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PANORAMA MILITAR DE LA GUERRA DE INDEPENDENCIA

Por: Ibáñez Sánchez, José Roberto

EDICION 244
ABRIL DE 2010

Tomado de:
Sobre el autor: Mayor general José Roberto Ibáñez
Sánchez. Presidente de la Academia Colombiana de Revista Credencial Historia.
(Bogotá - Colombia).
Historia Militar. Miembro de número de la Academia Edición 244
Colombiana de Historia. Abril de 2010

Las hostilidades para lograr la independencia se desarrollaron entre 1810 y 1824,


período que suele dividirse en tres etapas: la primera conocida como “Primera
República”, o “Patria Boba”, comenzó en 1810 y concluyó en 1815 con la llegada
del ejército de Morillo; la segunda se refiere a la reconquista española, de 1815 a
1819; y la tercera cubre las grandes campañas por la libertad del Continente,
desde la de Boyacá en 1819, hasta la de Ayacucho en 1824.

Bien sabemos que con las reformas borbónicas del siglo XVIII llegaron al Nuevo
Mundo la Ilustración y las ideas democráticas. Pero el aporte militar de estas
reformas fue decisivo, al facilitar el acceso y promoción de jefes y oficiales criollos
en los cuerpos castrenses, quienes en 1810 dieron todo su apoyo a las juntas de
gobierno. Como sucedió en Santafé con el Regimiento Auxiliar, cuando los
capitanes José María Moledo y Antonio Baraya, respaldaron el movimiento popular,
imponiéndose a la voluntad de su jefe Juan Sámano, quien pretendió sofocarlo por
la fuerza.

Los ejércitos surgieron de estas dos tendencias, realista y patriota, lideradas por
las autoridades españolas y por los criollos, y la guerra duró 14 años cobijando a
todos los grupos sociales del país: mestizos, indígenas, gentes de color,
comerciantes, agricultores, ganaderos, etc. Sus efectos humanos se calculan en
quinientos mil muertos, en una población que apenas alcanzaba los dos millones
de almas.

LA PRIMERA REPÚBLICA: 1810-


1815
>En esta primera etapa el conflicto tuvo carácter de guerra civil, al inicio con
ejércitos improvisados, operaciones militares limitadas en efectivos y extensión,
ampliadas con la escalada de la guerra. Cubre tres teatros geográficos de
operaciones: el del centro del país, con su capital y las provincias de Tunja y el
Socorro, entre los mismos patriotas, por la forma de Estado que cada uno quería
imponer: el centralista liderado por Antonio Nariño y el federalista por Camilo
Torres. El segundo cubre la provincia de Popayán con efectos en la presidencia de
Quito, entre las realistas ciudades de Popayán y Pasto contra las patriotas del Valle
del Cauca, ayudadas por Santafé y Antioquia. El tercero fue el de la Costa Atlántica
entre la patriota Cartagena y la realista Santa Marta, extendido a Venezuela.

En el escenario central, en 1812, tomaron la iniciativa bélica los centralistas,


cuando Nariño envió las columnas de los generales Ricaurte y Baraya sobre el
Socorro y Tunja, pero estos jefes lo traicionaron y se volvieron contra él, lo
derrotaron en Ventaquemada el 2 de diciembre. Mas en la plaza de San Victorino
de la capital fueron sorprendidos y derrotados por Nariño a comienzos del año
siguiente. La paz establecida duró hasta cuando Simón Bolívar, al mando del
ejército del Congreso, rindió la ciudad en 1814.

En la Provincia de Popayán la guerra se inició con la ocupación del Valle del Cauca
por el gobernador Miguel Tacón en 1811. Acudió en su defensa el ejército del
general Baraya que lo venció en el Bajo Palacé el 28 de marzo y ocupó Popayán.
Ciudad que fue defendida del ataque de 3.000 patianos. Luego Tacón fue
derrotado en Iscuandé.

Los vallecaucanos avanzaron y ocuparon Pasto, pero sorprendidos por los


habitantes de la ciudad, sus líderes Caicedo y Cuero y Macaulay, sufrieron el
martirio el 16 de enero de 1813, derrota que permitió a Juan Sámano ocupar el
Valle del Cauca. El propio Nariño acudió a combatirlo con un ejército de 1.500
hombres y triunfó en el Alto Palacé el 30 de diciembre, y el 15 de enero siguiente
en Calibío, rindió otra vez a Popayán.

La siguiente batalla la libró Nariño contra Melchor Aymerich en el río Juanambú, el


28 de marzo de 1814. Acción militar la más admirable de este período. Mientras el
patriota con su principal fuerza atacaba frontalmente bajo intenso fuego, 120
hombres al mando del comandante Virgo cruzaron por una tarabita en el flanco y
aparecieron en la retaguardia realista. Aymerich, creyéndose envuelto, dispuso la
retirada. El avance independiente prosiguió con triunfos en Cebollas y Tacines,
pero al llegar a Pasto, el Precursor, de forma atrevida, se adelantó con su grupo de
mando. Aislado, traicionado y sorprendido, fue tomado prisionero y enviado a
Cádiz, de donde sólo fue liberado en 1821.

En el tercer teatro de la costa Atlántica, la lucha comenzó entre Cartagena y


Mompox, contra Santa Marta, por el control del río Magdalena, arteria de las
comunicaciones con el interior del país. Las acciones se dieron en las sabanas de
Corozal y luego en Mompox, donde el 19 de octubre de 1812 triunfó el líder patriota
Pantaleón de Germán Ribón.

Entonces, varios oficiales de Europa y de Venezuela llegaron a Cartagena, entre


ellos Simón Bolívar, quien se dio a conocer con un lúcido manifiesto público.
Incorporado al ejército y destinado a Barrancas, ignoró las órdenes recibidas y al
mando de la pequeña guarnición tomó la ofensiva. Ocupó en audaces golpes de
mano a Tenerife, Plato, Zambrano y Mompox, donde elevó su fuerza a 500
hombres. Luego asaltó a Guamal y en Chiriguaná incautó una flotilla española.
Siguió a Tamalameque, Puerto Real y Ocaña, y liberó así las comunicaciones por
el río Magdalena.

En febrero de 1813 Bolívar siguió a Cúcuta donde derrotó a Ramón Correa, y


recibió del Congreso de la Nueva Granada su ascenso a general de brigada y un
batallón de 500 hombres al mando de Atanasio Girardot, con lo más granado de la
juventud. Ricaurte, Maza, D'Elhuyar, París, Ortega, Vélez y otros que brillarían en
la siguiente campaña.

