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FREO REINFELO
TERCER
LI.BRO DE
AJEDREZ
EDITORIAL BRUGUERA, S. A.
Barcelona · Buenos Aires • Bogotó
TÍTULO ORIGINAL:
VERSIÓN ESPAÑOLA DE
EDITORIAL BRUGUERA, S. A.
ADAPl'ACIÓN Y REVISIÓN DE
·JI
DEPOSITO LEGAL B 11.761 - 1961 (III)
N. R. B 13/62
PRIMERA PARTE
COMO EXPLOTAR
LA VENTAJA
CAPITULO PRIMERO
7
de piezas sobre el tableco, un Peón de más puede parecer algo
baladí; pero en los finales, con el Rey y quizá con un solo
Peón como remanente contra el Rey, el Peón de más adquiere
proporciones mucho mayores mientras, de una manera inexo-
rable, avanza hacia la casilla de promoción.
He aquí descifrado. con una sola frase, el secreto del
poder que entraña la posesión de un Peón de ventaja, a sa-
ber : la facultad -que tiene de transformarse en Dama, u otra
pieza, una vez alcanzada la octava fila. Aquí serán facilitados
muchos ejemplos de este poder del peón. El estudio de estos
ejemplos fa.cilité¡lrá ganar muchas más partidas; se apren-
derá a ganar cuando 's e lleve tal ventaja. '
Elementos de mate
Los ejemplos básicos más señalados del uso de la mayoría
de fuerza, son los mates elementales.
Con Rey y Dama contra Rey.
Con Rey y Torre contra Rey.
Con Rey y dos Alfiles contra Rey.
Con Rey, Alfil y Caballo contra Rey.
Estos mates son llevados a término sobre un tablero des-
pejado, es decir, sin otras piezas que las unidades mencio-
nadas.
¿Por qué son importantes estos mates?
Representan la fuerza mínima imprescindible para llevar
a cabo el mate, que puede realizarse cualquiera que sea el
juego del adversario. El ajedrecista familiarizado con estos
mates, advierte la existencia de un objetivo, mientras que el
que no lo está necesariamente se encuentra en una posición
desventajosa para asimilar la forma de conducir una partida
de ajedrez hacia un final satisfactório.
Así, pues, el conocimiento de estos mates constituye el
primer paso para la práctica concluyente del ajedrez y pro-
porciona un objetivo claro a seguir.
Mate con la Dama
_,~
1
Las blancas juegan. Las blancas lle-
van su Rey hacia el centro del table-
ro, reduciendo el terreno libre del
Rey negro y obligándole, con ayuda
de algunas jugadas de Dama, a si-
tuarse en el borde del tablero, don-
de tendrá lugar el jaque mate.
También es mate 8. D S C.
2
Las blancas juegan. De nuevo las
blancas conducen su Rey al céntro
del tablero y entonces tratan de
reducir el terreno libre del Rey ne-
gro, buscando su confinamiento en
una banda.
9
1. R2C R.SD 4. R4A R5R
2. R2A R5R 5. TlRj : R4A
3. R3A R4R 6. R4D R5A
Este mate con Torre termina con las piezas en una posi-
ción típica muy similar a la del mate efectuado con la Dama,
como ha quedado expuesto anteriormente. Existe, sin embar-
go, una importante diferencia: la mayor posibilidad de movi-
mientos que posee la Dama, le otorga mayores alternativas
en la elección de posiciones para dar el mate. No acontece
lo mismo en el caso de la Torre.
10
3
Las blancas juegan. A diferencia de
la Dama y la Torre, los dos Alfiles ;"='"~=--"""
solamente pueden dar el mate en
una de las cuatro casillas del rincón
del tablero. El Rey negro está en
esta posición bien situado para una
resistencia prolongada.
1T
Mate con Alfil y Caballo
Este mate es verdaderamente difícil y, hasta los ajedre-
cistas con experiencia, se han encontrado en un aprieto á:l
verse constreñidos a lograr este mate en SO jugadas.
4
Las blancas juegan. Para conseguir
este mate se precisa la cooperación
más estrecha posible entre las fuer-
zas asediantes. El mate sólo podrá
efectuarse en uno de los rincones
de casilla del mismo color por el
que circula el Alfil.
13
También puede hacerse uso de esta ventaja de otra ma-
nera. Cuantos más, cambios se efectúen, más cercano estará
el final, en el que las negras no pueden tener ninguna espe-
ranza: de escapar del mate. De modo que todo cambio ha de
ser rehusado por las negras. Ante tales perspectivas, lo más
probable es que las negras ante lo desesperado de la situa-
ción opten por rendirse, admitiendo que el bando con mayo-
ría de fuerza ha de resultar vencedor.
Supongamos ahora que uno de los bandos consigue la
ganancia de una Torre. De nuevo, en esta circunstancia, bajo
la amenaza: de cambios o bajo la tuerza opresiva de la ventaja
numérica, el triunfo es fácil.
Imaginemos la ganancia de un Alfil o un Caballo.
La situación sigue siendo la misma, a pesar de que ninguna
de estas piezas pueda conseguir el mate, sola, en el final.
Durante la fase anterior de la partida, puede ejercer su
potencia superior en muchos cometidos, como capturar peo-
nes.
¿Capturar peones? Seguramente ello significa muy poco.
Muchos jugadores, de poca experiencia, pierden los peones
sin ningún remordimiento. Y, naturalmente, es absurdo pen-
sar que un Peón pueda conseguir el mate.
Sin embargo, esta actitud de menosprecio, por muy gene-
ralizada que esté, es un grave error, ya que el Peón posee
la facultad de transformarse en Dama, o en cualquier otra
pieza, al llegar a la octava fila. Así, pues, el Peón tiene un
gran valor.
Entre expertos, 1~ ventaja de un Peón generalmente deci-
de la suerte de la partida. Por ejemplo, en la gran compe-
tición entre Alekhine y Capablanca, del año 1927, el primero
ganó el campeonato mundial gracias a la ventaja de «Un
simple Peón».
Esta misma ventaja podría resultar decisiva en las parti-
das jugadas entre ajedrecistas más modestos si supieran
cómo aprovecharse de la misma. El objetivo de este libro
es tratar este problema, práctico y vital al mismo tiempo.
Aprendiendo a vencer cuando uno lleva ventaja se aumentará
considerablemente el número de las victorias.
Antes de estudiar algunos aspectos importantes de la ma~
nera de usar la ventaja ntJ.mérica, es necesario tener una idea
clara sobre el valor de cada pieza en relación con las demás.
14
Valor numérico de las piezas
En el primer libro de esta serie ya fue facilitada la tabla
de •valores, que repetimos a continuación.
Dama 9 Puntos
Torre S })
Alfil 3 »
Caballo 3 ))
Peón 1 ))
5
Las blancas juegan. Las blancas
juegan l. D )( P R j. ! !, una bo-
nita ju~ada que fuerza l. ... P x D.
2. T 6 t\: mate.
16
Un jugador que lleva superioridad numérica debe triunfar;
pero si desperdicia su ventaja, o no sabe cómo sacar provecho
de ella, o permite que su adversario se libere de sus dificul-
tades, es muy posible que se termine la partida sin que él
haya logrado vencer.
Más adelante volveremos a ocuparnos de estas excepcio-
nes, pero primero estudiaremos las técnicas para vencer
cuando se posee mayoría de fuerzas.
17
CAPITULO 11
•.-*•• .•••
• • a • • •
••••
a,..
~- ·~
~ ~
~- '/.~
rJ! m •
8
•
6
Juegan las blancas. En esta posi·
ción, las blancas tienen una des-
•~ -~
•
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B11R8
• •
.'GflJ".
a
v_entaja de ~~~erial que, de no exis·
¡¡(1~ rihw~ trr la posrbrhdad de coronar el
Peón, las obligaría a rendirse. Pero
con l. P 8 R ( =. D) jaque, ganan la
Torre y la partrda.
8
Juegan las blancas. Sin el solitario
Peón blanco, esta posición termina-
ría en tablas. Pero como el Rey ne-
gro no puede mantener la defensa
de sus Peones, éstos se pierden y
el Peón blanco corona. l. R 4 C;
R juega. 2. R x P seguido de 3.
R x P y el Peón blanco avanza
hasta la octava fila.
19 ·
En el medio juego, las oportuni_d ades de conseguir la pro-
moción son algo más claras, aunque aquí el juego resulta
complicado.
En el período final, cuando han sido cambiadas las Damas
y son pocas las piezas que quedan sobre el tablero, la pro-
moción empieza a ser el centro de gravedad de la lucha.
Suele acontecer en estas situaciones simplificadas del pe-
ríodo final, que los Reyes tienen un importante papel, inter-
viniendo en la lucha si:l temor a los ataques de las piezas
mayores.
La movilidad de los Reyes en esta fase simplificada nos
recuerda que los finales con Reyes y Peones solamente, son
loJ finales más simples y por lo tanto los primeros que deben
ser estudiados. Así, pues, vamos a ocuparnos de ellos.
CAPITULO 111
Peones pasados
Todas las maniobras en la clase de finales que estamos
viendo se relacionan con ·los Peones pasados : su creación y
su avance hasta la casilla de promoción.
Un Peón pasado es aquel que no está obstaculizado en
su avance por ningún Peón contrario. En los diagramas 9 y 10,
las blancas tienen dos Peones pasados.
Algunos Peones pasados resultan especialmente poderosos
como podemos comprobarlo en los siguientes diagramas.
21
9
Peones pasados ligados. Los Peones
pasados están ligados, es decir, es-
tán situados en columnas adyacen-
tes. Están en condiciones de apo-
yarse recíprocamente sin la ayuda
de su Rey.
10
Peones distantes pasados. Los peo-
nes blancos en esta posición se de-
nominan aPeones pasados distanteS>>
o «Peones pasados no ligados». En
el grado de avance en que se en·
cuentran estos Peones, son tan pode-
rosos que puede coronar uno de ellos
sin la ayuda de su Rey.
22 .
l. P6C
11
Las blancas juegan. El Peón pasado
distante se corona por sí solo, sin la
a~da del Rey.
12
Las blancas juegan. Ambos Reyes es-
tán en «oposición». Utilizamos este
término cuando aquéllos se encuen-
tran el uno frente al otro mediando
una sola casilla entre ellos. El Rey
que NO tiene que moverse dícese
que «posee la oposición»,
23 _:
En los finales normales de Rey y Peón, que ahora estamos
estudiando, su procedimiento idóneo depende a menudo de
«poseer la oposición».
Para facilitar nuestro estudio del diagrama que antecede,
supongamos por el momento que son mano las negras. Estas
juegan l. ... P 4 T D y las blancas responden con 2. P 4 T D 1
Los movimientos de Peones negros están prácticamente
agotados y ahora las negras se ven obligadas a mover su Rey.
Esto significa que las blancas tienen la oposición. El Rey
negro debe ced'er posiciones.
