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La presencia de los Medios de Comunicación, Radio y Prensa, de la Colombia de 1984

enEl Crimen del Silgo, de Miguel Torres.

Los sucesos registrados en la historia de Colombia durante el año 1948 han permitido considerar
esta fecha comouno de los periodos más violentos del país;y esto,a raíz del crimen armado a
cargo de grupos militares y bandas criminales organizadas en pro de la defensa e imposición de
ideologías políticas, creadas, particularmente, desde el partido político liberal y el partido
político conservador. Así mismo,otro de los eventos que han llevado a considerar el periodo de
Mariano Ospina como uno de los periodos más violentos registrados en la historia nacional fue
precisamenteel asesinato del líder político Jorge Eliécer Gaitán, el acontecimiento violento más
trascendental en la historia de Colombia, según los historiadores, puesto que dicho suceso puso
al descubierto el tipo de civilización bárbara que configuraba a la Colombia de 1948.

Precisamente dicha realidad ha sido conservada y difundida a lo largo de los años a través
de fotografías, producciones dramatúrgicas y obras literarias. Frente a esto,Gonzalo Sánchez en
su texto Los días de la Revolución. Gaitanismo y 9 de abril en la provincia (1983), menciona
que el escritor Miguel Torres recreaen su novela El crimen del siglo, el cuadro social de los
barrios y las gentes de la Bogotá de 1948, entregando una ambientación de lo que se vivía y
cómo se vivía en ese entonces, a través de la configuración personajes como Juan Roa Sierra y
de escenarios populares de la Bogotá de la época como “los cafés del centro: El Gato Negro,
Trianón, Colombia, Asturias, París, Alférez, ABC, Imperial, Europa, El Molino, donde se
comentaban los periódicos y las noticias”; Lugares, personajes y acciones que Miguel Torres
describe con gran verosimilitud en los capítulos de su Novela.(Sánchez, 2008, p, 22)

(…)se levantan docenas de quioscos y tenderetes donde se despliega una frenética actividad de
mercado persa a precios irrisorios de baratillo, y allí llega el pueblo bogotano a surtirse de ropa,
calzado, cobijas, juguetes, vajillas y toda suerte de utensilios y cachivaches que las maromas de
la pobreza vuelven útiles en sus hogares. […] La plaza es el corazón del populoso sector, y a lo
largo de sus laberínticas arterias los vendedores ambulantes anuncian a gritos sus baratijas en
abierta competencia con tahúres de mesa, trapaceros, calanchines y culebreros, mientras
prostitutas, malandrines, carteristas y raponeros hacen lo suyo recorriendo las aceras, y turcos,
libaneses y polacos despachan en sus almacenes desde alpargatas, amansalocos y calzoncillos de
amarrar al dedo gordo hasta vajillas de porcelana, sobrecamas de seda, ropa interior bordada
de encajes y otras refinadas mercaderías al alcance de su clientela más selecta (Torres, 2013, p,
233-234)
Esa configuración del escenario que realiza Miguel Torres en su novela es lo que se vivió
y se vive en las plazas públicas de Colombia, particularmente en Bogotá; así mismo, la
presencia de la prostituta, del lardón, del vendedor, del extranjero y de otros personajes en el
Crimen del Siglo, no son otra cosa más que elementos de los que se sirve dicho escritor
colombiano para ubicarnos el contexto social al que perteneció Juan Roa.

Sin embargo, cabe resaltar que el tipo de vida de la gente que conforman la sociedad
popular del Crimen del siglo, es la muestra fehaciente de que los bogotanos del común ubicados
en el año 1948 no tenían una clara idea de la realidad violenta que caracterizaba al país. Pues
lamentablemente Colombia desde antes de la muerte del caudillo Jorge Eliécer Gaitánya se
encontraba inmerso en una profunda violencia, escondida por el Gobierno de turno,a través de
cortinas de humo empleadas mediante los medios de comunicación de la época: la Radio y la
Prensa.