En marzo partió Bolívar a liberar a Venezuela. Triunfó en La Grita y en rápido


movimiento de flanco, ocupó a Mérida donde recibió el título de Libertador. Siguió a
Trujillo y enfrentó las atrocidades de los españoles Monteverde y Yáñez, con el
terrible decreto de la guerra a muerte, tanto como vindicta, como para sustentar la
nacionalidad americana.

En Trujillo el Libertador fraccionó su ejército en tres columnas para operar por


separado sobre el enemigo: la de Girardot obtuvo notable victoria en Agua de
Obispo y lo propio hizo la de Ribas en Niquitato, mientras él triunfaba en Guanare y
ocupaba Barinas. Nuevamente Girardot venció en Nutrias y Ribas en los Horcones.
Reunido el ejército para el triunfo decisivo, en Taguanes, entró a Caracas. Esta
campaña bautizada justamente como admirable, la coronó heroicamente el 26 de
septiembre en el cerro del Bárbula, cuando Atanasio Girardot sobre su cima
ofrendó la propia vida.

Entonces surgió en los llanos venezolanos el temible caudillo español José Tomás
Boves, convertido en líder de los llaneros, quien con sus hordas salvajes resentidas
y feroces, planteó a Bolívar una guerra social en condiciones militares más
bárbaras, pero en términos políticos convenientes. Sin embargo, el Libertador pudo
derrotarlo en su hacienda de San Mateo, el 25 de marzo de 1814, gracias al
sacrificio de Antonio Ricaurte, inmolado junto con los asaltantes para evitar la caída
del parque patriota. Aun logró otra victoria en Carabobo, pero Boves arremetió
incontenible y en la batalla de la Puerta el 15 de junio, destrozó al ejército patriota,
cuyos restos terminaron de sucumbir en el combate de Urica, a pesar de la muerte
de Boves.

Bolívar regresó a la Nueva Granada a informar de su revés al Congreso en Tunja,


donde bien acogido por Camilo Torres, recibió el mando del ejército federalista,
para someter a Santafé, como ya lo advertimos.

LA RECONQUISTA ESPAÑOLA Y
EL RÉGIMEN DEL TERROR : 1815-
1819
Entronizado en España Fernando VII, luego de la expulsión de los franceses, sus
primeras medidas fueron las de abolir la Constitución de Cádiz de 1812, restaurar
el absolutismo, y recuperar sus colonias en América. Propósito para el cual
organizó una expedición de 12.000 hombres, al mando del general Pablo Morillo,
bautizada “pacificadora”, la cual se convirtió en terrible instrumento de represión
contra los llamados “insurgentes”, sus parientes, amigos, colaboradores y, en
general, la población.

El jefe expedicionario, después de dominar Venezuela, marchó sobre Cartagena, a


la que sometió a espantoso asedio. Rendida la ciudad a finales de 1815, ordenó las
primeras ejecuciones y organizó la entrada al interior del Virreinato por sus vías de
acceso natural, con varias columnas. La principal por Santander y Boyacá, al
mando del coronel Miguel de Latorre, la cual contactó otra fuerza procedente de
Venezuela al mando del coronel Sebastián de la Calzada, que venció al ejército
patriota del general Custodio García Rovira en Cachirí el 22 de febrero de 1816;
otra columna entró por el río Magdalena a Honda con el coronel Donato Santa
Cruz; otra por Antioquia al mando de Francisco Warleta, y la última por el Chocó
con Juan Bayer.

Entre tanto Sámano triunfó en la Cuchilla del Tambo en junio de 1816 sobre los
restos del ejército patriota de la Primera República.

Restablecido el poder español en Santafé, Morillo instituyó el “Régimen del Terror”.


Primero con los “Consejos de Guerra”, para condenar a muerte en sentencia rápida
y sin defensa posible a los caudillos de la Primera República. Así fueron llevados al
patíbulo Camilo Torres, Caldas, Baraya, García Rovira, Liborio Mejía, García de
Toledo, Ramón de Leiva, Acevedo y Gómez y toda una pléyade de mártires. Luego
estableció los “Consejos de Purificación”, para “expiar” o reparar a la corona, por
parte de quienes habían colaborado con la independencia; las “Juntas de
Secuestro”, para incautar las propiedades de los patriotas en favor del ejército
español; y los “Tribunales de la Inquisición”, para castigar y expropiar a los curas
patriotas. Instituciones que generaron condenas y castigos despiadados a los
independentistas y a gran parte de la población. El propio virrey Francisco
Montalvo, desde Santa Marta, sentó su protesta, aun cuando su sucesor, Juan
Sámano impuso esta política represiva.

Tan crueles medidas y la carga que representó el sostenimiento del ejército


español en la población, motivaron a mucha gente a escapar a los campos y
bosques y organizarse en guerrillas. De tal forma, se fue transformando la
naturaleza de la guerra civil de la “Primera República”, en lucha popular
revolucionaria, con carácter de guerra internacional entre España y América, y
convencional en la medida que se organizó el ejército en los llanos, encubierto y
nutrido por las guerrillas.

La principal actividad guerrillera se realizó en las provincias de Pamplona, Socorro,


Valle del Cauca, Chocó, Neiva, Mariquita y los Llanos de Casanare. Las del interior
de la Nueva Granada, amenazaron la capital y otras ciudades y propiciaron la
dispersión geográfica de los cuerpos realistas, limitando su concentración
oportuna. Tal fue el caso de las guerrillas de los hermanos Almeydas y de Juan
José Neira, que operaron entre Chocontá y el Valle de Tenza, manteniendo
contacto con Casanare, comprometiendo en su persecución un batallón realista, y
promoviendo en él conspiraciones y deserciones. Algunos de sus miembros como
Policarpa Salavarrieta y Sabaraín fueron fusilados. Las guerrillas del Socorro, de
Fernando Santos y Antonio Tovar sostenidas por Antonia Santos, mantuvieron en
jaque al batallón Tambo, aún cuando la heroína fue fusilada.

Pero las guerrillas destacadas fueron las de Casanare, formadas por el cura
Ignacio Mariño, Francisco Rodríguez, Juan Galea, Nonato Pérez y José Antonio
Páez, que junto con los restos escapados de la cuchilla pacificadora, con Manuel
Serviez y Francisco de Paula Santander, constituyeron el núcleo del ejército
patriota, al amparo de la inmensidad de la pampa y del valor de sus jinetes o
infantes serranos que sobrevivieron al mortífero clima, las plagas, las fieras y
tantas otras dificultades de la inhóspita región.

Esta fuerza a órdenes de Páez propició sucesivas derrotas al ejército del propio
Morillo, en Mucuritas, el Yagual, en 1817, y otros combates que lo llevaron a
reconocer que “no enfrentaba gavillas de cobardes, como se lo habían informado
sino a tropas organizadas que podían competir con las mejores de su majestad el
rey”.