¿Qué importancia tiene esto? Las blancas tienen un Peón
de ventaja, el Peón de Rey que está pasado pero que, de
momento, está bloqueado. Si se abre vía libre para este Peón,
las blancas podrán avanzarlo, apoyado por su Rey, dirigién-
dole hacia la casilla de promoción.
Y no solamente esto. Si el Rey negro cede su posición,
las blancas pueden avanzar su Rey a S D. capturando los débi-
les Peones de Alfil. He aquí lo que sucede.
24
Volvamos a la posición del diagrama. Las blancas pueden
ganar de la siguiente manera:
13
¿Quién es mano? Si juegan las ne·
gras, las blancas ganan. S1 salen es
tas, únicamente consiguen tablas
En otras palabras: si las blancas lit:·
nen la oposición, vencen. Si son la~
negras las que tienen la oposición,
hacen tablas.
1. p 7 j. RlD
25
pero esto da lugar a tablas, porque el Rey negro queda aho-
gado.
Supongamos que la:; blancas intentan otro camino.
14
Las blancas juegan. Aquí también
se encuentran las blancas con pro-
blemas derivados de las tablas por
ahogo. Si l. R 5 A; R 1 T. 2. R 6 A,
y el Rey negro está ahogado. ¿Cómo
pueden ganar las blancas?
2. RlC 3. p7
1S
¿Qué bando es mano? Cualquiera
que sea mano, las blancas ganan,
pues teniendo su Peón en la qum-
ta fila, podrán avanzarlo cuando ha-
yan perdido la oposición. Con este
movimiento, obligarán al Rey ne-
gro a perder la oposición.
l. RlD 2. R7A
l. R6D
l. RlD
27
Las negras siguen teniendo la oposición, pero ahora las
blancas tienen una jugada de reserva. ,
2. P6Rl RlR
3. P7
16
¿Tiene importancia ser mano en
esta posición? No tiene importancia
ser mano. Si juegan las negras, pier-
den inmediatamente la oposición, y
las blancas ganan sin dificultades.
Si corresponde jt<gar a las blancas,
éstas conservan la oposición con
l.P4DI
28
De nuevo las negras pierden la oposición: 5.... R 1 R. 6.
R 7 A, etc. O bien, 5.... R 1 A. 6. R 7 R, etc., y el Rey blanco,
en ambos casos, controla la casilla de promoción.
Si son las blancas las primeras en jugar, en la posición
del diagrama, el desenvolvimiento es muy parecido.
17
Las negras juegan. Las negras pue-
den conseguir el empate, por la
desfavorable situación del Rey blan-
co. Las negras pueden mantener la
oposición, en todos los casos, cual-
quiera que sea mano.
1. R4D 2. P4 R3Dl
29
3. R4R R3R! 5. R4D R2D
4. P 5 D j. R3D 6. RSR R2R!
7. p 6 j. R2D 8. RSD
8. RlDI 9. R6A
9. RlA
30
CAPITULO IV
18
Las blancas juegan. Las negras ti&
nen t~es Peones de venta ja contra
una p1eza de las blancas. En ciertas
circunstancias, ello sería suficiente
.para asegurar las tablas, pero no en .
este caso, como lo demuestran las
blancas con la eficaz y útil manio-
bra de sus fuerzas. ·
31 -.
Situaciones como estas suelen presentarse bastante a me-
nudo sobre el tablero. He aquí los aspectos más sobresalien-
tes del método afortunado de las blancas.
l. Las blancas deben valorar la pieza de ventaja que
tienen.
Han de situar sus piezas en la forma más ventajosa; ame-
nazar los Peones enemigos; provocar su avance (lo que les
hará más susceptibles de ser atacados); forzarles a situacio-
nes en las que cualquier cambio puede resultar lo más perju-
dicial posible para ellos.
2. Las blancas han de emplazar su Rey en el área central
(digamos en las casillas SR, ó SD, ó 4 AD, desde dondepuede
aumentar la presión sobre el juego de las negras).
3. Las blancas han de evitar el cambio de Peones. Estos
Peones pueden parecer insignificantes en el momento pre-
sente, pero son candidatos a Dama, en potencia. Sin estos
Peones, las blancas no pueden ganar. El cambio de Peones
arruinaría la partida.
1. T3D
1. P4TD 2. R2C!
4. P4 T R!
32
este final, debe estudiarse la paulatina y fructífera conquista
de terreno de las blancas.
4.... T3C
5. A2A
S. .. . R4R
7. P3T 8. R3RI
8.... P4C
33
9. PS T! T3A 11. T7TR R4R
10. T 7 D T3C 12. T7Rj. R3D
Si 12 .... R 3 A. 13. T 7 A D, y las blancas ganan.
16. T 7 R j. R 1D
Un final difícil
19
Las negras juegan. El juego de las
negras en este final es muy siste-
mático y su proceso extremadamen-
te interesante. Este final exige mu~
cha paciencia y el lógico desarro·
llo de las jugadas hace que aquél
parezca sencillo. Las negras tienen
el plan fundamental que las blan-
cas no tolerarán un cambio de T~
rres.
34
Si las Torres se cambian, las blancas se encontrarán
desamparadas ante el avance del Rey y el Alfil negro hasta
el punto que los Peones blancos se encontrarán indefensos.
Entonces, a su debido tiempo, las negras coronarán el Peón
que les queda.
Para comprobar lo dicho, sáquense del tablero ambas To-
rres y efectúense unas diez jugadas.
El hecho que las blancas no puedan llevar a efecto el cam-
bio de Torres sin perder la partida, confiere un gran poder
a las negras. Ello significa que las negras pueden reforzar
su posición convenientemente, ofreciendo el cambio de Torres.
Las blancas tendrán siempre que rehuir el cambio, cedien-
do terreno en cada ocasión. Esto ofrece a las negras una
base para una política de penetración gradual. Pero téngase
presente que las negras no deben nunca permitir que se
lleve a efecto el cambio de su único Peón.
Ahora bien, ¿cuál d~be ser el objeto de la presión de las
negras? Sin duda, el Peón de Alfil blanco.
El mejor medio que tienen las negras para amenazarlo
es situando su Torre en la séptima fila y su Alfil en S R ó 4 A R.
Esto reducirá a la Torre blanca a tma completa pasividad
en la columna Alfil de Dama. Las negras podrán entonces
avanzar su Rey con resultados decisivos.
l. TSR 4. T7 A R3D
2. T8T R4A S. T 7TR A4e
3. T8AD T lR! 6. R3A AST
35
Atajando doblemente al Peón blanco y con objeto de situar
su Alfil en 4 A R, atacando también la Torre blanca.
36
20
Las blancas juegan. Las negras ba·
san sti plan de juego en el hecho
que el Rey blanco tiene que alejar·
se del centro de la lucha, por el
Peón pasado de T. Como consecuen-
cia, los Peones negros ligados, apo-
yados por su Rey, son demasiado
para el Alfil.
l. RSC PSAR!
3.7 -
CAPITULO V
, la superiorid,ad de la Torre
21
Las blancas juegan. Las blancas lle-
van ventaja de calidad por un Peón.
Esto, naturalmente, motiva que el
triunfo sea más dificultoso que si
las negras no tuvieran un Peón de
más. Todos los Peones blancos es-
tán aislados, lo que les resta efec-
tividad y las blancas tienen el pro-
blema de sacar algún provecho de
ellos.
38
Para ganar, contando con la superioridad de la Torre,
necesitan las blancas aumentar su movilidad, creando nue-
vas vías libres adicionales para la Torre, lo que puede con-
seguirse con P 4 A D y P 5 A R. Esto creará puntos de acceso
a la incursión invasora del Rey.
Las negras no tardarán en verse en un aprieto, debido a
que su Rey y su Alfil se encu~ntran ligados a la defensa de
los débiles Peones.
l. P4AD! R3A
O bien l. ... PxP, j. 2. RXP y las blancas dispondrán de
una an1enaza duradera con R 5 e, o R 5 D, después de P 5 A R
y el Gan1bio de Peones.
2. T se! A2R 3. PSAR!
39
12. T 6 ADj.
No pueden salvar el P C R.
22
Las blancas juegan. Este final pa·
rece fácil a primera vista. Aparen·
temente, las blancas sólo necesitan
atacar el Peón negro con su Torre
y Rey y jugar T x P (entregando
la calidad por el Peón) para entrar
en un final de Rey y Peón contra
Rey. Pero la cosa no es tan fácil
como parece.
t~ T7ARJ. RlR
40
Lo mejor. Si 1. ... R 1 C. 2. R 6 A; A 5 D j. 3. R 6 C;
A 6 R. 4. T 5 A ! y por la mala posición del Rey negro, las
blancas ganan con facilidad. Podía seguir 4 .... A 7 A. 5. T 5 D
(amenazando mate); A 5 C. 6. T 8 D j.; A 1 A. 7. T 8 R. ¡O
cualquier otro movimiento de la Torre en la octava fila, se-
guido de mate en la próxima jugada! Si 4... .A 8 A. 5. T 5 A D
gana de la misma manera.
2. TSA
2. ... A7D
3. R6A!
3. RlA
4. T SA
41 .
Cualquiera que sea la jugada de las negras, las blancas
jugarán 7. T 8 C R y 8. T 4 C, y después de la captura del
Peón, las blancas quedan con final ganado.
Las maniobras de la Torre nos dan una clara idea del valor
de esta pieza.
23
Las blancas juegan. Las blancas
tienen ventaja de calidad, pero un
Peón menos. Su Rey está inmovili-
zado a causa del Peón negro en sép·
tima. Además, ha de vigilar ... R 6 D,
7 D ... R x P, seguido del avance
del Peón del centro.
42
Las hábiles maniobras de la Torre blanca han obtenido
buenos resultados. Las blancas se encuentran ahora en buena
situación para iniciar el avance de su Peón pasado, pero no
han de descartar la posibilidad de ... R 6 A y ... R 7 A, con lo
que las negras podían renovar su amenaza de coronar un
Peón.
10. T 5 e!
43
24
Las blancas juegan. Las blancas se
encuentran en apuros, debido a que
sus fuerzas están desunidas. Su Rey
tiene que detener uno de los Peones
pasados; la Torre ha de detener al
otro. El plan de las negras es entre·
gar oportunamente el P C D, ase·
gurando la coronación del otro.
44
CAPITULO VI
45
Dos finales fundamentales
25
Las blancas juegan. La posición del
diagrama tiene una importancia
fundamental, ya que nos muestra
una estructura esencial que puede
conseguirse . a menudo con un Peón
de ventaja. A fin de ganar, las blan-
cas han de crear un espacio para
su Rey y han de salvaguardarlo de
los jaques de la Torre.
l. T 1 ADj. R2C
46
26
Las blancas juegan. Las negras ame-
nazan con llevar su Rey a la casi·
Ha 2 e D, con objeto de capturar el
Peón y de este modo conseguir ta·
blas. Pero las blancas vencen gra-
cias a un ataque fulminante.
