You are on page 1of 20

OBJETO: INTERPONER IMPUGNACIÓN EXTRAORDINARIA

PROVINCIAL

Excma. Cámara de Casación Penal


Sala Nº 1:

HUMBERTO FRANCHI y JOSE RAUL VELAZQUEZ, abogados


defensores de Flavia Beckman, Hugo Mena y Esteban Scialócomo,
constituyendo domicilio ad litem en calle Córdoba N° 379 – Oficina 4
– Primer Piso, en el Legajo de OGA N° 10.668 caratulado “BECKMAN
FLAVIA MARCELA – SCIALÓCOMO ESTEBAN ÁNGEL ALBERTO –
ÁLVAREZ MARÍA VICTORIA Y OTROS S/ DEFRAUDACIÓN A LA
ADMINISTRACIÓN PÚBLICA – ASOCIACIÓN ILÍCITA”, nos
presentamos ante V.E. y respetuosamente DECIMOS:
I.- OBJETO:
Que venimos en legal tiempo y forma, en nombre y en representación
de nuestros asistidos Flavia Beckman, Hugo Mena y Esteban
Scialócomo, a interponer Impugnación Extraordinaria en los términos
del art. 521 sgtes. cctes. del C.P.P. contra la Sentencia Nº 414 de
fecha 07/12/2018 de la Excma. Sala Nº 1 de la Cámara de Casación
Penal que resolvió “… I. DECLARAR INADMISIBLES los recursos de
casación interpuestos por los Señores Defensores Dres. José Raúl
Velázquez, Humberto Franchi, Iván C. Vernengo y Damián Petenati
contra la resolución dictada por el Tribunal Unipersonal de Juicio y
Apelaciones de esta ciudad de Paraná, integrado por la Dra. María
Carolina Castagno, de fecha 2 de noviembre de 2018….”.
II.- REQUISITOS DE ADMISIBILIDAD:
Que de conformidad con lo dispuesto en el art. 521 del C.P.P., el
remedio impugnaticio deducido resulta procedente por las siguientes
razones:
a.- La decisión impugnada constituye una sentencia
definitiva, en este supuesto, la sentencia dictada por el Tribunal
Unipersonal de Juicio y Apelaciones de esta ciudad de Paraná,
integrado por la Dra. María Carolina Castagno y el gravamen que
produce deviene de insusceptible corrección ulterior en instancia
judicial alguna (Cf. Fallos 242:470; 245:204; 327:4113; 327:4415;
310:132; 310:1782 y 219:64).
b.- El recurso es interpuesto en legal tiempo y forma, esto es,
dentro de los 10 días hábiles de notificada esta parte y de manera
fundada ante el mismo tribunal que dictó la sentencia -Excma.
Cámara de Casación Penal de Paraná-, y deducido por esta parte.
Dejando constancia que la resolución que se ataca fue notificada en
fecha 09/12/2018 por vía e mail, en tal fecha fueron notificados
personalmente Mena y Scialócomo en la Unidad Penal N° 1, en
relación a Beckman la misma fue realizada en la Unidad N° 6 en
fecha 11 de diciembre del cursal, interpretando esta defensa que
desde tal día corre el plazo de interposición del recurso.
c.- La cuestión federal: El motivo seleccionado para el tratamiento
de los agravios que expondremos, encuadra en la doctrina de
las sentencias arbitrarias desarrollada por la Excma. Corte
Suprema de Justicia de la Nación, que tiende a resguardar la garantía
de defensa en juicio y debido proceso, principios estos que amparan a
quien la ley reconoce la calidad de parte (Fallo 268:266), al exigirse
que las sentencias sean fundadas y constituyan una derivación
razonada del derecho vigente con aplicación a las circunstancias
comprobadas de la causa, siendo "... la motivación de la sentencia
una obligación insoslayable para los integrantes del Poder Judicial
republicano, instituida en el carácter de garantía constitucional y
consiste en consignar por escrito las razones emitidas en justificación
del juicio lógico sentencial, el cual constituye una operación lógica
jurídica fundada en la certeza y en la convicción explícita del
juzgador..." (Del voto del Dr. Carubia en "BARRAL, Martín A. s/
Homicidio Culposo").
Resulta atendible traer a colación que se interpuso recurso de
casación contra la sentencia, aduciendo que la cuestión planteada era
procedente por vía de casación dado el alcance de la expresión
gravamen irreparable el cual se determina en cada caso por la
existencia de un perjuicio jurídico o la posible frustración de derechos
procesales que no pueda repararse durante la sustanciación del
proceso, si bien no es una sentencia definitiva, nos encontramos
conforme los arts. 366, 367 sstes. y cctes. del C.P.P.E.R ante la
última oportunidad para incoar la excarcelación de nuestros pupilos,
en consecuencia, es ésta la última instancia para la salida propiciada
por lo cual se generó un perjuicio de imposible reparación ulterior. Tal
agravio sólo desaparece por la prevención de una específica vía de
impugnación como es la del recurso de casación.
Sólo hay gravamen irreparable, cuando la decisión impide o tiene por
extinguido un derecho o cuando el derecho de fondo queda
comprometido por carecer el agraviado de otra oportunidad útil para
defender el derecho de que se trata, ni más ni menos que la libertad
es lo que pretendemos.-
Una providencia o resolución ocasiona un gravamen cuando, una vez
consentida, sus efectos no son susceptibles de ser subsanados o
enmendados en el curso ulterior del proceso, como sucedería en el
supuesto traído a vuestro estudio.-
La Excma. Cámara de Casación ha sentenciado en un supuesto
análogo al presente (Probation denegada) en los autos "RUDDI,
Giovana Quispe - Su denuncia S/ RECURSO DE CASACION" -
968/17, el Tribunal sostuvo que "... Al respecto, el Máximo Tribunal
Nacional tiene dicho: " esta Corte desde hace ya varias décadas ha
establecido el concepto de sentencia equiparable a definitiva para
aquellos pronunciamientos que si bien no ponen fin al pleito, pueden
generar un perjuicio de imposible o tardía reparación ulterior, y por lo
tanto requieren tutela judicial inmediata ("DI NUNZIO, 03/05/2005).
Así, y contrariamente a lo sostenido en los argumentos oralizados en
la audiencia por la Vocal Castagno interviniente en la apelación,
entendemos que debe anticiparse la intervención del Tribunal de
Casación a decisiones anteriores a la sentencia final en supuestos de
denegación de la excarcelación en los que no exista la posibilidad de
volver a peticionar la concesión del derecho en ninguna otra
instancia, que por dicho motivo genera en los justiciables un perjuicio
irreparable y que tal es el supuesto de autos, donde no se llegó a la
instancia de remisión a Juicio y en ese contexto se solicitó su
concesión.
Además, la resolución dictada por el Tribunal Unipersonal de
Juicios y Apelaciones de esta ciudad, no ha sido revisada
amplia e integralmente por un tribunal superior, tal como fuera
receptado en nuestros tribunales a partir del fallo "Casal". Es decir
que el derecho del doble conforme no ha sido respetado en estos
actuados, pues la Cámara de Casación se limitó a señalar dogmática
y automáticamente las mismas circunstancias mencionadas por el
tribunal de grado, sin contestar acabadamente a los agravios
expresados por esta defensa; por lo que adelantamos nuestra
postura, que no podemos menos, que reiterar los agravios ya
vertidos. Es decir que la Cámara de Casación no examinó
exhaustivamente los argumentos de esta defensa, existiendo, en
consecuencia, una mera dúplica de los fundamentos dados en la
sentencia de grado, no cumpliendo así con los parámetros
establecidos por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el
caso "Herrera Ulloa" y por la Corte Suprema de Justicia de la Nación
desde el fallo "Casal".
También existe inobservancia de las reglas de la sana crítica racional
en la argumentación judicial, pues el Tribunal de Casación no volvió a
valorar la prueba y sin explicar por qué consideró que la sentencia de
grado, "inicialmente" impresiona, a primera vista como "seria,
razonable y fundamentada" y aunque dice que ello lo manifiesta muy
genéricamente, en nuestro humilde entender nunca se realizó el
análisis detallado que prometió hacer con posterioridad.
La violación constitucional que aquí se denuncia guarda relación
directa e inmediata con lo decidido por el Tribunal de Casación, toda
vez que se ha llegado mediante arbitrariedad a la conclusión de
rechazar por inadmisible la excarcelación impetrada referenciada y
violando las reglas de la sana crítica en la apreciación de los dichos y
pruebas, no dando respuesta, ni en su mínima expresión, a todas los
agravios formulados por la defensa, incurriendo en consecuencia en
una fundamentación errónea y deficiente, por ende, aparente,
omitiendo aplicar al caso la excarcelación o morigeración de la misma
en pos del principio de inocencia que les corresponde a Beckman,
Mena y Scialócomo en forma subsidiaria al menos por el principio del
In Dubio Pro Reo, conforme se agraviara esta defensa, incumpliendo
el deber de contralor, violando las garantías de la defensa en juicio y
el debido proceso que resultan irreparables, como así también el
derecho a recurrir el fallo y a que éste sea revisado realmente por un
Tribunal Superior –art. 18 de la C.N. y 8 de la C.A.D.D.H.H.. La
trascendencia del caso se advertirá tan pronto se establezca dicha
vulneración.
d.- Sentencia contradictoria. Adicionalmente debemos poner de
resalto que también el fallo criticado vulnera palmariamente otro de
los principios incluidos en nuestra carta magna y tratados
internacionales como lo es el de Ser una Sentencia contradictoria
con la doctrina sentada en fallo anterior del mismo tribunal y
del Superior Tribunal de Justicia sobre la misma cuestión, ya
que sin lugar a dudas la resolución dictada resulta contradictoria con
otras sentencias de la misma Sala 1 de la Cámara de Casación Penal
y/o del Superior Tribunal de Justicia sobre los criterios fundantes de
la Prisión Preventiva, por ello esta defensa entiende que en esta
I.P.P. existen justiciables con resultados distintos en esos ámbitos
comparativos, y que de no poder hacerlo contribuirían al desprestigio
mayor de los tribunales involucrados, incrementando la desconfianza
ciudadana en las decisiones judiciales.
De la misma forma, con esta presentación se persigue el
pronunciamiento de una sentencia que ratifique la supremacía de la
Constitución Nacional, resolviendo la cuestión federal de la manera
que por este medio se propone.
Como la arbitrariedad no le da soberanía a este tipo de recurso, la
relación directa entre la pretensión y la cláusula constitucional, surge
de la ofensa a la garantía del debido proceso (art. 18 CN) revelada
por la inobservancia de las reglas de la debida fundamentación y
derivación razonada del derecho vigente, que referiremos más
adelante.
Es decir que la Vocal del Tribunal Unipersonal de Juicio y Apelaciones
