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Memoria histórica de los sucesos m >

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MEMORIA
HISTÓRICA
DE LOS SUCESOS MAS NOTABLES
DE LM

CONQUISTA PARTICULAR

POR LOS ESPJÍJ^OLES.


^
QUE OFRCCS AI. ES^^DO F. F. F. ^LISCIBHSE
DBSSOSO DE LA ILUSTRACIÓN.

EDICIÓN facsímile
1966

Edmundo Avlfla Levy


EDITOR

GVABALAJARA AÑO DE iSSi


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in 2010 with funding from
Boston Library Consortium Member Librarles

http://www.archlve.org/detalls/memorlahlstrlcOOfrej
Fray
Francisco
Frejes
CONQUISTA PARTICULAR
DE JALISCO

EDICIÓN facsímile

Edmundo Aviña Levy


EDITOR

1833 GUADAL AJAR A, JALISCO. 1966


Esta edición consta de
120 ejeniplares numera-
dos, los 20 primeros
fuera de comercio.

EJEMPLAR No. ^y
\AJ^^/ \'
MEMORIA
HISTÓRICA
DE LOS SUCESOS MAS NOTABLES
X>E LA

CONQUISTA PARTICULAR
ID3B JTA^íITS©©
POR LOS ESP^XVLESy

QVE OFRECE ÁL ESTADO F. F. F. JALI8CI£KÍ£


DtStOSO DE LA ILUSTR.lCIO^'T.

OÜADAL AJARA A5o DC itSl


1

INTRODUCCIOm

%J na de mas dignas
las propierlados
del hombre es poder alcanzar los co-
nocimientos mas esactos de cuantos en-
cierra la naturaleza.
El racional que no procura, per-
feccionar Ins luces del entendimiento,
solo merece poseer los bienes de la
tierra, como las Bestias. El mundo
y la naturaleza es el mismo en todas
partes para éstos infelices; y solo pien-
san en su conservación.
No asi el que hace el uso que de-
be de sus potencias, y del poder; que
con ellas tiene para tocar cuanto es
objeto de su entendimiento. Estos
principios en todos sentidos verdade-
ros forman al sabio entre lus hombres,
y lo distinjíue de los demás. Este,
tanto mas «o perfeccionará en sus co*
nocimientos, cuanto sea mayor el es-
tímulo 4iíe. tenga para adquirirlos.
No se puede negar que entre los
Amerieanos ba habido grandes sabios;
pero mas lo hubieran sido, si sus fa-
tigas hubieran sido ayudadas del in-
terés, y estimuladas por la pasión de
gloria. Nada de esto, por desgracia,
poseyeron en tres siglos y aun debie^
ran pertenecer todos á la primera da*
se de hombres que solo piensan en su
conservación, si al mismo tiempo que
se resignaban á prescindir de unos de-
rechos comunes á todos los hombres,
no se hubieran dedicado á las ciencias
especulativas^ en que entretenían la
gran capacidad de su entendimiento.
Si esto es una verdad con res-
pecto á las ciencias en general, lo fué
con la mayor escrupulosidad con res-
pecto á la historia. Susceptibles los
Americanos de la mas alta política^
fueron privados de unos bienes que
hubi«ratt adelantado los dias de glo-
ria que disfrutan^ si no se hubiera tra-
bajado coa tanto empeño en obsíxuir-;:
1
3.
fes los conductos de esta ciencia prnc*'
tica, que ónteaíBente puede hacer la
'
'

felicidad de lo^ ]>üeblas.


La hi.«?íoría, sí, la hisforia^ osta,
ciencia qoe mn^ falta nos ha hecho
para nuestros aciertos» Ella es la que
dirige mejor cftíc los principios á los
gobiernos. Fiemos viisto paipablenien-
te esta verdad,
Lo^ yerros que sé cometieron en
h>s^ dias áil grito de- independencia,
faerori efecto de la ignorancia de, la
historia de nuestra conquista» Esta^
escrita aF paladar de los dorainadore% I

tío pudo fundar generalmente la opi"


ilionpara nna decisión general. Es-*
ecrita por los que somántente aspi^
raban á ios fempíeos, debieron ocul* j

tamos cuanto conducía á darnos nú


conocimiento esacto de nuestros dere-
chos^ y de las bafses^ sobre que de"
biamos estabfe^cer off g-obierno, que
prácticamente nos trajere ía felicidad
y todos log= Meneff<, : ~ » .

Yo he reunido jBn esta memorial


noticias que h&u ^sludí^ QQulVás para
4 ,

jaosotros, y espongo lo que realmente


sucedió en la conquista de Jalisco,
sacado de manuscritos auténticos, y
€jfie no se imprimieron para que ig-
noráramos verdades las mas interesan-
teso Pero no ha sido mi único fin al
darlas al publico el que nos preocupe-
mos con mas esactitud de nuestros dere-^
chos, sino también para que aprenda-
mos á conservar el precioso y costoso
don que el Señor nos concedió de nues-
tra independencia. Esta memoria en
manos de los niños hará grandes pro-
gresos. Sil inata curiosidad pera sa-
ber lo pasadoj y que por desgracia
hasta ahora no. tiene otro pábulo que
la fábula y la Mitologíaj los forma-
rá buenos ciudadanos, les inspirará el
horror que se íner^ce la tirania, y los
dispondrá mas pronto á otros para go-
bernar con acierto, supliendo la esper
riefscia de los sucesos pasados, los de-
fectos de Ja edad, y los conocimien»
tos prácticos d® gobierno.
»>.

Pynmera población, pnlft^ra y tp*


ligñon de los Indios antes de les

conquista.

.,t^A »frJ.gg-§4«--*'^^.

la relarion de los
h'stnrica
memorables sucesos ne conquis- la

ta que hicieron los españoles de


las Aaiéricas, debfí preceder dar
una idea general de! gran proble-
ma de los primeros horiibres que
poblaron estos tan vastos reinos^
y lina parte tan notable de la tier-
ra. Al efecto debemos suponer que
los primeros historiadores ya no
encontraron docu/nentos en que a-
poyar sus opiniones, y menos pu-
dieron snber por los nuevos des*
C! brimientos los fímites de las A-^

niéricas, que después se han re-


conocido. Aquellos concibieron irn-
6.
posible el hombres
transito de los
á este emisferio, sino por medio
de embarcaciones, porque ignora-
ban que hubiese tierra firoie, ó al-
gún estrecho que uniese nuestro
continente con el otro.
Los Víales de Ferrer y Cook
demuestran haber al grado 67 de
latitud N
y al N O. de nuestro
Méjico, llamada América Sepíem-
trional, un estrecho llamado aho-
ra de Bering, y at.tiguamente de
Anian, de catorce leguas de lar-
go, y de ancho al N solamente
de mil varajá ca&íelianas por am-
bas costas. Del estrecho refierea
haber dos psilascos cortados per-
pendicularmente.
No necesita mas la sana crí-
tica para inferir fuese este el pun-
to por donde á pié enjuto pudie-
Toii los hombres verificar su en-
trada. Digo á pié enjuto porque
lio QS la primera vez que se ob-
.
y.'
servan tales divisiones, eannles. ba-
hiaS; y otras inmutaciones acciden-
tales que hace la ruar
Por esto, que antes fué €on«
jetnra y ahora certeza aún por o-
tros fundaoientos, no me dttv-jigo
en asentar con muchos, y vuItq
eüos el níanuscriío que sigo. Qtue
Dios, autor de !a sociedad, vien-
do que los dispersos de Babilonia
vagueaban esparridos por la tier-
ra, sin entenderle unos á otros por
la confusión de idiomas; dispuso
que buscasen tierra projíia, libre
de la ambición de los demás, [)a-
ra formar patria y sociedad. Lojj^
Iradirjciorjes, y avia historias anti-
guas de la América que se encon-
traron en tablas y geroglifiros a-
seguran iir.ber liabido en ella Hos
transmigraciones, que por un mis-
ino camino trajeron la población
del graii lerrituiio. La priftiera fué
/ ,
.
8. .

de los Tultecas, y la segunda de


los Aztecas.
Asi lo aseguró un Casique ó
sefior ternopral del pueblo de Tza-
poízingo que habia cerca de Ja-
lisco. Le preguntó Nufio de Guz-
Bian: ¿qué noticia le daba de sus
ascendientes? y le dijo: haber oido
decir á su padre llamado Xana-
ealtoyorit, que sabia de sus ascen-
dientes: que de !o mas interno del
Norte, de una provincia llamada
Astadar, salieron varias familias en
diversos tiempos buscando tierra
í]U8 poblar. Que poblaron la Qui-
-vira, Sonora, Sinaloa, Acaponeta,
Jalisco, Ton ala, Sayula y Colima.
Que de aqui pasaron á Michoa-
cán y Tescoco en donde hicieron
mansión Que creciendo estas co-
lonias, fundaron reinos y sefíorios
pacificamente, sin que hubiese quien
disputara derecho alguno.
Que eisiais primeras poblacio-
a
Des guardaron la ley natural; pe-
ro que otras tribus que entraron
después de muchos :^iglos trajeron
la idolatría y culto supersticioso.
Esta relación es tanto mas cier-
ta, cuanto que aun en tiempo de
la conquista, se conservaba en los
reyes de Tescoco la consíuri:ibre
de adorar al verdadero Dios, sin
figura que lo represente. Asi lo
dice el P. Clavigero. Añadía Pan-
tecal, que del mismo origen sabia:
que las naciónos idólatras que vi-
nieron después trastornaron el or-^
den, estraviaron la sencillez de las
costumbres, promovieron gusrraSj
V dominaron toda la tierra.
Por esta relación, conflrmada
con la tradición universal, tablas y
geroglifÍG@S:^iie conservaban ios in-
dígenas, es demostrada la historia
de los Tultecas y Aztecas: sien-
do los primeros de las naciones*
dispersas de Babilonia; y los se-
10.
gundos de diez tribus de Is-
laí?

5*ae!, sterrados de su reino por


di
Bülmnnazar rey de los Asirlos.
Varios Cálculos históricos de
analogía de costumbres, de iden-
tidad de térniiiios en el idioma; de
genio, y aún de a íí unos ritos y
I

st^remonias reiigiosas. y sobre iodo


la tradición; que es el mayor arj^fa-
mentó entre ios indios hacen de-
inostr^ibles estas verdades Aun-
que los primeros tomaron las cos-
tas con preferencia á itis sierras
para u>rmar sus pueblos, conforme
Be aumentó debieron atravezar mon-
tañas en bu¿€M de tierras cómodas
y seoruras para su subsistencia.
Los Aztecas que entraron por la
sierra poblaron el N. Méjico y cos-
tas del N. América. Digo esto con
alirnna seijaridad, con respecto á
encontrarse mas que en otras par-
tes, en estos indios alj^anas eos-
kinibrcá y ritos de I03 Judíos. Lo
11.
cif^rto segundos qne en-
es que los
traron, dorninarun a los priíiiíros..
A estas naeiodcs llamaron los Tul*
tecas Chichiruecos; que quiere de*
cir perros bravos.
A estos notieias generales de
la población de las Americas, de*
be agregarse, que por cuanto he
dicho, i]o deben tenerse por fal-
sas las opiniones de algunos his-
toriadores que suponen transmigra-
ciones de gentes á estos ricinos en
barcos errantes en el Occeano y
que tocando con sus costas pobla-
ron parte de la América; pero yo
entiendo que si esto sucedió, por
aií^un evento debieron neutralizar-
se las costumbres de los menos,
con las de los mas: y siempre que-
da en su fuerza la verdad asen-
tada de que los indios vinieron de
la Asia.
Siendo tan distinto su clima
aativo, de éste; tantos siglos que
12
se propnsfííron; la vida snlvag^ f^H
que vacian. íiaciendo y niurienclo-
se bajo las inclemencias íie ios tiem-
pos: no fué diñril que lles'íisen á
variar de colora y que declinasen
en colorados ó cobrisos, hasta con-
traer este color con la naturaleza.
E'-te fenónrieíio no sé por qué ha
sido tan difícil de resolver hasta
ahora siendo í-^n obvio el efecto
que produce en Uis plantas !a trans-
2ingracion. En lo vegetal somos
los hombres semejantes á ellas, y
£s evidente qne las mas varían en
al tamaño, color y sabor, sembrán-
dolas en distintos temperamentos.
Por esto mismo no se debe estra-
fiar como son descendientes de A^
dan los negros, ios blancos, los in-
dios y aun !os g^igantes.
La distinción odiosa de cas-
ias que introdiijo el f inotismo
po-
lídco y justamente abolido por las
hy.QB, vino á las Ameidc:^s de la
13.
introducción de negros de África^
y las mezclas que resultaron de
los enlaces legítimos ó clandesti-'
Xios que contrngeron con las in-*

días y españolas.
La generalidad del caráctet
mejicano, carácter dócil y afabJe^
se debe al de los indios. Es in-»
dudable que los maS- de los cou«
quistadores, y los innumerables co-
lonos que de todas naciones les
succedieron, se casaron con indias:
no solamente los reconocidos pop
señores de la tierra, sino atjín coa
los demás que luego que los co^
nocieron se decidieron para ellos
y aún ayudaron en gran parte á
la conquista y destrucción de sug
semejantes. .

Ya se vio en el sitio de Ta*


0otan, como después diremoSj á
una india llamada Beatriz, cortar
con sus manos la cabeza á unu
14. , _
,^
de valientes que defendían los
los?

derechos de su patria.
/ En
cuanto á la religión y po-
lítica de los indígenas antes de la
concjuista, se dijo ron la declara-
ción del indio Pantecal, que !o3
rimeros en lo general guardabart
t ley natural; hasta que escan*
a
tí.ilizodus con ía idolatría de los
Aztec«^?, corni'nzaroo á adorarlos
y les formaron templos. Uno de
éstos, llamrído Cue por íos indios,
hiibia en Jalisco» y lo vieron lo»
Jjrniitijros conrjuistHdpres que entra-
fon con d. Francisco Cortéz. aím
viviendo su reina viuda, y última
que gobernó. Tenia este templa
cuatro pirárniJes en cada esquina
de cuatro, que tenia, y en su hue-
feo respectivo Qn altar en donde o-
fVecran sacrificios é inciensos qtié
éalranr por ta Capúla que sobrésa-*
h'd-ú lonf techos ^l Templa - Cor^ -

tés lea dejo wíqüq^buh indio crts«


tíanó y muy instruido etilos mi8¿
terias de nuestra santa religión ft
petición de la reina: por no haber
llevado sacerdote alguno que dejap*'
íe. Cuando á años vino*
los tres
Cruzman ya no ecsistia el tempto^
y habia muerto la señora del rei^»^
íio. No es estrado que recibien-*
do la religión lo hubiese manda*
do destruir, y, recibiese del feli2^
Neófito el santo bautismo.
El Estado llamado ahora \te
Jalisco, comprende todo el reina
de su nombre, el de Tonalá, y par-^
fe del de Colima de modo que to«í
do lo que abraza el rio Esquitláii
6 de Santiago y corta la Sierraí
de Michoacan, encerraba los treiá^
reinos de Colima Jalisco y Tonalá^
su gobierno era real, pero confe-
derado con algunos llamado» Ca-í^
siques 6 gefes de Naciones. -^

En su principio debié haber


16.
iniímerables pueblos en el Estado*
porque si consta haber habido ha-
bitantes en las Sierras mas eria-
zas, debió haber en los valles, gran-
des poblaciones. Entonces toda la
tierra, estaba cubierta de montes
espesos y abundaban los animales
de, caza con que se mantenian los
indígenas; y de sus pieles, plumas
y semillas formaban su comercio.
La poca policia que posterior-
mente hubo y aun persevera y en
la economía de los montes: que en
otros reinos es de tanta atención,
íios va privando para siempre de
los bienes y comodidades que o-
frecen á la agricultura, y aun á
la salubridad los montes de árbo-
les.
La política de estos reinos, era
consiguiente ai orden que tenian
en los demás.
Los reyes y Caciques daban
tey^Si aunque muy sencillas; y na*
17.
turales y que contenian la ec^al-
tacion de pasiones, pero que á su mo-
do hacian la felicidad de la nación.
El espíritu marcial y guerrero que
dominó á los indios después de la
entrada de los Astecas la hubiera
asegurado para siempre sus pose-
siones, sino hubiesen sido tan no-
tables sus disenciones domésticas.
En esto, mas que en la desigual-
dad de sus armas, con respecto á
las de los españoles, debe atribuir-
se su entera subyugación. Se co-
menzaron á desunir y entregar mu-
tuamente llevados unos de la sen-
cillez con que creyeron á los con-
quistadores y otros de facilitarse
por e>te medio la venganza de sus
agravios.
Ya se vio en la entrada de
Guzman al reino de Tonalá e?te
perjudicial efecto, en la disidencia
de los Caciques que coaipuaiun
3
•¿1 "^énádo.^jr'la reina viuda que go-
^béi'iliaba. 'Esta abr*ió Ins puertas de
•lú ^capital ^al/feottquistador, y loe
%é adores én Tetan 'Inéieron reu-
li

^iiión pEtra'res^istifle. Temi^rariamen-


•te 'se échbron ^óbre l'óivalá/euün-
^do «tíl •ejW(Jilo»fespartbl cduiia,
y ce-
iélirtlba ^u •triunfo; y esto fuépa-
tti-docidír p«ra ^ifempfe su scrVi-
dtitnbre, simado derrotados *eomple-
«tiiméñte.
'^Siempre 'será verdad lo que
ipór ^Itiendr asegura y cuenta el
Úlüstrisiríüo -Cusús, ^de los ^eá;tragos
*qüe mas biéii mn
\w ifítriga que con '

•ías armas hieitron en el nuevo


*irtundo los 'españoles. En'eíJta par-
óte ki'politiea de los indios, rio po-
día ser tan pcrs^picaz que resistie-
nte con sévcfidad á la seducción,
'^á S0-VÍ6 entre nost^tros: ^ese\ina
ojeada iV la ^
litéitoHa ^ de iniestm^ re-
"•voíádiéii'We indepefiyéneki, y nada
tonr^rá míe dudar el crítico mas íe-
Vero en e! particular.
A rnas <le e^te rnal tinivorsa! que
enpol ticíi, en todas latí nacioucs (irl

niundo tiene su efe<:'to aiui en la>5

mas civilizadas; toviiíi'on los Índi-


go) as para ser destriiidoís por los
e*ípanoles,otras causas. Era tan-
ta delicadeza de complíu'ciou
su
naturalmente que conK> dice el atis-
nio Ikistrisioio Casas que ni loí?

hijos de los principes sintieran mas


que inclemenrias do
los indios las
los tiempos, y -el duro trnbajo á
que para, su subsistencia los con-
denaron para siempre los espafíO-
Jes. Y
esto fuera de los que de-
j^iron con vida en las guerras, y
los hicieron perecer cuando coato
esclavos los deíiicaron al trabajo
de lasminas; y cua!>do coído ü
bestias, ios cargaban, y eti r^quas
^a«0:tie miígoreSj transpoitaban sus
Primera espedcíon €o?iquistadora
de Colima y parce de JaLsco.

Corao no eran conocidas tan


pronto como
quisieran ios espaíiO-
les conqiií^.ta(iores todas las cos=
tas de la Aiii?rica, íií menos po=
didii aira vezar la tierra tirme que
media y divide ios Occeanos, Aíiaii-'
ticoy Pacífico, se les dificultaba la
entrada á las costas del Sur de
Méjico, ea que suponiaa mayor la
población y riquezas, por saber que
fué la primera tierra que poblaron
los indígenas. Era ya el año de
1528 ,cuaodo determinó Hernán
Cortéz, que Juan Alvarez chico con
un regular trozo de gente arma-
d i entrase oor ¡a costa descubrien-
do el puerto de Acapulco, Cuahua-
) ana, Colima y demás.
El reino de Colima lo gober-
naba entonces un indio de quien
s:; áy^KÁá que jamás se le habia viis-
21
ío y ob?íervado vicio vi (1< íV^to al-
guno. Por esto vvn muy amado
de los suyos, y luego quo ^^üpie-
ron (le la esperlicinn espralola c;üe
ise dirigia á la capital en pran nú-

mero se reunieron los esí'í rzados


pntriotas á defender á su rey y sus
posesiones.
Ya habia pasado Alvarez los
limites del reino de Miclioacan. y
comenzaron á batirlo los patriotas
de Colima. Fué tanta la decisioa
de estos valientes, que acabaron
con la espedicion de Alvarez, y
éste escapó, y precipitadamente se
fué á Méjico en donde entró solo
lleno de confusión.
Habia salido á la retaguardia
de Alvarez Alonzo de Avalos, et
que tuvo mejor suerte, porque en-
trando por la raya del reino de
Colima distrajo la atención del rey,
que se hallaba rechazando á Chico,
mientras él conquistó a Sayula^ Za-
pntL'n, Aullan y Am^ícueca. D^^jó
éste s^'í^' teaiolando toda ia tier-
r r, y probabletnent^ se apoderó de
CoTmiPc y su rty, aunque no se sa-
be ei modo con que lo hizo. Pe-
ro es de inferir fuese no solo con
ei terror de su ventajoso armamen-
to sino principai mente introducien-
do a divi-ion entre los inocentes
i

Ca-^ques, como !o hicieron todos^


k)S co^iquistadorés para vencer.
Gonzalo Zandova! fué el pri*
mero que entró a oliina, y le si-
'

g sió Cristóbal de Ohii. quedándo-


se en Tuácaciíeseo Avalos eofíio
centro de todo lo invadido. De
aqui tornó toda esta, provincia el
nombre de Avabs; la que fué de-
clarada alcaldía mayor de la Nue-
va España St> primer alcalde fué
Francisco Cort z, sobrino de Her-

nán Cortéz primer conquistador del


I ai per io. Luego que tomo pose--
sioii trató de reGOnooer por si to-
do lo ronqni^-tado, 3' descubrir cuan-
tií se purii^^-íG ílc la eo^ta. A. ri-

ñe? ih I5i7. snli) reoorriendo los


pcieblos merüíes y dt^savt nidos, poí
lo que !e iu3 muy ílxil sanear cuan»
l^)S Hiílios aüNiüare^ quiso para in-

vadir aun el reii^o úc JuIíxick


Gobernaba: esto reino, cnton»
ees, una viada, la que saberiríra de
ios estragos qu^ los cspa.üí.des ha^
bian heclia^ en ei reino de ColiiUdf,
juntó el senado de Ca.siqu<?s que
la dirii^ia, y ron su axiut^rdo re-
solvió rer ¡birlosde png. A pe^ai-
de esta resolución qu^ toínaba la
reina contra su voluiítad, el Casi-
que del pueblo antiguo llamado hoy
de la Magdalena y ilarnado Gua-
jirar, trató de resistir cuanto pu-
diese la invasión enexnig-a. Reu-
nió la gente que pa^io, y salió al
encuentro á los españoles. Des-
tacó Cortéz á Juan de Escaron^
para que arrUltise ü los indios, éá-
24.
tos en Tetitlan tubieron una ac-
ción muy reniíla. pero cedieron coa
bastante pérdida al poder de los
españoles, que sicjuieron su mar-
cha sin para Jalisco.
resistencia
Vencida esta cami-
dificultad
naban los españoles, y descubrie-
ron numerosas poblaciones de Ja-
lisco. No lejos de la capital re-
mitió Cortéz una embajada de las
acostumbradas á la reyna. La re-
cibió manifestando de-
benévola,
seos de conocer á los conquista-
dores, mas bien por la religión que
le anunciaban, que por lo demás;
porque era muy inclinada al cul-
to de sus deidades. Mandó dispo-
ner una enrramada vistosa y ador-
nada de colgaduras, y ramilletes
de hermosas flores, media legua
cerca de la capital, para hacer en
ella á los españoles el recibimien-
to de estilo á grandes señores'.
Lle£?ada la hora de la entra-
25.
da, salió la misma roynn nrompa-
fiada de sus damas y consejo de
Casiques, que dirigía ii al g(jbier-
no con su hijo c¡ue era el sucre*
sor. pero que ann no t* nia diez
anos de edad. Escuadrtmados los
flecheros que rompian la carrera,
formaron una plaza enmedio y en
donde encerraron Venndos. Cone-
jos, Liebres, Águilas, Garzas, Pe-
ricos V otros animales de caza.
Luego que lle^o el conquistador,
que venia á la vanájuardia del e-
jército, soltaron los flecheros la pre-
sa y recibiendo á los animales con
las armas, se las ofrecian al ca-
pitán y soldados españoles, con de-
mostración de contento.
Pasados los cumplimimientos
respectivos entre la reyna, los Ca-
siques y españoles, entró el ejér-
cito y comitiva á la capital Ha-»
bia en ésta un llamado Cuí ó tem-
plo dedicado á lotí dioses. Era
26.
muy n!to. y solaiuente para llegar
ai pavimento sesubinn seseata gra-
dn^. A m?is le adornaban sus es-
quinas cuatro coliimnas ó piranni-
des de ocho v?iras en cuadro, y
en que en e! medio tenia ea¡la una
un altar para ios inciensos, que aí
tiempo de los sacrificios formaba a
Sobre la cúspide una graciosa nu-
be, ^

