Professional Documents
Culture Documents
El efecto tóxico de los cristales de estas proteínas Cry pueden afectar a otros grupos de insectos
no relacionados con las plantas de cultivo. Las proteínas Cry de Bt cristalizan granos de polen
(aunque éste sea de polen estéril) y son dispersadas por el viento y resultan tóxicas para otros
insectos cercanos a las plantas.
A largo plazo el uso extensivo de agroquímicos que se da a estos cultivos puede ocasionar el
surgimiento de súper plagas. Los genes de resistencia a antibióticos son útiles solamente durante
el proceso de construcción del transgénico y después no cumplen ninguna función, pero
permanecen en el genoma de la planta.
Esta permanencia deja abierta la posibilidad de transferencia horizontal de estos genes a las
bacterias del suelo o a bacterias patogénicas del hombre.
Uno de los factores limitantes es el estado fisiológico de las bacterias, ya que necesitan estar en
un estadio de competencia (bacteria competente) que le permita introducir material genético
externo por medio de un proceso de Transformación. La segunda limitante son las diferencias de
complejidad a nivel del genoma ya que el genoma de plantas y bacterias es tan distinto que las
barreras para la integración son muy amplias. están generando alternativas como el uso de
marcadores moleculares alternativos para la selección de las células modificadas.
Inestabilidad genética:
Provenientes de las plantas transgénicas. Los efectos que puedan tener estos genes en otras
plantas o en otro tipo de organismo, son impredecibles y pueden llegar a transmitirse entre
poblaciones de plantas a cientos de kilómetros de distancia.
Aparición de Alergias:
El introducir genes extraños en las plantas que sirven de alimento, hace que en la comida
cotidiana aparezcan sustancias que de otra manera nunca habrían entrado a la dieta humana como
por ejemplo proteínas bacterianas. Se ha visto que muchas de estas sustancias nuevas en las
plantas transgénicas son potenciales alérgenos para los seres humanos, que deben ser localizadas
y probadas con muestras poblacionales representativas para evitar reacciones alérgicas
perjudiciales para sus consumidores.
La adición de nuevas características a las plantas puede representar en algunos casos que se
rompan asociaciones naturales con otras formas de vida (ejemplo: polinizadores) y, que gracias a
esto se cambien o rompan los ciclos normales de funcionamiento ecológico, afectando a todo el
ecosistema.
Riesgo a la Biodiversidad:
El medio Ambiente:
Un ejemplo de esto son las colzas transgénicas sintetizadoras de glucanasa y quitinosa, capaces
de destruir la pared celular de hongos patógenos o sustancias que inhiben los enzimas digestivos
de los insectos voladores, pero por las cuales también se ven afectadas las abejas que liban la flor
de la colza, cuya quitina de la cutícula es degradada por el efecto de las quitinosas.
Cada vez se oye más hablar de los alimentos transgénicos y de su popularización en una gran
parte de la cadena alimenticia (tanto humana como del ganado). Sin embargo, a pesar de ello,
todavía representan un tipo de alimentos que muchas personas no terminan de identificar
correctamente cuando se trata de responder a preguntas sencillas del tipo ¿qué son o cómo se
fabrican?
En gran medida, el problema surge debido a que su aspecto y su sabor no se diferencian
demasiado de los alimentos naturales y, en consecuencia, si el etiquetado no lo dice, resulta
complicado encontrar diferencias entre unos y otros. Si quieres saber un poco más sobre las
ventajas y desventajas de los alimentos transgénicos, qué son realmente y qué efectos tienen en
la salud de quienes los consumen sigue leyendo Ecología Verde y te lo contamos.
El proceso por el cual se lleva a cabo se realiza en laboratorio mediante ingeniería genética. Si
tomamos el tomate como ejemplo de alimento transgénico, el proceso resumido sería el
siguiente:
Se extraería el núcleo de una célula del tomate, de donde se extraería después los cromosomas
del interior del núcleo (que son la forma en la que se organiza el ADN) y, finalmente, se
obtendría el ADN del tomate original.
Además, se realizaría este mismo proceso con una planta que sería la donante del ADN
transgénico (por ejemplo un cactus, que soporta muy bien las sequías).
Después se seleccionarían los genes del cactus que hacen que soporte bien la ausencia de lluvias,
se cortarían y se aislarían (ya tendríamos los transgenes).
A continuación, se cortaría el ADN del tomate original y, en ese hueco, se insertarían los
transgenes del cactus que hacen que resista bien las sequías. Se unirían todas las partes y el
resultado sería un tomate que resista muy bien la falta de agua.
Finalmente, ese ADN de tomate transgénico se introduciría en una semilla de tomate original a la
que previamente se le haya sacado el ADN original y, al plantar esa semilla, el resultado sería
una planta de tomate transgénico muy resistente a la falta de agua.