LA CAMPAÑA LIBERTADORA DE
1819
En 1815, en las Antillas, Bolívar escribió la “Carta de Jamaica”, documento
sociológico, de trascendencia continental. Allí, reconstruyó las bases de la lucha y
obtuvo apoyo de Inglaterra y de Haití, cuyo presidente Alejandro Petión y el marino
Luis Brion, surtieron las expediciones de Los Cayos. La segunda a comienzos de
1817 tuvo éxito y le permitió desembarcar al oriente venezolano y luego ocupar el
puerto estratégico de Angostura, para establecer su base de operaciones,
consolidar su liderazgo y organizar el gobierno.

Desde Angostura, Bolívar intentó liberar a Caracas en la infortunada campaña de


1818, que terminó con su derrota en La Puerta, y lo obligó a regresar al Orinoco, a
repensar la realidad política y militar y a replantear su estrategia y los objetivos de
la guerra. La difícil situación de Venezuela, arruinada por la “guerra a muerte”, y la
bondad económica de la Nueva Granada, que pese al “Régimen del Terror”,
mantenía productiva su agricultura, ganadería y minería, hacía estéril proseguir la
lucha en Venezuela contra la principal fuerza enemiga, que superaba en el doble la
patriota, cuando el Virreinato era defendido por solo 3.000 hombres al mando del
coronel José María Barreiro. Determinado el nuevo objetivo estratégico, en agosto
Bolívar ascendió a Santander a general y lo envió a Casanare con el material
necesario para organizar una división.

En Casanare, Santander logró en poco tiempo conformar una división de 2000


hombres con los batallones Cazadores y 1º de Línea y varios escuadrones. Su
actividad alertó a Sámano, que en abril de 1819, envió al coronel Barreiro a
combatirlo. Pero tal como había sucedido a Morillo en los llanos de Venezuela, el
clima y la guerra de desgaste, que le planteó el patriota, lo obligaron a retirarse
maltrecho y enfermo, por lo que se ganó la desconfianza de Sámano, quien intentó
relevarlo cuando regresó a Tunja.

Enterado de tales éxitos, el Libertador, después de la increíble victoria de Páez en


las Queseras del Medio, en la aldea de Setenta reunió a su Estado Mayor y le
expuso su plan de campaña: desprenderse rápidamente de Morillo y converger
sobre el interior del Virreinato con tres columnas, sin que éste pudiera reaccionar
oportunamente, caso en el cual el ejército libertador podría quedar atenazado entre
dos fuerzas.

Pero a la aproximación del invierno y a la dificultad del movimiento por los llanos
anegados, se sumaba el cruce del formidable obstáculo de la cordillera oriental,
con sus escarpados caminos, insondables abismos, helados e inhóspitos páramos.
Razón por la cual, tan ingenioso planeamiento se constituye en epopeya gloriosa
con gran dosis de intuición y de aventura, en especial por la imprevisión de medios
indispensables.

El ejército emprendió la marcha desde Mantecal y llegó el 12 de junio a Tame,


donde reorganizó sus 3000 hombres en dos divisiones: la del general Santander
como vanguardia y la del general José Antonio Anzoátegui como grueso y
retaguardia. También resolvió avanzar en una sola dirección hacia la provincia de
Tunja, por la ruta más difícil, pero la que le brindaba posibilidades de sorpresa: el
Páramo de Pisba.

En cuanto a la tercera división realista, se dice que estaba bien armada y equipada,
lo cual es cierto si se le compara con el estado del ejército libertador. Pero carecía
de armamento, uniformes y abastecimientos, y tenía problemas de disciplina y
mando.

Cuando el ejército libertador, el 27 de junio, marchaba hacia el caserío de Paya, el


batallón Cazadores tomó contacto con una avanzada enemiga que vigilaba la
cordillera, la cual en corto combate fue desalojada de su posición, quedando libre
el camino hacia el Páramo.

El tránsito del ejército libertador por el páramo de Pisba de 3.500 metros de altura,
fue una enorme proeza, por las penalidades que sufrió, su estoicismo y espíritu de
sacrificio, hasta de las mujeres acompañantes o “Juanas”, que escribieron su
propia gesta heroica. Pero superado el obstáculo, su presencia en la provincia de
Tunja entusiasmó a sus patrióticos moradores, que acudieron presurosos a reparar
sus sufrimientos con comida, víveres, mantas, ropas y cuanto podía serles útil en
semejantes circunstancias. De tal forma, Bolívar en Tasco, pudo recuperar su
ejército y contar con una semana sin enemigo a la vista. ¿Podríamos imaginar cuál
habría sido su suerte, si Barreiro acude oportunamente a cerrarle el paso a la
salida del Páramo?

El 7 y el 10 de julio entre Gámeza y Corrales Bolívar envió patrullas de exploración


y reconocimiento a indagar sobre el enemigo, cuando Barreiro llegaba al área. Una
de ellas con 40 patriotas fue capturada y cruelmente lanceados sus integrantes.

Cuando solo tenían la mitad de sus efectivos los dos ejércitos entraron en contacto
el 11 a la salida del pueblo de Gámeza, desde donde la vanguardia realista,
obligada por el terreno, retrocedió a la ribera sur del río de este nombre. El ejército
patriota atacó frontalmente a su enemigo y lo desalojó de sus posiciones, pero
agotado por el esfuerzo y falto de municiones, fue contraatacado, salvándose de la
derrota gracias al heroico Cazadores, que resistió la acometida a costa de la vida
de su jefe y de mucha tropa.

Pero este combate hizo comprender a Barreiro que a pesar de su apariencia


miserable, el ejército patriota era valeroso y disciplinado, digno de enfrentarse con
las mejores tropas del rey, razón por la que asumió en adelante una actitud
defensiva, mientras Bolívar adquiría la iniciativa estratégica, demostrada con hábil
movimiento por Tasco, Beteitiva y Cerinza a ocupar los ubérrimos y poblados valles
de Duitama, dejando al jefe español desconcertado y obligado a abandonar su
cuartel en Tópaga el 17 de julio, para recuperar en Paipa su línea de
comunicaciones con Santafé.

En la madrugada del 25 el Libertador resolvió maniobrar sobre el flanco derecho


enemigo, pero la demora en el cruce del río Chicamocha dio tiempo y espacio a
Barreiro para avanzar desde Paipa, y luego de copar una pequeña flanco guardia
patriota, ocupar las fuertes posiciones del Picacho y el Cangrejo, que dominan el
Pantano de Vargas, quedando el Libertador con el río a su espaldas y sin otra
posibilidad que vencer o morir.

