.. e.

,
:l j
a :l ,':i'r
r' ;: :j:-:'

l;..:.,.itt . ir,. l* b.
. -. &
:.8 i€.
-
:"r'i.'-.§ '§h"

(.ñ

F
tz
t¿l

§h,
w
sE:a

§$e i:iii:i3l
lit ESPAñOLA
 ry§P*SJAN
PARA LA DEFENSA
DE LA NACION
ESPAÑOLA

ISBN : 978-84-7 49l)-943-2

ililililtilililllil]il tilil
gtt7BB474tt9O943Ztt
SANTIAGO ABASCAL CONDE
cusTAVo BUENo sÁxcugz
E,n defensa de Etp afi,a
Razones parael patriotismo español

*ffie

W
FUñDAct0N
rni,'i"i¡í¡ñ;;
rrr r l N^aloN
FS¡'Añ()tA

EIf
I;_L
ENCUENTRO
 ÍNorcn
@ 2008
Asociación parala defensa de la Nación española

Ediciones Err.r'r.rlr.o, S. A., Madrid

Diseño de Ia cubierta: o3, s.l. - www.o3com.com

PRESENTACIÓN

I. SOBRE LA E,XISTENCIA DE ESPAÑA 9

¿Existe España? 1,1.

28
¿Existe una o existen varias Españas?
¿Desde cuándo existe España? 30
38
Queda prohibida, salvo excepción prevista en la le¡ cualquier forma ¿Está España dejando de existir?
56
de reproducción, distribución, comunicación pública y transfor- ¿Existe la lengua española?.
80
mación de esta obra sin contar con la autorízacíón de los titulares ¿Existe Ia cultura española?
de la propiedad intelectual. La infracción de los derechos mencio-
nados puede ser constitutiva de delito conrra la propiedad intelec- II. SOBRE LA ESENCIA DE ESPAÑA. 93
mal (arts. 270 y ss. del Código Penal). El Centro Español de Dere- ¿Qué es España? 95
109
;hos Reprográficos vela por el respeto de los citados derechos. ¿Qué es Ia nación española?. . . .
¿Qué es el federalismo?, ¿y el "federalismo
asimétrico»? . . . 134
138
¿Qué es la nacionalidad?.
¿Qué es la .,nacionalidad histórica"?. ' . . . 1.43
145
¿Qué es la Constitución española?
¿Quées elpueblo español? ..:.'.. L48
Para cualquier información sobre las obras publicadas o en programa
y para propuestas de nuevas publicaciones, dirigirse a: III.SOBRE LA DEFENSA DE ESPAÑA. . . . . . 151

¿Está España amenazada (en su existencia)?. . .

Redacción de Ediciones Encuenrro . 1,53

Ramírez de Arellano, 17 - 10.^ - 28043 Madrid Amenazas internas formales tácitas 168
Tel. soz 999 689
www.cdicio nes-encuentro.es
 Amenazas externas formales explícitas 180 PRESENTACIÓN
Amenazas externas formales tácitas. 1,86

¿Está España en peligro (puede dejar de existir)? 189

¿Qué es la patria?, ¿qué es el patriotismo?
Y ¿qué s5 sl «patriotismo constitucional"?. . . 1.95

CONCLUSIÓN: ¿QUÉ QUIERE DECIR

DEFENDER ESPANA? 202

El Centro de Estudios de la Fwndación para la Defensa de la

Nación Española ofrece aquí la primera edición de En defensa de
España. Razones para el patriotismo español, que pretende explicar
de manera sistemática cómo entendemos hoy la situación de
España y, en consecuencia, como resultado del análisis, plantear la
necesidad y el sentido de la defensa de la Nación española.
Aunque como autores de esta exposición figuran Santiago
Abascal Conde, presidente de la Fundación DENAES, y Gustavo
Bueno Sánchez, director de su Centro de Estudios, se trata en rea-
lidad de una obra elaborada de forma colectiva, en la que han inter-
venido varias personas a lo largo de varios meses, a partir de un
borrador inicial elaborado por Pedro Insua Rodrígtez, redactor
principal de este documento. Se presenta como primera edición,
pues no se concibe como algo acabado y terminado, y no puede
serlo, entre otras cosas, porque España es una realidad política
todavía viva y en vigor, a pesar de lo que pudieran desear aquellos
que procuran su disolución. Un vigor qrizás comparable en 2008,
o esto buscamos desde la Fundación DENAES, al que tuviera hace
doscientos años, cuando España tuvo que iniciar una guerra de
Independencia nacional frente al invasor extranjero, que aceleró
preciiamente el proceso revolucionario de la transformación desde
su realidad como nación histórica y culrural, configurada como
Imperio durante el Antiguo Régimen, a la Nación política procla-
mada en la Constitueión de 1812.
 En defensa de España

En este sentido, con el objetivo de reanimar su vigor, este En

d.efensa de España. Razones pard el patriotismo españo{ responden
fundamentalmente a tres preguntas: ¿existe España?, ¿qué es
España? ¡ finalmente, ¿qué quiere decir defender España?
Cuestiones estas cuyas respuestas, divididas a su yezen parágrafos,
se corresponden con los ffes capítulos en los que se divide la obra.
Se trata pues, en primer lugar, de abordar la cuestión acerca de la
existencia de España, puesto que, por más evidente que pueda pare-
cer, desde determinadas instancias, incluyendo insrancias públicas y
oficiales españolas, con frecuencia su existencia es negada.
Seguidamente se aborda la cuesrión de la esencia de España.
Supuesto que España existe se trata de responder a la pregunra por
la identidad de España, toda vez que ésta es también negada tenaz- SOBRE LA EXISTENCIA DE ESPANA
mente por algunos, siendo además una cuestión de resolución no
tan evidente como la relativa a su existencia.
Finalmente se ofrecen razones que concluyen en la necesidad
actual de una defensa de España ante las agresiones y araques que,
de un modo manifiesto y declarado, viene sufriendo la Nación de
parte de aquellos que buscan su ruina. Razones, en efecto, que
irrrpulsan a la Fundación DENAES, así se percibió al errtenáer
necesaria su constitución, a un rearme teórico en favor de Ia defen-
sa de la Nación española, y que animan, sin duda, así lo creemos
desde la Fundación, a los cientos de personas que mantienen un
compromiso decidido y constante con este proyecto.
En cualquier caso) En defensa de España. Razones para el patrio-
tismo español, dela Fundación DENAES, no sólo va dirigido a los
españoles que, en tanto Amigos de la Nación, aseguran mes a mes el
mantenimiento y la expansión de este proyecto, tampoco se dirige en
particular a partido, grupo o bandería alguna (lejos está de nosorros
cualcluier planteamiento sectario). Su destinatario es el conjunto de
la ciudadanía española, en cuyas manos está el presente de la Nación
y la posibilidad de su existenciafutura. Porque es, sin duda, en el
conjunto de la ciudadanía, a la que nos dirigimos con nlJestras rd,zo-
nes, en donde esperarnos encontrar una respuesta, comprometida
activamente en la defensa firme de España, que asegure hoy la pervi-
vencia de la Nación a futuras generaciones de españoles.
Santander, 12 de octubre de 2OOB
 ¿E,XISTE, ESPAÑA?

L. Las naciones actualmente existentes

La ..Humanidad" (más de 6.500 millones de hombres en 2007)

está acrualmente distribuida en disdntas unidades políticas llama-
das Naciones (la Organización de las Naciones Unidas, la ONU,
está constituida por 192 Estados miembros, tras la admisión de
Montenegro el 28 de junio de 2006). La nación es una totalidad
política en la que rige una ley común para cada una de sus partes,
siendo así que a la constitución de esta ley y al ejercicio de su cum-
plimiento se le llama soberanía. El planeta está en el presente glo-
balizado políticamente, de manera que no hay territorio que no
esté bajo alguna soberanía nacional (no existe ya terra incognita
política, es decir, no hay ninguna parte del globo que no tenga
dueño, políticamente hablando). Por ello no existe nadie que no
permanezca bajo la soberanía de alguna nación (el apátrida), pero
tampoco existe una ley para todos, parala Hwmanidad (no existe
la ley en senddo cosmopolita).
En definitiva, no existe la Humanidad como unidad política,
sino que todos los hombres están divididos y agrupados en disdn-
tas soberanías nacionales, en principio mutuamente irreductibles,
que mantienerr entre sí relaciones de armonía (confederaciones,
tratados...) pero también de conflicto (guerras de invasión, inje-
rencias, no reconocimientos...), a través de vínculos (lo que se
llama ..concierto internacional") desiguales, donde unas naciones
muestran mayor potencia en la determinación y sentido de tales

1I
 En defensa de España
vínculos que otras. Aunque igual de soberanos son los Estados
Unidos de Norteamérica o la República Popular China que Fiji o
Brunei Darussalam, sin embargo la potencia de la soberanía norre-
americana o china tienen mucho mayor alcance que la de Fiji o
Brunei Darussalam en relación a su influencia sobre otras naciones.
Por otra parte, existen naciones que, al margen de la influencia
que puedan ejercer sobre las relaciones entre otras naciones, están
bien consolidadas desde el punto de vista inrerno, mientras que
otras están, sin embargo, en vísperas de su disolución, bien por
ffansformación en otras naciones (secesión), bien por penetración
de otras naciones (invasión), bien por degeneración como sociedad
política en general (corrupción).
..Considerados como habitantes de un planera ran grande
que tiene que abarcar pueblos diferentes, los hombres tienen
leyes que rigen las relaciones de estos pueblos entre sí: es el
derecho de gentes. Si se les considera como seres que viven
en una sociedad que debe mantenerse, tienen leyes que regu-
lan las relaciones enffe los gobernantes y los gobernados: es
el derecho político. Igualmente tienen leyes que regulan las
relaciones existentes entre los ciudadanos: es el derecho civil.
El derecho de gentes se funda en el principio de que las
distintas naciones deben hacerse, en tiempo de paz, el mayor
bien, y en tiempo de guerra el menor mal, sin perejuicio de
sus verdaderos intereses.
El objeto de la guerra es la victoria; el de la victoria, la
conquista; el de la conquista,la conservación. De este princi-
pio y del que precede deben derivar todas las leyes que cons-
tituyan el derecho de gentes,, (Montesquieu, Del Espíritu de
las Leyes, Editorial Tecnos, pp. 9-10).
Así, un repaso a las relaciones internacionales del siglo XIX, nos
pone ante la realidad de sociedades políticas que acabaron desapa-
reciendo totalmente o transformándose en estados distintos (el
Imperio austro-húngaro, el Imperio turco...), y la aparición de nue-
vos Estados antes inexistentes (Suiza, Bélgica...).
t2
¿Existe España?
2. La idea contenTPoránea de Nación (la Nación política)
Sea como fuera, la Nación en sentido político, esto es, como
concepto que denota soberanía, aparece a finales del siglo XVIIi a
raíz de las transformaciones producidas por los procesos revolu-
cionarios sobre los Estados y las sociedades del Antiguo Régimen.
Frente a su división estamental, basada en los privilegios (señoria-
les, feudales; fiscales, judiciales...) de algunas de las partes del cuer-
po político sobre otras, y consolidada por el Absolutismo real, la
Nación aparece como la reunión, libre de privilegios, de todas las
partes individuales que constituyen el cuerpo social, esto es, como
el conjunto de "ciudadanos" libres y jurídicamente iguales una vez
disueltos los privilegios que, a su vez, jusdficaban la división esta-
mental. La sociedadr pu€s, se reorganiza nacionalrTente cuando se
instala en su seno la Igualdad política entre sus partes y, como
poder soberano ya nacional, comienza, a través de sus represen-
tantes, a promulgar y hacer cumplir leyes frente al poder del abso-
ludsmo real.
Esta situación, desencadenada con toda nitidez con la Gran
Revolución, constituye lo que se conoce historiográficamente
como ..Mundo Contemporáneorr.
Así las naciones surgidas con posterioridad a la Gran
Revolución van a seguir el canon establecido por ésta: las llamadas
por los historiadores revoluciones liberales y unificaciones nacio-
nales de Europa (Grecia, Bélgica, Italia, Alemania) tendrán presen-
te, aunque sea para oponerse a é1, al modelo francés. Las naciones
hispanoamericanas, surgidas a lo largo del siglo XIX, tendrán
como modelo sin embargo la Constitución de Cádiz.
Posteriormente, ya en el siglo XX y en lo que llevamos de siglo
XXI, en Asia, en África y en Europa las distintas naciones que sur-
gen intentan tomar como modelo a las naciones euroPeas.
En definitiva, la Historia del mundo contemporáneo es la his-
toria de la formación de las Naciones en sentido político, así como
la historia de sus relaciones mutuas, en las que la Humanidad de los
6.500 millones está actualmente distribuida.
España es, sea como fuera, una de esas Naciones actualmente
existentes.
t3
 En defensa de España
3. España existe contemporánea y actualntente
como Nación política
La existencia de España como nación política, en este senrido,
es un hecho constitucional reconocido, por un lado, desde el inte-
rior de la sociedad española (por la Constitución de 1978, pero
también por Constituciones jurídicas anreriores, desde la de l?l2)
y, por otro lado, se reconoce como potencia soberana (nacional)
también desde el exterior (miembro de la Organizaciín de las
Naciones Unidas), una potencia con la suficiente consistencia
como para comprometer en sus relaciones a otras sociedades polí-
ticas de su entorno con las que, de hecho, firma tratados inter-
nacionales. La nación española es por tanto reconocida tanto desde
el derecho internacional público como desde el derecho constiru-
cional español.
RpcoNocIMrENTo coNSTrTucroNAL
DE LA SOBERANfA NACIONAL ESPAÑOLA
Constitución de 1812
Art. 1. La Nación española es la reunión de rodos los
españoles de ambos hemisferios.
Art. 2. La Nación es libre e independienre, y no es ni
puede ser patrimonio de ninguna familia ni persona.
Art. 3. La soberanía reside esencialmente en la Nación, y
por lo mismo pertenece a ésta exclusivamente el derecho de
establecer sus leyes fundamentales.
Constitución de 1856
Art. 1. Todos los poderes públicos emanan de la Nación,
en la que reside estrictamente la soberanía, y por lo mismo
pertenece exclusivamente a la Nación el derecho de estable-
cer sus leyes fundamentales.
Constitución de 1869
Art. 32. La soberanía reside esencialmente en la Nación,
de la cual emanan todos los poderes.
l4
¿Existe España?
Art. 33. La forma de Gobierno de la Nación española es
la Monarquía.
Proyecto de constitución federalista de 1873
. Art. 1. Componen la Nación española los Estados de
Andalucía Alta, Andalucía Baja, Aragón, Asturias, Baleares,
Canarias, Castilla la Nueva, Castilla la Vieja, Cataluña,
Cuba, Extremadura, Galicia, Murcia, Navarra, Puerto Rico,
Valencia, Regiones Vascongadas [curiosamente no se men-
ciona Filipinasl.
Art. 39. La forma de gobierno de la Nación española es la
República federal.
Art. 40. En la organizaciínpolítica de la Nación españo-
la todo lo individual es de la pura competencia de los indivi-
duos; todo lo municipal es del Municipio; todo 1o regional es
del Estado; y todo lo nacional, de la Federación.
Art. 42. La soberanía reside en todos los ciudadanos, y se
ejerce en representación suya por los organismos de la
República constiruida por medio del sufragio universal
Art. 43. Estos organismos son: El Municipio. El Estado
regional. El Estado federal o Nación. [...]
Anteproyecto de Constituci6n de 7929
Art. 1. España es una nación constimida en Estado políti-
camente unitario. Su régimen de gobierno es la Monarquía
constitucional.
Art. 4. El Estado ejerce la soberanía, como órgano per-
manente representativo de la Nación.
Art. 5. La soberanía es indivisible. El Estado no podrá,
bajo ninguna {orma, cederla, compartirla ni delegarla total o
parcialmente.
Constituci ón d,e 1,937
Art. 1. España es una República democrática de traba)a-
dores de toda clase, que se organiza en régimen de
Libertad y de Justicia. Los poderes de todos sus órganos
emanan del pueblo. La República constituye un Estado
15
 En defensa de España
integral, compatible con Ia auronomía de los Municipios y
las Regiones.
Art. 13. En ningún caso se admite la Federación de regio-
nes autónomas.
Art. 53. Serán elegibles para Diputados todos los ciuda-
danos de la República mayores de veinritrés años, sin disdn-
ción de sexo ni de estado civil, que reúnan las condiciones
fijadas por la ley Electoral.
Los Diputados, una vez elegidos, represenranalaNación.
t...I
Artículo 67.B|Presidente de la República es el jefe del
Estado y personifica ala Nación.
Constitución de 7978
Art. 1. España se consriruye en un Estado social y demo-
crático de Derecho, que propugna como valores superiores de
su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y
el pluralismo político. La soberanía nacional reside en el pue-
blo español, del que emanan los poderes del Estado. La {orma
política del Estado español es la Monarquía parlamenraria.
.Nrt. 2. La Constitución se fundamenra en la indisoluble
unidad de la Nación española, patria común e indivisible de
todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la
autonomía de las nacionalidades y regiones que la inregran y
la solidaridad entre todas ellas.
España, por tanto, existe acrualmente como una nación política
que, apartir del año 7978, se constituye en monarquía parlamenta-
ria, y cuyo poder soberano se extiende sobre un área geográfica de
algo más de 500.000 km2 ocupando cinco sexros de la península
lbérica, dos archipiélagos, uno en el Medirerráneo (Baleares) y otro
en el Atlántico (Canarias), así como las llamadas plazas de sobera-
nía norteafricanas (las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, y
una serie de islas, entre ellas Perejil, frente a la costa norteafricana).
En el territorio peninsular España mantiene fronteras terrestres
comunes, por el oeste con Portugal, por el noreste con Francia y el
Principado de Andorra, y por el sur con Ia colonia británica de
l(t
¿Existe España?
Gibraltar. En el territorio norteafricano también comparte fronte-
ra terrestre con Marruecos.
Madrid, situada en el centro peninsular, es desde el siglo XVI la
capital de España.
En el territorio español habitan actualmente, y según estadísdcas
oficiales (Instituto Nacional de Estadística del 2007, qlue en cual-
quier caso no contempla ala población flotante, turística y pobla-
c1ón ilegal), 45,20 millones de personas, 41,3 millones de las cuales
son de nacionalidad española (los 3,9 millones restantes forman la
población extranjera, de nacionalidad distinta de la española).
4. La existencia de la soberanía nacional española
Como toda sociedad política nacional, España está definida por
su poder soberano, a través de cuyo ejercicio (determinado por el
poder legislativo, el ejecutivo, el judicial, el poder gestor, el militar,
iederativo, diplomático, planificador...) y distribuido en distintas
plataformas institucionales que lo representan, se distingue en ella
ion toda nitidez un ámbito interno, español, delimitado claramen-
te por sus fronteras sobre el que se ejerce dicho poder sobera-
flo-, de un á.mbito-yexterno (extranjero), exterior a las fronteras
españolas en el que ese poder no actúa pero con el que, sin embar-
go, la soberanía española se relaciona (por relaciones de co-influen-
cia) de modos muy distintos.
..Soberanía es la facultad de legislar, de disponer qué y
bajo qué reglas ha de gobernar y administrar, de imponer
preceptos a todos. [...] La soberanía en los Estados consti-
iuidoi, como lo son todas las naciones, se ejerce legislando,
gobernando, disponiendo y mandando en general. Conse-
óuet cia de ello es que quien tiene facultad de hacer esto debe
llamarse soberano,, (Bravo Murillo, Opúsculos 1863-1873,
De la soberanía).
El ejercicio de Ia soberanía, pues, es un concepto claro y dis-
tinto (muy afín al concepto de propiedad distinción, que
-celosa
l7
 En defensa de España
decía Hume- al ser en cierro modo una modulación suya) y
sobre el que.no cabe ningún ripo de relativización escépticai la
soberanía política o se ejerce o no se ejerce. y si se ejer-ce recae
sobre un ámbito definido, penetrado en rodas ,r. prit", por el
-ni
poder soberano, siendo así que la soberanía no cabe cedeila, .ri
donarla, ni compartida, ni repartida, porque, entonces, cesa auto-
máticamente su poder. La soberanía nacional, por definición, es
una e indivisible.
En este sentido, al ejercicio de penerración de un poder sobera-
no en el interior de un ámbito en el que se desarrálla oro se le
llama invasión; a la divergencia de ,r.ri d. las partes en Ia que se
ejerce el poder soberano para constituirse, al
§arte divergente, en
un todo soberano se ]lama secesión; a la degeneración d"el poder
soberano que lleva a la impotencia de su ejercicio ," le lla-a
corrwpción (que en el límite puede conducir a la disolución de la
sociedad política).
5. La soberanía nacional española ind,i,uisible, distribuida en todas
sws parte s (p articipación sob erana)
España, pues, es una nación soberana y como tal, lo es en rela-
:iól.utodas sus parres interiores en las que se distribuye no
divide- -que
e] poder soberano; .rrrur prrr.i que, a ,u urL, pa.ticipan
por igual de la soberanía española. No exisie ningún ot.o pod"i(rri
particular, ni_general; ni exrerior, ni interior) que esté po-r enci-a
del poder soberano de la Nación, formada, piecirr-üre, por la
reunión de esas partes.
Así las dis-tintas parres de España (regionales, municipales, per-
sonales) participan de Ia soberanía naciónil española, ,rá e*istierr-
d9 en el ejercicio del poder soberano ningún tipo de privilegio de
alguna de las parres sobre las demás, del mismó modó qo" ,iirrgrr-
na de las_parres se ve disminuida frente a las demás en su-partici[a-
ción de la soberanía nacional española (por ejemplo, paia ni"§ún
ciudadano español se ve disminuida, o en el límite retiiada,su par-
ticipación en el ejercicio del poder soberano de España en razóÁ de
su origen regional o municipal).
18
¿Existe España?
Toda España, pues, en todas sus Partes, se ve penetrada por el
poder sobeiano, o, lo_ que es lo mismo, .toda Parte es soberana en
cuanto que participa de la nación española (y es que, precisamente,
el podeiso6erat o brota de la reunión de todas sus partes): Murcia,
Vaicongadas, Andalucía, Galicia, Cataluña, Castilla... el islote
Perejil, son soberanas (libres, y no "oprimidas") siempre en tanto
que partes de España. Procurar hacer de una parte de España una
,r*ci]r, soberat a(secesión) atenta contra la soberanía española, de
igual forma que atentaría contra la soberanía española que otro
poder soberano extranjero tratase de incorporar, a 1Jtla parte o a
España entera, bajo su dominio (invasión).
6. España existe internacionalmente
Además, por otro lado, por el lado externo, muchas institucio-
nes internacionales dan por sentado la existencia de España como
nación política, esto es, como sociedad política soberana-que com-
promete a otras sociedades políticas nacionales homólogas
-al
resultar más o menos
-"rg., de que tales compromisos puedan propia nación españo-
benáficiosos o incluso perjudiciales para la
la- al firmar tratados y acuerdos mutuos como potencia interna-
cional y por los que, como tal soberanía, F,5pr5, es reconocida y
corrtemplada. Asi por ejemplo la ONU, la OTAN, la UE, las
Cumbrás Iberoamericanas, a las que España pertenece, y miles, por
no decir millones, de instituciones que circulan por el mundo
(desde empresas de todo tipo, hasta organismos culturales, depor-
iirros, OÑG...) ,ro vet piecisamente en España un mero flatws
oocis.
Es más, la Nación española posee, a través de disdntos organis-
mos que la represent"rr, ,..o.ro"ida presencia insticucional fuera de
srs fiorrteras (embajadas, consulados".) por los que se sostienen
esos vínculos con el exterior (de hecho la primera embajada estable
surgida en el mundo fue la embajada de España ante la <<Santa
Sede", en Roma).
De este modo las relaciones internacionales de España respon-
den, en la actualidad, a un conjunto de intereses orientados sobre
19
 En defensa de España
todo en los ámbitos geopolíticos sobre los que la soberanía espa-
ñola ejerce su influencia: Europa, Hispanoamérica, Magreb y Asia
Central. Pero también busca el apoyo o el establecimiento de rela-
ciones con otras potencias de muy disdntos ámbitos, por ejemplo
últimamente, en el Exffemo Oriente.
En el límite España, como toda sociedad política realmenre
existente, mantiene relaciones, en diversos grados de influencia,
con el resto -con cada una- de las sociedades políticas en las que
está repartido el globo actualmenre.
7. España existe internacionalmente y no fragmentos suyos
Así pues, desde el punto de vista internacional, tanto en la
actualidad como a finales del siglo XIX circunscribirnos
los límites cronológicos de la historia -por
del Mundo Contempo-
ráneo-, y tras la transformación de sus posesiones de lJltramar,
España es reconocida como una potencia soberana.
En este senddo la teoría de los ..estados fragmentados, o de
los "fragmentos de Estado" resulta pueril. Los estados mantienen
relaciones diplomáticas con estados y no con fragmentos de
Estado. IJna comunidad autónoma, cuando establece relaciones
con una región o un estado no lo hace tanto en calidad de estado
soberano sino en calidad ds «parte de un estadorr. Otras conside-
raciones son puramente intencionales o de mala fe (como cuando
ciertos consejeros actuales de las administraciones autonómicas
entregan tarjetas de presentación de su comunidad exclusivamen-
te en inglés y en su lengua vernácula, aparentando así permanecer
desvinculad o, é1y la región a la que represenra, del
"Estado espa-
noI»).
En cualquier caso la soberanía de España no queda af.ectada
(disminuida) por sus tratados internacionales, por ejemplo, sus rra-
tados con la Unión Europea. Al contrario, es por la afirmación de
su soberanía por lo que se pueden mantener esos tratados, siendo
así que la soberanía ni se comparte, ni se cede una parte de ella, sino
que se reafirma en ellos. La mejor prueba es que el
"Proyecto de
tratado por el que se establece una Constitución para Europa" (que
20
¿Existe España?
en la acrualidad está él mismo en crisis, en cuanto Constitución)
reconocía en su artículo 60 que cualquier Estado podría retirarse
en cualquier momento de la Unión.
Del mismo rnodo habrá que tener en cuenta críticamente el
alcance de las pretensiones del derecho internacional y de las reso-
luciones de la ONU (en la medida en que estas resoluciones deben
..sufrir la prueba, del derecho de veto), así como de su supuesta
condición democrática,basada en una democracia meramente pro-
cedimental, en la que se comPutan como unidades de votación
tanto a Estados dé más de mil millones de habitantes (China,
India), como a Esmdos de más de cien millones de habitantes
(]apón, Estados Unidos, Indonesia, Brasil) o Estados de menos de
.irr.r.r"rrt, mil habitantes (Nauru, Palau, Kiribati, Liechtenstein,
Mónaco, Tuvalu).
a También habrá que tener en cuenta la condición jurídico políti-
ca de las uniones de Naciones políticas, o de las confederaciones de
Naciones (Unión Europea, hoy en profunda crisis, decimos) y la
imposibilidad de considerarlas como Naciones, y menos aún como
Naciores de Naciones (concepto políticamente absurdo).
B. E spaña existe socioe conómicamente
España además es una entidad contemplada como- existente
desde categorías científicas muy diversas. La economía, la sociolo-
gía, Talingüística, la demografía, el derecho, la historia..., contem-
plrt, * la ..sociedad española" como un ámbito social característico
(*ecorromía españolarr, ..derecho penal españ6lrr, ..ls¡gua españo-
l¿», etc., ,o.r .árr..ptos de referencias muy claras y precisas en el
conrexto de tales categorías) .que tiene la suficiente consistencia
como para que su exlstencta nl sea, nr pueda ser, despreciada desde
tales caregoiías. Así por ejemplo se habla del Producro Interior
Bruto y de la rent^per cápita, en referencia ala producción espa-
ñola iiterna anual ysu distribución por habitante, que carecería de
senddo si tal sociedad no existiera como suieto económico políti-
co; se habla igualmente de una población de 45,2 millones de habi-
tantes (a 1 de enero de 2007 según el INE, insistimos), así como de
21
 En defensa de España
una determinada tasa de natalidad y de mortalidad relarivas a esa
población; de un determinado número de médicos por habitante,
de unos índices de exportación y de importación de mercancías,
etc. IJnas tasas y cifrai que sitúan por ciirto a España en el nove-
no lugar mundial como sociedad política, atendiendo a su nivel
comparativo de desarrollo en relación a orras sociedades homólo-
gas con las que coexiste.
Una prueba "morfológica" de la existencia de España como
estructura socioeconómica es precisamente su organización central
desde el punto de vista administrativo, con Madrid como capital,
centro no solamente político sino mmbién económico, condición
de la misma estructura de la red de comunicaciones españolas. No
hay que olvidar que Madrid fue elegida como capital de España,
durante el reinado de Felipe II, por razones eminenremente
"logís-
ticasrr, como punto central intermedio entre Sevilla y Santander, en
función del mercado internacional de América con Europa.
La estructura raáial de los ferrocarriles y de las grandes carrere-
ras nacionales, y luego autopistas, no tuvo tanto que ver con un
..centralismo político", como pretenden los nacionalismos fraccio-
narios periféricos, como con una motivación económica. En el
propio siglo XX este centralismo económico logísrico se ha refor-
zado a través, no solo de los transportes de superficie (ferrocarriles
convencionales y carreteras) sino también, en los últimos años, por
la red de ferrocarriles de alta velocidad y los rransporres aéreos (es
económicamente más viable un gran aeropuerto internacional en el
centro, desde el cual se redistribuyen pasajeros y mercancías a la
periferia, incluyendo Portugal). Desde estos punros de vista el
"centralismo de Madrid" dene muy poco que ver con rázones
estrictamente políticas, ..castellanistas», como pretenden los nacio-
nalismos periféricos, y en cambio dene mucho más que ver con la
realidad de la estructura económica de la España peninsular.
9. España existe historiográficamente
Igualmente España apareceen la histor iografíacomo un sujeto
histórico, de existencia ininterrumpida perjuicio de sus rrans-
-sin
)1
¿Existe España?
formaciones- desde hace por lo menos mil años, cuyas empresas
tampoco pueden ser (de hecho no lo son) despreciadas por los his-
toriadorei, pues éstas no han pasado precisamente desapercibidas
desde el punto de vista de la Historia lJniversal (prácticamente exis-
t" .orrr.rrro entre los historiadores en la consideración de que algo
como el ,.descubrimiento de América, es una empresa fundamental-
mente española, al margen de cómo se valore tal acontecimiento).
..Por otro lado, el esfuerzo de españoles y portugueses en
el siglo XV elevó la condición atlántica de la península e
impuso a Europa esta nueva PersPectiva al abrirle un mundo
deiconocido, América, y redondear la imagen de la tierra. Si
los pueblos orientales hicieron mediterránea a Iberia, ésta
supó ag.adecer su gesto atlantizando Europa con el sacrificio
de sus hombres y la mejora de las técnicas del Renacimiento.
A lo largo de cuatro siglos la querencia americana sería el
centro de gravedad de la historia peninsular, a cosm de la
mediterránea e, incluso, de la continental" (Fernando García
de Cortázar y José Manuel González Vesga, Breoe Historia
de España, .f'lianza Editorial, p. 10)
Infinidad de documentos, desde literarios hasta jurídicos,
lrablan durante la Edad Media de España (vet El concepto de
España en la Edad Media, de José Antonio Maravall) como una
ro"i.drd que, si bien no está claramente definida desde un punto de
vista político, sí tiene una identidad lo suficientemente consistente,
comó nación bistórica (cultural, lingüística, geográficamente) como
para distinguirla de otras sociedades de rango semejante (la france-
ia, la italiana...). Una sociedad española de la que, desde esa misma
documentación, y al margende su definición política, se reconocen
insistentemente como partes suyas a los distintos reinos, condados,
ciudades, poblados, señoríos, etc., formados durante la Reconquista
(desde Asiurias, Castilla, Yizcaya, Navarra, hasta Barcelona, {Jrgel,
por supuesto Aragón, Valencia...), ya siendo asírecogido por la pro-
pia hiitorio grafíl coeránea ranro casrellana (desde el Tudense al
Íoledano, Álfot so X, etc.) como aragonesa (Eiximenis, Jaime I,
Desclot, Muntaner, etc.).
23
 En defensa de España
El conde de Barcelona se presenta a la emperatúz d,e
Alemania:
<<yo so un compre de Spanya a qui dien compte de
Barcelonar, (Desclor, Llibre del rei en Pere d'Aragó...): uyo
soy un conde de España al que llaman conde de Barcelonar.
Jaime I dirigiéndose reino para que le
a los nobles de su
apoyen en una campaña militar:
<<car nos ho fem la primera cosa per Deu, la segona per
salvar Espanya, la rcrga que nos e vos haiam tan bon preu e
tan gran honor que per nos e per vos sin salvada Espanya,
(Crónica de Jaume 1,392): <<pues Nos lo hacemos: primero
por Dios; segundo por salvar a España; tercero porque Nos
y vosotros ganemos tan gran prez y renombre que por Nos
y por vosotros sea salvada España".
EI cronista valenciano Eiximenes exalta las virtudes de
su pueblo como el meior de España:
"Ha volgut Nosrre Senyor Déu que'l poble valenciá sia
poble especial e elet entre los altres de rota Espanya,
(Eiximenis, Regiment de la cosa publica).
En cualquier caso, España aparece con identidad polírica (a
veces como
"Imperio)>, otras veces como ..Monarquíarr, otras
como ..Naciónr, nación histórica-) ya con toda nitidez a
-como
partir del siglo XV, en el que se desborda el ámbito ibérico del que
surgió, siendo en el siglo XVI cuando se consolida su unidad polí-
tica como identidad imperial (implicándose en ella la España
peninsular y sus posesiones de Ultramar). Un Imperio español del
que existe una copiosísima historiografía y que es, actualmente,
sujeto de esrudio de unos especialisras sui generis, los llamados
"hispanistas>>, que
(con mejor o peor fortuna) se prodigan con una
abundancia sin parangón en relación a los especialistas dedicados a
cualquier otra sociedad polírica moderna.
24
¿Existe España?
I 0. E spaña existe emb lemáticamente
Los emblemas como la bandera, el himno o el escudo españoles
representan a la Nación.
El origen de la acrual Bandera de España se remonta al reinado de
Carlos III.Sobre el origen de los colores de la bandera nacional
rillo y rojo- no existe acuerdo. Parece, sin embargo, que proceden de
la bandera, aragonesa, usada por Alfonso el Magnánimo en su expedi-
ción a Italia. Según el historiador Cesáreo Fernández-Duro,la combi-
nación de gules con oro procedía de los escudos de León y Castilla
(gules-plata). Sea como fuera, Carlos III adoptó la enseña rojigualda
cuando era rey de Nápoles, y la convirtió en bandera española, por
Real Decreto de 2l de mayo de 1785, en razón de hacer más visible,
dadala confusión en aquel momento, el pabellón naval de los buques
españoles restringiéndose a un uso marinero de la enseña.
Con el reinado de Carlos IV se amplió el uso de la bandera bico-
lor extendiéndose a las plazas marítimas, castillos y defensas coste-
ras. Más adelante, con Isabel II, y tras la proliferación de banderas
durante la guerra de la Independencia, la rojigualda llega a consti-
tuirse en emblema también para el Ejército de Tierra, procedién-
dose así, por fin, a unificar Ia bandera española.
Sólo durante la Segunda República se suspendió el uso de Ia
rojigualda sustituyéndola por decreto, elZT de abril de t931, adop-
tando la bandera nacional ricolor formada por <<tres bandas hori-
zontales de igual ancho, siendo la roja la superior; amarilla la cen-
tral y morada oscura la inferior".
Poco después del inicio de la Guerra Civil, se reestableció, tam-
bién por decreto, la bandera rojigualda entre las üopas sublevadas.
Ante la proliferación entre dichas ffopas de diferentes banderas se
firma un Decreto, elzg de agosto de l936,por el que se recupera la
bandera tradicional. En su artículo único dice: "Se reestablece la
bandera bicolor, roja y gualda, como bandera de España".
IJnos años más tarde, en pleno franquismo, el Decreto de 11 de
octubre de L945 aprueba el Nuevo Reglamento de Insignias,
Banderas y Distintivos que regula su uso y forma, y detalla las
características de la Bandera Nacional en sus tres modalidades, de
unidades de las Fuerzas Armadas, buques de guerra y edificios.
¿5
 En defensa de España
Tras la muerte de Franco, en1975, y con la restauración de la
Casa de Borbón, este Reglamento fue sustituido por el Real
Decreto 151.1,/1977, de 2l de enero, por el que se aprueba el
Reglamento de Banderas y Estandartes, Guiones, Insignias y
Distintivos.
La normativa vigente en la actualidad parte de la Constitución
de 1.978, que describe la Bandera en su artículo 4.1 del siguiente
modo: "La Bandera de España está formada por tres franjas hori-
zontales, roja, amarillay ro)a, siendo la amarilla de doble anchura
que cada una de las rojas".
En cuanto al Escudo de España surge como desarrollo de un
proceso heráldico en el que, sobre la base del escudo de los Reyes
Católicos, se van incorporando, rectificando su forma, los disdn-
tos emblemas de armas procedentes de las dinastías reinantes de la
Monarquía española. Al escudo de los Reyes Católicos, en el que
aparecen representados los reinos peninsulares sobre los que
gobiernan Isabel y Fernando (Castilla, León, Aragón y Navarra,
con la incorporación, a p^rtir de 1492, de Granada), se le añ,adirán,
por parte de la Casa de. Austria (con Carlos I) las columnas de
Hércules y la leyend¿ "plus ultra,r, así como el Toisón de Oro
(orden de origen borgoñón) que ciñe el escudo. Tras pasar por
varias fases (el escudo de Portugal aparecerá con Felipe II, pero
desaparecerá con Felipe IV), se termina por incorpo ra4 al acceder
al trono Felipe V, la flor de lis de la dinastía borbónica.
EI actual escudo, según establece IaLey 33/7981, de 5 de octu-
bre, del Escudo de España, mantiene estos componentes, siempre
timbrado, salvo durante los períodos correspondientes a ambas
repúblicas, por una corona (al principio la imperial de Carlos I y,
después, la corona real).
Por su parte, la Marcha Real ha sido el Himno de España inin-
terrumpidamente desde el siglo XVIII, con la excepción de la
Segunda República, cuyo régimen adoptó el Himno de Riego.
Conviene, en todo caso, formar un criterio sobre el Himno
Nacional y sobre el debate acerca de si es conveniente añadirle una
..ls¡¡¿rr, o bien dejar la música sin letra.
Muchos son partidarios, en efecto, de componer una letra que
acompañe a la mítsica para así, en el momento solemne de la audi-
26
¿Existe España?
ción del himno, confraternizar de manera más estrecha al acompa-
sar el momento con la unanimidad de voces que reproduzcan la
letra. La ausencia de letra, muchas veces, conduce a que la música
se vea reproducida, al recordar los compases del himno, con la
acción, poco decorosa, del tararea, lo que redunda en contra de su
solemnidad
Por otro lado, los argumentos a favor de que el Himno
Nacional carezcade letra se fundan en la probable inadecuación de
cualquier letra con la música adoptada como Himno. La letra
incorpora una ideolo gía pretérita o presente que es casi siempre
incongruente (o puede serlo) con la realidad efectiva de la Nación
política representada por su Himno. Podría ser el caso de la letra
para el Himno nacional español que propuso José María Pemán, o,
para crtar otro ejemplo, la incongruencia, en una época de pacifis-
mo antiviolencia, de la letra de La Marsellesa, himno nacional de
Francia, llamando a las armas a los ciudadanos.
De hecho, y sea como fuera, en las situaciones internacionales
en las que se interpretan los himnos nacionales (competiciones
deportivas: Olimpiadas, Fútbol, Fórmula 1.'.) los asistentes, y en
especial los protagonistas, escuchan los himnos nacionales Puestos
en pie, pero en muchos casos sin cantarlos, sin que por ello la ten-
sión que en esos momentos se manifiesta sea menor que la que se
produciría si los himnos fuesen cantados: la letra, además, desvia-
ií* r.grr.r-ente, con asociaciones parásitas, el significado del
himno como emblema nacional.
En definitiva, y sea como fuera, los emblemas como la bandera,
el himno o el escudo españoles rePresentan a la Nación y cuando
éstos son agredidos es agredida también la Nación a la que repre-
sentan.
27
 ¿Existe una o existen varias Españas?

UNA O que ésta represente una parte privilegiada sobre el resto de las
¿EXTSTE Españas. Sin perjuicio de su diversidad, los territorios ultramarinos
EXISTEN VARIAS ESPAÑAS? de la Nación española son igualmente España: la España peninsu-
lar no tiene ningún privilegio constitucional en su participación de
la Nación española, representada por igual en ..ambos hemisfe-
rios". Precisamente la lengua común a esas Españas, el español, es
el componente común más patente que queda actualmente de la
simetría procurada por la Constitució n de Cádiz para el conjunto
de "las Españas".

11. Expresión medieval

La expresión en plural de España, Españas», es un cultismo

"las
que se uúlizó durante la Edad Media (y que se manruvo hasta el
XVIII, aunque cayendo paulatinamente en desuso) para referirse a
la Hispania romana y visigoda la Cirerior y a la
-aprovincias romanas, lJlterior,
principio, y después a las diversas incluyendo
en

a la Mauritania-Tingitania, en época de Diocleciano, e incluio a la

Narbonensis ya en época visigoda (hoy parte de Francia), perrene-
cientes a la diócesis de Hispania-. IJn uso notarial, y después
puramente literario ornamental ("culto"), que, por otra parte, ni
siquiera era exclusivo de España, puesro que también se hablaba de
..las Franci¿grr, ..1¿5 Panoniasrr, etc. y que además, en cualquier
caso, coexistía durante la propia Edad MMedia con su uso en sin-
gular (España, Francia...).