Noentré Cortéz al templo,


y después de adndrarlo, y las ce-
remonias tan respetables de su re-
cibifniento, y de su ejército, pasó
á ia casa que para bu aíojamien-
to se les tenia preparada.
La rey na se retiró á su pa=
íttcio sin manifestar en tan nueva
entrevista y recibinaieDCo la turba-
ción que era cousiguiente á la mi°
gion de sus huespedes.
Al día siguiente pasó Cortéz
ú vfsitar á la reyna, y á manifes-
lujrie io;^ fiaes d^ su MÚb^, que
97.
eran darles volioion y civilización^
á 1) que agregó tas promezas de
costimibre entre ellos, y que ja-
más euaíplieron, porque su iíiten-
t> principa! era subyugar á los ia-
fülices indi'oreuas
Masque todos valió en? e«ta
ocasión á la reyna de Jaíi^^o uct.
indio Mejicatio de poca edad pe-
ro íBuy instruido en los mits;terio¡^
y duginas de nuestra sagrada re-
ligión por uno de los mi ionei-oi?,.
y que con el fin de facilitar e^^
Catequismo, entendiendo los idio-^
niaíí, lo condujeron e» la espedid
cion. Este se llamaba Juan^ Fran-
cisco: de buena fé, y con el c^h
noriüiicDto^ y persuacioi* de \o €^sm
se le habia ensenada, io^ístruyo á
la reyna y principales Gasiqii<*^¿
en la religión cristiana. Por úl^
tuíío, se aficionaron tanto del Ga-
teqoisla, que le pidieron á Cc^rt^
se los dejaáü mientra^; según sos^
28.^
promesías, les veninn fnini^tros sía-

Cí^rciotes que ordenaran lo hecho


hasta entoiices.
Siipoíjid la reyna la marcha
del ejercito por hiberselo insinua-
á) así e[ connuisíaclor prometien-
do volveriin abanos capitanes coa
los ?;acerdi)tes suficientes para dar-
les la civilización y religión pro-
meti.ias Siempre será admirable
en la historia la docilidad de los
indios para recibir la religión ca-
tólica. Jam.:ís vio el mundo afición
tan decidida al culto del verdade-
ro Dios, como la que los Ameri-
canos tubieron. Pero lo mas a-
sombroso és que esto sucediera en
contraste del don mas precioso pa-
ra el hombre, que es la libertad.
Nunca dejaron de presumir la in-
feliz suerte que se les esperaba con
la enaíjfenacion violenta de sus pro-
piedades; y á pesar de esto, nunca
se dijo, ni puedo decirse aun por
29.
¡os f^sjpalloips que les negaron la
racionalidad, que los infelices in-
dios hubiesen porseífuido, ni menos
rrjartirizado á católico ninguno por
la defensa de la religión. Su li-

bertad civil, y no mas que su li-


bertad, fué la que reeiamaron siem-
pre.
Las sublevaciones parciales
que hubo en varií\s partes en el
tiempo de la dominación españo-
la; siendo una de las últimas pun-
tualmente en el pueblo de Jalisco
el año de 1798, fueron efecto de
la tirania á que por desesperación
de su remedio los precipitaron al-
gunos de sus mandatarios. Y tam-
bién peruiision de Dios, porque el
mundo irnparcial y que tiene pre-
sentes estos sucesos, nunca se per-
suada de la acquiecencia de los
indios por la doruinncion españo-
la y que si alguna hubo fué sostenida
ooü la fuerza á^ las armas.
30.
"Sol 0*5 tres días p<?t?ivo Cort^g
*eti Jalisco y reservando para otra
iOGtisioij e! tlescübri:]úento de lasf
costas del Poniente, declinó con ^q
ejereito alSur para volver á-Co-
liina. A los dos días de mar-
oha le salieron a impedir el paso
rnas de veinte mil indios, viendo
^stos da superioridad de las armas
tís pariólas, sin un ^olo tiro trata-

ron de recibirlos de paz.


Aqui se presentaron los. Guer-
roTOs adornados de unas banderi-
llas.encarnadas en las puntas de
los arcos, de donde se Je dio el
nombre de Valle de Banderas que
Jiasta hoy eon.serva: llegaron los
indios á los españoles y les die-
ron á conocer un pescadiUo que
produee el encarnado nias fino y
^mas afirme que se ha conoddo.
ii-nmiaamio yn para el Orien-
te, :€fi el pAieWo de iruiio, se
les pieiseiitaroíi mui.kQU ^ulúá^^ áe
pflK, ve^tido^ del modo mn^ \fm%
para sorprender á ¡os espalioles.
Traían un escapiilaFio biaoi-o ds
Jíina hasta di pecho, '^y hipólo c§or«
tildo á la manera de la corona cf^
los religiosos; Gon unu eroz do'ce
Tizo -en Iñs .^nianos, \y ©! sprioi'ipül
Caóiquecon vestido Talar dí?l mis-
mo Preguntados por ^CoFr
color.
ttz: ¿quien les había lenu^f^ñado '
quel modo de vestir? resposidieron:
que por tradición de sys píidre^
i

sabían: que aquel trago eraudeoon^


gentes que en otro tieoípo mpnr
taron á aquellasrtierras en unim ca
gías de'miadera, ^y-\n^ qti€ enoqi^t
'

lias costaste habian.he^ho pede


zos GOñtra las peiia^: *qybi5í^s leM
iinpusieron á cortar de aque! mo*-
tío el ' pelo, á ^ve-^tír uíscapulario, :^
les ^enseiiíiron á'forniar aqyelfe iii
•sigrtíaMfle eanas, coím>' pam reme
32.
enemigos, animales, tempestades y
otros
Tan estraña relación en un
reino desconocido, convenció á los
españoles del arribo de algún bar-
co de católicos y religiosos á es-
t is costas, el que caminando al
Oriente de la Asia, tocó á esta A-
mérica, cuando ya no pudo regre-
sar. El paradero de los religio-
sos y demás que los acompañaron
según decian los indios: fué morir to-
dos á manos de los bárbaros: y co-
rno dejaron muchos adictos, con-
servaban estas memorias. Entre
las opiniones que ha habido sobre
el arribo de este barco á nues-
tras costas, no se estraña el dia
de hoy la del autor del menuscri-
to que me dirige: de que pudo ser
Barco salido de Londres, que en-
trando por la Bahia de Boffin ca-
minando por el mar Glacial y en-
Pacíñco por el estrecha
trandv> ai
33.
ahora de Bering, tocase en nties-»
tras costas. Este calculo es fun*
dado hoy, porque Frankiin na-^
vegó el mar de Baffin entrando^
por el estrecho de Davis por los
aflos de 1820 y 21 pero no cons-»
ta haber tocado al estrecho. Es-
tando estos mares entre los gra-
dos 70 y 80 N. E de nuestra A-
mérica, no es de e:?ítrafíar facili-
ten la navegación «I estrecho de
Bering estnndo este en el grado
65 N. O de la misma suerte qu©
se navega el níar Glacial de Is-
landia yN Zembla, que están en
los mismos grados
Dejando á los náuticos el des-
cubrimiento de una navegación tiíii
útil a ambos emisferios, volvamos
á nuestros indios de la costa. Es-
tos, dominados por Cortoz c^n 1527
íübieron nuevos motivos de inquie-
tudes el de 1530 en que se de-
3
'

34.
cidió su suerte con la conquisCa
,

dtí Nufio de Guzman. Este gefo


se adjudicó las mas de las tier-^ i

ras descubiertas por Cortéz, por-»


(|ue para entonces habia declara-
do rey de Espafia que los con-
el
quistadores (]ue no dejasen en lo
conquistado nninistros del culto, per-
diesen el derecho á las tierras des-
cubiertas. Por esto no tubo em-
barazo Nufip de Guzman, coma
verémoí^ después, en establecer por
centro de su conquista al puebla
do Jalisco.

Sale de Méjico una se^imda es^


pedición para Jalisco.

Ilaltabase en Méjico d. Nmla


Beltran de Guzman de presiden-
te de su real audiencia. Por sa
pericia vino da España de jue:^ de
35.
rei^ideiicia del principa! gefe de la
conquista d. Fernando Cortéz. Ha-
bla desempernado yá por aiguu
tiempo el gobierno de Ptlnuco, hoy
costa de Tampico y sierra de Huas-
teca.
Descariñado estaba en su pri-
mera magistratura, cuando se pro-
n]o\i6 la nueva conqui'-ta. Guz-
man era hombre ambicioso, cruei,
orgülSoso y vengativo; deseando
los oidores Murtinez y Delgadillo
desprenderse de esta alhaja lo com-
prometieron para que saliCvSe á des°
cubrir los reinos de Tonaian y Ja-
lisco, V de que liabia en Méjico
particulares noticias.
Recluíó Gezmari al efecto qui-
nientos españoles residentes en la
capital y que succesivamente ha-
bian venirlo en los Oídio años an-
teriores después de la conquista,
A estos Oí^regó mil indios ausdia-
tes; j coíi .£CíiuiB€iil6- tres mibia-
iicro? salió elde Mí^jico
ejercito
en el mes de noviembre de 15^9
Salió por Xilotepec, acercándose
á Toinca, y de allí al reino de
Michoacán. DestPa< ó á la vanguar-
<3iaá d Pedro Almendez Chirinos
con dirección á Zinzumzan y Pas-
cuaro para que este previniera al
a'eyCalzontzin le tubiese preveni-
dos mil ouerreíos para engrosar
su ejercito.
Habia conocido Guzman á
Calzontzin cuando este pasó á Mé-
jico a saludar á Hernán Coríez.
íCstehecho tenia mal quisto al rey
para con los suyos, !o que cono-
cido por conquistador le hizo
el
furuiar elecsecrable proyecto de
íjiularlo de por medio para seguir
sin tropiezo alguno cometiendo las
crueldades y maldades consiguien-
tes a su misión. No faltó quien
de los descontentos le dijera que
el soberano pensó negarle el au-
3T.
silío qiiíí le pedia: y por Cí=to sola
lo mandó prender y decapitar roi>
la mayor ignominia, ingrníilnd y
tiranía. Al mismo rey de Kspa-
ña, que era entonces Felipe If.
íe pareció mal este atentado, y v\\
cédula fecha en Barcelona en 20
de abril de 1533 se contiene lo
siguiente. ,,Se vos mando, que en
,,el primer navio envia^edes entre

.Jos del nuevo consejo un trasla-


,,do autorizado del proceso que hi-
,,cistes contra d. Francisco Cal-»
,,zontzin que justiciastes por lia-
,,ber sido rebelde á nuestro ser-
„vicio, con la relación larga y ver-
y,dadera de los bienes que le to-
,,mastes en virtud de dicha con-
,,denacion.# Yá verá la sana crí-
tica por este contesta á qué gra-
do llegaría el atentado de ISuilo
de Guzman, cuando atjn el mas
interesado en la estlncion do lo»
reyes de este Imperio lo rccon-
3^.
vi^-^ne, y qiiiorp que s^e publiquen
las caü:saí?i úit Uai ec^ccrable astí-
sinaío.
Como si huhiero €j»rrií;iciü Ins
o])f^a-'í iii;í> aífradjibU^ c. Dios, !le-

e: ) Xüloíii^ tiüzinan con ?a ej-^rci-


í > á ^
OjiHurijK) á ccMrbrar 1(3-^ triun-
fo-^ con?^t'££ui'Jí)S contra ei wy de Mi-
an y sus infelices subditos.
ciijtii
E?<ías blasíenii^is reboticas de |

eelebrar y ofrecer á Dios el in-


í^rueoto sacriricio por permitirles
á ios españoles el desahogo de las
inas viles pa.-ioiies, es tan antiguo
en estos, roo so lo manifiesta este
porte de Gui^man después de tan
enormes delitos como cometió ea
Slicboacan.
En Conguripo orga?gizo el eje r-
rito Tarascos que sa-
que con los
có de Miclioacan, era ya de írt s
lii'ú hombres. Pijso oficiales es[>a°
fióles cabeza de los indu-s;
a la

y arregló en io posible sus escua-


drone^J". Lo^ principales oficiales fue-
ron Pedro Almendez, Ju'dU óv O-
íiate.Cri^tobai Onr;te, 3Iigii<"l Ibar-
ra. Francisco Víisquez, Cristóbal
Barrios, Juan de Hijíuv Diego Her-
nández, José Ángulo. Francisco
Mota, Dieíio Baen-Dia, Francis-
co Flores, Juan Cnmino, Cri>tcbul
Tapia, Juan Villaiba y Fernando
Flores. Los misioneros fueron el
P Fr. Antonio Stgovia, Fr. Mi-
guel de Bolonia, y Fr Juan do
Jesús. A estos se agregaron á po-
co tiempo Fr. Juan Padilla, Fr.
Juan Badillo Fr. Pedro Game y
dos eclesiásticos seculares B. D.
Bartolomé Postrada y B. D. Aloa-
zo Gutiérrez.
De los soldados e^^panoles que
ya eran cerca de mil doscientos
eran de caballeria y los demás de
infanteria, todos bien armados de
espada, rodela, yelmos, cotas, cue-
ras, adargas y fusiles. Los indios
40.
de arco«, flechas, cnrcajos, maca-
nas, hondas y bazas, y adornados
de mantas corchadas y penachos
de plumas. No es ponderablc hx
desgracia de nuestros indígenas, si
ponemos atención á las desagrada-
bies circunstancias de su conr|uis-
ta. ¿Que ellos mismos tomasen par-
te activaen remar.har los grillos
de la mas duraesclavitud? Sola-
mente la astucia y la hipocresia de
los conquistadores que nunca se
cansó de abusar de su debilidad
é ionorancia pudo hacerlo.
En el mismo Conguripo don-
de permaneció Guzman algunos^
días so hicieron juntas de guerra
para determinar de las secciones
que se trataba hacer del ejército.
Una parte debía entrar al Norte,
y otras debían penetrar por el po-
niente. Algunos soldados pensa-
ron volver á Méjico, solamente por-
que observaron que cuanto mas se
41,
internaban eran mas pobres los^ in-
dios que aun desnudos los soíiaa
encontrar. He aquí el espíritu re-
ligioso de propagar la fe católica
que acompañaba a estos bastardos
de la Iglesia.
Dos Casiques de Jacona, que
unidos á cinco soldados de Coli-
ma, se Jes reunieron, los alenta-
ron á seguir su empresa; y el 11
de diciembre de 29 se levanto ei
campo con dirección á Guanajua-
to. De aquí salió para Pénjamo
en donde hizo alto para conciliar
su entrada al territorio de ( uiséo
y Coynan. Mandó sus embajado»
res con estilo de costumbre: ha-
ciendo presente á los Casiques:
que su entrada era de paz, con
el fin solamente de sacarlos de
sus errores, dándoles á conocer al
verdadero Dios y criador del cie-
lo y de la tierra. Que eran en-
viados del mas poderoso Monar-
42
ca del mundo, (juípti conííolido ái\
eügaíio en q'ie vivi ,n a vo>\ñ. de
los trnb;ijos de sus vasallos y de
sa reil enrió Ic^s qiieria propor-
cio'iar e! bien de sus almas: que
no ig lor.ibau el poder de ios me-
jicanos; pero á la vez que con tan-
ta facilidad se reducian, y tanto,
que ellos mismos, ayudaban á ios
espafioles á su conquista: no tenian
embarazo de entrar á sus tierví^s
con tan pocos soldados, confiados
en su buena fé. docilidad v bue-
na Estjs eran las pro-
disposición
clamas y mensa iíes mas comunes
Gon que todos los conquist d )res
intimaban rendiciou á ios indige-
nxs.
Los¡nfeüces por otra parte
veían el estrago que h-ícían los
españoles con las armis de fuego:
al mismo tiempo la división de a-
nimos que se suscito en to'io el
imperiojy que promovieron con
43
empeño los ii^íerí^sníTos , mr-.tivos
poíierosos para quienes ignorabím
tudo, los rt^dujo a ia st rvidurnbre
i]ías ominosa qoe se vio en td mun-
do.
De !o espnesto, dtbeiDos in-
í rir: tn alínums de los pri-
q-je si
ríícros reyes que diciaron la ron-
qui>ta, pudo haber alguna inten^
€Íon sana: lo c.ue me parece di-
ficil; en ninguno de ios conquis*
todores pudo haberla; y muy al
contrario la mas vil traición, y ti-
ranía inespüctble en destruir !a di-
Bastia de los eruper^^.dores y re-
yes: y de verdad no podemos atri-
buir á otra cosa !a fatalidad v suer-
te de estos naciones, sino a un se-
creto de Dios, que coino diee el
¥ F. Casas: por una paríe quiso
castigarles algún pecado muy gra-
ve que hablan cometido; y por
otra, salvar sus ah-nas dentro de \m
iglesia católica: religión que vinie-
44.
ron trayendo los conqui-tadore^^
porque eran católicos, euaudo vi-
nieron á buscar ti oro y plata que
era su ídolo Asi de la crueldad
é in^rat'tüd de los judíos, resul-
tó la rendeneion huQ^ana, y asi tan-
tos bienes que suele sacar Dios pa-
ra unos hombres de la malicia da
otros.
La contestación á la embaja-
da de Guzman, fué anuente á la
solicitud porque el principal Casi-
i|ue de Coynan les dijo á sus com-
paíleros: ,,Yá veis amigos la des-
trucción de Méjico por la valen-
tía de los Castellanos, su destre-
za en el manejo de las armas, muy
superiores á las nuestras: su cons-
tancia en acometernos?, y furor pa-
ra destruirnos: ellos hacen peda-
zos cuanto encuentran, y nada re-
inediamos con oponernos." Con es-
tas y otras razones, que las cir-
cunstancias hacían incontrastables,
45.
dieron v)paso franco al ejército
los Coynaneses. Aunque pudieroa
estos Casiques ponerse de acuer-
do con los de Cuiseo y Jacona, no
se lo permitió la vioíeiita marcha
de Güzman, que imiiediatamente
entró ai Valle. E^te se denomina-
ba de Coynan, y hoy es lo mas,
el partido de la Barca. Estaba
muy poblado entonces; pero el pri-
mer Virey D. Antonio Mendoza
les dio una formidable batalla el
ano de 1541, v acabó con estos
infelices.
Los que veniaa
eclesiásticos
en e! ejército desde que salieron
de Méjico, no tuvieron que hacer
en la espedicion, sino ecsortar á
los indios á recibir de paz á los
conquistadores, cuando no por sí,
fh^r medio de los intérpretes, que
no faltaban de tantos indies qua
los acompañaban: si habia algu-
na demora procuraban inístruir á
ios
K^^ que
iní'ioR^„^ í3odi'>T
T3odhff r^n ing dos^
mas de nl^^'^tra r./iigion, dejando"
1-iS á los mns instruidos por ñs*
cjles 6 teopües, para que se ocu-
paspQ en su ausencia en enseñar
á los de más.
Esíea conducta fué un forme, i

3" consta ote en los misioneros, has-

ta con^^pí|^,5i^ la reducrion de tan-


tos infidices. Ya se deja enten-
der: cuantas aimas se iograriar^
eoo tan piadosa rondueta. Lo^ in-
dios de Jalisco en un todo de^
beo su conversión al trabajo, y
7M0 de los misioneros Francisca-
nos; Michoacan y parte de Tona-
la y í/olima, á ios mismos, y á
los misioneros Ai/vjstinos que infa-
ti-^ablemente trabajaron en e! bien
de las almas y de los infelices.
Adudanío e^tn^^ importantes no-
ticias para que la crítica inipar-
dal, sepa distinguir el mérito que
sorrespoade á los cjue cooperaron
47^
á la conqniejta de un modo muy
distinto, del que tuvieron los que
no buscaban otra cosa que el ora
y plata, para saciar su avaricia á
costa de los majores desastres.

Entra Ñuño de Guzmnn á To'C


nolan y sucesos de esta jornada.^

*mQ^

Yá que habia pasado el ejér-


cito conquistador del vaye de Coy-
nan, los Caciques de Cuiséo lie-?
varón muy á mal lo hubiesen de-
jado pasar los Coynaneses, y jun-
tando un corto numero de com-
batientes, salieron en persecu-
ción de los españoles. Estos ha-
blan tomado yá un serró, des-
de donde admiraban la *hermosu-.
ra del Lago de Chápala,, cuando,
vieron la división de los indios que
venia sobre ellos coa todas las se-í
>
48>
fíales de guerra. Se pusieron en
alarma á esperarlos; y después dé
algunos tiros suspendió la acción
el general de los indígenas; ad-
virtiendo que queria hablar. En
el tono mas airoso y fuerte dijo
á los españoles: ,,Bien sabemos que
los castellanos son hombres como
nosotros; pero usan armas que no
conocemos; sus lanzas son ma-
yores y mas cortantes; sus ropa-
ges embarazan que les ofendamos
con nuestras flechas: nosotros es-
tamos desnudos, y quisiéramos que
con iguales armas, y de uno á uno
llegar á las manos. En este ca-
go tenemos esperimentado, que so-
lo vence el que tiene la justicia.
Nosotros estando en nuestras ca-
sas y nuestras tierras tratáis de
quitárnoslas, y por esto es preci-
so que nosotros venzamos."
Ya SH di:'ja entender cual se-
ría la eesaltaciüo de los espano-^
49.
íes viendo abatido su or^uHo, v
todos querían a competencia acep-
tar e! partido. Ñuño de Guzüíaa
no lo permitió sino á un solo sol-
dado portugiiez llamado Juan Mi-
chel. Este coa valor se arrojó al
indio, y después de haberse mal-
tratado ambos lo bastantf^ se re-
tiraron sin conciliación ninguna.
El Casique con los suyos se fue-
ron á disponer una formal defen-
sa y que no se verificó hasta los
dos años, en que obstinadamente
pelearon contra lus espailoles por
varias direcciones, y principalmen-
te en Coynan contra el vi rey d.
Antonio Mendoza, como se verá
después.
Pasó luego el ejprcito de Guz-
man al pueblo de Ocí.tlán: loen-
contró sin htíbitantes porque e^tGS
se vinieron al Rio a embarazar el
paso. Lo verificaron con tal va-
4
50.
ior ,
y que en un dia no
decisión,
pudieron vencerlos los españoles.
Ai dia siguiente se empeño una
¡acción en que
vieron los in-
se
dígenas en precisión de cederles
el puesto, á peinar de haber dado
muerte á muchos ausiüares.
Recorrió el ejército español
todos ios pueblos de la comarca
mas bien por un paseo, que por
temor de alguna resivStencia á la
invasión. Y
á la verdad, hacer
una descripción de la hermosura
y feracidad de e.^ta tierra es di-
fícil. Sus muchas y saludables a-^
guas, su temperamento y frutos
naturales, no envidian á las mejo-
res tierras del mundo. Bastóles
p^ira la preferencia la posesión d( 1
rio Esquitlán ó de Santiago, y la
laguna de Chiipala. El rio cor-
re á-^sde la ciudad de Lerma y
haciendo varias quebradas, por úl-
tíüiO corre al Sur, entra al N. E.
51
(Je la laguna, y corriendo algü^
ñas leguas al N. en donde tiena
dos cascadas que le impiden ser
navegable, se dirige al O. por don-,
de entra al Mar pacífico después
de haber corrido mas de doscien'»
tas leguas.
La laguna ó Mar Chapalico
es el lago mas grande que posé
nuestra América Mejicana: tiene
treinta y seis leguas de largo del
E. al O y de tres, hasta diez de
ancho. Tiene un Islote llamado
de Mescala que consta haber es-
tado poblado en tiempo de la gen-
tilidad. En la guerra, de indepen-
dencia ocupado nuevamente por
los Americanos, se hizo inespug-
nable al ejercita realista: y en Ios-
ataques que proyectaron los es-
panoles perecieron muchos, hasta
que por la escaces de víveres lo
€ntreí>aron los independientes por
eapitulacion» Los r^jes de Espa-
52.
fia nunca dieron en poísepiow,
la
ni quisieron se vendiera á ningún
particular, habiendo habido pro*
puestas al efecto.
Tiene esta Laguna flujo y re-
flujo, lo mismo que el M.ir, á pe-
sar de ser sus aguas dulces. Pro-
duce innumerables peces de todas
clases: y aunque pudiera produ-
cir peces marinos, les impiden su
entrada las cascadas que el rió
Santiago tien^ no muy lejos del
. Lago. El pescado ntas particu-
lar que produce es el blanco y el
bagre, de estraordinario tamafío.
En sus playas hay muchos y her-
mosos pueblos, y que forman la
feligresía de seis curatos. Sus ori-
llas pueden llamarse una huerta
continuada de árboles frutales de
todas especies, y de plantas y se-
millas que abundantemente produ-
cen. Se dan con abundancia los
plátanos, naranjos, limas, limones,
51
ahuacates, melones, sandin??, trígó¿
frijol y maíz. En una palabra, pro-
duce lodo lo necesario para la vida.
Después que los conquistado-
res recorrieron los pueblos del E.
de la Laguna, llegaron al de Pon-
citlán, en donde hicieron mansión
por algún tiempo, mientras reco¿
nocían la tierra que encontraron
llena do gente y poblaciones. En-
tre tanto, los religiosos visitabari
á los Casiques y los disponían á
recibir de paz á los españoles. Así
visitaron los pueblos de Istlahua-
cán, Cajititlán Coscomatitán y o-
tros. Antes de mover Guzman el
eampo; hizo una división de trein-
ta caballos, cincuenta infantes, y
de mil indios ausiliáres, y los pu-
so k las órdenes de d Pedro AI-
mendez Chirinos para que sfe in-
ternasen por el Norte á lo ma^
setenta leguas descubriendo tier-
ras: y para que sin deteneri^e, uan-
51.
do vuelta por Sudoeste, recono-
el
ciese á Etzcitlán ó Jalisco en don-
de debian juntarse. Efectivanum-
te, salió Chirinos por Atotonilco
para Cotnanja; de alií por Pén-
jamo salió paraSerró gordo y
el
de allí al de Acatic, en
pueblo
donde fué muy bien recibido de
eu Casique Este lo agazajó de-
masiado, y le acompañó hasta Za-
catecas, de donde por la sierra del
Nayarit salió para Jalisco.
Luego salió (¡¡uzman con to-
do su ejercito |)iríi Tlajomulco.
Su Casique, llamid»» (.'oyolt, lo re-»
cibió con mucho a<naiio, v le dio
regalos de mantas, íives y maiz
para su gentes E^ita conducta imi-
taron otros Casiques de la tierra
con lo que los españoles conci-
bieron las mejores esperanzas de
dominar todo el reyno de Tona-
la de que eran subditos. Salió pron-
to para la capital, mandó su em-
55.
bajada de costumbre a una revna
Viuda, que sin suceesion goberna-
ba el reyno, dirigida por un se-
nado. Esta oyendo la eoibajada,
y que dentro de dos dias tendría
en su corte á los ca>íe llanos, pul-*
s6 algunas dificultadeis para reii-
birios, y haciendo vér a ios em-
biados qne había necesidad de con*
sultar ei neí^ocio alsenado y prin-
cipales Casiques, y algunas difi*
cuitades de qye se juntasen tan
pronto. Les hizo ver también qué
sus subditos provocaron guerra eoil
los Tarascos, y aún estaban en
armisticio y sabia que muchos de
estos venían con !os espafioies. Los
émbiados le áüanaron todas sus
reñecsiones, suponiendo era una
sola visita la que pensaban hacer-
le, que de su parte les asegura-
ban de la paz con los Tarascos
bajo de su protección. '