Esta técnica tiene usos concretos, el objetivo de crear alimentos modificados genéticamente es
hacer alimentos que presenten más ventajas que los originales, como, en el caso del tomate, una
variedad resistente a la sequía. Pero, al menos en teoría, las aplicaciones son mucho más
variadas, desde crear alimentos resistentes a sequías o plagas, a crear alimentos de crecimiento
mucho más rápido, con mayor presencia de nutrientes o, incluso, con nutrientes que en su
versión original no existían.
La única forma de saberlo con total certeza es mediante la información que ofrece el productor,
es decir, se deberá leer la etiqueta. Pero habrá que tener en cuenta que, debido a la dudosa fama
que tienen los alimentos transgénicos, los productores no añaden esa información por voluntad
propia, sino que lo hacen por la legislación que las autoridades pertinentes han creado de forma
específica para estos casos. En otras palabras, si la ley es exigente y vela por la libertad elección
de los consumidores, los alimentos transgénicos deberán informar de que lo son en el etiquetado.
Mientras que, en el caso de leyes más laxas que restrinjan la libertad de elección de los
consumidores, es posible que aparezca “disfrazado” con eufemismos o, simplemente, no figure
en ninguna parte del etiquetado.
En el caso de la Unión Europea, los alimentos que contengan más del 0,9% de transgénicos
deberán advertirlo en la etiqueta. Esto deberá aparecer usando expresiones como “modificado
genéticamente”, “alimento modificado” o, simplemente, añadiendo el adjetivo “modificado”
después de uno de los ingredientes que figuren en el etiquetado.
No obstante, frente a las ventajas tan atractivas que presentan, también hay que hablar de los
inconvenientes. Así, entre los inconvenientes de los alimentos transgénicos encontramos los
siguientes:
La principal desventaja del uso de estos alimentos es la verdadera y completa ignorancia que se
tiene sobre sus efectos a largo plazo. El problema que presentan estos alimentos es que, del
mismo modo que se modifican una serie de características haciendo uso de los transgenes, cabe
la posibilidad de que también se modifiquen otros elementos con los que se había contado en un
principio. De hecho, cada vez se es más consciencia de la gran potencia que tienen algunos
genes.
Esto significa que, del mismo modo que cambiar un gen en un tomate puede convertirlo en más
resistente a las sequías, también puede hacer pierda parte de su concentración de nutrientes,
producir enzimas concretas que favorezcan la acumulación de líquido, etc.
Esto no significa que los alimentos transgénicos deban conllevar siempre este tipo de “daños
colaterales”, pero la realidad es que, desconocemos hasta qué nivel la modificación de unos
genes concretos afecta solo a unas características determinadas del alimento en cuestión. Es más,
actualmente, cada vez son más las voces del entorno científico que afirman que existe una
relación entre el consumo de alimentos transgénicos y el desarrollo de alergias, intolerancias y
enfermedades autoinmunes en el caso de los seres humanos, lo que vendría a confirmar que los
efectos secundarios del consumo de alimentos transgénicos constituyen un campo que todavía
escapa a nuestro control.
Invasión de ecosistemas
Por otro lado, más allá de los inconvenientes relacionados con la salud, existe otro gran problema
que presenta el uso de alimentos modificados genéticamente, y es su relación con los alimentos
naturales. El problema surge cuando se reproducen sin control por parte del agricultor, ya que
invaden el resto de los ecosistemas y, al ser más resistentes, terminan eliminando las especies
originales.
Si deseas leer más artículos parecidos a Ventajas y desventajas de los alimentos transgénicos, te
recomendamos que entres en nuestra categoría de Transgénicos.
CULTIVOS GM EN EL MUNDO
Los dos rasgos principales que se han introducido a los cultivos GM liberados comer-
cialmente son resistencia a insectos y tolerancia a herbicidas. Unos pocos cultivos han
sido liberados con la característica de resistencia a virus (papaya, papa y calabaza),
usando genes derivados de los mismos virus (CERA, 2010).
La fuente de toxinas insecticidas producidas por plantas transgénicas comerciales, es la
bacteria del suelo
Bacillus thuringiensis
(Bt). Las cepas Bt muestran diferentes efectos de
su actividad insecticida hacia insectos plagas, y constituye una reserva de genes que co-
difican para proteínas insecticidas, las cuales son acumuladas en inclusiones cristalinas
producidas en la esporulación bacteriana (proteínas
Cry
y proteínas Cyt) o expresadas
durante el crecimiento bacteriano (proteínas Vip; Gatehouse, 2008). Diferentes genes
derivados de Bt han sido transferidos exitosamente a algodón, maíz, tomate y papa
(CERA, 2010).