12. Expresión moderna

En la Constitución de Cádiz (1812) también aparece la expre-

sión en plural de España, pero para referirse a las provincias de
Ultramar sin que tal uso en plural se extienda a las partes peninsu-
lares de España. Es decir, lo que se viene a establecer con este uso
moderno de "las Españasrr, es que los territorios de Ultramar son
una réplica de la España peninsular, la España por antonornasia, sin

2tl 29

¿DESDE CUÁNDO EXISTE E,SPAÑA?
13. España no es ni lberia, ni Hispania,
ni, mucbo rnenos, al-Andalws
La identidad de Hispania como diócesis del Imperio romano, a
partir de finales del siglo III d. C., es lo que da consistencia a la uni-
dad peninsular como sociedad política, en la medida en que la inte-
racción y solidaridad entre sus parres riene lugar a rravés de su iden-
tidad provincial como parte del Imperio romano (calzadas, moneda,
derecho, latín, legiones, colonias, villas...). Anteriormenre a su
romanización, sin embargo, la península estaba formada por grupos
etnológicos dispersos, muchos de ellos mutuamente incomunica-
dos, o con escasa interacción entre sí (turdetanos, layetanos, lusita-
nos, vetones, vacceos..., y conocidos sobre todo por la propia lite-
ratura grecolatina), que impide hablar de una sociedad con
identidad política, y por tanto también de unidad, al referirnos al
conjunto formado por las sociedades peninsulares prerromanas
situadas en lo que los griegos, con sentido geográfico
políti-
co-, Ilamaron Iberia. -no
Un conjunto este, el formado por las sociedades emológicas
prerromanas, que si no se puede identificar políticamente con
España, cuyo origen es posterior, mucho menos podrá identificar-
se alguno de estos pueblos con lo que luego serán parres de España.
Así, será tan gratuito, por anacrónico, decir que los cántabros son
los primeros santanderinos, como decir que el hombre de
Atapuerca es el primer burgalés. Precisamenre tanro Burgos,
3o
¿Desde cuándo existe España?
Santander, como Vascongadas, Cataluña o Galicia suponen, en
tanto que partes suyas, la constitución de España, siendo así que
poco (o nada) tenían que ver los vascones, que ni siquiera confor-
maban una sociedad política, y mucho menos nacional (en sentido
moderno o contemporáneo), con la sociedad vasca actual, que
forma parte de la soberanía nacional española.
"Por lo tanto, no hay ninguna idenddad perfecta entre
los
vascones de la Antigüedad y los vascos de hoy. Éstos son el
resultado de la fusión de varios pueblos, y coincide que su
denominación actual asemeja a la de uno de ellos. Pero ello
no quiere decir que vasco sea igual a vascón y que los vasco-
nes fuesen los tatarabuelos de los acruales vascos en línea
ininterrumpida y con exclusividad. Aparte de lo sucedido en
los dos mil años posteriores, naturalme¡¡s" (Jesús Laínz,
Adiós España, Ediciones Encuentro, pp. 2a-25).
Así, ni las sociedades coexistentes en Iberia, pero ni siquiera la
Hispania romana, ni tampoco la visigoda, ni mucho menos al-
Andalus, se pueden confundir con España como sociedad política,
como, por otra parte, hace reiteradamente buena parte de la histo-
riografía interesada.
14. España comienza como Imperio frente al Islam
Con el colapso de la Hispania romano-visigoda (el ..Reino de
Toledo") producido tras la invasión musulmana la que la
-por
unidad política peninsular se mantiene, pero a través de una nueva
identidad califal islámica (al-Andalus que, por cierto, se constituye
muy deficientemente como sociedad política)-, los núcleos dis-
persos de identidad cristiano-romanos asentados en el norte tratan
de restablecer la unidad visigótica perdida (según la idea gótica
mozárabe de re-conquista), pero con el resultado, al llevar a efecto
el restablecimiento de la unidad cristiana peninsular, de la genera-
cién de una sociedad con una nueva identidad política que, si bien
se asienta sobre las bases de la sociedad visigótica previa, sobre
31
 En defensa de España
todo en el terreno jurídico iudicorum- y teológico políti-
co -Liber
de Recaredo al catolicismo en el III concilio de
-conversión
Toledo-, su desarrollo responde a unos principios constitucionales
nuevos: el Imperio español (Alfonso III, Alfonso VI, Alfonso VII,
emperadores, Alfonso X y el "fecho del imperio,,, etc.) es la nueva
identidad política en la que se transforman las sociedades cristianas
peninsulares condados...- en lucha indefinida (infinita)
-reinos,
contra el Islam; una nueva identidad que se va consolidando en su
avance hacia el sur teniendo en la ciudad de Oviedo, fundada por
Alfonso II como la ..nueva Toledo" (que a su vez se fundó como la
<<nueva Romarr), su primer centro imperial de expansión.
Poco tiene que ver la sociedad formada a partir de este comple-
jísimo proceso de expansión imperialislahacia el sur, con las socie-
dades prerromanas que habitaban en la península: salvo en el terre-
no antropológico (en el que se disuelve la política), nada tiene que
ver España ni sus partes (desde Asrurias a Granada, pasando por
Cataluña, Galicia, provincias Vascongadas, Castilla...), con Iberia
y las sociedades que la habitaban (cántabros, vascones, vacceos,
layetanos, astures.. .).
15. España desbord,a elámbito peninswlar en sw desarrollo
como Imperio contra el Islam
El Islam rompe la unidad visigoda produciendo Ia dispersión de
sus partes, unas partes que terminan coordinándose y reuniéndose
(solidariamente) bajo un Imperio católico que trata de restituir
("reconquista», segúrr es concebido el proceso desde la idea goti-
cista mozárabe) la unidad cristiano-romana previa, pero con una
identidad, y ésta es la cuestión, ya distinta dela romano-visigoda.
Es éste el origen de España como sociedad política, cuya iden-
tidad, de ahí su novedad, no se va a agotar justamente en la restau-
ración de su unidad peninsular (de hecho la unidad peninsular
romano-visigótica ni siquiera se recupera políticamente a través de
la nueva identidad española: ahí sigue Portugal desde Aljubarrota,
y a pesar de su anexión por España entre 1580 y 1640), sino que
esta unidad va a quedar completamente desbordada a ffavés, sobre
32
¿Desde cuándo existe España?
todo, del descubrimiento y conquista, con todo lo que ello impli-
ca (organización geográfica, jurídico-política, lingüística...), del
..Nuevo Mundo". «La Española, o ..La Nueva España" son nom-
bres que hablan de una continuidad política imperial española cuya
identidad se hace inasimilable con la identidad de la Hispania
romano-visigótica (y es que este ..salto oceánicor, que dice Ortega,
ya no se puede justificar desde luego como ..¡sconquista>').
"lL De las causas del Imperio español. Precisamente estas
Imperio o monarquía españo-
tres causas se encuentran en el
la. Primero fue el combatir los nobles de ésta durante ocho-
cientos años contra los moros, bajo los auspicios de Cristo,
ayudados por el Papa con infinitos tesoros de indulgencias y
crtszadas, por lo que fueron honrados con el título de Rey
Católico. E, segurdo lugar, la innata prudencia española,
paciencia y astucia, con la invención de la imprenta y de los
arcabuces. En tercer lugar, la oportunidad del matrimonio
del rey de Aragón con Isabel, reina de Castilla, que al no
tener un heredero varón, dio lugar a que emergiese y se acre-
centase la línea imperial de la casa de Austria. Añádase el
Descubrimiento del Nuevo Mundo por Cristóbal Colón, el
derrumbamiento de Portugal, el estado de depresión de los
franceses, ingleses y alemanes a causa de sus rePugnantes y
falsas religiones, de manera que España será la dueña del
mundo, rtna yez que se destruya el Imperio turco, que se
mantiene y se sostierle por las discordias cristianas, como
hizo Alejandro con el persa y Roma con el cartaginés" (T.
Campanella, Monarqwía de España, en La Política, Alianza
Editorial, pp.74-75).
16. España existió como Imperio, pero España no desapareció con él
España es, sobre todo, la realización de esa gran empresa impe-
rial pór la que, y como corolario suyo, se llega a comprobar que el
planeta es una esfera, un globo circunvalado por primera.vez pte-
por España: «tú me d,iste la t)u,eltA,,, tal es la divisa que
"irr*"rrt.
33
 En defensa de España
reg la Carlos I al vasco Elcano. España es pues, sobre todo, la eje-
cución, hasta donde pudo pudo mucho- de ese proyecro
imperial en lucha conrra el-yIslam que, desbordando lá unidad
peninsular, convierte tres océanos, tras la anexión de Portugal, en,
prácticamente, <<mares interiores, suyos.
..Veamos ahora lo que toca a la reputación del Rey nues-
tro señor y de Ia nación española, que es lo que propusimos
en el segundo punro y dijimos que se comprende en esra gue-
rra defensiva. Después que España es España, jamás tuvo la
reputación que hoy tiene en todas las naciones del mundo,
así porque jamás su imperio estuvo ran extendido como
ahora, pues abraza desde Oriente a Poniente y desde
Septeptrión a Mediodía, como por las hazañas y casos se-
ñaladísimos que han hecho los españoles en las guerras en
Francia, Italia, Alemania, Flandes, en Africa, Asia, Europa
y en el Nuevo Mundo, contra moros y turcos, cristianos y
paganos, contra católicos y herejes. Las cuales son tantas
y tales que sin duda exceden a rodas las que se hallan escri-
tas de asirios, medas, persas, griegos, latinos, cartagineses y
romanos. Y si se escribiesen no digo con elocuenciay artifi-
cio de historiadores encarecedores y mentirosos, como
muchas de las otras naciones se han escrito, sino con llaneza
y verdad, espantarían a los siglos venideros y se tendrían por
fabulosas. Por esta reputación e imperio tan extendido, ei el
rey don Felipe nuestro señor el mayor monarca que ha habi-
do jamás entre cristianos; [...] los límites de su Imperio son
los límites del mundo; y juntando con su grandeza a Oriente
con Poniente y al polo Artico con el Antártico o el Norte
con el Sur, enviando sus poderosas armadas y estandarte real
a Angola, Congo, Monotapa, Guinea, Etiopía, Sino Arábigo,
Sino Férsico, a la Florida, Santo Domingo, Cuba, Méjico,
Perú, Goa, Malachas, islas de Luzón o Filipinas, China y
Japón, rodeando el universo sin embarazos ni estorbos. Esta
reputación es la que ha dado y conservado tantos añ.os la paz
en la cristiandad, la que ha tenido araya a Francia, enfrena-
dos los herejes, reprimido a los ffrcos, sosegado a los inquie-
34
¿Desde cuándo existe España?
tos; y con ser nuestra nación tan Poco grata a las demás
naciones, a unas porque le están sujetas y a otras porque les
pesa que otras lo estén, ninguna se ha arevido a moverse y
io-*i lrt armas contra ella en estos años, temiendo su ruina
y destrucción" (Pedro de Rivadeneyra S.J., Exhortació-n para
ios soldados y caPita.nes quevan a esta jornada de Inglaterra,
en nornbre de sw Capitán General, BAC, p. 1339).
Pero también, vez,Espaia, la nación política española actual,
a su
es producto de la transformación del Imperio español
-sobre-
,r"rrid, como consecuencia de la propia descomposición del
Antiguo Régimen a lo largo del siglo XIX- en veinte nuevas
Naciánes de habla hispana. La Nación española, constiruida como
resultado de tal proceso revolucionario, siempre sobre las bases del
Imperio español, abarca a principios del siglo XIX «ambos hemis-
feriosr, teiminando, dos siglos después, transformada en veinte
naciones entre las que se encuentra, circunscrita al territorio penin*
sular (e islas adyaclntes), la Nación española tal como en el pre-
sente la conocemos.
España así, desaparece en efecto como Imperio, pero no desa-
prr"". en absoluto io*o sociedad política, sino que su identidad se
irrrrsfor-a al reconstituirse contemporáneamente en Nación polí-
tica junto con la de sus homólogas americanas (Argentina, México,
Perú, Colombia...).
17. España, desde sw existencia. como nación de oambos bemisferios'
-
basta su existencia ssTns «Estado d,e las Awtonomías»
Y es que la Revolución española, de la que surgieron la Nación
política española contemporánea así como, insistimos, las
Ñrciorres pókti.rt americanas (a cuyo conjunto llamamos, y cele-
bramos --tZ d" octubre-, como Hispanidad), se aceleró con la
invasión que intentó, que no consumó, el expansionismo imperia-
lista franc?s de Napole-ón en 1808, coincidiendo con la guerra de la
Independencia naclional mediante la que se expulsó, finalmente, al
.,.tirairo» francés. Además, tras la Constitución de lB72,los espa-
35
 En defcnsa de Espeña
¿Desde cuándo existe España?

ñoles de <<ambos hemisferios" hubieron de enfrentarse también a

mada Comunidad Económica Europea, responsable del "mercado
las pretensiones de otros Estados (no sólo de Francia, sino también
los Estados Unidos, Inglaterra, Alemania...), desarrollándose a lo
común, en el que se introduce España. Una integración en la UE,
que, por otra parte, supone un gran coste para su tejido industrial
largo de aquel siglo la reco,strucción política hispánica rnediante la
formación de diferentes Estados soberanos en Ámérica que, rras y productivo, prácticamente desarticulado durante las ..reconver-
sioncs industriales" de los años ochenta. Es precisamente en este
fallidos proyectos unitarios panamericanos y varias gr..rni y frag-
contexto capitalista de mercado, en el que se ve introducida España
menraciones territoriales inrernas, habían fijado ya prácticamenre
sus fronteras actuales cuando en 1908 se celebró el prlmer centena-
por el franquismo, cuaudo España va a formarse conlo destino
turístico, orientando y privilegiando su política económica en este
rio de la fracasada intentona invasora de Francia.
sentido (proliferación del rurismo de "sol y playa" en la costa
En definitiva, como consecuencia de la cuhninación de los pro-
lcvantina y andaluza fundamentalmente, «turismo .¡lnl¡¿l»pro-
cesos de emancipación de las naciones hispa,oamericanas, asiáiicas
(1898) y africanas (1975), España queda fijada actualmente como
porcionado por lo que representa el segundo patrimonio más rico
tras Italia, etc.).
nación política en su ámbito peninsular (del que, por cierro, surgió
Es, además, también en este mortento, cn parte para ajustarse a
como Imperio), aunque ya reconstituida con-ro sociedad política
las exigencias de adaptación en este mercado capitalista, cuando
nacional democrática (1978).IJna democracia,la española de 1978,
Irspaña se transforma en "Estado de las Autonomías>> !lue, se supo-
homóloga respecto a otras democracias capitalistas, caracterizadas
ne, canalizará administrativamente (con la llamad a .. descentraliza-
por la extraordinaria profusión en ellas de bienes de consumo
("plétora mercantil"), / con las que reafirma sus lazos (ya existen- ción") esa readaptación como potencia capitalista. España se con-
solida así, sea colno fuera, como un país "de servicios"destinado (a
tes con todo durante el franquismo) al estrecharse éstos sol¡re todo
cllo se han dirigido buena parte de los llamados "fondos de cohe-
a partir de los años ochenta, con la incorporación, realizadapor un
5iS¡» proporcionados por la UE) a recibir anualmente un gran
gobierno socialdemócrata socialista, a la OTAN en I9B2"y , l, Uf
número de población turística (unos 50 rnillones de turistas de
en 1986.
rnedia anual que lo convierten en el segundo país con más visitas
Precisamente la victoria franquista supone, y sea como fuera,
turísticas del mundo), procedente principalmente de los países
orientar la política nacional española en tal dirección (en la direc-
curopeos.
ción del capitalisrno de mercado), frente a la alternativa socialista
Pues bien, la cuestión está er que esta consolidación como
sovietista que, representada por la facción frentepopulista, procu-
sociedad política capitalista vino acompañada por un proceso de
ró orientar la política nacional española en una línea revoluciona-
clisolución que, a la postre, termina por cristalizar, a través de fuer-
ria pro soviética ("¡Viva Rusia, Muera España1,,
"¡Viva España tcs divergencias autonómicas en relación a Ia unidad rtacional, en el
rusa!,,), siendo finalnente derrotada en la Guerra Civil (orienta-
.llstado de las Autonomía5r. En efecto, esta nueva identidad de
ción no sólo frenada, por cierto, por el franquismo, sino también
Irspaña, entendida colno un conglomerado de partes <<autónomas»,
por el anarquismo y otras facciones que, aun también derrotadas
rnuchas de ellas consideradas ya de hecho (oficial y legalmente)
por el franquismo, se opusieron a la corriente prosoviética).
colllo <<naciones, ("España plurinacional"), lejos de consolidar su
Cuando, tras la muerre de Franco y lo.s gobiernos de la UCD,
uniclad, parece, más bien, conducirla a su fragmentación, siendo así
el PSOE accede al gobierno (1,982) manriene, a pesar de sus reti-
rlue la identidad de España como "Estado de las Autonomías',, más
cencias retóricas iniciales ("de entrada, nor), la orientación inicia-
(llrc conservar, cstá llevando a España a la inexistencia'
da por el franquismo, haciendo de España una sociedad capitalista
de mcrcado
"pletórico" situada en la órbita dc la OTAN y dc Ia lla-

i(, \7

¿ESTÁ ESPAÑA DE,JANDO DE EXISTIR?
18. «España no existe»
Y es que con todo, a pesar de la contundencia del hecho consri-
tucional de España, es esta una proposición, "E5paña no existerr,
que se repite con mucha frecuencia en la actualidad desde diversas
instituciones españolas, muchas de ellas públicas, oficiales, y cuyo
sentido, el sentido de tal negación, se refiere bien a Ia unidad de
España como sociedad histórica o cultural en general, bien a su
identidad como nación política.
Desde muchos centros educativos, desde muchas televisiones y
medios de comunicación, desde distintos y muy variados ámbitos
culturales (historiográficos, museísricos, turísricos,literarios, artís-
ticos...) y políticos españoles (partidos, sindicatos, asociaciones
varias...), sobre todo autonómicos y municipales pero también
incluso en sede parlamentaria, se habla frecuentemente de la ine-
xistencia de España. España sería, desde esra perspectiva, en efecto
un flatus aocis, sin más referencia que su golpe de voz (una «ente-
lequiarr, dicen nruchos, un ..¡¡l¡6rr), que encubre una realidad social
lo suficientemente "plural" y ..diversar,, se dice, como para que
carezca de senddo hablar de la unidad o de la identidad de España
sin más. Así, muchos españoles, algunos incluso con asiento de
diputado en las Cortes, dicen "no sentirse españolesr, es decir,
dicen no serlo, precisamente por no poder pertenecer a algo que se
supone ono exister.
3ti
¿Está España dejando de existir?
Entrevista publicada en El Mundo el 16 de diciembre de
2OO3) a Pérez Carod, en ese momento diputado del
Parlamento de Cataluña:
"P. ¿Se siente incómodo en el E,smdo español en estos
lnornentos?
R. Sí, claro que me siento incómodo en el Estado español.
Y no sólo yo, y el medio millón de caalanes que nos ha vota-
do, sino muchos más. La política de Aznar ha hecho muchos
independentistas en Cataluña, muchos nacionalistas en el
País Vasco y es posible que tarnbién haya hecho muchos en
el resto de España.[...]
P. ¿No se siente español?
R. No, nunca me he sentido español, como no me siento
de otro sitio fdistinto de Cataluña]. Pero yo no baso mi iden-
tidad en lo clue no so)¿, sino en lo que soy [catalán]. [...]
P. ¿Qué temas quedarían reservados al Esmdo?
R. Si el rnodelo actual no satisface nuestras necesidades,
Cataluña necesita un Estado propio en Europa. Por lo tanto,
ya no tiene sentido plantear lo que se queda España y lo que
se queda Cataluña".
19. La idea de España como oresidwo imperialista,
Sin embargo, esta expresión "España no existe,, repedda con
gran beligerancia desde tales instancias, parece hablar de una cons-
titución artificiosa, irreal, de España, más que de su inexistencia en
un sentido literal, en la medida en que, de existir, lo único que
lispaña representa es el peor de los vicios políticos: España, desde
la perspectiva del que niega su identidad nacional, es un residuo
irnperialista, una tiranía por cuya constitución ..antidemocrática"
.sc ha subyugado (incluso expulsado y aniquilado) a los distintos
opueblos libres" que vivían felices en la península, y que, al ser
incorporados como partes de España, sufrieron una integración
|orz,osa (o forzada) que los reduio a la servidumbre, siendo así que
cs cstrl iclcntirlr<l aiolcnta, tiránica, negrct. dc España Io único que
justilicrr stt tnri,lltl (lo tinico.cspañol, 1llro¡-ri;ttt-tct-rtc clicho scría así
l()

En defensa de España
..el Estado,,, represor, castigador, vigilante...). España se identifica,
pues, desde esta perspectiva, con la España incluisitorial, católica,
retrógrada, reaccionaria, franquista..., antidemocrática una
-en
palabra-, y ütya unidad no se sostiene si no como Leviarhán arti-
ficioso y horrible, como "prisión de naciones" de la que hay que
huir una vez que sus barrotes se afinan y ablandan con la llegada de
"la democr¿si¿" (la fórmula de "España, prisión ¿" ,xsi6¡ss», es
tomada acríticamente de la expresión que Marx y Engels habían
aplicado a la Rusia de los zares).
Entrevista a Pilar Rahola, siendo diputada en las
Cortes Generales por ERC, publicada en El Mwndu el 3 de
octubre de 1.9932
"P. ¿Qué es Españapara Ud?
R. Una imposición, una nación dominante que no per-
mite a Cataluña vivir en plenitud su condición nacional.
España nace en t714... Sí, es así. España nace con las armas,r.
20. La idea negrolegendaria de España alimenta
la idea de su disolwción
De este modo, según tal perspectiva negrolegendaria, si España
existiera, en efecto, debiera no hacerlo, al ser su esencia tiránica
(promovida, se dice, por los Reyes Católicos no antes- y que
llegó incluso hasta la actualidad a través del -si
"s5p¿6olismo" del
gobierno de Aznar y del Pl ahora en la oposición) completamen-
te incompatible con ..una democracia ayanzadarr.
Y es que, se supone, :una yez disuelta la negra identidad de
España s¡ l¿ "plenirud democráticar,, también debiera igualmente
disolverse su unidad, dejando paso a Las ,roerdaderas nd.ciones»
("Catalunyarr, ..Euskal Herriar, ,rGalizarr... ), se supone prehispa-
nas y surgidas in illo tempore, que el
"Esmdo español,, mantuvo
secularmente oprimidas y tiranizadas hasta ahora, y cuya afirrna-
ción nacional ("derecho de autodeterminación") hace del todo
inviable la unidad de España ("Catalonia is not Spain", es decir,
Cataluña no ha sido cómplice, sino víctin-ra, de la tiranía quc
40
¿Está España dejando de existir?
España representa). Como si catalanes, gallegos o vascos no
hubieran participado, además en primera línea, de la formación de
España.
Así si, por lo visto, se deja democráticamente hablar al pueblo
("habla pueblo, habla") entonces España debe desaparecer si es que
aún exisie, pues resulta que ese pueblo, tal como "la transición a la
democracia' ha puesto (y pone) al parecer de manifiesto, ni es, ni
habla español, siendo así que el mantenimiento, siempre autorita-
rio, de la "España una>> sería indicio infalible de "inmadurez demo-
cráticarr. Mientras España exista, en definitiva, .rla demo cracia>> seÍá
nunca llegará ¿ 5u "plena mad:urez>>.
"deficitaria>>,
Ért" es el sentido de la proposición «España no existe,, predica-
da una y otra vez desde mles instituciones y magistraturas españo-
las, una proposición que, de esta manera, se sitúa más en el plano
del "deber ser>> programático que en el del ..ser, fáctico: no es que
España no exista, es que España debe no existir, esto es, debe pere-
."i Nación dejando paso a la "libre determinación de los
"o-o
pueblos" por ella oprimidos.
21. La idea de disolución nacional-fraccionaria de España
como h ecb o político anticonstitucional
Es por tanto llamativo, por escandaloso, que sea sobre todo
desde el interior de España desde donde con más insistencia se
hable, bien directamente de la inexistencia de España, bien de una
esencia tan despreciable que sería mejor que dejase de existir.
Una negación anticonstitucional que va acompañada de la pre-
tensión, igualmente anticonstitucional, de conseguir el reconoci-
miento dél título de Nación para alguna de las Comunidades
Autónomas, incluso para varias reunidas ("Euskal Herria"), o para
todas (esto es, para cada una), negándoselo así a España. Y es que,
en efecto, a{irmar la existencia de Cataluña, Galicia, Vas-
congadas..., como naciones políticas suPone, eo ipso, negarle a
Espára su carácter nacional (en el que se basa la Constitución de
1,978, pero también las anteriores), de la misma manera que afirmar
cl carácter de España como nación es, desde luego, negar que una
41
t-
I
En defensa de España
parte suya lo sea (como ocurre u ocurriría, por otro lado, con cual-
quier otra sociedad política consriruida nacionalmente).
Declaración sobre la autodeterminación de Euskadi
aprobada por el Parlamento Vasco el 15 de febrero de 1990
gobernando en la región el PNV en coalición con el PSOE:
"El Parlamento Vasco proclama:
1. El Pueblo Vasco tiene derecho a la autodeterminación.
Este derecho reside en la potestad de sus ciudadanos para
decidir libre y democráticamenre su esrarus político, econó-
mico, social y cultural, bien dodndose de un marco político
propio o compartiendo, en todo o en parte, su soberanía con
otros pueblos.
2. Que el ejercicio del derecho a Ia autodeterminación
tiene como finalidad la constmcción nacional de Euskadi. En
tal sentido, la construcción nacional es un proceso dinámico,
gradual y democrático, integrado por el conjunto de decisio-
nes, incluidas en su caso las de carácter plebiscitario, que el
pueblo vasco vaya adoptando a lo largo de la historia aren-
diendo a los condicionamientos internos o exrernos de la
coyuntura histórica, sus posibilidades reales y de interés de
los vascos".
Declaración de Barcelona, firmada el 76 de junio de
por representantes del PNV CIU y BNG (Texto de
1.998
Trabajo):
..Pese a que los derechos de nuestras naciones son previos
a la Constitución, algunas interpretaciones cenrralistas sitúan
el derecho al autogobierno en la Carta Magna y no en las
propias naciones. Nuestros derechos nacionales no pueden
ser negados en un estado democrático. Reiteramos que el
reconocimiento de Galiza, Euskadi y Catalunya es condi-
ción previa y necesaria para plasmar constitucionalmente el
carácter plurinacional del Estado español.
El principio de soberanía resulta cualitativamente distin-
to al principio de autogobierno que se consolida mediante el
desarrollo de los Estatutos de Autonomía que, aun en un
42
¿Está España dejando de existir?
escenario de desarrollo total, sólo suponen un proceso de
descentralización política y administrativa, pues el elemento
constitutivo del póder continúa localizándose en el Estado.
Debemos suPerar la fórmula autonómica por cuanto es
una carta ototgrd, por un Estado que, conforme a la defini-
ción institucional, dice basarse en una sola nación, única e
indivisible, la nación española, negando el carácter plurina-
cional del Estado y la coexistencia de otras naciones'
El Estado español, es al mismo tiempo, la institución que
niega la soberanía que nos Pertenece como naciones y-el espa-
cio político donde conquistar la libertad nacional, mediante la
,""ilór, conjunta para configurar un Estado plurinacional, por
cuanto parte del reconocimiento de la soberanía de cada
nación, áel respeto a tratarse en pie de igualdad y a fomentar
la colaboración y coordinación basadas en la equidad, la soli-
daridad y la libertad de cada una. El ejercicio del derecho de
autodete.*inación cabalmente entendido se asienta en los
procesos y objetivos antes citados. Dicho derecho es un dere-
^cho
col"ciirro fundamental' Cada nación ha de poder decidir
en todo momento y en toda circunstancia cuál quiere que sea
su estructura política, su articulación administrativa y su nivel
de dependerrci, e independencia respecto a otras instancias"
(El Viejo Topo, n." 122, ocatbre de 1998, p.l2).
Ahora bien, negar el carácter nacional de España, afirmándolo
para alguna de sus partes, es amenazar la soberanía de una Nación
y, .orritituida y reionocida (y no al revés, Puesto que jamás esas
partes se han constiilido en todos nacionales), una amenaza que
|.o""d", y esto es lo grave, no de facciones más o menos margina-
ies, si,o áe los propiós rePresentantes del pueblo español que, en
crlidrd de tales,-ateirtm públi", y reiteradamente contra la sobera-
nía española que ellos mismos representan. Es decir, por,decirlo
clrrroi"rrt., dipumdos en las Cortes (Congreso y Senado)
"*^irt"r, eitán atentando contra la libertad del pueblo
que cotidianamenre
español a ejercer su poder soberano._
'urra
pretensión anticonstitucional, pues, la del carácter nacional
de algunas regiones de España, que es defendida principalmente
43
 En defensa de España
¿Está España dejando de existir?

por los llamados «parridos nacionalistas" (pN[ ERC, CIU, BNG,

o la gallega. Cataluña o Euskadi son una nación en sí mismas, y
Nafarroa-Bai... rodos ellos con representación en las Cortes) así
no porque así lo exprese una constitución o un estatuto.
como por bandas asesinas secesionistas (ETA-Batasuna, que en su
momento_ por cierto también tuvieron representación parlamenta- ¿Alguien se cree, sinceramente, Sue España nació con la
Corutitución de 197 B o con la Corutitución de Cáüz? De la misma
rjay aún la tienen municipal), pero también, y esto agrayaextraor-
forma, la nación caalana o la vasca tienen centenares de años de
dinariamente la situación, por orras organizaciones
foartidos, sin- antigüedad. La Constitución, cualquier constirución, es, simple-
dicatos...), como son Izquierda Unidá (también coln asie,to e'
mente, y no es poco, un pacto, y no es la que debe decir lo que
Cortes) y PSOE (actualmenre en el Gobierno), que apoyan, cuan-
somos catalanes, vascos o gallegos, [...]".
do no directamente alimentan, esa misma p."t"rriiór, ,l ieconoce.,
vía federalista, la "identidad nacional, de muchas de esas Fragmento de Ia primera intervención del presidente
comunidades Autónomas (aunque después, contradictoriamenre,
del gobierno español, Rodríguez Zapatero, en la Sesión
también se afirme desde esos partidos, bie.r qve soto,uoce, el carác-
plenaria núm,777 del Congreso de los Diputados, celebra-
ter nacional de España).
da el miércoles,2 de noviembre de 2005, acerca de la refor-
ma del Estatuto de Cataluña:
Ibarreche en la Sesión plenaria del Congreso de los
Diputados del 1 de febrero de 2OO5 sobre la reforma de "[...] De acuerdo con estos principios, paso a analizar los
aspectos más relevantes del texto y a trasladar a la Cámara
Estatuto político de Ia Comunidad de Euskadi:
mis criterios sobre el mismo. Señorías, Cataluña tiene iden-
"Euskadi no es una parte subordinada del Estado español. tidad nacional y ello es perfectamente compatible con el artí-
Quiero decírselo con roda claridad aquí como r"p..r.rrtrrt. culo 2 de la Constitución que considera a España como
del Parlamenro vasco. Miren ustedes, el Esmdo español será
nación de todos. [...]".
un proyecto en común sólo si las partes que lo componemos
así lo queremos, si así lo decidimos. Nueitm prop,rir ta para
Incluso desde el propio Partido Popular, sobre todo última-
la convivencia nada niega ni a nada obliga a oiras ,raciones y
mente, se han manifestado apoyos a tales pretensiones (respecto de
regiones del Estado español. No Ia planreamos para obligar
Andalucía y de Galicia, concretamente), siendo así que ya no hay
a otros pueblos de España a seguir nuestro camino ni para
Íterzapolítica del arco parlamentario que no mantenga algún com-
impedirles que sigan el suyo. Es una propuesra .o-priibl.
promiso, aunque sea por dejación, con esta idea fraccionaria de
por tanto con un verdadero Estado plurinacionalr.
Nación. Quizás podría UPyD representar una salvedad en este
sentido, aunque, bien es verdad, que su postura no es muy belige-
Puigcercós en Ia Sesión plenaria del Congreso de los
rante contra esa idea (y prueba de ello son las declaraciones de
Diputados del 1 de febrero de 2005 sobre la reforma de
alguno de sus dirigentes contra la DENAES, asociándola gratuita-
Estatuto político de la Comunidad de Euskadi:
mente al lepenismo francés, precisamente por ser la DENAES beli-
..Señoras y señores diputados de los parridos españoles
gerante contra la idea fraccionaria de Nación española).
aquí presentes, el conflicto hoy es el inmovilismo, el conflic-
to, aquí y ahora, es negarse aaceptar que el Esrado español es ..Los grandes partidos nacionales viven pendientes de las
plural, plurinacional. No sirve de nada negarlo ni támpoco
encuestas y se mueven en claves prosaicamente electorales a
radiar o rabiar desde algunas ondas radiofónicas, neganáo la
corto plazo, rehuyendo la confrontación doctrinal e ideoló-
existencia de realidades nacionales como la vasca, la caulana
gica con los nacionalistas, en la asunción resignada de que los

44
45

En defensá de España
necesitan o los podrían necesitar. Se niegan a admitir que la
desestatalización es la manifestación externa y visible de una
desnacionalización que socava sordamente los pilares de la
confianzay la autoestima colectivas. No se puede bailar bien
si la pista se resquebrajabajo nuestros pies. Las siglas que
debieran ser portaestandarte y vehículo de la idea de España
como atrayente proyecto histórico y como espacio de inso-
bornable patriotismo, desdnan la mayor parte de sus dispo-
sitivos materiales y humanos a combatirse sin cuartel mien-
tras los rasgos de España se tornan borrosos bajo el
difuminador particularista, en un desdibujamiento paulatino
que casi nadie parece querer evitar o advertir,, (Alejo Vidal-
Quadras, Amarás a tu tribu, Planeta, pp. 179-1S0).
22. Eoidente anacronisrno en la afirmación onacional,
de algwnas comunidades awtónomas
Pero además de anticonstitucional, tal afirmación es completa-
mente anti-histórica (anacrónica), pues desde la ideología ,rr.io.rr-
lista fraccionaria se supone que tales ..n¿gis¡s5r, se han formado
con anterioridad a la constitución contemporánea de cualquier
Nación, en sentido político (y por supuesto antes que la española),
perseverando por lo visto en su <<ser nacional, ya incluso desde la
prehistoria (en donde ni siquiera existen categorías políticas).
Legiones de
"historiadores, se mantienen al servicio de semejante
anacronismo, tratando de justificar histórica, e incluso prehistóri-
camente, la constitucionalidad .,nacional, de Cataluña, Vas-
congadas o Galicia, frente a la Nación española. Y es que lo que no
son sino partes regionales de la sociedad política española, que han
surgido como divisiones señoriales, eclesiásticas, forales o adminis-
tratiyas suyas (y que terminan contemporáneamente formando
parte provincial o regional de la nación española), son vistas por
determinada "historiografía» como ..nacionesr> ya soberanas desde
Ia prehistoria ("Catalunyarr, ..Euskal Herria", rrQaliTarr), conside-
rando toda transformación histórica posterior, ya sea producida
por el Imperio romano, por el carolingio, por el español, etc., como
rEstá España dejando de existir?
una mera superestructura, artificiosa y superficial, que si bien no
hace ninguna mella en la perseverancia .<nacional, de tales socieda-
des, paradójicamente también las ..oprimerr.
Libro de texto de la asignatura Conocimiento del
Medio, 5" de Primaria (Editorial. Elkarlanean):
..Aunque a través de la historia Euskal Herria ha sufrido
muchos ataques (romanos, visigodos, musulmanes, fran-
cos...), su lengua no se ha perdido. [...] un pueblo mantiene
su identidad mientras conserva su lengua,, (op"d.Ladrón de
Guevara, Educación y Nacionalismo, p.232).
23. La existencia antinacional española de la onación catalanao
De hecho esta situación de anticonstitucionalidad política e his-
tórica existente en España ha alcanzado el punto, insostenible, de
llegar en sede parlamentaria a reconocer legalmente como naciónlo
que constitucionalmente se considera una de sus partes, cayendo
así con este reconocimiento en una situación flagrante de inconsis-
tencia constitucional sin precedentes (..ura nación denffo de una
nación,,, es una contradicción política). Al ratificar una ley orgáni-
ca (el Estatuto de Cataluña de 20A6) por la que se considera a
Cataluña como nación, las Cortes tienen asiento los
-donde
representantes de la soberanía nacional española- han aprobado
una ley por la que se reconoce, paradójicamente, que nada se puede
aprobar o desaprobar por las Cortes en relación a Cataluña. Y ello
supone, sencillamente, que el poder legislativo español, representa-
do por las Cortes, no reconoce a España como nación soberana en
todas sus partes tal como éstas son definidas en la Constitución.
Ello no implica que España haya ya dejado de existir como
nación, pues el poder legislativo no representa la totalidad del poder
soberano, pero sí que, al aprobar una ley anticonstitucional, se obs-
taculiza y hasta se impide que la ley común (nacional) se desarrolle
en el ámbito jurisdiccional que constitucionalmente le corresponde,
generando así privilegios o desigualdades antinacionales (fracciona-
rias) entre unas partes y otras de la nación española.
47
 En defensa de España
Preámbulo del Estatuto de Cataluña en el que se reco-
noce a ésta como ..Naciónn (sin embargo, en ningún
momento se habla de Ia nación española, sino del
"Estado
españolr, esto es, de una coyuntura política de Ia que
Cataluña corno nación podría disociarse si quisiera):
"Cataluña se ha ido construyendo a lo largo del tiempo
con las aportaciones de energías de muchas generaciones,
de muchas tradiciones y culturas, que han encontrado en
Cataluña una tierra de acogida. El pueblo de Cataluña ha
mantenido a lo largo de los siglos una vocación consrante
de autogobierno, encarnada en instituciones propias como la
Generalitat fue creada en 1359 en las Cortes de
Cerrrera- y -que
en un ordenamiento jurídico específico recogido,
entre otras recopilaciones de normas, en las Constitwcions i
altres drets de Catalwnya. Después de 1.7t4, han sido varios
los intentos de recuperación de las insrituciones de aurogo-
bierno. En este itinerario histórico consriruyen hitos desmca-
dos, entre otros, la Mancomunidad de 191,4,Ia recuperación
de la Generalitat con el Estatuto de 1932, su restablecimien-
to en 1977 y el Estatuto de 1979, nacido con la democracia,
la Constitución de 1978 y el Estado de las auronomías. La
libertad colectiva de Cataluña encuentra en las instituciones
de la Generaliat el nexo con una historia de afirmación y
respeto de los derechos fundamentales y de las libertades
públicas de la persona y de los pueblos; historia que los
hombres y mujeres de Cataluña quieren proseguir con el fin
de hacer posible la construcción de una sociedad democráti-
cay avanzada, de bienestar y progreso, solidaria con el con-
junto de E,spaña e incardinada en Europa.
El pueblo catalán sigue proclamando hoy como valores
superiores de su vida colectiva la libertad, la justicia y la
igualdad, y manifiesta su voluntad de avanzar por una vía de
progreso que asegure una calidad de vida digna para todos
los que viven y trabajan en Cataluña.
Los poderes públicos están al servicio del interés general
y de los derechos de la ciudadanía, con respeto al principio
de subsidiariedad. Es por todo ello que, siguiendo el cspíritu
4u
¿Está España deiando de existir?
del Preámbulo del Estatut de 1979, el presente Estatuto
asume que:
Cataluña es un país rico en territorios y gentes, una diver-
sidad que la define y la enriquece desde hace siglos y la for-
talece para los tiempos venideros.
Cataluña es una comunidad de personas libres Para per-
sonas libres donde cada uno puede vivir y expresar identida-
des diversas, corl un decidido compromiso comunitario
basado en el respeto a la dignidad de todas y cada una de las
personas.
La aportación de todos los ciudadanos y ciudadanas ha
configurado una sociedad integradora, con el esfuerzo como
valor y con capacidad innovadora y emprendedora, valores
que siguen impulsando su progreso.
El autogoLi..rro de Cataluña, se fundamenta en la
Constitución, así como en los derechos históricos del pueblo
catalán que, en el marco de aquélla, dan origen en este
Estatuto al reconocimiento de una posición singular de la
Generalitat. Cataluña quiere desarrollar su personalidad
política en el marco de un Estado qlue reconoce y respeta la
áiversidad de identidades de los pueblos de España.
La tradición cívica y asociativa de Cataluña ha subrayado
siempre la importancia de la lengua y la cultura catalanas, de los
dereihos y delos deberes, del saber, de la formación, de la cohe-
sión social, del desarrollo sostenible y de la igualdad de dere-
chos, ho¡ en especial, de la igualdad entre mujeres y hombres.
Cataluña, a través del Estado, participa en la construcción
del proyecto político de la Unión Europea, cuyos valores y
objetivos comparte.
Cataluña afirma, desde su tradición humanista, su com-
promiso con todos los pueblos Para construir un orden
mundial pacífico y justo.
El Pailamento de Cataluña, recogiendo el sentimiento y
la voluntad de la ciudadanía de Cataluña, ha definido, de
forma ampliamente mayoritaria a Cataluña como nación. La
Constitución española, en su artículo segundo, reconoce la
rcrrlirl:rtl ,,,.tci,r,',al dc Cataluña como una nacionalidad-
,1,)
a
En defensa de España
ejercicio del derecho inalienable de Cataluña al autogo-
bierno, los Parlamentarios catalanes proponen, la Comisión
Constirucional del Congreso de los Diputados acuerda, las
cortes Generales aprueban y el pueblo de cataluña ratifica el
presente Estatutorr.
_ Y_ es que, desde la perspectiva introducida por esta Le¡
Cataluña es ya una nación (no pudiéndolo ser por r;nro Espafa, si
nación denota soberanía) que, en el ejercicio linalienabl", d" ,u
"autogobierno», se constituye en ..Comunidad autónoma' dentro
del Estado español, siempre pudiendo no hacerlo (y constituirse en
otra cosa) si el
"Estado español" (una enddad puramente adminis-
tratiya y transitoria, según es aquí concebido) no le reconoce esa su
"realidad nacionalrr.
Así de claro lo decía ya Miguel Roca, uno de los ponentes de la
Constitución de l97B (por deferencia del PSOE), bairarte anres de
la aprobación del nuevo Estaruro cataTán:
"Caraluña no adquiere su identidad [nacional] como con-
secuencia de ser una Comunidad Autónoma: primero es
[nación], y como tal quiere que se la reconozcá; s"gurrdo,
como consecuencia de su existencia [como nación], reclama
el derecho subsiguiente de tener un autogobierno que le per-
mita desarrollar su ser[nacional]" (Miguel Roca, Lá propaes-
ta constitucional de 1978, en España, un hecbo, Editorial
Faes, p. 4B).
Esto implica que Cataluña, atendiendo a sus derechos ..nacio-
nalesr,, soberanos, podría en cualquier momento (como se afirma
en la Declaración de Barcelona) reclamar la constitución de un
Estado catalán (o su anexión a Francia, etc.) si por las razones que
fueran el ..pacto constitucional de l97Br> (como se le suele llamar a
la constitución desde el secesionismo) no lg ..permite desarrollar
su ser>) (nacional). Así el nuevo Estatuto representa, en realidad,
toda una Constitución de la ..nación catalanár, que, en el ejercicio
de su_soberanía,«pacta bilateralmente» (a modo de confederación)
con el "Estado español" (se supone reconstiruido confederalmente
50
¿Está EsPaña dejando de existir?
por la graciade esa nueva Ley orgánica esraruraria) las distintas dis-
posiciorres legales de ese Estatuto. Un Estatuto -que, en-cualquier
'"rso,
r-ri siquiera sadsface, como no puede ser de offa forma, las
aspiracionei de algunas fuerzas parlamentarias secesionistas que,
pó, otro lado, contribuyeron a darle en su elaboración esre carác-
ter antrconsfltuctonal.
Puigcercós, Sesión plenaria del Congreso de los
Diputáos del ¡O de mario de 2006, sobre la -propuesta de
,.forrn, del Estatuto de Autonomía de Cataluña:
,.Hoy Esquerra Republicana seguramente votaría a favor
de este-Estaiuto, Porque tendríamos mejor financiación y
más garantí*, p"trlrt inversiones y, sobre todo, la definición
de Cátaluñr.á*o nación no sería un circunloquio en el cual
se afirma que el Parlamento de Camluña dice y- afirma que
Cataluña .i rrr* nación. No Io dice el Parlamento de Cataluña,
lo sabe toda Cataluña. El 18 de febrero miles de personas
salieron a la calle sin complejos y de forma festiva defen-
diendo que Cataluña es una nación. Lo que- nosotros querí-
amos era reconocimiento nacional, no esta forma con la que
le dan en parte la razón al señor Rajoy cuando dice que esto
es un a.tiojo del Parlamento de Cataluña. No lo dice el
Parlamento de Cataluña, lo dicen los ciudadanos y las ciuda-
danas de Cataluña' [...]
A nosotros los catalanes nos preocupa la identidad' nos
preocupa nuestro sentimiento nacional, nuestra lengua,
,..r.rt., como les preocupa a ustedes, a los españoles
",rltura,
nosotros defendemos la idea de nación catala'
[...]. Cuando
,i" hacer redondeos, sin intentar buscar circunvalaciones
",
extrañas para decir que Cataluña es una nación, seriamente
Io decir.rás porque defendemos nuestra identidad' Étte et u'
sentimiento legítimo que ustedes tienen que resPetar y que
hasta hoy ,ro ü h, respetado. Ustedes denen que entender-
nos también a nosotros. [...]
Acabo como he empezado: éste es un buen Estatuto para
una región de.España, p.to un mal Estatuto para Cataluña,
"t
para uná nacrón de Europa. Desde Esquerra decimos clera-
51
 En dcfensa de España
mente que lo que nos inclina hoy a votar que no es que si este
texto es el que es, no queremos hipoteiar a las próximas
generaciones de ciudadanos y ciudadanas de Catiluña, no
queremos hipotecar su bienestar. Tenemos una gran oportu_
nidad, esramos aún a tiempo; señores y señoras de la L^yo_
ría socialista, esramos aún a tiempo. [...] Dennos la corrside_
ración nacional que merecemos como nación, dennos la
financiación que merece y necesita Cataluña, dennos la
inversión en infraestructuras y las competencias necesarias,
porque Cataluña, señoras y señores diputados, necesita más,
Cataluña merece más,r.
24. La Nación española, todaoía existente,
¿camino de sw disolución?
España p,es existe en efecto como sociedad política nacionar,
pero sin embargo, sobre todo con el desarrollo del
"Estado de las
autonomías» a parrir de 1.978, precisamente a partir del mismo
momento en que España se convierte en democracia homologada
capitalista iniciado con el franquismo, no lo ol.rride-
mos-, su -proceso
consisrencia está en camino de disolución nacional al
producir, ya no sólo manifestaciones más o menos intencionales,
sino leyes que consolidan la divergencia anticonstitucional enrre
sus partes. La ley del Estatuto caalán es corolario de esta situación
de divergencia nacional-fraccionaria que, si bien tiene su origen en
el siglo x]x y ha re,ido rnomenros puntuales muy graves (iitento
de golpe de Estado secesionista producido con la declaración cle la
..República catalana,, en octubre de 1934 por Companys), no había
llegado hasta ahora a un desarrollo tan generalizadá .o*o el que se
está produciendo a través del desarrollo del .,Estado de las auiono-
mías,. F.n 1934 las Cortes no aprobaron contrario- la exis-
tencia del "Estado cataTán, proclamado por -al Companys desde el
balcón de la Generalidad, cosa que sí ha bcurrido er. )006 con la
"Ley del Estatuto de Cataluña".
Además, esta reforma estatutaria catalana es tan sólo el princi-
pio: desde otros parlamentos autonómicos ya se habla dc .nación,
(o sinónirnos suyos), e, los estatutos aprobados corrcsponclicntc.s,
\2
¿Está España dejando de existir?
para referirse a otras partes autonómicas de España (Andalucía,
Galicia, Aragón...), habiendo finalmente prosperado como leyes
orgánicas al ser aprobados por las Cortes.
DECRETO del presidente 2/2007, de 1,6 de enero, por el
que se somete a referéndum el Proyecto de Iteforma del
Estatuto de Autonomía para Andalucía:
Andalucía ha sido la única Comunidad
"Preámbulo. [...]
que ha tenido una fuente de legitimidad específica en su vía
de acceso a la autonomía, expresada en las urnas mediante
referéndurn, 1o que le otorga una identidad propia y una
posición incontestable en la configuración territorial del
Estado.
El Manifiesto andalucista de Córdoba describió a
Andalucía como realidad nacional en19L9, cuyo espíritu los
andaluces errcauzaron plenamente a través del proceso de
autogobierno recogido en nuestra Carta Magna. En 1978 los
andaluces dieron un amplio respaldo al consenso constitu-
cional.
Hoy, la Constitución, en su artículo 2, reconoce a
Andalucía como una nacionalidad en el marco de la unidad
indisoluble de la nación española.
Todo este caudal de esfuerzos, del clue el Estatuto de
Autonomía ratificado por los andaluces y andaluzas el 20 de
octubre de 1981 ha sido herramienta fundamental, nos per-
mite hoy abordar la construcción de un nuevo proyecto que
ponga en valor y aproveche todas las potencialidades actua-
les de Andalucía [...]".
Precisamente la Fundación para la Defensa de la Nación
Española (DENAES) surgió en diciembre de 2005 como respuesta
a la admisión a trárnite por las Cortes Generales de esta Ley orgá-
nica del Estatuto de Cataluña, ley completamente anticonstitucio-
nal, decimos, pero que finalmente fue aprobada por las Cortes (30
clc rnarzo dc 2006).
5]
I
I

En defensa de España ¿Está España dejando de existir?

25. El aborrecimiento y condena. (a mwerte) de lo español alineado 26. Negación y aborrecimiento de todo lo que es común
al "españolismo, a los españoles

Como consecuencia de la fuerre implantación institucional de La insistencia en la condena del "españolismor, repedda hasta la
esta posición, digamos anri-española (España represenra lo peor saciedad desde determinadas instancias (partidos nacionalistas,
políticamente hablando y lo mejor que se puede hacer es desenren- federalistas, etc.), tiene que ver con la negación de todo aquello que
derse de ella, si no directamente atacarla atentando contra la sobe- es común a la sociedad política española, empezando por la lengua
ranía nacional española), ocurre un curioso fenómeno sociológico, y la cultura; una negación basada, a su vez, en la afirmación de unas
muy generalizado en España, según el cual el que afirme lo contra- presuntas ..culturas propiasrr, ..diferentes, de la española e irreduc-
rio, es decir, quien niegue la inexistencia de España, esto es, quien tibles a ella, desde las que se justifican las pretensiones de disolu-
sencillamente afirme, ya no su defensa, sino su mera existéncia ción nacional de España propiciando la divergencia política entre
como Nación, además de como «Estado>>, se considerará automá- sus partes.
ticamente "españolista, o ..nacionalista españolrr, alineado con la Y es que, sin duda, uno de los factores de mayor cohesión de
<<extrema derecha, y el «f¿56¡rmo>> sea como fuera que lo justifi- una sociedad, en general, y de España en particulaE es la lengua
que. Y es que, ," ,úporr", quien defiende la existencia de Éspaña común. Negar la existencia del español como lengua común a toda
está comprometiéndose con su esencia, una esencia siempre sobre- España, a todas sus partes, y erradicar su uso en algunas de ellas, es
entendida por el secesionismo y sus cómplices como antidemocrá- precisamente uno de los principales objetivos de los que procuran
tica, tiránica, ..fascistarr. el fraccionamiento de España.
En este sentido, miles de españoles, como supuestos represen-
tantes del "españolismorr, han sido y siguen siendo asesinados,
secuesffados, heridos, golpeados, extorsionados, desplazados,
exiliados, amenazados, insulmdo s por ser españoles y en td.nto que
tales (lo sean o no). Y lo han sido, no sólo por las bandas organi-
zadas que han cometido y siguen cometiendo tales actos crimina-
les (ETA es la principal, pero orras han operado y muchas aún
operan en tal sentido), sino por facciones perfecramente instala-
das institucionalmente que «recogen las nueces>> como beneficia-
rios de las acciones terroristas. Actos estos, además, perpetrados
contra España y los españoles precisamente en nombre de la
"libertad" y la "democraciar,; una libertad y democracia que
quieren ser «recuperadas, para los pueblos se supone ..oprimi-
dos, o «expulsados>> por ese ..españolismo" contra el que se aten-
ta, y todo ello a costa de la libertad de la soberanía de la nación
española.