A mediodía, cuando Juan llegó a almorzar, María lo recibió con un comentario que lo dejó en las
nubes. Ala, algo raro está pasando. Con razón que en Bogotá casi no se sabe nada de lo que
sucede en el resto del país. Por qué lo dice, preguntó Juan. María le contó el reciente episodio de
las noticias. Esas son cosas que hace el gobierno para no sembrar el pánico, dijo Juan
restándole importancia al asunto. (Torres, 2013, p, 34)

De acuerdo con lo anterior, durante los años 30, cuando los liberales retomaron el poder
después de una abstinencia de cincuenta años, Colombia fue víctimade unanumerosa serie de
enfrentamientos bipartidistas. A sí mismo, la historia registra que durante la década anterior
Colombia también había sido caracterizada por la violencia entre campesinos y terratenientes;
Sin embargo, a pesar de estoPaul Oquist, en su documento Violencia, política y conflicto en
Colombia (1978), menciona que “la violencia en Colombia comenzó realmente el 9 de abril de
1948 con el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán”, y sobre todo con los desórdenes organizados
por el“populacho” (Oquist, 1978, p, 59).

La noche del jueves 8 de abril de 1948 envuelve en sus sombras a un país convulsionado por la
violencia, devastado por las furias de la intolerancia irracional y sembrado en el caos
propiciado por la política oficial y oscuras y tenebrosas fuerzas guiadas por odios
irreconciliables. Por estos días el costo de la vida para la gran mayoría de los colombianos
alcanza niveles nunca antes registrados. En el marco de la IX Conferencia la delegación liberal
se ampara en la Constitución para rechazar la discriminación política que ha venido
promoviendo Estado Unidos con el beneplácito de algunos países del continente y el decisivo
respaldo de la delegación conservadora, liderada por El Siglo, en el sentido de señalar y
perseguir al comunismo. Los liberales desaprueban cualquier declaración o acuerdo que atente
contra la libertad de credo, religión o ideología, en menoscabo de las garantías políticas del
individuo y de los partidos. Mientras tanto, en el ámbito nacional, el salvajimso y la barbarie no
se detienen. Policías, alcaldes y curas siguen sembrando terror, incendiando y dinamitando
pueblos y veredas, asesinando familias liberales a todo lo largo y ancho del país, desde la Costa
Atlántica hasta Nariño, pero concentrando su feroz encarnizamiento en los campos y ciudades de
Caldas, Tolima, Cundinamarca, Boyacá y Santander. Miles y miles de desplazados, de huérfanos,
de viudas, de padres y madres sin hogar y sin hijos vagan descalzos y hambrientos, sin rumbo y
sin esperanzas por los caminos de las regiones arrasadas en busca de un pedazo de pan, de una
muda de ropa, de un techo amigable donde pasar la noche. Esta insostenible situación ha
obligado a ocho de los nuevos gobernadores nombrados en la última semana a presentar
renuncia de sus cargos poniendo contra la pared al ministro de Gobierno, Eduardo Zuleta Ángel,
quien a punta de patadas de ahogado, intenta sacar a flote el naufragio del gobierno de Ospina
Pérez. (Torres, 2013, p, 365)

Como se observa en la anterior cita el crimen y la violencia en Colombia fueron


generadas por los Entes Gubernamentales bajo la dirección del Gobierno de turno,
quienessupuestamente debían velar por la seguridad y la paz de la nación; sin embargo, fueron
ellos quienes en pro de “Controlar” la propagación de una ideología política diferente a la
establecida por los dirigentes de la época, quienes empleando masacres y el desplazamiento
forzosos y todo tipo de acciones violentas se encargaron de sembrara terror en el pueblo con el
fin de reprimir la propagación de dicha ideología política.

Por otro lado, cabe señalar que la muerte del máximo líder del partido Liberal, más que
ser el hechotransgresor de la supuesta“orden y paz de Colombia”, representó el inicio de una
evidente y profunda decadencia social. De ahí que Cinco años después del asesinato del Caudillo
un editorial publicado en 1953 por el periódico El Siglo, titulado “El día de la abominación”,
afirmó que el 9 de abril no había concluido, y que dicha ola de bandolerismo que asoló, y ha
asolado a partir de ese momento al país, es fruto consecuencial de lo ocurrido el 9 de abril de
1948, que si bien es cierto no fue el primer acto trascendentalmente violento en la historia de
Colombia sí fue el acto que desmanteló la cadena de crímenes que habían sido encubiertos desde
varios siglos atrás.

