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, El cuerpo, las
máscaras y otros temas en literatura de habla francesa, La Plata, Ediciones al Margen,
2008. (“Corpolíticas y cuerpo. Lautréamont y Zola: dos cortes”, pp. 169-176) ISBN
978 987 618 029 0.
En las vísceras de la poesía crece el alimento para la agitación profunda del ser,
transliterario. Isidoro Ducasse, conde de Lautréamont, hizo surgir una nueva concepción
abriendo paso a las políticas del cuerpo y el peso de la carne que el siglo XX desplegó.
posición moral de un fatalismo de los cuerpos que trasciende las esferas de la propia
existencia. Al colocarse Maldoror en una zona de extremo respecto a la poética del mal,
trabajos esenciales tanto de Michel Onfray, Michel Serres y Michel Foucault1 logrando
tercer cuerpo, con paradigmas que en un mismo recorte eligen criterios concomitantes
de reflexión.
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FOUCAULT, M., (1984), Le souci de soi, Histoire de la sexualité, Paris : Gallimard. SERRES, M., (1985), Les cinq sens, Paris,
Grasset. ONFRAY, M., (1989), Le ventre des philosophes, Paris : Grasset.
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BEAUVOIR, S., (1945), Le deuxième sexe, Paris : Gallimard. CIXOUS, H., (1970), Le troisième corps, Paria : Ed. Grasset.
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El cuerpo y su comprensión desde la contemporaneidad implican prácticas de
sujeto libre se moldea sobre la base de las libertades de esa corporalidad hecha
cuerpo que aún mantiene el dualismo del espíritu en disociación con el cuerpo, en
Maldoror será quien tome -por primera vez- con virulencia el discurso de
a tener una mayor armonía con todas las especies. El hombre normal declara su
narcisismo sobre cualquier ser vivo y hace desfilar sus posibilidades destructivas. El
contra toda esta estructura del moralismo social es definido dentro del marco de la
mal. Más allá de representar esta idea de un body-mind, en esta oposición alma-cuerpo,
parece ser más bien el cuerpo y la carne quienes analizan y reinterpretan la historia de la
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enseña Lautréamont- de la antropología. Miro el mundo desde mi carne hipostasiada,
desde el equívoco del cuerpo, desde esa compleja base epistémica aplico la observación
del mundo.
Lautréamont hará un recorrido más que visceral para resolver el enigma del
opuestos donde Maldoror obtiene su catarsis, pues dos naturalezas igualmente violentas
oscuridad le muestra al hombre su propia oscuridad. Desde que Claude Bruaire hablará
filosofías del cuerpo que abren y renuevan los acercamientos, los métodos y los objetos
mente vampírica que succiona sino en el delirium antropofágico del hombre. La carne
es ofrecida como alimento ritual para que la peste haga su festín y se fertilice en la
de la carne se enfrenta con condicionamientos del orden de los sagrado y lo pagano, del
orden de la relación hombre-Dios, entonces la violencia que ejerce el hombre sobre sí,
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es un puro signo humano. El hombre defecará sobre su simbolismo al evacuar su
universo físico.
Desde las teorías del corps morcelé, las particularidades que ofrece el caso
sobre una relación de fuerzas donde -entre el bios y el tanatos- se decide una nueva
donde ver, ya no la unidad, sino la politización de la carne misma. Este acto implica la
blasfemia contra los condicionantes, contra Dios, cuyo odio –literalmente- nace de las
la famosa tesis sartreana-: el infierno no son los otros, el infierno es el cuerpo, movido
heterosexual. Maldoror será quien espíe -con afán de voyeur- la naturaleza humana,
para saber que en su desmembración “saltará” sobre nos una nueva dinámica del cuerpo
contribuye a las tensiones que el discurso feminista asumirá como pancarta y estandarte
respecto al cuerpo.