54 55
a
¿E,XISTE LA LENGUA ESPANOLA?
27. El idioma español es la única lengwa común a toda España
Desde un punto de vista lingüístico el español exisre como len-
gua común a unos 400 millones de hablantes en 2008. Además de
ser el idioma común y oficial de toda España (cosa que no ocurre
con ninguna otra lengua de las que se hablan en España), también
es el idioma común y oficial en todos los países hispanoamerica-
nos, en Guinea Ecuatorial y en la República Saharaui. Existe un
gran número de hablantes en EE.UU. (cuarto país en número de
hispano hablantes, después de México, Colombia y España), y un
número importante en Brasil, Marruecos y Filipinas (país asiático
en donde el español fue idioma oficial hasta 1,976), además de ser
también hablado por grupos minoritarios en Israel y Turquía (el
ladino), Portugal y algunos otros países europeos. Por otra parte,
en muchos otros países se ha impuesto, frente al inglés o al francés,
como segunda lengua en la instrucción pública.
Como idioma escrito tiene una rica radición literaria de más de
mil años, estando la mayor parte de sus hablanres alfabedzados, y
alfabetizados en esta lengua, disponiendo de una de las empresas
editoriales más potentes del mundo en cuanto al número de publi-
caciones anuales producidas en este idioma (contando originales y
traducciones).
56
¿Existe la lengua española?
28. Ser la lengwa del Imperio no quiere decir ser intPuesta
por la fwerza
Y es que la lengua española es resultado que queda" lin-
güísticamente
-"lo como Imperio
hablando- del desarrollo de España
a partir del siglo XV.
Precisamente durante la Edad Moderna el español, como tantas
otras lenguas, sufre una dignificación frente a la lengua latina. Así
durante los siglos XVI y XVII, coexistirán las obras en español y
latinas hasta que paulatinamente, y cada vez más, se irán produ-
ciendo traducciones que constituirán el cauce fundamental para el
enriquecimiento del léxico intelectual, científico y técnico del espa-
ñol (como se observa en las traducciones quinientistas). Las tra-
ducciones permiten el crecimiento de tecnicismos (a través de
varios mecanismos como los préstamos léxicos) que, junto con la
creación de términos nuevos procedentes de otras latitudes con las
que entró en contacto España, han contribuido a ensanchar al espa-
ñol frente a posibles invasiones foráneas. Así durante la monarquía
de los Austrias, el español calóy penetró en todos los reinos por la
misma razón por la que Castilla se impone al resto de reinos: por
ocupar el centro peninsular.
..Y pues en todo presumen [los españoles] ser los prime-
ros, y con razón, no sé por qué en esto, que es lo principal,
no son ni aún los postreros. Pues no les falta ingenio, ni jui-
cio, ni doctrina, y la lengua es la mejor (a mi juicio) de ias
vulgares, o, al menos, no hay otra mejor" (Francisco de
Enzinas, 1543).
Se ha hablado, con todo, de "castellanización cultural y lingüís-
tica, desde contextos nacionalistas y afines insinuando su imposi-
ción forzosa (cuando no directamente diciéndolo).
Sin embargo, como ha manifestado el historiador González
Antón, en modo alguno se podrá hablar de imposición política ya
que su difusión no se desplegó por real decreto, ni mucho menos. La
áifusión del español, de la lengua "dita ya española" (según escribe
un alltor cat¿rlán en 1.621,),por Navarra, Aragón y Valencia y su tlso
57

En defensa de España
creciente en Cataluña fue indiscutible precisamente por razones
morfológicas. Ya en el cancionero barcelonés de 14ge, Jardinet
d'Orats, hay 20 poemas en castellano de un total de 84; y tanto Juan
Boscán como el poeta rosellonés Pere Moner escriben su obra en
español, amén de otros muchos catalanes como Guillem de
Torraella, Ro,reu Llull, Narcís Vinyoles, Fe,ollar o Ribelles. En las
provincias vascas sería la nobleza rural la que desarrolla el uso del
español produciéndose la idendficación de castellano y español en
todos los sitios sin quc ello respo'diera a ninguna co,signa política.
..Cuando a comienzos del siglo XVII el obispo de Tortosa
reitera a los sacerdotes ia necesidad de predicar en valencia-
no, la ciudad de Castellón se sintió ofendida porque 'esro ha
hec.ho so pretexro de que en las villas y lugares de dicha dió-
cesrs no enrenderían la lengua casrellana, y la dicha de
Castellón y los vecinos della entienden tanro como la que
más, assí por ser populosa como por tener mucha gente luzi-
da que la compone'" (L. González Anrón, España y las
E spañas, Altanza, Madrid 1997, p. 27 6).
El español, desde luego, es 7a ,,lengwa del Rey,,, de la política de
la Corte, de Ia administración y la diplomacia, lo cual facilita su
penetración, no sólo en la península sino en toda Europa. No en
vano fue el ernbajador de España quien por primera véz rompió
con Ia tradición de dirigirse al Papa en latín, haciéndolo en el idio-
ma propio, haciéndolo también Carlos I en Bolonia al ser nombra-
do emperador de los romanos.
Así entre 1540 y 1560 hay una fuerre expansión de la literatura
española en toda Europa. E,ra una afición que no se limitaba a las
grandes capitales sino que también enconrraba lectores en el medio
rural. IJna ola importante de traducciones fue la consriruida por la
picaresca: Corneille llega a mencionar las res obras cuml¡re de la
picaresca española que eran toda una referencia para los lectorcs y
espectadores franceses de comienzos clel siglo XVII. Para I{oger
Chartier, la literatura española ejerce una influencia en toda
Iluropa a través de las interpretaciones quc inrponían las tracluc-
cir>ncs. I.,a prcscncie dc la literatura cspañola cn Iluropa iría, ailc-
5S
¿Existe la lengua española?
más, unida a la idea de perfección de la lengua española cüya caÍac-
terística más sobresaliente era \a correspondencia exacta entre la
grafíay la pronunciación. En este senddo los académicos franceses
citaban al español como modelo a seguir.
Por Io que toca a su expansión por América y, en menor medi-
da por África, el español se expandió y se enriqueció (con léxico
arnerindio) en buena medida a pesar de los decretos reales que, por
influencia de las órdenes religiosas (que procuraban evangelizar a
partir de las lenguas indígenas), fue a veces restringido su uso, más
q,r. prorrovido. Es desde el español, y en español, desde donde se
elaboraron las gramáticas del nahuatl o el quechua'
29. El ocastellano,, o la negación oficial del esltañol como lengwa
Sin embargo, actualmente en España, ya desde hace tiempo, a
diferencia de Flispanoamérica y en general de otros lugares (en inglés
se dice spanisb, no «castilia¡,,), se ha dejado de hablar del español
como lengua (aunque también en algunas Constituciones america-
nas se habla del ..castellano, como idioma, y no del español).
Oficialmente, según se recoge en las distintas disposiciones
legales al respecto, en España se habla el ..castellano", el catalán, el
valenciano, el vascuence, el gallego y, por lo visto, también el ata-
nés (según se reconoce en la Ley del Estatuto de Cataluña). Por lo
menos oficialmente, en Españ a ya no se habla el español (la propia
Constitució n de 1,978 así lo dice: ..Art. 3". El castellano es la lengua
española oficial del Estado").
Sin embargo, lingüísticamente el "castellano>> es un dialecto, no
un idioma, y un dialecto (concepto oblicuo) siempre lo es respecto
de una lengua, una lengua que, en este caso, se silencia oficialmen-
te. Y es que el ..castellano, es, en realidad, el español hablado en
Castilla (castellano septentrional) y Andalucía (castellano meridio-
nal o andaluz), siendo así clue en España no sólo se habla el espa-
ñol castellano, sino también el español canario, el churro, murcia-
no, asturiano, gallego, catalán, vasco, etc. (todos ellos variantes
dialectales dcl español que, por cierto, desaparecen en la lengua
cscritrr, sllvo c¡r la novcla costurnbrista...).
59
 En defensa de España
El "g¿5¡sll¿no>>, por tanto, como variante dialectal del español,
no es común a toda España, como sí lo es el español sin más (que,
sin embargo, insistimos, ha desaparecido oficialmente).
Lo que hace pues Ia Constitución de 1928, como también lo
htzo la de 1,931, (y no hay anrecedenres al respecro en las consriru-
ciones jurídicas anteriores, salvo en el Anteproyecto de consritu-
ción de 1929), es pracricar la sinécdoqre y 1lr-r. al español por
uno de sus dialectos, el ..castellanor, evitando así mencio n i l^
palabra maldita para el separarismo (secesionista o federalista). Los
constituyentes concedieron aquí mucho a la pretensión separatista,
y es que la comunidad de la lengua, insistimos, es uno los elemen-
tos más importantes de cohesión nacional: desaparecido el español
como lengua oficial, ya se puede hacer de las lenguas vernácuias de
Galicia, Cataluña... lenguas ..propias,r, que es el paso previo inme-
diato para convertirlas en lenguas oficiales de la-"nación, en cier-
nes correspondiente, y al españoI, oficialmente ..castellano>>, con-
vertirlo en lengua extraña, extraniera para esa nación fraccionaria.
Documento EAJ-I)NV. Comisión de Educación
(Escuela Vasca), Mayo 1989:
..El mantenimiento y consolidación de nuestra cultura
identidad como nación pasa por la Escuela Vasca que poren-
cia nuestra lengua a través de la euskaldinizactón; pero ade-
más de la lengua la cultura vasca se plasma en una histo.ia y
una geografía propias, así como en los logros y manifesta-
ciones de toda índole que los vascos hemos producido a tra-
vés del devenir histórico" (apud. E. Ladron de Guevara,
Edwcación y Nacionalismo, p.132).
Ibarreche en la Sesión plenaria del Congreso de los
Diputados del 1 de febrero de 2005 sobre Ia reforma de
Estatuto político de la Comunidad de Euskadi:
"Señor presidenre, señoras y señores diputados, presiden-
te del Senado y senadores, presidenre del Gobiernt, miem-
bros del Gobierno (el señor Ibarrerxe Markuarru pronuncia
palabras en euskera), señoras y señores, quiero que mis pri-
meras palabras representando aquí al Parlamento ,nsco scnn
(r0
¿Existe la lengua española?
en euskera, lengua oficial en nuestro país, que por supuesto
traduciré a todos ustedes, y que es una lengua milenaria en la
que el pueblo vasco ha expresado generación tras generación
sus ansias de libertad y sus deseos de amistad con los demás
pueblos con los que ha convivido desde el respeto mutuo a
lo largo de la historia. (El señor Ibarretxe Markuartu conti-
núa su intervención en euskera, siguiendo en castellano). En
representación del Parlamento vasco he venido a las Cortes
Generales españolas a defender el derecho del pueblo vasco
a decidir su futuro [...].
30. El español es lengua comítn ?or ser propia de todas las regiones
de España
En efecto, desaparecido oficialmente, que no realmente, el espa-
ñol como idioma común de España, ya se puede hablar del gallego,
el catalán, el vascuence así lo hace la legislación inducida por el
-y
nacionalismo secesionista-, como de "idiomas propios" de
determinadas regiones, haciendo, abusivamente, de la opropiedad"
sinónimo de exclusividad. Es decir, se da por bueno el que, por
ejemplo, el cataTán sea el "idioma propio" de Cataluña sobreenten-
diendo que no hay más ..lenguas propias" de Cataluña que el cata-
7án, y sobreentendiendo también, a su vez, que las regiones en las
que sólo se habla español ("castellano", oficialmente) carecen de
"idioma propio" por ser oficial solamente el idioma cornún.
Ambos presupuestos, convenientes para el separatismo rampante
español, carecen de justificación lógica.
Y es que lo "propio" no excluye lo ..comúnrr, de tal modo que
aigo que es común, no por ello deja de ser propio (aunque no sea
exclusivo). Así, por ejemplo, es ?ropio (en alguna de las acepciones
que los escolásticos tomaron de Porfirio) de los individuos de la
especie bomo sa.Piens tener fémur y no por ello les es exclusivo: el
fémur es común a los mamíferos sin dejar por ello de ser propio de
los bomo sttPiens. De la misma manera, aplicado al caso, el español
cs la lengua comírn a toda España, siendo así que es lengua propia
clc todas sLrs partcs (incluyendo Vascongadas, Galicia y Cataluña).
6t
 En defensa de España
El que el español sea lengua común a otras partes de España
(Extremadura, Asturias, etc.) ----c incluso de fuera de España (Argentina,
Méjico, Perú...F, no impide que también sea propio de Cataluña,
Vascongadas o Galicia como efectivamente 1o es. Igualmente, que el
español sea propio de cada una de las partes de España, no excluye
que sea común a todas ellas (precisamente por ser propio de todas
ellas es por lo que es común). Así todas las partes (regiones) de
España tienen por lo menos una ..lengua propia": la común, el
español. Que además existan, en algunas de esas regiones, hablan-
tes de lenguas vernáculas distintas de la española (lengua gallega,
catalana, etc.) para nada excluye la propiedad del español en ellas.
En definitiva, tan propio de las Vascongadas o de Navarra es el
español como el vascuence (si no más, porque el español es de uso
común entre los vascos y entre los navarros, cosa que no ocurre
con el vascuence, que no lo habla, y menos aún lo escribe, todo el
mundo ni en el País Vasco, ni mucho menos en Navarra).
En los Capitoli del poeta italiano Luigi Tansilo (1510-
1568) éste se lamenta de la fuerte influencia de la lengua espa-
ñola en Italia, diciendo de sí mismo que parece de Yizcaya
(como parte representativa de España) más que de Italia al
utrlizar, hablando italiano, multirud de expresiones proce-
dente.s de la lengua española:
..Questa faccenda strana non vi paia;
Vi giuro ch'io mi scordo cual chi volto
Si ío son nato in Italie od in Biscaia.
Il viver con spagnuoli, m'han fatto nom suazi novo
E m'hanno suazi la mia lengua toltar.
..N.o os parezca extraña esta actirud;
os juro que a veces me olvido
de si he nacido en Italia o en Vizcaya.
Soy un hombre nuevo, he perdido casi del todo el uso de
mi lengua,
a fterza de vivir y andar con españoles,,.
62
¿Existe la lengua española?
(Apwd, B. Croce, España en la oida italiana dwrante el
Renacimiento, p. 1,39).
31. El nacionalismo secesionista de las «naciones» fraccionarias
emPieza por la lengwa
La razón de que el nacionalismo secesionista de naciones frac-
cionarias empiece por la lengua no es otra sino la de que la lengua
no solamente sirve para unir a los hombres, sino también para
separarlos. Elegir una lengua como "seña de identidad" que no sea
entendida por los demás españoles no tiene otro alcance que el de
volverse de espaldas a éstos, es decir, levantar una muralla aún más
infranqueable que lo clue pudiera ser un telón de acero.
La lengua española, así llamada, insistimos, precisamente por
ser la primera y única (hasta ahora) lengua común a toda España,
ha penetrado y sigue penetrando en todo ámbito social español, y
es esto precisamente lo que se trata de frenar desde aquellas faccio-
nes e instituciones que buscan el reconocimiento de la nación frac-
cionaria correspondiente.
Obstaculizar la penetración del español en determinadas partes
del tejido social español es el modo más efectivo, por expeditivo,
de romper ese tejido común (por ejemplo, impidiendo a muchos
españoles el acceso al mercado laboral en determinadas regiones al
exigir, como se hace, el conocimiento de una lengua regional
no común, no bastando el conocimiento de una lengua oficial,
que adernás es Ia única común, para acceder a un empleo en cual-
quier parte de España). Así ocurre en determinadas administracio-
nes autonómicas españolas c1ue, so capa de la posesión de un "idio-
r.na propio,, distinto del español, se llega incluso, ya no sólo a
obstaculizar, sino a penalizar en tales regiones el uso del español
(cn Cataluña se penaliza a aquellos comerciantes que no rorulen el
nornbre de sus establecimientos en catalán, y lo hagan en español).
Ley 7/1.998 de política lingüística promulgada por la
Generalidad de Catalu ña (7 I 1,1 1998):
.Prcírnbulo. L Significado y situación de la lengua catalana
L,r lcrr¡itr,r c:rtal¡na cs ttn clcmcnto furrdantcr-rtal de la for-
6l
I
En dcfensa de España
mación y la personalidad nacional de Cataluña, un instru-
mento básico de comunicación, integración y cohesión
social de los ciudadanos y ciudadanas, corl independencia
de su origen geográfico, y el vínculo privilegiado de
Cataluña con las demás tierras de habla catalana, con las
que forma una comunidad lingüística que ha aportado a Io
largo de los siglos, con voz original, una valiosa contribu-
ción a la cultura universal. Además, ha sido el testimonio de
fidelidad del pueblo car.alán hacia su tierra y su cultura
específica.
Forjada originariamente en el territorio de Cataluña,
compartida con otras tierras en las que recibe también
denominaciones populares e incluso legales distintas, la
lengua catalana ha sido siempre la propia del país y, como
tal, se ha visto afectada negativamente por algunos aconte-
cimientos de la historia de Cataluña, clue la han conducido
a una situación precaria. Esta situación es debida a varios
factores, como la persecución política que ha padecido y la
imposición legal del castellano durante más de dos siglos y
medio; Ias condiciones políticas y socioeconómicas en que
se produjeron los cambios demográficos de las últimas
décadas, y, aun, el carácter de lengua de ámbito restringido
que tiene, similar al de otras lenguas oficiales de Europa,
especialmente en el mundo actual, en que la comunicación,
la información y las industrias culturales tienden a la mun-
dialización".
32. La swpresión de los propios en españal como síntoma:
-no.mbres
la babelización de España
Consecuencia de esm obstaculización, dirigida en contra de la
propagación del español en España, es la erradicación de los nom-
bres propios en español, tanto de persona como de localidad
(región, municipio, ciudad), como de organismos públicos (hospi-
tales, centros educativos, centros administrativos, rnuseos, biblio-
tecas, etc.), de vías urbanas (calles, plazas, aveniclas, ctc-).
(t'l
¿Existe la lengua española?
Así en los medios de comunicación públicos (TVE, pero tam-
bién televisiones autonómicas, etc.), en la instrucción pública, en el
ordenamiento jurídico, en la señalización del tráfico, etc. se ha sus-
tituido el uso de la toponimia y la onomástica en español por sus
nombres en las lenguas vernáculas (muchos completamente inven-
mdos, sin base en un uso previo real).
"Ahora podemos pensar: ¿son estos nombres equivalen-
tes o iguales a los más viejos? ¿Es Vitoria lo mismo que
Gasteiz, es Salvatierra 1o mismo que Agurain? ¿Son Gasteiz
y Agurain tan vascos genuinos como pretenden algunos? Yo
tengo mis dudas, otros no las tienen. Yo personalmente creo
que Agurain está dentro de un mundo de sufijos que, en fin,
tienen un origen no vasco. Y estas dudas que son históricas,
lingüísticas, me hacen pedir, en este momento, un poco de
reflexión sobre esta especie de alegría desmesurada que se ha
tenido con los cambios de los nombres por principio de una
especie de impulso temperamental. Porque aceptemos unos
programas políticos, por respetables que sean, en un senddo
de restauración de la lengua, no vamos a pretender por ello
borrar las huellas del Imperio romano o las de la Iglesia cató-
lica ni las de las estructuras sociales, económicas y políticas
de la Edad Media que han sido internacionales, no solamen-
te específicas de la península Ibérica. Aunque esto lo realice-
mos con ardor, se pueda predecir que, será un intento falli-
do, incluso peligroso. Menos si ciertas gentes que tienen unas
conviccrones políticas muy robustas no tienen las facultades
menrales tan fuertes. Nada más" (]ulio Caro Baroja, El labe-
rinto ztasco, p. 138).
Una erradicación de los nombres propios en español que llega
al punto de, incluso hablando o escribiendo en español, introducir
cl nombre propio según su uso, fonético y gráfico, en la lengua ver-
nácula de la región correspondiente. Así por ejemplo en el oente
pírblico" por excelencia, TVE (que, por cierto, ha pasado a llamar-
sc.La 1,, cvitanclo así sin duda la E de su antiguo nombre), los
Ioct¡tr¡rcs y (:()r-l'csl)()ustrlcs har-r climinado cornpletarnente en sus
f'5
T
En defcnsa de España
I
discursos la toponimia en español de las localidades caralanas,
empezando por las capitales de provincia, utilizando exclusiva-
mente sus nombres en catalán. De modo que en vez de Gerona, se
dice "Girona», pronunciada además con fonética en catalán (y a
veces hasta con acento catalán, cuando el locutor en ningún otro
momento da muestras de tal acento al hablar).
"Llegaban los paisanos á número de tres mil, con cuyas
bandas llenas mas de osadía que órden, fué escaramuzando
hácia las puertas de Gerona, ciudad famosa, dicha de los
antiguos Geranda, donde se le juntaron los otros tercios, con
los quales se hizo grueso de quatro mil infantes" (Francisco
Manuel de Melo, Historia de los movimientos, separación y
guerra de Cataluñd en tien?po de Felipe IV,1637).
Incluso, en algunos nombres, se mantiene por escrito \a graÍía
catalana aunque en español tal grafía no renga ningún senrido:
"I- Hospitaletr,, "Vilanova i la Geltrúrr, cosa que no se hace con,
por ejemplo, las ciudades extranjeras que sí se mantiene su noml¡re
en español: Nueva York, Londres, Munich, etc. (los locurores
nunca hablan de New York, London o München). El paroxismo
llega cuando, no habiendo ninguna diferencia ni gráfica ni fonética
en el nombre, por ejemplo, Barcelona, entonces el locutor de TVE
pronuncia la palabra con acento catalán, a pesar de, insistimos, no
dar muestras previamente (ni después) de tal acento en su pronun-
ciación (algo que sin duda veríamos ridículo en un locutor si en
lugar de decir París con fonética española, lo dijese con or, de
fonética francesa).
33. Toponimia y onomástica: el adanismo secesionista
Lo que tácitamente (a veces expresamente) se quiere dar a
entender con tal sustitución: 1, con Ia consiguiente erradicación del
nombre en español, es que el nombre auténtico, ..propio", de esa
localidad es su nombre en la lengua vernácula, sicndo así que su
non-rbrc cn cspañol es sobrevenido, aclventicio, .i¡11p¡lc.st()» c'lc.silc
«,
¿Existe la lengua española?
.fuera, (Castilla, Madrid) por r^zones políticas superestructurales
(c entr alizació n, u nif o rmi s mo, ho mo genizació n) qu e no resp o nd en
al uso ..popular, del término. Por ..respeto)>, se dice, a los hablan-
tes de la lengua ..propia, es preciso mantener su nombre según su
expresión vernácula (que a veces, insistimos, no existe pero se
inventa), todayez que la otra expresada en español fue artificiosa-
mente impuesta. Una consideración de artificiosidad para los nom-
bres propios en español que es la misma con la que, desde tales ins-
tancias, se define y caracteriza a España.
Sin embargo, insistimos, tan propia y popular (si no más) es el
uso del nombre en español como en catalán, gallego, etc. lJn uso en
español que se trata de erradicar, ahora sí, artificiosamente, llegan-
do a inventar (en Academias ex profeso) usos <<popul¿¡s5» que
nadie hasta ese rnomento conocía ni utilizaba. Así, por ejemplo,
nadie pronunciaba en Galicia el nombre de "A Coruñar, estando,
sin embargo, muI extendidos popularmente los usos de La Coruña
o Coruña, sin más, para referirse a esta ciudad gallega. Pues bien,
ahora los medios de comunicación hablan constantemente en espa-
ñol de "A Coruña» aunque esto suponga caer en cacofonías o rei-
teraciones malsonantes ("El presidente se dirigió a A Corwña"). Es
más, el Ayuntamiento coruñés, por iniciativa del que fue su alcalde
durante muchos años, el socialista Francisco Yázquez, recurrió un
Auto del Tribunal de Justicia de Galicia por el que se obligaba a
tttllizar oficialmente el nombre de "A Coruñar, cualquiera fuese el
idioma que se estuviese usando. El Ayuntamiento de La Coruña
perdió el recurso en el Tribunal Supremo, según sentencia del 5 de
julio de 2006,y,por lo tanto, sólo es válido oficialmente el uso del
nombre de "A Coruña" al referirse a este municipio gallego (o a la
provincia homónima), se esté utilizando el español o el gallego.
En definitiva, los nombres propios en español, se viene a sobre-
cntender, son nombres inauténticos, <<extranjerosrr, ajenos al ..sen-
tir popular" de los habitantes de esas localidades que, por lo visto,
no se reconocen en ellos.
Igual ocurre con la onomástica. Se consideran los nombres pro-
pios compartidos comúnmente por los españoles, de origen bíbli-
co la mayor pxrte de ellos (|osé, Juan, Pedro...), como nombres
.cxtranjcr«r5r, sicndo lhora sustituidos l¡ien por versiones «tradu-
(17
I
En defensa de España
cidas" de los mismos a la lengua vernácula, o bien se imponen nue-
vos nombres de raíz local, por lo visto, originaria (digamos pre-
cristiana, pagana: presuntamente céltica o vascona...) que tiende de
nuevo a borrar lo que de común hay entre los españoles. Así
Brandán, Brais, en Galicia, Lrtzain, Kauldi, o formas como Karlos,
Jon, en las Vascongadas y Navarra... aparecen últimamente como
nombres propios, muchos de ellos completamente inventados para
marcar ad hoc las distancias con los nombres propios del resto de
los españoles. Y todo ello a pesar de que cualquier consulm en los
registros sacramentales, desde que el cardenal Cisneros los instau-
rara, acredita que ninguno de los nombres pretendidamente vascos,
catalanes o gallegos, aparece en tales registros, siendo todos ellos,
más bien, de origen greco-latino o bíblico (y que fueron, insisti-
mos, asumidos comúnmente en toda España).
Ley 1,/1998 de política lingüística promulgada por la
Generalidad de Catalu ia (7 / ll 1998):
"Artículo 18. La toponimia
1. Los topónimos de Cataluña tienen como única fonna
oficial \a catalana, de acuerdo con la normativa lingüística del
Institut d'Estudis Catalans, excepto los del Valle de Arán,
que tienen la aranesa.
2. La determinación de la denominación de los munici-
pios y las comarcas se rige por la legislación de régimen local.
3. La determinación del nombre de las vías urbanas y
núcleos de población de todo tipo corresponde a los ayunta-
mientos, y la de los demás topónimos de Cataluña corres-
ponde al Gobierno de la Generalidad, incluidas las vías inte-
rurbanas, sea cual sea su dependencia.
4. Las denominaciones a que se refieren los apartad os 2 y
3 son las legales a todos los efectos y la rotulación debe con-
cordar con las mismas. Corresponde al Gobierno de la
Generalidad reglamentar la normalización de la rorulación
pública, respetando en todos los casos las normas interna-
cionales que han pasado a formar parte del derecho interno».
68
¿Existe la lengua española?
34. La "normalización lingiiística" como erradicación del español
A esta obstaculización, cuando no punición, del uso del español
cn determinadas regiones se le viene llamando proceso de ..norma-
lización lingüística". lJna obstaculización paulatina cuyo objetivo
último es la completa erraáicación del uso del español en ellas, pri-
rnero en los organismos oficiales autonómicos y municipales
(desde la escuela a la administración, pasando por la señalización
del tráfico, topónimos, onomástica, etc.), para.a continuación,
como consecuencra de esta política lingüística antiespañola, conse-
cuir su erradicación de cualquier ámbito social (empresarial, mer-
cantil, sanitario, escolar, etc.).
lJn proceso que tendría su equivalente, en otros países, al de no
poder estudiar en algunas partes de Inglaterra en inglés, o no poder
clirigirse a la administración pública en algunas partes de Francia en
francés: ¿acaso no sería sorprendente el que en Alemania la propia
administración pusiese trabas para escolarizar a un hijo en alemán,
o directamente lo impidiese?; es más, ¿acaso no sería ya delirante el
que en Italia se penalzase a un comerciante por rorular su negocio
cn italiano y no hacerlo en francés (que es oficiai en el Valle de
Aosta)?
Dictamen evaluativo de las actuaciones de Política lin-
güística del año 2005 de Ia Generalidad de Cataluña:
"[...] Por otra parte, y dado que uno de los objedvos fun-
damentales de la campaña'Dóna corda al catal)' ('Dale cuer-
da al catalán') es la extensión del uso social de la lengua, evi-
tando, por ejemplo los cambios de lengua que con demasiada
frecuencia se dan por 'inercia', encontraríamos convenientes
otras actuaciones en las que se pusieran en evidencia ciertas
acdtudes presentes enffe los catalano-hablantes, en relación
precisamente con este cambio de lengua. El objetivo sería
demostrar que en realidad no usar nuestra lengua significa
poner barreras a los recién llegados y a los que quieren hablar
en catalán, y es en el fondo una forma de discriminación. Por
cl contr:rrio, hablar en catalán siempre es una forma de acogi-
rln, rlt' tr':r(:tr' :tl ()tro s;n clistincioncs ni discriminacioncsr.
(rt)
 En defensa de España
IJna erradicación la del español en determinadas comunidades
autónomas proporcional ala consiguiente implantación en ellas de
la lengua vernácula que, en todas las disposiciones legales, es con-
siderada corno ..lengua propia" de la región correspondiente, sien-
do así que, convertido oficialmente el español en ..castellano,r, éste
está recibiendo, indignamente, el tratamiento de lengua extr^njera
en esas partes de España, a pesar de ser oficial en ellas. IJna lengua
..extranjera,, a la que, además, por ejemplo en Cataluña, se le dedi-
can incluso menos horas docentes en la instrucción pública que al
inglés, que no es lengua oficial (dos horas se le dedica al español
por ley, que algunos colegios ni siquiera cumplen).
Ley 7/7998 de política lingüística promulgada por la
Generalidad de Catalu ia (7 / l/ 1998):
"Artículo 2. La lengua propid.
1. El catalán es la lengua propia de Cataluña y la singula-
riza como pueblo.
2. F,l caalán, como lengua propia, es:
a) La lengua de todas las instituciones de Cataluña, y en
especial de la Administración de la Generalidad, de Ia
Administración local, de las corporaciones públicas, de las empre-
sas y los servicios públicos, de los medios de comunicación insti-
tucionales, de la enseñanzay de la toponimia.
b) La lengua preferentemente 'túlizada por la
Administración ciel Estado en Cataluña en la forma que ella
misma determine, por las demás instituciones y, en general,
por las empresas y enddades que ofrecen servicios al público.
3. Lo dispuesto en el apartado 2 implica un compromiso
especial de las instituciones para promocionar su conocimien-
to y fomentar su uso entre los ciudadanos y ciudadanas, con
independencia del carácter oficial del catalán y del castellano".
Ley 3/7983, del 15 de junio, de normalizaciín lingüísti-
ca promulgada por el Parlamento de Galicia (Preámbulo):
"[...] Someddo a esta despersonalización política e a esta
marginación cultural, o pobo galego padeceu unha progresiva
depauperación interna que xa no século XVIII foi denunciada
70
¿Existe la lengua española?
polos ilustrados e que, desde mediados do XIX, foi constan-
temente combatida por todo los galegos conscientes da nece-
sidade de evita-la desintegración da nosa personalidade.
A Cgnstitución de 1978, ó recoñece-los nosos dereitos
autonómicos como nacionalidade histórica, fixo posible a
posta en marcha dun esforzo constructivo encamiñado á
plena recuperación da nosa personalidade coiectiva e da súa
potencialidade creadora.
Un dos factores fundamentais desa recuperación é a lin-
gua, por se-lo núcleo vital da nosa identidade. A lingua é a
maior e máis original creación colectiva dos galegos , é a ver-
dadeira forza espiritual que lle dá unidade interna á nosa
comunidad". Úrrerros co pasado do noso pobo, porque del a
recibirnos como patrimonio vivo, e unirnos co seu futuro,
porque a recibirá de nós como legado da identidade común.
E na Galicia do presente serve de vínculo esencial entre os
galegos afincados na terra nativa e os galegos emigrados polo
mundo.
A presente Lei, de acordo co establecido no artigo 3 da
Constitución e no 5 do Estatuto de Autonomía garantiza a
igualdade do galego e do castelán como linguas oficiais de
Galicia e asegura a normalización do galego como lingua
propia do noso pobo».
De hecho en muchos organismos de la administración pírblica
rle Galicia, Cataluña y las Vascongadas, pero también de Valencia,
llaleares, Navarra, ya ni se habla ni se escribe en español, haciendo
y prornoviendo un uso exclusivo de la lengua vernácula. Es a esto,
cn resolución, a lo que se le llama en España .normalización lin-
giiística", una <<normalización" que utiliza como coartada un pre-
.sLrnto
"bilingüismo" implantado, se dice, popularmente en algunas
r-cgiones, para, después, ni siquiera practicarlo (puesto !lue, en rea-
lirlad, .se promueve oficialmente un uso exclusivo de la lengua ver-
rrícula corrc.spondicntc).
/l
{
I
i
I
En defensa de España
35. El "bilingüismo,, oficial autonóntico conlo coartdda
Porque España, en cualquier caso, no es rrn país bilingüe
(mucho menos "pluri-lingüe) al no serlo en todas sus partes. Ni
siquiera en aquellas partes de España en las que existe co-oficiali-
dad entre la lengua española y la vernácula se da el fenómeno del
bilingüismo con una amplitud suficiente como parahacer de ellas
regiones bilingües. Si por bilingüismo, y sabiendo 1o controvertido
que resulta el concepto, se entiende el uso efectivo indistinto de
dos lenguas (no sólo su posibilidad) por los hablantes de una deter-
minada región, en E,spaña el bilingüismo es un fenómeno casi des-
preciable por su número real de hablantes bilingües y se centra
(siendo generosos) en algunas zonas de Cataluña, Valencia y
Galicia (y más como fenómenos de diglosia que de bilingüismo).
Ni siquiera, a través de la ..normalización lingüística" se llega a
implantar el bilingüismo, ya que, según hemos dicho, la ..normali-
zaciónr lo que hace en realidad es procurar la utilización exclusiva
de la lengua vernácula (y no el "biiingüismo>>, que, decimos, tan
sólo es una coartad a para erradicar el uso del español).
En definitiva la afirmación constitucional del plurilingüismo
co-oficial en España trata de ocultar y hacer desaparecer el idioma
común, poniendo toda clase de trabas y dificultades a su desarro-
Ilo en determinadas partes de España, y poniendo así dificultades a
la cohesión social entre españoles (una cohesión alimentada princi-
palmente, insistimos, por el idioma común).
Miguel de Unamuno, Diario de Sesiones, 18 de septiem-
bre de 1931:
oEl Sr. IJnamwno: Señores diputados, el texto del proyec-
to de Constitución hecho por la Comisión dice: 'El castella-
no es el idioma oficial de la República, sin perjuicio de los
derechos que las leyes del Estado reconocen a las diferentes
provincias o regiones'.
Yo debo confesar que no me di cuenta de qué perjuicio
podía haber en que fuera el castellano el idioma oficial de la
República (acaso esto es traducción del alemán), e hice una
primitiva enmienda, que no cra cxactanrente la quc dcspr-rós,
72
¿Existe la lengua española?
al acomodarme al juicio de otros, he firmado. En mi primiti-
va enmienda decía:'El castellano es el idioma oficial de la
República. Todo ciudadano español tendrá el derecho y el
deber de conocerlo, sin que se le pueda imponer ni prohibir
el uso de ningún otro'. Pero por una porción de razones
vinimos a convenir en la redacción que últimamente se dio a
la enmienda, y que es ésta: 'El español es el idioma oficial de
la República. Todo ciudadano español dene el deber de
saberlo y el derecho de hablarlo. En cada región se podrá
declarar cooficial la Lengua de la mayoría de sus habitantes'
A nadie se podrá imponer, sin embargo, el uso de ninguna
Lengua regional'.
Entre estas dos cosas puede haber en la práctica alguna
contradicción. Yo confieso que no veo muy claro lo de la
cooficialidad, pero hay que transigir. Cooficialidad es tan
complejo como cosoberanía;hay 'cos'de éstos que son muy
peligrosos. Pero al decir 'A nadie se podrá imponer, sin
émbargo, el uso de ninguna Lengua regional', se modifica el
texto oficial, porque eso quiere decir que ninguna región
podrá imponer, no a los de otras regiones, sino a los mismos
de ella, el uso de aquella misma Lengua. Mejor dicho, que si
se encuentra un paisano mío, un gallego o un catalán que no
quiera que se le imponga el uso de su propia Lengua, tiene
derecho a que no se le imponga"'
3 6. o Inmersión, lingüística
Resultado de esta ..normalización" es que muchas instituciones
públicas autonómicas y municipales (o financiadas con dinero
púrblico) ya sólo utilizan la lengua vernácula en sus manifestaciones
públicas (Parlamentos autonómicos, Plenos municipales, páginas
web, Boletines oficiales, etc.), impidiendo el acceso de los hispano-
Iablantes, esto es, de todos los españoles, a contenidos de interés
scneral (por ejemplo, la página web de la Generalidad de Cataluña
.s bilingüe, pero hay contenidos mayoría- que sólo están en
-la
.,etalán, y no cn cspañol; en la web del Parlamento de Cataluña la
7\
 En defensa de España
!'
trascripción de las sesiones plenarias sólo aparecen en catalán, así
como muchos otros de sus contenidos; igualmente en la web del
Parlamento de Galicia la trascripción de las sesiones plenarias sólo
están en gallego; partidos políticos que forman parre, acrualmente,
del gobierno de la Generalidad de Cataluña, como es Izquierda
Republicana de Cataluña, y otros en la oposición, como es
Convergencia y Unión en cualquier caso, con represen-
tación parlamentaria en-ambos,
las Cortes Generales- ofrecen los conte-
nidos de su página web exclusivamente en catalán; etc.).
..En muchos puntos del país se leen letreros que vienen a
decir que en Euskal-Erria hay que hablar vasco, como si
pensar silogísticamente tuviera validez en este orden y en
cualquier otro. A veces estos letreros se hallan en pueblos
que no lo hablan, desde hace ciento cincuenta años o más. La
lengua vernácula se pretende unificar, de acuerdo también
con un voluntarismo absoluto y no sólo se usa como medio
de comunicación normal, sino como medio de divulgación
de violentas ideas políticas. Es decir, que la lengua sirve para
marcar diferencias y subrayar adscripción a un grupo. Esto
produce reacciones y tensiones. E,sto vuelve a ponernos ante
el viejo concepto de 'nosotros' y 'todos los demás'" (|ulio
Caro Baroja, El laberinto vasco, p. 41).
De este modo desde las instituciones oficiales se fuerza a la
población de tales regiones, que tiene al español como lengua
materna (tanto a la población española como inmigrante de origen
hispano) a uttlizar la lengua vernácula (confinando, hasta que la
aprenda, a la población hispanohablante en ..aulas de acogidar,,
verdaderos ocorreccionales lingüísticosr, como los ha llamado ati-
nadamente Francisco Caja): el nombre de este proceso es el de
"inmersión lingüística"
justificado, de nuevo, como compensación
de una presunta "imposición" ("imperialista") del español en esas
regiones y la consiguiente ..persecución política" (operada, se dice,
sobre todo durante el franquismo) de las lenguas vernáculas y los
"derechos, de sus hablantes. De nuevo el franquismo es utilizado
como coartada,y como coartada, de nuevo, falsa.
74
¿Existe Ia lengua española?
En efecto, muchos ignoran, y sobre todo les interesa ignorar,
que fue precisamente durante el franquismo cuando se empezó a
incorporar la enseñanza de las lenguas vernáculas a la instrucción
pública. Pero ademái hay que añadir que poco después de termi-
nada la contienda de 1.936, en 1.945, comienzan a aparecer algunos
libros en catalán )¿, aunque a finales de los años cincuenta no se lle-
gaba aún al centenar, en la década de los sesenta se logró alcanzar
la cifra de seiscientos tírulos. En la década de los setenta aParecen
revistas en cataláncomo Germinabit o Serra d'Or.También, ampa-
rándose en el movimiento de la Nova CanEó tuvieron gran popu-
laridad cantautores como Raimon, Lluis Llach o María del Mar
Bonet. Y en las postrimerías del franquismo se llevó a cabo una
campaña por el uso "oficial" del catalán. Otro tanto cabe decir del
euskera y del gallego. E,n t964 se llegaron a publicar diecinueve
obras en euskera y en los años setenta se abrieron las primeras ikas-
tolas con un programa lingüístico muy preciso. El gallego recibió
un impulso con la fundación de Editorial Galaxia en 1950 dedica-
da exclusivamente a la edición de obras en gallego.
No hubo pues una "persecución» por parte del franqui.smo
parte de su administración- de las lenguas vernáculas,
-por
sino, más bien, una promoción de las mismas (por tímida que a
algunos les pueda parecer). Pero, en todo caso, de haberla habido,
cllo no justificaría la política antiespañola actual llevada a cabo por
algunas adrninistraciones autonómicas y locales.
Decreto 1,433/1975, de 30 de mayo por el que se regula
la incorporación de las lenguas nativas en los programas
de los Centros de Educación Preescolar y General Básica:
LaLey General de Educación, al definir las áreas de acti-
vidad parala Educación Preescolar, en su artículo catorce, y,
para la Educación General Básica, en su artículo diecisiete,
incluye en ellas el cultivo, en su caso, de la lengua nativa
como medio para lograr una efecdva incorporación de las
peculiaridades regionales al patrimonio cultural español.
La introducción de las lenguas nativas en la Educación
Prccscoltr y cn la Gcncral Básica se justifica, atendiendo, por
urlit l):u-l(') 't l:r rtcc:csiclad dc favoreccr Ia intcgración escolar
/\
r
§
!
En defensa de España
del alumno que ha recibido como materna una lengua distin-
ta de la nacional, y por otra, al indudable interés que tiene su
cultivo desde los primeros niveles educativos como medio
parahacer posible el acceso del alumno a las rnanifestaciones
culturales de tales lenguas.
Es procedente, pues, determinar los cauces que hagan via-
ble la efectiva inclusión en los programas de cualquier
Centro docente de la enseñanza de las lenguas nativas espa-
ñolas, atendiendo a las orientaciones pedagógicas aplicables
a la Educación Preescolar y a la General Básica, aprobadas,
respectivamente, por Ordenes ministeriales de veintisiete de
julio de mil novecientos setenta y tres y dos de diciembre de
mil novecientos setenta, cuyos criterios, resaltando la impor-
tancia trascendental del idioma castellano como lengua
nacional, han de permitir una atención adecuada a las lenguas
nativas en los Centros de ambos niveles.
La acción ha de ser acomedda con carácter experimental,
aunque el Estado cuidará de su efectiva práctica. Con espe-
cial ielo procr:r:ará que, donde así se determine, las enseñan-
zas correspondientes a la Educación PreescoTar y a la prime-
ra etapa de Educación General Básica se impartan siempre en
forma que asegure el fácil acceso de los alumnos al perfecto
conocimiento y empleo de la lengua nacional.
En su virtud, previo informe del Consejo Nacional de
Educación, a propuesta del Ministro de Educación y Ciencia,
y previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión
del día nueve de mayo de mil novecientos setenta y cinco,
Dispongo:
Artículo primero. Se autoriza a los Centros de Educación
Preescolar y Educación General Básica, con carácter experi-
mental, y a partir del curso mil novecientos setenta y cinco-
setenta y seis, para incluir en sus programas de trabajo, como
materia voluntaria para los alumnos, la enseñanza de las len-
guas nativas españolas.
Artículo segundo. Las enseñanzas en estos Centros ten-
derá a asegurar el fácil acceso al castellano, lengua nacional y
oficial, de los alumnos que hayan recibido otra lengua espa-
76
¿Existe la lengua española?
ñola como rnaterna, así como a hacer posible el conocimien-
to de esta última y el acceso a sus manifestaciones culturales
a los alumnos que la soliciten. [...]
Disposición final
Queda autorizado el Ministerio de Educación y Ciencia
para dictar las disposiciones neces arias para la interpretación,
desarrollo y ejecución del presente Decreto, que entrará en
vigor al día siguiente de su publicación en el 'Boletín Oficial
del Estado'.
Así lo dispongo por el presente Decreto, dado en Madrid
a treinta de mayo de mil novecientos setenta y cinco.
Francisco Francc¡,
3 7. o Re s ent as lingüísticas
" antinacionale s y antis o ciale s
Dos consecuencias inmediatas se derivan de esta política lin-
güística: la imposibilidad de penetrar y desenvolverse con norma-
lidad (igualdad de oportunidades) en determinadas partes de
España siendo competente en el uso de la lengua oficial y común,
siendo el hispanohablante discriminado desde un punto de vista
laboral, administrativo, escolar, etc.;y, además, lo que aún es peor
si cabe, la imposibilidad de una formación académica en español
parala población que habita en tales regiones (Cataluña, Galicia,
País Vasco...), impidiendo a muchos españoles el acceso a un uso
competente de un idioma de rango universal, con todo lo que ello
implica.
Así la cultura en español, de alcance internacional, es sustraída
en ia formación de los ciudadanos españoles que viven en determi-
nadas regiones, confinándolos a una formación de referencias
cxclusivamente en catalán, gallego o vascuence (de alcance local y
rcgional): actualmente a varias generaciones de españoles (y tam-
bión de extranjeros residentes en España) se les está amputando la
posibilidad de desarrollar competentemente su formación en un
iclionra universal, que, además, es oficial en su región y común a
tocll l')s¡rair:r.
77
l'-

En defensa de España ¿Existe la lengua española?

"Aprended, hermanos míos de sangre, a pelear apeados, el catalán, como el vascuence, es un conglomerado de dialec-
apeados de la mula rabiosa y terca que os lleva a su paso de tos. La bilingüidad oficial no va a ser posible en una nación
andadura por sus caminos de ella, no por los nuestros y como España, yafederadapor siglos de convivencia históri-
míos, no por los de nuestro espíritu, I gue, con sus corcovos, ca de sus distintos pueblos. Y en otros respectos que no los
dará convosotros en tierra, si Dios no lo remedia. Apeaos de de la lengua,la desasimilación sería otro desastre. Eso de que
esa mula, que no nació ahí ni ahí pasta y vamos todos a la Cataluña, Vasconia, Galicia, hayan sido oprimidas por el
conquista del reino del espíriru. Aún no se sabe lo que pode- Estado español no es más que un desatino. Y hay que rePe-
mos hacer en este mundo de Dios. Aprended, a la vez, a tir que unitarismo no es centralismo" (IJnamuno, ..La
encarnar vuestro pensamiento en una lengua de cultura Promesa de España", El Sol,14 de mayo de 1931).
dejando la milenaria de nuestros padres; apeaos de la mula
luego y nuestro espíritu, el espíritu de nuestra casta circun-
dará en esa lengua, en la de Don Quijote, los mundos todos,
como circundó por primeravez al orbe la carabela de nues-
tro Sebastián Elcano, el fuerte hijo de Guetaria, hija de nues-
tro mar de Yizcaya (Unamuno, Vida de Don Quijote y
Sancho, pp.207-208).

En definitiva, en algunas regiones de España no es posible for-

marse ni trabajar en Ia lengua común y oficial (lo que es directa-
mente ilegal), pero además, con tales medidas, lejos de favorecer al
catalán, al gallego o al vascuence, lo que se hace es favorecer la
penetración del inglés o el francés en ellas en deffimento del espa-
ñol (lo que es directamente estúpido).