Le hicieron toda^s aquellas pro'-


58.
áostos que acostumbraban en to-
dos los pueblos conquistados, y que
jcimás eumpiieroü de que solamen-
íe venían por el bien de sus al-
iñas; y que los dejarían en 5)ose-
sioii de sus derechos y propieda
de:^. Preparó ia iofeiíz rejaia ei
jecibimiecío de los espaiioles, á
illas no poder, con regalos y dan-
zas, y sobre todo, mucho que co-
jíier coa abaiidaacia y profusión,
Eíiíró Guzniao y e! ejército
al valle de San Marthi, y avisa-
da la reyna salió con las pruici-
pales que habia allí actualmente,
y con un inmenso pueblo, á las
orilías de Tonalá.
Poresínr éste en un lugar
eminente, hubo proporción de ver
todo el ejército. Los indios an-
sí! iares venían con todo orden á
la vanguardia adornados de p!u*
mas de colores, y presentando una
vista muy agradable. >Segu¡a la
57.
infantería y c aba Hería al € en tro
y retaguardia: y como observa-eii
que ios veta un iíinienso puebio,
y suponiendo !a presencia de !a
reyna, hicieron una "saiva ñnuo-
niosa con los io>iiles y pedreros
que traían. Luego les dijo eoa
sonrisa á los suyos: ,,hay tenéis
á ios castellanos; ved si os lialiaia
coa ánimo de resistirles.'
Con la noticia que corrió por
todos ios pueblos de la pronta en-
trada de los españoles á Tonalá^
se alteraron ios ánimos de los in-
dígenas en sumo grado, y mas coa
la circunstancia de no haber po-
dido avisarles la reyna de lo qu©
pasaba.
Trataron de hacer una pron-
ta reunión de guerreros en el pue^
blo de Tetan, y sin aviso de su
señora. Era el dia veinte y cin-
co de marzo de mil quinientos trein-
tía, y ai amanecer salió de Tona-
58.
la la rey?iFi con i<u acomD^üamipn-
to de esliio. y trí^s mil (ioacellas
¥ jóvenes á recibir á los hücspe°
áids. Luego qhese encontraron
con los españoles, saliendo Guz-
mati fí'ente, recibió de la rey-
al
ha cortecias correspondiente^
las
á su raü^o y ést?i ie ofreció una
Guirnalda de flores, y cetro de zü-
chücfij en eeñaí de paz. Fué cor-
respondida del general con aga-
sajo j iodos juntos guiad; >s de Da-
snas, pitos, y sonajas entraron al
pueblo. Pasaron á una gran enrra-
mada que al intento se dispuso en
la plaza, porque las casas y pa-
lacio eran insuficientes para ei a-
loj amiento de tanta gente.
Se di.^pusieron las mesas pa-
ra la comida cubiertas de bien te-
jidas mantas, y con variedad y a-
bundancia de frutas: cacao frió, pul-
que, tamales, venados asados, galli-
nas/ Favos en pipián, y multitud de
59.
cosías ya no muy desconocidas dé
Jos españoles.
Conrjian todos descuidados del
todo y bebian, cuando se oyó un rui-
do estraordinario de gente que subia
para el pueblo. Este lo causó el
ejército que en Tetcln se habia reu-
nido, y tumultuariamente venian á
desalojar del punto á los españo-
les. Estos se enfurecieron, y ti-
rando las mesas, tomaron las ar-
mas, y trataron de arroyar con
cuanto encontraban. Guzman que
estaba cerca de la reyna, dijo con
indignación: ,,AI fin muger." Ella
sin entender el idioma, respondió:
,,Sosegaos, yo soy muger, y con-
tendré este desorden; ¿cuanto me-
jor lo puedes hacer tu con tan lu-
cido ejército? Yo haré que sean
castigados los que faltándome al
respeto, han cometido sin mis ór-
denes Qsla osadía.
Se aplacó el general con es-
60.
te razonamiento; y ya no se tra-
to sino de escarmentar á los eu^
blevados de Tetan. Este se con-
siguió en momeiito.s, porque salien*-
do en forma el ejército los fué re-
tirando coa mucha pérdida délos
infelices, que sin reflecsionar en las
ventajas de las armas españolas, se
entregaron sin reserva á la muer-
te. Se verificó la completa dis-
persión con mucha
pérdida* de lo8
indios Tepehues, Chiltecas, Tetla-
tecas, Nahualtecas y Cocos, que
en un solo dia hicieron la reunión
de tres mil guerreros Estas na-
ciones poblaban el reyno de To-
íialá, y desde esta dispersión se
neutralizaron, porque muertos unos
Casiques, y otros adherido» á los
conquistadores, buscaron los demás
donde ocultarse.
Solamente de dos Gasiques de
este reyno, se dice haber sido muy
adictos á loa españoles del áa Tía-
81.
|ofnu!co,llamado Coyoll y en el
bautismo D. Podro Guznian, y el
de Atemajac. Tonalá con su rey-
na sucumbieron á la dominación:
Jos prinripale^ pueblos del reyno,
como Zapotlán ele los Tepehües,
Cajititlán, Coscomatitlan, Tlaque-
paque, hoy San Pedro, Huenlitán,
Salatitán y Tetan, quedaron tam-
bién subyugados. Los demás pue-
blos que algunos quedaron sin ha-
bitantes se volvieron á poblar, y
se formaron otros nuevos, hasta
después del arlo de 1540. De.sde
que se conquistaron y entraron por
primera vez los españoles se queda-
r<»n entre estos infelices los padres
Fr. Antonio Zegoviay Fr. Miguel
de Bolorna, Fr Juan de Jesús,
con la mayor caridad y paciencia
los catequisaron, y probablemente
fué el primero Tonalá con su rey-
na. Aunque lu historia nada dice
62.
de $u pariadero^ por los resultado»
se infiero que reducida á la fé ca-í
tóüca obedeció del todo á los e^?-:
pañoles, pues desde entonces los
Tonalttícas , ayudaron en cuanto
pudieron á la conquista de los de-
más ¿Y que se podia esperar de
unos infelices entre quienes ásusa-
tisfacciea introdujeron los españo-
les ¡íi división y discordia para ven-
cerlos?

Xirnada de Ñaño de Guzman á:


Jalisco y sucesos consiguientes.

«®»*«'-

Despues de algún tiempo áe


i;esidencia de los conquistadores en
Tonalá, y en que habian recor-
jridp los mas de pueblos del
los
reyno y fundando otros con los in-
díojs dispersos y disidentes de sus
Casiquiís y señores naturales, de-
63.
terminó Guzman su jornada par»
Jalisco. Dejó en Tonala al ca-
pitán Diego Vasquez con coüjpe'^
tente refuerzo, y como dije, á los
tres mas zelosos misioneros. Hi-
zo otra sección del ejército á las
órdenes de Cristóbal de Ofiate para
que recorriendo las provincias dei
Norte mas inmediatas al reyno dq
Tonalá se juntasen con Chirinos
en Jalisco: al efecto le dio trein»
ta caballos, cincuenta infantes y
mil ausiliares, con los que salió
para Tacotán; al mismo tiempo
que el general para Cajititlan y
Tlajomuico. Aqui fué padrino del
bautismo de! Casique Coyolí, que
tomó elnombre de d. Pedro Gua-
rnan. Por Masatepec entró á Ta-
la,Tehuchitán y otros pueblos has-
ta tocar con Etzatlán.
Refiere la historia haber en-;
contrado en est^ intermedio y cer-^
ca de Tala, las ruinas de otrog
64.
pueblos y que representaban set
muy antiguas Preguntando á los
naturales que visitaba, qué noti-
cias teniaii sobre el particular los
mas adictos á antigüedades le di-
jeron: que aquellas ruinas eran de
algunos pueblos de indígenas des-
truidos por los Tarascos que mu-
cho habia que habian entrado de
guerra en aquel reyno. Oíros le
dijeron: que eran pueblos abando-
nados de sus acendientes huyen-
do de los Gigantes que habian ve-
nido por aquellas partes. Que co*
mo estos cumian tanto y no tra-
bajan, hostiíisaban á los indios. Y
que por ülthno, haciendo sus an-
tepasados fuertes reuniones los ha-
bían matado á todos.
Sin detenerse mut^ho tiemno
el ejército en est<>s pueblos, llegó
al pueblo de l^^tzatlán. Aqui se re-
cibió á los conquistadores con b-á-
ks, danzaá y regalo;^, Se veati-
es:
ló la cuestión, si poclian seguli
por las tierras conquistadas por d.^
Francisco Cortéz; y se resolvió
por la afirmativa porque para en-
tonces ya se habia determinado
por los soberanos de España: quor
los conquistadores quedaban pri-
vados de los derechos habidos en
su conquista, si nó dejaban en lo«
pueblos ministros suficientes para
el catequisuio de los indígenas Por
esto no tubo embara2;o Guzman
de invadir los pueblos conquista-
dos por Cortéz. pues en ninguno
se encontró misionero para el ca**
tequismo de los indios.
Dejando a Guzman preparan-
do su entrada á J.ilisco es de ne*»
cesidad veamos el resultado de Ing
d(»s espedieiones que declinó GuE-
man al Norte. Chirinos salió ron
el Cas^ique deAcütic para Zaca»
lecas: cuauto mas se internaba en
5
65:
c<^ntraba posesión de Tribus^ en-r
rantes que los llamaban los mis-
mos indios CMchimecos, que ea-
su idioma quiere decir: perros bra-
vos. Los mas huyeron luego que
Veían el ejército, y no encontran^
do embarazo, ninguno, llegó á Za-^
catecas.
Aquí lo recibieron muy bíeti.
los Gascones que poblaban la tier-?
ra. El Casique de Acatic que le
acompatló, se volvió con su gen-
te, y los Zacatecanos lo enGajni-
naron á Chirinos hasta veinte le-
guas de distancia, sin pasar ade-
lante por estar en guerra con los
Cuachichiíes de la sierra. Estos
no: le embarazaron el paso, y fe-
lizmente salió de la sierra hasta
incorporarse conel ejército de Guz-
man. Onate no fué tan feliz en
su es}>cdicion. Luego que salió de
Xonuiá de pasar por la bar^
trató
ranea que forma ei rio de San*
67.
tiago después de una altísima cas*
cada de donde se precipita: y ert
el paso encontró de guerra á los
indios de Iluentitín.
Los infelices hicieron su es-
caramusa de estilo, que no podia
pasar de con solo jaras y pie-
tal,

dras; pero los bárbaros espafiolcs


sin consideración á su dtbilidad,
dieron muerte en esta ocasión á
mas de lescientos. Subieron sin
embarazo para el va fie de Taco-
tan, celebrando con bufonadas lít
acción que habian tenido, y ha-
ciendo burla de los que no traian
em sus armas, lanzas ó espadas,
señal de haber entrado en acción
con los indios. Entraron libremen-
te á Tacotán, invadieron los de-
más pueblos, menos eil de Tepo-
nahuasco, en que en ririmero de
quinientos guerreros trataron de
impedirles el paso. Parece que en
esta ocasión construjeron é»tos va-*^
68.
ílontns un que en formíi Je
faerlo,
un de tierra aún se ve en
serrillo
el dilatado valle que media entre
sií pueblo y la sierra d<'l frente.
Este proyecto fué deninsiado in-
genioso para cortar cualquier di-
visión que trataba de internarse.
Pero inutilizados estos y otros
esfuerzos, teniendo por contrarios
6 los demás pueblos que sucum-
bieron por su debilidad y el ter-
ror de lo sucedido, fueron venci-
dos los Tepeníihuascos con bas-
tíate pérdida Pasó luego Ofiate
visitando librrimente los partidos de
r'uquio, Hialiualica, A<jatic, Ma-
íunalisco, Mesíicacan, Teocnitirlie
y NochistKiU. Aqui se propuso for-
i:nar una dedicada al Espíri-
villa
tu santo, y que después llnmó Gua-
<lalüjara para obsecpiiar la niemo-
xiix de Nurio de Guzman, que era
'

natural de Guadalajaru de Espa-


69.
lia- en Ca^^lüla la N , y esto fu6
el año de 1531
De
aqui tomo su derrotero pa-
ra Jalisco vivsitando los pueblos de!
tránsito, y dnndo á reconocer su
misión á todos los Casiques de la^
naciones. Al pasar por Juchipí-
la, que entonces estaba fundado ef
pueblo en Toe, ó Pefíolete, encon-
tró á los indios sublevados y for-
talecidos en el mismo pueblo. Los
atacó precipitadamente, y á viva
fuerza entro destrozando á los in-
felices sin piedad alguna. Salió pa-
ra el valle del Tehul, en donde
fué recibido con aclamaciones, re-
galos, danzas y otras demostra-
ciones de sumisión. Su Casique
fué decidido á, favor dé los espa-
ñoles, y se conjetura seria por sa-
tisfacer alguna venganza de agra-
vios anteriores con los partidos li-

mítrofes.
^ Luego tomó Oíiate su canií-
70.
no pnra Etzntlán, sin haber hnbiclo
cosii not \ble en el paso del rio y
pueblos del tr ai^ito. Kn Et/^atlán
encontró a Ñuño de Guzman que se
preparaba para en!rnr en J disco,
se<run el plan acordado Habia de-
jado de conquistador á Juan de
K^careña á la retaguardia del e-
j^rcito, y mientras estubo Nufio en
Étzatlán, fundó, con algunos es-
panoles é indios dispersos, el pue-
blo díí Yaiiualulco.
Estas divisiones que hacia de
su ejército entre al^^unos fines que
se proponia Guzman, uno era des-
hacerse un poco de la multitud de
indios ausiliares que de todas par-
tes se le reunieron. Estos que eraa
la plebe de los indígenas, por su
ociosidad y vicios, estaban mas dis-
puestos que los dfíinas á la trai-
ción y vicios consiguientes á eus
principios. De aqui es que en al-
gunos puiíblus de los indígenas,
.'

^tmii mas loB daño^ tto^ reeíbL^ia"


de-^es^tos "vegos, qo'e de los iíiis«
moB e^pañíífeí^i- -Como -era tantos.

bao pera haüel' lo lif^t^'épvário pe--


l'-a ^ Bii ^obí^íí^^etK.'i ii Llega ^1 rasé
de haber ahorcado NufiO de Goz^
man hasta triinía de esios iníeÜ-
€-es ei) taí^tigo de los ^teritado^
que eon-ietierori.
Con este ejército- ^Vktré por
fiiíimo el eooqyÍ5>ítaí!or á Jelisco,
sin resií^teoeia oinguria, - Habia yá
inyerlo su reyna: probebíemeiite
recibido e! bay«
tje.^pnes- <Je ^híí'be'r ,

tismo; pües'ya.no se encináro el.


€Juéi 6 templo de los DitivSes,
El indio ^mejicano "que les ée^
Jó Cortéz á los Jaiiscien^és,'- les va-
li^ á mi^ic'hos para que cuando -lle-

gó- Ninlo de Guzmao ios eneoii- :

tniTñ muy afectoB, y principalmeo-


te á ¡(X religión. En euarito á las
diferencias ;-_^ue eM^ofíiré eiitre ^i
íSenado y Casiques, sobre la pose"-
siosi dei succesor, que era m\if
JiifiO, no hubo ni que consultar so-»

bre !a likima resolución; pues es-


ta fué süjetHrse en todo al gobier^
no espaüol, si nó por grado, poí
fuerza,


Sale Gxizman descubriendo las
eostas de Jalisco, y sucesos de
esta esp edición.

Después de algún tiempo cjue^


«Jcmoró Guzman en Jaüsco, des-
tacó una partida para que á las
órdenes de Cristóbal Oñate vinie-
se á la villa del Espíritu Santo á
prptejer la nueva conquista y otras
villas que con algunos espailoles se
hablan fundado, con facultad de
fundar otras en donde le parecie-
re mas cóiiveníeníe, Asi es.'^ue
73.
luego que liego Onatc á 1oí5 pue*^
bins de su paríicukir conquista pro^
niovió fundación en la Villa de La-*
gos, para que como fronteriza d«r
ía Sierra do Cornanja, contuvie*
ra á ios Chichimecos que la ha-^
bitabini.
Nuilo con lo principal de s\i
fuerza &nli6 á descubrir !a Co.^ta
Oeste de Jalisco, pasó por Tepic^
llegó á Senüspac, y de allí se ¡a*
cunó Norte descubriendo iou«
a!
meraWes poblaciones de indígenoa.
que &iñ resistencia- los reribierook
Fundó ¡a Villa de Clmmetla^
y siguió por toda Sinaloa hasta
tocar con la Sonora. Aquí hizo al-
to en Culiacáo, y fundó una Vi-
lla con el nombro de S. Miguel
'de Ctiüacán. ^ •

Hasta ¡os conquistadores de


Jalisco no encontraron en las rey»
pos^y provincias invadidas, sino lo
preciso para mauteaer el ejércitOj
^

.71
y muy poco de 'alhají-^S' 'de -y^ro y
plata, '

que era lo c¡ne mí?.» bUsca-


hnn.^ A' -este tormento, Be íe'ágre'-
lí^ á Go^zmao -la des^ítracia do ha-
-bf^í* entrado pesie eri el ejVhrito;
y por e^ta -causa, y^ Uis- múicÁhH
deJ roíjcho oro que se sacaba del
Peni, se si^siió lades^rcroíí de mu-
'zho9. -ei^purioi'esde los mismos que le
babiao seguido de Méjico.- De \á
pesíte r??yrir-rori solamente de los in<-
éíiik ñu-dihíres ocho m'íL Aunque
esto se pudo considerat como ga^
Banr.;iay respecto á lo.^' dnílos que
fe-H'Jao é lo:^ pero no se
piíoblof?,

,
podía c'oosidí.íríir la! -ia deserción
y ro'K-^rte de tantos espanoieá que
le í-áharon
"Este defecto, inmeñlntamenié
trtúñ de ríniíediario, fiinnílaiido á •

!> Ju?}i> Sánchez á Mriico á pe-


dir .rnji-ívo municionas f
refuerzo,
TrúsloaeTOs, qoc para tontos pue-
blo-s kjiuciao mucha falta,, Al lum
75.
iTiotiempo pidió an^iüos á los co-
mandantes de Colima, Etzatlan^
Nochisllan y otros En este es-
tado, sin firente, sin mnnieioflps, sia
armas, y las que hahia averiadas;
y ann sin víveres murhas veces,
perseví^ró Guzman en Culiacan,
hasta que comenzaron á venirle
los socorros de los puntos mas in-
mediatos Ya les llegnba la estre-
má necesidad, cuando llegaron '^os
mi! indios cargados como bestias,
con víveres y municiones que
los
pidió. Juan Sánchez vino de Mé-
jiío con tres misioneros mas, f
bastantí-s armas con un regular re-«

puerto de tropa.
Con estos socorros volvió en
sí el conquistador del abntimien-
to á que lo redujeron tantos ma-
líes. Y como el temperamento y
las aguas enfermaban su gen-
le
te trató de salir á otro punto ea
donde pudiese disponer lo mas con-?
7í).

veninnte al fin de seguir la eon-


qiii-la. Dejó en CulifiCcU) á Fran-
cisco Vázquez Coronado, el ma-
yor que piso la
tirano Gali- N
cia con órdenes de que se inter-
nase al Norte cuanto pudiera, co-
mo lo verificó Las maldades que.
este hizo en Sonora fueron enor-
mes: parece que solo se propuso
r.solar aquellos pueblos» Por la ma«
leve incomodidad degollaba á san-
gre fría cientos de indios, AÍ ob-
servar por la historia posterior de
estos Estndos y tas varias vece»
que los indiígenas se han subleva-
do generalmente hasta despoblar
grandes territorios á fuerza de ar-
mas, rio puede menos dé calcular
que no tienen otro origen tales de-
bastaciones, que la memoria que no
se pierde de los atentados del pri-
mer malvado conquistador que en-
tró en su territorio. Su historia par*
ticulaí debe declararlo.
77.
Gii7mnn hizo alto en A rapo-
neta. Allí ordenó y arregló su ejér-
cito, y deslinó á varios puntos á
sus mejores ca [titanes. A D. Pe-
dro Chirinos lo destinó al Rio d«
Petatlán y provincia de Sinaloa.
A D. Joíüé Ant^ulo á Topia y Pá-
Buco, y á Juan Oííate, hermano
de Cristóbal, á Ilosíotitlán y Ca-.
pirato.A ílijar lo comisionó para
que fundase en la costa del Sur
una Villa que lo verificó, dándole
el nornbre de Purificación. Este
tuvo por esto sus competen^ ias t on
el alcalde mayor de Colima, pero
salió abante con solo el d( rccho.
que le daba á Guzman, la omi^^ion
de Cortcz en mandar nujsioneros
á la llamada su conquista, y a la
que por lo mismo iiubia perdido
toda acción.
Guzman con rl resto do ejer-
cito se Volvió a Tepic v Jcdisco.
Luego se persuadió de iu neccbi-
78;
dad de hacer una visita síeneral
de todo lo con(]uistado; y con es-
te fin dispuso díir aviso á los ge-
fes subalternos de su resolución; y
arreglando un cuerpo respetable de
tropa que lo ncompaaára, salió pa-
ra Ton ala por abril de 533. De
aquí pasó á la Villa del Espíritu
Saíito, llamada ya Guadalnjara, re-
conoció su situutíion, y no le agra-
dó, porqu<3 el l<3cál le pareció in-
defenso, y para timonees ya co-
menzaban las sufelevacioiies parcia-
les de los indios; y en alguna que
ocurriese cerca, podia destruir la
nueva población antes que le lle-
gase el ausilio. Se propuso bus-ca*r
no lejos un liigar mas deíendido;
y luego lo -encontró en el piitdbl®
de Taco'tíín, que tiene guai^dados
con dos barrancas ¡por donde cor-
re el Rio- verde y de Sa^rítiago, dos
costados. A esta defensa 'oomres-
poiide su amenidad y ubundanci»
79,
áo euanto necesita una poblaciotji
para subsistir. Dio sus órdenes al
efecto, y se paso visitando los de-
iTiás pueblos de su conquííáta tom
dirección á Etzatláa.
No le pareció bien & Onata
lo dispuesto, porque ya habia he-
cho sus repartimientos de tierras-
conio lo tenían pou feí^tilo; y esto
á pesar de sus^ protestas de que-
conservaban á los indios sus pro-
piedades. Trató de impedir lo dis-
puesto por Guzman, y representó
al gobierno de la Villa, seria me-
jor su traslación al pueblo de Tór-
nala, porque él ya habia tomada
para sí toda el territorio de Ta-
cotán. Luego que supo Guzmaa
esta contradicción se enojó mucho*
porque también habia determina*
el
do titulareobre Tonalá»
Los ánimos se decidieron, y
efí^ctivamente algunos se fueron á
Toüalá; y Iq& mm
coa I^b gober^,
80.
Bantes se trasladaron á Tacotíín,
pí^rque las órdenes del gefe con-
quistador fiíoron detnasiado seve-
ras sobre el particular. Esta fué
la segunda fundación de Guadala-
jara, que diu'ó solamente siete a-
ílos, habiendo durado la primera
cuatro.
' Por este tiempo, que fué el
afto de 1535, comenzaron los in-
dios á hacer las mas Sirrias reflec-
sioiies sobre fundaciones de Vi-
l/is

llas y ( iudadíjs, que hacian los es-


paüoles. Como eran gentes sen-
cillas, se persuadieron al principio
cié sus engaños y nientiras con que
los conquist idores les prometian
Í50tocar sus pro^.ií-dades. Por es-
to, se coíUí'nzaríMi a levantar en
alí^unos pucblo-íj reclamando sus de-
lechos que ya rec(mocier«m perdi-
dos El antiguo pueblo de Hue-
jií-ar, que después fue inundado, y

que estaba en el local que hoy ocu-


81.
pa la Laguna dela Bíagdaleim;
fué el primero que á la cabeza
de otros se alarmaron: salió con
su Casique á reconvenir á los es-
pañoles de su injusta agresión. Ya
lio pudo Nufio de Guzman sufo-
car al pronto esta voz, que des-
pués se 03'ó en lo más de los rey-
nos conquistados, porque aún los
ánimos ile ios subalternos estaban
divididos, y los mas con intenciori
de abandonarlo, porque la pobreza
de oro y plata, no les daba es-
peranza de recompensa. De aqui
resulto que para reconcentrar sus
fuerzas, despobló á varias villas,
como Chametla y otras. Por o-
tra parte, yá en Méjico tenia e-
Bemigos poderosos, y sobre todos,
Hernán Cortéz, que solo pensaban
en vengarse de él, y por lo n)is-
mo no podia contar con ausiiio
Binguno. For esto resolvió ycur-
S
82.
rsra Egpan?i dando noticia de íb-
do lo sucedido, y pidiendo se ie.
aprobaren sus hechos,

Se le dá de N. Galicin a
título
todo lo conquistado por Guzman,
y de la residencia de éste le vie^
ne su última ruina.