interviniente no valoró ciertas circunstancias importantes para
decidir el caso y a otras las evaluó arbitrariamente; vicio que repitió
el Tribunal de Casación, ya sea por no tratar el recurso de la defensa
o por reiterar los dichos de la Juez de Garantías y de la Vocal del
Tribunal Unipersonal Apelaciones y Juicio, lo que posteriormente
detallaremos.
Asimismo, se pone en tela de juicio el artículo 8.2 de la Convención
Americana de Derechos Humanos, el art. 14.2 del Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos, normas internacionales incorporadas
al art. 75 inc. 22 de la Constitución Nacional.
Dichas normas, en armonía con otras de similar rango u origen, como
son las disposiciones nacionales y locales concurrentes, conforman la
trama normativa que se vería injuriada con la denegatoria, y con ello
conformaría el agravio de entidad y naturaleza suficiente para
atender el caso federal conforme la doctrina de la propia Corte
Suprema (Fallos: 318:1894; 327:388; 327:5979, entre otros).
Las ofensas constitucionales que subrayamos deben ser corregidas en
esta instancia acogiendo el recurso que aquí fundamentamos.
e.- La norma cuya aplicación considero se omitió: Resulta
esencial advertir a V.E. que el último fallo que por la presente se
impugna concluyó en rechazar el recurso de casación impetrado por
esta defensa por INADMISIBLE, si se revisa el iter procedimental
desplegado por el Tribunal de Casación puede colegirse que la vía
intentada fue admitida formalmente, tanto en lo temporal como en lo
formal, se le dio ingreso al estudio de fondo de la cuestión, se
analizaron las posturas partiales y con fundamentos, los cuales son
motivo de crítica de esta defensa, se concluyó con la decisión
adoptada, es además por este agravio en particular que también
resulta causal de interposición del medio recursivo que agota la
impugnación provincial.
Además de lo invocado supra, la sentencia que nos ocupa constituye
una flagrante violación al derecho de defensa en juicio y al debido
proceso legal, previstos en el art. 18 de la Constitución Nacional.
Ambas garantías incluyen la posibilidad de obtener en el proceso una
sentencia que sea una derivación razonada del derecho vigente con
estricta sujeción a los elementos probatorios que definen la suerte de
la causa; cuando ello no es así, es decir, cuando la sentencia
prescinde de prueba decisiva, como en el presente caso, la sentencia
resulta arbitraria, implicando dicha arbitrariedad
una "inconstitucionalidad" por lesión a las garantías del art. 18 de la
Constitución Nacional.
Respetuosamente, pero con firmeza, debemos decir que la Excma.
Cámara de Casación Penal ha acudido a un confuso modo de resolver
los recursos articulados y mediante fundamentos completamente
ajenos al tipo de resolución que se estaba cuestionando mediante la
impugnación casatoria. Basta con evidenciar que la Cámara
resolvió: “… I. DECLARAR INADMISIBLES los recursos de casación
interpuestos por los Señores Defensores Dres. José Raúl Velázquez,
Humberto Franchi, Iván C. Vernengo y Damián Petenatti contra la
resolución dictada por el Tribunal Unipersonal de Juicio y Apelaciones
de esta ciudad de Paraná, integrado por la Dra. María Carolina
Castagno, de fecha 2 de noviembre de 2018…”En primer término el
Tribunal de Casación entendió que: “En definitiva a la luz de los
postulados del modelo acusatorio -concebido con la finalidad de
adaptar la normativa procesal a los contenidos de los tratados
internacionales-, a los órganos jurisdiccionales revisores se les exige
atenerse a las normas que restringen su competencia en salvaguarda
del derecho a un proceso penal eficiente que, como tal, tienda a la
pronta culminación, sin dilaciones indebidas e injustificadas. Tal es la
razón por la que no todas las resoluciones jurisdiccionales pueden
ser impugnadas, ni cualquier medio es apto para ello. Así concebida,
la evaluación judicial correctamente ejercida, contribuirá a evitar la
depreciación del valor y calidad de los pronunciamientos judiciales en
las distintas etapas del proceso. Por ello insistir en esta tercera
instancia no prevista en la legislación, implica un desgaste
jurisdiccional inútil, porque no hay ninguna posibilidad de modificar
lo resuelto en la apelación, en razón de que -como lo ha demostrado
la Vocal de Cámara- la resolución de la Dra. Barbagelata se
encuentra debidamente fundamentada de acuerdo a la etapa
procesal en la que se encuentra esta investigación y a las exigencias
constitucionales y legales” (Lo resaltado es de nuestra autoría).-
Los fundamentos para dicho temperamento fueron: “… La amplitud
asignada al Recurso de Casación (hoy fuera de discusión a raíz de
señeros fallos como "Herrera Ulloa" -CIDH- y "Casal" -CSJN-), no nos
exime de "examinar globalmente cuál es el mecanismo de
recursos dentro del sistema de enjuiciamiento de que se trate. En
otras palabras, no es lo mismo referirse a la casación penal en un
sistema que no tiene otro recurso... que hacerlo dentro de un
sistema que incorpora otro recurso previo (por ejemplo, el
denominado recurso de apelación). Además, al organizar un sistema
de recursos, también, es preciso tener en cuenta varios principios
que están necesariamente implicados, como son los de inmediación,
oralidad y publicidad'" -CHIARA DÍAZ - OBLIGADO. La Casación
Penal. Nova Tesis, Rosario, 2010, p. 358-. En nuestro medio,
contando con el recurso de apelación, para situaciones como la
presente, lo relevante es examinar la efectividad de la garantía del
doble conforme, herramienta que "pretende evitar la pervivencia del
error o, por lo menos, disminuir sus posibilidades de sobrevida... a
través de la duplicación, en dos instancias judiciales o en dos grados
de jurisdicción, de la presentación, discusión y decisión de la
cuestión..." (Pastor, Daniel R., "La nueva imagen de la casación
penal", 2001, Ed. AdHoc, p. 95). Ello se ve garantizado -y reforzado-
por la normativa convencional. El Informe nº 55/97, de la CIDH (del
18/11/97), establece que "La oportunidad de recurrir a una segunda
instancia en el proceso penal refuerza la protección en contra del
error judicial"; precisa que "(U)n aspecto esencial derivado del
debido proceso es el derecho a que un tribunal superior examine o
reexamine la legalidad de toda sentencia jurisdiccional que resulte en
un gravamen irreparable a una persona, o cuando ese gravamen
afecte los derechos o libertades fundamentales, como es la libertad
personal"; y fija el criterio de que a través de la garantía de un
recurso contra las sentencias definitivas lo que se busca es "otorgar
la posibilidad a la persona afectada por un fallo desfavorable de
impugnar la sentencia y lograr un nuevo examen de la cuestión. Esta
revisión en sí tiene como objetivo el control del fallo como resultado
racional de un juicio justo, conforme a la ley, a los preceptos de
garantía y de la aplicación correcta de la ley penal". A mérito de lo
expuesto y no verificándose conculcación a derecho constitucional
alguno que justifique la habilitación de la instancia de casación como
Superior Tribunal de la causa, corresponde declarar la
inadmisibilidad de los recursos intentados”.-
Por lo antes transcripto se puede colegir que la garantía del “doble
conforme” –art. 8.2.h de la CADH- se encuentra tergiversada a los
fines de no tratar verdaderamente el recurso impetrado, ya que dicha
garantía opera contra las sentencias definitivas que procuran la
revisión del “fallo” al que hace alusión la norma de la Convención.
Asimismo la garantía del “doble conforme” se encuentra prevista en
el art. 14.5 del P.I.D.C. y P. No está en tela de juicio que tal garantía,
no se refiere al tipo de resoluciones que nos ocupa -la prisión
preventiva- sino a una sentencia definitiva de condena, siendo por
eso absolutamente irrelevante el hecho de que un Tribunal
Unipersonal de Apelación haya revisado la medida cautelar dispuesta,
ya que la competencia de la Excma. Cámara –y por ende también su
obligación legal- no surge por disposición de los Pactos
Internacionales mencionados, sino por expresa decisión de la
Legislatura de la Provincia de Entre Ríos, es decir, por parte de la
voluntad popular, por una decisión democrática, que debe ser así
respetada por los tres Poderes que componen un gobierno
republicano como en el que nos encontramos (Art. 1 de la
Constitución Nacional y Art. 1 de la Constitución Provincial).- De
conformidad a lo mencionado supra reiteramos que se haya
estipulado expresamente en el Capítulo IV, Sección I de la Ley 9.754
–modificado por Ley 10.317- en cuyo art. 511 se prescribe:
“Procedencia: El recurso de casación podrá ser interpuesto contra
sentencias definitivas, resoluciones equiparables y contra
resoluciones dictadas por el juez de Ejecución de Penas y Medidas de
Seguridad, en el marco del tratamiento de la ejecución de la
pena”. (Lo enaltecido nos pertenece)-
Queda esclarecido que el recurso de casación procede contra las
resoluciones equiparables a definitiva, tal el caso paradigmático de la
prisión preventiva, la cual adquiere ese carácter precisamente por
generar un gravamen de insusceptible o tardía reparación ulterior
(Confr. “Di Nunzio, Beatriz H. s/ excarcelación”, CSJN, 328:1108),
extremo que así ha sido sopesado por la Legislatura entrerriana, al
decidir que la Cámara de Casación intervenga examinando de manera
exhaustiva este tipo de resoluciones tan sensibles para cualquier
ciudadano, y lo haga por medio del procedimiento especialmente
previsto, es decir, escuchando en audiencia oral y pública a los
abogados defensores en sus agravios, conforme expresamente
lo dispone el art. 515 del CPPER.-
A pesar de la normativa procedimental citada, la Cámara resuelve
declarar inadmisible el recurso cuando en el mismo, se han
expresado correctamente los agravios (tal es así que incluso se
vierten en la resolución), ha sido presentado en legal tiempo y ante el
órgano jurisdiccional que correspondía y en la forma escrita
establecida. Tales recaudos impedían absolutamente la posibilidad de
declararlo inadmisible y, en cambio, obligaban a convocar a una
audiencia (art. 515) para que se puedan ampliar los fundamentos
esgrimidos en el escrito recursivo, nada de lo cual ha ocurrido.-
Es por lo cual que también se impetra la presente vía recursiva
extraordinaria provincial.