"La bilingüidad oficial sería un disparate; un disparate la

obligatoriedad de la enseñanza del vascuence en el País
Vasco, en el que yala mayoríahabla español. Ni en Irlanda
libre se les ha ocurrido cosa análoga. Y aunque e[ catalán sea
una lengua de cultura, con una rica literatura y uso cancille-
resco hasta el siglo XV, y que enmudeció en ml respecto en
los siglos XVI, XVII y XVI[, para renacer, algo artificial-
mente, en el XIX, sería mantener una especie de esclavitud
mental el mantener al campesino pirenaico catalán en el des-
conocimiento del español internacional-, y sería
-lengua
una pretensión absurda la de pretender que todo español no
caalán que vaya a ejercer cargo público en Cataluña tuviera
que servirse del idioma catalán, mejor o peor unificado, pues

78 79
r-
r
i
¿EXISTE LA CULTURA ESPAÑOLA?
38. La lucha por la Cultura en España
Una de las fuentes rnás importantes de las que se nutren los pro-
gramas separatistas contra España, y por tanto una de las fuentes
de la idea de su disolución en naciones fraccionarias, es la Cultura
en su concepción sustancialism, metafísica, mítica. Digamos que la
<<temática cultural, está sirviendo como disolvente de la cohesión
nacional española, colándose esta por ese verdadero sumidero que
representa
"el mito la Cultura".
Es, en efecto, en las Casas de la Cultura municipales, y en las
Consejerías de Cultura autonómicas, así corno en otras muchas
instituciones dependientes administrarivamenre de estos organis-
mos (museos populares, romerías, ferias, etc.), en donde se cultiva
con más intensidad la idea metafísica de Culrura, según la cual la
Cultura, así enteriza, se concibe como una sustancia cuyos conte-
nidos (para empezar la lengua vernácula, o el dialecto local o regio-
nal, pero también el folklore, artesanías varias, fiestas, patronos,
ceremonias o ritos diversos, etc.) emanan espiritualmente dsl «pue-
blo,, correspondiente (catalán, gallego, berciano) en ranro que
oseñas de identidad» propias, y cuyos rasgos, así concebidos, se
hacen irreducibles a los de cualquier otro.
De este modo un cuadro de Dalí, por ejemplo, será interpre-
tado, a través de esta idea sustancialista de Cultura, como una
manifestación pictórica mediante la que se expresa el "pucblo
catalán" como *scña de identidad» suya, y sólo por ello, y r1o por
lt0
¿Existe la cultura española?
otra cosa, digno de ser conservado y administrado (no se vincu-
Iará, sin e*bárgo, la figura de Dalí como pintor o dibujante a las
.orri"rrr., pictéricas impresionista, cubista, abstracta o surrealis-
ta, por eje-plo, a muchos "pueblos', y P-o-1 las que se
"o-r.r.,
,.al-e.rte el significado de ra-les rrazos en el lienzo). Así
"*pli.,
cualquier contenido o institución culrural será vista como rasgo
caracte.ístico del upueblo, (un pueblo definido ad boc), del que
se supone emana &r."t**"rrte como expresión suya, siendo así
que i*l conrenido, circunscrito al organismo que lo administra
('corrsejería de cultura autonómica, casa de cultura municipal),
ir.eá.rcible a los contenidos culturales que emanan de otros
",
pueblos en torno' Y, Por ello mismo, diS1o. de conservación en
irrrto qtr. «seña de identidad' cultural del pueblo correspon-
diente.
De tal modo, derivada de esta conceptualizaciónmetafísica de la
cultura popular, si alguien manifiesta disgusto por alguno de estos
cotrteriáot, por ejemplo ante un cuadro de Miró, es que entonces
está manifesia.rdo aversión por "el pueblo catalán", que suPuesta-
mente está en ese cuadro íntegramente representado'
Así tanto Dalí, como Miró, como la sardana o el "pantoma-
¿:4.'r, incluso ..San Jordi, 3 gl «BarEa", serán dignos de ser
conser-
,rio, y ap.eciados (lo contrario es "catalanofobia") por ser
...rp."riónl del "pueblo, catalán, Por. ser manifestaciones pro-
pias' de .ru pr"rrita sustancia cultural emanada de ese pueblo'
Ürru ,rrrrrrJia culmrrl, por otro lado, cuya identidad debe ser
defendida, incluso con las arlnas, si alguna otra cultura trata de
absorberla o reducirla.
Así, en nombre del principio de "biodiversidad cultural,,, carac-
terísrico del relativismo culiural, las culturas regionales hay que
administrarlas siempre en función del valor que tienen como
.señas de identidad" del pueblo que rePresentan (cosa que, por
otra parte, no es válidu, pt. lo viito, para la "cultura española"'
.,ry, además d-e opo.tetse gratuitamente a l¿ "sa¡alal¡a"'
""irt"ncia,
o á l, ..r"r" a>> o a la ..andaluzar, sencillamente se niega).
ul
r
¡
I
a

En defensa de España ¿Existe la cultura española?

39. Desde la idea sustd.ncidlista de Cuhard. no hay lugar ..En el caso, la'identidad vasca' se pretende determinar a
para la española base de un estudio científico: pero en gran Parte se quieren
encontrar los rasgos no variables dentro de un ámbito en esen-
es que, desde esra perspecriva sustancialista, por la que cual_
.Y cia rural,, (]ulio Caro Baroja, El laberinto't)asco' P. 2B)'
cluier rasgo distintivo local se asume como conititutivt de un
"pueblo" (insistimos, definido ad hoc),la ..culrura española,, no
existe si no como un mero subproducto residuar del iáperialismo k idea sustanci¿lista de cwltura
40. origen merafísico (idealista) de
(tiránico), que es lo caracreríslico español (así, por ejemplo, la
"fiesta.nacional,,), y por el que se prer;de r lr, ,r.fdrd"_ Esta idea sustancialista de cultura, que alimenta ese esquema y
ras cu]turas catalana, gáilegr.. .-"gir,írr.
para uniformizarlas, que nosotros combatiremos por su-carácter mítico oscurantista y
igualarlas, en -vasca,
definitiva, arruinarlás y Ievarlas-a su .e*tirción, (dei frlsario, riene su origen en lá metafísica idealista, sobre todo ale-
mismo modo_que las especies biológicas locales se ven disminuiáas,
mana (Herder, Fichte), y que ha pasado, a través de diversas vías
incluso llevadas a su exrinción, cuindo, rompiendo el ..equilibrio
qr" ," pueden rastrear-hiitóricamente (Prat de la Riba, Sabino
ecológico" de derermi,ada región, urr, exrraña irrt.odr_ Ár".r"...), a presidiS como ideaÍuerza, los programas.de los parti-
"rp".L
cida "artificialmente, y se extiende, pand?micamente, ", la tota_
por do, ,.."riorrirtr, (..nacionalis¡¿5') españoles así como los planes de
lidad de los biotopos exisrenres acabarrdo con ras .rp..[, locales y
muchos de los organismos administrativos autonómicos y munici-
su biodiversidad).
pales que están b"ajo su tutela (casas de cultura, cons_ejerías de
. Fs decir, partiendo, según esta concepción mítica de ra cultura,
de la
Crlnr."...) . Una idea cuya peligrosidad política no hace falta
"evidencia,, de los ..hechos diferencialeso caracrerísticos de las nimaginarse», pues es la idea que está a la base delproyecto políti-
distintas culruras ya existentes en España, correspondientes a los
.o .rJ"iorrrlsoáaüsta de corrseiuencias nefasras y de todos conoci-
distintos
"pueblos' que, consrituidoi in illo tempor,:, fueron aquí das (es la idea, la de la Cultura con "K", que-decía lJnamuno, en
supuestamente encerrados por el imperialismo español, ,ro quüa
.ryo ,o*bre se llevó a millones de personas a los campos de exter-
sitio, así lo enrienden muchos de loi que buscan la disolución de minio, entre otras cosas).
E,spaña, parala pretendida ..cultura españolar, pues, por así decir,
Desde esta idea, propagándose en España por todas sus partes
el campo ya estaba abonado, saturado-al prr..ár, po, l* distintas
autonómicar, ,. .o.rri"rte (metafísicamente) a ¡¿les partes en sus-
culruras en él desarrolladas. sólo la pr"t"riiór, imperial, cuyos últi-
tancias culturales .diferentes, e ..irreductibles"; esto es, se con-
rxos estertores se encontrarían en el franquismo
actualnenre, en algunos sectores del pp y ü
¡ a lo sumo vierre por la vía cwhwraL así entendida, a las distintas comunidades
.rrr"*rr, (que es una categoría meramente administrativa) en
justificaría la existencia_ de algo así como una "d"r"áÁ,
.cultura españolar: "rtórrá-*s
npueblos,, .or-, ...o.t.i"ncia rracion¿l' (naciones étnicas) ya desde Ia
una vez reducida, con la llegada de la democracia, tal prltensión
piehistoria, y que, únaYez liberados de todo 1o-que les es común
imperial española, las culturas vuelven a florecer rod, su diver- además s6¡ns «exi-
"r, franquismo iEspana), piá.rr, incluso .'s¡1igsn", planteada
sidad tras haber superado e] ..eri¿1,, que representó el g",-,.i, deÁocrática>>, su "autodeterminación" política'
en. este sentido; vuelven a florecer pa., r.iup"rar aquel ..r..g"1,
cultural republicano que, brusca-.r.r", interrumpió ef franquisLo. .Por otro lado, no hay que olvidar que el Estado de las
Este es, e, esencia, el esqucma, insistimos, co-pleta-enie míti_ Auronornías no es la plasmación de una latente realidad
co (fantástico), que rie'en muchos de los ,"rporrrábr.s de ra admi- ¡nilcnarir. [,as actuales comunidades autónomas no son enti-
nistración en España.
<l,rclcs crc,rtl,rs 1t«tr I)i9S, cscncialcs, necesarias, quc estuviesen

82 83
f
t
;
En defensa de España
espe_rando duranre milenios a que en 1.978llegara el texto
legal que la.s reconociera y dierJvirtualidad juríáica. Muy al
contrario, la. configuración territorial de España es hoy la
que es del mismo modo que podría haber sido otra distinta.
t..l
Antes de entrar a analizar las regiones, hemos de mencio-
nar las provincias, creadas en 1833 por el ministro
Javier de
Burgos y cuya delimitación ha llegado hasra nuestros días. Si
bien su diseño no fue tan arbitraiio como el modelo depar-
tamental francés en el que se inspiró, pues inrentó ajustarse a
ciertos criterios históricos y culturalei resperando los límites
de los terrirorios del Antiguo Régimen, ií ., cierto que la
soluci.ón adoptada fue la que fue del mismo modo que hubie-
ra podido ser orra, no siendo los límites provinciales adopta-
dos ninguna necesidad indiscutible. La divisiOn provincial
fue adoptada con el ánimo de establecer una organización
territorial racional y uniforme que permitiese ,rra acción
administrativa eficaz en todo el território nacional. [...]
T,legando a las regiones, en varias ocasiones ,rrt"rior"r,
desde el final del Antiguo Régimen y la organización d,e
España en provincias, se diseñaron divisiones territoriales
que difieren notablemente de la acrual.
Por ejemplo, el proyecto del 29 de sepriembre de 1,847
(Reforma Escosura) estableció una división territorial que
quería responder, según explicaba en su preámbulo, a la his-
toria y la tradición de los distintos territorios. A Castilla la
Nueva,.por ejemplo, corl capital en Madrid, se le adjudicaba
la provincia de Segovia, hoy parte de Castilla y Leóí, la anti-
gua.Castilla la Vieja. La región de Andalucía comprendía
Sevilla, Cádiz, Córdoba y Huelva, mienrras que Granada,
Málaga, Almería y Jaén no eran consideradas Andalucía y
conformaban una región distinta denominada Granada. [...]
Continuando con el proyecto de 1847, Murcia quedaba
englobada en la región valenciana, al igual que la actualmen-
te castellana Albacete. Asturias no era considerada región,
quedando englobada en Castilla la Vieja. Por supuesto, las
actuales Cantabria y La Rioja (entonces Santander y
84
¿Existe la cultura española?
Logroño) no conformaban entidad uniprovincial alguna,
estando incluidas en la región de Burgos, distinta de la de
Castilla la Vieja y comprensiva, además, de la provincia de
Soria. X finalmente se incluía a las tres provincias
Vascongadas junto a Navarra en la región con el curioso
nombre de Cantabrir. [...]
Treinta años más tarde, en el Proyecto de Constitución
Federal de la I República Española (1873) se establecía una
organización territorial disdnta de la de 1847. l-..)
Una década más tarde (1884) se estudió otra planta regio-
nal, de nuevo distinta (Reforma Moret) [...]. Pero no quedan
ahí las posibilidades, sin duda vertiginosas para los que creen
que las identidades regionales de hoy son las únicas posibles
bajo el sol, pues siete años después, en 1891 (Proyecto
Sánchez de Toca), otro gabinete ministerial volvió a diseñar
el mapa regional de España, y de nuevo de forma distinta a
las anteriores.[...]
Ninguna de estas reformas regionales llegó a implantarse
debido a varios factores, como otras prioridades políticas o
los frecuentes vaivenes gubernamentales de la época, qlue
debieron acabar aparcando estos proyectos, llegando la divi-
sión provincial de 1833, sin superestructura regional, hasta
nuestros días. [...]
Hoy en día las identidades regionales están tan asumidas
como naturales, necesarias e inevitables que cualquier cues-
tionamiento, matización o relativización de las mismas sería
tomada por una inmensa mayoría de la población como más
gr"r," qr" una ofensa a la dignidad de su madre' Pero la rea-
lidad es que si alguno de los modelos mencionados hubiese
pervivido hasta nuestros días, habría cuajado como única
verdad. Y los mismos que hoy defienden la acrual estructu-
ración territorial de diecisiete comunidades autónomas
como única correspondiente a la historia y a la naturaleza de
las cosas, la considerarían un sacrilegio contra aquella plas-
mación única, absoluta, telúrica, cteada en 1847, 1'873, 1884,
1891 [...1" flesús Laínz, Adiós España, pp. 606-609,
ljd icioncs llrrcucrrtro).
tt5
 En defensa de España
41. El mito de la Cubura española
Y es que no se trata de defender, por nuestra parte, una idea de
Cultura española sustantiva, igualmente mítica y oscurantista, con-
trapuesta a la ..cultura francesarr, a la ..cultura átaberr, etc. Tampoco
una idea de Culrura española susranriva frente a su descuarriza-
miento (y disolución) en culturas regionales defendidas por los
partidos secesionistas (e instituciones afines). Sencillamenre no se
puede admitir una contraposición semejante (ni siquiera su armo-
nización o .,alianza>,) porque tal conflicro (o armonía) implicaría la
presuposición de que existen las Culturas así susranrivadas, cosa
que nosotros negamos por principio.
Las culturas no son sustancias, sino, más bien, sistemas institu-
cionales que coexisten por razones históricas en un ámbito social
determinado. Instituciones que, como rasgos culturales de esa
sociedad (desde un tipo de arquitecrura, hasra la gastronomía o la
ceremonia del saludo), pueden tener su origen en ámbitos sociales
muy diversos (incluyendo el propio), pero que por difusión llegan
a converger en esa sociedad conformándola culturalmente. IJna
coexistencia institucional que puede ser más o menos armónica o
conflictiva en dicho ámbito, pero que, en cualquier caso, nunca se
da (el conflicto o la armonía) entre sustancias culturales dispuestas
en bloque no existen-, sino entre unas formas instituciona-
les y otras-que
cuyo desarrollo está siempre determinado histórica-
mente (y no depende del ..genio de la razar', el
"alma de los pue-
blosr, ni cosas por el estilo, nociones esras ahistóricas,
completamente mitológicas, y de consecuencias políticas nefastas).
42. La Cuhwra española realmente existente
Así, las formas institucionales, en tanto que rasgos culturales de
la sociedad española, serán características suyas no porque <<ema-
nen del pueblo" (lo que sería pedir el principio), sino porque tales
formas institucionales, bien por difusión desde otros ámbitos, bien
por transformación (al concatenarse con otras formas instituciona-
les), bien por segregación de partes de esas instituciones (aun con-
86
¿Existe la cultura española?
servando offas partes), etc., han convergido en la sociedad españo-
Ia y se han desarrollado en ella caracterizándola culturalmente
(..son estas instituciones 1o que conforman la conciencia social
española, y no la conciencia española 1o que conforma estas insti-
tucionesr, por utilizar la fórmula de Marx).
Así, por ejemplo, el baile de las seaillanas no es una danza deri-
vada de la "identidad del pueblo sevillano,,, como si éste fuese una
sustancia primigenia y las sevillanas manifestación suya, sino que
es una danza derivada de la jota, difundida prácticamente por toda
España, y que en Sevilla forma esa variedad, teniendo esta más que
ver con las danzas populares de Aragón, de Castilla, etc', que con
otros aspectos institucionales de esa presunta "identidad cultural
sevillanar,. Del mismo modo la "fiesta nacional,,, esto es, la lidia, no
es una institución que emane ds l¿ "profundidad del alma españo-
l¿», sino que es una ceremonia, la tauromaquia en sus distintas
variantes, muy común en el área de difusión mediterránea (a partir
del trato primitivo con el toro en este ámbito), sobreviviendo
actualmente por razorTes históricas precisas en algunos lugares
(España, Francia, Portugal) y no en otros, pero desarrollándose
también, precisamente a través de España, en lugares alejados de la
cuenca mediterránea (en la América hispana, en donde antes de la
llegada de los españoles ni siquiera había toros).
43. La cultura española como iln sistema circular fluyente
definido de institwciones
De modo que la culrura española no es una sustancia, ni tam-
poco menos- lo son las culturas regionales ("autonómi-
-mucho
c¿5,), sino que es más bien un conjunto de instituciones que por
razones históricas (y no prehistóricas, y mucho menos ahistóricas)
han convergido en el ámbito español configurándolo culturalmen-
tc. Así, poi ejemplo, la familia monogámica incompatible con la
lriglrniat con la poligamia, pero sí relativamente comPatible con el
clivorcio (que precisamente evita caer en situaciones de hecho de
biglrrriir pcrnriticnclt)t por así decir, una sucesión de monogamias)
s.r'r, i,rst-itt¡.,iorrc's cttltttr-alcs, ilc proccclcncia romana, actuahnente
ó/
 En defensa de España
características (aunque no exclusivas) de España. En España, por
poner otro eiemplo, no ha¡ por razones culrurales (totémicas,
tabús) ningún tipo de restricción (por lo menos absoluta) alimen-
taria (sí se manrienen, aunque con mucha laxitud, prohibiciones
temporales de algunos componenres de la dieta ejemplo,
durante la cuaresma-). Así, el jamón, procedente del-porcerdo, es un
alimento común en la dieta de los españoles, incompatible, sin
embargo, con el tabú alimentario del cerdo, institución esra común
entre musulmanes y judíos (en general mucho más estrictos en sus
prescripciones) que implica la ausencia del cerdo y derivados en su
dieta (comi da halal). La gastronomía porcin a, tan rica en España,
es incompadble pues con la gasrronomía de influencia judía y
musulmana (o más bien al revés, el judaísmo y el islamismo son
incompatibles con la gastronomía española).
44. La Cwbwra española distribuida en las cwltwras regionales
de España
La cuestión es que las culturas regionales de España rienen una
relación con la culrura española semejante a la relación que un
género tiene con sus especies, de tal modo que la culrura catalana,
andal:uza, murciana, castellana, etc., no forman recintos cerrados,
impermeables a la <<cultura españolarr, sino que ésta está filtrada,
difundida a través de sus distintas especies locales o regionales for-
mando la culrura española una totalidad distributiva que se mani-
fiesta presente tanto en Cataluña, como en Murcia, Galicia, el
Bierzo, Canarias, Andalucía... Incluso en cuanro que cultura his-
pana ni siquiera está resrringida al ámbito peninsular, sino que está
propagada por Hispanoamérica (en donde, además de la difusión
de la lengua española, la propia esrrucrura política y administrati-
va, entre otras muchas instituciones culturales, es resultado de la
acción española en Indias).
Así, por ejemplo, el juego de pelota vasca, distintivo de la cultu-
ra regional vasca, en cuanro que apenas se ha difundido por el resto
de España (aunque sí en algunas parres de América), no por ser
practicado en una sola región, y no en otras, deja de ser una especi-
88
¿Existe la cultura española?
ficación de la cultura española. El juego de pelota vasca es tan espa-
ñol, precisamente por ser vasco, como lo pueda ser la lidia (mucho
más áifundida poiEspaña). Definir la cultura vasca al margen de la
española para después confrontarlas por sus "diferencias» es, senci-
lla.rrente, pedir el principio (como si existiese una cultura española al
margen de la cultura vasca). Sería algo parecido a decir que los
números enteros no son números por ser muy «difs¡entes)> de los
números naturales, como si el número se pudiese definir al mar-
gen de sus especies (naturales, enteros, racionales...), y natural
"J
fuese el número por excelencia: ¿acaso 56¡ «más número' los natu-
rales que los irracionales?; del mismo modo, ¿acaso es más españo-
la la cultura andaluza o castellana, Que la vasca o la catalana?
El concepto de "diferencia», además, es un concepto relativo
(adscrito a una relación comparativa de términos), no absoluto, ¡
por tanto, si una región tiene unos rasgos culmrales diferentes de
otra, es porque esa otra también es diferente de la primera. Si la cul-
tllra caálana es ..diferente» de la castellana es porque la castellana
también ..es diferente» de la catalana, de la vasca, de la murciana
(sería absurdo así subrayar que una 95 ..más diferente" que la otra).
Solo partiendo del prejuicio de que la culrura española se identifi-
., .or. la cultura caitellarra, o con la andaluza se pueden confron-
tar cultura española y vasca, o catalana, viéndolas así como "dife-
rentes>> de la española.
.¿Qué he podido decir yo en mi anterior artículo moles-
to a un catalán para que así arremeta contra mí? Pues sirn-
plemente decía clue Cataluña no vivió un momento sola, sino
ii"-pr" unida Jlas regior-tes centrales, a Aragón, a Castilla,
,ro rSlo política, sino culturalmente. Esto es 1o que molesta;
con una pertrnacra tan crega como hemos visto, se trata de
negar todo lazo espiritual; ésta es, en su fachosa desnudez, la
,"idrd de las cosas. Y ahora, ¿no ven ustedes que estoy car-
gado de razón cuando digo que el desamor perdura y que si
iu sig.ro prevalece no es posible estructurar una E'spaña sino
p.o.-qr" l, pasada, en que ese desamor se engendró?
Si csa psiiología rencorosa fuese general, si el ensimisma-
cl<, c,*..,lrriivisnro clcl ecnial Prat dc la lliba fuera a seguir de
li'l
 En defensa de España ¿Existe la cultura española?

moda mucho tiempo, no habría sido inclinarse y decir triste-
mente adiós cuanto antes a esos hermanos que reniegan la
fraternidad. Pero todos tenemos experiencias en contra y
podemos afirmar que esos sentimientos, aunque dominantes
enffe los luchadores del régimen antiguo, no son generales,
ni parecen ser los de las generaciones nuevas.
Pero si por transigir de momento con el viejo desamor, por
una componenda para salir del paso, tomasen las hojas de la
nueva Constitución cualquier pliegue funesto, ¡qué grave
deformidad vendría en el cuerpo de España! La que siempre
fue una nación, se convertiría en un simple Estado; comparti-
mentos estancos, nacioncillas aisladas, cultivadoras del hecho
diferencial, empeñadas en negar obcecadamente, como vemos,
los lazo ideales, para quedarse sólo con los lazos materiales
que convengan. Peor que un Imperio austrohúngaro.
No nos hagamos ilusiones. Si bajo esta psicología del
resentimiento el Estado Español no dene respecto de la región
una prenda de unión espiritual en la enseñanza,la generación
del desamor acabará por raer, con pertinaz trabajo de zapa,
todo sentimiento de unidad espiritual; la fuerza moral de la
nación, lattnicafuerzade los pueblos, será arruinada y la dis-
gregación del nuevo Imperio austrohúngaro será rápida"
(Menéndez Pidal responde a Rovira y Virgil en un artículo
publicado en El Sol el6 de septiembre de 1931).
¡l¿5rr. Las llamadas <<señas de identidad,, se corresponden con los
rasgos distintioos (con los ..hechos diferenciale5") que muchas
veces, casr srempre, tlenen poco que ver con los rasgos constituti-
oos. Lasllamadas señas de identidad encubren muchas veces la pre-
tensión de asumir un rasgo distintivo como constitutivo: Que se
supone derivado de la miima susrancia de la cultura considerada,
cu^rrrdo acaso es un rasgo carente de valor, o dotado de un valor
muy secund ario,y en todo caso subordinado a los genuinos rasgos
coÁtitutivos. Asi por ejemplo, el que en Cataluña se celebre San
Jorge, puede s". ut rasgo distintivo en relación al resto
de España
iq". "i siquiera, porque hay otros lugares en los- que también se
celebra), p.ro ,ro .. ,, t^tgo constitutivo como sí lo es el catolicis-
mo que,li' e*bargo, no es distintivo de Cataluña' Precisamente es
el caiolicismo, .orno rasgo constitutivo de la identidad cultural
española (incluida la catalana), por lo que la celebración de San
-
Joige podrá ser, si lo fuera, un rasgo distintivo de Cataluña.
É"- esto ya nos conduce a la cuestión de la esencia (identidad)
de España.

45. Rasgos distintioos y rasgos constituti'uos

Y es que cualquier diferencia institucional entre las regiones

españolas enseguida es asumida, a través de esta metafísica de la
cultura, como rasgo diferencial, considerando cualquier rasgo dis-
tintivo entre regiones como un rasgo constitutivo propio de cada
comunidad autónoma, y levantando así entre ellas verdaderos
muros culturales infranqueables (imaginarios sí, pero administra-
dos políticamente bajo una orientación secesionista).
De aquí la necesidad de analizar críticamente la famosa cuestión
de las «señas de identidad" de cada una de las ..culturas fracciona-

90 91
 ft
r
r
f

SOBRE LA ESENCIA DE ESPAÑA

 ¿euÉ ES ESPAñI¡

46. El ser de España se dice de muchas rrTAnera.s

España pues, no sólo existe actuatrmente como realidad política

(nacional), sino también como realidad socio-cultural compleja,
dada la abundancia de fenómenos a ella asociados, pero qué, sin
perjuicio de esta complejidad, permanece como una realidad bas-
tante definida.
Con unas fronteras peninsulares estabilizadas ya desde el siglo
XVI, de larealidad acrual española, como realidad social caracteri-
zada polítíca y culturalmente, se pueden decir, en efecto, muchas
cosas. También España se dice de muchas rnd.nerd.s...
Y es que la unid.ad, de España (la unidad entre sus partes) puede
asumir identidades (esenciales) diferentes, según la misma relación
entre sus partes (atendiendo a su forma de organización política,
sociológica, económica, etc.) y también según los contextos envol-
ventes en los que se inserte (atendiendo a sus relaciones geopolíti-
cas, etc.). Todo ello siempre teniendo en cuenta que toda identidad
puede ser común (común a otras sociedades) o propia.
Identidades con todo que, como atributos característicos de la
esencia de España, no siempre son armónicos entre síy cuTra influen-
cia sobre la existencia de España como Nación puede resultar, según
los casos, beneficiosa o perjudicial para su propia consistencia interna.
Entre otros amibutos o identidades de la esencia de España nos
parece importante subrayar las siguientes (y es que, por supuesto,
no pretendemos ser en este punto exhaustivos).

95
L.
{
En defensa de España
r ¿Quó es España?
47. España es democvática (en concreto, una. democracin de partidos)
España, según el artículo primero de la Constitución jurídica de
1,978, es una democracia de partidos, negando así la constitución
del estado franquista, tal como este se definía en el Fwero de los
españoles (1945) y en la Ley de Principios del Movimiento Nacional
(1esB).
Artículo1 de la Constitución de 1,978:
"España se consri-
tuye en un E,stado social y democrático de Derecho, que pro-
pugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico
la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político".
En el Artículo 1 de la Constitución de 1978 España se define
como estado democrático que promueve el "pluralismo político",
esto es, como una democracia de partidos (según el Art. 6). Esto se
opone completamente al franquismo) en concreto, al ..principio"
VII por el que se definía la forma de organización política de la
España franquista:
"VII. El pueblo español, unido en un orden de Derecho,
informado por los postulados de autoridad, libertad y servi-
cio, constituye el Estado Nacional. Su forma política es, den-
tro de los principios inmutables del Movimiento Nacional y
de cuanto determinan laLey de Sucesión y demás Leyes fun-
damentales, la Monarquía tradicional, católica, social y
representatiYa».
La forma del estado franquista, pues, no contemplaba la exis-
tencia de los partidos políticos como instrumento fundamental de
participación política; incluso, a través del principio VIII, los par-
tidos políticos podían ser considerados ilegales, como en efecto lo
fueron:
"La participación del pueblo en las tareas legislativas y en
las demás funciones de interés general se llevará a cabo a tra-
vés de la familia, el municipio, el sindicato y dcrr"rás entidaclcs
96
con representación que a este fin reconozcan las leyes. Toda
organización política de cualquier índole, al margen de este
sistema representativo, será considerada ilegal".
Es aquí en donde reside, al ser a través de los partidos políticos
como se canaliza actualmente en España el sufragio y la represen-
tación popular, la principal diferencia jurídico-constitucional entre
el franquismo y la derno cracia de 1.978 (y no tanto en la monarquía,
puesto que el franqui.smo .se definía como tal, según se afirma en
ese mismo principio VII monarquía sin rey, aunque con
sucesor con ese título-).
-una
Es por esta vía, partítocrática pues, por la que la forma del esta-
do actual niega constitucionalmente la forma del estado franquista,
pasando así España a formar parte del conjunto formado por las
democracias homologadas europeas que se mueyen en la órbita del
Imperio norteamericano (plétora mercantil capitalista como carac-
terística principal de su sistema productivo).
Muchos ven en esta identidad de España, como sociedad
democrática capitalista que se mantiene en la órbita norteamerica-
na (Bases, OTAN...) una amenaza para España, en la medicla en
que ven su soberanía somedda a Ia soberanía norteamericana (así,
por ejemplo, en esta línea, muchos vieron durante el año 2003
dejación de la soberanía española en la decisión de apoyar diplo-
máticamente a EE. UU., Gran Bretaña y Australia en su invasión
de Irak lo manifestó, por ejemplo, el hoy presidente del
Congreso-asíde los Diputados, José Bono-). Sin embargo, la sobera-
nía española no está puesta en cuestión en ningún momento por
parte del Imperio norteamericano, siendo así que coordinación, e
incluso a veces subordinación, no implica necesariamente someti-
miento (sobre todo cuando tal subordinación o coordinación va en
beneficio de la propia consistencia de España ante la amenaza de
terceros). Así, no sólo el PSOE e IU se opusieron durante el año
2003 al apoyo diplomático de España a Ia invasión de Irak, sino
que también lo hizo Falange Española, y por las mismas razones
(esto es, cl prcsunto eclipse internacional de la soberanía españo-
ll al plcgrrsc r lo.s ¡rlanes norteamericanos de invasión de Irak).
(luriosrnrcntc cl l)S()l'1, una vcz cn cl gobieruo, al retirar csa
<)7
a
En defensa de España
cobertura diplomática que supuestamente eclipsaba la soberanía
española ("retirada de las tropas de Irak,,),lo hizo con el apoyo de
todas las facciones políticas secesionistas con representación par-
lamentaria, es decir, con el apoyo de todas aquellas fuerzas parla-
mentarias que sí ponen en cuestión la soberanía española.
48. España es una monarquía
España desde su constitución como Imperio (es decir, desde su
constitución como sociedad política) ha sido siempre una monar-
quía, salvo durante dos breves períodos republicanos y el período,
algo anómalo en este sentido, que ocupa el franquismo (España era
un Reino, decíamos, pero sin rey). Desde don Pelayo a don Juan
Carlos I, se reconoce una continuidad sucesoria durante la que, en
cualquier caso, distintas dinastías (Trastámara, austríaca, borbóni-
ca...) han ocupado el Trono español desde el siglo VIII.
La monarquía española es hereditaria (y no electa, como lo era
la visigótica) siendo así que la persona del Rey es una figura que,
como Jefe del Estado, representa a la Nación española pero mante-
niéndose al margen del sistema procedimental electivo de la demo-
cracia de partidos (el Título II de la Constitución de 1978 la
Corona- establece las funciones del Rey de España y lo-De que su
persona representa). Esto se ve como problemático desde diversas
corrientes y facciones ideológicas (republicanismo), mientras que
otras cifran precisamente en ello, en que una rnagistratura como es
la Jefatura del Estado quede al margen del partidismo político, la
posibilidad de garantizar la conservación del sistema democrático
(monarquismo o juancarlismo).
E,n efecto, está bastante generalizada la opinión de que, mientras
se mantenga una magistratura del Estado fuera del sistema procedi-
mental de elección democrática, esto es, mientras la persona que
ocupe ese cargo se vea restringida a una familia (el Rey, el Príncipe de
Asturias y sucesores), en España no existirá una .democracia plcnar.
Otros, por el contrario, entienden que el que la figura del Jefe
del Estado cluede, a través de su forma monárquica, al margcn clc la
Itrclra partidista es raz.ón funclar.r-rclrtal para la su¡rcrvivcrrcia dcl sis-
"li
¿Qué es España?
tema constitucional (democrátic o) de 1978 (y se suele poner como
ejemplo el papel jugado por el Rey el 23 de Febrero de 1981).
49. España es católica
España es una sociedad católica (y no protestante, ni islámica, ni
judía, por ejemplo) en cuanto que buena parte de las costumbres de
sus habitantes están determinadas por el ceremonial católico. Así,
desde el calendario, que establece el domingo como día de descan-
so semanal, o los días festivos anuales (Semana Santa, Navidad,
etc.), hasta la dieta o el régimen alimentario, Ia onomástica (la
inmensa mayoría de los nombres de los españoles son nombres
bíblicos o del santoral), la toponimia (buena parte de los nombres
de las ciudades y pueblos de España son cristianos), la propia orga-
nización urbanística (estando los centros de las ciudades normal-
mente ocupados por un templo católico), etc., están determinados
por este atributo característico (que no exclusivo) de la sociedad
española. Es más, la mayor parte de los ..ritos de paso,, que acom-
pañan a los procesos de socialización de los españoles se rigen
según la norma ceremonial católica (bautismos, matrimonios, ente-
rramientos...), además de que la mayor parte de la población se
confiesa católica.
De esta característica se derivan una serie de irnplicaciones
sociológicas y económicas, y por supuesto también políticas, que
distinguen a España de offas sociedades influidas, por ejemplo, por
el protestantismo (desde la estructura familiar y su régimen de pro-
piedad, hasta el índice de suicidios, etc. tienen que ver con esta dis-
tinta influencia), y la asemejan, por supuesto, a otras que reciben la
misma influencia católica (Italia, Francia, Méjico, Colombia, etc.)
Para rnuchos, con todo, es precisamente esta identidad católica
lo clue ha resultado ruinoso para España (y por este carril anticató-
lico se dirige la leyenda negra), en cuanto que ésta es la razón del
aislamiento y desviación de la sociedad española respecto a la
"modernid¿d», se supone cultivada en el resto de Europa (Ortega
heblaba clc "tibctanización,), siendo así que muchos ven en esta
,.r¡rla rcligirirr" (sicnr¡rrc vicndo cn cl catolicismo, principaLncnte
<)t)
r-
En defensa de España
en el español Contrarreforma, etc.-, una forma de
oscurantismo)-Inquisición,
el principal obstáculo paralapenetración en España
de la "ilustración, y ..sl pr6grs56rr.
Sin embargo, está por demostrar la incompatibilidad entre el
catolicismo y las formas modernas de organización económica,
cultural, política..., así como el que el protestantismo, en la ..varia-
ción" que sea, sea efectivamente más compatible con ellas (hay que
decir, por ejemplo, que buena parte de los responsables de la lla-
mada ..revolución científica" eran católicos Copérnico,
Galileo...- del misrno modo que las primeras-así grandes fortunas
capitalistas, a pesar de la tesis de Veber, también se amasaron por
católicos los Fugger, Veser...-).
-así
50. España es euroPed.
España es una sociedad europea en cuanto que forma parte de
Europa, y no de Asia, ni de Africa. Dicho esto, que desde un punto
de vista geológico-geográfico resulta una obviedad, se vuelve, sin
embargo, problemático cuando introducimos criterios políticos,
históricos o socio-culturales.
Sobre todo desde el siglo XIX, principalmente de la mano de los
viajeros ingleses, franceses o alemanes que recorrían la España que
derrotó a Napoleón en la guerra de Independencia, éstos llegaron
a caracterizar ala sociedad española como ..africana, (lo que signi-
ficaba, sobre todo, {ue España era una sociedad que se mantenía
ajena al ..p¡6g¡s56,, tecnológico...-, a la ..Razónrr, a
-industrial,
la "Ciencia»... se supone cultivadas en el resto de Europa, pero no
en España). El famoso "Africa empieza en los pi¡i¡s65», de
Alejandro Dumas, fue un lema afrentoso, dirigido a España, pre-
cisamente para poner de manifiesto el supuesto «atraso" sufrido
por la sociedad española (sobre todo en razón, según dijimos, de
su identidad católica que tener en cuenta que buena parte
-hry
de tales viajeros eran protestantes-). Es decir, la caracterización de
España como sociedad africana no es neutra (geológico-geográfi-
ca), sino valorativa: España es, para los viajeros ilustrados y rornán-
ticos europeos, una sociedad bárbara, poco cultivada, pasional
t00
¿Qué es España?
(Carrnen es el canon, que algunos de estos viajeros, por otra parre,
no van a dejar de ver con simpatía, bien que asumiendo el canon),
desordenada, amorfa en fin.
.do Muchos españoles asumieron igualmente tal canon, atribuyen-
a esta causa el fin del Imperio (desastre del lS), y vieron en
Europa "la soluciónr. Orros, desde luego, lo combariéron, y aquí
se sitúa la farnosa polémica de Ia ciencia española entre Menéndlz
le]a¡ro y Manuel de la Revilla (desencadenada tras la publicación
del famoso libro del norteamerica,o Draper que, d. ,ruero, volvía
a insistir en la tesis, afrentosa para España, deiu falta de contribu-
ción al <<progreso>> científico).
oAfricanos somos, Don Miguel; y lo que es lo mismo,
enemigos de la humanidad y de la cukura, odiadores de la
Idea. Por eso en nosotros perdura Aristóteles y nadie ha
cornprendido a Platón; por eso somos católicos y por eso el
catolicismo odia a Platón" (Epistolario completó Ortega-
LJnamuno, Carra YIII,30/L2/1,906, Ediciones El Arquero, p.
60).
Ahora bien, Europa no forma una unidad política es una
Nación-, y su identidad socio-cultural también se dice-no
de muchas
maneras, no teniendo por qué asumir, como no lo asumía
lJnamuno frente a Ortega, el considerar a Francia y a Alemania
como sociedades europeas por antonomasia (siendo el resto, y en
el mejor de los casos, algo así como sucedáneos suyos).
Y es que si políticamente, Europa es un conjunto de naciones,
con relaciones más conflictivas que armónicas entre ellas (..bioce-
es la expresión utilizada por Gustavo Bueno para hablar de
'osis,,,
la identidad política de Europa), mucho menos definida está
Europa en el terreno socio-cultural, en el que tampoco hay por qué
rsurnir a Franco-Alemania como forma canónica de identidad
curopea (así lo asumió, sin embargo, la parte hegemónica del
I'}SOE y sus lídercs cuando promerieron, en la campaña de las elec-
cioncs lcgislativas dcl 2004, la ,.yusl¡¿ a Europa,,, tras las decisiones
rlcl riol)icnr«r rlc Az¡mr cn rclación a ]a cuestión ir:rquí, como si
Iir-rnci:r y Al.'rrr,rrri:r f't¡r'scrr «t()cla IrLrrol)x»).
l0l
 En defensa de España
..¡Europa! Esta noción primitiva e inmediatamente geográ-
fica nos la han convertido Por arte de magia, en una c tegoría
casi metafísica. ¿Quién sabe hoy ya, en España por lo menos,
lo que es Europa? Yo sólo sé que es un chibolete. (ver mis Tres
ensayo). Y cuando me Pongo a escudriñar lo que llaman
Europa nuestros europeizantes, paréceme a las veces que
qu"da fuera de ella mucho de lo periférico desde
-España,
y
lrego, Inglaterra,Italia, Escandinavia, Rusia-, qu-e se redu-
." u"lo ceitral, a Franco-Alemania, con sus anejos y dependen-
gi¿5, (IJnamtno, Del sentimiento trágico de la't)ida, p. B7)'
..Para afrentaruos y rebajarnos se inventó aquella frase de
que el Af.ica empieza en los Pirineos, y aqYí.nos hemos
prsado los años procurando borrarla y citándola como un
Lochotrlo. Día llegará en ello fe y esperanza- er7
que repitamos con
-tengo
orgullo esa frase y digamos a nuestra vez
linderos: Europa emPiezd'
-irarráo alende nuestro montes
en los Pirineos,. (Unamuno, "Sobre la independencia
patria,, España,2 de maYo de 1908).
De manera c1ue, dejando al margen las valoraciones de lo que
representa -etufísicn-ente Europa urllizar la expresión de
-por
Unamuno-, cuya definición y conceptualización arrastra gran
cantidad de nociones e ideas oscuras y confusas (Europa = cultura;
Europa - Paz;Europa = Ciencia; Europa = Ilustración"'), diremos,
si, más, que Españi es u' país europeo. Y lo es no sólo geográfi-
camente, iitro q,r. históricamente la identidad europea de España
empezómuy tempranamente (antes clue Alemania, por ejemplo), al
incLrporars-e ala plaaforma del área de difusión greco-latina (con-
-ge.rrr".,
sideráda como el de la actual plataforma europea) ya desde
las guerras púniás (como resultado de las cuales la península
Ibérlca comienza a conformarse como parte de Roma)'
51. España Pertenece a la Unión EuroPed
España además, junto con otras 27 naciones europeas, forn-r'r
1',nrr. i. la Unión Europea,
un tratado internacional que en abso-
t02
¿Qué es España?
luto, contra lo que muchos conciben ideológicamente, suspende la
soberanía de los países miembros. Al contrario, el ffatado si"-pr"
presupone la soberanía de sus miembros, lo que quiere decir, entre
otras cosas, que el derecho comunitario (que establece la
"ciudada-
nía europea» para los ciudadanos de los Estados miembros) apare-
ce integrado (subordinado) al derecho positivo inrerno a cada uno
de los Estados miembros, como una determinación más de éste (y
no al revés). Y es que en la medida en que cada uno de los Estados
que integran la Unión Europea acepran los rérminos del tratado,
cabe siempre la posibili dad, para cada uno de los miembros, de sus-
pender su integración. No ha¡ insistimos, ..cesión,, de la soberanía
(otra cosa es que ésta se pueda debilitar para alguno de sus miem-
bros si éste tiene que, para mantenerse dentro del tratado, aceprar
unas condiciones clue le perjudiquen).
En cualquier caso, muchos ven en el ingreso de España en la
Unión Furopea, y de nuevo ideológicamenre, el mornento en que
España ha dejado ("por fin") de ser oafricana,, y vuelve al redil áel
que se supone nunca había de haber salido (como si la pertenencia
a la Unión determinase la pertenencia a Europa r.rio Noruega
o Suiza no son sociedadcs europeas?-). -¿
Otros, sin embargo, véase Juan Goytisolo, ven en este ingreso
más una pérdida o traición de la verdadera idenridad (esencial)
española que su consumación, porque entienden que España ha
sido verdaderamenre pletórica, luminosa, ilustrada, ciiilizada,
cuando mantuyo su identidad "africana, o ..asiática)>, esto es,
musulmana ("al-Andalu5") y no europea.
Entrevista a Juan Goytisolo en Jordi Esteva, Mil y wna
uoces, cap. II, «Un pasado ocultado", pp. 125-126:
"P. ¿Por qué se obstina España en negar la herencia árabe
y judía?
R. En el siglo XVI se crea una empresa de dernolición de
roda la cultura española, llevada a cabo a ciencia y concien-
cia por el nlcionalcatolicismo: expulsión de judíos y moris-
cos, clcstruccirin clc las cítcdras de humanidades, persecución
rlc lo.s crrr.srrri.st:rs, rlc lo.s l)rotcstalttcs, dc lo.s místicos y dc la
rrrlt'it'.lt't'i.rr<'i;r t's¡lrrñtlll.'Itrclo cs rrrrrrsarlo ¡ e l'irrrlc.s dcl
l0l
 En defensa de España ¿Qué es España?