El combate se inició a la diez de la mañana, y después de varios ataques


sucesivos e infructuosos de la infantería patriota para apoderarse de lo cerros,
quedó en máxima dificultad, cuando al ser rechazado el último, Barreiro quiso
decidir la acción y ordenó a sus jinetes la carga decisiva. Salvó la situación el
intrépido llanero, coronel Juan José Rondón, quien con sus jinetes se lanzó contra
el escuadrón enemigo, lo desorganizó y puso en fuga, hecho que hizo reaccionar a
la infantería para ganar la posición al realista.

Tal fue la batalla del Pantano de Vargas, una de las más sangrientas de la guerra
de Independencia, en la cual los efectivos de los dos bandos sufrieron cuando
menos la tercera parte de bajas, pero donde realizaron actos extraordinarios de
valor y estoicismo, como el del coronel Jaime Rooke. Pero sus consecuencias
fueron de carácter moral. Barreiro vio imposible la victoria y tomó en adelante una
actitud pasiva, mientras Bolívar ampliaba su ventaja con un movimiento nocturno
que lo llevó a Tunja, donde cortó al enemigo sus líneas de comunicaciones y lo
obligó a marchar en difíciles condiciones al desolado caserío de Motavita,
abandonado por sus escasos moradores.

El movimiento anterior lo complementó con otro en Tunja en la mañana del 7 de


agosto, cuando previo conocimiento de las intensiones de Barreiro y sin que éste lo
sospechara, Bolívar marchó a su encuentro en el Puente de Boyacá.

El escenario de la batalla está ubicado a 15 kilómetros al sur de Tunja, conformado


al norte por un valle ondulado en declive, desde las alturas del Tobal hasta el río
Teatinos donde se precipita en brusco descenso. Cuando a las dos de la tarde el
desprevenido jefe de la vanguardia realista, coronel Jiménez, llegó al punto de
confluencia del camino de Tunja, dio orden de ranchear, y al aparecer los primeros
jinetes patriotas, creyendo que se trataba de una guerrilla, dispuso su persecución.
Cual sería su desconcierto, cuando al poco tiempo apareció entre la bruma,
desplegada y en formación de combate la vanguardia patriota, que no le dio tiempo
de organizarse defensivamente sino de pasar el río para buscar protección en la
ribera sur. Así, desde el comienzo de la acción, quedó partido el ejército español en
dos y dispuestas también dos zonas de combate, al interponerse la división de
Anzoátegui entre Barreiro y Jiménez. La de las dos vanguardias a uno y otro lado
del río, pugnando por el control del puente y la del grueso, las retaguardias y sus
reservas sobre el valle inclinado.

>Estabilizado el combate, la resistencia del grueso y la retaguardia realista, duró


hasta cuando los llaneros patriotas embistieron a los jinetes españoles, y éstos
abandonaron el campo causando con ello la desbandada general. Entre tanto
Santander encontró la forma de vadear el río por el flanco y atacar a su oponente
frontalmente y por su retaguardia. Copado el ejército realista, rindió las dos
terceras partes de sus efectivos y tuvo un centenar de bajas. El patriota apenas 12
muertos y 52 heridos.

A pesar que la batalla de Boyacá fue un combate de encuentro, la sorpresa y


rapidez como actuó el ejército patriota y la desmoralización del realista nos permite
pensar que esta acción la ganó el Libertador antes de librarla, al colocar a su
enemigo en tal desventaja, que apenas necesitó el contacto para someterlo.
Condición ideal que ubica en alto su gloria militar, como lo afirmó Tsun Zu hace
más de dos mil años: “el verdadero caudillo militar es aquel capaz de vencer a su
enemigo sin necesidad de combatirlo”.

Las consecuencias de Boyacá se expresan en la destrucción total del ejército


español, con cuyos efectivos se reforzó el patriota. Con la huída de Sámano
desapareció el poder colonial y abrió las puertas al gobierno republicano, libre y
soberano de la Nueva Granada, que bajo la administración de Santander se
convirtió en fuente humana, material y moral de la guerra de independencia.
Primero para completar su liberación en el Socorro y Pamplona con Anzoátegui, y
luego en Antioquia y la Costa Atlántica con las columnas de los coroneles Córdova
y Maza que triunfaron en Chorros Blancos y Tenerife, y a órdenes del general
Montilla liberaron a Cartagena al año siguiente.

Hasta la propia España llegaron los efectos de esta batalla, con la rebelión liberal
de los coroneles Riego y Quiroga de enero de 1820, que llevó a los ejércitos en
contienda a suscribir los tratados de armisticio y de regularización de la guerra en
Trujillo, rubricados con la entrevista en Santa Ana, entre Bolívar y Morillo, después
de la cual éste salió a España y dejó el mando al mariscal Miguel de Latorre.

Concluida esta etapa de la guerra de independencia, continuarían las campañas


libertadoras de Venezuela, del Perú y del sur que llevarían a la absoluta libertad de
los que habían sido Virreinatos de la Nueva Granada y del Perú dando lugar al
nacimiento de una serie de naciones independientes que se formarían en el siglo
XIX.

BIBLIOGRAFÍA
Friede, Juan. La otra verdad. La independencia americana vista por los españoles.
3ª edición, Bogotá, Carlos Valencia Editores, 1979.

Ibáñez Sánchez, José Roberto. Historia de las Fuerzas Militares. Vol. 1, Ejército. La
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Restrepo, Manuel José. Historia de la revolución en la República de Colombia.


Biblioteca Popular de Cultura Colombiana. Bogotá. Ministerio de Educación
Nacional, 1942 – 1950.

Sevilla, Rafael. Memorias de un oficial del ejército español. Campañas contra


Bolívar y los separatistas de América. 3ª edición, Edit. Incunables, 1983.

LA INDEPENDENCIA DE LA NUEVA GRANADA


LAS CAUSAS DE LA INDEPENDENCIA

EL CONTEXTO INMEDIATO
A comienzos del siglo XIX, la situación para las colonias comenzó a cambiar, pues
desde finales del sigloXVIII se venían acumulando factores que fueron acelerando
una nueva conciencia en los sectores criollos. En primer lugar se encontraba la
Ilustración, la cual había aportado importantes ideas de igualdad y libertad. Por otro
lado, los acontecimientos en Francia y Estados Unidos habían demostrado que una
nación, si se lo proponía, podía lograr su independencia. Finalmente, el abuso fiscal y
el centralismo de España que habían propiciado insurrecciones como la de
los comuneros, ya agotaban la paciencia de los criollos. Los caminos de
independencia se abrían.