Nuíio de Guzman como bue^


político inie.itras en Méjico b nríaU
quistaban, trato de recomendarse
en la corte Al efecto trabajo una
representación lo mejor que pudo
de todos sus servicios y pasos que
habia dado para reducir a la obe-
diencia de los reyes de España,
}os reynos de Tonalá y Jalisco,
eon porción de provincias subal-
liornas. Hizu presante que conte^
fiian como dos millones de habí-*
tantes: qu© toda la tierra era mu/
83, ^ ,

íerti!, y que todo !o nere^íario para


la vida, se produria con abundan-
cia, pero que hasta entoncf^s no
se hablan desciibierto nánerales^
auDque representaba poder enc( o»
trarse en sus sierras, que tesiio-
varíds..
Por todo e^to, pedia sé-^fe o^,
probaste todo !o hecho: que se lé
hiciesen buenos sus sueldos^ que
como á presidente de la audieo*
cia de Méjico le pertenecían, por-
que la tierra era pobre de dine-
ros. También pidió se le diera á
su conquista el título de la nue-^
va Castilla de la niííjor España,
*

menos el rpyno de Jalisco, que


por parecerse su superficie y eos«
tas á Galicia, pedia se diera el tí-
tulo de N. Galicia.
Ausente ei emperador Carloi^
V. .que -gobernaba entonces la mo«;
narquía española,, reinbio la rejoa^
la? golickuii d^ Gozínan: j coa dic-j
84.
lamen del consejo, S6 le nf^g5 ei
título que pedia para toda su con-
quieta, y que solamente se deno-^
minase N. Galicia, Se le man-
dó que fundase una ciudad con el
nombre de Compostela para capi-
tal del reynó Y en lo demás se
remitió el convSpjo á lo que e! em-
perador resolviese. Procedió Guz-
man á la fundación de Compos-
teia, pero no en el medio de su
conquista, 8Íno en no puesto limí-
trofe á la de D. Francisco Cor-
téz, con e! fin de agregarlo todo
á la N., Galicia, como después de
mil debates .se consiguió.
Resentido en sumo grado el
inarquez del Valle D. Fernando
1-prtóz, no solamente por la se-
veridad y rigor con que verificó
su residencia cuando vino de Es-
puíia por su juez, sino también por
haberse adju licado como suyo lo
conquistado por su sobrino d. Fran-
85;
cisco, promovió cuantoí^ eaprtulos
pudo encontrar para vengarse, en
la residencia que yá le amenaza-
ba, y se le habia pedido de Mé-
jico. Esta se hacia imposible es-
tindo Guzman aun de gobernadí^r
de la N. Gaiicia. Al efecto ;?e in-
formo al soberano y pidió se le
confiriese e! empleo á D. Luis de
Castilla; vino la providencia coma
lo pedia la audiencia, y se le dio
orden á Castilla para que fuese con
cien hombres á Jalisco á recibir-
se del gobierno del reyno: y que
mandase preso á Nuilo de Guz-
man
Agravaba la causa de este in-
feliz, el trato bárbaro que daba á
ios indígenas, quitándoles sus tier-
ras para darlas á los gefes y sol-
dados subalternos en la llamada
encomienda. Este título se les da-
ba para que en clase de tutores
proüuraseii los tncom^ndeíos, la
86.
civilización y la reducción de los
i ídios á la religión Pero ios bar-
b iros conquistadores !a coriviriie»
roa en un derecho de propiedad,
de nms comprerísion, que los de-
rechos de un monarca. Los en-
coaii^nderos h ician uso deí servi-
cio de los infelices, en labores, en
minas, y aun en los caminos; con-
djciendo las cargas corno recuas, j
e-^ío aún las mugeres: porque aüa
Ho se propagaban las nriolas y o-
tros. aniniiles de carga que tra-
geron de Europa.
Los enconnenderos vendian á
! )S indios, como
si fuesen bestias

o esclavos; y por ultimo ai mas


love delito Íes quitaban !a vida.
IMuchas veces sucedió que no en-
contrando carne para mantener á
los perros que trageron, mataban
un indio para siistentar á los ani-
males. ¡Se estremece la humani-
dad al oir tau horrorosa conducta!
8?.
No estfiba tcínJihre Nüíío de
Guzmán de estos ¿eli}o«, que jun-
tos con otros, como fué el d^
la injustamuerte que dio al rey
de Mi( hoacán le preparaban á
,

gran prisa su ultimo esterminio.


Salió D. Luis de Camlia de Mé-
jico, Guzman lo supo pronto, con-
vocó á sus capitanes subalternos,
que TÍO estaban lejos, despacho
correos por todas <}irecciones prií-
T'd juntarlos, y tratar «I modo de
recibir al sucesor.
Dio lugar á todo esto, y fra-
guar una formal r^sisíencia, la mo-
rosidad de Castilla. Hizo presen-
te Guzman á bus capitanes, uon
ia mayor elocuencia y energía, sus
padecimientos y servicios en la
conquista de unos reynos tan in-
teresantes; que cuanto sucedía era
promo\-ido por informes siniestros
del marquez del Valle, su mortal
enemigo; que era preciso repre-
88.
aentar contra ellos, y mientras, to-
ínar las mas serias providencias,
para impedir su ejecución. Todos
respondieron: que su suerte y su ho-
nor, iiltrajado por sus rivales, los re-
signab in á cumplir sus disposiciones
y que cuanto determinase seria o-
bedecido. Entretanto D Luis de
Castilla se acercaba á Jalisco: des-
de Teíitían mandó una comisión
con el aviso de su arribo, con ór-
denes de! soberano. Guzman con-
testó en los termines mas come-
didos y políticos. Esto les cho-
có demasiado á los companeros de
Casíiíia, menos al que lo llenó de
encomios por la respuesta tan ines-
perada, Debia de ser este alguü
Beatus vir poco versado en las
intrigas de los ambiciosos. En es-
to era maestro D. Nuno de Guz-
man, y luego trató de prender á
D. Luis. i\l efecto se ofreció Juan
do Olíate, íntimo amigo de Guz-
mnií'.y eon cincuenífi hombres bie^n
armados salió de !a ciudad coa
ei mayor secreto. D Luis de Cas-
tilla creyendo a Giizman de bue-
na fé, hcihin movido su campo para
Jaiisf'O Fué avisado de la des-
cubierta Ofiate que se acercaba D.
Luis y á media le^ua de distan-
cia uno de otra entró la noche,
8e Oñaíe por medio
certificó
de espías, que D Luis y sus com-
pañeros estaban descuidados y aún
desnudos.
Avanzo inmediatamente sobre
el rea!, aseguró primero la remon-
ta, y á una voz les dierun ei viva
ei rey, y añadieron, viva D Ñu-
ño de Guzman. Se metieron por
las tiendas de los que hasta en-
tonces dormían sin el menor re-
celo de traición. Ya se deja en-
tender cual seria la sorpresa y sus^
to de ios que en nada menos pen-
saban que en eista aventura. Sia
armas, B\n caballo^, y aúti desnu-
dos corrian los vencidos por to^
das direcciones, y aun no enten-
dían ¡o que estaban viendo Vien?»
do Castilla á su lado al capitán
Oilate, aún le saludo como ami-
go. La respuesta fué la voz de
pena de la vida al que se mueva
antes de ser preso. Hasta enton-
ces conocieron la situacittn en que
se hallaban.
Condujo Juan de Oñate á sus
prisioneros a Jalisco, de donde no
'estaba lejos: el sobresalto de Cas-
tilla y los era estraordi-
dernas,
Bario. Tanta aleVocía, les presa-
^iaba una suerte infeliz. Pero jue-
go que se vieron á la presencia de
Guzman, volvieron en sí, porque
solamente le oyeron protestar con-
tra las órdenes que llevara O. Luis
y que le era forzoso representar
al soberano sus servicios. Asegu-
rado Castilla en el cuartel cpn los
&1.
suyos junto Guzman á 5ii^ v^apita-
nes les consultó sobre el caso; j
fueron de opinión que dejase vol-
ver libre á D Luis á Méjico coa
los que de ios suyos quisiesen vol-
verse. Asi se verificó con mucho
desaire de Castilla, que no fué muy
bien recibido de la Audiencia, por
su imprevisión y poco valor. S@
hicieron represerjtaciones las man
enérgicas de parte de la Audiencia
y de Guzman; y el resultado fué per«
derse el Barco que las llevaba á
España, y con él las esperanzas
de smbos partidos.
Sabiendo Guzman que en Es-
paña se denigraba mucho su con-
ducta: que e! ateníaílo cometida
contra el rey de Michoacan, era
el asunto de los estrados y mos^
tradores, y aun de los consejos:
que con el golpe impolítico con-
tra Castilla, acabaría de atraer-^
92.
»e toda la ecsecracion del rey
y de ia Nación, trato rie cu-
rarse en salud, según su opinión.
Pero todo lo erró, y ya era fue-
ra de tiempo la providencia de ir
en persona á la Corte que tenia
por el único remedio de los ma-
les que le amagaban. Ya venia
para entonces un juez de res^iden-
cia, que sin saberlo le habian pro-
curado sus enemigos. Salió de Ja-
lisco con cincuenta hombres, de-
clarando por ¿robernador interino
á D. Cristóbal Guate; y estravian-
do caminos, primero fué á Panu-
co de Tamauiipas en donde ha-
bia sido gobernador cuando vino
a! reyno; para recojer eí caudal
que pudiera de los bienes que ha-
bia dejado cuando pasó de presiden-
te á Méjico.
De P¿ínuco pasó á Méjico, en
donde encontró ya á su juez de
residencia, lie. D, Diego Pérez de
93
la Torre que acababa de llegar
de España. Este, sobienílo en el
puerto que Guzman tenia prepa-
rado con tiempo oíi Barco para
marcharse; dejando su familia, se
vino á la ligera á Méjico para no
perder la ocasión de realizar las
ordenéis que traía de mandar prc*
so al conquistador de Jalisco. Ca-
sualmente palia Pérez de ia Tor*
je de la asistencia del virey D.
Antonio Mendoza, cuando entra-
ba Nuilode Guzrnan. Este Je di-
jo después de saludarlo: Parece
,,

que he visto esa cara, y que co*


nozco á vd he apreciado verlo^
,

pues se me escusan ya con esta


oportunidad dar otros pasos coa
respecto á la comisión que tengo;
y esta es: que aqui mismo se dé
vd. por preso á nombre de N. rey.'^
Ya se deja entender cual se-
ria la sorpresa y confusión de un
hombre tan ¡soberbio y orgulloso
94
ííomo Gnzman, al oir una intima-'
^ion tan iiiesjmrada. Entraron atn-
bos á la presencia del virey, y a
pesar de los discursos que media-
ron y elocuencia de! conquistador
de Jalisco, oo pudo menos qoe dar
á Torre el ausilio que le pedia pa-
ra la ejecución de las órdenes del
soberano. Quedó presó en el mis-
mo palacio, y á poco salió para
Veracruz. y de aqoi á España. Dios
quiso que este infeliz conquistador,
no se fuese á la otra vida sin pa-
gar en esta al^^o de los atentados
que habla cometido. Si no hubie-
ra sido tan oportuna su prisión, se
hubieran eludido, los arbitrios que
se dieron para elia; pues su via-
je estaba proyectado para Geno-
va en donde estaba un hermano,
suyo; su fin era eslorvar la resi-
dencia por medio de empeños y
Cohechos Todo et<io se descnbrié
después de, su prisión* Lo ciur*
95.
ío es qne la residencia no se !e
tomó; porque habiendo llegado á
España, fué confinado á ocho le-
guas de !a Corte a! lugar de Tor-
rejón de Velazeo, y allí murió des-
pués de dos anos.
Las demoras precisas da. Pé-
rez Torre para recibirí^e del go-*
bierno de N Galicia: las de reu?
HÍr los informes de que debia for-*
marse el juiuio y otros embarazos
prolongaron penas de aquel; f
las
RO pudo dejar de morir solamente.
Se llegó á ver en tal iniseria^
que solo de hambre iba á morir
en ocasión que se hallaba en la
corte D. Fernando Coríez, y á pe*
sar de su rivahdad, éste lo socor-
rió con limosaas para que no pe-
reciese.
Los adictos á Guzman en el
N Galicia, y tal vez cómplices de
sus delitos, todos se extraviaron, f
los mas huyeroü^ Juan de Oa^^
96.^
le gefe de la pri^'ion de Castilla,
30 fué a! Perú, y allí murió mi-
serabtcmente. Cristóbal su herma-
na, gobernador interino entregó el
gobierno á Dietro Pérez Torre en
la villa de Tonalá: vino el cabil-
do al efecto de Tacoian, en don-
de estaba la ciudad de Guada aja-
I

ra, y priíTjera de N. Galicia. Pre-


B80Í6 sus despachos el nuevo gober-
nador y luego fueron obedecidos.
Dio cornisiones para los informes de
la residencia de Guznian. secues-
tró sus bienes, y por entonces es-
tableció su residencia en el mis-
mo Tonalá; y despachó á Oñate
y cabiido á !a ciudad.
Murió Nuilo de Guzman en
Torrejon de Veiazco, por los ailos
de 1540. Nació en Guadalajara
de Castilla la nueva: pasó á la N.
S^pana de gobernador de Panuco
de Tampico. Fué juez de residen-
íDÍa dü ííernaa Curtéz, y primer
presidente ííe
97:
la
^
_
audiencia de

Mé-
jico Desempeñaba este cargo cuan-
do salid á ia conquista de JaüscOg
en donde sus rivales, como era de
costumbre entre los conquistadores,
le fraguaron su ruina. Era de me™
diana estatura, muy eiocuente pa*
ra hablar, y sobre todo, un gran ju-
risconsulto. Nada le valieron es-
tas prendas para defenderse cuan-
do trato Dios de humillar su so-'
berbia. Dejeoiosle en su destino e-
temo, y sigamos con los progre-
sos de la conquista.

Siguen las desgracias de los crn-^


quisíadores, con la miifrte de D,
Diego Pérez Torre, y otrus' sU"
ees os adversos,.

Comenzó y prosiguió él §©•«


1^ ,
'
biérno 'del Diego Pérez Tor-'
lie.

re, :con 'la mayor Técíi^ud: -er^ gra-


ve, íntegro» y dispuesto para gran-
des empresas. Tal saüó él nuevo i

gobernador como &e lo iprometió:


Carlos V., y como lo nee<?sifca ba-
la N. Galicia. Se le presentaron
muchos indios dií^ptíráos por la a-
íiarquía en que los dejo Güzman.i
Fundo nuevos pueblos con ellos y
algunos vecinos españoles. A es-
tos lets contuvo cuanto puda, 'ma«
bien con él ejemplo, que con la
palabra y la justicia La l'eHgion;
sobre todo tuvo en tiempo de su
gobierno grandes incrementos. Tra^--
jo misioneros que tanto se necev^
.

sitaban; y entre ellos un hijo su-


yo llamado Fr. Diego. La desgra-
cia de la N
Galicia, fué que du-
ró poco, porque aun no se satis-
facia Dios y su justicia de los pe-
cados 'del :"reyno.
Para este- tiempo desengaíia-
do?? ¡los indios iii>ide^tt:=?, de que
ya no podrian Ihvrar^e de la do-
minaoioil españ(>m. fino los batiaxi
con las armas, corí^eiíSaron en va^
rios punios a hac r sus juntas y
Yennione^, Qomirmv mirlóle mutua-
mente sus deiíbcracn>nis para rea-
lizar una ?:ub!evae!on i: ene ral Kl
C alione de! pueblo cié lítiajicar que
estaba antes en el local tfue hoy
ocupa la laguna üamada la Mag^-
dnlena; convocó á b^> Oasicjues df3
EtzatUín, Ahoacatl'tu y Hostoíipa-
Cjuillo ívstos reunieron un cuerpo
respetable de guerreros que tomarh-
rio las alturas provocaban de lo-
das manem^ á los empanóles El
gobernadar hizo consejo de guer-
ra, y reí^olvió salir á contener á
ios indios.
Salió Torre con un trozo da
síoldados y ansihare^ de Tonaiá j
TlajomiÚQO, Esto fué 'el aüo d©
Lo?; sublevarlos se hicieron
ír^ríos en un scrro nv\y alto, que
parece fue el 1! imado hov de Te-
q lila Llegando el ejercito al ser-
ró, hizo Torre á los indios los re-
querimientos de estilo. La respues-
ta fué: que habiau de morir en de-
fi3n>;a de sus libertades y de sus
tierra?. Cercaron los soldados á
Jos iudios por torjas partes, el re-
sultado fué roiíjper los sitiados por
todas partes con desesperación e{
cerco, y en que quedaron muchos
áinjertí.s. Pero los conuui.stadores
lio pudieron tener mayor perdida
de la que tuvieron; porque desbo-
cado el caballo del gobernador, lo
precipitó de una altura, se le he-
cho encima, y quedó n)or{bi)ndo.
En este est do. íu-^ comluci-
d ) al pueblo de Tetan. Vino Oiia-
1
y los principales de Tacotan,
:^

]í'v'ibi'> los sacramentos y hizo su

icítameuto Declaro quedar de go-


101 ^

bérnadoT interino Cristóbal Oriats


y murió. Fué enterrado en Tetan,
y cuando Be fundó ía actual ciu-
dad de Guadalajara se traslado
,

su cadáver á S. José de Analco^


y de aquí á la Iglesia del actual.
convento de S. Fraocisco, Fué i!o-
rado de todos los buenos, y auri
de los indios, amigos de los poe"
blós. Ojíate que quedó encargado
de dos hijas que trajo, las caso; á
una con D. Jacinto Pineda, y otra
.con D". Fernando Flores de Tor-
re que unieron los aptílHdos para
darse mayor importancia.
'
Diose cuenta al vivey de lo
aucedido: y dio el gobierno de N.
Galicia, que después confirmo el
rey a! tirano de la SonoraD Fran-
cisco Vázquez Coronado. Por for-
tuna de ¡a Galicia estaba ese ín-
íel'iz muy entretenido en su con-
*quista destrozando y acabando con
"los ÍAdioí3 de Sonora á fuego y san-
g?ep. 'm f
.bu65ca- :d(^-. ícenos •se^iíms.: xl^
pjíita y , o.r0/ d(^ f í]M<e> tenia jielarioa
se híUiaban por Iw (mi^:^ée\\Feifi'

y':, •.abiitido, -de ^ . Ib,, fof tu:na. fx sq\q; p^-*.

0i- paiTai'. Jaiií^cov y nenuaciando» til

go,bÍ0íi.iio ae :fué- á.;.lVl€Jko^.de.d0«-!


^a ya no volvió*
•;•'
,,CoÉii .€.sío,s";Suc€S0srta'n ^adver*'

.^W s^a fué. atimenLa?odo. ©li desooiv


t<nvto gísaerai.Las^;. rivalidades y
diacoídias consiguientes^ á la rfí&i-?
denGia de Nuilo de Guzman que
auii tííBia su partiido; la noticia de:
Ja prosperidiid del Perú, la pobre-
ra do !a, N
Galicia, en donde aun
íio^ se= descubrirán minas, y por. úl-
la sublevación general de I05
liiaio,,

indígenas que amenay/aba; hizo^ que


p,iuc!ias colonos abandonaraa loai
pueblos j sa fuesen. Oaate vivía:
¿n Tacotáo, de allí destacó varios
partidos de. tropa y a4asi!iares de,
7^oimUiüy Tlajomulco á vario» pim«
103.
tos sospechosos dei teTart?^mien-
to Yaen HüainaBi*>ía h tbion da-
do muei'te los ifí*iios. á Ji=uñn de
Arce que era ej espafíol <|ue ios
mandaba como eíi< cin;endero. La
níisma suerte ameufizüba á Jy¿^a
Yiiíalva en Compo^lela y á otrí.'S
en otras partes. Por esto ?ef,re-
&gnt6 íiíerteHiente Oilate al virey
pidieiKlo ausiiios; pero estos se de-
moraban y la aecesídad era ur-
gente.
Supo Ofiate que mucbos in-
dios se ha cían fuertes en el ¡^er-
ro del Mixton cerca de Jik Pipi-
la, Y destacó veinte y cinco sol-
dados y trescientos a usi liares al
Blando de Miguel Ibarra para que
los batiera, ti Sobado de rae os i

de 15-11 llegó e¿ta división á la


falda del serró. El dia siguiente
atacó í barra, y después de hora
y media de combate se retiró por-
que ¡os indios hicieron prodigios
104
de valor: ganaron !a arcioü en qu^
mataron diuz españoles a pe-íar de
la ventaja de sus armas. Murio-
ron nías de ciento cincsaenta indios
aijsiliaresde Tonala y 'riajoinul-
co. Ptidia Oriate ausiiio por to-
das partes; pero las partidas esta-
b^.n demasiado ocupadas para po-
der favorecerlo. Las sublevacio-
nes parciales que a un rnismo tiem-
po hubo en varias partes, no les
perniiíian dar un paso fuera de los
punios que ocupaban.
Como Méjico estaba escaso de
tropas dio orden el virey para que
se solicitase á D, Pedro de Al-
varado, que debia estar en Coli-
ma aprestando su annada para des-
cubrir las costas del Sur y Ponien-
te, con dirección á las Californias.
Mandóle órdenes para que vinie-
se á ausiliar a Onate que se ha-
llaba en conflicto. Este, niientras
venia este awisilio, mandó á 31i-
105.
fuel Ibarra para que recogiese ai-
ganos indios amigt)? de los par-
tidos de TeocaitM he. encontró al
pueblo sin gentes: y í-i-imulando-
Ics ei concepto de levantodíis. man-
den á ios poros que encontró que
buscasen y llama^e^ á ios Casi-
ques. Vinieron éstos, y prevali-
do Ibarra de la autoridad de en-
comendero, les dijí;: que les die-
ran de comer a éí y á los que
traía en su compaiiia. Los valien-
tes le respondieron, que ya se po-
dían ir á Casíiüa: que eilos ^^ía-
ban en sus tierras: que si queria
les diesen de comer, que lo tra-
bajasen, ó fuesen a pedirlo ai Aiix-
íon, V oue allí los le^alarian sus
compañeros.
Dií'iinulandoles su despeclio y
burla, les que aunque no
replicó:
li^s diesen de comer, que solo pre-
tendía su amistad: que ya eran cris-
tianos y teaian dada obediencia a!
106.
rey de Esnññn. que bnjasen de paz
y se les perdonaría, y que de no
hacerlo, se les dnria cruda guer-
ra. A esto rf'?ipondieron los Ca-
ciques: que hicierau lo que qj isie-
ran, que elios se df^f^nderian ha-
ciéndoles todo el mal posible; Ibar-
ra los estrechaba con amenazas,
y ellos se reían y decian: si tan
valerosos sois, ¿cómo os fué en el
Mixton? Solo á traición, dijo Ibar-
ri, pudieron los enenii^jros cantar
ii YÍf^:tííria: que^ en brove vendrian
de Méjico UiíJchos soida^^os, y ío»
Iratarían co/no. mepecian.
Convencidos los indios de que
los de Ibarra eran pocos, y que
ellos estaban bien parapetados, los
provocaban á que saüesf-n al cam-
po: pero í barra se rí^tiro aun qi.íc
precipitadamente, porque leduscar-
garon una ternpesta<i de pitbras y
íiechas Sin escnrment'ár con es-
tO; gigüió í?n pos de otros Casi-
^.i3«sr 'am%o«, f ; : ; m alcereóv éí ^ -No?^
fíhisiduii- ; Aqui estaba la pm.neipal
fuerza de los indius! que? aetuak
mjíatía hHCiainj !gj ri^uoioa> ai Ihs ór^
dmiiesi de un indio Gasea a, qt^^ p^i !

díirse majiíQr importainciiáise denojí?

