S., el hermano mayor como la denominó Salvador
Allende. Esta es la tesis principal de todos los partidos o movimientos
comprometidos en las "guerras revolucionarias" del leninismo.
Pero al igual como ocurre dentro de cada país con la táctica de la
lucha armada, en la que el Partido Comunista forma organizaciones sepa-
radas de su estructura orgánica, la U. R. S. S. no se involucra pública-
mente en las "guerras revolucionarias".
La característica de la política exterior de la U. R. S. S. ha sido, junto
con impulsar la "lucha de clases internacional" mediante el Movimiento
Comunista Internacional, utilizar, a la vez, la fachada del Estado respe-
tuoso del Derecho Internacional tradicional. Otra conducta la llevaría
a soportar la crítica de la opinión pública internacional tal como la debió
sufrir Estados Unidos cuando se involucró en Vietnam. Su actual inter-
vención directa en Afganistán les ha costado a los soviéticos una altísima
cuota de prestigio que podría verse comprometido mucho más seriamente
si reconociera públicamente sus vínculos efectivos con las guerras civiles
que promueve en diversas naciones.
Así es como surge el papel desempeñado por sus Estados aliados,
tales como Cuba y Nicaragua en América Latina, Vietnam y Corea del
Norte en Asia, Libia, Angola y Mozambique en Africa y los diversos
Estados europeos del Pacto de Varsovia que colaboran con los movi-
mientos insurgentes que hoy por hoy impulsan las guerras revolucio-
narias. Hemos visto los testimonios directos que confirman la existencia
de una vasta asistencia política, militar, económica y diplomática ejer-
cida en función de la política de "lucha de clases internacional". Es lo
que el Gobierno norteamericano ha denominado "la confederación de
Estados terroristas".
220

Existen instancias internacionales de coordinación de los diversos


partidos, movimientos, frentes o como quiera que se llamen las entidades
que desarrollan las guerras revolucionarias y la acción terrorista. A
través de ellas se canaliza la ayuda de los Estados socialistas.
Es oportuno recordar que en cada país las entidades revolucionarias
tienen una composición muy variada, puesto que junto al Partido Co-
munista colaboran grupos no comunistas que se han sumado a la "guerra
de liberación nacional". La praxis revolucionaria los va arrastrando
paulatinamente hacia el marxismo. Al aceptar el método de razonar
impuesto por los comunistas, quedan inermes ante la ideología marxista,
la cual termina por imponerse al movimiento entero. El control del apoyo
logístico recibido de los países socialistas le permite al Partido Comu-
nista controlar el "brazo armado" del movimiento revolucionario. El
aparente pluralismo desaparece cuando el movimiento triunfante asume
el poder y el Partido Comunista debe aplicar la dictadura del prole-
tariado.
En Nicaragua, los Estados Unidos pretendieron, en un primer mo-
mento, equilibrar el peso que los marxistas poseen dentro del sandinismo,
ayudando a las fracciones no marxistas, pero ello resultó un fracaso,
porque los comunistas que controlaban las operaciones militares tenían
preparación profesional y disciplina militar adquirida en campos de en-
trenamiento en los países socialistas. Tal preparación no se improvisa.
Existe una legión extranjera de profesionales de la subversión que es
movilizada de acuerdo con las necesidades de la lucha. Todo el proceso
de subversión que hemos descrito a lo' largo del presente ensayo supone
una coordinación central.
Se suele hacer una diferencia entre movimientos de inspiración
ideológica marxista-leninista y los maoístas. La verdad es que tal dis-
tingo no corresponde al nivel ideológico, puesto que aparte de ciertas
diferencias tácticas, el maoísmo pretende ser un marxismo-leninismo
más ortodoxo que aquel que hoy inspira a los comunistas de obediencia
soviética. Por lo demás, China no sostiene ahora, aparentemente al me-
nos en áreas ajenas al Asia, un movimiento insurgente internacional. El
propio marxismo es cuestionado en aquel país que ha buscado conciliar
su desarrollo con su incorporación al comercio mundial y su abandono
del enfrentamiento con los países capitalistas.
Los movimientos que dicen inspirarse en la versión maoísta del
marxismo reciben igualmente apoyo logístico del bloque soviético y ten-
drían que caer inevitablemente bajo la influencia de estos países. Hay
pruebas que confirman la existencia de vínculos entre Sendero Lumi-
noso, el movimiento maoísta peruano, y los países socialistas del bloque
soviético. Así, por ejemplo, ocurre con el apertrechamiento de armas;
conocido es el caso del vapor Pía Vesta que en junio de 1986 fue dete-
nido en Panamá luego de huir desde la costa peruana perseguido por la
marina de este país. Se comprobó que transportaba 250 toneladas de
armas embarcadas en el puerto de Rostock en Alemania Oriental, desti-
nadas a aquel movimiento (50).
Sin embargo, entre los movimientos de liberación y otros de carác-
ter terrorista existentes que no provienen del marxismo, se debe identi-
ficar a los que surgen dentro de la religión islámica. Corresponden a
pueblos trabados en fuertes conflictos nacionalistas en torno a la exis-
tencia del Estado de Israel, por ejemplo. Es el caso de los palestinos que
221