El 9 de abril aún no ha concluido. Esta ola de bandolerismo que ha asolado el país en estos
cinco años es fruto consecuencial de esa fecha. Bajo esa negra noche, que el resplandor de las
llamas criminales hacía moralmente más oscura, quedó desecha toda la tradición de la
república, despedazada su alma, desfigurado su carácter. Apenas la mano providente de Dios,
pudo salvar a nuestros mandatarios, conservar a nuestro partido en el poder y dejarnos un resto
de patria para volverla a edificar de nuevo [...]. 9 de abril, día de abominación, ¡quién pudiera
arrancarte de la historia colombiana para no seguir avergonzándonos con tu recuerdo!(Arias,
1998, p, 34)

El asesinato de Jorge Eliécer Gaitán fue el hecho o “fuerza de transformación” que


desestabilizó y confrontó a Colombia con su violenta realidad. Tristemente fue a partir de dicho
efecto que los intereses de quienes manipulaban y difundían la información a nivel nacional se
fijaron en construir, a través de los diversos medios de comunicación de la época, la memoria
histórica e identidad nacional colombiana.

Los periódicos liberales del viernes 12 de marzo informan sobre la brutal embestida de la
violencia en Maripí, Ramiquirí, Chita, Saboyá, Moniquirá, y otras poblaciones de Boyacá, donde
Chulavitas y policías uniformados masacran familias enteras de liberales recurriendo a métodos
tan atroces como el degollamiento de sus víctimas, el cual según el corte de tajo con el cuchillo
mataganados, la navaja o la barbera en la raíz de cuello, de oreja a oreja, o de bajo de la
barbilla, es llamado corte de franela o de corbata. (Torres, 2013, p, 162)

Así mismo, debido a la importancia de la opinión publica frente a la difusión de la


realidad y a la construcción de la historia, se hace necesario mencionar que unas de las
herramientas preponderantes con las cuales se ha generado una conciencia crítica y una memoria
histórica en Colombia a lo largo de los años, han sido precisamente los medios de comunicación
(Radio y Prensa) y la literatura, como se muestra anteriormente, en donde observamos que a
través de periódicos como El Siglose rinde cuenta a la sociedad de los sucesos más
trascendentales. Así mismo, Miguel Torres en su Novela histórica El Crimen del Siglo,publicada
por primera vez en el año 2002, reflejalo importante que ha sido la Prensa y la Radio en
Colombiaal momento de configurar, mediante la difusión de la información, los acontecimientos
durante el periodo de presidencia de Mariano Ospina Pérez y de la participación política del
máximo líder del partido Liberal, Jorge Eliécer Gaitán.

En la ciudad nadie ignoraba que la fuerza pública debía permanecer acuartelada por orden
suya. Lo habían pregonado los periódicos y la radio. El orden público quedará mañana en
manos del doctor Gaitán, había declarado el día anterior en una entrevista publicada en El siglo,
diario que alertaba sobre la realización del desfile con los peores augurios. (Torres, 2013, p,
116)
Basado en lo anterior, es pertinente mencionar que en Colombia la radio empezó a
funcionar el 5 de septiembre de 1929 y al poco tiempo contaba con 6 emisoras radiales. A su
vez, debido a la gran influencia política y a la guerra entre partidos tradicionales en el país,
aparece la prensa como el medio más preciso para manifestar e informar sobre los
acontecimientos más importantes que sucedían en el momento.

Cuando regresó a la casa prendió el radiecito de la cocina para amenizar las tareas del
almuerzo, pero no estaban transmitiendo los boleros que le gustaban, sino un boletín de noticias,
y oyéndolo se enteró de algunas que le hicieron pensar que si en su hogar las cosas marchaban
mal, en el país andaban peor. La voz neutra y pausada del locutor decía que el triunfalismo de
los caciques conservadores en provincia continuaba desatando la violencia oficial contra los
liberales causando numerosas víctimas en Santander, Valle, Nariño y Boyacá, especialmente en
este último Departamento, donde los policías del resguardo habían disparado en la tarde del
viernes sobre un grupo de liberales que asistían a una concentración política en la población de
Suta, con un saldo de varios muertos y heridos, y en esas iba el informe cuando la voz del locutor
fue interrumpida en forma abrupta y remplazada, por la voz de Hugo Romani cantando Por fin la
vida me enseñó que todo es duda y falsedad, por eso no vale la pena sufrir por amor, uno de esos
boleros que le hacían achicar los ojos a María. (Torres, 2013, p, 33)

Cabe señalar que en un principio la prensa fue de carácter político, ya que los partidos
tradicionales buscaban por medio de ella no solamente adquirir más poder para sus grandes
enfrentamientos sino también la manipulación de la información. Pues como vemos en la
anterior cita justo en el momento en el que se lleva a cabo el desenlace de una importante noticia
sobre los crímenes violentos que se realizaban en diferentes municipios del país, la voz del
locutor fue drásticamente interrumpida dejando en evidencia ante el oyente la fuerza de coacción
que tenía el gobierno sobre los periodistas y sobre las masas.