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Si bien desde Lautrémaont el nuevo conjunto de términos y relaciones se
más que se pretenda aislar a ese cuerpo presente en diversas manifestaciones del Sujeto
los que actúa desde el afuera un control que pone de manifiesto conexiones que son del
escribe, privadamente, desde ese lugar ciego e interno que es necesariamente ciego a efecto de
poder ver y necesariamente censurado para poder escribir, se despliega dentro de un modo de
representación cuya sustancia ya no tiene la materialidad del cuerpo antiguo. La carne se des-
pone en funcionamiento una modalidad de significación para la cual, tomando una expresión
de Derrida, el cuerpo se vuelve suplementario. Ni del todo presente ni del todo ausente, el
cuerpo está confinado, ignorado, erradicado del discurso, y, sin embargo, permanece en el
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borde de lo visible, turbando el espacio del cual se le ha exiliado.”
carne y sus metáforas en la forma en que Zola hace circular el deseo en torno al bullir de
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BARKER, F. (1984) Cuerpo y temblor. Un ensayo sobre la sujección, Buenos Aires: Per Abbat, p. 82.
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la sangre y los músculos, atravesados por instancias de la fiebre y sus estados. Ante la
personajes que están dominados por los nervios y por la sangre; su objetivo es
estudiar en cuerpos vivos el trabajo que los cirujanos emprenden con los muertos. Casi
alcantarilla, del orden de lo pútrido. Zola manifestará que sólo se trata de estudiar
temperamentos colocando a los cuerpos bajo la presión de las coyunturas y del medio
Camille cuya maladie le empobreció la carne, una carne adolescente que no conoce el
interpretación sobre las señales que el cuerpo de Thérèse provoca, como una suerte de
radical a la forma en que las “queridas, “frías y secas” hacen el amor a reglamento. El
gato Francois en el medio de la escena amorosa, ese gato atigrado, nos recuerda aquello
que los animales ven y no pueden comunicar, suerte de enfrentamiento especular entre
cuello hecho parte, su cuello como zona de pasaje entre lo racional y lo emocional-
imita los gestos del gato. Laurent será en la novela la saciedad de los apetitos: amante
de la mujer, amigo del marido, mimado por la madre. La cofrontación que establece es
ejemplar entre el trabajo burgués y el ocio adúltero. Le debemos a Zola la escritura del
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sordo trabajo de los deseos circulando por partes del cuerpo retorcido en sus arrebatos
de animal. Hay algo de la pasión instintiva que se aloja en los músculos, que se incuba
en la sangre, que responde al mero capricho de los cuerpos. Zola es el lector “natural”
humaine: “ Les instincts désignent en général des conditions de vie et de survie, des conditions
de conservation d’un genre de vie déterminé dans un milieu historique et social (ici, le Second
Empire). (…) Toujours le « naturalisme » de Zola est historique et social. L’instinct, l’appétit, a
donc des figures diverses. Tantôt il exprime la manière dont le corps se conserve fans un milieu
favorable donné ; en ce sens il est lui-même vigueur et santé. Tantôt il exprime le genre de vie
qu’un corps invente pour tourner à son profit les donnès du milieu, quitte à detruire les autres
corps ; en ce sens il est puisance ambiguë. Tantôt il exprime le genre de vie sans lequel un corps
ne supporterait pas son existence historiquement déterminée dans un milieu défavorable, quitte
à se détruire lui-même ; en ce sens l’alcoolisme, les prversions, les maladies, même la sénilité
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sont des instincts. »
aparte de lo real. Platon, Kant y Descartes se oponían a la idea de que haya un acceso a
la verdad a través del cuerpo. Hume, Condillac y Diderot partían del cuerpo y se
por ende ilusorio. Hay una interacción entre el esquema corporal y la percepción del
cuerpo. Esta interacción toma la forma de una recalibración del esquema corporal. Es la
Los cortes que produjeron tanto Lautréamont como Zola en el siglo XIX
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ZOLA, E., (2001), La Bête humaine, Paris : Folio Classique, pp. 8-9 Préface de Gilles Deleuze.
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inclasificables de la literatura como el caso de Hèlêne Cixous o conllevan
intervenciones del orden de los performativo como el caso de la artista del cuerpo Orlan
reflexión.-
Bibliografía
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ZOLA, E., (2002) El naturalismo, Barcelona : Península.
…………, (1945) La escuela naturalista. Estudios literarios, Buenos Aires: Futuro.
…………, (1997) Thérèse Raquin, Paris, Fasquelle.