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Andreas Giannakoulas
y Santa Fizzarotti Selvaggi
Colección de Psicología lntegrativa,
Perspectivista, lnterdisciplinaria

Dirección: María Teresa Bollini

EL COUNSELLING
PSICODINÁMICO

LUMEN
Grupo Editoríal LUMEN
Buenos Aires - México
Supervisión de texto: Pablo Valle

TÍtulo original:
II counselling psi codinnmico.
Prefacio
A 2006, Ediciones Borla, Roma. de lvlario Bertolini

Ciannakoulas, Andreas En este libro, los autores lrazan un método y delinean una
El counselling psicodinámico / Andreas Giannakoulas y Santa teoría acerca de la atención del paciente en situación de urgen-
Fizzarotti Selvaggi. - 1.'ed. - Buenos Aires : Lumen,2009.
cla. Nos dan, así, la posibilidad de orientarnos tanto en la praxis
400 p.;22x11 cm. - (PsicologÍa integrativa, perspectivista, interdis_
como en la teoría del "ocuparse de alguien", modo muy difundi-
ciplinaria I MariaTeresa uollini)
do de expresar el hacerse responsable de otro. Sus reflexiones
Traducido por': Nora Panisello se sitúan antes y más allá de las diversas distinciones instituidas
entre la pslquiatría infantily la del adulto, y entre la psiquiatría del
ISBN 978-987-00-0849-1 área, del hospital y de las comunidades. Su trabajo apunta a có-
mo ponerse a disposición del paciente para contener angustia,
1. Psicoanálisis.2. Psicoterapias. L Fizzarotti Selvaggi, Santa II. conflictos y crisis mediante una intervención breve y focalmente
Panisello, Nora, trad. IIL Título directa.
cDD 150-',r95
El trabajo consiste en la presentación escr¡ta de los sem¡na-
rios que Andreas Giannakoulas ha dado en muchas un¡versida-
des italianas, partiendo de la Neuropsiquiatría lnfantil de Roma,
No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tra- de donde, con la colaborac¡ón de Adriano Giannotti, llevó a to-
tamiento informático, ni str transmisión de ninguna forma, da ltalia la terapia psicodinámica de la pareja de progenitores,
1,a sea elec_
trónica, mecá.ica, por fotocopia, por registro u otros rnétoclos, ni cual- del niño y del adolescente y, prec¡samente, el counse//rng psico-
quier comr-rnicación pública por sistcmas alámbricos o inalámbricos, dinámico.
comprendida la puesta a dis¡-rosición del público de la obra de tal fornra La Neuropsiquiatría lnfantil italiana le interesa porque estas
qrre lo-s miembros del público prredan accecler a csta obr¿r desde el lrrgar
técnicas han permitido y permiten, a diario, ventajas sustancia-
y en el momento que cada uno elija, o por otros meclios. sin el permíso
les y demostrables, tanto en la terapia con los pacientes como
previo y por escrito del editor.
en la investigación teórico-clínica.
Más allá de estos aspectos históricos, cuya importancia, sin
O Editorial y Distribuidora Lumen SRL, 2009 embargo, no es secundaria, los autores han logrado introducir
el estilo sobrio y el orden riguroso de los conceptos básicos al
servicio de la investigación apasionada y de una capacidad di-
Grupo Editorial Lumen dáctica singular.
Viamonte 7674, (C1055ABF) Buenos Aires, Rcpública Argentina
8 4373-7474 (lír-reas rotativas) . Fax (54-11) 4375-0153 Por estos motivos, dejando, no obstante, al lector el gusto
E-mail: editorial@iumen.com.ar de descubrirlo por sí mlsmo, deseo señalar una feliz integración
http: / /www.lumen.com.ar de empirismo pragmático y rigor del método psicoanalítico. Los
ejemplos de los grandes autores de counselling,.a partir del mis-
Heclro el depósito que previene laLey 11J23 mo Sigmund Freud con el caso de Catarina, Ferenczi, Balint y
Todos los derechos reservados Winnicott, y los ejemplos clínicos de counselling de Giannakou-
las se combinan en una continuidad de método que permite
LII]RO DE EDICIÓN ARGENTINA
afrontar los grandes problemas de la psiquiatría psicodinámica
PRINTED IN ARGENTINA

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contemporánea, en particular aquéllos relacionaCos con la es-
cisión de la personalidad del paciente borderline, como una ela-
boración ordenada de los pasajes de la negación a la escisión.
Una parte está dedicada a describir con particular precisión Prólogo
el escenario del proceso del counselling que se basa en la con-
tención del paciente para que pueda, en una relación de trans-
ferencia interpersonal, decir, expresar y actua¡ es decir, hacer
reconocer aquello que está reprimido, disociado, escondidd y Cuando pensamos en recopilar y revisar las temáticas y las
aislado en su inconsciente. Se trata de una necesidad radical, experiencias clínicas relativas al counselling psicodinámico, de-
dado que el paciente, de otro modo, puede expresar todo eso sarrolladas y profundizadas en distintos seminarios, congresos
sólo a través de su angustia o locura. Los autores recuerdan, ci- y reuniones científicas, consideramos la oportunidad de ofrecer
tando a Rickman, que la locura consiste en la imposibilidad de al lector un hilo conductor cuyas raíces son tan antiguas como
encontrar a alguien que pueda sostenernos. la misma existencia humana. El libro se compone de varias par-
tes, consideradas esenciales para una reflexión sobre el coun-
Para sostener la transferencia del paciente, es necesario que
selling dentro de una compleja dimensión, preñada de actuali-
el médico, el psiquiatra, el psicólogo, el psicoterapeuta se con-
dad y de aplicaciones del psicoanálisis.
fíen a la propia contratransferencia y a su elaboración como una
vía para alcanzar los sentimientos reprimidos o disociados del Después de una breve introducción, que esboza las líneas
paciente. de desarrollo del trabajo mismo, nos pareció útil proponer los
conceptos básicos, las reflexiones teóricas ineludibles a través
Ésta es la llave de lectura y la reflexión fundamental del coun-
de las cuales poder sucesivamente contextualizar los orígenes
selling psicodinámico: la posibilidad de encontrar y contene¡ sl
del counselling psicodinámico, que hemos reconocido en algu-
fuera necesario, la locura del paciente, para poder curarla.
nas contribuciones históricas de S. Freud, S. Ferenczi, D. W.
Los autores afrontan con una nueva orientación el tratamien- Winnicott, lvl. Balint, M. Masud R. Khan y Marion Milner. En lo
to, para lo cual la autoconciencia crítica del médico, su valora- que respecta a los conceptos básicos, no propondremos una
ción intelectual e imaginativa en cada circunstancia, es un prerre- revisión crítica de los distintos autores, sino, más bien, el resul-
quisito fundamental, obvio y absoluto (M. Khan). tado del encuentro de dicha tradición teórica con la experiencia
Podrá ser de gran ayuda para todos los estudiosos, opera- clínica de Andreas Giannakoulas y la contribución creativa, lite-
dores, y también para los psicoterapeutas ya expertos, la se- raria, integradora y personal de Santa Fizzarolli Selvaggi, que
cuencia ordenada y precisa con la que se elaboran en varios constituye una parte esencial de este trabajo.
capítulos las variaciones sobre el cuidado de la semiótica, el En ese sentido, las citas, teniendo como fin lo didáctico, no
setting,la transferencia y Ia contratransferencia, el acting out, presentan, a veces, referencias bibliográficas exhaustivas. Al-
la interpretación. gunos autores, en efecto, aunque citados sólo una vez, han si-
Así, el proceso terapéutico del counsellrng es filtrado a tra- do mencionados varias veces en el texto por exigencias expli-
vés de una cuidadosa elección de la literatura fundamental y al cativas y reelaboraciones de los conceptos desarrollados.
profundizar, individualmente, en la experiencía clínica y en la En la tercera parte, se proponen aquellos casos clínícos que,
confiabilidad en el plano teórico de A. Giannakoulas y en el a nuestro parecer, esclarecen mejor todas las fases del counse-
creativo aporte de Santa Fizzarotli. //ing: estas ejemplificaciones son presentadas junto a algunas
La utilidad de la lectura de este trabajo reside no solamente referencias teóricas y literarias.
en su capacidad como guía en el trabajo clínico, sino también, En la última parte, finalmente, se exponen algunas experien-
y sobre todo, en su potencial capacidad de ayudar a cada uno cias de counselling, extraídas de la propia casuÍstica de A. Gian-
de nosotros a reflexiona( también, sobre sí mismo, mientras nakoulas y acompañadas de algunas indicaciones teóricas inhe-
"contiene" la locura del paciente. rentes a las problemáticas que siempre y cada vez más surgen
en elvivir cotidiano. Ésta es larazón por la cual, para la tapa, ha

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sido elegida una obra reciente de Giovanna lrdi Giannakoulas, Un ulterior agradecimiento es para aquellos que han partici-
que representa la cotidianidad en su imagen dinámica y cam_ pado en los distintos seminarios, permitiendo un intercambio de
biante.' opiniones, contribuciones y profundizaciones teórícas y cfínicas.
El lenguaje de los pacientes se respetó todo lo posible, de De un modo especial, agradecemos a la ll Cátedra de Neu-
modo de no perder la espontaneidad y la inmediatez comunica_ ropsiquiatría lnfantil de la Universidad de los Estudios de Roma
tiva, y éste es el motivo por el cual, de a ratos, el léxico es fami- "La Sapienza", dírigida por el profesor Giannotti y, actualmente,
liar y el estilo no parece homogéneo. por la profesora Teresa Carratelli; al Curso de Psicoterapia Psi-
El counselling, aunque de raíces antiguas, se configura co- coanalítica del Niño, delAdolescente y de la Pareja (ASNESIPsIA),
mo una técnica que reactualiza los términos históricos del psi- en la Universidad de los Estudios de Roma "La Sapienza"; al di-
coanálisis en lo profundo de un proceso terapéutico moderno, rector doctor Vincenzo Bonaminio y a todos los docentes; al
en condiciones de definir el tiempo de la terapia, de proceder a presidente del ASNE, doctor Salvatore Grimaldi, y a la secreta-
la delimitación del focus, de desarrollar rápidas interpretaciones ria general, doctora Anna Maria Lanza; a la Cátedra de Neurop-
sobre la transferencia y la contratransferencia, de formul ar la in- siquiatría lnfantilde la Universidad de Milán Bicocca, dirigida por
terpretaciQn y la consiguiente elaboración en el interior de un el profesor tVario Bertolini; al Curso de Psicoterapia Psicoanalí-
seftrng que conserva el rigor de la tradición. tica del Niño, delAdolescente y de la Pareja (ASNEA), en la Uni-
En la sociedad contemporánea, inundada de soledad huma- versidad de los Estudios de lVilán Bicocca; a la profesora Fran-
na, a menudo, se asiste a la desintegración y a un estímulo ha- cesca Neri y a todos los colaboradores de la Cátedra que han
cia la regresión, pese al terror que estos procesos determinan. intervenido en varios seminarios y conferencias; a la Cátedra de
Tal desintegración, probablemente debida tambíén a la acelera- Urología I de la Universidad de Bari, dirigida por el profesor
ción del tiempo y a la contracción del espacio, en el counselling Francisco Paolo Selvaggi para los Seminarios de Formación so-
puede transformarse en posibilidades de integración del indivi- bre la relación "médico-paciente"; a la Asociación "Psiche" de
duo, que logra encontrar esa sensación de confianza que creía Bari, donde durante tantos años se han llevado a cabo numero-
ya perdida. De tal modo que la persona que solicita este tipo de sos seminarios y conferencias. Estamos particularmente agra-
consulta podrá afrontar los problemas con una óptica distinta y decidos a la doctora Fiorella Del Pidio, por su constante colabo-
decidir una eventual psicoterapia futura. ración en los seminarios y, naturalmente, en el counselling, al
El counselling, por ende, ya sea que se desarrolle en el estu,
habernos pernritido usar pañe de su material personal para el
dio privado del psicoterapeuta, en instituciones, organizaciones capítulo sobre la semiótica. Estamos igualmente agradecidos al
o escuelas de cualquier orden y grado, se instala como una rea-
doctor Paolo Fabozzi, por todas sus sugerencias y críticas po-
sitivas y constructivas. Se agradece, además, personalmente, a
lidad que se ínspira en el psicoanálisis teórico, clínico y aplica-
los doctores Marco Armelliniy Silvio Campi. Un agradecimiento
tivo, que necesita de una adecuada formación teórico-clÍnica
a las doctoras Carla Federici y Carita Marotta, por haber permi-
del psicoterapeuta. Por otra parte, no es casual que en nuestra
sociedad apurada, alienante y virtual, a causa del gran cambio tido publicar el material clínico de sus casos seguidos en super-
tecnológico y cultural, el ser humano esté siempre en busca de visión. Un agradecimiento, también, al doctor Achílle Di Renzo,
ayuda para comprender y reencontrar partes de sí a través del colaborador del ASNE, responsable de la eficiencia organizativa
y de la continuidad del Curso y de los Seminarios. Agradecemos
encuentro con el Otro. Hay que subrayar que el counselling no
a aquellos que nos han ayudado en la recopilación del material
es una alternativa de segunda elección con el fin de reemplazar
la psicoterapia de larga duración o eltratamiento psicoanalítico.
de los seminarios y, en particular, a la doctora Giuliana Ricotta,
por el sabio trabajo de selección del material clínico registrado.
Como se sabe, se aprende, aparte de los maestros, también, Finalmente, pero no en último termino, a la doctora Angela Lui-
de la experiencia, por lo cual agradecemos especialmente a los se, por su afectuosa y vigilante asistencia y colaboración.
pacientes.

Andreas Giannakoulas y Santa Fizzarolli Selvaggi


-
Se refiere a la edición italiana original. Ver al final de este prólogo. (N. de E.)

8 I
-

&#,t*
A quienes
se ocupan del Otro.

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Sólo en ustedes encuentro so/icitos todos /os consefos.

Esquilo, Los persas


Primera parte

La enfermedad es curable,
pero la forma del tratamiento debe elegirla usted:
La teoría y la clínica,
no puedo elegir por usted.
El counse lling psicodinámico
y los conceptos fundamentales
Thomas S. Eliot, The Cocktail party
Algunas consideraciones introductorias

La Esfinge, la ambigua cantante, nos obliga a ocuparnos


del mal presente y a pasar por alto aquel misterio.

Sófocles, Edipo Rey

... in the new underiaking of cure, our critical self-aware-


ness of what we do, our intellectual and imaginafive assess-
ment of how we do it and why we do it in any given instance...
is an absolute and obvious prerequisite. (... en la nueva forma
de comprometerse con el paciente, nuestra propia conciencia
crítica de lo que hacemos, nuestra valoración intelectual e ima-
ginativa de cómo y por qué lo hacemos, en cada circunstancia
dada... es un prerrequisito obvio y absoluto).

fi/. Masud R. Khan

Pitón era el antiguo nombre de Delfos, un nombre derivado


de la serpiente que Apolo mató y dejó allí, hasta el estado de pu-
trefacción, Pythein. La serpiente, en muchas culturas y tradicio-
nes, ha sido siempre el símbolo de la tentación, del conocimien-
to; sin embargo, en el oráculo de Delfos no expresa plenamente
lafuerza de su energía, de su deseo escondido en la ambigüe-
dad de la palabra. En muchos lugares de la antigua Grecia, era
posible dirigirse a los dioses para pedir un dictamen acerca de
las turbaciones del alma y un consejo acerca de los problemas
de la vida cotidiana. Estos lugares eran los oráculos; el más fa-
moso fue el de Delfos, consagrado a Apolo. No es casual, en
efecto, que los griegos consideraran a Delfos como el ombligo
del mundo (Kirk, 1984).
La historia de los oráculos se pierde en el tiempo y pertene-
ce a todas las civilizaciones; no hubo jamás un pueblo o comu-
nidad humana que, en un momento de dificultad, no haya con-
siderado tener que pedir ayuda a alguno que conociese algo
más de la vida y del mundo: al chamán, al sabio del lugar, a los
dioses del Olimpo... El hombre, en realidad, siempre ha intenta-
do conocerse a sí mismo y el núcleo de sus problemas a través
de la palabra del otro o del encuentro con el otro.

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El oráculo tenía un lugar preciso, un espacio privado donde talis escribe: "¿Qué cosas retiene el saco agujereado de la me-
recibía a quien se le dirigiera para saber más acerca de lo que moria? Algunos acontecimientos. Creemos que es ella la que
lo preocupaba o para conocerse a sí mismo. Se trataba, por lo nos asegura una cierta continuidad, mientras, en cambio, es
común, de un templo; es decir, de un lugar sagrado. Etimológi- nuestro cuerpo el que hace que, a pesar de todo, a pesar de las
camente, algunos estudiosos sostienen que el término oráculo rupturas, los desórdenes, los cambios de todo tipo, podamos
deriva del antiguo persaahura, compuesto por or,,,dios,', y por reconocer esta vida como nuestra, y hacer derivar del mismo
ah que, en sánscrito, significa "raít". punto, remitir al mismo pronombre 'yo' actos, emociones y pen-
En latín, el término oraculum está formado sobre el tema de samientos, llegar a confundir, a veces, el mundo con la mirada
orare,hablar, o también oratio, discurso. De todos modos, la refe- que le dirigimos. Ahora bien, en nuestra memoria no encontra-
rencia etimológica siempre ha tenido que ver con el consejo dado mos más que discontinuidad: se trata de hechos, importantes
por un Dios, por una persona sabia o de gran autoridad, como se para nosotros, pero muy a menudo ínfimos, de heridas
lee en el Vocabulario etimológico de O. pianigiani. Es interesante
-y una
herida deja siempre alguna huella invisible-, momentos tortuo-
notar, por ejemplo, que el oráculo, ya reconocido como tal, que re- sos, agujeros y excesos. La memoria es nuestro relieve, y la más
sulta el más antiguo, es el de Dodona en Epiro: un oráculo muy pobre nunca es completamente plana."
pafticular, donde el movimiento de las hojas de una encina, cau- El lenguaje humano se tornaba, entonces, voz "articulada"
sado por una paloma negra, llegada de Egipto hasta el bosque de de la conciencia, del conocimiento: el "logos" gradualmente vi-
Dodona, se escuchó en forma de voz humana (Kirk, 1994). Segui- no a representar un ángulo de la teoría de la razón entendida co-
damente, los dictámenes se enunciaron, a menudo, en versos, ex- mo "discurso" acerca de algo, un "logos" que, precisamente,
presamente ambiguos, para permitir a los consultantes la posibili- "dice" solamente, expresa una cosa diferente, heterogénea, pe-
dad de un esfueao de interpretación en la búsqueda de la propia ro restituye también lo que falta (Agamben, 1982). Lo que ha si-
verdad. Siempre, y en cada caso, en un aura sacralizada, como do expulsado, como se sabe, es lo reprimido, lo disociado que
respetando y conteniendo el dolor y el sufrimiento humanos. se consuma en otra parte, pero que difícilmente se recupera. A
No es simple encontrar y formular una verdad. Los dictáme- través de la palabra, Freud ha restituido, en parte, al ser huma-
nes eran, generalmente, formulados en versos: la,,palabra can- no todo aquello que habitaba en otra parte.
tada" se identificaba con las Musas que, según la tradición de También Hegel escribe en una de sus lecciones que "la voz
la Memoria, inducían a recordar; sin lVlnemosina, no hubieran es oído activo, puro sí" (cit. en Agamben, 1982), señal que es sig-
tenido lugar ni la historia ni et tenguaje (Detienne, 1983). La me- nificativa de la presencia o de la ausencia de algo o de alguien;
moria divinizada por los griegos era una memoria sacralizada en todo caso, expresión de dolo¡ sufrimiento, alegría... En tal
que permitía "descifrar lo invisible". sentido, la voz puede ser entendida como "la articulación origi-
Toda la tradición oral de los griegos se basaba en Ia memo- naria" de aquella "facultad del lenguaje" que da cuerpo a los
ria que no engañaba, sino que ayudaba a recordar. yo me re- pensamientos arrebatados al olvido por la fuerza de la memoria.
cuerdo, en efecto, significa, como decía Hegel en las lecciones El sonido del movimiento de las hojas del oráculo de Dodona era
de 1805-1806, yo penetro en mi interior, me recuerdo a mí(cil. la"voz" que "existía en elaire" (Kirk, 1984). Lavoz, que se mue-
en Agamben, 1982). En tal dimensión, se puede colocar, tam- ve como el movimiento de las hojas del bosque de Dodona, se
bién, el sentido de la revelación de Alethia, "verdad" que entre transforma en lenguaje, generado por la antigua memoria de las
luz y sombra se ofrecía a la percepción de los hombres. cosas, para devenir único e irrepetible lugar de la conciencia.
En este sentido, en la Teogoná de Hesíodo, entre Aletheia y La dimensión oracular, naturalmente, no era otra que la ex-
Memoria es posible intuir una inseparable e intensa relación. No periencia de una voz que hablaba por alegoría o por sabiduría,
hay referencia a la verdad sin la luz de la memoria y de los re- de la cual nacían las soluciones de los hombres como eco de
cuerdos; y es, justamente, la palabra la que ilumina la noche y esta voz metafórica.
rompe el silencio angustiante delolvido. Aquel silencio de pala- El trasfondo religioso, junto con la experiencia misteriosa,
bras que hace vivir Ia muerte. No por nada, Jean-Baptiste pon- paradójicamente, movilizaba a reflexionar y a razonar, buscan-

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f
-

do captar, de algún modo, el sentido de la comunicación y de la lt/lientras, el término "psicoterapia" es usado en sentido ge-
experiencia, a través de la mediación del "enigma" que surgía neral o en sentido específico; comprende formas de tratamien-
inevitablemente. El "enigma" como objeto, puede decirse, con to de las perturbaciones emotivas y psiquiátricas que se confían
sus i¡dispensables respuestas, se extendía así a concepto cós- al hablar y a la relación con el terapeuta, al contrario de los mé-
mico. No se puede, en efecto, pensar en Edipo si no es delante todos físicos de tratamiento (como los fármacos o el tratamien-
de ta Esfinge y su enigma. to con electroshock).
El oráculo, en el fondo, generaba la excitación y sostenía la
capacidad de tolerar y elaborar la duda, además de la posibili- En los países anglosajones, elcounse//rng psicodinámico se
dad de aceptar lo desconocido. Es decir, llevaba a la explora- desarrolló dentro de toda una evolución clínica del psicoanálisis
ción, la investigación y la profundización del "enigma". El dicta- que se denomina "aplicada". Es una forma específica de "psi-
men, por lo demás, era, sobre todo, sostenido por la creación coterapia" que se ha desarrollado alrededor del pedido de "ayu-
de la metáfora, en su capacidad de contener los opuestos y asi- da" por parte de aquellos que sienten la urgencia de resolver un
milar las diferencias. conflicto que los apresa y se encuentran en una condición psí-
En los lugares de la psiquis, apartados, silenciosos y poco quica, por lo común, muy penosa, inquietante y angustiante.
frecuentados, era posible, entonces, escuchar el propio "ser en Cada consulta se considera como "única" y da siempre el ma-
el mundo" y un lenguaje que se tornaba gradualmente familiar. yor espacio posible al paciente como persona en su unicidad.
En ese sentido, encontrar la verdad significa "recordar", doloro- Hoy, la teoría y la técnica psicoanalíticas representan y cons-
samente "penetrar dentro de sí" para poder establecer la posi- tituyen el fundamento ya consolidado sobre el cual se desarro-
bilidad de un diálogo construido con la palabra y el encuentro, llan el estudio y el proceso de cada aspecto del counselling psi-
dia-léctico, consigo y con elOtro. codinámico.
El counselling, sacado de la historia misma del individuo, de Como se sabe, el aporte psicoanalítico y la consecuente
la necesidad que tiene un individuo del otro, se configura natu- "identidad terapéutica" del analista han sido una conquista clí-
ralmente disímil en sus intrínsecas modalidades y técnicas, y en nica gradual y constante del siglo XX. No todos los pacientes,
sus fundamentos teóricos, tanto del consejo oracular como del en efecto, necesitan y pueden afrontar un tratamiento psicoana-
consejo-guía, por lo común dogmático, del sabio y de aquel que lítico de cuatro o cinco sesiones por semana durante algunos
representa la sabiduría secular. años, ni el mismo psicoanálisis puede afrontar las necesidades
Es evidente que, en el origen, y naturalmente todavía hoy, de todas las personas y, en especial, ir al encuentro de necesi-
hay varias otras técnicas de ayuda psicoterapéutica hechas con dades más inmediatas y extensas. Es por esto por lo que, en los
los consejos, tal vez ofrecidos en modo arbitrario y vago, a ve- últimos veinte o treinta años, gradualmente, se ha afirmado la
ces teñidos de connotaciones éticas, políticas, religiosas..., mi- dimensión del counsellingr como instrumento esencial y privile-
gajas o pedazos de sabiduría, o con prescripciones y recomen- giado, tanto para quienes trabajan en las instituciones, estruc-
daciones varias, a menudo de un sabor un tanto paternal y so- turas públicas o privadas, como para quienes deben responder a
breprotector, o directamente prohibitivo. distintos problemas en lo que respecta a la necesidad de ayuda
El counselling, en este sentido genérico, se define en Ihe y a las exigencias del niño, el adolescente, el adulto y la pareja.
Concise Oxford Dictionary (1990) como sigue: Es evidente que, después del análisis cuidadoso de las mo-
tivaciones, es necesario intentar comprender cuáles podrían ser
o consejo, entendido principalmente en sentido formal; los recursos personales y la capacidad de insight del paciente.
. consulta, en el sentido de buscar o dar consejos; Todo ser humano nace y se desarrolla de manera diferente de
. dar consejos a una persona acerca de problemas sociales otro; en el counselling, es fundamental el respeto de la indivi-
o personales, sobre todo en sentido profesional; dualidad del paciente. No se puede, en efecto, formular una hi-
pótesis sin evaluar con extrema atención el uso que, probable-
. atender o guiar a una persona en la solulción de dificulta- mente, estará en condiciones de hacer ese paciente, y no otro,
des personales.

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de una comunicación con el terapeuta. Por este motivo, es opor- La identidad psicoterapéutica y la profesionalidad, la dispo-
tuno, si no necesario, moverse de la superficie hasta lo profundo nibilidad y la capacidad de adaptación serán las que permitirán
con cautela y muy lentamente, observando también la velocidad sostener, con autoridad, las mejores elecciones al servicio del
que debe sostener la posibilidad de determinar, rápidamente, paciente.
una primera hipótesis valida para trabajar. Las comunicaciones
Es evidente que formular cualquier propuesta terapéutica
del terapeuta, entonces, deben estar, en lo posible, siempre sin-
significa continuar ayudando, conteniendo y sosteniendo al pa-
tonizadas con la capacidad de rnsr'ghf del paciente, respetando
ciente hasta cuando sea necesario y, antes que nada, ser cohe-
sus motivaciones y su individualidad. Y evaluar constantemente
rentes con la propia disponibilidad declarada y continuar estan-
la situación significa evaluar efectivamente la necesidad de cada
do efectiva y realmente a disposición del paciente. Es decir,
persona en su complejidad.
ocuparse de la totalidad de la situación de emergencia.
El individuo es también, en parte, la representación de su am-
Contener la situación y crear un holding afectivo-emotivo
biente, por lo cual se considera importante observar y tomar nota quiere decir valorar tanto los recursos ambientales como los del
deltipo de ambiente de procedencia, es decir, la familia, la escue- paciente. Permitir al paciente descubrir sus recursos persona-
la, el trabajo, y los lugares en los que, habitualmente, el paciente
les durante el proceso del counselling significa sostener las fun-
transcurre su tiempo; sólo a la luz del análisis de todas estas va-
ciones del yo y, por lo tanto, no generar sólo expectativas y de-
riables se podrán definir, también, los términos de las "contencio-
pendencias regresivas patogenéticas.
nes" con las cuales poder beneficiar al paciente. Junto con una rá-
pida pero cuidadosa reflexión alrededor de la constelación familiar
y su dinámica, en los límites del tiempo disponible, el terapeuta El counselling se define por la motivación del paciente y la
procederá a una profunda evaluación psicodinámica. disponibilidad delterapeuta. En lo que respecta a la motivación,
es preciso tener presente que quien tiene necesidad de un
counselling es un paciente en crisis: ha sido empujado por una
Técnicamente, hemos encontrado de gran utilidad comen-
urgencia y, por lo tanto, no puede esperar. De ahí, que la dispo-
zar con algunas informaciones esenciales que podrían consti-
nibilidad del analista deba traducirse en la capacidad de poder-
tuir una tríada fundamental. Es decir: quién manda al paciente,
se adaptar al paciente, y no a la inversa.
por qué lo envía, por qué ahora y no antes. Después de obtener
los datos de la "realidad" referentes al paciente, se debe encon- Entonces, por la urgencia o la necesidad que genera dicha
trar su parte "sufriente", o bien la perturbación, el conflicto, el situación, hoy, se define con el nombre de counselling. Es obvio
que se establece una situación de reciprocidad en la cual el pa-
dolor, el trauma, el luto, la angustia de la pérdida, etc. En los pri-
meros instantes, en los primeros minutos del encuentro, que ciente y el analista juegan, de manera diferente, partes de sí
podría también ser único, será oportuno concentrarse en la mismos en el intento de individualizar lo que es similar y lo que
comprensión del conflicto central del paciente, intentando ir al es disímil, explorando juntos algunos tramos de un recorrido,
máximo de su profundidad. diseminado a menudo de fantasmas, de ilusiones, de imágenes
distorsionadas, de peligro, de sufrimiento y de misterio. Se tra-
ta, a veces, de afrontar lo impensable y de traducir, aunque en
Por lo tanto, es indispensable que, además de tener una una mínima parte, lo intraducible. De este encuentro especialí-
identidad profesional específica al hacer el counselling, se pue- simo, lleno de intensa participación, también aquellos "sí mis-
da estar en condiciones de suministrar algunas alternatívas te- mos escondidos" pueden volverse egosintónicos.
rapéuticas. Tal identidad del terapeuta comprende la claridad
Es evidente que son elementos fundamentales en el counse-
necesaria tanto para con el paciente como para sí mismo, más
lling la naturaleza de la investigación y la motivación que conlle-
allá de proponer una forma de psicoterapia o recomendar otra
va la demanda del paciente.
con el mismo terapeuta del counselling o con otro colega, o un
análisis con un analista. Muchas veces, en el pedido está implícita la motivación más
auténtica y profunda que se escucha, respeta y recibe. Es ne-
cesario diferenciar y distinguir aquello que puede ser esencial

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para el paciente de las hipótesis clínicas a priori, convenciones los cincuenta minutos de la sesión, que se explican y definen an-
terapéuticas doctrinales, adhesiones a causas imponentes, de tes del encuentro. El espacio como lugar, con el tiempo que se
cualquier "evangelismo" terapéutico del operador, que constru- agrega, organiza e/ setting, tiene que encontrarse y, si no lo hu-
ya discursos que pretendan dictar la propia ley e imponerse por biere, se lo inventa en base a la urgencia y la necesidad, pero
autoridad o estilo. claray decididamente tiene que permanecer como un punto de
referencia estable, en el sentido de que no se puede ver al pa-
La "necesidad" del Otro no puede ser plenannente sentida,
percibida y escuchada si el counselling se vuelve un lugar de ciente en lugares distintos cadavez.
manipulaciones apriorísticas del psicoterapeuta.
En el primer encuentro, la situación psicoterapéutica es en
extremo intrincada, y puede fácilmente emerger una interacción
Desde la primera comunicación, telefónica o de otro tipo, el
compleja entre el terapeuta y el paciente, dado que el paciente
terapeuta debe también considerar y, en parte, evaluar si el pa-
prioriza lo "actual" con la vivencia sintomática presente, mien-
ciente tiene necesidad de un counselling. Lo que da la pauta de
tras el terapeuta se esfuerza en ir más allá y en poner en con-
si el paciente necesita un counselling es la modalidad de la co-
tacto al paciente también con su pasado.
municación y la calidad de la angustia que sostiene el pedido. A
menudo, se trata de una angustia particularmente fuerte e in-
contenible, apremiante, improrrogable, opresiva; en definitiva, Prestando la máxima atención a los eventos externos y a la
una angustia invas<.¡ra. realidad ambiental del paciente, las referencias del operador de-
Encontramos clínicamente útil comparar la angustia invaso- ben estar siempre bien dosificadas entre la situación externa y
ra con la pesadilla. La pesadilla se diferencia del sueño de an- la interna, verbalizando tanto los aspectos del "allá y entonces"
gustia porque en la pesadilla el yo está oprimido, desintegrado como los del "aquíy ahora".
y, por lo tanto, totalmente incapaz de funcionar y orientarse en E n lo q ue respecta a la t ra n sfe re n ci a y la co nt rat ra n sfe re n c i a,
el espacio y en el tiempo. pensamos que operan desde el comienzo, desde la primera lla-
El yo que ha perdido su cohesión responde frecuentemente mada telefónica, y encontramos útil una primera consideración
a la angustia invasora con manifestaciones psicosomáticas, co- sobre algunos aspectos transferenciales y contratransferencia-
mo por ejemplo sudor, taquicardia, sensación de sofoco, depre- les de la espera. Desde el momento en que la transferencia es-
sión, insomnio, inapetencia y aspectos ex-novo fóbico-obsesivos tá activa desde el comienzo, se presenta enseguida el problema
que se modifican con facilidad, ya con los primeros contactos de la interpretación.
terapéuticos, con la reintegración del yo. Esto es fácilmente Esto nos conduce a examinar, respecto del counselling, las re-
comprensible si se tiene en cuenta que el yo es preponderante- ferencias teóricas de los conceptos básicos de lateoría psicoana-
mente somático, y un encuentro terapéutico sentido como ayu- lítica, de modo de poder ver cómo operan en el counselling.
da y contención del yo por parte del paciente puede restablecer Habiendo comprendido que no se puede ejercitar la psicote-
la capacidad ejecutiva del yo y modificar su funcionamiento. rapia sin considerar algunos elementos centrales de la natura-
En este sentido, es útil tomar nota de una posible descom- leza humana en su normalidad y en su patología, nos pareció
pensación del paciente. Probablemente, ha habido algo que hi- importante intentar exponer de la manera más simple los con-
zo desbordar el vaso, por lo cual el yo del paciente, que funcio- ceptos básicos y cómo éstos se desarrollaron en orden crono-
naba pero era vulnerable, se descompensó y desintegró. lógico. Tomaremos, entonces, en consideración los siguientes
Así como la persona que tiene una pesadilla necesita la pre- conceptos básicos: elseftrhg, la alianza terapéutica, la transfe-
sencia real del otro para poder salir de ella, además de la afectivo- rencia y la contratransferencia, las resistencias, el acting out,la
emotiva y funcional, y, por lo tanto, de un yo auxiliar, el paciente elaboración, la identificación (con la incorporación, la introyec-
presa de una angustia invasora también precisa una respuesta ción, la internalización, la externalización), la proyección y la
acogedora y una cita para un encuentro bien definido en el espa- identif icación proyectiva.
cio y en el tiempo. El espacio y el tiempo como duración, es decir,

22 23
Y en este punto, pero en las reflexiones introductorias, he- ro agregó que no tenía ninguna relación con ellos.
mos considerado útil traer el siguiente ejemplo clínico tomado La analista hizo referencia al "aquíy ahora" dicienoo que ella,
de la casuística de A. Giannakoulas, a nuestro parecer emble- mientras narraba sus dificultades con la familia, sonreía como si
mático del counselling de cuya dinámica, estructura y puntos tuviese que intentar esconder sus sentimientos dolorosos. Sin
focales se ocupa el presente libro. dudar, Laura respondió que, en realidad, tenía sobre el rostro
una máscara: trataba de hacer felices a todos, a excepción de
Laura su madre, con quien peleaba violentamente hasta el punto de
hacerla "salir de quicio".
En este punto, la paciente describió una relación en extremo
Laura era una muchacha en su tardía adolescencia, enviada
trabajosa y cargada de rencor hacia la madre. Pero, al mismo
por una psiquiatra. La paciente había llamado repetida y afano-
tiempo, era como si no pudiese hacer de otro modo, que siem-
samente a la analista, dejando incluso un mensaje telefónico en
pre había sido así. La analista entonces dijo: "Tal vez así logra
el cual se evidenciaba la urgencia. Se le fijó una entrevista para
sacar a su mamá de la depresión y obtener su atención, crean-
el dÍa siguiente a la llamada.
do, de este modo, una unión con ella que excluye a los herma-
Apareció vestida de un modo sui géneris, casi casual, y pa- nos." De todos modos, era como si se sintiese con culpa cada
reció decididamente inteligente y aguda. vez que obtenía algo de su madre para sí, y era como si empu-
No dudó en mirar a los ojos a la analista, primero a través de jara a su madre a rechazarla o acusarla.
los anteojos de lentes un tanto oscuras, y después sin ellos. Después de un cierto silencio, confesó, mostrándose pensa-
Luego de haberse quitado los anteojos, mientras transcurría el tiva y preocupada, ser gemela de un niño nacido muerto. La
tiempo, comenzó a tenerlos en la mano, volviendo cada tanto a analista replicó que "parecÍa sentir una gran responsabilidad,
ponérselos, dando la impresión de mirar y no ver, pero sobre to- acompañada de un cierto sentido de omnipotencia, al percibir
do para no ser mirada. que pudo ser la causa de la muerte del hermano, mientras que
Hizo una lista de sus variados problemas con respecto a la ella todavía estaba viva".
esfera psicosomática: perturbaciones en el sueño, dificultad Laura confirmó las acusaciones de la madre como si fueran
para relacionarse con los otros con quienes tenía arrebatos vio- verdad para ella, dando la impresión de proyectar masivamen-
lentos, temor de permanecer sola en la oscuridad y ver mons- te sobre la madre los propios aspectos persecutorios, sumados
truos espantosos y perseguidores. Dijo tener ideas suicidas y a un enorme sentido de culpa hacia el mellizo muerto.
haber intentado matarse.
La analista le dijo, entonces, que quizás había sido insopor-
Sentía que gran parte de su conducta perturbada era el re- table alejarse del hermano después del nacimiento, a lo que
sultado de carencias afectivas, además de la incapacidad de Laura, casi conmovida, respondió que extrañaba al hermano y
ponerse en relación consigo misma y con los otros. que habÍa sentido siempre su ausencia.
La analista le preguntó, deliberadamente, por parte de quién "Es como si hubiese perdido una pafte de símisma", sugirió
sentía estas carencias. Laura respondió que de su papá, que la analista.
"estaba y no estaba", pero que ella advedía la falta de afecto en
La paciente afirmó que no sabía qué le faltaba, mientras se
su relación con la madre.
preguntaba cómo podía extrañar algo que no había conocido.
Pensando en la modalidad con que buscaba los ojos de la ana-
En el silencio de la analista, y después de cerrarse en sí mis-
lista, le dijo que quizás sentía que la madre no tenía ojos para ella.
ma, dijo que este secreto no se lo había confesado nunca antes
Respondió que no había sido deseada: había sido el fruto de a nadie.
un "accidente".
La analista notó que quería comunicar algo que había tenido
Sonriendo, describió la composición de la constelación fa- siempre dentro de sí, o bien su condición de melliza con el her-
miliar, constituida por una hermana y un hermano mayores, pe- mano muerlo que, a su pesar, no lograba reanimar. La paciente

24 25
I

pidió de pronto cambiar el tema. parecía muy asustada, proba- La semiótica


blemente por la idea de poder reanimarlo. Algunas notas
Deliberadamente, la analista retomó el tema de sus ansias y
sus perturbaciones, deteniéndose en los monstruos y diciendo Encuentro a una mujer de aspecto juvenil, tendida en el di-
que se estaba preguntando si el monstruo no estaba, quizá, ván, la cabeza apoyada sobre un almohadón de cuero. Su ros-
dentro de ella. ¿Se trataba de ella o de su hermano muerto? tro tiene una expresión tensa, dolorosa, los párpados entrece'
Respondió que ella evitaba la oscuridad y que tenía que dor- rrados, la mirada dirigida hacia abajo, la frente muy arrugada,
mir con la luz encendida para no permanecer en lo oscuro con /os surcos nasolabiales acentuados.
los monstruos. Enseguida después, una vez más, se cerró rnuy
herméticamente en sí misma, dando la lmpresión de estar en Sigmund Freud
extremo tensa y pronta a reaccionar. La analista subrayó que, tal
vez, después de haberle confiado algo tan importante, ya no
quería compartir sus tormentos con ella.
"Semiótica" es un término de origen griego (sémeiótiké), uli-
Laura la miró fijo, diciendo que pensaba que, cuando Ia se- lizado para indicar el diagnóstico.
sión terminase, al salir, se quedaría nuevamente sola. Era obvio Actualmente, la semiótica es una ciencia general de los sig-
que la angustia de la separación y de la soledad en el ,,aquíy
nos que consiste en tres componentes relacionados entre sí:
ahora" la asaltaba, literalmente.
La analista formuló asíuna interpretación alrededor de la se-
paración del hermano y el quedarse sola, comentando también 1) la sintaxis, que se ocupa de la coordinación de formas síg-
nicas;
el sentirse angustiada por Ia oscuridad cuando no había nadie ni
vida fuera. Agregó que quizás, si su hermano hubiese podido re- 2) la semántica, ciencia del significado;
gresar, eso la habría asustado muchísimo. Laura daba la impre_ 3) la pragmáfica, que se ocupa del modo en que los hombres
sión de que el deseo omnipotente de hacer revivir al hermano la usan los signos y lo que pueden hacer con ellos interac-
llenaba, al mismo tiempo, de terror. Cambió, entonces, de argu- tuando con los otros.
mento y comunicó que querÍa hablar también del hecho de que
había sido drogadependiente. En este punto, miró a la analista,
El concepto central que relac¡ona entre síestas tres discipli-
que le dijo que eso podía haber sido un modo de alejarse de al-
nas es la noción de signo o, mejor, de forma sígnica.
go doloroso y triste, por lo cual se preguntaba qué otra cosa po-
dría haber hecho para autoprotegerse. La paciente respondió
que estaba con un hombre casado, que incluso la había ayuda- El signo
do a salir de la droga. Un hombre, sin embargo, que la hacía en-
loquecer porque no consideraba en modo alguno separarse de
Signo es un término de uso común para indicar genérica o
su familia, por lo cual ella quedaba, como de costumbre, sola.
indiferentemente aquellos que los semióticos distinguen como
Laura regresó para acordar un análisis cuatro veces a la se- índices, síntomas, señales, símbolos, etc.
mana.
El índice es un signo que tiene una conexión física con el ob-
jeto que indica. Es la emanación o el producto visible de algo
Hemos considerado, asimismo, imporlante incluir en el tex_ que está escondido. El humo perceptible es indicio del fuego
to una revisión crítica de conceptos no siempre considerados, que no vemos. Un signo, entonces, es un índice si el objeto del
pero de gran interés histórico y clínico, como los de semiótica, cual proviene no es perceptible, se produce independientemen-
conflicto psíquico y empatía. Creemos que estos conceptos te de la presencia de un receptor y está siempre conectado a
son instrumentos esenciales para el counselling. una situación concreta.

26 27
La señal se diferencia del índice por la presencia en sí mis- bros de la misma especie); los símbolos necesitan una decodi-
ma de una cierta intención de comunicar y, por consiguiente, ficación. Según el uso general, pero no según la teoría clásica,
presupone la presencia de un destinatario. Es producida por un que define los símbolos en un sentido especial, las palabras, las
emisor para modificar el comportamiento del receptor o para banderas nacionales y los emblemas son símbolos, porque su
satisfacer una necesidad, o incluso para lograr un fin determi- significado deriva únicamente del conocimiento aprendido de
nado. que se refieren a algo diferente de ellos."
El ícono es un signo que tiene con su objeto una relación de Rycroft, al describir la acción del analista cuando establece
semejanza. El ícono es, por ende, un signo particular en cuanto una relación entre él y el paciente, dice: "La primera cosa que
no deríva del objeto que representa, pero es producido por el hace [el anatista] es proveer un ambiente donde esta relación
hombre a imagen del objeto que quiere representar. El ícono es pueda desarrollarse. Esto comprende, entre otras cosas, una
un modelo ligado al objeto originario por una relación de seme- habitación tranquila con un diván y una silla detrás, una pueda
janza. cerrada, citas frecuentes y regulares, y el mismo analista. Este
El símbolo es un signo arbitrario cuya relación con el objeto ambiente es en sí mismo una comunicación para el paciente,
está establecida por una ley. porque todos sus detalles son signos con los que el analista in-
En psicoanálisis, el problema de los signos ha sido afronta- tenta asumir cierta postura con respecto al paciente, la inten-
do por Flycroft en el ámbito de la comunicación entre paciente ción de escucharlo, ocuparse de él o ella sin pedir que el pa-
y analista. En su Diccionario crítico de psicoanálisis, leemos: ciente se ocupe del analista, y proteger el contacto entre ellos
"Un signo indica la presencia de algún proceso o fenómeno. Se de interrupciones y distracciones externas. En otras palabras, le
requiere diferenciarlo delsíntomay delsímbolo. En medicina, un dice al paciente que intenta ofrecerle el componente de una re-
signo es un fenómeno que el médico observa cuando examina, lación objetal, una persona que mantendrá un interés constan-
que le indica la presencia de algún proceso patológico, de mo- te y estable para su objeto, el paciente. Él lo hace, entonces, en
do que le permite afirmar que el paciente tiene (o no tiene) los primer luga¡ por medio de signos usando la pala-
-aquíestoy
bra 'signo' como un término técnico, semántico- que indican
signos de una determinada enfermedad; un síntoma, en cam-
bio, es un fenómeno que causa sufrimiento al paciente y para el la existencia de una situación psicológica particular. La posición
cual éste solicita alivio. Un signo puede ser o no ser perceptible de la silla del analista en relación con el diván del paciente sig-
por parte del paciente y, si es perceptible, puede causarle o no nifica que el analista está preparado para escuchar al paciente,
sufrimiento. Un síntoma puede ser o no también un signo. En la los acuerdos relativos a los horarios de las sesiones significan
histeria de conversión, el paciente se lamenta de síntomas fÍsi- que está preparado para contínuar haciéndolo, etc. Estos deta-
cos, pero el médico no logra descubrir ningún signo de enfer- lles son todos signos de la contribución del analista para instau-
medad fÍsica; sin embargo, si es afortunado, descubrirá los sig- rar una relación entre él mismo y el paciente, no obstante el he-
nos de una enfermedad neurótica. Un signo patognomónico cho de que el paciente pueda también usar un detalle particular
(patognomonic sign)indica por sí solo la presencia de alguna como un símbolo con el cual representar ideas específicas en el
enfermedad en particular. interior de Ia propia mente.
En la teoría psicoanalítica, un signo indica la presencia de al- AquÍ, he hecho uso de la distinción establecida por los lógi-
go, mientras un símbolo se refiere a algo distinto de aquello que cos entre signos y símbolos. Los signos indican la existencia o
es, y su importancia deriva de alguna otra cosa. Gritos inarticu- la presencia de algún proceso, objeto o condición, mientras los
lados, expresiones y gestos desamparados y las manifestacio- símbolos se refieren a, o representan, concepciones de proce-
nes fÍsicas de la angustra son signos de aquello que al sujeto le sos, objetos o condiciones. Los signos psicológicos son tam-
está ocurriendo, mientras las imaginaciones onÍricas, los sínto- bién señales, desde el momento que su función es la de comu-
mas neuróticos de conversión son símbolos, porque las cosas nicar a un objeto que reacciona. El llanto de un niño no es sólo
a las cuales se refieren se pueden alcanzar sólo con la interpre- el signo de que hay un niño apenado; es también una señal de
tación. Los signos revelan su significado directamente (a miem- pena, que tiende a suscitar una reacción apropiada de Ía madre.
Parece que los signos desempeñan un papel fundamental en la

28 29
comunicación de los afectos, dado que la mayor pafte de las for- ridas. Algo no cuadra. En estos casos, el médico, si está en con-
mas de expresión emotiva son innatas y son comprensibles sólo diciones de considerar al hombre en su totalidad, se da cuenta de
en relación con ellos. También las palabras usadas en el análisis que aquel síntoma lo reenvía a alguna otra cosa que el paciente
son símbolos, porque se refieren a ideas en la mente del pacien- intenta decir justo de ese modo. Eso deja ver en el síntoma una
te y del analista, pero las reflexiones y los tonos del discurso son intencionalidad de comunlbar, aunque inconsciente. En estos ca-
signos, porque indican el estado afectivo de quien habla. Des- sos, el síntoma es seña/; con las señales, tiene en común la inten-
purés que el analista ha introducido al paciente en la situación cionalidad, presupone un posible destinatario y se produce, aun-
analítica, comienza la comunicación simbólica explícita." que inconscientemente, para transmitir y obtener algo.
En la realidad cotidiana, sin embargo, una separación entre
EI síntoma síntoma-índice y sintoma-señal no es siempre tan neta y, sobre
todo, no es siempre posible.
La semiología misma enseña que índice y señal no son enti-
En semiótica, el síntoma es un indice de una enfermedad da-
da. Del índice, justamente, el síntoma médico tiene la caracte- dades bien definidas entre sí, como podría parecer en una des-
rística de ser el producto visible de algo que está escondido (la cripción sucinta. De hecho, hay entre ellos un continuum imper-
ceptible que hace que un índice pueda transformarse, en algunas
enfermedad a descubrir), de producirse independientemente de
circunstancias, en señal y viceversa.
la presencia de un receptor y sin, por lo tanto, intencionalidad
de comunicar por parte del emisor, además de estar siempre re- Así, en algunos casos, el síntoma, si se lee en distintos nive-
lacionado directamente con una situación concreta (la lesiÓn les, puede ser índice y señal al mismo tiempo, como cuando al-
concreta de un órgano o de todo el organismo). Su significado, guien elige, aunque inconscientemente, un síntoma, índice de
sin embargo, no es unívoco; lo definimos como una clase de una lesión orgánica, para comunicar y obtener algo.
significaciones virtuales, de las cuales una, sí, se ha concreta- En otros casos, se puede asistir al pasaje de un síntoma de
do, ciertamente, en el síntoma en examen, pero corresponde al la naturaleza del índice al estatuto de señal. Por ejemplo, un ni-
intérprete descubrirla. ño afectado de tos convulsiva puede continuar tosiendo aún
Un síntoma se llama subietivo cuando se refiere a una sen- después de la resolución de la enfermedad. En ese caso, la tos
sación referida por el paciente (tales como, por ejemplo, dolo- podría haber adquirido, para él, el valor de un medio de recibir
res, sensaciones de malestar, palpitaciones, astenia, anorexia, atenciones por pade de padres ansiosos, etc.
sensaciones de peso, de frío, etc.); en cambio, se llama obieti' En otros casos, se puede verificar el pasaje opuesto, del es-
vo cuando es descubierto por el médico con el examen clínico tado de señal al de Índice. Puede suceder que una persona afec-
del enfermo (mediante la simple inspecciÓn o con maniobras tada de tos nerviosa, en un cierto punto, se enferme de una afec-
particulares como la palpación, la auscultaciÓn, etc.), o bien ción bronco-pulmonar, por lo cual, ahora, la tos es un índice.
mediante exámenes instrumentales de laboratorio. El síntoma y Se puede resumir diciendo que en semiología el término
la enfermedad, sin embargo, no siempre coinciden perfecta- "síntoma" es sinónimo de "signo" en cuanto a "indicio que hace
mente: /os misrnos índices pueden revelar fenómenos del todo conocer". En relación con la ausencia o la presencia de la inten-
distrntos, exactamente como un mismo hecho puede producir ción de comunicar, se habla respectivamente de síntoma-índice
índices diferentes. y de síntoma-señal.
De la estrecha interacción entre soma y psiquis, pueden na- A propósito de la intencionalidad, debemos distinguir ulte-
cer ambigüedades en la interpretación de la naturaleza misma riormente enfre una intencionalidad consciente y una intencio-
det síntoma. En algunos casos, será directamente un índice. nalidad inconsciente.
Existen, no obstante, síntomas frente a los cuales el médico Por ejemplo, los neuróticos son conscientes de los síntomas
advierte que hay algo que no coincide con los códigos de la se- que sufren, mientras que no son conscientes de comunicar a
miótica médica. Las experiencias táctiles y visuales que recibe través del síntoma.
examinando al paciente no coinciden con las sensaciones refe-

