You are on page 1of 113

Autoconocimiento

Michael Bennett
Autoconocimiento

Autor: Michael Bennett


Diseño: Vicente Carbona

© 2008 Integralia la casa natural, S.L.


Avenida Alfahuir, 41, Bloque A, Bajo 1
46019 Valencia, España
www.edicionesi.com · info@edicionesi.com

Reservados todos los derechos, ninguna parte de esta


publicación puede ser reproducida, almacenada o trans-
mitida por ningún medio sin permiso previo del editor.

ISBN-13: 978-84-96851-32-0
ISBN-10: 84-96851-32-X
Depósito legal:
Imprime: Grupo Carduche
Autoconocimiento

¿Qué es el autoconocimiento? 9

Los sentimientos y las emociones 13

La conciencia emocional 17

El umbral de la conciencia 21

Expresar las emociones 25

La voluntad 31

La responsabilidad 35

El orden 39

La constancia y la disciplina 43

La mente 47

¿Quiénes somos? 51

¿Cómo conocerse mejor? 57

Levantarse con actitud positiva 61

Quitarse el disfraz 63
Observar 67

La madurez ante la vida 71

Raíces de la pereza 73

El camino hacia la verdad 75

Salir al encuentro del éxito 79

Crear nuestro mundo 83

Consejos para afrontar las dificultades 89

Los logros 91

La comunicación 93

La autoestima 97

¿Cómo aumentar la autoestima? 101

Actividades beneficiosas 103

Para acabar 107


Michael Bennett

¿Qué es el autoconocimiento?

El autoconocimiento es un concepto que nos puede pare-


cer muy actual pero en realidad es tan antiguo como el
mismo ser humano. En el frontis del templo de Delfos,
escrita en la piedra, aparecía la inscripción: Conócete a ti
mismo.

¿Pero qué significa en realidad? Esencialmente es el cami-


no que nos conduce a conocernos globalmente y en todos
los aspectos de la vida.

Este conocimiento íntimo permite que podamos vivir


mejor con nosotros mismos y con los demás, y que poda-
mos alimentar nuestras propias capacidades y transfor-
mar los errores y fallos en triunfos.

El autoconocimiento trae grandes frutos a quien lo logra.


Entonces, ¿por qué no se busca con más ahínco por la
mayor parte de la gente? No es fácil tener el coraje sufi-
ciente como para autoexaminarse y ver los defectos y fla-
quezas y hacer lo que esté en nuestras manos para miti-
garlos. Lo que hemos de tener claro es que el esfuerzo
vale la pena.

Uno de los pasos para irse conociendo es adquirir con-


ciencia de nuestros actos. Esto nos permite reflexionar y
buscar las causas que provocan ese desconocimiento inte-
rior que nos impide acceder a la felicidad.

9
Autoconocimiento

Cultivar el autoconocimiento nos lleva a adquirir más res-


ponsabilidad y a examinar lo que hemos vivido hasta hoy
para obtener una imagen realista de nosotros mismos.

Mediante esta autoobservación vamos reconociendo nues-


tros valores y capacidades, nuestros intereses y posibilida-
des.

Comenzar a conocerse a uno mismo es el primer y decisi-


vo paso para ser creadores de nuestra vida. Es el gran
desafío de los seres humanos a lo largo de todos los tiem-
pos.

Gracias a la autoobservación somos capaces de distanciar-


nos de la subjetividad con la que solemos vernos. Así,
damos un paso atrás para tener más perspectiva y ver el
conjunto y no sólo el detalle. De esta manera, podemos
adquirir una imagen más fidedigna de quién y cómo
somos.

El autoconocimiento es en primer lugar la observación


que hace uno de sí mismo, en segundo lugar el análisis de
lo observado y en tercer lugar la acción sobre uno mismo.

Esto no quiere decir buscar lo negativo sino tratar de ser


ecuánime y ver tanto lo positivo como lo negativo que
hay en nuestro interior y en nuestra forma de actuar. No
se trata de censurarse o reprobarse, lo más efectivo es
estudiar las actitudes negativas de forma provechosa. Esto
es, apoyando su transformación en algo positivo y exclu-

10
Michael Bennett

yéndolas del comportamiento. Por otra parte, las capaci-


dades reconocidas en uno mismo deben ser usadas para
disminuir lo negativo que se haya encontrado mediante la
autoobservación.

Sin este trabajo interno no es posible el avance holista de


la persona.

Pero cuando hacemos un análisis tan profundo de autoco-


nocimiento, se corre el riesgo de caer en la falta de autoes-
tima. Al ahondar en uno mismo, es posible hallar aspectos
negativos que, en un principio, tapen la visión de lo posi-
tivo que hay en cada persona.

Esta forma de verse tan negativa, obviando todo lo positi-


vo, puede llegar a influir en muchas facetas de la vida: las
relaciones personales, el trabajo, la familia, etc., e induce
angustia, irritabilidad y abatimiento.

Para paliar este posible efecto negativo, este autoanálisis


hay que hacerlo especialmente en los momentos cotidia-
nos cuando no se está actuando, sino cuando la persona
se muestra sin tantas barreras y filtros.

Es la atenta observación sobre nosotros lo que nos da la


verdadera medida de nuestro valor que, sin duda, es
mucho. Pero esto no es fruto de un día, ya que dado que
cambiamos a cada instante, no queda más opción que
mantener la atención sobre nosotros con la mirada siem-
pre renovada.

11
Autoconocimiento

El autoconocimiento es, por tanto, un proceso constante


de acción sobre uno mismo que conlleva un efecto al reco-
nocerse a sí mismo. Para dirigirse hacia este conocimiento
hay tres pasos ineludibles:

1. Tener consciencia de uno mismo.


2. Descubrir y explorar el propio pensamiento, los senti-
mientos y los actos.
3. Observar y estudiar las experiencias pasadas para que
nos sirvan en el presente y, por tanto, en el futuro.

Mediante estos tres pasos podremos diferenciar entre lo


que creemos que somos, lo que los demás creen que
somos y lo que somos en realidad.

12
Michael Bennett

Los sentimientos y las emociones

En el proceso de autodescubrimiento los sentimientos son


la parte más difícil de chequear. Muchas veces la persona
piensa que los sentimientos suelen tener una causa exte-
rior. Pero cuando va adentrándose más y más en su inte-
rior, comprende que no hay exterior sin interior, y vice-
versa.

Los sentimientos más fáciles de reconocer son los que la


persona es capaz de expresar habitualmente. Pero hay
otros sentimientos que subyacen profundamente en el
interior. Es especialmente en éstos en los que hay que
poner mayor atención. Son los que conforman la singula-
ridad de la personalidad de cada uno, y son los que pue-
den dar más información.

En ocasiones uno se puede preguntar por qué personas


inteligentes y preparadas malogran su vida, en tanto que
otras aparentemente menos preparadas y menos inteli-
gentes consiguen lo que quieren.

Lo importante para lograr el éxito en la vida no es ser más


o menos inteligente sino ser capaces de ejercitar correcta-
mente las capacidades que se poseen para la vida social y
para mantener el equilibrio entre la inteligencia, la razón
y los sentimientos. De esta forma se logra gobernar los
impulsos y se es capaz de generar grandes dosis de moti-
vación y entusiasmo.

13
Autoconocimiento

Cuando somos capaces de desplegar estas capacidades,


generamos una energía inagotable que repercute positiva-
mente en nuestra vida en todos sus aspectos. Y en este
contexto, no sólo nos adaptamos a la realidad que se nos
muestra sino que la creamos. Y esta creación, al mismo
tiempo, crea constantemente nuestro mundo interior y
tiene un reflejo en los demás.

Vemos que no hay que tener miedo a los sentimientos y a


las emociones, que, bien al contrario, son útiles para
encontrar la armonía con lo que sucede a nuestro alrede-
dor gracias al conocimiento interior.

La comprensión de nuestras emociones potencia la inteli-


gencia y la aptitud para acomodarse eficazmente a la rea-
lidad que uno vive.

El autoconocimiento es el principio que nos predispone


para comprender nuestra realidad y eliminar así el egoís-
mo y otras emociones dañinas para el ser humano.

Conforme vamos conociéndonos vamos siendo conscien-


tes de nuestros estados de ánimo. Si uno se da cuenta de
que está enfadado es capaz de hacer una autorreflexión, y
puede decidir que debe ir con cuidado de no hacer o decir
algo irreparable. Ver cómo estamos emocionalmente es un
indicio de autogobierno de nuestros sentimientos.

Ser consciente de lo que nos sucede va mitigando el efecto


dañino de las emociones desbordadas que muchas veces

14
Michael Bennett

nos invaden, y nos da la oportunidad de superarnos y no


dejar que nos manejen.

Muchas personas saben que están bajo un estado emocio-


nal dañino, pero son incapaces de salir de él. Se dan cuen-
ta de que están rebasadas por las circunstancias y sus sen-
timientos. Se sienten débiles, pesimistas, enfadadas, irrita-
bles o decaídas. Pero no se creen capaces de tomar las
riendas de su vida.

Otras personas son conscientes de que no están bien -aun-


que de un modo impreciso-, de que su vida no les satisfa-
ce, pero su estado de ánimo les impide tener perspectiva
sobre su interior, sobre sus emociones, y eso les hace sen-
tirse intimidadas y extraviadas. Creen que no pueden
manejarse bien con sus emociones y permanecen atasca-
das por una falsa idea de sí mismos.

Otros, aún sabiendo lo que les ocurre, se muestran pasi-


vos inmersos en un estado de ánimo negativo, y se encie-
rran en sí mismos aceptando con resignación lo que les
sucede por causa de ese estado sin esforzarse por cambiar,
achacando al mundo exterior el origen de sus males.

La liberación del individuo está basada en percibir con


sinceridad sus propios sentimientos, lo que le lleva a
alcanzar un estado emocional más equilibrado. Así, paso
a paso, se hace más independiente, más eficaz, más positi-
vo. Esto no quiere decir que no caiga en estados de ánimo
negativos, sino que sabe que puede afrontarlos y lograr

15
Autoconocimiento

no quedar atrapado en ellos. El autoconocimiento favore-


ce que pueda solucionar con éxito las dificultades y que
pueda manejar eficazmente sus emociones.

16
Michael Bennett

La conciencia emocional

Tener conciencia de las emociones suele variar en cuanto


a la intensidad con que se da en unas u otras personas.
Unas, las viven de forma frecuente e intensa; otras, de
manera más mitigada y aleatoria.

Ante este abanico de posibilidades nos podemos pregun-


tar: ¿Cómo respondemos ante unas circunstancias peligro-
sas? ¿Reaccionamos con serenidad o quedamos sin saber
qué hacer? Hay personas que ante una aparente nimiedad
quedan bloqueadas. A otras, sin embargo, parece que
nada pueda perturbarlas.

Tener sentimientos vivos no es algo negativo. Aunque,


cuando hay un exceso de afectividad emocional la perso-
na sufre por cualquier cosa, y no puede centrarse en bus-
car el autoconocimiento en su lucha constante con sus
emociones controvertidas. El vaivén entre el polo positivo
y el negativo, entre la exaltación y el abatimiento, impide
que la persona se centre y logre el equilibrio. Esto no
quiere decir que debamos buscar la indiferencia y el des-
dén.

En el vivir cotidiano concurren muchos aspectos que


debemos de analizar, si pretendemos dirigirnos hacia el
autoconocimiento. Examinar cada uno de los múltiples
factores que interaccionan en nuestra vida, lleva a com-
prender mejor lo que en realidad sucede, el pasado y
nuestras perspectivas reales de futuro.

17
Autoconocimiento

En este examen podemos comprobar cómo algunas de


esas facetas, nuestras o del entorno, van cambiando,
transmutándose conforme adquirimos más experiencia de
la vida y de sus movimientos. Hay que comprender que
hay que dejar que las cosas fluyan sin tratar de retenerlas
si no queremos que los momentos de conflicto se prolon-
guen.

Las situaciones negativas pueden tener su origen en cues-


tiones personales, que debemos solucionar con nosotros
mismos, o en cuestiones externas, que debemos valorar en
qué medida queremos involucrarnos en ellas o si es mejor
dejarlas de lado y seguir adelante.

Esto es muy importante para observar la propia madurez


y el nivel de autoconocimiento. A veces, achacamos la
culpa de ciertos problemas a una realidad que no la tiene,
o no en la medida que pretendemos. Es fácil culpar a la
pareja, a los padres, a los hijos… de la frustración que
podemos sentir en un momento dado, especialmente
cuando se cronifica. Pero si somos capaces de adquirir un
cierto grado de perspectiva, veremos que en realidad ese
sentimiento se debe sobre todo a una causa de tipo perso-
nal o a una inmadurez afectiva.