Día ^1 fuerttí í^iete^ aJvijrredos q !q


qy®! llrafíiaiiíj pcitrííiios, dejouatüo, Vía?
3*as dfí y dosi de alto. YS
gT'íjeso»
hal)iaoj «nido inas dedosí rjiil iri^í
dios^ vej^lidos a uso do gnt^rra jr
con morriones de plumas de; €0-»
lores. Se acercói Ibiai^ra en soli-
citud dei un/ G asi que llaoíiadb¡ D,
Francisco^ íntimo oa^iigo 8iiyQ. Sa-
lió v: luego que lo conoi;i4 fe dn
jo: Seíior, ¿á qué venís? ¿íiue-
i

rí^ i
Sí mor r con vuestros coiíi p a ü e-*
i :

i:o:í? Yo estoy pronto á servii-osí


porque amo á los castellanos; pero
mis subditos me han querido» raa-.
;

tar, porque no quería venir á es-^


tiJt remiioa:: D,. Diego. ZuGatecas
es el géfe de toda??^ j tengo e#
' ,

tendido que si no dejais la tierra


todos ^perecéis. ''.'
^
"-^t

«
' Solicitó íbarra la presencia de
D. Diego, quien no tubo.embaru-
zo de salir luego. Le dijo e! ge-
fe espafioí: lepara qué hacéis se-
ñor esta reunión? los espaHolee
no os han hecho agravio ningu-
i^o.
y yo os aseguro del perdón
^i idesistis de vuestras intenciones-
Mas el genera!, lleno de entusias-
mo respondió: vosotros los espa-
ñoles sois unos barbudos, bellacos
y calabazos; y también lo es D.
Francisco que me ha llamado á
tu presencia. Idos presto, porque
haremos que la tierra os trague:
y después dio un alarido,que cor-
respondido por los demás, se oyó
por todo el valle. Amigos, dij(^
á las armas; mueran estos espa-
ñoles: defendamos nuestra tierra
y venguemos nuestros agravios.
109.
Dispararon infinitas ñeclia?, y aeo-
nielieron de tal sutite á los espa-
ñoles, que éstos aterrados é incon-
sultos bajaron precipií idamente el
cerro y corriendo libertaron la vi-
da. No siguieron mas los va-
los
iieníes pori|U€ la viobnicia de la
carrera de los Caballos breve loe
desapareció.

ViPTie Pedro de. Alvar ndo, su mv fr-


íe, últimos ¿riunfos de les indios, y
fundación de Guadalujara,

XiUeofo qne Al varado recibid


las órdenes (iel vir( y, y á vi^ta
de los enipenos de Oaaíe para que
viniera a aüsdinrlo. salió a niar-
chas dobles de Zapotlan en donde
se hallaba. Liego á Tonal í donde
fué muy bien recibido. Aclualuien-
te p?o hacinn allilos honores fñ-
Dí^bres ríe ios qne bal/ian rmiierto
en el ataque dei Mixton. Celebra-
ron macho el arribo de un gene-
ral de tanta nombradia en todo el
iaperio. corno qiiF» en la con<|uis-
1 1 de M^'jicA) habla sido el seiTim-
do de Hprnan Cortez. l.e minis-
traron to ío lo necesario para su
derrotero, le guiaron ai paso del
rio y le pasaron en canoas.
Sa;!í6 ©nate de Tacotán á re-
cibirlo con la oficialidad y cabil-
do, y entro a la ^ciudad con sal-
vas: y á medida de! deseo y go°
20 con que 10 recitóeron, fueron
las disposiciones de alojamiento y
írato para e! y sus coinpññeras.
Todos se dieron a enhorabuena,i

y se retiráronlos dos gefes a tra-


tar del asunto principíii, que era
3a defeíisa-de aquellas tierras. Tra-
í?rron dolos medios de fortificación
ds I2, oiudüd. y del moda ds ^^^
llt. •

»ogHrá los sublevados de Noc'his«


tián. A mi me ¡parece, dijo Alva«*
rado, que no se debe drlatar el
castigo á esos indios, vergven^>a
es que esos gatillos «hayan dado
tanto ouidodo á V. iS, ;y .hayan
hecho tanto l'uido; con menos^geo^f
te de la que traigo sobra ipara SU4.
jetarlos:no hay que esperar mas.)
E^jío deoia ?por el aüsiho que &^
le habia ¡pedido ^ai virey, y había
prometido mandar.
Como Alvarado 'tenia «probar,
do su valor en las campailas qireí
tubieron con los indios mojicanoS;^!
los de 'Guatemala! y otras partías,!
le pareria ^-que Helando el 8ocor-i
ro de Méjico, le 'privaba áe la gÍB^
ria de vencedor de iNoohí®tlán y
dtil Mixton. Se síonrojo Ofiíate de
qué Alvarado atribuyese á pocE;
resolución y valor nó haber ven^^
cido) á los indios, y le dijor N©
hay que tocar eso Sr. Adelantado.
112.'
Todos hemos hecho nuestro dehep
ea esií\ tierra. Yo he currjptido
con el mió, y en mas de dies años
de N, Galicia, mayor dificüllad he-
mos en consí^rvar lo ga-
piiltíado
nado, que en descubrir oueVas tier-
ras 7 vencer á !o:^ indios. En la
N España donde V. S ha esta-
do, habia ciudades, pueblos gran-
des y de indios pudientes y ricos
que tenia?! mucho que defender: j
por lo mismo se paraban á soste-
ner un ataque, en que era preci-
so quedaran derrotados; pero en
la N. Galicia son los indios ínuy
pobres, y por Ío mismo gatillos que
m de una montana los bajítuios, se
suben á otra en donde se hacen
fuertes sin haber perdido nadn. En-
tre tanto, nos dejan e^stropt^ados,
^in lograr presa alguna. Las fa-
milias las esconden en los riscos
y quebradas de ios senos en don*
113.
de solo peleando como galos se
les puede encontrar.
Dice V. S. que la brevedad
conviene, y yo la deseo: pero hay
que reflecsioíMir en ei titmoo en
que nos hallamos: se forman ea
e^íos valles, en las agua?, talcS
ciénegas, que ntas uue de prove-
cho, es de embarazo \n cnballeria:
y en Iíjs lagos que se íbrnrian se
mantienen los indios seguro*? de
que no se les pueda batir: y ana
caando á todo rie-go. ^^e avance
Sobre ellos, no se críO-isue otra
cosa que desalojnr'os. Y asi me
parece mejor que V. S. descanse,
porque con solo su preseucia y
saber que esta entre nor otros, es-
tamos favorecidos: y «dala ahora
nos acometieran \o< indios, como
amenazan, que sin duda fueran der-
rotados.
Aivarado con resolución re-
8
114.
puso: qtie el habia de ir con su
gente al Peñol de Noehistián, aún
cuando no le aconj paríase solda-
do nino;uno de la ciudad: aue en
cuatro días queria pacificar la tier-
ra por convenirle asi. para desem-
barazarse lo mas pronto posible,
para realizar su viaje proyectado
á California-"^.. Esto aver^ronzó de-
masiado á Oaaíe; y después de
grandes debates, quedó determina-
do que el gobernador so oiiedase
en guarda de la ciudad con su
gente, y que él. Adelantado con
la suya, fuese al combate contra
los indios hechos fuertes en el Pe-
ñol TeiTío, decia Oñate, siiceda
algún desastre, por no aguardar
Y. E. mejor ticinpo y e! socorro
de Méjico. ¡Pero hasta donde no
liega la vauidad del hombre! ¡Cuan-
do sQ desentiende de su debilidad!
Aivarado yá nnpaciente contestó:
ya está hecliadu la suerte: á mar-
115.
char amigos, cada ono haga su
deber, pues á esto venimos.
Onaíe hizo las protestas con-
siguientes á su dictamen, y dis-
puso á sil tropa para el socorro
c\ue tenia por indeiccüble. para los
que se lo habían venirlo á dar.
Los soldados que A
varado traf^
I

los mas eran visorios para !a cla-


se de enemigos con niiiencs iban
á pelear: y con la que dio pron-
tas proviciencias para salir Lle-
garon á Nochistlún, r. roüocieron
el Peño!, lo encontraron amnra-
liado con siete alvarrodas, que lla-
mamos potreros, y tan anchos co-
mo Ibarra los encontró Desmon-
tando iVh arado precipitadamente
del caballo, dijo: er^to ha de ser
asi, y comenzó á quitar piedras.
Los demás lo sigui^on. Los in-
dios no dieron lugar á tanto, y
dejando los espafioies los caba-
llos, con rodela y espada en raa--
116.
no se fueron sobre ellos Fué en-
tonces tanta la piedra manual que
arrojaron los InclTgeiías, que á no
retirar.se Alvarado, queda cubier-
to con toda su gente, pues con
solo este descargue destruyeron la
primera alvarroda. Mientras unos
indios los repieijab^in disparando-
Íes una nube de flechas, otros va-
jaban del Peñol á cortarles la re-
tirada.
Puestos á proporcionadas dis-
tancias, formaron una media luna
en que ya teman envueltos á los
enemigos; pero Alvarado ya pos-
trado con su gente rompió el si-
tio, y los indios solo se dividie-
ron en alas. Cada paso que da-
ban los castellanos, era uíí peli-
gro, porque los indios ya ayuda-
dor, de las quiebras di*i terreno,
y iiiuchos nopales y nia<íueyes, en-
volvieron á algunos que nun'ieron
dtísa;ilrüsainentt;, y Alvarado coa
117.
los demág con trabajo escapnrott
á favor solanjente de los caballos.
Esta> fuga precipitada con bas-
tante pérdida, fué el resultado de
la temeridnd de A varado, pero aíin
I

8e le esperubn la mayor humilla-


ción de su soberbia.
Los VMÜentes ijidios viéndolos
tan ac<ibnrdados, los siguieron aun-
que con la cantidad correspondien-
te á la ventaja del armamento. El
adelantado desmontado con algu-
nos ,hacia frente á los indios,'
mientras los dcmñs abanzoban. Coní
este orden se hacia la retirada,
cuando llegaron á una quiebra qne
hace un rio á tres leguas de No--
chistlan, y que hoy llaman las liuer-
tas. Al subir la cuesta para co-
jcr el camino de Atenguillo, su-
cedió la catástrofe fatal con que
Dios dispuso humillar al coloso.'
Caminaba A varado tras de un sol-
I

dado llamado Baltazar Moníoya,


118.
eete picaba demasiado el caballo
{)orque creía qne io alcanzaban
QS indios, el adelantado le decia:
Montoya, que parece que
soíseofaos
los enemigos nos han dejado; pero
como el miedo del soldado era
muy suyo, no .lo dejó á las ins-
tancias de A I varado. Siguió co-
mo antes, y yendosele los pies al
caballo por la cuesta, ya rodan-
do so llevó consíigo á Pedro de
Alvarado, dándole tales golpes, que
en el planQ de la cuesta lo dejó
sin movimiento,
Volvieron los soldados á so-
correrle, y ló creyeron muerto. Co-
nocieron si> pelig*ro. Ya los in-
dios flaqueaOíVn de su alcance¿ y
como observagen la detención se
. esforzaban en volver; cuando vol-
vió en sí Alvarado del desmayo
consiguiente á tantos* golpes, y les
dijo: que tomase uno su casaca
y bastón, para que ios indiojs al
vpvb m contubff>rtJn y no coiio-^
ciesen lo que había ^Hf^edjílo; que
ee egfprzaseij ü reBÍi^tir el avan-
ce, porque Ío i?uc<?clirlo no tenia
remodio: que aquello nierecia quien
se acompanob/i con tales hombres
como Montoyfl . Preguntondole:
¿qué le dolial reí^pondió: la alma!
Llevadme -donde pueda curarla con
la penitencia, Luego dispusieron
un Pavez y lo eoudujeron en hom-
bros al pueblo de Atongnillo, á
^ei^ leguas de la cuesta, Esto su-
cedió en S4 de Junio de 1541.
Viendo los indios que los es-
pailoles \ü^ arrostraban, desistieron
del alcance y se retiraron á ce-
lebrar como era consic^uiente im
triunfo tan completo sobre sus o-
presorc^ Habia estado el gober-
nador Onate observando desde un
rnonte inmediato á Hiahualica lo
3u© pasaba, y viándo la retirada
e AlvaradQ, quiíío bajar al ísocpr-
120.
TO, pero ya lo conoció inútil. Al-
gunos ausiliares que se acercaron
njas al Peñol, íe dijeron todo lo
que habla sucedido Ya se supo-
ne cual seria la sorpresa de O-
ííate al saber el fatal resultado de
una acción que se empeiió en di-
suadir, y mas que todo los cons-
terhó la desgracia de Alvarado á
quien procuro alcanzar lo mas
pronto posible. En la acción mu-
rieron mas de treinta españoles,
y de U)í5 indios dos.
Hasta el pueblo de Atongui-
Ilo alcanzó Órlate la partida de
Alvarado: puesto en la presencia
del adelantado, se vieron ambos
ísín poder hablar una palabra. O-

íiate le echo los brazos, sin que


en largo espacio pudieran hablar
preocupados ambos del dolor. Al-
varado prorrumpió: ¿qué remedio
hay amigos? Curar el alma es lo
43rimero que conviene. Quien no
121.
quiso creer ñ una buena madre,
que crea ahora á una mala nia-
drastra. Yo tube Ja colpa en no
creer á quien conocía njejor que
Jó la gente y terrtno. Mi des-
ventura ha consi.^tido en traer á
un soldado tan vil como Monto-
ya, con quién mo he vií^to vn gran-
des peligros por libt^rtarle la vida,
hasta que ron su caballo y poco
ánimo me ha muerto: yo vne sien-
to muy malo: pido por Dios me
lleven á la ciudnd pnra disponerme.
Ooale se adelantó á disponer
lo conveniente para t^u curación.
Y habiendo encontrado al B. I>.
Bartolomé de EstVada que ya iba
á confesar al enfrrmo le encargó
la brevedad, porque temia no lo
alcanzase vivo. Pero como viole n-
tnron la marcha los coi^ductores
del enfermo, lo encontró en un
monte de pinos, que ha^ta hoy so
ve una legua antes de llegar á
122.
Tacotan, Allí mismo !o confesó
y luego que ilego á ia ciudad hi-
zo testamento, en que entre otras
cosas manda que su cuerpo sea
trasladado á Guatemala en donde
quedaba su mugcr y familia.
Por ñltimo, el dia 4 de Ju-
lio, después de diez dias de mor-
tales dolores, murió Alvarado dis-
puesto cristianamente; pero, según
im historiador de aquel tiempo, ha-
biendo precedido seüales esterío-
res y espantosas á su muerte. Ce-
lebren las historias la memoria
de éstos héroes conquistadores
mientras nosotros cortipadcciendo
Sil debilidad, solo debemos admi-
rar la paciencia (le Dios con los
que olvidados del amor á sus se-
mejantes, aspiran Cx la gloria, o-
primiendi)los, destruyéndolos y su-
jetándolos á la mas infeliz muerte.
El estremecimiento que causo
ia muerte de Alvarado Qii Méjico,
123.
éntrelos indios y pueblos conquis*
tados fué estraordinario. Pero no
por esto se contuvieron los con-
quistadores para dejar cometer los
mayores atentados contra esta in-
feliz nación. Antes bien enfureci-
dos de una y de otra parte se em-
peoraron las cosas en toda la N,
Galicia. El esfuerzo de los indí-
genas llegó á tanto con este triu-
fo que proyectaban nada menos
que acabar con toda la raza Eu-?
ropea. Y lo hubieran conseguido
si el virey Mendoza no hubiera tor
niado tan activas disposiciones pa-
ra destruir las grandes reuniones
que los indios habian hecho en va-»
ríos puntos. El resto de los sol-
dados de Alvarado, lo mas quedo
ausiliando á Ofíate, y muy pocos
se volvieron á reunir con sus conir
paneros en Zapotlan.
A poco tiempo de la victoria
contra Alyajiado. determinaron los
124.
«ifalientcs del Peüol de Nóchistlán
dar un ataque a la ciudad; pero
como aun entre estos habia alf^u-
lios adictos a los españoles no fal-
tó quien les avisara del proyecto.
Ya se suponen las prevenciones
que se harian para resistirlos. Y
estas fueron fosear la ciudad, a-
murallarla en lo posible, y colo-
car en los mejores puntos la ar-
tilleria que trajeron. El 27 de
setiembre se acercó el formidable
ejército, armados los indios de ma-
canas, lanzas, flechas y hondas.
Birn prevenidos los espanoles sa-
lieron fuera de la ciudad á reci-
birlos, pero arrollados de los va-
lientes se atrincheraron para de-
fe nder{?e.
Se echaron encima, y por to-
das partes los infelices indios
fueron recibidos con una descar-
ga general. Ya se deja entender
cual seria el resultado. Dice el
1?5.
historiador que tengo presente: que
lleü;ó á correr la saoijre de los in-
dígenas por las callesillas. Como
estos infelices va estaban decididos
á preferir la nnuerte á ia esclavi-
tutl, no es de estranar su terne-
ri<1ad.Llegó á tanto su valor en
esta acción que se entraron a la
ciudad por nna brecha unos sobre
otros en el mayor desorden. En-
tonces sucedió que una india lla-
mada Beatriz muger de un espa-
ñol Hernández, arnietda de puñal
cortó la cabeza a un indio en la
puerta de su casa. Tal era la con-
fusión con que lodo? obraban en
la acción.Como no les fué posi-
ble apoderarse de las bat» rias, se
retiraron los valerosos indios con
bastante pérdida.
Fué
tal el conñifto de la ca-
pital en esta oca-ion, que luego
so juntó el cabildo, y á propues-
ta de Oñate se dvítcrniiaó tra.^la-
12G.
dar la ciudad ai vaíle de Atema-
¡ac como lo hablan pencado antes
por sü amenidad y cer( an'a de los
pueblos aiBÍííos ^i!sto !o deternu-

iianjíi, jurniido al cÚsií-ío licuipo por


p:h'on <le li íiíjdad a! Sc^nor S.
rvli:riíei á qhien se en'romendviban

para poder realizarlo. Kfi'( tivainen-


tíi se verileo y el dia 23 de se-
tieoibre d<d ario de 15 ti se jun-
taron en eí pueblo iiaoiado hoy A-
nalco his primeras f/ianlias fíínda-
doras de la actual ciuüaci de Gua-
dalajara.

T^Z ejército del virey ríe 3I^j¿co,


destruye los fuertes, vence y de-
cide la suerte de los indios para
siempre.

Activó cuanto pud<,) e-l virey


D, Antonio de jiendoz^ las pro-
127.
formar un ejorrito
videncia?? par»Q
capaz de contener en la N. Ga-
licia la sublevación creneral contra
03 eypafiules; y a fines del año de
1541 salió con treinta mil hombres.
l.os mas eran nnsiliares mejicanos
Tíascaltecos y Tarascos. Solo mil
eran españoles, pero los n^as de
caballeria, y los mcnivs de infan-
teria y artilleros Las provisiones
eran correspondientes á tan formi-
dable ejército Sin el menor em-
barazo caminó c-tra vezan do la par-
te de Méjico y toeo IMichoacan.
A sns límites y al entrar en la lla-
mada ?í. Galicia en Covnan que
asi se llamaba todo el partido de
la Barca: encontró en un serró lla-
mado hoy de 8. Aparicio, un for-
midable fuerte en que los indíge-
nas de Cüiseo y Coynan se habían
propuesto em.barazarle el paso al
ejército Mejicano. Les hizo el vi-
rey ios requerimieiiíos de que se
128.
ri nüesen, que los perdonaría si ba-
jaban á presentarse, y que se. re-
tirasen á Sijs pueblos: ellos contesta-
r-.)n d •) lüd )Sh; ver en gran multitud.
Luego se roíopi ) la guerra que du-
ro m ichís hor {S. y al fin do elins
se encoDíraroo los infelices indios
cortados por todas partes, y deses-
perad )S se echaban sobre los es-
pauoles cif^gos á recibir la ípjjer-
te. Otros se preeipitaban de los pe-
ñascos, y muchos echándole una
soga al cuello se colíraban de lo;
arboles ¡Lastimoso espect .culo por
cierto^ aunque incapaz de moviT
el corazón de los tiranos que se
deleitaban en verlos y contarlos.
La reunión h ibia sido de mas do
treinta m\\ indios; y perecieron en
la acción mas de s -is \ni\ Los de-
mis, por último, puíjieron fugf^rse,
y aunque much^>s volvier^ui a sus
pueblos, otros viüicron a eugrozar
los de los valiahle^ cíd r0^
filas
fío!de Nochistiau y Mi^xton.
Siguió M<3íkIo5?,q nu mureha pa*
ra Acíitic despiicp del corto dt^s*
canso f]uo dio á ^ai ejército y por-*
que los víveres no nhnrr/abíHi ya
para tunta g(3nto, En dic*bo puo*
blo en c)uo siempre hubo dcH'idida
afición á los empanóles, $o rvSov^
zó el ejército Vino biego Ormte
ó ver ol virrey para iniponorle del-
Estado de la^ (jo^as/ Fue recibi-
do con ínuí'ho agrado. Yo: y los
rnios, le dijo Mendoza, veniníos á
militar bajo lag drd<3nes do Vd.' No
le vino nml mUi espro^ími á O-
'

fíate, que en ol acto tvspu^^o ol gefe


la necesidad que habla de oprí^:
líiir mas ú los indina de lo que
prescribían Ioh decretos de los re«
yes: que laf^ franquicias y liberta*
des los íenian insolc?ntados; y que
lo primero debía gcv declararluí
9
130
esclavos. En lo hizo ver
seguida
la urgeiiVia de- no demorar el ata-
q.iie al Peñol y Mixtonz-y para
alentarlo le decia: ,,E8tos indios
cuanto mas muertos se multiplicim
mas. En onee anos- habremos mata-
do en N
Galiein, lo nnuios quince
mil, y ahora tenemos mas de se-
senta mil en el Pefiol.
Espidió sus órdenes M< n<lo-
Zfi para que permanei:¡e en erí sus
puestos- respectivos los de>t ícnmen-
tos que los i^efes antecesores ha-
bían determinado, y que todos á
su vez hicieran su de|ier, mi'Mitras
él atacaba á los fuertes. Salió el
ejército para Nochi>^ll n, y cua-
tro leguas antes de Ih^gar salió nn
indio de los amigos de Ibarra á
suplicarle no se acercosen al fuer-
te, porque todos pereció n. Asi de-
l)ió suceder
, pero la ventaja de
,

las armas y caballos hacia incon-.