EL VACÍO DE PODER
En este contexto, se presentaron otras condiciones en Europa, que favorecieron la
creación de un "vacío de poder". En primer lugar, Inglaterra había entrado en una
nueva era al iniciarse en sus talleres la Revolución Industrial. La invención de la
máquina de vapor junto con el crecimiento económico, incidieron en la aparición
de la industrialización masiva de productos. Para Inglaterra se hacían
imprescindibles las materias primas y nuevos mercados que consumieran sus
productos, por esto había colocado sus ojos sobre las colonias iberoamericanas.
Por otra parte, Europa contempló, a comienzos del siglo XIX, el ascenso de
un nuevo emperador, Napoleón Bonaparte, quien ya avanzaba en laconquista de
Europa.
Napoleón ordenó la invasión de Portugal en 1807. El rey y su corte huyeron hacia
la lejana colonia del Brasil, instalándose en Río de Janeiro. Sucedió lo mismo con
España: Napoleón la invadió en 1808. Obtuvo la abdicación de su rey y nombró
como nuevo soberano a su hermano José Bonaparte. De esta manera cayó la
autoridad central de las colonias y se dio pie para que éstas organizaran juntas de
gobierno. Se organizó entonces la Junta de Sevilla, en donde se manejaban los
intereses de la España no ocupada.
La declaración de independencia en las colonias no sobrevino inmediatamente.
Las élites criollas estaban atadas con fuertes vínculos económicos, políticos y
culturales a la metrópoli, además que primaban ciertos intereses de poder
regional. Poco a poco se dieron cuenta, que la Junta de Sevilla no tenía inten-
ciones de cambiar la situación de las colonias y más bien las disuadía a formar juntas
de gobierno locales. Pero en España crecieron los conflictos internos ante el empuje
napoleónico. Los criollos terminaron por constituir entonces, juntas revolucionarias,
primero en Caracas y Buenos Aires, y luego en el resto de las colonias.

INDEPENDENCIA Y PRIMERA REPÚBLICA

En la Nueva Granada la revolución libertadora estalló el 11 de mayo de 1810 en


la ciudad de Cartagena, en donde se instaló una Junta Suprema de Gobierno. La
agitación se extendió por todo el país, y el 20 de julio de 1810, los delegados de la
Junta de Santafé de Bogotá le exigieron al virrey la convocación de un cabildo
abierto. Al negarse éste a hacerlo, la junta revolucionaria se reunió sin su permiso.
Lo mismo comenzó a ocurrir en las diversas ciudades, en donde se formaron
juntas de patriotas que organizaron la administración. A este primer período de
vida independiente se le llama la primera República.
En el nuevo gobierno, organizado por los criollos, pronto se manifestaron dos
tendencias: centralistas, quienes querían gobernar con un poder central fuerte, y
los federalistas, quienes propugnaban por un gobierno de Estados autónomos,
semejante al modelo norteamericano.
La provincia de Cundinamarca adoptó entonces, el 4 de abril de 1811, una
Constitución de carácter federalista, en la que aceptaba como monarca a
Fernando VII de España, siempre y cuando fuera liberado por los franceses. Otras
provincias imitaron este modelo de Constitución, pero Tunja y Cartagena se
declararon totalmente independientes de España.
Mientras tanto, Antonio Nariño inició desde su periódico La Bagatela, una enérgica
campaña en contra de los federalistas. Esta continua tensión entre los dos bandos
terminó generando una guerra civil entre los mismos patriotas. Las provincias
recién independizadas se enfrentaron violentamente unas contra otras.

LA PATRIA BOBA
La revolución política de 1810, suscitada en las diferentes provincias del Nuevo Reino
de Granada, pasó de ser un movimiento autonomista a una declaración absoluta de
Independencia que rompe de manera total con el imperio español, y permite el
ascenso al poder de los criollos granadinos. Este hecho se da en vista del vacío de
poder ante la caída de la monarquía de la metrópoli, que obliga a las clases
dirigentes criollas a asumirse como tales para constituir un nuevo
gobierno, independiente de España.

No obstante, la inexperiencia en la construcción de modelos de gobierno, planteó


una divergencia en las opiniones para organizar el Estado, lo que llevó a una serie
de conflictos internos entre quienes abogaban por una idea central de Estado y los
que defendían las ideas federalistas.
Los centralistas se definían en la idea política de que la soberanía es una e indivisible,
que debe centrarse en un poder único. Por ello, luchaban por establecer un estado
unitario que consolidara un ejecutivo fuerte que pudiese hacer frente a cualquier
reacción española. Entre sus defensores se cuenta a Antonio Nariño, conocedor de
las ideas de la Ilustración y quien dio a conocer en América la Declaración de los
derechos del hombre y elciudadano.

Los federalistas, por su parte, buscaban un gobierno independiente deías provincias,


pero unidas entre sí por un pacto de federación en el queatribuían al gobierno
general los aspectos concernientes a la soberanía general.
Tomaron como ejemplo a Estados Unidos, cuyo progreso había sido alcanzado por la
instauración de este sistema, y que se vio plasmado en el Acta de Federación de las
provincias Unidas de la Nueva Granada, cuya base fueron los artículos de la
Confederación de los trece Estados de la Unión Americana. Los ideólogos de este
sistema fueron Camilo Torres y Miguel Pombo, juntos conocedores y partidarios de
los principios y ventajas que representaba el sistema instaurado en Norteamérica.
La lucha entre estas dos corrientes ideológicas desembocó en la primera guerra civil,
que se llevó a cabo en 1812 y 1813, y que preparó el terreno para la campaña de
reconquista española que se inició en 1815, cuando Fernando VII regresó al poder
en España y su primera intención fue recuperar las colonias que habían declarado su
independencia. Así, pues, se encontraron con un estado debilitado en los aspectos
políticos, económico, militar y social, lo que facilitó su incursión.

APRENDAMOS UN POCO MÁS

El regionalismo como fenómeno surgió de la configuración misma de la geografía


colombiana, que ante la ausencia de vías de comunicación mantuvo desunidas a
las regiones y consolidó políticas aislacionistas que llevó al fortalecimiento de
caudillos que en defensa de los valores sociales de las provincias influyeron en los
planteamientos centralistas y federalistas.

