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CULTURA GRECOLATINA

Catulo. CARMINA

Prof. Andrea V. Sbordelati


Cayo Valerio Catulo
(Verona 84 a. C.-54 a.C)

Busto de Catulo en Sirmione, Italia


▪ Nació en Verona (Italia) entre los años 87-84
a.C. y murió en Roma entre 57-54 a.C. , es
decir, a los 30 años. Se dice que murió de
amor.
▪ Hijo de una importante familia ecuestre
(César, camino a las Galias, se alojaba
siempre en casa del padre de Catulo).
▪ Marchó a estudiar a Roma junto a su
hermano, que murió en Oriente. Este suceso
determinó que Catulo dejara totalmente la
carrera política .
De familia rica. Pasó de ser un haragán
extravagante a ser un referente de la poesía
latina.
Pertenecía al grupo de los Poetas nuevos
“Poetae Novi” o “Neotéricos” ”, νεώτεροι :

Jóvenes sin ambiciones políticas


Contrarios a César y a sus favoritos
Gusto por la poesía refinada
Reniegan de la épica por la rudeza del
contenido y del lenguaje; y de la poesía
dramática.
Amantes de la poesía refinada, buscaban
la concisión y la perfección formal
• Modelos: Arquíloco, Safo y Alceo; y los
poetas alejandrinos de los s. II y II a. C.
(Calímaco de Cirene)
• Divorcio con el gran público, afán de
novedad, preciosismo, predominio
subjetivo, asuntos de escaso vuelo y
de interés inmediato.
• Consideran la “empresa del amor” tan
arriesgada e importante como las
cuestiones del Estado.
Su Obra:
Conjunto de 116 carmina dividido
en:

a) Composiciones polimétricas
(líricas): 1-60.
b) Poemas Mayores (helenísticos):
61-68.
c) Epigramas: 69-116
Carmen I
¿A quién le voy a dedicar este librito, nuevo y
simpático, con la áspera piedra pómez recién
alisados sus bordes? A ti, Cornelio; pues tú
solías considerar de algún valor mis obrillas,
ya entonces cuando, el único entre los itálicos,
te atreviste a explicar la historia universal en
tres volúmenes, eruditos, por Júpiter, y
laboriosos. Por ello, acepta este modesto
librito, cual quiera que sea su valor; que él,
<oh> virgen protectora, sobreviva intacto más
de un siglo.
Características de su obra:

O Padre del subjetivismo romano.


O Consolidación de la lengua (intensificación
expresiva).
O Dislocación de las formas.
O Emoción auténtica, vivacidad de
sentimientos amistosos u hostiles, alegres o
tristes, y una rotundidad del lenguaje a
menuda rayana en grosería.
O La lengua es utilizada según la situación: o
ventilando el sentimiento, o estilizándolo a
distancia. Nace del habla familiar, calor
afectivo mediante diminutivos o matices
psíquicos.
O Poemas dedicados a Lesbia (divinización de la
amada).
O Empleo del lenguaje jurídico en cuestiones del
amor.
O Los términos: bene velle, iniuria, pium esse,
bella e insidiae, miserum esse, adquieren un
nuevo sentido en el mundo del amor,
desprendido de la sociedad.
Carmen XIII
Cenarás bien en mi casa, Fabulo querido -ojalá que con
el favor de los dioses- dentro de unos pocos días, si
traes contigo comida buena y copiosa, no sin una
muchacha guapa, vino, sal y risa en cantidad. Te digo
que si traes todo esto, mi simpático amigo, cenarás
bien, pues la bolsa de tu Catulo está llena de telarañas.
Por mi parte recibirás mi cariño puro o lo que es más
suave o más exquisito: te regalaré un perfume con que
le obsequiaron a mi amada las Venus y los Cupidos.
Cuando tú lo huelas, pedirás a los dioses que te hagan,
Fabulo, todo nariz.

