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En la obra “El Mito del Capital” de Pablo Masías Núñez del Prado se demuestra las falacias de
Hernando de Soto en “El Misterio del Capital” quien desliza el criterio que toda economía mercantil
posmoderna es expresión propia de la civilización occidental. En su discurso no prioriza la atracción
de la inversión a los países pobres, sino de utilizar el patrimonio de la población marginada para
acceder a empréstitos de la banca e invertir directamente en actividades rentables, en el trasfondo
significa optimizar el capitalismo para beneficiar a los dueños del capital financiero, bajo el supuesto
de capitalizar a los pobres, en realidad su finalidad es expropiatoria. El Misterio del Capital, sería la
punta de lanza de la segunda invasión, estrategia mundial de ultracolonialismo, para apoderarse de
los territorios y manipular el crecimiento de nuestras poblaciones.
La globalización impulsada busca someter al mercado capitalista a los lugares más recónditos del
planeta para convertir el patrimonio de sus habitantes en moneda corriente de las transacciones
capitalistas para rematarlos al ser embargados por los bancos y expandir los mercados para su
acumulado capital financiero. El ultracolonialismo se trataría de la respuesta política de los países
poderosos a los problemas demográficos que los agobia por la presión de una creciente densidad,
sobrepoblación relativa que necesita de nuevos y extensos territorios para trasladar su población
excedente. La solución es la ocupación de los países del Tercer Mundo por medio de la Segunda
Invasión. El capitalismo es un sistema perverso de explotación humana y depredador. El capitalismo
popular de Hernando de Soto, no constituye entonces ningún misterio. Es un vil instrumento para
resolver sus problemas, a través del capital financiero.
En su obra El Otro Sendero define la base de su misterio sobre la llamada informalidad en el Perú, se
basa en información sistematizada y análisis orientados a sustentar la política liberal, pero no
profundiza sobre el origen del fenómeno informal, que ahora denomina extra legalidad. Mantiene el
sustento colonialista de negar la existencia de la población andina que constituyen pueblos jurídico-
políticos anteriores a la estructura legal colonial, los pueblos mantienen su propia lógica y esencia de
su producción económica que es la subsistencia. El crítico define qué (2018, ) “La economía de
subsistencia, se caracteriza por buscar la subsistencia familiar, sin fines de acumulación ni menos de
plusvalía, propios del capitalismo. Es más, la persistencia en una economía de subsistencia de los
sectores andinos urbanos, no sólo es el resultado de su inercia ancestral, sino provocada por las
condiciones económicas reales del capitalismo en recesión. Este tipo de economía podría llamarse
semi capitalista, semi comunera, aunque más exactamente comunera – trabajista que dista mucho de
ser capitalistas” (2018). Finalmente sus conclusiones están orientadas a afirmar que los informales
sólo buscan la propiedad privada y libertad, fundamentalmente su objetivo es reformar o ajustar el
capitalismo en los países del Tercer Mundo, para integrarlos al mercado globalizado y las diferencias
económicas son reducidas a la cuestión legal.
Masías P. precisa que el capital, ni el capitalismo tienen algún misterio. ¿Por qué? el capitalismo que
triunfa en occidente y fracasa en el resto del mundo. El concepto de misterio encierra la idea de
contener algo oculto o desconocido, son cinco los misterios: 1) De la información ausente; 2) Del
capital; 3) De la conciencia política, 4) De las lecciones no aprendidas de la historia de los EE UU y 5)
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Antropóloga, Docente EIB
Del fracaso legal. Sin embargo, no se devela ningún misterio De Soto pretende usa las ideas de Adam
Smith y Carlos Marx, para prevalecer, obviando que el primero sostuvo que el trabajo era la fuente de
la riqueza y que el segundo, era crítico del capitalismo. Son dos las referencias imprecisas y una cita
fuera de contexto (Marx), a través de Eugene Kamenka: a. Atribuye a Marx que consideraba al capital
el motor de la economía de mercado (no precisa si es un testimonio o su percepción), b. La riqueza
que produce el capitalismo se funda en una inmensa acumulación de mercancía,
Marx sustentaba todo lo contrario en la parte de El Capital sobre El fetichismo de la mercancía, donde
advertía que las – mercancías - ... son objetos llenos de sutilezas y de resabios teológicos, agregando:
“la forma fantasmagórica de una relación entre objetos materiales no es más que una relación social
concreta establecida entre los mismos hombres” continuaba “ bajo el que se presentan los productos
del trabajo tan pronto como se crean en forma de mercancías y que es inseparable, por consiguiente,
de este modo de producción. Lo que pretende De Soto es usar su teoría para demostrar que el capital
tiene una vida paralela o que los títulos crean valor en los activos, en realidad el capital, no es otra
cosa que la mercancía usada para obtener plusvalía, no tiene ni necesita tener una vida paralela para
obtener ganancias, son sólo mercancías fruto del trabajo humano.