30
Trasladándonos asíde la medicina general a la psicopatolo- a síy al Otro de sí. Reconocer los signos de una patología sig-
gía, descubrimos en el síntoma una nueva dimensión: un senti- nifica haber "visto" aquello que los otros no están en condicio-
do y una intención de comunicar. Aquítiene siempre el valor de nes de ver. El caso de la señora Emmy lo describe Freud tan mi-
señal. nuciosamente que aparece delante de nuestros ojos como un
"Los síntomas neuróticos Freud- tienen un senti- cuadro. No casualmente él nota que Emmy estaba "tendida en
-escribe
do, como los actos fallidos, los sueños, y como éstos, tienen un
el diván, la cabeza apoyada sobre un almohadón de cuero"'. se
nexo con la vida de las personas que presentan los síntomas.
trata ya de elementos de cr:ntraste que son el preludio de otro
conflicto. Freud nos presenta el rostro de Emmy de modo tal
El sentido de un síntoma deriva de una relación con las ex- que parece que la paciente nos hablara. Nada se le escapa: "ex-
periencias del enfermo. Cuanto más individualizada está la for- presión tensa, dolorosa, /os párpados entrecerrados, la mirada
ma del síntoma, tanto más podemos esperar lograr establecer dirigida hacia abajo, la frente muy arrugada, /os surcos nasola-
esta conexión. Será entonces nuestro deber, simplemente, en- biales acentuados". Del rostro dirige la atención al habla, aldis-
contrar, para una idea sin sentido y para un acción sin objetivo, curso..., o bien a un discurso construido con otro lenguaje.
aquella situación pasada en la cual la idea era justificada y la ac- Emmy "habla fatigosamente, en voz baja", oscila entre el habla
ción respondía a un fin." y el tartamudeo hasta comunicar con "frecuentes movimientos
imprevistos, convulsos, como tics, en el rostro y en los múscu-
lnteresante, en este punto, es recordar el bien conocido ca- los del cuello; algunos músculos especialmente el esternoclei-
so de la señora Emmy Von N. Freud (1892-1895) comienza así: domastoideo derecho, tienen una prominencia particular. Ade-
"El 1 de mayo de 1889 me convertí en el médico de una señora rnás, se interrumpe a menudo al hablar, para emitir un extraño
de alrededor de unos cuarenta años, cuyos sufrimientos y per- chasquido que no logro imitar", Freud relata que Emrny tenía
sonalidad me inspiraron tanto interés como para dedicarle gran "cultura e inteligencia poco comunes" y que a menudo asumía
parte de mi tiempo y asumir el compromiso de curarla. Era una "una expresión de horror y repugnancia" mientras "con vaz
histérica..." La diagnosis de Freud, entonces, aparece de pron- cambiada y angustiada exclamaba: ¡Quédese quieto! ¡No hable!
to clara. El dice: "Era una histérica." Pero ¿cómo logró llegar a ;No me toque!". Emmy era una histérica.
tal diagnostico? Freud no duda en escribir: "Encuentro a una De la observación a la diagnosis...: un recorrido no fácil, pe-
mujer de aspecto juvenil, tendida en el diván, la cabeza apoya- ro esencial si se qulere atender efectivamente ai paciente y se-
da sobre un almohadón de cuero. Su rostro tiene una expresión guir su desarrollo.
tensa, dolorosa, /os párpados entrecerrados, la mirada dirigida Freud no analiza el síntoma en el contexto interpersonal, co-
hacia abajo, la frente muy arrugada, los surcos nasolabiales mo medio para comunicar, sino la génesis intrapsíquica, los
acentuados. Habla fatigosamente, en voz baja, interrumpida de procesos que lo determinaron y las fuerzas que justifican la per-
tanto en tanto por impedimentos espásticos en el habla, incluso sistencia.
tartamudeo. Tiene cruzados /os dedos, que manifiestan una
"Los síntomas neuróticos son el resultado de un conflicto
continua inquietud de tipo atetósica. Frecuentes movimientos
que se alza alrededor de un nuevo modo de satisfacción de la
imprevistos, convulsos, como tics, en el rostro y en los múscu-
los del cuello; algunos músculos, especialmente el esternoclei-
lrbido, Una parte de la personalidad sostiene ciertos deseos,
domastoideo derecho, tienen una parlicular prominencia. Ade- otra se le opone y los rechaza. Sin un conflicto similar, no hay
neurosis. El conflicto está provocado por la frustración, que ha-
más, se interrumpe a menudo al hablar, para emitir un extraño
ce que la libido, privada de su satisfacción, se vea obligada a
chasquido que no logro imitar."
buscarse otros objetos y otras vías. Eso qenera que estas otras
vías y ob¡etos susciten la oposición de una parte de la persona-
La semiótica, o bien el arte de los signos o, mejor, de saber lidad, así que sigue un veto, de modo de hacer imposible, en un
leer los signos, surge de la capacidad de observar con una mi- primer momento, el nuevo modo de satisfacción. Las tenden-
rada distinta al paciente. La observación es el resultado de una cias cje la iibido rechazadas logran, igualmente, imponerse por
larga elaboración interior del propio modo de ponerse de frente ciertas vias indirectas pero, en verdad, no sin tener en cuenta la

32 JJ
I

opos¡ción mediante ciertas deformaciones y alteraciones. La EI conflicto psíquico


vías indirectas son precisamente las de la formación de los sín-
tomas; los síntomas son la satisfacción nueva y sustitutiva, que
Esta incapacidad de llevar a cabo un conflicto es, según
se ha vuelto necesaria por el hecho de la frustracién."
creo, una prueba de que mot¡vos inconscientes y reprimidos
El síntoma así concebido tiene en común con los índices el
intervinieron para reforzar los conscientes en lucha entre sí y,
hecho de ser perceptible y manifiesto, de funcionar como indi-
en tales casos, emprendo el intento de poner fin
cador de algo que está escondido y cuya producto representa.
al conflicto mediante el análisis psíquico"
Por el contrario, su misma existencia se justifica por el hecho de
que los fenómenos en los que se origina no están manifiestos. Sigmund Freud
"Afirmo con Breuer Freud- que cada vez que nos to-
pamos con un síntoma-dlcepodemos inferir que en el enfermo exis-
ten determinados procesos inconscientes, que contienen preci-
J. Laplanche y J.-8. Pontalis (1973, p. 92) definen del si-
samente el sentido del síntoma. Pero es también necesario que
guiente modo el conflicto psíquico: "En el psicoanálisis se habla
este sentido sea inconsciente para que el síntoma se instaure.
de conflicto cuando en el sujeto se contraponen exigencias in-
Los procesos conscientes no forman síntomas; apenas los pro-
ternas contrastantes. El conflicto puede estar manifiesto (por
cesos inconscientes en juego se tornan conscientes, el síntoma
ejemplo, entre un deseo y una exigencia moral o entre dos sen-
debe desaparecer."
timientos contradictorios) o latente; en este caso, puede mani-
El síntoma, visto desde un punto de vista psicoanalítico, tie- festarse de un modo deformado en el conflicto manifiesto y
ne además en común con las señales un sentido y un objetivo, concretarse en síntomas, desórdenes de la conducta, perturba-
aunque sean inconscientes: los síntomas sirven para algo. ciones en el carácter, etc. El psicoanálisis considera el conflicto
Citamos aún a Freud: "Como sentido de un sÍntoma, hemos como parte del ser humano desde varios aspectos: conflicto
entendido, al mismo tiempo, dos cosas: su 'de qué cosa' y su entre deseo y defensa, conflicto entre los diversos sistemas o
'hacia qué cosa' o 'para qué cosa', o sea, las impresiones y los instancias, conflicto entre las pulsiones; finalmente, conflicto
episodios de los cuales se origina, y los intentos a los que sirve." edípico, en el cual no sólo se enfrentan deseos contrastantes,
Se puede resumir diciendo que, en la concepción psicoana- sino que estos últimos se oponen a la prohibición."
líIica, el síntoma es un compromiso entre dos tendencias instin- Para C. Rycroft (1970, p. 31), el conflicto es "la oposición en-
tivas precedentemente removidas y las fuerzas defensiyas en tre fuqrzas aparente o realmente compatibles. Un conflicto in-
conflicto. Respecto de los objetivos, se distinguen beneficios terno o pslcológico puede instaurarse entre impulsos instintivos
p ri mari os y se cu ndari os. (por ejemplo, libidinoso y agresivo; ver también instinto) o entre
Es un beneficio primario el intento, por ejemplo, de descar- estructuras (por ejemplo, el yo y el ello). La idea de que todo
gar la tensión debida al conflicto interno. El intento de utilizar el conflicto es neurótico no forma parte de la teoría psicoanalítica;
síntoma para influenciar a los otros y la situación actual es un los conflictos son neuróticos solamente si una parte es incons-
beneficio secundario. ciente y/o si se han resuelto mediante el uso de defensas distin-
tas de la sublimación".
El aspecto relacional del síntoma, ya presente aunque no de-
sarrollado en Freud, será posteriormente profundizado y conside- El concepto de conflicto psíquico es fundamental en la teo-
i'ado desde nuevos ángulos por los teóricos de la comunicación. ría psicoanalítica desde su cornienzo y fue formulado por Freud
en base a sus experiencias clínicas. En efecto, desde 1890 ex-
presó la idea de que "la neurosis implica una defensa contra
ideas intolerables".
Sucesivamente, en 1895, en los Estudios sobre la histeria,
Freud descubre una resistencia cadavez mayor a medida que
se acerca a los recuerdos patógenos y atribuye esta resistencia

34 35
I

a la presencia de una defensa contra representaciones inconci- Todo esto estaba unido al complejo de Edipo, pero es inte-
liables. La actividad defensiva contra representaciones inconcilia- resante destacar, en lo relativo al counselling, que en aquel
bles se torna el mecanismo principal en la etiología de las psi- tiempo Freud no remontó el conflicto de la muchacha a la épo-
coneurosis de defensa (histeria y neurosis obsesiva). ca edípica, sino que se limitó a considerar las dificultades sur-
gidas en la adolescencia.
Freud intuyó que la representación intolerable debía residir
en el pasado e históricamente se ocupó, primero, del contenido En el ensayo "Las fantasías histéricas y su relación con la bi-
de la representación intolerable y, después, de los mecanismos sexualidad" (1908), Freud replica que el síntoma histérico tiene
de defensa. En un primer momento, tenía pensado que las ideas sus orígenes en el compromiso entre dos impulsos opuestos,
intolerables podían basarse en cualquier emoción, pero bien ambos activos, de los cuales uno tiende a la expresión de un
pronto comprendió que sólo las representaciones ligadas a la componente de la sexualidad, mlentras el otro intenta reprimirlo.
sexualidad estaban en condiciones de entrar en conflicto con el Es del año siguiente, '1909, la publicación del caso clínico del
yo. Por lo tanto, se puede sintetizar todo esto diciendo que, de Hombre de las ratas, en el que ilustra la estructura de la neuro-
1886 a 1890, la teoría de la neurosis elaborada por Freud era de sis obsesiva. En la base de la neurosis obsesiva, encontramos
un sesgo netamente sexual, en cuanto veía en la sexualidad el un conflicto que nunca tiene fin, para el cual, según Freud,
núcleo de una idea intolerable. "siempre son necesarios nuevos esfuerzos psíquicos para ba-
En 1900, Freud evidenció el contraste entre el proceso pri- lancear la constante presión ejercida por la pulsión". En el caso
mario y el proceso secundario que luchan por alcanzar obietivos clínico del Hombre de las ratas, Freud nos dice: "El verdadero
contrastantes: la descarga inmediata, el primero; la satisfacción significado de las acciones obsesivas a dos tiem-
-acciones
pos, donde el primer tiempo está anulado por el segundo- re-
aplazada, el segundo. Concepto que, en 191 1 , se reformuló co-
mo lucha entre el princiflo de placer y el principio de realidad. side en el hecho de que ellas representan un conflicto entre dos
Siempre en 1900, Freud comenzó a explorar la sexualidad in- alectos antagonistas de intensidad más o menos igual, y preci-
fantil y, consecuentemente, el concepto de sexualidad se am- samente la experiencia me ha confirmado siempre-
-como
entre amor y odio..."
plió, abandonándose la concepción simplista según la cual la
neurosis era causada directamente por una frustración sexual. Freud precisa que, mientras en la histeria interviene un com-
Comenzó a usarse el término psicosexual . promiso que hace suficiente una sola representación para dos
Una descripción plástica delconflicto psíquico la encontramos opuestos, en la neurosis obsesiva los dos opuestos se satisfa-
en el caso clínico de Dora (1901), una adolescente de dieciocho cen separadamente, primero uno y después el otro. El obsesivo
años que cuando comenzó el tratamiento sufría, ya desde hacía sufre de una profunda ambivalencia entre el amor y el odio, y
aproximadamente diez años, distintos síntomas histéricos (dificul- justamente a causa de esta ambivalencia Freud identificó el
tad en la respiración, tos nerviosa, perdida de la voz, hemicráneas, punto de fijación del obsesivo en la fase sádico-anal. Los dos
depresión, ideas suicidas y un sentido general de insatisfacción en sentimientos opuestos se escindieron en la infancia, y uno de
la vida). Freud remontó la enfermedad de la muchacha al amor por ellos, por lo común el odio, se reprimió. A la represión siguió la
su padre, a las propuestas del señor K. y, también, a su amor ho- formación reactiva, para la cual el sentimiento que apareció en
mosexual por la señora K. la conciencia es exactamente el opuesto de aquel que subyace.
De aquí que a estos pacientes los irrite la duda.
Freud muestra cómo los síntomas apareciercn después de
surgir un conflicto: "Por una parte, la tentación de ceder al hom- Regresando, por ahora, a un punto de vista histórico sobre
bre que la solicita; por otra, una rebelión mezclada a ella." el conflicto y teniendo en cuenta la evolución de la teoría de las
pulsiones, se puede decir que desde 1894 a 191 1, época en la
El arrepentimiento por haber rechazado las propuestas del
que en el pensamiento de Freud domina el dualismo entre pul-
hombre, la nostalgia de él y de su ternura entraron en conflicto
siones sexuales y de autoconservación, el conflicto se debió al
con su orgullo: eso la condujo a la represión.
surgir de deseos o representaciones incompatibles, de natura-
En este punto, por ende, el conflicto estaba entre el yo y los leza sexual, inaceptables para el yo a causa del afecto penoso
deseos sexuales.

36 37
que comportan. El yo se defiende de estas representaciones primario, cuando solamente el se/f está investido, y el mundo
con la represión o con el aislamiento de los afectos. Los sínto- externo a los fines de la satisfacción es indiferente. Y afirma: "El
mas son el compromiso del conflicto entre el yo y estas repre- odio... corresponde a la repulsión primigenia por parte del yo
sentacíones. narcísista del mundo externo, generador de estÍmulos. Tal ex-
Durante el perÍodo de 1911 a 1914, Freud introduce el con- presión de la reacción de desagrado provocada por el objeto
cepto de narcisismo, que comporta un oscurecimiento en la permanece siempre en estrecha relación con las pulsiones de
distinción entre pulsiones sexuales y pulsiones de autoconser- conservación del yo, de modo que las pulsiones del yo y las se-
vación, en cuanto ambas tienen en común un origen en la libi- xuales pueden colocarse en una antítesis que reproduce la de
do. En el caso delpresidente Schreber, Freud habla del estado amor-odio... El odio... en parte se constituye mediante reaccio-
de narcisismo primario en el desarrollo de la libido, de la regre- nes negativas de las pulsiones del yo, reacciones que pueden
sión a dicho estado, después del retiro de la libido del objeto y deberse a motivos reales y actuales en los frecuentes conflictos
el consiguiente desconcierto en el yo. entre los intereses del yo y los delamor."
Así, en el caso del presidente Schreber, leemos: "Estudios re- El conflicto, por lo tanto, es, en ese sentido, entre los intere-
cientes han dirigido nuestra atención sobre un estado del desa- ses del yo y el amor.
rrollo de la libido que está a mitad de camino entre elautoerotis- De 1920 a 1939, se toma en consideración el dualismo entre
mo y el amor objetal. A este estado le ha sido dado el nombre de las pulsiones de vida y de muerte. En esta fase, la antÍtesis en-
narcisismo. Sucede que en el desarrollo del individuo llega un tre pulsiones agresivas y sexuales se conserva, pero entran a
momento en el cual unifica sus pulsiones sexuales (hasta enton- formar parte de entidades más grandes. Las pulsiones de auto-
ces comprometidas en actividades autoeróticas) para adquirir conservación y las sexuales van a formar parte de las pulsiones
un nuevo objeto de amor: comienza a tomarse a sí mismo, al de vida, mientras que la agresividad ya no se considera una pul-
propio cuerpo, como objeto de amor. Esta fase en medio del au- sión delyo.
toerotismo y el amor objetal puede ser quizá, normalmente, ine-
En este punto, en efecto, las neurosis traumáticas, los sue-
vitable, necesaria..."
ños, la transferencia habían convencido a Freud de la presencia
La dicotomía ahora está entre la libido dirigida al yo y la libi- de la compulsión a repetir experiencias negativas, una compul-
do dirigida al objeto. sión a repetir que no tiene en cuenta el principio del placer.
Con esta óptica, también los delirios son el resultado de una Freud considera la tendencia a repetir una característica parti-
lucha o un conflicto. cular de las pulsiones e,introduce la teoría de la oposición entre
De 1915 a 1920, es el período en el que Freud atribuye la pulsión de vida y de muerte. La coacción a repetir de la pulsión
agresividad a las pulsiones del yo que no son de la libido. En de muerte se presentaría como tendencia al regreso al mundo
"Pulsiones y destinos de pulsión", Freud reafirma la distinción inorgánico; la pulsión de vida, en cambio, como tendencia a
entre pulsiones del yo y pulsiones sexuales. La agresividad es perseguir el desarrollo de la vida... La verdadera pulsión de vida
considerada una pulsión dirigida al control del mundo externo. sería la sexual, y la polaridad de Ia pulsión de vida o de muerte
La importancia de la agresividad está acentuada; esto se debe encontraría su paralelo en la polaridad de amor y odio.
al valor que Freud atribuye a la ambivalencia. Afronta, ahora, el Esta nueva formulación hace posible una mejor explicación
vínculo entre amor y odio, que concibe, sin embargo, no como del sadismo y del masoquismo.
pulsiones sino como afectos. Escribe, en efecto, que "los térmi- Precedentemente, ei sadismo se consideraba un compo-
nos amor y odio no son utilizables para las relaciones (de las nente agresivo de la libido, y el masoquismo, un fenómeno se-
pulsiones) con sus objetos, sino que son reservados a las rela- cundario, debido a que el sadismo se reflejaba sobre la propia
ciones delyo, en su totalidad, con los objetos". Él individualiza persona. Freud, en cambio, afirma que el masoquismo es un fe-
diversos pares de opuestos, entre ellos el de amor-odio en opo- nómeno primario, una prueba de que en el individuo opera la
sición a la indiferencia. Dice que este par de opuestos se en- pulsión de muerte.
cuentra en los orígenes de la vida, en el estado del narcisisrno

38 39
Así, una parte de la pulsión permanece en el organismo, vin- El tratamiento psicoanalítico de pacientes graves y las inves-
culada por la libido; eso permite al organismo mantenerse con tigaciones sobre la relación madre-niño en la primerísima fase
vida y se coloca en la base del "masoquismo erógeno, prima- de la vida han demostrado que el conflicto no es la única causa
rio". Otra parte se desvía al exterior, al servicio de la función se- de ias dinámicas psíquicas y mentales, pero la carencia y la pri-
xual: se trata del sadismo propiamente dicho. vación afectiva y emotiva pueden ser, en ciertos conflictos, otro
Con una óptica "genética", Freud dice que el inicio del cc¡n- tanto patogenéticas, sino más. Balint, Bowlby, Winnicott, Fair-
flicto puede estar ya en los primeros años de vida, como con- bairn, Marion Milner, Masud Khan, Rycroft y otros han distingui-
flicto con la autoridad externa, después del reconocimiento de do claranlente el nivel edípico, en el cual el conflicto es el motor
esta autoridad y la tensión entre el yo y esta autoridad. Estos de la psicopatología, del nivel preedípico, en el cual la psicopa-
conflictos, clespués cie la interiorización de la coerción externa tología se expresa a través de un defecto básico (basic fautt, se-
en el superyó, se interiorizan. gún Balint), cuyas consecuencias son la no estructuración de
Hay que distinguir entre conflictos que están en la base de la ciertas funciones afectivas, emotivas y mentales.
psicopatología y conflictos que forman parte de procesos psí- Según Winnicott, los pacientes neuróticos han logrado una
quicos normales, como los relacionados con las fases de desa- conciencia a tres cuerpos y un nivel edípico de desarrollo. Ellos
rrollo. Y finalmente, hay que considerar que no toda enferme- tienen tensiones y conflictos internos, pero no al punto de dis-
dad es consecuencia de un conflicto. torsionar permanentemente las funciones del yo. Sus yos están
Freud explicó por qué el conflicto neurótico no puede llegar a relativamente intactos y pueden usar la función de transferencia
una conclusión: "... el conflicto patógeno de los neuróticos no del settrng analítico de una manera convencional y aceptable.
debe confundirse con una lucha normal entre impulsos que se Por consiguiente, la técnica y los objetivos terapéuticos en el
encuentran en el mismo terreno psicológico. Es un contraste de tratamiento de los pacientes muy perturbados y de los psicóticos
fuerzas, una de la cuales llega a un escalón del preconsciente y no coinciden con los del tratamiento de los neuróticos. Para esa
del consciente, mientras que la otra ha sidc¡ conlenida en un es- clase de pacientes, como para los esquizoides con perlurbacio-
calón del inconsciente. Es por esto que el conflicto no puecJe lle- nes muy graves, Khan afirma que "no podemos continuar dedi-
gar a una conclusión: los contendientes no tienen nada que re- cando nuestra capacidad, exclusivamente, a la evolución en el
partir entre ellos. Una verdadera decisión puede tener lugar sólo escenario analítico de una neurosis de traslación que exprese los
cuando los dos se encuentran en el rnismo nivel. Hacer eso po- conflictos latentes del paciente y a su resolución por medio de la
sible es, según mi parece¡ la única tarea de la terapia,,. interpretación y de la elaboración" (Khan, 1974, p.38); pero de-
Freud subraya la importancia del factor cuantitativo al deter- bemos adaptarnos a la necesidad y a la patología de estos pa-
minar la explosión de un conflicto. Afirma: ,,Un análisis pura- cientes. Eso constituye, para Masud Khan, "la verdadera función
mente cualitativo de las condiciones etiológicas no nos basta, de la teoría en nuestra práctica" (ídem, p. 95).
O, para decirlo en otros térrninos, una concepción puramente Para Balint, en algunos pacientes, en los cuales las relacio-
dinámica de estos procesos psíquicos es insuficiente: existe nes objetales y los comportamientos forzados nacÍan como
también el punto de vista económico. Debemos decirnos que ei reacciones al defecto básico, las interpretaciones son mucho
conflicto entre dos tendencias no estalla porque las condicio- menos eficaces porque no hay conflicto que deba ser resuel-
nes relativas al contenido estén presentes desrje hace largo to, y las palabras no son vividas como Ínstrumentos muy con-
tiempo, si las cargas no han llegado a cierta intensidacl...,,ArJe- fiables.
más, sostiene que "el momento cuantitativo se revela corlto un Balint creía que en estos casos debían ser tomados en con-
elemento decisivo para el conflicto; apenas la representación sideración agentes terapéuticos adicionales, distintos de la in-
fundamental inconveniente se refuerza más allá de un cierto ni- terpretación, y pensaba que el más importante de éstos era
vel, el conflicto se hace actual y su activación lleva, precisamen-
ayudar al paciente a desarrollar en la situación analítica (o bien
te, consigc la represión". en el setiing, transferencia y contratransferencia) la relación con
el analista en una experiencia nueva y en un "nuevo comienzo".

40 41
También en la psicología del se/f el conflicto es de impor- con
los derrumbes en la estructura psíquica se hacen evidentes
tancia secundaria, en cuanto se lo considera una consecuen- una invasiÓn en la conciencia del proceso primario y con un
cia de las frustraciones y de las desintegraciones de la relación
sentido de la realidad muy alterado y perturbado'
se/f/objeto/se/f. Esta postura teórica no renuncia al conflicto,
pero considera que para poder comprometerse en un conflicto Además, para muchos pacientes, ya con privaciones' el vol-
es necesario haber alcanzado un cierto grado de integración. veraexperimentarvacíosenlavidareproduceinevitablemente
Con el objeto-self , Kohut entiende que otra persona es vivida otras carencias, frustraciones y conflictos conscientes e incons-
procesos
como pafte de sí, de un modo funcional a través de un recorri- cientes en el presente: carencia produce carencia; los
cognitivos y mentales crean malentendidos, con un efecto de
do de desarrollo que va del arcaico al maduro. que pueden llegar a ser
aflájamiento de las referencias reales,
En lo que respecta a la teoría lacaniana, hay que tener pre-
llenadas por procesos afectivos distorsionados y por fantasÍas
sente un concepto específico que es el de "preclusión" en angustiantes de orden esquizoparanoide o depresivo' en base
oposición al de represión. Para Lacan, la preclusión está en la a la desorganización particular del yo'
psicosis como la represión está en la neurosis; la psicosis se
caracteriza, por ende, por la preclusión, y eso es por un recha- Generalmente, en el counsellíng, es necesario reestructurar
zo específico de un significante fundamental fuera del universo la capacidad del paciente para elaborar las situaciones más
pe-
simbólico y por el no acceso a tal orden simbólico. En su teoría, perturbadoras y de mayor conflicto, para poderlo ayudar a
ulterior. Proveyendo lineas de guía' ya
este proceso de abolición simbólica crea un agujero en el cam- dir y recibir una ayuda
.", respecto a la realidad interna o a la externa' según la
po del significante, una falta radical, para la cual el delirio toma "on de los recur-
necesidad del paciente y, generalmente, también
entonces el lugar de los significados faltantes (cf., con tal pro-
pósito, las referencias de la ecuación simbólica de H. Segal y el sos ambientales, el terapeuta provee un yo auxiliar temporal'
blind spot de F. Tustin).
Hoy muchos psicoanalistas compartirían la opinión de que Esesencial,entonces,estructurarun"espacio"desostény
..comentarios-interpretaciones,, deben
una diagnosis basada en "signos" conflictivos, en términos de contención donde los
psicología de la relación con un cuerpo, ofrece escasa com- ser personalizados, concisos y simples'
Usar el lenguaje de un modo apropiado ayuda a adaptarse
prensión de la situación interna del origen y, por lo tanto, de los al
fundamentos autísticos o de otros pacientes narcisistas graves, paciente hastá un nivel básico, intuitivo, de modo que se pueda
borderline,esquizo-paranoicos, melancólicos, peryersos psico- i'sintonizar, empatizar y comunicar" con é1, y no otorgarle un
la excesiva
somáticos. Es importante tener presente que el paciente no vi- alucl de explicaciones o interpretaciones' De hecho'
ve en un vacuum y lleva consigo la impronta de su mundo rela- carga inteipretativa prematura podría producir un estado de ul-
cional interno. terior confusión.
Por lo general, el paciente confuso, y especialmente el ado-
En el counselling, generalmente, encontramos una pobla- lescente, tiene necesidad de volverse consciente de su fragili-
parientes'
ción de pacientes particulares, algunos de ellos con bajo nivel dad psíquica, mental y ambiental (familia, padres'
instituciones, etc.) y de reforzar su fe básica y la capacidad
de
de integración del yo con la perturbación que se encuentra en con-
recibir una ayuda adecuada y útil' Sólo en este espacio de
un estado primitivo de la diferenciación del yo; como, por ejem-
plo, Ios adolescentes desesperados, las parejas regresivas y en fianza, el paciente puede tornarse consciente de su fragilidad'
gran conflicto, los niños usados, abusados, perdidos y sin con- mientras que, en ausencia de este espacio, pone en movimien-
tención, pero, principalmente, adolescentes en crisis y pacien- to defensas omnipotentes y a menudo esquizoparanoicas'
y
tes esquizoides con perturbaciones muy graves, que rechazan Este tipo de intervención, en condiciones de ampliar modi-
cualquier otra forma de ayuda psicoterapéutica. En etapas par- ficar la estructura del yo, a través del yo auxiliar del terapeuta'
ticulares de la vida, como las crisis de la adolescencia, el matri- podría restablecer una parte funcional sana del paciente que se
por ejem-
monio, el duelo, y en las situaciones de mayor demanda del yo, responsabiliza de la parte sufriente y enferma; como'
pto, en el caso de los pacientes bordertine o del paciente depre-

42 43
sivo, autodestructivo, suicida y, sobre todo, del adolescente de- El settíng
sesperado. Marco terapéutico y escenario analítico
Encontramos aun muy pertinente la síntesis de Balint. Él
definió esta tarea con el paciente como fundamental en nuestro El ambiente ofrece al niño condiciones que permitirán
que
encuentro, aunque breve: "hacer cooperante una pafte no coo- su constitución comience a evidenciarse, sus tenden cias de de-
perante de un individuo para recibir ayuda terapéutica... para es- mismo experi-
sarrollo comiencen a manifestarse, y que el niño
timular o, tal vez, también crear en el paciente una nueva volun- en dueño de
mente el movimiento espontáneo y se transforme
tad de aceptar la realidad y vivir con ella, una especie de reduc- /as sensaclones que corresponden a esta etapa
de su vida'
ción de su resentimiento, falta de vitalidad, etc., que aparecen en
su vida y en su relación con los otros como obstinación, entor- Donald W Winnicott
pecimiento, estupidez, hipercrÍtica, susceptibilidad, avidez, ex-
trema dependencia, etc." (1968). Eso debería ayudar al paciente
a descubrirse, reconocerse o conocerse a sí mismo, o para usar del
la exacta terminología de Balint: "Enseñar al paciente a distinguir Hemos heredado de Freud el concepto de la importancia
Pero el
en sÍ mismo lo esencial de lo accidental" (1932). settlng, constituido por espacio, tiempo e interpretaciÓn'
ni se en-
término sett¡ng no aparece en los escritos de Freud'
Según nuestro parecer, para establecer una relación tera- más difundidos de psicoanálisis, co-
péutica de cualquier tipo, es necesario que el paciente tenga un cuentra en los diccionarios
menos' en
mo el de Laplanche-Pontalis y elde Rycroft' mucho
y
mínimo de soporte ambiental y que se pueda crear un espacio
el diccionario de psicoanálisis kleiniano de R' D'
Hinshelwood'
de confianza y confidencia con el paciente y el ambiente que lo
sostiene, como subrayamos en la alianza terapéutica. Noobstante,siconsideramoselsetfingComoconcepto,en-
escritos prea-
tonces podemos encontrar los orígenes desde los
En nuestra experiencia, muchos pacientes, después de los citado por noso-
nalíticos de Freud. En el caso de Emma Von N''
encuentros de counse//ing, aceptan aliviados dirigirse a un psi- (una mujer de cuarenta
tros en el párrafo relativo a la semiótica
coterapeuta de nuestra estima y confianza. sucedido en ca-
años, de Livonia), después del primer encuentro
sa de la paciente, Freud le sugirió separarse
de sus dos hijas' que
salud donde
tenían una institutriz, y recuperarse en una casa de
él podría verla diariamente. La paciente aceptó la sugerencia'
la recupera-
En los apuntes de Freud, tomados después de
salud, leemos: "La visito en la
ción de la paciente en la casa de
de que ella reaccione con
casa de satud. Me conmueve et hecho
la puerta se abre'
tanto miedo cada vez que, inesperadamente'
Proveeré, por to tanto, que tos médicos internos
y los enferme'
de que ella haya dicho
ros golpeen con fuerza y no entren antes
en elde'1888' podemos de-
AdJtante." Ya en este caso, como
cir que Freud tenÍa dentro de sí el concepto de setting'
En el mismo caso, Freud observa: "El cambío de
ambiente'
de los médicos"' el hecho de estar leios
la amorosa seguridad
emotiva"' hace que incluso los cuadros
de cuatquier excitación
agudos cedan en pocos /neses"' permanecen
como elementos
y inftuencia del médico'" Leemos en
{rincipates et aislamiento la
don-
Lstas notas la exigencia de Freud de delimitar un espacio
de colocar el proceso terapéutico'

45
44
En los Estudios sobre ta histeria (1g92_1g95), Freud
escribe: ciente, permaneciendo inamovibles los aspectos fundamenta-
"Los pacientes aprenden, finatmente, a esperar
at médico, a vot_ les del espacio, la duración de la sesión (cincuenta minutos) y
car en las horas de tratamiento todo er interés que tienen
en ri- las interpretaciones. En una reflexión acerca de la importancia
quidar el material patógeno, y comienzan, así, a
senfirse más ti_ del marco en ias pinturas, Marion Milner afirma en 1952: "El
bres en los intervalos.,'
marco separa y distingue del afuera el tipo de realidad conteni-
EI concepto de settrng será elaborado progresivamente da en la pintura, pero existe también un marco particular tempo-
por
Freud en todos sus escritos de técnica y ro describirá ral que delimita el tipo específico de realidad de una sesron psi-
cada vez
con mayor precisíón: desde el caso de Dora hasta el del coanalítica. En el psicoanálisis, la existencia de esfe marco hace
Hom_
bre de los Lobos. por lo tanto, desde los orÍgenes el posible el pleno desarrollo de la ilusión creativa que los analistas
concepto
de seftrng se liga a la dimensión espacio_temporal, llaman traslación."
cuyo objeti_
vo es el de crear un lugar donde los fenómenos de transferen*
Con el término "temporal", Milner delimita ese tipo particular
cia y el conjunto de ra reración anarítica pue«Jan graduarmente
de realidad y de vivencia que tiene la sesión psicoanalítica.
emerger y desarrollarse.
El setfing es la metáfora de los elementos que estructuran
En los años que siguieron a los grandes descubrimientos
concretamente la unión afectiva, emotiva, instintiva entre pa-
metapsicológicos freudianos, las investigaciones sobre
ra teoría ciente y terapeuta. Esto se connota, por lo tanto, de cualidad
estructurar de ra psicorogía der yo y ros conocimientos
obteni- consciente e inconsciente. La inalterabilidad del sefting es la
dos sobre la técnica de ra asistencia al níño y sobre la ímportan-
condicíón prefijada en la cual sucede el proceso que permite al
cia del ambiente en las primeras etapas del desarrotto
Oet yo paciente ser contenido en sus angustias y, seguidamente, con-
condujeron a una valoración más cuidadosa del papel que
el tenerlas él rnismo, autónomamente. El setting es, entonces, un
setting, corno marco terapéutico o como escenario analítico, y
espacio y un tiempo en cuyo interior el paciente "deposita" se-
ef analista asumen en instaurarse y desempeñarse
en el proce_ cretos y sufrimientos, y refiere sus propias vivencias.
so clínico. Entraba, de este modo, en juego considerar que
el Hagamos referencia al setting, no tanto en la acepción más
setting depende del analista como personáy, por así decirio,
de tangible y que denota elección o mantenimiento de un horario,
su identidad curativa.
ritmo de las sesiones, lugar, sino en la acepción más vasta y
profunda de la "postura mental del analista" (De Chiara,1971),
Para Winnicott, el saber del psícoanaf ísta no tendria que fruto de un constante trabajo de "descubrimiento", acto de mo-
ha_
ber menospreciado Ia capacidad , el insight y los valores derar las ansias del paciente y minimizar las interferencias (lVelt-
áu .o._
tén y paternalidad usados a través de rós sigtos, cotidianamen- 2er,1967).
te, en cada famiria y sociedad suficientemente buena.
En efecto, Según Meltzer, un aspecto importante delsetfing es el estado
recordemos que en Gran Bretaña el movimiento psicoanalÍtico,
mental del anaiista, que incluye diversos aspectos encerrados en
con respecto ar cuidado der paciente, estuvo profundamente
in- el concepto de postura psicoanalítica. En su libro El proceso psi-
fluenciado por la tradición y la cultura británicas. La palabra ,,cui_
coanalítico (1967), escribe: "Sin embargo, aunque la interpretación
dado" (care) es, a menudo, crucial en la práctica psicoanalÍtica
sea importante para el 'cuidado' y la'introspección', no represen-
británica. "cuidar" no significa sóro tratar, sino ocuparse
de, es- ta el trabajo principal del analista en lo tocante al establecimiento
tar atento a, asistir, responsabilizarse de, to took after,y general_
y et mantenimiento det proceso analítico. Ésfe se realiza mediante
mente preocuparse.
la creación de una'situación analítica'(setting) en la cual los pro-
Rickman notaba que ,'ta enfermedad mental consiste en no cesos de transferencia de la mente del paciente puedan encontrar
ser capaces de encontrar a alguien que pueda cantenernos,,. expresión. La palabra'creación' subraya la naturaleza de esta par-
Los trabajos de los analistas de la Tradición lndependiente te técnica del trabajo, en cuanto aparece claro que en ella se re-
muestran que, antes que rechazar pacientes cuyas perturbacio_ quiere, por parte delanalista, un constante proceso de'descubri-
nes no puedan adaptarse al setting, el seffrng debe modificarse miento', con respecto, por una parte, a la modulación del ansia, y
o incluso inventarse, construirse, crearse para adaptarlo al pa_ por otra, a la minimización de las interferencias.

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47
Nótese gue se ha empleado el término 'modulación' det an- Henros considerado útil citar algunos pasajes significativos
sia, más que el de 'modificación', en cuanto esta úttima, segu- de Balint en torno al área del setting y de la contribución del
ramente, es una función del aspecto interpretativo del trabajo analista para crear un ambiente con el fin de recibir y encontrar
analítico, mientras la modulación del ansia forma parte del set- al propio paciente.
ting analítico. Esta modulación se realiza a través de la experien-
Según Balint, lo que el analista debe proveer, y de ser posi-
cia repetida que el paciente hace en análisis det hecho de que
ble, también, en una única sesión, es un tiempo establecido y
existe una situación, un luga¡ donde la manifestación de sus
suficiente (los cincuenta minutos), libre de tentaciones extrínse-
procesos de transferencia no se choca con una actividad de
cas, estímulos, pedidos, comprendidos aquellos que genera el
contratransferencia, sino que se topa sólo en una actividad ana-
misnro analista.
lítica, y eso en la búsqueda de la verdad ... En et proceso de in-
dagación llevado a cabo con el paciente, él (el anatista) debe in- Ciertamente, se trata sólo de una parte y no de toda la tarea.
cluso saber encontrar, a través de su sensib ilidad, en el contex- Además de "reconocer la necesidad" y ser, quizá, incluso un
to de su técnica, las posibilidades de modulación gue se requie- objeto "que satisfaga la necesidad", el analista debe ser un ob-
ran para cada paciente individual. En otros términos, debe pre- jeto que "comprende la necesidad", capaz de comunicar su
sidir en la situación analítica, de modo tat que permita la evolu- comprensión al paciente (Balint, 1968).
ción de la transferencia del paciente." Nunca hay que menospreciar el papel del encuadre y cJel set-
Si el analista, como un agricultor dotado de paciencia, que ting analÍtico, que consiste en proveer un puerto seguro donde el
cultiva la tierra en espera de los brotes de primavera, sabe ofre- analista pueda desarrollar sus funciones de holding, de conten-
cer al paciente un ambiente acogedor, seguramente creará esa ción, de cuidado e interpretación, con el fin de ir al encuentro del
condición particular de intimidad que ayudará al paciente a sos- paciente como persona. El encuadre y el setting analítico son, en
tenerse a sí mismo. este sentido, gran parte de nuestro instrumento contratransfe-
rencial.
Proveer elsetting, escribe Winnicott (1971), resulta una fun-
ción fundamental del analista hasta que el paciente se puecla Pensamos que todos los pacientes necesitan un ambiente
constituir como contenedor del propio mundo psÍquico; en ese donde tanto el analista como el paciente se encuentren cÓmo-
punto, el seffing es introyectado y compartido. Se configura, dos. El setting podría contener, en este sentido, aspectos mas-
por lo tanto, como un área de transición, lugar de encuentro culinos y femeninos, paternos y maternos, elementos recepti-
donde paciente y terapeuta se tornan capaces de jugar. vos por una parte, y por otra demarcatorios de los límites. Y
mientras la silla y el diván pueden representar aspectos del hol-
En los escritos de Winnicott, se subraya la importancia del
ding materno en la transferencia, el encuadre y los límites, rea-
ambiente como apoyo. Ese ambiente que los padres estructu-
les o metafóncos del interior y del afuera (M. Milner), pueden ser
ran a la espera de los propios hijos.
simbólicos de la ley paterna (J, Lacan).
Así, el ambiente que encuentra el paciente es también un
Todos estos aspectos se proponen simultáneamente sólo en
ambiente creado por el analista para recibirlo, y Winnicott mis-
un setting estructurado. Es decir, en un seffing que tiene en
mo habla de la madre como ambiente que precede la madre co-
cuenta lo mencionado, estos aspectos pueden emerger y ser
mo objeto.
descifrados, escuchados, contenidos, sostenidos, interpreta-
Winnicott diferencia el desarrollo infantil en integración, per- dos y, sobre todo, afrontados en su variar.
sonalización y relación objetal. Él lo relaciona con tres aspectos
QuerrÍamos subrayar la revisión histÓrica de lr/asud Khan,
del cuidado materno: eltener en brazos (holding),la manipula-
elemento esencial para la comprensión del origen del psicoaná-
ción (handling) y la presentación detobjeto (object-presenting).
lisis, su inmediata y simple apertura hacia lo ignoto representa-
En este sentido, el seffrng podría evocar varios aspectos que do por el paciente en una situación difícil, su capacidad de con-
simultáneamente se proponen desde los más elementales y ar- jugar teoría y praxis, experiencia y cultura, su posibilidad de
caicos, como, precisamente, el holding, el handling y la presen- sentirse en una condición de empatía con respecto al paciente,
tación del objeto. pero al mismo tiempo de distancia. Estos son aquellos elemen-

48 49
r

tos que constituyen las bases sobre las cuales nace el cuidado. Como hemos afirmado muchas veces, en los Coloquios te-
"Proveo [Vasud Khan- a la persona del paciente un rapéuticos con los niños, Winnicott subraya que, en elfondo, el
-escribe
ambiente adecuado y un apoyo psíquico y afectivo en la situa- núcleo que estructura el complejo tema del "coloquio" es la in-
ción clínica, facilitando, de este modo, cierfas experiencias que tensa participación del paciente en la libre creación de su espa-
no puedo préver o programar antes que é1. Cuando son vividas, cio: un espacio a través del cual transitan otras comunicaciones
son una sorpresá'tanto para el paciente como para mí, y liberan verbales, también los gestos, los objetos, las necesidades, los
en el pacienfe procesos nuevos, del todo inesperados." deseos.
Y así, enseguida, Masud Khan agrega que el trabajo clínico Sabemos también de la necesidad de los límites, del descu-
que él describe "no pretende proveer una explicación 'acientífi- brimiento de míy del no-mí, en el proceso terapéutico, especial-
ca' del malestar del Otro. Es, más bien, una invitación para par- mente para los niños y los adolescentes, pero también para pa-
ticipar en una conversación entre yo y el otro, en la que cada uno cientes borderline"
de los dos ha contribuido ora can la propia disponibilidad, ora En lo que respecta al niño, el límite está constituido por
con la propia reticencia, adaptándose recíprocamente". aquello que los padres proporcionan como casa, por el back-
Y precisamente en estos encuentros, que para [Vasud Khan ground conformado por el espacio y alimentado por el tiempo,
suceden en un "espacio terapéutico", en un espacio en donde que se torna el elemento más duradero de la historia personal
las soledades de cada uno por momentos se tocan, progresiva- indiúidual. Éstas son las configuraciones y el carácter cJe los lí-
mente se puede mover hacia "el recelo recíproco, permitiendo mites que ayudan al niño a crear y a vivir el propio espacio psí-
de tanto en tanto compart¡r los propios selves escondidos". quico interno, habitado por el propio panteón, comenzando por
Con ese propósito, no se puede no recordar el counselling las "divinidades" de sus padres con sus cuidados, sus gestio-
del adolescente y, a causa de algunas reflexiones que permiten nes, el preocuparse y el ocuparse, etc., o sea, por las vivencias
practicar la terapia con esas "disponibilidades" que sólo los clí- absorbidas e introyectadas en su relación con sus propios pa-
nicos abiertos pero preparados poseen, quisiéramos recordar dres y el ambiente familiar: aspectos que incluyen, a nuestro
una vez más la eterna modernidad de Freud, incluso en su en- parecer, la escena primaria, elementos corporales, vivencias di-
cuentro "casual" en el templo, una suerte de seffing natural, de versas que comienzan en la primerísima infancia.,. En lo que
Alti Tauri, de los cuales nos ocupamos en este trabajo; después respecta al paciente, además naturalmente de los objetos rea-
del caso de Catarina, de 1889, interpretado por nosotros como les, provistos por el analista, hay otros aspectos investidos y las
germen de la dimensión del "counselling" contemporáneo, en el variadas proyecciones del paciente que, con su mundo afecti-
que Freud responde al pedido de la paciente y, sin proveer rea- vo, emotivo e instintivo, con los inherentes problemas y conflic-
seguro ni consejos, personaliza el encuentro y se ocupa de los tos, vuelve a proponer en su presente los nudos de las cuestio-
conflictos de la paciente. nes teóricas y clínicas peculiares del counselling.
Masud Khan aclara que "en términos de transferencia signi- También en el counsel/ing debemos definir la naturaleza de
fica que el analista y el paciente son parte de un proceso tofal nuestro vínculo con el paciente, en términos de transferencia o
más amplio en el escenario analítico, en el que cada uno es interpersonales, e interrogarlo tanto sobre la cualidad de la rela-
'creado' y 'encontrado' por el otro". Calarina como analiza- ción con nuestro paciente, también si es periódica o temporal,
-
remos seguidamente- tuvo, así, la oportunidad de hacer uso, como acerca de la capacidad de su desarroilo en una experien-
simultáneamente, del ambiente, el tiempo y el analista, a fin de cia significativa.
poder comenzar a recrearse a sí misma. Como hemos afirmado muchas veces, son las motivaciones
del paciente y la disponibilidad delanalista las que crean elset-
ting: la misma motivación y la misma disponibilidad que hacían
El mismo ambiente materno evoluciona según las necesida-
a Freud dinámicamente operativo, y a Catarina, paciente.
des siempre cambiantes del niño, y es llamado por Winnicott
"preocupación materna primaria".

50 51
La empatía En el campo psicoanalítico, la empatía, junto con la interpre-
tación, es considerada, por muchos analistas, fundamental en
eltrabajo analítico. No obstante, su evolución histórica es larga
Cierro los ojos en busca de la secreta reunión de las aguas y trabajada con alternancia de vicisitudes hasta llegar, al día de
bajo el hielo, la sonrlsa del mar, los pozos cerrados. Palpando
hoy, a formulaciones muy complejas.
con mis venas las venas que se me escapan, donde sa/en /as
Desde los orígenes, también en el pensamiento psicoanalíti-
ninfas y el hombre que camina ciego sobre la nieve del siiencio.
co la empatía está unida a una modalidad particular de com-
Giorgio Seferis prensión del otro basada en la participación afectiva, y encuen-
tra su ubicación en la distinción entre ciencias de la naturaleza,
que implican la explicación, y ciencias del espíritu, cuyo méto-
do de estudio se vale de la participación afectiva.
Después de haber contemplado el modelo y después de
haber capturado, en los límites de lo posible, el movimiento, en De este modo, Jasper, en su Psicopatología general(1913),
su lugar debemos colocar nuestro yo subconsciente. Debemos distingue entre comprensión general, que sigue las reglas de la
lograr sentir en nuestros propios músculos la tensión que está lógica, y comprensión empática, afectiva o psicológica, propia
presente en la postura del modelo. de las relaciones psíquicas. Para Jasper, la empatía es el instru-
mento fundamental de la psicoterapia e indica la capacidad del
[/larion N.¿lilner individuo de sentir lo que siente otro y, por ende, de compren-
derlo poniéndose en el lugar del otro.
S. Freud, si bien reconoce el valor de ciertos órdenes men-
Si frente a mi ventana se posa un gorrión, parlicipo de su tales del analista, como la atención fluctuante y la neutralidad
existencia y comienzo a picotear entre el pedregullo. en el tratamiento psicoanalítico, no se ocupó, específicamente,
de la empatía. Como máximo, dada la estructura de su perso-
John Keats nalidad, él era más proclive a la explicación, a la aclaración, que
a la comprensión participativa.
Además, hay que subrayar que la traducción italiana de la
El término empatía deriva de pathos, que sign¡fica pasión, vi- obra de Freud pone Einfuhlung como immedesimazione, que
va conmoción,'tiene, por lo tanto, el mismo origen etimológico significa hacer de dos o más cosas distintas una única cosa.
que los términos "simpatía" y "antipatía". Esta traducción es significativa porque no liga la capacidad
Se diferencia, sin embargo, de la simpatía, por la que se en- de comprensión del otro a través del Einfuhlung con los meca-
tiende un sentimiento espontáneo de inclinación hacia perso- nismos proyectivos de la mente, como sucede, en cambio, en
nas, cosas, ideas, porque esta comunión de sentimientos pue- el Shorier English Dictionary, en el cual la empatía se define co-
de llevar a valorar no objetivamente, sino según la inclinación mo "el poder de proyectar la propia personalidad y comprender,
personal; y de la antipatía, que implica un sentimiento espontá- así, totalmente el objeto de contemplación".
neo de aversión. Regresando a Freud, vemos que, en el trabajo "El chiste y su
La palabra empatía corresponde en el idioma alemán a Ein- relación con el inconsciente" (1905), afirma: "Queriendo enten-
fuhlung, que signif ica ser a través del sentir y nace en el ámbito der al otro, el sujeto se pone en el lugar de la persona observa-
del romanticismo para indicar el sentimiento del hombre de sen- da y ocurre, así, una liberación de la energía psíquica que se
tirse un todo con la naturaleza. descarga mediante la risa."
En esta área artístico-filosófica, la empatía indica, entonces, Aquí, nos encontramos frente a una valoración económica
una tendencia que privilegia el sentir, vivencias fusionales que energética, por cuanto ponerse en el lugar del otro para com-
comportan la anulación de la separación entre uno y el objeto, prenderlo implica una descarga energética. Podemos suponer
mediante funciones proyectivas de la mente.

52 53
-

que esta descarga energética se deba a procesos de diferencia- ción que incluye un área psicosensorial, como afirma E. Gaddi-
ción entre uno y el objeto. ni, para llegar, finalmente, a laEinfuhlung.
Esto es importante porque nos permite rever desde el interior Es significativo que Freud trate la empatía dentro del capítu-
la distinción propuesta por Jasper, es decir, en términos econó- lo de la identificación. Así, emergen desde el inicio los dos me-
micos dinámicos. l-a comprensión general implica el manteni- canismos psíquicos sobre los cuales se articula el tema de la
'r_ miento de una separación entre uno y el objeto, entre quien ob- empatía: la identificación y la proyección.
serva y quien es observado; mantenimiento que requiere que las Finalmente, en 1921, Freud define la empatía como "esa
cargas energéticas permanezcan ligadas para mantener un es- postura sin la cual no es posible la comprensión de la vida men-
tado de diferenciación y de atención; mientras que en la com- tal de otra persona".
prensión empática entrarían en juego procesos de diferenciación
Pero fue H. Deutsch quien, cuatro años después, formuló por
que implican liberación de la energía. En síntesis, se puede decir
primera vez el concepto de empatía, no sólo de un modo com-
que, mientras la primera se caracteriza principalmente por el
pleto, sino también en términos psicoanalíticos. Para esta auto-
proceso secundario, la segunda lo es por el primario.
ra: "El contenido afectivo psíquico del paciente, que emerge de
En elartículo de Freud sobre la Gradiva de Jensen (1907), la su inconsciente, se trasmuta en una experiencia interior del ana-
empatía se define como un estado de la mente que lleva al su- lista y es reconocido como perteneciente al paciente sólo en el
jeto a sumergirse más profundamente en la forma mental de curso de un sucesivo trabajo intelectual por parte del analista."
otra persona.
De un modo en extremo conciso, Deutsch describe dos mo-
Supongamos que aquÍ Freud usa el término mente, no en el mentos de un proceso que va del paciente al analista y regresa
sentido restringido de funciones intelectuales, sino en el senti- al paciente únicamente después de un trabajo cognitivo del
do más amplio y comprensivo que incluye también los afectos; analista. De esta forma, la autora logra poner juntos dos mo-
podríamos, entonces, decir estado afectivo de la mente. mentos experienciales y cognitivos de la relación analítica.
De nuevo, en "Sobre la iniciación del tratamiento" (1913), dice Pero veamos el proceso en detalle. Deutsch cree necesaria
que eltrabajo interpretativo no debe iniciarse antes de que el pa-
la comunicación entre el inconsciente del paciente y el del ana-
ciente haya establecido un vínculo verdadero y propio con el mé- lista, de modo que suceda una comunicación afectiva en la pa-
dico, y agrega que esta relación puede arruinarse "si al comienzo reja analítica. Esta comunicación inconsciente es posible en la
se adopta un punto de vista que no sea el de Einfuhlung". medida en que el analista esté en condiciones de identificarse
La empatía, entonces, está en función de la creación de la parcialmente con el paciente.
relación analítica, y ésta tiene que preceder a la interpretación. Deutsch puso en evidencia cómo, en la situación clínica, en
Freud atribuye a la empatía una posición central cuando, en la base del proceso empático, hay una identificación parcial, por
el capítulo sobre la identificación de la obra Psicología de las ella definida como complementaria, por parte del analista, con
masas y análisis del yo, escribe que la empatía "... más que cual- un objeto infantil del paciente. Esto es posible porque las estruc-
quier otro (proceso) nos permite entender el yo extraño de otras turas psíquicas del analista son el resultado de procesos de de-
personas". Y en 1921 : "De la identificación parte el camino que, sarrollo similares a los del paciente; por consiguiente, el incons-
pasando por la imitación, llega ala EinfuhlunEr, o sea al entendi- ciente de ambos (analista y analizado) contiene los mismos im-
miento del mecanismo mediante el cual nos es de algún modo pulsos y deseos infantiles. Esta situación básica compoda que
posible ubicarnos en la confrontación con otra vida psíquica." conflictos infantiles no resueltos podrían conducir al analista a *.
Aquí encontramos alineados tres concepÍos: identificación, quedar fijado en alguna de estas identificaciones, con el riesgo
imitación y Einfuhlung (immedesimazione). Lo que nos hace de pasar a una identificación de contratransferencia propiamen-
pensar que la empatía no es, o al menos no es slempre, tan in- te dicha. Esto compofta pérdida de empatía y pasaje al acto.
mediata, sino que presupone un proceso. La empatía no es Quizá, aquí, Deutsch, con "identificación contratransferen-
identificación y no es imitación, sino el resultado de un proceso cial", califica lo que hoy se define más propiamente como la
que, partiendo de la identificación primaria, pasa por la imita- transferencia del analista sobre el paciente.