Culpar a los demás o a las circunstancias de sentirse insa-


tisfecho, cuando en realidad se debe a que no aceptamos
nuestras limitaciones emocionales en ese momento, con-
lleva un empobrecimiento del carácter que hay que solu-
cionar lo más rápidamente posible para que no se cronifi-

18
Michael Bennett

que y sea mucho más dificultoso de solucionar.

Si no somos capaces de observar con imparcialidad nues-


tros sentimientos podemos quedar bajo su dominio.

Es cierto que muchos sentimientos surgen inconsciente-


mente y que es difícil dominarlos. Precisamente, es en
estas respuestas mecánicas donde se esconden los argu-
mentos más importantes a la hora de valorar el éxito en la
vida, y ese éxito radica en nuestra capacidad de ir com-
prendiéndolas y situándolas correctamente.

Si nos vemos inmersos en una situación incómoda y eso


nos deja una huella en nuestro estado de ánimo que dura
más allá del momento en que sucedió, significa que no
estamos a la altura de autoconocimiento necesario para
ser artífices de nuestra vida.

En estos casos, comprobaremos que estamos irascibles,


exasperados ante cualquier cosa sin importancia. Cuando
veamos que criticamos muchas actitudes de otros o res-
pondemos de malos modos a la menor cosa que no nos
gusta, es que estamos excesivamente susceptibles y sobre
todo que no somos conscientes de la realidad.

Ante esto, debemos de ser conscientes de que estas res-


puestas exacerbadas tienen su origen en emociones inte-
riores desatinadas.

19
Michael Bennett

El umbral de la conciencia

Nuestra vida emocional tardará en emerger al exterior


tanto como mantengamos enterradas las emociones bajo
falsas apariencias. Es cierto que determinadas emociones
no siempre alcanzan la conciencia. De ahí que rechazarlas
impida que afloren y formen parte de la vida cotidiana.

¡Hay que abrir las ventanas para que salga el aire viciado
y entre el aire renovado que nos da energía y ganas de
seguir adelante!

Ensanchar el camino que permite expresar los sentimien-


tos es un eficaz aliado para mejorar. De esta manera
sabremos cuáles son esos sentimientos pegados a las
entrañas y los reconoceremos cuando asciendan a la
superficie y podremos hacer de ellos buenos aliados en
vez de ser destructivos enemigos que surgen incontrola-
damente.

Cuando sabemos cuáles son las emociones que tratan de


salir al exterior, podemos evaluarlas con mejor suerte, y
podemos decidir cuáles queremos vigorizar y cuáles redu-
cir. Así, nuestra perspectiva de las cosas se amplía y nues-
tro estado de ánimo mejora.

Actuar de esta manera, aparte de optimizar nuestra vida,


indica que somos personas intuitivas e inteligentes, ya
que si llegamos a conocernos realmente, podemos fomen-
tar lo bueno que vamos descubriendo en nosotros mismos

21
Autoconocimiento

y corregir lo que se pueda mejorar.

Este autoconocimiento da la oportunidad a la persona de


desenvolverse con éxito cuando llega el momento de
tomar decisiones. Y ese momento es continuamente, ya
que la vida está hecha de pequeñas decisiones que, en
realidad, son las más importantes. No hay decisión insig-
nificante. Cada paso que damos conscientemente nos
aproxima a ser administradores de nuestra vida.

Muchas veces, por comodidad, por miedo, por pereza, no


queremos ver la realidad para no tener que afrontarla.
Esta forma de eludir nuestra responsabilidad va debilitan-
do a la persona hasta que, de un modo sutilmente incons-
ciente, queda estancada en su propia indecisión.

Es evidente que en nuestro interior hay zonas luminosas


que nos llevan a lo mejor de nosotros, y zonas oscuras
que pueden mantenernos en lo negativo. La cuestión es
tratar de explorar esas zonas luminosas y hacer que avan-
cen sobre las otras, llevando luz donde hay oscuridad.

No es fácil aceptar esta dualidad en nuestro interior, pero


cuanto menos tardemos en reconocerlo, antes podremos
empezar a actuar en nuestro favor.

Uno de los peores enemigos para que surja ese reconoci-


miento íntimo es la vanidad. Es probablemente el mayor
impedimento para comenzar a encontrar nuestro camino,
libres de las ataduras del ego y el orgullo. Contra esto,

22
Michael Bennett

hay que emplear el valor y la humildad para ser capaces


de profundizar en nuestro interior y sacar lo mejor de ese
encuentro entre nuestras luces y nuestras sombras.

Las emociones afectan a la forma en que la persona


entiende el mundo. Nuestra forma de ver y pensar la rea-
lidad está mediatizada por la emociones. Éstas influyen
en la capacidad de concentración, en la atención, en la
memoria y en el razonamiento lógico.

Las emociones nos impiden concentrarnos en cosas distin-


tas a las que motivan la emoción. Tienen un efecto de dis-
tracción sobre todo lo que no está bajo su prisma y desvía
todo pensamiento sólo para que la mente preste atención
a otro pensamiento que considera más importante. Pero
las emociones no siempre están bajo el mandato de la
razón, sino que muchas veces la ignoran, con lo que, para
que sean ellas quienes rijan nuestros actos, hay que usar
la reflexión, la razón y la memoria.

La mente sólo recuerda, con mayor o menor exactitud,


aquello que está ligado a un cierto grado de emoción. Las
emociones son el elemento fundamental a la hora de
archivar en la memoria los sucesos y son una pauta muy
relevante para determinar qué y con qué fidelidad recor-
dar.

Las emociones no tienen por qué ser perjudiciales a la


hora de tomar decisiones. Depende de qué decisiones
sean: si necesitan reflexión, inmediatez…, y de qué sea

23
Autoconocimiento

más eficaz. Cuando es preciso tomar una decisión inme-


diata, las emociones pueden ser muy efectivas y prove-
chosas. Ahora, cuando se trata de tomar decisiones pon-
deradas y con efectos a largo plazo es mejor tratar de usar
la razón antes que la emoción.

24
Michael Bennett

Expresar las emociones

Paul Ekman, catedrático de psicología de la Universidad


de San Francisco y uno de los mayores expertos en la
expresión de las emociones, ha demostrado que las emo-
ciones básicas son universales. En sus investigaciones
sobre las expresiones faciales ha quedado claro que hay
unas pautas fundamentales comunes a todas las personas
sean de la cultura que sean. Los estados de alegría, miedo,
tristeza, ira, sorpresa o repugnancia no serían comunes a
todas las personas, incluso a muchos animales, si no
tuviesen una importante función de adaptación. Al mismo
tiempo, estas expresiones tienen la función de comunicar
el estado emocional de la persona, y ése es el motivo por
el que las expresiones faciales de las emociones básicas
son comunes en todas las culturas y épocas.

Tratar de esconderse tras un silencio inexpresivo es una


barrera que impide expresar los pensamientos e inquietu-
des. Hay personas que de forma natural o por la educa-
ción que han recibido tienden a esconder usualmente sus
emociones. Por temor o por vergüenza no expresan lo que
sienten, piensan o les inquieta, y son remisas a exteriori-
zar cualquier clase de emoción o de cariño.

Esto no quiere decir que estas personas no deseen hablar


y expresarse, pero algo en su interior les frena: indecisión,
desconcierto, timidez, orgullo, vanidad, etc., les impiden
mostrar lo que llevan dentro y equilibrar su mundo inte-
rior con el exterior.

25
Autoconocimiento

Si bien ciertos sentimientos sólo se expresan ante otra per-


sona cuando existe un determinado grado de confianza
con ella, amordazarlos siempre y taparlos bajo una apa-
riencia de indiferencia imposibilita el avance afectivo y
lleva a la incapacidad de explorar y expresar los senti-
mientos más íntimos.

Buena parte de los trastornos emocionales tienen una de


sus causas en no saber expresar los sentimientos.

Debemos fijarnos en cómo hablamos de nosotros mismos


y en cómo lo hacen los demás de sí mismos.

Si cuando hablamos de nosotros, o los demás lo hacen de


ellos mismos, no conseguimos hablar más que de lo bien
o mal que estamos, quiere decir que nos cuesta hablar de
cuestiones afectivas y, por tanto, usamos un lenguaje afec-
tivo muy escaso.

No es que no sintamos, sino que no conseguimos com-


prender bien lo que sucede en nuestro interior, ni cómo
podemos expresarlo en palabras. En realidad, ignoramos
el verdadero motivo de nuestros conflictos internos y, por
tanto, de su reflejo en el mundo exterior.

De esta forma los sentimientos se transforman en una


incesante retahíla de tensiones y confusión.

Para paliar esta situación hay que comenzar a expresar lo


que sentimos e iremos comprobando que cuando logra-

26
Michael Bennett

mos poner en palabras lo que sentimos, estamos dando


un gigantesco paso hacia el manejo de nuestras emociones
y de nuestra vida.

Para comprender mejor cualquier cuestión lo más eficaz


es tratar de expresarla. Así que, ante cualquier duda, lo
mejor es poner palabras habladas o escritas a lo que que-
remos conseguir.

Hay varios pasos ineludibles que nunca debemos dejar de


lado:

1º. Pensar.
2º. Reflexionar.
3º. Hablar.
4º. Actuar.

Si nos acostumbramos a esta dinámica nuestras ideas se


irán revelando claras y certeras, y nos conoceremos más y
mejor.

De esta forma iremos dejando de lado echar la culpa a los


demás de todo lo negativo que nos sucede, y de proyectar
en ellos nuestros propios defectos.

De todas formas, la observación de los defectos de otros,


si sabemos que muchas veces hacen de espejo nuestro,
nos sirve de autoobservación. Si tachamos con frecuencia
a otros de egoísmo es fácil comprobar que somos nosotros
los egoístas. Quien se lamenta de que otros se lamentan

27
Autoconocimiento

suele tener esta dinámica de lamentos bien embutida en


su comportamiento, y quien siente ira suele quejarse de
que los demás la tienen.

Si somos capaces de tener la atención sobre lo que sucede


en nuestro interior y de lo que sucede en el exterior, sere-
mos capaces de avanzar decisivamente en el autoconoci-
miento. Pero donde hay que poner más énfasis no es en
los defectos que observamos en nosotros y en los demás,
sino en intentar ver las cosas buenas que hay en nosotros
y, especialmente, en los demás. Ésta es la mejor lección
que podemos aplicar a nuestra vida y de la que podremos
aprender constantemente. Y cuando veamos los defectos
de otros, o algo que creamos que lo son, debemos de
mirar si no son esos mismos defectos también los nuestros
y, al mismo tiempo, tratar de ver sus virtudes y pensar si
no son también las nuestras o qué podemos hacer para
obtenerlas.

Veamos algunos aspectos de nuestro mundo interior sobre


los que debemos de poner máxima atención cuando sur-
jan a menudo en nuestro comportamiento y tratar de que
vayan diluyéndose mediante una atenta observación:

· Timidez, recelo a relacionarse socialmente.

· Irritabilidad, prejuicios, tendencia a sentirse ofendido.

· Dar demasiadas vueltas a las cosas.

28
Michael Bennett

· Tendencia al aislamiento y a la soledad.

· Propensión al perfeccionismo, insatisfacción.

· Incapacidad de dar y recibir cariño.

· Excitabilidad, atolondramiento.

· Melancolía, abatimiento, irritación.

· Autocompasión, negación de los propios errores.

· Predisposición a la fantasía.

· Dificultad para concentrarse.

· Dependencia emocional.

· Carácter caprichoso o maniático.

· Incapacidad de afrontar las decepciones.

29
Michael Bennett

La voluntad

Podemos entender la voluntad como la facultad que tene-


mos de poder elegir libremente entre distintas alternati-
vas. Hay que distinguir entre la voluntad, que es una elec-
ción consciente entre diferentes opciones, y el instinto, el
impulso, el acto reflejo o el hábito.

La importancia de la voluntad radica en que se antepone


a cualquier otro aspecto de la personalidad individual. La
voluntad está por encima del conocimiento que podamos
poseer o de los sentimientos. Gracias a ella, damos a la
vida un sentido más profundo y universal: somos los artí-
fices de nuestra vida.

