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EDICION 244
ABRIL DE 2010
Tomado de:
Sobre el autor: Mayor general José Roberto Ibáñez
Sánchez. Presidente de la Academia Colombiana de Revista Credencial Historia.
(Bogotá - Colombia).
Historia Militar. Miembro de número de la Academia Edición 244
Colombiana de Historia. Abril de 2010
Bien sabemos que con las reformas borbónicas del siglo XVIII llegaron al Nuevo
Mundo la Ilustración y las ideas democráticas. Pero el aporte militar de estas
reformas fue decisivo, al facilitar el acceso y promoción de jefes y oficiales criollos
en los cuerpos castrenses, quienes en 1810 dieron todo su apoyo a las juntas de
gobierno. Como sucedió en Santafé con el Regimiento Auxiliar, cuando los
capitanes José María Moledo y Antonio Baraya, respaldaron el movimiento popular,
imponiéndose a la voluntad de su jefe Juan Sámano, quien pretendió sofocarlo por
la fuerza.
Los ejércitos surgieron de estas dos tendencias, realista y patriota, lideradas por
las autoridades españolas y por los criollos, y la guerra duró 14 años cobijando a
todos los grupos sociales del país: mestizos, indígenas, gentes de color,
comerciantes, agricultores, ganaderos, etc. Sus efectos humanos se calculan en
quinientos mil muertos, en una población que apenas alcanzaba los dos millones
de almas.
En la Provincia de Popayán la guerra se inició con la ocupación del Valle del Cauca
por el gobernador Miguel Tacón en 1811. Acudió en su defensa el ejército del
general Baraya que lo venció en el Bajo Palacé el 28 de marzo y ocupó Popayán.
Ciudad que fue defendida del ataque de 3.000 patianos. Luego Tacón fue
derrotado en Iscuandé.
Entonces surgió en los llanos venezolanos el temible caudillo español José Tomás
Boves, convertido en líder de los llaneros, quien con sus hordas salvajes resentidas
y feroces, planteó a Bolívar una guerra social en condiciones militares más
bárbaras, pero en términos políticos convenientes. Sin embargo, el Libertador pudo
derrotarlo en su hacienda de San Mateo, el 25 de marzo de 1814, gracias al
sacrificio de Antonio Ricaurte, inmolado junto con los asaltantes para evitar la caída
del parque patriota. Aun logró otra victoria en Carabobo, pero Boves arremetió
incontenible y en la batalla de la Puerta el 15 de junio, destrozó al ejército patriota,
cuyos restos terminaron de sucumbir en el combate de Urica, a pesar de la muerte
de Boves.
LA RECONQUISTA ESPAÑOLA Y
EL RÉGIMEN DEL TERROR : 1815-
1819
Entronizado en España Fernando VII, luego de la expulsión de los franceses, sus
primeras medidas fueron las de abolir la Constitución de Cádiz de 1812, restaurar
el absolutismo, y recuperar sus colonias en América. Propósito para el cual
organizó una expedición de 12.000 hombres, al mando del general Pablo Morillo,
bautizada “pacificadora”, la cual se convirtió en terrible instrumento de represión
contra los llamados “insurgentes”, sus parientes, amigos, colaboradores y, en
general, la población.
Entre tanto Sámano triunfó en la Cuchilla del Tambo en junio de 1816 sobre los
restos del ejército patriota de la Primera República.
Pero las guerrillas destacadas fueron las de Casanare, formadas por el cura
Ignacio Mariño, Francisco Rodríguez, Juan Galea, Nonato Pérez y José Antonio
Páez, que junto con los restos escapados de la cuchilla pacificadora, con Manuel
Serviez y Francisco de Paula Santander, constituyeron el núcleo del ejército
patriota, al amparo de la inmensidad de la pampa y del valor de sus jinetes o
infantes serranos que sobrevivieron al mortífero clima, las plagas, las fieras y
tantas otras dificultades de la inhóspita región.
Esta fuerza a órdenes de Páez propició sucesivas derrotas al ejército del propio
Morillo, en Mucuritas, el Yagual, en 1817, y otros combates que lo llevaron a
reconocer que “no enfrentaba gavillas de cobardes, como se lo habían informado
sino a tropas organizadas que podían competir con las mejores de su majestad el
rey”.
LA CAMPAÑA LIBERTADORA DE
1819
En 1815, en las Antillas, Bolívar escribió la “Carta de Jamaica”, documento
sociológico, de trascendencia continental. Allí, reconstruyó las bases de la lucha y
obtuvo apoyo de Inglaterra y de Haití, cuyo presidente Alejandro Petión y el marino
Luis Brion, surtieron las expediciones de Los Cayos. La segunda a comienzos de
1817 tuvo éxito y le permitió desembarcar al oriente venezolano y luego ocupar el
puerto estratégico de Angostura, para establecer su base de operaciones,
consolidar su liderazgo y organizar el gobierno.
Pero a la aproximación del invierno y a la dificultad del movimiento por los llanos
anegados, se sumaba el cruce del formidable obstáculo de la cordillera oriental,
con sus escarpados caminos, insondables abismos, helados e inhóspitos páramos.