54 55
-

Sería precisamente esta transferencia de conflictos infantiles con el paciente no está libre de riesgos, como Ferenczi mismo
no resueltos, por parte del analista, la que produce la pérdida de nos muestra a través de sus valientes experimentos de técnica
la empatía y el pasaje al acto. activa y de análisis recíproco; exige constantemente un riguro-
De aquí la necesidad de la segunda parte del proceso, en la
so control de los conflictos personales del analista. En efecto,
cual el analista puede distinguir los contenidos y los afectos que durante la sesión, el analista debe mantener activos tanto el
emergen del paciente, de los propios.
sentir como el pensar, el empatizar como el diferenciarse, pro-
cesos que están en los cimientos de la elaboración.
Esto presupone que el analista logre un equilibrio mental que
También Anna Freud, como su padre, pareciera que en el tra-
alterne entre la capacidad empática y la evaluación cognitiva de
la situación dinámica. bajo clínico estuviese inclinada a explicar y a esclarecer, más
que a parlicipar, y recomienda no perder la lÍnea interpretativa
En síntesis, para Deutsch, el analista debe ponerse en una
del analista en perjuicio de una interacción empática.
postura de disponibilidad no exigida ni dirigida y, al mismo tiem-
po, estar listo para recibir y asociar con respecto al material AsÍ, en 1936, A. Freud, retomando el tema de la identifica-
emotivo inconsciente comunicado por el paciente. ción, afirma que una identificación completa por parte del ana-, ft'
lista, incluso simultánea, podría llevar a una pérdida de la iden-
Dos años después, Ferenczi retomó y trató más profunda- tidad y sería destructiva para la relación paciente-analista, en
mente la empatÍa, que él define, brevemente, como la capaci- cuanto inmovilizaria la capacidad de funcionar analíticamente.
dad de "ponerse en los zapatos" del otro. En su trabajo de
1928, "Elasticidad de la técnica psicoanalítica", Ferenczi sos- Esto no quiere decir que Anna Freud no atribuyese un justo
tiene que la empatía ayuda al analista a orientarse sobre lo que valor al uso de la empatía. Por el contrario, señala que la habili-
puede o no decir al paciente en un determinado momento, pa- dad de empatizar requiere, por parte del analista, la capacidad de
poner en funcionamiento una especie de escisión que podemos
ra no reforzar inútilmente sus resistencias. Ésta es una cuestión
de "tacto". llamar funcional. Gracias a esta escisión, en cierto sentido, el ana-
lista divide su personalidad en dos partes, de las cuales una per-
Ferenczi subraya la importancia de que el analista tenga tac-
rnanece funcionando como analista, y la otra, como paciente.
to al formular sus interpretaciones; la capacidad de "tacto" de-
pende, a su vez, de la capacidad del terapeuta de ver según el Es evidente que A. Freud introduce el problema que será re-
punto de vista del paciente. tornado sucesivamente por otros autores y que se refiere no só-
lo a la separación de la mente entre una parte que observa y una
Por otra parte, Freud ya había hecho alusiones al tacto analí- parte que experirnenta, sino también a lo tocante a con qué co-
tico cuando consideró, respecto de formular la interpretación al sa y con qué paftes del paciente empatiza el analista. Ader¡ás,
paciente, no sólo el contenido sino también ia forma y el tiempo.
hay que destaca¡'que, en '1965, hablando del concepto de lÍneas
Para Ferenczi, la empatía consiste en la capacidad de un de- evo|-rtivas, A. Freud coloca el nacimiento de la empatía en el mc¡-
terminado analista de darse cuenta y, hasta un cierto punto, de mento de pasaje delegocentrismo infantii a la reciprccidad.
prevenir las reacciones del paciente, de modo de poder hablar
Pc;r reciprocidad, se entiende la capacidad dr:l niñr; de r;oder
o callar en el momento oportuno. entrar cn cc¡ntacto con ei niundo errlotivo y afectivo de la rnadre.
Por lo tanto, la capacidad por parte del analista de imaginar- Desde Robert Fliess (1942) en adelante, la empatía se des-
se estar en las mismas condiciones del otro le da la posibilidad
cribe cor¡o un factor de máxirna impañancia en la capacidad
de modular el proceso analítico en base a las necesidades y a los
riel analista de contprender a su paciente. En efecto, a! ponerse
tiempos de ese paciente en particular, de modo de evitar resis- el sujeto en el lugar del r:bjeto, al pcder i;-naqinarse est¿rr en sus
tencias iatrógenas, introducidas por la falta de tacto del analista.
mismas condiciones, se puede obtener utr conocirniento inte-
Así también Ferenczi, como Deutsch, se interesa en los pro- rior del objeto que es casi de primera mano. Fliess propuso sLls-
cesos psíquicos del analista y afirma que la mente de éste de- tituir en la nomenclatura psicoanal[tica Ia descripciÓn popular
be oscilar continuamente entre empatía, autoobservación y ac- de la identificación, "panerse en los zapatos del otro", con la
tividad de juicio. En consecuencia, entrar en relación empática "identificación de prueba", un proceso que él consideró, cc¡mo

56 57
hipótesis, en la base de la dinámica. Obviamente, la,,identifica- Fenichel retoma el trabajo de Fliess en lo que respecta al pa-
ción de prueba" sucede en la mente del analista. pel de la identificación de prueba en la empatía, y de Ferenczi
Fliess analiza detalladamente el despliegue de este proceso en lo concerniente a los aspectos anticipatorios; en 1945, en su
de identificación en la mente del analista que, según el auto¡ Tratado de psicoanálisis, escribe que la empatía "consiste en la
implica cuatro fases: identifícación temporaria con un objeto, con elfin de anticipar lo
que el objeto está por hacer". Está claro que el autor por 'ha-
a) el analista es el objeto del deseo del paciente; cer" aquí entiende "expresar".
b) el analista se identifica con este deseo y se trasforma así Fenichel, de cualquier modo, hace pocas referencias a la
en el paciente; empatía, pero precisas. Por ejemplo, en una sección de su 7a-
-7
c) de este modo, el analista logra un conocimiento interior de tado en la que se ocupa del "tic", el autor hace referencia a las
su paciente; expresiones faciales y díce que "la expresión del rostro debe
d) el analista está ahora en posesión del material para hacer considerarse como un involuntario equivalente de los afectos
una interpretación pertinente. que, por medio de la empatía, informa a los otros acerca de la
naturaleza de los sentimientos del sujeto".
Nos preguntamos si justamente en este cuarto punto, en el
cual según Fliess elanalista está ya en posesión del material pa- Nos hemos referido a esta cita porque aquí Fenichel, según
ra hacer una interpretación, no sería necesario prever otro pa- nuestra opinión, intuye aquellos aspectos corporales expresivos
(motores y sensoriales) sobre los cuales se basan los procesos
saje en el cual el analista, ya en posesión del material del pa-
ciente, deba hacer el esfuerzo de reorganizar todo eso que ya empáticos del analista, precisamente porque, como subraya Fe-
ha adquirido acerca del paciente a través de la empatía.
nichel, la expresión del rostro (y no únicamente, podríamos agre-
gar nosotros) puede funcionar como equivalente involuntario de
Según nuestro parecer, podría ser más útil, precisamente, en los afectos. En otra sección de su Tratado, dice que "en el amor
este momento, reconsiderar el material clínico traído por el pacien- debe haber una suerte de identificación temporaria y parcial con
te, las comunicaciones de la transferencia y las vivencias surgidas fines empáticos, que o existe junto con la relación o bien se af-
de la contratransferencia, antes de comenzar una interpretación. terna con ella en intervalos breves".
Es importante recordar, con este propósito, que para Fliess Nosotros quisiéramos destacar esta cita, porque en ella se
el yo de trabajo del analista se reestructura con el objetivo de lo- dice que la comunicación empática puede ocurrir junto con la
grar un mejor desarrollo del trabajo profesional. Esto implica un
relación objetal o bien alternarse con ella.
aligeramiento de las presiones superyoicas que critican y juz-
gan, y permite que el yo de trabajo acceda a un campo más am- Esto es fundamental porque anticipa a aquellos autores que
plio de vivencias, fantasías y sentimientos. sostienen que la comunicación empática y la comunicación ob-
jetal suceden en distintas modalidades. Recordemos, con este
En síntesis, R. Fliess aflrma que el yo de trabajo del analista propósito, a fi/ilner cuando afirma que, en condiciones de salud
está en condiciones de lograr un nivel especial de empatía gra- mental, hay una continua oscilación, en la comunicación, entre
cias a una realineación del superyó con el yo, en un nivel más fusión y separación.
permisivo en función deltrabajo.
En la evolución progresiva del pensamiento psicoanalítico,
Así, también Fliess, hablando de un yo de trabajo, como ya como teoría y como praxis, la empatía ha sido cada vez más
había sugerido Anna Freud, vuelve a proponer, a nuestro pare* considerada como central en el trabajo psicoanalÍtico.
cer, una separación funcional en la mente del analista, durante el
trabajo, "entre una parte que observa y otra que experimenta,,. Así, M. Brierley, retomando en cierto sentido la distinción de
Jasper entre comprensión general y comprensión empática,
Es exactamente gracias a esta separación como el yo de tra-
distingue entre teoría subjetiva basada en la comprensión de
bajo del analista está en condiciones de experimentar una vas- empatía y teoría objetiva basada en la comprensión intelectual.
ta gama de sentimientos y fantasías que, de otro modo, podrían En Orientaciones teóricas en psicoanálisis (1951), escribe: "La
ser bloqueados por medidas defensivas. teoría subjetiva trata los datos desde el punto de vista de la per-

58 59
-
sona viviente y, en consecuencia, debe expresarse en términos Tal vez la autora nos está invitando también a no sacrificar ni
pertenecientes a la experiencia... La teoría objetiva trata los perder de vista la relación objetal a través de una identificaciÓn
mismos datos desde el punto de vista de un observador aleja- total que no deja espacio entre uno y otro, para similaridades y
do momentáneamente. Desde el momento en que su acerca- diferencias.
miento es esencialmente impersonal, tiene que expresarse en Quizá, nos dice la autora, "tenemos razón de pensar que la
un lenguaje impersonal." observación esmerada no es sólo un proceso puramente inte-
En síntesis, la c,cmprensión empática, para esta autora, es lectual sino también una suerte de empatía correcta".
pensar con el paciente, sentir con él; mientras la comprensión
En esta última observación, parecen volver a conjugarse el
intelectual es un pensar en el paciente, sentir acerca de é1. aspecto afectivo y el aspecto cognitivo.
Siempre en Orientaciones teóricas en psicoanálisis, afirma: En síntesis, podemos decir que, también para Brierley, para
"Debemos interpretar /os afectos de un modo inteligente, pero que suceda la comunicación empática, el inconsciente del pa-
podemos hacerlo só/o si entramos en contacto directo con
ciente y el del analista deben entrar en contacto, y que este con-
ellos a través de ta empatía. Únicamente gracias a etta podre- tacto sucede a través de un tipo de relaciÓn que está más cer-
rnos esfar seguros de lo que el paciente experimenta. Según cana a la identificación que a la relación objetal. Es interesante
creo, una empatía esmerada es indispensable para ahondar en subrayar que también para etla la observación esmerada es una
el análisis." suerte de empatía correcta.
La comprensión empática se refiere, entonces, al mundo de
los afectos, y es oportuno recordar, en este punto, que Brierley,
Alrededor de los años 59-60, hubo una verdadera explosiÓn
como Glover y Rapapoft, distingue entre afectos y emociones
porque los primeros están ligados a las ideasr, mientras las se- en el interés por la empatía. Especialmente, en Norteamérica,
gundas corresponden' a experiencias válidas e independientes. donde tenemos los trabajos controvertidos de Heinz Kohut y de
su escuela, la psicología del self , que en ciertos aspectos se
Esta cita de Brierley nos interesa en cuanto a lo que Glover opone a la corriente tradicional de la psicología del yo.
había dicho a propósito de las expresiones faciales, y Ferenczi,
Este autor, interesándose especialmente en las personalida-
deltacto.
des narcisistas, centró su teoría en el concepto experiencial del
La autora continúa afirmando que "cuando hablamos de se/f en contraposición al del ego. Además, deteniéndose en al-
comprender a un paciente, generalmente entendemos algo más gunos puntos de la técnica interpretativa clásica, contribuyó a
que la comprensión intelectual de lo que dice. Entendemos ser
estlmular de un modo decisivo el interés por la empatía.
capaces no sólo de pensar en el paciente slno de pensary sen-
tir con él lo bastante camo para entrar, al menos en parte, en su En efecto, aunque haya un acuerdo, en la mayoría de los
actitud emotiva. Esta situación se describe como empatía, y analistas, de considerar la empatía un instrumento de trabajo
pensamos que sucede cuando nuestro inconsciente y el del pa- muy importante, Heinz Kohut la ubica, junto con la introspec-
ciente están en rapport. Sin embargo, sabemos poco acerca de ción, en el centro mismo de la especificidad clínica y teórica del
psicoanálisis. De hecho, para Kohut la empatía es la única mo-
lo que son exactantente la empatía o e/ rapport, pero es eviden-
te que sentir con el paciente implica un tipo de relación más cer- dalidad de conocimiento de la mente humana del otro, en cuan-
cana a la identificación que a Ia relación objetal". to ella no es sólo un instrumento, sino lo que define la esfera de
la observación psicológica.
Nos parece útil destacar que Brierley no habla de identifica-
En esto Kohut se refiere a Jasper y, en un cierto sentido, tanl-
ción sino de un tipo de relación más cercana a la identificación
que a la relación objetal. Hay que preguntarse si no nos está in- bién a Brierley. En 1959 escribe: "Designamos un fenómeno como
vitando a redescubrir aquella comunicación directa entre in- mental, psíquico o psicológico si nuestra modalidad de okrsen'.¡a-
conscientes que ya había pr:stulado Freud y que no es ni iden- ción incluye la introspección y la empatía como un componente
imporlante."
tificación ni relación objetal.

60 ot
-

De aquíla definición de empatía como "un modo neutral de "En la situación clínica Kohut-, el analista emplea
-escribe
la empatía para recoger informaciones a propósito de eventos
observación; un modo de observación a tono con la vida inte-
rior del hombre, así como la extraversión es un modo de obser- específicos actuales en la vida interna del paciente. Después de
var a tono con el mundo externo". haber recogrdo estos datos con la ayuda de la empatía, los or-
dena y da al paciente una interpretación dinámica o genética. Al
Así, con Kohut la ernpatía no es solamente una condición ne-
llegar a su formulación, él no usa la empatía verdad, no po-
cesaria del trabajo analítico, sino que se torna la esencia misma -en
drÍa utilizarla-, aunque continúa relacionado con ese aspecto
del método psicoanalítico.
de la realidad que es accesible sólo a través de la introspección
En particular, la empatÍa es esencra/ para llegar a conocer es- y la empatía. Podría agregar, sin embargo, para completar, que
tructuras arcaicas de la mente y en el tratamiento de pacientes el analista puede usar procedimientos empáticos de prueba
muy regresivos, en cuanto la empatÍa es "una modalidad cog- (experimentos de pensamiento) después de haber formulado
noscitiva adaptada específicamente a la percepción de configu- provisoriamente sus interpretaciones dinámicas, y especial-
raciones psicológicas complejas". mente genéticas, antes de decidir comunicar al analizando las
Asícomo la comprensión empática del material afectivo in- propias hipótesis empáticas."
consciente del paciente trasciende las diversas teorizaciones, Si bien la empatía no es de por síterapéutica, sino una pre-
para Kohut la empatía se vuelve el común denominador entre
condición necesaria para informar la acción terapéutica, puede
las varias escuelas psicoanalíticas, la base de la comprensión tener también un efecto terapéutlco.
del paciente, del trabajo sobre las resistencias, para establecer
las conexiones con el pasado, el timing de las construcciones Kohut concluye que el papel de la empatía en psicoanálisis
es doble: inespecífico y específico. "En su empleo específico en
terapéuticas, etc.
En un artículo de 1959, "lntrospección, empatía y psicoaná-
el análisis, la empatía
-afirma
él-, depurada de huellas de
compasión (actitud de consuelo) o de hostilidad (actitud inqui-
lisis", Kohut afirma que la empatía es una forma sustituta de in- sitiva), está al servicio de la intención cognoscitiva del analista.
trospección, y que sólo a través de la introspección y la empa- Se trata de una operación de recoger los datos, y la capacidad
tía es posible alcanzar el factor psicológico. Por consiguiente, de usarlos habitualmente puede mejorar de modo gradual con
ella es un componente esencial del método psicoanalítico. el aprendizaje, con la experiencia, permitiendo al analista obser-
Esta afirmación define su visión de la naturaleza científica del vaciones más correctas, precisas y pertinentes sobre la vida in-
psicoanálisis en cuanto el método de observación define el con- terior de los analizandos. Estas observaciones proveen al psi-
tenido y los límites del campo observado, de lo cual derivan las coanalista investigador los datos para la formulación de teorías
teorías de una ciencia empírica. 'distantes de la experiencia', que él comunica a sus colegas y al
En el artículo "lntrospección, empatía y el semicírculo de la sa- psicoanalista clínico, y los datos para las interpretaciones diná-
lud mental" (1980), Kohut afianza el papelcentralde la empatía y micas y las reconstrucciones genéticas que él comunica a sus
afirma que también en los casos en los cuales es carente o distor- pacientes."
sionada ella puede tener un valor terapéutico, a causa del efecto Naturalmente, la empatía de Kohut se entiende en el ámbito
benéfico de ser objeto de las intenciones empáticas de otro. de la psicología del se/f donde ocupa un puesto central. Breve-
Él distingue en la empatía dos niveles: mente, la psicología del se/f implica un cambio conceptual en
'1) la empatía cuanto se pasa de una teoría de conflicto a una teoría de la de-
como una actividad en la que se recogen infor-
tención del desarrollo, en lo cual el conflicto pulsional se conci-
maciones;
be como secundario al desarrollo del se/f. Esta concepción bá-
2) la empatía como un potente vínculo entre la gente. sica lleva a Kohut a una situación extrema en la cual se evitan
En lo que respecta a la empatía como recogida de datos, las interpretaciones que puedan ser vividas como hostiles por
puede ser correcta o equivocada, seguida con lentitud o intuiti- los pacientes o resuenen como un reproche. Eso, llevado al ex-
vamente. tremo, termina por ser contrario al método psicoanalítico.

62 63
La crítica que podemos hacer a Kohut es que, si bien consi-
identificación. Cree, en efecto, que los procesos de identifica-
dera la empatía como un factor necesario en el trabajo analíti-
ción son, en gran medida, inconscientes, permanentes, y que
co, no la cree suficiente en sí misma.
tienen un papel defensivo propio contra aquellos afectos que, a
Ornstein, un representante de la escuela de Kohut, conside- través de la empatía, deberían ser sentidos y comprendidos.
ra el trabajo de 1959 el primer punto nodal en el desarrollo del Hace presente, entre otras cosas, que la empatía no es siempre
pensamiento de Heinz Kohut, y err el Congreso de Nueva York inmediata, sino que pueden pasar largos períodos antes de que
(1978), en la introducción a lostrabajos, él retoma las ideas de se establezca, y en esto concuerda con Kohut.
Kohut en los siguientes puntos:
En su ensayo, Greenson toma en consideración también a
a) la empatía, reconocimiento de sí en el otro, es un instru- aquellos pacientes que temen y no quieren ser comprendidos.
mento indispensable de observación sin el cual vastas En estos casos, no es posible que se establezca en la pareja
áreas de la vida permanecen ininteligibles; analítica una situación empática. La empatía, en efecto, es un
b) la empatía del se/f hasta incluir al otro- proceso que involucra a dos personas: analista y analizado. Se-
-expansión
constituye un vínculo psicológico potente entre los indivi- rá Nora Barugel, en 1984, quien retomará la diferenciación de
duos, que quizá incluso más que el amor o la expresión y Greenson entre simpatía y empatía, y la reformulará de un mo-
sublimación de la pulsión sexual, neutraliza la destructivi- do apropiado. Para esta autora, la simpatía, que deriva del grie-
dad del hombre contra sus compañeros; go syn-pathos, indica el sentir y el sufrir con el otro. Esto deri-
varía de un proceso mediante el cual el sujeto uniría aspectos
c) la empatía confirmación y comprensión del
-aceptación, propios a aquellos del objeto sentidos como parecidos. La em-
eco humano evocado de sí --es un alimento psicológico
patía, en cambio, que tiene origen en en-pathos, indica "el pro-
sin el cual la vida humana como !a conocemos y aprecia-
ceso mediante el cual el sujeto sentiría o sufriría en el objeto. En
mos no podrÍa ser sostenida.
la base, habría una identificación proyectiva mediante la cual el
sujeto pondría cualidades propias en el objeto".
Entre ei prirnero y el segundo aflículo de Kohut, y concurren- N. Barugel, que se mueve en el ámbito de la teoría kleiniana,
temente a la explosión en Nortearnérica de su escuela, se ubi- considera entonces tanto la simpatía como la empatía como
ca, y no por casualidad, el ensayo de Greenson "La empatia y dos procesos que tienen en su base el mecanismo de identifi-
sus rricisitud,:s' (1 960). cación: en la simpatía, se trataría de una identificación introyec-
También para este autor, la empatía es el conocimiento de tiva; en la empatía, de una identificación proyectiva.
los sentir¡icntos del otro, sin entbargo, Greenson ve la empatía Regresando a Norteamérica recordemos, antes que nada, a
ccmo un fenónleno preconsciente que irnplica un sutil equilibric: R. Schafer, alumno y colaborador de Rapaport.
entre el sentir ,:;on el otro y el no dejarse involucrar en sus sen-
Schafer afronta el tema de la empatía en el ámbito de su pro-
limientos"
pósito de esclarecer la actitud emotiva e intelectual del analista
Grei-,rr:,rün afirma que el t¡so rle la enrpatía por parte del ana-
en el trabajo. En 1959, había definido la empatía como /a expre'
lista puerJe fracasar por defecto cuando el analista, por temor a sión interna de compartir de otra persona. Y precisa que se trata
implicarse, se rnantiene clemasiado lejano, o por exceso, cuan- de "compartir en forma jerárquica deseos, sentimientos, pensa-
do, a causa de la implicancia, pierde la justa distancia y la obje- mi entos, defensas, contro les, presiones su peryoi cas, capaci d ad
lir¡icjarj. Él diíerencia, además, la empatÍa de la simpatía y de la de representaciones de sí y representaciones de las relaciones
intuición. En ia primera, a causa de un acuerdo con aquello que personales reales y fantásticas".
el otro siente, hay un grado más amplio de compromiso emoti-
,¡o. La segunda, en cambio, tiene que ve( fundamentalmente, En 1983, Schafer elabora ulteriormente su concepción de la
empatía, que no delimita netamente de la actitud analítica en
con el elenrento cognitivo.
general; la empatía, para este autor, sería un aspecto de esta úl-
Este autor, colocando el proceso ernpático en el nivei pre- tima. En consecuencia, define la actividad empática del analis-
consciente, diferencia netamente la enrpatía de los procesos de ta con el término empatizar. Esto está en concordancia con su

64
65
intento de traducir las entidades metapsicológicas en un /en- El primer grupo se basa en el principio de que el desarrollo
guaje de la acción. es un proceso continuo, en el cual los empujes evolutivos son
Schafer cree que una empatización adecuada prepara el cami- bidireccionales y se mueven del ambiente social hacia el indivi-
no y aumenta el cambio operado por la interpretación, y se concen- duo y viceversa. El otro principio es que el desarrollo es un pro-
tra en cuatro características de la actividad empática del analista: ceso de integración en vías de continua organización: a través
de las capacidades simbólicas, el individuo hace uso del pasa-
1. La construcción, por parte del analista, de un modelo do en el presente, para tener una orientaciÓn hacia el futuro"
mental del analizando.
Emde señala que este grupo de princlpios nos hace reflexio-
2. La modificación de la actividad del analista que desernbo- nar "sobre algunas características propias del terapeuta y fun-
ca en aquello que Flress indica como yo de trabajo y que damentales para la emPatía".
Schafer llama segundo si.
El segundo grupo se basa en el hecho de que el desarrollo
3. El aspecto ficticio de la relación analÍtica. sucede en un contexto relacional.
4. El aspecto de transformación propio de la actividad em- Así, las relaciones precoces de atención son formativas des-
pática, contrapuesto al simple aspecto de imitación y de de el momento que, apenas se establecen las primeras repre-
identificación. sentaciones de síy del objeto, sucede la interiorización de la ex-
Dando por descontado que en el empatizar esté presente el periencia relacional. De ello resulta que el desarrollo es siempre,
aspecto afectivo, Schafer considera, sobre todo, los aspectos de algún modo, mutuo y comPartido.
cognitivos del proceso. Para é1, en efecto, el empatizar debe De este segunclo grupo derivan, según Emde, las caracterís-
considerarse una actividad con complejos aspectos cognitivos, ticas generales del proceso terapéutico.
que están en la base del hecho de que: En lo referente a las características empáticas del terapeuta,
1. El analista constituye un modelo mental del analizando. Emde subraya el papelde /a asisten cia. El observa que muchos
analistas reconocen que "los orígenes de la empatía del analis-
2. El analista está atento a los "efectos señales" propios y
ta se pueden encontrar en la experiencia compartida recíproca-
del analizando, y a las fantasías comunes en respuesta a
mente en lo profundo de la relación madre-hiio", pero es preci-
las asociaciones de este último.
so que "la respuesta empática del analista asuma el papel de
3. Está listo para usar reflexivamente estas reacciones como quien asiste", y no la del niño.
indicios de los aspectos emotivos y del significado de la
De esto se sigue que la asisfencla terapéutica hace uso de
actívidad del analizando en análisis.
las funciones adultas de ocuparse con atención '
Estos elementos cognitivos nacen de las identificaciones de Ligada estrechamente a esto está la capacidad del terapeu-
prueba. El proceso entero delineado por Schafer puede descri- ta para lo que Emde llama empatía evolutiva, así def inida en sus
birse como una variante de regresión al servicio del yo (Kris, palabras: "La empatía en el trabaio terapéutico tiene una base
1952) y, para que la regresión suceda, hay un realineamiento de evolutiva. Este tipo de empatía presupone un considerable de-
los estándares superyoicos del yo (Fliess). sarrollo det yo y, habitualmente, se acrecienta con la edad y la
R. N. Emde, en su trabajo de'l 990 "Movilización de modos experiencia. Las identificaciones transitorias que tienen lugar
fundamentales de desarrollo: disponibilidad empática y acción en et ámbito empático requieren un momentáneo sentido de
terapéutica", pone en evidencia cómo los clínicos han comen- unicidad con el otro, seguido por un sentido de separación, ne'
zado a reconocer en la empatía, junto con la interpretación, un cesario para que pueda serde ayuda. Es también necesaria la
papel central en eltrabajo psicoanalítico. percepción de to que es evolutivamente apropiado para el pa'
Él trata de los aspectos evolutivos de la empatía y de su pa- ciente."
pel rehabilitador en el interior del proceso psicoanalítico. Con Emde nos hace notar que esto corresponde a un aspecto de
esta finalidad, destaca dos grupos de principios. la atención precoz en la que una madre puede estar muy cerca-

66 67
-

na afectivamente a su hijo y partícipe, pero al m¡smo tiempo en Desde un punto de vista evolutivo, la regulación hace posi-
condiciones de predisponer un ambiente adecuado para que el ble la exploración óptima en un horizonte de seguridad, y eso
niño sienta un impulso verdadero hacia un nivel más elevado de da cuenta de un aspecto técnico según el cual el analista debe
desarrollo, de un modo suficiente y no excesivo. mantener un equilibro entre experiencia afectiva y actividad in-
Otro aspecto que Emde pone sobre el tapete es la creatividad. terpretativa.
Para él, en efecto, "la comunicación empática puede ser vista co- La disponibilidad terapéutica ocurre, en efecto, a través de
mo un acto creativo en el interior de la relación terapéutica". Un la regulación del afecto y a través de la interpretación.
aspecto de la actitud empática creativa es que es alegre.
La disponibilidad emotiva del terapeuta implica no sólo la to-
Emde enfatiza "las características de empatía del terapeuta lerancia, sino también un estímulo para experimentar la incerti-
como propias del desarrollo adulto" y subraya que "la empatía, dumbre y un cierto grado de ansiedad como expresión de una
aunque basada en la sensibilidad y la capacidad de resonancia experiencia interactiva compartida. El objetivo es incentivar la
emotiva, es función de una mente preparada y depende de la exploración y la posibilidad de nuevas orientaciones. Emde nos
percepción, la visión prospectiva y el conocimiento esencial". pone en guardia respecto de que una disponibilidad total no
A propósito de las características del proceso, Emde habla puede ser de ayuda, porque debe tener siempre respeto por el
de empatía aserliva para indicar aquellos aspectos del proceso desarrollo del paciente. "La disponibilidad terapéutica a través
terapéutico mediante los cuales el paciente se torna capaz de de la interpretación está en condiciones de ejercer un empuie
desarrollar una empatía por el propio sídel pasado, y puede es- hacia un nivel más elevado de integración en cuanto anticipa el
tablecer así una conexión entre las experiencias pasadas y las movimiento y estimula la exploración."
presentes. Para Emde, es justo la perspectiva evolutiva la que esclare-
Otro aspecto del proceso empático destacado por Emde es ce algunos aspectos de la empatía, y podemos resumir el pro-
que involucra, simultáneamente, aspectos conscientes e in- pósito de su pensamiento con sus propias palabras: "La empa-
conscientes. En efecto, al lado de procesos inconscientes diná- tía, por parte del terapeuta, depende del funcionamiento adulto
micos delterapeuta, existe también un acto de capacidad múl- más que de la repetición regresiva de experiencias infantiles. El
tiple de elaboraclón de información, como advertir, seleccionar, cuidado y los aspectos creativos de la empatía son competen-
filtrar, integrar y construir. cia del adulto. Estos aspecios de la empatía presentan fuertes
Esto conduce a un tercer punto del proceso empático, es vínculos con los desarrollos del cuidado en la primera infancia y
decir, al significado compartido y no compartido. "La empatía son también importantes para el desarrollo de la psicoterapia.
implica afectos-señal conectados con fantasías inconscientes y Los procesos empáticos, tanto en el cuidado infantil como en la
preconscientes, y aquí entran en juego la transferencia y la con- psicoterapia, tienden a ser experiencias afirmativas no cons-
tratransferencia. " cientes y compartidas. Una vez más, se evidencian fuertes ana-
logías con el primer desarrollo infantil. En la infancia tiene lugar
En pocas palabras, para Emde "la empatía es un proceso
una estimulación al desarrollo a través de comunicaciones que
creativo reciproco en cuyo interior se reconoce la validez de la
son, en su mayoría, no verbales, emotivas e inconscientes; por
relación terapéutica". Él llama "empatía transaccional al proce-
lo general, mucho del significado compartido es implícito, pro-
so en el cual el terapeuta puede asumir al mismo tiempo una
cedural y creciente en el curso de nuevas exploraciones. Hemos
multiplicidad de roles de síy del otro, de modo de transformar
finalmente constatado que hay aspectos evolutivos importantes
la experiencia".
conectados a la disponibilidad terapéutica. Analógicamente,
Este autor toma, entonces, en consideración los aspectos con el mismo tipo de proceso en la atención precoz, una dispo-
evolutivos de la disponibilidad. Y dice que no puede haber em- nibilidad estab/e constituye un elemento de primera imporiancia
patía sin disponibilidad. La disponibilidad se manifiesta a través para estimular ese tipo especialde desarrollo que consideramos
de la regulación que asegura el equilibrio, evitando los extremos específico de la acción terapéutica. Tal disponibilidad implica,
y manteniendo así la integridad individual. como aspecto central funcional, la regulación, tanto en términos

68 69
de optimización de los afectos-señal como en términos de acti- tensión: "La capacidad de sentir la unicidad con el otro y de
vidad i nterpretativa." identificarse con los otros, y de aceptar los roles que le son ofre-
En síntesis, todo esto se encuadra en la hipótesis de Emde, cidos a una persona, es de por sí una función psíquica normal,
según la cual "la psicopatología, en un nivel más o menos am- que despliega una parte esencial en el desarrollo individual y
plio, es una psicopatología evolutiva. El impulso evolutivo en el que contribuye a la formación y a la conservación de cada vín-
curso de la vida puede ir 'fuera de carril' o estar en alguna for- culo personal. Fenómenos como la hipnosis, la folie á deux y la
ma bloqueado. Llevar adelante una acción terapéutica significa infatuación demuestran, sin embargo, que esta función o este
realizar mejoramientos a través de una forma especial de expe- mecanismo pueden operar de modo tal de amenazar la identi-
riencia evolutiva. Ella es interactiva, basada en la empatía, y mo- dad del individuo y hacerlo objeto de intrusiones, proyecciones
viliza modos fundamentales del desarrollo". y manipulaciones por parte de los otros. Si bien la susceptibili-
dad en tales casos puede considerarse, hasta cierto punto, co-
En lnglaterra, el tema de la empatía es retomado especial-
mo un riesgo normal de las relaciones interpersonales, la situa-
mente por la Escuela lndependiente.
ción analítica ofrece la oportunjdad de comprender algunos de
C. Rycroft, en el Diccionario crítico de psicoanálisis (1968), los factores que pueden hacer que dicha susceptibilidad sea
define la empatía como "/a capacidad de ponerse a sí misrno en excesiva, y que el individuo se involucre patológicamente en las
el lugar de otro". enfermedades de los otros. Una de tales oportunidades se da
En un cierto sentido, y en una primera lectura, esta defínición en aquellas ocasiones en las cuales el terapeuta se identifica
parece anular lo que ha aclarado Greenson, en cuanto el acen- excesivamente con el paciente y advierte la tentación de asumir
to está de nuevo puesto en la proyección. el papel que le es solicitado. Otra forma está dada por los pa-
Sin embargo, prosiguiendo leemos: "El concepto implica cientes que basan todas sus relaciones en la identificación, que
que uno pueda sentirse en el objeto y, ala vez, permanezca asimilan las costumbres de sus objetos, y cuya transferencia
consciente de la propia identidad como otra persona." está caracterizada por la idealización y por la imitación de su
analista. El análisis de la primera muestra que al menos una par-
Éste es el punto clave de la definición, porque contempla la
paradoja de sentirse en el interior de otro y, al mismo tiempo, te de los impulsos terapéuticos del analista tiene origen en la
necesidad de comprender objetos de la infancia que eran odia-
mantener la conciencia de sí como persona separada. En resu-
dos y temidos, mientras el análisis de la segunda muestra que
men, incluye unión y separación. "La aclaración es necesaria
porque el término simpatía se usa solamente para referirse al su desarrollo psíquico estaba oscurecido por la fantasía de un
objeto 'malo', omnipotente, al cual se podía adaptar sólo me-
compartir experiencias desagradables [no asÍ en italiano]- y no
diante la sumisión, fa identificación y la entrega de la ídentidad
significa que el simpatizante mantenga necesariamente su ob-
jetividad." personal. La característica común en los dos casos es que el
mecanismo de identificación ha sido usado como una defensa
Por ende, lo que diferencia la empatía de la simpatía es, pre- contra los objetos odiados y temidos, y no como medio para
cisamente, el hecho de que en el primer caso el sujeto mantie- asimilar las características de objetos amados."
ne su objetividad: "La capacidad de empatizar es una condición
preliminar esencial al hacer la terapia psicoanalítica."
En ltalia, se han interesado en modo particular por la empa-
En este punto, Rycroft concuerda con Kohut" Y concluye con
tía Bolognini y Borghi (1989), que por ella entienden "una condi-
Ia expresión de que la empatía "puede ser citada, pero raramen-
ción intrapsíquica y relacional privilegiada, que pone en contac-
te lo es, como un ejemplo de identificación proyectiva".
fo dos seres humanos, consintiendo la percepción delicada y
En "lmaginación y realidad", Rycroft escribe algo que es de sensib/e de la interioridad, en una condición de conscienfe se-
suma importancia para el tema de la empatía que estamos ela- paración y de integración del entender con el sentir".
borando. Este pasaje lo citamos, seguidamente, en toda su ex-

" Ni en español. (N. de E.)

70 71
-

En este trabajo, los autores hacen una buena síntesis de va- ta que una "gnosis" sin el componente del "pathein" es para los
rias contribuciones sobre la empatía y escriben que Ia mayor analistas un sinsentido y, directamente, errado'
parte de los analistas han concordado, sustancialmente, en Antes que nada, para el autor ta empatía es un hecho y no un
considerar la empatía psicoanalÍtica como una condición men- método; ét busca individualizar la afticulación tópico-estructural.
tal privilegiada "de amplio espectro", en la cual el analista, en ré- Recordando que Greenson, en particular, ha colocado la empatía
gimen de consciente separación (DiChiara, 1982), está en con- fundamentalmente en et preconsciente y que ha sido el primer
diciones de organizar receptividad, contacto, representatividad autor que la diferenció de modo inequívoco de la identificación,
y comprensión interpretativa al confrontar el mundo interno del Sotognlnl concluye que la empatía no es en sí un hecho estricta
paciente y del área relacional analítica. o priñcipalmente inconsciente, sino "una situación de unión entre
Esta condiclón mental se completa de un modo óptimo a ni- los varios niveles tópicos de una, dos o más personas' Y precisa-
vel consciente (Schafer, 1983; Kohut, 197'1) con una elabora- mente para esto la empatía entra con pleno derecho en el terre-
no de competencia del psicoanálisis, ciencia de lo profundo
pero
ción final de tipo secundario, que consiente una valoración de
también ciencia del camino compartido en lo profundo"'
los elementos psicológicos adquiridos y encuadrarlos en un
contexto lógico y de realidad. Pero eso no podría realizarse, en Teniendo en cuenta que el nudo crucial, a los fines de la di-
absoluto, sin la alternancia rítmica o el funcionamiento paralelo námica del tratamiento, está representado por el funcionamien-
de un recurso adaptable del proceso primario del analista, que todelyodefensivodelinconsciente,Bologniniafirmaquelasi-
para sintonizarse con las vivencias del paciente debe ser capaz tuacióñ empática puede favorecer el proceso terapéutico con
de parciales regresiones al servicio del yo de trabajo (Poland, una especificidad casi enzimática. De hecho, "la capacidad de
1984), controladas y reversibles, en el sentido no sólo de las percibir y las razones "del carcelero compene-
'trándose las vivencias"
funciones del yo, sino también de los vínculos objetales (Green- también con ello es un factor que pone al analista en
son, 1960); abierto a un juego de mecanismos introyectivos y condiciones de evidente ventaia operativa, y que puede produ-
proyectivos sutiles y relativamente libre de conflictos (Schafer, cir un efecto solvente y retaiante sobre la espasticidad defensi-
1959); dotado de un rico bagaje de experiencias personales va del paciente, en cuanto ésta es contactada por el analista"
(Greenson, 1960), con las cuales articularse asociativamente; con conocimiento.
disponible verdaderamente a la percepción y a una resonancia El yo defensivo inconsciente del paciente puede ser no sólo
emotiva (Basch, 198¿1; Buie, l9B4; Kelman, 1987), parcial (Ar- deducido, monitoreado y reconstruido como obra de ingeniería
low, 1985) y temporaria, pero auténticamente experimentada. porelanalista,sinotambiénsentido,experimentado,vividopor
Sólo la madurez emotiva del analista puede consentir la empa- ientro. Bolognini subraya entonces que "para que esta vivencia
tía como observación heterocentrada (Piaget, 1937) de un esta- setorneempatíasenecesita,sinembargo,queelanalistaesté
do mental de otro. en condiciones no só/o de sentir, sino tamblén de utilízar una le-
Ellos, además, han revelado que los mecanismos básicos de gítima capacidad representativa, que reconozca la sensación (la
TDarstellbarkeil'); la capacidad de transmitir sensación y favore-
la empatía son la fusión para Mahler y su escuela; la identifica-
ción de prueba para Fliess, Deutsch y Schafer; percepción y re- cer ta bilateratidad de la experiencia".
sonancia para Kelman, Basch, Buie; identifrcación proyectiva Bolognini, por otra parte, afirma gue "la empatía psicoanalÍ-
para Klein, Greenberg y Bion. tica, cuando es entendida, puede producir aperturas con pers-
En su adículo más reciente, "Empatía e inconsciente", Ste- p""iiuu" inesperadas en lo profundo, para la relajación de los
fano Bolognini, además de la profundización teórico-clínica de estrangulamientos delyo defensivo (que es en parte conscien-
gran utilidad e interés, intenta relacionar el concepto de empa- te y eñ parte inconsciente), con ampliación de los canales de
tía, sectorial y experiencial, con el de inconsciente, general y es- comunicación preconsciente y mayor pesca en profundidad"'
tructural. Paraél,los nudos problemáticos están representados por: a)
gra-
En los fundamentos, está la hipótesis de que ambos con- excesiva simplificación; b) superficialidad; c) optimismo; d)
ceptos puedan ser menos no-homogéneos si se tiene en cuen- tificación del analista.

73
72
Teniendo presente ra contribución de ros distintos autores, La alianza terapéutica
se podría concluir que la comunicación empática requiere un
ciedo grado de regresión formaly/o topográfica del pensamien_
to, y que en la vida cotidiana la comunicación empáiica y la co_ El aporfe del paciente es su deseo de curarse, que const¡-
municación ordinaria están combinadas en distintos modos. tuye la base de la alianza terapéutica.

M. N¡lasud R. Khan

El concepto de alianza terapéutica sufre en el counselling


una extensión, en cuanto el clínico se encuentra, en las variadas
situaciones clínicas que afronta cotidianamente, preguntándo-
se con quién establecer la alianza. Mientras tenemos muchas
contribuciones en el plano teórico respecto de este concepto,
poco o nada ha sido escrito en lo que respecta a la técnica, pa-
ra la cual se hará, en un primer momento, una evaluación histó-
rica del concepto, y después se pasará al contexto clÍnico.
Jean Pouillon, citado por M. Khan, considerando el marco
social, define el vínculo médico-paciente-enfermedad como
triángulo terapéutico, cuya dinámica está constituida por la re-
lación recíproca o por su falta.
En la sociedad occidental, en estos últimos años, se han utili-
zado conceptos psicoanalítícos para definír distintas modalidades
y expresiones del vínculo, no sólo en el contexto médico-paciente,
sino también en las disciplinas más variadas. Naturalmente, ta-
les conceptos, utilizados fuera de su contexto y generalizados,
pierden su signíficado específíco.
Por ejemplo, todavía hoy se utilizan a menudo los términos
transferencia-contratransferencia como sinónimos de vínculo,
mientras el concepto de vínculo se ha generalizado hasta com-
prender expresiones socioculturales más o menos relacionadas
con aspectos terapéuticos.
Periódicamente, en psicoanálisis, para delineai y diferenciar
el vínculo de tipo específicamente terapéutico, se han acuñado
varias expresiones como "alianza terapéutica","alianza sobre el
trabajo", "contrato de trabajo", "acuerdo para la cura", y hasta
"amistad terapéutica".
Por vínculo terapéutico se entiende, según Greenson y Wex-
ler (1969), "el vínculo humano no neurótico, racional y razonable,
que el paciente instaura con el propio analista y que le permite
operar en la situación analítica de un modo constructivo".

74 75
Desde un punto de vista históríco, ef concepto de alíanza
te_ Entonces, esta actitud inicial de cooperación constituye fa
rapéutica está imprícito en er pensamiento psicoanarÍtico
desde esencia misma de la alianza terapéutica, que implica esa parte
los orígenes. Freud sostenía, en efecto, la necesidad
de esperar de la personalidad no involucrada con la patología y está en
antes de iniciar ra parte principardertrabajo anarítico ,,hasta que
condiciones de referirse a ella con una cierta objetividad.
se estabrezca en er paciente una eficaz trasración, un víncuro
humano conveniente. Er primer objetivo der tratamiento De esto, se puede deducir que Freud distinguía claramente
es er de
involucrar al paciente en dicho vínculo, ligándolo a la persona entre la capacidad del paciente de establecer una relación hu-
delmédico". mana y un vínculo de amistad con el médico, por una parte, y la
aparición y el volver a experimentar sentimientos y actitudes de
Con ese fin, es necesario, según Freud, dar,,tiempo,, al pa_
ciente. É1, justamente, afirmaba-que, si se concede al pacien_ transferencia, por la otra. Sin embargo, el hecho de que él no
haya diferenciado, en sus escritos sobre la técnica, netamente
te un tiempo suficiente, un interés serio por parte del analista,
si se interpretan las primeras resistencias que surgen y
a la relación humana y de amistad del paciente, de la transfe-
se evi_ rencia en sentido estricto, ha contribuido no poco a la confusión
tan ciertos errores, ese,,afecto,, se desarrolla espontánea_
aún existente hoy entre algunos psicoanalistas que, al no dife-
mente en el paciente, quien une así al médico a una de aque_
renciar los sentimientos del vínculo terapéutico de la transferen-
llas imágenes del pasado de las cuares recibía habitualmente
gentilezas. cia, terminan a menudo por tratar el vínculo como parte de la
transferencia.
Freud distinguió, en la compleja relación terapeuta-paciente,
La razón de ello parece residir en el hecho de que el aspec-
dos aspectos diferentes y contrapuestos: uno de coopLración j
otro de resistencia; pero incruye ambos en ra transferencia.
to de cooperación fue originariamente incluido por Freud mis-
Di mo dentro del concepto de transferencia.
ferenció, en efecto, la transferencia en positiva y negativa.
Sub_
dividíó, entonces, ra transferencia posítíva en transferencia de
sentimientos positivos de afecto y de amistad, que son de ayu_ El concepto de alianza terapéutica fue precisado por prime-
da en el trabajo terapéutico, y transferencia de sentimienios ra vez por Elizabeth Zetzel (1 958) que, con Glover y otros, plan-
eróticos, que, en cambio, lo obstacurizan. Mientras ra transfe- tea un aspecto del vínculo terapéutico basado en sentimientos
rencia erótica, que nace de ros sentimientos eróticos de ra infan- positivos de afecto que no tienen nada que ver con la transfe-
cia, y la negativa, que comprende ra transferencia de sentimien- rencia de los sentimientos amorosos edípicos, pero que pueden
tos hostiles hacia er terapeuta, arimentan ras resistencias, ra sobresalir en las experiencias suficientemente buenas vividas
transferencia positiva, basada en sentimientos de afecto y en el primer ambiente familiar.
de
amistad, constituye el factor de cooperación en la cura. Zelzel relaciona laalianzaterapéutica con la primera relación
De esta transferencía posítiva, no erótíca, de sentimientos
de madre-hijo, específicamente en elperíodo durante el cualel "ni-
afecto y de amistad, se origina la alianzaterapéutica. ño hace su primer paso decisivo hacia el cumplimiento de una
Esta actitud inicial de cooperación debe poder ser manteni_ identidad separada".
da, o recuperada, durante todo er curso der tratamiento, no
obs- Según la concepción de Ericsson, la confianza básica, "con-
tante la violencia de ros afectos en ra transferencia, que emer- fianza fundamental", se constituye en el primer estadio de de-
gen cuando se establece la neurosis de la transferencia. sarrollo en el que el niño o se siente cómodo en el mundo, de-
En otras palabras, la alianza terapéutica debe sobrevivir sarrollando la capacidad de creer en su bondad y en la de los
a las
vícisitudes infantiles erótícas y agresivas de ra transferencia, y demás, o, contrariamente, desarrolla un "sentido del mal y de la
precisamente a causa de ras vicisitudes en ra transferencia malevolencia".
muy
a menudo la alianza sufre duras pruebas, especialmente cuanl Escribe Ericsson: "Las madres crean, pienso yo, un sentido de
do nos encontramos frente a pacientes muy perturbados. Estos confianza en sus hijos, mediante un tipo de providencia que com-
pacientes, en efecto, apenas perciben sentimientos bina una atención llena de sensibilidad hacia las necesidades in-
de depen_
dencia erótica o agresiva, tienden a abandonar la terapia. dividuales del neonato y un firme sentido de fidelidad personal,
dentro de lo que de ellas se espera en su marco cultural" (1963).

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77
En este punto, podemos afirmar que la confianzapresupone
que haya habido una seguridad del paciente Richard Sterba (1934, 1 936) sugiere, para la alianza terapéu-
durante su creci_ tica, la necesidad diacrítica del paciente entre elementos psÍqui-
miento, en el ambiente del cual dependía en el pasado. y,
por lo cos centrados en la realidad y aquellos que no lo son.
tanto, la alianza terapéutica, para poder tener origen y
organi_
zarse, necesita que el paciente haya podido urperireñturán En lo que respecta a las actitudes de las distintas escuelas
el
pasado experiencias positivas. de psicoanálisis sobre la alianza terapéutica, tenemos dos re-
Naturalmente, la confianza fundamental y la seguridad ferencias principales: a) los psicólogos del yo, b) la escuela
cons_ kleiniana.
tituyen dos erementos centrares para ir adeiante
eipeciatmenie
en elcounselling. Con respecto a los psicólogos del yo, se puede afirmar que
Sabemos, también,.de la necesidad del recíproco respeto el concepto de alianza terapéutica es entendido como un as-
e pecto bien diferenciado de la transferencia, que se fue consoli-
interés, como de la confianza fundamental y la
seguridad nece_ dando en coincidencia con el desarrollo de la psicología del yo.
sarias que podrían evocar una sensación de notáing
materná, Los autores de esta dirección, en efecto, a partir de A. Freud y
probablemente teniendo en cuenta, incluso,
el rieigo Oe las de Hartmann, han desarrollado el concepto de "funciones autó-
idealizaciones y de la importancia de los dos conceptos
de Win_ nomas del yo". Ahora bien, para estos autores, es indudable
nicott de madre normalmente devota y suficientemente
buena. que el concepto de alianza terapéutica se basa en estas funcio-
Fundamental para 1a alianza terapéutica es una percepcion
- nes y actitudes del yo relativamente independientes de las pul-
necesaria y contínua delterapeuta como alguien qr"
uyrár. siones. Aquí, recordamos que A. Freud, en 1952, habló de una
.las La alianza terapéutica, entonces, se forma posiblemente
partes sanas existentes del paciente, pero
con defensa contra la entrega emocional pasiva y total al objeto que
sobre todo con amenaza la integridad del yo y la pérdida de las características
las partes más funcionales, racionales y razonables. personales.
Esto presupone que el paciente sea capaz de poder La escuela kleiniana, en cambio, no acepta como necesa-
estable_
cer una mínima distancia entre él y sus problemas, ria la distinción entre transferencia y relación no transferen-
esté en con_
diciones de poder observarse y de aceptar las propias cial, en tanto para los seguidores de esta escuela toda comu-
necesi_
dades de ser ayudado_ y atendido, lo que implica que nicación y todo comportamiento del paciente son siempre la
algunas
partes de su yo estén focalizadas en la realidad expresión de un transferencia de sentimientos o de actitudes
y en la co'iabo_
ración con los objetivos de trabajo de la terapia y infantiles. Dentro de esta escuela, es Meltzer el autor que ha-
del terapeuta.
H. Deutsch, escribiendo sobre la alianza terapéutica, ce mayormente referencia a la alianza terapéutica, introdu-
dice
que ésta: ciendo el concepto de "parte adulta" del paciente. En efecto,
Meltzer afirma que en cada paciente existe siempre un nivel
f . influencia favorablemente el ansia que aparece
especial_ de la mente más maduro, derivado de la identificación intro-
mente en el primer estado del análisis, y por eso ayuda
a yectiva con objetos internos adultos. Con esta parte de Ia
crear una atmósfera emotiva favorable;
mente, que él justamente llama "parte adulta", se puede esta-
2. representa una suerte de compensación por las privacio_ blecer una cooperación en función del proyecto terapéutico.
nes y los sufrimientos def análisis; Según Meltzer se puede, además, alimentar la alianza tera-
3. disminuye la fase negativa de la transferencia; péutica explicando de qué modo el paciente puede contribuir
4. es un factor importante en el intensificar y mantener al trabajo solicitado. i
el
"deseo de curación,,; Bion, a propósito de los grupos, destaca el hecho esencial
5. hace posible confrontar, por una parte, la reacción terapéutico "de estar en relación con la tarea prefijada"; sin em-
realis_
ta con el analista y, por otra, los anacronísmos y las bargo, jamás introdujo este concepto en el análisis individual.
dís_
torsiones de la neurosis de transferencia. Winnicott y Balint usan las expresiones "confianza" y "descon-
fianza" para describir los efectos de las primeras experiencias
buenas y malas.