La enzima 5-enolpiruvil-shikimato-3-fosfato sintetasa (EPSPS) es parte de la vía del
shikimato que resulta en la producción de aminoácidos aromáticos y otros compuestos
aromáticos en plantas. Cuando las plantas convencionales son tratadas con el herbicida
glifosato, éstas no pueden producir los aminoácidos aromáticos que necesitan para
sobrevivir. La enzima está presente en todas las plantas, bacterias y hongos, pero no en
animales los cuales no sintetizan sus propios aminoácidos aromáticos. Debido a que
la vía de biosíntesis de aminoácidos aromáticos no existe en mamíferos, aves y peces,
glifosato no causa toxicidad en estos organismos. La enzima EPSPS esta normalmente
presente en alimentos derivados de fuentes vegetales y bacterianas (Williams
et al.,2000). Las variedades GM de soya contienen una forma de EPSPS tolerante a glifosato
aislada de la bacteria
Agrobacterium tumefaciens
cepa CP4 (
cp4 epsps
). El gene que codifica
para esta enzima fue transferido al genoma de la planta, confiriéndole la característica
de tolerancia al herbicida (Windels,
et al.
, 2001). El mismo gene fue posteriormente in-
troducido a maíz, algodón, remolacha azucarera, colza o canola, nabo, achicoria, cla-
vel, lino, alfalfa, tabaco, arroz y trigo (CERA, 2010).
La tolerancia al herbicida glufosinato de amonio (PPT) es otro rasgo GM transferido a
cultivos agrícolas, mediante la introducción del gen pat derivado de la bacteria común
del suelo
Streptomyces viridochromogenes
y que codifica una enzima PPT-acetiltransferasa.
El herbicida PPT normalmente actúa inhibiendo la enzima glutamina sintetasa, lo que
causa acumulación anormal de amonio en plantas. La forma acetilada de PPT es inac-
tiva (Oberdoerfer,
et al.
, 2005). Este rasgo ha sido transferido exitosamente a varios
cultivos: remolacha azucarera, canola, soya, arroz y maíz (CERA, 2010). La tecnología
de tolerancia a herbicidas proporciona a los agricultores un sistema alternativo que
efectivamente controla un espectro amplio de malezas, incluyendo aquellas de difícil
control. La tecnología reduce la cantidad de herbicida necesaria para el control de male-
zas, maximiza la disponibilidad de agua y nutrientes para las plantas de las variedades
GM y reduce el consumo del recursos agrícolas en el campo. Todo ello significa menos
uso de maquinaria y equipo, así como menos esfuerzo para los agricultores.
En 2010 se sembraron 148 millones de hectáreas de cultivos GM, por 15,4 millones de
agricultores en 29 países. Se destaca la adopción de estos cultivos en tres países nuevos
(Pakistán, Myanmar y Suecia) y, el retorno a la siembra de cultivos GM en Alemania.
Esta área significa un aumento de 10% respecto a 2009. De los agricultores que usaron
la tecnología GM en 2010, 14,4 millones fueron pequeños agricultores de países subde-
sarrollados. China (6,5 millones) e India (6,3 millones) tienen el mayor número de
pequeños agricultores que utilizan cultivos GM (James, 2010). En la Tabla 1 se resume
la información para cada país.
En América, Brasil presentó el incremento anual absoluto más alto del mundo en la
siembra de cultivos transgénicos, sumando cuatro millones de hectáreas en 2010 (un
incremento de 19%), alcanzándolo un total de 25,4 millones de hectáreas. Por otra
parte, Argentina aprobó tres nuevas variedades de maíz GM para alimentación, forraje
y siembra comercial. En México se aprobaron las primeras pruebas de campo de maíz
GM doble gen (RIL x TH) en 2010, y ha venido produciendo soya GM y algodón GM
desde hace varios años. El Departamento de Agricultura de Estados Unidos desreguló
la alfalfa GM y parcialmente la remolacha azucarera GM (James, 2010).
En África, Kenya espera la primera plantación comercial para 2012 de algodón GM.
Mientras que en Burkina Faso, la siembra de algodón transgénico aumentó 65% y los
agricultores reportaron que han triplicado los aumentos en rendimiento (James, 2010).
En Asía, Pakistán y Myanmar sembraron algodón GM por primera vez. 600.000 agri-
cultores en Pakistán y 375.000 en Myanmar cultivaron algodón GM con resistencia a
insectos lepidópteros. En Filipinas se aprobaron los protocolos para ensayos en campo
de cultivos GM y las pruebas de campo para berenjena GM y arroz dorado (James,
2010). La Unión Europea aprobó cultivo comercial de papa Amflora, la primera autori-
zación de este tipo en 13 años. Maíz, es el segundo cultivo GM aprobado y se cultiva
en Suecia, Alemania y República Checa. En ese territorio se han aprobado 34 productos
GM para importación: seis variedades de algodón, 21 variedades de maíz, tres varie-