III.- ANTECEDENTES:
1º) El caso y su resolución.
V.S. Dra. Bargagelata el 19 de octubre del corriente año señala en los
fundamentos de su fallo que impone la Prisión Preventiva a nuestros
defendidos, indicando que “. . .existe verosimilitud de las probanzas
colectadas por la fiscalía en la atribución de los hechos a los
encartados como partícipes del ilícito de peculado y/o asociación
ilícita lo cual consta en los allanamientos realizados y las
declaraciones testimoniales, el cúmulo de documentales, tarjetas de
débitos, etc. . . .”, refuerza su postura la Juez de Garantías al afirmar
que: “. . . Mena al momento del allanamiento en su vivienda estaba
manipulando material probatorio, que por su parte Beckman previo a
ser detenida se contactó telefónicamente con el testigo Dehan a los
fines de imponerle dichos o circunstancias fácticas para mejorar su
situación procesal, como así también en relación a Scialócomo, más
allá de reconocer que su posible participación en el injusto en menor
incidencia por supuestamente recibir órdenes de los coimputados
Mena y Beckman, todos conformaban una organización con aptitud
suficiente para entorpecer la investigación en curso. Para concluir en
definitiva en imponer la máxima medida cautelar a nuestros
defendidos en el plazo de cuatro (4) meses la prórroga de la misma. .
.” Todo lo cual puede ser advertido de la audiencia videograbada.-
El 2 de noviembre, la Sra. Vocal Dra. María Carolina Castagno al
expresar sus fundamentos, podemos clasificarlos en tres rótulos: en
primer término, aquellos sustentados en la magnitud de hecho
investigado en sí mismo, en segundo lugar referidos al
entorpecimiento de la investigación. Y por último, centrado en la
racionalidad del quantum.
Respecto al hecho en sí como fundamento de un pronóstico probable
de entorpecimiento señala: “aquí cobra relevancia cuales son los
hechos imputados…” Luego al referirse a la juezaa-quo dice: “la
magistrada destacó la gravedad del hecho de corrupción… y valoró
los resultados, prueba de la fiscalía, resultados de los allanamientos,
la resulta de esos allanamientos, y a su vez las resultas de las
entrevistas” y continua la Vocal; “acá hay verosimilitud acerca de los
hechos como la intervención de los imputados en el mismo hecho en
carácter de participes…”
Para continuar, la Sra. Vocal resalta: “el hecho, la pena en
expectativa, el mínimo de la pena en expectativa es efectiva, las
posibilidades económicas de los imputados”. Asimismo, hace a un
lado los fundamentos acerca del arraigo de los imputados señalando
que “que no fue valorado por la magistrada”.
Y ya entrando en el meollo de los fundamentos, respecto al
entorpecimiento de la investigación señala la Sra. Vocal: “lo que se
quiere cautelar es la posibilidad de interferencia en la determinación
del hecho… como se produjo la detención, la fragancia, el contacto de
Flavia con Dehan… por lo que no podemos afirmar que no van –los
imputados- a interferir con los testigos”
Y por último, en referencia al quantum del plazo de prisión
preventiva, la Sra. Vocal sostiene que “es racional ya que el legislador
en el art. 366 CPPER señala como limite la prisión de 18 meses y si
observamos la pena en expectativa estamos lejos de los 2/3”.