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79
I

Personas carenciadas, traumatizadas, y adolescentes bor- Pacientes con una personalidad indefinida y una identidad
derline y desviados, en efecto, no logran crear la alianza fera- difusa muestran confusión interior y, por lo común, están ape-
péutica sin una pérdida crítica de confianza, que puede llevar a sadumbrados por angustias arcaicas.
una falta de seguridad tal que, finalmente, haga muy dificultoso
En resumen, se puede decir que los prerrequisitos esencia-
también el encuentro terapéutico.
les para la formación de Ia alianza terapéutica son las capacida-
des de tener un adecuado examen de Ia realidad, de tolerar la
Térapia psicoanalíticay/o counsetting con pacientes que tie- angustia y la frustración, de sostener una relación estable e in-
nen déficits precoces del yo, que interfieren con la formación de tegrada con el objeto, y una subyacente actitud de confianza
una alianza sólida, corren el riesgo de la posibilidad de una re- básica, que permitan tanto un reconocimiento estable del tera-
gresión incontrolada del yo en el hic et nunc, con pérdida del peuta como individuo separado, cuanto una actitud positiva ha-
examen de la realídad y posible psicosis de transferencia (Little, cia el objetivo terapéutico, cuya utilidad se revela, especialmen-
1966; Kernberg, 1968). te, cuando los conflictos aflorados en la transferencia llevan a la
conciencia deseos y fantasías perturbadoras.
Un ejemplo clÍnico: una paciente sin identidad. La tarea terapéutica debe incluir un esfuerzo constante para
crear desde el principio y mantener en primer plano Ia alianza
Una paciente srn casa ni patria iba persecutoriamente de un
país al otro. En el primer encuentro con el terapeuta, contó va- terapéutica, de modo de hacer sobrevivir el proyecto terapéuti-
rias experiencias traumáticas en el lugar de trabajo, pero, en es-
co no obstante el uso masivo, por parte del paciente, de las de-
pecial, en su relación con los hombres; efectivamente, entre fensas primitivas.
ofras cosas, dijo haber tenido una enormidad de interrupciones Al respecto, también se puede afirmar que la presencia de
voluntarias de embarazos que la resolvieron no sólo a dejar a su estos aspectos parece ser la precondición para que haya un
pareja sino, también, a cambiar de ciudad y país. counselling, donde la percepción, antes que nada, estable del
En el momento en que et terapeuta comenzó a explorar sus
terapeuta como alguien que ayuda, diferenciado de los objetos
relaciones familiares, en parlicular aquéltas traumáticas y dolo- internalizados del paciente, es sustancial.
rosas, brotaron elementos esquizoparanoicos con obvias refe- La alianzaterapéutica puede, entonces, considerarse basa-
rencias persecutorias de transferencia. Finalmente, la paciente da "en el deseo consciente o inconsciente del paciente de coo-
"abortó" al terapeuta, la experiencia det encuentro, declarando perar y en su disponibilidad de aceptar la ayuda del terapeuta
su total indisponibilidad y, al mismo tiempo, un enésimo trasla- para superar las propias dificultades interiores. Lo que no co-
do a otro país. rresponde a una participación en el tratamiento que se base só-
lo en la adquisición de placer y de cualquier otra forma de gra-
tificación: en el acuerdo terapéutico existe una aceptación de la
Frente a las inevitables frustraciones en el tratamiento, la necesidad de afrontar los propios problemas interiores y de
respuesta característica de estos pacientes es retirar todas las cumplir el propio irabajo analítico, no obstante la resistencia in-
percepciones afectivas positivas del terapeuta y poner en fun-
terna o (en particular, para los niños) externa (por ejemplo, la fa-
ción un conjunto de defensas patológicas, generalmente con el milia)", como afirman Sandler y otros (1969).
uso destructivo de la escisión y la proyección, rabia inmodifica-
da y, sobre todo, actrng in y acting out. Acordando con estos autores, pensamos que la alianza tera-
péutica no debe ser confusa o equívoca, con el solo deseo del
Por lo general, en la adolescencla la búsqueda urgente de paciente de estar mejor. Si la alianza se define sólo desde este
nuevos objetos bajo la presión del incremento pulsional hace di-
deseo, puede comportar idealizaciones, expectativas irreales, o
fícil instaurar una sólida alianzade trabajo; en caso de que, ade-
directamente mágicas, como también la interrupción del trata-
más, el adolescente tenga una personalidad borderline, los pro-
miento apenas haya una resolución sintomatológica, es decir,
blemas de transferencia y contratransferencia se exacerban al una negación de cualquier problemática con una fuga hacia la
máximo. "salud", sin haber indagado las dinámicas básicas.

80 81
-t

Esto nos conduce al tema de las resistencias. Hay resisten-


La transferencia
cias que, generalmente, pueden interferir con el desarrollo de
una buena alianza y, en este caso, el terapeuta debe poder re- El tiempo presente y el tiempo pasado
conocerlas e interpretarlas adecuadamente. están, quizá, ambos presentes en el tiempo futuro,
Desde la vertiente del terapeuta, hay que recordar que tam- y el tiempo futuro está contenido en el tiempo pasado.
bién él debe contribuir al desarrollo y al mantenimiento de la Si todo tiempo es eternamente presente...
alianzaterapéutica, y tener presente que podrÍa ponerla en crisis lo que podía ser y lo que fue tienden
a causa de un settrng inestable, dificultad de adaptarse al pa- a un solo fin, que es slempre presente.
ciente, además, naturalmente, de las presiones de transferencia
Thomas Eliot
y los aspectos no resueltos de la propia contratransferencia.

La mayor parte de /as exposiciones sobre la transferencia


incluyen la idea de que los primeros vínculos objetales, que el
paciente no logra, evidentemente, recordar como tales, pue-
den, no obstante, ser reconstruidos por las reacciones de
transferencia del paciente.

Charles Rycroft

El psicoanálisis nos ha enseñado la importancia del pasado


como cimiento del presente y del futuro. Y se sabe que, en ca-
so de que se verifique la falta de continuidad en la vida de un in-
dividuo, ia idea de futuro pierde su significado y corre el riesgo
de tornarse sólo la ecuación de la intención de compulsiones
instintivas y de continuo aburrimiento.
La importancia de la continuidad en la vida del individuo
aparece de un modo explicito desde los primeros escritos de
Freud, y sus consideraciones sobre el concepto de transferen-
cia permanecen todavía integrales y fundamentales para la teo-
ría y la clínica psicoanalíticas contemporáneas.
"¿Qué son /as transferencias?", se preguntaba Freud en el
"caso Dora". Y su respuesta era que las transferencias 'son ree-
diciones, copias de los impulsos y de las fantasías que deben
ser despertadas y hechas conscienles durante el progreso del
análisis, en el que, sin embargo, y éste es su carácter peculiar,
una persona de la historia precedente es sustituida por la perso-
na del médico. En otros términos, un número de experiencias
psíquicas precedentes retoman vida, pero no como un estado
pásado, sino como realidad actual con la persona del médico.
Hay transferencias cuyo contenido no difiere en nada de aquél

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del modelo, si se exceptúa la sustitución de la persona; éstas guiente, era concebido como un desplazamiento de la libido del
son, entonces, para seguir la metáfora, verdaderas y aiustadas objeto originario a la persona del analista. Finalmente, como
'reimpresiones' o reediciones invariadas. Otras son cumplidas afirma Phillips (1988): "Freud encontró el mado de ayudar al pa-
con más arte, sufren una mitigación en su contenido, una subli- ciente comunicando, en el interior de una relación interpersonal
mación, como yo la llamo, y son hasta capaces de tornarse (la transferencia), aquello que él podía expresar hasta ahora só-
conscientes apoyándose en alguna particularidad real, hábil- lo a través de síntomas y sueños."
mente utilizada, de la persona del médico o de su ambiente. En Marion Milner, entendiendo la transferencia como "ilusión
este caso no se trata ya de reimpresiones, sino de reconstruc- creativa", la describe como proceso y la diferencia de las con-
ciones" (1901 , p. 396). La centralidad de la temática, no sólo pa- notaciones exclusivamente patológicas y, sobre todo, de la
ra Freud sino para todos los pioneros del psicoanálisis, es traí- transferencia psicótica que, de algún modo, puede estar más
da nuevamente por Jung en una carta a su esposa. Él escribe: cerca de las ecuaciones concretas que de las creaciones sim-
"Después de una conversación que se había postergado por va- bólicas.
rias horas, hubo una pausa. Súbitamente, (Freud) me preguntó No casualmente, para Masud Khan, en el escenario analíti-
sin ningún preaviso: '¿Qué piensa de la transferencia?' Respon-
co, como es recordado a menudo por nosotros, el encuentro
dí con gran convicción que era el alfa y el omega del método con el paciente en términos de transferencia significa que, e/
analítico, a lo que inmediatamente él dijo: 'Entonces, has capta-
analista y el paciente son parte de un proceso total, más vasto,
do lo más importante"'(Jaffé, 1979, p. 125). en el cual cada uno es "creado" y "encontrado" por el otro.
Y brevemente podemos afirmar que en las Clnco conferen- Es, por cierto, sorprendente la evolución del concepto de
cras sobre el psicoanálisis (1909-1910) encontramos la primera transferencia si se piensa que, de ser considerado como "reim-
referencia a la transferencia como "factor terapéutico". En efec- presión" o "reconstrucción del pasado", se ha vuelto una nece-
to, él aquí nota que la transferencia no es siempre un obstáculo, sidad y una posibilidad de descubrir y tornarse uno mismo a tra-
sino que puede tener "una importancia decisiva, no sólo para el vés del encuentro con el Otro.
convencimiento del enfermo, sino también para el del médico".
Anna Freud, en su libro E/ yo y los mecanismos de defensa
En la quinta conferencia, Freud define la transferencia en ba- (1936), evidenció y describió algunas formas de transferencia
se a tres parámetros: realidad-fantasía, consciente-inconscien- como "transferencia de defensa".
te, presente-pasado; concluye que, en la transferencia, el pa-
ciente revive aquella experiencia emotiva que no puede recordar. Con el ulterior progreso del psicoanálisis, el concepto de
transferencia se fue extendiendo cada vez más, y esto podría
En "Recordar, repetir y reelaborar", de 1914, Freud introdu-
deberse a la influencia de J. Strachey, que en 1934 afirmó que
ce el concepto de "neurosis de transferencia", que será amplia- las únicas interpretaciones útiles y mutativas eran las de la
do en "Nlás allá del principio del placer" (1920), donde escribe transferencia, lo que llevó a muchos analistas a formular sus in-
que en análisis el paciente eslá "obligado a repetir el material
terpretaciones en términos de transferencia, o a las concepcio-
reprimido como experiencia presente, en lugar de recordarlo, nes de M. Klein según las cuales todos, o casitodos, los víncu-
como el analista preferiría ver, en su cualidad de fenómeno del los sucesivos están impresos sobre aquellos que se verificaron
pasado. Esta reproducción, que se presenta con una indesea-
en el primer año de vida.
da fidelidad, tiene siempre por contenido algún aspecto de la vi-
da sexual infantil... Y se verifica, por lo regular, en el ámbito de
la transferencia, es decir en el vínculo con el médico. Cuando en Entre los muchos analistas que han buscado extender el
el tratamiento se llega a este punto, se puede afirmar que la pre' concepto de transferencia recordamos a Glover, que en 1937
cedente neurosis ha sido, ahora, sustituida por una ntteva 'neLt- escribió: "Una adecuada concepción de la transferencia debe
rosis de transferencia"'. reflejar la totalidad del desarrollo individual... el individuo trasla-
Hay que tener presente que Freud elaboró el concepto de da sobre el analista no sólo /os afectos y las ideas, sino todo
transferencia en el ámbito de la terapia pulsional y, por consi- aquello que ha aprehendido u olvidado en el curso del propio
desarrollo psíquico."

B4 85
Otros autores, basándose en una observación de Freud
La transferenc¡a erót¡ca
acerca de la ubicuidad del desplazamiento, afirman que la
transferencia debe ser considerada un fenómeno psicológico
general. Greenson (1967) resume el significado de la transferen- El amor se enamora de aquetlo
cia agudamente, diciendo que "transferencia es experimentar que le falta y no posee.
sentimientos, pulsiones, actitudes, fantasías y defensas hacia
una persona del presente con quien no se relacionan, en cuan- Platón
to se trata de una repetición de reacciones gue se originan en
personas significativas de la primera infancia, inconscientemen-
te trasladadas a figuras del presente. Se podria entonces decir Similar a un Dios es quien
que las características sa/ientes de la transferencia son.'su ubi- se s/enta de frente y te escucha,
cuidad, la repetición y el no ser apropiadas". cuando hablas su avemente
Se ha subrayado que, especialmente en el análisis de niños, y sonríes amable.
la transferencia puede reflejar aspectos de las relaciones coti-
dianas que se refieren a su vínculo con los objetos importantes, Safo
particularmente con los padres. En la escuela de Anna Freud
(Hampstead lndex), el término es usado en sentido vasto, como
para incluir, por ejemplo, varias formas de "externalización" El término "transferencia erótica,, se refiere a la manera en Ia
donde el terapeuta puede representar aspectos diferentes de la cual el paciente experimenta (revive) sus reacciones hiperinves-
personalidad del niño, como los del superyó, introyecciones, tidas y no resueltas con los objetos de la propia infancia y se ex_
tendencias instintivas, representaciones del símismo del niño. presa en las percepciones actuales, en el pensamiento, en las
Naturalmente, en este punto debemos considerar el uso que fantasías, en los sentimientos, las actitudes, y en su comporta-
hace la escuela kleiniana de las identificaciones proyectivas, miento con respecto al analista.
también en el análisis del adulto.
Freud describió, por primera vez, la transferencia erótica en
Las contribuciones ulteríores, en especial de la escuela bri- 1914. Cuando este tipo de transferencia tíene lugar, las pacíen-
tánica, han ampliado notablemente el concepto de transferen- tes llegan a rechazar el trabajo analítico y a utilizar las sesiones
cia en sus formas particulares y en sus varias manifestaciones para expresar su amor por el analista, intentando gratificarlo.
clínicas, como la transferencia erótica, la transferencia psicóti-
En "¿Pueden los legos ejercer el psicoanálisis?,, Freud afir-
ca, la transferencia en su manifestación particular con el pacien-
ma'. "El paciente repite, bajo la forma de enamoramiento por el
te esquízoide y la transferencia en el niño y en el adolescente"
analista, sucesos psíquicos que ya ha vivido una vez en el pasa-
En lo que respecta a su utilidad en el counselling, nos remitimos
do; ha transferido en el analista actitudes ya tatentes en ét, y que
a las manifestaciones clínicas de la transferencia.
están íntimamente conectadas con el origen de su neuros/'s ¿.J.
Eso que él nos revela en esa forma es el nudo de su historia ín-
tima: é1, por lo tanto, 'reproduce, en una forma intuitiva, actual,
en lugar de recordar'."
Rapaport (1956) afirma que las pacientes que viven en forrna
excesiva el componente erótico de la transferencia ,,rnsrsfen
inequívocamente, desde el comienzo, en querer que et anatista
se comporte en sus confrontaciones como un progenitor,'.
Agrega que "tal erotización de la transferencia, correspondiente
a una grave perTurbación del sentido de realidad, es índice de ta
gravedad de la enfermedad".

B6
87
Una característica de estas situaciones es que la transferen- La transferenc¡a ps¡cótica
cia no es secreta, por el contrario, el paciente quiere fuertemen-
te que su fantasía se vuelva realidad, y la percepción del analis-
ta, en cuanto tal, está completamente perdida. Tratando la sombra como sólida.

Este tipo de traslación tiene que ver con frustraciones reales Thomas Eliot
precoces y se torna, en el vínculo analítico, un modo de defen-
der al analista de sentimientos de hostilidad y cólera muy primi-
tivos.
La mayor parte de las exposiciones sobre la transferencia
Greenson observa que "/os pacientes que sufren de lo que
incluyen la idea de que las primeras relaciones objetales que,
se define como una traslación 'erotizada' son proclives a una
puesta en escena muy destructiva... Todos estos pacientes po- evidentemente, el paciente no logra recordar como tales
pueden, no obstante, ser reconstruidas por las reacciones
seen resistencias traslativas que tienen su origen en impulsos
de transferencia del paciente.
subyacentes de odio. Sólo buscan descargar estos sentimientos
y oponerse altrabajo analítico". Charles Rycroft
Rycroft subraya que el término "erótico" connota un concep-
to puente entre "sexual" y "placentero"; y Balint habla también
de un "instinto de atraerse", de suerte que e/ nivel de la gratifi-
Freud definió la transferencia neurótica como "una recons-
cación no va nunca más allá de un moderado anticipo de placer,
pero le resulta difícil no pensarlo como algo erótico. En efecto, trucción del pasado", un "como si". La transferencia psicótica,
en cambio, es la reedición exacta, sin variaciones, del pasado.
él escribió que "si el contacto se torna libídico, esto parece más
Por lo tanto, la característica fundamental que diferencia la
la gratificación de un instinto erótico" (Balint, 1952, p. 231).
transferencia psicótica de la neurótica es que en la transferen-
cia psicótica falta la característica del "como si".
Según nuestra experiencia, los adolescentes carenciados, A principios de 1910, Freud, influenciado por el trabajo de
traumatizados, manipulados o seducidos en la propia infancia, sus colaboradores, especialmente por Abraham, comenzó a in-
con graves perturbaciones en la capacidad de explorar y acep- teresarse más por aquellas situaciones clínicas indicadas por él
tar la realidad, buscan gratificaciones varias del analista. A me- mismo como neurosis narcisistas o psicosis funcionales"
nudo, se tornan seductores o implorantes, o tienden a llevar a la
Ya en 1905, había declarado que "la psicosis, /os estados de
transferencia experiencias del pasado y a convertir al analista
confusión y las depresiones profundamente arraigadas no se
en la función del objeto fantaseado deseado o alucinado. En es-
adaptan al psicoanálisrs; a/ menos, no al método hasta ahora
te sentido, pensamos que en el counselling el terapeuta está in-
puesto en práctica. No considero, en efecto, imposible que con
teresado en la transferencia como medio para dar al paciente la
cambios adecuados en el método podamos lograr superar las
posibilidad de una relación objetal que nunca tuvo.
contraindicaciones, y deberíamos esfar en condiciones de co-
El uso que los pacientes hacen del terapeuta como un obje- menzar la psicoterapia de la psicosis". En 1910, publicó "Sobre
to transferencial en todas sus formas, y en el "aquí y ahora" en un caso de paranoia descrito zutobiográficamente", mejor co-
el contexto de la situación clínica, es de gran importancia en los nocido como E/ caso clínico del presidente Schreber, y en 1914,
encuentros de counselling. publicó "lntroducción al narcisismo", dos obras de importancia
capital para la comprensión de los fenómenos narcisistas y psi-
cóticos.
Si bien el aporte de Freud a la comprensión de los fenóme-
nos psicóticos ha sido importantísimo, para comprender y des-
cifrar los fenómenos transferenciales en los pacientes psicóti-
cos es útil, también, el trabajo de otros autores.

88 B9
Fue alrededor de los años treinta, cuando algunos analistas, drio, parece como una batería apagada, privado de vivencias
entre ellos Federn, Rosenfeld, Balint, Klein, comenzaron a des- afectivas y emotivas. El paciente está como encerrado dentro
cubrir que también el psicótico inviste al analista en una forma de una coraza de tortuga, similar a un puercoespín, así que se
particular, mientras que aparentemente no desarrolla la transfe- hace difícil entrar dentro de é1.
rencia porque se funde y confunde con el terapeuta hasta el
punto de hacerse difícil para el mismo terapeuta tomar distan- 2. El segundo tipo está representado por situaciones en la
cuales se ha establecido una relación entre paciente y analista,
cia del paciente y analizar los elementos de la transferencia.
pero ésta es de tipo extremadamente ambivalente: si el tera-
Los kleinianos creen que el psicótico transfíere sobre el ana- peuta se acerca, el paciente escapa; pero, si el analista se dis-
lista las vivencias de la primera infancia, mientras los indepen- tancia, entonces el paciente se acerca. Se trata, por ende, de
dientes ingleses sostienen que a través de la regresión el pa- una ambivalencia extrema, en cuanto se va de una actitud a la
ciente repropone exactamente su pasado. opuesta.
En síntesis, Balint, Rosenfeld, M. tr,/ilner, lV. Little y Searles 3. En este tercer tipo de transferencia psicótica, el paciente
han demostrado, parliendo de puntos de vista diversos, que hace un esfueao extremo para completar al terapeuta. Viene a
también en las fases más precoces del desarrollo podemos en- crearse asíuna relación de tipo simbiótico, aglutinada al punto
contrar formas de investidura objetal. de no saber bien, finalmente, quién depende de quién. Es éste
Rosenfeld, en 1952, afirma que "en estos casos no estamos el caso del paciente que termina una interpretación apenas el
frente a una ausencia de traslación, sino del difícil probtema de terapeuta la inicia.
reconocer e interpretar los fenómenos traslativos esquizofréni- 4. El cuarto tipo de transferencia psicótica es exactamente el
cos". Él explicita también las dificultades y dice: "Apenas el es- opuesto del tercero, en cuanto aquí es el analista quien debe
quizofrénico se acerca a cualquier objeto, en una disposición de
completar en todo y para todo al paciente. Se trata de pacien-
amor o de odio, parece confundirse con dicho objeto." tes excesivamente pasivos, que hacen una regresión tal que es-
En '1963, Searles escribe que "el funcionamiento det yo se di- peran que el terapeuta hasta piense en su luga¡ al mismo tiem-
ferencia de un modo tan incompleto que el paciente tiende a no po que buscan evitar una relación tan íntima. Parece que en el
advertir ni siquiera que el terapeuta le recuerda a la madre o al paciente no existiera todavía un yo.
padre, o se parece a estas personas (o bien, a cualquier otra co- El tercero y el cuarto tipo de transferencia son típicos de los
nectada con sus primeros años de vida); su funcionamiento psí- pacientes simbióticos. Estos pacientes parecen esos niños sim-
quico en relación con el terapeuta se expresa, sobre todo, en el bióticos hiperprotegidos, que han funcionado como la parte
supuesto aceptado, sin sentrdo crítico, de que el terapeuta es la complementaria de una madre psicótica o deprimida.
madre o el padre".
A menudo en estas circunstancias, escribe Masud Khan, el
En su trabajo, Searles sostiene la centralidad de una fase en idioma "traslativo de la situación analítica se trasforma en un
el interior de la relación simbiótica entre paciente y terapeuta. É1, modo de experimentar más primitivo, muy similar al de la situa-
en efecto, escribe: "Mi experiencia indica, además, que dicha ción primaria en la que el niño es objeto de los cuidados mater-
relación (simbiótica) constituye una fase necesaria en el psicoa- nos". Khan sostenía que para algunos pacientes el simbolismo
nálisis y en la psicoterapia del paciente neurótico y det psicóti- de la transferencia está moderado por aspectos de mothering
co, respectivame nte... " concreto.
Traemos, por su gran importancia clínica, cuatro tipos de Trabajando con pacientes esquizoides, Fairbairn observa
transferencias psicóticas, descriptos por Searles: que éstos son susceptibles de transferencia en un grado nota-
1. El primer tipo incluye todas aquellas situaciones en las ble y revelan inesperadas posibilidades de éxito terapéutico, in-
cuales el terapeuta no se siente en relación con gl paciente, no cluso si estos pacientes mantienen a distancia sus objetos libí-
hay intercambio. Se tiene la impresión de encontrarse frente al dicos.
paciente psiquiátrico clásico de la fenomenología de Kraepelin: En este punto, consideramos útiles algunas particularidades
es como si el paciente estuviese dentro de una campana de vi- y parecidos de la transferencia del adolescente, ubicado por

90 91
nosotros en relación con las características de la transferencia paciente de sacar sus emociones, además de relacionarse con
esquizoide. En nuestra experiencia, en efecto, con el "paciente un objeto externo e intrapsíquico. Esta dificultad crea respues_
difícil", particularmente con el esquizoide, en el setting la gra- tas de identifícacíones complementarias y correspondientes en
dual internalización del analista se manifiesta con un cambio la contratransferencia del analista (Racker, 1969), que podrían
igualmente gradual del materialclínico en el "hic et nunc". interferir precozmente en el camino clínico que se está estruc-
Siguiendo a M. Milner, también según nuestro criterio, cuan- turando. En este caso, la contratransferencia refleja la identifica-
do para el paciente el analista comienza a ocupar una posición ción inconsciente del analista con la representación del simis-
intermedia, él no es el se/f y es, empero, subjetivo. Tiene nece- mo y del objeto del paciente, escindida, disociada y proyectada
sidad de él como de "algo realmente existente que no es else/f' (Gíannakoulas, 1992).
y, sin embargo, coexiste la exigencia de convertirlo en algo pro-
pio. Ét se registra y acepta como separado y, al mismo tiempo,
También en el counse//rng debemos definir la naturaleza de
tratado como un objeto creado subjetivamente.
nuestro vínculo con el paciente, y cuestionarnos Ia calidad de la
Desde el momento en que el analista se vuelve subjetiva- relación con nuestro paciente, aunque sea único, periódico o
mente significativo, el paciente siente logra¡ por así decirlo, temporal, y la capacitad de desarrollarse en una experiencia
"derechos" sobre é1, sobre lo que hace, piensa y siente; y, al significativa y de ayuda para el paciente.
mismo tiempo, se espera que el analista deba saber cómo se
siente é1, cómo es el su mundo interno, y lo que se está espe-
rando del propio analista. Y dada la intensidad de la transferen-
cia de espera y la calidad de la transferencia que se desarrolla
rápidamente, se manifiesta un intento de o'ear una situación
idealizada, aglutinante, sin límites del yo y, sobre todo, sin diver-
sidades y diferencias. El paciente se siente no gratificado y frus-
trado cada vez que el analista traiciona sus expectativas. La
frustración, en este nivel, puede llevar rápidamente a desilusión
y rabia, y tornarse, alavez, una verdaderaamenaza para la mo-
tivación y la fe básicas, necesarias en la alianza terapéutica que
se está formando y que, por lo común, en este estadio, no está
aún lo suficientemente consolidada. En este período, el peligro
del acting out es notoriamente elevado.
A menudo, el paciente busca librarse de la presencia del
analista dentro de sí, y quizá su comportamiento se puede ex-
plicar presumiendo que, según el paciente, el analista está den-
tro de é1, por lo cual debería comprender, saber, senti¡ etc.
Se vuelve claro que es difícil para el paciente aceptar la idea
de que analista pueda existir de por sí, es decir, que exista fue-
ra de su "templo" interno, y que pueda comportarse según sus
reglas y fuera de las propias expectativas. Esta existencia inde-
pendiente es vivida como una ofensa a la omnipotencia narci-
sista y como un acto de obstruccionismo y hostilidad, a menu-
do proyectivamente vengativa...
Con la utilización narcisística y mágica del objeto, existe si-
multáneamente una falta intrínseca y una incapacidad de este

92
93
La contratransferencia Sigmund Freud, en 191 0, por primera vez en el texto "Las
perspectivas futuras de la terapia psicoanalítica", escribe que
"hemos adquirida la conciencia de la contratransferencia que
La transferencia del anal¡sta comprende su valoración aparece en el médico por la influencia del paciente sobre sus
humana de /as necesldades realista del paciente en /as drs- sentimientos inconscientes, y no estarnos lejos de pretender
tmtas fases del tratamiento psicoanalitico que el médico deba reconocer en si esfa contratransferencia y
y sus reacciones humanas a ésfas. dominarla... Hemos notado que cada psicoanalista procede
WilliHoffer exactamente hasta donde se io consienten sus complejos y sus
resistenclas... ".
En este contexto, la contratransferencia se considera sólo un
La contribución del analista a la creación y al obstáculo que debe ser eliminado y se define únicamente en
mantenimiento de la situación psicoanalitica. función del paciente. Se la considera una respuesta endopsíqui-
ca del analista, que hace difícil o imposible tomar los aspectos
tt/lichael Balint
inconscientes del paciente.
En el mismo año, en una carta a Ferenczi, Freud se disculpa-
Por contratransferencia, entiendo la sensibilidad consciente ba porque su contratransferencia había obstaculizado su víncu-
y total del analista en cuanto al paciente; es algo lo analítico. En aquella carta, Freud escribía: "Absolutamente
más que una simple comunicaciÓn intelectual. cierfo, ha sido una debilidad mía. Yo no soy el superhombre psi-
coanalítico que usted se ha construido en la imaginación, ni pu-
M. Masud R. Khan de salir de la contratransferencia..."
La contratransferencia, en este caso reconocida por él como
paterna y positiva, interfirió en la marcha del análisis. Seguida-
En el Diccionario de psicoanálisis de Laplanche y Pontalis, la ménte, Freud elaboró el tema de la reserva y, como se sabe, en
contratransferencia se define como el "conjunto de las reaccio- "Consejos al médico sobre el tratamiento psicoanalítico", reco-
nes inconscientes del analista ante la persona del analizado y mienda evitar discusiones con el paciente en lo que respecta a
más particularmente ante su transferencia". la propia vida personal, las experiencias, las virtudes y defectos
del analista. "Aparecer... como un espejo y mostrarles sólo aque-
En el Diccionario crítico de psicoanálisis de Rycroft, encon-
llo que le es mostrado a é1." En este caso, Freud ha visto la con-
tramos la siguiente definición: tratransferencia como un elemento perturbador surgido en el tra-
"1 . Transferencia del analista sobre el paciente. En este sen- tamiento. Dado que el analista habría debido "funcionar" como
tido, el sentido correcto, la contratransferencia es un elemento un espejo, interferencias propias emotivas habrían podido, se-
que perturba y distorsiona, durante el tratamiento. 2. Por exten- gún Freud, provocar distorsiones, resistencias y conflictos in-
sión, ta actitud emotiva del analista hacia su paciente, incluida su conscientes en el terapeuta. Por esto, naturalmente, recomen-
respuesta a detalles específicos del comportamiento del pa- daba un autoanálisis del analista, que después se trasformó en
ciente. Según Heimann (1950), Little (1951), Gitelson (1952) y el análisis didáctico. Problemas no resueltos sobre la agresivi-
otros, el analista puede usar este último tipo de contratransfe' dad, la sexualidad, la moralidad del analista podrían provocar
rencia como prueba clínica, es decir, puede asumir que la pro- defensas, posturas y actitudes perturbadoras hacia la terapia.
pia respuesta emotiva se basa en una correcta interpretación de En este caso, las reacciones del médico podrían también califi-
las verdaderas intenciones o significados del paciente." car la palabra "contratransferencia", es decir, Ia reacción del
Desde el momento en que el paciente transfiere totalmente analista contra la transferencia del paciente.
los propios intereses sobre el analista, sabemos cuán difícil se Según Freud, sin embargo, el hecho de que el analista expe-
torna definir la naturaleza de nuestro vínculo con é1. rimente sentimientos con respecto al paciente y viva los conflic-

94 95
tos por él suscitados no constituye en sí mismo una contra- prensión del paciente. En el trabajo "La técnica psicoanalítica"
transferencia, pero no puede hacerla surgir. (1918), escribió que el analista debe "aprender a dosificar su
pariicipación y a no ceder nunca a sus emociones interiores,
Freud incluía en la contratransferencia algo más de cuanto
porque el dejarse dominar por las emociones o por las pasio-
incluyese la transferencia del analista con respecto al paciente.
nes crea un terreno desfavorable para relevar y elaborar los da-
La característica esencial de la contratransferencia, escribe tos interiores". Y agrega que "en el análisis él debe desarrollar
A. Storl reside en que el paciente se torne emotivamente impor- incesantemente un doble trabajo: por un lado, debe observar al
tante para elterapeuta, de modo subjetivo más que objetivo. paciente, verificar lo que éste le cuenta, reconstruir el incons-
La noción de contratransferencia como interferencia a la ciente del paciente en base a sus comunicaciones y actitudes;
comprensión y al progreso del análisis permanecerá central en contemporáneamente, debe controlar la propia postura con
el pensamiento de Freud que, sin embargo, en 1912, escribe respecto al enfermo y, de ser necesario, corregirla; es decif su-
también que el analista "debe dirigirse al propio inconsciente pe rar l a contratransferenci a (Freud)".
como un órgano receptor hacia el inconsciente del enfermo que Ferenczi, si bien partiendo de las teorizaciones de Freud so-
transmite". bre la contratransferencia, subraya que los esfuerzos por con-
Se puede, entonces, sostener que, por estos pasajes funda- trolar la contratransferencia pueden inhibir los procesos menta-
mentales suyos, el de 1910 y el de 1912, nacen las dos visiones les libremente fluctuantes del analista que, para é1, estaban en
contrapuestas de Ia contratransferencia: como obstáculo y co- la base de la escucha y de la comprensión empática. Se puede
mo medio fundamental para un conocimiento profundo del in- decir que la característica esencial de la contratransferencia, en
consciente del otro. este autor, estaba en el hecho de que el paciente se volvía emo-
Según creemos, por esta intuición de Freud, según la cual se tivamente impoftante para elterapeuta, de modo subjetivo más
sitúa en el inconsciente la base de la escucha analítica, nace una que objetivo.
concepción positiva de la contratransferencia que se vuelve par- Lo central del papel de la contratransferencia, en la teoria y
te integrante deltrabajo de Heimann en 1950 e inspira la mayor en la praxis analíticas, y el reconocimiento del conocimiento in-
parte del pensamiento psicoanalítico actual. Deriva de la prece- tuitivo por parte del paciente de las respuestas emocionales
dente referencia no mecanicista del inconsciente, entendido ca- del analista, condujeron a Ferenczi a sostener la oportunidad
si como un órgano vivo capaz de respuestas más complejas. de revelar al paciente determinadas experiencias subjetivas del
analista. Él consideraba que el analista podÍa aprender del pa-
De todo esto, se puede conjeturar, también, una distinta ubi- ciente mucho sobre síy que éste podía extraer el beneficio de
cación topográfica, en cuanto la contratransferencia está ligada comprender cómo la personalidad y los conflictos del analista
a la dimensíón inconsciente, mientras la empatía se coloca más habían influenciado los propios procesos de pensamiento y el
precisamente entre el preconsciente y el consciente. material que emergía de las sesiones.
En lo que respecta a los vínculos entre empatía y contra- lVlás o menos todos los analistas se ocuparon de la contra-
transferencia, se puede deducir que los procesos de contra- transferencia después de Freud; muchos la han incluido en el
transferencia no reconocidos y elaborados interfieren con las conjunto de los aspectos del vínculo, como por ejemplo Sand-
capacidades empáticas, mientras que la elaboración de la con- ler y sus colaboradores.
tratransferencia facilita la empatía. Balint notaba que el trabajo de Ferenczi en esta área crucial
Con este fin, nos parece importante recordar aún lo que había llevado a dos importantes descubrimientos. Uno, referen-
Deutsch, en 1926, formuló a propósito de la empatía citada por te al "inmenso efecto de las actitudes 'acostumbradas', 'habí-
nosotros en el párrafo anterior. tuales', 'clásicas' del analista al afrontar, como analista, el desa-
rrollo del vínculo de transferencia y la evolución de la terapia
analítica; el otro, concerniente a las poslbilidades técnicas de
Pero fue Ferenczi quien habló claramente de lo inevitable de una interpretación de la contratransferencia" (1968, p. 151).
la contratransferencia y de su papel fundamental en la com-

96 97
Balint amplió el uso del término hasta incluir no sólo la trans- "Esta diferenciación del sí mismo del analista de la experiencia
ferencia del analista con respecto al paciente, sino todo aquello del paciente en el área contratransferenciales esencra/para man-
que podrÍa revelar la personalidad del analista, como por ejemplo
tener el focus, en cuanto cualquier confusión de /os límites en es-
el ambiente, la vestimenta, la postura corporal y, naturalmente, a te contexto determina, naturalmente, una confusión clínica de
menudo, el accionar del terapeuta. En esta postura profesional realidad psiquica. Es imperativo que, en la ecuación clínica, lími-
del analista, Balint basó su trabajo con grupos y con médicos. Es- tes y procesos psiquicos , al menos por una parte, es decir, el ana-
taba profundamente convencido de que la verdadera compren- lista, debieran ser siempre claramente estructurales y definidos en
sión de lo que ocurre en la situación y en el proceso analítico de- términos de sus funciones y objetivos" (Khan, 1974, p. 206).
riva, ampliamente, de nuestra investigación del ,,comportamiento
del analista en la situación psicoanalítica o de su contribución en
Siguiendo el camino t.razado por Ferenczi, Balint, Racke¡
Heimann (1950) y Winnicott, Masud Khan precisa el hecho de
la creación y el mantenimiento de la situación analítica,'.
que las emociones y los sentimientos espontáneos propios del
analista pueden ser vías útiles de acceso al diálogo terapéutico,
Se sabe que la primera afirmacíón seminal y explícita de la en cuanto el analista se vuelve parte del mundo dei paciente.
unidad de la contratransferencia vino de paula Heimann en Khan agrega que la contratransfe¡'encia es un instrumento para
1950 (1950-1960). Heimann amplió elconcepto de contratrans- percibir y descifrar la afectividad y las relaciones objetales arcai-
ferencia para comprender el uso de los sentimientos del analis- cas del paciente.
ta como fuente de información sobre el paciente.
Esta autora partió de la consideración de que ,,la contratrans- Ya hemos subrayado que "un encuentro analítico no es un
ferencia se extiende a todos los sentimientos que el analista ex- encuentro entre dos objetos inanimados, creado por estructu-
perimenta con respecto al paciente. El analista debe estar en ras no relacionadas entre sí, sino un involucrarse recíproco. Y
condiciones de soportarlos a fin de subordinarlos a la tarea ana- los sucesos de la vida del paciente no son sólo una alegoría pa-
lítica, en la cual él funciona como reflejo especular del paciente". ra descifrar o una mente para corregir.
La extensión del concepto hecha por Heimann no sóto ha si- Hemos aprendido ya cuán irreal es la imagen del analista
do ampliamente adoptada, sino también elaborada, porque ya neutro, autosuficiente, que no deja espacio a la propia subjeti-
la contratransferencia se había tornado en un punto de referen- vidad; funciona, más bien, como un espejo intacto que devuel-
cia indispensable, no sólo para lo que sucede en el paciente, si- ve grandes panoramas de las experiencias humanas. De cual-
no también para lo que sucede en nuestro encuentro con el pa- quier manera, nosotros estamos involucrados, también, con
ciente en general. Por otro lado, las distintas escuelas usan la nuestro mundo interior, y nuestro mismo inconsciente participa
contratransferencia con referencias teóricas y técnicas diver- y responde a lo que encontramos en el espacio y en el tiempo.
sas, como una guía total (Betty Joseph) o "contra-respuesta,' El estilo de un analista experto, como se sabe, está en la'ratio'
(Perl King), y de manera creciente para la escuela kleiniana, con
entre personaly objetivo; y, a veces, en lo subjetivo están fas ca-
la "identificación proyectiva"; es decir, la posibilidad de consi- racterizaciones más sutiles" (Giannakoulas, 1 992).
derar que cualquier sentimiento del analista, que no hubiese si-
También hay que subrayar que, como sabemos, la veracidad
do reconocido como propio, fuera proyectado por el paciente
del materíal clínico depende, en elfondo, de la calidad de la lec-
sobre el analista.
tura que hagamos. Las estructuras de atención, percepción,
Masud Khan estaba convencido, técnicamente, de la ímpor- memoria y rnodalidad de escucha, a través de las cuales suce-
tancia de mantener un focus claro enlre aqueilo que es del ana- de el acto de comprensión dei proceso analítico, así como en la
lista y aquello que pertenece al pacíente, sin confundir los iími- vida, no son ni idénticas e invariables ni constantes y estables.
tes en el área de las respuestas contratransferenciales, porque
Nuestra capacidad de establecer una coherencia dinámica
esto podría desorientar y dañar al paciente (Khan, 1gT4). para
Khan, el analista no debe perder la propia identidad y los confi-
está de por sí atraída y disciplinada por las vicisitucles de la
transferencia y la contratransferencia, y nuestra necesidad de
nes del propio seif.
crear un movimiento recíproco y equilibrante a lo largo de todo

98 99
el proceso analítico, incluso en su forma más simple, notoriamen- ra sacarle provecho, con el fin de utilizarla como servidor, no co-
te, cubre un aspecto dinámico inmensamente complejo. La inten- mo amo".
sidad del "aquíy ahora", obviamente, depende de diversos ejes de
Winnicott advierte que el paciente psicótico es capaz de esti-
la relación terapéutica. Pero un eje es contextual: se trata de nues-
mular sentimientos en los otros, a los que es difícil resistir y que
tra implicación humana con el paciente (Giannakoulas, 2001).
pueden, a menudo, llevar al acting out a quien se ocupa de é1.
Las configuraciones emocionales de la "escucha" o los refle-
jos de la conciencia que organizan nuestra "ingestión" de lo pre- En el trabajo sobre el odio en la contratransferencia, Winni-
cott focaliza la atención en el esfuerzo emotivo al que está so-
verbal en el material clínico no son, por cierto, menos importan-
metido el analista cuando trabaja con el paciente psicótico, y
tes en nuestra implicación consciente con el lenguaje articulado.
sostiene que "porque ama a sus pacientes no puede evitar
En este sentido, parafraseando a Balint, se podría decir que el
proceso analítico es el resultado de las contribucioneq tanto co-
odiarlos y temerles".
mo de los esfuerzos del paciente y de la afectividad el analista.
Obviamente, a menudo, en el "aquíy ahora", la regresión del Pero Winnicott subraya la importancia de no ser "castigado-
yo a niveles de dependencia precoz puede movilizar una ulterior res" con sentimientos tales.
afectividad arcaica indiferenciada y no integrada a todas las res- Es importante, con este objetivo, el concepto de Bion del
puestas contratransferenciales, las interferencias empáticas y contenedor que acciona para aceptar proyecciones del pacien-
hasta reacciones antiempáticas (idem). te, sin distorsiones pero con comprensión y firmeza.
No raramente, la necesidad inconsciente del paciente podría Winnicott consideraba la "violencia" como el intento del pa-
hacer presión sobre la sensibilidad personal del analista y forzar- ciente de reactivar un holding estable.
lo en el papel de ambiente primario. Bastante fácilmente, el ana- M. Little (1985), escribiendo sobre la propia experiencia de
lista podría cambiar esta necesidad por una solicitud de intervenir análisis con Winnicott, cuando estaba en un estado psicótico,
y dirigir, guiar, ajustar; completar el vacío y también poner reme- afirmaba que en la transferencia alucinatoria, también llamada
dio. La intención explícita de explicar podría no ser distinta del psicosis de transferencia, hay una identificación con el analista
deseo pedagógico vocacional del Aufklarung, basado en el cono- en la cual sus prohibiciones automáticamente se vuelven las
cimiento psicoanalítico que excluye el Einfuhlung psicoanalÍtico. prohibiciones del paciente, y que éstas se unen con algunos
De tal modo, el analista se encuentra reemplazando un am- elementos de sanidad del paciente.
biente de intromisión con aspectos similares al impingement ya Podría ser de utilidad el uso sabio de la contratransferencia
experimentado en forma traumática, pero amalgamado'seducto- como instrumento para saber medir nuestros esfuerzos empá-
ramente por aspectos de cuidado. En estas situaciones, el pa- ticos y terapéuticos, y poder comenzar a dosificar el proceso de
ciente se encuentra obligado, tarde o temprano, a defenderse por ir menguando la empatía que permite al paciente descubrir, gra-
el exceso de empatía del analista y a no dejarse involucrar, ulte- dualmente, los límites del análisis como tal y, sobre todo, los lÉ
riormente, ni por los propios sentimientos ni por los del analista. mites del analista.
En muchas situáciones, las respuestas subjetivas inducidas Trabajando con adolescentes y adultos borderline graves,
en el analista por parte del paciente van más allá del poder del hemos encontrado útil, por una parte, adherir y refozar el settrng
analista de ponerse en contacto, yr naturalrnente es difícil apre- psicoanalítico clásico (espacio, tiempo e interpretación) y, por la
ciar su respuesta o reacción al paciente. otra, adaptarnos empática y activamente a ciertos aspectos del
Estamos desequilibrados, bajo estrés, perplejos, paraliza- idioma de ese paciente muy particular (Giannakoulas, 1992).
dos, bombardeados por la intensidad de las proyecciones y
vueltos impotentes por las densas intrusiones y por los impin-
La contratransferencia debería considerarse una manifesta-
gements somáticos, menos colocados en nosotros mismos.
ción de la sensibilidad inconsciente de los analistas hacia los
En esta situación, Pontalis afirma que nos conviene "recono- propios pacientes, más que una expresión de sus limitaciones
cer la propia contratransferencia, no para defendernos, sino pa- personales, defensas y conflictos neuróticos (Smith, 1991).

100 101
La incorporación, la introyección, introyección dado que el Sujeto tiene una sensación interna que
la identificación, la internalización, es el indicio de un vínculo sustancialcon el Objeto.
la externalización, la proyección y Para Winnicott, la incorporación involucra y toca los sentidos
la identificación proyectiva mucho más que la introyección. Para la escuela independiente,
el paciente interioriza el sonido de la voz del analista, su olor, la
imagen visible que tiene de él y, naturalmente, el contacto epi-
El hombre occidental, que había iniciado la secularización dérmico, como por ejemplo puede ser el saludo, etc.; en estas
del self, inspirándose en elevados ideales, como la autentici- situaciones, se puede hablar de un modo de incorporar, de to-
dad de la experiencia ( lonta¡gne), la soberanía del pensamiento mar dentro (internalizar) que involucra sensaciones, percepcio-
(Descartes) y la inviolabilidad de los sentimientos (Bousseau), nes, lo físico, sustancialidad y corporeidad del sí mismo y del
se encontró, a fines del siglo XlX, ocupando, por un lado, la Otro. Sabemos que nuestra vida está impregnada de sensacio-
prestigiosa posición del científico, del materialista y del vojant, nes y percepciones... En el mundo del arte, es decir, cuando mi-
y por el otro, la del enfermo, el alienado ramos un cuadro o escuchamos un fragmento musical, el as-
y el exorcista de sí mismo. pecto incorporante abarca naturalmente la globalidad de los
sentidos.
M. tvlasud R. Khan
En nuestro encuentro con los pacientes, nos damos cuenta
de sus varias modalidades de vincularse con nosotros, privile-
giando sucede en la fruición de una obra de arte- fre-
Los conceptos, relacionados entre sí de algún modo, de in- -como
cuentemente aspectos de incorporación (el olor del terapeuta o
corporación, introyección, identificación, internalización, exter- de su seffrng), o bien de introyección o de mentalización, etc.,
nalización, proyección e identificación proyectiva son usados, con todas las implicaciones en el proceso clínico.
frecuentemente, de modo rntercambiable. En nuestro trabajo,
intentamos emplearlos, por su utilidad clínica, en forma diversi- Como se sabe, el niño incorpora gradualmente, junto con la
ficada. En nuestra exposición, hemos, en efecto, utilizado una sensación del pezón y del seno, también las distintas cualida-
des de la leche, como el calor, el sabor, la viscosidad, etc., más
revisión crítica, siguiendo en forma cronológica los aportes más
o menos gratificantes, placenteras o no.
significativos de algunos autores. Este trabajo pretende subra-
yar algunas dificultades conceptuales, asícomo la posibilidacJ y En este sentido, Milner ha hablado de la presencia de la ma-
fa utilidad clínicas delconcepto de ídentificación proyectiva, co- dre que acompaña al niño, y Winnicott, por otra parte, con el
mo propuestas de diversos autores. término "madre-ambiente", ha diferenciado esta presencia sus-
tancial de la madre, de Ia madre-objeto. Y asíescribe: "Veamos
el proceso interesante de la absorción en el niño de los elemen-
Para muchos autores, de hecho, laincorporación hasido en-
tos representativos de la atención, aquello que podrÍa llamarse
tendida como una actividad instintiva que pertenece primaria-
elementos de sostén del yo. Es particularmente interesante el
mente a fa fase oral y ha sido considerada un precursor genétí-
vínculo entre esta absorción del ambiente y los procesos de in-
co de la identificación. Para Winnicott, que citaremos en este
troyección que nosotros ya conocemos."
caso extensamente, una exigencia somática interna, o bien una
pulsión instintiva, impulsa al niño a representar la exigencia mis- Para Winnicott, el niño toma, así, dentro de sí también las
ma y, al mismo tiempo, crea un objeto corpóreo: el seno que en- técnicas de cuidado materno y las absorbe introyectándolas.
tra en el niño corno sustancia tanto como sensación. AsÍ, este Naturalmente, el seftrng y lo físico en el encuentro con el tera-
objeto interno no es sólo mental, sino que tiene también un fun- peuta se tornan significativos.
damento de tipo físico y sustancial. Esta sustancialidad, para la El término introyección, atribuido a Ferenczi y utilizado por
tradición winnicottiana, es una forma de describir el proceso de Freud, ha perdido paulatinamente su significado original y se
incorporación y un modo para diferenciarla de la introyección, emplea usualmente como sinónimo de la incorporación, de la
considerando que, en este caso, la incorporación difiere de la internalización y de la identificación. Han sido a menudo subra-

102 103
I

yados el carácter preponderantemente defensivo y el aspecto Las identificaciones transitorias pueden, más tarde, volverse
regresivo al estado oral de la introyección, pero también su im- una parte permanente de la personalidad del niño, pero la ca-
portancia capital para el comienzo y la formación de los proce- pacidad de producir identificaciones temporarias permanece
sos identificatorios. después de la infancia y es un momento particular de la ado-
También cabe subrayar que "las así llamadas identificacio- lescencia. Podemos definir la identificación como modifica-
nes del superyó se consideran una combinación de introyec- ciones del esquema del se/f sobre la base de la percepción
ción, por una parte, y una correspondiente identificación del yo, presente o pasada de un objeto; tal modificación puede ser
por la otra" (J. Sandler). temporaria o permanente, entera o parcial, enriquecedora o
restrlctiva del yo, dependiendo de aquello con lo que se iden-
tifica y de por sí: la necesidad de tal identificación es de breve
Las primeras referencias de Freud sobre la identificación se
remontan a 1895, en sus cartas a Fliess (publicadas en 1950);
o larga duración (Hartmann y Loewenstein, y otros). Para J.
Sandler, el término "identificación" denota tanto un proceso
sucesivamente, él habla de identificación histérica en La inter-
pretación de los sueños (1900). Pero es en "Duelo y melancolía" mental normal como el fin conseguido con ese proceso, que
(1917) donde Freud se compromete profundamente con los puede llevar a una persona, de un modo u otro, a sentirse co-
procesos de identificación, acuñando el término identificación mo otra persona. Parala escuela kleiniana, la identificación se
narcisista. lntuye que no son las formas psicopatológicas sino
considera siempre el resultado de procesos introyectivos y
proyectivos (H. Segal).
su génesis y su estructura las que nos hacen comprender me-
jor la identificación. Nace así la teoría estructural del aparato Para Rycroft, se trata de un proceso por el cual una persona:
psÍquico compuesto por ello-yo-superyó. a) extiende su identidad en algún otro; b) toma en préstamo su
La tesis fundamental de Freud, que se cristaliza en "El yo y
identidad de algún otro; c) funde o confunde su identidad con
algún otro. En los escritos analíticos, no se establece nunca la
el superyó", es que las identificaciones decisivas para la forma
propia identidad o la de algún otro. Según Erikson, en la adoles-
tomada por el yo derivan de la introyección de los padres des-
pués de la resolución del complejo edípico. cencia y en la primera madurez, el adolescente redefine "su
identidad pafticularmente en relación con los padres, de quie-
Hay que subrayar que la identificación melancólica, como la nes creciendo se aleja, y con la sociedad, en la cual creciendo
edípica, ya diferenciada por Freud de la identificación primaria, entra. La 'dispersión del rol' se refiere a la tendencia del adoles-
es siempre secundaria en un abordaje objetal ("Psicología de cente a 'sobreidentificarse', hasta el punto de una aparente pér-
las masas y análisis del yo"). dida completa de identidad, con los héroes de los grupos y de
Para Freud: las multitudes" (Rycroft,1g7O, p. 73).
1. la identificación es la forma más primitiva de vínculo emo- Se distinguen cuatro tipos de identificación: a) primaria (en la
tivo con un objeto; infancia, cuando el individuo debe todavía distinguir su identi-
2. la identificación sustituye el vínculo con el objeto, intro- dad de la de sus objetos); b) secundaria (con un objeto: es una
yectándolo regresivamente en el yo; defensa que reduce la hostilidad entre el se/f y el objeto, y per-
3. la identificación podría surgir con una nueva percepción mite que se nieguen las experiencias de separación; aquella
de una cualidad común compartida con algún otro que no con las figuras de los padres se considera parte del proceso de
es un objeto de investidura pulsional. desarrollo normal); c) proyectiva (la persona imagina estar en el
interior de algún objeto externo; es una defensa que crea la ilu-
La identificación ya se considera como la expresión más pre-
sión de control sobre elobjeto); d) introyectiva (permite identifi-
coz del vínculo emotivo con otra persona. La observación de ni-
carse con una introyección, se imagina que el otro está adentro
ños muy pequeños nos ha enseñado que las identificaciones y es parte de sí) (Rycroft).
con los padres y otros individuos son un aspecto del normal de-
sarrollo y que la identificación no es en absoluto siempre un sus- El concepto de identificación primaria no es compartido por
tituto del vínculo objetal ni se usa siempre en modo defensivo. algunos autores.