reciben apoyo soviético y financiamienta de los Estados Arabes. Entre


los musulmanes existe una vieja tradición terrorista que se remonta a
los tiempos de la Secta de los Asesinos.
En Europa, entre los grupos terroristas con motivaciones predomi-
nantemente nacionalistas, como el IRA en Irlanda, la ETA en España,
los corsos en Francia, etc., se ha encontrado igualmente la conexión y la
coordinación con los terrorismos de origen marxista como Baader Mein-
hof de Alemania o el Ejército Rojo en Italia. Libia ha jugado el papel
de estación intermedia entre el bloque socialista y estos movimientos,
prestándose para proporcionar seguridad en su territorio, entrenamiento
militar y apertrechamiento de armas a los terroristas europeos.
Han existido numerosas expresiones públicas que revelan la exis-
tencia de la voluntad de los diversos grupos revolucionarios de actuar
dentro de una estrategia común y de prestarse auxilio mutuo. En 1983
Fidel Castro convocó a una conferencia de los diversos movimientos
guerrilleros latinoamericanos para acordar la formación de un solo
ejército de liberación, el "Ejército del Pueblo de Latinoamérica". En
1984, se reúnen en París los representantes de algunos grupos terro-
ristas latinoamericanos: (E. R. P. de Argentina, M. 19 de Colombia, MIR
de Chile y Tupamaros de Uruguay) y resuelven la formación de un
comité coordinador (51).
En 1985 se realiza en Bolivia la primera reunión de la "Junta Re-
volucionaria de América del Sur" con asistencia de representantes de
los movimientos Sendero Luminoso y Tupac Amaru (Perú); M. 19 y
Ejército de Liberación Popular (Colombia); MIR (Chile); Montoneros
(Argentina); Tupamaros (Uruguay); Bandera Roja (Venezuela) y el
Frente de Liberación Nacional Farabundo Martí (El Salvador) (52).
En enero de 1986 se produce un primer enfrentamiento del Ejército
de Colombia con el llamado "Batallón de las Américas" formado por
guerrilleros pertenecientes a los siguientes movimientos: M. 19 (Colom-
bia), Bandera Roja (Venezuela), Sendero Luminoso y Tupac Amaru
(Perú), Farabundo Martí (El Salvador). Esta instancia de coordinación
pretende la integración internacional de los diversos movimientos dán-
dole materialidad a la iniciativa que Fidel Castro lanzara en 1983 de
crear un Ejército del Pueblo Latinoamericano. Para promover la acti-
vidad guerrillera y terrorista en el área geopolítica integrada por Cen-
troamérica y la región norte de Sudamérica (Perú, Ecuador, Colombia
y Venezuela) se crea el "Comité de Coordinación Regional" con respaldo
de Nicaragua y Cuba. Los movimientos MIR y F. P. M. R. de Chile tam-
bién se encuentran representados en él, recibiendo apoyo logístico y para
la preparación de cuadros. El enfrentamiento producido entre el Ejército
colombiano y el Batallón de las Américas obligó a aquél a movilizar ar-
mamento pesado, incluso tanques (53).
Todos los países latinoamericanos poseen grupos revolucionarios en
la línea de la "vía armada". Algunos de ellos sólo en estado latente, otros
muy activos. Entre los primeros se encuentran los de Bolivia que luego
del aniquilamiento de la intentona del Che Guevara se demostró la ausen-
cia de respaldo popular para la guerrilla. Ahora se ha preferido usar su
territorio para apoyar logísticamente a los movimientos revolucionarios
de los países limítrofes. No obstante, en Bolivia existe el M. I. R., organi-
zación de igual carácter que su homónimo chileno. En Brasil, Uruguay
y Argentina, tras la represión de los militares, los grupos guerrilleros y
222

terroristas sufrieron un grave retroceso y sus cuadros han debido con-


tinuar su acción integrándose a la actividad revolucionaria en el extran-
jero. Fue el caso, por ejemplo, del argentino Hugo Ratier Noguera, del
E. R. P., quien participó en el homicidio del Intendente de Santiago, Ca-
rol Urzúa. Murió en Chile en un enfrentamiento.
Los países en donde se está dando la lucha más activa son El Sal-
vador en que la guerra civil ha costado en 8 años más de 61. 000 muertos;
Colombia en que la guerrilla se ha combinado con los poderosos narco-
traficantes, prestándose ayuda mutua. Mientras los movimientos guerri-
lleros impiden con su actividad que la policía desbarate los centros de
elaboración y distribución de drogas, los traficantes financian las acti-
vidades de aquéllos. Esta colaboración ha empezado a activar los movi-
mientos insurgentes de Venezuela y Ecuador. El tercer país con una
intensa actividad insurgente es el Perú, en que desde 1980 hasta ahora
han muerto 11. 605 personas por acción del movimiento Sendero Lumi-
noso, según un informe del Senado peruano dado a la publicidad recien-
temente (54). La colaboración soviética a la guerra civil peruana no es
obstáculo para que entre la U. R. S. S. y Perú existan relaciones diplomá-
ticas, porque en virtud de la política de guerra de clases internacional
se han derogado las leyes de la guerra del Derecho Internacional.
Ante las evidencias que demuestran tan intensa actividad insurgente
en nuestro continente resulta asombroso enterarse de que el padre Jo-
seph Comblin, uno de los principales críticos de las políticas, sobre segu-
ridad nacional, sostenga que "ahora las guerrillas han muerto. La repre-
sión las ha eliminado despiadadamente. Han sido eliminadas hasta tal
punto de la historia de la América Latina que los movimientos izquier-
distas de Chile ni siquiera lo intentaron (resistir a las FF. A A ) " (55).
En verdad, esta afirmación forma parte de la lucha ideológica trabada
en torno a la seguridad nacional. Como toda lucha de carácter ideológico
encaminada a producir efectos tácticos en la política concreta, no puede
dejar de ocultar los factores que justifican la adopción de determinadas
políticas que se desea obstruir. En el caso concreto de la seguridad co-
lectiva, se trata "de desarmar" toda política destinada a impedir el desa-
rrollo del proceso revolucionario. Es comprensible que Comblin quiera
bloquearla, puesto que es el principal defensor dentro del clero católico
de la revolución como meta política para nuestro continente. Por ello
ha elaborado una teología de la revolución que justifica el empleo de la
violencia y crítica a los Papas por condenarla. El sabe perfectamente
que en aquellos países de nuestro continente en donde los movimientos
revolucionarios han adoptado una actividad pasiva, ello se explica sólo
por razones tácticas. Hay períodos de flujo y reflujo del proceso revo-
lucionario que es preciso tener en cuenta para activar la guerra revolu-
cionaria. También sabe que la revolución tiene una estrategia global,
que no se concibe un proceso revolucionario aislado del resto de la revo-
lución mundial y regional. El internacionalismo proletario significa mu-
chas veces postergar la revolución en el propio país para ayudar al
triunfo de la del país vecino. El sabe todas estas cosas y ha escrito
ampliamente sobre ellas.
Existe un movimiento revolucionario de carácter internacional que
tiene una teoría (el internacionalismo proletario) y una práctica. La
práctica demuestra que tal movimiento posee un comando centralizado
en los países socialistas, los cuales oficialmente tienen una política ex-
terior basada en los principios de la lucha de clases internacional. En
223