2º) El recurso de casación.


Contra esa decisión interponen Recurso de Casación los Dres. José
Raúl Velázquez y Humberto Franchi como Defensores Técnicos de
Flavia Beckman, Hugo Mena y Esteban Scialocomo. Se agravian en la
falta de acreditación de los extremos dispuestos en el Código de rito
en sus arts. 354, 355 y 356 del CPP y en la interpretación subjetiva y
parcializada de la Vocal interviniente.
Afirman que la Sra. Vocal al invocar la gravedad del hecho como
fundamento de su resolución, se basa solo en razones de prevención
general, desoyendo los extremos legales y sustanciales exigidos para
el dictado de una prisión preventiva; que admiten su procedencia solo
en dos supuestos que deben ser justificados por el sentenciante, esto
es: la posible fuga y el entorpecimiento de la investigación.
Agregan que la eventual complejidad en la tramitación de la IPP no
debe ser atribuida a sus defendidos dado que la causa está en sus
inicios, en la faz investigativa y todas las actividades pesquisivas
dependen de las agencias estatales. Destacan que ninguno de los tres
asistidos es funcionario público por lo que no cabe la imputación a
título de autoría o coautoría y que la Señora Vocal no resolvió y no
refirió acerca del acceso a la prueba por parte de la Jueza a-quo
mientras estaba en reserva total en la IPP.
Advierten que el posible entorpecimiento en la investigación de sus
pupilos -en particular Beckman y Mena- fueron conductas o
circunstancias previas a formularles el hecho endilgado – EX ANTE -
y que el fin del encierro cautelar es el de preservar las probanzas a
futuro – EX POST - y es una de las causales del mismo, por lo que
los argumentos tanto de la Jueza de Garantía como de la Vocal de la
apelación carecen de los fundamentos procesales exigidos. (Lo
resaltado nos pertenece)
Refieren en tal sentido que no se puede hacer una inversión de la
carga probatoria ya que el poder punitivo está en cabeza del estado y
no de los ciudadanos. Afirman que la privación de libertad decretada,
atento el contexto actual, de la situación carcelaria resultaría dañina
para sus asistidos, remitiéndose en tal sentido a los lineamientos
establecidos por esta Cámara de Casación en los autos "DIAZ,
Silvio...".
En otro orden se agravian en el silencio de la Vocal respecto de la
supuesta improcedencia de aplicación a sus pupilos de medidas de
coerción y la posible aplicación del arresto domiciliario previsto en la
normativa procesal solicitado en forma subsidiaria.-
Culminan solicitando se revoque el encierro preventivo o cautelar,
disponiendo la inmediata excarcelación de los imputados. En subsidio,
solicitan imposición de medidas de coerción o bien prisión preventiva
bajo arresto domiciliario.

3º) La audiencia de casación:


Como se expresara más arriba tal prescripción ritual fue omitida por
el Tribunal de Casación Penal.

IV- AGRAVIOS DEL FALLO RECURRIDO:


El Tribunal de Casación luego de reproducir sintéticamente los
recursos interpuestos y mencionar las posturas de las parte, citó su
propia jurisprudencia e ilustró con doctrina y jurisprudencia en
referencia a la no vulneración de los presupuestos y procedencia de la
Excarcelación introducido por la defensa, para, posteriormente,
resolver en muy pocas líneas, no hacer lugar al recurso de esta
defensa, manteniendo los argumentos seleccionados por la Juez de
Garantías N° 1 y la Vocal del Tribunal Unipersonal de Apelaciones y
Juicio.
Como ya se adelantara, no podemos menos, que reiterar los agravios
ya vertidos en innumerables ocasiones porque, en nuestro humilde
entender, la Cámara de Casación no examinó exhaustivamente los
argumentos de esta defensa, existiendo, en consecuencia, una mera
dúplica de los fundamentos dados en la sentencia de la vocal del
Tribunal Unipersonal de Apelaciones y Juicio, no cumpliendo, así, con
los parámetros establecidos por la Corte Interamericana de Derechos
Humanos en el caso "Herrera Ulloa" y por nuestra Corte Suprema de
Justicia de la Nación desde el fallo "Casal".

a) Así, no trató los siguientes agravios:


La Excma. Cámara de Casación rechazó nuestra petición de libertad
de los inculpados Beckman, Mena y Scialócomo, tomando un
temperamento acrítico de fundamentos sólo aparentes y abstractos,
que solo tienden a justificar los recaudos genéricos de la prisión
preventiva pero sin relacionarlos con las circunstancias concretas del
caso que nos ocupa, sin estudiar fehacientemente los agravios
postulados por esta defensa.-Se interesa de esa Excma. Sala evalúe,
que la Vocal del Tribunal Unipersonal de Juicio y Apelaciones se toma
la mayor parte de su resolución, en “fundamentar” la vinculación
sustancial de nuestros ahijados procesales con el hecho investigado,
motivo que no fue materia de agravios. El Tribunal de Casación
justiprecia su decisión en la “fuerte sospecha sobre los
imputados” y en la “abundante prueba de la Fiscalía que
acredita la participación en el hecho”. Por ese mismo motivo, es
que resulta irrelevante todo el desarrollo realizado acerca de los
parámetros fijados por la Comisión IDH en el Informe 55/97 en ese
sentido.-Asimismo se estima como un fundamento errado lo
sostenido por la Vocal del Tribunal de Apelaciones y por la Excma.
Cámara de Casación, al incluir también como soportes de la medida
cuestionada “la gravedad del hecho”, haciendo especial hincapié
de que se trata de una gravedad “especial e importante” y que ha
sido calificado por la Fiscalía como “el hecho más grave de corrupción
en la historia de Entre Ríos”, se postula en un perjuicio para la
Administración Pública de aproximadamente “un mil doscientos
treinta y cinco millones de pesos”, insistiendo la Vocal que
ello“permite empezar a mensurar la gravedad del hecho de la
investigación que se está llevando a cabo en la Fiscalía”.-En
consecuencia la Cámara de Casación ha dado validez a los
fundamentos esgrimidos por la Sra. Vocal cuando estos se enrolan en
parámetros absolutamente inválidos para sostener una prisión
preventiva, contrariando en forma ostensible incluso sus propios
criterios que fueran establecidos por la misma Cámara de Casación
en los autos "DIAZ, SILVIO RAMÓN - HOMICIDIO Y LESIONES
GRAVES s/RECURSO DE CASACION" - Causa N° 127/14 -
Sentencia Nº 85, en donde el Dr. Perotti, entre muchos otros
fundamentos, estableció: “… Del mismo Art. 18 C.N. se desprende
que el fin de la privación de la libertad durante el procedimiento, es
sólo el de seguridad de los fines del proceso ("...las cárceles serán
sanas y limpias para seguridad...").- La privación de la libertad
anterior a la sentencia sólo será constitucionalmente admisible -como
razonable restricción al derecho de todo habitante a permanecer en
libertad durante el proceso- si además del obvio "fumus bonis juris"
(esto es, que el imputado aparezca, con gran probabilidad,
sospechado de haber cometido un hecho punible reprimido con pena
privativa de libertad de efectivo cumplimiento), y de la también obvia
necesidad de que el imputado haya podido conocer la intimación y
cuente con abogado defensor y oportunidad de ser oído, se crea
fundadamente que la libertad del imputado pone en peligro los
fines del proceso, esto es, averiguar la verdad y aplicar la ley
sustantiva (peligro procesal); en otros términos, peligro de
fuga o peligro de entorpecimiento, ("periculum in mora"),
metas éstas que son universalmente reconocidas por la
literatura especializada en el tema.- Profundizando algo más: la
decisión debe estar fundada en la comprobación fehaciente de
los extremos que la justifican, que -lo reitero- son: el peligro
de fuga (porque afecta el fin de realizar el juicio y
eventualmente aplicar la ley penal), o el peligro de
entorpecimiento de la persecución (porque afecta el fin de
averiguar la verdad). Doy también por supuesto que la
presencia de dicha situación de peligro para los fines del
proceso, debe ser razonable y verosímil, siendo el Estado -si
quiere aplicar un encarcelamiento preventivo
constitucionalmente autorizado- quien debe probar sus
presupuestos.- Va de suyo -ya lo dije antes- que estoy
absolutamente en contra de las presunciones "jure et de juris" (como
las previstas en el Art. 313 inc. 1º o 314 inc. "a" del CPPER) pues de
ser así, tales normas resultarían inconstitucionales. Sin embargo,
creo que no resulta necesario llegar a la sanción más grave que prevé
el ordenamiento jurídico, si existe un modo interpretativo de las
normas procesales que mantenga la validez constitucional.-
Finalmente, como criterio rector y habida cuenta que la prisión
provisional se asemeja en su apariencia externa a la pena privativa
de libertad, entiendo que será contrario al reglamento procesal
penal todo encarcelamiento preventivo que se imponga como
pena anticipada, es decir, fundado en la necesidad de aplicar -
durante el proceso- los fines de la pena estatal, y no con la
función de asegurar los fines del proceso (como es la
interpretación sustantivista de la prisión preventiva).- Aclaro
además que pienso que la "similitud" o "semejanza" entre la prisión
preventiva y la pena de prisión, es indudablemente práctica, un dato
de la realidad, porque en rigor de verdad no se está cumpliendo -en
lo cotidiano- con la manda 54 de la Constitución de la Provincia de
Entre Ríos: "En ningún caso la .... prisión preventiva se
cumplirá en las cárceles públicas destinados a penados.."
Colofón de todo lo dicho, considero que actualmente nadie discute
que las dos grandes vertientes (ya veremos si son las únicas) que
justifican de manera legítima el encarcelamiento preventivo, son
aquéllas que la doctrina ha unificado bajo el común concepto de
"riesgo" o "peligro" procesal, y que se muestran bajo la idea de la
obstrucción a la labor investigativa (porque afecta la búsqueda de la
verdad, que es uno de los grandes fines del proceso penal) y la
posibilidad de fuga (porque al no existir el juicio en rebeldía, impide
la realización del debate y, eventualmente, la ejecución de la pena
dictada).- No puedo avanzar hacia el examen particularizado del
caso traído a conocimiento de este Tribunal, sin antes expresar, en
breves párrafos, mi discrepancia con otros dos criterios que en
algunas ocasiones se han utilizado para denegar la excarcelación: me
estoy refiriendo al criterio de la alarma social y la peligrosidad del
sujeto.- Son, ambos supuestos, criterios de neto corte sustantivista
(o metaprocesal) proscripto por la C.I.D.H. y la Corte I. D. H. desde
el caso "SUAREZ ROSERO" donde se estableció la prohibición de
legitimar el encarcelamiento de inocentes en fines de tipo sustancial.
El Estado no puede, bajo ninguna circunstancia, fundamentar el
dictado o la mantención de la prisión preventiva, en la presunta
peligrosidad sustancial -o social- del imputado, pues ello implica lisa y
llanamente un adelantamiento de pena.- Al respecto, La Corte
Interamericana ha dicho que la Convención prevé, como
únicos fundamentos legítimos de la prisión preventiva, los
peligros de que el imputado intente eludir el accionar de la
justicia o de que intente obstaculizar la investigación judicial.-
Por ello, se deben desechar los demás esfuerzos por
fundamentar la prisión durante el proceso basados, por
ejemplo, en fines preventivos como la peligrosidad del
imputado o la repercusión social del hecho, porque se apoyan
en criterios de derecho penal material, no procesal, propios de
la respuesta punitiva.- 6- Pues bien; ha llegado el momento de
analizar puntualmente el caso traído a conocimiento y decisión de
este Tribunal, estudiando ahora si corresponde que Silvio Ramón
DIAZ continúe detenido mientras se sustancia el proceso en su
contra, o si procede otorgarle la libertad provisoria y esperar, en su
caso, una sentencia condenatoria firme para que sea legítimamente
encarcelado.- En esta labor, resulta difícil no considerar la naturaleza
del hecho delictivo que se le enrostra, cuya existencia y autoría
material siquiera el propio justiciable puso en tela de juicio. Incluso,
tampoco se discute en esta instancia la provisoria calificación legal -