144 105
I

Por ejemplo, Jacobson (1964) lo considera ambiguo, porque pera dornina e impone la convalidación. Es difícil no convalidar
afirma que parece referirse a los primeros estadios de unión con una conclusión incontestable. Cada convalidación hace la con-
la madre, antes que el mundo objetal sea investido (cathected) clusión aún menos contestable. La percepción de una realidad
como para las identificaciones preedípicas. Él prefiere, por lo restringida es vivida como si fuese el mundo entero. Para man-
tanto, hablar de identificaciones precoces o primitivas. tener intacto este mundo restringido, se necesita de un género
Winnicott, por otra parte, termina su exposición "Sobre la especial de aprendizaje. La persona narcisista aprende a mani-
pular la realidad para conformarla a sus proyecciones. Sus expe-
transferencia" (1956) en el Congreso de Ginebra recomendando
al analista mantener siempre en mente el concepto de identifi- rimentos son estudiados para hacer inevitables las conclusiones
precedentes. Sobre esta base teórica, su mundo es razonable.
cación primaria cuando está en juego el desarrollo emocional
primitivo y el paciente está listo para correr el riesgo de aceptar Este modo de vivir se vuelve un 'sistema de supervivencia'. Y
podemos agregar que ésta es una forma de muerte psíquica pa-
la dependencia absoluta ofrecida por el settrng analífico. "Y en
ra aquellos que están íntimamente involucrados con este tipo de
verdad Winnicott- el término 'identificación prima-
-subraya
ria' implica un ambiente que no está todavía diferenciado de lo
paciente".
que será el individuo." Una persona así, concluye Brodey (1965), "no ha aprendido
la comunicación porque no le ha sido enseñada en la infancia.
En nuestro trabajo (2000) "Ganas de jugar, o bien de la leyen-
da del 'deseo maternal"' y sucesivamente en nuestra experien-
No conoce el sentimiento de 'estar juntos' en una experiencia
cia con pacientes transexuales (Giannakoulas y otros, 2000), afectuosa, en la cual madre y niño pueden estar separados, pe-
ro dentro de una distancia respondiente, comunicativa. Un niño
hemos encontrado de gran utilidad el concepto de identifica-
que sabe hacer esto, que ha aprendido de las respuestas em-
ción arcaica, que es muy pregnante, es decir, un imprinting ar-
páticas de su madre, que no será abarrdonado a la intrusión de
caico, dada la total precocidad y plasticidad del yo.
dolores y tensiones aplastantes, puede entonces dejar que ten-
gan lugar la distancia y la separación, y descubrir que la sensa-
En 1939, Hartmann habló de internalización cuando las regu- ción que invade su cuerpo no invade la totalidad de su mundo,
laciones que tienen lugar en la interacción con el mundo exter- por lo cual 'él comienza a organizar y estructurar la tensión en
no son sustituidas por regulaciones internas. Rycroft diferenció atención"'.
Ia internalización de la introyección afirmando que el término El autor agrega que:
está "mejor usado para designar solamente aquel proceso por
1. el rechazo se combina con la manipulación de la realidad,
el cual los objetos del mundo externo adquieren una represen-
elegida con el fin de verificar la proyección;
taciórr mental permanente, por lo cual las impresiones se con-
vierten en imágenes que forman parte del bagaje y de la estruc- 2. la realidad que no se puede usar para verificar la proyec-
tura de nuestra mente". ción no puede ser usada;
3. la información es notoria para la persona que hace la exter-
nalización, pero no para otros; no se transmite, excepto cuando
En este punto, hemos encontrado de gran beneficio el traba-
jo de Brodey sobre laexternalización y lo sintetizamos para per- sea útil para inducir o manipular a los otros a fin de que convali-
mitir al lector una ulterior diferenciación con los otros concep- den aquello que entonces se volverá realización de la proyec-
tos, y en particular con el concepto de identificación proyectiva ción; en este proceso, el examen de realidad está arruinado.
que daremos seguidamente. La individualización comprende tanto la integración de las
imágenes contrasexuales en el yo como de sus partes rechaza-
Brodey, en su trabajo sobre la externalización, escribe que
das. Así, por ejemplo, Ia demolición de las imágenes ideales en
ésta "hace posible un sistema de vida basado en vínculos con
el matrimonio y Ia representación de los aspectos rechazados
aspectos no separados pero distanciados del se/f. Eso que es
pueden ser vistas como necesarias en este proceso.
percibido como realidad es una realidad 'como si', una proyec-
ción de las expectativas internas. Los sentidos están entrena- Rycroft, por otra parte, explora también minuciosamente el
dos para convalidar. La intensa búsqueda de aquello que se es- proceso de proyección, subrayando que en psicoanálisis se

106 107
pueden distinguir dos significados: a) mal interpretación gene-
mienza con las formulaciones de Klein, se afirma que el proce-
ral de la actividad mental como eventos que suceden al indivi-
so sucede sólo en la fantasía y es exclusivamente intrapsíquico,
duo (sueños, alucinaciones); b) proceso por el cual impulsos es-
no estando interesado elobjeto real. La proyección y la identifi-
pecíficos, deseos, aspectos del síu objetos internos son imagi-
cación comprometen sólo los procesos de cambio en las repre-
nados como localizados en algún objeto externo.
sentaciones mentales del self y del objeto de una persona.
El concepto se amplió rápidamente, después de su introduc-
El concepto de identificación proyectiva, desde su introduc- ción, de modo de constituir la segunda fase, en la cual hubo in-
ción por parte de Melanie Klein, en 1946, ha sido definido y ela- cluso un aspecto interpersonal. Aquí, el objeto real, por ejemplo
borado de diversos modos; esto hizo ambiguo un concepto ya el analista, se identifica con la parte proyectada del se/f o con la
controvertido. En este caso traemos, por motivos didácticos, representación objetal modificada, y de este modo se crea una
aportes y comentarios crÍticos de varios autores, como Sandler, respuesta de contratransferencia.
Nrleissne¡ Joseph, Kernberg, Bion, Ogden, Segal...
La tercera fase fue creada por W. R. Bion y su modelo "con-
El uso más restringido es sostenido por lv'leissner, quien afir- tenedor", en el cual la identificación proyectiva se describe como
ma que la mayor parte de los fenómenos adscritos a la identifica- si la internalización de partes del sí mismo y del objeto interno su-
ción proyectiva pueden ser explicados adecuadamente postulan- cediera directamente en el objeto externo. El objeto externo, por
do proyecciones e introyecciones recíprocas. propone un regre- ejemplo la madre o el analista, contiene, entonces, la experien-
so al uso original del término hecho por Klein, que',entendía por cia emotiva intolerable y la modifica en una forma más tolerable
ello describir un mecanismo intrapsíquico que comienza como que puede después ser reintroyectada por el niño o el paciente.
parte del proceso psicótico, en el cual el sí mismo es proyectado
Kernberg distingue claramente la identificación proyectiva
en el objeto y se identifica con el objeto, así modificado. Debido a
de la proyección, ilustrando las diferencias con algunos ejem-
que el proceso permanece intrapsíquico, seria presumiblemente
plos clínicos. El individuo mantiene una empatía con aquello
más aceftado hablar aquí de proyección en la representación del
que es proyectado e induce también en el objeto "una corres-
objeto". Meissner rechaza la distinción entre proyección e identi-
pondiente experiencia intrapsíquica", mientras que en la pro-
ficación proyectiva basándose en el hecho de que la última indu-
yección se verifica el repudio de todo lo proyectado y no hay
ce al objeto de la proyección a responde¡ y afirma que impulsos
ninguna intención de provocar tales sentimientos en el objeto.
complementarios están siempre en el trabajo de todas las pro-
yecciones que suceden en un contexto interpersonal. Hay ejem- É1, así como Sandler,rechazacomo demasiado amplia la ex-

plos que podrían ser catalogados como identificación proyectiva tensión del concepto por parte de T. H. Orden y Bion, por incluir
e introyección: que tienen lugar en dos diyersos agentes. El autor la elaboración hecha por el terapeuta (o por la figura materna)
insiste en la idea de que en tales interacciones sucede una iden- de aquello que ha sido proyectado y, sucesivamente, su retor-
tificación y asevera que "cuando se usa et término identificación no sobre quien proyecta, en una forma modificada y más acep-
proyectiva, no se trata de mi identificación,,. table. Sin embargo, Kernberg parece estar de acuerdo con la
aproximación kleiniana de reconocer la identificación proyecti-
Por otra parte, Betty Joseph comparte y hace propio el pun-
va como una fantasía, más bien que como un mecanismo, di-
to de vista de la tercera fase kleiniana del concepto, afirmando
ciendo que "es una tentativa, en la fantasía primitiva, para sepa-
que, por definición, identificación proyectiva significa poner par-
rarse de aquello que es intolerable, con el fin de controlarlo".
te delsí mismo en un objeto.
Para Kernberg, el puesto de la identificación en la identifica-
La autora habla cómo si no se hiciera distinción entre fanta-
ción proyectiva está en quien proyecta, que se identifica, median-
sía y mecanismo: una diferencia que Meissner considera vital.
te la empatía, con el objeto en el cual ha proyectado aspectos no
Una revisión crítica delconcepto de identificación proyectiva deseados. En esto, Kernberg se diferencia de Sandler, quien, co-
ha sido realizada por Sandler mísmo, que dividió su desarrollo en mo antes se ha afirmado, localiza el proceso de ídentificación en
tres fases, aportando comentarios propios sobre el argumento. el objeto, que es inducido de algún modo a identificarse con los
En la primera fase de la identificación proyectiva, que co- aspectos escindidos y proyectados de aquel que proyecta.

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.:-.l

Joseph, por otro lado, sostiene que la identificación proyec- Sandler propone la cuestión del sí mismo para el cual la
tiva es un mecanismo importante de desarrollo, en el estableci- identificación proyectiva puede involucrar la proyecciÓn de cua-
miento de vÍnculos entre síy elobjeto. lidades idealizadas, y no sólo de aspectos no queridos del sí
mismo. Él hace referencia al concepto de Anna Freud del aban-
Sandler reconoce el desacuerdo y concluye que "eso necesi-
dono en que se vive el sí mismo a través de la otra persona co-
ta algunas aclaraciones". El rol problemático de la identificación
mo se querría que fuese.
en el concepto de identificación proyectiva, en realidad, parece
estar en el centro de muchas controversias. Naturalmente, no hay Kernberg disiente, prefiriendo referirse a idealización "de la
razón por la cual la identificación no pueda suceder en ambos proyección... de partes deseadas idealizadas". Esta formula-
puntos, en la secuencia de las presuntas actividades. Pero cada ción nos parece que implica la paradoja de idealizar aquello que
punto de tal diversa identificación evocaría, presumiblemente, di- es ya idealizado.
ferentes consecuencias en el comportamiento, y es difícil ver có- Sandler, por otra parte, sostiene que hay una diferencia en-
mo se puede lograr el acuerdo acerca de un comportamiento ex- tre impulsar a otras personas a adquirir lo que se quiere adqui-
plicado por la operación aparente de la identificación proyectiva rir y la simple idealización de ellas. No obstante, indicar la pri-
sin especificar claramente quién se está identificando, con quién mera como una instancia de identificaciÓn proyectiva compofta
y con qué cosa. El desacuerdo se difundió, también, con referen- la asunción que los aspectos del sí mismo queridos, así como
cia al papel de desarrollo de la identificación proyectiva. aquellos no queridos, podrían ser proyectados en este proceso
Sandler no concuerda y subraya que un vínculo estable "sí- y, creemos, cambiar el significado de la parte proyectiva del
mismo-objeto" es necesario para una identificación proyectiva proceso.
con buen resultado, pero admite que, en los estados psicóticos, Joseph encuentra que la identificaciÓn proyectiva es "por su
el mecanismo podría estar intensificado como intento de soste- verdadera naturaleza un tipo de ccrmunicación, también en ca-
ner vínculos aparentes. sos en los que esto no es su objetivo", sugiriendo la idea de que
Kernberg propone una línea de desarrollo de la identificación al menos en algunos casos esto podría ser su obietivo'
proyectiva, como estructura del yo centrada en la escisión en lVloses, en su intento de conectar el proceso de la identifica-
cuanto defensa esencial, en la proyección, basada sobre una ción proyectiva con el área del proceso político, habla de "pro-
estructura delyo focalizadaen Ia represión. Asíla centralidad de yecciones del ideal delyo" y "proyecciones de cualidades idea-
la escisión respecto de Ia represión determina el predominio de lizadas".
la identificación proyectiva o de la proyección. En esta expe- Al respecto, pensamos que dichos fenómenos no represen-
rlencia la identificación proyectiva es típica de organizaciones tan lo que comúnmente se considera proyección, es decir, la re-
de Ia personalidad borderline y psicótica, pero juega un papel negación de sentimientos no queridos o de otros aspectos del
no importante en la neurosis (excepto en casos de grave regre- sí mismo, y su atribución a una fuente externa. Más bien, ellos
sión temporal), mientras que la proyección es típica de un fun- reflejan un complejo de delegación dependiente de esfueaos,
cionamiento de nivel elevado. ideales, etc., y unaasunción de que un líder admirado compar-
Un motivo primario, si no crucial, de la investigación en tor- ta los mismos ideales.
no a la identificación proyectiva es la necesidad de liberarse de El último trabajo de Yoram Bilu es un estudio psicológico an-
aspectos intolerables delsímismo. Sin enrbargo, hay otros mo- tropológico acerca de un caso de posesiÓn Dybbuk en una co-
tivos importantes. munidaá europea jasídica del siglo XlX. El resumen en discusión
Para Sandler, el elemento de control es central como primer es tomado de los recuerdos de un erudito israelíen estudios
ju-
factor que motiva el proceso: "Aquello de lo cual se quiere libe- daicos y cuenta el drama de una muier hebrea que se hace rabi-
rar puede ser eliminado de la identificación proyectiva, y gracias no y es vÍctima de posesión por parte del espíritu del padre
al control del objeto se puede, después, obtener la ilusión in- ,rá.to. El fenómeno es visto como un interjuego integrado de
consciente de que se esfá controlando el aspecto no querido y externalización e internalización, unido al de identificación pro-
proyectado del self ." yectiva.

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110
En contraste con la amplia variación de conceptualizacio- modo qúe los objetos se experimentan como omniscientes y
nes, los autores parecen concordar en que el fenómeno base, enjuiciadores; a menudo, los objetos rnalos creados tienen la
que subyace en el estudio, conformado por un conjunto de sen- cualidad de un potente superyó".
timientos o actitudes, es rechazado por un individuo y, de algún
modo, inducido en algún otro, para ser después encontrado por
la primera persona con algún grado de empatía. Una excesiva identificación proyectiva equipara elobjeto a la
parle proyectada del sujeto que lleva a una identificación con-
Lo que está en discusión es si esta serie de eventos puede creta. El simbolismo concreto crea malos entendidos, falsas
ser adecuadamente abarcada bajo el término de proyecciones
creencias y, por lo común, actitudes dogmáticas por parte del
y sucesivas manipulaciones del otro con rol de prontitud a em-
adolescente.
patizar (para usar un término de Sandler), o requiere un concep-
to separado y, sies así, cuán amplio.

Por otra parte, el concepto mismo está rodeado de conside-


rables rnatices, por el gran aporte de la escuela kleiniana en es-
la área.
En la construcción, por ejemplo, de la teoría del pensamien-
to de Bion, el concepto de identificación proyectiva juega un rol
fundamental. Como escriben C. Neri, A. Correale y P. Fadda,
"ése es un concepto-clave, no concebido como un momento
primordial"; luego no más eficaz, sino como una modalidad de
funcionamiento de la mente constantemente activa, que cons-
tituye tanto el primer hecho mental del niño como el soporte in-
dispensable de las más refinadas capacidades adultas de pen-
samiento y de relación. "Nuestras facultades más evolucionadas
Bion- derivan de nuestras facultades primitivas y
-escribe
más arcaicas. Tal modo de proceder se une al de toda la tradi-
ción psicoanalítica; ésta subraya el carácter unitario y global de
la experiencia del individuo, considerando que se puede hallar
una evolución de la vida mental, que con continuidad, si bien a
través de momentos de quiebre y de crisis, va del niño pequeño
hasta el hombre maduro; los fenómenos complejos de la perso-
nalidad y el desarrollo mismo del pensamiento resultan más
comprensibles si se remontan a los momentos tempranos de la
vida mental."
Bion agregó que es la patología de la identificación proyecti-
va más que su intensidad la que provoca la concretización. En
particular, pensaba que la proyección y la fragmentación del
aparato proyectivo de alguien llevaban no sólo a la percepción
distorsionada del objeto, sino también a la mutilación del apa-
rato perceptivo del sujeto.
H. Segal sostiene que "en tales situaciones /o que se proyec-
ta es /a capacidad cognitiva misma y la capacidad de juicio, de

112 113
La resistencia La compulsión a repetir es considerada un factor autónomo,
irreductible a una simple dinárnica entre principio de placer y
principio de realidad, y es atribuida al carácler conservador de
Durante el proceso psicoanalítico, se da el nombre de "re-
Ias pulsiones.
sisfencra" a todo aquello que, en /os hechos y en el discurso
La compulsión a repetir se usa, corrientemente, para expli-
del analizado, se opone al acceso al propio inconsciente.
car el fenómeno general de la resistencia al cambio terapéutico.
Jean Laplanche y Jean-Baptiste Pontalis Freud aclaró en 1926 que la compulsión a repetir opera conto
una resistencia del inconsciente, que necesita un largo período
de elaboración analítica.
"En el inconsciente psíquico, podemos individualizar el pre-
El concepto de resistencia es un término técnico y se refiere
domino de una compulsión a repetir, que proviene de los movi-
a las fuerzas y a los elementos que en el paciente se oponen al
rnientos pulsionales y depende probablemente de la naturaleza
analista y al proceso terapéutico.
más íntima de las pulsiones; es /o suficientemente fue¡Ie como
La resistencia siempre está presente en todo tratamiento, para violar el principio de placer y confiere a algunos aspecfos
acompañándolo en todo su transcurso, y no podría ser de otro de la vida psíquica un carácter demoníaco..." (Freud, 1919).
modo, desde el momento en que el núcleo de la resistencia se
apoya sobre todas aquellas defensas más o menos primitivas
que se han puesto en juego, desde la primera infancia, contra la Paramayor claridad, recordamos que hay una compulsión a
angustia y el sentido de peligro y de insegurioad. La resistencia repetir del ello que, como dice Freud en "lnhibiciÓn, síntoma y
es, principalmente, un intento de evitar el dolor y la angustia; se angustia", se caracteriza por la atracción "de los prototipos in-
dirige contra el sentimiento de ser pequeño, impotente, depen- conscientes sobre el proceso pulsional reprimido", y una com-
diente, excluido, destructivo, etc. En una palabra, podemos de- pulsión a repetir del yo que es el mecanismo que encontramos
cir que la resistencia está dirigida contra los afectos. en los sueños repetitivos, consiguientes a situaciones traumáti-
cas. En este caso, la compulsión a repetir se entendería como
En consecuencia, ningún cambio psíquico es posible sin un
intentos hechos por el yo para dominar y después abreaccionar
trabajo con las resistencias.
de modo fraccionado a las tensiones excesivas.
Laplanche y Pontalis afirman que, en el tratamiento, las resis-
Es decil la compulsión a repetir del ello es una tendencia re-
tencias gradualmente salen alaluzy "se expresan en parlicular
petitiva que define precisamente el ello, mientras la compulsiÓn
por diversos modos en que el paciente rompe la regla fundamen-
a repetir del yo es una función restitutoria de éste yo que utiliza
tal". Aquí podemos comprender no sólo la asociación libre, sino
los fenómenos repetitivos en beneficio del yo como el intento de
también todas las formas de acting out y acting in.
restaurar la situación antecedente del trauma.
Las resistencias se manifiestan a través de las dificultades
En síntesis, al tratar las resistencias no hay que olvidar que
que emergen en la capacidad de sentirse cómodos ante la pre-
la resistencia al cambio psíquico es más fuerte que la actitud de
sencia del otro, de expresarse sin defensas y de hacer asocia-
cooperación consciente y, también, que el sufrimiento indivi-
ciones Iibres.
dual.
Rycroft define /a resistencia como "la oposición que se encuen-
tra, durante el tratamiento psicoanalítico, al proceso de hacer
conscienfes /osprocesos inconscientes. Se drce que los pacientes Ahora bien, sigamos la evolución del concepto de represión
están en un estado de resistencia, si se oponen a las interpretacio- desde el punto de vista histórico.
nes del analista, y que tienen débiles o fuertes resistencras, según Freud era consciente de las resistencias ya en el período en
encuentren fácil o difícil permitir a su analista el comprenderlos. La el cual usaba la técnica hipnótica. En ese período, observaba la
resrsiencra es una manifestación de defensa, con la posible excep- oposición del paciente a los intentos hipnóticos: tanto a las in-
ción de la'resistencia del inconsciente', la compulsión a repetif'. tenciones del médico de hipnotizarlo, como durante el estado

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hipnótico. Se puede, por cierto, sostener que Freud ya había sa es atribuida al yo. En este punto, el concepto de la resisten-
descubierto la transferencia en la época de sus estudios sobre cia permanece fundamentalmente inalterado, sólo que ahora la
la hipnosis. Él renunció, efectivamente, a la hipnosis porque la resistencia, como defensa del yo contra la conciencia de los im-
resistencia que ciertos pacientes oponían a ser hipnotizados le pulsos inaceptables, asumirá un rol cada vez más prominente
parecía, por un lado, legítima y, por el otro, imposible de inter- en el tratamiento.
pretar y superar. Así la resistencia se torna uno de los factores fundamentales
Para Freud, las resistencias eran proporcionales a las fuer- en la teoría y en la técnica psicoanalíticas. Freud afirmaba que
zas de la represión. En efecto, en la época de los estudios so- la interpretación de las resistencias y de la transferencia consti-
bre la histeria, Freud afirma que, cuanto más se aproxima al nÚ- tuía la característica de su técnica.
cleo de la neurosis, mayor es la resistencia, que sérá entonces Las ideas imprevistas que de pronto se descartan con toda
regulada por su distancia respecto de lo reprimido. Entre '1892 suerte de pretextos... son vistas por él como derivadas de las
y 1895, sostiene: "Por lo tanto, una fuerza psíquica... había apar- formaciones psíquicas reprimidas (pensamientos e impulsos),
tado, en origen, la representación patógena de la asociación y como deformaciones de éstas debidas a la resistencia con res-
se oponía, ahora, a su retorno en el recuerdo. El 'no saber' de pecto a su reproducción. Cuanto más grande es la resistencia,
tas histéricas era, así, un 'no querer saber', más o rnenos cons- tanto más ingente es esta deformación (Freud, "El método psi-
ciente, y la tarea del terapeuta consistra en superar... esta resis- coanalítico freudiano", 1 903).
tencia a la asociación."
Gradualrnente, la resistencia adquiere una dimensión central
El no saber de las histéricas del que habla Freud nos hace en la vida del paciente, incluso fuera del proceso terapéutico, al-
venir a la mente la "inocencia organizada" de la que muchos go similar a la "censura" onírica, y asume así la tarea constante
años más tarde hablará M. Khan. de impedir que los pensamientos, los sentimientos, los afectos
Para Freud, el paciente se defiende de la aparición de ideas y los deseos inaceptables se vuelvan conscientes. En el fondo,
y afectos desagradables y penosos que vuelven a emerger en el como con la censura onírica, las resistencias causan distorsio-
curso del tratamiento. La dificultad en la recuperación mnemó- nes, modificaciones, enmascaramientos, deformaciones y alte-
nica está, según Freud, en el hecho de que estas ideas son "to- raciones, es decir, aquellas modalidades que a menudo alteran
das de naturaleza penosa, idóneas para provocar los afectos de el contenido afectivo, emotivo e instintivo que intenta emerger
la vergüenza, el reproche, el dolor psíquico, la incapacidad" del paciente.
(1 892-1 895). Para Freud, en este sentido, las resistencias debían ser con-
En este punto, aprovechamos la ocasión para señalar que, sideradas no sólo importantes, sino también presentes en nues-
para muchos autores, hay una profunda diferencia entre ver- tro encuentro con el paciente: "Nuestro tratamiento se desen-
güenza y reproche desde un punto de vista estructural; el repro- vuelve entre continuas resistencias" ('1909). Más tarde, todavía,
che está ligado al superyó, y la vergüenza, alideal del yo y a la Freud señala que las resistencias están igualmente presentes y
imagen de síen relación con el otro. continuas en la transferencia ("resistencias de transferencia") y,
en este ámbito, se describen como barreras engorrosas, verda-
Ahora bien, incluso si en el período de la primera tópica,
Freud hace de la resistencia la expresión de la fuerza del yo con-
deros obstáculos en el proceso terapéutico. De esta forma, la
presencia del terapeuta podría evocar en el paciente sentimien-
tra las representaciones penosas, existía en él la idea de que el
origen último de la resistencia podía rastrearse en una repulsión
tos, afectos, vivencias significativas del pasado, repropuestas
de Ia culpa, en cuanto tal, a volverse consciente. ahora de modo directo hacia la persona del analista. En este
sentido, la resistencia transferencial puede ser vista como la
Con el descubrimiento de la importancia de los impulsos y manifestación interpersonal de las mismas fuerzas que llevan a
de los deseos interiores, como causa principal de los conflictos la represión.
y motivo fundamental de las defensas, es decir, con el pasaje a
la segunda tópica, se enfatiza el aspecto defensivo, y la defen-

116 117
Freud notaba que el paciente, justamente a través de las re- de castigo: a esta última resistencia se atribuye, sobre todo, la
sistencias de transferencia, se tomaba la libertad de omitir la re- reacción terapéutica negativa.
gla psicoanalítica fundamental, es decir, que se debe comunicar A propósito del beneficio secundario, hay que distinguirlo
sin crítica alguna todo aquello que viene a la mente, olvidar las del beneficio primario. El beneficio primario es el desempeño de
intenciones con las que se había iniciado el tratamiento y con- la angustia y del conflicto mediante la formación del síntoma,
siderar con indiferencia nexos lógicos y conclusiones que poco mientras el beneficio secundario consiste en las ventajas prác-
tiempo antes le habían hecho la impresión más grande... (1912). ticas que se pueden lograr utilizando el síntoma.

El tratamiento psicoanalítico se organizaba entonces alrede- Con respecto al primer punto, "la represión", hay que tener
dor de dos fenómenos: la transferencia, esto es, el vínculo emo- presente que para Freud la expresión clínica de las resistencias
tivo entre analista y paciente, y la resistencia, es decir, la lucha estaba profundamente conectada con toda la gama de los me-
del paciente contra la posibilidad de mejoramiento. canismos de defensa del paciente y que é1, habitualmente, uti-
En la "Historia del movimiento psicoanalítico" (1914), Freud lizaba el término represión como sinónimo de las defensas en
escribe a propósito de la transferencia y de la resistencia: general.
"Todo tipo de investigación que reconozca estos dos hechos A medida que el concepto de resistencia se comprende ca-
y los tome como punto de partida del trabaio a seguir puede lla- davez más, se diferencian mejor, también, las defensas. Como
marse psicoanálisis, aunque se llegue a resultados disflntos de se ha ya señalado, las defensas se desarrollan y se utilizan pa-
los míos." ra afrontar situaciones de peiigro que surgirían, en la teoría freu-
diana, si los deseos sexuales o agresivos inconscientes pudie-
sen encontrar libre y directa expresión en la conciencia y en el
Todavía en 1914, en el ensayo "Recordar, repetir y reelabo-
comportamiento.
rar", Freud escribe:
En 1920, Freud usa el término defensa para designar, gene-
"Neutralizar /as resrstencias puede resultar, en la práctica, un
ralmente, todas /as técnicas de las cuales el yo hace uso en /os
trabajo muy arduo para el sujeto del análisis y poner a dura prue-
conflictos que puedan conducir a la neurosis.
ba la paciencia del analista. No obstanfe ello, ésa es la parfe del
trabajo que produce los cambios más notables en el paciente y Las defensas tienen, por lo tanto, la tarea de defender el yo
que distingue el tratamiento analítico de cualquier otro tipo de y pueden ser movilizadas: a) por la angustia debida a un au-
atención por medio de la sugestión." mento de la tensión interna; b) por la angustia debida a ame-
nazas del superyó; c) por peligros provenientes del mundo ex-
En "lnhibición, síntoma y angustia" (1926), Freud distingue
terno.
cinco tipos de resistencias:
Freud escribe en 1937: "Los mecanisrnos defensivos dirigi-
1) represión; dos contra un peligro anterior se representan en el tratamiento
2) resistencia transferencial; como resistencia contra la curación, consiguiendo que el yo tra-
3) beneficio secundario; te la curación misma como un nuevo peligro..." Anna Freud, en
su libro El yo y los mecanismos de defensa (1936), enumera nue-
4) resistencia del ello;
ve defensas: regresión; represión; formación reactiva; aisla-
5) resistencia del superyó. m ie nto ; p roye cci ó n ; anu I aci ó n retroactiv a, i ntroyecci n
ón ; re be Ii ó

De estas cinco, las primeras tres (represión, resistencia de contra sí mismo; inversión.
transferencia y beneficio secundario) se atribuyen al yo. La re- A éstas agrega también lasublimación. También se conside-
sistencia del ello se debe a la compulsión a repetir y hace nece- ran def en sa s la i nte I ectu al izaci ó n, la rac i o nal i zaci ó n, la i d e nti fi -
saria la elaboración terapéutica, mientras la resistencia del su- cación con el agresor,la escisron y el rechazo, elc.
peryó se debe al sentido de culpa inconsciente y a la necesidad

.18
1 119
En este punto, el análisis de la resistencia se conviede en el En los últimos cincuenta años, se ha desarrollado un amplio
análisis de aquellos aspectos de las defensas del paciente que trabajo de investigación sobre las resistencias y las defensas
determinan la salida patológica de sus conflictos, como encon- más arcaicas. En este sentido, la escisión del objeto y del yo, la
tramos en Sandler y otros. de negación, la proyección, la manipulación omnipotente de la
Así, el análisis de las defensas, a través del análisis de las re- realidad y de la relación con los objetos nos ayuda a compren-
sistencias, ha asumido una función cada vez más importante en der las patologías más profundas. M. Klein sugiere que, en la
la técnica psicoanalítica (Hartmann, 1951; Glover, 1955; A. primera fase del desarrollo, estos mecanismos de defensa tie-
Freud, 1965). nen un rol similar al de la represión en un estado sucesivo.
En este sentido, la técnica psicoanalítica se vuelve un instru- Un espacio símil requeriría la defensa maníaca, que se dife-
mento esencial y útil también para el mundo no estrictamente rencia de todas las otras en cuanto es una defensa organizada;
psicoanalítico, es decir, para el operador psiquiátrico, el psicó- otra defensa organizada es el falso se/f. El falso se/f podría ser
logo, el educador y, sobre todo, para quien está comprometido comprendido como una forma de defensa maníaca.
con el proceso de ocuparse de otro.
En síntesis, se puede decir que el psicoanálisis clásico rela- Por "forma de una resistencia" se entiende el modo en el
ciona históricamente y en conjunto la resistencia con la repre- cual la resistencia se expresa; la fuente indica, en cambio, có-
sión de la libido. Freud, en efecto, históricamente se interesó mo y por qué se ha formado una resistencia.
por el destino de la represión de la libido; M. Klein, por el desti- Pensamos que la interpretación debe ser formulada toman-
no de la agresividad. do en consideración la vulnerabilidad del paciente en lo que res-
Fenichel (1951) distingue entre formas agudas y formas mo- pecta a sus resistencias, mostrando respeto también hacia la
deradas de resistencia. necesidad del paciente de protegerse y de defenderse. A me-
Sandler subraya la importancia de diferenciar fuentes (resis- nudo, podrÍa ser incluso útil reconocer la dificultad de abrirse, la
tencia de transferencia, resistencia de represión) y formas de la amenaza de dejarse ir; también, a veces, de verbalizar algo, co-
resistencia. Este autor, refiriéndose al trabajo de Glover (1955), mo por ejemplo "tal vez usted se avergüence..." o "tal vez usted
las distingue entre resistencias "obvias" o "crasas", que son ma- se asuste de su rabia... o de sus fantasías sexuales", etc. Pero
sivas, por un lado, y por el otro, resistencías 'no preclusivas". la interpretación, según creemos, de alguna manera debe hacer
referencia a las resistencias del paciente; posiblemente, tam-
La lista de las fuentes de las resistencias ha sido ulteriormen-
bién, en el momento justo, indicando el particular impulso o la
te ampliada por varios aportes teórico-clínicos (Sandler y otros).
fantasía o el afecto delcual el paciente se defiende. La interpre-
Efectivamente, se han agregado:
tación cambia si se tiene en cuenta la forma o la fuente de am-
1) "resistencias de defensa", determinadas por la dificultad bas cosas, en el hic et nunc y en la transferencia.
de modificar los mecanismos de defensa que han llevado
a una adaptación psíquica, tanto en términos de lo normal
Además, creemos que deben ser consideradas muy signifi-
como en términos patológicos;
cativas las resistencias que surgen como consecuencia de la in-
2) resistencias ligadas con el ansia de perder o separarse del capacidad del terapeuta de adaptarse al paciente o como con-
analista; secuencia de procedimientos técnicos y modalidades técnicas
3) resistencias relacionadas con el sentido de vergüenza o rígicias o inapropiadas.
con el miedo a perder la estima del analista; En síntesis, mientras con el modelo topográfico el analista
4) resistencias llamadas del ello, es decir, conectadas con el concentraba los propios esfuerzos en hacer consciente lo in-
desamparo o el abandono de soluciones adaptativas ya consciente, con el modelo tripartito de la mente (ello, yo y super-
consolidadas; yó, 1923), el énfasis se habÍa corrido en relaciÓn con el uso tera-
5) resistencias descriptas por W. Reich como corazas caracte- péutico de la resistencia a favor del refuerzo y soporle del yo.
riales, debidas a la "rigidez" de cierlos rasgos de carácter.

120 121
I

Con el desarrollo de la teoría de las relaciones objetales, la ta puede ser superada sólo si el paciente consiente que el ana-
represión como mecanismo de defensa se vuelve secundaria y lista lo lleve a regresar a un estado de dependencia oral y a ex-
es sustituida por la escisión. Ahora bien, refiriéndose a áreas perimentar un nuevo inicio. Según la terminología de Kris
preverbales, se vuelven significativos otros mecanismos de de- (1956), se trata de una regresión al servicio del yo. Según Balint,
fensa: escisión, proyección, negación y rechazo. el proceso analítico es "el resultado de los aportes del analista
tanto como de los esfuerzos y de la afectividad del paciente".
Esto, teóricamente, confiere significado particular al aporte
Winnicott pondrá en evidencia cómo en la base de la psico-
del analista en eltratamiento del paciente y, gradualmente, en la
neurosis y de la psicosis encontramos diversas defensas. La
práctica clínica, ha sido puesto un mayor énfasis sobre la res-
enfermedad psiconeurótica se caracleriza por las defensas
ponsabilidad relativa común terapéutica.
contra la angustia de castración, la principal de las cuales es la
represión. El término psiconeurosis, en efecto, indica que, una
vez que adquirida la primacía genital y resuelto el complejo edí- Según Winnicott, la resistencia surge de una interpretación da-
pico, se han organizado las defensas contra la angustia de cas- da fuera del área de superposición en la cual paciente y analista
tración. juegan juntos (Winnicott, 1971, p. 59); y para Winnicott ninguna
El término "psicosis", en cambio, indica que nunca se ha logra- interpretación puede ser justa si el paciente no la reconoce. La re-
do ese grado de salud mental que hace significativo el complejo sistencia del paciente, desde el punto de vista de Winnicott, no
edípico o que la organización de la personalidad era tan débil que, se integra al proceso, aunque lo complete en el espíritu psicoa-
al impacto con latensión edípica, se evidencia un derrumbe. El nú- nalítico como creía Freud, pero refleja elfracaso del analista en ju-
cleo de la psicosis es la angustia de aniquilamiento. gar (Phillips, 19BB).

Para clínicos como Balint, Winnicott, Khan y Milner, parecería Sin embargo, aun si se considera una línea más convencional,
que la resistencia y la represión hubiesen sido puestas original- el énfasis terapéutico sobre la resistencia podría considerarse
mente como influencias externas: "Eso significa que no hay re- muy cambiado. Winnicott y Khan han afirnrado que el analista
presión sin realidad, sin una relación objetal" (Balint, 1965, p. 185). debería jugar un rol de menos intrusión y menos interpretativo. Él
debería estar preparado para dosificar y evaluar el tiempo justo
Para los teóricos de la Escuela lndependiente, la enferme-
para las propias interpretaciones, y sostener la compulsión a re-
dad es considerada el resultado de factores ambientales preco-
petir y Ia resistencia del paciente hasta cuando éste se encuen-
ces en la vida del paciente, con consiguientes sentimientos de
tre preparado y logre alcanzar el insight. Una interpretación fuera
impotencia, pérdida y angustia.
de tiempo es inútil y, a menudo, puede refozar las defensas. Pa-
A causa del énfasis puesto sobre el fracaso ambiental, Khan ra Winnicott, el paciente no es intrínsecamente inaceptable a sí
cita la afirmación de Freud a propósito del hecho de que un ana- mismo, pero puede llegar a sí mismo sólo con los tiempos pro-
lista "podría no tolerar alguna resistencia en sí mismo" (Freud, pios (Phillips, 1988).
'1912, p. 1 16; Khan, 1974, p. 39). Aquí se está hablando de las
A diferencia de otros teóricos que, por lo general, conside-
resistencias del analista.
ran la resistencia como un impasse, clínicos como Balint, Win-
Parece que Freud mismo consideró las experiencias prever- nicott y Khan, y los analistas de la Escuela lndependiente, usan
bales y los traumas especÍficos sufridos en esta fase precoz del la resistencia de un modo más positivo, a menudo al servicio de
desarrollo como interferencias y resistencias al proceso analíti- una regresión terapéutica.
co, pero no dudó en modificar su respuesta afectiva hacia un
paciente necesitado y regresivo (Lampl-de-Groot, 1976). Khan (1974) asevera que a un paciente habría que darle su-
ficiente "espacio" en el proceso terapéutico. La resistencia, co-
Balint ('1952) infirió lo mismo cuando aludió al papel crucial mo cualquier otra defensa, sería abandonada por el paciente
de la psicopatología precoz y del nivel preedípico con el con- apenas no fuese ya útil: el paciente se dispone, apenas está lis-
cepto de "falta básica". Haciendo referencia a Balint, dicha fal- to. Por ejemplo, a propósito de la defensa maníaca, cuando un

122 123
paciente entra en contacto con la propia depresión y no tiene
El acting out
continuamente necesidad de ir hacia la manía, significa progreso.
El concepto de "poner en acto", que para Freud connota una
Khan sigue todavía a Winnicott cuando afirma que un analis-
expresión de resistencia del paciente contra el proceso analítico
ta no debería ponerse a interpretar las resistencias demasiado
y la alternativa de recordar (1914), ha extendido su ámbito de
rápidamente. Esto, de por sí, podría causar alejamiento y resis-
aplicación, significando una multitud de fenómenos de compor-
tencia.
tam¡ento conectados no sólo con la situación clínica analítica,
sino también con la estructura de la personalidad como tal.
Lo que podría parecer, desde un punto de vista psicoanalíti-
co más ortodoxo, una resistencia defensiva en el paciente, en M. lt¡lasud R. Khan
análisis podría, en cambio, ser un período de dubitación, un len-
to llegar a realizar aquellas necesidades de "tener el permiso
de", qu'e le sea concedido tiempo y no sean interpretados co- A propósito del término acting out (puesta en acto, actuar),
mo evasivos. La resistencia puede reflejar la inoportunidad y, en el Diccionario crítico de psicoanálisrs de Rycroft leemos: "La
por lo tanto, la irrelevancia de la interpretación del analista (Phi- esencia del concepto es la de sustituir el pensamiento con la
llips, 1988, pp. 74-75). acción, e implica: a)que el impulso actuado nunca adquirió una
representación'verbal; o bien b) que el impulso es demasiado
En lo referente al counse//ing, especialmente con el adoles-
intenso para que se pueda descargar en palabras; o bien c) que
cente, como dice Masud Khan, aquello con lo cual se debe es-
al paciente le falta la capacidad de inhibición."
tablecer una suerte de alianza es con Ia "práctica de la autote-
rapia", que el paciente ya ha instaurado sólidamente, cuando Freud usó por primera vez el término puesta en acto (agie-
viene a rlosotros para sanar. Tratar esta práctica de la autotera- ren) en el ensayo "Recordar, repetir y reelaborar" (1914). En es*
pia como una simple resistencia significa no reconocer su real te ensayo, la puesta en acto se contrapone a recordar y desig-
valor para la persona del paciente. na el impulso a revivir, concretamente, en la situación analítica,
por parte del paciente en posición de resistencia, el pasado re-
primido, más bien que a recordarlo.
Por lo tanto, en una primera formulación, el acting out está
contrapuesto a recordar y ligado a la resistenc¡a. "Cuanto ma-
yor Freud- es la resistencia, tanto mayor es la medida
-dice
en la cual el recordar se sustituye por el poner en acto."
Freud elaboró este concepto en el ámbito de la teoría clási-
ca de la neurosis y de la consiguiente terapia psicoanalítica. De
ello resulta que, en el contexto originario, "la puesta en acto", en
el caso en que los instrumentos psicoanalíticos de la asociación
libre y de la interpretación de los sueños se usaran correcta-
mente, se reducía al mínimo y se consideraba un obstáculo en
el progreso del tratamiento.
Con el progreso de los descubrimientos psicoanalíticos, el
concepto de "puesta en acto" salió de su contexto originario, y
su significado se extendió a otras situaciones. Eso sucedió,
principalmente, luego de algunos sucesos:

1. El traslado del interés psicoanalítico de la fase fálica-


edípica, entonces considerada el origen de la neurosis, a

125
124
-
las fases preedípicas y principatmente a la interacción ma- Para esto, es oportuno recordar que el concepto de "puesta
dre-tactante. En efecto, eltraslado de interés a fases pre- en acto", originariamente, "en su sentido técnico, se combinaba
coces, preedípicas, llevó a la constatación de que todo con las circunstancias del neurótico adulto para el cual fue crea-
aquello que está suieto a la represión primaria y que, por do inicialmente: es decir, con la idea de una personalidad con un
lo tanto, nunca entró a formar parte de la organización del yo bastante fuerte como para imponer compromisos neuróticos
yo, en sentido estricto no puede ser recordado, sino sólo a las pulsiones; con el pensamiento del proceso secundario y la
revivido a través de la puesta en acto. función sintética delyo bastante intacta, con un yo que controla
la motilidad y con suficiente madurez para remplazar la acción
2. Además, a medida que el interés del psicoanálisis se tras-
con los pensamientos y las palabras en las condiciones ordina-
ladaba del ello al yo, los analistas estuvieron cada vez
rias de vigilia. Según esta definición, se consideraba que estos
más atentos etr la transferencia a la puesta en acto de
individuos'ponían en acto'cuando eran colocados bajo presión
material infantil.
por la técnica analítica, es decir, cuando deliberadamente dismi-
3. Lo mismo puede decirse a propósito de la inclusión de la nuían sus controles. El contenido del ello rechazado era instiga-
agresividad en la teoría de las pulsiones' En efecto, a dife- do a salir a la superficie, y las inhibiciones o las manifestaciones
renciadelapulsiÓnsexual,quemásfácilmenteencuentra sintomáticas eran lo suficientemente puestas a un lado como
expresión tanto en los sueños nocturnos como en aquéllos para permitir que el 'pasado olvidado' se expresase en la acción"
"a ojos abiertos", la pulsión agresiva, estando ligada alaac' (A. Freud, 1967).
ción y al aparato motor, puede ser actuada más fácilmente'
Progresivamente, sin embargo, el psicoanálisis se dedicó a
Anna Freud, en este punto, observa: "Dependen, entonces, de tratar no sóio otras estructuras de personalidad, como por
la creciente concentraciÓn sobre fases preedípicas, sobre la
psi- ejemplo los trastornos caracteriales compulsivos y delictivos,
y
cología psicoanalítica delyo sus cambios operados en Ia teoría las toxicomanías, los psicóticos, estructuras que se caracteri-
de las pulsiones, casi todas las innovaciones que caracterizan la zan precisamente por poner en acto, sino también otras épocas
vlslón técnica actual de la mayor parte de los analistas. Hay una de la vida, incluyendo asimismo la infancia y la adolescencia.
creciente desconfianza compartida por todos- alrededor El concepto de acting out ha sido trasportado a este campo
-no
de la eficacia terapéutica del recordar. como consecuencia lógi- ampliado del psicoanálisis, perdiendo en parte su identidad ori-
ca, en muchos ambientes, encontramos una mengua en el inte- ginaria y prestándose a muchos malentendidos teóricos. En
rés por la asociación libre y la interpretación de los sueños (como efecto, hay estructuras de personalidad, como por ejemplo el
,,vía regia al inconsciente"), y un interés creciente en el revivir la
delincuente, el toxicómano y el psicótico que, a diferencia del
experiencia emotiva y repetirla (el poner en acto) en la traslaciÓn." neurótico, "ponen en acto" habitualmente, en su vida cotidiana,
La extensión de los conocimientos psicoanalíticos ha con- es decir, fuera del tratamiento analítico. Aquí, el "poner en acto"
ducido a una mayor tolerancia, en el campo técnico, hacia la forma parte de su patología y no deriva de las presiones del tra-
puesta en escena en la transferencia. No sólo porque de todo tamiento analítico.
á.o logra necesariamente, también, una mayor tolerancia ha- Con estas personalidades impulsivas, "la puesta en acto" ya
""
cia aquelios actos que sobrepasan el settrng analÍtico y que so- no puede entenderse como repetición, en oposición al recordar,
lamente en un segurtdo tiempo pueden ser reconducidos a ia "sino como acción controlada por el ello en contraposición con
transf erencia Y analizados' las acciones controladas por el yo del individuo normal" (A.
Así también, el significado del concepto de acting ouf, como Freud).
el de otros conceptos fundamentales, ha sido progresivamente Existen, entonces, diferencias sustanciales entre la puesta
ampliado con el desarrollo de los conocimientos psicoanalíticos en acto propiamente dicha y la puesta en acto de las personas
y terminó por ser usado de modo indiscriminado, perdiendo su impulsivas. En efecto, en las personalidades impulsivas, la
ídentidad específica originaria, debida al hecho de haber sido "puesta en acto" no depende de la interpretación sino del dese-
concebido en un contexto histórico bien definido y para respon- quilibrio inherente de la misma estructura; y, además, la acción
der a específicos requerimientos teÓrico-técnicos'

126 127
impulsiva comienza en el mundo externo, desde el cual deberá je es trasladado por los recuerdos reprimidos al 'derivado' pre-
ser reconducida a la transferencia, y no es originada en la trans- sente, y este traslado hace posible la descarga".
ferencia y se extiende al ambiente sÓlo secundariamente. Lo Fenichel sostiene que esta definición es correcta pero insu-
que implica divérsos problemas técnicos.
ficiente, y distingue enlre acting out fuera del análisis y dentro
De hecho, en el contexto originario, "la puesta en acto del de análisis.
paciente hacia el analista está restringida al reexperimentar im-
Partiendo del examen de las personas impulsivas, él formu-
pulsos y afectos, al restablecer exigencias y actitudes infantiles;
la precondiciones para el acting out en contraste con la simple
pero debe excluir la acción motora y no comprometer la alianza
transferencia de sentimientos, en este modo: "a) un apremio
terapéutica fundamental, entre paciente y analista (frecuencia aloplástico (tal vez, constitucional); b)fijación a la oralidad, alta
de las sesiones, puntualidad, obediencia de las reglas funda- necesidad narcisista, e intolerancia hacia las tensiones; c) trau-
mentales, como la honestidad, la asociación libre, etc.)" (A. mas precoces".
Freud).
En lo que respecta a los actlng out que se verifican durante
En otras palabras, en el contexto originario, el acting out era
la cura, Fenichel los considera siempre resistencias porque, si
concebido como una repetición que no podía eximirse del res- bien de este modo el contenido inconsciente se revela, es decir,
peto de las reglas analíticas.
sucede en el lugar equivocado y con conexiones distorsiona-
Naturalmente, también en las personalidades impulsivas el das, el paciente, actuando sus memorias en lugar de recordar,
actuar rbpite el pasado, y el recuerdo puede ser incluido en la evita el enfrentar. No obstante Fenichel-, el actuar
"puesta en acto"; sin embargo, aquí el análisis comienza justo puede presentar también beneficios-observa
en cuanto pone al analista
cuando el actuar del exterior se liga a la transferencia. frente a Ia observación directa.del material y aumenta para el
paciente lo demostrable de la realidad del material, para que el
Si del adulto pasamos al análisis infantil, vemos que en este actuar pueda ser seguido cuanto antes por la comprensión y la
ámbito el concepto de acting out pierde ulteriormente significa- interpretación.
do:cuanto más pequeño es el niño, más difíciles distinguir entre En general, podemos decir con Fenichel: "Cuando un pa-
recordar, repetir, revivir, poner en acto... Aquí el "poner en acto", ciente, que era muy rígido e introvertido y nunca osaba sentir
especialmente antes del período de latencia, es una característi- sus emociones como reales y verdaderas, comienza a'actuar',
ca propia de la edad, dado que la experiencia pasada del niño pe- por primera vez, éste es un progreso al que hay que darle la
queño no se ha organizado en recuerdos coherentes. bienvenida. Cuando una persona tiene una tendencia general a
Podemos considerar, también, el poner en acto de los ado,- 'actuar', usando la velocidad de su actuar para ofuscar la ver-
lescentes como una característica propia de la edad, "porque dadera naturaleza de sus impulsos, ésta es una resistencia que
dice Anna Freud-, en esta fase, la evocación del pa- debe ser detenida."
-como
sado está en nivel mínimo, y el revivir la experiencia pasada es- El problema técnico es cómo inducir al paciente a observar
tá en el ápice, aun siendo modificada y deforrnada por las fuer- sus impulsos en lugar de actuarlos. Si hay un yo razonable, el
zas evolutivas". problema no se da, pero "donde no hay un yo razonable, dis-
Fenichel (1945) subraya que todos los "acfing out neuróti- puesto a ver y reconocer sus verdaderos motivos, debe ser
cos" tienen en común algunos aspectos: "Es un actuar que mi- creado. El mejor modo para hacer esto es utilizar las paftes sa-
tiga inconscientemente la tensión interna y lleva a una parcial nas del yo, para ampliarlo gradualmente a proporciones ade-
descarga de impulsos rechazados (no importa si estos impulsos cuadas para el trabajo analitico".
expresan directamente demandas instintivas, o si son reaccio- Según este autor, el mejor profiláctico del acting out como
nes a las originales demandas instintivas, por ejemplo senti- resistencia es la interpretación de transferencia en el justo fi-
mientos de culpa): la situación actual, de algÚn modo conecta- ming.
da asociativamente con el contenido reprimido, es usada como Ya en 1926, Glover había individualizado en las bases del ac-
una ocasión para la descarga de energías reprimidas; el aborda- ting out una perturbación evolutiva específica del yo. Pero fue

128 129
en 1950 cuando Greenacre hizo un aporte importante focalizan- una forma de comunicación y, por lo tanto, a desvincularla del
do la atención, por una parte, sobre la fe de la magia de la ac' concepto de resistencia.
ción, y por otra, sobre la distorsión del vínculo entre acciÓn, por Limentani, en su último artículo sobre el argumento, reporta
un lado, y lenguaje y pensamiento verbalizado, por el otro. lo que ttrl. Khan escribía ya en 1971, en una nota inédita: "Cuan-
Ella afirmó decididamente que "el acting out" es un modo de do los acting out se verifican en el interior de las sesiones, podría
recordar. tratarse del intento del paciente de compartir las experiencias,
En eltrabajo "Los orígenes de la transferencia", de 1952, M.
más que de comunicarlas, simplemente. Compartiéndolas, el
paciente espera que el analista pueda proporcionarle aquella
Klein escribe: "El paciente se aleja del analista como ha busca-
do alejarse de los propios objetos primarios; intenta escindir el función psiquica que le falta, carencia que lo priva de la posibili-
propio vinculo con é1, conservándolo ya sea como figura buena dad de asimilar psíquicamente las propias experiencias. lnter-
pretar un compoftamiento de este tipo como una modificación
o como figura mala. Él desvía alguno de los sentimientos y de
las disposiciones que ha ensayado para el analista hacia otras de los impulsos es inconducente" (Khan, 1971).
personas de su vida presente, y eso forma parte del acting out." En este trabajo, Limentani focaliza el rol del analista como
En 1957, Klein agregará que, desde el momento en que el ac- destinatario de la comunicación y subraya que, en algunos ca-
ting out se usa para evitar la integración, puede verse como una sos, el acting out puede tener el objetivo de impedir la repetición:
"En cada caso, aquello que hay de comunicación podría atribuir-
defensa de las angustias que se despiertan cuando el paciente
se al hecho de que el paciente no encuentra las palabras para ex-
encuentra que debe aceptar la parte envidiosa del propio sí.
presar los propios sentimientos; o bien está operando una resis-
En 1964, Rosenfeld retomará, precisamente, estas ideas de
tencia que impide el emerger de los afectos directos hacia el ana-
Klein, llevándolas a su lógica consecuencia, cuando dice: "De- lista; o, incluso, existe la amenaza de que una experiencia precoz
pende del grado de hostilidad con que el paciente se haya ale- pueda ser revivida, de ahí el intento de evitar la repetición. En
jado de su objeto más precoz, es decir, del seno de la madre, si
otras palabras, en algunos casos nos encontramos frente al es-
estará en condiciones de colaborar con el análisis con formas fuerzo de impedir la repetición, en lugar de su representación
de'acting out' sólo parciales o si, en cambio, estará constante- compulsiva, como tan a menudo se da por descontado."
mente empujado a actuar excesivamente... Si hubo poca hosti-
lidad en el alejarse del seno, en análisis encontraremos sólo 'ac-
Naturalmente, el determinante inconsciente permanece co-
ting out' parciales, con tal que la transferencia se comprenda e mo denominador común para todas las escuelas, y clínicamen-
interprete plenamente... Por otra parte, una excesiva necesidad te la referencia a la tríada "resistencia, transferencia, interpreta-
de actuar del paciente está siempre, a mi entender, ligada a una ción", a nuestro parecer, nunca hay que perderla de vista.
disuasión excesivamente hostil del objeto precoz."
Gaddini, junto con el significado de comunicación, introduce El mecanismo del acting out en la adolescencia
el concepto de acting ouf infantil, que gradualmente luego de-
be integrarse a los modelos adultos de acción; y escribe así: "En La complejidad de la problemática de la adolescencia ha
el proceso psicoanalítico, nos encontramos que debemos indi- puesto, desde siempre, a dura prueba la teoría y la clínica psi-
vidualizar la actuación usada como defensa, que se opone al coanaliticas, y ha contribuido a hacer que el concepto de acting
proceso hasta el punto de borrarlo o destruirlo, reproduciendo ouf, como una expresión de resistencia del paciente contra el
así el originario acting out infantil, ahora finalizado con objetivos proceso analítico y la alternativa de recordar (Freud, 1914), se
diversos y, también, opuestos a los originarios." haya modificado radicalmente, y extendido teórica y clínica-
Gaddini ve en el acting out un proceso que se opone a la in- rnente más allá de la relación analítica.
tegración y que se usa al servicio de las necesidades más bien Así, el acting out del adolescente ha sido sobrecargado de
que de los deseos. fenómenos varios. Ha llegado a connotar una multitud de fenó-
Los desarrollos recientes de la literatura sobre el acting out menos como aspectos comportamentales más o menos riesgo-
llevan a considerar, cada vez más, la puesta en escena como

130 131
sos, hechos imprudentes, arriesgados e insensatos, actos anti- En nuestro análisis, el aporte de [t/asud Khan es fundamen-
sociales, como también ciertas acciones reprobables conecta- tal, si bien Khan se ha preocupado principalmente de la "pues-
das no sólo con la situación clínica analítica, sino también con ta en acto" en las perversiones y en el marco de la psicopatolo-
la estructura de la personalidad del adolescente como tal, con- gía esquizoide. La temática del acting out, delineada por él con
siderada, en estos casos, más o menos perturbada por el tipo, tanta sensibilidad y autoridad, merece por muchas razones ser
la calidad o la forma de su actuar. rescatada y posteriormente profundizada con respecto a la
"puesta en acto" del adolescente.
También se reconoce que, sobre todo en los últimos cin-
cuenta años, algunos autores prominentes han examinado, con Por cierto, no sería conducente considerar el período ado-
mayor pertinencia y minuciosidad, algunas funciones del acting lescente sólo como transitorio y perturbado. La experiencia del
ouf en la adolescencia. También se han considerado y evaluado adolescente muestra ser una experiencia formativa, con una vi-
algunos aspectos particulares del actuar, en conexión con el sión constantemente sujeta a cambios de una fase a otra.
desarrollo y la crisis del desarrollo en la adolescencia, más allá Como se sabe, el adolescente no es capaz de tomar cierta
de las consideraciones moralistas y las valoraciones reactivas distancia de sí mismo para describir sus experiencias afectivas,
contratransferenciales. emotivas y corporales, dado que habitualmente se encuentra li-
teralmente inmerso en el proceso primario, con poco espacio e
interés para la reflexión metafórica y con una mayor inclinación
Anna Freud (1949) ha puesto en evidencia la impodancia de
a la acción.
las fantasías reprimidas de la fase fálica y su desplazamiento
sobre las actividades del yo a través del acting out e inadapta- Con la agresividad, la sexualidad emergente, el exceso de
ciones sociales durante la adolescencia' Winnicott ha señalado excitación dominante, constituye una fuente de amenaza inter-
una tendencia antisocial durante la adolescencia, en relación na continua para el adolescente, como por otra parte constitu-
con varias perturbaciones del desarrollo, y carencias, insufi- yen una fuente de desesperación la inercia y la apatía provoca-
ciencias y privaciones ambientales (1956). das, a menudo, por defensas arcaicas y desproporcionadas
contra la agresividad, los impulsos y las fantasías sexuales pre-
El importante aporte de Glover (1940) sobre la activación y la
genitales. Entre la inocencia organizada de las "Bellas durmien-
exteriorización al servicio del mantenimiento del contacto con la
tes" violentadas por los "Muchachos angélicos" que se trasfor-
realidad, como reparación de las angustias de frustración, ha
man en hooligans, hay que presumir aspectos muy arcaicos del
tomado valor ulterior durante el período de la "calma" adoles-
ello, tales como Íantasías pregenitales o sadomasoquistas, co-
cente. La gestión de las angustias sexuales y agresivas a través
mo para provocar la hipertrofia del ideal del yo o del superyó
del actuar, como sostiene Mervin Glasser, nos permite diferen-
que logra permanecer y congelar cada cambio. Esto, natural-
ciar algunos aspectos perversos en el acting out de algunos
mente, se realiza a través de una organización psíquica defen-
adolescentes. El aporte reciente de M. y E- Laufer sobre las fan-
siva propiamente dicha, que puede volverse sofocante y asfi-
tasías masturbatorias centrales en la adolescencia nos ayuda a
xiante para el adolescente pasivo.
comprender en profundidad la perturbación del crecimiento, y
ha sido evidente la gran utilidad clínica para todas las formas del
actuar, tanto en el orden depresivo (actos autodestructivos y El "actuar" permite al yo del adolescente dar un vuelco en
suicidas) cotno en el orden maníaco. una situación intrapsíquica vivida como precaria y adversa; así,
A menudo, nos encontramos que el adolescente concreta, es la amenaza que combate el yo de ruptura pasivo se trasforma
decir, pone en acto, su fase biológica. "La diferencia más incisi- en activo dominio del impulso y del objeto.
va está en privilegiar la pulsión con respecto al objeto", afirma A través del "actuar", el adolescente tiene también un mo-
Freud. En este caso, elsexo no de,ia espacio ni para la psiquis ni do de convertir lo pasivo en activo y de dominar, hasta modifi-
para el objeto ni para el símismo (masturbación compulsiva, se- car, algunas de sus más primitivas y arcaicas reacciones obje-
xualidad torzada, idealización de la pulsión..'). tales, asícomo las respectivas identificaciones originadas en la
infancia.