Carlos I, en el contexto de una de estas cumbre dirigiéndose hacia

siglo XVII, España ya es un erial en todos los terrenos.
el presidente de Venezuela, un golpe de autoridad impensable en la
Cuando los franceses llegan en el siglo XVIiI se dan cuenta
boca de cualquier otro dirigente).
y acuñan la frase: Afriqwe conTlrTence aux Pyrénées. Los ilus-
De hecho la Nación española surgió, a partir de 1808 en resis-
irados y liberales españoles se propusieron la europeización
tencia a la invasión napoleónica, como nación de ..ambos hemisfe-
de España para superar el retraso, al tiempo que se interro-
gaban sobre el porqué del rnismo. [...] Basta citar a dos per-
riosr, formando una misma plataforma nacional cuyas distintas
partes americanas se fueron emancipando a lo largo del siglo XIX
ionalidades muy distintas, como Menéndez Pidal y Ortega y
(Argentina, Venezuela, Colombia, República Dominicana
Gasset, y comprobar que ambos insisten en la herencia
por cierto, y es la única parte a la que le sucedió esto, volvió-que
a ser
romanogermánica y rechazan la herencia semita. Ortega y
española después de la emancipación, para después volver a la inde-
Gasset dice que los árabes ¡no fueron un ingrediente esencial
pendencia actual-), y se fueron emancipando conforme a las divi-
de nuestra cultura! Era un intento de olvidar todo este pasa-
siones administrativas imperiales (y no conforme a divisiones pre-
do para poder ser euroPeos como los demás. Era una actitud
de iechazo de lo que culturalmente nos diferencia del resto
vias, indígenas prehispánicas, anteriores a Ia formación del
imperio, wti possidetis iwre).
de Europa. Creo que ha llegado el rnomento de perder todos
y darse cuenta de que nuestra verdadera La actual Nación española se constituye pues como una deter-
.rto,
"o-plejos
riqueza cultural estriba precisamente en lo que nos distingue
minación más del bloque hispano, regresando a su condición penin-
sular al formarse en la parte americana nuevas naciones soberanas a
del resto de Europa' No hay ningún mudejarismo en
Europa, no hay obras como La Celestina, El Qwijote o el
partir de fragmentos suyos (correspondientes a los virreinatos,
audiencias, etc.), siendo la España peninsular, no una metrópoli,
Cántico esPiritual».
sino una parte más entre otras, que termina por quedar confinada
en la Península e islas adyacentes como resultado de la emancipa-
la Comunidad l-Iispánica ción de sus hermanas americanas y asiáticas durante el XIX.
52. España Pertenece a
En este sentido, si bien la intervención extranjera influyó en la
formación de tales nuevas naciones (por la inter-vención de Gran
Pero, en cualquier caso, no se agota la identidad de España en
Bretaña, Francia y EE.UU., principalmente), no puede perderse de
su ser europeo, sea lo que fuera lo que quiera decir esto, sino que
vista que, tanto desde el principio de la formación del Imperio espa-
España forma también parte de la Comunidad Hispánica (siendo,
ñol en América, como al final, estaba contemplado en su plan impe-
adimás, el núcleo a part\r del cual se originó tal comunidad
..Madre Patria,-). Et
-la
sentido, es preciso confrontar la dife- rial la consumación de la formación de naciones libres como conse-
"tte cuencia del tutelaje español sobre las Indias (Las Indias no erd.n
rencia relativa enrre la importancia de la pertenencia de España a la
colonias, se tirula elocuentemente el libro del historiador argentino
Unión Europea, en contraste con la importancia de su pertenencia
Ricardo Levene). La intervención extranjera pudo desde luego pre-
a la Comuniáad Hispánica de naciones, confrontación que debe ser
cipitar estos procesos de independencia americanos, pero su libera-
llevada a efecto no solamente en el plano culrural, sino también en
ción ya estaba conternplada y planeada por el gobierno peninsular
el plano económico y en el político. Las cumbres Iberoamericanas
antes de que finalmente se consumara (planes de Aranda...).
ddefes de Estado y de Gobierno, que se celebran desde 1991, son
En cualquier caso, España, junto con las naciones hispanoame-
,rr-r, br.n" muestra de actualidad del potencial de la pertenencia dc
ricanls sigucn lorrnrndo un bloque bastante sólido, desde el punto
España a la Comunidad Hispánica (muchos, y- pata bien o para
rlc vist:r tlr: srrs rr'l,rcioncs .socio-cconírn-ricas y cttlturalcs, tcnicnclo
,r"-l, ri"r.r, en el céleb¡s .,¿Por qué no te callas?" del rey Juan

r05
t04
I
I
i
En defensa de España
en el idioma común una de las fuentes más importantes de retroa-
limentación de tales relaciones.
"España ha dejado del otro lado de los mares, con su len-
gua, su religión y sus tradiciones, Repúblicas hispánicas, y
ahora, en obra de íntima reconstrucción nacional, ha creado
una nueva República hispánica [la Segunda República espa-
ñola], hermana de las que fueron sus hijas. Y así se marca el
destino universal del spanish speaking folk. Podemos decir
que ha sido por misterioso proceso histórico la gran
Hispania ultramarina, la de los Reyes Católicos, la que ha
creado la Nueva España que al extremo occidental de
Europa acaba de nacer» ({Jnamuno, La promesa de España).
lJna cuestión que debe ser debatida y analizada es hasta qué
punto los Estados Unidos de Norteamérica pertenecen o no a esre
bloque y qué papel puede tener España, como parte del mismo, en
su consolidación frente a terceros (China, Rusia, Islam, la propia
*Europa,,...). No cabe duda de que la hispanización crecienre de
los EE.UU. supone una novedad geopolítica con la que España
tiene necesariamente que contar (cualquier aspirante a 7a
Presidencia de los EE.UU. de Norteamérica se ve obligado a diri-
gir unas palabras en español a un electorado constituido por un 15
por ciento de hispanohablantes en algunos esrados,
-llegando
como California, Texas o Nuevo México, aL4O"A y creciendo-).
..Tal era pues la situación del Nuevo Mundo al empezar el
siglo XVII. España, después de descubrir las Américas, en
poco más de cien años de incesante exploración y conquista,
había logrado arraigar y estaba civilizando aquellos países.
Había construido en el Nuevo Mundo centenares de ciuda-
des, cuyos extremos distaban más de cinco mil millas, con
todas las ventajas de la civilización que entonces se conocían,
y dos ciudades en lo que es ahora Estados Unidos, habiendo
penetrado los españoles en veinte de dichos Estados. Francia
había hecho unas pocas cautelosas expediciones, que no pro-
dujeron ningún fruto, y Portugal había fundado unas cllan-
l0(,
¿Qué es España?
tas poblaciones de poca importancia en la América del Sur.
Inglaterra había permanecido durante todo el siglo en una
magistral inacción, y entre el Cabo de Hornos y el Polo
Norte no había ni una mala casuca inglesa, ni un solo hijo de
Inglaterra.
El que en tiempos posteriores haya cambiado por com-
pleto la situación, el que España (mayormente porque se
desangró por una conquista tan enorme que ni aun hoy
podría nación alguna dar los hombres y el dinero necesarios
para poner la empresa al nivel del progreso mundial) no haya
vuelto a recobrar su antiguo poderío y esté ahora inactiva en
comparación con la joven y gigantesca nación que ha creci-
do desde entonces en el imperio que ella inició, no exime a la
historia de América del deber de hacerle justicia por su
pasado. Si no hubiese existido España hace 400 años, no
existirían hoy los Estados Unidos. Para todo verdadero ame-
ricano es el de su país un relato que fascina, porque todo el
que lleva ese nombre admira el heroísmo y es amante de la
justicia, y antes que nada le interesa conocer la verdad res-
pecto de su patri¿" (Carlos F. Lummis, Los descubridores
españoles del siglo XVI,Ediciones Grech, p. B1).
Quizás sea a través del desarrollo de esta identidad hispana de
España la única víapara la conservación de su unidad, toda vez que
desde la perspectiva de esta plataforma las diferencias regionales
internas a la Nación española se desdibujan y disuelven.
Precisamente una de las decisiones más controvertidas llevadas
a cabo por un gobierno español en los últimos años gran
-de
repercusión internacional-, esto es, el apoyo diplomático del
gobierno de Aznar a Ia invasión de Irak, fue justificada en función
de la co-pertenencia de EE.UU. y de España a la comunidad his-
panohablante para, así, se supone, propiciar una política norteame-
ricana favorable a los intereses de España contra terceros (como en
parte sucedió con el caso de Perejil frente a Marruecos).
Palabras quc Aznar dirigió el día 115 de 2003 al presi-
dcntc francés, Jacques Chirac, en relación al apoyo diplo-
t07
r
En defensa de España

mático de España a Ia invasión de Irak (El País,viernes 26

de septiembre de 2003): ¿QUÉ ES LA NACIÓN ESPAÑOTI¡
"El presidente del Gobierno puso al presidente francés,
Jacques Chirac, sin citarlo, como testigo de la corrección de
su razonamiento, cuando reveló a los empresarios [en
Miami]: Una persona n7e preguntó recienternente por qwé
tenía yo esta actitud con respecto a la guerra, y yo le respon-
dí: '¿qué harías tú si tuvieras en Estados [Jnidos 40 o 50
millones de personas que bablan tw lengwa?'. No me respon-
dió, y yo segwí diciendo: '¿qwé barías tú si esos 40 o 50 millo-
nes de personas están destinadas a convertirse en pocas déca-
das en B0 millonesi'. No me respondió, porqie no tenía
res?uesta. Se sabe que el interlocutor de Aznar era Chirac,
porque el presidente reveló hace poco a The Wall Street 53. Qwé es und Nación

Journal parte de esta conversación, celebrada en euintos de El concepto de "Nación>) no es desde luego unívoco, sino mul-
Mora (Toledo) el pasado día ll de septiembre [...]".
tívoco, pero una multivocidad que tampoco significa equivocidad,
confusión o caos, como a algunos les conviene pensar. Es más, vin-
Unavía, en cualquier caso, que no está privada de dificultades:
la propia leyenda negra acerca de la .orquirta española, alimenta-
culado a la noción de soberanía, la Nación política en senrido
moderno es una idea clara y distinta, precisamenre porque el ámbi-
da-por un indigenismo muchas veces promoviáo por la propia
política norteamericanal la influencia que pueda tener la fácción to en el que actúa determinado poder político nacional (soberano)
se puede plasmar en un mapa, y ser distinguido con claridad de
pananglosa)ona (wasp) sobre la administración norteamericana,
que r,e a la población hispana como una amenaza (Hunrington...);
otros ámbitos soberanos igualmente activos a través de sus .fron-
teras». Denotativamente, el concepto político de Nación es pues,
las propias diferencias políticas enrre las distintas ,aciorei hispa- insistimos, claro y distinto ¡ salvo en algunos contextos en los que
noamericanas (que precisamente se pudieron ver en, de nuevo, la
existen disputas territoriales, el globo esláya cubierto de naciones
crisis diplomática producida a colación del anuncio de la invasión
distinguidas con mucha nitidez unas de otras. No ver las fronreras,
de lrak, en que tanto Méjico como Chile tomaron una decisión
o decir que no existen, es necedad. Decir que no debieran existir es
contraria a la tomada por España...).
utopismo (..otto mundo es posible").

Rodríguez Zapatero en su intervención del 17 de

noviembre de 2004 en el Senado:
"El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Rodríguez
Zapatero): Señor García-Escudero, le agradezco los consejos,
incluso 7e agradezco su afirmación de que el Gobierno y yo
mismo estalnos en una situación difícil. Tengo que recono-
cerlc quc r1o rnc carnbio por la suya ni por la de su grupo,
conl() pucclc toclo cl mundo comprender. (Risas y aplausos en

108
109
 En defensa de España ¿Qué es la nación española?

mentar ese cambio en el ámbito privado y personal. Sólo los

los escaños del Grupo Parlamentario Socialista). Desde que
inmovilistas utilizan, como ar^ para deflnderse, en reali-
tengo uso de raz6n me han asustado las afirmaciones categó-
dad de sí mismos, la palabra'extranjero'. Yo sé que tales acti-
ricai, indubitadas y que rezuman fundamentalismo.
(Rumores en los escaños del Grupo Parlamentario Popular. tudes vienen del miedo primitivo a lo que desconocemos, y
esta tierra, este paisaje, está hecho de valor.
en los escaños del Grupo Parlamentario
-Aplausos
Socialista-). Usted ha dicho que el concePto de nación es Esa valentía ha hecho que crezca en mí, como leonés, algo
que está más allá de la tolérancia y el respeto. Sé que las dife-
claro y unívoco en la doctrina y en la ciencia política. Pues
no desde mi condición anterior de pro- rencias entre unos y otros son Ia infinita variedad de res-
bien, permítame
-y
fesor de Derecho Constitucional, sino simplemente como puestas que los seres humanos damos a una misma realidad
persona que se aproxima sin ningún tipo de prejuicio a lo que I gue, por ello, es un trabajo conjunto permitir una sociedad
en la que todas las diferencias tengan cabida. Me lo enseña
representa ese concepto-, que le diga que quizá no haya un
haber crecido en pleno Camino de Sanriago, elemenro fun-
.on..pto tan discutido en la teoría política, en la ciencia polí-
damental en la construcción de un mundo llamado'Europa',
tica y en la ciencia constitucional como el concepto de nación,
cuyos cimientos son esas palabras que nos hacen más gran-
y es algo que sabe en efecto cualquier estudiante de Derecl-ro'
des cuando se pronuncian desde el corazónl?): paz,libertad,
(Fuertes aplausos en los escaños del Grupo Parlamentario
compañerismo o sueño ciudadano".
Socialista). Además, es un concePto que ha provocado no
sólo ríos de tinta sino pasiones, y ha conformado buena parte
En cualquier caso, ni siquiera connotativamenre la variedad de
de la formación de las estructuras políticas modernas,.
acepciones del concepto de Nación supone confusión enrre las
mismas (una estrategia que sería similar a aquel que, anre las difi-
Fragrnento del discurso de Rodrígu ez Zapatero al reci-
cultades de definir la especie biológica, predica su no existencia o
bir el prenrio Leonés del Año 200+:
..Pértenezco a una tierra [León] cuya idiosincrasia estriba su confusión). De hecho existen conexiones internas entre las múl-
en ser cruce de caminos y, por lo tanto, cruce de culturas.
tiples acepciones del término "Nación" que permiten establecer
relaciones genéticas entre ellas, tal como Gustavo Bueno ha pues-
Como habitante ideológico del Noroeste [slc] sé lo que sig-
nifica situarse, mirar el mundo, desde una etapa estratégica to de rnanifiesto (en lo que representa la Idea de nación más Jabo-
rada y precisa de la que nosotros tengamos noticia), de tal modo
en el Camino de Santiago o en la Vía de la Plata: significa
que unos sentidos se derivan de otros sin por ello caer en la confu-
aceptar nuestra condición de pueblo inserto en un 'hibridis-
mo' de riqreza incomparable. sión entre los mismos.
Porque frente a quienes temerosos de todo avance se Y es que es necesario distinguir tales acepciones, reconocidas
históricarnente, precisamente, porque muchos, en el contexto del
a-prrm en diferencias excluyentes, los leoneses sabemos
de la porosidad y la artificialidad de las fronteras culturales, "estado autonómico» español, buscan interesadamente su confu-
de cuálquier tipo de fronteras. Como colectivo a veces olvi-
sión (particularmente entre la acepción étnica y la política) para,
amparándose en ella, poner esta confusión a disposición de la idea
damos que en esos cruces, en esas fronteras, es donde se reco-
noce al otto .o*prñero, donde nos encontramos con el otro de su disolución en relación a la nación española.
que, consciente o inconscientemente, siempre nos influye.
EI tórmino nación es así, en sentido lógico, un universal que se
clcsplicga cn los siguicntcs trcs géneros, perfectamente reconocidos
Los grandes avances sociales se han producido en las peri-
ferias, en los límites, pues todo cambio social nace de experi- y cl<rctrrncnt¡rlos histtir-icamcntc: cl biológico, cl étnico y cl político.

il0 llt
 En defensa de España
1) El primer género de acepciones que llamamos biológicas
recoge el significado del verbo latino ndscor (nacer); ..nación, es,
etimológicamente, el <<acto y efecto de nacerrr. En él se distinguen
a su yez tres especies según el tipo de sujeto del que se predica
<<nacer)>r un organismo, principalmente, pero también una parte de
é1, o un grupo de organismos. Por ejemplo, Varrón hablaba de la
obuena nación" de las crías de animales domesticados; y todavía
hoy en algunas regiones de España se llama ..nación,, ala cría de la
vaca o de la yegua que acaba de nacer. En cuanto a las diversas par-
tes de un organismo, hablamos del ..nacimiento, o ..nación, de los
dientes (natio dentiwm), o de los pechos de la adolescente; pero
también solía decirse del individuo con un defecto de nacimiento
que lo tenía "de nación".
2) El género de las acepciones étnicas, resultado del despliegue
del género anterior (biológico), nos introduce en la situación his-
tórica desde Ia cual una sociedad política compleja, como pueda ser
un imperio o un reino, contempla el "nacimiento>> de los diversos
pueblos que en su entorno o en su interior mismo se aglutinan.
Según la relación que la sociedad política establezca con estas
..¡¿gi6¡g5rr, hablaremos a su vez de tres especies de acepciones:
..naciones periféricas", ..naciones integradas" I ..naciones históri-
cas o envolventes».
a) La primera especie, la relativa a las ..naciones periféricas>>, se
refiere a los grupos sociales que rodean a la sociedad política sin for-
mar parte de ella. De esta especie tenemos numerosos ejemplos en
los escritores antiguos: Cicerón decía que ..las otras naciones pueden
perder la servidumbre; la libertad es propia del pueblo romano>>; son
las naciones que César describe en sus Comentarios de la guerra de
las Galias (belgas, aquitanos, helvecios...) señalando claramente su
estatus de ..naciones étnicasr, pues dice César que «todos ellos se
diferencian entre sí en lenguaje, costumbre y leyes"; Tácito en
Agrícola describirá las naciones de los britanos, y en Germania hará
1o mismo con las naciones más allá del Rin y del Danubio; Arnobio
dirigirá su libro Ad't)ersus nationes contra aquellas naciones que
todavía están sin cristianizar,l¿5 ..gentesr, los gentiles (nación y gen-
tes se superponen en la literatura cristiana desde Tertuliano, en A los
gcntiles, hasta santo Tomás, en Suntma contrd. gentiles).
112
¿Qué es la nación española?
b) La siguiente especie es la de las ..naciones integrad¿5r,, las
que ya forman parte de la sociedad política, significando, enron-
ces, el ..origen, del que proceden los individuos, grupos o institu-
ciones que han alcanzado el nivel histórico de la sociedad política
en la que ingresan. Por ejemplo, en los mercados medievales se llar
maban ..naciones, a los agrupamientos de mercaderes que, instala-
dos en Brujas o Medina del Campo, exponían sus mercancías por
lo que hoy llamaríamos su ..denominación de origen"; al igual que
en las universidades, donde los estudiantes se encuadraban por
onaciones,, según su procedencia (..¡¿¡u¡¿l de"). Éste será el senti-
do habitual en que se emplee el término ..nación, duranre la Edad
Media y Moderna europea, y que muchos interesadamente con-
funden en la actualidad, en anacronismo manifiesto, con su sentido
político contemporáneo.
c) Por último, la tercera especie dentro de este género de acep-
ciones étnicas que llamamos ..nación histórica" tiene especial inte-
rés por cuanto se confunde normalmente (no tanto interesadamen-
te) con el género de las acepciones políticas de nación. Francia,
España, Inglaterra, Alemania,Itaiia, al margen de su unidad e iden-
tidad políticas, eran consideradas como naciones, en sentido histó-
rico, desde el siglo XY lo que quiere decir que han tenido capaci-
dad para envolver a otras naciones (integradas) y conyertirlas en
partes suyas.
Ahora bien, la "nación histórica" no es todavía política, puesro
que en ella la soberanía no reside en la nación, sino en el Monarca
(o Príncipe), autoridad que detenta el poder político I gue, a rravés
de sus empresas, en las que se integran las distintas partes de la
nación, se consolida un proceso de homogeneización cultural (len-
gua, costumbres, religión, etc.) que permite distinguir a esa nación
envolvente de otras de rango semejante. Se dirá ..nación histórica"
porque, aunque en ella no resida el poder polídco, sí se mueve en
una perspectiva ya política, a diferencia de la perspectiva puramen-
te «antropológica" de las dos primeras especies "periférica" e
"integrada".
3) Por fin, la Nación, en su acepciónpolítica, ya denorativa pues
dc .so['¡crrnía! cs un conccpto nuevo, contemporáneo dijirnos, cuya
c()rstrtlr(:i(in lr:rlrr'í:r tcuido h-rgar cn cl siglo XVill y XIX a pxrtir
ill
 En defensa de España
de la ruptura (revolucionaria) con el absolutismo real del Antiguo
Régimen ("la nación reunida (assemblée) no Puede recibir órde-
n¿s',, dice Bailly el23 de junio de L789, objetando las órdenes de
Luis XVI de disolución de los representantes del Tercer Estado
después de haber jurado éstos no disolverse hasta elaborar una
nueva Constitución). EI concepto de Nación cobra así sentido
político, como nación canónica, por su vinculación plena con el
Estado o sociedad política en cuyo seno se moldea, de tal manera
que la nación aparece así (frente a los conceptos de nación en sen-
tido biológico o etnológico) como sujeto titular de la soberanía,
como sujeto directo de la vida política. La nación, por tanto presu-
pone el Estado (y no al revés), un Estado en cuyo seno se produce
un proceso por el que sus partes son distinguidas individualmente
(y ya no estamentalmente) e igualadas en derechos ante la ley.
El principio de soberanía nacional, que a partir de este momen-
to se irá imponiendo (en Francia, en España, en Bélgica...) y al que
se subordina ahora, si es que se conserva, la autoridad real ("el rey
reina pero no gobierna,,, dirá Thiers), implica la posibilidad de pla-
nes y programas políticos totalmente nuevos que rebasan, para lle-
varse a efecto, las empresas de los monarcas de las
"naciones
histó-
ricaso (circunscritas al Antiguo Régimen con el privilegio del
l"rono y ei Altar), en cuanto que esos planes están dirigidos ahora
a toda la nación como reunión de ciudadanos libres e iguales: edu-
cación universal, ejércitos nacionales, políticas dirigidas al pleno
empleo, seguridad social, obras públicas (carreteras, ferrocarril,
etc.), ciencias y artes..., serán ahora empresas nacionales desarrolla-
das con una potencia sin precedentes y en donde el privilegio esta-
mental, base del Antiguo Régimen, siernpre supondrá un obstácu-
lo para su desarrollo (aduanas interiores, privilegios fiscales, etc.).
La propagación del principio de soberanía nacional irá acompa-
ñada, por la propia lógica política derivada de tal principio, de la
industrializ ación y wbanización de tales naciones (así las revolu-
ciones políticas van asociadas ala revolución industrial), teniendo
como efecto inmediato el extraordinario incremento de la pobla-
ción (principahnente tras la segunda revolución industrial: la del
petróleo y la electricidad) que alcanzará cotas inauditas hasta el
molnento ("explosión dcmográfic¿"). lJna población que, en cuel-
lt4
¿Qué es la nación española?
quier caso, permanecerá en principio hacinada, deprimida y explo-
tada (generando lo que se concebirá como ..clase proletaria"),
puesta al servicio de la industria, en los entornos de las grandes
urbes y que terminará siendo canalizada, a la postre, nacionalmen-
te (ampliación del sufragio, reducción de la jornada laboral, etc.)
sobre todo a través de la presión ejercida sobre los gobiernos
nacionales por las revoluciones socialistas. Un socialismo que, soli-
dario del internacionalismo (el proletario como clase productora
universal), procura desbordar en sus planes, sin lograrlo, la pers-
pectiva nacional readaptándose finalmente, sobre todo tras las gue-
iras mundiales, al principio de soberanía nacional por el que queda
el socialismo más o menos encar¡zado (siempre prevaleciendo la
..lucha entre estados, sobre la
"lucha de clasesrr,
e imponiéndose, a
la postre, la ..conciencia nacional" a la <<conciencia de clase" como
factor práctico de movilización social).
Y es que la nación política, en sus formas canónicas, desembo-
cará, contodo, por necesidades de su sostenimiento interno en cre-
ciente industrialización, en los imperialismos de la segunda mitad
del XIX (por los que todo el planeta se verá comprometido en el
desarrollo de este principio de soberanía nacional) y que termina-
rán enfrentándose, primero, en la ..Gran Guerra, y, después, en la
Segunda Guerra Mundial.
Precisamente resultado de ambas guerras (en las que España,
por cierto, no se verá involucrada) es el «concierto internacional»
actual, cuando el principio de soberanía se aplique también a las
colonias, prefecturas y dorninios en general, y el proyecto soviéti-
co internacionalista termine por fracasar frente a las democracias
capitalistas de mercado (descomposición de la URSS).
54. La Nación histórica esPañala
España, pues, se transforma en Nación política a partir del
rech^zo producido contra la invasión napoleónica, siendo además
una de las prirneras naciones en constituirse en este sentido.
Pcro la Íormación de España como Nación política no surge de
trn vrcío ¡r,rlítico prcvio, sino quc cs Lln Proccso qllc surqc en cl
il5
r
r
I
i En defensa de España
seno del Antiguo Régimen, en parricular, en el seno de una socie-
dad política imperial sobre la que se consriruyó España como
..nación histórica" (es decir, España ya existía políticamente como
sociedad política anres de consriruirse en Nación política; existía
como Imperio).
Un Imperio además, a través de cuyo desarrollo, enfrentado a
otras potencias políticas, no sólo se configura España como nación
histórica, sino que también se establecen las primeras redes efecti-
yr: d_. "globalización", sobre todo a parrir de la circunnavegación
del globo, por la que sus partes, antes incomunicadas, comieázan a
interrelacionarse a rravés del comercio, la evangelización,la explo-
tación, la guerra, procurando involucrar, para bien o para mal, de
un modo efectivo (y no de manera intencional) a todo el género
humano en el proceso civilizatorio. El imperio español, y la nación
española a él circunscrita (con la participación desde el principio de
vascos, catalanes, castellanos, aragoneses, gallegos, andaluces, etc.),
si bien no logra gobernar a la ..Humanidad" (según tal proyecto
imperial), es capaz con todo de ..envolver,, territorios y ..gentesr,
nos referimos sobre todo a los indios americanos, hasta ese
momento completamente desconocidos. IJn envolvimiento que en
absoluto implicó la desaparición (por aniquilación) de los indios,
sino, al contrario, su incorporación de pleno derecho (legislación
de Indias) a la
"nación española, en ranro que súbditos del Rey
Católico, poniendo así las bases de lo que supondría su ulterior
emancipación.
Primeros artículos de Ia Carta mediante la que se orga-
niza en 1580, tras Ia anexión de Portugal, Ia Cofradía espa-
ñola de la Santísima Resurrección en Roma:
"Siendo esta cofradía propria de la Nación española es
necesario que el que hubiere de ser admitido a ella sea espa-
ñol y no de otra nación; la qual qualidad de ser español se
entienda tener para el dicho effetto tanto el que fuere de la
Corona de Castilla como de la de Aragón y del Reyno de
Portugal y de las Islas de Mallorca Menorca Cerdena e islas
y tierra firme de entrambas Indias sin ninguna distinction de
edad ni de sexo ni de estadorr.
116
¿Qué es la nación española?
De hecho, en la América hispana del siglo XVIII, en vísperas de
su emancipación, había ya 26 ciudades universitarias (por ejemplo
en.el Brasil portugués no hubo universidad hasta prirrcipios iel
siglo XX en las que se enseñaba lo mismo que e.r las uni-
versidades-1920-)
europeas (incluso a veces obras generadas e., América
circulaban después por Europa como manuales, como instrumen-
tos canónicos de enseñanza de Ia materia en cuestión ejem-
plo, nada menos que Descartes esrudió lógica en un -por publi-
-a.riral
cado en México-).
En este sentido, una lJniversidad creada en el siglo XVII, la de
Charcas en el Alto Perú, alcanzó enseguida gran prestigio, siendo
su facu-ltad de Leyes el alma ffiater de muchai de ias figuras desta-
cadas de la emancipación americana.
"E, así la nasción de España fue preferida a la nasción
anglicana. E pues mi señor el Rey fde Castilla y León], es el
principal de la nasción de España, rasonablemente se sigue
que debe ser preferido al señor Rey de Inglarerra,, (Alfonso
de Cartagen Ditrrrso sobre la pre'cedencú, d.el Rey'Católico
^,
sobre el de Inglaterra en el Concilio de Basilea, defendido el
14 de septiembre de 1434).
"[...] donde atendimos con cuidado y diligencia a escribir
todo 1o que en esta jornada suscedió desde el principio della
hasta su fin, para honra y fama de Ia nació, erprdol", qrr"
tan grandes cosas a hecho en el nuevo mundá, (El Inca
Garcilaso, La Florida, l57B).
"Finalmente, no sin admiración y gusro tuyo, leerás los
discursos, peligros, tormentos y victorias inmortales de
Flernando Cortés, gloria de nuesrra nación española, pues-
tas en dulce estilo por Gabriel Lasso de la Vega, el cual ha
querido perder el tiempo celebrando fabulosas aventuras "o
de
caballeros incógnitos, como muchos lo han hecho, (Lasso de
la Vega, Mexicana, Prólogo del Licenciado Jerónimo
Ramírez al discreto lecror, año 1594).
"-¡Oh flor de la andanre caballería! ¡Oh luz resplande-
cientc dc Ias armas! ¡Oh honor y espejo de la nació,
ñole! (( )crvrrnrcs, Quijote). "rpo-
"
lt7
r
En defensa de España
"[...] porque sepa soy muy aficionado a la nación espa-
ñola, y el ser della vuesa merced y sus prendas, me obligan a
usar desta llaneza,, (Cervantes, Quijote).
su muerte, a la nación espa-
"San Isidoro pronosticó, en
ñola, que si se apartaba de la verdadera religión, sería opri-
mida; pero que si la observare, vería levantada su grandeza
sobre las demás". "Obró malos efectos, aunque los pruden-
tes conocieron luego el engaño, desmentido con el celo de la
religión y justicia que en todas partes muestra la nación
española, no siendo desigual a sí misma en las Indias"
(Saavedra Fajardo, Idea de un príncipe político cristiano,
1616).
5 5. La Nación política española
Tras la batalla de Trafalgar (1805), en donde la Armada españo-
la pierde su hegemonía naval en favor de Inglaterra, y, sobre todo,
con la invasión francesa de la península Ibérica (1808) comienza a
resquebrajarse la estructura imperial española en cuyo seno se
forjó España como nación histórica.
Pero con \a caída del Imperio no se resquebraja la sociedad
española, sino que más bien se transforma, y se transforma revo-
lucionariamente. Precisamente la conciencia nacional española,
como nación histórica previamente constiruida frente al invasor,
eslo que produce que la.,nación en armas>> se levante en 1B0B
contra el ..tirano, francés, pero de tal modo que España, en el
mismo proceso de la guerra de Independencia, pasa a transfor-
marse en Nación política, al ser ahora Ia Nación, y no ya el Rey
(desposeído por Napoleón en Bayona), la depositaria de la sobe-
ranía (restaurando así, a su vez, la misma monarquía que
Napoleón pretendía usurpar pero ya en forma de monarquía
constitucional), poniendo así en ejercicio el principio de sobera-
nía nacional español (tal como se pone de manifiesto con toda
claridad en las Cortes de Cádiz y en el Discurso preliminar de la
Constitución de 1812).
11fl
¿Qué es la nación española?
l
Agustín Argüelles en el "Discurso preliminar, a la
Constitución política de Ia Monarquía española del t9 de
marzo de l8l2z
"La Nación, Señor, víctima de un olvido mn funesto, y no
menos desgraciado por haberse dejado despojar por los
ministros y favoritos de los reyes de todos los derechos e ins-
tituciones que aseguraban la libertad de sus individuos, se ha
visto obligada a levantarse toda ella para oponerse a la más
inaudita agresión que han visto los siglos antiguos y moder-
nos; la que se había preparado y comenzado a favor de la
ignorancia y oscuridad en que yacían tan sanras y sencillas
verdades. Napoleón, para usurpar el ffono de España, inten-
tó establecer, como principio incontrasrable, que la Nación
era una propiedad de la familia real, y bajo tan absurda supo-
sición arrancó en Bayona las cesiones de los reyes padre e
hijo. V. M. no tuvo otra razónpara proclamar solemnemen-
te en su augusto decreto del 24 de septiembre la soberanía
nacional y declarar nulas las renuncias hechas en aquella ciu-
dad de la corona de España por falta de consentimiento libre
y esporltáneo de la Nación, sino recordar _a és_ta que una de
sus primeras obligaciones debe ser en todos los tiempos la
resistencia a la usurpación de su libertad e independencia. La
sublime y heroica insurrección a que ha recurrido la desven-
turada España para oponerse a la atroz opresión que se la
preparaba, es uno de aquellos dolorosos y arriesgados reme-
dios a que no puede acudirse con frecuencia sin aventurar la
misma existencia política que por su medio se inrenta con-
servar. Por tanto, la experiencia acredita, y aconseja la pru-
dencia, que no se pierda jamás de vista cuanto conviene a la
salud y bienestar de la Nación, no dejarl a caer en el fatal olvi-
do de sus derechos, del cual han tomado origen los males que
la han conducido a las puertas de la muerte».
lJna nación cuyo poder soberano brota de la unidad enrre sus
partes, frente a la fragmentación y desigualdad estamental, pudien-
clo de hecho, en virtud de la solidaridad entre las mismas y anrepo-
niendo cl intcrós general de la Nación a los intereses particulares,
l9
 En defensa de España
derrotar y expulsar al invasor (para sorpresa de muchos, para
empezar del propio Napoleón).
La unidad de la Nación española es pues precisamente solidaria
de la igualdad entre sus partes, en la que, disueltos los privilegios
(o subordinados a la soberanía nacional), los españoles van a parri-
cipar de la soberanía ahora ya como ciudadanos libres e iguales. La
unidad de la Nación representa pues la libertad e igualdad de los
ciudadanos, opuesta a su fragmentación (foral, señorial, etc.) que
representa el privilegio y la servidumbre. Será precisamente la
derecha del Trono y el Altar la que se oponga a la unidad nacional,
defendida principalmente por la izquierda liberal.
La idea de Nación española de Ios diputados de las
Cortes de Cádiz:
"Todos somos españoles y no debe haber diferencia en la
subsistencia y modo de obedecer y servir en las cosas de pro-
vecho común de la Nación entre las Coronas de Castilla,
Aragón, Galicia, Asturias, Andalucía, Navarra y las
Provincias, Valencia, Murcia y las demás" (Mahamud).
Una legislagifn «que haga en todas las provincias que
componen esta vasta Monarquía una nación verdaderamente
una, donde todos sean iguales en derechos, iguales en obliga-
ciones, iguales en cargas>> (Pérez Villamil).
"Nada había más funesto que llevar a las Cortes preren-
siones aisladas de privilegios y de gracia: el aragonés, el
valenciano y el catalán, unidos al gallego y al andaluz sólo
será español; ¡ sin olvidar lo bueno que hubiere en los códi-
gos antiguos de cada reino para acomodarlo a la nación ente-
ra, se prescribirá como un delito todo empeño dirigido a
mantener las leyes particulares para cada provincia, de cuyo
sistema nacerá precisamente el federalismo, la desunión y
nuestro infortunio" (Canga Argüelles, Reflexiones sociales).
España comienza, pues, a desarrollarse como nación política a
partir del siglo XIX (siendo la emancipación de las repúblicas his-
panoamerlcanas consumación de este proceso), con la abolición de
las i nstituciorrcs imperiales (Inquisición, dcsamortizacioncs, scño-
120
¿Qué es la nación española?
ríos, la Mesta, etc.) que no eran sino obstáculos para el desarrollo
del principio de soberanía nacional, un desarrollo que seú acom-
panado dé la irrdustrializacióny modernización de la Nación.
En este sentido, el desarrollo industrial de Cataluña o del País
Vasco, muy próspero especialmente en estas dos regiones, puede
terrer lugai preciia*ettte como consecuencia de la disolución en
ellas de la sÁciedad estamental, siendo así que, la abolición de los
fueros (derivada del principio de soberanía nacional español), lejos
de .reprimir el autogobierno, en tales regiones, lo que.hace es jus-
ramenre permlür su desarrollo industrial (por quedar libres de las
ererrcio.res y libertades señoriales y forales). La prosperidad indus-
trial de Cataluña tiene lugar pues, precisamente, cuando se produ-
ce el desarrollo de España nación política y no antes, en el
"o-o
clue la sociedad catalanavivía bajo la servidumbre de las élites oli-
gárquicas locales representadas en la Generalidad.
56. Las naciones fraccionarias en España
Pues bien, es justamente en aquellos sectores más reacios a la
nacionalización, y anclados en la defensa de los privilegios del
Trono y el Altar (carlismo, foralismo...), en los que se com-ienza a
cultivar la idea de nación fraccionaria. Una idea de nación fraccio-
naria desde la que, opuesta a la unidad nacional española, no se rei-
vindica la defensa dála igualdad y libertad de la Nación (frente a la
sociedad estamental) sino que, al contrario, desde ella se reclama,
en virtud de unas supuesras "diferencias culturales o lingüísticas",
el reconocimiento del privilegio de disponer de capaciclad legislati-
va, judicial, fiscal, etc. en favor de los intereses de una parte de la
Nación realmente constiruida española- frente a otras.
-la
Manifiesto tradicional del PNV aprobado en la
Asamblea de Bilbao en diciernbre de'1.906:
oAmenazada de muerte la nacionalidad vasca por el peli-
gro dc rnllerte que corre la taza, a punto de desaparecer su
iclio,rr y aclultcrados su espíritu y Tradición, el Nacio'alismo
V¡rsco us1',irrt rt lturi[icer y vigoriz.ar la rlza, a clcpttrar y
l.2l
 En defensa de España
difundir el euzkera hasra conseguir que sea la única lengua
de Euzkadi y a purificar el espíritu yisclarecer la Tradición
del Pueblo vasco, encomiándose sus trabajos en cuanto a
cste fin:
A. A que el Pueblo vasco siga, fervorosamente, las ense-
ítanzas de la Iglesia Católica, Apostólica, Romana, como las
siguió y observó en riempos pasados, con exclusión absolu-
ta de toda doctrina condenada por la Iglesia Católica.
B, A que vuelvan a imperar los buenos usos y costumbres
olvidados, fomentando los que se conservan y combatiendo
los exóticos y perjudiciales. [...]
El Partido Nacionalista Vasco quiere la resrauración com-
pleta de Araba, Gipuzkoa, Nabarra, Bizkaya, Laburdi y
Zuberoa, de sus anriguas leyes fundamentales y el restableci-
mienro de sus Juntas Generales o Cortes Legisladoras y de
todos los organismos de Gobierno y Administración de
aquéllos derivados. [...]
Como consecuencia de ello pretende, especialmente la
derogación por lo que hace a Araba, Gipuzkoa, Nabarra y
Bizkaya, de la Ley de25 de octubre de 1839, y en cuanro a
Laburdi y Zuberoa, de las emanadas de los poderes de la
Revolución francesa de t789, y, en general, de todas cuanras
otras leyes y disposiciones hayan sido dictadas por los
gobiernos de Madrid y París que en algún modo impidan,
amengüen o coarren el libre funcionamiento de aquellas
Juntas o Corres y la ejecución de sus legítimos mandaros.
[...] Dios y Ley Vieja".
Sobre todo, tras el .desastre del 98, comienza a propagarse con
fuerza esta idea de nación fraccionaria, circunscrit, , dát"i-inadas
regiones (precisamente las más prósperas desde un punro de visra
industrial) de la mano de aquellas facciones políticai más reaccio*
narias.
Es en este contexto en el que se inventa y cultiva, de un modo
disparatado, el mito de la
"nación vasca>>, la .nación carala,a,, la
.nación gallega" como constituidas previa e i,dcpcndicntcrlcrrc a
la Nación cspañola. Dcsdc tal dcsfiguración an,rcií>.ica, .sc rcclrrrr,r
t22
¿Qué es la nación española?
frente a España, que se supone las oprime, la ..restauración" de la
soberanía de esas naciones.
La cuestión está en que jamás se constituyeron tales regiones en
naciones políticas cor ló que, difícilmenre, se les puede ..devolveD
,-,rr, ,obeirnía ..nacional" del todo inexistente. En este sentido
jamás la ..nación vzsc2)>r ..catalana" o "gallega" podrán <<recuPerar»
una soberanía nacional que nunca Poseyeron; otra cosa es que, a
rravés del cultivo de la iáea de disolución de España, tales partes
suyas terminen por transformarse efectivamente en naciones inde-
p"ndi"rrt", (perá elo nunca podrárepresentar una «recuperación",
por más que muchos se empeñen en ello).
..De igual manera, puede afirmarse que nunca se.perdió
,rn prrrl gallega, caialara o Yasca, sino un imperio -el
det que habían sido fieles sop.ortes los gallegos,
"rpañol-
.*irlrrr"r, rrtrriirr-rot, aragoneses, castellanos, andaluces,
extremeños y, no faltaba más, los vascos' Nada dene de
exrraño, en tá1 sentido, que fuera precisamente la crisis de la
última décadadel XIX, óor-,1a guerra de Cuba y Filipinas, el
contexto en el que emergieron los nacionalismos periféricos,
estrictament. .-or.t"-poráneos de los regeneracionismos y
del nacionalismo español de la generación del
gs' ["'] E"
este contexto de los años inmediatamente anteriores y
-el
posteriores al Desastre- comienza la elaboración delirante
áel *ito nacionalista de una primitiva patria vasca que habría
perecido bajo la opresión de la España Imperial" (|on
juaristi, El bucle melancólico,P. 33).
57. La idea de nación ooPrimida' como coartada
Las naciones fraccionarias son así concebidas, desde los planes
separaristas, como ..naciones oprimidas" (cuando al contrario, y
,"grin dijimos, fue la constitucién de España como nación política
lo!.re [6eró a las sociedades caralana, vasca... de su servidumbre
señLrial, defendida por las poderosas oligarquías locales), de tal
rnodo que España, q-ue no .rlrt" en tales planes sino como "Estado
123
 En defensa de España
opresor>>, se supone está negando el ..derecho de autodetermina-
n un conjunro ds
:rgl" "pueblos, con "identidad nacional, que
habitan oprimidos en su seno y que buscan su derer¡ninación sobe-
rana.
Paradójicamenre, sin embargo, tal es Ia inconsistencia de seme-
jante discurso, desde esos planes se está tácitamente considerando
a España como exisrenre (si España no existiera
¿qué es lo que
oprlme a esaS presuntas ..nacionesr, Vascongadas..._
que se dicgn -Cataluña,
"oprimidasr,?), pero con una existencia ajemás que
tiene la suficiente, por no decir extraordinaria, potencia como para
someter secularmente a pueblos, se supone soberaros, es d^ecir,
libres, que, sin embargo,.cayeron rendidls bajo el .ryugo españolr.
Esta paradoja viene suscirada por la admisión, si" Áai d" ,,, .or,_
c.epto.tal problemático como el de
"nación oprimida,, (en esre sen-
tido desde el PNV se suele presumir frecuerü*"rrt" de que su rei-
vindicación ..nacional, tiene ya más de cien años, deráe que se
fundó este partido, lo cual seiía más bien un motivo pr., lá-"rr_
tarse y no para presumir, desde sus propios intereses, pres .ur.rto
más tiempo pase menos evidente se hace la condición-nacional de
la "sociedad vascar: se .',e que mu)r «6p¡l¡¡ida, no debe ..sentirse,
si después de más de cien años denunciarrdo el peso del yugo espa_
ñol, aún no han conseguido zafarse de él).
Y es que, una ..nación oprimida>> es un contrasentido, por
mucho que el pseudoconc"pto se repita desde el discursc secesio-
nista. La soberanía nacional, en general, implica precisamente
libertad d.
.(I para) poder hacer la ley y hacer cumplirla: una
..nación no libre" (oprimida), no es una nación. Otra cósa,
es que
si la secesión triunfa.llegue a serlo, convirtiéndose Io qr" .., ,r*
parte en un todo nacional; pero si
"llega a serlo, ", porqr", insisti_
mos, con anterioridad no lo era.
58. Interpretacign capciosa nacional-fraccionaria de las leyes
forales
(foralismo y nacionalisrno fraccionario )
- La (sobrc
foral"
historiogr,afía secesionisra suele acudir al oautogobicmo
todo habla.do de las vascongadas), p".a j,-ritific^. 1,,
t24
¿Qué es la nación española?
condición nacional de determinadas regiones de España, se supone
de constitución previa e independiente de la nación española, como
si los fueros fueran "leyes propias" por las que se regía la..socie-
dad vasca, al margen del resto de España. Pero el ..fuero, es preci-
samente un privilegio, relativo al derecho civil y de alcance muni-
cipal o comarcal, sostenido por la monarquía (española), y
concedido además a determinadas partes sociales (oligarquías) que,
en algunos casos, mantienen en régimen de servidumbre a otras
partes sociales del mismo ámbito (campesinado vasco). Se destaca
pues de la ley foral, por parte de esta historiografía,lo que tiene de
justificar así el independentismo, pero se
"autogobierno», para
elude su contenido antinacional en tanto que régimen de servi-
dumbre (incompatible con el régimen constitucional surgido a par-
tir de l8I2). Además, las leyes forales, distribuidas heterogénea-
mente como privilegios para determinadas partes sociales, no
mantienen unidad entre sí, de tal manera que ni siquiera puede
hablarse, por ejemplo, de un ..fuero vasco>> al no haber unidad
entre los distintos fueros distribuidos en las Vascongadas.
Y es que, se mire por donde se mire, la idea de Nación política
(de raíz republicana) es difícilmente compatible, a la postre, con la
idea de ..Fuero, (idea de raíz seiorial), que supone utta ..ley priva-
da" (privi-legio) otorgada y-sostenida por la rno.narquía. El fuero
supone necesanamente la dependencia del poder real, y no su
la historiografía secesionista,
"independencia" tal como pretende
presentando para colmo su abolición como ..opresión, o "viola-
ción" de la legalidad ..nacional, vasca...
..En primer lugar, debemos dejar constancia de que histó-
ricamente el 'Pueblo Vasco'nunca constituyó una misma
unidad jurídico-política y que tan sólo estuvo unido en el
seno de la Monarquía española. Debe saberse también que,
en sentido estricto, no es posible hablar de fueros vascos,
sino de fueros alaveses, guipuzcoanos, vizcaínos, navarros e
incluso de fueros locales o comarcales, ya que nunca fueron
unificados en un mismo fuero o código, ni siquiera cuando
los habitantcs de las citadas provincias eran súbditos de un
nris¡nt, r'cy. Y cn scgundo lugar, la rcalidad histórica acrcdita
t25
 En defensa de España
la existencia de un autogobierno foral, pero niega tozuda-
mente la tesis de la independencia foral, con cabida en la
mitología, pero no en la Historia" (Santiago Abascal, La
Farsa de la awtodeterminación, Altera 2005, p. 93).
5 9. España, plwrinacional?
¿ situación de determinación nacional: es decir, si el resto de los espa-
Como consecuencia de la propagación de la idea de nación frac-
cionaria, se comienza a concebir España como sociedad constitui-
da de múltiples "naciones>>, como sociedad plurinacional, asimila-
da al Imperio austro-húngaro o al Reino Unido de la Gran Bretaña
e Irlanda, cuando su constitución como sociedad política no se
puede homologar a la formación de ninguna de ambas sociedades.
Precisamente el catalanismo comenzó a cobrar mucha fuerza a
partir de la Paz de Versalles y la formulación del principio de
..autodeterminación de los pueblos" por el presidente norteameri-
cano §7. Vilson, oscuro principio este, pensado sobre todo para el
proceso de descomposición de los ulmperios centrales» derrotados
en la contienda (particularmente el austro-húngaro), siendo apro-
vechada la coyuntura por el catalanismo para tratar de ser reaplica-
do en España.
La petición de principio que representa el llamar "nación, a lo
que es una parte (regional) del todo nacional español, supone, ade-
más de un completo anacronismo, una apropiación de esa región
por parte de unos españoles frente a, o en detrimento de, otros a los
que se les expropia (se les desvincula de tal región como si ésta fuera
sólo de los de allí oriundos, de los nacidos en ella). Es decir, una
apropiación indebida o robo en la medida en que se reclama el
"derecho de autodeterminación» partiendo del hecho, dado por
bueno, de que Cataluña, o el País Vasco es de los catalanes o los vas-
cos (un derecho que sería así absurdo reclamarlo, si fuera cierto que
son los propietarios de tales regiones, pues ya lo habrían hecho: en
esto consiste precisamente ml pedción de principio; y es que ningu-
na nación, si ya lo es, reclama el
"derecho de autodeterminación").
Y es un robo o latrocinio por cierto, con todo lo que tiene dc
expolio, porque ni el País Vasco es sólo de los vascos, ni Cataluña
12(,
¿Qué es la nación española?
es sólo de los catalanes, sino de todos los españoles (incluyendo
por supuesto a vascos y catalanes).
Y es que el principio del derecho de "autodeterminación nacio-
nal, s5 absurdo (se pide simultáneamente, insistimos, como dere-
cho algo que se supone, por petición de principio, ya está dado de
hecho), siendo más bien la codeterminación 1o que conlleva a la
ñoles toleran el latrocinio o robo que representan estos proyectos
de secesión, y asumen el contemplar como ..nacionesr' 1o que cons-
titucionalmente son partes del todo nacional español, entonces,
efecdvamente,la secesión llegaría a consumarse (y con ella el expo-
lio, un expolio que no por consentido deja de serlo).
Dicho rápidamente,la idendd¿d "plurinacional,, de España, que
desde el secesionismo y algunos cómplices suyos se quiere ver con-
vertida España, sería la identidad de su lalcanización y, por lo
tanto, el fin de su existencia nacional.
..Y otra gran cuestión interrogante se nos Plantea aquí: la
secesión, aunque no sea más que por lo que tiene de expolio
y de saqueo, ipodría tener lugar pacíficamente? ¿Acaso cabe
esperar que los españoles permanezcan cruzados de brazos
ante el espectáculo ofrecido por unos individuos que, avala-
dos por pactos y convenios burocráticos, semiclandestinos,
se disponen a apropiarse de un patrimonio en el que todos
tienen partey parte irrenunciable? ¿Hasta tal punto se habrá
enfriado la sangre de los españoles que nadie esté dispuesto
a perder ni una gota en el forcejeo con los expoliadores?"
(Gustavo Bueno, España no es un mito, pp. 123-124).
60. ¿Qué es una oNación de naciones,?
Es Ia expresión de un pseudoconcepto, o mejor, de un aborto
conceptual con el que, de nuevo, se quiere poner de manifiesto la
falta dc consistcncia de España como Nación. El engendro es, Por
lo visto, pllcsto cn circulación por Anselmo Carretero Jirnénez,
occ:rrrtirir-:r[o y nrilitlntc socialista (tnucrto c\ ZOOZ cn su cxilio
t27
r
I
En defensa de España
mejicano), siendo propagado, con el aval del prehistoriador Pedro
Bosch-Gimpera, sobre todo por el ex presidenre de la Generalidad
de Cataluña, Jorge Pujol (que ha introducido algunos libros de
Bosch-Gimpera), durante los años ochenta y novenra. Asumido
por muchos políticos, entre otros por Pascual Maragall, sucesor en
el cargo de Jorge Pujol, y el propio presidente del gobierno acrual,
J. L. Rodrígttez Zapatero (cercano, por lo visto, a su paisano
Anselmo Carretero), la expresión
"nación de naciones» es un sin-
sentido completo desde un punro de vista político.
Si nación, en sentido político, expresa la titularidad de la sobe-
ranía, vna..soberanía de soberanías, sería una expresión equiva-
lente a u¡ «punto de puntos" en geometría' un ..punto de puntosr,
dejaría de ser un punto para convertirse en una superficie de pun-
tos, si es que se quiere salvar su sentido geométrico. Del mismo
modo, una ..nación de naciones>> no es una nación, sino, más bien,
una confederación de naciones si es que, de nuevo, se quiere salvar
su sentido, en este caso, político. (Ni siquiera es válido para con-
ceptuar realidades histórico-políticas como la de la Monarquía
Dual del Imperio Austro-Húngaro, y menos aú.n para el Reino
Unido de la Gran Bretaña e Irlanda, como muchos insisten en
suponer).
En su uso ideológico (secesionista) lo que se busca con la pues-
ta en circulación de este pseudoconcepto es disminuir el carácter
nacional de España en favor de las naciones fraccionarias que,
insistimos, se supone viven ..oprimidas" en su seno. lJna ..opre-
sión" cuy6 reconocimiento sería el primer paso para su "libera-
ción" (secesión). Un reconocimiento que, en efecto, se hace tácito
a través del pseudoconcepto ..nación de naciones» en cuestión.
Entrevista al socialista Pascual Maragall en ABC el 6 de
noviembre de 2005:
..Pregunta. ¿Usted sigue pensando, como le dijo a José
Antonio Zarzalejos, que España no comprende a Cataluña?
Respuesta. Bueno, las frases contundentes son peligro-
sas... Ha habido episodios de incomprensión y de descon-
fianza, pero están superados. Yo no desco¡fío_de España,
aunque mr confianza no sea ciega. Pero es elevada.
t28
¿Qué es Ia nación española?
P. ¿Qué es una nación?
R. Una nación es un sistema compartido de sentimientos.
P. Carod dice que los sentimientos sobrePasan las leyes.
R. Los sentimientos pesan.
P. ¿Las naciones han de tener Estado?
R. Nosotros somos una nación de naciones, que tiene un
Estado. Y varias naciones.
P. ¿Cuántas?
R. Tres seguras, y alguna probable.
P. ¿Y un señor de La Mancha, qué es?
R. Español. Bueno, manchego, pero español.
P. ¿Y usted?
R. Catalán. Y por tanto, español.
P. Hay quien se siente sólo catalán.
R. Es que los sentimientos son libres".
61. ¿Qwé ¿516, «EspañaPlural,?
En la misma línea que ..nación de naciones" la expresión
*España plural" tiene hoy día un uso ideológico similar. Por opo-
sicién a lo que se concibe como la "España una>>, se suPone homo-
geneizadora, uniformista, que arrumba y no respeta los "hechos
diferencialesr, la defensa de la «España plural" viene a suponer, en
boca sobre todo de la izquierda socialdemócrata actualmente en el
gobierno (PSOE) y sus socios, la operación maniquea de aislar, en
Ls sedes de la representación nacional (Cortes, Parlamentos auto-
nómicos, Ayuntámientos) al principal partido de la oposición, el
PP, atribuyendo a éste la defensa ds l¿ «España una' (antidemo-
crática, úiánica...) seguramente por ser el PP el único partido,
junto con UPyD, con rePresentación parlamentaria en cuyo seno
no existe ningún plan separatista (secesionista o federalista).
Anexo del Pacto del Tinell:
ACTUACIÓN POLfTICA GENERAL
"CRITTRIOS SOBRE
Ningún acuerdo de gobernabilidad con el PP, ni en la
Gt:nt:ralitat ni en el Estado
12.)
 En defensa de España
Los partidos firmantes del presente acuerdo se compro-
meten a no establecer ningún acuerdo de gobernabilidad
(acuerdo de investidura y acuerdo parlamentario estable) con
el PP en el Govern de la Generalitat. Igualmente esras fuerzas
se comprometen a impedir la presencia del PP en el gobierno
del Estado, y renuncian a establecer pacros de gobierno y
pactos parlamentarios estables en las cámaras estatales.
Retirada de las medidas contrarias a la plurinacionalidad,
plwriculturalidad y plwrilingiiisnlo, e impulso de un nLtevo
rTt,a.TCo qwe las reconozca
El apoyo a un cambio de gobierno a nivel esmtal por parre
de las fuerzas representadas en el pacto deberá comportar,
como contrapartidas imprescindibles:
El compromiso de dejar sin efecto el de nor-
mas - contrarias a la plurinacionalidad, de conjunto
cualquier rango,
aprobadas durante el período gobernado por el PP, así como
la retirada de los recursos interpuestos por el gobierno del
Estado ante la jurisdicción ordinaria o el Tribunal
Constitucional contra normas emanadas de las instituciones
de Catalunya.
El establecimiento de un nuevo marco legal donde se
-
reconozca y se desarrolle el carácter plurinacional, pluricul-
tural y plurilingüístico del Estado.
Corresponsabilidad en la acción del Gobierno
La acción y las decisiones del Govern han de ser asumidas
de manera compartida, unitaria y global por las diferentes
fuerzas políticas y adoptadas siempre en el marco del Govern.
Asimismo, la lealtad a los acuerdos previamente conse-
guidos y la asignación de responsabilidades en cada forma-
ción política, no excluyen que todos los partidos represenra-
dos en el Govern expresen su opinión sobre la política
general y sobre la gestión de las diversas áreas de gobierno o,
eventualmente, lleguen a cuestionar actuaciones concretas.
Actwación leal del Govern de Catalunya en todas las
cámaras de repre sentación
Las fuerzas políticas representadas en el Govern dc
Catalunya se deberán comprometer a que los acuerdos ado¡r-
t30
¿Qué es la nación española?
tados por el Parlament de Catalunya, o por el
mismo
Govern, recibirán el apoyo explícito de sus representantes en
el resto de instituciones (Congreso, Senado, Parlamento
Europeo) si son objeto de votación o debate.
Igualmente, los acuerdos adoptados por el Govern serán
vinculantes para todos sus miembros en las negociaciones
con las otras administraciones.
Este texto ha sido aprobado y refrendado Por los órganos
máximos de los tres partidos y coaliciones abajo firmantes.
Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC-PSOE)-Ciumdans
pel Canvi Esquerra Republicana de Catalunya
Iniciativa per Catalunya Verds-Esquerra Unida i
Alternativa
Firmado en Barcelona, el 14 de diciembre de 2003
Joan Saura Laporta ICV-EUA, Pasqual Maragall Mira
PSC-CpC, Josep-Lluís Carod-Rovira ERC".
Sin embargo, el sentido de tal concepto se mantiene deliberada-
mente (por electoralismo) en su ambigüedad sobre todo cuando
esa ..España plural" se concibe como ..EsPaña plurinacional"'
Cuando se especifican sus contenidos ..pluralidad" que se
-esa
supone representa España- normalmente se dice que la "EsPaña
plural" consiste en la armonización en su seno de ,.tres naciones y
catorce regionesrr, no quedando claro si estas catorce regiones con-
forman, a su vez, una nación o no, y sin especificar, en cualquier
caso, si tal armonización salva o no la unidad. Es decir, cabría pre-
guntar para tratar de deshacer la ambigüedad, ¿qué tipo de unidad
política tiene esa "España plural"?
En fin, si con la insistencia de la pluralidad de España se quiere
decir algo más que una obviedad (España es un todo compuesto de
partes distintas unas de otras), eso que se quiere decir ("España
plurinacion¿1") es confuso y tendencioso, además de servir de
apoyo cómplice al secesionismo.
Jovellanos, a la Junta de Legislación de las Cortes:
oComo ninguna constitución política puede ser buena si
lc [alt,rrc urridad, y nada más contrario a esta unidad quc las
lll
 En delensa de España
¿Qué es la nación española?