Frente a esto es importante mencionar que durante el periodo de gobierno de Mariano


Ospina, así como lamentablemente durante el resto de gobiernos presidenciales a partir de ese
momento, quienes tienen el poder tienen el control sobre la información que se da a través de los
medios de comunicación. De ahí que aquellos que tuvieran, si quiera, la simple intención de
contextualizar a la sociedad sobre hechos que al Estado no les convenía difundir se exponían a
recibir una acción fuerte de represión que podía ir desde interrumpirle su trasmisión hasta
asesinarlo, como fue el caso del periodistaEudoro Galarza Ossa.

Se tocaron diversos temas. Uno de ellos se relacionó con el juicio contra el teniente Jesús María
Cortés, quien había dado muerte al periodista caldense Eudoro Galarza Ossa en hechos
ocurridos hacía varios años. (Torres, 2013, p, 236)

Como se observa en la anterior cita, el caso de Eudoro Galarza Ossa fue sin duda uno de
los casos de represión, control, manipulación y violencia que han ejercido las autoridades
gubernamentales sobre los medios de comunicación y sobre aquellos que se interesan en dar a
conocer la realidad de las cosas.Entendiendo la importancia de la presencia de este personaje en
la historia del periodismo Colombiano y que a su vez Miguel Torres no pasa por alto e incluye en
El Crimen del Siglo,a partir de conversaciones realizadas por personajes de la novela, es
necesario mencionar que Eudoro Galarza Ossa fue uno de los redactores del diario La Voz,
asesinado por el teniente Cortésdel Batallón Ayacucho, por denunciar el maltrato de esta
autoridad militar sobre uno de sus subalternos.

Retomando el tema de los orígenes de la prensa y la radio en Colombia es pertinente


mencionar que entre las primeras publicaciones que se llevaron a cabo en el país encontramos
periódicos comoGaceta de Santafé (1785),Papel periódico de la ciudad de Santafé
(1791),Semanario del Nuevo Reasino de Granada (1808), fundados por Manuel del Socorro
Rodríguez; Diario político de Santafé de Bogotá, fundado por Francisco José de Caldas; El Siglo
(1849), La Reforma (1851), La Opinión (1863), La Paz y El agricultor (1868-69) y La Unión
(1861), fundados por Salvador Camacho Roldán; La Democracia, de Cartagena, fundado por
Rafael Núñez, quien también escribió en periódicos como Neogranadino, El Tiempo y La
Opinión1.

En el marco de la IX Conferencia la delegación liberal se ampara en la Constitución para


rechazar la discriminación política que ha venido promoviendo Estados Unidos con el
beneplácito de algunos países del continente y el decisivo respaldo de la delegación
conservadora, liderada por El Siglo, en el sentido de señalar y perseguir al comunismo. (Torres,
2013, p, 365)

Como observamos, la prensa, en sus diferentes publicaciones, ha jugado sin duda un


papel fundamental en la actualización, difusión e investigación sobre acontecimientos sucedidos
no solamente dentro del territorio colombiano, sino a lo largo y ancho de la esfera terráquea.

Es por ello que resulta importante destacar lapresencia de los medios de comunicación en
El Crimen del Siglo, en donde Miguel Torres con gran maestría resalta la función informativa
delos mismos a través de la mención que hace en su novela de periódicosnacionales, influyentes
durante el año 1948,como El Tiempo, El Siglo, El Espectador, y Jornada; así como la mención

1
HISTORIA Y EVOLUCIÓN DE LA PRENSA ESCRITA EN COLOMBIA.
Tomado de: http://historiadelaprensaencolombiagrupo2.wikispaces.com/Historia+de+la+prensa+en+Colombia.
de la difusión de noticias o hechos trascendentales de la época a través de la Radio, medio de
comunicación presente en su novela.