132 133
..-

Embarcarse en una nueva relación actual (homo o heterose- aspectos homo-heterosexuales perversos- del otro.
-incluso
xual) ofrece la ocasión de corregir, no importa si sólo de modo La intención es investigar, con un fin vivencial cognoscitivo,
temporario o en mínima parte, aquellas relaciones perturbadas excitaciones con experiencias especulares, de modo de poder-
con los progenitores, particularmente las más groseras y con las dominar sin ser sobrepasados. Compartir las excitaciones
colusiones patológicas y vividas como traumáticas, que siem- con algún otro permite al adolescente salir de la inhibición, la
pre amenazan Gon exceder internamente tanto el yo como el apatía y la inmovilidad, situaciones que pueden ser también el
se/fdel adolescente. En estos casos, el poneren acto puede ser resultado de defensas superyoicas movilizadas de manera
en sustancia una defensa maníaca y, a menudo, un mecanismo anormal para afrontar los tumultos del ello.
contrafóbico, como sostiene Khan, que permite al adolescente No asombra que en este contexto se destaque, con frecuen-
huir a su mundo interno depresivo, congelado, hecho de rela- cia, el sacrificio por el otro.
ciones patológicas y traumáticas con los padres y de identifica-
La característica es que mucho se logra a través de la di-
ciones arcaicas familiares sin salida.
mensión deljuego, mediante el desplazamiento, y sobre la ba-
En el fondo, el adolescente, a menudo, a través de sus se de identificaciones cruzadas, como lo ha evidenciado Winni-
"puestas en acto", vuelve a proponer la represión o la disocia- cott y descrito deliciosamente el escritor griego Andreas Empi-
ción con los padres. rikos en el texto que sigue.
Para comprender la función estructurante que puede tener el
actuar en esta fase, hay que tener presente que es más fácil, pa-
"A veces, a la orilla del río Ciornaia, cuando subía a un ár-
ra el adolescente, protegerse de los peligros percibidos externa
que internamente. Esto permite un primer paso hacia el autoco- bol de nueces, grande y frondoso, o me trepaba a las ramas de
un ciruelo, tan cargado de ciruelas, que bastaba un fuerfe sa-
nocimiento.
cudón para hacer una suculenta recolección, veía, con fre-
En efecto, convertir un peligro interno en uno externo permi-
cuencia, a los jóvenes tártaros avanzar desnudos hacia el río.
te al adolescente poder verlo, visualizarlo y distanciarlo de sí. Lo Allá, cerca del puente de madera, donde las aguas eran más
mismo vale para los cambios corporales de la pubertad, que se profundas, los veía lavarse junto a los caballos, jugando y gri-
viven de modo menos alarmante en la medida en que el adoles- tando palabras elocuentes en su idioma, parecidas, muchas, a
cente esté en condiciones de desplazarlos, observarlos y afron- esos gritos indistintos, de claridad impactante, que saltan ex-
tarlos en el cuerpo y en la vivencia del amigo o de la amiga' pelidos de /as vísceras y el instinto de /os hombres cual expul-
Sostenemos, asÍ, que los mecanismos muy arcaicos del siones de esperma.
desplazamiento o de la proyección son, además de naturales, Dos tendencias caracterizaban, principalmente, los juegos
necesarios en el proceso de la adolescencia. Proyectando so- de los jóvenes: la guerrera y la erótica. Un joven empapaba sin
bre otra persona de la misma edad o sobre el grupo la tensión piedad a un compañero. Otro intentaba agarrar a pedradas a un
del deseo o, más exactamente, de la necesidad, el yo del ado- perro. Un tercero, de pronto, comenzaba a cabalgar sobre uno
lescente se afirma en su propia potencialidad y, sobre todo, ad- de los caballos y, precipitándose en el río, hacía que lo esquiva-
quiere y mantiene una capacidad ejecutiva crucial para el de- ran los otros que se estaban bañando y, emitiendo un grito de
sarrollo. triunfo, agregaba a su acción épica un canto victorioso de bor-
Un fenómeno característico de esta fase evolutiva es lo ex- boteante risa e insultos brillantes. Y mientras algunos luchaban
traordinariamente involucrado que se encuentra el adolescente sobre la blanda tierra a lo largo del río, otros, sobre la orilla, com-
en el mundo impulsivo-afectivo-emotivo del amigo/a; una forma petían para ver quién lograba mandar más lejos el chorro de ori-
particular de altruismo pasional expresado en manifestaciones na. Otros, incluso, se procuraban erecciones sometlendo sus
de grupo, luchas, participaciones en la sexualidad y la agresivi- órganos genitales a rudas competencias. Algunos de ellos ter-
dad del otro. Recordamos, en este sentido, el significado de minaban eyaculando, mediante palpaciones y caricias, indivi-
descubrimiento y de integración que puede tener la masturba- duales o recíprocas, mientras otros, más propensos a fantasear,
ción recíproca y colectiva, la capacidad de tolerar y compartir se retiraban a rincones tranquilos y solitarios de la orilla, donde

"135
134
!

los elementos que se encuentran dentro y fuera de mis recuer-


buscaban calmarse, masturbándose en silencio, o en medio de
dos. Estos conelatos tienden a trasformar el pequeño río Cior-
suspfos y gritos, detrás de ramas o tupidos arbustos. Los más gun en un gran río que no atraviesa Crimea, sino un continente
osados y un poco más maduros preferían afrontar las dificultades
creado arbitrariamente, cuyos confines con la realidad obietiva
de la realidad, para obtener resultados más plenos, más comple-
aparecen inicialmente deltodo borrados, tornándose luego in-
tos. E//os dejaban a los compañeros del mismo sexo y se iban a
definidos y, finalmente, se integran, se confunden y se pierden
otro punto del río, no muy distante del puente de madera, donde
en el barlovento de la subietividad de mi tierra adentro, de esta
las aguas eran más bajas y en el que, a menudo, pequeñas tárta-
reatidad interiof de un modo análogo a como descubrimos /os
ras con inflados pantalones bombacha y jóvenes gitanillas medio
complicados mecanismos de sueños y fantasías.
desnudas iban a abrevar los caballos. No obstante, para algunos
de ellos la avanzada terminaba allí. Estos jóvenes tenían miedo Las proezas de /os pequeños tártaros y sus aventuras eróti-
de llegar a actos más resolutivos. Pero, por otra parte, no desea- cas están concentradas en mi mente a orillas del Amur. En la
ban renunciar a miradas más profundas: regresaban sin haber etección de este río de Siberia, contribuyó el nombre que en
hecho absolutamente nada y, en este caso, buscaban un camino francés significa amor, y el hecho de que el río Amur atraviesa
de salida en una solución intermedia, limitándose a exhibir de le- regiones habitadas por tribus mongoles, a la cuales pertenecen
jos el pene excitado, regando a veces e/ pasto y el río con reite- también los tártaros de mis recuerdos de infancia. Pero de igual
rados chorrillos de gotas blancas. Por el contrario, los otros jóve- forma mi amor por estas tierras leianas, símbolo para míde otros
nes, más combativos y decididos, se lanzaban sin temor alguno, arquetipos de amor madre (mi madre es mitad rusa)-,
-Rusia,
intentando llegar a un contacto directo con las muchachas, cu- ha tenido un papel muy importante en el descubrimiento de es-
yas vestimentas raídas dejaban entrever, a veces, el pubis o te espacio, el cual, desde el momento en que fue descubierto,
cualquier otra gracia del cuerpo, de aquellas que desde tiempos representa ya el punto de parTida y de regreso de la multitud de
inmemoriales nos enseñan a cubrir, en nombre del pudor y el correlaciones que parten y llegan una después de otra a mi men-
sentido de culpa. Las pequeñas tárfaras y gitanillas, cada tanto, te, cual marea e inundación.
tenian que vérselas con los jóvenes que las agredían: permane- Y el Amur baña siempre esta tierra. El Eros de los pequeños
cían en el lugar, observando atónitas los órganos genitales de tártaros de Tsorgun lo lleva aquí, como un eco de los gritos de
los muchachos, con una mezcla de interés deseoso y temerosa esfos muchachos, grito de triunfo de mongoles y cosacos, del
curiosidad. Cada tanto, sin embargo, debían hacer frente a los otro lada de las estepas de los Kirguizi.
más exigentes y audaces, que no dudaban en tirárseles encima; Los pequeños cabal/os de los nómades y de los conquista-
entonces, huían como palomas atemorizadas o se ponían a gri- dores atraviesan /as ilimitadas extensiones desétticas, gue to-
tar, buscando la ayuda de /os padres o de quienes pasaban, /os dos /os años, en la plenitud del verano, son cubiertas por la tun-
cuales, llegando de impraviso, dispersaban con gritos, pedra- dra y, en otras partes, por vastos y tupidos bosques, mientras en
das e insultos a los jóvenes conqulstadores. La acción colectiva el cielo turquesa viajan, insomnes y siempre prontos al ataque,
no facilitaba, a quienes lo buscaban, el contacto directo con las halcones y águilas de /os montes Altaiciy de los Jablonoy, que
muchachas. Una aproximación de esa índole sólo era posible depredaban la fauna de /os altiplanos. De pronto, un sonido
cuando un joven iba de caza sin compañía y ocurría un encuen- agudo como un grito penetrante rasga el aire. Esta vez, no pro-
tro con una joven, también sola. Entonces, el pequeño, obede- viene de un animal herido de muerte por las garras o el pico de
ciendo su impulso natural, tenía muchas esperanzas de éxito y, un ave rapaz. Una nubecita de humo se asoma por el horizonte
efectivamente, no pocas veces lograba concretar sus aspiracio- y progresivamente la siguen muchas otras, innumerables; tantas
nes eróticas, gracias a la pasión, por lo común rudimentaria, pe- como para formar una nube, empuiada y guiada por el ímpetu
ro siempre completa, especialmente si era correspondido re- det viento. Se aproxima un ruido sordo y se siente un sonido de
ceptivamente por la pequeña. zambullida, como si estuviese pasando una manada de mamuts
I'lás allá de esfos recuerdos parficulares, confluyen poco a o de ciervos gigantes del cuaternario. Es así como pasa el Tran-
poco hacia et río Ciornaia muchas otras correlac)bnes, también siberiano, el ray de acero del Asia.
de valor sentimental, que inconscientemente concuerdan con

137
136
Y el Amur continua su curso, irrigando
no sólo las tierras que El acting out en el counselling
atraviesa, por ros montes Jabtonof hasta
/a desem oo"uiiÁáÁ
el A/lar de Ohotsik, sino también tíerra adentro,
donde ha pene_
trado y de las cuales estas páginas contienen Es evidente que ahora resulta oportuno considerar el acting
sólo una puqu"nu
(Andreas Empirikos, ,,AmourlAmour!,,, out en el counselling, y con ese propósito, encontramos muy útil
1r1"" en Scr¡tt¡. ta Áiti
logia personal 1936-46). reflexionar sobre el trabajo de Limentani, porque este autor su-
Con los elementos deljuego y los distintos braya el aspecto de la comunicación implícita en el agieren. En
aspectos conec_
tados y compartidos imaginativámente el counselling, en efecto, los pacientes presentan sus "actos",
a través de actividades
lúdicas y acciones emprendedoras de su tendencia al acting out. En dicho contexto, el terapeuta no
los adolescentes, se mo_
vilizan los intereses del yo y se supera la puede tener ningún pre¡uicio moral, porque, en tal caso, estaría
inercia. El resultado es
que, por lo general, se lenifica la inevitable clasificando precipitadamente al paciente, con la inevitable pér-
desolación V
ción delmundo interno deladolescente que dida de la dimensión comunicativa.
cambia. Además,"fiurr_
el
aumento del placer obtenido mediante las lv4uy interesante es, por ejemplo, la consideración del agie-
experiencias de con_
tacto corporal en el actuar provee un baluarte ren como un aspecto que preña al counselling en la adolescen-
contra el aísla_
miento, el aburrimiento, la soledad, el sentido cia. El acting out reviste una parte importante en dicha fase de
de pérdida y, a me_
nudo, el dol<¡r unido a los procesos de la vida; es más, es parte de la misma adolescencia; en todo ca-
separación_individuación
de objetos del pasado y de la infancia. so es, también, un modo a través del cual los adolescentes co-
En este punto, se hace necesario considerar munican su incomodidad. Por estas razones, es necesario dife-
el factor tiem_ renciar aspectos y significados.
po. Se trata de ver cómo y si el adolescente
está en condicio_
nes de negociar todo eso en el curso del El agieren del adolescente está, por lo general, ligado al pro-
tiempo. fs oOrio, en
efecto, que ras trasformaciones de ra adorescencia pio cuerpo: de aquÍsu gran importancia. Es significativo observar
necesitan
estar nutridas, sostenidas, dosificadas por cómo actúa el adolescente, cómo se relaciona consigo mismo y,
el tiempo.
sobre todo, con su cuerpo. Por otra parte, las connotaciones cor-
porales son importantes. Es preciso, en efecto, comprender, en
principio, las modalidades con las cuales el cuerpo del adoles-
cente ha estado involucrado en el agieren, compromiso que pue-
de ir desde el "sufrir" al "hacer". En otros términos, es oportuno
comprende6 por ejemplo, si el adolescente se ha hecho violentar
o ha violentado. Como se sabe, los actos corporales pueden ser
pasivos o activos. Y por otra párte, si consideramos todo esto,
tenemos la posibilidad de comprender cuán restringido puede ser
afirmar que es un delincuente un joven que "actúa".
La misma reflexión vale para la sexualidad. Es evidente que
el adolescente está descubriendo su sexualidad, pero lo que es
necesario comprender es cómo lo está haciendo y, en definiti-
va, qué está haciendo con su cuerpo.
Otro aspecto a subrayar es que el agieren no es una comu-
nicación hasta que alguien esté en condiciones de tomarla co-
mo tal.
En una situación clíníca, y especialmente en las condíciones
de fusión, el agieren puede adquirir el significado de un acto de-
sesperado para comunicar al otro que se es distinto. Asume,

138
139
r

así, una función de separación, a un punto tal que puede inten-


una especificidad de la patología del adolescente (tema por de-
tar ir más allá de la dimensión de la duración temporal y dejar
más discutido), que es bastante diferente de la adulta: su flexi-
huellas irreversibles.
bilidad, movilidad y evolución hacen que síntomas psicóticos
Muy a menudo, el adolescente "actúa" para obtener a través mayores, como delirios paranoicos o alucinaciones, puedan ser
del acto una respuesta del otro. De aquí la consideración de un fenómeno transitorio, ligado a la defensa puesta en acto
que, al ser el acto un intento de comunicar algo, es necesario contra los conflictos evolutivos.
llegar a las motivaciones subyacentes.
La evolución, por ello, de pacientes con breakdown evoluti-
En estos casos, es indispensable que el terapeuta, durante yo presenta características bien distintas de las del adulto, y
el counselling, logre realizar su contratransferencia para no quizás sea oportuno modificar también nuestros criterios de va-
arriesgar volverse como aquel ambiente que para el adolescen- loración.
te significa impedimento o limitación. Si esto sucediera también
Teniendo en cuenta, en el fondo, las consideraciones sobre
en el counselling, el terapeuta perdería, justamente, la dimen-
la estructura de la personalidad o sobre las manifestaciones sin-
sión comunicativa intrínseca del "acto" mismo.
tomáticas, la diagnosis sobre la base de índices de riesgo e ín-
dices pronosticados basados en la valoración de la situación
Hemos subrayado que el agieren del adolescente compren- global se revela más útil y prudente. Y entre los criterios a tener
de elementos corpóreos y que éstos se refieren en mayor medi- presente, nosotros mencionamos:
da a la sexualidad y la agresividad, por lo cual, en síntesis, se
puede sostener que en el counselling el acting out privilegia la 1. la capacidad del adolescente de preservar bajo las defen-
comunicación. Es decir que el encuentro con el terapeuta debe- sas narcisistas'relaciones objetales activamente identifi-
ría o podría convertir un acto sin significado en una comunica- cadas' (Cahn, 1991);
ción. El problema en este punto es cómo restituir la comunica- 2. la permanencia en distinta medida de sus relaciones obje-
ción recibida, cómo formular la restitución que, a su vez, debe tales con el grupo de pares, en cualquierforma que se con-
tener en cuenta primero el agieren en relación con el ambiente figure el grupo para el adolescente, incluso si es, por esto,
externo y, suces¡vamente, si es posible, la transferencia. Si, por un grupo que él utiliza de un modo confuso, mimético o
ejemplo, consideramos la agresividad, podemos observar que adhesivo, o que, en cambio, se basa en el agieren evacua-
los adolescentes llegan al lugar del counselling con la experien- tivo o destructivo;
cia de actos violentos o de accidentes y que, a veces, en el "ac- 3. la capacidad de movilizar con fines terapéuticos el am-
to" hay elementos tan concretos que pueden parecer psicóticos. biente familiar y, por ende, de transformar donde sea po-
La valoración de los exordios psicóticos en la adolescencia, sible el mundo fantasmático familiar;
que consideramos cruciales para el counselling, son explorados 4. la posibilidad de un encuentro madurativo y evolutivo en
y descritos con pertinencia por Anna Nicoló, que escribe: el setting teraPéutico."
"Es opinión común de muchos psicoanalistas de adolescen-
tes que en esta edad de la vida no se puede ni se debe hacer
Muchos autores, como R. Cahn y Jeammet, nos llevan a la
diagnosis de psicosis declarada. Lafeliz utilización del término
necesidad de distinguir entre varios tipos de patología psicóti-
breakdown evolutivo es de los Laufer, quienes se refieren con él
ca. Pero, segÚn creemos, la distinción operada por los Laufer
a un 'hecho antiguo que (aunque instaurándose en la pubertad
entre episodio psicótico, funcionamiento psicótico y proceso
o teniendo su precedente en la primera infancia, en el momen- psicótico en acto, segÚn el grado de fractura y/o deformación
to de la resolución del Edipo) ejerce un efecto acumulativo en de la realidad, es aunque esquemática, muy clara'
todo lo que dura la adolescencia, con graves implicancias en
cuanto a la normalidad y la psicopatología de la edad adulta'. En los comentarios que siguen, hacemos uso del aporte de
Anna NicolÓ.
Esta prudencia en el diagnóstico no sólo tiene valor como
precaución nosográfica, sino que, por el contrario, testimonia

140 141
preverbales' a despecho de
Es evidente que el terapeuta debe lograr diferenciar un acto terapéuticamenfe las experiencias
su conocimiento y convicción de
que éste es un período impor-
realmente psicótico de un acto que haya adquirido un valor psi- líneas esencia-
cótico porque ni el adolescente ni el ambiente han logrado atri- i"ni" la vida ¡Áoiviouat, cuando se muestran
preformados, y privacio-
"n
les deldesarrollo, y modeios reactivos
buir un significado al acto mismo. En lo que respecta a la sexua-
lidad, el agieren no aparece así manifiesto, como cuando, en
"'"*,*'acionesfundamentalesafirmanunainfluenciaque
amenaza con Perdurar'
cambio, se trata de agresividad. La sexualidad, en efecto, pue-
que podemos alcanzar las
de tornarse, tanto en el varón como en la mujer, una suerte de Entre nosotros, muchos piensan
vida de nuestros pacientes' Recor-
"cuerpo extraño", a tal punto que en las confrontaciones de és- experiencias precoces de la pre-
y reactivar comunicaciones
te se estructuran además defensas patológicas. En realidad, de- dar, entonces, se vuelve repetir
trás del "acto" se esconden fantasías, que a menudo pueden ser verbales.
vividas por el adolescente como ego-distónicas y, en este sen- ReactivaciÓn y acting out son' en este sentido' fenómenos
tido, evaluadas como amenazas regresivas pregenitales, perver- Muchos autores (Fenichel'
pant;ll; de naturaleza áspecífica'
'1964; Ljmentani' 1965) han su-
so-polimórficas, o como angustias edípicas no elaboradas sufi- ié+á' Ctu"nacre, 1950; Khan,
preverbales
cientemente. El agieren del adolescente contiene en sí su propia ür#oá álvator positivo del obtener informaciones
precoces'
interrogación impregnada de angustia con respecto a la identi- del paciente y reconstruir los traumas
dad de género o, paradójicamente, nada de todo eso.
Las preguntas angustiantes que se esconden detrás de los de incluir inte-
En este punto, consideramos la oportunidad
varios "actos" sexuales del adolescente pueden tener que ver Margret Tonnesmann' alumna
gralmente el aporte ya clásico de
con la masturbación, la homosexualidad, la consumación del ac- miembro de la Sociedad Psi-
de Paula Heimann í prominente
to sexual, etc. Todas estas problemáticas, que incluyen también
coanalítica Británica'
las relativas al "no ser puros", podrían obtener un gran beneficio
si se afrontaran en el ámbito del counselling. Y justamente en es-
tos casos, cuando se llega a comprender la comunicación vehi-
culizada por el acting out, en el counselling se puede obtener
tanto con pocos elementos.
lt/uchas veces, en efecto, lo que empu.la al adolescente al
counselling es la clásica "gota que hace rebasar el vaso" como,
por ejemplo, los embarazos, los abortos, las depresiones reac-
tivas y defensas que, a veces, resultan incomprensibles porque
esconden un "secreto". Nos referimos a la concepción, a la pre-
ñez, a la duda desgarradora de si "tener o no tener" al niño co-
mo forma de acting out. No podemos olvidar que no todos los
adolescentes pueden sostener tales problemáticas.
En ese sentido, el acting ouf podría también informarnos so-
bre cómo el adolescente intenta encontrar al otro: privilegiar la
acción sin sostenerla con el sentir puede ser perjudicial; repetir
algo inconsciente puede resultar traumático...
Muchas veces, el agieren conduce a la disociación y a lo pre-
verbal.

Anna Freud sostenía en 1968 que, según su parecer, no ha-


bía pruebas de que Freud pensase que fuera posible gestionar

143
142
El volver a poner en acto, el trauma te del yo genital y del yo-ideal y del superyó, influenciados en
y la reconstrucción en el adolescente sentrdo genital. Es un proceso de adaptación a la madurez en el
sentido del descubrimiento de un objeto heterosexual, de la re-
de Margret Tonnesmann presentación del objeto-self, de los procesos srnféticos del yo,
de la formación del yo-ideal y de la reestructuración del super-
yó (Buxbaum ed., 1958; Blos, 1962; Eriksan, 1956; Spiegel,
1951,1958).
Ernest Jones, en su clásico trabajo "Some probtems of ado-
lescence" (1922), habla de los grandes cambios que ocurren al Muchos autores han puesto recientemente en relación la cri-
final de la adolescencia y afirma: "En la puberiad ocurre una re- sis adolescente con el trabajo del duelo. Han enfatizado uno de
gresión en dirección a la infancia...y la persona revive, aunque /os aspectos principales del duelo en el adolescente; la regresión
en otro plano, el desarrollo que ha atravesado en los primeros al servicio del progreso y de la adaptación, al servicio del yo. Hay
cinco años de su vida." Jones argumenta que ésta es la clave de también una regresión en el funcionamiento del yo. Primitivos
muchos de los problemas de la adolescencia: "Esto significa modelos de defensa y, a veces, el aflorar del proceso primario
que el individuo recapitula y extiende en el segundo decenio de pueden ser observados antes gue se muestre la mayor slntesis
vida el desarrollo que ha atravesado en los primeros cinco años delfuncionamiento del yo. Hay, además, una regresión en la re-
de vida..." lación de objeto del adolescente, a veces a nivelde identificación
primaria, antes que se logre el desapego libidinalde /os objetos
Adentás, Jones destaca que hay una regresión de "otros as-
pectos mentales, además de /os puramente sexua/es,,. Estetra-
de amor infantiles (Blos, 1963; Erikson, 1956; Geleerd, 1961,
1964; Jacobson, 1961; Kris, 1952; Lampl-de Groot, 1960; Root,
bajo fue escrito antes que Freud introdujera su teoría estructural
1e57).
en el El yo y el ello (1923} Pero pienso gue se puede, no obs-
tante, postular que Jones ya aludía a la regresión de las funcio- Erikson (1956) menciona otra característica del funciona-
nes del yo, hablando de aquellos "otros aspectos mentales',. miento del proceso primario en los adolescentes, y es la falta de
sentido del tiempo, y afirma que la adolescencia podría verse
La adolescencia ha sido por mucho tiempo, como Anna
como una moratoria institucional que debería estar garantizada
Freud subrayó en 1958, el "hijo adoptivo" det psicoanátisis. por
por el ambiente, de modo que estuviese asegurado el creci-
cierto, vienen a la mente los nombres de eminentes pioneros co-
miento de una identidad estab/e del yo psicosocial.
mo Aichhorn, Bernfeld y Hoffer. Pero solamente en tos úttimos
20 años, aproximadamente, los psicoanalistas han estudiado et
proceso de la adolescencia de un modo más amplio, y su signi- El proceso del duelo del adolescente y el examen
ficado se ha vuelto más evidente para la teoría y ta práctica psi- de la realidad
coanalíticas.

Freud (1917) define el duelo como una cierta preocupación


La crisis normativa de la adolescencia acerca del difunto, que lleva habitualmente a la dolorosa, angus-
tiante comprensión de que el objeto de amor se ha perdido. El
La adolescencia es una fase del desarrollo, un proceso que adolescente no se duele por objetos de amor presentes, esfá
tiene su inicio definitivo con la llegada de la pubertad biológica
preocupado por la perdida de sus ob7'etos de amor infantíes, es-
y la reorganización de los lnstlntos sexua/es, y termina cuando tá preocupado por la perdida de /os ob7'etos internalizados de su
los procesos de maduración se han consolidado en lo que lla- infancia y niñez. Es un proceso de duelo, por lo tanto, que no se
mamos la madurez (adulthood). La adolescencia, la edad det expresa en una reacción de dolor al examen de la realidad pre-
medio, representa una situación de crisis normativa. Exhorta al senfe. Al contrario, el adolescente utiliza la realidad como un
abandono del apego al objeto (a los objetos) primarios y a las fi- sustitufo al cual dirigirse, cosa que, a menudo, conduce a un
guras incestuosas, y la modificación de la confianza en el sopor- examen de realidad carente (Blos, 1963). Su mundo externo
puede parecerun escenario con co-actores, sobre el cual su in-

144 145
fancia y su niñez pueden ser revividas, y sus memorias, ya sea poner en acto regresivo que de un,,acling-out,,. Como todo tra_
aquéllas que no fueron nunca conscientes (represiones prima- bajo de duelo, este duelo actuado tiene una función de adapta_
rias) o aquéllas tronchadas por acontecimientos traumáticos su- ción, la de liberar la libido. Es, además, un proceso progresivo:
cesiyos (tornando al yo sin defensas en relación con el estado de lleva a la formación de una identidad del yo (Erikson, 1956), de
maduración de sus barreras frente a los estímulos) pueden ser un self continuo en el tiempo (Blos, tg62), de una continuidad
vueltas a poner en acto y así dominadas tardíamente (Blos, de los sentimientos delyo (Federn, 1952-1943,1952). Esto se lo_
1967; Ritvo, 1972). gra a través de la función sintética del yo (Nurberg, 1931), una
de las funciones del yo predominantes en la adolescencia tardía
(Blos, 1963). Del estado de caótica falta de tiempo det adotes-
El proceso del duelo del adolescente y el volver cente, surge una srnfesls de pasado-presente y futura madurez.
a poner en acto El adolescente logra lo que Btos (1g63) ha llamado ,,un self radi_
cado en una historia personal". paralelamente a esto, sin embar_
En el curso del simposio sobre el "Acting out" del 25.o Con- go, el adolescente repite aquellos traumas precoces, carencias y,
greso lnternacional de Psicoanálisis, Anna Freud (1968) llamó la a yeces, privaciones que fueron disgregantes para la continuidad
atención sobre la reinante confusión en torno al concepto de deldesarrollo (Blos, 1963), cuando la barrerade /os estímulos del
acting-out. Dicha confusión emerge porque el significado origi- yo inmaduro fue transgredida, y elyo se defendió disociando di_
nal del término no se adapta a los actuales progresos teóricos: chas experiencias, lo que condujo a alteraciones, escisiones y
el desarrollo de la psicología del yo; la ampliación de la teoría de quiebres en el yo (Freud, 1927, 1959, 1940a, 1940e). Tates trau_
los instintos; el traslado de interés y de investigación de la fase mas disociados no están disponibtes para ser memorizados. El
fálico-edípica a los sucesos preedípicos; la interacción madre- adolescente, por eso, los vuelve a poner en acto activamente
niño y los primeros rudimentos del desarrollo de la personalidad. buscando y escenificando experiencias que en circunstancias fa-
Freud (1914) habia introducido eltérmino acting-out para refe- vorables podrían permitir un control retardado det abandono o de
rirse a una específica manifestación de resistencia, cuando, en las intromisiones sufridas pasivamente.
la transferencia, el paciente repite los sucesos del pasado olvi-
dado, más que recordarlos. Como Anna Freud subrayó, en el Las vicisitudes del fracaso del duelo del adotescente:
ámbito del objetivo siempre más vasto del tratamiento psicoa-
la parálisis o la forclusión (rechazo)
nalítico, el concepto de acting-out ha sufrido un cambio de de-
notar una resistencia en la recuperación del pasado a denotar
los intentos experienciales de poner o volver a poner en acto en Freud subrayó la cualidad repetitiva del proceso de elabora_
la situación clínica. Entre el uso original del concepto como lo ción del duelo; por ejemplo, el desapego tibidinat det objeto perdi-
formulara Freud en 1914 y su aplicación actual, se sitúa la intro- do. El proceso de duelo del adotescente da testimonio de esto en
ducción de la teoría estructural (Freud, 1923). Con este progreso, el continuo trastorno de regresión y progresión/adaptación, en la
sucedía un cambio en la comprensión de las manifestaciones de repetición actuada de su infancia y niñez. Las necesidades preco_
transferencia, del ser vistas como la repetición de acontecimien- ces no correspondidas por el ambiente originat son creativamen_
tos pasados a ser comprendidas como una nueva edición de ne' te re-escenificadas en experiencias que a menudo tienen una fun_
cesidades y deseos instintivos reprimidos. En consecuencia, el ción autocurativa. El funcionamiento del yo puede regresar tem_
acting-out se tornó, por un período, un término peyorativo que poralmente a niveles de desarrollo precedentes, y no sorprende
indicaba la descarga instantánea de impulsos por parte de un yo que encontremos una sintomatología cambiante, neurótica o psi_
débil incapaz de soportar el displacer y la tensión. La compul- cótica, que no se estructura en un síndrome definido, así que ge-
sión a repetir traumas psíquicos al servicio de un dominio final, neralmente se habla de "bizarro comporiamiento adolescente,,. La
sin embargo, ha sido vista como un caso particular, puesta más creación de su "self con un sentido de historia personal', (Blos,
allá del dominio del principio de placer (Freud, 1920). El "duelo 7963,) es muy personal para el adolescente, que necesita un espa_
actuado" del adolescenfe es más de la naturaleza de un volver a cio y un tiempo para facilitar et desptiegue de su drama personal.

146 147
Si esfa tregua no se concede, ya sea porque /as reservas i ntra- psi Por esto, diversos anaristas aconsejan distintas técnicas par-
quicas delyo del individuo no están suficientemente desarrolladas ticulares a suministrar en el tratamiento de paciente.s adolescen-
para alcanzar esta actividad psíquica organizativa del "volver a tes, según sus necesrdades específicas (Blos, lg67; Eissler,
poner en acto", ya sea porque las circunstancias ambientales lo 1958; Geleerd, t9S7; Ritvo, 1972; Root, tg|t; Stansky ea.,
impiden, entonces, creo, encontramos, a menudo, una típica 1972). Otros ponen en guardia con respecto a una pro[uesta
respuesta patológica en una parálisis del adolescente o en una muy general para un tratam¡ento anatítico y lo ven preferible-
forclusión con una prematura seudoadaptación a la madurez. mente "to help the helpers" para ayudar a los terapeutas (A.
En un amplio estudio psicoanalítico de pacientes adultos que Freud, 1958a; A/liller, 196g; Winnicott, T96S). Si bien ios razona_
habían sufrido la pérdida de un progenitor en su infancia o ado- mientos de estos autores se basan en criterios diferentes a los
lescencia, Altschul (1968), Fleming y Altschul (1963) y Pollock aqui postulados, e//os bien podrían ser conscie ntes del petigro
(1961) encontraron que la denegación del pleno significado de de un abordaje interpretativo demasiado activo, que puede-ile-
la pérdida conducía a la restricción delsucesivo desarrollo del var a una madurez lograda prematuramente.
yo y a una parálisis del yo. Sugeriría que la parálisis adolescen- A comienzos de mi carrera anatítica, analicé, cinco veces a la
te puede también comprenderse como la denegación de un semana, a una muchacha de l S años, Nora. Era una paciente in_
trauma precoz. Periódicamente, la hipercatexis de estos trau- terna de una unidad neurorógica y venía de una famitia disfun-
mas disociados lleva a la compulsión a repetirlos (volver a ac- cional que no podía hacer frente, considerando su procedencia,
tuarlos), sin que resu/te de ello un control activo sobre ellos, y la a una hija y hermana insubordinada y rebetde. Me ta enviaron
de
contra*fuerza de la denegación es resfab/ecida. Por eso, la inte- un departamento médico donde habían encontrado, antes de la
gración y srntesis del self y las representaciones del objeto-self recuperación, que había tomado pequeñas dosis de veneno pa_
de la infancia y de la niñez, gue se consideran en este trabajo ra ratones, con regularidad, durante aproximadamente dos se_
una parte esencial del proceso de desarrollo del crecimiento del manas. Estaba en el aire er diagnóstico de una esquizofrenia
adolescente, quedan dañadas. precoz, pero su comporfamienta demostró ser el de una típica
La forclusión del adolescente, sin embargo, aquí es vista co- puesta en acto adolescente det hecho, negado por su familia, de
mo la organización de una estructura defensiva rígida. Es com- que la madre había intentado abortarla. Durante su permanen_
patible con una adaptación compulsiva reactiva al requerimiento cia en el hospital, ella expresaba de continuo acting_ou! estaba
de madurez. Pero la actualización del self con metas creativas y extraña y agitada, a tal punto que los otros, sobre todo tos pa_
experiencias espontáneas, tan esenciales en el proceso ntadura- cientes adultos, er ptantel de /os enfermeros y tos médicos der
tivo de la adaptación, no puede tener lugar. \ además, los con- deparfamento, la encontraban todcis difícitmente soportabte. Mi
tactos (los encuentros) del self con otro son igualmente limitados trabajo interpretativo fue muy activo y focalizado en lasdefensas
a patrones (modelos) de relación reactivos. en análisis y en la transferencia, no distrnfas det anátisis de cual-
Si la adolescencia se bloquea o congela en una forclusión, quier otro paciente adutto afectado por ra neurosis. crínicamen-
los traumas precoces disociados no se pueden recobrar, ni pue- te, Nora mejoró en dos años de un modo considerable, y et tra_
den llenarse las lagunas precoces, empobreciéndose asi e/ self , tamiento fue interrumpido por razones externas a mi coñtrot y al
que será pasible de experiencias de futilidad y falta de placer en de Nora.
ocupaciones adulfas. Esto, a su vez, puede conducir a una en- Alrededor de un año después, Nora me encontró por casua_
fermedad estructurada en la madurez, que el adulto puede sen- lidad y leído en alguna parte que los pacientes de-
tir como un vacío por el cual buscar ayuda; podría comportar un
-habiendo
berían pagar por su psicoterapia- me dijo: ,,Creo haber paga_
aumento de repetidos rntenfos hacia acciones regresivas en la do un precio muy alto por mi terapia. No en dinero, prro'e{toy
madurez (con los correspondienfes desacuerdos con un am- siempre con personas mayores ahora. Creo que he maduradó,
biente que espera un comportamiento adulto) o podría implicar de algún modo, durante mi terapia..., pero como una planta que
un aumento de típicos modelos de comportamiento o break- podría crecer demasiado pronto en un invernadero.,,
downs cuando se avecine en /o sucesivo la crisis normativa, la Creo que las observaciones de Nora son cierfas. A ta luz de
"crisis de la mediana edad". mis sucesivas experiencias, afirmo que su análisis podría haber

148
149
tlevado a una forclusión de la adolescencia, con el resultado de self en el análisis de pacientes que sufren de una madurez blo-
una seudoadaptación a la madurez" queada por los llamados desórdenes narcislstas o por depresio-
nes atlpicas podría ser lograda a través de la creación de un set-
ting analítico que permita la "puesta en acto adolescente". Al pa-
La repetición de la adolescencia durante ciente se le vuelve así posible recrear en la experiencia aquellos
el tratamiento Psicoanalítico traumas disociados y las carencias de su primera infancia que lle-
varon a quiebres y lagunas en la organización del yo y que esca-
A. Freud (1958), habtando de la escasez de investigaciones paron a una recuperación e integración durante la adolescencia.
psicoanalíticas sobre la adolescencia, consideraba una de las Esfos pacientes muestran con las perturbaciones e/ origen de
razones el hecho de que la adolescencia no se reproduce en una aquello que nosotros ponernos en la primera infancia, en el área
neurosis de transferencia: la adolescencia puede ser libremente de experiencias arrolladoras y traumáticas sornato-psíquicas o
recordada durante el tratamiento y no está cubieria por la am- para elyo-self, el área del "daño de base" (Balint, 1968), de las
nesia como la neurosis infantil. Geleerd (1961) sostiene que ta' subestructuras debido a las intrusiones sufridas pasivamente
les elementos de ta neurosrs de transferencia, en particular el ca- (Heimann, 1966); del "trauma acumulativo" (Khan, 1963-1974);
racteristico acting in de nuestros pacientes adultos, repiten la de la "organización de falso self" (ltVinnicott, 1960a-1965). En es-
fase de la adolescencia. Otros autores (Hum, 1970; Lampl-de tos pacientes, la adolescencia está inevitablemente bloqueada o
Groot, 1960) sugieren que un comporfamiento adolescente co' rechazada, de modo que la creación de un self-con-un-sentido-
mo manifestación de transferencia se repite sobre todo durante de-historia-personal, un yo temporalmente continuo (Blos,
la fase final del psicoanálisis. 1962), no es lograda. Se podría decir que aquellos que, no obs-
tante las privaciones, las carencias o /os traumas precoces, no vi-
Por mi parte, propongo ta idea de que formas características
ven Ltn empobrecimiento duradero del self han tenido la forfuna
de puesta en acto adolescente aparecen en cada fase del análi-
de obtener suficientes autocuraciones a través de la disponibili-
sis de aquettos pacientes aduttos que, durante su adolescencia,
dad de tiempo-espacio suficiente durante su moratoria adoles-
no fueron capaces de integrar experiencias disociadas o trau-
cente.
mas precoces, privaciones o carencias.
Freud (1939), si bien era pesimista acerca de la posibilidad
de una autocuración a través de la repetición del trauma, no re-
La puesta en acto en Ia adolescenc¡a como modo de chaza, sin embargo, la posibitidad. Él escribió que una enferme-
comunicar traumas precoces, carencias y privaciones dad neurótica que pudiera surgir en la pubertad o un poco des-
pués "podría también verse como un intento de curación, como
Btos (1966) define e/ acting out de la adolescencia como una un esfuerzo, una vez más, de reconciliar con el resto aquellas
característica fase-específica, como eliuego infantil o el uso del partes del yo que fueron escrndidas por el efecto del trauma o
adutto de la comunicación verbal directa- Así él lo distingue del de unirlas en una potente unidad de frente (vis-á-vis) al mundo
actrng out en tos desórdenes impulsivos y sostlene que es un ac- externo. Un intento de este género, sin embargo, raramente tie-
to psíquico organizado que responde a tres obietivos disfinfos" ne éxito, a menos que el trabajo analítico venga en su ayuda, e
puede ser una manifestación de ta motivación inconsciente de incluso no siempre".
los padres det niño; puede ser un regulador de tensión que pro- En mi experiencia, formas características de volver a poner
tege de ta ansiedad det conflicto, o puede proteger el organismo en acto adolescente pérdidas traumáticas y/o separaciones en
psíquico de la ansiedad acerca de la desintegración estructural' la primera infancia se han presentado en el análisis de muchos
Es, por ende, "el establecerse de pariicular correspondencia
esa de mis pacientes cuya edad variaba de la tardía adolescencia
de ta experiencia a través de la cual ta realidad presente estable' hasta /os cuarenta. Y de ellos puedo elegir sólo a alguno para
ce un vínculo con un pasado traumático" (Blos, 1963)- ilustrar mi tesis.
Para este último acting out de la adolescencia, yo preferiría
el término "puesta en acto adolescente". La actualización del

150 151
La interpretación y sus vicisitudes cionamiento mental desconocidas para la epistemología de en-
La técnica en cuestión tonces.
Para Freud, lo vivido por un individuo se reflejaba en su na-
de Andreas Giannakoulas
rrativa verbal y en ella se representaba, en modos muy distintos
e interdependientes, en el encuentro con el otro; las intervencio-
nes terapéuticas, entonces, no eran otra cosa que sugerencias o
Dedicado a Alarion ll/lilner comentarios que apuntaban a facilitar el libre fluir del paciente.
La recuperación mnémica y abreactiva del hecho traumático,
con los síntomas, los sentimientos y los pensamientos conecta-
En srntesis, Io esencial en la experiencia es aquello
dos con ello y bloqueados, constituía la finalidad terapéutica: the
que agregamos a /o que vemos; y, sin un
talking cure (la curación a través del habla).
aporte por parle nuestra, nosofros nada vemos.
Pero Freud notaba que era en el escenario íntimo y exclusivo
Marion Milner del sueño donde el hombre, además de volver a encontrar las fi-
guras, las imágenes, los sucesos y los símbolos que han consti-
tuido la mitología universal, lograba también reencontrarse con
su historia personal, que contenía una intimidad irrecordable,
Este aporle no intenta ser una revisión de la interpretación y con su idioma nativo, anclado en el tiempo y en el espacio, es
de sus vicisitudes, sino una reflexión "crÍtica" con una intención decir, a su raíces, su tierra, el ambiente familiar: se podría decir
sobre todo dialéctica. Me limitaré deliberadamente a los apor- la esencia de los tiempos y de las imágenes en torno a las cua-
tes de algunos autores de la Escuela Británica, con quienes ten- les se cristaliza el self (la persona).
go una mayor familiaridad. Naturalmente, el genio de Freud se había dado cuenta de Ia
La tradición helénica nos ha transmitido la representación tuerza de creación y transformación implícita en la elaboración
trágica del sufrimiento y del conflicto individual y privado en un onírica, es decir, en el trabajo del sueño, que era accesible so-
lugar público y ha colocado en el diálogo la intensidad profun- lamente a través de la interpretación.
da de la psique humana. Con La interpretación de /os sueños, como se sabe, Freud
La vulnerabilidad del hombre, expuesto a las vicisitudes del irrumpe en la tierra incógnita de la expresión simbólica, de la ana-
amor y del odio, y a la crueldad y al capricho de lo divino, del logía, de la alusión, de la similitud, y en el mundo de la metáfora.
misterio y del destino, fue plasmada en las primeras grandes Restituyendo al individuo la propiedad exclusiva de su sue-
metáforas trágicas, desde las Troyanas de Eurípides al Edipo de ño, Freud cambiaba profurrdamente la calidad de la conciencia
Sófocles. humana. En el setting terapéutico, las asociaciones libres del
La metáforas mitológicas creaban una posibilidad de reco- paciente se tomaban indispensables para calificar el simbolis-
nocimiento de lo ignoto y de lo irracional, y el intérprefe concen- mo onírico, "en el verdadero sentido", o sea personal, y no "en
traba en sí todos los valores atinentes a ello, verbalizaba y dra- sentido lato", o sea universal (Jones, 1916).
matizaba la relación del hombre con Dios, con los otros y con- Es el análisis de los sueños el que permite a Freud descubrir
sigo mismo, permitiendo al espectador, contenido en el espacio la vivencia del síntoma; esta misma vivencia comienza a entre*
y en el tiempo, encontrar representados aspectos cruciales de verla en las paráfrasis, en los errores de conversación, en el
la propia existencia íntima y social. contrapunto irónico, asícomo en la importancia del acto fallído
Creando un espacio y una contención terapéutica, exclusiva y en los casos de la vida cotidiana.
y privada, Freud personaliza el encuentro con el paciente e in- Para Freud, la interpretación se tornaba el único modo de
funde una visión clÍnica a las pasiones humanas, explora su na- comprender el contenido latente del sueño y representaba la
turaleza y sus dinámicas, revelando asícaracterísticas del fun- fuerza penetrativa privilegiada, por no decir exclusiva, en lo pro-
fundo, en lo reprimido, en lo original y en lo antiguo. Ninguna

152
153
otra regla de reconstruir, traducir, juzgar o criticar podría contra- En años más recientes, Anna Freud intentó integrar el mode-
ponérsele o sustituírsele. lotopográficoconelmodeloestructural,utilizando,parainter-
Con el compromiso de la propia identidad y la capacidad de pretar, alternativamente el uno y el otro, según el material clínico.
decodificar el inconsciente, el analista ahora, como el oráculo Significativamente, en todo este período, Freud mismo reco-
de entonces, se vuelve el intérprete, el decodificado( de lo ig- mendába "esperar el momento lusto" para interpreta¡ respetar
noto del paciente. y
las resistencias y evaluar con mayor cautela lafuerza la debi-
Por un cierto período, la interpretación era una pura y simple lidaddelyo,quesetornabagradualmenteelinterlocutorprinci-
"Herminia", una "traducción", por parte del analista, del mate- pal. En el-fondo, "donde estaba et etto, debía advenir el yo" '
rial manifiesto, con particular referencia a las fantasías y a los Lainterpretaciónprogresivamenteasumíatambiénconnota-
deseos sexuales y agresivos subyacentes, que, en este sentido, ciones instructivas y se consideraba, paradójicamente' la co-
y
venía con sus debidas formalidades, comunicada ni bien deco- municación analítica más grave, solemne, moral e instructiva'
dificada. A menudo, la sintaxis de estas interpretaciones era la y
a menudo intentaba estimular con elegancia sentenciosamen-
de un monólogo oracular, y la fueza era una tensión del ritmo, y
te las virtudes alejar su contrario'
del tono y de la cadencia. El analista no se limitaba a sugerir y En elfondo, el arte interpretativo se lograba a través de
la re-
facilitar, sino que anunciaba y decodificaba. nunciadelanalistaalapropiaespontaneidad.Deesteprincipio
En este sentido, los analistas podr[an ser dotados y elegidos deneutralidadderivabantodaslasotrasconvenciones;como'
para pertenecer a la peligrosa gracia "Hermenéutica" y dar in- por ejemplo, el mantener una neta separación y distancia entre
que no
terpretaciones válidas y profundas. Nace así, quizá, la imagen el mundo afectivo-emotivo del paciente y el del analista'
arcaica del analista oráculo, mago, lingüista y gran sabio: una puede y no debe tocar el humor del paciente'
especie de gurú idealizado, una figura críptica venerada y temi- Naturalmente, con la teorización de la técnica, se eliminaba
da, incluso hoy, por el estudiante en formación. pero
mucho de la improvisación y de la inocencia terapéutica'
Pero se notaba que la actitud del paciente hacia la interpre- con ella también la libertad de la autenticidad afectiva e imagi-
tación variaba de la reacción áspera hasta el privilegiar casi ex- nativa del analista.
clusivamente lo simbólíco, excluyendo lo real. La receptividad
de un determinado paciente a la metáfora interpretativa, por va-
riable que pudiese ser, se tornaba siempre un factor específico
ConlaasimilaciÓndelateoríaestructuralsemodificaba,
re-
y decisivo. ulteriormente, la técnica interpretativa, que debía incluir las
ex-
laciones con el yo, además de con el ello, y con el mundo
Las resistencias y las defensas del paciente hacia la interpre- terno y el superyó. Las influencias recíprocas de las agencias
tación llevaron a los primeros analistas a modificar la modalidad psíquitas tiy su vínculo con el mundo externo se volvían
centrales. "nir"
"pitiática", con cambios fundamentales e históricos en la técni-
ca psicoanalítica.
Enestesentido,lainterpretaciónapuntabaintencionalmen-
Reich (1928) consideraba el psicoanálisis como análisis del tealcambioydebíaconsiderarelefectomodificantedelainter-
carácter. Recomendaba una "coherencia" en la interpretación pretación sobre el mundo interno y externo del paciente'
de las resistencias, es decir, proceder por "estratos" de la su-
perficie a la profundidad. La interpretación debía estar dotada de una perlecta cohe-
rencia y economía emotiva. No debía existir emoción superflua
El interés por el análisis y Ia interpretación del carácter puso por parte del analista, ni vigor en el lenguaje o en el gesto que
énfasis más sobre la personalidad del analizado que sobre la re- no fuera en función del efecto final. Las tesis principales, co-
lación paciente-analista. El trabajo sucesivo de Anna Freud so- menzando por Strachey y por otros, estaban ligadas a la trans-
bre las defensas entra de nuevo en la misma tradición, al privi- y
ferencia, trasformada en el centro vital del ideal interpretativo,
legiar, en particular, la psicología de una persona y considerar, eran sólo las interpretaciones transferenciales, las que' consi-
especialmente, la descripción de los mecanismos de "defensa" in-
deradas mudabtes, influían en el superyó' Y sólo cuando las
y de la "resistencia".