su nombre presta apoyo a la lucha que se desarrolla en lo que denominan


"zona de guerra". Es decir, en los países no socialistas.
Los movimientos revolucionarios han ido desarrollando una prác-
tica de lucha común y han creado instancias orgánicas que coordinan las
"guerras de liberación nacional". En América Latina, Cuba y Nicara-
gua, junto con constituir el apoyo político principal sirven de interme-
diarios para traspasar la ayuda material proporcionada por el Movi-
miento Comunista Internacional a los diversos grupos combatientes. Li-
bia, Vietnam y Corea del Norte participan proporcionando armas, entre-
namiento militar y apoyo político principalmente a través de Cuba y
Nicaragua. La U. R. S. S. y sus aliados europeos, en particular Alemania
Oriental, Checoslovaquia y Bulgaria, trafican con armas de su propia
manufactura. También proporcionan instructores militares y prestan
protección política y diplomática.
Algunos de los antecedentes que han tomado estado público sobre
el apoyo logístico a la guerrilla latinoamericana consignan los siguientes
hechos: 1) el gobierno de El Salvador (27-7-84) captura 1. 200 fusiles
M. 16 de un total de 1. 800 enviados por Vietnam, vía Nicaragua desde
Cuba; 2) el gobierno de Colombia (XI-85) afirma haber comprobado
que el armamento utilizado por el M. 19 para asaltar la Corte Suprema
fue proporcionado por Nicaragua; 3) el Ejército Colombiano (16-12-85)
sostiene que el armamento enviado por Libia al M. 19 y demás grupos
guerrilleros de su país vía Nicaragua es descargado en aeródromos clan-
destinos de zonas fronterizas de Brasil, Ecuador y Perú; 4) en mayo de
1986 se detecta el zarpe de una fragata soviética desde el puerto de
Nikolayev en la U. R. S. S. que semanas después descarga material militar
en Nicaragua; 5) en junio de 1986 se produce el caso del vapor Pía
Vesta que es detenido en Panamá con una carga de 250 toneladas de
armas luego de huir de la armada peruana al ser descubierto en manio-
bras de desembarco clandestino de su carga en este último país; 6) en
Chile (7-8-86) se descubre un contrabando estimado en 50 toneladas de
armas destinadas al F. P. M. R. El Partido Comunista declara que no es-
tima como atentado a la soberanía nacional tal hecho puesto que se
trata de un acto de solidaridad internacional con el pueblo de Chile (56).
El internacionalismo proletario, en consecuencia, no es una mera
apelación moral a la "unidad de los trabajadores". Es la muy concreta
participación de los Estados revolucionarios en la "guerra de clases in-
ternacional" desarrollada a nivel mundial. Una política basada en el
principio de la "lucha de clases" se fundamenta en la existencia de con-
flictos reales y se desarrolla mediante la agudización programada de
dichos conflictos.
El Estado Revolucionario y la vigencia de la Ideología
Al conocer los fundamentos teóricos del principio del Internacio-
nalismo Proletario, reconocido por el Movimiento Comunista Internacio-
nal como una de las leyes básicas del paso al socialismo, ha surgido el
concepto de Estado revolucionario. Los soviéticos sostienen que "la re-
volución de octubre creó un Estado de nuevo tipo, el Estado Soviético,
estableciendo así los fundamentos de la política exterior soviética, la cual
se diferencia en principio de la política exterior de todos los otros Es-
tados" (57). Es decir, el Estado soviético rompe con los fundamentos
224

que sustentan al Estado tradicional. Ello determina que la política de


este Estado nuevo es completamente diferente a la desarrollada por el
Estado tradicional.
A lo largo del presente ensayo hemos analizado los fundamentos
ideológicos y las consecuencias de esta política. Cabe analizar en qué
medida efectiva se refleja la ideología en la política exterior. Dice un
texto oficial sobre "Historia de las Relaciones Internacionales y de la
Política Exterior de la U. R. S. S. " que "la política exterior soviética
está impregnada del espíritu del Comunismo, de la lealtad al Partido
Leninista y se encuentra esencial y orgánicamente integrada a la política
interna y es su continuación". Y agrega que "la política exterior sovié-
tica proviene de la teoría leninista del desarrollo de la revolución socia-
lista mundial" (58).
En consecuencia, corresponde saber cuál es el papel del Partido
Comunista frente al Estado en la U. R. S. S. y en los demás países de
régimen marxista-leninista. El artículo sexto de la actual Constitución
Política de la U. R. S. S., aprobada en 1976, expresa que "la fuerza direc-
tiva y orientadora de la sociedad soviética, el núcleo de su sistema polí-
tico y de todas las organizaciones estatales y sociales es el Partido Co-
munista de la Unión Soviética... Armado con la doctrina marxista-
leninista, el Partido Comunista determina la perspectiva general de
desarrollo de la sociedad, la línea de la política interior y exterior de la
U. R. S. S., dirige la gran actividad creadora del pueblo soviético, otorga
un carácter planificado, científicamente fundamentado, a su lucha por
la victoria del comunismo".
Es decir, el Partido Comunista soviético domina constitucionalmen-
te al Estado y a la sociedad. Tiene el monopolio legal de la política. El
Estado es del Partido y la sociedad está sometida totalitariamente al
Partido. Quienes suponen que los cambios que anuncia el actual régimen
soviético podrían conducir a la creación de nuevos partidos y a reducir
el predominio del Partido Comunista en aquel país, deben tener presente
declaraciones del ideólogo oficial del Comité Central del Partido Comu-
nista soviético Vadim Medvedev, quien afirmó que es innecesaria la
existencia de otros partidos porque el Partido Comunista "está abierto
para debates y discusiones internas con personas que no son miembros
de éste y la creación artificial de otros partidos no tendría ningún sen-
tido" (59). Es decir, el Partido Comunista y su ideología seguirán
jugando el mismo papel constitucional que han jugado durante más de
setenta años en la U. R. S. S.
La cuestión es, en consecuencia, si es posible interpretar la ideolo-
gía en un sentido diferente al que hasta ahora ha inspirado la historia
soviética. El propio Medvedev planteó en la misma ocasión que "el con-
cepto de políticas exteriores clasistas debería desecharse en favor de
valores humanos básicos".
La renuncia a la lucha de clases como política exterior del Estado
soviético representaría la renuncia al marxismo y al leninismo y exigiría
hasta una reforma constitucional. Hemos visto que el marxismo-leninis-
mo está ligado esencialmente al concepto de lucha de clases, puesto que
es su idea de la política y de la historia. Es el fundamento del materia-
lismo histórico. Su filosofía dialéctica o materialismo dialéctico dejaría
de tener todo sentido. La lucha en contra del capitalismo y el imperia-
lismo serían definitivamente olvidados. Puesto que la sociedad comu-
nista sólo será posible si esta lucha tiene dimensión internacional, se
225