21
Las blancas juegan. De esta posi·
ción se infiere que para ganar con
un Peón de ventaja, hay que em·
plear una táctica esmerada. El Peón
está a punto de coronar, pero el
Rey blanco está en jaque y la jllga·
da R 8 R resulta inútil, por ... T 1 T, j.
Las blancas tienen que retroceder
con su Rey hasta la casilla 2 e R.
1. R6A
l. T 3T j.
47
2. RSA
2. T4Tj. 3. R4A
3.... T 5 T j. 4. R3A
6. TlT T8A
48
28
Las blancas juegan. Adviértase có-
mo la Torre blanca cierra el paso
al Rey negro, evitando que se apro-
xime al Peón blanco pasado. Por
otra parte, el Rey blanco puede apo-
yar activamente a este Peón.
-29
Las negras juegan. El triunfo. aquí
es más difícil. Las negras tienen
un Peón de ventaja, mas no tienen
ninguno pasado, pero pueden conse-
guir uno en el flanco de Rey.
49
l. ... P4CR! 2. T 1 CR P5C
Si ahora 3. P 3 T R; T 1 C. 4. PxP; TxP y las negras
han conseguido su Peón pasado.
3. T1AD T1D 4. T1AR T6Dj.
Muy difícil de contestar, pues si S. R 2 A; T 6 R. 6. T 5 A;
T 7 j. 7. R 3 A; TxP T. 8. TxP j.; R 3 A. 9. T S A j.;
R 3 C y los dos Peones ligados y pasados de las negras vencen
rápidamente.
S. R4A T S D j. 8. T ST P6C
6. RSA TxP 9. PxP PxP
7. T SA PST 10. RS D T7
Como en el ejemplo anterior, el Rey del bando débil tiene
interceptado el camino hacia el Peón pasado.
11. T S C P7C 13. T 8 e R4A
12. P 4 e R3A 14. T7 e T7Dj.
15. R4A RSA
"
Las-ñ1apcas se rinden, ya que el Rey negro apoyará el
avance del Peón hasta la casilla de coronación.
Triunfo simplificado
Hemos hablado ya de los cambios cuando puede conse-
guirse un final de Rey y Peón que deba 'ganarse. En el siguien-
te ejemplo se demuestra cómo llevar a cabo la simplificación.
30
Las blancas juegan. Las blancas tie-
nen un Peón del centro, pasado y la
posibilidad de capturar el Peón de
las negras, que · será débil.
50
1. T 7 C j. R 1A
2. P6D ....
Amenazando con 3. T 8 C j. y 4. P 7, forzando la promoción
del Peón.
2. RlR
4. R2D
Las negras están deseando S. R S R para entonces S.
... RxP, ganando la oposición y el Rey blanco no puede pene-
trar hasta el Peón. · ·
51 .
... .
••••*•• .
~
-~·
31
•..
·'
~ B.tB B.t
.. • • ••
Las blancas juegan. Los Peones
• u o
iW1
B. B. H
"~
. . .
~
."
6 blancos tienen poca movilidad y su
' Rey no tiene grandes posibilidades
de realizar una misión activa. El
.~. o curso lógico de la partida conducirá
a las blancas a cambiar su avanza-
do Peón de Alfil por el de Torre de
~ ~ las negras.
2. R3e 6. P 5 T T2T
3. T8T R4A " 7. r 3e T2T
4. T8 e T 8A i., 8. T 3 T R4e
5. R2e T8TD 9. R3A T3T
Después de 9.... TxP. 10. TxT j.; R><T, las negras están
p~.rcl~das. Esto será expliL:o.do más adelante.
52
20; T 3 A j.! R3C 23. R4 e R3C
21 T3Cj.! TxT 24. R4A
22. RxT RxP
32
Juegan las blancas. Para las blancas
sería un gran error jugar l. T X T;
T x T, puesto que las negras po-
drían jugar ... R 2 R, y ... R 3 A apo-
yando su Peón. Las blancas, por lo
tanto, deben confiar en el poder
ofensivo de sus Torres.
l. T4TD
53 '
Esta inteligente jugi:lda amenaza con capturar ·una Torre
con 2. T 8 T "D j .; R 2 R. 3. TxT j., etc.
Las negras se encuentran en un apuro, ya que si intentan
l. ... TxP A D ??, reciben mate con 2. T 8 T j.; T 1 A D.
3. TxT, mate.
No resulta mucho mejor l. ... TxT. 2. T 8 T j.; R 2 R.
3. P X T, y el Peón se corona. "
Incluso la escapada l. ... P 3 C. 2. T 8 T j.; R 2 C, no sería
una solución porque entonces 3. T (8 T) 7 T, obliga al cambio
de todas las Torres y el Peón blanco llega a la octava fila.
l. TIA 2. T(4)7T
Amenazando mate.
54
CAPITULO VIl
El ágil Alfil
33 '
Las negras juegan. A pesar de que •
las negras tienen un Peón de ven- 1
taja, parece que en principio tienen "
- .u.. ;¡.
E.
~
M
••.
-
~
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mi . •
~j¡
~ ~ ~J.Í!
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W'~ &':~ M~
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•-
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B B ft •
·- -
ante sí una tarea de difícil resolu-¡•
ción, ya que su Rey no puede avan· B ~j • M
zar y no parece que pueda haber
U?_a mejoría inmediata de la posi-
. M>»'-*
1•ftt:i~
;w,w
f'~
Wffi-J¡;
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~~ ~¡(:
-~-
La jugada correcta es 1. ... A 5 A !, cortando los movimien-
tos del Caballo. Esto obliga al Rey blanco a desplazarse, de
55
tal modo que a las negras les será factible capturar pronto
otro Peón.
Como queda indicado, las negras obtienen la victoria rá-
pidamente con l. ... A S A. De ahí puede seguir 2. R 4 C; R 4 D,
y ahora las negras ' amenazan con una marcha devastadora:
... R S D; 6 D; 7 R, capturando el Caballo.
Las blancas no tienen otra posibilidad que 3. R 3 A, per-
mitiendo 3.... R 4 A, que captura el P A. Con dos Peones de
ventaja, uno de ellos pasado, las negras vencen con facilidad.
Otro método para vencer es 3.... P S R !, asegurando una
fructuosa incursión ciel Rey negro. .
En el siguiente- dia:g"-fama, las blancas no solamente tienen
un Peón de ventaja, sino que se trata de un lejano Peón
pasado. La victoria puede que se haga esperar algo, pero es
de una certeza absoluta.
34
Las blancas juegan. El Peón pasado
blanco divide las fuerzas negras. El
Rey o el Caballo, o ambos, tendrán
que impedir la promoción del Peón.
Mientras tanto, las blancas invaden
el flanco indefenso de Rey. En pri-
mer lugar, deberán llevar el Rey
hacia el centro del tablero.
56
penetración R S A. El Peón pasado paraliza al Rey negro.
Por consiguiente, un débil movimiento de peones es forz¡1do.
Si los Peones negros se colocan en las casillas blancas, el
Alfil resultará de una eficacia contundente, por ejemplo:
7 .... P 4 A. 8. A 3 A; C 1 A; 9. A S D; C 2 R. 10. A 7 A; R 2 D.
11. R S R, seguido de R 6 A, capturando todos los Peones.
Si, en cambio, 7.... P 4 T. 8. P 3 C !; P 4 A. 9. A 3 A;
C 1 A. 10. A S D; C 2 R. 11. A 7 A; R 2 D. 12. R S R, como
ha quedado indicado anteriormente.
35
Las negras juegan. Las negras tie-
nen un Peón de ventaja y a punto
de promocionar. Una confianza ex-
cesiva podría ser la causa de su
ruina.
57
l. ... P S!!
S. A6T 6. PS R
6. /
, A4A 7. P7 e A2T
Defendiendo su casilla 1 C D en el momento preciso. El
resto es un típico final con una pieza de ventaja. Las negras,
o bien capturan más peones, o bien entregan su Alfil a cam-
bio de obtener un beneficio de otro tipo.
Por ejemplo: 8. R 4 R; R 2 A. 9. R 5 D; A 1 C. 10.
P 6 R j.; R 2 R. 11. P 3 T; P 3 T, y las blancas pierden el
Peón del centro.
El ágil Caballo
Es una equivocación menospreciar el Caballo, como mu-
chos ajedrecistas modernos suelen hacer. Esta pieza puede
algunas veces desarrollar un enorme poder, especialmente
donde el contrincante tiene la mayoría de sus Peones, situa-
dos en las casillas del mismo color por donde debe despla-
zarse su Alfil.
58
36
Las blancas juegan. De momento,
ambos bandos están igualados en
cuanto a material, pero pronto se
romperá el equilibrio. El Alfil tie-
ne ante sí la tarea imposible de de-
fender cuatro Peones colocados so-
bre casillas negras. Estos Peones,
a su vez, privan de movilidad al
alfil.
l. P6D!
2. PxP 3. CxP
3. R2R 4. R 7C
59"
Excepción a una excepción
El diagrama siguiente nos muestra un final con Alfiles de
distinto color.
Dícese que los Alfiles son de diferente color, cuando uno
de los bandos tiene un Alfil que se mueve por las casillas
blancas, mientras que su contrincante tiene un Alfil que lo
ha:e por las casillas negras.
Suele suceder, a veces, en tales finales, que la ventaja
de un Peón, o aun de dos, no es suficiente para ganar. Esto
es debido al hecho de qué el jugador con los Peones de ven-
taja no domina las casillas a las cuales su Alfil no tiepe
acceso.
60
Partida premiosa
En el siguiente diagrama, vemos un memorable final de
Caballo y Peón, en el cual el vencedor sortea varias astutas
trampas.
38
Las negras juegan. Las negras tie-
nen un Peón de ventaja. De todas
maneras, parece que el Peón pasa·
do es fácil presa. Y como veremos,
pueden colegirse otros peligros de
la posición. Sin embargo, las ne-
gras pueden triunfar, sacrificando
oportunamente su Caballo.
1. ... C6D!!
10 . ... P4 A!
62:
CAPITULO VIII
39
Las negras juegan. A pesar del Peón
de ventaja de las negras, las blan-
-cas podrían tener aquí buenas opor-
tunidades para luchar si las negras
no poseyeran algunos inteligentes
recursos tácticos a su disposición.
l. P6A!
63 ·.
Primer punto táctico. Si ahora 2. T 2 A R; TxC. 3.
RxT; C 5 R j., seguido de ... CxT, con ganancia de una pieza.
2. T 1 T P7 A
40
Las negras juegan. Las blancas es"
tán bien preparadas contra 1 ... R 2 A,
j. dsc., a lo que contestarían con
2. R 5 R; R 3 C. 3. P 4 C ! ; A 6 D.
4. A X P j. y 5. R 4 D. Así, pues, las
negras intentan otro camino, pero
las blancas tienen un buen plan
a mano.