varias constituciones municipales y privilegiadas de algunos

Cataluña es ejercida por una oligarquía de origen terrate-
pueblos y provincias... puesto que ellas hacen desiguales las
niente y financiero, aliada y enfeudada al imperialismo, que
obligaciones y los derechos de los ciudadanos )¿, reconcen-
también explota los otros pueblos y nacionalidades del
trando su patriotismo en el círculo pequeño de sus distritos
Estado".
debilitan otro tanto su influjo respecto del bien general de la
Documento aprobado en el IV Congreso del Partido
Patria. . . r,.
Socialista Unificado de Cataluña en octubre-noviembre
de 1.977:
62. ¿Qué es wna federación? "Los objetivos de la democracia política y social. 1. La
Reforma del Estado implica entre otras medidas, las siguien-
tes que son fundamentales: a) La autodererminación de
Muchos, sobre todo de nuevo desde la izquierda socialdemó-
Cataluña y la construcción de un Estado federal. Realización
cÍata y comunista española, responden a esa pregunta por el senti-
del derecho de nacionalidad catalana de la rotal autodetermi-
do de la "pluralidad" de España con la federación. España es, ya de
nación. Los comunistas defenderemos la creación de un
hecho (a través del de las autonomíasrr), dicen, una federa-
"Estado Estado republicano y federal, que recono zca la plurinaciona-
ción de naciones (sin aclarar en cualquier caso, insistimos, el núme-
lidad del Estado español y se base en la unión voluntaria de
ro de naciones federadas) mediante la que se salva la pluralidad de
todos los pueblos de España".
España sin menoscabar su unidad.
Sin embargo, Ia Constitución española vigente no admite la
federación entre sus partes (Art. 145) por lo que es difícil de com-
prender cómo es posible que la misma constitución que se supone
consagra la federación entre las partes de España, prohíbe la fede-
ración entre las mismas.
Pero además, federar supone reunir lo que permanecía separa-
do, siendo así que es imposible reunir lo que ya está unido (a
menos que antes se separe). Y España ya estaba unida como nación
con anterioridad a la Constitución de 1978, luego mal puede repre-
sentar esta constitución una federación de partes si éstas ya estaban
unidas antes de 1928.

Documento aprobado por el Partido Socialista de

Cataluña en su congreso constituyente en noviembre de
7976:
"IIL La alternativa nacional de los trabajadores: 29. La
colectividad nacional catalana está oprimida por el Estado
español. E,sta opresión incide fundamentalmente
-que
sobre la clase trabajadora- es hoy consecuencia de la explo-
tación capitalista. Concretamente, la opresión nacional de

132
n3

¿QUÉ ES EL FEDERALIS}4O?,
¿Y Ef, ..TEDERALISMO ASIMETRICO"?
63. Federalismo de izqwierd,as
El federalismo pues, promovido en España sobre todo por algu-
nos partidos de la izquierda socialdemó crata y comunista, en reali-
dad se hace cómplice del secesionismo, pues para federar hace falta
previamente separar lo que ya permanecía reunido.
"Lo que aquí se llama federar es desfederar, no unir que
lo
está separado, sino separar lo que está unido. Es de temer
que en ciertas regiones, entre ellas mi nativo País Vasco, una
federación desfederativa, a la antigua española, dividiera a los
ciudadanos de ellas, de esas regiones, en dos clases: los indí-
genas o nativos y los forasteros o advenedizos, con distintos
derechos políticos y hasta civiles" (Unamuno, ..La promesa
de España", El Sol,14 de mayo de 1931).
En este punto el federalismo coincide con los planes secesionis-
tas, aunque sus fines sean a la postre muy distintos. Precisamente
para mantener esa coordinación federalismo/secesionismo, ambos
con fines diversos pero convergentes en el <<intermediorr, se puso
en circulación (fue de nuevo el socialista Pascual Maragall quien
más ha insisddo en esto) la expresión "federalismo asimétrico,,,
noción que mantiene en su seno toda una contradicción in adjecto,
pues la federación implica, precisamente, simetría entre las partes
(con la unión federal el poder político se distribuye por igual entrc
134
¿Qué es cl federalismo?, ¿y el "federalismo asimétrico,?
las partes federadas). Con tal expresión, sin preocuparle mucho a
quien la profiere la contradicción que guarda en su seno, se trata de
rectificar las derivaciones anti-secesionistas de la unión federal, en
complicidad con el propio secesionismo (esto es, se rrata de salvar
el carácter se supone ..nacional, de algunas de las partes frente a
otras partes que tan sólo reciben la consideración de ..¡sgi6n¿ls5rr,
aunque sin aclarar igualmente de qué todo son
"región").
Programa electoral de Izquierda Unida de las Elecciones
de marzo de 7996:
,.4 . Hacia la f eder alización del Estado. La situación actual
del Estado de las Autonomías se caracreriza por los siguien-
tes rasgos: un diseño autonómico que va agotando sus posi-
bilidades y cuya única salida coherérrte es lá marcha hacla un
modelo de Estado Federal; t...] El proceso federal que IU
propugna se inscribe en el reconocimiento del derecho de
autodeterminación, como forma de expresión de la necesaria
concordancia de voluntades de las ciudadanas y ciudadanos
y los pueblos de España en la construcción del Estado fede-
ral [...] Por ello, IU defiende el establecimiento de un Estado
Federal Democrático y Solidario, que tenga las siguientes
características: Que se defina como Estado social y demo-
crático de derechos, de carácter plurinacional y plurirregio-
nal. Que reconozca los hechos diferenciales, la pluralidad de
las lenguas y culturas en el Estado Español y el respeto a la
diversidad en un marco de igualdad [...]".
Fragmento de la primera intervención de Llamazares
en Ia Comisión núm. 20 del Congreso de los Diputados,
celebrada el miércoles, 21 de marzo de 2006, acerca de la
reforma del Estatuto de Cataluña:
"[...] Nosotros desearíamos un modelo de Estado federal,
con un reconocimiento pleno de la plurinacionalidad; un
Estado federal más participativo que el que hoy tenemos. Pero
nosotros no nos equivocamos con respecto a esta reforma.
llsta rcforma no una transformación radical de
-que
nu('sll'() rrrrrrlclo clc E,staclo- cs Ltn avancc y por taltto tnerc-
ll5
 En defensa de España
ce nuestro apoyo. ¿Por qué es un avance? En nuestra opi-
nión, porque meiora el Estatuto actual de Cataluña.
No es el mejor Estatuto de Cataluña, pero mejorr susran-
cialmente el Estatuto de Cataluña; ayanza en su identidad
nacional, dentro de los límites que a la plurinacionalidad le
impone nuestro modelo constitucional; progresa en el poder
político de Cataluña, deslindando competencias y aumen-
tando competencias a Cataluña; distribuye el poder a la ciu-
dadanía de Cataluñ a, garantizando derechos a través de lo
que alguien ha llamado la injerencia del poder público, cuan-
do el ejercicio de los derechos depende en buena medida de
la garantía del poder público; y ayanza en la suficiencia y en
la autonomía financiera de Cataluña. Esas razones a nosorros
nos parecen suficientes, pero decía anteriormente-
somos la tercera fuerzapolítica-como
del Estado y creemos además
que este Estatuto, siendo una reformay no un cambio pro-
fundo, no respondiendo a nuestros objetivos esenciales, es
sin embargo un avance, porque también significa un revulsi-
vo federalista para España y un retroceso importantísimo de
la derecha más antigua de este país [...]".
64. Federalismo de derechas
IJna argumentación confederal o federal, que va de nuevo en la
línea de los nacionalismos fraccionarios, es la que postula ciertos
..derechos históricos, apoyándose en el concepto de ..fragmentos
de Estador. Es la tesis defendida por Herrero de Miñón y que tan
t,ien les sienta a los nacionalistas catalanes, pero sobre todo a los
nacionalistas vascos, pues encaja plenamente con sus planes sece-
sionistas. Esta tesis pretende justificar ciertos ..derechos históri-
cos» a los que debería adecuarse la Constitución española para dar
cabida a unas situaciones de determinadas "nacio¡¿lli¿ds5» que,
sin llegar a ser estados, podrían ser interpretadas como ,.fragmen-
tos de Estado".
136
¿Qué es el federalismo?, ¿y el "federalismo asimétrico"?
..Por todo ello, creo útil aplicar a los Territorios Históricos
de Euskadi la calificación de 'fragrnentos de Esmdo', capaz de
explicar dos extremos, a mi juicio fundamentales: Por una
parte, la coincidencia de algunos elementos estatales
rios, órganos, ciertas competencias propias- entidades -¡s¡¡i¡6-
que
no son estatales, pero que estos elementos impiden calificar
de locales. De otro lado, la yuxtaposición de competencias y
de estructuras, como alternativa a la superposición y la consi-
guiente inderogabilidad última de una personalidad jurídico-
política". [...] El fragmento de Estado, por lo tanto, es la forma
jurídica de un cuerpo político, nacional o no, que se yuxta-
pone a cuerpos políticos nacionales o no, para integrar el
Estado global que puede ser, así, la expresión, incluso, de una
plurinacionalidad" (Miguel Herrero de Miñón, Derechos
Históricos y Constitución, p. 1,78).
Así la teoría de los fragmentos de Estado constituye una peti-
ción de principio en la medida en que hay que suponer un Estado,
o varios de los que aún existen en el presente,y a las partes inter-
pretables como fragmentos suyos; pero precisamente eso es lo que
no queda demostrado. Herrero de Miñón ha dedicado numerosas
páginas a defender esta idea. Los llamados territorios históricos
serán concebidos como fragmentos de Estado, una teoría que remi-
te al jurista alemánJellinek, y con la que se pretende justificar un
acuerdo constitucional completamente asimétrico o confederal.
En realidad y, con todo, es pura ingenuidad creer, como lo hace
este ideólogo de la derecha negra, que esa .rGran España" de la que
él habla, Írenaría las intenciones secesionistas de los nacionalistas
fraccionarios.
t\7

¿QUÉ ES LA NACIONALIDAD?
65. La nacionalidad real
La nacionalidad es la cualidad, sobre todo personal (aunque
puede estar adscrita a muchas otras realidades no personales) , rela-
tiva a una nación política. Los españoles, a rravés de la nación espa-
ñola, denen reconocida la nacionalidad española q:ue se identifica
con un número que figura en el Documento Nacional
Identidad.
La adquisición de esta nacionalidad viene marcada y regulada
según lo establecido en el Artículo 11 de la Constitución vigente:
,.'l..La nacionalidad española se adquiere, se conserva y se
pierde de acuerdo con lo establecido por la ley.
2. Ningún español de origen podrá ser privado de su
nacionalidad.
3. El Estado podrá concertar tratados de doble nacionali-
dad con los países iberoamericanos o con aquellos que hayan
tenido o tengan una particular vinculación con España. En
estos mismos países, aun cuando no reconozcan a sus ciuda-
danos un derecho recíproco, podrán nattralizarse los espa-
ñoles sin perder su nacionalidad de origenr, (Constitución
Española de 1,978, Tít. Primero, Cap. I).
138
¿Qué es la nacionalidad?
66. La onacionalidad, antinacional: nacionalidades y regiones
Sin embargo, a través de su Art. 2, existe en la Constitución de
1978 otra noción de ..nacionalidad", que nada tiene que ver con ésta,
y que hace referencia a determinadas Comunidades Autónomas que
son constitucionalmente consideradas en efecto como "nacionalida-
des", disdntas de otras que, igualmente desde un Punto de vista
constitucional, se consideran, sin embargo, como ..regiones, (distin-
ción esta que no tiene precedentes en ningún texto constitucional
español anterior: en la Constitución de 1931, por ejemplo, siempre
se habla de ..regiones autónoma5r,, jamás de ..nacionalidades", reser-
vando el concepto de nación a España). En la de 1978 el término
fue introducido por iniciativa de uno de los Ponen-
"nacionalid2ds5"
tes, de nuevo el señor Miguel Herrero R. de Miñón, entonces <<cen-
trista», con la intención confesada de satisfacer a los nacionalistas
vascos y catalanes (seguramente por ello este señor haya recibido
más tarde el Premio Sabino Arana de manos del Gobierno vasco).
Así dice el Art. 2 de nuestra Constitución vigente:
de ..La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad
de la Nación española, patria común e indivisible de todos
los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autono-
mía de las nacionalidades y regiones que la integran y la soli-
daridad entre todas ellas".
lJna noción, esta de "nacionalid¿d", de estirPe federalista (proce-
dente de la obra homónima de Pi y Margall, aunque usada de un
modo disdnto ya precisó Julián Marías en su momento-),
-como
por la que se reconoce ambiguamente a determinadas Partes regio-
nales (sin especificar en el texto constitucional cuáles) como
distintas de la española aunque
"nacionalidadesr,, se supone
comprendidas en ella (dentro de la tradición marxista también
existe el concepto de ..nacionalidad", pero, sin duda, con él se hace
I(onstantinov, etc..-).
E,s dccir, rcsulta que en el propio Art.2, que habla de la "indi-
solublc unidrrcl tlc la Nación cspañola,, se reconoce a su vez la exis-
139
 E,n dcfensa dc España
¿Qué es la nacionalidad?

tencia en ella de determinadas partes que, más que regiones, son

de Autoridades (1734) dice:'NACIONALIDAD. Afección
"nacionalidades,, es decir, que poseen la cualidad de naiión disdn_ particular de alguna nación, o propiedad de ella'. Y la última
ta, se supone, de la española (si no fuera así, no tendría sentido dis-
edición (1,970) del Diccionario de Ia Academia la define así:
tinguir entre ..nacionalidad" y región). Una noción esra, decimos,
'Condición y carácter peculiar de los pueblos e individuos de
de ..nacionalidad" muy ambigua (su senrido es quizás el de la
una nación. 2. Estado propio de la persona nacida o natura-
"nación étnica" pero sin cerrar las puertas a una interpretación lizada en una nación'. Es decir, España no es una'nacionali-
"política" del mismo), pero con una ambigüedad calculadi en favor dad', sino una nación. Los españoles tenemos 'nacionalidad
del secesionismo, según parece, porque enseguida se le quiso dar
española'; existe la'nación España', pero no la'nacionalidad
mayor calado político (deshaciendo la ambigüedad) al aájetivarla
como "histó¡ig¿" (tal como se especificó posteriormenre en algunos
España'-ni ninguna otra-. Con la palabra 'nacionalidad',
en el uso de algunos políticos y periodistas en los últimos
Estatutos de Autonomía). Así existen Comunidades Autónomas
I
cuatro o cinco años, se quiere designar algo así como una
que, en efecto, han dado ya el paso y, de reconocerse como ..nacio-
i 'subnación';pero esto no lo ha significado nunca esa palabra
nalidades históricas" en anteriores Estatutos, han pasado ya, en los
en nuestra lengua. El artículo del anteproyecro no sólo viola
Estatutos autonómicos renovados últimamente (así Cataluña,
la realidad, sino el uso lingüístico.
Galicia, Andalucía), a reconocerse directamente como ..¡2gis¡s5rr;
Algunos defensores de esa acepción espuria de la palabra
otras Comunidades Autónomas, sin embargo, se reconocen todavía
'nacionalidad' invocan el precedente del famoso libro Las
en sus Estatutos como ..¡sgis¡s5r, sin más (tampoco se especifica si
nacionalidades, publicado hace poco más de un siglo por D.
el resto de regiones, las que no reciben reconocimiento nacional,
Francisco Pi y Margall, catalán, republicano federal, uno de los
forman a su vez conjuntamente una
"nacionalidad histórica>> o no, presidentes del poder ejecutivo de la efímera I República
e-n cuyo caso se requeriría que jamás fue contempla-
-posibilidad Española (febrero de 1873 a enero de lB74). Ahora bien, al
da- un Estatuto también para tal "nacionalidad, cuyo .ro*tr., invocar ese libro demuestran no haberlo leído. Porque Pi y
además, sería muy problemático: ¿Castilla?, ¿Aragón?,
¿Castilla y Margall no llamó nunca'nacionalidades'a ningún ripo de uni-
Aragón?, ¿España?, ¿Resto de España?).
dades político-sociales, ya que sabía muy bien la lengua espa-
ñola en que escribía que escribió tan copiosamente-, las
Julián Marías, artículo .,Nación y nacionalidades" 'nacionalidades' de-en que habla son, no Francia, España,
publicado en El País (15/1/1978, comenrando el
Alemania, Suiza o Estados Unidos, sino la nacionalidad fran-
Anteproyecto de la Constitución):
cesa, la española, la alemana, la suiza, la norteamericana, etcé-
..Esta Constitución, tan enemiga de toda
"discrimina- tera. IJsa la expresión en el sentido en que todo el siglo XIX
.]9"r:, la practica aquí en las más serias cuesriones. Según
habló del 'principio de las nacionalidades'. A las naciones, Pi y
ella, hay en España dos realidades distintas, a saber, or.aóio-
Margall las llamaba 'naciones'; y a lo que solemos llamar
nalidades" y ..regiones,r. En una Constitución, habría que
'regiones', casi siempre las denominaba con la vieja palabra
decir cuáles son me gustaría saber quién se arreve a
-y
hacerlo, y con qué autoridad-. Pero lo más imporrante es
romana, de amplísima significación, 'provincias'. Lo que pasa
es que resulta más cómodo leer tírulos que libros, y los anti-
que no hay nacionalidades en España ni en parte algu-
na-, porque ..nacionalidad" -nino es el nombre de ninguna
guos, ni siquiera solían tener las socorridas solapas que tantas
vcces simulan un conocimiento inexistente. [...]
unidad social ni política, sino un nombre absffacto, que"sig-
nifica una propiedad, afección o condición. El Dicclonario
I)c dílnde viene entonces este uso caprichoso e inacepta-
[rlc r.lc Lr ¡r,rlrr[rra 'nacionalidad'? Es, simplcrncnte, un angli-

140
14 t
 En defensa de España
cismo, de los que tanto gustan los que no tienen mucha fami-
liaridad con la lengua inglesa. Si no me equivoco, procede de
John Stuart Mill, que en su tratado sobre Representdti,ue
Governmen (1861) usó la palabra nationality en su recta sig-
nificación ¡ además, de manera imprecisa, como designación
de una comunidad. Mill habla de feeling of nationalitT (sen*
timiento de nacionalidad), French nationality (nacionalidad
francesa), etcétera.
Pero también dice, por ejemplo, 'A portion of mankind
may be said to constitute a Nationality if they are united
among themselves by common sympathies which do not
exist between them and any others, etcétera'. ('Puede decir-
se que constituye una Nacionalidad una porción de humani-
dad si están unidos entre sí por simpatías comunes que no
existen entre ellos y otros cualesquiera, etcétera').
Por esta vía-una teoría política inglesa de mediados del
siglo XIX- ha entrado en nuestra lengua una moda recentí-
sima, imprecisa, que aparece con alguna frecuencia en nues-
tros periódicos y en los discursos de algunos políticos que
acaso no saben muy bien de qué hablan. Parece demasiado
que tan livianos motivos determinen la Constitución de Ia
Nación española, introduzcan una arbitraria desigualdad
entre sus rniembros y pongan en peligro la articulación inte-
ligente y fecunda de'u" sisie-a di ,rioron ías eficaces, fun-
dadas en la realidad, no en oscuros rencores o en la confusión
mentalrr.
142
¿QUÉ ES LA "NACIONALIDAD HISTÓRICA"?
67. La nacionalidad con
"historia,
Para enÍatizar ptes, el "hecho diferencial" de unas regiones
españolas respecto de otras, y de nuevo en complicidad con el sece-
sionismo, se le ha añadido el adjetivo de "históricas» a esas ..nacio-
nalidades", sugiriendo, a través del mismo, que esas presuntas
..naciones, tienen una ..historia" independiente, una historia pro-
pia, distinta del resto de partes (las llamadas ..regiones>> que tam-
bién se supone tienen historia pero común) y al margen de la his-
toria de España. Una historia (la de Cataluña,la del País Vasco o la
de Galicia) que, aunque tiene algunos puntos en común con la his-
toria de España, su desarrollo, se supone, sigue otros derroteros.
Así pues, con esta noción de "nacionalidad histórica", referida a
determinadas Comunidades Autónomas, se está dando por buena
la independencia de las mismas en su historia, siendo así que sus
contactos con España en la historia son esporádicos (incluso acci-
dentales), pero no sistemáticos. Es más, normalmente tales contac-
tos se representan por parte de la "histo riografía nacionalista" (que
poco tiene, desde luego, de historiográfica), como aquellos puntos
en los que el desarrollo .,natural, de esos pueblos en cuestión (el
catalán, el gallego...) fue interrumpido por el imperialismo caste-
llano ("español"), tratando así de impedirles (o impidiéndoles de
hecho) su libre desarrollo «nacional». Lo que subyace pues a esta
noción clc ..nacionalidad histórica" es que tales ..nacionalidades"
no participAn, no ticncn parte, en la historia de E,spaña, y así tam-
143
f' En defensa de España

poco se les supone cómplices de sus «atrocidades», a Ias que tales

¿euÉ ES LA coNSTrTucróN ESPAñorel
"nacionalidades, incluso se resistieron (siempre según la ..hisrorio-
gr a{.ía nacionalis ta ).
"

68. La Constitucién de España na es sil corcstitación jwrídica

Es preciso subrayar que España no nace con una Constitución.

Las constituciones españolas (exceptuada la Constitución de la
Segunda República) presuponen ya explícitamente a España como
nacién histórica, como nación ya constituida; a la manera como la
gramática de una lengua nacional presupone ya necesariamente la
realidad de esa lengua. Incluso en la Constitución de 1931, si bien
en su preámbulo se evita la mención explícita de España como
nación (y se evitó deliberadamente a instancias de un diputado
catalanista), esto ya no ocurre así en su articulado, en el que siem-
pre se presupone a España como nación.
Conviene, por tanto, distinguir entre la constitució¡ ..¡g2lrr,
..materialr, (systasis o constitt¿tio), {ue otros llaman <<interna», de la
constitución jurídica o ..formalrr. Las leyes de una sociedad política,
junto con todas las instituciones políticas (relativas al gobierno, a Ia
administración, defensa, etc.) y sociales en general (formas de pro-
piedad, parentesco, producción , comercio, etc.), y en la misma
medida en que se integran en un cuerpo dotado de una mínima esta-
bilidad, forman la systasis o constitutio de una sociedad política.
La constitución jurídica, pues, no crea la constitución política
(systática) sino que, al contrario, la presupone, siendo la constitu-
ción jurÍdica más bien una reflexión sobre la systática; una refle-
xión que, por otra parte, tampoco es su mera replicación o reitera-
ción: [a constitución jurídica, presuponiendo la constitución real,

144 t4,
7

En defensa de España ¿Qué es la Constitución española?

fija (o trata de fijar) un canon sobre la sociedad política ante posi- damento de la sociedad política, que en absoluto les corresponde,
bles desviaciones, frente a normativas jurídicas fijadas con anterio- dificultando cualquier tipo de reforma sobre las mismas.
ridad o frente a otras constituciones políticas externas. Así, estar
privado de constitución jurídica (como ocurre con Gran Bretaña o
con Israel), no supone en absoluto estar privado de constitución 70. España es anterior a su constitución juríd'ica
(systática) como sociedad política.
Así la unidad e identidad de España no vienen dadas, desde
..LJna constitución política no da a los ciudadanos los luego, por la Constitución de 1978, que además muchos interpre-
derechos que antes no tuviesen. No hace más que declarar tan interesadamente como un «Pacto» supone firmado entre
-se
las distintas regiones españolas concebida a modo de Estados fede-
los derechos preexistentes, y asegurar el ejercicio de ellos. El
ciudadano no es libre, por ejemplo, porque la constitución le rados-, sino que, por supuesto, la constitución (systática) de
declara tal: ya lo era antes de que la constitución existiese, y España es anterior a la constitución (jurídica) de 1978, según
la constitución no hace más que reconocer esta libertad y hemos visto, y no fue, desde luego, una constitución (systasis) pac-
asegurar por medios apropiados el ejercicio de ella. Un dés- tada (España no se constituyó precisamente como federación).
pota podrá también respetar los derechos del hombre; Pero
no podrá hacer que los respeten sus sucesores, y solamente
una constitución política puede dar seguridad de que estos
derechos serán siempre respetados, independientemente de
las cualidades personales de los que gobiernan la nación"
(Ramón de Salas, Lecciones de Derecbo público constitucio-
nal, p.36).

69. Concepto jwrídico de oconstitwción, como abwso de los términos

En esa medida reducir la constitución política (systática) a la

constitución jurídica es una forma de fundamentalismo juridicista,
por la que se presupone que el fundamento del Estado o sociedad
política está enla constitución jurídica, quedando así la esencia del
Estado definida reducdvamente como "Estado de derecho". En
este sentido hablar de constitución, en referencia a la constitución
jurídica, es un abuso de los términos en la medida que se toma
como constitución por antonomasia a la constitución jurídica, con
la pretensión (presentista, ahistórica) de que la constitución políti-
ca se agota en su constitución jurídica. Este qwid Pro quo, por el
que la Constitución se ve reducida a la constitución jurídica, sitúa
, las constituciones jurídicas sobre un pedestal, en tanto que fun-

146 l,l7
 ¿Qué es el pueblo español?

a ello, de un L por ciento de desobediencia popular acriva, militan-

¿QUÉ ES EL PUEBLO ESPAÑOL? te (decía Mao, anre tal cifra, que China era lá excepción, pues no
podría gobernarse con ese índice de desobediencia).
En España esa desobediencia está canalízada a üavés de los par-
-.
tidos secesionisras, infiltrados institucionalmente en el cuerpo
político español, siendo así que el índice es, considerablemente,
más elevado del 1 por ciento. Una desobediencia, pues, que roma
el camino de la divergencia y la secesión.
Pero esto nos pone delante de la cuestión de la defensa de
España.

71. El puebla español y la nación española

No cabe, en todo caso, confundir (reducir) soberanía nacional y

soberanía popular (concepto de origen rousseauniano y de estirpe
plebiscitaria plebe-, contracrualista), como en cierto -oáo
-de
hace la Constitución de 1978, del mismo modo que no cabe redu-
cir la Nación al Pueblo. En efecto ..Pueblo,, designa, ante rodo, a
una muchedumbre viva que, en el presente, es concebida como
capaz de expresar su voluntad política ("volunrad generalr)
mediante el sufragio; pero la
"Nación, no sólo designa al Pueblo
que vive en ella, sino también a los muertos que la constifuyeron y
mantuvieron,y a los hijos que todavía no han empezado a vivir (o
incluso los que ya han nacido pero aún no rienen derecho a voto),
pero que ya están, sin embargo, contemplados en los planes pre-
sentes dirigidos al mantenimiento futuro de la Nación.
Por eso, el pueblo no puede decidir, y menos aún una parte
suya, sobre la Nación española, aunque sí puede, si las divergencias
entre sus componentes son muy fuertes, hacer inviable la recurren-
cia de la Nación, lo que implicaría a su vez la dispersión de la pro-
pia muchedumbre popular, y con ello su ruina.

72. El pweblo y la d.esobed.iencia

En general toda Nación soporta un índice, más o menos cons-

tante sociológicamente,y al margen de las razones que le muevan

148 149
7 t l

SOBRE LA DEFENSA DE ESPANA

 E,SPAÑA AMENAZAD A
' ESTA
J
(EN SU EXISTENCIA)?

73. Arnenazas presentes contrd,la Nación española

En el presente España, como nacién soberana, está amenazada

desde diversos frentes.
En efecto, hacia ella dirigen sus acciones determinados grupos
políticos (o parapolíticos) cuyo propósito es el de causar daño a
España (en su singularidad política) con el fin último de acabar con
su-éxistencia (globalmente considerada). Es decir, la amenaza reali-
zadapor esos grupos no se dirige (o no sólo) contra aspectos insti-
tucionales particulares, desarrollados en el seno de la nación espa-
ñola (contia el rey o la monarquía, contra el gobierno, conra los
empresarios, conra el ejército o la policía, contra la fiesta nacional,
etc.), sino que las amenazas se dirigen contra España, contra su
existencia con o nación política y en tanto que tal (así, por ejemplo,
la ..fiesta nacional, es atacada muchas veces, no por lo que tiene de
espectáculo cruel, sino por lo que tiene de ..nacional,,; incluso,
diríamos, que es atacada al contemplar en ella el alineamiento per-
fecto entre la crueldad y lo nacional español). España, Para estos
grupos, representa en fin un mal con el que hay que acabar, siendo
así que tales grupos manifiestan explícitamente su animadversión
contra la esencia de España, sea como fuera que la definan, y anun-
cian de múltiples maneras su pretensión de acabar con su existencia.

153
f tT
En defensa de España
74. Amenazas formales y atrTenazas nt¿rteriales
Por eso, hay que distinguir entre las amenazas que recaen sobre
España por lo que ésta representa en los programas de esos grupos
así de amenazas formales-, de aquellas otras ame-
-hablaríarnos
nazas rnateriales- que le puedan sobrevenir a España
como -digamos
sociedad política o antropológica en general, y que aquí, en
principio, no nos interesan. Por ejemplo, no es lo mismo la amena-
za que pueda representar para España el "calentamiento global",
que la affrcnaz^ que representa el yihadismo (por más que José Luis
Rodríguez Zapatero haya alguna vez sugerido, sin tener en cuenta
esta distinción, que aquella ameflaza es más grave que ésta porque
produce más víctimas anuales). Mientras que la amenaza del
..calentamiento global" no está dirigida contra España por lo que
ésta singularmente representa (de hecho ni siquiera se puede hablar
de amenaza en sentido propio, sino más bien análogo, pues la
,,naturaleza¡> r1o €s un sujeto que profiera propósito de amenaza
alguno), sí se dirige explícitamente como amenaza contra España el
yihadismo: grupos yihadistas han anunciado, en reiteradas ocasio-
nes, dirigir sus acciones contra España con el propósito de acabar
con su existencia al representar ésta la "tragedia de al-Andalus".
Igualmente, la "gripe ayiarr', o la enfermedad de las .vacas locas,,
pueden representar rtna amenaza para España, pero serían amena-
zas materiales, distintas de la que representaríala amenaza de un
ataque con ántrax por parte de un grupo terrorista.
75. Amenazar la esencia de España (o algún atribwto suyo)
no tiene por qué suponer arr't,enazdr sw existencia
Pero además, entre las amenazas dirigidas contra España, hay
que distinguir entre aquellas que van dirigidas contra su esencia de
aquellas que van dirigidas contra su existencia, pues dirigir amena-
zas contra la esencia de España, según ésta se conciba, no tiene por
qué suponer amenazar su existencia. Así, por ejemplo, se puede
anlenazar a España, desde el comunismo, por ser (esencialmente)
un país capitalista (un ..estado burgués"), pero ello no implica ame-
l\4
¿Está España amenazada (en su existencia)?
nazat su existencia; al contrario, se pretende, desde esa amenaza)
salvar la existencia de España por entender que el capitalismo ter-
minaría por arruinar su existen cia. La amenaza iría dirigida contra
el capitalismo en España, pero no contra España en sí, cuya unidad
se trataría de salvaguardar para convertirla, vía revolucionaria
("dictadura del proletariado"), en un <<esrado socialista" (otra cosa
es que lo que termine siendo ruinoso sea el comunismo).
Distinto sería el sentido de las amenazas si éstas vienen dirigidas
desde el anarquismo, pues éstas estarían motivadas por la esencia
estatal de España (por ser España un Estado, entre otros), y por
tanto, aquí sí, amenazar su esencia supondría también amenazar su
existencia como sociedad política (y es que amenazar a España en
tanto que sociedad política es amenazarla formalmente en su exis-
tencia).
76. La amenazd. contra España también supone la amenaza
contra sus Pd.rtes, ?ero no al reoés
En ese senddo, las amenazas dirigidas contra la existencia de
España se dirigen también contra sus partes (es imposible amena-
zar al todo sin amenazar a sus partes regionales, municipales) per-
sonales, etc.), lo cual no quiere decir que por a las partes
^menazar
ello suponga amenazar también a España. Es más, a veces las ame-
nazas que se puedan dirigir contra las partes buscan, precisamente
el bien no el mal- del todo, en este caso, de España. Por ejem-
-y las amenazas dirigidas contra un gobierno buscan el
plo, a veces
bien de la nación y no su ruina (iAbajo el gobierno, ztiva la
Nación!; ,,¡Para que viva la Nación, debe morir ¡7ai5 1\/l!», que
dijo Robespierre). Sin embargo, si se amenaza a un gobierno o al
rey o a cualquier otro ciudadano porque representa a la nación,
entonces \a amenaza involucra a todas las partes de la naciónr 1, no
sólo al gobierno o al rey (aunque sólo sea éste el que esté explícita-
mente amenazado). Durante el franquismo la lucha antifranquista
mantuvo cierta ambigüedad mientras el régimen permanecía
(ambigi"icdad que se aclaró durante la transición), porque mientras
quc pertc tlcl antifranquisrno procuraba el bien dc Españe con cl
155
 tl
E,n defensa dc España
intento de liquidación del régimen, orra parre, confundiendo al
régimen franquista con España (y, en ese sentido, tragándose la
propia
_propaganda franquista), procuraba terminar con España
atacando al régimen franquista (el magnicidio etarra conrra
Carrero Blanco en 1,973, del que muchos se alegraron neciamente,
iba, naturalmente, en esta dirección).
Del mismo modo, las amenazas dirigidas recientemente contra
el Re¡ por parre del republicanismo caralanisra, buscan terminar
con Ia existencia de España, y no sólo con la monarquía en España.
77. Amenazas solventes e insolventes: no es lo mismo estar bajo
Arnenazd. que estar en peligro
Pero además, por la diferencia de potencial entre el grupo que
amenaza y el grupo amenazado, hay que distinguir entre amenazas
solventes e insolventes, es decir, amerrazas que pueden representar
un peligro, de aquellas otras que son inocuas desde el punto de
vista de su peligrosidad.
Y es que una amenaza no tiene por qué representar un peligro
(un individuo anrropológico puede recibir amena;zas de un
perro, pero mientras que tales amenazas serán insolventes si
éstas proceden de un cbihuabt!.d, no lo serán tanto si estas proce-
den de un doberman). En esre senrido esrar en peligro o salir de
él no sólo depende de la solvencia del grupo que r-"rrara, sino que
también depende de la respuesra dada desde el grupo amenazado. Ásí
luna arnenaza, en principio inocua, puede ffansformarse en una ame-
naza solvente si se desprecia o minusvalora desde el grupo amenaza-
do (lrasta una leve gripe puede matar si se desprecia y no se combate).
78. Amenazas explícitas o tácitas
Además las amenazas pueden ser explícitas, anunciadas y decla-
radas por parte de los agentes o grupos que amenazan, o bien pue-
den ser tácitas, encubiertas o disimuladas sin mediar ningún aviso
o anuncio al respecto. Si cruzamos esta distinción con la anterior
l5(r
¿Esrá España amenazada (en su existencia)?
(solventes/insolvenres), quizás añadan mayor riesgo para er grupo
amenazado, y po_r tanto incrementen su solvencia,lquellas amena-
zas.que no son declaradas. Porque, sin que medie ningún tipo de
apelación o llamada de atención, el grupá amenazado
iuede rrers"
sorprendido al no poner mecanismos dé prer,e.rción anlte semejan-
te
1menaza' La explicitación actúa, en cierto modo, como arat^a
sobre el grupo amenazado; si ésta no se produce, el riesgo es (o
puede ser) mayor, y por ranro rambién es mayor la sorvenlia de ia
amenaza.
En cualquier caso ocurre con frecuencia que, a pesar de ser la
amenaza explícita, el grupo amenazado no la percib.^.o,'o tal (bien
por complicidad, bien por ignorancia, bien ptr necedad que_
-no
rer saber, que es wa mezcla entre ignor^néi^ y complicidad-...),
siendo así que una amenaza explícita puede ,.i tr, sálverrte, si ,ro
más, que una amenazatácita.
79. España amenazada formal y explícitamente en sw existencia
Pues bien, si acaso es discutible el que España esré en peligro, lo
que no se puede discurir de ningún modo que España fo.-
malmente amenazad.a en su soberanía po,"idet"r-inados"rIá grupos
políticos y parapolíticos- Y es que mie.rtras que esrar p"ñgro .,
un concepro relativo (dependiente de la diJerencia "r, de pot*encial
entre lo.s grupos), el concepto de amenaza es absoluto (indepe,-
diente de esa relación de potencial), pues 7a amenaza ya'está pre-
sente (no ya tanto su solvencia) en cuanto que es decrárada pór el
grupo que amenaza (y ello al margen de que el grupo a*eiazado
crea estarlo o no). Veamos.
80. El secesionismo, Affienazct formal y explícita
Sin duda España esrá amenazada en su existencia por grupos
secestontstas.
Tbclo grupo (pamido, sindicato, ctc.) nacionalista fraccionario,
cl I',rltitlo Nrc:ionalista Vasco lrasta Andccha Astur, defiende
clcsclc
t\7
 F
I En defensa de España
la idea de la disolución de España (la propia negación de su exis-
tencia ya es, de hecho, u.na amenaza para la misma) en cuanto que
defienden la constitución ..nacional" de lo que no son sino partes
de la Nación española. Una nación, la española, cuya exisrencia
desde tales grupos, o es negada sin más, o es concebida como una
superestructura política imperial residual con la que definiriva-
mente hay que acabar.
Así, estos grupos, si bien no amenazan directamente la sobera-
nía española (y es que ni siquiera la reconocen como existente), sí
representan una amenaza indirecta (no por ello menos grave, qui-
zás más) al buscar, y a ello dirigen su actividad política, que una
parte de la nación española pase a ser reconocida como un todo
nacional, lo que directamente implicaría, si esre fin se consuma, la
fragmentación y ruina de la nación española. El sólo no-reconoci-
miento de la soberanía nacional española, insistimos, pone ya en
marcha tales fines, promovidos en el seno de dichos grupos.
La mera existencia de estos grupos, en definitiva, representa ya
:.:.na amenaza formal parala nación española.
51. El secesionismo, disfrazado de onacionalismor, como ltecho
p o lítico anticon s tit ucion al
El secesionismo es así, representado por estos grupos (que ade-
más coexisten solidarizados entre sí: Galeuzca, Declaración de
Barcelona... ), una amenazaformal para España como nación, supo-
niendo su mera existencia un hecho político anticonstitucional que
amenaza con su fragmentación a la soberanía nacional española.
Ahora bien, es por este mismo no reconocimiento de la sobera-
nía española por lo que estos grupos no se ven a sí mismos como
secesionistas (no se puede romper lo que, desde su perspectiva, no
existe), sino como grupos patrióticos de
"liberación nacional" (lo
que implica, paradójicamente, insistimos, el reconocimiento a su
vez de wa fuerza proveniente de España que
"les somete»: ¿cómo
puede lo que no existe someter a nadie ni a nada?), siendo así que
sus intenciones "liberadoras, encubren sus primeras intenciones
secesionistas. Es por esto que 7a amenaza no se explicita como sccc-
158
¿Está España amenazada (en su existencia)?
sionista, aunque objetivamente lo sea (en razón del hecho objetivo
cons.titucional español), lo que naturalmente es utilizado propa-
gandísticamente por estos grupos: así se anuncia ..inocentemente»,
por parte de sus líderes y representantes, la «construcción, de una
nueva sociedad, se supone más próspera, obviando (a veces) que
esta <<construcción nacional» implica necesariamente, y en el
mismo acto, la destrucción de una sociedad política nacional ya
constituida. La condición secesionista de esros grupos queda así
encubierta por el manro, virginal, de la
"liberación".-
Con todo, en muchas ocasiones esta amena za formal se hace
también directa, negando la condición nacional de España, negan-
do su soberanía, afirmando o declarando la condició., ,raciárral
soberana de una de sus partes, etc. Y es que la sola amenazaya es,
de hecho, un arenrado conrra la soberanía española y no disminu-
ye o aumenta alhacerla explícita. Es más, a veces el no explicitarla,
insistimos, puede suponer un aumento en su solvencia como ame-
naza (al quedar disimulada bajo la amable fórmula de
"liberación
nacional").
. Sucede además, por otra parte, que algunos de estos grupos
incluso reivindican la "liberación" de unas parres qrr.
nalmente pertenecen a una nación distinta de la española:"o*tit,riio-
así ocu-
rre con la "Euskal Herria" del nacionalismo vasco, que reclama
como suyas partes pertenecientes a un departamento francés (el de
los Pirineos Atlánticos).
"Il.l pueblo vasco no cabe en la Constitución, (|avier
Arzallus, Discurso a sus bases el
"Día del Partido,, el
domingo 27 de septiembre de 1998).
"Hablan mucho de ETA y ellos rienen un arr. B de la
Constitución... en el que confían la unidad de la patria, de su
concepro de patria territorial, al ejército, a las armas, a la vio-
lencia,, (]avier Arzallus, Discurso a sus bases el .rDía de la
Patria Vasca,, el 3 de abril de 1994).
Fragmcnto de la primera intervención de Carod-
Ilovirr cn la Scsión plenaria núm. 117 dcl Congreso dc los
159
 F

En defensa de España
¿Está España amenazada (en su existencia)?