El Trabajo tiene dos calidades: concreto, realizado por trabajadores especializados y cumple una
finalidad de uso, o sea satisfacer una necesidad; y abstracto, efectuado por un desgaste cerebral,
nervioso y muscular que es común a todos los humanos. Precisamente, por esta última calidad que
pueden intercambiarse, ya que la mercancía tiene una magnitud de valor, que no es otra cosa que el
tiempo socialmente necesario para producirse, por eso el precio es el nombre en dinero del trabajo
materializado en la mercancía. Es innecesaria la disquisición que el capital puede tener una vida
paralela y que los títulos crean valor en los activos porque:
No crean ningún valor, podrán representar y cuantificar el valor de un inmueble y no adicionan ningún valor.
Los inmuebles son activos de valor al ser mercancías, resultado del trabajo invertido en su producción.
La falta de títulos de propiedad de los bienes y la carencia de legislación efectiva y favorable a los bancos, impiden la
obtención de préstamos, pero no dejan de ser activos
Fueron obtenidos para satisfacer necesidades e ingresos ya sea por su uso, comercio o renta.
Otra de las tesis, es que El capital es la fuerza que eleva la productividad del trabajo y crea la riqueza
de las naciones. Corrige Masías, el capital no eleva la productividad del trabajo. Lo que aumenta la
productividad del trabajo en todas las épocas y pueblos son los instrumentos de producción, como
parte de las Fuerzas Productivas. Lo que se trata es de equiparar - el capital con la tecnología -
instrumentos de producción -. Una cosa es que sólo se puede obtener tecnología comprándola o
invirtiendo capital en inventarlas o desarrollarlas. Pero de ninguna manera el capital es igual a
tecnología y sólo esta última aumenta la productividad del trabajo, a diferencia de la primera, que más
bien produce explotación y pobreza. El confundir tecnología con capital es una preciada meta del
capitalismo y es el fin a través de la globalización. Complicar el capital con la tecnología, es igual que
confundir los medios con los fines.
La segunda parte de la tesis de Hernando de Soto, inaceptable, es que el capital crea la riqueza de
las naciones. El capitalismo, es cierto, es la causa directa de la riqueza de naciones como los EEUU
y varias potencias Europeas, además del Japón. Pero sólo de esas naciones, no de otras. No es
[1] Masías Núñez del Prado, P El Mito del Capital Centro de Estudios Andinos Arequipa Perú 2018
ningún misterio que la riqueza de esos países capitalistas, es precisamente la causa de la pobreza de
los países atrasados, en vías de desarrollo, etc. que en su mayoría - si no en su totalidad - fueron
colonias hasta fines del siglo XIX y principios del XX. Y que por lo tanto, no sólo no pudieron continuar
sus propios procesos económicos autónomos, por la opresión de los imperios, sino que además,
fueron literalmente saqueados. Pero además, ni siquiera pudieron adoptar favorablemente la
economía capitalista que les injertó los países colonialistas. La misma que no fue una economía
industrial, sino sólo un embrionario mercantilismo, para garantizar las transacciones en el mercado
establecidos en las excolonias. Por lo tanto, estas no tuvieron ni pudieron tener un proceso histórico
igual, ni siquiera parecido a las potencias colonialistas. La industrialización capitalista necesitó una
gran inversión. Inglaterra la obtuvo de sus colonias. Cuando el colonialismo terminó y se
independizaron las colonias, los regímenes de explotación interna continuaron, por cuenta de sus
descendientes, quienes se insertaron en la economía capitalista mundial iniciando las relaciones de
dependencia y explotación.
Soñar que podamos convertirnos en un país desarrollado es una quimera, la diferencia con EEUU es
que practicó políticas genocidas en los territorios invadidos, el efecto fue el despoblamiento
subsanando con el tráfico de esclavos. El capitalismo, por lo tanto, se implantó desde el inicio usando
los bienes naturales del territorio y la transferencia tecnológica de los ingleses, se sumó su papel en
las guerras mundiales erigiéndose como imperio. Pero, no es lo que es, sólo gracias al capitalismo,
sino a su etapa superior, el imperialismo. Su riqueza no sólo proviene de dentro, sino en gran medida
de fuera. De la explotación de sus colonias o neo colonias, pero siempre colonias. ¿Podríamos ser
alguna vez como ellos? La respuesta en no. Sólo puede haber una potencia imperialista a la vez.
Nunca dos al mismo tiempo, porque el surgimiento de otra potencia significaría la caída de la primera.
Los países pobres del mundo, lo seguirán siendo, mientras exista el imperio. Por eso, decir que el
capitalismo crea la riqueza de las naciones es cuanto más, una verdad a medias. La otra mitad de esa
verdad, es que crea también pobreza, porque fomenta la explotación y la dominación. La pobreza y la
riqueza no son más que las dos caras de la misma moneda capitalista. Finalmente, Pablo Masías
Núñez del Prado precisa que la única alternativa al dogma capitalista no es el dogma marxista. Porque
no debemos vivir en un mundo de dicotomías fundamentalistas, que con el ropaje de supuestos
conocimientos científicos, se consagran en verdades absolutas, es tiempo que rompamos con esos
esquemas.