La gente se estaba muriendo de hambre en el campo, y esa crisis se había desbordado a las
ciudades, comenzando por los barrios más pobres de Bogotá, que eran casi todos. Lo que pasa es
que lo periódicos no le dan mayor despliegue a esas noticias, terminó diciendo su hijo. Ella no
los compraba. Con qué plata, y para qué, con el trabajo que le costaba leer. A veces Juan se
aparecía con el Tiempo, uno que otro domingo. Sí, dijo, algo de eso sabía por las noticias que
oigo en el radio y por lo que uno ve y oye comentar a los vecinos, pero tener que hacer cola para
comprar la tragantina, y a esos precios, ni que estuviéramos en guerra. (Torres, 2013, p, 158)

Debido al alto índice de analfabetismo en Colombia durante el periodo de gobierno de


Mariano Ospina, la radio se convirtió, sin duda, en una herramienta importante para informar a la
sociedad de los acontecimientos ocurridos durante la época; sin embargo, volviendo a la historia
de la Radio en Colombia,Catalina Castrillón en su documento Los radioaficionados como
precursores de la audiencia racial colombiana, 1928-1940 (2011)menciona que desde el año
1920 hubo iniciativas radiofónicas en el país, impulsadas por aficionados, logrando en 1923 la
apertura de la estación de Morato. Ahora bien, fue hasta 1929que de manera oficial, se inauguró
la primera emisora del país: la HJN, emisora estatal, que en sus inicios, tenía un tiempo de
emisión de programas cortos y no contaba con una programación determinada(Castrillón, 2011,
p, 12).

A su vez, Hernando Téllez, en su texto Cincuenta años de radiodifusión en Colombia


(1974), expone quefue a partir de 1929 que comenzaron a aparecer más emisoras comerciales
como en “Barranquilla, de la mano de Elías Pellet, en Tunja con Pompilio Sánchez y en Bogotá
con Gustavo Uribe”, quienes fueron los primeros en recibir licencias para operar de manera
comercial en este medio de comunicación(Téllez, 1974, p, 34). Lo que dio lugara la expedición
de licencias privadas para transmitir de manera legal los contenidos que desearan casi sin
restricción,puesto que para el año 1930 la legislación colombiana en torno a la radio aún no
estaba establecida. Sin embargo, las normas aparecieron en los años siguientes cuando las
dinámicas del medio comenzaron a presentar falencias y cuando se empezó a observar el impacto
que la radiodifusión ejercía sobre la población.

Frente a lo anterior, cabe señalar que la radio, durante sus primeros años, tenía poco
control y por ello la gente transmitía la información que quería de la manera que mejor le
pareciera, lo que trajo consigo un gran descontento por parte de la población letrada, quienes
calificaron a la Radio de ser vulgar, pues, como menciona Nelson Castellanos en su texto
¿Tabernas con micrófono o gargantas de la patria? La radio comercial en Colombia: 1930-
1954 (2003), los locutores de la cadenas radiales existentes para ese entonces difundían valores,
según ellos, equivocados e “iban en contravía de los proyectos estatales que pretendían educar a
la población “correctamente”(Castellanos, 2003, p, 14).

Sin embargo no podemos pasar por alto que la radio, en los años posteriores de su llegada
al país, se implementó como un instrumento institucional educativo que contribuyó en el proceso
de enseñanza y aprendizaje de buena parte de la población colombiana, siendo así, un medio que
masificó, de alguna manera, el “acceso a contenidos educativos, políticos, culturales e
informativos”a los radio oyentes(Chaves, 2014, p, 14). Por lo que debido a dichas iniciativas
educativas la radio difusión se usó, a su vez, como medio para intentar construir y reforzar la
imagen de nación y de identidad nacional.

Basado en lo anterior, encontramos en el análisis político de Renán Silva, denominado


Ondas nacionales. La política cultural de la República Liberal y la radiodifusora nacional de
Colombia(2000), cómo en un principio, y de la mano del Estado durante la República Liberal
(1930-1946), se divulgaron, a través de la radio, contenidos para reforzar las ideas en torno a la
identidad nacional. Es decir, dicho en palabras de Silva,“se buscaba crear un “Proyecto
Nacional”, que es definido por el autor como un esfuerzo material y cultural, adelantado como
política de Estado, para conectar los grupos y las regiones diversas de la sociedad,
proponiéndoles, entre otras cosas, “la ficción de una historia común, relatada como historia
nacional”(Silva, 2000, p, 22).