Antes que con el sacrificio, la voluntad se desarrolla con


el entusiasmo. Si lo que queremos hacer nos motiva, la
voluntad surge sin esfuerzo y se muestra plenamente acti-
va en cualquier circunstancia. Y lo que a otros puede
parecerles un gran sacrificio y un gran esfuerzo, para el
que tiene entusiasmo no es más que algo deseable.
Aunque esto no debe ser excusa para no ser tenaz, cons-
tante y sacrificarse cuando sea realmente importante para
dirigirnos a nuestras metas: cierta dosis de sacrificio es
bienvenida para fortalecer el carácter ante la adversidad.

La voluntad se puede debilitar por diferentes causas:

· No tener claros los objetivos.

31
Autoconocimiento

· No mantener o perder la capacidad de atención sobre los


objetivos.

· Ser incapaces de resistir los impulsos o los hábitos noci-


vos.

· No ser capaces de decidir entre diferentes alternativas.

· La vacilación una vez se ha adoptado una decisión.

La mejor medicina contra la flaqueza y el desánimo es


una voluntad bien trabajada y un alto grado de motiva-
ción. La motivación es un gran estímulo para lograr los
objetivos pero, si no hay una voluntad que la dirija, con el
tiempo puede ceder y la persona se desanima. La volun-
tad y la motivación caminan juntas hacia las metas a largo
plazo.

La búsqueda de un objetivo que nos motive y nos haga


esforzarnos nos hace mucho más conscientes.

La preparación y la formación son fundamentales en el


ejercicio de la voluntad. Sin ellas, por mucha voluntad
que se tenga, no se puede lograr llegar a la meta prevista.
Y finalmente la voluntad capitula.

Cuando la meta está situada a largo plazo, la motivación


nos pone en el camino para lograr mantener la energía
mucho tiempo.

32
Michael Bennett

Antes de la meta hay muchos pasos que dar, y es en cada


uno de ellos en donde encontramos la satisfacción que
genera cada pequeño objetivo conseguido. Pero para
saber que existen estos pequeños éxitos en el camino, es
necesario concretar cuál es el camino hacia la meta
mediante la estructuración y la definición del trayecto.

Podemos vencer todo tipo de desánimo sabiendo que


tenemos el poder de elección y que este ejercicio de liber-
tad es esencial como guía en ese caminar hacia la meta.

La voluntad no se adquiere de forma instantánea sino que


es el fruto de una práctica progresiva. Insistir, a pesar de
haber fallado una y otra vez, es la clave para lograr final-
mente vencer. En esta insistencia se logra forjar el espíritu
y de esta forma se fortalece la voluntad y se adquieren
hábitos positivos. Así, vamos constatando los enormes
beneficios que surten dentro de nosotros.

Para lograr nuestras metas no es suficiente desearlas, el


esfuerzo y la constancia permiten el progreso interior que
afianza la voluntad de dirigirse hacia ellas.

De esta forma se desarrolla la capacidad de ponerse en


acción. Pero la acción sin más no justifica el éxito, se preci-
sa también responsabilidad. Sin ella, las acciones pueden
ser anárquicas y aleatorias.

Además de la dosis de voluntad como facultad innata con


la que nacemos, está la voluntad que se adquiere con la

33
Autoconocimiento

experiencia que proporciona la vida y que evoluciona con


la persona. Es pues que la voluntad depende de nosotros
y podemos desarrollarla en gran medida: es un acto de
voluntad que se logra en varios pasos:

· Lograr establecer en la mente el interés sobre metas más


o menos lejanas.

· Precisar los modelos y principios de conducta que nos


llevarán hacia ellas, aunque inicialmente sólo sean ideas
abstractas.

· Disponer caminos alternativos de acción.

· Efectuar acciones deliberadas y calculadas para dirigirse


a las metas específicamente decididas.

· Inhibir los impulsos y hábitos que puedan desviar la


atención de la meta principal, o incluso que puedan entrar
en conflicto con ella.

· Perseverar frente a los obstáculos y las frustraciones que


vayan surgiendo mientras nos dirigimos a nuestras metas.

34
Michael Bennett

La responsabilidad

Podemos entender la responsabilidad como la actitud que


dirige los propios actos. Es decir: quien es responsable es
libre.

No podemos atribuir la responsabilidad del atropello al


coche que embistió a aquel hombre, pero sí a quien lo
conducía. Responsabilidad es, pues, asumir las conse-
cuencias de nuestros actos.

Pero para ser realmente responsable hay que ser conscien-


tes de lo que hacemos. Responsable es aquel que de forma
consciente causa un hecho directa o indirectamente. Por
tanto, somos responsables de nuestros actos, más en la
medida en que vamos adquiriendo consciencia de ellos y
vamos adquiriendo libertad. Así, por tanto, podemos dar
la vuelta a la frase y decir: responsable es quien es libre.

Para ir adquiriendo responsabilidad tenemos que dejar de


ser cómplices de nuestros problemas, y debemos de qui-
tarnos la careta que nos hemos puesto para mostrar a
otros y para evitar ver la realidad.

Un paso de madurez interior es dejar de culpar a otros o a


las circunstancias de nuestras responsabilidades. Así,
podemos buscar las verdaderas causas de lo que sucede.
De esta forma se produce un encuentro con nuestra voca-
ción más íntima y nuestros potenciales adormecidos tras
el escudo de la máscara.

35
Autoconocimiento

La responsabilidad nos permite recobrar nuestros sentidos


más creativos y nuestra vocación más íntima. Es el
encuentro con el equilibrio entre razón e intuición.

Mediante los pensamientos adecuados vamos desalojando


la negatividad que hace que un mal pasado justifique un
mal presente.

Si queremos cambiar algo no podemos lograrlo haciendo,


escuchando, viendo o repitiendo lo mismo que nos ha lle-
vado a fracasar. Así vamos aprendiendo que nuestra ver-
dad no es universal, y que no es el mundo el que tiene
que cambiar, sino nosotros.

Diez pasos para adquirir responsabilidad:

· Actúa de tal modo que los resultados de tu acción sean


compatibles con los proyectos vitales de los demás.

· Vive como si la permanencia de la vida en la Tierra


dependiera de tus actos.

· Reflexiona antes de actuar si los motivos de tu acto tie-


nen un valor moral.

· Juzga a quien ha actuado mal como quisieras que lo


hiciesen contigo.

· Lleva una vida honesta.

36
Michael Bennett

· Quiere para los demás lo que quieres para ti.

· Sigue una regla de conducta que sea compatible con la


justicia social.

· Ayuda a los débiles.

· Actúa siempre con benevolencia.

· Piensa que a más responsabilidad, mayor nivel de satis-


facción interior.

37
Michael Bennett

El orden

El orden es la clave de una buena estrategia, es la antítesis


del abandono y la desorganización. Es la forma ordenada
y regulada de actuar o de realizar algo. Podemos usar el
orden para organizar las diferentes partes de un todo con
una finalidad. Es, sin más, una acción inteligente dirigida
a lograr nuestros objetivos y a vivir mejor.

Gracias al orden se agiliza y facilita cualquier tarea que


hagamos y nuestra vida. Algunos tienen de forma innata
la capacidad de ordenar como modo natural de desenvol-
verse. Otros tienen que esforzarse por conseguirla. Pero
hay que tener cuidado y vigilar no caer en un orden neu-
rótico.

El orden excesivo esclaviza y elimina todas las ventajas


que nos aporta el orden. Tenemos que vivir ordenada-
mente, pero no vivir para el orden, si no se convierte en
un gran perjuicio, y obstruye el rendimiento sensato en
cualquier circunstancia.

En el lado opuesto, encontramos a las personas a las que


mantener cierto orden les supone un gran esfuerzo. Pero
no es un esfuerzo en vano, el orden tiene unas enormes
ventajas que deben hacernos procurar integrarlo en nues-
tra vida. No hay que pensar que nuestro carácter es desor-
denado y que no hay nada que hacer. Todos podemos
poner orden en nuestra vida y disfrutar de sus beneficios.
Trabajar el orden supone un trabajo paralelo de voluntad

39
Autoconocimiento

y constancia. Pronto, si se persevera, se convierte en un


hábito que se aprende y queda integrado en la forma de
comportarse. Para lograrlo lo primero es definir metas
específicas y factibles. Podemos empezar por esa caja que
tenemos llena de cosas inútiles, o por sacar todo lo que
hemos ido acumulando en ese armario durante años, o
revisar y tirar los papeles que se amontonan en el escrito-
rio, o mirar lo que podemos despejar de ese cajón atesta-
do de trastos.

Poner orden en nuestra vida no sólo tiene un notable efec-


to en nosotros mismos sino que afecta también a quienes
nos rodean. De la misma forma que nosotros influimos en
los demás, ellos lo hacen en nosotros, por lo que debemos
prestar atención y aprender de quienes ya tienen integra-
do el orden en sus vidas. Así pues, el orden simplifica
nuestra vida y la de quienes nos rodean.

Hay que tratar de encontrar el orden en todos los aspectos


de la vida, pero es frecuente que tengamos orden en algu-
nos aspectos y en otros no. La cuestión es ir encontrando
el equilibrio en todas las facetas de nuestra conducta.

Para animarnos a seguir mejorando, vamos a ver unos


cuantos beneficios del orden en nuestra forma de proce-
der:

· Nos permite avanzar con mayor rapidez y eficacia en el


trabajo y en las cosas cotidianas.

40
Michael Bennett

· Se gana tiempo y esfuerzo al tenerlo todo bien organiza-


do.

· Se puede encontrar con más facilidad lo que necesita-


mos.

· Se consigue mayor eficacia y bienestar.

· Libera del caos y el estrés.

· Facilita la resolución de problemas y permite planificar y


gestionar mejor el tiempo.

· Favorece el desarrollo personal.

· Se genera confianza en uno mismo, y los demás también


confían en nosotros.

· Interviene positivamente en el bienestar y en las relacio-


nes familiares.

· Aporta armonía interior y exterior.

41
Michael Bennett

La constancia y la disciplina

La disciplina es la capacidad que tenemos para controlar


los impulsos, sobre todo los que nos alejan de nuestros
objetivos y sueños. La disciplina se pierde muchas veces
cuando creemos que el esfuerzo es excesivo o nos dejamos
llevar por los placeres que nos apartan de nuestras metas
más elevadas.

La disciplina nos permite afrontar más eficazmente cual-


quier cometido que nos propongamos.

La constancia nos permite sobreponernos a las dificulta-


des y a los fracasos. No hay fracaso posible si mantene-
mos la disciplina y la constancia.

Las frustraciones tienen varias causas:

· Unas metas o expectativas poco realistas.

· No conocer los límites de uno mismo.

· Esperar más de lo que la realidad o las circunstancias


permiten alcanzar.

· Y sobre todo: la indisciplina y la falta de constancia para


seguir tras nuestros sueños y metas.

Aunque muchas veces se mira con recelo a la perseveran-


cia, a la disciplina y al orden, esta visión negativa es un

43
Autoconocimiento

gran error, del cual nos percatamos cuando vemos los


enormes beneficios que nos aportan. Ellos nos permiten
poder mirar a lo más elevado de nuestras aspiraciones.

Las reacciones y los hábitos de comportamiento que


hemos ido adquiriendo a lo largo de la vida van configu-
rando un modo de ser específico y personal. Todo ellos,
en gran medida, han ido formando nuestro propio carác-
ter, pero podemos mejorarlo (siempre se puede mejorar),
más allá de una valoración moral, mediante una actitud
constante y disciplinada.

Hay que ser consciente de que es fundamental tener cons-


tancia y disciplina para lograr cualquier objetivo impor-
tante. En caso contrario, siempre estaremos imaginando lo
que pudimos y no quisimos o supimos hacer. Y qué
mayor logro que dirigir estas dos fuerzas internas hacia la
mejora de uno mismo.

Las claves de la constancia y la disciplina:

· Analiza siempre el porqué de la inconstancia o la indisci-


plina en tu comportamiento.

· Observa con detenimiento la situación antes de actuar.

· Mide la dimensión de lo que quieres hacer y el esfuerzo


que se precisa antes de ponerte manos a la obra.

· Trata de elevar tu autoestima con pequeñas y continua-

44
Michael Bennett

das acciones y no te escondas tras el apoyo de los demás.

· No te dejes frenar por la sensación de desánimo y la


decepción. Mira en qué te has equivocado y planea cómo
seguir adelante.

· Hay circunstancias que no dependen de uno mismo y,


por tanto, dediquemos nuestra disciplina y nuestro empu-
je en otra dirección.

Conforme la constancia y la disciplina van formando


parte de nuestra vida, la energía y el entusiasmo van lle-
nándonos y nos sentimos capaces de todo. En esta diná-
mica de seguridad interior nos sentimos convencidos de
nuestra propia valía y somos capaces de buscar cualquier
desafío y, por muy difíciles que sean nuestros objetivos,
sabemos que somos capaces de afrontarlos, ya que es la
propia dificultad la que nutre nuestra capacidad de supe-
ración.

