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Manual de

tonterías sobre
la inflación en
Venezuela
Publicado: 28 nov 2016 17:39 GMT
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Alfredo Serrano Mancilla


Me han llamado hasta "primitivo" por afirmar que la inflación no se puede explicar
en exclusividad por la creación del dinero. Lo vuelvo a repetir para aquellos que no
quieren escuchar ni leer: la masa monetaria influye en el nivel de precios, pero eso
no significa que sea la única variable determinante.

Nadie niega que los precios en Venezuela sean un problema. Precisamente por
ello, esta cuestión no puede ser tratada con tanta frivolidad. La conformación de
precios es un problema infinitamente más complejo que una relación unívoca entre
dos variables. Los precios no caen del cielo ni se determinan en
ningún 'software' matemático. La famosa mano invisible no existe. Cada precio
tiene su razón de ser.
En Venezuela, desde hace varias décadas, la inflación se constituyó como un
componente estructural de la economía. La inflación promedio anual en el periodo
1989-1998 fue de 52,45%. Con la llegada del chavismo, este valor se redujo
significativamente, con la excepción de los últimos años. En el periodo 1999-2012,
el crecimiento promedio anual de los precios fue del 22%. Fue a partir del año 2013
cuando esta tendencia a la baja desapareció. Los precios volvieron a crecer a mayor
velocidad. La inflación trepó al 56,2% en el año 2013; 68,5% en el 2014; 180,9% en
el 2015.

Para algunos neoliberales de manual (monetarista) todo se debe a que el chavismo


usa demasiado la maquinita para imprimir bolívares. ¿Es eso verdad?, ¿es todo
culpa de la emisión monetaria? No. Definitivamente no. No todo se debe al
aumento de los agregados monetarios. Numéricamente es muy sencillo
demostrarlo. Observemos algunos casos para darnos rápidamente cuenta de que
no hay relación directa entre lo uno y lo otro. Es cierto que en el año 2015 la
inflación fue elevada (180,9%) y el crecimiento de la emisión monetaria también
(100,66%). Sin embargo, esto no siempre fue así. Miremos el año 2006: con mayor
velocidad de creación de dinero (104,34%), la inflación fue relativamente baja
(17%). O veamos el año 1996, antes del chavismo, la inflación del 103% se alcanzó
con un crecimiento de la masa monetaria del 55%. Se mire por donde se mire, no
hay relación simplista entre precios y dinero en circulación.

Y además, podemos encontrar infinitos ejemplos en el mundo que ponen de


manifiesto que no es cierto que la masa monetaria sea la única causante de la
inflación. En Argentina, en el lapso 2007-2013, las tensiones inflacionarias fueron
constantemente independientes del crecimiento de la base monetaria. En Estados
Unidos, entre 2008-2012, la emisión monetaria fue de casi el 160% y el índice de
precios no sobrepasó el 10,3% en ese periodo. En Reino Unido, hubo periodos de
emisión de alrededor del 200% y los precios crecieron en 16,4%. En Brasil, con una
expansión monetaria del 123%, los precios crecieron el 27,6%. En la Unión Europea,
luego de una emisión sin parangón, por ejemplo 1,6 billones de euros en un año y
medio, la inflación sigue por debajo del 2%. Como se puede observar, la
determinación de los precios es mucho más compleja que una ecuación
reduccionista en base al dinero en circulación.

El otro gran mantra es echarles la culpa directamente a los trabajadores. ¿Será


verdad que el incremento salarial es el causante de la inflación como dice
el manual de tonterías del neoliberalismo? Tampoco. Absolutamente falso. Y mucho
menos para el caso venezolano. Los incrementos salariales llevados a cabo por la
Revolución Bolivariana en este último periodo de tiempo han ido detrás de los
precios. Han corrido tras la inflación para que no hubiera pérdida del poder
adquisitivo. Esta espiral tiene una determinada secuencia: primero, el incremento
de precios, luego, las subidas salariales. Decir lo contrario es, además de falso, muy
injusto porque sería culpabilizar al trabajador del incremento de los precios. Lo que
lleva implícito el intento de aplicar la receta neoliberal: bajar salarios para bajar
demanda, y por tanto, lograr controlar la inflación.
Visto lo visto, en Venezuela, para entender la inflación habrá que recurrir a otro
tipo de análisis económico, mucho más integral. Aquí seis puntos fundamentales.

