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MADRE: (En Off) Paula. Tu padre te espera, no grites mucho, ya sabes lo que sucede sino.

Yo voy a comprar y
regreso.

PAULA: (En Off) Allí voy madre.

(Entra a escena)
A veces suelo tener pesadillas sobre esos días. Dicen que la niñez es donde quedan los recuerdos más felices,
pero también dicen que la felicidad es subjetiva. Todos los niños anhelan crecer, en cambio yo algunas veces
sigo buscando mi niñez. (Se acerca al público) ¿Se te ha perdido algo? ¿Que buscas? Si no lo encuentras es
porque tu búsqueda no te ayuda. Yo de tanto buscar terminé en Priapia, en la colonia de artistas. Ay! Son
todos unos viejos indeseables. Tan salvajes, tan bohemios. Todo lo que quieren hacer es pintarme y
disfrazarme todo el tiempo. Ese Johan Fehrendorf es un malvado. Siempre termina igual, tirando los atriles y
persiguiéndome por todas partes, dándome pequeños golpes con la punta de su pincel. (En complicidad al
público) Pero claro, asi son los hombres, si no pueden clavarte una cosa intentaran clavarte cualquier otra.
¡Dios! La otra noche estábamos tan pero tan ebrios que me desmayé en la nieve y me quedé ahí, inconsciente,
toda la noche.
Y luego pasé una semana con Gustav Baum, si, toda la semana inhalando ese… éter suyo. Hasta que me
despertó esta mañana con un revolver haciendo presión sobre mi pecho y me dijo “Te mueves y es tu fin”
MADRE: (En Off) Ya sabes lo que sucede. No grites mucho.

PAULA: (respirando fuertemente) Realmente me dió escalofríos. Recuerdo cuando solia correr a casa y jugaba
a los piratas. (Lentamente toma un juguete)
Brisa suave que el verano trae
El viento invernal dibuja su silueta en el maizal
En las hojas bailará la primavera
Pero claro, en otoño el viento persigue
Solo susurra, quiere atraparte
Con su pena y su tristeza, el viento frio llora y se va
El perfume de la lluvia en primavera.

Me gustaría regresar a mi casa para buscar mi arco y mis flecas, esconderme en mi carpa india y jugar.

(Al público) ¿Quieren jugar a un juego? Solo un momento. Mi intención no es robarle el tiempo a nadie. Yo
cuento hasta seis y se esconden. (Cuenta hasta seis con la cara tapada. Se destapa la cara y observa
lentamente al público).

(Se toca) Bueno si ustedes desean podemos quedarnos solos un rato. Yo no voy a gritar, no voy a llorar y si me
lo piden tampoco me voy a mover. Pero después jugamos a las escondidas. Se esconden y yo los busco.

(observa al público el cual no responde) ¿Nadie va a jugar conmigo o ya son todos grandes?

Saben una cosa. Para cuando ustedes despierten yo voy a estar tirada sin respiración sobre un montículo de
basura.

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