trastable la victoria. Diose vista
1#í
a! Peñol, que por la multitud dé^
los combatrerrtes adornados áe pe-
nachos de plumas de colores, pa-
recía un florido ramillete. Oyese'
1-d vocería de una y otra parte: y-
con el mayor orden asentó Me n-
doza la real, de modo que con la'

niuhitud de soldados y ausiliares,


quedó cubierto el fuerte. Aquella'
tiirde mandó el gefe éi Miguel I-
barra que intimase á los indios Id
guí/rra ó la paz. Salió D. Diego'
Zacatecas y ni discurso de IbaT-
ra contestó; Si nos re queréis' dé
paz, yo también os requiero á noiii-^
bre de los valientes que mandó.-
que os vayáis eñ paz á Castilla,'
pues ní)sotros estamos ro nuéstrias
tierras Ibarra le repuso: que e! virey
de Méjico era el que lo mandaba
con la embajada, y qué alií estaba
á la cabeza del ejército: que sino
siD rendían los harían esclavos. Es-

tS-"^^ irrita dema^iado^ los áninWs dt4


132.
general y de los que estaban pre-
sentes; 3^ dijo D. Diego: debéis de
estar locos, pues por solo vuestro
querer habéis venido á provocar-
nos cuando e¿?tanios decididos á mo-
rir ó vencer en defensa de nues-
tras tierras.
Después de este discurso y
hacientloles car^o de la sanare que
se derramase, hizo una seda al e-
jcrcito, y al punto fué tanta la mul-
titud de indios que salia del Pe-
ílol, la vocería y descargas de fle-
chas y piedras, que huyó precipi-
tadamente el parlamentario. Al
dia siguiente mandó Mendoza o-
tros dos requerimientos: que fue-
ron despachados como el primero
y al tercero dia comenzó la ba-
talla que rompieron los españoles.
Quince dias continuos defen-
<]ieron indígenas su libertad y
los
la de toda la nación en esta me-
morable fortaleza.; con tanto valou
133,
y esfuerzo, que decia el virey: Ver-
güenza es que esto5« indios nos ha-
yan tenido tanto tiempo en corr-^
tinua batería; y creo que han dé
ir mudando el noso-
serró sobre
tros. Yera asi, porque de las mis-
mas pieíij'as que despedían, forma-
ban trincheras, y fueron gananda
tierra hasta desalojar al virey de
su tienda.
Por fdtimo. impertérri-
estos
tos defensores de su patria, se rin-
dieron porque les ffiltó la agua,
pues siendo tantos agotaron un pe-
!
queílo manantial que los proveía.
Sobre esto y la ventaja de las
armas concurrió á su desgracia, la
traición del Casique D Francis-
co, amigo de Ibarra, que salió ñ
tiempo con dos mil indios, y sus?
familias del fuerte, protestando ha-
ber estado violento y forzado por
el general Zacatecas. Murieron
en la acción cerca de seis mil ia-
134
dios valientes» y algunos como (m
Coynan se mataron á si mismos
antes de huir ó rendirse. Los pri-
jB¡oneros fueron mil, y los dema?
se fueron á enn^rosar las filas del
Mixton, en donde en mayor núme-
Tcxque el Pefiol se disponian á
-otro ataque.
La historia refiere que Miguel
Ibarra, encargado de los prisione-
ros, se desentendió de los infelices
y les dio libertad para que se fue-
sen á SU:? casas. Forme el que
.quisiere la crítica parezca
que le
de este -disimulo. Yo entiendo que
sería ppr no tener lo bastante pnra
rrjantenerlos; pues con diez y seis
dias de sitio, no habla de ser tan-
la su abundancia. Ibarra fué a-
cusado de traición, pero el virey
se hizo desentendido porque qui-
zá estaría de acuerdo.
Temiendo justamente los es-
pañoles el refuerzo que recibieron
135
ios valientes del MiXíon, si xl^^nio-
raban el ataque, movieron acele-
radamente el paso y marcharon
al dia siguiente. Lieíraron pron-
to por no estar lejos un fuerte do
otro, y no lejos d< Mixton pusie-
I

ron su campa m<nto. Aqui le o-


currió a Mendoza el escrúpulo mas
raro que podía tener un conquis-
tador, y juntando á sus subalter-
nos les consultó: ¿si sería justo ha-
cer la ¿ruerra á los indios? Yá
se infiere lo qne contestarían ú-
nanin)emente Los motivos que de-
contado impulsaron al tirano á es-
ta consulta, fue sin duda la com-
pasión que alver tanto desastre
y destrucción, manifest:)ban algu-
i^os; principalmente los misioneros
que allí andaban como veremos
después.
Al dia siííuiente comenzó la
acción,en que asegura la historia
hubo mas de cien mil indios com-
13ÍT.
bntiontós . Y fué tanta sn hrabit-
Viira y rcguednd ron <juc nlli pe-
learon, qne salían do las murallas
y se niíitian en las puntas do las
espadas y lanzas dt; los españo-
les. E-tos taml>i<Mi padecieron rnavS
que en otras b.itallas, y perecie-
ron nf)uchí>s. Duro veinte dias ti
ataque, y en el rdlimo abandona-
ron los indígenas el puesto por ha-
berles f(dtado los bastimentos, v
por la traición vil de los indios del
Teúl.
El manuscrito qu^ tenido Je
la historia, dice: que S. Santiago
se apareció en el ¡Mixton matan-
do inilios. y que asi lo publicaron
los espaíiotes. No es la primera
vvz que estos barbaros levantan
falsos y qijim<íras contra los san-
tos, haciéndolos cómplices d(? sus
maldades. ¿Q.nc tenia que hacer
S. Santiacro con los infelices e irio-
.centes iudígeiui» que solo se de-
137.
una M^rrrsion inju<!tn? ¿Y
fpiidían do
cuando fueron nunca los indios á
dominarlos como los moros ellos? ¿i

Es nocesítrio callar, porque no es


de mi intento sino r<"f(rir lo su-
cedido Sol n mente nnndiré: que el
mayor milagro que Djos v sus snn-
tf>si hicieron en la conqui?^ta, fué:
que los indios anuirán tanto des-
de entonces una religión, que los
bclrbíiros españoles les trajeron en
líi punta de la espada y boca del
canon.
Lo cierto es. que los infelices
defensores de Mixton con esta per-
dida remacharon para sierupre loe
grillos de su servidumbre La trai-
ción de los indios del Teúl fué la
mas vil que se pudo imaginar. Es
el caso: (jue convocados a la de-
fííusa de la patria,se mostraron
indiferentes Viendo los generales
su desentendimiento, les mandaron
una embajada llena de injurias y
138.
fimenazas como merecian El re-
^ijltado fué mandar dos mil indios.
Estos, iustruidos y mal dispuestos
les <li]eron á los gefes, que veniari
á ensenarlos á pelear, y que ellos
salian á la vanguardia: se bajaron
los espauoles que est iban de acuer-
do V finoiieron la aceion tirando am*
bos cuerpos al aire= Creido esto
por los del fuerte vinieron en su de-
fensa, y como los esparicdes los vie-
sen fuera, no le« fué difícil aca-
barlos.
Sabiendo MendoEa, que en las
quiebras dfd serró aun habia una mul-
titud emboscada, trataba de que en-
trasen sobre ellos á sangre y fueíío.
Oída i3sta sentencia por los misio-
neros, se fué á presencia del vi-
rey con la mayor intrepidez el P.
Fr. Antonio Z-^^ovia. y le dijo: ,,Ya
fsenor, ha corrido su^ tramites la
justicia bueno es dar lugar á la mi-
^cricordia. Yo lae obligo á subir
139
al serró, y me prometo con el au-
silio de Dios, buen efecto, y sacar
ú estos infelices indios reducidos
á pedir la paz." Suspendió el vi-
rey la respuesta sorprendido de la
intrepidez del padre, y parecien-
d(de no debia esponer su vida; pe-
ro el celoso ministro lo decidió, di-
ciendole: que Dios era fiador de su
\ida. El vi rey aceptó; y tomando
de companero solo al P Fr Mi-
guel de Bolonia, sin mas armas
que el Brebi.xrio, una imagen de
Jesucristo y otra de Maria San-
tísima de la Esj)eetaeion que siem-
pre cargfiba el P. Zegovia; (hoy
Ntra. Señora de Zapopan) entra-
ron al Mixton El resultado fué,
que á l?is treinta y seis horas sa?
lieron los PP. con seis mil indios
de paz, y con los que fundaron
los mismos PP. nuevaíuente el pue-
blo de Juchipila.

Los demás indios prófugos, co-
140.
nociendo la insuficiencia de sus osí-
fuerzos para destruir á sus opre-
sores, huyeron á la Sierra- madre,
en donde mezclados con los Naja-
ristas y Cuarhichiles, estuvieron y
perseveraron indómitos otros dos-
cientos anos.
Algunos proyectaron aun ha-
cer elúltimo esfuerzo en el paso
del rio, por donde el virey salia
para Etzatlan; y esto á la som-
jbra, guia y consejo formal de un
'espauo! llamado Cristóbal Rome-
^rb. Sábi(.lo esto por. Mendoza, preri-
dieron Cv Romero y lo sentencia-
ron á riiuerter pero los oficiales
,

compañtM'os, pidieron al virey la


gracia de su vida. Los indios fue-
ron co^nduc (los á Méjico prisione-
i

ros de donde muy pocos "volvie-


ron. A! [)aso se le dio el nombre
de S. Cristóbal por Cristóbal Ro-
mero.
Él íiranq Jlendoza haciendo
141.
álgnnafí mansiones en Elzr.tlan ,

pueblos de Chápala y Zopotiun en-


tró á Michoacan en donde fundó
á Valladolid, y entro á Méjico triun-
fiínte, y en medio de vivas y acla-
maciones.

Pacificación y forma que recibió


la M Galicia después de la con*
quista.

En ano de 1541 i^ mis-


este
mo tiempo, que siicedian las gnerr
ras desoladoras indicadas, se dejjí'-
ron ver señales estraordinarias en
la naturaleza, como fue haber llo-
vido agua color de sangre en To-
luca la víspera de la muerte '<ip
Pedro de Alvaradovque fué^^l 4
de julio. A mas, un .comejla d^^ i/iii

estraordinaria magnitud, que obs*-


curecia la luz ^é las .estrelláis, Es«v
142^
to y las cruentas batalla? en qaé^
mn rio ron mas de veinte mil in-
divídiios, debió de inficionar la at-
iíi6."*fera en lanío grado qcie pro-
metiendo una desoi.ídora pesie cos-
tó ia vida a i{iuíí)erabl<:*s gantes Ha-
cen talponderación de sus efectos
ías historias, que asecfuran. quede
1h>^ seis partes de habitantes de ta»-

N. Galicia, quedó solaínente una.


ííntonces, hirieron los pocos
misioneros- que habia en el reino,
^jna cosecha anonibrosa en las al-
oas; de inun;<^ rabíes indios que mu-
rieron con el santo bautismo Es-
tos ?P como una ecsalacioii an-
iíabíVn de pueblo en pueblo, y aim
ea- las barrancas en busca de af-
jTms que todas lograron para Dios.
j^ígo tod;^.s, porque es un hecho;
if^e k>sindios jamas fueron enemigos.
d^ !ia /ehgioii que su empeño y sa-
ciiífeios, fi>eron hechos solanvente
pá^á defender s« libertud y p<x^-
143.
irionos de qne por la; conquista lo»
privaron. Los indios aunque reci-
icron la religión y sucumbieron
la injusta de los espa-
aí^^resion
lóles, reconocieron lo pri-
jamriS
mero, ni menos lo segimdo, como
un título para ser dominados, y
quedar privados de su libertad po-
sesiones, reyes, reynos y señoríos.
Bien sabidos son los levantamien- .

tos parciales que hubo en los tres-


cientos anos de nuestra domina-
ción; habiendo sido el fdtimo en
Jalisco en que proelamaron los
,

indios sus derechos el ano de 1798.


El carácter suave, dulce, dó-;
cil y afable de los indios; y so-;
bre todo, su natural adhesión al
verdadero culto, alentó á los mi-
sioneros, que puede asegurarse que
ellos solos hubieran bastado sin ar-
mas, á dar religión y civilización^
á estas naciones. En medio de la^
ecsultacion de pasiones por las,'
144.
guerras,y con la pe>«te tlpsola*
dora encima hicieron ios P P.
,

Iglesias provisionnles en lo mas


de los pueblos fuiulíidos: fundaron
otros do nu(;vo; y en todos rllos
dedicaron sol.^r y easa para H(iS-
pitul de los inumerablí^s enfernjos
que recogieron de los campos y
barrancos. Ya se ven en toda la
N. Galicia e^4os establecimientos,
en. la mejor forma, y qué conser-
van los? indios con el mayor res-
peto, Tonto sus parroquias como
los Hospitales, estrin dotados con
lo que se llamaron cofrodias, y que
los misioneros les fundaron y en-
senaron á conservar.
Do esta suerte se fueron po-
blando los rey nos de Jalisco, Co-
lima y Tonalá, de que se formó
el llamado reyno de N. Galicia.
H ista entonces aún hacian los es-
pañoles esclavos á los indios, y
por esto, aunque ya hubia muy
115.
muclios de europeos e indias,
hijo??

no so casaban por no tener la in-


faniia. ¿Cuántoseria que la
lo
que estos tira-
posteridad supiese
nos no solamente hacían esclavos
á los indígenas, sino afín los her-
raban como á animales?
Esta conducta bárbara se au-
torizó tanto, que sabiéndolo los su-
periores, que se hacia indiferente-
mente, ordenó el rey por cédula,
que se declarasen esclavos sola-
mente los rebeldes á su servicios
y que los sellos estuviesen en una
caja con llave que solo guardase
el justicia mayor: y que se hicie-
se á presencia de los cabildos.
Esta providencia inaudita, y
los enormes ultrajes que recibian
los indios hasta negarles la racio-
nalidad, para autorizar sus aten-
tados, llegó á noticia del Sumo Pon-
tífice Paulo III, y el ano de 1587
10
146.
en 10 de Junio espidia un breve
por el que declara errónea la o-
pinion que el enemigo del género
humano habia inspirado á los es-
pañoles, para publicar que los in-
dios no eran hombres. ,,P'ero nos
[Hice] que aunque indignos en lá
tierra tenemos la autoridad de J C.
-—para el bien de las almas decla-
ramos que los indios como verda-
deros hombres, no solo son capa-
ces de la íé católi'^a, pero aún esta-
mos informados que la apetecen con
mucho deseo---determinamos: Que
los dichos indios y demás gentes
que de aqui en adelante llegaren
a noticia de los cristianos, aunque
estén fuera de la fe católica.— Que
en ninguna manera han de ser pri-
vados de su libertad y del domi-
nio de sus bienes --y que de nin-
gún modo se puedan hacer escla-
vos — -Y si lo contrario hicieren;
6ca de ningún valor y efecto/^
147.
Tkléá y tan justas providen-
cias fueron desoídas de los que se
llamaron católicos, apoi^tólicos, ro-
manos. Solo tuvieron presentes,
y esto hasta nuestros dios, los es-
presiones equivocas de, la bula de
Alejandro VI Digo equivocas, por-
que» hasta la deuioi^tracion prueba
el V. Casas: que eu las palabras
de bula del [^apa, solo se les
la,
Concede a los reyes de España el
derecho general de píoteccion; y
de ninguna manera la propiedad.
A mas, dice: uo pernjita Dios que
la Silla apostólica se diga haber
dado en propiedad lo que por de-
recho natural |)ertí'necia á los in-
dios. A la prohibición de escla*
vitud, substituyeron los' españoles
el derecho de tributa; lo pagaron
trescientos anos hasta nuestros dias
en que fidizmente se reUniérun tait
poderosas circunstanciase qv no pu*
dieron menoís que declar .ríos es-
148.
Cetitos de esta contribución gobrí;
otras que tenían, y que redujo ;

los indios á vivir conrio hasta aho


ra, en la mayor miseria.
Los negros esclavos substitu
yeron á Jos indios, aunque fuerí
de tiempo, pues ya hablan muert(
los mas que poblaban estos reynoi
jen los fuertes trabajos, y que poj
su delicada complecsion, en el ac-
to de itriponerselos los sentenciaban
á muerte. De la introducción de
aquellos vino la división odiosa de
Xíastas que justamente ha extingui-
do la presente legislación. Todos
los hombres somos hijos de Adán,
y como dice el S. Pió VI. Ni hay
lesclavo que deje de decender de
íilgun rey, ni rey que deje de de-
fíeuder de algún esclavo.
Los indios en cualquier sen-
Jido dccienden de las tribus mas
puras de la Aáia. Siendo tan dis-
149.
into yuclima original de este, y
antos los siglos que se propaga-
on sin mezcla alguna: por olra
arte, la vida salvage en que ya-
ian, naciendo y nutriéndose bajo
todas las inclemencias de los licni-
J)os, no fué difícil llegasen á va-
riar de color; y que siendo en fus?
ascendientes blancos, declinasen en
colorados ó cobrizos, hasta con-
traer este color con la naturaleza-
Este problema no sé por que
ha sido tan difícil de resolver, sien-
do tan obvio el efecto que se pro-
duce en las plantas. En lo vege-
tal somos los hombres semejante s
á ellas: y es evidente que las mas
varían en el tamaño, color y sa-
bor, sembrados en distintos tem-
peramentos, y mas cierto en el ta-
maflo y peso. Por lo que no se
deben estrafiar como hijos de Adán
los gigantes, los lapones, fos ne-
gros, los blancos y los indios. Lo
150.
cierto es <\iíe ]as europeos ^(\n an-
tes que se declararan hombres á
los indios por la Silla apostólica,
yn teniín hijos de las indias. Es-
tas se decidieron por los blanco^
y se casaron legal y religiosamen-
te los mas. De esta manera se
TO[)uso \n población aunque hasta
el dia no en el grado que estaba^
La difiírencia que quedó entre los
hijos legítimos y los naturales, fuá
llamar á estos moníaíiezes y pri-
varlos de empleos en las repübli-
cas.
' El descubrimiento de minas por
a?gunas partes, y la pobreza de o*
tras repartiendo la población
fué
en estado en que la vemos. Los
el
mi-^ioneros. ya doctrineros de los
pueblos, suecesivaménte fueron vi-
niendo de Espafia. Después de
los franciscanos á quienes les de-
be la religión y civilización la N,
Galicia, hoy JEstucJo de Jalisco^ e^
15l>
á !os RRo PP, agURlioos, qvio o-
portonnmePíte v'mií;ron, y en Mi-
clioacán y parle de JaÜr-^co traba*
jaron como unos verdaderos após-
toles. De
aqui unos
resultó que
\y otros fueran mas do medio ei-
(g!o !os párrocos de los indios, y
'Bolo uoa ú otra parroquia se ser-
via por clérigos seglares Los fran-
ciscaoos llegaron á servir ciento
.

sesenta y dos parroqiiias que com


los títulos de coíiveotos y vicarías
hirvieron hasta que succesivameu-
te fueron euíregaodoios á los pár«
rucos seculares, siendo \n ViUima
entrega hasta e! aíio de Í7Í)7 en
que solamente les dejaron en re-
conocimiento de sus trabajos, tres
ó cuatro casas á cada una de las
tres provincias que se formaron <áe
las primeras custodios, que son la
de JaliscO; Michoacán y Zacate-
cas.
El primer euslQdio d© Jaíi^™
15t.
co fué el P. Fr. Antonio Zeg0-
via. Este yenérable hombre jus-
tamante merece el nombre de a-
posíol de Jalisco. Los diez años
precedentes á las guerras de in-
dependencia, puso su principal re-
sidencia en el pueblo de Tetan des-
de donde favorecia á cuantas par-
tes lo llevaban Después de las guer-
ras fundó innumerables pueblos de
los indios dispersos que ya volvie-
ron á sus propios pueblos por te-
mor de las renconvenciones justas
de los Casiques por su debilidad;
y de otros porque no tenían re-
sidencia ninguna. Con los disper-
sos de Juchipila y del Mixton se
repusieron Tonalá y Tlajomulcó,
de las pérdidas de la guerra. Con
los de Apozolco se fundó S. Ani-
ta: Zoquipa con los de Tlaltenan-
go: Zapotlanejo con los del TeüL
Aguisculco con los de Cuspala. Me-
jicaitzingo con los Mejicanos que
153.
se quedaron en N. Galicia. de Y
la misma suerte se fundaron y re-
pusieron de sus pérdidas los innu-
merables pueblos que tiene en su
contornos la ciudad de Guadala-
jara.
A Zapopan fundó el P. Fr.
Antonio Zegovía con los indios de
Jalostotitlán, en donde puso su úl-
tima residencia; y colocó en su i-
glesia la portentosa Imagen de N.
Señora de la Expectación, que tra-
fo de un convento de su provin-
cia de la Concepción de Castilla
la Nueva. Esta Imfígen le acom-
pañó al padre en todas sus peno-
sas peregrinaciones, y es la mis-
ma que justamente venera Jalis-
co, como la primera Imagen de
Maria Santísima que fué conoci-
da y venerada por los indios, y
concurrió con su protección á ]%
pacificación del rey no.
íncreméntoB de N. Galiria 'y
la
fundación de la ovtuíd ciudad de
Guadalajara.

Pacificada en !o posible ia tier-


na del modo yn e^ípresa(lo, se pen*
so mns espacio en la fundación de
Gíjada fajara, Ya e! rey le hsibia
concedido cuandí> estaf>a en Ta-
cotan el t:tülo de ciudad, y un es-
cudo de armas alusivo á los tra-
bajos de la conquista. Recibió su
perfecta forma' el dia 11 de febre»
ro de 1542 paí que se criaron al-
caller y regidores de otro modo
ílel que se habían elegido antes,
porque í?ij gobierno era militar Los
pr¡n)ero.s alcaides fueron D Fer-
nando Flores, D. Pedro Placen-
cía:' los regidorps, 1>. Miguel í-
fearra, D. Diego Oroíiíco, y D. Jua,sl
155,
alubia. El cura vicnrio, el Bi\ D.
Bartolomé de Estrada, y su tenieri-
te el Br. D. Alonzo Maria. Los
primeros y fundadores fueron vein-
te y dos estremeños: nueve mon-
toñases, nueve, andaluces, nueve
portugueses, seis castellanos y tres
vizcainos. Se comenzó á formar
la ciudad al poniente de la vega
d^ rio que une sus aguas de log-
I

muchos manantiales que de Sut


á Norte corren, á los bajos del
delicioso valle, regando y feitil¡«
izando los snhurvios de la citidad
hasta su confluencia en el rio de
Santiago Est i situada la ciiídad
á los 20 grados 51 minutos de la-*
titpd boreal; y los 275 y minuto^'
de longitud. Su clima es el ter-
cero: su temperamento caliente y^
seco; pero muy sano: es rnuy pro-
pensa á tempestades y rayos, y .

iTias bien se pierden las sementé-*


i;as j^or ^scQso, q.ue gox falta de-
156.
agua. De lo que ía necesidad, el
gusto, y aun el regalo apetece, lo
que no produce la ciudad le en-
tra de los ¡numerables pueblos que
le rodean. Estas prosperidades que
desde un principio (comenzaron á
disfrutar loshabitantes, llamó la
atención de todo el reyno, y co-
menzaron á venir nuevos poblado-
res, no solnmcnte de Mcjico, sino
aun de la Europa.
Cuando de la manera espre-
sada estaban quietos los jaliscien-
ses, trataron de solicitar lo con-
veniente para formalizar el gobier-
no del reyno ya provincia españo-
la, Como en 1531 habían funda-
do de orden del rey la ciudad de
Compostela, y de Guzman la de
Guadalajara, y ésta en todas sus
partes les parecia mejor para ca
pital, arreglaron sus peticiones dei
rnodo mas oportuno para conseguir^
lo. Lo primero que pidieron al
157.
rey fué incorporación del reyn©
la
cíe Colima á los de Tonalan y Ja-
lisco y de los tres fornjar la N.
Galicia.
Se también con el ma-
solicitó
yor empefio la erección de obispa-
do para que por su parte el clero
cooperase á sus incrementos tempo-
rales y principal concjuista de las
almas. Pretendieron también en es-
te tiempo de todas partes el de-
recho de esclavizar á los indios;
pero una junta de obispos, prela-
dos y letrados, informó contra es-
ta solicitud, y que de hecho ha-
bian practicado los conquistadores
hasta entonces. A la primera so-
licitud se accedió inmediatamente
en la corte, y se agregaron á la
N. Galicia las alcaldías mayores
de Sayula, Autlan, Tuscacuesco
y Zapotlcln el Grande en que se
habia divi<!ido el reyno de Colima^
Humado después provincias de A*
15S-
b'ilosj y de A mol a. Se diérórt taiti*
bien los pasos conducentes á íú,

erección <fe obispados.


En cuanto á la solicitud tirá-
nica de esclíiviznr á los indios, res-
pondió Carlos V. en cédala, que
desde el día de su data: ninguna
persona osase tomar en guerra,
nunqne fuese justa, ñí por resca-
te, ni por compra, ni por otro tí-
tulo ni causa, a ningún indio por
esclavo, pena de perdición de to-
dos sus bienes. Este emperador y
rey, no solo de la libertad
trato
de los sino
indios, que aun pro-
Yidfehcid que se llevasen á Espa-
íia atirunos indios jóvenes para que
gíe instruyesen, y fuesen capaces
db venir a gobernar á los suyos:
Y filé' tanto sn empeño en el par^
ti. ul^r, que mapd'ó titul'os d^' Tre*-

gidT>r< s y aicaldbs mayor(?s:en' blanv.