64
1 A6D 3. RS R
2. A2 T. j. R2D,j.dsc.
3. R2A
65
41
Las blancas juegan. Las blancas
tienen un Peón de ventaja, pero
lo más importante es que poseen
dos Peones pasados ligados en el
flanco de Dama. Ello significa que
seguirán avanzando ambos Peones,
aunque haya que entregar varios
Peones del flanco de Rey durante
el desarrollo del juego.
9. P6C
66
De nuevo el siniestro astmto del final de Rey y Peón, que
es mortal para las negras.
42
Las negras juegan. Las negras tie-
nen un Peón de ventaja y está a
la vista que sus esperanzas de ven-
cer están puestas en su avanzado
Peón T R. Para que este Peón ob-
tenga el triunfo, es necesario de
nuevo un ataque fulminante.
L ... . D4Dj.
67
2. R3C D7Cj. 4. D 3D j. R2C
3. R4T P7T 5. D 4 D j. P3A!
43
Las blancas juegan. Las blancas
necesitan llevar su Rey cerca del
Peón. Si el Peón estuviese me·
nos avanzado, las blancas gana-
rían con facilidad. Mortunadamente
para ellas, las blancas tienen me·
dios para vencer.
68
Las blancas han c;onseguido obligar al Rey negro a colo-
carse delante de su Peón. Esto da a las blancas un tiempo
para acercar su Rey.
69
CAPITULO IX {'
70 :'
sólo a evitar todo cambio de Peones; sólo se quiere subrayar
que es necesario cautela.
Segundo, el adversario, que está en desventaja de ma-
terial, evitará el cambio de piezas todo lo que pueda, pero
buscará el cambio de Peones allí donde le sea posible.
Cambio de Damas
Ahora veamos algunos ejemplos sobre el cambio de Da-
mas, en el aspecto que estamos considerando.
44
Las blancas juegan. Las blancas tie-
nen un Peón de ventaja, y, natural-
mente, están deseosas de llevar a
cabo el cambio de Damas. Esto es
realizado directamente por medio
de un jaque: 7. D 4 R j.
45
Las negras juegan. Las blancas tie-
nen dos Peones de ventaja, pero
tendrán que hacer frente a una , lar-
ga serie de jaques en el futuro.
Pero cuando las negras intentan
l. ... D 4 C j., las blancas disponen
de 2. D 2 R j ., forzando un final
ganado de Rey y dos Peones.
71
En la posición del diagrama 46, la rendición inmediata de
las negras llega como algo sorprendente.
46
Las negras juegan. A pesar que
las blancas tienen un Peón de ven-
taja; no parece fácil para ellas man-
tener éste.' Y se encuentran en una
posición tan abierta, que las posi-
bilidades de las negras de poder
realizar jaque continuo son muy
pn?metedoras.
l. R2A
2. D 7 D j.!
2. RlC 4. D7Cj.
3. D 8 Aj.! R2A
72
47
Juegan las blancas. Las blancas tle-
nen un Peón de ventaja, y, por lo
~.t•
•
.• • •*•
· d
·• i B
··
11·~. •...
M.&;-. A
48
Las negras juegan. Las .blancas tie-
nen un Peón de ventaja. Adepí.~s,
_,.......----.......... están en una posic~ón pre'ponderai1-
te en vista de una amenaza de ma-
-·----""""'' .te con D 7 R, por lo tanto, fuerzan
a las negras a buscar el cambio de
-="---...1 Damas.
l. D8Aj. 4. T7 AD Tl C.D
2. R2C DSA 5. TxPA T3C
3. DxD PxD 6. T7 A T7C
73
7. T6A TxPT 12. P3A P4TD
8. TxPA R .2 C 13. P4T P3T
9. T6D T4T 14. PSC P4T
10. P4C TST 1S. PSA T8T
11. R3C T6 T j. 16. T7 Cj. Abandonan
49
Las negras juegan. De momento, el
material está igualado. Sin embar-
go, l<1s ,blancas tienen a su favor la
desagradable amenaza de .T 8 D, ja-
que, capturando la Dama negra. Si
las negras intentan l. ... D S R, j.
2. P 3 A; D 6 R. 3. A 6 A !, gana.
Y si l. ...D 3 R. 2. D 3 D !, es deci-
sivo.
l. TXA 3. DxD
2. T 8 D j. RxT
74
3. .. . . T3C 4. D4R!
7. ASC 9. D 5 R j. RlC
8. n 8 ej. R2C 10. P4 A
75
cipio de evitar el cambio de Peones. Esta captura haría extre-
madamente difícil la victoria de las blancas.
14. . .. T5CD
17. . .. T5C
18. D 5 C A 4A
19. R 3 e
76
1)
Puesto que si 20 .... T S C j. 21. DxT; Ax á 22. P 6 T !1,
fuerza la coronación del Peón.
Un final magnífico, jugado con estilo maestro por las
blancas. r
so
Las blancas juegan. Dado que las
blancas tienen un Peón de ventaja,
parece a primera vista que la con-
tinuación lógica es realizar el cam-
bio de Damas y Torres, pero en
este caso, las blancas no pueden ga-
nar.
1. D6C!!
77'
gan R 1 C, R 2 T, capturando el Peón y venCiendo fácilmente
después . de R 4 C, S A, 6 D, etc; ·
Y si las negras juegan 2. . ..D 6 T j ., las blancas ganan con
3. R 1 C; D 2 R. 4 R 2 T; P 6 T (obligado). S. D xT j., etc;
1. ... P SC 2. PxP PxP
O bien 2 .... D x P j. 3. R 2 R; D 2 R. 4. D x T j.; DxD.
S. TxD; RxT; 6. R2 D; R 3 C. 7. R 3 A, seguido de R 2 C,
3 T, 4, T y RxP.
3. Rl D! Se rinden
Lª§"_ neg:tªs Jtl:laiJ.dpnan la lucha porque si 3 .... P 6 C. 4.
P X P, y las blancas, d~spués de las cambios, capturan con su
Rey el Peón negro.
O bien, si 3.... P 6 A, después de los cambios las blancas,
co~)í;l maniobraR 1 A, 1 C, 2 T, 3 e y RxP.
51
Las blancas juegan. Las blancas tie-
nen un Peón de ventaja, pero _no
pueden, de ningún modo, hácerlo
valer en un final de T y P. Por lo
tanto, deciden realizar la maniobra
T 6 R seguido de T S R, forzando
un victorioso final.
3. ... R2R!
Poniendo una taimada trampa.
Si 4. R 4 D; R 3 R, y las blancas no pueden ganar.
Por ejemplo: 5. P 4 R ?; P 5 A !, y las negras capturan el
Peón avanzado.
O bien, si 5. R 5 A; RxP. 6. RxP; R 5 R. 7. RxP;
RxP. 8. P 4 C; P 5 A, ambos bandos obtienen nuevas<Da-
mas, con un final de tablas.
4. R3D
Ahora, a 4.... R 3 R. 5. D 4 D, gana, como se ha mos-
trado anteriormente.
4. ... R2D 5. P4R!!
Si 5.... PxP. 6. RxP; R 3 R. 7. R 4 D; R 2 R. 8. R 5 A,
y las blancas entregan su Peón del centro, para capturar am-
bos peones del flanco, con lo cual ganan.
5. . .. P5A! 6. R2R!! R3R
La última esperanza de las negras. Después de la respues-
ta 7. R 3 A ? ?; RxP, y las blancas pierden.
7. R 2 A ! ! R XP 8. R 3 A Abandonan
Puesto que tienen qne mover su Rey, permitiendo 9. RxP.
Un emocionante y bello final.
La posición del diagrama 52, que figura a continuación,
conduce a una habilidosa transición hacia un victorioso final
de Rey y Peón.
52
Las negras juegan. El material está
igualado, pero las negras pueden
forzar un victorioso final de Rey y
Peón. El primer movimiento de las
negras es la clave del triunfo.
79
l. T SAj. 3. · RXT RxT
2. TxT TxT j. 4. R2D R7C
80
CAPITULO X
53
Las blancas juegan. A pesar de po-
seer dos Peones de ventaja, las blan·
cas se ven impotentes para vencer.
Su dificultad estriba en que no do-
minan las casillas negras. Sus Peo-
nes no pueden avanzar y su ver.>·
taja de material es una ilusión.
81
Adviértase, de todas maneras, lo siguiente: Si los Peones
blancos estuvieran separados, a gran distancia, digamos, por
ejemplo un P A R y un Peón del flanco de Dama, entonces
vencerían, puesto que las fuerzas defensivas estarían dividi-
das, con el Rey negro bloqueando el avance de un Peón
y el Alfil deteniendo al otro. Como ya sabemos, por ejemplos
vistos en este libro, la defensa dividida está llamada a fra-
casar.
En otras palabras, no hay nada dogmático sobre esta <<ex-
cepción». Los Alfiles de distinto color pueden dar lugar a
tablas, como pueden no dar lugar a ello. Todo depende de
la posición del resto de las piezas. Esto explica que, en cier-
tas posiciones (diagrama 37), con un Peón de ventaja se gane,
y en otras (diagrama 53), con dos Peones de ventaja, no
pueda ganarse.
Todavía otra <<excepción a la excepción», aparece en el
final de Alfil y Peón (diagrama 40). En aquella posición, las
blancas, con dos peones pasados y ligados, dominan las casi-
llas de ambos colores.
••••
R:tB •tt~t
tB ~• at•
• • • • 54
• ••••
~ ljlll ·~ ljWJJ l j Las blancas
iJ, • •
jt O • •
- · "~ W.B ~
juegan. Las negras tie·
nen dos Peones más y calidad. Sin
"~ embargo, las blancas deben gan~r
. W..~U po;que la cla~ada de la Torre anuta
• • ii~::J. a a. e.s~a y parahza por completo la po·
SlCIOn.
82
Las blancas deben mantener la posición. Este es el mé-
todo para ganar.
4. p 5! Abandonan
SS
Las blancas juegan. Esta excepción
es realmente sorprendente. Si las
negras tuvieran un Peón de venta-
ja, el resultado sería tablas. Pero
con dos Peones de ventaja, las ne-
gras están .perdidas.
l. D7Rj.
83
Ahora viene la jugada que coloca a las negras ante el «ZUg·
zwang»:
3. D3R!! Se rinden
56
Las blancas juegan. Ya hemos visto
en otro ejemplo (diagrama 43) cuan·
do tuvieron que luchar las blancas
para ganar con una Dama contra
tm simple Peón. En esta posición,
el caso es más humillante, porque
no hay manera de conseguir el
triunfo.
84
57
Tablas. Si en la posición del diagra-
ma se corrieran todas las piezas una ,
columna, las blancas vencerían fá-
cilmente. Pero en esta posición, el
Peón en la columna de Torre con
el Rey contrario delante, el resul-
tado es tablas, cualquiera que sea
mano. )
... . . .
tado es el mismo .
•
it~
• •
• • •
•
•
58
U g ~ Las bl~ncas juegan. ~on un Peón y
•~ •~ !W'$ií;lf. • •;;z~ una preza de ventaja, las blancas
B B. B. • ganan ~á~ilmente. l. A 5 D j ; ~ 1 C.