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Es un divertido poema ocasional. En medio de expresiones propias de la lengua coloquial


aparecen sus ideas neotéricas: uenus- te, suauius elegantiusque. Las exigencias iniciales de
Catulo se compensan con el extravagante regalo del poeta al final, un perfume de Lesbia que
lo convertirá en ‘todo nariz’.
Carmen XCIII

No me esfuerzo demasiado, César,


por querer agradarte, ni por saber si
eres blanco o negro.
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Manifiesta la actitud de los neotéricos frente a las cuestiones políticas


Total indiferencia de Catulo respecto a César. Fue uno de los más famosos epigramas de
Catulo en la Antigüedad, de forma que Quintiliano lo cita sin nombrar a Catulo (XI1, 38) y
Marcial lo adapta en 132.
Albus an ater (‘blanco o negro’) es una expresión proverbial, cuyo sentido más corriente es el
de bonus an malus.
Carmen XCVI
Si las tumbas mudas pueden encontrar, Calvo,
algo agradable y satisfactorio en nuestro dolor
y en la melancolía con que evocamos antiguos
amores y lloramos amistades hace tiempo
perdidas, realmente a Quintilia no le ocasiona
tanto dolor su temprana muerte como disfruta
con tu amor.
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Es una consolatio a Calvo, poema de consolación con motivo de la muerte de su esposa Quintilia. Catulo
se escapa de las reglas del género. Estas consolationes contaban con una serie de topoi que se repetían,
ya fuesen escritas en prosa o en verso. El poema no expresa ninguno de los lugares comunes, como
podrían ser la condición mortal de los humanos, el poder del tiempo, las buenas cualidades morales del
difunto, etc. En cambio, destaca el tema de un amor mutuo entre su amigo y su esposa.
Su poesía de amor
Catulo se enamoró de una mujer muy bella y
conocida, Clodia II, casada con Quinto Cecilio
Metelo Céler, cónsul en el 60 a. de C. y muerto en
el 59, y hermana del tribuno de la plebe, Publio
Clodio Pulcro, enemigo de Cicerón. Clodia, sin
embargo, que aparece en sus versos con un
pseudónimo de medida equivalente, Lesbia (en
homenaje a Safo).
Etapas de su poesía amatoria

1° momento:

O Conquista y sublimación de la
amada: la tarea de la conquista
supone las mismas experiencias
que la lucha por la Res publica
O Cuantificación del amor
Carmen V
Vivamos, Lesbia mía, y amémonos, y no nos
importen un as todas las murmuraciones de los
ancianos ceñudos. Los soles pueden ponerse y
volver a salir; pero nosotros, una vez se apague
nuestro breve día, tendremos que dormir una
noche eterna. Dame mil besos, luego cien, luego
otros mil, luego cien más, luego todavía otros mil,
luego cien, y finalmente, cuando lleguemos a
muchos miles, perderemos la cuenta para no
saberla y para que ningún malvado pueda
aojarnos al saber cuántos han sido los besos.
Carmen VII
Me preguntas cuántos besos tuyos, Lesbia,
serían bastante para mí. Tan gran número como
las arenas de Libia, que se extienden por Cirene,
rica en laserpicio, entre el oráculo del ardiente
Júpiter y el sagrado sepulcro del antiguo Bato; o
como las estrellas que, cuando calla la noche,
contemplan los furtivos amores de los hombre
estos son los besos tuyos que bastarían a ese
loco de Catulo; tantos que ni los curiosos
pudieran contarlos ni echarles una maldición
con venenosa lengua.
2° momento:

* Lucha entre los sentimientos de


amor y de odio hacia la amada. Polos de
tensión amor/odio; el ayer feliz/el hoy
funesto.
* Desdoblamiento del yo lírico, que
permite la auto-observación de su
sufrimiento.
*Expresión del dolor por la
infidelidad de la amada.
Carmen XI
Furio y Aurelio, que os brindáis a acompañar a
Catulo, (…) si estáis prontos a afrontar conmigo
todo esto, sea lo que fuere (…) anunciad a mi
amada estas pocas y no buenas palabras.
Viva enhorabuena con sus amantes, estos
trescientos que abraza a la vez sin querer
verdaderamente a ninguno, pero rompiéndoles
sin cesar los ijares a todos, y no respete como
antes mi amor, que por su culpa cayó como cae
en la linde del prado una flor, cuando el arado
la roza al pasar”.
Carmen LXXII
En otro tiempo decías conocer solo a Catulo,
Lesbia, y no querer ni al mismo Júpiter más que
a mí. Te amé entonces no como el vulgo a su
amiga, sino como un padre ama a sus hijos y
yernos. Pero ahora sé quién eres: por esto,
aunque me abraso más hondamente, te aprecio
y estimo en menos. ¿Cómo puede ser?, dirás.
Porque una traición semejante obliga a un
enamorado a querer más, pero a apreciar
menos.
Carmen LXXXV

Odio y amo. Quizás preguntas por qué hago


esto. No lo sé, pero siento que sucede y me
torturo.