45
Michael Bennett

La mente

El autoconocimiento es un proceso siempre abierto.


Nunca hay que pensar que ya hemos llegado a algún
lugar, sino que es algo que no termina nunca. La vida es
un camino siempre abierto al horizonte, que se está crean-
do constantemente a cada paso que damos. Siempre
podemos mejorar, siempre podemos superarnos, y esto se
consigue con una mente constantemente vigilante.

Si queremos lograr el autoconocimiento, no debemos olvi-


dar esta máxima: Nosotros decidimos cómo pensar y lo
que queremos pensar.

Lo primero es observar si nuestros pensamientos son


positivos o negativos. En caso de que sean negativos,
debemos de preguntarnos por qué prevalecen sobre los
pensamientos positivos.

De la calidad de los pensamientos depende cómo afronta-


mos la vida: positiva o negativamente.

Para afrontar positivamente las circunstancias que aconte-


cen en la vida hay que enfocar las capacidades cognitivas
de forma adecuada. Para ello, hay que saber que hay
varias formas de pensamiento y que podemos usarlas
según nos convenga:

· El pensamiento de causa y efecto: “Si hago esto sucederá


aquello”.

47
Autoconocimiento

· El pensamiento de las alternativas: “En caso de que esto


no salga como espero haré esto otro”.

· El pensamiento de perspectiva: “Puedo hacer esto pero


también puedo hacer aquello otro, y para llegar iré por
ahí y haré esto”.

Gracias al pensamiento de causa y efecto tenemos la luci-


dez suficiente como para establecer el principio y el moti-
vo de un conflicto. Es la facultad para saber lo que sucede
y analizar correctamente las circunstancias y advertir las
consecuencias de nuestros actos.

El pensamiento de las alternativas es la habilidad de idear


el mayor abanico de posibles soluciones a una situación
determinada. Este tipo de pensamiento es creativo y es un
instrumento para medir lo que sucede. Es una forma de
pensar lo que para otros es impensable.

El pensamiento de perspectiva nos da la capacidad de


situarnos en los mocasines del otro, como dice la máxima
india, antes de juzgarlo. Mediante este tipo de pensamien-
to podemos adquirir armonía en las relaciones con los
demás.

Gracias a estas formas de enfocar el pensamiento pode-


mos obtener los medios para dirigirnos a nuestras metas.
Cuando confluyen los tres tipos de pensamiento en la
mente se logra la objetividad y somos capaces de no acu-
sar a la mala suerte o a otros de lo que no nos sale bien,

48
Michael Bennett

sino que se es capaz de asumir que podemos hacerlo


mejor.

Cada persona tiene una forma de ver la realidad y de


enfrentarse al mundo. Existen una serie de factores que
son decisivos a la hora de activar los pensamientos y las
emociones. Es evidente que la herencia genética, las acti-
tudes, las capacidades, la educación, el entorno... modelan
lo que pensamos.

Aún así, la mente puede transformarse y autoprogramarse.

La autoprogramación favorece que podamos hacer cosas


que en otras condiciones serían realmente difíciles.
Podemos ejercitarnos en autoprogramarnos para ser más
eficaces.

Cuando tratamos de montar en bicicleta por primera vez


debemos de pensar bien lo que vamos a hacer. En ese
rompecabezas mental vamos situando las piezas que per-
mitirán que podamos llegar a pedalear sin caernos.

Para ser eficaz en la programación hay que definir bien el


objetivo. A partir de ese momento nos dirigimos a estruc-
turar claramente la estrategia.

“¿Qué tengo que hacer para lograr lo que quiero?”. Una


vez tenemos un plan hay que tener alternativas para el
caso de que el primero falle o las circunstancias hagan que
debamos variar la estrategia. “Si sucede esto, haré aquello”.

49
Autoconocimiento

Lo primero que hay que hacer es reconocer la situación


antes de actuar. “¿Qué puedo hacer para mejorar?”, ¿Soy
capaz de enfrentarme a esta situación?”. Si podemos res-
ponder a estas preguntas con sinceridad podremos hacer
frente a cualquier problema y circunstancia.

Una manera de empezar a dirigir la mente adecuadamen-


te es mediante la relajación y desechando los pensamien-
tos dañinos. Convéncete de que las reacciones de confu-
sión y miedo pueden cambiarse mediante acciones menta-
les que las neutralicen. Sustituye los pensamientos negati-
vos por otros positivos, y utiliza la relajación como instru-
mento para dirigir la mente.

Es fundamental ir situando esta actitud en la práctica dia-


ria de forma gradual.

50
Michael Bennett

¿Quiénes somos?

Cuando nos planteamos quiénes somos, deberíamos pre-


guntarnos primero qué concepto tenemos de nosotros
mismos.

El autoconocimiento suele relacionarse con un proceso


que se produce en algunas personas durante su edad
madura. Sin embargo, es un concepto engañoso ya que se
puede ir conquistando desde la infancia. Un niño es capaz
de tener conciencia de sí mismo y de tener autonomía
para ir adquiriendo más conocimiento de sí mismo.

La educación a cualquier edad debe procurar valores


como la ética, tan olvidada en la educación de hoy en día.

Hay una parte de conocimiento personal que se basa en


las ideas, opiniones y percepciones que tenemos del
mundo que nos rodea. Esto se fundamenta en las expe-
riencias del pasado, en la educación recibida y en la pre-
sunción que tenemos sobre nosotros mismos.

Esta presunción surge de la apreciación que tenemos


sobre nuestras cualidades personales, sobre lo que nos
gusta o disgusta. Asimismo es la capacidad de actuar en
determinadas circunstancias y de la forma de comportar-
nos ante los sucesos de la vida.

Este comportamiento se fundamenta en cómo reacciona-


mos ante una situación, bien la consideremos positiva o

51
Autoconocimiento

negativa. Es lo que nos induce a actuar de determinada


forma. Para situarnos correctamente frente a nuestro com-
portamiento debemos explicarnos los motivos de por qué
hacemos lo que hacemos. De esta forma iremos viendo
que muchas veces actuamos por inercia, por sensaciones o
por estímulos externos que se basan en hábitos incons-
cientes y complejos o en sentimientos mecánicos.

Frente a esta forma de actuar están las aptitudes y capaci-


dades que poseemos para interpretar la realidad apropia-
damente.

Asimismo, muchas veces, la opinión de otras personas


sobre nosotros nos mediatiza de tal forma que esconde lo
que realmente somos y podemos hacer, bien sea a través
de recriminaciones o de halagos. Igualmente, a esta cir-
cunstancia podemos oponer la imagen basada en el cono-
cimiento que vamos adquiriendo de nosotros mismos a
nivel físico, psíquico, social y afectivo.

De esta forma, en cada uno de nosotros cohabitan tres


personajes:

1. El que creemos que somos.


2. El que los demás creen que somos.
3. El que realmente somos.

Para ir diferenciando los tres personajes hay que valorar


distintas cuestiones:

52
Michael Bennett

· Tener problemas se convierte realmente en un problema


si no buscamos soluciones.

· El verdadero fracaso es aquel que nos impide seguir ade-


lante.

· Tropezar nos anula si no somos capaces de levantarnos


tantas veces como caigamos.

· Perder no supone más que un contratiempo mientras


sigamos intentándolo.

· La deslealtad de unos no puede impedirnos seguir con-


fiando en los demás.

· Fallar es no volver a intentarlo.

· Las limitaciones no pueden impedirnos seguir avanzan-


do.

· No perdemos mientras mantengamos el entusiasmo.

· La verdadera equivocación es no seguir dándonos la


oportunidad de volver a equivocarnos.

· Ante la falta de comprensión, hay que tratar de com-


prender a los demás.

· Si no recibimos todo el cariño que queremos, hay que


dar todo el que podamos.

53
Autoconocimiento

Para ir dilucidando quiénes somos debemos considerar a


lo que nos inclinamos, nuestros sueños, los fracasos que
hemos vivido y los logros que hemos obtenido.

Si queremos llegar a conocernos es necesario traspasar los


límites de los sentimientos, las costumbres, los anhelos,
los afectos y todo aquello que conforma nuestra conducta
en todos los aspectos: físico, psicológico, social y cultural.

El crecimiento personal está basado en la aceptación del


cambio, en la transformación interior, en la adaptación al
mundo exterior y en las necesarias readaptaciones sobre
uno mismo ante la vida y ante los demás.

Este crecimiento debe considerar múltiples aspectos que


nos llevan al autoconocimiento y por tanto al éxito.
Veámoslos:

· Amor
· Cariño
· Comprensión
· Respeto
· Independencia
· Responsabilidad
· Preparación
· Conocimiento
· Esfuerzo
· Entusiasmo
· Habilidad

54
Michael Bennett

· Diálogo
· Aceptación
· Confianza
· Reconocimiento
· Atención

Tras leer detenidamente este listado debemos considerar


honestamente cuáles de estos aspectos podemos mejorar o
incluir en nuestra propia lista de argumentos a favor del
autoconocimiento y el éxito en la vida. Mantener y mejo-
rar los que ya poseemos y tratar de sumar aquellos de los
que carecemos es la clave para avanzar sin límites en
nuestros propósitos.

55
Michael Bennett

¿Cómo conocerse mejor?

Conocerse a uno mismo es de gran valor para orientarnos


en la dirección correcta para actuar y ver la vida de forma
positiva.

Para lograr dirigirnos a ese conocimiento interior, debe-


mos de tener en cuenta varias cosas que ayudarán a
lograrlo:

· Ser conscientes.
· Comprender el pasado.
· Analizar las críticas.
· Una actitud positiva.
· Escribir un diario.

El conocimiento de la realidad no se logra reflexionando


ocasionalmente cuando creemos que la situación es lo
suficientemente importante. Es en cualquier situación
cotidiana en donde debemos tratar de ser conscientes, ya
que esto es lo que determina nuestra forma de ser. Es en
los pormenores de la vida diaria donde está la clave del
autoconocimiento.

Muchas de las cosas que nos suceden en la actualidad tie-


nen su origen en el pasado, a veces distante. Tratar de
ahondar en él puede ayudar a comprender muchas de las
dificultades presentes o por qué actuamos de una u otra
manera.

57
Autoconocimiento

Las críticas pueden ser un gran aliado de nuestro avance


hacia el propio conocimiento. Las personas más cercanas,
familiares y amigos, son a las que podemos recurrir para
conocer aspectos de nuestra personalidad que difícilmente
podemos ver nosotros mismos en una primera etapa de la
búsqueda del autoconocimiento. Ellos son capaces de apre-
ciar lo que a nosotros se nos escapa. Huir de las críticas nos
impide afrontar esas lagunas que tenemos de nosotros mis-
mos. Hay que diferenciar entre las críticas constructivas de
aquellas fruto de la envidia, del rencor, etc.

Escribir un diario nos hace reflexionar sobre lo sucedido


cada día, lo que nos inquieta o lo que nos entusiasma. De
esta forma se van manifestando las cualidades positivas
en nosotros mismos y vamos reconociendo los matices
negativos.

Los errores y las dificultades no deben cambiar la actitud


positiva que hemos ido construyendo a base de esfuerzo y
entusiasmo. Una baja autoestima simplemente es un error
de cálculo que obstaculiza nuestro camino.

Propuestas que nos ayudarán a conocernos mejor:

· Sólo nosotros mismos podemos reconocer nuestra verda-


dera valía.

· Debemos hacer cotidianamente un repaso de nuestros


defectos y nuestras virtudes.

58
Michael Bennett

· Tratemos de usar nuestras cualidades en aquello que


queremos lograr.

· Rectifiquemos algunas de las cosas de nuestra vida o de


nosotros mismos que nos disgustan.

· No todo aquello que nos disgusta se puede modificar,


pero sí se puede mejorar aquello que nos permite ser feli-
ces, y eso está en nuestro interior.

59
Michael Bennett

Levantarse con actitud positiva

Muchas veces nos despertamos ya inmersos en una cierta


ansiedad y estrés. No se trata sólo de lo que nos preocupa
sino de todo lo que conlleva hacerle frente.

La incertidumbre de cómo nos irá puede generarnos una


disposición ansiosa.

Para evitar esta sensación de angustia, de estrés…, trate-


mos de suprimir las preocupaciones tratando de no obse-
sionarnos pensando en lo que puede salir mal y miremos
hacia el futuro como si fuese una nueva oportunidad en la
que la vida pueda cambiar a mejor.