Así mismo, cabe mencionar que entre las emisoras más destacadas, por nombrar algunas,
estaban la Emisora Nueva Granada de Bogotá, La Voz de Bogotá,La Voz de Víctor también en
Bogotá y La Voz de Antioquia. Esta última fue una de las primeras emisoras creadas a partir de la
unión de empresas privadas (la Compañía Colombiana de Tabaco, Fabricato, Cervecería Unión,
Compañía Nacional de Chocolates, La Bastilla, y Laboratorios Uribe Ángel) y una de las
pioneras en programas de entretenimiento(Chaves, 2014, p, 15).
A su vez, María del Pilar Chaves en su documento Transformaciones de la Radio en
Colombia (2014), cita que otras emisoras famosas en Colombia fueron Claridad, Ecos de
Occidente, famosa por sus programas de imitación y humor; Ecos de la Montaña, que transmitía
música popular. Así como La Voz de Pereira, Emisora Atlántico, Emisoras Unidas, Emisoras
Fuentes, Radio Lequerica. Cabe mencionar que La Voz de Colombia fue la primera emisora
política manejada por un partido político (Partido político Conservador), y La Voz de Katia fue
una emisora estatal comercial en Medellín, así como Radio Cristal y La Emisora Suramericana
(Chaves, 2014, p, 17).

Sin embargo, como se ha mencionado anteriormente, Aunque en ese entonces no existía


una legislación que rigiera los medios de comunicación, ni manejo de información específica, ni
grandes formatos de entretenimiento para producción radial,como relatos deportivos en directo,
radio novelas, o programas de concurso, para 1936 la programación de las emisoras empezó a ser
un poco más variada; es decir, a partirde dicha fecha muchas emisoras transmitían y
experimentaban con boletines de noticias que leían de los diarios nacionales, música clásica,
música colombiana y avisos sociales. También existían las “notas parroquiales, la transmisión
de debates políticos desde el Congreso”, así como “conciertos en vivo, presentación de
orquestas, programas de cocina, imitaciones, teatro al aire”, entre otras iniciativas (Chaves,
2014, p, 17).

Pasadas las siete el locutor anunció que tras haber sido negada la exhumación del cadáver del
periodista Eudoro Galarza Ossa, se acababa de dar inicio a la tercera audiencia del teniente
Cortés en el Palacio de Justicia. Las audiencias del renombramiento caso gozaban de mayor
sintonía en todo el país que los noticieros y las radio novelas. Juan, en cambio, no quería oír a
Gaitán, pero cuando decidió apagar el radio ya tenía instalada en su mente la imagen altiva y
desafiante del caudillo. (Torres, 2013, p, 312)

Por otro lado, frentea la falta de una normatividad que rigiera sobre los medios de
comunicación, Hernando Téllez (1974) explica que en 1936 se había dado lugar a la creación de
una propuesta legislativa elaborada por el Ministerio de Correos y Telégrafos que fue presentada,
al cabo de poco tiempo, al Congreso para volver pública toda la radio. Esto, sin embargo, desató
diversas protestas que comenzaron en Medellín con la unión de las emisoras de Antioquia, las
cuales organizaron un evento popular donde participaron locutores, actores y cantantes para
llamar la atención frente al intento de crear un monopolio estatal de la radio.
A su vez, Hernando Téllez menciona que este evento fue una de las primeras
transmisiones en cadena, seguido de un espectáculo similar en Bogotá, logrando que la prensa se
uniera a la protesta dedicando editoriales y apoyando su causa. “El proyecto no llegó ni siquiera
a discutirse, pero estas manifestaciones mostraron la influencia que la radio había alcanzado en
la población”(Téllez, 1974, p, 38).

Ante este primer fracaso, el gobierno decidió dictar la primera ley que reglamentara la
radiodifusión comercial y pública, poniendo en marcha el 18 de diciembre, la ley 198 sobre
telecomunicaciones, la cual rigió desde 1940 hasta 1948 (Chaves, 2014, p, 20). Es preciso
mencionar que esta propuesta de emisora estatal, que reemplazó a la HJN, buscaba construir una
plataforma radial que fomentara la cultura desde sus micrófonos, poniendo en la mesa diferentes
debates respecto a la manera en que ésta se asumía.

Recordando la función educadora y sobre todo informativa de medios de comunicación


como la Radio, cabe mencionar que el 9 de abril del 1948,las emisoras conservadoras como La
Vozde Antioquia en Medellín, y Nuevo Mundo en Bogotá, que para entonces eran un símbolo del
gobierno de Ospina Pérez y eran vistas como enemigas del gaitanismo, fueron tomadas a la
fuerza por estudiantes para transmitir desde allí el dolor y el descontento por el asesinato de
Gaitán. (Chaves, 2014, p, 25)