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En latín:

Odi et amo. Quare id faciam, fortasse requiris.


Nescio, sed fieri sentio et excrucior.
3° momento:
* El sentimiento de amor expresado
como una enfermedad.
* Súplica a los dioses. Sólo por su
intervención puede curarse de este “mal de
amor”.
* Abandono frente a la pérdida de la
amada.
Carmen LXXVI

(…)Oh dioses, si conocéis la compasión o si jamás,


en el postrer momento, habéis socorrido a
alguien en la misma muerte, miradme en mi
desdicha, y si he llevado una vida pura, arrancad
de mí este mal y esta ruina, que insinuándose
como un letargo hasta lo más hondo de mis
miembros, ahuyentó de mi corazón todas las
alegrías.
Intertextualidad:
1. Catulo y Safo

Poema de la primera etapa de la


poesía amorosa.
Según la crítica, posiblemente el
primer poema dedicado a Lesbia.
Carmen LI
A los dioses me parece ser igual, y, si no es impiedad,
estar por encima de los dioses, aquel que sentado
ante ti sin cesar te contempla y te oye reír
dulcemente, cuando eso a mí me arrebata todos los
sentidos: pues en cuanto te he visto, Lesbia, no me
queda voz en los labios, sino que se me turba la
lengua, una llama sutil corre bajo mis miembros, con
un sonido peculiar me zumban los oídos, y una doble
noche recubre mis ojos.
El ocio, Catulo, te es pernicioso: en el ocio te exaltas y
te impacientas demasiado; el ocio, en tiempos
pasados, perdió a reyes y ciudades felices.
SAFO. Frag. 31
Me parece semejante a los dioses aquel que frente a ti
está sentado y te escucha cerca de ti, que cantas
dulcemente una historia y ríes amable; tu risa me ha
desgarrado el corazón en el pecho.
Pues cuando te miro a ti un instante, entonces me parece
que no puedo decir ni una palabra más, sino que
silenciosamente mi lengua se ha roto, y de pronto un
fuego sutil se ha extendido bajo mi piel, no veo nada con
mis ojos y mis oídos zumban.
Un sudor frío me resbala hacia abajo y un
estremecimiento se apodera de todo mi cuerpo, y estoy
más pálida que la hierba, y me parece que me falta poco
para estar muerta.
2. Catulo, Homero y la literatura romana

Poema de la tercera etapa de la poesía amorosa.

Carmen LX

¿Acaso una leona en los montes de Libia, o


Escila, que ladra por debajo de la cintura quien
te dio a luz con un corazón tan duro e
inhumano que hayas despreciado la voz de
quien te implora en sus supremas congojas?
Ah, corazón demasiado cruel!
Que nunca me invada a mí una ira como esa
que tú albergas, tan atroz. ¿Qué ventaja
procurarás al que nazca en el futuro, si no
apartas a los argivos del ignominioso
estrago? ¡Despiadado! Tu padre no fue Peleo,
el conductor de carros, ni Tetis tu madre; el
garzo mar fue quien te dio a luz y las abruptas
rocas, pues tus sentimientos son implacables.

Homero. Ilíada. Canto XVI, vv. 30-35


Traidor, tú no has tenido por madre diosa alguna,
ni provienes de estirpe de Dárdano! Te ha engendrado
el horrendo Caúcaso entre los filos de sus riscos.
Tigres hircanas te han criado a sus ubres.
Pero a qué disimulo? O qué ofensa mayor
espero todavía? Ha tenido un gemido siquiera ante mi
llanto?

Virgilio. Eneida. Libro IV, vv. 364-368

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