Organicemos el día con tiempo suficiente, de lo contrario


nos levantaremos con estrés y difícilmente solucionare-
mos la situación. Mantengamos una actitud positiva hacia
ese nuevo día que comienza para nosotros.

Vivir bien y lograr el éxito depende en un alto porcentaje


de la manera positiva de pensar y, por tanto, de actuar
que tenemos.

¿Pero, qué podemos hacer para tener esa actitud positiva


día tras día?

· Planear la jornada con anterioridad, con calma y con ilu-


sión.

61
Autoconocimiento

· Planificar para cada día una ocupación placentera.

· Dar cada día un paso que nos aproxime a nuestros obje-


tivos.

· No dedicar todo el tiempo a los objetivos o al trabajo.

· Darse tiempo para que la mente se despeje y pueda vol-


ver con más fuerza a centrarse en lo que queremos, nos
prepara para dirigirnos hacia ella con más eficacia.

Pero, ante todo, cómo levantarnos con una actitud positi-


va si no nos aceptamos como somos. El respeto a cómo
somos, con todas nuestras particularidades: las positivas y
las negativas, los aciertos y los errores, nos permite ahon-
dar en nosotros e ir aumentando la confianza y la acepta-
ción.

La propia aceptación de cómo somos no quiere decir que


estemos en conflicto con nosotros mismos, sino todo lo
contrario, es uno de los cimientos de una actitud positiva.

Si comenzamos a prestar más atención a nuestras expe-


riencias cotidianas iremos comprendiéndolas y nos iremos
dando cuenta de lo que sucede a nuestro alrededor, de
cómo nos sentimos, de cómo nos percibimos y de que
somos los constructores de nuestro destino. En esta diná-
mica, vamos adquiriendo una actitud positiva al levantar-
nos, al acostarnos y en todo momento y circunstancia.

62
Michael Bennett

Quitarse el disfraz

En muchas ocasiones, el recelo a actuar libremente nos


lleva a disfrazarnos de lo que no somos. Esto tiene un ori-
gen en la ignorancia o en la equivocación, y puede ser
sometido simplemente con dirigirnos hacia el autoconoci-
miento.

Para lograrlo es necesario observar correctamente. Esto se


consigue con una mirada y una actitud positiva ante todo
lo que vemos, oímos y nos rodea.

Debemos creer en nosotros mismos y en que no es necesa-


rio ocultarnos tras un disfraz absurdo. Si vamos creando la
tendencia de ver la parte positiva de las cosas, no necesita-
remos ya más fingir que no somos nosotros.

Si somos capaces de mantener la mirada limpia de prejui-


cios, en todo momento descubriremos algo nuevo en cada
detalle.

Siendo nosotros mismos podremos disfrutar de la vida y


enriquecernos con cada nueva experiencia.

El autoconocimiento es incompatible con el autoengaño.


Para evitarlo hay que adoptar determinadas actitudes:

· La coherencia: Admitir que el temor es algo normal.

· La acción: Afrontar con hechos consecuentes las dificultades.

63
Autoconocimiento

· El equilibrio: Dar todo lo que podamos de nosotros mis-


mos, pero no sentirse obligado a hacer más de lo que
sabemos y podemos.

· La humildad: Buscar los aliados pertinentes cuando no


se es capaz de afrontar algo ineludible en nuestro camino.

· La sensatez: Comprender que las cosas no son totalmen-


te positivas o negativas.

· El análisis: Estudiar nuestro comportamiento para evitar


brotes de autoengaño.

El autoengaño forma parte del camino que hay que reco-


rrer hasta liberarse de él a través del autoconocimiento.
Las emociones son uno de los terrenos en donde más
arraiga el autoengaño. Tendemos a creer cosas de otras
personas que no corresponden con la realidad, especial-
mente de los más cercanos. Muchas veces vemos en las
personas, por ejemplo en la pareja, cualidades o defectos
alejados de la realidad.

Para liberarse de este tipo de autoengaño, es necesario


relacionarse con los demás sin prejuzgar. También debe-
mos respetarnos, y la forma de hacerlo es igualmente no
prejuzgándonos. Vivir según nuestros propios valores,
observar nuestros sentimientos y emociones y ser capaces
de expresarlos, sin dañar ni culpar a nadie, ni siquiera a
nosotros mismos. Buscar y valorar todo aquello que nos
haga sentirnos a gusto en nuestra piel. Y todo esto mismo

64
Michael Bennett

debemos hacerlo con los demás: dejarles que vivan según


sus propios valores, observar sus sentimientos y emocio-
nes y escucharles, y buscar y valorar todo aquello que les
hace sentirse bien consigo mismos.

De esta forma no será necesario ocultarnos bajo un disfraz


y podremos expresar y conducir correctamente los senti-
mientos y emociones, sin dañarnos ni culparnos.

Al caer la máscara aprendemos a vivir según nuestros


valores más íntimos, y permitimos que los demás vivan
según los suyos.

Veamos qué sucede al caer la máscara:

· Al identificarnos nos conocemos y aprendemos a acep-


tarnos al comprobar que estamos más satisfechos y sere-
nos.

· En este estado de equilibrio interno, nos relacionaremos


mejor con los demás y seremos más eficaces en dirigirnos
hacia nuestros objetivos.

· De la misma forma que nosotros vemos bajo ese disfraz


nuestra verdadera naturaleza, también otros podrán
hacerlo.

65
Michael Bennett

Observar

La observación de nuestro proceder y del de los demás


establece una de las claves para el adiestramiento interior
y para ejercitar que surja la verdadera personalidad y
atemperar las emociones.

De esta manera iremos comprendiendo verdaderamente


lo que nos sucede y el porqué. En realidad lo que nos
pasa está íntimamente relacionado con nuestra capacidad
de entender lo que nos ocurre y lo que les sucede a los
demás. Para lograrlo es esencial ampliar la facultad de
observación sobre cómo nos comportamos y cómo lo
hacen los que nos rodean.

Este trabajo de atención interior puede acarrear un cierto


aislamiento del entorno que se ve compensado con la
observación exterior de los demás y del mundo en general.

El sentido de este trabajo no es, como es fácil entender, un


deseo malsano de examen y crítica de los demás sino que
el sentido real es tratar de conocerse para vivir consciente-
mente dentro de la propia piel y no convivir consigo
mismo como con un extraño.

Precisamente el autoconocimiento no conlleva recluirse en


sí mismo sino verse con toda la imparcialidad que se
pueda.

Una de las ventajas más llamativas del trabajo que hace-

67
Autoconocimiento

mos para lograr el autoconocimiento es que, al mismo


tiempo, se estabiliza el ánimo y se refuerza la voluntad.

Cuando nos dejamos llevar por un exceso de fantasía,


dejando que la mente divague en ensoñaciones inconsis-
tentes, quedamos inermes en manos del azar de la vida y
dejamos que las riendas de nuestro destino vayan sin
nadie que las dirija.

Muchas veces la persona infravalora sus capacidades y


otras sobrevalora sus posibilidades. En este contexto, va
de la exultación y la euforia al pesimismo y la vacilación.
Esto sucede, como decíamos, por azares de las circunstan-
cias; unas veces, al ser favorables la persona sobrevalora
su capacidad, pero cuando son desfavorables subestima
su facultad de dirigir su vida.

Siete situaciones que hacen que la vida sea una continua


amenaza:

· Dificultad para obtener o mantener determinado nivel


social.

· Conflictos con los jefes, subordinados o compañeros.

· Frustraciones debidas a los propios fallos o a situaciones


incontroladas.

· Desórdenes de carácter, retraimiento o agresividad en el


trato con los demás.

68
Michael Bennett

· Insatisfacción laboral.

· Trastornos de salud.

· Problemas emocionales.

Siete pautas para que la vida sea más amistosa:

· No idealizarse o menospreciarse a uno mismo.

· No idealizar o menospreciar a los demás.

· Evaluar las cualidades y defectos propios y de los


demás.

· Tratar de cambiar lo que no nos guste.

· Comprender y controlar los pensamientos.

· No buscar la aprobación de los demás.

· Cuidar la salud como si fuese nuestro tesoro más precia-


do.

Un honesto e inteligente autoconocimiento se fundamenta


en la autoobservación alerta de nuestro comportamiento
cara a los demás y ante las circunstancias externas. De
esta forma iremos viendo las reacciones que se producen
en nuestro interior.

69
Autoconocimiento

Asimismo, debemos observar el comportamiento de los


demás ante nuestros actos. Debemos estar abiertos a los
consejos y críticas constructivas de las personas que nos
rodean y de quienes nos conocen y aprecian. En esta aten-
ta observación podemos reconocer el auténtico origen de
las turbaciones y dificultades que forzosamente tendre-
mos durante la vida.

Gracias a la autoobservación iremos progresando en nues-


tra madurez vital. Y nos permitirá no encasillarnos en
posiciones soberbias y equívocas. Esto no quiere decir
cambiar como una veleta de opiniones y objetivos sino ser
capaces de advertir cuándo nuestras convicciones están
erradas o pueden mejorarse.

70
Michael Bennett

La madurez ante la vida

La madurez está relacionada con el autoconocimiento, y


gracias a ella se deja de atribuir la causa de algunos pro-
blemas a unas condiciones que tienen poca o ninguna
culpa. Podemos culpar a otros de nuestra frustración,
generalmente a la pareja, a los hijos o a los padres. Pero
esa emoción está ligada a una inmadurez afectiva.

Muchas veces vemos defectos en los demás que sólo son


un reflejo de los nuestros. De la misma forma, también
nos inclinamos a buscar fuera de nosotros la solución de
los problemas que nos suceden.

¿Por qué echamos la culpa de nuestras frustraciones y fra-


casos a otros o a la mala suerte? A estas dos cuestiones
solemos echar la culpa de buena parte de lo malo que nos
ocurre en nuestras vidas. Es, como hemos dicho, la falta
de madurez ante la vida lo que nos lleva a buscar fuera lo
que generalmente está dentro. Precisamente, una parte
fundamental del autoconocimiento es percatarnos de
estos sutiles engaños de la mente.

Aunque es cierto que otros, o las circunstancias ajenas,


pueden ser partícipes de que las cosas no salgan como
queremos o que, en cambio, nos ayuden a resolverlas, no
debemos olvidar el enorme grado de responsabilidad que
tenemos sobre la mayoría de los acontecimientos que nos
ocurren en la vida.

71
Autoconocimiento

La pereza es uno de los grandes lastres interiores que


modulan nuestros actos. Este estado anímico trata de
meternos en una dinámica del mínimo esfuerzo.

Así pues, cuando sintamos este estado frustrante ante una


tarea que nos disgusta, es necesario reconocer manifiesta-
mente su raíz y extirparla lo antes posible.

Para afrontar las raíces de la pereza, es preciso ser hones-


tos con nosotros mismos, con nuestras capacidades e inte-
reses. Así, podremos encontrar maneras razonables de
resolver o minimizar los problemas, o al menos de enten-
derlos.

En determinadas ocasiones, ciertamente, sólo podremos


reducir sus efectos negativos y usarlos para aprender a
enfrentarnos a ellos.

La pereza, la desidia o incluso la enfermedad son muchas


veces un aviso de que no vamos por el buen camino a la
hora de afrontar las situaciones en que nos introducimos.
Asimismo, los problemas económicos o profesionales
cuya solución está más allá de nuestro alcance, los conflic-
tos de relación con personas que tratamos a diario, etc.,
nos indican la necesidad de replantearnos nuestro cami-
no, y nos permiten distinguir lo que debe soportarse de
aquello que debemos tratar de cambiar.

72
Michael Bennett

Raíces de la pereza:

· Cansancio debido a un sobreesfuerzo.

· Cansancio debido a una tarea prolongada que nos dis-


gusta.

· Entender erradamente nuestros objetivos.

· Dificultades y acumulación de infortunios que se esca-


pan a nuestras manos.

· Mala formación para ejecutar la tarea que hacemos.

· Autoengaño.

· Conflictos interpersonales.

73
Michael Bennett

El camino hacia la verdad

Si no somos sinceros con nosotros mismos, por mucho


que nos esforcemos difícilmente lograremos nuestros obje-
tivos vitales.

Intentar entender con sinceridad qué es lo que ocurre en


nuestra vida y cuál es nuestra responsabilidad, es el paso
definitivo. Si fallamos en esto, viviremos inmersos en una
bruma que nos confunde en cuanto a quienes somos y a
lo que realmente queremos. En estos casos es la imagina-
ción frustrante la que oculta la realidad.