LA EXPEDICIÓN PACIFICADORA
Con el regreso de Fernando VII al trono español, su intención fue recuperar las
colonias que habían declarado su independencia, para lo cual organizó la
expedición pacificadora bajo el mandato de Pablo Morillo, quien tenía en sus
manos el sometimiento de las colonias de Venezuela y Nueva Granada y defender
el virreinato del Perú.
La expedición partió del puerto de Cádiz en 1815, y desde la ciudad de Santa
Marta se organizó lo que sería la reconquista de Nueva Granada, empezando con
el sitio de Cartagena, que resistió por espacio de 106 días, al cabo de los cuales
cayó y se inició la incursión hacia el interior del país y la instauración del llamado
Régimen del terror dirigido por Pablo Morillo.
Poco a poco se invadió el territorio con tropas organizadas que se adentraron por
el Chocó al mando de Julián Bayer; por el río Magdalena, con Donato Santacruz;
por el Cauca y Antioquia, con Francisco Warleta; y por Ocaña, bajo el mando
Miguel de la Torre.
Bajo el Régimen del terror fueron fusilados más de 150 figuras de la revolución
neogranadina, entre quienes se cuentan Camilo Torres, Francisco José de Caldas,
Joaquín Camacho, JorgeTadeo Lozano y Policarpa Salavarrieta, entre otros.
También fueron instalados tres consejos o tribunales cuyo fin era condenar a los
patriotas, ya fuese a la pena de muerte o a cualquier otro castigo por el delito de
insurrección y rebeldía.
Es importante tener en cuenta que, aunque en un principio el Régimen del terror
había contado con la simpatía de cierta parte de la población granadina, ésta poco
a poco se fue desvaneciendo y convirtiendo en odio hacia la incursión realista,
pues la atrocidad con que se adelantó lo que podría llamarse el exterminio criollo,
suscitó un sentimiento antiespañol que se afianzó en la conformación de guerrillas
populares y, finalmente, en la irrupción del ejército libertador.
No obstante, la Nueva Granado fue erigida como virreinato y se encargó de su
administración a Francisco Montalvo, quien no estuvo de acuerdo con el régimen
instaurado por Morillo y renunció; en su lugar fue nombrado el último virrey de la
metrópoli, Juan Sámano, quien prosiguió con las ejecuciones de todos aquéllos
que se opusieran a la causa de la Corona española.
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¿QIÉNES ERAN LOS CRIOLLOS EN LA COLONIA?