estaría renunciando al comunismo. En suma, desligar la política exterior


del principio marxista-leninista de que no hay diferencia entre política
interior y política exterior echaría por tierra toda la teoría clasista sobre
la cual se ha constituido el Estado soviético.
La abjuración equivaldría a renunciar en la religión cristiana al
dogma de que Cristo es Dios. El asunto tiene tal magnitud que no pa-
reoe razonable esperar que semejante punto de vista pueda llegar a
imponerse sobre la ideología oficial en la U. R. S. S. Tal vez, cuando los
soviéticos entierren la momia de Lenin podríamos empezar a creer en
semejante cambio. Sólo el repudio a la herencia leninista garantizaría
dicho cambio.
Se sabe que los actuales gobernantes soviéticos deben enfrentar una
fuerte oposición conservadora dentro del Partido Comunista. Fuera de
la U. R. S. S. hay Partidos Comunistas que rechazan los cambios. Es el
caso de Fidel Castro y el del Partido Comunista de Alemania Oriental,
por ejemplo. En Vietnam, en Laos, Campuchea y Corea del Norte seme-
jantes reformas son inconcebibles.
Los partidos comunistas latinoamericanos se mantienen en una línea
ortodoxa. El Partido Comunista chileno ha sido particularmente inte-
grista. Es imposible que partidos que se encuentran comprometidos en
"guerras de liberación" puedan renunciar al internacionalismo y que la
U. R. S. S. los abandone a su suerte. Ello equivaldría a renunciar a la
influencia mundial ganada mediante su dominio sobre el Movimiento
Comunista Internacional.
Gracias a la lucha de clases internacional ha logrado ir cambiando
la correlación de fuerzas con respecto a los Estados Unidos y demás
países occidentales. El progresivo crecimiento de su influencia mundial
se ha debido al fortalecimiento de los movimientos insurgentes en el
tercer mundo, a la difusión de la ideología anti-imperialista en la línea
leninista, al incremento del número de gobiernos revolucionarios y a
otras formas de enfrentamiento con los países capitalistas. Todo ello
sería aventado y destruido si la U. R. S. S. renunciara a su política de
lucha de clases internacional. Tal decisión no sería aceptada jamás por
las FF. AA. soviéticas, porque atentaría contra la seguridad del Estado
Soviético, salvo que tal renuncia sea una farsa.
Propone Medvedev cambiar el contenido de la política exterior de
su país para adoptar lo que él denomina "valores humanos básicos".
Pero la cuestión es que según la ideología marxista el humanismo "bur-
gués", es decir, la concepción de los derechos humanos sin respeto de
clase, religión, raza o ideología es inadmisible. En una sociedad dividida
en clases, sostiene el marxismo, el humanismo es una mera especulación
abstracta. Carece de realidad. El humanismo recién comenzará a existir
en la sociedad comunista, cuando todos tengan una efectiva igualdad de
derechos y de posibilidades humanas iguales. Antes hay sólo lucha de
clases.
Esta lucha conduce a derrocar a los explotadores a los que habrá
que oprimir o aniquilar, hasta que todas las diferencias de clases hayan
desaparecido. En tales condiciones reconocer unos derechos humanos
sin respeto de la clase a la que pertenece cada hombre es imposible en
la teoría marxista. Y como las naciones se dividen a su vez en naciones
burguesas y naciones proletarias, renunciar a la lucha de clases inter-
nacional en beneficio de una política inspirada en la universalidad de
226

los derechos humanos tampoco es posible sin renunciar al marxismo-


leninismo. Los derechos humanos no han inspirado jamás la política so-
viética.
Pero los derechos humanos representan una doctrina de carácter
universal tanto o más poderosa que la ideología de la lucha de clases y
los soviéticos comprenden que no pueden permanecer hostiles al desa-
rrollo de los movimientos que los promueven, sin que ello tenga conse-
cuencias fatales para la influencia internacional de la U. R. S. S. El pro-
blema que se suscita consiste en que entre su ideología y el humanismo
integral que subyace en la doctrina de los derechos humanos, hay una
oposición esencial. Asumir los derechos humanos sin renunciar, a la
vez, a las limitaciones clasistas del marxismo-leninismo, demuestra que
lo que se busca es utilizarlos para finalidades propagandísticas.
En la perpectiva marxista la ideología justifica el poder de la clase
dominante. Una clase no puede renunciar a su ideología sin renunciar,
a la vez, a los fundamentos de su dominación. Para derrocar a una clase
gobernante hay que contribuir a apresurar el proceso revolucionario que
cada sociedad de clase lleva en su seno. Los sectores gobernantes de la
Unión Soviética, educados dentro de este concepto acerca del papel de
las ideologías, no renunciarán fácilmente a la suya, puesto que le tes-
tarían legitimidad formal a su poder. Ello equivaldría a promover una
verdadera revolución y no se divisa la posibilidad de que una clase go-
bernante promueva como clase una revolución contra sí misma.
Para que pudiéramos creer en cambios de magnitud tan colosal co-
mo los planteados hipotéticamente por Medvedev sería necesario que la
sociedad soviética se abriera al pluralismo político, cultural y económico.
A que hubiera libertad de movimiento, de trabajo, de asociación, a que
los conflictos sociales pudieran ser ventilados a través de organizaciones
sindicales libres, a que la juventud pudiera organizarse libremente, a
que las Iglesias pudieran desarrollar su apostolado con pleno acceso a
los medios de comunicación, a que los intelectuales pudieran publicar sus
obras sin censura, a que los ciudadanos pudieran entrar y salir de su
país sin restricciones, a que se derogaran todas las disposiciones penales
que castigan las opiniones críticas de la estructura totalitaria del Estado,
a que terminaran las intervenciones en la vida política de las demás
naciones, a que interpretaran lealmente los compromisos contraídos con
otros Estados. En suma, sería preciso que en la conducta política de los
gobernantes de la U. R. S. S. primara una concepción de la libertad y la
democracia basadas en la fuerza política de la sociedad y no en la del
Partido Comunista. Lenin recuerda en su ensayo sobre el imperialismo
que Marx decía que un pueblo que aprime a otros pueblos no es libre.
Con cuanta mayor razón se puede sostener, a la inversa, que un pueblo
oprimido no puede dar libertad a los otros pueblos.
Cada nuevo Secretario General del Partido Comunista soviético
llega al poder criticando a su antecesor. Es la forma de desprenderse
del equipo del anterior. Tales críticas hacen abrigar esperanzas de cam-
bios liberalizadores dentro de la U. R. S. S. En Occidente se toman por
realidad las declaraciones de los nuevos gobernantes. Pero, por desgra-
cia, las ilusiones terminan en desengaños.
En América Latina podremos medir la realidad de los cambios libe-
ralizadores en la U. R. S. S. cuando este país desmantele los "movimientos
de liberación", "los ejércitos del pueblo", "las milicias revolucionarias"
227