HOMICIDIO SIMPLE, Art. 79 del Cód. Penal- aunque la Defensora
deslizara en la audiencia oral -casi como al pasar- que no consentiría
tal encuadre típico pues entendía que se trataba de un homicidio
imprudente.- Más allá de eso, se trata de un hecho de ribetes
inusuales, pero varias de las circunstancias que a primera vista
conducen a la afirmación de encontrarnos ante un grave hecho (como
la excesiva velocidad a la que DIAZ conducía su automóvil, su estado
de embriaguez y/o bajo los efectos de drogas y/o estupefacientes, la
notoria violación de las elementales reglas que rigen en el tránsito
vehícular, etc) son las que, precisamente, justificaron el dictado de
una resolución de mérito positivo en su contra (Auto de
Procesamiento) y la antes mencionada calificación legal. No
podemos, ergo, utilizar esas mismas pautas y parámetros para
legitimar la prisión preventiva, porque entonces sí le damos
razón a quienes afirman que esta medida cautelar es, en
realidad, un anticipo de pena encubierto, una "pena
prohibida", al decir de Daniel ERBETTA.- De todas maneras,
insisto en que la sola gravedad del delito, su naturaleza, la
pena en abstracto, no es dirimente "per se" para denegar la
excarcelación de un justiciable. Por esa razón es que la
Jurisprudencia entrerriana se ha destacado en otorgar la
libertad provisoria de imputados por la comisión de gravísimos
delitos a Marcelo COSTA, a Liliana RIVAS, HASENAUER,
BRUSELARIO, etc. (en los casos referidos, por delitos de
HOMICIDIO CALIFICADO y ABUSO SEXUAL AGRAVADO).- De
ninguna manera puedo hablar en el subjúdice de "reiteración
delictiva" (este es el primer hecho ilícito que se le reprocha a DIAZ),
y el posible riesgo de que vuelva a cometer un delito similar en el
futuro, se neutraliza con una simple orden de abstención provisional y
temporaria de conducir vehículos de cualquier clase, mientras dure
este proceso y hasta el dictado de una sentencia que resuelva en
forma definitiva su situación vinculada al conflicto subyacente.- Ya
dije que la "alarma social" no es admisible como causal
obstativa de la excarcelación; tampoco lo es la "peligrosidad
personal", porque la utilización de una detención con fines de
prevención general constituye una violación a una de las
garantías procesales consagradas en las revoluciones liberales
del siglo XVIII en tanto el Estado, como Estado de Derecho,
sólo puede privar de la libertad a una persona (que es
inocente) luego de la realización de un juicio.- Por
último, tampoco acepto -como causal autónoma de restricción de la
libertad provisional- el argumento de la "evidencia" acerca de la
materialidad del hecho y su autoría: en relación a ello,
entiendo que la situación de "flagrancia" autoriza o legitima la
aprehensión sin orden judicial, y justifica además proseguir un
trámite procesal distinto (en el nuevo Código Procesal).
Estimo que de ser cierto que nos encontramos ante un
panorama fáctico-probatorio completo, entonces lo atinado es
cerrar la investigación y remitir la causa a juicio cuanto antes,
e incluso sondear la posibilidad de un procedimiento
abreviado.- Pero nada de lo "ut supra" referido legitima, a mi
entender, la prisión preventiva.- Volvamos al comienzo: ¿Hay indicios
suficientes, objetivos, valederos, que permitan válidamente pensar
que DIAZ eludirá la acción de la Justicia?. Cabe aquí darle razón a la
Abogada Defensora cuando afirmó que su pupilo tiene familia,
domicilio fijo, arraigo, trabajo (aunque precario, relativo o poco
retributivo). Las afirmaciones que el imputado brindó en el acto de su
indagatoria (que vive en calle Soler Nº 2976 de Paraná, ciudad donde
nació y donde siempre residió, que su madre Elvira Luero vive en ese
mismo domicilio, que es gestor de automotores, etc.) no han sido
desvirtuada por probanza alguna, y por otra parte, son escasas las
posibilidades de huir del país. De todos modos, cualquier intento de
fuga se desbarata con el retiro del pasaporte y con la pertinente
comunicación a las autoridades migratorias, amén de imponerle la
obligación de presentarse periódicamente ante el Juzgado que
corresponda para dar cuenta de su domicilio actual.- ¿Es dable
pensar que, de recuperar DIAZ su libertad locomotiva, pueda hacer
mal uso de ella e intente obstaculizar la labor de la Justicia,
entorpeciendo la investigación? Me parece muy poco creíble, ya
que advierto que la Instrucción está muy avanzada, y según la
Jueza interviniente en esa instancia, sólo resta una pericia
psiquiátrica - psicológica. Pensar que estando en libertad
pueda "asesorarse" para influír en el resultado de dicha
prueba, me parece absurdo. De aceptarse esa línea de
pensamiento, tendríase que detener preventivamente,
entonces, a todos los imputados a quienes corresponde
realizar una pericia de ese tipo.- En resumen; denegar la
libertad ambulatoria, y convalidar el dictado de una prisión
preventiva con el argumento de la gravedad de la pena, la
escasa actividad laboral del imputado, la carencia de vínculos
afectivos sólidos o la condición de adicto a las drogas y al alcohol
(que son los únicos a los que hace referencia el Punto IX del
pronunciamiento en crisis, obrante a fs 312/316, a mi juicio NO son
fundamento jurídico suficiente para restringirle a DIAZ su
derecho constitucional a vivir en libertad durante el proceso
penal incoado en su contra…” (Lo enaltecido nos corresponde). De
la simple lectura del fallo transcripto se evidencia con holgura la
similar situación procesal de nuestros pupilos con los del sindicado
DIAZ, y la contradicción sostenida por esta defensa en ambos fallos
dictados por el mismo Tribunal dejando sentado que por ello se
acredita francamente la vulneración al art. 521 del Código ritual.-
En otro orden de ideas, la Cámara de Casación no ha reparado que se
ha presentado como agravio de la resolución de la Dra. Carolina
Castagno, el hecho de que en ningún momento se han precisado
sobre qué tipo de pruebas podrían influir nuestros asistidos –
Beckman, Mena y Scialócomo- encontrándose en libertad, siendo este
un aspecto absolutamente determinante para dotar de razonabilidad
a la medida cuestionada.-Adicionando a tal modo de comprender,
como fuera de público conocimiento, que ya en instancias de otras
audiencias –Vrg., audiencia de prisión preventiva de pedida contra
Sergio Cardoso, Juan Pablo Aguilera y Alejandro Almada en fecha
15/12/2018- se ha anunciado que la investigación se encontraría ya
en fu faz agonal, a tal punto que en pocos meses se pediría su
remisión a juicio – fines de marzo de 2019 -, infiriéndose de ello que
ya no quedarían pruebas pendientes de producción.-Sin perjuicio de
lo esgrimido, reiteramos, no puede mantenerse un estado de
encerramiento cautelar violentando la libertad ambulatoria (art. 14
CN) y el Estado de Inocencia (art. 18 CN) de Beckman, Mena y
Scialócomo sin que se precise de qué modo podrán incidir
negativamente en el normal desarrollo del proceso respetándose esa
sagrada libertad a todos los ciudadanos nos otorga nuestra CN. Esa
falta de explicación obedece a la palmaria circunstancia de que aun
haciendo el mayor esfuerzo de imaginación, el Ministerio Público
Fiscal no puede generar una hipótesis a modo de pronóstico, sobre
cualquier tipo de conducta que pudieran realizar nuestros defendidos
para entorpecer la investigación.-Téngase en cuenta que a nuestros
ahijados procesales se le han practicados allanamientos en su
domicilio particular, secuestrándose elementos que -según el propio
MPF- revisten de suma importancia para la causa, entre ellos
fundamentalmente, cuadernos, contratos, documental, equipos
informáticos de computación y celulares, entre otras probanzas.-En
relación a los testigos y su comunicación con nuestros asistidos
existen medidas de coerción procesales con aptitud suficiente para
preservar la prueba hasta el plenario, tal como lo ha expresado con
insistencia esta defensa. Por lo cual, no hay posibilidades de que los