154 155
I

terpretaciones tocaban un "punto de urgencia" de afectos y re- No creo que se puedan valorar los aportes histÓricos de los
sistencias hacían al paciente capaz de cambiar. grandes autores y algunos aportes más oscuros sin discernir
Surge así la creencia de que el analista debe proveer sola- una herencia de procedencia metafórica y ritual que se remon-
mente interpretaciones de transferencia, que se refieran a proce- ta al exuberante aporte de los primeros autores pioneros y los
sos que se verifican en el presenfe, esto es, en la situación ana- subsiguientes, más rigurosos. No está todavía claro cómo fue
lítica, y son las únicas que pueden ser eficaces y modificantes. transmitida y amalgamada esta herencia con el trabaioso y crí-
tico período de las controversial drscussions, pero de ellas ad-
Eso contrastaba con la opinión y la experiencia de la mayo-
vertimos todavía su impronta en los debates, incluso los más re-
ría de los analistas, que se servían también de interpretaciones
cientes, en la Escuela Británica.
extratraslativas (llamadas no traslativas) y, por lo que parece, del
mismo Strachey, analista de Winnicott. El segundo siglo del psicoanálisis es notable por la variedad
de los aportes teórico-clínicos y la aguda sensibilidad teórica y
Naturalmente, la relación entre el hecho terapéutico y la for-
crítica, pero todavía hoy falta una vigorosa teoría crÍtica global.
mulación de una interpretación "justa" interesó a numerosos
Las distintas escuelas sufren por la diversidad de intentos y se
autores también anteriormente y se ha afirmado que, en ciertas
vuelven a menudo farragosas en el esfuerzo de conciliar las
circunstancias, también interpretaciones incompletas pueden
convenciones de un análisis clásico con aspectos del intercam-
ser útiles en el proceso terapéutico.
bio recíproco y espontáneo que surgen en el "seffing analítico"'
Contemporáneamente, en un artículo de gran significación,
El problema podría tener también raÍces más lejanas' En el
Richard Sterba (1934) ponía el acento especialmente en la fun-
fondo, el psicoanálisis no podía ignorar continuidad y tradición,
ción de la introspección en la relación analista-analizado.
y si bien Freud (1932) había excluido que el psicoanálisis tuviese
Sterba, en aquel trabajo, se interrogaba acerca del destino una Weltanschauung, las influencias culturales sobre las pers-
del yo en la terapia analítica y distinguía dos partes del yo en el pectivas psicoanalíticas se hicieron cada vez más evidentes'
análisis: una, inmersa en la experiencia de la sesión; la otra, en
la comprensión de dicha experiencia a través de la identifica- Y si el cruce de las distintas culturas miteleuropeas llevaba al
psicoanálisis británico a las "discusiones controversiales", la
ción con la función analizante del analista.
transposición del ideal filosófico del pasado en una forma perpe-
El trabajo seminal de Klein (1932), transferida de Berlín a Lon- tua y actual, tan característico en la cultura francesa, creaba un
dres, inauguraba una nueva era y se volvía fundamental en el de- período de duda interior en el movimiento psicoanalítico gálico.
sarrollo sucesivo de la práctica interpretativa de sus seguidores.
La literatura francesa ha contribuido en gran medida a formar
Trabajando, como se sabe, con los niños, Melanie Klein lle- la sensibilidad psicoanalítica local, y gran parte de la tradición psi-
gó a la conclusión de que todos los comportamientos sucesi- coanalítica francesa ha sostenido más el atractivo filosófico que
vos eran, en gran medida, una repetición de los vínculos verifi- el rigor clínico; y así en los años cincuenta se encontró afrontan-
cados durante el primer año de vida; y, en este sentido, todas do una elección: o convertirse en un análisis sociocultural o en-
las comunicaciones que proveía el paciente se consideraban e contrar una nueva estrategia clínica para la propia supervivencia.
interpretaban como repeticiones en la transferencia de relacio-
Naturalmente, el carisma de Lacan reunía capacidades teó-
nes infantiles precoces.
ricas brillantes con una libertad teórica autónoma respecto de la
Edgard Glover (1940), en cambio, argumentaba que "una disciplina analítica clásica, pero sería decididamente parcial
adecuada concepción de la transferencia debe reflejar la totali- sostener que toda la tradición psicoanalítica francesa contiene
dad del desarrollo individual... el individuo traslada al analista no esa práctica libre y seductora que se ha intentado definir como
sólo afectos e ideas sino todo aquello que ha tomado u olvida- "psicoanálisis f ilosóf ico".
do en el curso del propio desarrollo psíquico".
Muchos psicoanalistas ilustres (Bouvet, Lagache, Lebovici,
En el interior del movimiento psicoanalítico, comenzaban a Nacht y otros) optaron por una vertiente clínica, sin negarse a
desarrollarse dos líneas diverqentes, y la tarea de integrar la teo- una amplitud cultural, manteniendo así una brillantez teórica, un
ría con la ciínica se hacía cada vez más difícil. diálogo y una recíproca fertilización con las otras disciplinas. El

'156 157
psicoanálisis clásico ha ganado una economíaválida formal, sin tá última heurística, epistemológica o terapéutica, para Winni-
perder una excesiva dosis de vitalidad cultural. cott descubrir el síntoma lingüísticamente estructurado no ago-
En el carácter y en la educación de Lacan, estaba la impron- ta la tarea analítica clínica. Y si, naturalmente, el lenguaje coe-
ta típicamente francesa poscartesiana. Lacan se dio cuenta de xiste con el desarrollo de las civilizaciones ('la civilización',
cía Freud-'comienza cuando los primeros hornbres, en lugar
-de-
que la tradición teórica psicoanalítica habría podido reflejar la
situación cultural y sociopolítica de los últimos años en Francia. de arrojarse piedras, comenzaron a decir que querían hacerlo'),
En los años cincuenta-sesenta, y tal vez también desoués, los no ocurría asíen el desarrollo del individuo. 'El lenguaje se agre-
debates difícilmente asumían una forma abiertamente clínica, y ga después...', subrayaba Winnicott. Él (Winnicott) no creía en la
los psicoanalistas lacanianos, en lugar de hacer el psicoanálisis reconstrucción de la historia de un individuo reflejada solamen-
más riguroso, decidieron nutrirlo con el prestigio creclente de te en la lengua y revitalizada por ésta. Es imposible encontrar un
las "ciencias humanas" (lingüística, antropología estructural, léxico que por sí solo explicite, articule y formalice completa-
política y filosofía, arlte avant-garde y literatura de moda, como mente la historia de los pacientes y, sobre todo, su vivencia es-
el surrealismo, el futurismo, etc.), así como con los estudios his- pecífica. Consciente de la intrusiva inadecuación del lenguaje, él
tóricos, con un ojo atento a algunos ámbitos fascinantes e inex- siempre formuló sus interpretaciones con economía mesurada y
plorados del pasado filosófico y del presente sociopolítico. Sus evitó deliberadamente la investidura obsesiva y filosóficamente
aportes en el campo de la interpretación mantienen los valores naif de la palabra. Nunca usó frases demasiado largas, a menos
y los defectos de su fundador. que estuviese muy cansado.
En el lenguaje y en el modo de vida franceses, que están es- A menudo su reticencia a la verbalización a toda costa y la
trechamente asociados, habia naturalmente un nivel de feed- fertilidad del silencio, y naturalmente su particular y deliberado
back, de excelsitud y grandilocuencia, en las que difícilmente tacto, creaban un efecto de sensibilidad casi perdido en los en-
pañicipan otras culturas. Pero algunos conceptos fundamenta- cuentros psicoanalíticos. El holding environment, es decir, un
les (metáfora, metonimia, significación, etc.) mantienen su valor milieu adaptado, análogo a los cuiclados maternos, se ofrecía
universal. para permitir al paciente la revelación de sí mismo" (Giannakou-
las, 1993).
Con la presencia de Lacan en París, en el momento en el que
la presencia de Freud estaba faltando, y los grandes aportes Desde los años cuarenta, espacio y tiempo se tornaron gra-
teóricos comenzaban a palidecer, se abria una encrucijada en la dualmente elementos importantes, y la i nterpretaci ó n, entendida
historia del movimiento teórico y clínico psicoanalítico. como aquello que confiere al lenguaje una vida que trasciende el
momento y el lugar de la inmediata expresión o transcripción,
Lacan, por inclinación natural, habría podido continuar la tra-
fueron objeto de estudio para diversos autores.
dición de sus más ilustres predecesores en psicoanálisis, comen-
zando por Freud. Las raíces del lacanismo, además, eran más Para Rickman, que acuñó el termino hic et nunc,la unidad de
políticas que técnicas y reflejaban el período rebelde y extrava- tiempo y de lugar no era más que un medio para cónseguir el ob-
gante de este autor. Con la abolición del settrng, los lacanianos jetivo principal, es decir, recuperar el pasado en el presente.
lanzaban un último desafío a la tradición psicoanalítica clásica. A menudo, se menciona la brillante descripción de lV. Klein
Lacan se volvió también muy crítico sobre el uso exaspera- en la que ilustra de un modo fascinante cómo se debe ir hacia
do de la transferencia, que comparaba con una corrida, donde atrás y adelante en el tiempo para comprender a un paciente: "A
el torero, en lugar de sí mismo, propone siempre la muleta. Hay través de esta aplicación ampliada de la situación de transfe-
que decir que Lacan, en lugar de la transferencia, en la misma rencia, el analista descubre que está jugando una variedad de
medida, proponía el instrumento lingüístico por excelencia, "la roles en la mente del paciente, y que él no sólo está por las per-
palabra", que permaneció, por lo demás, abstracta y rigurosa- sonas reales del presente y del pasado del paciente, sino tam-
mente pura. bién para los objetos que el paciente internalizó desde sus pri-
meros días de vida en adelante, construyendo su superyó. En
De paso, "si para Lacan y la escuela lacaniana la palabra de
ese sentido, estamos en condiciones de comprender y analizar
la pasión es sólo médium de la acción psicoanalítica, ya sea es-

158 159
el desarrollo de su yo y su superyó, su sexualidad y el comple- Strachey- me ha vuelto desconfiado con respecto a las des-
jo edípico desde sus orígenes. Si durante el curso del análisis cripciones deltrabajo interpretativo en análisis que parecen dar
somos constantemente guiados por la situación de transferen- crédito a las interpretaciones de todo aquello que sucede, co-
cia, estamos seguros de no sobrevalorar las experiencias reales mo si el proceso del paciente se hubiera perdido de vista" (Phi-
del presente y del pasado, en cuanto ellas se vean una y otra llips, 1988).
vez a través del medio de la situación de transferencia." Winnicott nunca negó la importancia crucial de la interpreta-
Una mayor reflexión sobre fenómenos de transferencia y ción del trabajo analítico y nunca consideró el holding como una
alternativa sustitutiva de la interpretación. Pero hace notar que
contratransferencia
--notaba Balint (1968) - podría eviden-
ciar el efecto que pueden tener sobre el analizado, y sobre el en todo paciente se debe evaluar cuidadosamente cuándo el
vínculo entre paciente y analista, el modo y el estilo de inter- analista debe trabajar enfatizando la interpretación de los con-
pretar. flictos inconscientes o satisfacer una necesidad del yo a través
de una adaptación activa.
Balint destacó el hecho de que el parlicular lenguaje y el par- Como dice Winnicott, en el proceso analítico, a menudo, el
ticular marco conceptual utilizados por el psicoanalista determi- analizado revive y actualiza los hechos de una cierta etapa de Ia
nan, inevitablemente, el modo en que el paciente llega a tener propia vida, y el analista provee una situación de adaptación ac-
una comprensión de sí. Partiendo de este punto de vista, la con- tiva total, en la medida en la cual es capaz y por la duración ne-
siguiente modificación terapéutica del análisis dependería, en cesaria y, sucesivamente, de gradual disminución de la adapta-
gran medida, del ofrecimiento de un marco conceptual y afecti- ción: como un ambiente "suficientemente bueno" que suministre
vo estructurado y organizado, dentro del cual el paciente puede un " hold i ng" razonable.
con éxito ponerse a sí mismo y la propia experiencia como su- Hay que recordar que, en los primeros períodos, en el térmi-
jetos de sí y de los otros (ver también Sandler et al., 1973). na transferencia el significado erótico aparecía más intenso; pe-
Balint con mucha autoridad ha criticado las consecuencias ro en los rnomentos de quietud la amistad estaba presente con
inesperadas de la técnica tal como se aplicaba en la segunda la misma fueaa del amor. La similitud no tenía pretensiones, en
mitad de los años cincuenta y sesenta. El autor observaba que absoluto, y la así llamada transferencia de afecto y de amistad
"actualmente los analistas se deleitan interpretando cualquier que Freud consideraba "un instrumento deléxito en psicoanáli-
cosa que suceda en la situación analítica en términos de trans- sis" podría, a mi parecer, incluir elementos de un holding diná-
ferencia, es decir, 'la relación objetal'. Esta técnica, por otra par- mico. La fueza de la amistad y de la confianza fundamental pa-
te sensible y eficiente, implica que nos ofrezcamos a nuestros ra el vínculo terapéutico creo que es igualmente vital que la del
pacientes de manera incesante como objetos a los cuales afe- amor. Como se sabe, el concepto de alianza terapóutica, como
rrarse (agarrarse), e interpretamos cualquier cosa contraria al del holding, permanece en términos tanto clínicos como teóri-
apego como resistencia, agresividad, narcisismo, irritabilidad, cos muy ambiguo e incierto. Lo que Winnicott ha llamado hol-
arrgustia paranoide, miedo de castración, etc.". ding era una visión dinámica de una perspectiva interactiva
donde madre y niño, subjetivo y objetivo, realidad interna y am-
Fue Winnicott quien tomó la señal e intuyó que algunas con-
biente se condicionan recíprocamente.
venciones psicoanalíticas clásicas estaban vacías de una fe vi-
va, e hizo una crítica singular de métodos superinterpretativos
del psicoanálisis que no tienen confianza en el desarrollo como El atento, alegre espiritu de observación de Winnicott, su
tendencia natural humana y en el potencial del niño. realismo picante, lafuerzay la humanidad de su juicio lo eviden-
Para Winnicott, es "el proceso evolutivo del paciente lo que ciaron íntimamente ligado al primer Freud y, especialmente, a
determina el análisis. La interpretación simplemente facilita di- Ferenczi, pero él nunca escondió su gran deuda para con M.
cho proceso, no puede usurparlo, sino a costa del verdadero Klein.
se/f del mismo paciente". "Mi experiencia de análisis con Stra- Para Winnicott, los sentimientos no tienen límites tan preci-
chey Winnicott en la necrológica por la muerte de sos y, a menudo, sus interpretaciones están sofocadas delibe-
-escribe

160 161
radamente, carecen de aquella luz deslumbradora de la inter- "[Vle interrogué también acerca del vínculo entra esta imagen
pretación "hasta el fondo" que se encuentra en las intervencio- de un espacio que contiene, rodeado de caras dirigidas al inte-
nes kleinianas. Pero contienen también pasajes de una profun- rior, y sus sentimientos relativos a mi modo de experimentarla.
didad que resiste la crítica precisamente porque la intervención Podríamos, quizá, decir que su capacidad de autoconciencia,
del autor es en extremo discreta, casi sugestiva. de mirar dentro para ver qué hay realmente, está emergiendo a
Por otra parte, es probable que ninguno, además de Winnicott, consecuencia de haberme experimentado con continuidad co-
haya captado plenamente un cierto equívoco sobre el cual se pue- mo una madre, que intenta sostener y desarrollar en el interior
den fundar, a veces, las teorías psicoanaliticas. Existe, como se de sus intereses una imagen de su (de Susan) realidad tan com-
sabe, un sentido cleicalmás que clínico, que a menudo invade el pleja. Además, en este sentido, pensé que el contraste entre el
psicoanálisis institucionalizado. Winnicott mismo estuvo obligado guijarro tridimensional y el símbolo del pene con testículos, ape-
a defender algunas libeftades de su trabajo interpretativo contra nas bosquejado y no sombreado, podía representar su lucha
los cánones de un riguroso sentido clásico, escribiendo que por encontrar un símbolo de la capacidad de pensamiento re-
"Freud tocó casi todos los aspectos de las relaciones entre perso- flexivo, un modo para pensar dicha capacidad. En efecto, la ca-
nas íntegras y, en efecto, es muy dificil hacer ahora un aporte, sal- pacidad de tener muchas ideas en mente al mismo tiempo, con-
vo reafirmando en otras palabras lo que ya ha sido sancionado. tenerlas, permitir que interactúen, rebullan y sean trasformadas
Ninguna teoría que niegue o evite estas temáticas es útil',. (una capacidad que Susan había dicho haber tenido en el Hos-
pital N. l.) me pareció requería un símbolo femenino, como en
efecto se mostraba, en el recipiente contenedor; mientras la in-
Para Winnicott, el saber del psicoanalista no debería rnenos-
tención de asimilar la capacidad de sentimiento y de pensa-
preciar la capacidad, el insight y los valores de sostén y paren-
miento reflexivos a la actividad del pene eyaculante podía lle-
talidad usados a través de los siglos, cotidianamente, en cada
varla a esperar que su único modo de ponerse en relación con
familia y sociedad lo suficientemente buena.
el mundo fuese una especie de irreflexiva explosividad.
En efecto, debemos recordar que el movimiento psicoana-
Seguramente, Susan se había comportado, a menudo, co-
lítico en Gran Bretaña ha sido profundamente influenciado por
mo si considerase la emoción una especie de explosión repen-
la tradición y la cultura británicas del hacerse cargo del pacien-
tina, y no un estado prolongado (a "held" state). En términos psi-
te. La palabra "cuidado" (care) es a menudo crucial para la coanalÍticos convencionales, se podría intentar decir que Susan
práctica psicoanalítica británica. Cuidar no significa sólo tratar,
comenzaba a ser más capaz de identificarse con una imagen
sino también hacerse cargo de, fo look after, y usualmente
uterina que con una imagen fálica."
preocuparse.
Rickman notaba que "la enfermedad mental consiste en no
ser capaz de encontrar a alguien que pueda sostenernos,'. El El supuesto teórica de Milner, asícomo el de Winnicott en el
pasaje "a consecuencia de haberme experimentado con conti-
trabajo de Winnicott y el libro de tV. Milner Las manos del Dios
viviente muestran que, más que rechazar pacientes cuyas per- nuidad como una madre, que intenta sostener y desarrollar en
turbaciones psíquicas no pueden adaptarse al setting, el settrng el interior de sus intereses una imagen de su (de Susan) realidad
debe ser modificado o dírectamente inventado, construido, tan compleja" es que el niño toma dentro de sÍ, introyecta, las
creado para adaptarse al paciente. Un testimonio fundamental modalidades y los cuidados (hoiding, handling y presentación
es el famoso caso de Susan, una rnuchacha del campo, esqui- del objeto) del analista, como de la madre, y las absorbe.
zofrénica, hospedada y amparada por años en casa de Winni- También P. Heimann (1989)sostuvo que "cuando elyo recibe
cott, para tener un análisis con l\¡1. Milner. estímulos desde el exterior, los absorbe y los hace parte de sí, los
Hay que leer atentamente las deliciosas intervenciones de introyecta... podemos definir el inicio del yo en correspondencia
Marion Milner para encontrar algo que supere la concisa pers- con las primeras introyecciones de otra entidad psicológica".
picacia de la atención contenida y del diálogo espontáneo y ori- Como dice Khan, "veamos el interesante proceso de la absor-
ginal entre Winnicott y sus pacientes. ción en el niño de los elementos de lo que representa el atender

162 163
al niño, lo que podría llamarse los elementos del sostén del yo". "Todo se desliza a nivel de equivalentes concretos sin capa-
Es particularmente interesante el vínculo entre esta absorción cidades simbólicas", subraya Segal. Como se sabe, Segal hace
del ambiente y los procesos introyectivos que Sterba mencionaba. una distinción entre simbolismo concreto, donde el símbolo es
"En el settrng analítico buscamos, a través de nuestra pre- equiparado a lo que simboliza, y una forma más evolucionada,
sencia y consistencia, y nuestro compromiso afectivo-emotivo donde el símbolo representa el objeto, pero no se confunde ni
Khan- hacer accesible al paciente la posibilidad de in- identifica con el objeto, y no pierde las características propias.
-decÍa
troyectar un ámbito que amplíe el espacio en el cual puedan El simbolismo concreto crea malos entendidos, falsas creencias.
La autora ha relacionado la concreción con el predominio de la
operar los procesos psíquicos."
identificación proyectiva de la posición esquizo-paranoide. Una
Para Khan, lo que importa con algunos pacientes es su ca- excesiva identificación proyectiva equipara elobjeto con la par-
pacidad de soñar, y no la interpretación de su sueño. Refirién-
te proyectada del sujeto que lleva a una identificación concreta.
dose a estos casos, Khan nota: "Los procesos oníricos están Bion dirigió su atención al hecho de que sea la patología de la
presentes, lo que falta es el espacio... La incapacidad de un pa-
identificación proyectiva, más que su intensidad, la que provo-
ciente de usar el espacio del sueño como un lugar donde actua- ca la concreción. En particular, pensaba que la proyección y la
lizar lo vivido en los procesos oníricos lo lleva a actualizar sus fragmentación del aparato proyectivo de cualquiera llevaban no
sueños en el espacio social." sólo a la percepción distorsionada del objeto, sino también a la
M. Khan distingue clínicamente entre un sueño (un buen mutilación del aparato perceptivo del sujeto.
sueño) y una absurda mélange de imágenes que pueden usur- H. Segal agrega "que en tales situaciones lo que se proyec-
par el lugar del sueño, pero no pueden cumplir ninguna de sus
ta es Ia capacidad cognitiva misma y la capacidad de juicio, así
funciones. Desde el punto de vista clínico, dice M. Khan, es un que los objetos se experimentan como omniscientes y juzgado-
error tratar lo vivido oníricamente como si fuese un sueño, bus- res; los objetos malos creados tienen, generalmente, la cualidad
car asociaciones al contenido y agregar a las dificultades del pa-
de un potente superyó". Los ángulos de la interpretación natu-
ciente el peso de una armadura interpretativa, que no hará más ralmente cambian en este caso dentro de la misma escuela klei-
que volver ulteriormente difícil la elaboración del problema y au-
niana.
mentar la disociación del paciente. Lo vivido resulta fatigoso,
pesado y opresivo; se debe explorar la función que cumple lo vi-
vido. En eso vivido, las transformaciones simbólicas no tienen A pesar de nuestros instrumentos antitéticos y complementa-
lugar donde actualizarse. rios, pero sin duda útiles, de la contratransferencia, la identifica-
tvl. Khan sostiene que la tarea del analista en estos pacien-
ción proyectiva y la empatía puedan permitirnos entrar en contac-
to con estos pacientes, debemos reconocer nuestros límites.
tes es la de proveer un sostén y un apoyo para el self , para
construir el propio espacio psíquico hasta que esté estructura- Justamente por esto, pienso que varios aportes de este si-
do para poder recibir y usar las interpretaciones. glo, heredados por nosotros, por más que sean antitéticos y
J.-8. Pontalis y H. Segal han explorado, cada uno por su complementarios, y puedan parecer generalmente, también,
"no asimilables y superponibles", son siempre esenciales.
cuenta, un territorio similar, usando conceptos algo distintos. En
estas situaciones, para Pontalis, a falta de espacio o de una No describiré la evolución y la utilidad de las ideas de Bion
pantalla, las imágenes se pierden en el horizonte, tal como dice sobre contenedor y contenido, ni sobre la formación de los ele-
T. S. Eliot: mentos alfa y beta, porque ya son conocidos, pero me referiré
ampliamente a algunos pasajes de Vincenzo Bonaminio (1997)
que encuentro muy pertinentes y de gran utilidad para nuestra
Expoliación de cada propiedad. temática.
Disecación del mundo del sentido. Bonaminio hace notar que "también la recomendación bio-
Evacuación del mundo de la fantasía. niana de la suspensión de memoria y deseo por parte del ana-
lnactividad del mundo del espíritu. lista es, como la de Winnicott, muy lejana de 'tecnicista'; y, co-

164 165
mo Winnicott, Bion remite con su recomendación no a una es- Una de las mayores innovaciones técnicas, según mi parecer, la
trategia técnica sino a una ubicación del analista dentro del describe Milner en sus sesiones con Susan.
ambiente del análisis, en el qui-ed-ora de la sesión, a un estar-
Refiriéndose a la propia falta de conciencia de su cuerpo y el
consigo-mismo, para poder estar con el paciente. [...] una tradi-
efecto sobre Susan, Milner comenta: "lVluy lentamente... comen-
ción de la que forman parte esas preguntas que se hacía, a par-
cé a sospechar que este peso debía tener un aspecto profunda-
tir de los años cincuenta, Paula Heimann: '¿Quién habla y a
mente físico; en efecto, yo estaba empezando a creer cada vez
quién habla esta persona, de qué habla el paciente y por qué
más que lo que yo decía era, a menudo, menos importante que
ahora?' Un cuestionarse del analista en el qui-ed-ora de la se-
mi estado cuerpo-mente en sus sesiones."
sión, que M. Little integró con una ulterior dimensión, afirmando
que cada analista, en cualquier momento, debe decidir 'cómo se "A medida que la terapia avanzaba Milner-, co-
-escribe
mencé a creer que, antes de que hubiera habido un cambio real
siente, por qué se siente así y por qué justo en ese momento'.
Como concluye Bollas (1968), a estas cuestiones cruciales plan- en ella, habría ocurrido un cambio en mi.
teadas por Heimann y Little, en la tradición "independiente" de No sólo porque entendía cadavez más y daba mejores inter-
Winnicott y Balint, se deben agregar las consideraciones de pretaciones, sino también porque entendía que debía renunciar
Bion, quien se preguntaba,'qué'está hablando o manifestándo- a buscar tan difícilmente el formular explicaciones, una renun-
se, en esa forma y 'en relación con qué'. cia que yo encontraba difícil, porque ella siempre estaba deseo-
La atención prevaleciente de Bion, derivada de la tradición klei- sa de tenerlas... y con cuánta lentitud yo debía ver que eso que
niana, es a las 'partes' de la personalidad y a los 'objetos internos'; a ella le interesaba especialmente y al respecto buscaba decir-
como la de Winnicott es a la totalidad delse/f y a su oscilación de me, no era aún la satisfacción del instinto sino establecer el sen-
la no-integración ala integración y ala personalización. Esta diver- tido del ser. La falta en S. del sentido del ser físico, su incapaci-
sidad de ángulo observador está bien marcada por la dlferencia dad de sentir su cuerpo sostenido por el diván y sus pies en
del uso del 'qué'y del 'quién', como diferentes partes gramatica- contacto con el piso, es uno de los temas recurrentes de todo
les del discurso psicoanalítico en torno al paciente. el libro, como son sus síntomas físicos, el sonrojarse involunta-
rio y el inclinar hacia un lado la cabeza, el continuo dolor de cue-
Podría extender esta argumentación de la diferencia de án-
llo y el sentido de constricción en su cabeza."
gulo y perspectiva acerca del paciente entre Winnicott y Bion
notando, siempre en el nivel terminológico, el uso de los térmi- En el proceso terapéutico, entre ambas logran gradualmen-
nos 'contenedor' y 'holding'. te una gran conciencia del propio cuerpo y de sus potencialida-
des. Con el tiempo, la analista siente que mantiene vivo, dentro
El container es una cosa, un objeto que cumple una función
de sÍ, el sentido de la gran belleza física de su paciente.
de recoger: semántica y metafóricamente, nos remite a un es*
pacio cóncavo, hueco; mientras que la semántica de holding re-
mite a una postura corporal y, aquí, de nuevo, la atención de Tampoco Winnicott dudaba en dar valor a la esfera privada
Winnicott nos lleva ala matriz psicosomática. de la comunicación, al idioma de la intimidad, con los necesa-
La función 'soñante' implicada en la sugestiva expresión bio- rios silencios, al gesto subterráneo o al movimiento corporal. Es
niana de réverie materna remite a lo 'mental' en cuanto actividad la centralldad del idioma personal, el verdadero se/f del pacien-
de pensamiento, si bien primario y naciente como es el sueño en te que, según Winnicott, estructura, natural y gradualmente, el
sus pofencialidades transformativas de los elementos beta. genuino contacto entre paciente y analista. La confianza recí-
proca y la espontaneidad de la experiencia en el interior de un
Aquello que, de este concepto, se considera el equivalente
contrato tal permiten a la pareja terapéutica, como a la pareja
winnicottiano, pone al contrario, de nuevo, el acento sobre una
madre-niño, trabajar en modo provechoso y significativo.
dimensión más afectiva y en definitiva más corporal".
Comentando el libro de Milner En manos del Dios vivo, Go-
rer escribe que "no conoce otro estudio donde los cuerpos de Si la técnica de Freud, a principio de siglo, se tornaba el ve-
ambos (analista y paciente) estén tan sólidamente presentes". hículo para hacer emerger el contenido inconsciente reprimido,

166 167
I

y el gran aporte de la teoría y la técnica de la escuela kleiniana


nos ha permitido profundizar y traducir las fantasías inconscien- cual la personalidad no está integrada, pero no está bajo ten-
tes en referencias transferenciales y contratransferenciales, la sión porque el analista se ha asumido como un auxiliar funcio-
técnica desarrollada por Balint, Winnicott, N/ilner, Rycroft y nal del yo. Nota que "a través de un holding psíquico, afectivo,
Khan servía al analizando también para incrementar una realiza- emotivo y ambiental de la persona del paciente en la situación
ción de la experiencia delse/f. clínica, yo facilito determinadas experiencias que no puedo pre-
ver ni programar, así como no lo puede hacer el mismo pacien-
Para Winnicott, encontrar de manera total al paciente signi-
te; cuando estas experiencias se realizan, son sorprendentes,
ficaba recuperar sus valores, posiblemente los más ,,antiguos,',
tanto para mí como para el paciente, y hacen nacer procesos
como también la potencialidad, que va más allá del idioma con-
nuevos, del todo inesperados de la experiencia del se/f'.
al psi coanal t\i co.
ven c i on
La liberación de partes de sí, que incluyen, según mi parecer,
Un cambio ulterior en la técnica es debido al hecho de que
partes de la madre, del padre y de su vínculo normal y coluso-
el paciente que en los últimos años llega medianamente a la te-
rio, y que han sido retenidas, contenidas, congeladas, puede
rapia es el paciente difícil, especialmente el bordertine, con una
particular patología del yo y delse/f. ocurrir en la experiencia analítica cuando la persona se siente
suficientemente contenida y auténticamente interpretada por el
En otros términos, a menudo nos tenemos que enfrentar con analista.
un contraste entre presencia y ausencia de las defensas, así co-
Naturalmente, para interpretar el material clínico es necesa-
mo con un contraste entre defensas basadas en la represión y
rio también "descubrir su significado" y sobre todo aquello que
defensas ntás primitivas basadas en el carácter esquizoide; es
es significativo para el paciente, que es comunicado por el ana-
decir: una escisión delse/f y del objeto, proyecciones masivas,
lista con esa autoridad y esa autenticidad imaginativa que defi-
idealizaciones, manipulaciones omnipotentes de la relación con
nimos como originalidad, que hace que el paciente se sienta
los objetos y de la realidad, denegación, etc. Lo que en térmi-
afectiva y emotivamente contenido.
nos del se/f signif ica que partes del propio se/f son negadas, es-
cindidas y proyectadas en los otros. Para concluir: la interpretación, como nos ha sido transmiti-
da y formulada por varios autores, tiende a sumergirse en el tra-
lnevitablemente, entonces, la persona no está en contacto
bajo que analiza y acompaña, en lo posible, la comprensión de
con algunas partes primitivas de sí misma, que son mantenidas
la comunicación en el trasfondo de su antigua naturaleza, ha-
en estados primitivos de elaboración simbólica, porque la nega-
ciendo uso de las referencias internas y de aquéllas externas,
ción, la proyección y la escisión quitan al pasado y al presente
presentes y pasadas; evita las discusiones de mérito, y su exis-
la posibilidad de simbolizar, y dado que estas partes del se/f no
tencia depende enteramente de una aceptación de base de la
están en contacto la una corr la otra, deriva de esto una perso-
validez del concepto de inconsciente, que en alguna medida
nalidad no integrada, que no logra unificarse.
reivindica.
Pienso que el misterio y la excitación de la interpretación re-
Dice Masud Khan: "La etiologia de la disociación del se/f hay siden en la búsqueda de afrontar la relación con el pasado y su
que buscarla siempre en un ambiente incapaz de ofrecer cuida- evocación en el presente. Finalmente, la total concreción en el
dos adecuados. Clínicamente, no encontramos el se/f de un pa- vínculo presente no puede ponerse como repertorio para la ac-
ciente sino en los momentos de verdadera regresión a la depen- titutl principal de la conciencia y del inconsciente del paciente.
dencia y a la necesidad de ser contenido. Ir/uy a menudo, estos Encontrar al paciente de manera personal significa recuperar lo
momentos de la autoexperiencia se verifican fuera de la situa- más posible antiguos valores que están, frecuentemente, más
ción analítica o terapéutica. Nuestra tarea consiste, entonces, allá de la afticulación lingüística, como el gesto, el guiño, el mo-
en hacer que el paciente sea capaz de vivir la propia experien- vimiento corporal, las expresiones del rostro, etc.; especialmen-
cia y suministrar en estos momentos protección al yo.,' te, con los niños y los adolescentes, y el paciente difícil.
Como Winnicott, también Khan afirma que las nuevas expe- Poder confiar en la espontaneidad, más que en las explica-
riencias del se/f emergen desde un estado no intencional en el ciones (repletas, a menudo, de conceptos) y en las afirmacio-

168
169
La elaborac¡ón
nes, significacrear un espacio para el apoñe del paciente, que
es fundamental.
El mar no esfá más.
En el contexto del espacio terapéutico, donde paciente y
analista no sólo se encuentran entre sí, sino que se encuentran George Seferis
también a sí mismos en una profundidad raramente accesible
en cualquier otro sefting, pueden nacer las experiencias com-
partidas mutativas, en la medida en que se incluya la oportuni-
[\/luere también el mar.
dad de la interpretación.
Federico GarcÍa Lorca

Según el Diccionario de psicoanálisis de J. Laplanche y J.-8.


Pontalis con eltérmino "Elaboración (terapéutica)" se entlende el
proceso con el cual el analizando asimila una interpretación su-
perando las resistencias suscitadas por ésta. Se trataría de una
especie de trabajo psíquico en el que el sujeto consiente en acep-
tar algunos elementos reprimidos, sustrayéndose a la influencia
de los mecanismos repetitivos. La elaboración terapéutica es
continua en la cura, pero ésta en acciÓn, sobre todo, en ciertas
fases en las cuales el tratamiento parece estancarse y en el cual
una resistencia, si bien es interpretada, continúa susistiendo.
Desde el punto de vista técnico, la elaboración terapéutica
es favorecida por aquellas interpretaciones del analista que
consisten en mostrar en particular cómo los significados en
causa se vuelven a encontrar en contextos diversos.
El termino alemán "Durcharbaifung" (elaboración profundi-
zada) ha encontrado un equivalente satisfactorio en el término
inglés "working through" al cual han recurrido frecuentemente
los psicoanalistas. En italiano, el idioma corriente no tiene una
traducción exacta.
L. Eidelberg, en su Encyctopedia of Psychoanalysis, a propó-
sito de este concepto escribe: "Freud (1914) subrayó que el ana-
lista no puede esperar que el paciente renuncie a una resistencia
inmediatamente después que la resistencl,a misma haya sido evi-
denciada por é1. El ioven analista podría tener la tendencia a afir-
mar que es suficiente mostrar una resistencia al paciente para eli-
minarla. De hecho, es necesario un largo período antes de que el
paciente pueda asimilar aquello que ha aprehendido' y sin esta
asimilación es imposible ayudar al paciente."

171
170
Una vez abandonada la hipnosis, Freud se dio cuenta de que representaba eltrabajo analitico ulterior que se agregaba al per-
el trabajo debía en amplia medida dirigirse a la interpretación de mitido por la revelación de los conflictos y las resistencias. En
las resistencias, que se modificaban sólo fatigosamente, y a la efecto, un insight basado sólo sobre la comprensión sin una ela-
demostración de cómo el pasado se repetía en el presente en la boración psíquica no logra finalidades terapéuticas.
forma de sueños, síntomas, actos fallidos de puesta en acto y Para Fenichel, la elaboración es comparable al proceso del
sobre todo de transferencia, etc. Por eso, la tarea terapéutica duelo: "Quien perdió a un amigo, en todas las situaciones que le
requería un "dispendio de trabajo" ulterior, tanto para el pacien- recuerdan esa pérdida, debe nuevamente aclararse a sí mismo
te como para el analista. que ya no tiene a ese amigo y que es necesaria una renuncia. La
Freud introduce el término "elaboración" en el sentido de idea del amigo encuentra una representación en muchos com-
working through, en '1914, en el trabajo "Recordar, repetir y ela- plejos mnemicos y desiderativos, y el desapego del amigo debe
borar", donde señala que la elaboración de las resistencias pue.. realizarse una y otra vez en cada complejo."
de, en la práctica, resolverse en una tarea gravosapara el ana- Para Melanie Klein, la elaboración fue uno de los requisitos
lizado y en una prueba de paciencia para el médico. esenciales que Freud puso a un análisis; escribe: "Nuestra ex-
"Se trata, sin embargo, de esa parte del trabajo que tiene la periencia cotidiana confirma continuamente la necesidad de
mayor eficacia modificadora sobre el paciente y que diferencia elaborar: por ejemplo, encontramos pacientes que han adquiri-
el tratamiento analítico de toda otra influencia sugestiva.,, do, en un cierto estado, el insight y que después rechazan este
Finalmente, recomienda: "Hay que dejar que el paciente se mismo insight en las sesiones sucesivas; a veces, parece que
familiarice más con esfa resistencia de la cual se ha dado ape- incluso han olvidado el haberlo hecho propio. Sólo trayendo
nas cuenta, que él puede elaborarla, superarla para continuar, a nuestras conclusiones del material que reaparece en diversos
pesar de ella, el trabajo analítico según la regla fundamental det contextos e interpretándolo poco a poco, ayudamos gradual-
análisis. Sólo cuando la resistencia está en su vértice el analista mente al paciente a adquirir un insighi de modo más duradero.
puede, en colaboración con el paciente, descubrir los impulsos El proceso de elaborar adecuadamente incluye aportar los cam-
instintivos reprimidos que sostienen la resistencia. y es esfe ti- bios en el carácter y en la fuerza de los distintos procesos de es-
po de experiencia la que convence al paciente de ta existencia y cisión que encontramos también en los pacientes neuróticos, y
de la fuerza de estos impulsos. El médico no tiene nada más que analizar en modo coherente las angustias paranoides y depre-
hacer, que atender y dejar que /as cosas tornen su curso, un cur- sivas. Eso lleva finalmente a una mayor integración."
so que no puede ser evitado, ni acelerado continuamente. Si él
se atiene firmemente a este convencimiento, se ahorrará, con Meltzer nota que, cuando Freud retoma el concepto de e/a-
frecuencia, la desilusión de haber errado allí donde, en realidad, boración, en 1926, en "lnhibición, síntoma y angustia", su modo
en cambio, él está conduciendo correctamente el tratamiento.,' de ver se vuelve más estructural, en cuanto localiza la resisten-
cia primariamente en el yo, aunque convencido de que "también
Freud, finalmente, unió la exigencia de la elaboración con después que el yo ha decidido abandonar sus reslstencias toda-
aquella forma particular de resistencia que deriva de la ,,com- vía tiene dificultad para eliminar la represión". La idea expresa-
pulsión a repetir", y con la llamada "resistencia del ello", la cual da por Meltzer es que "la función de 'decidir abandonar' las re-
puede considerarse un reflejo de la "oposicíón" de los movi- sistencias corresponde a la introspección y al compromiso de
mientos pulsionales para distanciarse de sus precedentes obje- asumirse responsabilidades en comparación con la realidad
tos y modos de descarga. psíquica por parte del segmento adulto de la personalidad,
mientras la 'eliminación de las represiones' corresponde a las
Según Freud, entonces, la "elaboración" constituía el traba-
jo que debía ser desarrollado (tanto por el analista como por el 'variaciones estructurales, dinámicas y económicas de los nive-
paciente) para superar las resistencias al cambio, debidas prin- les infantiles"'.
cipalmente a la tendencia de los movimientos pulsionales a En síntesis, Meltzer propone que el aspecto elaborativo del
conservar los habituales modelos de descarga. La elaboración proceso analítico, que consiente moverse de una fase a otra

172 173
hasta la terminación del análisis y, simultánea o sucesivamente, Son los impulsos libídicos los que tienen poder integrativo. La
el autoanálisis, distinto de los otros aspectos deltrabajo analíti- integración, tanto personal como social, y el éxito del control de
co, que contribuyen más específicamente al mantenimiento del la agresividad dependen, en otros términos, de su adecuado
seftrng, tiene que ver sobre todo con el efecto producido por el desarrollo y liberacíón.
contenido de las "interpretaciones".
El proceso psicoanalítico podría fallar o podría tener sólo
Con respecto al concepto de elaboración, sigue siendo fun- un éxito parcial; pero, donde lo logra, la reintegración que em-
damental el aporte de Phyllis Greenacre (1956), que subraya la pieza lleva no sólo a una liberación de energía para los objeti-
importancia de la elaboración en los casos en los que un hecho vos de la vida sino también a un grado de armonización entre
traumático infantil haya ejercido ampliamente los propios efec- las organizaciones de ello, yo y superyó. En el mejor de los ca-
tos en diversos sectores de la personalidad. Ella escribe: sos, se justifica la definición de integración relativa de toda la
"Pronto nos dimos cuenta de que, si los recuerdos infantiles personalidad. No faltarían esferas de relaciones conflictivas y
eran recuperados demasiado velozmente o puesfos en acto en desfavorables entre sistemas mentales, pero la esfera de la
la traslación, sin una adecuada interpretación, podía verificarse cooperación efectiva aumentaría en modo apreciable.
en el momento una laguna apreciable, que sin embargo no tenía
un efecto duradero. En tales casos, ta elaboración no se demos-
traba necesaria para la recuperación de los recuerdos, pero se En síntesis, la elaboración terapéutica: se refiere a las resis-
tornaba esencial a continuación para reforzar cualquier efecto teneias; slgue a la interpretación de una resistencia que parece
terapéutico." Greenacre quiere, así, subrayar que en estos ca- permanecer sin efecto; tolera pasar del rechazo o de la acepta-
sos la elaboración "no servirá tanto para disminuir ta resisfencra ción puramente intelectual a una convicción fundada sobre la
y para alcanzar los recuerdos, como para volver a demostrar, experiencia vivida. Se trata, entonces, de aquella parte del tra-
una vez más, al paciente el obrar de las tendencias pulsionales bajo que tiene la mayor eficacia modificadora sobre el paciente
en las distintas situaciones de su vida... et conflicto defensivo y que diferencia el tratamiento analítico de cualquier otra forma
permanecía ntás bien estructurado si no se facititaba afrontarlo de influencia sugestiva; el proceso, como dice Rycroft, por el
repetidamente en conexión con su efecto ejercido en situacio- cual el paciente en análisis descubre poco a poco, en un largo
nes varias."
período de tiempo, las implicaciones completas de alguna inter-
pretación o insight. Entonces, y por extensión, el proceso de ha-
bituarse a un nuevo estado de cosas y de superar una pérdida
La elaboración es, en parte, un drenaje de mochilas afecti- o una experiencia dolorosa. En este sentido extendido, afirma
vas residuales; pero, en su esencia, es un proceso estabitizador Rycroft: "El duelo es un ejemplo de 'working through', porque
de asimilación y reintegración del yo. En efecto, como nota lVl. implica el reconocimiento gradual de que el objeto perdido ya
Brierley en Irends in Psycho-analysis, desde el momento en que no está disponible en una serie de contexfos en /os que era pre-
el poder inhibitorio de la conciencia depende cuantitativamente cedentemente una figura familiar" (op. cit.).
de la cantidad de la agresividad infantll dirigida hacia uno mis-
Escribiendo sobre la elaboración del duelo en l<¡s niños,
mo, se deriva que el recuerdo en análisis y la verbalización en la
Bowlby en 196'1 define el duelo como "/osprocesospsicológicos
transferencia de estas hostilidades precoces, sin intervención que son puestos en movimiento por la pérdida de un objeto ama-
por parte del analista, tienden a una mayor producción de rela-
do y que conducen comúnmente al abandono del objeto".
ciones libídicas entre conciencia y se/f.
Por ende, el duelo tiene que ver con la pérdida, está acom-
La elaboración de las relaciones libídicas infantiles en la pañado por dolor y puede ser, también, seguido por el apego a
transferencia reduce las disociaciones y promueve la síntesis.
un nuevo objeto. El duelo se acompaña, en un cierto nivel de
Por lo tanto, pone a disposición del yo una cantidad de energía
identificación, con el objeto perdído y puede dividirse en tres
libídica, hasta ese momento inútily patógena. Esta liberación de
estados:
energía libídica alimenta además la capacidad personal de libi-
dinizar la agresividad y su utilización para fines constructivos. a) Estado de protesta o de negación, en el que el sujeto in-
tenta negar la idea de que la pérdida haya ocurrido real-

174 175
r

mente, se siente incrédulo y con rabia, se reprocha a sí las sociedades civiles intentan mantener lejos el sentimiento
mismo, a la persona muerta y a los médicos. real de la muerte, defendiéndose de la ambivalencia conectada
b)Estado de resignacron, aceptación o desesperación, en el a la experiencia del duelo. Volviendo a describir la desilusión
cual la realidad de la pérdida se admite, y sobreviene el producida por las destrucciones de la guerra, Freud nos habla
dolor. de la posibilidad de comenzar a reconocer en términos más rea-
c) Estado de desapego, en el cual el sujeto abandona el ob- les la experiencia de la muerte'. "¿No haremos meior en ceder,
jeto y se adapta a vivir sin é1. Si el duelo tiene lugar nor- en adaptarnos a la guerra?... ¿No sería preferible restituir a la
malmente, el sujeto supera la pérdida y es capaz de vol- muerie, en la realidad y en nuestro pensamiento, el lugar que le
ver a apegarse a un nuevo objeto. compete, dando una importancia un poco mayor a aquella acti-
tud nuestra inconsciente frente a la muerie que nos hernos es-
forzado hasta ahora en reprimir con cuidado?" Como se sabe,
Pero sigue siendo, a nuestro parecer, monumental el trabajo es en Iótem y tabú donde Freud desarrolla ampliamente el te-
de Sigmund Freud en "Duelo y melancolía" (1915), cuando es«;ri- ma relativo a la omnipotencia de los pensamientos.
be: "Ahora bien, ¿en qué consisfe el trabajo desarrollado por el
duelo? Yo no creo que haya algo de extraño en presentarlo del Sobre el tema del duelo y de la depresión, existen aportes
modo que sigue. El examen de realidad ha demostrado que el teórico-clínicos muy interesantes y útiles.
objeto amado no existe más, y ahora pretende que toda la libido En la literatura y en las aftes figurativas, es posible tomar una
se sustrargra a los lazos con tal objeto. Este pedido suscita com- cantidad infinita de niveles en los cuales se representa y define
prensibles oposiciones, es un hecho de observación común que la experiencia de la pérdida y de la melancolía. Tal vez, seria
las personas no abandonan jamás por su voluntad una posición oportuno establecer si la actitud dominante al enfrentarse con el
libídica, ni siquiera cuando ya sienten los reclamos de un susfi- iniedo a la muerte y a la experiencia de la muerte es la augura-
tuto. Esta oposición puede ser tan intensa como para determi- da por Freud, es decir, la posibilidad de aumentar la zona de
nar una distorsión de la realidad y un aferrarse al objeto median- contacto con el sentimiento real de la muede, disminuyendo el
te una psicosis alucinatoria orientada según e/ deseo. Por lo co- valor de la negación y de la omnipotencia en favor de una con-
mún, det mejor modo, respeta la reatidad. Sin embargo, sus ór- ciencia más dolorosa, pero menos frágily reprimida; o bien, si es
denes no pueden serseguidas inmediatamenfe. Se las cumplirá más fácil encontrar una postura que muestre la rnuerte como un
un poco a la vez, con gran despilfarro de tiempo y de energía, y enemigo a quien rechazar y mantener distante. ,

en el ínterin se prolonga psíquicamente la existencia del objeto Es probable que la creación artística extraiga su poder "má-
perdido. Iodos los recuerdos y /as expectativas en las que la li- gico" de comunicación universal del hecho de haber elegido co-
bido está ligada al objeto se evocan uno por uno y se invisten de mo campo de trabajo un área de ficción, disfrutando así de la
sobrecarga, y respecto de ellos se produce un alejamiento de la posibilidad de trabajar exactamente en ese punto intermedio
libido. El hecho de que sea tan doloroso este compromiso por el entre la muerte real (ficcional) y la negación de la muerte (real)
cual el mando de la realidad se sigue tan lentamente no es para que permite a la experiencia creativa el contacto con los aspec-
nada fácil de explicar en términos de economía. Es notable el he- tos más crueles y terrorÍficcls de los impulsos humanos y de la
cho de que este displacer doloroso sea tomado por nosotros co- existencia. La obra de arte, por otra pade, en la definición que
mo una cosa de lo más natural. De todos modos, el hecho es !e es propia, en elespacio y en eltiempo determina la ilusiÓn de
que, completado el trabajo del duelo, el yo retorna libre y desin- la inmortalidad.
hibido."
Otro trabajo, que forma parte del mismo contexto, se refiere Otro material de reflexión proviene de los estudios antropo-
al sentimiento de omnipotencia y de negación de la muerte: por lógicos y etnológicos alrededor de diversos modos de elaborar
la evocación de los sentimientos ambivalentes del hombre pri- el duelo y de producir el rito que las diversas sociedades han
mitivo frente a la muerte, Freud llega a describir brevemente los adoptado en eltiemPo.
métodos evolutivos con los cuales las religiones y los ritos de

176 177
En la mitología griega, se narra que lo imperdonable, la los atenienses encontrar un lugar para elaborar el propio duelo.
transgresión más inaceptable, era la de no dar sepultura a los Las almas que no encontraban paz no permitían a los vivos es-
muertos. En la antigua Grecia, el poder sepultar a los propios tar en paz: por un motivo u otro, se habría determinado aquella
muertos era esencial; de aquí el nacimiento de los ritos fúne- situación que indicamos como "animación suspendida", lo que
bres, descripciones y documentos muy detallados en relación significa no morir nunca... Los duelos no elaborados, consi-
con dicha realidad, pero sobre todo el testimonio de los gran- guientemente, tienen la característica de lo atemporal por la
des trágicos y escritores. cual, en esa dimensión, no existe la posibilidad de la elabora-
Sófocles, por ejemplo, narró que Antígona, para poder se- ción del duelo.
pultar a su hermano, sacrificó su juventud, su amor, su vida, da-
do que el problema no era sólo de orden religioso, sino que te- En realidad, sin una tumba, o bien un lugar preciso, no se
nía que ver con una creencia, compartida por todos, de que el empieza el proceso del duelo. La elaboraciÓn, consecuente-
alma del difunto, de algún modo, se atormentaría viajando por mente, está ligada a un espacio: y el espacio es, junto con el
el Universo para siempre, sin paz, hasta que él no hubiese sido tiempo, el otro elemento de base en el settrng.
sepultado. De modo que poder sepultar a los muerlos era co- Hay que subrayar también que allídonde no hay elaboración
mo permitir al difunto un eterno descanso. Antígona dio su vida se verifican la negación, la idealización, la compulsión a repetir,
por aquello que era "la elaboración" de la muerte de su herma- la sustitución, etc.; por ende, la falta del trabajo desarrollado del
no, cuya alma, junto con la de ella, no habría podido tener paz duelo y de la experiencia de la elaboración psíquica.
hasta no tener una tumba.
Podríamos preguntarnos si el adolescente que no logra ela-
Estaba en elethos de los griegos el respeto a la necesidad de borar no está lo suficientemente contenido para poder elaborar
la sepultura: el vencedor daba siempre la posibilidad al vencido pérdidas, duelos, cambios. Frecuentemente, el adolescente es
de recoger y sepultar a los propios muertos. Aquél era un mo- empujado a la sustitución del objeto y, de este modo, se halla
mento de gran humanidad hacia quienes habían perdido la gue- priva<jo de la posibilidad de ponerse en contacto con la pérdi-
rra. En ese sentido, no había ni vencidos ni vencedores: delante da, el duelo, el cambio.
de la muerte, en efecto, "las campanas sonaban para todos".
Es opinión común que gran parte de los adolescentes no tie-
Existe, efectivamente, la necesidad de saber que hay un lu- nen la posibilidad psíquica de afrontar los cambios. Asíel ado-
gar para nuestros seres queridos, de modo que no se pueda ne- lescente, mientras se encamina a la pubertad, intenta sustituir,
gar su muerte y, por ende, tampoco se pueda negar nuestra vi-
antes que elaborar, el vínculo del pasado con los vínculos del
da. Se trata de afrontar la resistencia hacia la elaboración: de presente, y precisamente esto no le permite comenzar los pro-
hecho, no es posible modificar la realidad para que ésta restitu- cesos madurativos. En efecto, donde no hay elaboración psí-
ya ala persona querida o partes del pasado, que en este caso quica, los procesos madurativos se bloquean totalmente; don-
se tornarían objetos mantenidos en "animación suspendida". de hay sustitución, hay "animación suspendida" porque no hay
Dentro de nosotros, los costos psíquicos se volverían particu- pasado, presente, futuro: ayer, hoy y mañana. En otros térmi-
larmente muy elevados. Por otra parte, cuando disminuye la nos, falta la experiencia deltiempo que pasa. En ese sentido, el
"animación suspendida", los pacientes abordan el duelo, reen- adolescente, negando la realidad, no logra compaftir el dolor.
contrándose más creativos. Comienzan a visitar las tumbas de
El devenir adolescente conduce a una progresiva resigna-
sus seres queridos.
ción de la pérdida del estado infantil. En ese sentido, es un pro-
Y es precisamente Homero quien narra el gran cuidado con ceso que puede suceder sólo en una relación de separaciÓn
respecto al cuerpo muerto y la atención que los dioses dispensan que pueda delimitar un espacio en el interior del cual sea posi-
al no privar de la sepultura ni siquiera al enemigo. Vale para todos ble acoger el dolor mental depresivo. Esto requiere la capacidad
el ejemplo de la conmovedora escena entre Príamo y Aquiles. de elaboración, que exige, a su vez, la capacidad de adminis-
Pericles, a través del primer monumento al soldado desco- trar las emociones, y forma parte de aquella capacidad más ge-
nocido, creó una metáfora y permitió a las almas darse paz y a neral de tolerar y administrar el dolor mental. Probablemente,