Diputados, celebrada el miércoles,2 de noviembre de 2005,

82. El secesionismo, arnenAza soloente
aceÍc¿- de la reforma del Estatuto de Cataluña:

"[...] Déjenme que les diga que también tenemos la sensa-

Además de formal (explícita o no) el secesionismo es para
ción de que este preámbulo no va a ser sólo el preámbulo de
España :una alrr,enaza solvente, pues los grupos secesionistas están
un simple Estatuto de Autonomía, éste puede ser el preámbu-
implantados en España hasta el punto de tener representantes
lo para una.etapa furura. No se lo tomen, por favor, como una
suyos en buena parte de las instituciones legislativas y administra-
amenaz\ slno como una afirmación pacífica, serena y demo-
tivas (parlamentarias, regionales, municipales), desde las cuales se
crática [como se verá inmediatamente, es, en efecto, una ame-
niega la condición nacional de España y se promueve su disolución
naza). Será así si así lo quiere alguna vezla mayoría de la socie-
fragmentaria.
dad catalana expresado en las urnas, pero esta actitud cerril [la
La implantación del secesionismo tiene acrualmenre tal arraigo
del PPI puede acabar siendo el preámbulo para otros horizon-
institucional (favorecidos, además, por una Ley Electoral que les es
tes. Quizás hoy ustedes no quieren reconocer a Cataluña
claramente ventajosa) que muchos gobiernos españoles, durante
como nación en el articulado y en defensa de sus intereses,
largos períodos, se han coaligado en las Cortes con tales grupos al
quizás lo que hoy no quieren reconocer como nación mañana
ejercer las tareas legislativas y de gobierno. Es más, algunos de
deberán hacerlo como Estado. (Aplausos)".
estos grupos secesionistas, que, decimos, representan una amenaza
formal y explícita parala existencia de España, han tomado parre,
Puigcercós (diputado de ERC) en el Pleno del Congreso
de los Diputados el23 de mayo de|2006, Debate sobre Ia
a través de sus representantes, en la redacción de la propia
Constitución vigenre, introduciendo en ella auténticos precepros
Reforma del Estatuto de Andalucía:
legales que, a modo de ..virus rroyanos», aprovechan él
"Quiero terminar felicitando al Parlamento de Andalucía,
-ii-o
desarrollo de Ia Constitución para arruinar la soberanía española
a sus representantes, por su defensa de un texto que les puede
(base de la propia Constitución).
suponer un salto cualitativo en la mejora de las condiciones
de vida de todos los andaluces y andaluzas.Y quiero acabar
con la expresión de un nacionalista andaluz, con la expresión
53. El secesionismo, Arnendzd, pura y terrorista
de un referente histórico para Andalucía, Blas Infante, un
nacionalista andaluz que fue compañero y amigo de Lluís
Pero la amenaza secesionista en España es también una amena-
Companys, el que fue presidente de la Generalitat de
za terrorista, con el terrorismo practicado por varios de estos gru-
Catalunya. Decía Blas Infante: Sentimos llegar la hora supre-
pos orientado a la consecución de fines secesionistas (sobre todo
ma en que habrá que consumar definitivarnente el acaba-
ETA, pero también otros, ahora disueltos o inactivos, pero que
miento de la vieja España; declarémonos separatistas de este
actuaron en su momento, como Terra Lliure o el Exército
Estado que con relación a individuos y pueblos conculca sin
Guerrilleiro do Pobo Galego Ceibe).
frenos los fueros de la justicia y del interés, y sobre todo los
Desde el punto de vista político, es decir, parriendo de la exis-
sagrados fueros de la libertad de este Estado que nos desca-
tencia y cl ejercicio de la soberanía española, el secesionismo (aun-
lifica ante nuestra propia conciencia y ante la conciencia de
quc vaya dirigido a distintas parres, Cataluña, Vascongadas, etc..)
los pueblos extranjeros; y ya no vale resguardar sus misera-
cs unívoco cu clllnto a sus fines objetivos: la transformación de
bles intereses con el escudo de la solidaridad o la unidad que
algunrr Pxrtc (lc I')sprrira cn Lln toclo nacional, tcniendo como resul-
dicen nacional".
t:rclo lrr tlisoltrcirirr l.r':rgnrc:rraria rlc l,ls¡"rairr. Iln cstc scr-rticlo, y polí-

160
l(, I
r ,fr
En defensa dc España
ticamente hablando insistimos (no judicial, ni criminal, ni penal-
mente), el PNV, CIU, y demás facciones secesionistas españolas
(que muchos se las representan como ..nacionalismo moderado,
para distinguirlas de las facciones rerroristas) suponen para España
el rnismo tipo de ar'r,enaza (secesionista) que supone la ETA o
Batasuna (si no más, por su política de infiltración no delictiva que
les permite actuar sin ningún tipo de obsráculos legales). Qué el
procedimiento criminal de ETA (no olvidemos que surge como
una división interna del PNV) sea un método que no pracriquen
tales otras facciones, no disminuye en nada la amenaza que todos
representan para la soberanía española (y es que, para el caso,
<<tanto monta, monta tanto, cortar como desatar» a parr. de que,
desde luego, para las víctimas directas de las bandas rerroristas y
sus familiares un procedimiento y orro no signifiquen lo mismo).
Del mismo modo, si los fines secesionistas se logran, es indife-
rente que se hayan logrado criminal o
"legalmenre" (y es que, con-
viene insistir, el fin de ETA no es <<asesinarrr, no estamos hablan-
do de psiquiatría, sino que el asesinato es un medio parallegar ala
secesión del País Vasco). En este senrido la distinción enrre
..nacionalismo excluyent€)> I
"nacionalismo moderado' -se
supone integrador-, es pura retórica: todo nacionalismo secesio-
nista es excluyente, excluye a la Nación española como sujero
soberano.
Ni siquiera la solvencia se incrementa porque la amenaza sece-
sionista sea pura (PNV, Cru...) o rerrorisra (ETA, Terra Lliure...),
porque la.práctica terrorista no se hace solvente_o insolvente por sí
misma, sino que su eficacia en esre sentido depende del grupo
sobre el que recae dicha práctica: si la respuesra del grupo amena-
zado añ,a y los españoles- es la de plegarse a los inrereses
-Esp en este caso) del grupo que amenaza, ya sea por
(secesionistas
miedo o por complicidad con la acción criminal, entonces el terror
se hace objetivo, y la amenaza plenamente solvente.
EI 16 de septiembre de 1998, un comunicado de ETA
anuncia, a través de la cadena británica BBC, una <<tregua
indefinida y sin condicionesrr, que entraría en vigor dos
días después:
162
¿Está España amenazada (en su existencia)?
..El reto que tenemos delante. Hemos dicho, al comienzo
de este comunicado, que el principal reto y la característica
central de Ia fase política que tenemos delante es poner la
base para que Euskal Herria logre su soberanía desde su inte-
gridad, superando las fronteras autonómicas y estatales. Ya
que no estamos en el mismo lugar que antes, no vamos sólo
a 'recuperar' la oportunidad perdida hace 20 años, sino a dar
un paso más importante, debemos poner los pilares de esa
Euskal Herria del futuro. El reto que nos corresponde es
definir claramente en dónde se construirá nuestra casa. Ya
que no hay dos o tres Euskal Herrias. Existe una sola, con
sus vivencias y realidades diferentes: lingüísticas, sociales,
económicas ¡ también, de tradicion"r. ¡És, es Ia esencia de
un pueblo! Teniendo en cuenta todas esas realidades diferen-
tes, a todos los abertzales, demócratas y progresistas, nos
corresponde realizar la labor de vanguardia en la construc-
ción de un marco político que contenga en su seno al con-
junto de Euskal Herria. Y en esa labor motivadora tienen
cabida, voz y quehacer todos los agentes del conjunto de la
sociedad de Euskal Herria. El logro de la soberanía no se
puede casar con las políticas interesadas y partidistas que lle-
van al fortalecimiento de España y de Francia.
Hay que terminar, de inmediato, con todos los espacios de
colaboración y pactos con España, / con todos los pactos
secretos que sojuzgan económicamente a nuestro pueblo. La
primera labor que tenemos como Euskal Herria es comenzar
a 'pensar'. Entre todos. Y asimilar cuál es la verdadera situa-
ción económica, lingüística, culrural de nuestro pueblo. I
posteriormente, impulsar proyectos que tengan en cuenta al
conjunto de Euskal F{erria, tanto en lo referente a los derechos
lingüísticos como a la organización territorial, el desarrollo
económico o los derechos sociales. Las fuerzas favorables a la
soberanía de Euskal Herria deben lograr acuerdos de míni-
mos. Y, en el mismo plano, serátarca de todos hacer frente a
quicncs son cnemigos de ese proyecto y lo seguirán siendo. Es
hom rlc l¡ tan poco utilizada persccución social, que tanto
srrbr':ryrrrr rlrticrrc.s conclcuan cl uso dc las arrna.s [...1r.
I61
I F
En defensa de España
84. Los partidos secesionistas no pueden ser considerados
partidos nacionales
Una de las fuentes que más ha contribuido a envenenar, en el
terreno político, el debate sobre los Estatutos de Autonom ía, y por
tanto, a alimentar el secesionismo parlamentario, ha sido el recono-
cimiento de los llamados partidos nacionalistas secesionistas como
si fueran una clase de partidos legales suscepribles de ser situados al
lado de los demás partidos nacionales en el arco parlamentario.
Los partidos políticos se constituyen como partes de un mismo
Estado; por consiguiente los partidos políticos han de ser múlti-
ples, como también lo son las partes de un rodo como 1o es el
Estado. El caso límite es el del parrido único, que sólo es parrido
en la medida en que la parte se considera como pars totalis,, que en
todo caso se mantiene en función de la eutaxia de ese Estado. Pero
los partidos secesionistas son parddos de otro orden, extravagan-
tes, porque no pretenden mantener la eutaxia del Estado, sino jus-
tamente despedazarla o destruirla.
Los parddos internos sólo se enfrenran políticamente con par-
tidos del mismo Estado, considerado como un todo atributivo. En
este sentido un partido de izquierda o de derecha en Méjico o en
Chile no es equivalente (o congruente) con orro parrido análogo de
derechas o izquierdas en Venezuela, Argentina o España. Pero
tampoco el PNV o ERC actuales pueden considerarse como parri-
dos políticos homologables al PSOE o al PP, porque éstos, al
menos teóricamente, tienen en común su condición de partidos
internos del Estado consrirucional en función del cual se definen
como tales partidos, mientras que aquéllos pretenden jusramenre
descomponer este Estado, España. Por ello son partidos extrava-
gantes (vagan entre un Estado real y otro imaginario) aun cuando,
desde el punto de vista escenográfico, y por concesiones roralmen-
te contradictorias de los gobiernos y tribunales nacionales, puedan
aparecer en el Parlamento como si fueran partidos entre otros (los
representantes del PNV o de ERC, por ejemplo, se sienran en esca-
ños similares y vecinos a aquellos en los que se sientan lo.s diputa-
dos del PSOE o del Pl y companen los rurnos de intervención
que establece el reglamento de las Cortes).
164
¿Está España amenazada (en su existencia)?
Desde este concepto de partido se comprende el absurdo de que
la constitución de un Estado reconozca la legitimidad de partiios
políticos secesionisras, es decir, de partidos políticos qrÁ ., ,rx
propios programas no se consideran como parte del Esiado en el
que se engloban, sino de otro Estado aureolar, el que ellos preten-
den constituir, de parridos que rienen de hecho su-sede e., ál te.ri-
torio del Estado en el que actúan,pero que intencionalmente la tie-
nen fuera del rerritorio apropiado por ese Estado, sin por ello
tenerla en el territorio apropiado por otros Estados vecinos.
Constitución de Alemania
Artícwlo 21
t.l
2. Serán anticonstirucionales los partidos que en virtud de
sus objetivos o del comporramiento de sus afiliados se pro-
pongan menoscabar o eliminar el orden básico demolibeial o
poner en peligro la existencia de la República Federal
Alemana. El Tribunal Constitucional Federal se pronunciará
sobre la cuesrión de anriconstitucionalidad.
Constitución de Portugal
Artícwlo 51
t.. l
4. No pueden formarse parridos que, por su designación
o por sus objetivos programáticos, rengan índole o ámbiro
regional.
En el terreno de la escenografía política o de la fenomenología
de la vida parlamentaria, como hemos dicho, una facción ,"."rio-
nista (no un partido) por esrar reconocida como partido por una
Constitución que tolera esre ripo de ficciones jurídicas, podrá figu-
rar como un partido más, y por tanto como un parddo alineado
con los restantes partidos del arco parlamentario. Y, lo que es toda-
vía más absurdo, podrá establecer coaliciones solidarias conrra rer-
ceros con otros partidos nacionales de este arco, y aun con el par-
tido dcl Gobierno del Estado. No por ello la facción secesio.rista
como un partido político, c.s sók¡ llr-l
clcl-rcrí:r ¡rorlcr considerarse
165
r t
En defensa de España ¿Está España amenazada (en su existencia)?

partido fantasma, una ficción, como lo sería un muñeco bien dis- apropiado" por el Estado es un componente fundamental de ese
frazado (o si se prefiere un actor que forma parte de un comando Estado, y por tanto es propiedad de todos los ciudadanos que per-
que actúa a las órdenes de otro director de escena) que busca des- tenecen a é1. Está fuera de lugar alegar el fundamento que suelen
truir el propio escenario en el que trabaja. dar estos grupos facciosos para su secesionismo, a saber, la volun-
En la demo cracia de l97B no se ha tenido en cuenta que un par- tad de autodeterminación de esa facción, a costa de los derechos de
tido político, legal a todos los efectos, dentro del juego democráti- los demás. Todo español debe saber que esa voluntad de autode-
co, como pudiera serlo el PNV o ERC, no es un partido español, ni terminación tiene como objetivo exactamente el robo a todos los
él mismo se considera tal, sino que es sólo una ficción jurídica. El españoles de algo que les pertenece, porque el territorio sobre el
absurdo procede, sin duda, de un falso entendimiento de lo que sig- que se funda el Estado incluye no sólo la tierra, sino la transfor-
nifica la libertad de expresión en las democracias. Entendimiento mación agrícola, industrial e histórica que durante siglos han ido
que permite reconocer, como partidos normales, a lo que son fac- realizando todos los españoles. Ante un acto de latrocinio está
ciones secesionistas. Como si en virtud de su libertad de expresión fuera de lugar cualquier discusión en el terreno constitucional, y
pudieran ser reconocidos como partidos reales. Solamente son sólo cabe la resistencia, aunque sea violenta tal como por otro lado
«grupos facciososrr, que una vez en marcha como si fueran partidos reconoce la Constitución, antes que dejarnos arrebatar lo que es
políticos dan pasto inagotable a los debates de los juristas en los nuestro.
Tribunales constitucionales, en los Tribunales supremos y en el
propio Parlamento.
Los partidos extr¿vagantes no pueden ser equiparados a los par-
tidos internos (y esta equiparación es uno de los más profundos
errores de nuestra democracia). Tesis que no tiene nada que ver con
una supuesta restricción ala libertad de expresión reconocida en
toda democracia parlamentaria. Lo que es conffadictorio es que se
les reconozca Ia posibilidad de mantener estas opiniones a través del
cauce de un partido político reconocido en el ámbito del propio
Estado, respecto del cual ellos no se consideran parte. Y no sólo de
modo subjetivo o privado (a la manera como, en su corazón no se
consideran monárquicos tantos militantes de Izquierda Unida o del
PSOE), sino de un modo que está objetivamente inscrito en sus
programas o en sus documentos públicos, o incluso insinuados en
los Estatutos de Autonomía que ellos han promovido.
Lo que todo español debe saber es que estas ficciones jurídicas
llamadas partidos nacionalistas no son meramente adversarios
políticos en el Parlamento, en función de proyectos distintos, par-
ticulares o generales (como puedan ser los proyectos del PSOE
respecto de los proyectos del PP), sino que son grupos facciosos
que pretenden robar a los españoles partes irrenunciables del terri-
torio que conforma el Estado, España, puesto que el ..territorio

166 t67
r F
AMENAZAS TNTERNAS FoRMALES tÁcrres
SS. El federalismo, y su prestigio como osolución, para España
El prestigio de la idea federal enrre las izquierdas socialdemó-
cratas y comunistas es realmente considerable, siendo el federalis-
mo opuesto a un <<centralismo, se supone propio
-normalmente
de "la derecha"- incorporado en los programas de los partiáos
políticos alineados a estas corrientes de izquierda.
En principio, por supuesro, el federalismo no se presenra en
España desde tales prograrnas como una amenaza, sino, al contra-
rio, como un modo de ..resolver de una yez por todas, el problema
del encaje de las distintas parres, reconocidai bien como nacionales
bien como regionales, de esa
"España plural, cuya forma más justa
de or.ganización política sería, al parecer, la federación. Así, se supo-
ne, el federalismo, viene a sadsfacer las aspiraciones ..nacionaliitas
periféricasrr, al neutralizar los efectos, siempre perniciosos, que
generaron los procesos de crecienre «cenrralización, política (a[u-
dizados sobre todo durante el franquismo, otra u", d" co"rtada) y
que eclipsaron (negaron) la
"identidad nacional" de algunas regio-
"nacionalidadesrr. Asi el
nes que se reconocen actualmente como
federalismo, según es presentado en tales programas, resuelve de un
plumazo, casi como dews ex macbina, el ..problema territorial,
español porque, si bien la federación supone Ia conservación de la
unidad de España, lo hace, se supone, también ..¡s5ps¡¿¡d6,, l¿
constitución ..nacional" de algunas de sus partes.
t6ft
Amenazas internas formales tácitas
86. El federalismo, coordinado con el secesionismo
Sin embargo esta armonización, vía federalista, de los progra-
mas secesionistas ("nacionalistas periféricos") con la .orrr"irr.iór,
de la unidad de España es apareni", p,r"s ocurre que federar supo-
ne reunir lo que está separado, siendo absurdo .l proc.rra, reu-nir
19 qr" ya esrá unido (como es el caso de la nación española).
Tácitamente pues se presupone o bien que España no esú unida,
considerando sus partes como estados iobe.aros susceptibles de
unión federal, o bien que su unidad es imperfecta, errátiia, impre-
cisa-y_no nacional, siendo conveniente separarla de nuevo para que,
ya federalmente, recupere la unidad. Y es aparente co-o-sol,r.iór,
porque para reunir federalmente lo que ya está unido habrá, pre-
viamente, que proceder a su separación, todavez que la reunión de
esas partes, si la unión es federal, implica simetria entre ellas (el
famoso .rcafé para todos, del que .etrleg"., los nacionalistas frac-
cion-arios)
_recuperando así una unidad que, de nuevo, quedaría
confrontada con los programas secesionisias.
Además, en su caso, ¿cuáles serían los criterios de separación de
19
q". ya existe unido?; y todavía peor, ¿quié, g r^rtlr^ el resra-
blecimienro de la unidad si no hay un podár q.r" óbligrr" a volver a
ella? Pero además, si ya hay ese poder, ¿paia qué proceder a la
separación si tal poder ya garantiza la unidad?
- .No. hay _mangra pues de justificar políticamenre un programa
federalista dirigido hacia España, siendo así que para 1o ú.,ii, que
están sirviendo tales proyectos es de
"caldo gordo, al secesionis-
mo, en cuanto que, según ya hemos dicho, el federalismo supone,
como paso intermedio a la unión federal, o separar lo que ya exis-
te unido, o no reconocer la existencia de la unidad.
De este rnodo el federalismo, dirigido a España (además de ser
anticonstitucional) represenra para su unidad, no explícitamenre
pero sí por su inconsistencia lógica, toda una amenaza, en 7a
medida en que esta idea federal se hace solidaria del secesionis-
mo.
Hablar clc fcderación de España, en definiriva, supone dar por
scnteclo (luLr no cxistc unidad entre las partes de España, no rcco-
rrr'»cic,rrrl.r, ,lr' Irr cxistcncia clc la sobcraní:r nrcional cspaño-
'rrrcvo,
l6t)
I l'
En defensa de España
la. Un no reconocimiento cuya mera formulación, pues, rcpresen-
ta una amenaza de fragmentación para España.
"La federación nunca ha sido orra cosa que un medio
para llegar a la unidad, un procedimiento para formar gran-
des naciones; pero jamás se ha aplicado a la organización de
nacionalidades ya consriruidas. Por eso la federación entre
ciudades no independientes o enrre provincias que se hallan
en el mismo caso, no tiene razón de ser ni se ha verificado
nunca. Por eso cabe hablar de federación entre España y
Portugal, o entre estas naciones, Italia y Francia; pero no
entre las provincias, departamentos y ciudades de estos
pueblos. En la época presenre las ciudades no rienen el
carácter de independencia política que tuvieron en orros
tiempos; no son un todo independienre, sino partes de un
todo superior que ellas no han constituido por pacro; y
siendo así, no se explica a qué puede responder el sistema
del Sr. Pi.
Ha¡ pues, que disdnguir en el federalismo (y en el libro
que nos ocupa por consiguiente), dos aspectos diversos. El
federalismo, aplicado a la constitución de grandes nacionali-
dades, considerado como lazo de unión entre pueblos afines,
es una necesidad de los tiempos; y cuanto se haga en su favor
será un inestimable servicio prestado al progreso humano. El
federalismo aplicado a la organización inrerior de naciones
ya constituidas, es un fatal y peligroso absurdo.
Hay en esta cuestión una multitud de equivocaciones. Se
confunde el federalismo con la descentralización, y al defen-
der ésta se apela a los procedimientos del primero, como si
hubiera algo de común entre ambas cosas. Que la nación no
ha de ser una unidad absorbente y despótica; que los inrere-
ses municipales y provinciales han de correr a cargo de los
municipios y las provincias; que la centralización es un grave
mal; que hay que dar vida propia y cierta auronomía a todas
las esferas de la vida humana, a todos los diferentes centros
políticos, es una gran verdad por nadie desconocida. Pero
¿qué tiene que ver eso con los pactos federales?
170
Amenazas internas formales tácitas
Lo que el Sr. Pi no ve claro en este asunro
es la unidad de
la nación. Para é1la nación es un simple agregado de provin_
cias y ciudades. Es cierto; pero lo tr*bi¿i qr" ,gr"_
gado forma una unidad poderosa"rque ha de^i-porrer"un "ri"
derecho común a todas rrr prrt"r. 51 ,ro, no hay verdade.a
nacionalidad. La nación es una unidad formada por el víncu-
lo de inrereses y derechos comunes, por afinidádes de raza,
lengua, etc., y sobre todo por la fuerza del hecho histórico.
Una agregación de ciudades y provincias con leyes disrintas
y derechos diversos, unidas pór un, alianza *á, o menos
estrecha, pero sin una perfecta unidad en la vida del derecho,
no es una verdadera nación. [...]
si de la reoría descendemos a la práctica, lo absurdo del sis-
tema salta a la vista. Supongamos deshecha en horas, por un
capricho de utopista, la obra de los siglos; .rporrgrrrrLs ani_
quilada la nación española y devuelta , Ír, prorir.ifs, o mejor,
a los municipios, su independencia primitiva. El pacio ," í^ á
celebrar y las nuevas unidades a formarse.
¿Con qué criterio?
¿Se hará la federación sobre la base de Iás acü;les provin-
cias? creaciones arbitrarias y puramenre administrativas las
que hoy existen, no creemos que fueran aceptadas como enti_
dades re¿les por ningún federal.
¿se reconstitri.án los antiguos
reinos ? Pues aquí.e mp ezaría la confusión. época hisl¿ri-
¿ eué
ca se tomaría p-or base para eso ? Refiriéndose a Andalucía, por
ejemglo, ¿se formarían con ella el estado de Sevilla, el'de
Córdoba y el de Granada, que fueron reinos independientes?
Pues.¿por qué no conceder derecho igual a los que fueron rei_
nos de Taifas? ¿Por qué ha de ser.rtádo Córdóba y no ha de
serlo.Jaén, por.ej:Tplo? ¡Qué de cuestion", ,rrr[irí"., prm
establecer la capital de los Estados! Toledo, Valladoñd, Buigos,
que todas fueron cortes, no querrían someterse a oÍ.ÍapoÉlr-
ción. No ya de reino_a reino, de provincia a provincir, dL prr"-
blo a pueblo se estableceríala luóha, y el pacio federal r,".rdrí,
a tierra entrc ruinas y sangre como en 1873.
¿Y cónro se daría a esre pueblo esa organización? Este
ptrclllo, tluc ni como nación sabe gobcrnarse a sí mismo
¿c«irrro ll,r tlc c«rn.stituirsc fcdcrallncntc? ¡ Círrno han clc scr
l7t
 En defensa de España
Estados esos atrasados y bárbaros municipios, devorados
por el_ caciquismo, hundidos en la ignor"riir, desgarrados
por odios de localidad, inepros por completo parael gobier-
no? El federalismo sería en España la más ,rrrr-
quía, sería Ia ruina y la deshonra de la nación."ip.rrtorá
¡Harto caro hemos pagado ese error funesto para que
pensemos en renovarlo! La libertad perdida, la democraiia
deshonrada, la república muerta a manos de sus propios
defensores, hablan conl}43lsobrada elocuencia e, cJ.rt.a de
este lamentable extravío. Aunque la razón teórica no lo con-
denara, la práctica bastaría a condenarlo. y no se diga que
todas las grandes ideas han comenzado así; no se diga
{r".ro
hubo tiemp o para desenvolver enrre nosorros la idá fáderal.
Lo que sucedió es que en España el federalismo no es ni
puede ser más que el despertamienro de las rivalidades pro-
vinciales; lo que sucedió es que el federalismo es un absürdo
aplicado a naciones ya consriruidas y nunca puede dar orros
frutos que la ruina y la vergüenz¿,,. (Manuel de la Revilla,
Reseña al libro Las nacionalidades de pi y Margall, Revista
co nt e mp orán e a, Madrid 1, 87 7).
87. El panfilismo y su encubrimiento de toda amenaza
proce dente del interior
Ahora bien, si el secesionismo y el federalismo suponen una ame-
naza para España (la amenaza de su fragmentación) siendo su
implantación un hecho político, lo que llamamos panfilismo (gr.
amigo de todo) es quizás la mayor amenaza que se cierne sobie
España, en cuanto que, precisamente, niega, disimulándolo, el hecho
político de la implantación secesionisra: y es que es el panfilismo lo
que proporciona solvencia a 7a amenaza secesionista, precisamente
por negarla o encubrirla (a veces es encubierta dibujanáo al secesio-
nismo como aspiración,
"en realidad" federalista, dice el pánfilo).
Es decir, lo que hace que 7a amenaza secesionista ,"pr"r"r-,t" ,r,
verdadero peligro para España es que permanezca oiulta, encu-
bierta por el panfilismo.
172
Amenazas internas formales tácitas
Utilizaremos una fórmula cruzada que, creemos, da cuenta de
esra situación casi a modo de reorema:
ii la i-plantáción del sece-
sionismo es una ar
porítico,,,i.o,,,rillijÍ1,:t?#::ffi
nacional española, el panfilismo i.pr.r.rrta
fl ::'r'Jft
"f una amen aza
ilTJri.#
aún más
grave en cuanto que niega que el secesionismo represente
en efec_
to un hecho político anticonstitucionar; o
agraya la amenaza que representa el secesionisÁo'.r,
-"jáa el panfilismo
..rrrro que
nicga su existencia en Espáña como hecho político anticonstitucio-
nal' En una palabra, el pánfilismo es aún más sorvenre como ame-
naza porque niega (no reconoce ni admite) la amenaza secesionista
(no ya sólo su solvencia) dirigida conrra Éspaña.
. Así, el panfilismo supone no reconoce. ra irrco-patibilidad entre
los proyectos y prereniione, secesionistas del pñ CtU, fnC..,
li existencia y ejercicio de la soberanía nacional ásprrrol, (justi_
:.."
trcando constanremente la actividad de estos partidos organizacio_
7i
nes afines diciendo que son operfecramente ^legítimos y
d'e-oc.áti-
cos")' panfilismo,.presenre én los partidos y"o,.r, organizaciones
-El
de ámbito nacional, insiste .orrtrrrt"L.rrr. l, .o-pr-"tibiliJad del
"nacionalismo periféris6, (que ni siquiera ,."í,..orro.i desde el pan-
filismo como secesionisra) con el hecho constituciorrrr erpáñol,
siempre que, dice el pánfilo, se practiquen, para la consecuciO,
d"
estos fines, métodos ..no violentos" (ni asesirros).
Además desde esra perspectiva cándida, propia de lo que
Gusravo Ilueno ha llamado ..pensamiento Alicia',,, ,L dibr;rn
como
"a-larmistas" las posiciorr.r qL. reconocen l^ a^énara secesior,ista
(el "¡España se rompe!, suele ser caricatu rizado colrlo una
aclver-
tencia alarmista, en cuallto que para el panfilismo el secesionismo
no representa un peligro rea_7, ni siquiera una amenaza). TJn alar_
mrsmo que conviene enarbolar desde derecho¡¿rr, dice el pán_
filo, por inrerés electoralista ("al pp "la le conviene la existencia de
ETA", llega a decir el pánfilo ya rniserablemente). Así el pánfilo ve
mayor peligro en el que reconoce la amenaza secesionisá (porque
ese reconocimiento siempre se hace, según el pánfilo,
a"ri" p*i_
ciones de
"derecha extrema» a la que l" .orrr,i"rre .crispar, a la
socicdad), qLrc cn la a,enaza secesiónista misma, quc cl pá.,fil.,
,ri
srqulcr:1 r-('c()il()c(' Lr()nro tal. Así la
"crispaciónr, insistc ól pínfilo,
l7\
r 7
En defensa dc España
dirigida por la ..derechona» que udliza al
es una estrategia electoral
secesionismo, sobre todo el terrorista, como una amenaza que sólo
es tal en función de los intereses parridistas o electoralistas de la
.derechonarr.
Es decir, como el pánfilo no ve (o no quiere ver) la antenaza
secesionista, entonces (des)califica de ..extrema derecha» a aquellos
grupos que presentan una mayor beligerancia contra ella, contra la
amenaza, acusándolos de buscar la por intereses espu-
"crispacig¡»
rios.
Pues bien, se podría discutir el que España esté en peligro, pero
lo que es completamente absurdo (y es esto lo que caracteriza al
panfilismo en su necedad) es negar las amenazas explícitas y for-
males dirigidas contra España por parre de los grupos secesionis-
tas.
En resolución, es precisamente esta situación, la del encubri-
miento pánfilo de la amenaza secesionista, la que posibilita la pro-
pagación institucional del secesionismo, siempre encubierto, suavi-
zado, disimulado por el panfilismo, representando así el
secesionismo un verdadero peligro que amenaza a la nación espa-
ñola con su fragrnentación.
Zapatero, en el Pleno del Congreso de los Diputados el
1 de febrero de 2005, debate de reforma de Estatuto políti-
co de Ia Comunidad de Euskadi:
..Señorías, mi concepción de España es la de la España
constitucional, no sólo porque sea garantía de unidad sino,
ante todo, porque es garantía de libertad y de convivencia.
Mi concepción de España es la de una España plural, una
España que reconoce las identidades de sus pueblos; identi-
dades demasiadas veces negadas en la historia; identidades a
veces humilladas en la historia; identidades que tienen dere-
cho a ser construidas, a convivir. Por eso me he sentido orgu-
lloso, como presidente del Gobierno de España, defendien-
do el euskera en Europa. Por eso siento el mismo respeto y
aprecio ante la ikurriña que ante la bandera de mi tierra. Por
eso me siento con autoridad para decir al pueblo vasco, a los
ciudadanos vascos, que la construcción de su identidad y quc
t74
Amenazas internas formales tácitas
sus aspiraciones de las más altas cotas de autogobierno son
posibles. Y como hoy son posibles y las vamos a llevar ade-
lante, hay que hacerlo decidiendo junros, y como no hay una
única concepción de la identidad territorial en España, sino
muchas, y como ninguna es más verdadera que la otra, la
mejor solución es que todas convivan, que todas puedan ser
vividas".
SS. El europeísmo, cotrTo a?rtenazd genérica
El europeísmo también representa ufla arrcnaza- par^ España en
cuanto que busca, en general, la disolución de la soberanía de los
Estados constituidos en Europa (y de la soberanía española en par-
ticular) al quedar éstos incorporados en una unidad política más
amplia. Si bien no es una amenazaformal, en cuanto que no se diri-
ge a España en su singularidad política sino como Estado miembro
(entre otros) de Europa.
Ahora bien, el europeísmo es un componenre ideológico (más
que un movimiento organizado) que se ha desarrollado adscriro a
movimientos ideológicos y políticos de diversa índole, algunos
incompatibles entre sí, y que, por tanto, no mantiene un sentido
unívoco sino dependiente de los intereses a los que responden los
movimientos con los que se coordina.
Así la idea de Europa cobra distinras modulaciones dependien-
do de las coordenadas desde las que se define la «u¡id¿¿,, que
busca el ..europeísmo" ("unidad en la diversidad" es el lema abs-
tracto de la UE).
Por ejemplo, Andrés Laguna en 1543, compromerido con la idea
agustiniana de "República cristiana» y en vista de las guerras que
asolan Europa en ese momento, defiende un europeísmo por el que
las distintas partes políticas de Europa son representadas como
"lobos" que, enfrentándose entre sí, terminan arruinando a la pobre
«[,¡¡6p2r, que, en tanto «república cristia¡2rr, debiera convivir en
paz. Es desde el evangelismo, de corte erasmista, desde el que
Laguna rccla¡na la solidaridad de las distintas partes europeas para,
cntrc ()trirs c()sírs, a través dc su unidacl cristiana cnfrcntarsc al Thrco.
l7\
Í
r
En defensa de España
Ahora bien, el componente europeísta puede, por supuesto,
asociarse, como así es, a otros movimientos ideológicoi (distintos del
pacifismo evangélico). Por ejemplo, rras la Revolución bolchevique
de L917, Coudenhove-Kalergi escribe el panfleto ..paneuropa" bur-
cando la solidaridad entre las disdntas prites políticas
.".r-
gldas.en el_eje franco-alemán (excluyendo, por cierro, "rrop^"rr,
ai I-perio
británico y despreciando a Españ a), parae.ritar precisamente, ár, la
formación de un bloque fuerre la piopagación del bol-
chevismo hacia el occidente. "riop"o,
En definitiva,lo que queremos decir, es que el europeísmo no es
un movimienro unívoco, que busca la unidad política de Europa
sin más y desde la neutralidad ideológica.
89. El europeísmo en España
El europeísmo aparece en España distribuido en diversas corrien-
tes ideológicas, teniendo la idea de Europa un prestigio prácticamen-
te unánime en todas ellas (la ,.Europa sublime"). Así, tánto desde la
socialdemocracia del PSOE, como desde el comunismo del pCE
(recordemos la defensa del ..eurocomunismo,, de Santiago carrillo),
pero también desde la democracia-cristiana y el liberalismo del pp, se
busca en ..Europar, (inmediatamente asociada a ideas como paz,
Progreso, Ilustración, Cultura, Tolerancia...) aquella famosa ..solu-
ción" de la que yahablaba Ortega ("España es el problema y Europa
la solución"). Se asume así como evidente, desde estos partidos,-la
necesidad para España de estrechar lazos con el resto de sociedades
políticas europeas, aun a costa de quedar subordinados a intereses
completamente ajenos, o incluso perjudiciales a la sociedad española
(es lo que llamaba lJnamuno sl «papanarismo europeísrar).
Ahora bien, en España, además, el componenté europeísra apa-
rece perfectamenre coordinado con el secesionismo (la coalici¿n de
partidos secesionistas, la ..Europa de los Pueblos», es el ejemplo
más nítido de lo que decimos) que busca, con la disolución delos
Estados nacionales, una reunificación europea a partir de oscuras
categorías étnicas y lingüísticas que se suponen más ..naturales,, o
reales que la
"artificiosa" división política. Es en esra situació, c¡.r
176
Amenazas internas formales tácitas
donde el europeísmo, coordinado con el secesionismo, se constitu-
ye en amenazaÍormal contra España. LJna amenaza que además se
hace solvente, en cuanto que los grupos más beligerrr,tes en la bús-
queda de la constitución de la
"Europa de los pueblos,, proceden
de España, en donde, insistimos, aparecen muy bien arráigados e
instalados institucionalmente.
90. El fundamentalismo democrático (o democratismo)
Por otro lado, existe otra amenaza,proveniente del democratis-
mo, muy arraigado en Ia sociedad española (precisamenre como
reacción al franquismo), resultado de reducir la ..soberanía nacio-
nal, a la ..soberanía popular" (amenaza, por otro lado, que viene
apoyada por el propio texro consritucional en su artículo1").
El democratismo es un modo de concebir a las sociedades polí-
ticas según el cual se toma a ..la demo craciar, (soslayando , para
empezar, que existen distintos tipos de democracia) como funda-
mento de cualquier sociedad política, considerando a cualquier
offa forma de organización del Estado como degenerada, atraiada,
arcaica, casi bárbara, incompatible con el ..estado de derecho". EIlo
supone, entre otras cosas, la condena de cualquier otra forma de
organización política que no sea democrárica que rermina, a la pos-
tre, siendo considerada como tiránica (quizás recordando aquel
lema famoso de Churchill de que ..la democracia es el peor de los
sistemas, con una excepción: todos los demás").
A su vez, cualquier cosa es prestigiada por el mero hecho de
recibir la consideración de democrática, sea pertinente o no el uso
de la expresión para aquello a lo que se adscribe. Así, ocurre, que
el adjetivo "demócrata" se utiliza de un modo abusivo, sin criterio,
aplicándose y componiéndose con susrantivos que hace de la com-
posición algo completamenre sin senddo:
"educación democráti-
ca>>) <<arte democrático)r ...: incluso se habla abundantemente de
«actirud democrática,r, cuando se quiere expresar, en realidad una
actimd respetuosa, transigente, comprensiva, simpática...
Pero la democracia, sin embargo, no tiene nada que ver con esto
(con rrrs¡¡t'rs c,rractcrológicos pcrsonalcs) sino que es un sistcrna o
177
r r
En defens¡ de España
forma de organización del poder político existiendo, en esre senti-
do, muchas formas de democracia, algunas ..simpáticas>> y otras no
tanto (la ateniense, basada en el más bien poco simpático esclavis-
mo; la estadounidense, que aún en los años cincuenta, después de
150 años de historia democrárica norreamericana, su presidente en
ese momento, Kenned¡ tiene que rogar a sus conciudadanos que
entiendan que no se puede maltratar ni asesinar a los negros; por
no hablar de Ia dernocracia alemana de los años treinta...).
"[...] un régimen placenrero, anárquico y vario que concede-
rá indistintamente una especie de igualdad ranto a los que son
iguales como a los que no lo son,, (Platón, Repír.blica,Lib. VIII).
"ljn estado democrático de la sociedad, similar al de los
americanos, puede ofrecer singulares facilidades para estable-
cer el despotismo» (Tocqueville).
"[...] la democracia consolida la dominación rnás firme-
mente que el absolutismo,(Marcuse, El hombre unidimensio-
nal, p.7).
Ahora bien, ¿en qué sentido decimos que el democratismo
puede representar una amenaza para España?
En principio el democratismo no represenra, desde luego, una
afr'enaza ni formal ni explícita dirigida conrra España. Lo entende-
mos como amenaza más bien indirecta, ligado a amenazas forma-
les como son, sobre todo, y de nuevo, el secesionismo. En efecto,
para muchos España, por su historia, etc., es incompatible con ..la
democraciarr, entendida al modo fundamentalista, de modo que la
consumación de la democracia en España es necesariamente
incompatible con su unidad y su identidad (precisarnente España,
se entiende desde esta posición, no surge como democracia, 1r por
tanto, debe perecer en cuanto "la democracia, se implante en ella,
dejando paso así ¿ 165 «pueblos" I ..¡¿6i6¡s5,, por España someri-
dos "antidemocráticamenterr).
Además, la sustancializacíón formalista del concep to de tado
"Es
de derecho, (como si el estado o sociedad política fuese íntegra-
mente un oestado de derecho"), derivada del
"fundamentalismo
democráticsrr, hace que determinados aspecros no jurídicos ilc la
178
Amenazas internas formales tácitas
sociedad política, como son principalmente las fuerzas y cuerpos de
seguridad del Estado, queden prácticamente deslegitimados como
mecanismos de defensa al quedar, por sus métodos necesariamente
violentos (concibiéndose además desde algunos partidos con repre-
sentación parlamentaria nada menos que como ..fuerzas de ocupa-
ción,,), fuera de lo que se concibe como ..Estado de derecho".
Esto, desde luego, pone en riesgo la propia seguridad de la
sociedad política al no contar con el respaldo necesario, ni el ejér-
cito, ni la policía, para actuar en determinadas situaciones, como si
en efecto fuese cierto aquello de que ..en la guerra, las leyes callan".
Así, muchas situaciones que implicarían para ser resueltas tomar
medidas de actuación violenta, armada o policial, son desactivadas,
al ser vistas enseguida como incompatibles con el «[,5¡2do de dere-
6[6" (así ocurre, por ejemplo, ante la llamada eufemísticamente
"lucha callejera" en las calles de algunas ciudades de las Vas-
congadas).
91. El anarquismo
Esta deslegitimación de las instituciones ligadas a aspectos cor-
ticales, defensivos o agresivos del Estado, viene suscitada en
España, en parte, por una especie de anarquismo, muy disuelto (sin
la presencia institucional y organizativa que tuvo en España antes
de la Guerra Civil, a través de lo que fueron los poderosos sindica-
tos anarquistas), pero también muy extendido en la sociedad espa-
ñola. La Íalta de interés por la política, la desconfianza en algunas
instituciones (sobre todo las representativas del Estado), así como
determinadas equidistancias tomadas en relación a las diversas
ideologías del espectro político español ("los políticos son todos
iguales"), están indudablemente inspirados en el anarquismo.
Es así que este anarquismo representa una amenaza más por
omisión que por acción, ya que por su inercia permire que se con-
soliden otras posturas, más activas socialmente, como es el secesio-
nismo que, sin embargo, sorprendentemente, tampoco es mal visto
desde este anarquismo inercial e indefinido.
179
I F
AMENAZ AS EXTE,RNAS FO RMALES
EXPLICITAS
92. El yibadismo
España además está explícita y formalmente amenazada desde el
islamismo político en cuanto que su constitución, la constitución
de España, representa para el yihadismo la suplantación, llevada a
cabo por parte del "politeísrno infiel" (catolicismo trinitario), de la
identidad rnusulmana de la península Ibérica: Al-Andalus.
Desde el plan teológico político islamista, presente actualmente
en determinados grupos políticos y parapolíticos que procuran la
restauración de un Califato islámico, se pretende transformar
España en "al-Andalus» en razón de que la Península de
suponer que Portugal también se ve involucrado en este plan de
-es
transformación- se constituyó antes como al-Andalus musulma-
na que como "España infiel" (aunque esto no sea verdad histórica-
mente, pues el III concilio de Toledo es anterior a la invasión
musulmana).
España pues no se ve tanto amenazada por el yihadismo en su
unidad, pues quizás esta se conservaría al quedar transformada en
Al-Andalus, cuanto en su identidad católica.
Sea como fuera, es ésta identidad musulmana de la Península la
que según dicho plan hay que restaurar, en contra de su actual
"identidad infiel", siendo el "al-Andalu5"
(un al-Andalus, por otra
parte, completamente fantástico) el programa relativo a este plan.
E,spaña no se contempla pues, desde semejante plan, como
nación política, sino como un territorio que "de dcrcch6>,, cl
180
Amenazas externas formales cxplícitas
..derecho de al-Andalus,,, pertenece a la
"Casa del Islam": España
representa, pues, una tragedia para el islamista, la
"tragedia de la
pérdida de al-Andalus".
Bin Laden,líder de Al Qaida, el7 de octubre de 2001 en
declaraciones retransmitidas por la cadena de TV AI-
lazeera, después del ttS:
"La declaración de guerra de Estados Unidos de
Norteamérica contra Afganistán es un claro acto de hostili-
dad contra el Islam. t...] El mundo tiene que saber que no
vamos a permitir que se vuelva a repetir con Palestina la ffa-
gedia de Al Andalus".
Ayman alZawahiri, número dos de Al Qaida, en decla-
raciones emitidas por la cadena de TV Ll-Jazeera el Z8 de
julio de 2006, en pleno conflicto entre Israel y Hezbolá en
el Líbano:
"¡Oh, musulmanes de todas partes! Os invito a luchar y a
tornaros mártires en la guerra contra los sionistas y los cru-
zados. La guerra contra Israel no depende de altos el fuego...
esuna jihad en nombre de Dios y durará hasta que la religión
prevalezca... desde Al Andalus hasta Iraq. Mis correligiona-
rios musulmanes, es obvio que los gobiernos árabes e islámi-
cos no son sólo impotentes sino cómplices... y estáis solos en
el campo de batalla. Confiad en Dios y luchad contra vues-
tros enemigos... haceos mártiresr.
Noticia en el diario El País sobre las amenazas dirigidas
por al Zawahiri contra España:
"Al Qaeda equipara Al Andalws con el lrak ocwpado. l.
Cembrero - Madrid - 14/07 /2007
Cuando en el otoño de 200t Osama Bin Laden reivindi-
có en un vídeo el atentado contra las Tbrres Gemelas de
Nueya York, mencionó también Al Andalus causando des-
concierto entre los traductores de la CIA, según contó uno
dc sus cx agcntcs. Tardaron en recordar que era la palabra
nrcrlicval íralrc ¡rara España.
I r.il
r
En defensa de España
Ahora ya están acostumbrados porque la organización
terrorista reitera con frecuencia su reivindicación sobre la
Península. Ayman al Zawahiri, el número dos de Al Qaeda,
acaba de dar un paso más al comparar la ocupación de Irak
por EE.UU. con la conquista de Al Andalus por los cristia-
nos españoles.
La embestida del lugarteniente de Osama Bin Laden pasó
inadvertida porque le dedica dos párrafos en un vídeo de 21
minutos difundido el pasado martes por Al Sahab, una de las
productoras de Al Qaeda.
Titulado Maktado Reino Unido y sus esclaoos indios, el
grueso del discurso deZawahiri estuvo dedicado a arremeter
contra la reina Isabel II y el ex primer ministro Tony Blair
por haber otorgado el título de Caballero del Imperio
Británico al escritor anglo-indio Salman Rushdie.
Al final, el brazo derecho de Bin Laden sostiene que 'eI
despertar de la yibad (guerra santa) que se ha producido en
las tierras del islam está a punto de golpear a las puertas de
Jerusalén y liberar todos los territorios del islam que han
sido ocupados, desde el conquistado Al Andalus hasta el
invadido Irak'.
Zawahiri ensalza también el atentado que, el 24 de jwio,
costó la vida a seis c¿scos azwles españoles en el sur de
Líbano. Asegura que fue una'hazaña bendita'y hace un lla-
mamiento a los musulmanes libaneses para que no ahorren
esfuerzos para acabar con las 'fuerzas hostiles al islam' que
intentan separar a Líbano de la'comunidad islámica'.
Al Andalus es, para los musulmanes, su era de esplendor
todo en el siglo X- en casi toda la Península Ibérica
-sobre
e incluso en una pequeña parte del suroeste de Francia.
Cewta y Chechenia
En buena parte de sus discursos Zawahiri recuerda su rei-
vindicación sobre esa España musulmana veces alude al
último reino musulmán en Granada-, p€ro -ala comparación
que hizo el martes es Ia más terrible desde que él mismo
ecluiparara, hace ya siete meses, la 'ocupación' española de
Ceuta y Melilla con la rusa de Chechenia.
I82
Amenaz¿s externas formales explícitas
Los seguidores norteafricanos de Bin Laden han retoma-
do el argumento. El argelino Grupo Salafista de predicación
y Combate, que desde enero se hace llamar Al eaeda en el
Magreb Islámico, insistió en abril, en su cornunicado de rei-
vindicación de los arenrados de Argel, en el deber religioso
de liberar la tierra musulmana 'de Jerusalén a Al Andalus,.
Al mes siguiente su líder, apodado Abdelmalek
Droukdal, se rnofó en un vídeo de Marruecos por estar más
preocupado por el Sáhara Occidental que por 'limpiar,
Ceuta y Melilla de las 'impurezas, españolas'.
El caso es que, además, dicho plan cuenta con la complicidad en
España de buena parte (por supuesro no toda) de la población
musulmana, narural y residente (unos 500.000, algunoi de ellos,
una parte muy activa, de origen converso), que, organizados en
distintas asociaciones y federaciones, buscar la islamización de
España. Así, por ejemplo, todavía existe una inrensa polémica en
torno ala catedral de Córdoba, en cuanto que se quieie, por parre
de algunos de estos grupos islámicos, «recuperar>> como
-ezquita.
Adernás la idea de al-Andalus tiene un gran prestigio er.t e la
población española (musulmana y no musulmana), err li medida en
que desde diversas instiruciones (turísticas, museísricas, historio-
gúficas... hasta políticas) se dibuja, de un modo compleramenre
falsario, a la sociedad histórica andalusí como urra sociedad llena de
virtudes (tolera,cia, ilustración, armonía, limpieza) en fuerte con-
traste con las sociedades cristianas coeráneas (asociadas a la intole-
rancia, el oscurantismo, el fanatismo..., la suciedad).
93. Marrwecos
T,igado en parte al plan islamista de ..reconversión, de España
_
al Islarn, la política marroquí en el último medio siglo en relació',
sobre todo, a Ceuta y Melilla, Canarias, y las llamadas plazas de
soberanía española situadas en el norre de Africa (Peñón áe Vólez,
Alhuccr¡a.s, Chafarinas, Perejil...), resulra una amcnaza cxplícita, y
cr.r t<lcl:r rcglr, ¡rrrrrr Ia sc¡bcranía cspañola crr rclecir,r. r telc.s l.celi,
lr.il
I r
En defensa de España
dades (llamadas "presidios" por la prensa marroquí aÍín al régimen
alauita), siendo realmente, Marruecos, la única nación extranjera
que amenaza corr la anexión de una parte del territorio nacional
español.
De hecho, el 11 de julio del añ,o 2002, Marruecos desplegó (tras
haber retirado su embajador de España) unidades militares sobre la
isla Perejil, lo que produjo una respuesta inmediata por parte del
ejército español que implicó el desalojo de la ocupación marroquí.
Muchos españoles, algunos de ellos parlamentarios, vieron en ello
un acto de soberbia por parte del gobierno español (en ese momen-
to presidido por José María Lznar) mostrándose incluso favora-
bles a los derechos "geográficos, de Marruecos sobre la isla en
cuestión (al final, el conflicto se resolvió con la mediación del
gobierno de los EE.UU. de Norteamérica, volviendo la situación al
status quo qlue compromete a los gobiernos español y marroquí a
mantener la isla deshabitada).
Además España mantiene un contencioso con Marruecos en
relación a la República saharaui (ex-Sáhara español), emancipada
de España desde 1.975 como consecuencia de la llamada ..marcha
Verde,r, y que el gobierno marroquí considera como suya.
Representante del Gobierno de Marruecos, en una
intervención ante la Cuarta Comisión de Ia Asamblea
General de la ONU, el 7 de octubre d,e 1960 en alusión a
Ceuta y Melilla:
..Estas ciudades y territorios son parte integrante de
Marruecos y los estatutos que actualmente las rigen son con-
trarios al derecho internacional e incompatibles con la sobe-
ranía e integridad de Marruecos,,.
Delegado de Marruecos, el 14 de diciembre de 1966, en
la Cuarta Comisión de la Asamblea General de la ONU
..apoyando" Ia reivindicación de España sobre Gibraltar:
"[...] la descolonización de Gibraltar es una buena cosa
paraMarrtecos, pues el caso de Gibraltar en España refleja
exactamente dos casos en Marruecos: tenemos dos ciudades
marroquíes que se encuentran en la misrna situación clttc
I84
Amenazas externas formales explícitas
Gibraltar... resuelto el problema de Gibraltar en el sentido
de la descolonización.., será ocasión de demostrar el carác-
ter irrefutable de los argumentos de Marruecos en lo que
concierne a estas dos ciudades, argumentos que son exacta-
mente los utilizados por España para hacer valer sus dere-
chos sobre Gibraltar"
Declaraciones del rey Hassan II, desde París el 29 de
noviembre de 1976, en las que afirmó que:
..El asunto de Ceuta y Melilla es para mí un asunto solu-
cionado. El día que España tenga Gibraltar ninguna potencia
del mundo permitirá a España la posesión de las dos puertas
del Estrecho. Es imposible. Ningún país posee las dos orillas
de un Estrecho y, en este momento, lógicamente, España nos
remitirá Ceuta y Melilla. Este asunto, pu€s, se ganará. Es
inútil gastar nuestras energías y ensombrecer unas relaciones
que apenas acaban de salir de las nubes".
Declaraciones del Primer Ministro de Marruecos,
Maati Buabid, en noviembre de 1981 presentando su pro-
grama de gobierno:
"La unidad territorial de Marruecos no puede ser total ni
íntegra sin la recuperación de Ceuta, Melilla y las islas medi-
terráneas: recordarán Vds. la declaración que S.M. el Rey
hizo a este respecto, en la cual el Soberano subrayó ellazo
lógico que existe entre la restitución de Gibraltar a España y
nuestra recuperación de Ceuta y Melilla".
I85
r r
AMENAZ AS E,XTERNAS F ORMALES
lÁcrtes
9a. El panfilisn'to y su encwbrimiento de toda amenaza procedente
del exterior
El panfilismo es una posición que encubre tanto amenazas pro-
cedentes del exterior como del interior. El pánfilo se caractériza
por su armonismo (creencia en la compatibilidad de posiciones
enfrentadas), negando toda amenar^,y po, tanto tambiéin aquellas
que proceden del exrerior.
Así la ao*naza yihadista solo se ve desde posiciones, dice er
pánfilo.maniqueo, situadas de nueyo e'la ode.e'ch, ertr"-r>>: rro
son nada más que posiciones ..alarmisras, producidas por el
/ relación a unas detenciones producidas en Cataluña durante el
-iedo
"islamófobo» por la "diferencia,.
Es más, el pánfilo ni siquiera ve incompatible la islamización de
Fspaña con aspecros esenciales de la sociedad actual española,
incluso a veces se muestra partidario de la islamización rir"pr.-
sentar el Al-Andalus como sociedad política ideal, sobre todo ii se
confronta a los reinos cristianos co"úrr.os que, ..insidiosamente,,,
avanzaban hacia el sur derribando esa sociedad política ideal.
Juan Luis Cebrián, consejero delegado del Grupo
PRISA, en un artículo publicado de El país á"
-rer.r*.r,
su intervención en un homenaie a Juan Goytisolo, el tt-S
en Marraquech-:
"Sin las Cruzadas y la Inquisición, sin la insidiosa
Reconquista ibérica,podríamos sabe?- haber asisr
-¿quién
1 8(r
Amenazas externas formales tácitas
tido al florecimiento de una civilización mediterránea, ecu-
ménica y no sincretista, en la que convivieran diversos lega-
dos de la cultura grecolatina, 1o mismo que conviven hoy las
dos Europa.s, la de \a ceryeza y el vino, la de la mantequilla y
el aceite de oliva, en una sola idea de democracia,,.
Zapatero de visita en Turquía en septiembre de 2008:
"Quiero celebrar esta fiesta [la fiesta del Iftar, la ruptura
del ayuno que pone fin al Ramadán] no como extranjero,
sino como Presidente de un país que se siente orgulloso de la
influencia (entre otras) del Islam en nuestra historia y de su
rico legado en nuestra lengua y patrimonio artístico".
Esta posición pánfila estuvo, por lo demás, muy bien represen-
tada en España, antes del 11 de marzo de 2004, por los represen-
tantes del PSOE y de Izquierda Unida, que, durante el año 2003
insistieron una y mil veces, muchas de ellas en sede parlamentaria,
sobre la inexistencia del riesgo en España del peligro terrorista isla-
mista, incluso minusvalorando y rebajando la amenaza (que se
había hecho explícita y formal en las declaraciones de Bin Laden o
de A|-Zawahiri, por ejemplo). Así, son de todo el mundo conoci-
das la burla y mofa que, desde ambos partidos, se suscitaron en
gobierno de Aznar ("Comando Dixanrr), por el que ambos parti-
dos, a través de sus representantes, ..denunciaban" estas detencio-
nes como una maniobra ..alarmista>> para justificar la posición de
España en ese momento ante la cuestión iraquí.
95. «Ewropa»
..Europa,, no es una sociedad política sino un conjunto de socie-
dades políticas cuya unidad no significa, ni mucho menos, la anu-
lación de las fronteras que la dividen. Ni siquiera la Unión Europea
representa una sociedad política por más que los lazos entre los
países miembros se estrechen a través del tratado de la Unión
(incluso la prctcnsión insistimos de que la Unión Europea rcprc-
187
r r
En defensa de España