1. Lo primero y principal es considerar que la inflación es el resultado de una puja


distributiva. Detrás de cada incremento de precio hay quien obtiene mayor margen
de ganancia al mismo tiempo que otro sufre pérdida de poder adquisitivo. Si el
consumidor necesita un bien, lo pagará hasta donde le permita su salario. Hay
bienes que dejarán de ser consumidos, pero otros no. Los bienes necesarios, que
no tienen sustitutos, son los que más pesan en el cálculo de la inflación. Son los
que más afectan a los bolsillos de los ciudadanos.

2. Sin lugar a dudas, el coste de producción es una variable fundamental. Ningún


precio puede estar por debajo del coste de su producción para el empresario. Esto
es algo lógico. Pero esto no significa que el coste de producción pueda ser
considerado como una caja negra en la que todo vale. Constantemente hay una
inflación de los costes que suele trasladarse al precio final sin razón alguna. En
Venezuela, con datos en la mano, existen dos partidas llamadas Costes de
Prestación de Servicios y Otros Costes de Venta, que no necesitan justificación, que
representan en torno al 25% del total de los costes de producción.
3. Otro asunto fundamental, olvidado por el Manual de tonterías sobre la inflación
en Venezuela, es la influencia que tiene la estructura oligopólica de la oferta sobre
la conformación de precios. Son pocas (y grandes) empresas privadas las que
tienen un fuerte poder de mercado para fijar precios. Su posición dominante les
permite vender un producto a precio excesivo. No hay competencia suficiente para
poner en riesgo tal precio abusivo. O lo compras a ese precio o no lo encuentras.
La concentración empresarial, además de ser injusta, es altamente ineficaz en
materia de precios.
4. Y no podemos olvidar el papel de las importaciones en los precios en una
economía fuertemente dependiente del exterior. Lo paradójico es que mientras la
economía mundial está en una etapa de precios bajos, a Venezuela llegan los
productos importados a precios inflados. ¿A qué se debe? Los precios de
transferencia tienen la respuesta. Se importa a precios por encima de los
marcadores de referencia internacional. De eso, solo se benefician los comisionistas
e intermediarios, pero perjudican sobremanera a la población venezolana.

5. La distribución también tiene mucho que decir en esta problemática. Las cadenas
distributivas son grandes formadoras de precios. Se injertan como actor
fundamental en las cadenas de valor e incrementan el precio muy por encima de
sus verdaderos costes. Apenas generan valor agregado pero sí son responsables
del 40% del incremento de los precios. Este fenómeno está aún poco estudiado por
la economía convencional a pesar de que los distribuidores son importantes
agentes económicos con grandes márgenes de ganancia (que se traducen en
pérdidas adquisitivas para la ciudadanía).

6. Y por último, pero no por ello menos importante, el Manual de tonterías sobre la
inflación en Venezuela tampoco presta ninguna atención al comportamiento de un
marcador ilegal, fijado desde Alabama (Estados Unidos), que sube como la espuma
sin ningún criterio económico. El Dólar Today ―tipo de cambio extraoficial―
creció en casi 1.500 puntos en menos de dos meses. Esta conducta no obedece a
ningún cambio en las variables macroeconómicas del país. Tampoco se
corresponde con la evolución del valor del tipo de cambio implícito (relación de
bolívares en circulación y las reservas), que ha permanecido estable en estos
últimos meses (en torno a 450 Bolívares/Dólar). Solamente podemos encontrar
razones políticas tras estos saltos sin razón económica aparente. Este indicador
sirve como excusa para que unos pocos grandes empresarios marquen precios
altos a pesar de que el Dólar Today afecte únicamente al 5% de las transacciones
económicas en el país. Es decir, se utiliza para fijar precios para la gran mayoría de
compras, pero está presente en un porcentaje marginal de las operaciones
realizadas cotidianamente. Una verdadera estafa que se usa como tractor
inflacionario en Venezuela para desestabilizar la economía del país.
En definitiva, la inflación tiene múltiples raíces. No todo se debe a la emisión
monetaria, ni a los salarios ni a la inversión social. Tampoco toda la culpa la tiene el
Dólar Today, aunque últimamente haya ganado protagonismo. Los precios se
forman a partir de un entramado complejo de variables que interactúan en un
escenario en el que existen correlaciones de fuerzas económicas; y donde siempre
hay intereses políticos. Por tanto, para entender la inflación lo mejor es tirar a la
basura cuanto antes ese Manual de Tonterías sobre la inflación en Venezuela.

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