~q
·.~gJt·• B.• JI~ ~~prlMci;
g
~!t~· Ji: e~b;r~~. j~~~~
posición del sig~iente dia~rama •. con
JI• R • .B ·.. ~ la mrsma ventaja de Peon y pieza,
las blancas tienen que, conformarse
:r:m 0 con tablas.
85
•••
••"f,•• ••.••
ft~ •
• • •
• • • • .59
E ~ ] E . .E • E • .Las
Tablas, cualquiera que sea mano.
• . · • !'#.'. ~. blancas tienen la misma venta-
~
.,.•~---.:::•=~"""-""'•-.·-"'"•
""
~"'"
ja material que en el ejemplo ante-
" --' rior. ¿Cuál es la diferencia para
- que esta posición sea tablas?
86
CAPITULO XI
El elemento de sorpresa
87
60
Las negras tienen una pieza de ven-
taja, pero se encuentran algo re-
trasadas en el desarrollo. Advier-
ten que su T D no puede ser
capturada, debido a la réplica
... D X P T mate. Esto les da una
tal seguridad que desdeñan la cui-
dadosa (y victoriosa) jugada l.
.=.=a--....1 .. . T 2 T D.
1. A2C??
2. TxPAj.!!
4. T 3ARj.!
88
¡Tablas por Rey ahogado, en la partida de un experto!
Esto, en efecto, le ocurrió a uno de los más grandes aje-
drecistas actuales; descuidó la lógica posibilidad de ahogo.
Sammy Reshevsky, en el torneo de candidatos para el
Campeonato Mundial de 1953, y jugando con blancas, llegó
a la posición del siguiente diagrama, con perspectivas de una
fácil victoria.
61
Las blancas juegan. Con dos peones
de ventaja, las blancas deberían
vencer. Su continuación natural es
l. T 8 T D, con una lenta pero se-
gura victoria. En lugar de ello, des-
cuidan por completo la posibilidad
de tablas, por ahogo, jugando irre-
flexivamente, como sigue.
l. T6AR?? T6Aj.
89
El que ríe el último
Con un Peón de ventaja, las negras conducían la partida
confiadamente, llegándose a la posición del siguiente dia-
grama.
62
Las blancas juegan. Las blancas
atacan el Caballo, pero su Alfil de
-~·.:;::::, 1 Rey también está atacado. Si las
blancas juegan l. A X e, las negras
contestan l. . T X A. Pero las ne-
o o
l. ASAD!!
l. ... A2R
Las negras intentan perder «Solamente» la calidad, pero,
naturalmente, esto es suficiente para perder la partida.
2. AXT AXA 5. T 8 R P4A
3. PSA! P6R 6. A 4 A A 3D
4. P6A! CSR 7. P7 A AxPCj.
No importa lo que hagan las negras. El Peón de Alfil pa-
sado, les costará una pieza.
90
Todo es bueno cuando termin,a. bien
Hacer hincapié en las equivocaciones derivadas de la con-
fianza excesiva, sería una triste nota para acabar este libro.
Así, pues, lancemos una última mirada a una situación en la
cual el futuro ganador ha adquirido una confianza excesiva,
pero puede todavía arreglárselas para reaccionar magistral-
mente antes de que sea demasiado tarde.
63
Las negras juegan. Con tres Peones
de ventaja, las blancas están com-
prensivamente alegres con su posi-
ción. Pero la fantástica jugada de
las negras, pronto destruirá esta
sensación de confianza excesiva.
S. R2C Abandonan
91
SEGUNDA PARTE
COMO LUCHAR
EN LA DEFENSA
Esta parte del libro está completamente con-
sagrada a la técnica del combate defensivo. Nos
enseña los recursos que se pueden encontrar para
una defensa, y proyectar la manera de organizar
debidamente un contraataque.
Míster Reinfeld, una autoridad internacional
en el mundo del ajedrez, ilustra su texto con mu-
cos ejemplos instructivos, que facilitan su com-
prensión. Y demuestra que, muchas veces, el
jugador que está a la defensiva, puede sentirse
satisfecho con una defensa factible, en lugar de
engañarse a sí mismo, tratando de conseguir más
de lo que las circunstancias le ofrecen.
Algunas veces, los planes de defensa se desvían
o debilitan en un momento crucial, lo cual puede
dar lugar a un colapso de la posición. Míster
Reinfeld cree que mediante el estudio de estos
fallos, así como por una buena ejecución de la
defensa, se podrá aprender la manera de cuándo
y cómo evitar un desastre.
Durante los años en que el lector se dedique
a jugar al ajedrez, podrá encontrarse en muchas
importantes ocasiones en las cuales el conoci-
miento de estos capítulos le será de inestimable
valor.
CAPITULO PRIMERO
97
Circunstancias para un contrajuego
Pondremos algunos ejemplos con objeto de poder darnos
cuenta de la diferencia existente entre una defensa activa y
una defensa pasiva.
En el diagrama 1 veremos, por ejemplo, lo que nunca
haría un jugador pasivo.
1
Las negras juegan. A primera vista
parece que las negras pueden ganar
una pieza con el doble ataque
... D 3 R j . El Alfil blanco está ata·
cando la Torre negra. Estas, de un
modo sencillo pueden salvarla con
... T 1 C. En su lugar jugaron como
sigue.
l. D3 Rj.
2. D2R
98
El diagrama 2 ilustra esta posibilidad.
2
Las blancas juegan. Las blancas ne-
cesitan salvar su P R, atacado, y· al
mismo tiempo, conseguir un poten-
te Peón en el centro, con P 4 R. ¿Es
este un plan bueno o malo?
l. P4R PxP
2. CxPD
99
volvemos a una situación en la cual la crisis es drástica e
inmediata.
La posición de las negras está tan enérgicamente amena-
zada, que parece que su'.juego está completamente perdido .
•• .
BJ..E
~. -~-
~i1il
..
•• ••••
~ ~ . .
t•~·
[1tB
~
3
B ~
• o ¡iiJ.í-~·
~.
Las negras juegan. Las blancas
• •••
amenazan D X A, j. seguido de
mate. También las blancas amena-
Dftll
"' ~ zan ganar una pieza con T x A,
-~
, • < o C X A. ¿Podrán las negras sos-
¡¡ 1!1'* < 7.
tenerse en esta situación?
''~-
1. D3CR
100
Cómo encontrar el fallo oculto
Los primeros pasos para llegar a ser un jugador diestro
es el establecer una defensa con un espíritu agresivo.
Si el jugador procede de este modo le será posible encon-
trar sutiles recursos defensivos, los cuales otro jugador nunca
podría spñar.
Mediante el logro de un contrajuego activo, con frecuen-
cia puede conseguirse la dispersión de las fuerzas atacantes,
y aún más todavía, llegar a dominar al adversario.
El diagrama 4 nos ofrece un buen ejemplo que sirve de
comprobación a lo manifestado.
4
Las negras juegan. La Dama negra
está atacada, así como su P. D. Na-
turalmente, hay que pensar prime-
ro · en salvar la Dama. ¿Significará
esto la pérdida del Peón? No cabe
duda que se trata de una difícil
situación para las negras.
Si juegan simplemente ... D 2 A, entonces las blancas con
2. D X P D ganan un Peón. 1
Si las negras juegan l. ... D 5 C, sigue 2. DxD; PxD. 3.
C 6 C; T 1 C. 4. CxA; TxC y 5. TxP, de nuevo las blancas
han ganado el Peón, sin compensación para las negras.
¿Tienen las negras que perder un Peón? Si están lo bas-
tante alerta para: dárse' cuenta de lo que sucede, podrán jugar
l. D2A 2. DxPD
2. T 1 D !!
101
¿Entrega de Dama?
S
Las negras juegan. Aparentemente,
la situación está igualada en lo que
respecta a material. Pero la posi-
ción de las negras es más amena·
zadora, con una Torre en séptima,
que es una fuerte amenaza. En cam·
bio, las fuerzas blancas están dis-
persas y la Dama no puede acudir
a la defensa del flanco de Rey.
l. DlA
102
Si aplican un juego puramente pasivo con 2. T 1 A R, las
negras responderán con 2.... TxT j. 3. DxT; D 4 A j. ganan-
do el Caballo. ·
Esto dejaría a las negras con la ventaja de dos Peones y
calidad y con un juego en vías de ganarlo.
Por lo cual, la mejor jugada que podrán realizar las blan-
cas podría ser la siguiente:
2. AXT DXA
3. C6Aj. ¡Abandonan!
103
6
Las blancas juegan. La Dama blan-
ca está perdida. ¿Cómo proceder?
¿Está el juego perdido o existe al·
gún ,sutil recurso que permita ganar
a las blancas?
l. C3Aj.dsc. RlA
2. e
Si ahora 2. .,.. P XC; se ha salvado.
Pero las negras no cejan.
2. AXD
104
3. A6Rj. RlC 4. e 7 D J. RlA
~ "'~"" 105
7
Las blancas juegan. Las negras tie·
nen un Peón de ventaja, mientras
que el desarrollo de sus piezas está
algo retrasado. Al parecer, no hay
razón· para preocuparse.
l. TxP?
1. C4A!!
106
Una magnífica jugada, a la que han dado lugar las blancas,
y que resta eficacia a la temida P 6 D.
Las negras amenazan ahora 2.... DxT, ó 2 .... AXA, ó 2.
. . .C 6 R, y la iniciativa es arrebatada a las blancas.
Si las blancas intentan 2. TxA; TxT. 3. PXC; entonces,
3.... AxA, quedando las negras con la ventaja de calidad.
Ahora bien, si 2. TxA; TxT. 3. AxA; entonces, la répli-
ca 3... .C 6 R es contundente.
Las blancas tratan de revolverse, pero las negras perma-
necen con el juego ganado.
107
CAPITULO 11
Simplificación
POSQ$ \~e. nosotros nos damos cuenta que una de las me-
jores #.fmas contra un ataque es procurar el cambio de
piezas.-, , <. ""·'-
Un a¡tªque . tiene éxito basado en las complicaciones y en
la acción de piezas situadas en fuertes posiciones.
El juego se simplificará y será más sencillo cada vez que
se logre apartar una pieza hostil, que puede causarnos daño ,
Por encima de todo hay que tener presente que el propó-
sito es reducir la intensidad del ataque adversario, es decir,
aminorar el peligro a que se está expuesto.
Y debe recordarse esto: Si se dispone de un exceso de
material, la simplificación puede ser en este caso más útil,
pues no solamente suavizará el ataque, sino que llevará el
juego a una etapa en que se pueda hacer mejor uso del ma·
!erial remanente.
Para apreciar mejor lo dicho, estudiaremos algunos casos
particulares.
108
8
Las negras juegan. Las negras tie-
nen ventaja de material, pero su si-
tuación no es cómoda. ¿Cuál será
su mejor línea de juego?