En esta situación, en vez de buscar soluciones encontra-


mos escapatorias a lo que no nos gusta, a los problemas y
circunstancias difíciles. Cuando no se quiere entender lo
que sucede en nuestro interior siempre hay excusas exte-
riores a las que culpar.

Por eso, debemos ser valientes para admitir que la res-


ponsabilidad es, quizá, en buena medida nuestra. Esto
exige un gran coraje personal para ser capaces de progre-
sar con éxito en el camino hacia la verdad. A pesar de que
en ocasiones sea un camino en principio dificultoso, al
practicar este estado interior iremos viendo cómo lo que
era una empinada cuesta, se transforma en un placentero
recorrido.

Hemos ido viendo cómo podemos mejorar si tratamos de


conocer cuáles son nuestros defectos. Ahora vamos a tra-

75
Autoconocimiento

tar de explotar los extraordinarios recursos que atesora-


mos, tanto a nivel social como individual. Ésta es una
faceta que muchas veces no tenemos en cuenta y derro-
chamos.

Uno de los mayores recursos que tenemos a nuestra dis-


posición es el entusiasmo. El entusiasmo es pura energía.
Es una fuerza tal que se inclina hacia lo alto, hacia lo más
elevado de nosotros mismos, hacia lo que realmente tiene
valor. Es una dinámica que nos impulsa a ir más allá de
nosotros mismos.

Si bien hay momentos en que creemos que nuestras posi-


bilidades de seguir adelante son pocas, hay otros en que
vemos cómo nuestras facultades parecen multiplicarse. Lo
importante en ambos casos es analizar por qué suceden
unas y otras, y tratar de sumarnos a las facultades positi-
vas y tratar de minimizar las situaciones y estados de
ánimo negativos mediante la ponderada reflexión.

Necesitamos un ideal y fe en nosotros mismos, en nuestro


potencial infinito de energía creativa.

Alentados por esta comprensión de que podemos fortale-


cernos mediante el autoconocimiento, una energía impre-
sionante está a nuestra disposición y los obstáculos dejan
de atemorizarnos, es más, son el estímulo necesario para
reforzar nuestra autoestima y nuestro valor.

Cuando sentimos el entusiasmo recorriendo nuestras

76
Michael Bennett

venas, es el momento de construir y reforzar nuestro


carácter para poder evitar la pereza y la frustración.

El entusiasmo es una cualidad que atesoramos cuando


somos capaces de creer en nosotros y de atrevernos a ir
más allá de lo que hemos creído que eran nuestras limita-
ciones.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que el entusiasmo


puede ser algo inconsistente si no somos capaces de cui-
darlo y cultivarlo. Es como un frágil jardín, que sólo los
buenos jardineros son capaces de mantener bello y vigo-
roso, y debemos de saber que nosotros, si estamos dis-
puestos a aprender, lo somos.

Tener entusiasmo solamente cuando las cosas son favo-


rables no es el verd a d e ro entusiasmo, éste se manifiesta
tanto en los momentos propicios como ante las dificul-
tades.

Lo primero es creer en lo que queremos y en lo que hace-


mos, en nuestra misión en la vida. Es necesario tener un
objetivo, una meta hacia la que dirigirnos.

La confianza que vamos ganando en nosotros hay que


extrapolarla a los demás. Confiar en otras personas nos da
fuerza moral. Pero no olvidemos que la adulación no es
confianza sino debilidad. La confianza debe basarse en la
sinceridad y la fuerza moral. Sin valores no hay verdade-
ro éxito. Por ello debemos alejarnos de las adulaciones y

77
Autoconocimiento

no darlas si no están justificadas.

Es obvio que siempre nos encontraremos con obstáculos,


pero no debemos dejarnos frenar por ellos, sino enfrentar-
los con firmeza y tesón.

Tenemos unos objetivos vitales en la vida, una labor que


debemos descubrir, cultivar y lograr. Pero para perseverar
en mantener nuestros sueños no debemos impedir la voz
interior que nos hace seguir adelante en los momentos
difíciles y nos da fuerzas cuando llega el temor, la desidia
o el conformismo.

El entusiasmo unido al coraje no es precipitación o impre-


visión, sino que es el planteamiento lúcido ante los obstá-
culos que surgen en la vida. El coraje tiene distintas ver-
tientes y es parte fundamental de la vida cotidiana cons-
ciente. Para superar las dificultades no es suficiente con
estar preparado, sino ser capaces de despertar nuestras
energías más notables.

78
Michael Bennett

Salir al encuentro del éxito

Observa que muchas personas tienen tendencia al abati-


miento, y que éste se contagia como un virus. Es fácil
dejarse llevar por este estado, es una tentación de la que
pocos se libran en los momentos difíciles e incluso en
muchos otros.

Hay una propensión a dejarse llevar por la desgana, por


la debilidad y de rendirse cuando las cosas no salen como
desearíamos. Pero la vida es saber salir al encuentro de las
dificultades y afrontarlas, de la misma manera que debe-
mos salir al encuentro del éxito.

Si comprendemos que hasta los mejores en cualquier face-


ta de la vida pierden en alguna ocasión, y que a pesar de
ello continúan adelante, cómo no vamos a permitirnos a
nosotros mismos fracasar en algunos momentos y a pesar
de ello seguir con más bríos que antes. Esto es lo que dife-
rencia al que realmente fracasa del que triunfa. Es, pues,
que el triunfo es sobre uno mismo y, por tanto, sobre las
circunstancias.

Quien se abandona al abatimiento cuando pierde, genera


una tendencia a la derrota. Pero quien pierde y aprende a
usar la derrota para saber cómo renovarse ante el infortu-
nio, está preparado para el triunfo. Así, nos convertimos
en creadores de nuevos caminos, de nuevas estrategias
ante la vida.

79
Autoconocimiento

Hablamos, ni más ni menos, de libertad. Si nos dejamos


vencer malogramos nuestra capacidad de ser libres. La
derrota tiene una vertiente complaciente, pero sus efectos
son agrios. La libertad no se nos regala, sino que la con-
quistamos. Y lo hacemos con el entusiasmo, la voluntad y
la constancia.

Darse por vencido es sencillo, muchas veces hasta supone


un consuelo ante la derrota, pero oponer resistencia a la
desilusión, al desaliento, invita a lograr valor, arrestos y
confianza. Esto es la vida: esfuerzo, mejora y riesgo.

Sí, todo esto está muy bien, pero ¿cómo puedo hallar con-
fianza y esperanza cuando estoy para el arrastre sumido
en el desengaño y la desesperanza?

Pensemos que incluso en los peores desastres, hay algo en


nuestro interior que pugna por salir al exterior y sobrepo-
nerse a la derrota. El paso del tiempo puede ser un bálsa-
mo, pero es el mismo tropiezo el que nos hace agarrarnos
a un clavo ardiendo y salir indemnes y seguir adelante.
Puede parecer extraño, pero en lo más hondo del precipi-
cio están los recursos para salir y volver a intentarlo.

Para seguir sumando puntos a nuestro favor, no hay que


perder la dignidad y la libertad. Y las perdemos cuando el
miedo, la vanidad o la codicia nos hacen renunciar a
nuestros sueños e ideales. Si nos salimos del camino que
nos conduce a hacer realidad nuestros sueños, será mucho
más difícil llegar a obtenerlos. Si queremos ir a una ciu-

80
Michael Bennett

dad determinada no llegaremos si vamos en la dirección


opuesta. Al elegir un camino desechamos otros, y cuanto
más nos alejemos, más difícil será encontrar el valor para
parar y volver atrás.

En ese camino extraviado es fácil caer en el autoengaño y


olvidar quiénes somos en realidad.

81
Michael Bennett

Crear nuestro mundo

Una mente poco educada en la creatividad, cuando trata


de crear algo diferente, tiende a bloquearse. No puede
concentrarse en las cosas, especialmente cuando se trata
de enfrentarse a un problema, y da vueltas a su alrededor
insistentemente.

En ese ansia de nuevos estímulos, la mente puede ence-


rrarse en sí misma por miedo a la responsabilidad de
enfrentarse a situaciones desconocidas, a estímulos inte-
riores ocultos. Esta situación se asemeja a lo que nos suce-
de cuando estamos ante un jeroglífico. Tenemos que pen-
sar profundamente y tratar de examinar todos los aspec-
tos para descubrir su significado.

La respuesta no está en el jeroglífico sino en nuestra


mente, en la reflexión y la capacidad de concentración. Es
la mente la que corre el velo de la verdad. Poco a poco la
vislumbramos, luego la perdemos y, finalmente, la volve-
mos a hallar hasta hacerla nuestra.

Para lograrlo, es necesario aprender a escuchar la voz inte-


rior que nos susurra que el paso que hemos dado va en la
dirección correcta. Y, aunque nos pueda parecer que la res-
puesta viene de algo exterior a nosotros mismos, es en nues-
tro interior donde madura, a la luz de la reflexión y del valor
de seguir adelante a pesar de las dificultades y los fracasos.

La reflexión y el valor son las voces más auténticas. Son la

83
Autoconocimiento

base de la sabiduría que nos revela que para vivir estamos


obligados a escucharnos y a crear nuestro mundo.

En nuestro caminar encontraremos personas y situaciones


que nos hacen mirar hacia lo más alto, y otras que, por el
contrario, nos llevan a lo más bajo. Hay personas que nos
colman de entusiasmo y vigorizan nuestra capacidad de
apreciar las cosas que valen la pena. Son personas que
acrecientan nuestra comprensión, nuestra integridad y
nuestra fuerza vital. Siempre hay que buscar aquello que
nos da coraje y nos hace dirigirnos hacia lo que nos eleva.

La vida tiene dos vertientes. Una es superficial, corriente e


insustancial, la otra es elevada, excitante y profunda. La
mayoría de las personas viven en la primera, y sólo oca-
sionalmente tocan la segunda. Pero es sólo en esta ver-
tiente donde nos desarrollamos plenamente.

Cotidianamente nos vemos empujados por las circunstan-


cias y por los demás. En estos casos no hacemos las cosas
por verdadera vocación, sino por inercia. Sólo raramente
entramos en contacto con nuestra vertiente más elevada y
natural. Cuando esto sucede, la vida se transforma en una
experiencia más vital y profunda, constituida por la
pasión y el entusiasmo de vivir plenamente.

Somos creadores, y usuarios de las creaciones de otros, y


debemos valorar ambos aspectos de la realidad y saber
situarnos en ella. Entonces, somos capaces de entender
que, para cualquier cosa que hagamos, necesitamos de

84
Michael Bennett

nosotros mismos y de los demás. Y que incluso el acto


más simple necesita de comprensión, alianzas, coraje y
voluntad.

Un aspecto que hay que cuidar para crear nuestro mundo


es el de las alianzas. Debemos de evitar a las personas que
ponen obstáculos en nuestras ilusiones, los intrigantes, los
envidiosos, los hostiles, los aduladores, los vagos y los
aprovechados.

Hay que anular las envidias y las intrigas que brotan fre-
cuentemente cuando vamos creando nuevas realidades.
No debemos sorprendernos ante la aparición de la envi-
dia, la antipatía, el antagonismo o incluso el odio.

Aquel que se lanza a la acción debe también estar prepa-


rado para luchar con contendientes inesperados e intri-
gantes. Ante esto, si no queremos capitular al desengaño
y al desatino, debemos equiparnos con un compromiso
inagotable hacia nuestros sueños. Es, en efecto, el mejor
instrumento para desafiar a la desesperanza.

Hay que ser conscientes de que en nuestro camino encon-


traremos quienes nos ayudarán y quienes nos pondrán
obstáculos. Sin duda, encontraremos personas leales y
generosas. Personas que cuando se relacionan con alguien
que está siguiendo sus sueños, siempre que estos no
vayan en contra de otros, establecen una relación de afini-
dad. Son quienes nos apoyan, simplifican nuestra labor y
nos ayudan. Y cuando logramos dar un paso hacia nues-

85
Autoconocimiento

tras metas, son felices con nuestros logros y los hacen


suyos.

Sin embargo, también nos encontraremos con personas


tiranizadas por la envidia, que sienten la necesidad de
poner trabas y que tratan de obstaculizar nuestro camino.

Estas personas son, en muchas ocasiones, fáciles de detec-


tar ya que nos dejan una sensación de agotamiento. Tras
pasar un rato con ellas, notamos un estado de fatiga y
desazón. En cambio, con aquellos que son buenos aliados
notaremos un aporte de energía aunque hagamos mucho
más esfuerzo que con las otras personas, y nos dejan una
sensación de bienestar y optimismo.