y deje de apoyar la formación de Estados de "dictadura del proletariado"


en nuestro continente.

Internacionalismo Proletario y Estado Nacional

A lo largo de todo el presente ensayo hemos procurado demostrar


la relación esencial existente entre la doctrina del materialismo histórico
con el principio del internacionalismo proletario o lucha de clases inter-
nacional. La burguesía y el proletariado están trabados en lucha inter-
nacional porque el régimen económico que ha engendrado estas clases
nació, a su vez, de un proceso histórico de desarrollo y dominación eco-
nómica universal. El capitalismo, según el marxismo-leninismo, en su
fase de máxima madurez se transformó en imperialismo. El imperia-
lismo es la última fase del capitalismo la que precede al advenimiento
de la revolución socialista mundial. En la tesis leninista sobre el impe-
rialismo no existe otra salida que el enfrentamiento violento entre los
pueblos oprimidos y sus explotadores. La historia ha demostrado, sin
embargo, que los medios políticos han sido los más eficaces para superar
el conflicto imperialista.
A diferencia con la tesis de Marx, que ponía como condición para
pasar a la fase capitalista la realización previa de la revolución demo-
crático-burguesa, Lenin plantea que las naciones subdesarrolladas pue-
den pasar desde la etapa pre-industrial al socialismo, saltándose la revo-
lución burguesa. Ello debe producirse en estos pueblos atrasados me-
diante la solidaridad de los países socialistas más avanzados. Entre éstos
la U. R S. S. asume el liderato en la conducción de la lucha de clases inter-
nacional.
En nombre del internacionalismo proletario o guerra de clases in-
ternacional se inaugura así un prolongado período de guerras de libera-
ción nacional destinadas a combatir el imperialismo y para instaurar
regímenes socialistas.
Según Lenin, las naciones, al igual que las clases, se dividen en
opresoras y oprimidas, burguesas y proletarias y las guerras en justas
o injustas. Toda guerra emprendida en nombre del socialismo es justa.
Aunque se rechaza la división clásica de las guerras en ofensivas y de-
fensivas, la guerra iniciada en nombre del socialismo es siempre una
guerra defensiva. También las guerras se clasifican en revolucionarias
y guerras de liberación nacional. En nombre del internacionalismo pro-
letario el militante debe tener presente que la revolución socialista mun-
dial está por sobre la propia patria.
La solidaridad de los países socialistas se materializa en apoyo lo-
gístico para armar y entrenar a los movimientos insurreccionales. Que-
dan derogadas así las leyes de la guerra. Hoy por hoy hay guerras no
declaradas entre Estados que al mismo tiempo pueden tener las tradi-
cionales relaciones diplomáticas. En la etapa de construcción del Estado
socialista esta solidaridad consiste en proporcionar la ayuda técnica para
el establecimiento del régimen de dictadura del proletariado. La contra-
partida consiste en la integración del nuevo Estado al bloque de naciones
socialistas y la ruptura con los países capitalistas. El desarrollo econó-
mico del nuevo Estado deberá someterse a la división internacional del
trabajo dentro del bloque socialista. Este carece de potencial económico
para impulsar la modernización del nuevo socio.
228