senta a Europa, según lo enrienden muchos, también ideológica

¿ESTÁ ESPAÑA E,N PELIGRO
es
por reduccionista).
La unidad de
(PUEDE DEJAR DE EXISTIR)?
"Europa,, es, más bien,la de una biocenosis por la
que los distintos intereses de las sociedades políticas que la com-
ponen se confrontan entre sí, unas veces enfrentándose bélicamen-
te (en ese sentido Europa, lejos de representar ,rlxpaTrr, con la que
muchos la asocian, ha supuesto más bien los dos enfrentamientos
bélicos más destructivos que ha generado la
"Historia lJniversal,),
otras a través de la coordinación de esos intereses, generalmente
enfrentados contra terceros.
Después del proyecto napoleónico (sobre la base del Imperio
carolingio) el proyecto europeo más relevante ha sido la Europa
nazi (enfrentado al
"bolchevismo», por un lado, y al "¿¡¡.r¡canis- 96. Amenaza; que conllevan peligro
mo», por otro, por ttilizar las expresiones de Martin Heidegger
es sabido afiliado al nacionalsocialismo-).
-corno Ahora bien, si bien es indiscutible el que España está arr.enaza-
Con la derrota del proyecto nazi,..Europa", ya como Unión
da, sobre todo hablando de las amenazas formales y explícitas que
Europea, nace como proyecto norteamericano, de restauración tras
contra su singularidad política dirigen secesionistas y yihadistas,
la guerra (basada en torno al control de la producción industrial del
hay que determinar si estas amenazas representan un verdadero
carbón y del acero), y se establece como <<muro» de contención, de
peligro de disolución para España o no.
nuevo, frente al bloque soviético, prevaleciendo sobre todo los
intereses del eje franco-alemán (cuya rivalidad imperialista en la
primera mitad del siglo XX fue lo que, fundamentalmenre, derivó
97. El peligro de balcanización
en ambos enfrentamientos <<mundiales").
Con la caída del Muro y la reunificación alemana son sobre
Pues bien, afirmamos en efecto, que es la amenaza secesionista,
todo los intereses de Alemania y de Francia los que prevalecen en
y no tanto la yihadista, aquello que representa, como amenaza sol-
la Unión Europea, solicitando de los Estados que ingresan en la
vente, un peligro a corto plazo (inminente) para el mantenimienro
Unión unas condiciones favorables a esos intereses.
de la sociedad política española.
E,n este sentido España está amenazada en su tejido industrial y
Y es que, en parte, por la extraordinaria penetración en el tejido
productivo (determinados sectores han sido completamente lami-
social español del secesionismo, Españaya está de hecho en cami-
nados) por la rivalidad enrre las distintas scciedades políticas que
no de disolución al mantener partes suyas en divergencia, unas res-
participan de la Unión Europea, siendo así que aún está por
pecto de oüas, que conduce directamente a la insolidaridad y hasta
demostrar los beneficios (ni negamos ni afirmamos) que ha sacado
al enfrentamiento entre ellas. La solidaridad (solidez) enrre las par-
España a partir de su ingreso (el entusiasmo europeísta
-papana- tes de España, por lo menos en determinados aspectos, se va en
tismo- suele nublar o ahogar un análisis a fondo de este asunro,
efecto debilitando al existir cadavez menos instituciones comunes
por lo demás muy necesario).
entre las mismas.
En general, desde el punto de vista administrativo (administra-
ciírn tlc justicia, fiscalidad, escolariclad, ctc.) E.spaña ya cstá dc

lBB I fi9
 En defensa de España
hecho rota, al obstaculizar el desarrollo de una rengua común,
el
español, que mantenga la unidad entre sus partes en rálación a
esros
aspecros administrativos. otror rrp..toi (fiscalidad, educación,
etc) caminan en ese mismo sentido.
- políticas catalanas. unas fuerzas políticas que no so, , r,r r 1,rrr.rl,-..,
En definitiva el poder soberano español penerra desigualmente
:".1r: distintas partes de España, -a*erriüdo aún la inidad: la
jurisdicción soberana r.
-r.rii.r. aún sobre rodas sus prrr.r, p.ro
un modo precario, irregular, propiciando la desigu'aidad errt.e
fe
Ias mismas (por ejemplo, e*iste, diferencias d" srr"iáo, entre
los
tuncronarios españoles, a igualdad de funciones, de hasa 10.000
euros anuales dependiendo de la comunidad en donde se ejerza
el
cargo las mismas funciones, un funciona.io e, .l
-desempeñando
País vasco puede cobrar hasta casi 1o.ooo euros más anuales que su
homólogo en Exrremadura-).
98. Inminencia del peligro de la balcanización
En esre senrido,.existía ya fecha, fijada y hecha pública por el
p_residente acmal de la comunidad áutórrt-, ,r".i.r, Juan José
I,b1t::..h:,para el planteamienro de una consulm poprír,
do) dirigida sólo a los habitantes domiciliados en ái.ir,
fr"f"i"r_
"o-rnidad,
/ gue el tibunal constirucional ha declarado ilegar, con objeto de
solicita.r la aprobación, o no, de un <<nuevo tipo?e'relacióá entre
Euskadi
.y España", como si fueran ya de hÉcho dos sociedades
independienres. En un referendo planieado en esros términos
que-
daría ya la soberanía española recánada,y así ro pone de manifies-
to quien lo propone, al ser una consulm qr" sóio se dirige a una
parte del electorado e.spañol. Es un refererráo, pues, que pite de la
secesión como situación de hecho (por eso
iiq,ri.r, eipresiderr-
"i
te del Gobierno español está auroriiado apermitirro), ,i.ido .o--
pletamenre secundario el resultado que d" él se obruviera en rela-
ción a lo que con el referendo se consulta: la propia consuka
representaría ya la admisión de la secesión (puei sóio se ororga
capacidad decisoria a urra pane de la sociedad española).
- Por su parre un referéndum de similares ."irct"rírricas en str
planteamiento tiene también fijada una fecha para su cclcbraciirn
I90
¿Está España en peligro (puede dejar clc exisrir )1
(2014), y sin que ningún alto ribunal se haya aú, ¡rr:rrrirr.,,r.rrr¡, rl
respecto, siendo esta yez promovido desde deterr.rirrr.l,r,; rrr.r...r,.
precisamente, sino que forman parte del gobierno ,,.,,,,,'l ,1,. 1,,
comunidad aurónoma de Cataluña (por supuesro par:r t.l I,L{,
PSOE, que gobierna en coalición con estas fiierzas, Él ar-,r,r, i,, ,r,,1
planteamiento de este referéndum no ha representado .i,rr1rrr,,,
dificultad ni obstáculo para seguir marrterrie-rrdo la coalicitirr tl..
gobierno).
definitiva, la unidad española esrá cobrando una idcnticl,rtl
b alcánica, in-solidaria, disolvente.
99. El peligro de la islamización
Así como el secesionismo representa una amenaza inminente,
no creemos, sin embargo, que la amenaza islamista represente (por
lo menos a.corro y medio plazo) un peligro pa.a Éspaña como
sociedad política.
España, desde un punro de vista socio-cultural, está completa_
mente penetrada de instituciones de influencia cristiana (que liegan
incluso a influir en la propia organización del Estado)'hasta tal
punto que resulta realmente p_oco verosímil transfo rmar a España
en una sociedad islámica (implantación de la sbaria, etc.).
De hecho, los grupos y organizaciones islámicm pás"r,res en
_
España (asociaciones, federaciones, etc., no todos ellos islamistas,
insistimos) ni.siquiera rienen potencia como para formar partidos
políticos. que. les permitan un acceso a los órgano. d" ,"p'r"senta-
ción nacional (como, sin embargo, sí ocurre cá, el secesiánismo).
offa cosa distinta es que 7a amenaza islamista sí represente,
luego, un peligro peisonal para los españores, visros'desde er
fgsde
islamismo como
..goblación infiel" (sea cual sea su confesión),
cabiendo la posibilidad de que los españoles sean objeto de arenta-
dos terroristas islamistas diiigidos pá, prrt" d" ertoí grupos.
Atentados rerrorisras que, si bien es dudoso q;, ; corro y
mcclio ¡rlazo clccirnos, puedan rcprcscntar un canrbio crr lr srciccl,rtl
p.lític:r t's¡r,riirlrr r¡rrc Ia concluzi,r a .su islarriz.ci<ir, si, crrrh:r,Hrl,
I
,) I
r r
En defensa de España
sí pueden influir políticamenre, por ejemplo , influyendo en la
orientación del voto en parte del cuerpo electoral.
De hecho, como es sabido, así ha ocurrido ya el 11 de Marzo del
2004 en el atentado más desrucdvo, por el número de víctimas
mortales, producido en Europa en los últimos años y del que se
han responsabilizado varios de estos grupos islamistas (en esre sen-
tido, no importa ranto el que la auroría real procediera o no de
estos grupos, cuanto que se responsabilicen de ella, pues responsa-
bilizarse de ello implica 7a amenaza de poder hacerlo seguir
haciéndolo-). U" áte.rrado que, en ef".L, y así lo han -omanife"sta-
do muchos (no estamos especulando), ha variado el sentido del
voto de algunos españoles, tres días después del atentado, en favor
de fuerzas políticas que, de no producirse el atenrado, no recibi-
rían su apoyo. En efecto muchos castigaron al gobierno de Aznar
ese día, '1,4 de marzo de 2004, al responsabilizarlo de agredir gra-
tuitamente al islam (con el apoyo diplomático a la intervención
armada en Irak), entendiendo el atentado terrorisra del ttM como
un castigo, quizás excesivo pero merecido, con el que el islam
devolvía el golpe en compensación ante la agresión previa (son
obviadas en esta deducción que, insistimos, muchos voiantes reali-
zaron,,primero las amenazas previas explícitas contra España, y
segundo, las disposiciones de la ONU en favor de la intervención
armada t441-).
-la
Sea como fuera, el resultado fue que, como consecuencia del
atentado terrorista se produce este cambio en el sentido del voto
(confesado por muchos, insisrimos), accediendo al gobierno de
España un partido cuya política de oposición se basaba, práctica-
mente, en rebajar, menospreciar, minusvalorar la amenaza (tanto
secesionista, como islamista), para así, con su panfilismo, hacer
aparecer al gobierno de Aznar como un gobierno agresivo, violen-
to, belicista ("insensible a las diferencias").
En esta tesitura, si bien, insistimos, la amenaza islamisra es difí-
cil (imposible a corto y medio plazo) que conlleve a España a su
islamización, sí puede, como vemos, influir políticamenté, hasta el
punto de provocar que el panfilismo se instale en un gobierno.
Con todo, siendo inverosímil, insistimos, el que España se isla-
mice, no Io es tanto que determinadas partes suyas entrell cr1 una
192
¿Está España en peligro (puedc dejar de existir)?
dinámica más acelerada en ese sentido: así, Ceuta y Melilla, en
cuanto que están amenazadas con su invasión por parte de
Marruecos; pero también la propia Andalucía, para muchos depo-
sitaria privilegiada del "legado de Al-Andalu5" (como si Andalucía
tuviese algo que ver en su consdrución con Al-Andalus), puede
entrar en esa dinámica acelerada de islamización (favorecida ade-
más por muchas instituciones españolas que la promueven » para,
errrpezar la propia Junta de Andalucía).
Desde esta perspectiva es necesario un reanálisis crítico a fondo
del Estatuto Autonómico de Andalucía, recienremente aprobado
en las Cortes, que nombra a Blas Infante como
"Padre de la Patria
Andaluza" (teniendo en cuenta la conversión pública, y no priva-
da, de Blas Infante al Islam, vinculada a su propio proyecto políti-
co de España como un Al-Andalus que relanzara el proyecto del
Califato de Córdoba: / Que incluía, además, la islamización de toda
la Penínsulay de Europa).
Entrevista de Francisco Lucientes a Blas Infante, publi-
cada en El Sol,11 de junio de 1.9312
grupo liberalista está, desde luego, próxirno a la
"-¿El
CNT?
y no. Nos une al sindicalismo la simpatía con que
-Sí sus actuaciones para devolver a los labriegos de
vemos
Andalucía lo que es suyo. Los liberalistas, suprimido ese
valladar de esclavitud, vamos aún más lejos: a unir en un lati-
do común por Andalucía a 300 millones de seres a quienes
destruyó la cultura, la tiranía eclesiástica.
ese instante inmediato?
-¿Ve 'crack' de Europa, por ejemplo una nueva guerra,
-Un
lo produciría automáticamenre. Entonces 1.200.000 andalu-
ces que viven sus nostalgias de Tánger a Damasco, y los 300
millones de hombres de Afro-Asia, que sueñan por nuestra
cultura, intervendrían para destruir de una vezla influencia
del Norte.
¿existen organizacioncs prácticas con ese fin?
-Realmente,
hay nada. Sólo una palabra que abre todas la.s plrer-
-No Andalus. Con ella pucdc rccorrcr scguro tod«r
t;rs::rl
l()l
 ,lÍ
/
En defensa de España
Marruecos hasta el Asia. En Buenos Aires y en La Habana
hay filiales liberalistas, que acaran la Constitución del Estado
Andaluz que proclamamos.en Ronda en 1918. Pero aun sin
organrzaciones, el día señalado, todo el mundo obedecerá.
La Dictadura, pese al sigiloso proceder que observábamos,
proceder que sólo descifró en España el señor Cambó al
decirme en una charla de tren que 'liberalista' quería decir
'separatista' nos destrozó nuestras Sociedades, deportó a los
adheridos de Córdoba y clausuró las escuelas. Enronces
inventamos una pedagogía andalucista: 'El alma de la escue-
la se forja con el anhelo del discípulo que quiera aprender y
por el maestro que quiera enseñar' [...]rr.
Siendo ésta la situación, tras el análisis de las amenazas y peli-
gros para España, qué puede querer decir la ..defensa de la nación
española" tal como la enrendemos desde la DENAES, esto nos
conduce directamente ala cuesrión del patriotismo.
t94
¿QUÉ ES LA PATRIA?,
¿QUE.ES EL PATRIOTISMO?
Y ¿QUE E,S EL "PATRIOTISMO
CONSTITUCIONAL"?
100. El contenido positivo de la opatria,: la otierra de los padres"
como oherencia de los hijos"
La ..patriarr, como <.tierra de los padresrr, originariamente tiene
que ver con la apropiación duradera (de varias generaciones) de un
territorio y su redistribución, a título de propiedad (patrimonio),
entre algunos de sus miembros o entre todos. La patria es, en prin-
cipio, la tierra de la que se apropiaron nuestros ancestros (bajo
alguna forma de sociedad política) parala explotación de sus recur-
sos y el sostenimiento de su forma de vida (ya fuera ésta agrícola,
ganadera, minera, etc.). La apropiación sería imposible si la socie-
dad que la realiza no estuviera también dispuesta a defender "su
territoriorr, violentamente si fuera necesario, frente a otros preten-
dientes internos o externos. Sólo asípodría gar^ntizar los derechos
de herencia de sus hijos. Esto es, sólo así podría dicha sociedad
mantener st eutaxia (del gr. buen orden) y garantizar, de paso, su
recurrencia en las siguientes generaciones.
101. El contenido ideológico de «patria»
A medida que evolucionan las instituciones y las formas socia-
les de los que viven sobre ese territorio del que dependen, y el que
acaso se vean Íorzados a expandir mediante la apropiación de terri-
torios ccrcxnos por motivo dela ewtaxia de su sociedad política, es
dccir, r rrrcrlirle quc cl propio paisaje gco-político camL-¡ic co¡r1o
195
I
En defensa de España
resultado de las transformaciones que las generaciones de hombres
que vivan sobre ese territorio operen sobre é1, se facilitará Ia repre-
sentación ds-l¿ «patria, a través del territorio, de la silueta que
dibujan sus fronreras y el conrenido de sus paisajes, ,ea, de l,
urbe, sean del campo, sean selváricos: o, lo que ei lo mismo, el
territorio y sus paisajes se convertirán en la meronirnia de una
sociedad política cuyas generaciones heredan ya no sólo la tierra
que han transformado en su
"hábitatrr, sino también otras cosas
tan esenciales incluso puede que más que la propia «tis¡¡¿;¡-
como son las -e leyes, la lengua, los oficios, lar ait"r, la estructura
social y política, la religión, la arquitectura, las formas de explota-
ción de recursos, etc. se formarán,pues, representaciones ;deálogi-
cas de la patria frente a orras sociedades &terrras o frente a orros
grupos internos.
Así, los ciudadanos atenienses, por ejemplo, tenían como divisa
que
"El oráculo más cierto es el que ordeni defender a la patria,, y
Platón llegó a afirmar que ..si la rebeldía es sacrílega .órrtr, ,r,
padre o una madre, lo es aún más contra la patriar.
..Con la Patria se está con razón y sin razón, como se está
con el padre y con la madre, (Canovas del Casdllo).
102. oPatria», «nl.aior patria, y peqweña patria
En Ro.ma, lejos del conrexro político de las polis griegas o de los
.
reinos helenísticos, el término romano (del gr. del que p.o-
"orptó)
cede el término español ..patriarr, adquiere nuevas .orlrrotriior,", *
medida que ésta se agranda y se incorporan en ella las novedades
que trae consigo dicho crecimiento (nuevos territorios, nuevas
gentes, división terrirorial, una lengua común, leyes, instituciones,
mores, arte, arquitectura, historia, etc.). Una Roma dividida terri-
torialmente y administrarivamente en sus diócesis (como Hispania)
y provincias permitirá distinguir desde esta plataforma entre la
..maior patriar, (para referirse a la península Itálica de origen, a la
metrópoli) y 1as pequeñas patrias que señalan el origen de los
diversos pueblos que la inregran, las ..tierras de los padies, clryos
196
Y
¿Qués es la patria?, ¿qué es el patriotismo? ¿qué es el patriotismo constitucional?
contornos tal yez se vean por prirnera vez desde la plataforma del
Imperio en la que se integran (acaso porque sea el propio Imperio
quien los haya definido). En este sentido la Gran Patria o la Patria,
por antonomasia, es Roma. Ésa es de la que habla Cicerón cuando
dice que ..cuando ocurre salvar la libertad de la patria, todo ciuda-
dano es hombre político", o que "la patria tiene derecho a que
nuestra alma, nuestro talento y nuestra razón le consagre sus mejo-
res y más nobles facultades" (sin perjuicio de que él también usase
el término en otras ocasiones a la manera literaria en la que tantos
la evocan: <Patria est, ubicwmque est bene,, quiera que
-"Donde
se esté bien, allí está la patria"-). Ahora bien, ¿dónde ..está bien,,
un romano si no es en Roma, en el Imperio? As¡ la recóndita o
próxima ciudad o provincia de origen, la ,,patria chicarr, no será
más que la pequeña paÍ.ria,..la tierra de mis padresr, esto es, la tie-
rra de mi infancia y juventud, una <<patria" más bien temporal o
étnica que ya no será la patria por antonomasia que no es, para un
romano, sino Roma.
103. España, patria común de los españoles
La percepción de España como patria común de los españoles
(en el sentido romano ds "patria maior, del que acabamos de
hablar) es tradicional, y se remonta a épocas anteriores a la
Constitución de 1812, es decir, a los momentos en los que ya está
constituida la Nación histórica española. La distinción entre
,rPatria grande" y .,patria chica" es la mejor prueba de ello (la
..Madre Patria», por referencia a España, invocada por las
Naciones políticas hispanas, es también una prueba objetiva indu-
dable).
Por eso es absurdo pretender sustituir la idea de Patria, como
idea independiente de Ia Constitución (aunque no incompatible
con ella) con la idea del ..patriotismo constitucionalr, que preten-
de reducir la idea de España a la condición de un resultado de una
constitución jurídica, en lugar de tomarla corno fundamento de esa
rnisma constitución (equivaldría, para seguir el símil anteriormen-
tc utiliz.aclo, a pretender reducir una lcngua a la Gramática dc csa
l1)7
 En defensa de España
lengua, aunque esa gramática esré redauadapor una Academia
de
la lengua).
Soneto de Quevedo, en referencia al derribo de las
murallas de Madrid (patria chica):
Miré los muros de la patria mía,
si un tiempo fuerres ya desmoronados
de la carrera de la edad cansados
por quien caduca ya su valentía [...].
Fragmentos de las Canciones dedicadas por Cervantes
a Ia expedición de Ia Armada InvenciÉre (ra Madre
España):
<<Estos ansí informados,
entra en el esquadrón de nuestra gente
y allá verás, mirando a todas parres,
mill Cides, mill Roldanes y mill Marres,
valiente aquéI, aquéste mái valiente;
a esros solos les áirá, qr. miren
para que luego aspiren
a concluir la más dudosa hazaña:
'¡Hijos, mirad que es vuesrra madre España!,
[...]r.
..No te paregca acaso desventura,
¡O España, madre nuestra!,
ver que tus hijos vuelven a tu seno
dejando el mar de sus desgraEias lleno,
pues no los vuelve la contraria diestra:
vuélvelos la borrasca y[n]conrrastable
del viento, mar, y el gielo que consiente
que se alge un poco la enemiga frente,
odiosa al gielo, al suelo detesiable,
porque enronses es Eierra la caída
quando es soberbia y vanala subida,.
embargo, puede decirse que las connotaciones culrurales,
,Sin
políticas e ideológicas que el téimino tiene hoy se deben sobre
198
¿Quéseslapatria?,¿quécselpatriotismo?Y¿qui.r.sr,l ¡,.¡r¡¡,,11,,,, ..,..,, ., r
todo a su casi total identificación con cl c()n((.1,r,r,1, I Jr, r,,,, ¡,, ir
tica que dio a luz la Revolución franccs:r, l.rutlrt,rrrl,,r, ,1, , ,1 ¡1,r, , ,,
este sentido, hay casi tantas patrias cor)l() 1,.:;r.rrlr,,, I 1,,,,,,, L, l,
misma Constitución española vigentc, Ar.r. .1, 1,,,,1, 1,,,. 1,, r I ,
Constitución se fundamenta en la indisolrrl,l.. r¡r,l,r,l ,1, lr I I ,, r,,rr
española, patria común e indivisible clc rr»rlos 1,,,, ,.,¡,,¡,,,1, I r
Nación, pues, es la Patria.
..-r{rrirno, hijas mías. No llorói.s. l,lrr r.,,r,. ,1r, , l ll,,rr,, ,
indigno aún en las mujeres. ¡Viva I-s¡rrrrr,r! ,r Vr r.,r,¡r , . . ,1,, , l,
que es España? Pues es nuestra ticn.;r, nur..,rr,,., lrrl,, . 1,,.
sepulcros de nuestros padres, nucstl...rs (.,r\,1,,, rr,.,n,,,, r¡ \, ..
nuestros ejércitos, nuestra riqueza, nlr(.str,r lrr.,r,,rrr. ,r, rr r
grandeza, nuestro nombre, nuestrl rclilii,,rr l,rr, ., r,,, 1,, , .r,,
nos quieren quitar. ¡Muera Napolctirr!,, (( i,rl, 1,,.,. I ¡,t ,,,1¡,,,
Nacionales).
104. Patriotismo en sentidr¡ poltti(t,
De hecho, ya apartir delosphilosophes (ilusrr.,r,l,r.,) r,l ...r¡rr,r .r Lr
patriarr, será considerado como la virtud polític;r (t.rr , , ,,rr r ,r,, r(. , , ,,, r.l
honor monárquico) por la que se tr^t^i dc rli.s.lvt.r 1,r,, ¡,¡¡1,¡11.1, j1¡.-
estamentales (ligados al Antiguo Régimen) cn [r.rvor-t1,. l.r rru.,l,l.r,l ,lr.
las partes en su participación soberana. Así clicc, Morrrr.,,r¡rrit.u.
"Lo que llamo virtud en la república cs cl iur( )r' :r l,r ¡r,rtr-i,r,
es decir, el amor a la igualdad [fre,tc al Privilcr.ir,....srrrr.c,
tal]. No se trata deunavirtud moral ni t:rrrr¡roco tlc unrr vir-
tud cristiana, sino de la virtud política. L,l¡r csrc scnrido se
define como el resorte que pone en moviruicnro ¿rl Gobierno
republicano, del mismo modo que el honor cs cl resorre que
mueye a la monarquía" (Montesquieu, Del Espíritw de-las
Leyes, Editorial Tecnos, p. 5).
más,,los ..parriorasr, (alineados en general con la izquiercla
!s
jacolri,r) durante la Rcvolución francesa eran, precisu-"ntc, I,r.,
l9()
r
En defensa de E,spaña
partidarios de la república, frente al régimen monárquico consriru-
cional de la Constitución francesa de 1791("Para que la parria viva,
debe morir Luis XVI", que dijo Robespierre).
En España la vinculación enrre Patria y Nación política queda
claramente expresada en la siguienre carra de Jovellanos dirigida al
general francés que dirigía el asedio de Cádiz:
"Señor General: yo no sigo un partido, sigo la santa y
iusta causa que sigue mi patria, que unánimemenre adopta-
mos los que recibimos de su mano el augusto encargo de
defenderla y regirla, y que todos habemos jurado seguir y
sostener a costa de nuestras vidas. No lidiamos como pre-
tendéis, por la inquisición ni por soñadas preocupaciones, ni
por el interés de los grandes de España; lidiamos por los pre-
ciosos derechos de nuestro rey, nuestra religión, nuestra
constitución y nuesrra independencia [...]. Porque, señor
general, no os dejéis alucirrariestos sentimienro, qr. tengo el
honor de expresaros son los de la nación entera sin que haya
en ella un solo hombre bueno aún entre los que vuestras
armas oprimen, que no sienta en su pecho la noble llama que
arde en el de sus defensores, (|ovellanos, Correspondencia
con el general Sebastiani, L2 de mayo de 1BO9).
105. Elpatriotismo ns s5 «patrioterismo,
Es célebre, por otra parte, la calificación del patriotismo, por el doctor
norteamericano Samuel Jonson, como ..el último refugio de los cobar-
des,,, confundiéndolo quizás con su homólogo despectivo patrioterismo.
El patrioterismo es un exagerado entusiasmo a favor de la Patria
que lleva a su exalmción gratuita.
En España el patrioterismo, ahora prácticamenre inexisrenre
instalado en ciertos sectores escasamente beligerantes, ha cuajado
en la llamada
"leyenda rosá»r que interpreta la Historia de España
de un modo exageradamente favorable a las empresas españolas, en
detrimento de las empresas asociadas a orras sociedades políticas
(es la versión inversa a la
"leyenda ncgra anticspañola», rcnicnd()
200
Y ¿qué patriotismo constitucional?
¿Qués es la patria?, ¿qué es el patriotismo? es el
ésta en todo caso mucha más presencia, es casi omnipresente, como
corriente ideológica en la sociedad española actual).
106. ¿Qué es la traición, y traición a la Patria?
Traición, en general, es actuar deliberadamente en contra de los
intereses que se prometen defender. Así, hay muchos modos de
traición, entre otros ,la traición a la Patria decimos,
-identificada,
con la Nación- actuando deliberadamente en contra de su mante-
nimiento o favoreciendo aquello que la perjudica, bien en complici-
dad con potencias extranjeras (o agrupaciones parapolíticas) con las
que la Nación entra en conflicto, bien en favor de naciones fraccio-
narias formadas en su seno (a esta traición se le llama "sedición").
Así, en determinados momentos, algunos se sienten legitima-
dos, por desafección y en virtud de su misma ideología, para negar
o minusvalorar, desvinculándose de ellos, los contenidos positivos
de una ..patria, (o, en el límite, de todas las "patrias").
Muchas veces esa desafección puede estar suscitada por otros
motivos: religiosos (la "sociedad civil" de san Agustín), puramen-
te ideológicos ("Mi patria es el munds,r, ..Qs¡¡6 mujer no tengo
patria,,, "Mi única patria es la libertad") o poético-sentimentales
(«Mi patria es mi infancia").
La desafección secesionista, sin embargo, en virtud de la misrna
ideología por la que reduce la patria española a <<un mito o una
entelequiar, reclamará la territorialidad de lo que se considera
como ..patria, verdadera l¿ v¿5g¿,, la
-l¿ "patria catalanarrr "patria
«patria andaluzarr-, haciendo un uso, o más bien abuso, interesa-
do de estas expresiones en un sentido étnico.
Pues bien, con la defensa de España se han comPrometido, bien
a través de un juramento, bien de una Promesa, todos los diputa-
dos que tienen asiento en las Cortes, incluyendo a los que en su día
ocuparon dicho asiento, así como aquellos otros que se sentaron o
se sientan en los parlamentos autonómicos y en las corporaciones
municipales. Así, Pérez Carod, Anasagasti, Olavarría, Pujol,
Puigceicós, Ibarreche, Arzallus, y tantos otros, están, dclibcraclr-
rncntc, faltando cotidianamente a csc compromiso. Ijstírt l)tlcs
cj crc i cntlo, «lclillcradarrclttc, una xlltóntica t rticitirl.
201

¿ euÉ q,uout3il?*tsTPñ"ER ESpAña
"4rt.30. 1. Los españoles rienen el derecho y el deber de
defender a Españar,.
107. Patriotismo racional y patriotismo sentimental
El Art. 30 habla en efecro del derecho y el deber que tienen
t9{os los españoles de defender a España,\a patria.o-ú,.. Ur,
defensa, que no hay por qué sobreenterder .oÁo una defensa con
Ias arrnas (o sólo con ellas, como se sobreentendió por parte de los
responsables del Ministerio de Defensa cuando ,"^p.rri".o., pegas
al nombre de nuestra fundación mala fe, po, li"rto-- ,rrt" l,
-con por rrr"rtm parte).
posible interferencia de sus comperencias
. H^y muchos modos de defender Esparla, rantos .ó-o modos
hay de atacarlapor parre de los grupos qu. l, amenazafl)siendo así
que éstos no se agotan en los grupos armados. Es más, creemos que
la verdadera amenaza para España, aquella que le conduce ,t páti-
gro de su disolución, no procede de lás grrpo, armados (al menos
éstos son perseguidos penalmenre, y sus delitos castigados), sino de
grupos que, sin delinquir, se van infiltrando en las instituciones
con intención manifiestamente secesionista, promueven actividá-
¡ Nosotros hemos tratado de articular una defensa razonada de la
des que conducen a tal fin.
Es Ia Idea de la disolución de España, arravesando todos ros
ámbitos del cuerpo político español (políticos, socialcs, econórni-
cos...), con sus cultivadores y responsables, 1o que conduce a nucs-
tra Patria al peligro de su fragmcntación.
202
Conclusión: ¿Qué quiere decir defender España?
Es ahí, al ámbito de las Ideas, propio de la filosoÍía, al que ha
¡ querido y quiere dirigirse DENAES con estas Razones.
Y es que si con Ideas inadecuadas se amenaza y ataca España,
con Ideai adecuadas habrá que defenderla. En este sentido iamás
conviene olviclar el famoso adagio del filósofo, español de origen,
Espinosa: ..Las ideas inadecuadas se siguen con la misma necesidad
qrr. lr. adecuadasrr. Hasta con los delirios de Arana, Prat de la Riba
o Blas Infante se cumple esta regla lógica (gnoseológica)'
Y es precisamente eso, la inadecuación de sus Ideas y la adecua-
ción de [r, ,r,r.tt.rt, lo que nos distingue de nuestros oponentes, de
lo que quiere ser prueba de ello, evitando así la presunción, preci-
samente estas Razones.
Hemos situado las trampas, las falacias (peticiones de principio,
entimemas, argumentos ad popwlwm, ad bacwlwm...), las medias
verdades históricas (anacronismos'.') con las que se mueven aque-
llos que buscan la disolución de España. Hemos mosúado, pues, la
debifidad de las razones que se movilizan contra España, en el
único terreno en el que esto puede tener lugar, el terreno común de
las Ideas. IJn terreno cuyo modo racional de penetración en él es
también común y al alcance de cualquiera (aquí no hay privilegios,
..no hay caminos reales para la filosofía"), siendo así que es la
racionalidad lo que nos conduce a nuestro amor por España, y no
al revés: un amor a la patria sin justificar racionalmente es ciego
(.el que adora a Dios sin saber definirlo, adorauna piedra"), y .ot -
duce al fundamentalismo ("todo por la patria").
Nuestra patria, la común a todos los españoles, se merece una
buena defensa, y no hay nada peor para el reo que un mal aboga-
do. No hay peor filosofía que la fe de carbonero. Procurar una
defensa pri^Á"t t" sentimental de España, si es que esto es posible,
solo corrllerra al enfrentamiento sentimental (y qu" sólo se resuelve
con la fuerza de los sentimientos opuestos).
Nación española, apelando alaracionalidad común, y no a la idio-
sincrasia sentimental, porque, insistirnos, no se trata, con el ejerci-
cio de patriotismo que reclarnamos desde DENAES, de defendcr
ir.,tcrcrcs propios, rnás que aqucllos que son comuncs. No cs la
bucn,r u.,lir,.rti,l lo quc llos lnllcvc, ésta le prc.sltpoltcltt()s cll lodtl cl
201
 I
I
En defensa de España

mundo, sino la razón.-Y es que, recordando unas palabras del qle LA FUNDACIÓN DENAES
quizás sea el reo más famoso de la historia de la Filosofía:

"Querido Critón, tu buena voluntad sería muy de esti_

mar, si le acompañara algo de rectitud; si no, cuarto
intensa, tanto más penosa.>> (Sócrates).
-ás

IJn reo, en efecto, qu-e prefirió morir injustamenre, desaprove_

chando la oportunidad de huida que le brindaba su amigo óritón,
antes de, con su huida, cometer éf injusticia conrra su pa"tria.
La Fundación DENAES para la defensa de la Nación
Española, tiene desde su nacimiento el objetioo de recwperar e
impwlsar desde la sociedad, cioil el conocimiento y la reiaindi-
cación de la Nación Española así conto sw realidad histórica,
social, cwbural y política.

La Fundación DENAES se constitwye corno pwnto de

encuentro de cwantos ciwdadanos -sin perjwicio de sw origen,
sws diferentes planteamientos ideológicos o sus diversas y
pecwliares identidades regionales- qwieran reiaindicar su con-
dición de españoles y su identificación con ese noble proyecto
nacional, histórico, político y cwltwral de primer orden que se
llatn-a España. Igwalmente lleaa en su seno el ánimo de aunar
volwntades, liderar la sociedad cfuil en defensa de la Nación
Española y fortalecer nuestrds instituciones políticas y jurídi-
cd.s comunes, así como reiz,indicar nuestros símbolos y lazos de
wnión. La intención de este proyecto nacional y cívico es recu-
perdr el proyecto nacional de España, reclamando su conue-
niencia bistórica, sw aocación de garantizar la libertad y la
igualdad de todos los españoles. Por tdnto, dsurne coffi-o obje-
tiao principal el articwlar una ofensiaa, en todos los frentes
legales, contrd. quienes han decidido socaaar los cirnientos de
España poniendo a prueba la leabad de todos los españole s, a
Lraaés clc las sigwientes actuaciones:

204
 1. El cwhiao del patriotismo, y la afirmación d,e España
co?rto Nación.
2. El fomento de la cobesión de la sociedad española, y de
un gran acwerdo de los grandes partidos españoles en torno rt
la unid,ad de España y a la fortaleza del Estado español.
3. La movilización social de los españoles en defensa de la
dignidad de la Nación española y de su inquebranrable wni-
dad territorial y social.
4. La aigilancia del cumplimiento de la legalidad en lo
relatioo a los símbolos nacionales, y el derecho de rcdos los
ciudad,anos españoles d no ser discriminados por razón de sw
lengwa en todo el territorio nacional. Fotocomposición
Encuentro-Madrid
5. La defensa del derecho de los españoles d. que se respeten Impresión y encuadernación
escrupulosdmente los principios constitwcionales, sin qwe los CLM-Madrid
residentes d,e ninguna comunidad. autónoma pwedan supld.n- ISBN: 97 8-84-7 490-943 -2
D epó sito Legal: M- 47 480 -2C
tar la soberanía nacional usurpando decisiones que sólo com-
Printed in Spain
Peten al conjwnto de los españoles.
6. La defensa y promoción del español, lengua común de
toda la Nación, corno elemento de cohesión social y garantíd
de igualdad entre todos los españoles en su trd.to con la
Administración.
7. La promoción y el desarrollo de estwdios e inaestigacio-
nes sobre la historia de España, la lengwa española y la reali-
dad de la Nación Española.

Si deseas ser un miembro activo en la defensa de la

Nación Española y compartir con otros compatriotas de
todas las regiones españolas este proyecto de unidad y liber-
tad, participa con nosotros. Hazte Amigo de la Nación.

www. nacionespanola. org