Todos influimos en el estado de ánimo de los demás.


Incluso tenemos la capacidad de intuir lo que les sucede y
lo que quieren. El uso de la intuición nos permite saber
cómo son los demás, si nos engañan o fingen afecto. En
realidad, cuando nos dejamos engañar es porque en el
fondo queremos ser engañados. De alguna forma no que-
remos ver la realidad que nos rodea y al dejarnos engañar
nos escondemos de la responsabilidad que tenemos ante
el mundo, y vemos sólo aquello que queremos ver.

Hay veces, que por mucho que queramos, no es posible


hacer componendas con quien no se pueden hacer. Con
estas personas cualquier señal de compañerismo es adver-
tido como debilidad y se crecen en su comportamiento
mezquino.

86
Michael Bennett

No puede haber concordia con quien sólo sabe de discor-


dia. Cada movimiento de deferencia es visto como un acto
de impotencia. Para reconocer a estos personajes, no hay
que fijarse en su sonrisa o en sus palabras sino en sus
actos. La persona que, de una u otra forma, siempre acaba
pidiendo algo a su favor y no es capaz de dar realmente
nada, es mejor evitarla aunque nos cueste que nos difa-
men y critiquen durante un tiempo. Esta es su respuesta
cuando no consiguen lo que pretenden. Es su venganza y
su desprecio hacia los que consideran débiles por no dar-
les lo que quieren. Son personas que absorben nuestra
comprensión, que pueden llegar a envilecernos. La solu-
ción es evitarlos y aprender a decir: no.

Hay que recelar de quien nunca puede ayudar y siempre


pide ayuda. Es una persona desleal y disfrazada, cuyo
disfraz cae ante la reiteración de sus mentiras.

Aunque en principio trata de mostrarse a sí mismo como


indispensable, que sin él no podríamos seguir adelante,
poco a poco se va situando de forma que todo el mérito
de los éxitos es siempre suyo y los demás son sólo subal-
ternos de sus capacidades. En realidad son personas
mediocres, incapaces de crear nada por sí mismas. Nunca
hay que perder de vista que cada uno debe recibir los
méritos correspondientes a la labor realizada.

En nuestro camino no podemos evitar que surjan dificul-


tades inesperadas, personas hostiles, etc., pero lo que si
debemos intentar es rodearnos de personas que sean fieles

87
Autoconocimiento

aliadas con cualidades y virtudes afines a las nuestras.

Para lograr evitar a las personas desleales y atraer a las


solidarias es importante tener claros nuestros objetivos e
intenciones. Si somos fluctuantes en nuestros objetivos,
sentimientos y estados de ánimo, abrimos la puerta a los
reveses y a las personas desleales.

88
Michael Bennett

Siete consejos para afrontar las dificultades

Vamos a ver unas sencillas pautas para manejar más efi-


cazmente el tiempo y nuestras energías.

1. Si nos enfrentamos a un problema lo primero es refle-


xionar y ordenar las ideas, antes de actuar. Así veremos lo
que más conviene hacer.

2. Marcar tiempos límites. Al empezar el día es convenien-


te hacer un listado con las actividades que tenemos que
hacer. Una vez decidido hay que convenir los tiempos
límite que vamos a establecer para los objetivos más apre-
miantes.

3. Hay que priorizar las actividades pendientes. No todo


lo que hacemos tiene la misma importancia y, por tanto,
no debemos emplear el mismo esfuerzo para todo.

4. Es importante disponer de planes alternativos. A veces


lo que esperamos falla, por lo que tener otras opciones es
fundamental para seguir adelante.

5. Hay que diferenciar entre las cosas relevantes de las


ordinarias. No todo tiene la misma relevancia en nuestro
camino hacia el éxito.

6. Hay que establecer prioridades. Cada día hay muchas


actividades que son necesarias, pero otras son más intras-
cendentes.

89
Autoconocimiento

7. Evitar las acciones impulsivas nos permite recapacitar


antes de actuar.

90
Michael Bennett

Los logros

¿Dónde están nuestros límites?

¿Cuáles son nuestras posibilidades y nuestras limitaciones?

¿Qué sabemos hacer bien y qué es mejor dejar de lado?

Para responder a estas preguntas podemos plantearnos


algunas otras preguntas:
· ¿Exponemos claramente lo que queremos?
· ¿Conocemos nuestras necesidades?
· ¿Somos capaces de ir más allá de nuestras limitaciones
cuando creemos que hemos tocado techo?
· ¿Somos capaces de sobreponernos a nuestros fracasos?
· ¿Somos coherentes con nuestros valores personales?
· ¿Pensamos que nuestros logros somos nosotros?

Si contestamos afirmativamente a estas preguntas, la res-


puesta a las anteriores es que no tenemos más límites que
los que nosotros nos imponemos, y que podemos hacer
bien todo aquello que nos propongamos.

Si queremos que nuestros logros se consoliden, no debe-


mos aislarnos de todas las dificultades, sino que debemos
entenderlas como experiencias enriquecedoras que la vida
nos ofrece. Ellas mismas nos proporcionan las herramien-
tas para lograr enfrentarlas eficazmente. Los logros y
sobre todo las dificultades estimulan el coraje y la energía
interior.

91
Autoconocimiento

La vida es una continua adaptación que, si sabemos sen-


tirla, nos aporta un ánimo creativo que nos lleva a consi-
derar que la vida merece la pena ser vivida. Quedarse
encerrado refunfuñando por las ofensas y los fracasos
supone no atreverse a afrontar la situación.

Todos queremos ser apreciados por cómo somos y por lo


que hemos realizado. La dificultad de entendernos a noso-
tros mismos es la misma que tenemos para comprender a
los demás y hacernos comprender y armonizarnos con ellos.

En todas las personas existe una parte sincera, generosa,


intrépida y preciosa que, si es bien alimentada, nos lleva a
ser respetados y apreciados, y lo que es más importante a
respetarnos y apreciarnos a nosotros mismos.

Unirnos a quienes tratan de vivir de forma sencilla, ama-


ble y generosa alejados de los excesos, nos lleva a una
renovación profunda de nuestro interior. Nada hay más
hermoso que liberarnos de los hábitos nocivos y de los
temores que detienen e insensibilizan nuestra mente y
nuestros actos. Contra esto debemos dejar brotar la moti-
vación genuina, las aptitudes ocultas en el fondo de nues-
tro espíritu. En realidad, la vida es un constante despertar
y una renovación íntima.

Ayudar a los demás es uno de los mayores logros que


podemos alcanzar. La sensibilidad y el respeto hacia los
sentimientos y los valores de las otras personas nos llevan
a reconocernos en nuestra auténtica dimensión.

92
Michael Bennett

La comunicación

Hay muchas formas de comunicarse. Si somos capaces de


permitir que los demás vean nuestra capacidad de entu-
siasmarnos, les estamos comunicando que si nosotros
podemos vivir con esa vitalidad interior, ellos también. Y
si comunicamos entusiasmo y vitalidad también recibi-
mos entusiasmo y vitalidad.

Los que dudan de sí mismos y de su capacidad y respon-


sabilidad tienden a incomunicarse y a sentir temor hacia
los demás y el mundo se vuelve una amenaza.

Pero si somos capaces de confiar en nosotros mismos,


somos asimismo capaces de comunicar verdaderamente
quienes somos y lo que queremos.

Cada persona tiene una forma de comunicarse, aunque


hay ciertos códigos comunes a la mayor parte de la gente.
El cuerpo tiene un lenguaje particular y puede transmitir
información más allá de las palabras.

Saber interpretar a través de los gestos, de las expresiones


o de las posturas las emociones de nuestros interlocutores
facilita la comunicación con ellos, y hace que podamos
descubrir sus estados de ánimo y sus deseos.

· El interés y la atención hacia lo que decimos se muestra


mediante la mirada mantenida, la inclinación de la cabeza
y la reiteración de asentimientos.

93
Autoconocimiento

· Cruzarse de brazos puede indicar una actitud defensiva.

· El arqueo de una ceja puede ser signo de interés o de


incredulidad.

· Taparse la boca al hablar puede indicar que la persona


está mintiendo, aunque también que es tímida o tiene
algún complejo.

· Mirar frecuentemente el reloj, suspirar, bostezar, cambiar


de postura frecuentemente o cruzar y descruzar los bra-
zos, indica poco interés.

Para ir conociendo las múltiples formas de comunicación


no verbal, es importante observar a los demás y también a
nosotros mismos. Ésta es una fuente de información valio-
sísima para el autoconocimiento y la aptitud de relacio-
narnos provechosamente.

Al mismo tiempo, saber conversar repele la frustración


personal y atrae el éxito social. Si queremos ser eficaces en
las relaciones interpersonales hay que tener en cuenta
varias cuestiones:

· Usar un lenguaje sencillo y adecuado al interlocutor.

· Adoptar un tono de voz dispuesto.

· Modular el volumen y la frescura de la voz.

94
Michael Bennett

· Tener el habla fluida.

· Ver el lado positivo de los demás.

· Dar información pertinente y susceptible de ser recibida


favorablemente por el interlocutor.

· Hacer comentarios que denoten interés y entusiasmo por


nuestro interlocutor.

· Adoptar una postura, una mirada y unos gestos que


indiquen interés.

· Saber escuchar.

· Dar la información precisa de lo que queremos y de lo


que esperamos de los demás.

· Ser capaces de ponerse en el lugar del otro.

· Mostrar afecto y respeto.

95
Michael Bennett

La autoestima

Podemos explicar la autoestima como un sentimiento de


aprobación y estima hacia uno mismo. Pero además hay
que unir a este sentimiento la capacidad y el valor que
nos representa. A lo largo de los años vamos conformando
la opinión que sustentamos de nosotros mismos a base de
lo que hemos ido aprendiendo de nuestro entorno, gracias
a la estimación que vamos haciendo de nuestra conducta
y de nuestros actos. Asimismo se basa en la impresión que
tienen los demás respecto a nosotros. Pero el verdadero
valor de la autoestima reside en que nos hace conducirnos
apropiadamente para seguir adelante y buscar nuestros
sueños.

Una autoestima equilibrada hace que nos sintamos bien


con nosotros mismos. En este estado de armonía interior,
somos capaces de dirigir nuestra vida y de ser tolerantes
y, al mismo tiempo, nos recreamos con los retos que la
vida nos descubre.

Sabemos que la autoestima es uno de los ingredientes más


notables para vivir bien en nuestra piel y una de las cla-
ves para relacionarnos con los demás y con el escenario
en que vivimos de una forma provechosa.

Para lograr no valorar en exceso los problemas o nuestros


fallos hay que estimar nuestras aptitudes y potenciales de
forma correcta. Si no hablamos con nosotros mismos
honestamente, nuestros actos estarán equivocados o nos

97
Autoconocimiento

conduciremos con miedo y, por tanto, hay más probabili-


dades de engañarnos.

Pero si lo que tenemos es un exceso de autoestima, tam-


bién podemos generar conflictos donde en realidad no los
hay y será más difícil solucionar los problemas correcta-
mente.

La aceptación de nuestras posibilidades y aptitudes no


supone una baja autoestima sino una forma inteligente de
actuar y de autoconocimiento.

La perfección es un engaño de una mente abotargada, que


colisiona con nuestra realidad. Lo mejor es conocer que
somos personas portentosas, pero que también tenemos
nuestras zonas oscuras, y en este conocimiento van aflo-
rando nuestras mejores capacidades. Estamos preparados
para ciertas cosas y otras nos sobrepasan por distintos
motivos en ciertos momentos. Conocer lo mejor y lo peor
de nosotros es signo de sabiduría.

Conocer nuestros límites y equivocaciones nos hace ir


más allá de esos límites y nos permite equivocarnos
menos. Si tratamos de escondernos a nosotros mismos
esos límites, estamos abocados al fracaso.

Ocultar o, al contrario, prestar demasiada atención a nues-


tros defectos, no hace sino darles mayor envergadura al
no aceptarlos o no ver su verdadera dimensión. La ener-
gía hay que ponerla en ir más allá de los límites que nos

98
Michael Bennett

autoimponemos y que nos disuaden de expandir nuestras


facultades.

El primer paso para trascender estas limitaciones es acep-


tarnos como un ente global, con nuestro lado oscuro y
nuestro lado luminoso que trata de imponerse al otro y
arrojar luz donde hay sombras. Para mejorar nuestra
autoestima, precisamos valorar lo mejor de nosotros y
conocer aquello que podemos mejorar.

Una autoestima equilibrada se fundamenta en ciertos


aspectos que podemos ir trabajando para fomentarlos:

· Ser capaces de superar los problemas y dificultades per-


sonales.