El internacionalismo proletario, que en modo alguno puede interpre-


tarse como una mera apelación moral, puesto que consiste en una doctrina
directamente vinculada al materialismo dialéctico o teoría de la revolución,
ha producido la crisis completa de los principios tradicionales del Dere-
cho Internacional y de las relaciones entre los Estados. No hace dife-
rencia entre política exterior y política interna. Al establecer la política
exterior de los Estados socialistas sobre el principio de la lucha de clases
internacional, se prescinde de la división vertical entre Estados, límite
de la soberanía del Estado. El Estado revolucionario impulsa una polí-
tica que divide por clases sociales, atribuyéndose el derecho a intervenir
en los asuntos internos de los demás Estados. Queda lesionado el derecho
a la autodeterminación de cada pueblo, porque el Estado revolucionario
interviene en sus conflictos internos. La incorporación del nuevo Estado
al bloque socialista supone aceptar la limitación de la soberanía nacional,
puesto que los demás Estados socialistas se atribuyen el derecho a retener
a sus miembros dentro del bloque y a exigirles que su ordenamiento
político interno se conforme a los principios del marxismo-leninismo
según el modelo de las leyes universales del paso al socialismo.
La lucha de clases internacional persigue la modificación de la co-
rrelación de fuerzas entre el bloque socialista y el campo del imperia-
lismo. El concepto de fueza se entiende como el conjunto de factores que
configura el poder que acumula un Estado. Así, por ejemplo, se trata
de proyectar la lucha económica, política, ideológica y no sólo contra la
fuerza militar. La política de coexistencia está destinada sólo a prevenir
la guerra atómica, pero ello no incluye los demás factores. En las na-
ciones subdesarrolladas se dan las condiciones para proyectar la lucha
en todos los frentes. Ello incluye la lucha armada. Porque la lucha de
clases unifica los conceptos de guerra y política, transformando el uso
de la violencia en una cuestión de grado y no de cualidad diferencial
entre una y otra.
En el mundo contemporáneo existen dos zonas claramente diferen-
ciadas según la concepción comunista: una zona de paz, integrada por
los países socialistas, puesto que en ellos no habría conflictos de clase.
Y una zona de guerra, que sería el resto del mundo. En la primera no
se permite la injerencia interna en nombre de ningún principio de ca-
rácter universal como los derechos humanos, <por ejemplo. En la segunda
todo está permitido. El único factor limitativo lo constituye el peligro
para la seguridad del Estado Soviético.
En suma, el internacionalismo proletario es la denominación equí-
voca de la política exterior de los Estados socialistas y Partidos Comu-
nistas mediante la cual se ha invalidado la mayor parte de los principios
en que se fundamenta el Derecho Internacional y se impulsan las guerras
civiles en las naciones pobres. Es el medio por el cual se ha creado un
imperialismo de sentido ideológico que ha terminado con la independencia
del Estado nacional.
NOTAS:
1) LENIN. Discurso al II Congreso de la Internacional Comunista, 7. VIII. 1920. Obras
Escogidas, Ed. Progreso, Moscú, 1969.
2) Discurso de Lenin en la Universidad de Sverdlov de Moscú en 1919. Lenin de Louis
Fisher, Ed. Bruguera y en "Teoría Comunista del Derecho y del Estado"', de H.
Kelsen, Emecé Editores, B. Aires.
229

3) Lenin, Carta a los Obreros Norteamericanos, Obras Escogidas, Ed. Progreso, Moscú,
1969.
4) Lenin, Obras Completas, T. XXIV, pág. 44, Moscú, 1941.
5) Lenin, Obras Escogidas, 1943, Moscú, T. III. pág. 327.
6) Lenin, Obras Escogidas, Moscú, 1941, T. II, págs. 398-9.
7) Lenin, Obras Completas, 1965, T. XXVII, pág. 370.
8) S. Kovaliov, "Soberanía y deberes internacionales de los países socialistas", Pravda
de Moscú, 26. IX. 68.
9) Marx, Prólogo a la Contribución a la crítica de la Economía Política.
10) D. Alexandrov. "Economía Mundial y Relaciones Internacionales'', Moscú, 1963,
Nº 11.
11) Revista Internacional, Praga, I de 1976.
12) J. Domic. Política Exterior Soviética. Instituto de Ciencias Políticas, U. de Chile,
1985.
13) V. Zevin. "El problema nacional y colonial".
14) Revista Internacional, Praga, IX. 76.
15) Lenin. Ponencia al II Congreso de la Internacional Comunista. Obras Escogidas, Ed.
Progreso, Moscú, 1969.
16) Ibid.
17) Lenin, Obras Escogidas, Moscú, 1943, T. II, págs 26 y 129.
18) Manifiesto Comunista.
19) K. Sokolovski. Estrategia Militar, Ed. Cartago, B. Aires, 1964.
20) Ibid.
21) Lenin, Obras Completas, T. XXII, págs. 190-191.

22) Lenin. "Acerca del Infantilismo Izquierdista y del Espíritu Pequeño Burgués'', Obras
Escogidas, Ed. Progreso, Moscú, 1969.
23) La cuestión militar y el trabajo político en las FF. AA., B. Aires, 1970.
24) Fundamentos del Comunismo Científico, Moscú, 1968, pág. 195.
25) K. Sokolovski, Estrategia, Ibid.
26) A. Fontaine, Historia de la Guerra Fría, Ed. Luis de Caralt, Barcelona, 1970.
27) Revista Internacional, Praga, IX. 1976.
28) Revista Internacional, Praga, VI. 1976.
29) Citado por J. Domic en su ensayo sobre "Política Exterior Soviética''. Semionov V.
''El Internacionalismo Proletario", Moscú, 1972, pág. 433.
30) Ibid. Tropkin, "Estrategia y táctica del Leninismo", Moscú, 1972.
31) Ibid. Krasin, "La Teoría Marxista de la Revolución Socialista", Moscú, 1972, pág. 178.
230

32) Ibid. Tropkin.


33) Citado por J. Domic en obra anterior.
34) Lenin. Obras Escogidas, Ed. Progreso, Moscú, 1969.
35) Zevin, V. "El problema nacional y colonial", Moscú, 1972.
36) Informe reproducido íntegro en "Democracia Cristiana y Partido Comunista", colec-
tivo, Editorial Aconcagua, Stgo. 1986.
37) Krasin Y. ''La Teoría Marxista de la Revolución Socialista'', citado por J. Domic, en
obras antes mencionadas.
38) Joseph Comblin. Teología de la práctica de la revolución. T. II, Desclée de Bronner,
1979.
39) Ibid.
40) Ibid.
41) Ibid.
42) Ibid.
43) Ibid.
44) Fisher, Louis. ''Lenin'', Ed. Bruguera.
45) Ibid.
46) Lenin. Discurso al II Congreso de la Internacional Comunista, 1920, Obras Escogida. ™»,
Ed. Progreso, Moscú, 1969.
47) Stalin, J. Cuestiones del Leninismo, Moscú, 1946.
48) Ponomariov, B. "Algunas cuestiones del Movimiento revolucionario", Praga, 1975.
49) Domic, J. "Política Exterior Soviética".
50) Paredes Pizarro, Fdo. "El Terrorismo en América Latina - Conexión Internacional",
Stgo., 1987.
51) Ibid.
52) Ibid.
53) Ibid.
54) La Segunda, 8. IX. 88.
55) Comblin. Ibid.
56) Paredes. Ibid.
57) Gran Enciclopedia Soviética, Moscú, 1958, T. VIII, pág. 257.
58) Citado por J. Domic en obra antes mencionada de este autor.
59) David Remnick, The Washington Post, reproducido por El Mercurio, 9. X. 88.
PUBLICACIONES DEL CUATRIMESTRE