9
Las negras juegan. Las negras, en
esta posición, pueden jugar equivo-
cádament~, con facilidad, ya que el
momento es crítico y difícil. Por
ejemplo, si l. ... A 3 R ? ? 2. D x T
j.; e X D. 3. T X C, mate. o bien,
1. ... C 2 R. 2. D 6 D; C 1 A. 3. T X C !
y ganan.
109
Tales precarias jugadas defensivas no conducen a nada.
La manera razonable de defenderse en este caso es buscar
la simplificación mediante cambios de piezas.
1. DxTj.!!
2. DxD A S C!!
¡Espléndida jugada!
Si ahora 3. AxT; AxD, y las negras siguen con una pieza
de ventaja y un juego fácil.
O bien 3. DxT j.; CxD, con el mismo resultado.
O también 3. DxA; PxD. 4. AxT, RxA, y de nuevo el
mismo resultado.
En cualquier caso, las negras quedan con un juego claro,
con ventaja de una pieza. Y han aplastado el ataque blanco.
10
Las negras juegan. Las negras tie-
nen dos Peones más que las blancas
pero se encuentran en dificultades.
Están expuestas a una doble ame-
naza, y, además, deben prevenirse
contra la jugada P 5 A. El hecho de
·=----~·· disponer de dos Peones más, indi-
ca la forma en que deberán pro-
~::::---'='---=='---"="'---' ceder.
11 o
no estarán mucho tiempo sometidas al ataque y, lo que es
más deseable, se encontrarán en condiciones de llegar a un
quede.
final de juego que deberán ganar por el Peón extra que les
La jugada de las negras es ahora clara:
l. D2A!
2. AxA PxA
3. T(l R) 3 R
3. T lAR!
111
muchas más dificultades para una tarea defensiva. Tienen
un Peón menos que las blancas, su Rey está inseguro y tienen
la amenaza inmediata T X A.
11
Las negras juegan. ¿Cuál será el
movimiento más satisfactorio de las
-...z::.""----"='--~~--' negras en esta dificil situación?
l. PSe!
2. TXA D3T j.
112
cas, y los Peones ligados de las primeras son más amenaza-
dores que el P T de las blancas.
Las negras tienen una esp léndida ocasión de aplicar el
juego de la simplificación. Aunque el final está cercano, este
medio las favorec e en todas las variantes.
Consideremos esta posibilidad: 8. R 2 D; P 6 T. 9. R 3 A;
P 7 T. 10. R 2 C; T x A !! 11. P 8. (=D); T 8 D !
Si ahora 12. D 7 T j.; R 3 T, las negras ganan con ... P 8 T
(=D) j. ¡Hermoso juego!
8. A4A
Ahora las negras pueden ganar con 8.... P 7 C. 9. A 2 T;
P 6 T. 10. A 1 C; T 1 T R. 11. R 2 D; l'XP ! y si 12. AxT;
P 7 T, coronando un Peón.
Pero las negras tienen bastantes apuros y deciden jugar:
8. ... T 1 TR
La idea de las negras es que si ahora 9. A 8 C; podrían
seguir con 9 .... P 7 C, forzando al Alfil a ir a 2 T, y entonces
10 .... TxP.
9. A3D P6
Las blancas abandonan, pues si 10. A 1 C; P 7 T. La deci-
dida actitud de las negr as ha hecho que, para ellas, el final
del juego haya sido un placer. Todo por haber aplicado de
un m odo muy h ábil la simplificación, ya que de este modo
han neutralizado todas las posibilidades de ataque por parte
de las blancas y se prepararon para, finalmente, ganar el
juego.
Defensa paciente
La defensa agresiva es buena... si es posible realizarla.
La simplificación es buena... si es posible aplicarla.
¿Pero cómo procederemos si no es posible emplear nin-
guno de taies medios? En este caso hay que resistir, no afe-
rrado a una defensa pasiva, sino que se debe estar, de un
'113
modo constante, a la mira de poder aplicar en un momento
dado, tanto la agresión como la simplificación.
De cómo el defensor puede alcanzar un resultado lisonjero,
se muestra en la siguiente partida, la cual resulta más dificul-
tosa que los ejemplos precedentes.
12
Las blancas juegan. Las negras tie-
nen dos Peones más que las blan-
cas, pero ante el ataque de éstas,
no pueden aprovechar su ventaja
--=:::l....---!='---1 material.
114
Las blancas amenazan con 6. T 3 R, seguido por T 3 e j.
seguido de mate. Pero las negras se han preparado contra
este decisivo ataque.
5 . .. . T2C!!
Pero no S.... P 3 A ?? 6. D 6 e j.; R 1 T. 7. T 3 R, y las
negras pueden abandonar.
6. T3R P3A 7. T3Cj. R2A
Nótese de qué manera las negras han combinado los deta-
lles de su plan defensivo. Ellas no temen 8. T 7 e j. (o un
movimiento similar) porque su Torre, en la casilla 2 e D,
está defendida por su AlfiL Las negras han conseguido una
defensa eficaz.
8. P4A D 3 Cj. 10. P SA P4R
9. RlA R1R 11. T 6 e A4ej.
Las blancas abandonan.
Ha sido este un ejemplo interesante de los recursos apli-
cados por las negras en su juego defensivo.
En el diagrama 13, el problema para las negras es también
muy difícil, aunque las circunstancias son algo diferentes a
las del caso anterior. Ellas tienen un Caballo y un Peón de
ventaja, pero su Rey está sin enrocar y está en una peligrosa
situación. Y aún peor, las piezas blancas están todas desple-
gadas en actitud agresiva, mientras las de las negras están
muy retrasadas en el desarrollo.
13
Las blancas juegan. Las negras tie-
nen el 11roblema de poder defender-
se con éxito, a pesar de su retra-
sado desarrollo. Si pueden realizar
uno o dos movimientos, podrán
completar su desarrollo y simplifi·
car el juego.
Como consecuencia, si las blancas quieren mantener eficaz-
mente su ataque, deberán forzar la marcha y con unas cuan-
tas jugadas la situación puede hacer crítica.
3. TxC!?
3. . .. AXA
116
Es preciso que aprendamos un cierto número de técnicas
para el juego defensivo. En la defensa es preciso estar muy
alerta, y lo más agresivo posible.
Hemos podido observar la importancia de una simplifi-
cación, con el cambio de piezas, para desarticular un ataque
que parecía irresistible.
Mas no es esto todo. El defensor debe realizar un cierto
número de movimientos para ganar tiempo hasta encontrarse
seguro ante el peligro.
En el próximo Capítulo daremos cuenta de otra impor-
tante faceta del juego defensivo. Se resaltará la premisa de
que el defensor alguna vez puede tener éxito solamente por
una limitación drástica de su objetivo.
Aunque esto parezca una paradoja, su aplicación y obser-
vancia, sin embargo, evitará muchas veces la pérdida de la
partida.
117
CAPITULO 111
118
Tablas por jaque continuo
La posibilidad de dar continuamente jaques, es un recurso
para conseguir tablas en una posición difícil o en aquellas
que estaría perdida no existiendo el jaque continuo. Tal es
el caso que se presenta en el di~grama 14.
14
Las negras juegan. Con un Peón de
menos, las negras tienen ocasión de
forzar unas tablas con un jaque
continuo. El modo de conseguirlo es
muy ingenioso.
l. DxP j. 3. R3C T4 Cj.
2. RxD T4Tj. 4. R4A T4Aj.
Y las blancas tienen que aceptar las tablas .
En este ejemplo puede verse claramente la utilidad de
poder forzar unas tablas en una posición que, a la larga,
estaría perdida. ¿Y quién puede dudar que las negras, des-
plegando un depurado arte, han encontrado un magnífico
recurso?
En el siguiente diagj·ama vemos que el defensor está en
una situación todavía más desesperada.
15
Las negras juegan. Las blancas
amenazan con la jugada D 7 C ma-
te. Si las negras intentan defender-
se con l. ... T 1 C ó l. ... C 3 C, en-
tonces 2. D 6 A j ., forzando el ma-
te. ¿Pueden las negras salvar el jue-
go?
119
Sin duda, la situación de las negras es desesperada.
Pero nótese lo siguiente : Con objeto de planear su ata-
que, las blancas, previamente, han sacrificado una Torre.
Con una Torre de más, las negras pueden ceder material para
librarse del mate.
Veremos la única posibilidad :
l. ... C4A!!
¡Espléndida jugada! Si 2. P XC (otra vez amenazando ma-
te), las negras ganan con 2.... D xP j. forzando el cambio de
Damas y, con la ventaja de la calidad, las negras deben
ganar.
Con esta jugada, las negras han evitado el mate, y mien-
tras tanto amenazan ... CxA, terminando con el ataque.
Pero en el supuesto que las blancas jugasen 2. A 3 T, con
vistas a A XC y ganar, ¿cómo procederían las negras?
En el caso de 2. A 3 T, las negras pueden salvarse con
2.... D 2 D !!
En este caso 3. DXD; CxD, equivale a que las blancas
tengan que abandonar. Y si 3. PxA; DXD igualmente, las
negras tienen un juego ganado.
Ante estas consideraciones, las blancas se deciden a con-
formarse con tablas, que consiguen por un jaque perpetuo.
2. D6Aj. RlC 3. D S Cj. RlT
Tablas. Ambos jugadores deben estar satisfechos con este
resultado. Las blancas hacen tablas a pesar de su inferioridad
material. Las negras obtienen este resultado, a pesar de la
fuerza del ataque blanco.
16
Las blancas juegan. Las blancas.han
perdido dos Peones y tienen que
arriesgarlo todo en el ataque. Las
negras a duras penas pueden esca-
par del desastre.
120
En el diagrama 16, el juego es todavia más interesante.
Las blancas son conducidas por Andersen, uno de los
mejores jugadores de ataque y las negras las juega Zuker-
tort, uno de sus más brillantes discípulos.
Ambos maestros, dotados de un gran espíritu combativo,
disponen siempre de magníficos recursos.
Las blancas continúan el juego con un brillante y extraor-
dinario ataque.
l. DSC! D7D
2. CSA!!
2 . ... DxD
4. DxC S. AxD
121
5.... T7DI
17
Las blancas juegan. El Alfil de las
blancas está atacado. Hay muchas
maneras de librarse de esta ame·
naza. ¿Qué será lo mejor?
122
l. A3A??
18
Las blancas juegan. El plan de con-
seguir la victoria, por parte de las
blancas, conduce a que las negras
empleen hasta el límite todos los
recursos de que disponen. La pode-
rosa situación de una de sus Torres
en la séptima fila, proporciona a las
blancas una ingeniosa idea para ga-
nar.
1. TxC!
1. ... T4T j.
123
2. RlC TxT 3. CXP T 8T j.
¡ El primer punto!
19
Las negras juegan. La situación de
las negras parece estar a pun~o
para rendirse, pero ep.cuentran el
camino para forzar las tablas. Esta
partida ha sido jugada realmente
en un torneo internacional.
l. TxPTRj. 3. D X D Tablas.