· Ir afianzando la personalidad.

· Ser creativos.

· Ser independientes.

· Tener la capacidad de relacionarse positivamente.

Una baja autoestima también se rige por una serie de


parámetros que podemos reconocer en nosotros y así tra-
tar de evitar:

· Falta de confianza en uno mismo.

99
Autoconocimiento

· Escudarse en motivos externos ante las dificultades.

· Disminución de la capacidad de acción.

· Incapacidad para lograr los objetivos proyectados.

· Agresividad o sumisión ante situaciones complicadas.

· Incapacidad para hacer o recibir opiniones favorables y


positivas.

· Sentimiento de culpabilidad y miedo ante los demás y


las situaciones desfavorables.

100
Michael Bennett

¿Cómo aumentar la autoestima?

El conocimiento de por qué hacemos o no hacemos las


cosas nos brinda mucha información sobre nosotros mis-
mos. Es importante saber cómo y por qué actuamos. De
esta manera sabremos con qué fuerzas contamos y cuáles
son las limitaciones que nos imponemos.

Esta evaluación de nosotros mismos nos permite saber


qué aspectos podemos optimizar y cuáles prevenir. A par-
tir de ahí podemos establecer un propósito de acción para
mejorar aquello que, con realismo, somos capaces de con-
seguir.

Es razonable que, en este momento, podamos plantearnos


modificar y mejorar ciertas tendencias y actitudes y, por el
contrario, que debamos aceptar otras que ahora nos per-
miten convivir con nosotros y con los demás, pero que
paso a paso, iremos optimizando y extrayendo su vertien-
te más positiva.

En nuestras manos está marcarnos unas pautas para mejo-


rar la autoestima:

· Decidir lo que queremos.

· Dirigirnos hacia lo que queremos.

· Dar la cara a los problemas sin esperar a mejores tiempos.

101
Autoconocimiento

· No huir de las equivocaciones.

· Aprender de las equivocaciones.

· Conocer nuestras diferentes formas de comportamiento.

· Ejercitarnos en otros comportamientos diferentes.

· Dar lo mejor de nosotros.

· No exigirnos desmedidamente.

· Vivir el presente.

· Nunca perder el anhelo de libertad.

102
Michael Bennett

Actividades beneficiosas

Debemos considerar todas las actividades que favorecen


nuestro progreso personal y social y que pueden parecer a
primera vista triviales.

No todo lo que hacemos debe tener un objetivo materia-


lista, sino que puede servir para aumentar la autoestima y
las relaciones sociales reconfortantes. Asimismo, podemos
priorizar las actividades dirigidas al enriquecimiento per-
sonal.

Toda experiencia que nos haga aprender algo nuevo o


reflexionar, nos hace más estables ante un fracaso y nos
permite conocernos mejor a nosotros mismos y a los
demás. Nos ayuda a no emitir juicios apresurados y a tra-
tar de entender a los demás. Con la práctica, aprendemos
a ser buenos conocedores del espíritu humano y logramos
discernir lo que sucede en el interior de los demás.

Dejarse absorber por las actividades que consideramos


necesarias para subsistir puede convertirse en una gran
limitación a la hora de dirigirnos hacia nuestros sueños.

En nuestras actividades debemos diferenciar entre las que


hacemos por afición, las que hacemos por necesidad y las
que hacemos para crecer. Aunque, a veces, podemos
fusionarlas y hacer que las que realizamos por necesidad
sean, al mismo tiempo, parte de nuestras aficiones y nos
ayuden también a crecer.

103
Autoconocimiento

Viajar nos da una perspectiva mayor de la realidad que


vivimos y nos permite ser menos críticos con las opinio-
nes de los demás. Además, ocupar el tiempo libre en acti-
vidades artísticas pule nuestra capacidad de comprensión
interior. Pintar, escribir... son oportunidades para expandir
la creatividad y fomentar el respeto personal y la autoesti-
ma.

El ocio ha tenido durante mucho tiempo mala prensa en


cuanto a su eficacia para lograr nuestros objetivos, pero
precisamente en él tenemos un medio de crecimiento y de
formación interior, que nos abre la puerta a nuevas
dimensiones de nosotros mismos.

El ocio es, en realidad, manantial de crecimiento y des-


plegamiento de nuestras capacidades y aspiraciones per-
sonales. Es una forma de implicarnos íntimamente con
n o s o t ros mismos que nos aporta grandes beneficios en la
vida.

Viajar no sólo sirve para reponer fuerzas, evadirse o cono-


cer nuevos lugares, sino que es un campo de crecimiento
personal cuando somos capaces de entenderlo desde un
punto de vista más amplio. Al hacerlo nos encontramos
con una forma diferente de entender la vida, con otras
costumbres y otras culturas. Son una oportunidad de
abrirnos a nuevas experiencias.

La actividad física nos ayuda a eliminar la tensión física y


emocional, y nos hace más sociables y comprensivos.

104
Michael Bennett

Además aumenta la autoestima y el equilibrio emocional.

El ocio nos permite afrontar las circunstancias cotidianas


con mayor lucidez, habilidad y perseverancia. Reduce la
ansiedad y mejora los resultados esperados.

105
Michael Bennett

Para acabar

Hemos ido viendo que las personas que tienen un gran cono-
cimiento de sí mismas tienen más oportunidades de mejorar
y de triunfar en la vida. Estas personas saben con más preci-
sión lo que realmente quieren y cómo pueden conseguirlo.

Una de las formas más eficaces de situarse ante las cir-


cunstancias es saber adaptarse a las necesidades de lo
que sucede y reaccionar de manera conveniente ante
cada situación. Para ello es fundamental un cierto
grado de autoconocimiento, pues conforme avanzamos
en esta experiencia interior se adquiere más confianza
en nosotros mismos, más convicción en lo que hacemos
y se eleva nuestra autoestima. Una vez vayamos avan-
zando, veremos cómo aumenta la autoestima al evaluar
los logros conseguidos por pequeños que sean.

Para progresar y perfeccionarnos, es esencial saber qué


queremos, cuáles son nuestras metas, qué queremos mejo-
rar de nosotros mismos y cómo podemos conseguirlo. Ser
conscientes de nuestras posibilidades, plantearnos metas
coherentes y realistas es signo de quien se conoce bien a sí
mismo y abre el camino para progresar en cualquier face-
ta de la vida.

El mejoramiento interior supone un cambio favorable no


sólo en nosotros sino en nuestra vida y en la de los
demás. Es un proceso progresivo, que precisa tiempo y
paciencia. Así pues, manos a la obra.

107
El secreto simplificado

Lola Simón

El secreto simplificado #()#89+:;#+#<+)#&=#>’+?9=9


>#(#=@+A%>’B+
9C;($9(&%9B+ &=#&#=+%(>#=%’=* #(>#+
D+)#=+-#<%E
#)+=#9<* #(>#+)#(&%<<’B+)%+)#+>%#(#(+;(9)+?9;>9)+&<9=9)
:;#+)#F;%="+G(+#)>#+<%C=’+)#+=#H#<9+&I* ’+D+?’=+:;@+>9(,
>9)+?#=)’(9)+$#+?=#)>%F%’+J9(+<’F=9$’+9)&#($#=+9+<’
* K)+9<>’+
$#+);)+);#8’)+ 9+>=9H@)+ $#+;(9)+&<9H#)+&’* ;,
(#)B+:;#+?’$#* ’)+&’* ?=#($#=+D+9?<%&9=+&’(+-9&%<%$9$"

El secreto simplificado * ;#)>=9+#<+)#&=#>’B+<9)+#()#,


89(E9)+D+<9)+=#-<#A%’(#)+$#+$%)>%(>’)+#)&=%>’=#)+D+*9 ,
>=’)+=#&’(’&%$’)+#(+#<+K* C%>’+$#<+@A%>’B+<9+9C;($9(&%9B
#<+&=#&%* %#(>’+%(>#=%’=+D+<9+#)?%=%>;9<%$9$"+G(+=#9<%$9$
$#)H#<9(+);+?=’?%’+)#&=#>’B+?9=9+’C>#(#=+<’+:;#+)%#* ,
?=#+J#* ’)+$#)#9$’+D+(’+J#* ’)+)9C%$’+&I* ’"

! ! ! "#$%&%’(#)%"&’* +,+%(-’. #$%&%’(#)%"&’* +,+/01+234+567


Practicando el poder de ser consciente

Raúl de la Rosa

G)>#+<%C=’B+$#+&;%$9$’+$%)#8’+#+%* 9F#(B+#)+9(>#+>’$’
;(9+’C=9+?=K&>%&9+?9=9+&’();<>9=+;(9+D+’>=9+H#E+D+#L#=,
&%>9=+<9+* #(>#+D+#<+9<* 9"+M 9$9+?KF%(9+&’(>%#(#+;(9
&<9H#+?9=9+9&&#$#=+9+<’+* #L’=+$#+&9$9+?#=)’(9+9+>=9H@)
$#<+#:;%<%C=%’+#(>=#+&;#=?’B+* #(>#+D+#)?N=%>;"+O’(+&9* %,
(’)+:;#+(’)+&’($;&#(+9+<9+?9E+%(>#=%’=+D+9+<9+9=* ’(N9
&’(+#<+* ;($’+DB+?’=+>9(>’B+9+<9+H#=$9$#=9+-#<%&%$9$"+

O#FP(+Q 9P<+$#+<9+Q ’)9B+<9+-#<%&%$9$+)#+&’(:;%)>9B+#)


;(9+&’(:;%)>9+%(>#=%’=+:;#+)#+<’F=9+$N9+9+$N9"+R+>=9H@)
$#+?=K&>%&9)+?9=9+<9+9&>%H%$9$+&’>%$%9(9+)#+<’F=9+9$:;%,
=%=+* K)+&’()&%#(&%9+$#+<9+=#9<%$9$+D+$#+<9+H%$9B+D+)%=H#(
?9=9+9J’($9=+#(+(;#)>=’+%(>#=%’=+D+$#)&;C=%=+&I* ’
)%>;9=(’)+-=#(>#+9+<9)+9$H#=)%$9$#)+#+%=+* #L’=9($’+<9
&9?9&%$9$+$#+)#=+&’()&%#(>#+$#+<9+=#9<%$9$+D+$#+(’)’,
>=’)+* %)* ’)"+

! ! ! "#$%&%’(#)%"&’* +,+%(-’. #$%&%’(#)%"&’* +,+/01+234+567


El secreto de la buena suerte

Michael Bennett

El secreto de la buena suerte #)+#<+&9* %(’+:;#+(’)


<<#H9+9+#(&’(>=9=+<9+C;#(9+);#=>#+D+9>=9#=<9+$#-%(%>%H9,
* #(>#+9+(;#)>=9+H%$9"+M 9$9+-=9)#+$#)&;C=#+;(’+$#+<’)
)#&=#>’)+$#+<9+C;#(9+);#=>#+D+$#)H#<9+<’)+)#($#=’)+D
<9)+9&>%>;$#)+:;#+<9+&=#9("+

G)>9+’C=9+(’)+#()#89+:;#+(’)’>=’)+)’* ’)+#(+=#9<%$9$
<9+C;#(9+);#=>#B+D+:;#+#<+)#&=#>’+=9$%&9+#(+(;#)>=’+%(>#,
=%’=+* ’)>=9($’+&I* ’+;(’+* %)* ’+?;#$#+$#+-’=* 9+(9>;,
=9<+<’F=9=<9"+S (+=#<9>’+:;#+(’)+?#=* %>#+=#&’(’&#=+<9)
’?’=>;(%$9$#)+:;#+<9+H%$9+(’)+’-=#&#+* #$%9(>#+;(9)
>@&(%&9)+-K&%<#)+D+#-#&>%H9)+:;#+?’$#* ’)+9$9?>9=+9
(;#)>=9+9&>%H%$9$+&’>%$%9(9"+

G<+* @>’$’+:;#+#()#89+T %&J9#<+U#((#>>+)#+$%=%F#+9+<’)


#(-’:;#)+?#=&#?>%H’)+D+9+&’(’&#=+&I* ’+<9+* #(>#+?=’,
&#)9+<9+%(-’=* 9&%I(+DB+$#+#)>#+* ’$’B+%$#(>%-%&9+<9)
#)>=9>#F%9)+%(>#=(9)+:;#+;>%<%E9(+<9)+?#=)’(9)+$#+@A%>’"

! ! ! "#$%&%’(#)%"&’* +,+%(-’. #$%&%’(#)%"&’* +,+/01+234+567

You might also like