Razón por la cual, tan ingenioso planeamiento se constituye en epopeya gloriosa
con gran dosis de intuición y de aventura, en especial por la imprevisión de medios
indispensables.
En cuanto a la tercera división realista, se dice que estaba bien armada y equipada,
lo cual es cierto si se le compara con el estado del ejército libertador. Pero carecía
de armamento, uniformes y abastecimientos, y tenía problemas de disciplina y
mando.
El tránsito del ejército libertador por el páramo de Pisba de 3.500 metros de altura,
fue una enorme proeza, por las penalidades que sufrió, su estoicismo y espíritu de
sacrificio, hasta de las mujeres acompañantes o “Juanas”, que escribieron su
propia gesta heroica. Pero superado el obstáculo, su presencia en la provincia de
Tunja entusiasmó a sus patrióticos moradores, que acudieron presurosos a reparar
sus sufrimientos con comida, víveres, mantas, ropas y cuanto podía serles útil en
semejantes circunstancias. De tal forma, Bolívar en Tasco, pudo recuperar su
ejército y contar con una semana sin enemigo a la vista. ¿Podríamos imaginar cuál
habría sido su suerte, si Barreiro acude oportunamente a cerrarle el paso a la
salida del Páramo?
Cuando solo tenían la mitad de sus efectivos los dos ejércitos entraron en contacto
el 11 a la salida del pueblo de Gámeza, desde donde la vanguardia realista,
obligada por el terreno, retrocedió a la ribera sur del río de este nombre. El ejército
patriota atacó frontalmente a su enemigo y lo desalojó de sus posiciones, pero
agotado por el esfuerzo y falto de municiones, fue contraatacado, salvándose de la
derrota gracias al heroico Cazadores, que resistió la acometida a costa de la vida
de su jefe y de mucha tropa.
Tal fue la batalla del Pantano de Vargas, una de las más sangrientas de la guerra
de Independencia, en la cual los efectivos de los dos bandos sufrieron cuando
menos la tercera parte de bajas, pero donde realizaron actos extraordinarios de
valor y estoicismo, como el del coronel Jaime Rooke. Pero sus consecuencias
fueron de carácter moral. Barreiro vio imposible la victoria y tomó en adelante una
actitud pasiva, mientras Bolívar ampliaba su ventaja con un movimiento nocturno
que lo llevó a Tunja, donde cortó al enemigo sus líneas de comunicaciones y lo
obligó a marchar en difíciles condiciones al desolado caserío de Motavita,
abandonado por sus escasos moradores.
Hasta la propia España llegaron los efectos de esta batalla, con la rebelión liberal
de los coroneles Riego y Quiroga de enero de 1820, que llevó a los ejércitos en
contienda a suscribir los tratados de armisticio y de regularización de la guerra en
Trujillo, rubricados con la entrevista en Santa Ana, entre Bolívar y Morillo, después
de la cual éste salió a España y dejó el mando al mariscal Miguel de Latorre.
BIBLIOGRAFÍA
Friede, Juan. La otra verdad. La independencia americana vista por los españoles.
3ª edición, Bogotá, Carlos Valencia Editores, 1979.
Ibáñez Sánchez, José Roberto. Historia de las Fuerzas Militares. Vol. 1, Ejército. La
Independencia. Edit. Planeta. 1993.
Ibáñez, Sánchez, José Roberto. La Campaña de Boyacá. Bogotá, Edit.
Panamericana, 1998.
Lecuna, Vicente. Crónicas razonadas de las guerras de Bolívar. New York, The
Colonial Press Inc., 1950.
EL CONTEXTO INMEDIATO
A comienzos del siglo XIX, la situación para las colonias comenzó a cambiar, pues
desde finales del sigloXVIII se venían acumulando factores que fueron acelerando
una nueva conciencia en los sectores criollos. En primer lugar se encontraba la
Ilustración, la cual había aportado importantes ideas de igualdad y libertad. Por otro
lado, los acontecimientos en Francia y Estados Unidos habían demostrado que una
nación, si se lo proponía, podía lograr su independencia. Finalmente, el abuso fiscal y
el centralismo de España que habían propiciado insurrecciones como la de
los comuneros, ya agotaban la paciencia de los criollos. Los caminos de
independencia se abrían.
EL VACÍO DE PODER
En este contexto, se presentaron otras condiciones en Europa, que favorecieron la
creación de un "vacío de poder". En primer lugar, Inglaterra había entrado en una
nueva era al iniciarse en sus talleres la Revolución Industrial. La invención de la
máquina de vapor junto con el crecimiento económico, incidieron en la aparición
de la industrialización masiva de productos. Para Inglaterra se hacían
imprescindibles las materias primas y nuevos mercados que consumieran sus
productos, por esto había colocado sus ojos sobre las colonias iberoamericanas.
Por otra parte, Europa contempló, a comienzos del siglo XIX, el ascenso de
un nuevo emperador, Napoleón Bonaparte, quien ya avanzaba en laconquista de
Europa.