imputados puedan destruir evidencia o bien amedrentar o influir
sobre cualquier testigo, supuestos que reiteramos, ni siquiera han
sido explicados ni por el MPF, ni por la Jueza de Garantías, ni por la
Vocal de Apelaciones, ni por la Excma. Cámara de Casación.-Para
este supuesto, en primer lugar, todas esas actitudes han sido ex ante
del hecho y no post facttum. Está en cabeza de la fiscalía aportar
elementos objetivos de prueba acerca de cómo podrían entorpecer la
investigación nuestros pupilos.
Resulta atinado esclarecer que el posible entorpecimiento a la
investigación por parte de nuestros pupilos, en particular Beckman y
Mena, los cuales fueron invocados por los Sentenciantes fueron
conductas o circunstancias previas a formularles el hecho enrostrado
a cada uno de ellos, y es de interpretación pacífica de la normativa
procedimental que el encierro cautelar tiende a preservar las
probanzas a futuro y es uno de las causales del mismo, por lo cual los
argumentos de la Juez de Garantías N° 1, de la Vocal de apelación y
del Tribunal de Casación carecen de los fundamentos procesales
exigidos.
Reiteramos, no se puede hacer una inversión de la carga probatoria
ya que el poder punitivo esta en cabeza del estado y no de los
ciudadanos.
Resulta palmario y absurdo someterlos por el plazo de cuatro (4)
meses y sin sentencia al rigorismo de la vida intramuros, cuando el
fin resocializador de la pena – marco legal y constitucional en que
debe operar - no se cumpla. Basta solo con reparar el estado de las
cárceles, la superpoblación, el hacinamiento, las carencias en general
y hasta el trato inhumano.
Es más, imponer una hipotética privación de libertar extendida por
más de 90 días (plazo natural de la I.P.P.) a Beckman, Scialócomo y
Mena resulta palmariamente dañina y tendería a vigorizar una
conducta antisocial propensa a la reincidencia, tal lo mencionado por
la Procuración General y el Alto Cuerpo Correccional en los autos
“MOREYRA, DANIEL IGNACIO – LIBERTAD CONDICIONAL” donde al
referirse a la excarcelación arguyeron que “ . . . prolongar su
internación carcelaria no aportaría elementos positivos, por el
contrario, en el contexto actual de superpoblación y falta de recursos
estatales, corre riesgos de verse involucrado en hechos que lo
perjudiquen ...”
Estamos en presencia en concreto de un anticipo de pena que no se
les otorgue la exención interesada por nuestros defendidos
apegándose a una tendencia privativa de libertad hoy dejada de lado,
atento la posición actual que aplican los tribunales en materia de
libertad del imputado, a tenor de las pautas constitucionales
imperantes y en especial a partir de los casos “ARRUA” (16/09/05),
“MANRIQUE” (17/10/05), “CABRERA” (21/10/05), “PANIAGUA”
(30/11/05), “GAITAN” (23/11/05), “MORENO Y OTROS” (29/11/05),
“TROVATO” (05/12/05), “PANIAGUA” (12/12/05), y el citado “YERI”
(23/12/05).
Además de compartir plenamente los lineamientos establecidos por la
Excma. Cámara de Penal de Paraná fijados en forma clara en el
proceso caratulado "DIAZ, SILVIO RAMÓN - HOMICIDIO Y
LESIONES GRAVES s/RECURSO DE CASACION" - Causa N°
127/14 - Sentencia Nº 85, cuyos extremos y fundamentos son
contestes con la situación de nuestros pupilos Beckman, Mena y
Scialócomo, por lo que entendemos se debe imponer la misma
solución.
Otro motivo de agravio a esta defensa radica en el silencio de los
magistrados intervinientes en las diversas etapas procesales respecto
a la supuesta improcedencia de aplicación a nuestros pupilos de
medidas de coerción en primer término y la posible aplicación del
Arresto Domiciliario estipulado en el art. 349 inc. a) del CPPER, por
ello y en otro orden de ideas se merece el tratamiento de las pautas
impuestas por los Artículos 354, 355 y 356 sstes y cctes del C. P. P.
E. R. de las cauciones establecidas en la norma entendiendo estos
letrados que sería aplicable a este caso, como se resolviera a la
coimputada MARÍA VICTORIA ÁLVAREZ, o sea la imposición de
medidas de coerción sin prisión preventiva de conformidad a lo
preceptuado por los artículos 334, 349, 350 del código de rito , en
consecuencia se les podría imponer una caución juratoria y/o la que
estimen procedente V.E. de acuerdo a lo establecido en el art. 352 de
código procesal penal.
En forma subsidiaria también se ofrece como medida cautelar el
Arresto Domiciliario de los tres incursos que asistimos, dos de ellos
Beckman y Mena en el domicilio donde residían, sito en calle Isidoro
Almeida N° 1622 de esta ciudad, ya que ambos conforman una
familia ampliada, con la garantía de MÓNICA MENA, docente,
hermana del Sr. Hugo Rubén Mena, domiciliada en el Barrio Parque
Gazzano; y en referencia a Esteban Scialócomo, fijaría el domicilio de
sus padres sito en calle Leopoldo Herrera N° 1769 de esta ciudad,
siendo garante de su persona su progenitor Luis Scialócomo – DNI N°
14.094.573 -, domicilio al cual se mudaría su Sra. María Victoria
Álvarez con sus hijos, adicionado a las restricciones que estime
procedente V.E. preceptuadas en los arts. 334 y/o 349 del código
procedimental.
Adviertan V.E. el esfuerzo que esta defensa debe realizar para
explicar que no existen riesgos procesales, cuando lo
correspondiente hubiera sido que en cualquiera de la distintas etapas
judiciales que venimos atravesando, se nos haya informado o bien
fundado, qué tipo de conductas podrían desarrollar nuestros asistidos
sobre determinada prueba, para así poder analizar la razonabilidad de
ese pronóstico de peligro procesal, situación que nunca ha
ocurrido y que desnuda la arbitrariedad del encierro que se
encuentran soportando nuestros defendidos, don de ellos con más de
tres meses de encierro.-Por lo antes mencionado queda en claro que
no se cumple con ninguno de los supuestos que contempla el art. 356
del CPPER: no tienen posibilidad de destruir, modificar u ocultar
prueba (inc. 1°), tampoco resulta razonable que amedrenten a
testigos (inc. 2°), ni tampoco existe ni se ha expuesto siquiera que
podrían inducir a otros a que realicen tales comportamientos (inc.
3°).-La imposibilidad de justificar tal medida de coerción en los
fundamentos que ha esgrimido la Sra. Vocal del Tribunal de
Apelación, convierten a la misma en un encerramiento arbitrario,
abusivo, que violenta en Estado de Derecho y consagra una pena
anticipada, violentándose así garantías de orden federal como la
libertad ambulatoria y el Estado de Inocencia, lo cuales habilitan el
remedio federal previsto en el art. 14 de la Ley 48 y con ello también
el supuesto de procedencia del art. 521 inc. 1.- En tal razonamiento,
hoy a tres meses del inicio de la causa, y ya encontrándose casi
completa según lo ha sostenido el propio MPF, no existiendo prueba o
evidencia que se pueda querer resguardar, la prisión preventiva no
puede ser de ninguna manera revalidada, y debe hacerse cesar en
forma inmediata.-Resulta procedente mencionar que, la disposición
6.2 de las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas sobre las medidas
no privativas de libertad (Reglas de Tokio) establece: “… La prisión
preventiva no deberá durar más del tiempo que sea necesario para el
logro de los objetivos indicados en la 6.1 (investigación del supuesto
delito y la protección de la sociedad y de la víctima)…”.-A ello se le
suma que en cualquier estado del proceso, al verificarse la
innecesaridad de la medida cautelar, el órgano jurisdiccional debe
hacerla cesar, tal como lo prevé el art. 349 del CPPER, aunque
referidos a la sustitución por medidas alternativas. Por ello resulta
necesario ilustrar que: “Es preciso acreditar el riesgo real de
sustracción del inculpado a la justicia y el peligro, asimismo efectivo,
en que se halla la marcha regular del enjuiciamiento. Se trata de
mandatos restrictivos de un derecho fundamental; de ahí la
necesidad de que se hallen debidamente motivados y
fundados” (Voto del juez Sergio García Ramírez en la causa “Bayarri
vs Argentina”, CIDH).-

b) PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES CONCULCADOS. DOBLE


CONFORME
Liminalmente, entendemos que la presente Impugnación
Extraordinaria deducida resultaría admisible a la luz de lo normado en
el Acuerdo General Nº 17/2014 - ya preceptuado en el nuevo Código
Ritual -, el cual dispone que las resoluciones y sentencias de la
Cámara de Casación Penal pueden ser atacadas mediante el
mencionado recurso, que procederá en los mismos supuestos en que
corresponde la interposición del Recurso Extraordinario Federal y que
el mismo debe ser resuelto por esta Sala Nº 1 de Procedimientos
Constitucionales y Penal del Superior Tribunal de Justicia de Entre
Ríos. El acuerdo fue ratificado y convalidado con la sanción de la ley
10.317, que agregó como causal de procedencia los casos en que la
sentencia de la Cámara de Casación Penal resulte contradictoria con
la doctrina sentada en el fallo anterior del mismo tribunal o del
Tribunal Superior de Justicia sobre la misma cuestión.
En efecto, corresponde mencionar que el Recurso de Casación a partir
del fallo “Casal” de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (sent.
del 20/09/2005) ha sido reformulado como consecuencia de la
repercusión que tuvo a nivel nacional lo decidido por la Corte
Interamericana de Derechos Humanos en el caso “Herrera Ulloa”
(sent. del 02/07/04). Asimismo, la Sala Nº 1 de Procedimientos
Constitucionales y Penal había ya receptado la posibilidad de una
revisión más amplia de la sentencia de condena antes que el leading
case citado, en los autos “ALBIZZATTI”, sentencia del 7 de diciembre
de 2004.
Como corolario de ello, actualmente se impone a los tribunales
revisores el deber de controlar no sólo la recta aplicación del derecho
material y el cumplimiento de las formas y solemnidades prescriptas
para el procedimiento o la sentencia, sino que también deben
fiscalizar si el Tribunal de sentencia valoró correctamente el
material probatorio a partir del cual fundó las aseveraciones
fácticas en el que se apoyó la decisión, con la única limitación
derivada del principio de inmediación procesal propio de los
procesos orales y que solo pudo tener en amplitud el
sentenciante de grado.
Así las cosas, luego de confrontar las constancias del caso, estamos
en condiciones de afirmar que las Prisiones Preventivas de Beckman,
Mena y Scialócomo dictada por los Vocales del Tribunal Casación de la
ciudad de Paraná no ha sido revisada amplia e integralmente, siendo
efectivamente el órgano judicial de mayor jerarquía. Por ello
interpretamos que el derecho del doble conforme no ha sido
acabadamente respetado en estos actuados, toda vez que la Cámara
de Casación solo se limitó a señalar dogmática y automáticamente las
mismas circunstancias mencionadas por la Juez de Garantías y la
Vocal del Tribunal Unipersonal de Apelaciones y Juicio, ya que para
decidir NO examinó exhaustivamente los argumentos de la defensa
recurrente, sin que exista una mera repetición de los fundamentos
dados en la sentencia de Juicio, incumpliendo expresamente de tal
modo con los parámetros establecidos por la Corte Interamericana de
Derechos Humanos en el caso "Herrera Ulloa" y por la Corte Suprema
de Justicia de la Nación desde el fallo "Casal" en adelante, ya que
surge que no se ha efectuado un examen integral y exhaustivo de la
decisión recurrida y de los aspectos principales que la sustentan, sólo
limitándose a realizar una revisión de cuestiones formales o legales.
Estimamos humildemente que esta impugnación extraordinaria tiene por
objeto corregir las sentencias equivocadas o que se reputen tales por los
impugnantes, además porque está prevista para salvaguardar el adecuado
respeto de las garantías constitucionales de los justiciables y asegurar
sobre todo que las decisiones jurisdiccionales estén suficientemente
fundadas y sean una derivación razonada del derecho vigente, debiendo
siempre basarse en las constancias legítimamente agregadas al proceso,
surgiendo de la lectura de la sentencia en examen que tales extremos no
han sido debidamente justificados y según la posición de la defensa ha
mediado arbitrariedad o absurdo.

V- PETITORIO:
Por lo expuesto, de V.E. solicitamos:
1.- Nos tenga por presentados y con domicilio constituido, por
interpuesto en legal tiempo y forma Recurso Extraordinario Provincial
contra la sentencia N° 414 de la Cámara de Casación Penal.
2.- Se remitan en forma inmediata todos los antecedentes a la Sala
de Procedimientos Constitucionales y Penal del Superior Tribunal de
Justicia de Entre Ríos, previo control del cumplimiento de los
recaudos formales.
3.- Oportunamente, se haga lugar revocándose la sentencia en crisis
y, por quien corresponda, se ordene el dictado de una nueva
conforme a derecho, que al proveer de conformidad

HARÁN JUSTICIA

You might also like