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Cualidades del abogado

Estas son las cualidades más sobresalientes en el abogado:

a) Conocimientos

El abogado debe ser un hombre poseedor de conocimientos teóricos en el


Derecho. Su capacidad reiterada no debe ser motivo de abandono.

b) Analista

El abogado debe ser una persona diestra en el manejo de la lógica para vencer y
convencer. El análisis de la realidad planteada por quien requiere de sus servicios
y el encuentro de las normas jurídicas aplicables para de allí llegar a una
conclusión, representan una típica tarea silogística.

c) Experiencia

El abogado debe forjarse una experiencia valiosa, producto de un oportuno


contacto con la realidad, mediante de una práctica jurídica.

d) Buena fe

El abogado debe de actuar de buena fe y debe creer en la buena fe de los demás,


sin llegar al extremo de pecar de una confianza excesiva.

e) Honradez

El abogado debe ser un hombre honrado. Su probidad debe estar fuera de


cualquier duda. Al abogado no le basta con ser honrado, debe parecerlo.
f) Equidad

El abogado debe ser poseedor de un buen criterio de equidad. Su pericia no


deberá ser puesta jamás al servicio de las causas injustas.

g) Firmeza

El abogado debe ser una persona enérgica para insistir en sus reclamaciones con
firmeza de carácter, sin llegar a violentar su lenguaje hablado o escrito. La fuerza
de los argumentos apoyará su energía.

h) Discreción

El abogado debe ser una persona discreta. Los secretos que lleguen a su
conocimiento en el ejercicio de la profesión constituyen el secreto profesional.

i) Veracidad

El abogado debe ser una persona veraz. La veracidad es una virtud personal de
gran valía pero, en el profesional del Derecho, debe constituir una norma de
conducta cotidiana.

j) Ecuanimidad

El abogado ha de estar adornado con la cualidad de la ecuanimidad. Su serenidad


debe fortalecerse para estar en aptitud de pasar por duras pruebas. Su entereza
de espíritu, deberá darle la calma necesaria para reflexionar y hacer prevalecer el
Derecho y la justicia.

k) Respeto
El abogado debe ser un individuo respetuoso de la investidura de toda autoridad
representada en un momento dado por cualquier funcionario.

l) Práctico

El abogado debe desarrollar su sentido práctico. Ha de examinar las ventajas y


los inconvenientes del procedimiento que ha de seguir y no habrá de penetrar en
zonas difíciles cuando pueda evitarlo. No ha de olvidar que se puede ganar
perdiendo más de lo que aparentemente se gana.

m) Negociador

Al lado del sentido práctico, se desenvuelve el sentido de la negociación. La parte


contraria no debe considerarse forzosamente como enemiga irreconciliable. Toda
transacción implica una concesión recíproca de respectivas prerrogativas.

n) Cortesía

El abogado debe rendir pleitesía a su propia dignidad. Para poder exigir el respeto
a los demás, el abogado debe empezar por respetarse a sí mismo, y esto lo logrará
si establece como norma de su vida el principio de no dañar jamás al prójimo.

“Alter non laedere” (No dañar a otro)

ñ) Vocación

El abogado debe cultivar su vocación por la ciencia del Derecho y por el ejercicio
de la profesión que ejerce. Una persona no debe permanecer un minuto en una
labor que le desagrade, o para la que sienta que no tiene la debida aptitud.

o) Culto
El abogado debe ser un hombre culto. Su afán de saber no ha de abandonarlo. El
fin de sus estudios oficiales no le limitan su posibilidad de aprendizaje cotidiano
a través de los libros y acontecimientos trascendentes de su tiempo.

p) Lealtad

El abogado como hombre se debe a la obligación de lealtad. En él las exigencias


de lealtad son mayores pues, es depositario de la confianza de quien le ha
encargado la defensa de sus intereses.

q) Presentación

Si bien su sencillez o su personal manera de ser no le inclinan por el apego a las


reglas de la moda, sí, en cambio, su investidura de profesional del Derecho, le
exigen una correcta presentación en su actuación oficial.

r) Dinámico

El abogado ha de ser un hombre dinámico. La marcha de la justicia es lenta por


naturaleza propia. Que su desgano no fomente esa lentitud y, mucho menos, que
no vaya a poner en peligro la subsistencia de algún derecho de los que representa.

s) Ordenado

El abogado debe ser un hombre ordenado. La falta de metódica armonía en el


manejo de varios asuntos de los que simultáneamente se ocupa, pone en peligro
su buena actuación y de nada servirían sus grandes conocimientos ni sus
magníficas intenciones.

Conclusión

En el enunciado de las cualidades que anteceden, hemos utilizado el nexo “debe


ser”, porque estimamos que el abogado debe propender a esas cualidades y no
esperar que le lleguen espontáneamente
“Lo verdaderamente valioso en la vida es lo que se obtiene a través del esfuerzo,
de la educación, de la voluntad que es la llave que abre las puertas de los anhelos
que a veces parecen tan lejanos.”

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