00 pairü que^ gre díiesea dichos gúx^
159.
plpos S lo<? indios qu6 faé'fen f^a-

paces de deseinpermrlos.
FA arlo da 1514 se erigió el
.

obií^pado del reyno de N. G{ili«;ia,


daníWle la demarcacioi) de cuan*
to se habia descubierto por Guz-
man y cuanto se descubriera eti
adelante Por esto perteneeierorl
á la mitra, la^ provincias de Za-
catecas, Durango, Monterrey, So-
nora y Sinaloa, que después i^u^
ce¿í:ivamente 8e hun sr^regado pa^
ra la erección de (>tro8 tren obis-
patloí=«. Su silla rfebió ponerse en
CpmpoHtela, p<^ro recorn)cidaí^ laáí

ventajas do Guadalajara, se hicie-


ron nuevas solicitudes sobre el par-
ticular
El primer obispo electo que
fué uno de los Uiisioneros de» N.
Espatla, rerruncio, el segundo, wo*
rió antes de consagrar?<e: el terceroi
fue el Sr. D Pedro Maraver deaii
IfiO.
Guadalnjava el ano de 1547. La
real audiencia so erigió en 1549,
y no a^rradandole por capital la
ciudad de Compostela, en donde
se instaló, se trasladó á Guada-
jara á pocos anos, lo niismo que
la silla episcopal, que no llegó á
estar en hi primera capital. El Sr.
jMaravér que trabajó muclio en es-
te negocio, no lo consiguió en sus
días, su sucesor D. Pedro A.yala
obtuvo lo que tanto deseaba su an-
tecesor.
Luego dio providencia de edi-
ficar la Catedral, y el mismo pu-
so primera piedra en 31 de ju-
la
lioée 1571 y que no se conclu-
,

yó hasta el afío de lül8 en que se


coloco
Luego que se erigió el obis-
pado , se publicó la donación que
los papas hicieron á los reyes <le
K^pafia de los diezmos que se jun-
tusga ea las Aaiéricas por bula á^
16L
de diciembre de 1501, y esto ba-
jo condiciones tales qué compro-
nietió á los soberanos á hacer de
la masa decimal de cada obispa-
do la distribución siguiente. Se ha-
cían cuati*o partes, la una para el
obispo, la segunda para todos los
canónigos; y las dos restantes se
dividían en nueve partes> de es-
tas, dos eran del rry, y las siete
se destitiabíin para fubricas, misio-
nes, mi.^ioneros, y curatos pobres
en donde las oblaciones de los fie-
les no eran suficientes pnra el sus-
tento de los párrocos. Como esta
inverfcíion era eventual, rara vez de-
jó de irse todo al real erario: des-
pués se iínpusieron las pensiones
de anatas y nicífins anatas, y va-
cantos sobre los mitímos diezmos.
El ano de ltí()9 quodó esta-
blecida la provi?iion de curatos en
la America á projucéta en terna
ii
W2.
do tos candidatos por el ob¡?!po al
llamado patrono, que era el rey»
ó vice patronos, que eran los ge-
fes de provincia. Antes de ese afia
se proveían los curatos en Espa-
íla, lo mismo que las canongias.
Primero se estableció la congrua
sobre e! erario y oblaciones de los
líeles, y después succesivamente lle-
gó alderecho que llamamos de a-
rancel que proponia el obispo, y
aprobaba la audiencia.
Los que con sana crítica lean
estos sucesos y órdenes d(5 tos re-^
yes de ICspaila, no podrán menos
que formar el concepto que se me-
recen los primeros sobt^ranos que
gobernaban la América, y los con-
quistadores. Yo solamente diré:
que si á los primeros los pudo in-
demnizar su conciencia de los ma-
Ibs que causaban en las indias los:
segundos: por su iirnorancia de lo
quG realmente, sucedía á ios reyes
163.
poíítcríores que supieren Io5í pov-
inenores. La estincion de las di-
nastías de los reyes naturales, los
agravios, las desolaciones y pri-
vaciones en que dejaron los con-
quistadores á los indígenas, no pu-
dieron dejar de prepararles delan-
te de Dios el nras severo juicio,
y el mas rigoroso castigo por su.
injusta dominación á pesar de los
continuados reclamos de su líber-,
tad, como hicieron tantos pueblos
que luego se sufocaban dando muer-
té atroz á los órganos de la va-
luntad nacional.
Ei mérito que se Hacia de los
caudales que le costó al rey la
conquista, es efímero, porque des-
de un principio comenzaron á sa-
lir para España inmensos te-
soros de Ins Américas: Primero*
fuercm los despojos de los empe-
radores y re V es, y después los pro-
íluctos dü las guvelas¿, í^^ue coa di-
164.
ferentes nombres se impusieron á
todos los naturales y colonos. Has-
ta lo dicho ya se vé ¿cuántos cau-
dales no han ¡do á España sola-
mente de la masa decimal y su
distribución? ¿Cómo se cumplió
Con la distribución de ¡os cuartos
novenos? ¿Ctué raras fábricas se
han hecho y dedicado al culto á
costa de la real hacienda? ¿Q,ué
trabajos no ha costado á los mi-
sioneros fundar las misiones?
Si la haceduría no hubiera es-
tado en manos de los eclesiásticos,
ciertamente que hubieran padeci-
do lo mismo que las personas do-
tadas de los cuartos dichos.
Haceduría se llamó el tribu-
nal que conocía en la recauda-
ción y distribución de los diezmos,
y se componía de Sres. canónigos
y uno de los oficiales reales: y se
instaló luego que se mandaron pa-
.
gar los diezmos. Los tribunales
les.
de crnzada y ohrn^ pias, en igual
conformidad que el de diezmos, se
in^t.iluron en la N. Galicia el año
de 1009
Hf3í=?ta el año de 1606 se jun-
taban S(do en Méjico los cauda-
les reales: y ese mismo ano se
fundó ia caja real en Guadaloja-
ra, bnjo la inspección de un te-
sorero y contadores, y que después
se estableció en otras provincias
y minerales.
En estas cajas se reunían los
caudales espresados, y los que se
reunían del derecho de tributo y
de alcabala. Esta se estableció el
ano de 1585 á un dos por cien-
to, y por esto se llama el lugar
de su cobro aduana. El pretcsto
para imponerla fué sostener una
armada que por los islas de Var-
lovento y Sotavento impidiera el
comercio de otras naciones con la
Aa*érica, y Cístublecer el csclusi-
166.
ya de Espafía, á que se siguió el
espantoso moíiopolio que por eí^ío
se introdujo en ios puertos.
Las piatds ea los primero^
años después de la conquista so»
lo pagabais e! diezrDo: después se
establecieron los quintos. A ef^to
se siguieron otros mil y rail ím-
|)iieátos, que con distintos nombrei

y eo numero de mas de sesenta,


impusieron á las fatigas, industria
y trabajos de los infelices indios
y colonos. El que quiera saber es-
to por principios, vea la obra quo
sobre esto escribió en varios vo-
Júnsenes manuscritos e! licenciado
Fooceca, de orden del virrey con-
de de lleviiia.
1G7.

Gobierno político, fertilidad., es^


tensión y producciones de la .i^¡^.

Galicia.

El gobierno político y militar del


reyno, estuvo al principio unido al
de generales y tenientes genera-
les; y que después
se llamaron go-
bernadores. Luego que se insta-
laron las audiencias y estas
,

conocieron en lo civil y criminal,


se llamaron los gefes presidentes.
Los subalternos se llamaron alcal-
des mayores. Estos fueron des-
pués corregidores, y últimamente
intendentes. Los subalternos de
éstos, subdelegados, y los de és-
tos tenientes de justicia.
La audiencia conoció siem-
pre en los asuntos civiles y cri-
minales de los gobiernos de Guadt^
168.
fíijara, Zacatecas, Durango, Mon-
terrey y coíiíandancia general de
las llamadas provincias internas.
La demarcación natural de la N.
Galicia, fueron, como ya dije lo
que abrozaban los tres reynos de
Colima, Tonalá y Jalisco. En tiem-
po de la conquista aun pasaban
de dos millones solamente los ha-
bitantes de estos tres reynos; co-
mo lo espuso Nufío de Guzrnan,
en un informe al rey de España.
Dejando para la historia general
las divisiones territoriales que ha
tenido, diré solamente en esta me-
moria: que parte del reyno de Co-
lima se declaro territorio de la re-
pública; y actualmente pertenecen
al Estado de Jalisco ocho canto-
nes: el primero, comprende á Cu-
quio, Guadalajara, Tlajomulco y
¡Zapopan: eí segundo, á S Juan
de los Lagos, Santa Maria de los
Lago^ y Teocultiche: el tercero,
169.
á Atotonilco, Chápala, Barca y
Tepatitlun: e! cuarto á Saynla, Tus-
cacuesco, Zacoalco y Zaj>oiíán:
ei quinto, á Cocula, Etzatiún y Te-
quila: e! gesto, á Autlan y Rías-
cota: sétimo, á Acaponeta, A-
el
huacatLíP, Centispac, Compórtelas
y Tepíc: eí octavo, a! departarnefí«
ío de Colotláíi. Todos estos can-
tones abrazan, con poca diferen-
cia, la misma que toda ia
tierra
penín^ufa de España. Sus costas
a! Mar pacífico, corren mas de ciea
leguaíi mejicanas. Tienen los puer-
tos de Navidad y S. Bias. Sus
costas ^on calientes, pero no mal
sanas como las deí Golfo de Mé-
jico. Ei Estado goza de tempe-
ramentos diferentes, y en lo ge-
neral templado y muy sano. Eí
terreno es abundante en montes^
y los valles muy fértiles y produ-
cen toda clase de semillas: prin-
cipaimonte el maiz. Fot Autláa.
170.
^e copsecha l;i cuchiwüla en abun-
dancia: y tiene var¡t)S de cacao,
fluizásemejante al de S<íConusco.
Este ramo que se ha desatendido
por la apatía de los propietarios,
actualmente tienen algunos cmpre-
iearios.
Loíü lagos de Colima, Atoyac,
y Zapotillo, son en Jalisco un ma-
nantial de riqueza por la buena sal
flue producen: la de Zacoaleo es
de Tequezquite. La costa S. del
Estado, ofrece una inmensa cose««
cha de camarón, robalo, mero y
ostión; y no pocos caudales se han
formado en las inmediatas pobla-
ciones, de su Cosecha y conduc-
ción. Por la Navidad se cria una
concha pequeña que trae en 8us
entrañas el encarnado mas fino que
se ha conocido, y tan permanen-
te que jamás desmerece. No se
hecha menos en el Estado, un voU
pan de iiiüve junto al de fuego de
171,
Zapotlan, y el provoc todo eí nñOr
ai gusto dfí la nieve artificia!.
Las í?guas í^oii muy saluda-
bles para beber, y para baños ter»
maleti: Jas hay en Salatitári y o-
trai partes. Sobre todo, en nin-
gún Eí^tado corre tanta agua por
todas direcciones como en Jalis-
co; lo que pri)porcioiia que las se-
menteras son de riego. Siempre
nerm adniirables en esta parte el
caudaloso rio de Santiago y mar
Chapalíco, de que ya dije, quizá
menos de Ío que son en realidad.
La tierra es tan feraz que
cuanto de otras partes se siem-
bra, se produce; como ha sucedi-
do con tu semilla del frijol, árbol
que crece mucho y perpetuanrien-
te produce su s<mi!la.
Sobre cuanto he espuesto, es
recomendable en Jalisco lomemo-
ria de que en el partido de Com-
postula se descubrió la primera mi-
17?.
na ñe todo reyno: mina ñe pla-
ni
ta que d íro míis de dí)s siglos en
fruto. Ei raf^o fue el siguiente.
Habla muerto vd Composteia en
1512 el capitán D Pedro Ruiz
de ílaro, y habia dejado en suma
pobreza á su esposa D<)ua Leo-
nor de Arias, con tres hijas, por
lo que se retiró á vivir á una la-
bor que tenia y so llamaba Mira-
vaües. Como era india no le fal-
taba que comer en aquel retiro.
Estando un dia sentada en un
portaliilo de su casa, llegó un in-
dio suplicándole por amor de Dios
le diese de comer. Lo verificó gra-
ciosamente, A los tres dias vol-
vió el mismo, diciendole: que le
venía á pagar los buenos oficios que
hacía con él y le dio una piedra,
que era lo mas plata virgen. Al
mismo tiempo le dijo: que le da-
ba también la mina de donde sa-
có aquello: que buscara geale que
173.
ge la trabajara,y esperaba en Dios
que habia de sacar tanta plata, que
en atajos la habia de conducir. La
predicción se verificó. La mina
estaba en el serró de Joiotláa, y
la india fué poderosa.
Aunque la mina se llamo del
Espíritu Santo, la tituló la hija
mayor Miravalles, y de esta des-
cienden ¡os marquezcs de Mira-
valles,
Esta mina y otras que se des-
, cubrieron, llamó la atención de to-
do el reyno y ya no se pensó en
otra cosa mas que en buscar minas,
que se encontraban por todas par-
tes.
Luego s^ descubrió el mine-
ral de Guachinango, 8. Sebastian,
Ahifalulco y oíros, y el año de
1548 el de Zacatecas. Correspon-
dieron al desciübrimiento de minas
de phíta las de cobre, eí-ítailo, plo-
mo y de guanlo;^ m^tale;^ ^e co-
174:
^

fiiocen.Bastóle á Jali?!co saber, que


partiiipa su territorio de la sier-
ra MdíJré que atravieza del S. E.
al N. O. de la América, para a-
aegurár que posee grandes rique*
zas.
La prosperidad de 1oí§ parti-
culares llegó á tanto, que Cristo-
bal Olíate llego á poner mesa co-
mún á que llamaba con campana
á cuantoá quisi(!rafi ir á comer.
Por esto no es de estrailar que
«übsista aún algo do ei^te caudal, que
por succecion legítima posee el es-
linguido cnayoríizgó Porree Baran-
da. Y'^ en lo geueríil debemos de-
cir, que siempre ha habido mucha
riqueza en Jalisco; y que etsta, en
Ib mns, lá disfrutaron los ouroj)eos,
oue al n)isin<í tiempo que eiísefiaba á
sus hijos á buscarlas, los ensenaron
á gastarlas, ló que regularmente
se Ve que aprendieron mejor. Los
«iUá dü efctós j^u poseedores d(;í bue-
175
na fe, compraron con stj riqnc^f^ii

el reyno de los cielos, pues en lo


mas á ellos se les deben las obras
dedicadas al culto y á la benefi-
cencia.
A la riqueza de los montes y
serros, correspondió en aquel tiem-
po la fertilidad de los valles: de
una fanega de trigo, se levantaban
cuarenta y cinco; una fanega de
maiz valia un real; ocho gallinas
un rea!; tin carnero dos reales; una
frazada dos reales; seis libras de
flor de harina un real. La fera-
cidad de la tierra, se puf de decir,
ha ido respectivamente en aumen-
to, cuanto mas se ha auuientado
el comercio. Después se ha cul-
tivado mas el ingenio de los in-
dígenas, que lo tienen sobresalien-
te para las artes, la. industria /:
el comercio.
Los mi-íontros, imitando la
Conducta del primer obi^^po de MU^
176.
thoacán D. Vasco de Quirogfi,
que impuso á cada uno de los in-
dios un arte ó industria particular
Tiendo su buen efecto, establecie-
ron lo mismo en Jalisco. Asi es,
que unos pueblos trabajan losa fi-
na y olorosa, como Tonalá y San-
ta Cruz; otro^ losa ordinaria de
cocina, como Tlaquepaque [llamado
hoy S. Pedro]; otros, petates; otros,
carbón; y otros, tantas cosas que
diariamente comercian los pueblos
6n la capital.

JFundacion de la ciudad de Gua"


dalajara. y de los conventos de re-
gularcs.

fií^»-

Clueda dicho qne el 11 de


febrero de 15J'i rcf ii>i6 su filtinia
forma la cinglad de Gundalnjara
para llaaiursQ tul, Aunt][ue la pri-
177.
ííiern población se est^ndió por ío-
(Ja la vega del rio. Las iglesia^
y la previsiónde su populosidaddejó
de suburvios los primeros y prin-
cipales edificios. Desde entonces
se procuró formar las cuadras de
las casas con la igualdad y sime-
tría que la hermosea tanto.
Los vecinos que fueron cin-
cuenta y ocho europeos y algu*
nos indios dispersos, habian for-
mado la primera iglesia en^el lu-
gar donde ahora está la enferme-
ría del convento de Santa María
de Gracia: en la parte inmediata
al actual coro de su Iglesia. La
dedicaron al Santo patrono Sr. S.
Miguel. Aiii mismo se edificó el
hospital que en la gran peste del
íbismo ano asoló á todo el rey no: E^-.
ta Iglesia era de adove }' como pro-
porcionaron las circunstancias, dd

10
4íj[(ief tiempo, y dútó áe mi^Ú f
jSrrincípal parroquia, hasta que fet

Sr, Maraveí' concluya la Iglesia,


dé San Juan de Diosr cocí el tí-^
tillo de la Sania- Veracruz; y allf
ínísmo fundó la cofradía de la Sani*
gre de Cristo Los cofrades igual-
monte que en el hospital de S.-
Miguel se dedicaron á cuidar en-
fermos, y como para el efecto ha-^
bian hecho enfermerías, hullaroa
todo hecho los PP. de S. Juan
de Dios cuando se les entrega
el hospital Ya veremos después
las traslaciones que tuvieron estois
primeros establecimientos religio*
Sos.
Habiendo fundado los religión
fijos de Francisco su convento
S.
en S. José de Analco; el P Ze*
govia vino de Tetan á fundarlo^
y despoblando el pueblo los mj
'

dios so vinieron con el padre y


ya no volvierwi.
179.
Tratando los vecinos de bu
segundad, y para <:]ue físisfiefiefl
los PP. con mas coníiodidad á log
pueblos, !es mudaron el conventoí
donde hoy.se halla. Se trazó !á
Iglesia de modo que el présbite*'
íio, quedase donde estaba un ar*
bol en que decían los indios Iri^
butaban cultos supersticiosos á sué
ídolos.
Debe eer siempre recomen^
fiable !s memoria de eí^tos PP4
Los enemigos de los religiosos^;
deben saber: que estos padres /
los religiosos Agustinos que fue^
ron los primeros misioneros qué
vinieron al reyno contuvieron la
total destrucción de los indígenas^
Ellos escribieron á la Corte y re-?
presentaron contra los atentados
de los conquistadores. Ellos sacri*-
ficaron la quietud de sus claustros
al bien espiritual de los indios»
Ellos trabajjtroa activameníe un \q^
180;
eivllizaeion de los infelices naturales
CDseíiandoles con sus manos, artes/
y dándoles industria.Ellos jamás
Cí*eyeron ^ue los indios no oran
hombres como los demás. Ellos
aunque pocos respecto de la pobla-
ción, volaban de un pueblo á otro
as consolar á sus hijos espirituales

como una madre tierna con los


suyos. Ellos, como sí? vio, eran
tan amados de los indios, que vso-:;
lo dos fueron bastantes para sa-.
car de una barranca del Mix*
ton cinco mil poseídos del furor,
de la venganza, hechos ya marizOS
corderos con sus ecsortaciones.
Los RR. PP. Agustinos re^j
,

cibieron los primeros pueblos que'


fueron catequizados por los Fran-
c^rscühos, mientras estos^ pasaban
át puííbios incultos.- Tuvieron los
curatos por mas de Hjn siglo. To-
tíalan, Salatitán y otros les deben
/au^hos inar^menios y lo mibiño
ist.
que los hijos ¡de S. Francisco son
acreedores á una recomendable iiie«
moria en la historia de Jalisco; ,

El tercer obispo de Guadala-


jara Dr. Fr. Domingo de Arso-
la compensó en parte los sacrifi-
cios de estos PP., y él año de
1573 les fundó el convento que
possen en esta ciudad.
Na mucho después, trajo el rríis-

mo setíor do Méjico algunos religio-


sos dé su orden de predicadores. Tu-
vieron muchos afíos por hospicio
una casa pequeña cerca de dón-
de hoy está la Iglesia de Santa
Monica, y de donde pasaron á su
actual convento que fué hospicio
de Carmelitas: en él había una
eapilla dedicada á la puriaima Con-
cepción, y entiendo ser su actual
Tercera Orden. Se venera en la
Iglesia de estos PP. una hermo-
sa imagen de Maria Santisima dei
Rosario compañera de olraís ti(?s?
182. I

que el emperador Carlos V, hiam I

dó á N, Galicia; y son la de la |

misma advocación que se venera I

en laCatedral: otra lo mismo en


el pueblo de Ponsitlán, y la ti-
tulada Nuestra Señora de los An4
geles de S. Francisco.
El convento de Nuestra Se-
ñora de la Merced se fundó á so-
licitud y espensas del limo. Sr.
Dr. Fr. Franci:?co Rivera; quien
viniendo de España para su dio-?
cecis tocando á una de las Islas
de Sotavento encontró en una ca-
pilla la imagen de Nuestra Se-
ílora de la Merced, le llevo la a-
tencion, y á todo costo la trajo á
su obispado, y solicitando funda-
ción de convento de su orden, la
dolocó en su Iglesia el año de 1629,
La fundación de Carmelitas
0» la América, se concedió con
feondicion, de que habian de ser-?
^m en la conversión de los infie-
183:
ieS, á propuesta del general de m
4rden hecha al rey en 1586, al e,-
^ando al efecto que era orden me a-
dicante como la de S. Francisco,
Santo Domingo, S. Agustín y la
.Compañía de Jesús. Se Ie>s con-
rcedió, y después de haber tenido
dos hospicios, en Guadalajara uno
en donde hoy es convento de Do-
minicos, y otro cerca de B- Fran«
cisco, en el lugar donde estuvo mu-
chos afíos el Abasto de carnes^
íVinieron por último el aíio de 169^
y fundaron su convento en donde
hoy subsiste.
> La
administración del hospi-
tal deSanta- Veracruz, se en-
la
tregó á ¡os PP. de S. Juan de
Dios el año de 1606. La cofra-
día de la Sangre de Cristo, sje
trasladó con {sus respectivas fincasi
é la que hoy es Iglesia de Nues-
tra Señora de la Soledad; y que d^*
fiayeado. de los prim^rgs reglamea-
^.184,
tos de su instituto, solo ha quedia-
do vigente el de que el alcalde de pri-
niera elección de la ciudad, sa-
que el estandarte en la, prosecion
.

de la cofradía, que se hace el Vier-


nes Santo, por juramento hecho
por el ayuntanriiento en él año de
1658.
A
los padres Belemiías en igual
eonforniidad que á los padres de
S. Juan de Dios, se les entregó
el hospital de S, Miguel, que por
el sr. Arzola se habia trasladado
antes al colegio de niñas que hi-
20 el sr. Mendiola: para que las
'colegialas tuviesen huerta y mas
amplitud en er actual convento de
j

Santa Maria de Gracia, que era


el hospital antiguo. Y esta fun-
dación fué ano de 1704,el
Conociendo e! R. S. Dr. Fr.
Antonio Alcalde, obispo de esta
'diócecis. la necesidad de sacar el '

hospital del medio de la ciudad.


185.
en donde estaba, y hoy está la
plaza de la Independencia; hiko
el suntuoso y singular hospital de
S. Miguel, que concluido, pasaron
los Belemitas á él en 1792. Lo
administraron hasta 98 en que lo
entregaron á la ciudad, y se re-
tiraron á Méjico. Tiene este fa«
moso hospital, setecientas veinte
y cinco camas, y es el mayor de
toda la repfiblicac .