2. RXT D3Rj. ¡El Rey negro está ahogado!
124
20
Las blancas juegan. Las negras
amenazan con l. ... T x A j. 2. R x T;
T 8 mate. Para librarse, las blancas
tratan de liberar su Torre.
l. RlT D7R
Las negras han encontrado el modo de mantener la fuerza
de su amenaza con 2.... T o DxA j. seguido de mate.
Como las blancas no pueden jugar 2. TxD por 2... .TxA,
mate, se ven obligadas a volver con su Rey.
2. R 1 e D6 R
Renovando Ia amenaza.
3. T lR! D7R 4. R 1 e D6R!
Tablas. Ningún jugador puede variar sus jugadas sin fata-
les consecuencias. No hay solución.
El diagrama 21 ilustra la misma técnica, pero en una
forma más atractiva.
21
Las blancas juegan. Las blancas tie·
nen un Caballo y un Peón de venta·
Ja, pero su partida parece perdiaa,
ya que su Dama está amenazada y
si abandona la columna de Caballo
recibirán mate.
125
Es cierto que las blancas no pueden mover su Dama, pero
les será posible aplicar uno de los mejores recursos: el con-
traataque.
l. TSe!
l. T1R
2. T 1e! T 1 eR!
3. T se 1 T1R 4. T 1 e TlCR
126
CAPITULO IV
DEFENSAS DEFECTUOSAS
127 .
22
Las blancas juegan. El próximo mo-
vimiento de las blancas está claro,
pero no así el de las negras . Su me-
jor respuesta sería l. ... O • O !.
Pero la réplica que efectúan redun-
da muy rápidamente en contra suya.
l. CxC PxC?
2. DxC
Ahora las negras se dan cuenta, sorprendidas, que están
acorraladas por tres sitios distintos. Ninguno de los Peones
puede tomar la Dama, ya que ambos están clavados, y si 2.
... PxA, sigue 3. DxT. La jugada 2.... A- 2 D tampoco es sufi-
ciente porque las blancas simplemente retrocederían con su
Dama a 4 R 6 3 A.
De este modo, con una pieza menos, y sin posibilidad de
recuperarla, las negras están perdidas sin esperanzas.
Volvamos a la posición del diagrama 22, y veamos cómo
las negras debieron haber jugado. Después de l. C X e, la
réplica razonable es l. ... 0- O! En este caso, con la retirada
del Rey de la columna de Rey, las blancas ya no pueden
jugar 2. D X e, y como el Caballo de las blancas, en la qtsilla
6 A D, no tiene escape, las negras recuperan la pieza.
Es cierto que las blancas pueden jugar 2. exP, ganando
un Peón. Sin embargo, las negras pueden aún seguir luchan-
do, pues queda mucho juego.
El simple enroque era, para las negras, el justo movimiento
defensivo.
En el diagrama 23, las negras cometen parecidos errores.
128
E
~-
U .M.•
-A~
• . • irl.
•w~ •~
n
~ ·· lW.4ií ~BW
• .¡¡¡¡,
~:.t~~
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U
••••
~ ~
23 •it 9 ·~· 6B ft
Las blancas juegan. El Rey de las
negras está muy presionado, pero •
.-~
~
¡¿¡M~~-•~~.
p
iWííí§ D ~·
-.·. ~
puede librarse con un buen juego. ~~
~=
~~" ~=~~
- ~=~~
~ --~~
l. A 7 R j.! ? R3C??
129
24
Las blancas juegan. Jugando las
blancas l. T X P ? ?, tienden una
trampa que las negras pueden re-
chazar de un modo incisivo. ¡ Pero
las negras tienen ocasión de equi·
vocarse!
La trampa
Uno de los peores errores es caer en la trampa que el
adversario ha preparado de un modo deliberado. Nada, en
efecto, es más conducente al despiste como la creencia de
que nuestro adversario está de~pistado.
Nuestros sentidos nos ciegan hasta el punto de que no
existen otras posibilidades que las. que vemos ante nuestros
ojos.
Así, en el diagrama 25, las negras ven que pueden ganar
una pieza. Antes de seguir adelante en la reflexión sobre las
consecuencias, se aferran a la ganancia del Caballo.
130
25
Las negras juegan. ¿Qué es lo que
amenazan las blancas y cómo pue-
den defenderse las negras de esta
amenaza? ¿Deberán aceptar o re-
chazar la captura del Caballo?
En la posición del diagrama, las blancas amenazan 1.
C 6 R ! Si entonces l. ... PxC. 2. D 7 T j. y 3. DxA mate.
Ahora bien, si l. ... AxA j. 2. RxA; PxC. 3. D 8 T j.; R 2 A.
4. T 7 T mate.
La jugada mejor para las negras parece ser: l. ... C 1 A,
y si entonces 2. C 6 R ?; AXA j. 3. RxA; D 3 A j. y las negras
evitan el mate y ganan una pieza.
En lugar de este modo, las negras lo hacen de un modo
muy inocente. Creen que pueden capturar el Caballo y actúan
sin tener en cuenta si es oportuno.
l. ... AxC ?? 3. TxAmate.
2. D 8 T j. AXD \
Ahora está claro. El Caballo fue un simple cebo.
En el diagrama 26 es aún más notorio lo que pu cch ocurrir
cuando no se procede con cautela.
26
Las negras juegan. Las negras pue-
den capturar la Dama blanca. ¿De-
ben hacerlo? Como veremos, sería
un grave error. Sin embargo, es
excusable. Las negras calculan la
segunda jugada de las blancas, pero
no la continuación. Hay que reco-
nocer que no era fácil prever.
131
1. CxD 2. TxP j. R1T
3. T8Cj.doble!!
27
Las blancas juegan. La primera ju-
gada de las blancas está muy bien
calculado para confundir a su opo-
nente, que no sospecha nada.
l. C(2D)4A!!
l. PxC 2. DxCl!
132
2. .. . PTxD
3. CxP
5. T 8 Tmate.
No prever esta combinación es perdonable a las negras.
Pero no podemos decir lo mismo con lo que ocurre en el
siguiente ejemplo.
En la posición del diagrama 28, se observa una sólida
defensa, pero las negras no se dan cuenta de que el bloqueo
de la casilla 2 A R es necesario.
28
Las negras juegan. ¿Qué sucederá
si las negras mueven su Torre de
2 A R? La posición de las blancas
es más agresiva en general, pero
las negras pueden defenderse man-
teniendo el bloqueo de la casi·
lla 2 A R. Pero no se dan cuenta
de la importancia de esto.
l. T (2 A) 2 D?
133
2. TxC! PxT 3. P7Aj .
3. TXP 4. DXP
EJEMPLOS PRACTICOS
. DE DEFENSA
.
Defensa defectuosa
Primeramente veremos lo que sucede cuando un jugador
se encuentra metido en un gran apuro y no sabe cómo salir
de él.
Defensa irregular
135
Para hacer ver por qué este movimiento es equivocado,
nos haremos la siguiente pregunta: ¿Cuál será el segundo
movimiento mejor para las negras?
Lo más razonable sería 2.... P 4 D. En este caso, las negras
luchan por el control de las casillas del centro. La disputa
por este control es un empeño que hay que ganar, ya que el
mismo propósito tienen las blancas.
Así, jugando 2... . P 3 C R ? las negras ignoran la lucha
por el control del centro. Y sus piezas llegarán a estar faltas
de movilidad, dispondrán de poco espacio y serán forzadas
a agruparse en una formación defen?iva.
Jugarán sin desarrollar sus piezas y podrá verse cómo el
apartarse de las normas será el fracaso del juego de las negras.
7. 0- O P4D
136
cierto que donde hay una voluntad hay un camino. Las blan-
cas tienen más movilidad, tienen la iniciativa y tienen el fu-
turo. Si proceden de un modo agresivo, salvarán los obs-
táculos.
¿Será esto posible aun ante una sólida defensa? Sí, aun
en estas condiciones. Pues en una situación defensiva donde
las piezas del defensor estando juntas, amontonadas- como
lo están en este caso- sus piezas no tienen mucho valor.
Como consecuencia, un sacrificio de material por parte
del atacante, no involucra un gran riesgo.
Podrá observarse que los apuros del defensor son debidos
a que no pueden desplegar sus amontonadas piezas muy
rápidamente y lanzarlas al lugar de la lucha.
Como consecuencia, la situación de su Rey debe ser prote-
gida, mientras sus intítiles piezas deben combatir ociosa-
mente lejos del campo de batalla.
14. e 3A P3T?
137
Desde el momento que las negras han demostrado su
propósito de contraatacar el flanco de Dama, deberían jugar
... P 4 C D. En lugar de esto, las negras han vacilado. No saben
lo que se hacen ni saben lo que deben hacer.
En su ignorancia están derribando los pilares de su propia
armazón defensiva.
24. P6A
24 .... AxP
139
anuncian ahora el mate en tres jugadas, con 31. A 6 e j.;
R 1 A. 32. D 4 A j.; e 3 A. 33. Dxe mate.
Nótese la concentración de cuatro piezas blancas- Dama,
Torre y dos Alfiles- contra el Rey privado de movimientos.
Las negras confiaban en la barrera del Peón para proteger
al Rey de todo daño. Esta confianza estaba fundada en una
idea equivocada: que permanecería así. Esto es la esencia
de una mala idea defensiva.
Si el atacante está alerta y lo bastante agresivo, siempre
encontrará la manera de romper una barrera puesta en su
camino.
Cu(lndo .se está a la defensiva, la principal labor será vigi·
lar todo movimiento mortífero que le pueden preparar.
¿Cómo? Una de las maneras es tratar de dar a las piezas. el
máximo de movilidad, con el objeto de poder encontrarse en
condiciones de contraatacar.
Si la situación no es apropiada para el contraataque, en-
tonces la movildad es aún más necesaria. En tanto que las
piezas de la defensa puedan disponer de libertad de acción,
podrán acudir a la zona amenazada.
Por encima de todo, debe evitarse llegar a la situación de
las negras, en la partida que hemos visto, después de sú.
jugada 18, donde tres piezas, en el flanco de Dama nada
hacen, en cuanto a la defensa de su Rey.
En la partida anterior no existe un apreciable esfuerzo
defensivo. Las negras han cometido errores considerables en
su defensa y esto les ha conducido al desastre.
En otras partidas veremos lo que sucede cuando el de-
fensor realiza una buena labor.
Contrajuego gradual
El siguiente juego es característico. Las negras están en
una situación deprimente, a consecuencia de su salida. Pero,
como se verá, pronto se dan cuenta del peligro y se caneen;
tran en tratar que sus piezas puedan moverse de un modo
eficaz, procurando situarlas en las mejores casillas.
Habiendo aceptado un gambito, en la apertura, las negras
disponen de un Peón de más. Pero no se dedican a conser-
varlo, de un modo precario. Al llegar ya al sexto movimiento,
140
. están dispuestas a cederlo. Esto es importante, pues muchos
defensores han arruinado la partida, sin posible enmienda,
por aferrarse a la idea de conservar con tesón su material.