Napoleón ordenó la invasión de Portugal en 1807. El rey y su corte huyeron hacia
la lejana colonia del Brasil, instalándose en Río de Janeiro. Sucedió lo mismo con
España: Napoleón la invadió en 1808. Obtuvo la abdicación de su rey y nombró
como nuevo soberano a su hermano José Bonaparte. De esta manera cayó la
autoridad central de las colonias y se dio pie para que éstas organizaran juntas de
gobierno. Se organizó entonces la Junta de Sevilla, en donde se manejaban los
intereses de la España no ocupada.
La declaración de independencia en las colonias no sobrevino inmediatamente.
Las élites criollas estaban atadas con fuertes vínculos económicos, políticos y
culturales a la metrópoli, además que primaban ciertos intereses de poder
regional. Poco a poco se dieron cuenta, que la Junta de Sevilla no tenía inten-
ciones de cambiar la situación de las colonias y más bien las disuadía a formar juntas
de gobierno locales. Pero en España crecieron los conflictos internos ante el empuje
napoleónico. Los criollos terminaron por constituir entonces, juntas revolucionarias,
primero en Caracas y Buenos Aires, y luego en el resto de las colonias.
LA PATRIA BOBA
La revolución política de 1810, suscitada en las diferentes provincias del Nuevo Reino
de Granada, pasó de ser un movimiento autonomista a una declaración absoluta de
Independencia que rompe de manera total con el imperio español, y permite el
ascenso al poder de los criollos granadinos. Este hecho se da en vista del vacío de
poder ante la caída de la monarquía de la metrópoli, que obliga a las clases
dirigentes criollas a asumirse como tales para constituir un nuevo
gobierno, independiente de España.
LA EXPEDICIÓN PACIFICADORA
Con el regreso de Fernando VII al trono español, su intención fue recuperar las
colonias que habían declarado su independencia, para lo cual organizó la
expedición pacificadora bajo el mandato de Pablo Morillo, quien tenía en sus
manos el sometimiento de las colonias de Venezuela y Nueva Granada y defender
el virreinato del Perú.
La expedición partió del puerto de Cádiz en 1815, y desde la ciudad de Santa
Marta se organizó lo que sería la reconquista de Nueva Granada, empezando con
el sitio de Cartagena, que resistió por espacio de 106 días, al cabo de los cuales
cayó y se inició la incursión hacia el interior del país y la instauración del llamado
Régimen del terror dirigido por Pablo Morillo.
Poco a poco se invadió el territorio con tropas organizadas que se adentraron por
el Chocó al mando de Julián Bayer; por el río Magdalena, con Donato Santacruz;
por el Cauca y Antioquia, con Francisco Warleta; y por Ocaña, bajo el mando
Miguel de la Torre.
Bajo el Régimen del terror fueron fusilados más de 150 figuras de la revolución
neogranadina, entre quienes se cuentan Camilo Torres, Francisco José de Caldas,
Joaquín Camacho, JorgeTadeo Lozano y Policarpa Salavarrieta, entre otros.
También fueron instalados tres consejos o tribunales cuyo fin era condenar a los
patriotas, ya fuese a la pena de muerte o a cualquier otro castigo por el delito de
insurrección y rebeldía.
Es importante tener en cuenta que, aunque en un principio el Régimen del terror
había contado con la simpatía de cierta parte de la población granadina, ésta poco
a poco se fue desvaneciendo y convirtiendo en odio hacia la incursión realista,
pues la atrocidad con que se adelantó lo que podría llamarse el exterminio criollo,
suscitó un sentimiento antiespañol que se afianzó en la conformación de guerrillas
populares y, finalmente, en la irrupción del ejército libertador.
No obstante, la Nueva Granado fue erigida como virreinato y se encargó de su
administración a Francisco Montalvo, quien no estuvo de acuerdo con el régimen
instaurado por Morillo y renunció; en su lugar fue nombrado el último virrey de la
metrópoli, Juan Sámano, quien prosiguió con las ejecuciones de todos aquéllos
que se opusieran a la causa de la Corona española.
AMPLIEMOS NUESTRO CONOCIMIENTO
CON EL PROFESOR SÚPER O
--Fuente: http://www.lhistoria.com/colombia/independencia-de-nueva-granada
Hubo dos hechos que le dieron fuerza a la gesta por la liberación. Son
ellos:
Esos son los que se revelan con fuerza terrible contra los que roban a los
pueblos su libertad, que es robar a los hombres su decoro. En esos
hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad
humana. Esos hombres son sagrados.
No ha sido nunca más que un remedio para salir de paso, sólo justificado
por su fácil realización. La idea democrática exige que el pueblo ejerza,
él mismo, su soberanía. Aplicada al problema constituyente, esta idea
lleva a la siguiente solución: la Constitución será elaborada por una
Asamblea Constituyente, pero sólo será jurídicamente perfecta tras ser
sometida a la ratificación del pueblo y adoptada por este. Este
procedimiento fue seguido para la adopción de la Constitución Francesa
de 1946.