SECCION LIBROS La obra consta de cinco capítulos


donde el autor hace un enfoque teó-
rico en relación al concepto unidad
CHILE: UNIDAD NACIONAL nacional, en cuyo contenido estable-
Y FUERZAS ARMADAS, por Car- ce el marco general de referencia
los Molina Johnson, Teniente Coro- para el estudio y donde delimita el
nel. Estado Mayor del Ejército, Bi- contexto teórico del proceso inves-
blioteca Militar. 1989. 107 págs. tigativo, sobre la base de la concep-
Obra premiada en el concurso lite- tualización del término unidad na-
rario militar 1988. cional.
Luego el autor hace una revi-
sión histórica a los orígenes de la
unidad nacional en Chile, donde
desarrolla una revisión histórica de
todos aquellos acontecimientos que
dicen relación con la búsqueda de
una primera expresión del sentido
de integración social.
Enseguida, el Teniente Coronel
Molina se refiere a los hitos princi-
pales de la unidad nacional: desde
su expresión original hasta su pér-
dida transitoria, donde considera
un recuento histórico de aquellas
situaciones de mayor trascendencia
que se inscriben en nuestra histo-
ria.
En el siguiente capítulo el autor
realiza un análisis denominado el
posterior tránsito sinusoidal de la
unidad nacional: pérdidas e inten-
tos de recuperación, en cuyo conte-
nido considera todos aquellos ante-
cedentes que, después de la prime-
ra pérdida transitoria, demuestran
la irregularidad de la presencia del
concepto en la realidad social chile-
na, a pesar —dice— de los ingen-
tes esfuerzos por lograrla.
232

Para concluir en un último ca- que tuvo para las Fuerzas Arma-
pítulo donde recoge y sintetiza los das y para Chile su actuación en
resultados obtenidos al término del dicho período.
proceso de análisis de la informa- Enseguida, el autor hace una bre-
ción seleccionada y en función del ve síntesis de los hechos más rele-
objetivo medular que orientó la ela- vantes relacionados con las institu-
boración del estudio. ciones armadas en la vida política
Tales resultados se presentan se- sucedidos entre 1932 y 1970.
parados en aquellos de carácter ter- En los períodos 1970-1973 y 1973
minológico y aquellos de carácter - 1989 se analizan, entre otras, las
histórico _ descriptivo, en cuya ex- causas del quiebre institucional en
posición se demuestra que en Chi- 1973, el 11 de Septiembre del mis-
le la Unidad Nacional sólo se ha mo año y la participación de las
manifestado, y por consiguiente ha Fuerzas Armadas en dicha etapa,
incidido, en muy determinados mo- destacando el papel que la nueva
mentos de su historia, básicamente institucionalidad les otorga.
cuando el país tuvo que soportar los Para llegar a las conclusiones y
esfuerzos de determinadas confron- proyecciones globales del estudio.
taciones bélicas vecinales. En el libro, el autor destaca que
La presentación se completa con la participación de los militares en
una visión prospectiva de su posi- la vida política del país en los últi-
ble expresión en la vida nacional. mos 100 años, como lo demuestra,
ha sido esporádica y consistente;
LAS FF. AA. DE CHILE 1891-
1973 EN DEFENSA DEL CON-
SENSO NACIONAL, por Eduardo
Aldunate Hermán, Mayor, Estado
Mayor General del Ejército, Biblio-
teca Militar. 1989. 216 págs. Obra
premiada en el Concurso Literario
Militar 1988.
En esta obra histórico-política,
el autor establece un marco concep-
tual en los cuales centrará su tra-
bajo, a fin de definir términos y
clarificar sus alcances.
El libro consta de cinco capítulos
y en ellos el Mayor Aldunate hace
un análisis de la situación en la que
se encontraba el país antes de 1891,
para luego incluir una breve sínte-
sis del quiebre institucional, de la
participación de las FF. AA. en és-
te y su actuación en el conflicto.
Luego presenta la crisis del pe-
ríodo 1924 a 1931, donde contem-
pla las consecuencias que tuviera
para el país y sus Fuerzas Arma-
das en especial, la guerra civil de
1891, para después mostrar la si-
tuación de los años 1924, 1925 y
1931, llegando a las repercusiones
233

además deja en claro que esta par- PARA SEGUIR SIENDO INVEN-
ticipación no ha sido promovida ni CIBLES, por Jorge Muñoz Pon-
estimulada por los propios hom- tony, Brigadier. Estado Mayor
bres de armas, sino que por las de- General del Ejército, Biblioteca Mi-
bilidades propias de nuestra estruc- litar. 1989. 169 pág. Obra premiada
tura sociopolítica se ha terminado en el Concurso Literario Militar
por invocar, como último recurso, 1988.
a las instituciones armadas.
Además, señala que muchos hom- En la obra, el Brigadier Muñoz
bres, civiles y militares, son los que entrega un análisis de la profesión,
han contribuido a llenar las páginas donde vuelca su experiencia y el
de nuestra República en el período estudio del accionar del soldado en
estudiado. el transcurso de la carrera militar,
donde también recuerda los hitos
Finalmente, como corolario, con- importantes que permitirán seguir
cluye que en la última centuria las siendo invencibles.
Fuerzas Armadas de Chile han en- Asimismo, estima importante
tregado un valioso aporte, tanto en destacar, a través de sus páginas,
obras como en estabilidad institu- que el militar profesional altamente
cional, expresando que han sido ac- capacitado se va optimizando me-
tores y no espectadores en nuestra diante la experiencia en la esfera de
democracia. acción en la que le corresponde de-
234