Si bien era cierto que los gringos buscaban beneficios económicos en América Latina, saltaba a
la vista que la intención de los rojos era la de apoderarse del mundo por todos los medios a su
alcance para instaurar un imperio de terror tendiente a esclavizar a la humanidad con el
embeleco de la lucha de clases. Con ese propósito estaban alargando sus tentáculos por todas
partes. La prueba era que en Bogotá se había organizado un congreso de estudiantes
latinoamericanos paralelo a la IX Conferencia. Que le arrancaran la cabeza si esos estudiantes,
argentinos, bolivianos, mexicanos, cubanos, chilenos y del resto de los países de América Latina,
no eran gentes del comunismo internacional, porque se rumoraba que andaban metidos en las
universidades revolviendo el avispero. ¿O era que Roa no leía los periódicos? (Torres, 2013, p,
284)

Como observamos, Para el año 1948 se realizaba en Bogotá la IX Conferencia


Panamericana, tal vez el evento diplomático más importante de la época, reuniendo en la ciudad
a un gran número de personalidades extranjeras y nacionales. Ese mismo año, y por motivo de la
Conferencia, se habían adelantado muchos proyectos de mejoramiento en Bogotá;sin embargo, el
asesinato de Jorge Eliécer Gaitán desató una alarmante ola de violencia y desorden que devastó a
la ciudad y estremeció al país. Se presenciaron revueltas, saqueos y combates entre gentes del
común y militantes de los diferentes partidos, quienes se alzaron en armas con rifles, machetes y
cualquier objeto contundente, buscando llegar a la Casa de Nariño y a las tropas conservadoras
del ejército oficial del gobierno de Mariano Ospina Pérez.

Sin embargo, aunque el Bogotazo fue uno de los momentos más trascendentales de la
historia nacional, para el caso del desarrollo de la radio, este evento fue citado e influyente, pero
su estudio, durante la época, fue limitado y tratado de manera parcial,por lo que a partir de ello
los sucesos ocurridos el 9 de abril de 1948 fueron el impulso necesario para llevar a cabo una
serie de reformas que venían planeándose desde años antes y con las que el gobierno logró
quitarle poder de convocatoria a muchas emisoras privadas y al mismo tiempo beneficiar la
asignación de licencias radiales a grandes empresarios que eran, en su mayoría, miembros del
partido conservador (Chaves, 2014, p, 26).

A pesar de ello no se puede desconocer que desde 1937 empezaron a realizarse ensayos
para enlazar emisoras que pudieran trasmitir en vivo el mismo contenido a diferentes ciudades
del país, por lo que es preciso considerar que en Colombia las cadenas radiales surgieron, en un
primer momento, como cadenas de enlace y no como monopolios empresariales. En el modelo
inicial de enlace las emisoras se afiliaban para acceder o producir contenidos que fueron emitidos
simultáneamente por todas las emisoras enlazadas. Sin embargo, a partir de 1948 los grandes e
influyentes empresarios de la época compraron importantes emisoras y
periódicosconvirtiéndolos en las bases para afiliar a partir de estos medios de comunicación a la
mayoría de emisoras y periódicos del país.

Oiga lo que dice el ministro de Gobierno, se mofó del periódico dando por descontado que su
compañero de sala compartía su punto de vista. Levantó el dedo y engoló la voz parodiando un
tono discursero. El gobierno no tolerará el clima de violencia. Todo acto contra la Constitución y
las leyes será castigado. El hombre bajó el periódico y miró a Roa Sierra. (Torres, 2013, p, 336)

A su vez, como observamos en la anterior cita, las autoridades gubernamentalescomo el


Ministro de Gobierno, trataban de construir a partir de sus discursos difundidos por los medios
de comunicación una apariencia de piedad, de justicia, de rectitud con el fin de “meterse en los
bolsillos” a la sociedad de la época.
Así mismo, la mención de la carta mayor en la novela, da muestra de la gran necesidad
que había en el país de construir propuestas o proyectos de ley con los cuales se velara por el
orden y por el control en el país, por las medidas de justicia que se estaban empleando en esos
tiempos; igualmente, por la necesidad de regular la información que se difundía en los medios de
comunicación durante la época.

Sin embargo, el caos político que se desató tras el Bogotazo, fue la excusa que pudo
utilizar el gobierno para crear decretos que, en lugar de velar por la paz y la mejora del país,
censuraran cualquier comentario político y crítico, lo que trajo consigo un ambiente de
persecución,aún más intenso que el ya existente, que afectó a quienes no estuvieron de acuerdo
con este nuevo decreto.