Independencia de la Nueva Granada El proceso de independentista de la Nueva


Granada inició en 1810 y culminó en 1820 con la firma del Acta de Independencia. En
el transcurso de este período el ejercito patriota lucho contra el realista en diversas
ocasiones, pero también los criollos se enfrentaron entre sí en una Guerra Civil donde
federalistas y centralistas no lograban un conciliar cual sería el nuevo sistema de
gobierno. Durante siglos el imperio español reinó en gran parte de América del Sur,
entre estos territorios se encontraba el Nuevo Reino de Granada, la actual Colombia.
Alcanzar la Independencia del yugo español fue una labor ardua que requirió de años
de lucha, la colaboración de diversos líderes que hoy en día son próceres, y miles de
hombres y mujeres patriotas que perdieron su vida en la búsqueda de su libertad. Se
podría dividir el proceso de Independencia de la Nueva Granada en tres fases: la
Primera República "Patria Boba" (1810-1815), esta fase inició el 20 de julio de 1810
con una revuelta desatada en el centro de Santa Fe a causa de un florero; la
Reconquista española (1815-1819) llegó en manos del General Morillo quien derroto a
los rebeldes y fusiló a varios de éstos, entre los cuales destaca el líder federalista
Camilo Torres; y la Campaña Libertadora (1819), fue un movimiento militar
comandado por el Libertador Simón Bolívar en pro de la libertad de la Nueva
Granada, el cual culminó el 7 de agosto de 1819 con el triunfo de los patriotas en la
Batalla de Boyacá. Tabla de Contenido 1 Primera República "Patria Boba" (1810-
1815) 2 Reconquista española (1815-1819) 3 Campaña libertadora (1819) 4 Batallas
más importantes 5 Principales próceres y heroínas Primera República "Patria Boba"
(1810-1815) Corría el 20 de julio de 1810, cuando en horas del mediodía Luis Rubio
se acercó a la casa del español José González Llorente para pedirle prestado un
florero, el objeto sería empleado para decorar la mesa del Comisionado Regio Antonio
Villavicencio, en honor a su llegada. Sin embargo, Llorente se negó convirtiendo dicha
acción en la excusa perfecta para Francisco José de Caldas y Antonio Morales
intervinieran e iniciaran una revuelta popular en rechazo al dominio español. La furia
del pueblo desencadenó una revolución que terminó por instaurar una Junta de
Gobierno y la firma del Acta de Independencia de Santa Fe. Es por eso que en esta
fecha se celebra la Proclamación de la Independencia de Colombia. Posterior a la
proclama, entre los años 1812 y 1814 se desencadenó una Guerra Civil entre los
independentistas, quienes no lograban llegar a un acuerdo sobre cual sería la nueva
forma de gobierno. Tras la creación de la Constitución centralista de Cundinamarca
(Provincia de Santa Fe de Bogotá) las provincias federalistas de Antoquia, Cartagena,
Pamplona, Neiva y Tinja se unieron y establecieron la Federación de Provincias
Unidas de la Nueva Granada, la cual era liderada por Camilo Torres. Tales
desacuerdos originaron una guerra que culminó con el triunfo de Cundinamarca y una
tregua entre ambos bandos, los cuales se unieron para enfrentar a los realistas. Por lo
antes expuesto es que esta etapa se conoce como Patria Boba. Posteriormente,
Antonio Nariño encabezó una expedición contra las provincias de Popayán y Pasto,
las mismas se encontraban bajo el mando realista. No obstante, el pueblo de Pasto
fieles al rey le enfrentaron resultando vencedores. En vista de la eminente captura de
Nariño, las Provincias Unidas aprovechan la situación y le piden a Simón Bolívar que
ocupase Cundinamarca en diciembre de 1814. Sin embargo, en 1815 llegó a
Venezuela el General español Pablo Morillo, al mando de un poderoso ejercito
reconquistó Venezuela y la Nueva Granada. Reconquista española (1815-1819) El 17
de febrero de 1815, Pablo Morillo llegó a tierras venezolanas con aproximadamente
10.000 soldados bajo el mando de 291 jefes, fue el mayor envío de tropas ordenado
por España. Iniciando desde la Provincia de Venezuela, Morillo avanzó en su
reconquista de los pueblos americanos, al pisar tierras neogranadinas el 20 de agosto
de 1815, ocupo la plaza de Cartagena durante más de tres meses. En el mes de
febrero de 1816 se da inicio al llamado Régimen del terror con el fusilamiento de los
primeros nueve mártires de Cartagena. Las tropas patriotas enviadas por el
presidente de la Federación, Camilo Torres, fueron desplomadas por los realistas.Éste
al percatarse de la situación renuncia a su cargo y le entrega el mando a Fernández
Madrid quien a su vez le traspasó la presidencia a Liborio Mejía, asumiendo el mando
en las peores condiciones, pero prefirió enfrentarse al enemigo y morir antes que
capitular. Una parte del ejercito patriota huyó hacía los Llanos. El 6 de mayo, Morilla
pisa Bogotá e instaura el Consejo Permanente de Guerra, Consejo Permanente de
Purificación y Junta de Secuestro, estos organismos tenían la función de eliminar,
castigar y juzgar a todo aquel que hubiese participado directa o indirectamente en el
movimiento independentista. Mientras el Consejo de Purificación, multaba, castigaba
o condenaba a los militares realistas que se unieron a la causa patriota; el Consejo de
Guerra fusilaba a los independentistas, entre estos: Antonio Villavicencio, Jorge
Tadeo Lozano, Antonio Baraya, Liborio Mejía, Francisco José de Caldas "El Sabio",
Policarpia Salavarrieta "La Pola", entre otros. Por su parte, la Junta del Secuestro se
encargaba de confiscar todos lo bienes de los sentenciados. La etapa de la
reconquista española se caracterizó por la cruel represión y la masacre de próceres.
La idea era erradicar a todos los intelectuales insurgentes, así el pueblo no tendría un
representante que les mostrará el camino hacía la libertad y permanecerían fieles al
rey. Sin embargo, el sentimiento que despertó en la población fue de odio y rechazo a
la monarquía y poco tiempo después despertaría un gran movimiento liberador que
pondría fin a la tiranía. Simón Bolívar quien había partido rumbo a Jamaica en mayo
de 1815, organizó una expedición sobre Venezuela y se instaló en Angostura en
1817. Mientras que Francisco de Paula Santander reagrupaba al ejercito en
Casanare. Con los ánimos un poco más calmados y a favor de los patriotas, Bolívar y
Santander coordinan la Campaña Libertadora de Nueva Granada. Campaña
libertadora (1819) En 1818 iniciaron los preparativos de la Campaña libertadora por
parte de Bolívar y Santander. Asimismo, en enero de 1819 desembarcaron en
Angostura dos buques británicos con un cuerpo de voluntarios que apoyarían a
Bolívar en el proceso. Es así como en marzo de 1819, el Libertador reunió el
Congreso de Angostura donde pronuncio su famoso discurso. Es durante ésta
ceremonia cuando se crea la República de Colombia o la Gran Colombia, siendo
nombrado Bolívar como su presidente. Debido a la temporada de lluvías Morillo y su
ejercito se repliegan asumiendo que sus enemigos harían lo mismo. Es aquí cuando
Bolívar decide realizar el Paso de los Andes ya que debía reunirse en Tunja (Boyacá)
con Santander, no obstante la provincia se encontraba fuertemente custodiada por las
tropas realistas al mando de José María Barreiro. Solo habían tres opciones para
llegar: la vía más corta era por la salina de Chita, pero las tropas realistas estaban
apostadas en la zona; la segunda era por Labrazagrande y Sogamaso donde había
un cuartel español; y la tercera a través del Páramo de Pisba, un camino difícil,
inhóspito, pero sin tropas enemigas. Durante el Paso varios soldados patriotas
murieron debido al frío, se perdió armamento y carga. Bolívar y el ejercito lograron
completar la travesía el 6 de julio de 1918. El 25 del mismo mes alcanzan a las tropas
realistas enfrentándose en la Batalla del Pantano de Vargas, donde resultaron
vencedores los patriotas. Finalmente, el 4 de agosto logran llegar a Tunja donde
Santander los esperaba con el resto de las tropas patriotas. Sin embargo, la batalla
que sello la libertad de la Nueva Granada fue la Batalla de Boyacá, librada el 07 de
agosto de 1819, en esta Bolívar vence a las tropas de Barreiro. En vista de los
acontecimientos y pleno conocimiento del Decreto de Guerra a Muerte, el virrey
Sámano huyó. El ejercito libertador llegó triunfante a Bogotá el 10 de agosto de 1819.
La Campaña libertadora se extendió a varios países, logrando la libertad de América
del Sur. Batallas más importantes Las batallas más importantes libradas durante el
proceso de Independencia de la Nueva Granada son: Batallas Fecha Comandante
patriota Comandante realista 1 Batalla del Bajo Pelacé 27-03-1811 Antonio Baraya,
Manuel Atanasio Girardot. — 2 Batalla de Cucúta 28-02-1813 Simón Bolívar Ramón
Correa 3 Batalla de río Palo 05-07-1815 José María Cabal, Carlos Montufar y Manuel
Serviez Antonio Tenorio 4 Batalla de Cachirí 21 y 22- 02-1816 Custodio García
Rovira y Francisco Paula Santander Sebastián de la Calzada 5 Batalla de la Cuchila
de Tambo 29-07-1816 Liborio Mejía Juan Sámano 6 Batalla de Paya 27- 06-1819
Simón Bolívar, Antonio Arredondo — 7 Batalla de Gámeza 11-07-1819 Simón
Bolívar, Joaquín París, Antonio Arredondo José María Barreiro 8 Batalla del Pantano
de Vargas 25-07-1819 Simón Bolívar José María Barreiro 9 Batalla de Boyáca 07-08-
1819 Simón Bolívar, Francisco de Paula Santander, osé Antonio Anzoátegui, Carlos
Soublette, José María Barreiro, Sebastián Díaz, Francisco Jiménez Principales
próceres y heroínas Los principales próceres y heroínas de la Independencia de la
Nueva Granada son: Prócer Logros Simón Bolívar (1783-1830) Independencia de
Colombia, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Perú. Participó en las batallas de: Boyacá,
Pantano de Vargas, Gámeza, Paya y Cucúta; las cuales fueron de gran relevancia
para la Independencia de la Nueva Granada (Colombia). Antonio Nariño (1765-1823)
Dirigió la Campaña del Sur, combatiendo en las batallas de Alto Palace, Calibío,
Juanambú, Tacines, Cebollas y Ejidos de Pasto. Francisco de Paula Santander (1792-
1832) Participó en la Guerra de Independencia de la Nueva Granada. Su participación
en la Campaña Libertadora de la Nueva Granada fue fundamental para alcanzar la
victoria, además de haber sido determinante durante la Batalla de Boyacá. Fue
conocido como "El hombre de las leyes" y el Organizador de la Victoria". Camilo
Torres (1766-1816) Es conocido como "El verbo de la revolución" debido a su gran
oratoria. Fue unos de los intelectuales que encabezó la revuelta del grito de
independencia de la Nueva Granada. Jorge Tadeo Lozano (1771-1816) Fue
presidente del Colegio Electoral Constituyente y del Estado de Cundinamarca. Es
considerado un prócer colombiano a pesar de no haber sido partidario de la
independencia absoluta de España. Francisco José de Caldas (1768-1816) También
conocido como "El Sabio Caldas" gracias a sus vastos conocimientos en diferentes
áreas. Tuvo una participación en la revuelta que dio inicio al grito de Independencia.
En ésta colaboró como ingeniero militar, edificando fuertes, organizó una escuela
militar, elaboró el mapa de la Nueva Granada, etc. Policarpa Salavarrieta (1795-1817)
"La Pola" fue una astuta espía de los patriotas. Colaboró durante el proceso de
independencia con la compra de armamento, el reclutamiento de soldados y el
espionaje. Su muerte despertó aún más las ansias de libertad. Antonio Baraya (1776-
1816) Fue un militar neogranadino. Comandó la Batalla Bajo Palacé, la primera de la
Independencia de Colombia. María Antonia Santos Plata (1782-1819) Fundadora de
la "Guerilla de Coromoto", luchó junto a los patriotas contra los realistas. Al igual que
"La Pola", Antonia Santos fue una de las mujeres más valientes e importantes de la
Independencia. José María Carbonell (1778 – 1816) "El chispero de la revolución" así
se le conoce por su participación en la revuelta del grito de Independencia. Se
encargó de mover a las masas populares, buscaba de casa en casa a personas que
se sumaran a la causa patriota. © 2014 LHistoria.com Publicado:Octubre 17, 2014
(21:22) Última edición:Mayo 30, 2016 (21:27) Editado por:R. Avila