Aun cuando las negras pierdan el enroque, no deben dés-
mayar. El peligro será mínimo porque su marcha es satis-
factoria. Como consecuencia, las blancas no podrán aprove-
char la falta de enroque.
A su debido tiempo, las negras emprenderán el contra-
ataque.
Este contraataque causará al adversario una verdadera
sorpresa. Este es un juego que puede servir de ejemplo mu-
chas veces. Parece, a primera vista, un juego decepcionante,
porque las negras juegan tan bien que el trabajo de su defen·
sa y contraataque parece ser una cosa sencilla. ¡Y no lo es!
Gambito Evan.s
l. P4R P4R 3. A4A A4A
2. C 3 AR C3AD 4. P 4 e D
4. AxPC
141
La jugada 6.... P 3 D ! es un buen movimiento, en el
sentido técnico. Pero su impacto sicológico aún es mayor.
Por este movimiento, las negras conservan un Peón en el
centro y preparan el desarrollo de su Alfil de Dama, lo cual
es una gran cosa.
El movimiento tiene un profundo significado. Indica que
las negras están dispuestas, ya en esta primera fase, a ceder
el Peón extra.
Las blancas pueden recuperar el Peón con 7. PxP; PxP.
8. DxD j.; CxD. 9. CxP. Pero en este caso, se han cam-
biado las Damas y con ello las posibilidades de ataque de
las blancas. Las negras pueden continuar, simplemente con
9.... A 3 R, con un prosaico final dé juego que, de un modo
incomprensible, no tiene atracción para las blancas.
Las blancas, naturalmente, evitan esta posibilidad simpli-
ficadora, pero es indudable que se encuentran sorprendidas
por la revelación de que las negras están menos interesadas
por la pérdida de material que por el éxito de su ataque de
ruptura.
7. A 5 e R P3A s. n 3 e
El juego típico en un gambito: tratar de confundir al ad-
versario con movimientos sorpresa.
Si las negras juegan 8.... PxA, entonces 9. Axe (amena-
zando mate).
8. .. . eR2R
Amenazando D 7 A mate.
142
Pero las negras deshacen fácilmente la amenaza, y al mis·
mo tiempo consiguen espacio para su Dama. ~
14. P 5 D
143
A 3 A; D 4 C !. 20. P 3 C; PxP. 21. P TxP; DxP j., y las
blancas pueden abandonar con toda tranquilidad.
Duramente presionadas, las blancas han sido «estafadas».
19. A6C?
Otra vez las negras han forzado ·la réplica de las blancas,
pues si 22, R 3 A; D 6 R mate, o si 22. R 1 R; DxT j.
21. ... AS C j.
144
pero su Dama está en medio de la refriega, mientras que la
Dama blanca está apartada.
26. R 1A PxP
145
El preciado medio punto
En este juego también veremos la maravillosa defensa
precavida y el contraataque realizado por las negraE .
En él se verá que el poder retirarse es una tarea muy
difícil, y el realizarlo sin perder, es realmente algo notable,
y el que lo realiza puede realmente sentirse orgulloso de ello.
Ga.mbito de Rey
3. C3AR P4CR
4. P4 TR
146
Ahora el juego entra en una fase critica. Las blancas rom-
pen la cadena de Peones de las negras, así como los Peones
avanzados de las negras se encontrarán en peligro de ser
capturados y, mientras tanto, la debilidad de las negras en el
flanco de Rey persiste.
Si las negras, en un momento dado, enrocan en este lado,
su Rey quedará expuesto al ataque.
4. PSe 5. e5R
5. ... C3AR!
¡Más maniobra!
8. P4D e4 T
9. e3AD 0-0
10. C2 R
16. . .. TlR
148
po, la Torre de las negras en 1 R está en una posición ame-
nazadora, en la columna de Rey.
17. TxC!?
21. R 3D!?
149
R 1 R. 23. T 1 R j.; A 2 R, tienen una defensa satisfactoria,
con ventaja material.
En su intento por Ul.l activo contrajuego, las negras optan
por un sutil recurso defensivo.
23. R3A!
23 .... AXPj.!
150
26. RlR 28. D S A j. R1R
21. n 6 ej. R2D Tablas
151
blecer una situación que le permita atacar, en lugar de de-
fenderse simplemente.
El cambio llega de un modo repentino, hasta tal punto
que, sorprendido su adversario, se desconcierta.
152
29
Posición después de 8. . .. T 1 R. La
posición de las negras está extre-
madamente ahogada. Una mirada a
este diagrama nos muestra las difi-
cultades con que tienen que enfren-
tarse las negras. Las blancas tienen
libertad y disponen de espacio. Las
negras disponen de muy poca movi-
lidad.
9. T lA PxP
153
tivas y enfrentarlas con piezas activas del adversario. Esto
es lo que ha sucedido en este caso.
12. e 4 R!
17. P 4 R
t154
17.... TlD 18. T R 1D A2D
¡Al fin el Alfil es liberado! Pero las negras aún están lejos
de poder alcanzar la libertad.
19. P 5 R
20. A 1€ P3e
155
Las blancas han rechazado el Alfil, pero por el avance de
los Peones han abierto el flanco de Dama a una posible inva-
sión de los Caballos negros. Más tarde, cuando el contra-
ataque de las negras S¿!a como una riada, apostarán los Ca-
ballos, agresivamente, en las casillas 5 C D y 6 A D.
Y todo esto, gracias a los movimientos de los Peones, que
las negras han provocado astutamente.
23. C4D
Nótese lo siguiente: como resultado de los movimientos,
de apariencia agresiva de las blancas, P 4 R y P 5 R, las ne-
gras han sido capaces de apostar su Caballo en la casilla
eterna 4 D.
Las cosas se están empezando a poner bien para las negras.
24. A 3D TDlA
Ahora amenaza ganar la calidad con C 6 A. (Véase la nota
para el movimiento 23 de las blancas.)
156
¡Contraataque! Y amenaza de ... DxT.
31. T 1 R TSD!
32. PxP!
\
32. . .. PTXP
30
Posición después de 34. D 1 A ?
Las blancas amenazan ganar la ca-
lidad con C 4 R. ¿Cómo se librarán
las negras de esta amenaza?
34. ... e7A!
157
Las negras no hacen caso de la amenaza porque preten-
den sacrificar su Dama.
38. T 1 A CSR!
Los caballos de las negras dominan el tablero. La ame-
naza inmediata es: 39 .... T X P, forzando el final, en el cual
las negras tienen dos Peones de ventaja.
Las blancas evitan este final sin esperanza, pero los Ca-
ballos de las negras continúan su alegre marcha.
39. A2R CSD 40. A3A CXPA!
158
Las negras fuerzan al Rey blanco a retirarse a la primera
fila. A las blancas no les gusta tener al Rey en esa fila, ame-
nazado por la potente Torre negra en la séptima fila. Sin
embargo, en el caso de 46. R 3 C, sigue 46 .. .. P 4 C !, amena- ,
zando 47 .... T 7 C, mate.
En esta variante, la; negras también ganan, si 47. T 2 A.
Sigue TxT j. 48. RxT; C 6 D j., ganando la Dama.
Podrían escapar las blancas con 47. T 1 C R. Pero en este
caso, las negras jugarían 47 .... T (1 D) 5 D !. 48. D 8 C j.;
R 2 C. 49. D 5 R j.; P 3 A. 50. D 7 A j.; R 3 C. Ahora las
negras están libres de jaques y continuarán con 51. ... C 4 T j.
y 52.... T 5 T, mate.
Estas variantes son notables porque las negras, haciendo
uso de sus recursos de contraataque, inician su plan cuando
las perspectivas son poco claras. Es decir, que las negras se
benefician, por su táctica, de buscar buenas casillas para sus
·Caballos y doblando sus Torres en la columna de Dama.
Gracias a estos laboriosos preparativos, las negras son
ahora dueñas de todo el tablero.
46. R 1T T(7D)SD!
48. D 7A
48. T (1 D) 4 D!
49. T 1 R T4CR!
160
CAPITULO VI
Gambito vien.é s
161
Las blancas se apresuran a formar un amplio y potente
centro de Peones, a costa de exponer su Rey a un ataque.
Esto hace que sea muy diferente, en este planteo, si el
que juega con blancas es un inexperto, que no puede prever
las peligrosas consecuencias de la réplica de las negras, o se
trata de un maestro, que desde este momento se mantenga
en guardia.
4. . ..
162
La~ negras creen que tienen el ataque, pero se equivocan.
Las blancas están montando un fuerte ataque sobre el fl~nco
de Dama. Disponen también de una valiosa columna de A R
para su Torre. El hecho asombroso es que su Rey se encu~n
tra a cubierto y seguro tras los Peones.
Las negras tienen sus fuerzas divididas y sin desarrollar,
y su Dama se encuentra fuera de juego.
163
Otra línea para ganar es: 27. D 3 A (amenazando con 28.
exP, y 29. T 8 T, mate). Si entonces 27 .... T 1 A. 28. D 3 T
decidiría en seguida.
27. e2R
O bien 27 .... R 2 A, permitiendo 28. D 3 A, con efectos
aplastantes.
Una y otra vez nos debe maravillar la destreza de las
blancas. Su Rey está perfectamente seguro, mientras que el
Rey negro está expuesto a todos los golpes.
28. PxP
164
groso, cada jugador sabe exactamente cuál es su situación
y debe hacer lo posible por vencer, evitando el fracaso.
Esta tensión se incrementa hasta un grado inconcebible,
cuando cada jugador sigue el curso indicado para llegar a la
predestinada conclusión.
8. PxP
. 165
Las blancas han pasado el punto crítico. Han permitido
a las negras establecer «una mayoría de Peones en el flanco
de Dama». Es decir, tres Peones negros contra dos Peones
blancos, en dicho flanco.
Si las negras, de un modo sistemático, avanzan sus Peo-
nes de este flanco, podrán obtener un Peón pasado que po-
dría proporcionarles la victoria.
Las blancas, para contrarrestar este peligro, han de en-
contrar compensaciones de alguna manera.
166
P 4 T R !, y las blancas estarán dispuestas a avanzar P 5 C,
como un contrapeso a la amenaza de las negras sobre el
otro flanco.
2s. e 3 A?
29. e 4 e!
167
32. P 3 en D3A 34. e 2 T PST
33. P 3 T R P4TD 35. P 4 e PxP
38. . .. AXP
39. T 2 CR!
168
39. .. . RlT 40. PxP
T69
No darse cuenta de la gravedad de encontrarse en este
punto crítico, deja al jugador que tal hace a merced de su
adversario.
Poseer este conocimiento, proporciona la claridad nece-
saria para poder hacer uso de todas las armas disponibles
en una defensa, cuando se encuentra un jugador sometido
a una dura presión por un ataque enemigo.
110
IN DICE
PRIMERA PARTE
173
SEGUNDA PARTE