La Política Nacional de Modernización de la Gestión Pública al 2021 establece
la visión del Perú como un Estado moderno que está orientado al ciudadano, que es eficiente, unitario, descentralizado, inclusivo y abierto (transparente y que rinde cuentas). El hecho de que está orientado al ciudadano, implica que la gestión pública debe entender y responder a las necesidades de los ciudadanos y ciudadanas. Posiblemente en concordancia con lo planteado, el Ejecutivo haya declarado al año 2017 con el D. S. N° 002-2017-PCM como el “Año del buen servicio al ciudadano”. La razón de ser del Estado Peruano son sus ciudadanas y ciudadanos y, análogamente el centro de atención del sistema educativo peruano es la niñez y la adolescencia. Significa que todo el esfuerzo de los servidores públicos, debe estar focalizado a privilegiar la atención, bienestar y satisfacción de la población usuaria-ciudadanía; en tanto, la atención y preocupación de los maestros y maestras son sus estudiantes en consideración a la educación como derecho. Sin embargo, esta intención no se condice con la realidad; pues la adopción de muchas políticas públicas, normas, contratos, concesiones se hacen postergando las reales demandas y necesidades de los ciudadanos y ciudadanas. Ejemplo: concesión a una empresa brasilera para el cobro de peaje en Puente Piedra -Lima por varias décadas, aprovechamiento de la mayoría parlamentaria en favor de sus intereses de grupo, etc. En tal sentido, debemos incidir en las distintas instancias de la gestión pública para poner en práctica el nombre del año.