sempeñarse. Poniendo de relieve sirvió durante 30 años, y en ellas


que un buen mando genera mandos expone la profunda convicción de
aún mejores y buenos subordinados. creer que el Ejército puede y debe
Resaltando que la mejor arma del superarse cada día más, ya que en
Ejército chileno es su soldado. sus filas se encuentra lo más gra-
nado de nuestros connacionales y
También señala que la existencia de ahí la importancia de una cada
de las armas en manos de una or- vez más exigente selección inicial y
ganización disciplinada, obediente y de una graduada y escalonada edu-
no deliberante como el Ejército, es cación y preparación tanto para el
una garantía para su devenir his- oficial como para el suboficial.
tórico, del que no podrá ser apar- Enfatiza en su libro que la edu-
tado por circunstancias o eventos cación debe ser siempre del más al-
temporales o ambiciones extranje- to nivel, lo que se logra, dice, me-
ras, nacionales o de personas, pues- diante la selección de maestros,
to que es una salvaguardia de los ayudas de instrucción y trabajos
altos destinos de la patria, que son prácticos junto a la mantención sin
la suma de los intereses y desvelos límites de los conceptos de honor,
de todos sus habitantes. caballerosidad y compañerismo que
Cada línea del ibro del Brigadier conforman la reserva moral no só-
Muñoz refleja la admiración que lo de la Institución, sino del país
siente por la Institución a la cual como un todo.
EDICIONES DE REVISTAS MILITARES
bras de interés militar, his- como internacionales que al militar
O tóricas, geográficas y bio-
gráficas, entre otras, se en-
cuentran en venta en la Sala de
profesional le interesa conocer y es-
tudiar y en ella se encuentran edi-
ciones de Revistas Militares como
Literatura Militar del Departamen- de otras editoriales que incremen-
to de Relaciones Internas del Ejér- tan el volumen de existencia. El si-
cito. Estas abarcan una importante guiente es el listado de obras que
gama de materias tanto nacionales se puede adquirir en dicha Sala:

OBRAS HISTORICAS 4. Caballería Blindada; Historia,


Evolución y Progreso
1. Historia del Ejército de Chile 5. Carrera y la Patria Vieja
2. Artillería en Indias 6. Cdtes. en Jefe del Ejército y
3. Breve Historia del Aisén y la Jefes de Estado Mayor duran-
Carretera Austral te la Guerra del Pacífico
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7. El Mensaje del Libertador 16. Presencia de la Iglesia Chilena


8. Expedición de Arequipa, Puno en la Guerra del Pacífico
y Paz de Ancón 17. Problemática del Soldado en
9. Historia de la Batalla de la Guerra del Pacífico
Huamachuco 18. Santa Cruz y Torreblanca
10. Historia de la Primera Guerra
Mundial 19. Sinopsis Gráfica de la Historia
11. Historia de Nuestros Unifor- del Ejército de Chile
mes 20. Reseña Histórica del Estado
12. Historia Militar de Chile Mayor General del Ejército
13. La Política contra la Estrate- 21. Reseña Histórica de las UU. e
gia en la Guerra del Pacífico Institutos del Ejército de Chi-
14. La República de Chile le.
15. Magallanes, Primer descubri- 22. La República de Chile
dor de Chile 1821 - 1828.
237

NOVELAS HISTORICAS 10. Hacia el Logro de una Demo-


cracia Sólida
1. Así Vivieron y Vencieron 11. La Doctrina Marxista en el
2. El Paso de los Guerreros Mundo Contemporáneo
3. El Rigor de la Corneta 12. La Nomenklatura
4. El Toqui Pelantaru 13. La Participación Ciudadana en
5. Relatos Militares la Constitución Política de
6. Ritos Militares. Chile
14. Marx y Satán
15. Observaciones y Exposición a
BIOGRAFICAS la memoria del ex Ministro de
la Guerra
1. Baquedano 16. Política Militar del Partido
2. Diario del General Bernardo Comunista en Chile
O'Higgins Riquelme 17. Síntesis Crítica del Marxismo-
3. Diario del BGL. don José Mi- Leninismo en Chile
guel Carrera Verdugo 18. Subversión Política y Transi-
4. El Ejército entre las Causas ción
del Regionalismo de Valdivia 19. Transbordo Ideológico Inad-
5. El General Manuel Bulnes vertido y "Diálogo"
Prieto, Mariscal de Ancash 20. Victoria sin Guerra
y Presidente de la República 21. Develando el Secreto de los
6. El Mariscal Erwin Rommel Príncipes.
7. Galería de Hombres de Armas
8. Héroes y Soldados Ilustres del INTERNACIONALES
Ejército de Chile
9. Pensamientos del Epistolario 1. Conflicto Localizado o
del Libertador General don Generalizado
Bernardo O'Higgins. 2. Dialogando con Argentina
3. ElCaso del Canal Beagle
GEOGRAFICOS 4. La Argentina, Potencia Emer-
gente hacia el año 2000
1. Atlas Político Geográfico del 5. La Cuestión de las Islas
Siglo XX Falkland
2. Geografía Militar. 6. Nuestra Verdad sobre los
Límites en el Cono Sur
POLITICOS 7. Tratados Internacionales
8. Influencia de los Estados
1. Algunas Razones del Quiebre Unidos en el Proceso de la
de la Institucionalidad Política Independencia de Chile
2. Carrera Armamentista en el 9. La Toma de Decisiones en las
Cono Sur de América Crisis Internacionales.
3. Comprendamos Nuestra
Constitución TECNICO MILITAR
4. Chile, Revolución Silenciosa
5. El Día Decisivo 1. Conferencias de Moral
6. El Marxismo-Leninismo 2. Disuasión, Conflicto y Estra-
7. ¿Es la Democracia Capaz de tegia
Enfrentar al Totalitarismo 3. El Arte de Mandar
Comunista? 4. El Destino de Chile
8. Geopolítica 5. Instrumentos Opticos Militares
9. Gramsci; la Nueva Forma de 6. Inteligencia Estratégica
Penetración Marxista 7. La Infantería Chilena Ataca
238

8. La Interpenetración Político- 14. Reflexiones y Apreciación


Estratégica Táctica en el Marco de la
9. La Partida de Ajedrez Pequeña Unidad
10. Manual de Entrenamiento 15. Técnicas de Grupo
Físico del Ejército 16. Técnicas y Procedimientos de
11. Manual de Urbanidad Administración de Personal
12. Oratoria y Elocuencia Militar 17. Vigilia de Armas
13. Preparación y Evaluación 18. La Función Política del
Socioeconómica de Proyectos Ejército.
de Defensa

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