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CUADERNILLO DE TRABAJO
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FILOSOFÍA, POR EL PENSAMIENTO, LA PREGUNTA,
LA INQUIETUD.
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ser un ente humano y un espíritu, por ello le doy valor». Así, quizás,
hubiera pensado antes. Pero ahora razono: esta piedra es una piedra,
también un animal, también un dios, también un buda; no la venero ni
amo porque algún día pueda llegar a ser esto o lo otro, sino porque todo
esto lo es desde hace tiempo, desde siempre. Y, precisamente, esto que
ahora se me presenta como una piedra, que ahora y hoy veo que es una
piedra, justamente por ello la amo y le doy un valor y un sentido en
cada una de sus líneas y huecos, en el amarillo, en el gris, en la dureza,
en el sonido que produce cuando la golpeo, en la sequedad o humedad
de su superficie.
»Hay piedras que al tocarlas parecen aceite o jabón, y otras semejan
hojas o arena, y cada una es diferente y roza el Om a su manera; cada
una es Brahma, pero a la vez es una piedra, está grasienta o jabonosa,
y precisamente esto es lo que me gusta y me parece maravilloso y digno
de adoración.
»Pero no me hagas hablar más sobre todo ello. Las palabras no son
buenas para el sentido secreto; en cuanto se pronuncia algo ya cambia
un poquito, se lo falsifica..., sí, y también esto es muy bueno y me gusta
asimismo, estoy muy de acuerdo que lo que es tesoro y sabiduría de
una persona, parezca a otra una locura.”
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lo siento si he fallado una vez más he notado la vergüenza al mirarme en el espejo
mamá perdóname, te lo suplico! no sé si me explico
estoy sentado en la barandilla de un séptimo piso pero, ya estoy muerto, por dentro y
estoy cansado estoy harto de vivir huyendo siempre del pasado
fui cobarde, me rendí más de una vez estuve a punto apunto en mi libreta esta historia incompleta, ya ni lucho páginas
en blanco, tintadas del rojo de mi sangre
no merezco ni una lágrima mi nota de suicidio llegó tarde
firmé un documento con Satanás para liberarme sólo tengo que saltar sin más.
Con este esfuerzo por sacar mi alma de la fosa, me hundía en ella y mientras
más batallaba, más me hundía. Levantábame ya un poco hacia tu luz el hecho de
que tenía clara conciencia de poseer una voluntad, lo mismo que la tenía de estar
vivo. Entonces, cuando yo quería algo o no lo quería, seguro estaba yo de que no
había en mí otra cosa que esta voluntad y con esto advertía ya claramente que la
causa del mal estaba en mí. Y, cuando arrastrado por la pasión, hacía algo contra mi
propia voluntad, tenía la clara impresión de que más que hacerlo lo padecía y que
en ello había más que una culpa, una pena y siendo tú justo, convenía que esa pena
no fuera injusta.
Pero me volvía con insistencia el pensamiento: ¿Quién me hizo? ¿No fue mi
Dios, que no sólo es bueno, sino que es el Bien? ¿De dónde pues me viene este
querer el mal y no querer el bien, de manera que tenga que ser castigado? Si todo
yo procedo de un Dios de dulzura, ¿quién fue el que puso y plantó en mí semillas de
amargura? si fue el diablo quien lo hizo, ¿quién hizo al diablo? Y si él, de ángel
bueno se convirtió en demonio por obra de su mala voluntad, ¿de dónde le vino a él
esa voluntad mala que lo convirtió en demonio cuando todo él, como ángel, salió
bueno de la mano de Dios?
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Toda esta baraúnda de pensamientos agitaba mi alma, me deprimía y me dejaba
sofocado. Pero nunca llegué a hundirme en aquel infierno de error en que el
hombre no te confiesa y prefiere pensar que tú padeces el mal, antes que admitir
que es el hombre quien lo comete.
AXIOMAS
I.-Todo lo que es, o es en sí, o en otra cosa.
II. —Lo que no puede concebirse por medio de otra cosa, debe
concebirse por sí.
III—De una determinada causa dada se sigue necesariamente un
efecto, y, por el contrario, si no se da causa alguna determinada, es
imposible que un efecto se siga.
IV.—El conocimiento del efecto depende del conocimiento de la
causa, y lo implica.
V.—Las cosas que no tienen nada en común una con otra, tampoco
pueden entenderse una por otra, esto es, el concepto de una de ellas
no implica el concepto de la otra.
VI.—Una idea verdadera debe ser conforme a lo ideado por ella.
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VIL—La esencia de todo lo que puede concebirse como no existente
no implica la existencia.
Esto equivale, con todo rigor, a destruir el concepto de “signo” y toda su lógica.
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"De la gramatología" (Jacques Derrida)
Un arco iris con sabor a piragua, gente bonita rodeada por agua
La policía que se tira sin pena rompiendo mi casa pa’ cobrar la quincena
Aquí nació mi mai, hasta mi bisabuela…éste es mi barrio, yo soy libre como Mandela
Cuidao’ con la vieja escuela, que no te coja, que te va meter con chancletas y palos de
escoba…
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¡Oye! Esto se lo dedico a los que trabajan con un sueldo bajito…
Pa’ darle de comer a sus pollitos, yo quiero a mi barrio como Tito quiere a Caimito.
Yo lucho por un paisaje bien perfumado y por un buen plato de bistec encebollado,
¡Oye, dile!
"Ubuntu"
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Yo soy porque nosotros somos
Por lo menos estamos seguros del elemento agua, fluido inasible y en eterno
movimiento, sin orillas ni plataformas continentales, y este conocimiento es quizás la
explicación de nuestra angustia. Varios ya vienen dando cuenta de esta sensación de
vacío, de este trauma de nacimiento, y lo han llamado de diferentes maneras, según sus
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propias vivencias, convicciones y demonios: muerte de Dios, postmodernidad, Nuevas
oportunidades, fin de la historia, globalización, Nueva Era, Procesos de Socialización,
Apocalipsis, crisis, desencanto, angustia existencial, masificación, tiempos de mierda,
en mi época las cosas eran distintas, etc.
La duda cartesiana es
“metódica” en el sentido que por un lado hay etapas o grados de la
duda y por otro lado, porque no es una duda escéptica que aspire a la
suspensión del juicio, sino que aspira llegar a una certeza.
tres
escalones
descendentes
que sirven para restaurar las certezas perdidas.
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1° Argumento de duda sobre las cosas sensibles. Duda acerca de las cualidades de las cosas
materiales. Queda en suspenso el valor cognoscitivo de la percepción.
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3° Argumento del genio maligno.
Duda acerca de las verdades de esencias,
los conocimientos racionales,
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de la matemática y la lógica.
Primera Certeza:
COGITO, SUM!!!!! .
Aún si dudo que las cualidades sensibles sean tales como las percibo, y dudo que existan cosas materiales,
y dudo de los conocimientos matemáticos y lógicos, aún mientras dudo de todo esto, estoy pensando, y
por lo tanto existo como pensamiento. El “luego” no significa deducción porque no podría haber
deducción desde que el argumento del “genio maligno” puso en duda todo tipo de razonamiento. “Pienso,
soy” es una única certeza, una única evidencia. Este acto de pensar parece que es una sustancia en sí
mismo. Pero, por más que no haya deducción, hay en el cogito ergo sum una doble afirmación: la de una
actividad y la de una sustancia. Podemos admitir que hay pensamiento y que hay un yo que piensa, pero
de eso no se deduce necesariamente que la naturaleza esencial del yo sea el pensamiento.
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