El ario de 1595 ^e fundó^ la


congregación de sacerdotes obla-
tos del Salvador, bajo las reglas
de la que fundó S. Carlos Borro-
meo en Milán. Floreció algún tiem-
po hasta la fundación del Orato-
rio de S, Felipe Neri que fué en
1702 á los cien anos físicos con-
cluyeron, y dedicaron estos padres
sü Iglesia.
La casa de oblatos tuvo nue^
va forma, y llamado Clerical dei
Salvador eu 180l\, bajo h direc;
g\oú ^y\ cspénsas .<iel Wmo. Sf. IX
Juan Gruz Ruiz de Cabanas. La
Iglesia de la Soledad ae habia he-
jcho en 1658. á espensas y devo-
ción de Dona Juana Roaian es-
posa y viuda de D. Juan Panduro.
. LosJesuítas vinieron á Gua^-
4Jalajara el aílo de 1592 á solir
citüd del limo Sr. Mendiola Auni-
quQ por este motivo quis?!© eficaz-
mente promover la educación é
ilustración de la juventud por ser
c! instituto de la Compañía tan
^propósito para el efecto no se
fundó el colegio porque ecsi^iia de
preferencia la completa reducción
<ie los indios, y que los padres se o-
icupasen de preferencia en esto. Y
«1 año de 1688 en que se dotaron las
^cátedras del colegio de S. Juan
Bautista por los sefiores canóni-
cos D. Simón Huíz Conejero, D.
¿.ntonio Arrióla y D. Diego Goa*
187.
zalez, quedó fundado e! colegía poi;
los Jesuítas en dicha ciudad.
No es menos recomedable la
noticia de las fundaciones de re-
ligiosas, en <]Lie tantas virg( ne^
consagradas á Dios, han hermo-
seado por sus virtudes la Iglesií^
tle Guadalajara. Sus ejemplos, su»
fervorosas oraciones y preces CoUt
tinuas, que con el mas religioso
y edificante culto ofrecen al se-
ñor, han equilibrado en todos
tiempos el peso enorme de tan-
tos escándalos con que le ha o"^
fendido Jalisco
Desde el afio de 1584 quedói
como he dicho, fundado el colegio
de ninas de S. Juan de la Penir
tencia, por traslación que hizo de
él el limo. Sr Arzola del local
en que lo habia fundado el Sr.
Mendiola al hospital de S. Miguel.
Siguió, como antes, manteniéndose
el colegio de limosnas. que ju^tai-
*
188.
bar 53Ucapellán el Br. D. Cipria*
no Nava: regido y gobernado por
Dona Catarina Carhajal que para
rectora habla sido traida de Méjico.
A los seis años consiguieron los su-
periores que alli mismo se funda*
se el convento de religiosas profesas,
que. en lo succesivo sirviesen y
dirijiesen el colegio de ninas, como
hasta hoy se verifica en el ejem-
plar convento de Santa María de
Gracia.
El afío de 1635 habia dado
forma en la ciudad de Composte-
la á un Beaterio de ninas su pár-
roco Br. D. Fernando de Arnés-
quita, con la advocación de Je-
sús Nazareno. Su intento era fun-
dar un convento de religiosas. Con
estas esperanzas accedieron á las
insinuaciones del limo. Sr; D. Juan
Garaviío, que andaba en su visi-
ta, para que se trasladase el Bea-
Jerio.á Guadalajara. Lo verifica-
1-89:
ron; y 'arinque es?tiivo como trein-
ta aííos aquel plantel en clase dé
Beaterío de nifías educandafe, t!on*»
siguieron sus intentos en 1722 en
que quedó fundado el colegio d^
Dominicas de Jesús María, Las
fundadoras salieron del convento
de Santa Maria de Gracia^ ^n don*
dé actualmente había treinta rel¡«
giosas. Ya se veneraba en aijuef
lugar á S. Sebastian en üná cu-í
pilla pequeíia. El convento de San^-
ta Tereza se comenzó á promover^:
él año do 1616 por dos señoras;
europeas que residiendo algún tieni-
pc> en la Isla de Santo Boming-Oj^
vinieron al reyno con la esperañ-i
zá dé esta fundación. No» lo pu^
dieron conseguir én sus diás, por-v
que no hubo con que fabricai^lo¡>
Murieron ejemplármeute, y se en-^
terrarorf en' S. Francisco, y po#:
los pasos que dieron cdrisegAiido' UB
patrono particular, se realizó la fun*
190.
dación en 1695. Dona Isabel Es<
pínoza dé Gutiérrez, viuda de D;
Cristóbal Gutiérrez, did cuarenta
finir pesos para su óonsiraccion Es»i
fa señora y sus descendientes dis-*
frutaron dtí ciertos derechos qué
le resultaron de ia ecshibicioíi dd
dicha cantidad. >

El convento de religiosas de^


l3anta Monica^ se hizo á solicitud
del P. Feliciano Pimentel de Isi
Cdfíípaoia de Jesu^. Después de
tes mayores contradicciones y tra-*
feajos, lo consiguió en 1637 ^

El mismo espíritu de benefi-*


Cencía quo á tantos^ sacrificios fun-'
áó los conventos para las ninasf
quíí tuviesen patrimonio ó dote pa**
fñ establecer sU subsistencia siguid
dictando medidas para la funda-'
eion áe\ ejemplarisimo convento dé
madres capuchinas, y se fundó eif
^l aíig> de i7üif
Obtoé [ de' bénefiaencia pnhlicw y¡^

edificios particulares:

Aunque los coriventos de relígia*^


sas tienen la notoria utilidad <\\X9
hemos esperimentado, propiamente^
son instituciones f que son efít
lo espiritual que en lo temporal
favorecen al común de las gen-^
tes. Hay
en Guadalajara otros esÁ,
tablecimientos qutj rigorosamente
son de beneficencia pública, por*»
que sin espendio particular se eri»
jieron para beneficio de todos. :'¿
< Asi es en primer lugar el c&^
legia Seminario Conciliar. Este
se comenzó á promover por él Vá
S Mendiola* pero los sucesorei
vinieron á conseguir sobre aqncf
líos fundamentos, la venida de toí
Jesuitaá, y con ellos la fundacioa
Ú4il <;olegio> ^ ÁQ S, . Juaa B<¿iuii$t»
192.
y el colegio mayor de los padres.
El limo. Sr. Dr. Fr Fran-
cisco Galindo, natural de Veracrúz
educado en Zacatecas, prior y lec-
tor de este convento de religiosos
predicadores de Guadalajara, pro-
vincia! en Méjico, y obispo de es-
ta diocecis, edificó el Seminario, ea
donde hoy es plazuela de la So-
ledad: todo cuanto tuvo empleo en
la fundación de! colegio y cáte-
ilraSc Pero el limo. Sr. D. Juan
Ijromez de Parada, natural de Gua-
daíajara» y después su pastor, lo
désítruyó para reedificarlo en el es*
tado en que hoy se halla, habien-
do permanecido en el primero
solo cuarentíi aftos, por haber-^
sé fundado en 1700. El colegio
es suntuosísimo y tiene catorce cá-
tedras. En toda la repüblica hay
iaijos sabios de este colegio; y bá-
•tía dia tiene mas incrementos Eí
%4Q ÚQr 1830 t^niü ciento Ueinta
193.
colegíales y trescientos setenta asií^í
te riles.
Tiene igualmente Guadalaj^r
ra tres colegiosde ninas educa ri-
das. Él primero, ya he dicho, es-
tá á la dirección de las religiosas
de Santa Maria de Gracia. JEI se-
gundo á la dirección de las bea-
tas de Sta. Clara que con el bea-
tério y sus fincas respertivas fun*
dó el limo Sr D Fr Antonio Al-
calde él insigne bienheíior de los
pobres y padre de los Jriliscieñses.
El colegio de S Diego, fué
el efecto de los deseos de hiuchoá
prelados que deseaban lin esta-
blecimiento de esta clase para la^
ninas pobres Lo fundó con sU
Iglesia el limo. Sr. D. Diego Ca-
macho en 1723
El mismo espíritu, de benefi-
cencia pública y particular q'ie
ardia en tíl corazón del limo. SiT*
13
194.
,jy,Antonio Alcatde, y que le dic-
tó edificar el suntuoso hospital de
S. ¡Miguel, como ya dije, y el Bea-
terio y colegio de niñas dé Sauta
Clara, hizo que el colegio de Jesuí-
tas estinguidos se convirtiese en U-
niversidad, y que ha producido tan-
tos sabios. Sus empeños lo consU
guieron aunque no erogo mayores
gastos para su construocion.
El mismo Sr. edificó el her-
moso templo dedicado á Maria Sao-
tisima de Gu^idalupe en donde ya-
ce sepultado. Y el mismo Sr. de-
jó lo suficiente para edificar el Sa-
grario, que eí ano de 1810 sus-^
pendió su construcción el célebre
grito de Independencia.
Tenia antes al principio, del
9Íglo XIX, en que estamos,/ aun
cuatro parroquias en. ta ciudad y
suburbios: la del Sagrario de lo»
pueblos de Analco y JWejicafcin*
go y la ajfuda d<;l )gagrario en la
ifamafía paríicularmente ParroqiifaF^
ésta se hizo á espensasdél- Ilimo. S^»
íl.Francisco Minvelaélawo de 1720
El limo Sr..,d Juan Ruiz óe
Cabanas, no queriendo ser el rne-
ños entre sus anteeesores^ construí
yo el clerical de T Salvador, con)0
j'a dije; y echando menos un ho^^
pií'ió para pobres lo hizo, y '^oncIU'»
yó en 1810; pero las circunstan-
cias no: dieron lugar á^ sus pro*
gresos é institución, y han comen^
zado en et ano de 1828
A todo esto, debe agregarse:
que en Güadalajara no ha.n íatr
tado bienhechores, seculares pia-
dosos, que por si mismos haacos:-
teado, ya en particular, ya juntos
con otros la construcción de Igfe-?»
sias, como son: la de S. Antonio,
la Tercera-Orden de S. Francis-
co, la hermosa Iglesia de Araur
zazO, la del S. Herniado del Kes-
frate; y olra^- \mn ayudada ¿i los^
196.
líR. obispos/ para las que en lo
tíemás ediíicuron. Asi fué con lá
parroquia de Jesús que es la quin-
ta de la ciudad, y que erljió eJ limo,
Sr. D Juan Ruiz Cubanas en un
edificio que dejo construido el se-
ííor obispo D. Diego de Rivas, con
©r fin de trasladar á él á las in-
ditasi que con la mayor edifica-
ción viven en un colegio muy pobre
y desamparado en el pueblo de
Cuéscbniatitlán.
Otro de los testimonios de la
piedad df^ los señores seglares, es el
Idel colegio de .misioneros de Nues-
tra Sefiora de Zapopan El año
de 1744 proyecto edificarlo el se- >

íioV D. José Antonio Caballero, ói^»


dor de la real audiencia en el pue-
blo de Tlaquepaque, (hoy S Pe-
dro) pero murió el bienhechor de
íiovicib en el convento de Santo
J)oiíiÍRgo; y dejó parte de las lir

ceiicias necesarias, j al perfeccio-


191
nars^e el templo que hoy se ve de*^
dicado á Nuestra Señora de lojé
Dolores, en donde se había de haf
ber edificado el colegfo Pero ha-
biendo dejado Doña Maria Ma*
nuela Barrena y Vizcarra cient^
veinte mil pesos para. Ta mism^
fundarion en Zapopan, se verifíf
eó viniendo del colegio de Guar
'

dálupe los fundádares en 1816.


Para el año de 1700^ se pro#:
yerto hacer un puente que aece*^
»sitaba Guadalajara en. e! rió de
Santiago, y que facihtára el co^
mercio y escusára la muerte de in^
numerables que se ahogaban al pa-
sarlo. El presidente D. Tomáis
Terán de los Rios lo promovió; y
ef actual cura de Zapotliin de lósí
Tep(?hues Br D Juan Biruele>
cedió cuanto tenia para su cons-
trucción. Ayudaron los propios de
la ciudad y algunos hacendados,
y quedó for/nado, / eú usq eí ¿üo
198-
dé- 1717. Tiene veinte y seis ar-
cos y veinte y siete pilares, unos.
^ otros de cuatro varas de distan-
cía, con lo que resultó de mas de
doscientas varas de l^rgo y de
iiueve varas de^ncho. Lo adornan
Icarias calzadas y una puerta que
iaipide toda entrada clandestina.
El tribunal de consulado que
tío duró muchos afios en la ciu-
dad; hizo Jtambien de sus espen-
isas y del comercio los puentes do$
en Zapotlan de los T^pehues otro
ién el rio de Calderón.
La saca de aguas para las
fuentes. la hizo un lego de S, Pran-
lás^co llamado Fr. Pedro Buzeta,
ifetsropeo y gran hidráulico; quiea
liabia hecho Ja saca de agua de
l^íiebla y otras partes. Sobre mil
Í)rojectos que formaron para traer
a agua de los Colomo^ y del A-
guacero, prevaleció el dictamen del
legoi de .hacer uu crugero de po*
199.
;¿;os en lo mas valle y co^-
altO' del
niunicaríos por targeas subterrá-,

neas y ademadas y capaces de doi^


cuerpos; y algunas lumbreras para
facilitar e! registro d^. toda la obra.
Kl dia de S Antonio 13 de ju-
nio de 1740. comenzó á echar a-
gua ia pila de la plaza de armas,
El palacio del gobierno estuvo en un
principio en la vega del rio en la
cuadra intermedia entre la plazue-
la de la Horca y puente de S
Juan de Dios. Alli estuvo hasta
el año de 1656, en que se com«
praron varios solares ¿erca de la
€'atedral, para palacio y casa.de
ayontamiento. Estas se concluye-
ron primero, y el palacio actual,
no tuvo su total perfección hasta
el año de 1790, Cluedó abando-
nada la fibrica del primer pala-
cio por haberse ahorcado en él la,
hija de un presidente, como diré
después.
2oa ;

A la fachada que présenle el


|

j>alacio del gobierno de GuadMiá*» ]

jara con dos hermosos baluartes, ]

capaces de doce cafíones para su


defensa; corresponden las cuadras
de portales que en ninguna ciu-
dad de la república se tienen coii
la simetría y orden que en Gua^
dalajara. Por Ií»s años de 1^96,
&e promovió e! empedrado de to*
da la ciudad, él puente de Darnaig
y Paseo, que tíído se ha perfec^
Clonado poco á poco. El paseo lie-
se algunas; pilas y banquetas dé
adorno, que con la multitud de
sauces, alamos y fresnos que cor»
ven de Sur á Norte un cuarto
de legua, proporciona el recreo
mas gustoso que puede darse.
gol:

Casos memorables para la historia


de Jalisco»

!Para e! ano de 1588 estaba ya


prohibido por Felipe II el cñsa^
miento de los oidores, sin previa
licencia del soberano. Sin embar*
go de esta drden, D Juan Vilía*
vieencio casó en esta ciudad coa
13o a Maria Lomas El virrey de
Méjico trató de aplicarle la pena
impuesta que era el destierro L^
audiencia sostuvo al oidor, y el
vírey trató de sacarlo por la fuer-
za, al efecto mandó de Méjico qui-
nientos hombres á las órdenes de
D. Gii verdugo.
La audiencia convocó tan^bietí
tropas al mando de D. Rodri-
go del Rio, hizo que saliesen
á recibir a Verdugo de guerrai
202
Llego este á Analco, y en tal con-
flicto solo pudo contener la bata*
llá limó, y -Rino Sr
e! Dr. Fh ,

Domingo de Arzola, actüa! obis-


po; qnien revestido de pontifica!,
y con Santisimo Sacramento en
el
las minos, se puso entre las dos
divisiones; pero con el mas fervo-
roso celo desarmó á Verdugo que
retrocedió á dar cuenta á Méji-
co de lo sucedido Se supo en Es-
paila este atentado, y fué depues-
to e! virey y condenado á destierro,
«jue sufrió Villavicencio.
Entre los primeros presiden-
tes que aun eran togados, y no
iníÜtares, vino uno viudo y con
iin hijo clérigo, y una hija don-
celia. Esta pretendió por ocho a*
ílos ser religios'a del convento de
¡Santa María de Gracia, y su pa-
dre resistió fuertemente. Ilabia si«
do este novicio de S. Benito, y
d liijQclérigj ÚQ Santo Domingo,
203
Caso el presidente á su hija coa
yjoleacia y contra su voluntad. Es-
ta detestó el Estado, á que nun-
ca ,^e había inclinado, y sucedía
esto, cuando caliendo un día el
clérigo á pasear á 1 Jabalío se aho-
gó en un lago donde se metió. Lúe-,
go que lo ^upo el padre le pren-»
dio fiabre de horas de que muri®
ai dia siguiente, y la hija deses-
iperada en el estado^ y con ests
pesadumbre, se ahorcó antes del
entierro de su padre.
Es memorable en la historia
de Jalisco la inundación de los
pueblos que había en el local qu^
ocupa hoy la lagima, llamada de
la Magdalena. tJna cnlebra do a*
gua los destruyó y absorvió lo^
mas de sus habitantes. Con el res-
to se fundó de nuevo el pueblo de
la Magdalena, y dejándose ver*
después de la inundación e*! la su-
perficie de Us aguas una imag^m
904.
Venerable de Nuestro Seofír Je-
crucificado que de contado
¿lu^-rito
pert necia á alguna de Itis Iglesias
de ios pueblos inund^)dos, entra-
ron en pkito en toda forma loa
indios que pretendian separarse y
colocarlo en su, respectiva Iglesia,
La curia eclesicísttca mandó tratar*
lo á Guadalajara, y para evitar un
rompimiento entre ambos partido^
Ja colocó en la Catedral; y es d
que se venera con el nombre del
Sefíor de las Aguaf?.
Ddben ser de venerable me-
inoTia también, tantos prel uíos ecle*
siásticos que esta Iglesia hn te¿
nido, y á quienes en lo mas se
Inig deben tantos establecimientos
rié benefif'eiícia que todo el obis*»
pado con pre-
disfruta/ Eiitre todos
ferén<'iá, los venerables señores D.
Francisco Mendiola, que siendo
oidor de la audiencia de Gucida-
iajafa' y muerto ei «¿uol: Arzolá,
205
su antecesor, fué pr^sguntado m%
religioso de g^ran virtud en S Fran-
cisco sobre el sucesor y dijo: qu<?,
el sucesor ya estaba en Guadala-
jara. No hay mas en la hisíorií^
sobre vulgaridades que sobre es-r
to se cuentan. Mas dicho seüor,
fué un prelado de virtudes eminen-
tes. Murió en Zacatecas, y des-
pués de diez y ocho años, y una
¡resistencia formal de la ciudad pa«
ra entregar su cadáver para co?
locarlo en su Catedral, furtívamen-»
te lo saco una noche un clérigo

I
ordenado de menores, que fué el
ehcargado por el cabildo, y dice
la historia, que en la misom no*
che llego á Guadalajara, lo que
no pudo suceder naturalmente, pues
hay mas <le setenta leguas de dis-^
tancia. de ijna á otra ciudad.
El ano de 1646, vino de Es-
i
pana para obispo de Guadalajara,
i el Sr. D Pedro Kuiz Colmenero*
hatarnl de Budea: siigcto digno de^
la memoria de los buenos anieri-^
canos.
En quince meses visitó todo
su obispado, que aun tenia sus lí-
mites en la raya de la Luiriana,
Anduvo dos mil doscientas ochen-
ta leguas solamente en muía, y aun
á pie grandes distancias,, padecien-
do innümerabtes trabajos, confirmó
mas de cuarenta mil personas. Y
sobre todo., fué el segundo Las Co-
sas de rste reyno; porque amaba
en gran manera á ios indígenas; j
tanto, que no viéndose jamas inmu-
tado parqué era de rara paciencia
y mansedumbre, solo se le veía
incmiiodo respirando zelo cuando
sabía se hacia alguna injuria ó ve-
jacioíi á ios indios. Decia: que era
tanto el píacer que recíbia en de-
fender á un indio, que daba por
bien empleado cuanto había pade^
I, por ver couísoludo ú u;- i-o»
irecito de estos Sopo que en la
sierra del Nayarit hnbia cuatro in^
muy viejos; que no
y tanto,
Eios
odrian salir al catequismo de la
eligion que pedian Se enardeció
tanto en el amor de sus almas et
venerable pastor, que trató por sf
mismo de catequisarlos y bauti^
zarlos.
Para llegar á ía ranchería de
los indios, fué necesario descol-
garlo con sogas en Varias parteen
de la Sierra, y todo lo dxó pot
bien empleado, y consiguió lo que
deseaba.
El mismo zelo manifestó eü
otras partes, y con sentimiento dé
todos murió á los 16 anos de sui
Pontificado.
También será eterna la tne^
moría en Jalisco del venerable S
V. Pr. Antonia Alcalde. Ya en la
ttistoria se deja \et sobre t<>do su es-
l^írítuí da benefícencio; s^U desf/téti^
20S,
dnTiiento de cu int> le to^^hi mm
do ]o^ Religiosos de su Orden de
Predicadores por beneficiar al co-
niun que por 26 anos tuvo en él
nñ verdadero Padre, Bn lo parti*
ealaf fue sobresaliente en sú po^
breza, su hutniñidad y caridad con
los pobres
De entre los Conquistadores?
debe ser recomendable la memo-*
íia de D Antonio Azelga que vig-
ilo algunos anos después que en-'
irá la primera espedicion española.
Vino de Alcalde mayor de Tus*-
cacuesco, y amaba tanto á los in*
dios y á la Religión, que iguaU
imente que los misioneros se ocu^
Í)aba personalmente en catequizar-
os y consolarlos. De Tuxcacues-
co, lo hizo el rey, gobernador de N.
Viscaya, en donde se ocupo en
los mismos Pero resucito
oficios.
á hacerlo por ministerio y profe-
^ioü,tomó til habito de religioso
209.
eu este convento ríe S. Francis-
co (Je Guadalnjara. profesó, se or-
denó, y ejercitando con. mas fer-
vor y zelo, le dio el rey la mi-
tra de Venezuela en donde mú-
rice santamente con dolor de sus
diocesanos.
Por último, no podra olvidar-
80 Jalisco, sin ingratitud, de loy
primeros apóstoles <]ue civd y ro-
íigiosaniente cooperaron ac^tivarnen-
te á sus progresos. El Padre F.
Antonio Zcgüvia fundó la custo-
dia de 1q?ímisioneros, que repar-
íidos en 1(52 casas tuvo en el rey no
de N (Taliciu la j)rovincia del san-
to evangelio de Méjico. Esta cus-
todia en un mismo dia se dividió
en las dos provincias de Jalisco
y de Miehoacán. habiendo hecho
!3U capítulo en este convento de
Guadaiajara, y para el efecto dos
provinciales, dos custodios y ocho
11
210.
ilcfinidores. De primeros mi-
los
8Íoncro9» murieron á ma^
algunois
nos de los indios, porque todavía
enfurecidos de los agravios quo
Tecihian de los conquistadores, no
pudiendo vengarf?e de otro modo,
y hiendo auu catecúmenos ó neo»
utos, descargaron su furor en al»
gunos de sus ministros, que con
la confianza que inspira el minis»
tcrio, so quedaban solos entre ellos»
Con In mayor resignación y pa-
ciencia ejemplar sufrieron la muer-
te los religiosos siguientes.
El Podre P. Juan Calera, mu*
rió á manos de los indios en i^l
camino entre Améca y Etzatlin
el IH de Junio de 1541 y se en»
térro en Amcca. El Padre F, An-
tonio Cuellor murió lo mismo en
Etzatlán en 12 de Agosto de 1541.
Los Padres Ayala, y F. Práfi*
cisco Gil, murieron de 1á mitf*
rna manera ea Huaínamoia en
21
4 de Agosto de 1584. Todos fut*
ton früiicíscanos.
Puede haber cosas tnns no*
tablef cu la hisioria de la con-
<|uisia de Jatisf^o y fundación de
Guaddiiijara, pero no las tengo
j
présenles y puedcii reservarse pa-
rtt la liistoria general.
J
I Yá es tieiiipo que el gobierno
e^tableetera y dotara el empleo do
I

'
cronista general del Estado que
reutii^^ltdo cuantos testimonios so
|iüeda^ formara la hi.storia dicha,
divídMmdola en las tres épocas do
fi4ie«;ifa ecsistencía política. Del
iiem|io concjuista y fundación
4fe la
I rie la:i villas, pueblos y ciudades:
'

del (j^inpo de la dominación es*


pafíola^ y sobre todo la historia
de nuestra independencia.
íSerá doloroso que el tiempo
borm la memoria de tantos sacri-
üemí$ hechos por los héroes do
HM^str^ libertad é independencia.
212,
La crónica de nuestros gobiernos
vá pasando con la velocidad del
rayo. Nuestros descendientes se
quejarán, y justamente, de la apa-
tía de sus ascendientes. Yo por
m¡ parte ofrezco ó los Jaliscien-
ees este frucmcnto histórico que
Kor ser hijo de Guadulnjara me
e empeñado en formur con la ec-
sactitud posible, junto con el de-
seo de ser útil á mis semejantes.

FIN DB LA HISTORIA.
índice
9S Í*A» MATERIAS QUE «E COWTISNKN E!f EfTA
KISTORSA.

fñtroduccwn del redactor, p , . o . , 1.


Primera población rtoltíica y relif^sa de
loa Indios anks at la conquista. ... 5.
Pnmera espedicion conquistadora deColi-
ma « parte de Jalisco. ., = ..« 20,
Sale de Méjico una segunda espedicion pa*
ra Jalisco. ..«.... = .. 34,
Entra J^uño de Gm^mín á Totialán y ««•
CC908 de esta jornada. «., = », 4T.
Jomada de JVmJÍo de Gtízman á Jalisco y
sucesos confi^nicnícs. . 62!.
Sale Guzmandescubriendo las costas de Ja-
lisco^ y sucesos de esta espedicion. . . 72.
Se le dá título de J^neva Galicia á ioda
lo cotiquistado por Guzman^ y de la re»
sidencia de éste le viene su última ruina, 82.
Siguen las desgracias de los conquistadores
ccn la muerte de D. Diego Pérez Torre
y otros sucesos adversos. ..... 97.
Venida de Pedro de Jilv arado ^ su muerte
últimos triunfos de los Indios^ y fundación
de Guadalajara. , , , .... ¡09.
El ejército del de Méjico destruye
virrey
los fuertes, vence y decide la Buerte de
los Indios para siempre. . ^ , . 126. .
Pacificación y formn que recíhié U$ AWftf
OuVxcia dtspuci de !a coaquisia , , * Hl,
iaercmcntoa de la J^tirva Galkia y funda»
cien de la aciuat ciudad de Guiauiahja»
ta. ... . * o . <, , , , , , 154,
Gcéierno poHlUa^ fcriHidad, é«f£nston y pr^m
duccionca de ía JSiurta Galkia. , , fi57. .

Fundación de Ía ciudad de Gaadatajam


y de lo9 convento» de regíd&ree, , , , itQ
Obrai de htncjiccncia púhlka ^ par*
tictdarea. *...*,,,,,,
para
€difi^^4^9
191,
Caaog memorabtea la fádmia d$ §&»
iitco. , « . . . * » » p p » ^li
•ti
University of
Connecticut

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