--Fuente: http://www.lhistoria.com/colombia/independencia-de-nueva-granada

3.6 La Nueva Granada conquista la independencia

Hubo dos hechos que le dieron fuerza a la gesta por la liberación. Son
ellos:

El viaje de Bolívar a Jamaica, saliendo desde Cartagena. Allí los ingleses


le dieron apoyo a la causa que él encabezaba. Pasó también a la
naciente República de Haití, donde recibió el respaldo generoso del
señor presidente de esta hermosa isla caribeña, señor Alejandro Petion.

En Jamaica es donde Bolívar se escribe la famosa carta, que ha dado


para tantas interpretaciones, las que en su mayoría son cuentos idílicos
de quienes le imputan a la mencionada misiva epistolar y a su autor una
capacidad mágica a Simón Bolívar. Y como de interpretarla se trata,
puede decirse que el 6 de septiembre de 1815, Bolívar le responde a los
requerimientos hechos por el señor Henry Cullen sobre la situación de
América Latina frente a la dominación de España. Lo que realmente
escribe Bolívar fue un informe a la inteligencia británica para el manejo
de los enfrentamientos que los ingleses tenían con España por
apoderarse de las rutas marítimas y controlar el comercio y el transporte
de materias primas. Bolívar, después de rendir un amplio informe, le pide
a Inglaterra ayuda en beneficio de la obra emancipadora de América
Latina. Refuerzos que llegaron en 1817, con más de cinco mil hombres
en armas de la Legión Británica.

El segundo hecho no es menos importante: la organización disciplinada


de los cuerpos militares patriotas, emprendida por el general Francisco
de Paula Santander en los llanos del Casanare y por el general José
Antonio Páez en los llanos de Apure. Fueron ellos los que desde allí
formaron el ejército libertario, que después de varias batallas y enormes
sacrificios y penalidades libraron la batalla central que había de
garantizar nuestra independencia. Esta comenzó en dos frentes: en el
Pantano de Vargas, batalla que prosiguió el 7 de agosto de 1819 en el
Puente de Boyacá, que le rompieron el alma al invasor español; mientras
la otra parte del combate se libraba en las planicies de Samacá, Boyacá.
En estos dos frentes los realistas sufrieron la derrota y así se consolidó el
camino de la formación de nuestra República, campañas que también
dieron existencia independiente a los pueblos hermanos de Venezuela,
Ecuador, Perú y Bolivia. Así comenzó lo que hoy conocemos como vida
republicana, con una producción artesanal paralizada, un comercio
inundado de mercancías inglesas y una carga para el pago de los
préstamos a la Gran Bretaña, como costo de la Guerra de
Independencia, con intereses tan usureros que no permitieron nuestro
desarrollo económico y menos la organización estable de una
Constitución y unas normas que hicieran posible el fortalecimiento de una
nación demoburguesa. Lo de Britania no fue gratis, en síntesis, y aun
menos los supuestos buenos oficios de Sir Henry Cullen.

Puede asegurarse, como lo manifiesta José Martí, en El derecho de ser


hombre:

Libertad es el derecho que todo hombre tiene a ser honrado, y a pensar y


hablar sin hipocresía (...) Hay hombres que viven contentos aunque vivan
sin decoro. Hay otros que parecen como en agonía cuando ven que los
hombres viven sin decoro a su alrededor. En el mundo ha de haber cierta
cantidad de luz, como ha de haber cierta cantidad de decoro. Cuando
hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el
decoro de muchos hombres.

Esos son los que se revelan con fuerza terrible contra los que roban a los
pueblos su libertad, que es robar a los hombres su decoro. En esos
hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad
humana. Esos hombres son sagrados.

Y sobre la formación del sistema representativo, comenta J. J. Rousseau,


citado por Orlando Vásquez Velásquez:

No ha sido nunca más que un remedio para salir de paso, sólo justificado
por su fácil realización. La idea democrática exige que el pueblo ejerza,
él mismo, su soberanía. Aplicada al problema constituyente, esta idea
lleva a la siguiente solución: la Constitución será elaborada por una
Asamblea Constituyente, pero sólo será jurídicamente perfecta tras ser
sometida a la ratificación del pueblo y adoptada por este. Este
procedimiento fue seguido para la adopción de la Constitución Francesa
de 1946.

Guillermo Tell, símbolo de la libertad suiza, dice en la carta enviada al


gobernador extranjero Gessler:

Aquel a quien todos temen, teme a cada uno. El orgullo se aniquila a sí


mismo, y contra él se vuelven todas las flechas. Jamás preferiré la
servidumbre a mis días. Una vida sin libertad me es una carga (...) Tell
ha asumido la defensa de los derechos de los hombres, alzándose sin
temor con los bandidos desenfrenados; que ello sea mi honor y mi
salario.

Teniendo estas definiciones como fundamento de la libertad, del derecho


de los pueblos a la independencia y a la formación soberana de sus
normas constitucionales; se verá entonces los actos que
fundamentalmente le han dado vida a la existencia normativa y
constitucional de nuestra nación.

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