Por lo anterior vale la pena mencionar que desde los primeros años de desarrollo radial y
periodistico, antes de 1948, las entidades de gobierno estuvieron interesadas en ejercer control
sobre la radio y la información que ésta difundía. Este interés se fue intensificando a medida que
el abanico de posibilidades que la radio ofrecía iba creciendo, debido a que la prensa y
particularmente la radio podían ser usadas, como ya se ha mencionado anteriormente, como un
medio para educar, politizar, culturizar e influir en la población colombiana. (Chaves, 2014, p,
52)

Rafael se apareció el domingo por la mañana en la casa con dos chuletas de ternera todavía
sangrantes que llevaba en vueltas en unas páginas de El Espectador, periódico que madrugaba a
comprar losdomingos(…). En una esquina del envoltorio, a pesar de las manchas y de las
arrugas del papel, sobresalía el inicio del comentario de un columnista. Se cae de su base,
escribía el columnista, que Ospina no puede gobernar con la oposición liberal en asambleas y
congresos, ni aguantar el peso abrumador de las mayorías liberales en el país. El suyo, en este
momento, es un mandato de minorías, sin respaldo, sustentado por la fuerza de la violencia.
(Torres, 2013, p, 302)

A pesar de las riñas entre defensores del partido liberal y conservador, y de las masacres
protagonizadas por sus “fieles”, cabe señalar que luego de la muerte de Jorge Eliécer Gaitán y
tras la creación de la normatividad con la cual se filtraba y discriminaba la información que
sedifundá por los medios de comunicación, las diferencias ideológicas entre los seguidores del
partido liberal y el partido conservador se fueron diluyendo y con ello el espíritu partidista de los
diarios también fue desapareciendo; en este sentido la diferenciación ideológica entre los
diferentes periódicos cuenta con relativos matices.

Así mismo, la filiación partidista de los dos diarios del liberalismo hizo que en el
transcurso de las pugnas partidistas y particularmente durante el llamado período de la violencia
(1946-1954), se les otorgara un tratamiento discriminatorio tendiente a producir su
silenciamiento. (Bustos, 2003, P, 36).

Para concluir, es preciso mencionar que Colombia, como en el resto de los países,
desarrolló su propio modelo de organización radial, el cual se vio influenciado el ritmo propio
del país, es decir por su entorno social, por las telarañas del gobierno y por el sector privado.
(Chaves, 2014, p, 51) sin embargo, Frente a todo lo anterior, es preciso señalar que, desde su
implementación, la radio y la prensa han sido herramientas influyentes en las dinámicas de la
sociedad colombiana; ya que además de haber sido mecanismos de manipulación, la radio y la
prensa fueron interpretadas como elementos claves para medir el desarrollo de la sociedad, ya
que, nuestras cadenas radiales y periódicos nacionales, han sido claramente identificadas por
reflejar la historia del país desde el siglo XVIII hasta nuestros días, observando detalladamente
los sucesos desarrollados año tras año, sin perder de vista los episodios geográficos, políticos,
económicos, sociales, culturales deportivos, judiciales y culturales sucedidos en todo el país
durante los últimos siglos.
BIBLIOGRAFÍA

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violencia oficial. Bogotá: Universidad de los Andes.
 BUSTOS, Claudia (2003). La Prensa escrita colombiana y el proceso de la Integración
Andina. Madrid: Universidad Complutense de Madrid.
 CASTELLANOS, Nelson (2003). ¿Tabernas con micrófono o gargantas de la patria?
La radio comercial en Colombia: 1930-1954. Bogotá: Ministerio de Cultura.
 CASTRILLÓN, Catalina (2010). Los radioaficionados como precursores de la audiencia
radial colombiana ,1928-1940. Medellín. Revista: Historia y Sociedad, N° 20.
 CHAVES, María del Pilar (2014). TRANSFORMACIONES DE LA RADIO EN
COLOMBIA. Decretos y leyes sobre la programación y su influencia en la construcción
de una cultura de masas. Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana.
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http://historiadelaprensaencolombiagrupo2.wikispaces.com/Historia+de+la+prensa+en+Colombia
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provincia. Bogotá: Centro Cultural Jorge Eliécer Gaitán.
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radiodifusora nacional de Colombia.".Análisis Político v. fasc.41 3 – 22. Paris: La
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 TÉLLEZ, Hernando (1974). Cincuenta años de radiodifusión en Colombia. Medellín.
 TORRES, Miguel (2013). El Crimen del Silgo. Bogotá: Alfaguara.

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