178 179
cada individuo está dotado en sus orígenes de las potencialida- afrontar las dificultades de su vida misma. La elaboración es
des para desarrollar esta capacidad; pero, para realmente ad- central, tanto en el ámbito psicoterapéutico como en la vida de
quirirla, estructurarla y consolidarla, es necesario un largo y la persona. Por otra parte, la psicoterapia psicoanalítica difiere
complejo trabajo, que durará toda la vida. Sus raíces, sin em- de todas las otras psicoterapias, precisamente, porque privile-
bargo, vienen ya establecidas en aquellas relaciones originarias, gia la elaboración.
en el momento en que toma forma y se estructura el se/f en sus En el trabajo clínico se encuentra, a menudo, un duelo no
aspectos básicos. realizado por pade de los padres de nuestros pacientes. En la
Es oportuno, para este propósito, aclarar que llamamos de- base, encontramos la dificultad de administrar el dolor conecta-
presivo a ese dolor mental particular propio de la experiencia de do a la pérdida o, mejor, eso que se ve en lugar del dolor son los
la pérdida de algo bueno, que podría ser una persona o una co- diversos mecanismos puestos en acto para anularlo. En las pa-
sa amada, una capacidad, un estado, una cualidad o una posi- rejas que han perdido un niño, el mecanismo puesto en acto
bilidad. Este dolor es "normal", es signo de un buen funciona- más común es la sustitución.
miento mental. Es la emoción adecuada por la pérdida de algo
importante y necesita un adecuado "espacio mental" que lo En el counselling, en el espacio y el tiempo de un seffing bien
pueda contener. Así el adolescente es llamado a un trablo lar-
definido, el paciente puede ser ayudado a elaborar y a recupe-
go y articulado, que se desenvuelve "en oleadas" por medio de
rar, si bien en una situación de urgencia, una parte de sí.
las cuales se acerca y se aleja de la percepción directa del do-
El tratamiento de los afectos dolorosos es una de las tareas
lor mental depresivo. Para que el proceso se cumpla, se nece-
principales del counse//rng psicodinámico. Los pacientes traen
sita tiempo.
con urgencia dificultades, errores, miedo al rechazo y a la pér-
La capacidad de elaborar es una de las bases de la preven-
dida del amor, frustraciones, humiilaciones, heridas narcisistas,
ción primaria de la patología mental en la adolescencia, y no só-
desilusiones, una gama de sentimientos de vergüenza, culpa,
lo en ella.
autorrecriminaciones y odio hacia sÍ mismos, baja autoestima,
A veces nos encontramos frente a adolescentes que no pue- aislamiento, consecuencias de traumas y violencias terribles del
den desarrollarse porque se encuentran involucradcls en situa- pasado. De ahí, el sentimiento incontenible e insostenible de
ciones no elaboradas de los padres. existir en un mundo experiencial en el cual no hay ni capacida-
Una de las principales fuentes de transmisión de la patología des de hacer frente a los sentimientos ni una correspondencia
mental entre las generaciones reside, justamente, en la incapa- contenedora para ayudar a los otros en la tarea (M. Pines, lV.
cidad o imposibilidad, por parte de los padres, de elaborar los Milner, M. Khan, J. Bowlby y otros).
duelos. El estado de ánimo del duelo es un estado "doloroso" que
Es justamente la progresiva aclquisición de la capacidad de naturalmente tiene que ver con toda la economía del dolc¡r de la
elaborar la que conduce al adolescente a una progresiva concien- persona. Y en el counselling tal estado de ánimo implica
-que
toda la vida desde la infancia a la edad adulta- puede ser
cia emotivo-cognitiva del propio self , aun reconocimiento del do-
lor mental. Cuando las cosas van bien, el proceso conducirá a co- afrontado, contenido, compartido y elaborado. Sin elaboración,
Iocar psíquicamente en el pasado aquello que es pasado en la no hay movimiento psíquico.
realidad: a dejarlo definitivamente. En el mundo interno, eso com-
porta transformaciones de las imágenes mentales, tanto de sí co-
mo de los objetos primarios. Para poder "dejar ir" el pasado sin
perder la integración de sí, es indispensable recordar.
Y es en el compartir el dolor psíquico donde el adolescente
puede consentirse comenzar el proceso de elaboración y, por
ende, crecer. É1, efectivamente, debe lograr tolerar la pérdida y
la separación, soportar el dolor psíquico de modo de poder

180 18.1
La experiencia del duelo Suspiró diciendo que lo más difícil de aceptar era el hecho de
que el niño había muerto justo en el momento en que las cosas co-
Un caso clínico
menzaban a ir mejor. El niño estaba bien, alegre, hacía fisioterapia
de Andreas Giannakoulas y comenzaba a moverse. Después, tuvo un paro respiratorio,
mientras estaba en el hospital, en el área de observación. Pese a
la intervención inmediata, los médicos no lograron salvarlo; habla-
En fin, ya no necesitan de nosotros aquellos que la muerte ron de una descompensación cardÍaca, porque, fuera como fuera,
con presteza arrebató, se apaftan de lo terreno, suavemente, no estuvieron en condiciones de explicar el motivo de su mueñe.
como del seno materno. Pero nosotros, gue si precisamos de
grandes misterios veces del duelo asoma [Vlientras relataba, daba la impresión de mantener una espe-
-cuántas cie de disociación entre el dolor subyacente, que debía ser in-
un progreso bendito-: ¿podríamos ser acaso,
nosotros, sin los muerTos? menso, y la narración.
Describió detalladamente su pena por haber estado lejos del
Rainer Maria Rilke hospital. Cuando la esposa lo llamó, corrió al aeropuerto inme-
diatamente, pero encontró sólo un vuelo para la mañana siguien-
te. Al regresar del aeropuerto, recibió el mensaje de la esposa
que le comunicaba la muerle del hijo. Elviaje a los Estados Uni-
La experiencia del duelo indecible es central en la vida de to-
dos fue lacerante como una pesadilla. El paciente afirmaba que
do individuo y, naturalmente, la elaboración del duelo es crucial ninguna descripción podía reflejar la realidad.
en todo proceso terapéutico. Un duelo originario que perdura
como Ia madre de todos los duelos. En el hospital, donde lo esperaban, se sintió helado cuando
le hicieron sostener, durante media hora, al niño muerto en bra-
El caso clínico que ahora presentamos trata de un hombre ca-
zos. Pero, gradualmente, en esta media hora comenzó arelajar-
sado, de origen sudamericano, con dos hijos, y se reproduce en
se y a entrar en contacto con sus sentimientos más profundos.
primera persona por la gran participación contratransferencial.
Luego sintió desesperación dentro de sí cuando le quitaron al
niño y se quedó solo en la habitación vacía. Le hicieron escu-
Era un arquitecto que había perdido, en los Estados Unidos, char, a su pedido, la música con la que frecuentemente su hijo
un hijo de dieciocho meses, después de una serie de interven- se adormecía junto a él y que tanto les gustaba a ambos (las va-
ciones cardíacas. Durante el período de la enfermedad del niño, riaciones de Bach).
me había pedido ayuda psicoterapéutica, por ansiedad y por En ese punto, no se pudo contenery estalló en un copioso llan-
varios conflictos provenientes de un vínculo extraconyugal muy to. Fue una de las pocas veces en su vida que lloró sin control.
penoso. Dado que no se había hecho sentir por algunas sema-
Después de un largo silencio, comunicó que creía no haber
nas, y sabiendo que estaba atravesando un período muy duro,
logrado sentir realmente la pérdida del niño, reprochándose, so-
llamé al paciente, que con voz trémula me dijo que el niño ha-
bre todo. no poder experimentar el duelo como lo sienten todos
bía muerto y que pensaba llamarme para enviar el dinero que
los otros.
me debía. No parecía muy dispuesto a regresar ala terapia, pe-
ro se manifestó disponible para algún encuentro de counselling. Dije que, tal vez, se reprochaba no poder sentir el duelo co-
"Tal vez, podemos encontrarnos por una vez", dijo é1. Después mo los demás esperaban de é1. El paciente asintió, verbalizando
de lo cual establecí una cita. Fue puntual; parecía de madera, los sentimientos de culpa que percibía; a tal punto, que contó
muy rígido y parapetado en sus defensas. Pero, apenas hice un que cada vez que quería escuchar música se imponía escuchar
pequeño comentario sentido, señalando y reconociendo el do- sólo réquiem y músicas tristes.
lor y la odisea que había vivido, y la enorme pena conectada con Noté que quizá con otra música él sentía que abandonaba al
la pérdida del niño; comenzó a contar todo lo que había suce- niño. Y agregué seguidamente que, si no hubieran estado los
dido y cómo había §ucedido. sentimientos de culpa, habría podido descubrir su modo real de
estar de duelo.

182 183
En este punto, en voz baja y con gran emoción, el pacien- cionados con algunos momentos de su vida de los que se esta-
te hizo referencia a varias cosas que había compartido con el ba acordando y que evocaba con emoción.
hijo; entre otras, naturalmente, también la música. Mientras se Contó cómo la gente afrontaba el duelo en su país, la pérdi-
referíaa las cosas presentes compartidas, pero con el niño au- da de los abuelos, de los padres, etc. Lamentó que, cuando era
sente, se emocionó tanto que comenzó de nuevo a llorar en si- niño, por la muefte de la abuela, no se podía ver televisión ni es-
lencio. Dijo que se reprochaba no haber compartido lo bastan- cuchar música si no era a escondidas. Por tres años, su madre
te con el hijo aquella etapa de su vida en la que el niño estaba se vistió de negro, mientras él y su hermana habían llevado un
sano, llerro de vida y alegría, por haber estado involucrado en año, sobre la ropa, eldistintivo de luto.
un vínculo extramatrimonial con otra mujer, casi catastrófico Sentí que, en este punto, era posible hablar del duelo, mien-
para é1. tras percibía dentro de mí la emoción cuando el paciente dijo
Agregué que, tal vez, se reprochaba por haber rechazado su que debía hacer el duelo de los sueños con los ojos abiertos de
amor hacia el niño a causa de su enamoramiento por otra mu- la imagen de su niño que crecía... El paciente lloraba con gran
jer. Replicó para sí: "Alrora siento que perdí la oportunidad de consternación.
gozar aquellos momentos con el niño sano." Cuando terminó la sesión, que lamentablemente debí inte-
"Podría también estar enojado con el niño porque rrumpir, el paciente abrió su maleta para entregarme el cheque.
se había enfermado, no estaba
-sugerí-
sano, le había dado tanto dolor No lo encontraba, pero sacó con mucho embarazo unos zapa-
y, finalmente, hasta se había muerto." titos que llevaba siempre consigo: "Éstos son los zapatos con
Dijo que antes de la muerte del niño se había liberado de la los que, antes de enfermarse, lo llevaba a pasear." El paciente
otra mujer y afirmó que, si no hubiera ido a los Estados Unidos no lograba detener las lágrimas y le resultaba difícil separarse
y el niño no estuviese muerto, en la sesión que no había venido de mí. Le hablé, entonces, de la posibilidad de otro encuentro
me habría comunicado que era un hombre feliz. Aquéllos eran, de counselling porque, en ese momento, el paciente no estaba
en efecto, los días en los que se sentía satisfecho por haber lo- en condiciones de afrontar un tratamiento psicoterapéutico.
grado dejar a la amante y se preparaba para ir a los Estados
Unidos y volver a llevar al niño a casa para estar más con é1.
Después de un largo silencio, habló con bastante precisión
acerca del rechazo de la esposa de aceptar la pérdida, negan-
do asítoialmente la muerte del niño. Según decía, la esposa se
había refugiado en su mundo espiritual, sosteniendo que el ni-
ño estaba siempre con ellos, los observaba, y no quería que es-
tuviesen tristes.
Él estaba, en efecto, impresionado al no haber encontrado
en la esposa una mujer quebrada por el dolor, sino una mujer
muy activa, que le pedía que no estuviese triste ni deprimido. El,
un poco, había intentado compartir todo eso, aunque no era su
modo de afrontar la pérdida.
Comenté que parecía existir también un gran conflicto entre
él y su esposa acerca de cómo afrontar la muerte, dado que ella
quería a su niño vivo (animación suspendida) y é1, en cambio,
sentía que tenía que vérselas con la realidad de la muerte y de
la pérdida.
Gradualmente, en la sesión se creó una tercera área en la
cual el paciente comenzó a mencionar una serie de duelos rela-

'185
184
r

Segunda parte

E! counsellrng psicodinámico en algunos


aportes históricos de S. Freud, S. Ferenczi,
D. W. Winnicott, M. Balint, A. Giannakoulas
-
El caso de Catalina,
de Sigmund Freud

la expresión de su rostro parece decirme, también,


que supone correcto lo que yo pienso,
pero no puedo insistir más allá con ella...

Sigmund Freud

La palabra del psicoanalista se inscribe en la práctica analí-


tica, y esto en la dimensión de un presente cargado de infinitos
pasados. En lo profundo de una realidad múltiple, se encuen-
tran, entonces, las vivencias, las alegrías, los dolores y los sufri-
mientos de diferentes sujetos a través de la historia específica
tanto del analista como del paclente.
El caso de Catalina, en el que se narra Ia seducción incestuo-
sa de un padre a la hija y las correspondientes reacciones de la
hija al trauma, es el primer ejemplo histórico en el cual el psicoa-
nálisis ya pone las semillas del desarrollo de la compleja dimen-
sión del counselling: la identidad del analista y su disponibilidad,
la claridad de la teoría, las modalidades de intervención, la defini-
ción del setting,la motivación delpaciente, elfocus deldiscurso,
el deseo del paciente de querer y de poder regresar libremente a
lo del analista, cada vez que advierta la necesidad y sea menes-
ter... Éstos son, efectivamente, los elementos fundamentales que
se pueden deducir de este caso y que, quizá, hoy representan los
fundamentos sobre los cuales es posible elaborar las reflexiones
sobre la realidad psicoanalítica contemporánea del counselling.
Recordamos que el caso de Catalina consiste en un único
coloquio mantenido no en el consultorio del analista, sino sobre
los Altos Toros, donde Freud había ido de vacaciones. Pero, in-
cluso encontrándose en la montaña, él no se asombró del pedi-
do de Ia muchacha, una adolescente de dieciocho años. A
Freud, en efecto, no le faltaron en la conducción del caso rigor
y libertad: rigor, por el modo con que progresivamente elaboró
un claro plan terapéutico, y libertad, por la manera en que se
adaptó a la situación y a las necesidades de la muchacha,
creando así ese espacio donde pudiese ocurrir un libre inter-
cambio entre analista y paciente.
Rigor y libertad son también las polaridades en torno a las
cuales puede desarrollarse el discurso del counselling.
ble. Efectivamente, como él mismo afirmará más tarde, en la
Para Freud, la vivencia de un individuo estaba reflejada en el
"Historia de una neurosis infantil": "Los análisis que logran en
discurso verbal que tomaba forma por sÍ soio en el encuentro
breve una feliz conclusión son preciosos porque acrecientan la
conelotro.Enaquellostiemposdepioneros,lasintervenciones
consideración que el médico tiene de síy atestiguan la impor-
terapéuticas consistían en sugerencias y comentarios tendien-
tancia terapéutica del psicoanálisis."
tes a facilitar la libre asociación del paciente, y la finalidad tera-
péutica se identificaba, aproxin':adamente, con la recuperaciÓn Aquí, es oportuno subrayar que, incluso en la necesidad de
mnémica y abreactiva del hecho traumático' mantener el seftrng en el proceso de counselling, es necesario
trabajar con el aspecto dinámico de la posible separación y f inal.
Freudescribíaquelaconciencianacedeese,.tratamiento
El counselling, en efecto, en su identidad específica, no es un
psíquico" de las perturbaciones, tanto somáticas como psíqui-
qr" utiliza medios que actúan en primer lugar e inmediata- tratamiento a largo plazo, sino que debe resolverse rápidamente
"u., utilizando el hic et nunc, en su ser y en su devenir, cuyas raíces
mente sobre la Psiquis del hombre.
se hunden en el pasado y en la comunicación de transferencia.
Es evidente que Freu<j, ya en aquellos tiempos' se daba
El caso de Catalina es un ejemplo de cómo el material profun-
cuenta de que se podia hacer mucho con tan poco'
do puede emerger en un espacio-tiempo tan breve. La claridad
Desde este ángulo, es posible rever cuanto Freud afirma: "El del contrato entre analista y paciente se torna de este modo un
profano encontrará difícil, por cierto, comprender cómo pertur-
'bacionespatológicasdelcuerpopuedensereliminadaSme- elemento fundamental para el proceso mismo del counselling.
pero dicha verdad se Además de una intervención de urgencia, el counselling es
diante las meraJpalabras del médico."
que se también un instrumento de diagnóstico que permite al terapeu-
advierte, actualmente, en una correspondencia cotidiana
"psicosomática". En realidad, el do- ta un sondeo para conocer el caso, de modo de poder elegir el
inscribe también en el área
psíquico, también en sus componentes tratamiento más adecuado para ese paciente en particular, en
lor es siempre un dolor
esa situación específica. Lo que hace pensar en lo que sostie-
físicos. Pero el dolor y el conflicto son siempre difíciles de afron-
ne Freud en los "Nuevos consejos sobre la técnica", cuando
tar, especiatmente en las urgencias. Y iusto en la "urgencia" el
y afirma haber tomado la costumbre de aceptar al paciente, de
couns'etting puede tornarse una valiosa herramienta de ayuda
que Freud responde al pedido de Catalina y quién no sabía mucho, sólo en forma provisoria, o bien como
sostén. El modo en
es un ejemplo rnagistral' máximo por una o dos semanas. Y todo eso con el objetivo, en
acoge su necesidad urgente
caso de interrupción, de ahorrar al "enfermo la penosa impre-
Enestecaso,Freudusóinstrumentospsicoanalíticossobre sión de un intento fallido de mejoría". Es evidente que estamos
el"nacer",originalesyenfasedeinvestigaciÓn:élnosólolos frente a los tiempos diagnósticos necesarios antes de dar co-
utilizó en una situación de emergencia, precisamente, allí, sobre mienzo a un tratamiento psicoanalítico.
los Altos Toros (HoheTauern), en una atmósfera que no tenía na-
El terapeuta pone límites, tanto al propio t¡empo como a la
da del settrng psicoanalitico codificado, sino que fue precisa-
propia intervención, mientras el paciente comienza a encami-
mente la necesidad cle responder at pedido de la paciente lo
que movilizÓ, de alguna manera, la construcción y la creaclón narse al proceso de elaboración de la dependencia con respec-
to al terapeuta en el "aquí te encuentro y aquí te pierdo".
de un setting arcaico para el primer intento de counselling del
psicoanálisii. Oe aqui la respuesta "afectivo-emotiva", que hoy En cada caso, durante el counselling se puede encaminar al
..espontáneo,,
podría ser llamada contratransferencia, al gesto paciente a un "proceso ideativo", como lo definía Freud, y esto
que lleva a Catalina al pedido de ayuda y a su formulación' significa la posibilidad de comenzar a "pensar" y a elaborar, de
modo de poder sostener también el proceso de pérdida, el su-
En este caso, notamos el valor que puede tener un solo co-
frimiento y el dolor.
loquio si es conducido con rigor y libertad, además de una fina-
lidad teraPéutica Precisa. Freud, en este momento histórico, como lo demuestra el ca-
Podemos suponer que Freud ya desde entonces considera- so de Catalina, más que seguir a los pacientes en sus asocia-
ciones libres, les dirigía "preguntas" que, obviamente, determi-
balaposibilidaddelasatisfacciónquepuederecibirelmédico
por tratamientos que logran, en breve tiempo, un éxito favora- naban en parte también las "respuestas"; y eso con el fin de

191
190
confirmar sus teorías en torno a la represión del trauma. En ese "En las vacaciones del año 189. hice una excursión a /os Altos
sentido, él interferia directamente en las asociaciones libres de Toros para olvidar por un tiempo la medicina y, en particular, las
los pacientes. neurosis. Casi lo había logrado, cuando un día dejé la calle princi-
Hoy, en el counselling se usa seguir a los pacientes en sus pal para subir a un monte un poco alejado, famoso por la vista y
asociaciones de rnodo de permitir el aflorar espontáneo de vi- por su refugio bien establecido. Llegado allíarriba después de un
vencias, recuerdos y experiencias de la infancia. camino fatigoso, una vez solazado y reposado, estaba sentado in-
De todos modos, no es casual que Catalina deje temporal- merso en la contemplación de un panorama encantador, total-
mente el trabajo y siga a Freud. Así como no son tampoco ca- mente olvidado de mímismo al punto de no comprender rápida-
suales las preguntas que Freud dirige a la nruchacha: se trata, mente que era yo la persona interpelada cuando oí la pregunta:
'¿Es usted un doctor?' La pregunta, sin embargo, estaba dirigida
efectivamente, también de la contratransferencia a su vez, pro-
a mí y provenía de una muchacha de alrededor de dieciocho años
bablemente relacionada con el lugar en el que se encontraba
que me había servido la comida con expresión más bien ceñuda
Freud y sus posibles "ansias de seducción".
y que la tabernera había llamado 'Catalina'. A juzgar por su forma
No olvidemos que Catalina se había enfermado inmediata- de vestir y por sus modales, no debía de ser una camarera, sino
mente después de los intentos de seducción por parte de su más bien la hija o una pariente de la dueña."
padre y que Freud se encontraba ahora allí con esta muchacha
sobre los Altos Toros. La ambientación, la atmósfera, la narración misma de Freud
pueden representar la metáfora de aquella disponibilidad inte-
Algunos autores han notado en este caso una suerte de evi- rior y profunda con respecto a una situación imprevista, en la
tación por parte de Freud con respecto a la "sexualidad infantil cual se maniflesta la necesidad de escuchar, hasta el fondo, la
y a los deseos sexuales". De aquí, tal vez, "lo intempestivo" de "pregunta" delOtro.
la intervención y el "preguntar", así como la descripción del am-
"Cuando me compuse, respondí:'Sl soy doctor. ¿Cómo lo
biente y el paisaje, como elementos casi "defensivos" por par-
te de Freud con respecto a posibles ansias de seducción. sabe?"'
Al respecto, es interesante notar que, en los trabajos que se Freud declara abiertamente su identidad profesional y simul-
colocan entre 1894 y el 1897, relativos al descubrimiento de la táneamente pregunta a la muchacha cómo lo supo.
sexualidad, los celos, la falta de satisfacción sexual, la masturba- "El señor se registró en el libro de huéspedes y, entonces,
ción, la perversión..., el recuerdo de las experiencias traumáticas pensé, si el señor doctor tuviese ahora un poco de tiempo... Sa-
por parte de los pacientes es caracterizado por la "pasividad" be, estoy enferma de /os nervios y estuve una vez en lo de un
con respecto a los adultos y por la "actividad" con respecto a doctor en L., me dio también alguna cosa, pero aún no mejoré."
otros niños. Catalina pide un poco de tiempo en el hic et nunc, mientras
La reflexión de Freud acerca de la seducción se connota de Freud ya había encontrado dentro de sí el "tiempo" y el "espa-
otras consideraciones, luego de su autoanálisis, con el descu- cio" con el fin de establecer los límites de un setfrng adecuado
brimiento de la universalidad de la sexualidad infantil y el com- para prestarle atención.
plejo de Edipo. La motivación de la paciente y la disponibilidad del analista
No obstante las dificultades en las cuales se encuentra, crean el setting que, a su vez, hace a Freud dinámicamente fun-
Freud supo crear un ambiente confortable en el que Catalina cional, y a Catalina, paciente.
pudo dejarse ir y contar, permitiendo así que afloraran los re- "Entonces, me reencontré con la neurosis, ya que no se po-
cuerdos. día tratar de otra cosa en el caso de esfa muchacha alta y robus-
Examinaremos ahora, detalladamente, con algún comenta- ta con aire afligido. Me interesaba el hecho de que /as neurosis
rio nuestro más o menos marginal, el caso de Catalina (en Esfu- pudiesen prosperar tan bien a dos mil metros y continué, por lo
dios sobre la histeria),la progresiva estructuración de la relación tanto, interrogando. Transcribo aquí el coloquio que se desarro-
entre Freud y la paciente. lló entre nosotros, tal como me quedó impreso en la memoria,
dejando a la paciente su modo de hablar dialectal."

192 193
I

En este punto, Freud había formulado ya mentalmente una El proceso terapéutico ya ha comenzado, y Freud pide una
diagnosis, ciertamente no sólo en base a las pocas palabras descripción detallada del síntoma o, mejor, del elemento disnea.
pronunciadas por la muchacha, sino tal vez a causa de todos Es un poco, como veremos, aquello que actualmente se realiza
aquellos signos y señales que Catalina, más o menos conscien- en las consultas para perturbaciones psicosomáticas, especial-
temente, había transmitido con su cuerpo y con su modo de ha- mente allídonde la dirección teórica presupone que el síntoma
cer. De modo que, seguramente, Freud habÍa tomado algunas representa una fantasia inconsciente especÍfica.
notas mentales: por ejemplo, había observado que Catalina le "-Ale agarra de repente. Después me viene sobre /os oJbs
había servido la comida "con expresión más bien ceñuda". Ha- como una presión, la cabeza se rne vuelve muy pesada y siento
bía deducido, por su modo de vestir y por su porte, que no de- un zumbido que no puedo resisti[ y me da un vérfigo que me pa-
bía de ser una camarera, sino más bien hija o pariente de la rece que me voy a caer, y después siento que el pecho se me
dueña. No por casualidad la describe como una muchacha al- aplasta y me falta la respiración.
ta y robusta con aire afligido. Después de formular el diagnósti-
en la garganta no srente nada?
co, Freud reconoce el propio interés por el caso. La motivación -¿Y
es un factor importante, en cuanto moviliza las energías del te- garganta se me aprieta como si me fuera a asfixiar!
-¡La
rapeuta y es el correspondiente de la voluntad de cambio por le ocurre alguna otra cosa en la cabeza?
parte del paciente. Se trata casi de una ecuación. La hipótesis -¿Y
sienfo un martilleo en la cabeza que me parece que voy
de trabajo y las preguntas inmediatamente sucesivas parecen -Sr,
a explotar"
tener el objetivo de confirmar y/o no el diagnóstico mismo.
Hasta este momento, en la secuencia cie preguntas y res-
"¿De qué sufre, entonces?" puestas es fácil advertir en Freud una acción inductiva o suges-
Freud entra así, prontamente, en contacto con el sufrimien- tiva. Parece que él estuviera buscando datos para confirmar el
to de la paciente. Hay que subrayar que él no pregunta "¿Qué diagnóstico ya elaborado mentalmente. Aquí estamos todavía
le ocurre?", sino "¿De qué sufre?". Por lo tanto, él comienza a en los albores del psicoanálisis, y la técnica usada por Freud es
trabajar sobre el presente, es decir, sobre la actualidad del pro- la que él mismo más tarde definirá como "salvaje". Todo esto
blema. también nos permite diferenciar este primer counselling del psi-
"-Tengo dificultad para respirar, no siempre, pero a veces coanálisis de las técnicas actuales de counselling, que requie-
me agarra y creo que me voy a sofocar. ren por parte del terapeuta una mayor atención a las asociacio-
nes libres del paciente.
A primera vista, esto no parecía un síntoma nervioso, pero
pronto me pareció verosímil que se tratase sólo de una termino- Freud todavía prosigue así:
logía sustitutiva para indicar un acceso de angustia. Del comple- "Bien, ¿y cuando le ocurre no tiene miedo?"
7b de sensaciones de la angustia, ella relevaba arbitrariamente Éste es un pasaje importante en cuanto Freud intenta hacer
sólo el elemento de la disnea." asociar a Catalina el síntoma somático con un sentimiento es-
En su mente, Freud, en un primer momento, elabora un diag- pecífico o estado de ánimo. También esto es de fundamental
nóstico diferencialentre lo orgánico y lo psÍquico; luego, una vez importancia en la investigación psicosomática, allídonde el pro-
excluida la organicidad, la hipótesis psíquica tomó una identi- blema principal del paciente parece estar dirigido a evitar la ex-
dad específica: un acceso de angustia. periencia emotiva.
'§iénfese acá. Descríbame cómo es ese estado de 'falta de "Siempre creo que en este momento me voy a morir, y sí que
aire'." tengo coraje, voy por todos lados sola, al sótano y por todo el
Definido el origen psíquico del sufrimiento, Freud le pide a monte, pero cuando es un día que pasa esto, entonces no ten-
Catalina que se siente. Éste es un momento importante porque go más el coraje de ir a ningún lado, siempre creo que hay al-
indica por parte del analista la plena asunción del caso. El pa- guien detrás de míy que me agarra de repente."
saje a destacar es el siguiente: del interés del analista a la toma Catalina ya tiene plena confianza en el terapeuta: y es justa-
a su cargo del caso. mente la confianza lo que le permite ir rápidamente del síntoma

194 195
somát¡co, la disnea, a un estado emotivo evocado por el miedo
a morir. Catalina llega a un contenido fantasmático más articu-
-No."
Freud, aquí, intenta averiguar si Catalina había elaborado o
lado, a alguien que la aferra de repente. no una teoría propia acerca del origen del síntoma. Conocer las
Y, entonces, se puede afirmar que, aunque el pasaje de lo teorías, más o menos conscientes, que los paclentes elaboran
somático a lo psíquico ha sido inducido por las preguntas de acerca de sus síntomas, nos puede conducir al núcleo incons-
Freud, lo que surge es un contenido fantasmático específico de ciente del problema. La respuesta negativa de la muchacha es,
Catalina. quizás, debida ai hecho de que la pregunta fue formuiada de-
"¿Se trataba realmente de un acceso de angustia, precisa- masiado directamente.
mente, precedido por el síntoma del aura histérica o, para decir- ".-¿Cuándo los tuvo por primera vez?
lo mejor, de un ataque histérico cuyo contenido era la angustia? primera vez, hace dos años, cuando esfaba todavía
Pero ¿no habría podido ser también algún otro contenido? -Por
con la tía en el otro monte; allí, ella tenía el refugio, ahora esta-
algo, siempre lo mismo, o ve algo delante de si mos aquí desde hace un año y medio; pero siempre regresa de
-¿Piensa
cuando tiene el ataque? nuevo."
veo siempre una cara completamente horrible que me Después de haber dado a la paciente la oportunidad de re-
-Sí,
mira y me asusta, y de ésa es que tengo miedo." conocer el aspecto psíquico de su síntclma físico, Freud hace un
Y justo gracias al primer contenido fantasmático surgido intento de contextualizar el mismo síntoma, que se ubica así en
Freud puede confirmar el diagnóstico, ya formulado en el primer un momento bien preciso de la historia del individuo. El análisis
contacto con la muchacha, y precisarlo: un ataque histérico cu- de las circunstancias de la realidad externa que contribuyeron a
yo contenido era la angustia. Aquítenemos un ejemplo de la que se manifestara en aquel preciso momento nos ayudará a al-
mente de Freud en el trabajo y, justamente, de su ir continua- canzar sus determinantes inconscientes.
mente de la teorÍa a la clínica y viceversa. lnvolucrado en este "¿Debia hacer aquí un intento de análisis? Vercladeramente,
proceso, Freud no se detiene y se pregunta si puede haber un no osaba trasplantar la hipnosis a aquellas alturas, pero tal vez
contenido ulterior. No por casualidad la pregunta siguiente lle- se lograra ntediante la simple conversación. Tenía que tener
varáal imprevisto surgimiento de un segundo contenido fantas- suerte y adivinar. Tantas veces había encontrado en las mucha-
mático: la cara horrible que mira a Catalina y de la cual la mu- chas jóvenes la angustia como consecuencia del horror que to-
chacha tiene miedo. Freud asiste así al progresivo delinearse de ma el ánimo virginal cuando por primera vez se asoma al mun-
un contenido fantasmático y, luego, al desenvolvimiento de un do de la sexualidad.
diagnóstico dinámico que inducirá al terapeuta a un intento de quiero decir yo de
análisis.
Dije entonces:
-Si usfied no lo sabe, le
dónde pienso que le han venido sus afaques. Usted, una vez,
"He aquí, quizá, una vía para penetrar rápidamente hasta el aqttella vez, hace dos años, ha visto u oido alEuna cosa muy em-
nudo de la cuestión." barazosa, y que prefiere no haberla visto."
Hemos Ilegado al aspecto principal del counse//rng, que con- Freud tiene dudas sobre el modo de proceder. Se pregunta
siste, precisamente, en encontrar un camino para llegar veloz- cuál de las técnicas a su disposición se adapta más al caso que
mente "al nudo de la cuestión". Esto, sin embargo, es un aspec- se encuentra manejando. Piensa en el análisis, en la hipnosis,
to fundamental no sólo del counselling, sino también de las psi- pero después opta por la "simple conversación". Podemos to-
coterapias breves. Seguidamente, examinaremos sus aspectos mar otro aspecto del counseírng y de su valor terapéutico.
fundamentales: Después de haber formulado dentro de sí un plan terapéuti-
"-¿Reconoce la cara? Quiero decir, ¿es un rostro que real' y
co de haber elegido la forma de intervención, Freud recuerda
mente ha visto alguna vez? las experiencias con otras pacientes. En efecto, no tenía toda-
No. vía a disposición el prr:pio análisis personal y todavía no había
- elaborado plenamente la técnica de la interpretación. Por estos
de dónde provienen los ataques?
-¿Sabe

196 197
motivos y,talvez, también, por la brevedad deltiempo a su dispo- vino la dificultad para respirar que tengo desde entonces, perdí
sición, Freud se mueve en dirección centrífuga Catalina a
-de
otras pacientes- y no centrípeta. La hipótesis de trabajo que pro-
eÍ sentido, se rne cerraron ios o7bs, y en la cabeza sentí un mar-
tilleo y un zumbido.
pone, en este punto, a la paciente proviene de su experiencia clí-
lo dijo, enseguida, el mismo día, a la tía?
nica precedente, más bien que del material clínico. Freud, en este -¿Se
caso, privilegia la reconstrucción en lugar de la interpretación. no, no dije nada.
-Ay,
"Y ella replicó: si es verdad, sorprendíal tío con esa qué se asustó tanto cuando los vio juntos a los dos?
-Jesús, -¿Por algo? imagino algo acerca de lo que estaba ocu-
muchacha, con la Francisca, ¡mi prima!" ¿Entendió ¿Se
rriendo?
Catalina relaciona el sÍntoma con el momento en el cual ella
había sorprendido altío con Francisca. Elepisodio está presen- no, no entendí nada entonces, tenía sólo dieciséis
-Ay,
años. No sé de qué me asusté tanto.
te en la conciencia de la muchacha. No era, en cambio, cons-
ciente la relación entre el episodio y el síntoma. Es necesario su- Catalina, si usfed lograse, ahora, recordar lo que
brayar la expresión sorprendida de la paciente. En las entrevis-
-Señorita
ocurrió dentro de usted cuando tuvo el primer ataque, eso que
tas con pacientes psicosomáticos, sucede a menudo que, usted imaginó aquella vez, le sería de mucha ayuda."
cuando surge la relación entre un síntoma y un episodio signifi- Después de haber estimulado el relato, Freud da un paso
cativo, éstos exclaman con sorpresa y estupor: "Nunca lo había más adelante, pidiéndole a Catalina que recuerde cuanto suce-
pensado." dió dentro de ella en el primer ataque, lo que imaginó entonces.
"-¿Qué historia es ésfa de la muchacha? ¿No me la quiere Éste es un intento de pasar de una escena externa al mundo in-
contar? terno de las vivencias y de la imaginación.
A un doctor se /e debe decir todo, creo. Entonces, sabe, "Bueno, si pudiese, pero estaba tan asustada que me olvidé
-
el tío era el marido de mi tía, la que vio aquí, tenía entonces con de todo."
la tía la hostería sobre e|... kogel, ahora están separados, y la En el lenguaje de nuestra "comunicación preliminar", eso
culpa es mía si se separaron, porque se supo por mí que se en- significa que el afecto mismo crea el estado hipnótico cuyos fru-
tendía con la Francisca. tos son, luego, excluidos de la conexión asociativa con la con-
llegó a descubrirlo? ciencia del yo.
-Bien, ¿cómo
así. Hace dos años, vinieron unos señores, una vez, y Freud recurre a la teoría para explicar la dificultad de la pa-
-Fuede comer La tía no estaba en casa y a la Francisca no
pidieron ciente para rememorar lo vivido. Se trata, naturalmente, de la
se la podía encontrat; era ella la que cocinaba siempre. Tampoco teoría de la histeria.
el tío se encontraba. Los buscamos por todas partes; entonces "-Diga, señorita, la cabeza que usted ve siempre cuando
el muchacho, el Alois, mi primo, dice: 'Verás que la Francrsca es- tiene la dificultad en respirar, ¿es, tal vez, la cabeza de la Fran-
tá con papá.' Entonces, ambos nos reímos, pero no pensamos cisca como usted la vio aquella vez?
nada malo. Fuimos hacia la casa donde vivía el tío, y estaba ce-
aquélla no era tan horrible, y además es una cabeza de
rrada. Eso me pareció extraño. Dice el Alois: 'En el corredor hay -No,
hombre.
una ventana, desde allí se puede mirar para adentro.' Fuimos al
corredor. Pero el Alois no quiere ir a la ventana, dice que tiene tal vez la del tío?
-¿Es
miedo. Entonces, yo digo: 'Tontito, voy yo, que no tengo miedo.' vi su cara tan claramente, estaba demasiado oscuro en
No pensaba en nada de malo. Miro dentro, la pieza estaba bas-
-No
la habitación y, además, qué tendría gue poner entonces
¿por
tante oscura, pero he ahí que veo al tío y a la Francisca, y él está una cara tan horrible?
encima de ella. razón.
-Tiene
después? (A la sazón, aquí, de pronto, el camino parece interrumpirse.
-¿Y
fui enseguida de la ventana, me apoyé en la pared, me Quizá se encuentre algo en la continuación del relato.)
-Me

"198
199
--¿Y qué más sucedió? sorpresa, deja caer este hilo y comienza a narrar dos series de
aquellos dos deben de haber sentido ruido. Salieron historias más antiguas gue se remontaban a dos o tres años an-
-Bien,
enseguida afuera. Yo estuve mal todo el liempo, debi seguir tes del momento traumático. La primera serie contiene episo-
pensando en eso, luego, dos dias después era domingo y había dios en los que ese mr.smo tío la había acosado sexualmer¡te a
mucho que hacer, trabajé todo el día y el lunes a la mañana tu- ella cuando tenía catorce años. Cómo un invierno, una vez, ha-
ve de nuevo el vérligo y vomité y me quedé en cama y seguívo- bía hecho con él una excursión al valle, pernoctando en una po-
ntitando, durante tres dias. sada. Ét se había quedado a beber y a jugar a /as carfas en la sa-
la, mientras ella, que tenía sueño, había subido enseguida a la
Frecuentemente, habíamos comparado (tsreuer y yo) la sin- habitación destinada a /os dos, en el piso de arriba. No dormía
tomatología histérica con una pictografía tornada inteligible des- profundamente cuando subió el tío, después se había dormido
pués del descubrimiento de algunas instrucciones bilingües. En
de nuevo y, de pronto, se había despertado 'sintiendo su cuer-
este alfabeto, elvomitar significa náusea. Por ende, le dije:
tres días después vomitó, creo que aquella vez que miró dentro
-Si po' en la cama. lncorporándose de un salto, le había reprocha-
do: '¿Qué hace, tío? ¿Por qué no se queda en su camaZ' Ét ¡n-
de la habitación debe de haber sentido náusea." tentó persuadirla: 'Vamos, tontita, quédate quieta, que no sabes
Seguidamente a las preguntas de Freud surge otro síntoma, qué lindo es.' Yo no quiero su lindo, no me deja ni siquiera dor-
el vómito, y eso permite a Freud, gracias a recurrir a la teoría y mir. Se había quedado de pie cerca de la puerta, pronta para es-
a los descubrimientos ya hechos con respecto a la sintomato- capar al corredor, hasta que él la dejó en paz y se durmió. En-
logía histérica, formular una nueva hipótesis de trabajo. fonces ella, acostándose en su propia cama, se había dormido
"-Sí, pude haber sentido náuseas hasta la mañana. Por el tipo de defensa que ella refiere, parece
-dijo distraída-,
pero
¿de qué? resultar que no había reconocido claramente el ataque como
vez, ¿vio algo, algún desnudo? ¿Cómo estaban /as dos una agresión sexual; interrogada sobre si había sabiCo cuáles
-Ta! en la
personas habitación? eran las intenciones del hontbre, ella respondió: 'Entonces no,
lo entendí mucho más tarde.' Se había negado porque le resul-
muy oscuro para ver algo más, y esos dos estaban
-Estaba taba desagradable que la molestaran en el sueño y 'porque era
vestirJos. ¡Ay, si supiera de qué sentí náusea aquella vez!
una cosa que no estaba bien'.
Esto no lo sabía ni siquiera yo. Pero la exhorté a continuar
Tuve que referir holgadamente este episodio, porque tiene
contando lo que le viniera en mente, con la segura expectativa
una gran importancia para la comprensión de todo lo que sigue.
de que le vendría, justamente, lo necesario para esclarecer el
Ella, despttés, aún narra otras experiencias de una época un po-
casa."
co más reciente, y cómo tuvo que defenderse de é1, que estaba
Se podría pensar en una actividad rnductiva, pero eso, tal completamente ebrio, una vez más, en una posada. A mi pre-
vez, era también debido al hecho de r¡ue, en este punto, Freud gunta de si en aquellas ocasiones había sentido algo similar a la
tenía en mente un plan bien preciso. No es casual que del ma- recie.nte dificultad en la respiración, respondió con decisión
terial sucesivo emerjan episodios de seducción sufridos antes que, todas /as veces, sintió una fuerte presión sobre tos ojos y
del traunra y no vividos, entonces, como tales. en el pecho, pero de un modo bastante menos fuerfe que en la
"Ella dice, ahora, haberle contado, finalmente, su descubri- escena del descu brimiento.
miento a la tía, que se encontraba cambiada y sospechaba ya de lnmediatamente despué.s de /a conclusión de esta serie de
la existencia de algún secreto; y que después había habido es- recuerdos, comienza a narrar una segunda, en la cual se trataba
cenas bastante desagradables entre el tío y la tía; los hijos vinie- de episodios en /os que había dirigido su atención a algo que su-
ron así a escuchar cosas que les abrieron /os oios sobre muchos cedía entre el tío y la Francisca. Cómo una vez, con toda la fa-
hechos y que hubiera sido mejor que no ltubieran oído, hasta milia, había pasado la noche, vestida, en un henil, y cómo fue
que la tía había decidido mudarse con sus hijos y con la sabrina despertada, de repente, por un ruido; creyó notar que el tío, que
a esta otra hostería, dejando al tío solo con la Francisca, que en yacía entre ella y la Francisca, se estaba alejanclo y que la Fran-
el ínterin había quedado embarazada" Pero después, para mi cisca se metía abajo, tendida. Cómo, otra vez, en una hostería

200 201
de un pueblo de N. habían pernoctado etta y et tío en una habi_
Es de esto que usted ha sentido repugnancia, porque se acor-
tación, y la Francisca en otra, al tado. En medio de la noche,
se dó de la ímpresión cuando se había despertado de noche sin-
había despertado de pronto y había visto una targa figura blan_
tiendo su cuerpo."
ca junto a la puerta intentando bajar ta manija: úes¿s, tío,
¿es La interpretación comunicada en este punto nace de la com-
usted? cQué hace junto a la pueria?, ,Tranquila, sólo estoy ius_
cando algo.' 'Pero si se sa/e por ta otra pueria., ,Me equivo_ prensión del caso y, al mismo tiempo, confirma la hipótesis del
qué'..., etcétera. trauma en dos tiempos.
Le pregunto si sospechó atgo, en aquel momento. ,No, "-Puede ser ndió- que yo haya sentido repugnan-
no -respo
pensé nada, solamente me impresionó, pero después cia de eso y que entonces haya pensado esto.
no pensé
más.' ¿Había sentido angustia también en esas ocasiones? un poco, exactamente, ahora que usted es una
'Creo que sí', pero esta vez no está tan segura. -Dígame
muchacha adulta y sabe tantas cosas...
Después de haber terminado esfas dos series de reratos, se
interrumpió. Está como trasformada, el rostro antes ceñudo, su-
- Ahora sí.
exactamente, ¿qué sintió aquella noche del cuer-
friente. se reavivó, /os oTbs miraban con frescura, parecía ativia- po -Dígame,
de él?
da y tranquilizada."
Pero ella, sin dar una respuesta rnás precisa, sonríe embara-
Aquí se trata de la "catarsis,,. Se puede suponer que la tem_ zada y como hallada en falta, como una persana que debe ad-
pestividad de la íntervención haya movilizado en la paciente mitir que se ha llegado al fondo de las cosas, por lo cual no hay
esa
cantidad adecuada de energía afectiva como para hacer afrorar mucho más que decir. Yo puedo imaginarme cuál fue /a sensa-
el recuerdo ínconscíente necesario tanto de ra contención de ra ción táctil que ella habíaaprendido más tarde a interpretar; la ex-
angustia como de la reelaboración del sufrimiento. presión de su rostro parece decirme, también, que ella supone
Freud continúa así: correcto lo que yo pienso, pero no puedo rnsl'sfir más allá con
"Yo, en el interin, llegué a la comprensión de su caso,. ella; ya debo estarle agradecido por ser lo bastante espontánea
lo que en la conversación, como no lo son las pudibundas señoras de
ella me narró, finatmente, con aparente desorden, explica a la
perfección su compoftamiento durante la escena det descubri- mi práctica en la ciudad, para las cuales naturalia sunt turpia."
miento. Ella buscaba, entonces, dentro de si dos series de ex_ Freud comunica a la paciente sus hipótesis siempre con ex-
periencias que recordaba, pero que no comprendía, y que
no
trema prudencia y atención, como para saber, con exactitud,
utilizaba para deducción atguna; viendo a la pareja durante el dónde detenerse.
abrazo había estabrecido, inrnediatamente, ra conexión entre ra "Así, pues, e/ caso estaría aclarado; pero un momento: ¿de
nueva impresión y aquellas dos series de reminiscencias; había dónde viene la alucinación de la cabeza que se repite en el ata-
comenzado a comprender y, simuttáneamente, a defenderse de que, infundiéndole terror? Se lo pregunto ahora. Como si tam-
dicha comprensión. Siguió un breve período de elaboración, de bién ella hubiese ampliado sus capacidades de comprensión
'incubación', y después se habían presentado ros síntomas de ra durante este coloquio, responde prontamente: "Sí, ahora lo sé,
conversión, el vómito como elemento sustitutivo por la repug_ la cabeza es la cabeza del tío, ahora lo reconozco, pero no de
nancia moral y física- Er enigma con eso estaba resuerto, uita io esa época allí. Alás adelante, cuando surgieron todos esos /iti-
había sentido náusea por verros a /os dos, sino por er recuerdo gios, entonces al tío le vino una ira insensata contra mí; decía
que aquella visión había reavivado en ella, y considerándolo siempre que era yo la culpable de todo; si no hubiese hablado,
to-
do podía tratarse sóro der recuerdo de ra agresión nocturna, no ha.brían llegado a la separación; siempre me amenazó con
cuando ella'sintió el cuerpo deltío,. Le dije, entonces, después hacerme algo; cuando me veía de lejos, la cara se le retorcía de
que hubo terminado su confesión: la furia y arremetía en mi contra con la mano en alto. Siempre me
sé lo que usted pensó aqueila vez que miró dentro escapé, delante de é1, y siempre tuve un miedo loco de que me
de -Ahora,
la habitación. tJsted pensó: ,,Ahora, hace con eila lo que agarrase en algún lugar por sorpresa. La cara que veo siempre,
aquella noche y las otras veces había querido hacer conmigo., ahora, es su cara cuando estaba furibundo."'

202
203
Freud hace referencia a una ampliación de la capacic.lad
de Sándor Ferenczi
comprensión verificada durante el coloquío: éste es uno
de los
objetivos a lograr en el counsetting. Algunas notas histórico-c!ínicas
"Esta información me recuerda er hecho de que primer
er sín-
toma de la histeria, et vómito, ha desaparecido; el acceso Saber que usted se está ocupando de la técnica me ha
de an_
gustia permaneció, adquiriendo un nuevo contenido. por sorprendido agradahlemente. Lo necesitamos;
ende,
se trata de una histeria en buena parte 'catártica,. En efecto, po_ nos ahorrará fatigas y desilusiones.
co después había comunicado efectivamente su descu brimien-
to a la tía. Sándor Ferenczi
a la tía le contó también tas otras historias, de cuando
-¿Y
él la acosaba?

-S1 no enseguida, sino después, cuando ya se habtaba de


separación- Entonces ta tía había dicho: 'Esto'to de¡amos
El 29 de noviembre de 1908, Ferenczi escribía a Freud: "Sa-
apati ber que usted se está ocupando de la técnica me ha sorprendi-
te, si hace probremas en er tribunar, diremos también do agradablemente. Lo necesitamos; nos aharrará fatigas y de-
esto.'
Se puede comprender cómo justo et úttimo período, silusiones."
cuando
/as escenas de temor se habían vuelto frecuentes, La técnica a la cual Ferenczi alude aquí se refiere, natural-
en casa,
cuando er estado de etta había cesado de despertar er interés mente, a la "técníca psicoanalítica", en la que Freud esta traba-
de
la tía, ocupada por cornpleto en aquellos pteitos, o sea perio_ jando en aquel momento.
el
do de la acumulación y de la retención, había dejado et prop,io En realidad, nada es más difÍcil que la elaboración de una
símbolo mnémico. Espero que eldesahogo conmigo haya "técnica", sobre todo cuando ésta trata de los vínculos entre los
de al_
gún modo favorecido a la muchacha tan prematuramente
ofen_ seres humanos. Esto, por definición, tiene que ver con la pues-
dida en su sensibitidad sexual. Na he vuelto a verla más.,, ta a punto de los instrumentos necesarios.
En el caso del psicoanálisis, la adquisición de instrumentos
técnicos adecuados es fundamental, no sólo para hacer visible
un pensamiento, o bien para explicitar una idea o un conflicto,
sino también para poder trabajar sobre la transferencia y la con-
tratransferencia, el acting out,la resistencia y las otras defen-
sas; además es necesaria parapoder delimitar, cada vez, los di-
versos focus del problema en el interior del setting.
Jlemos visto, en el caso de Catalina, cómo Freud estuvo en
condiciones de utilizar, en una situación de emergencia, instru-
mentos psicoanalíticos aún en un estado rudimentario. También
hemos visto que fue precisamente la respuesta "afectivo-emotiva"
de Freud al pedido de ayuda de la joven la que estructuró de algu-
na manera un settlng.
En los Alti Tauri, no obstante haberse hallado Freud fuera de
su estudio, lejos de asumir un comportamiento defensivo, o de
fastidio, mostró, por el contrario, una gran disponibilidad para
escuchar los procesos psíquicos resultantes del trauma de la
paciente.
Sobre la disponibilidad y la necesidad, se crean las bases del
vínculo terapéutico y de la reciprocidad. Sin tal reciprocidad,

204
205
que se transforma enrcompartir,
no hay transformación; o en pa_
labras de Ferenczi: ,,Sin simpatÍa, no Áay Freud consideraba los aportes del alumno predilecto "puro
curación.,,
En su Diario ctínico, Ferenczi afirma: ,,parece
oro analítlco", reconociendo directamente la imposibilidad de
que los pacien- distinguirlos de los propios.
tes no pueden creer, o ar menos no compretamente,
un i, Ááli_ N/. Klein nos dice: "Fue Ferenczi quien me inició en el psi-
dad de un acontecimiento si el analista, único
testigo del hecho, coanálisis, haciéndome entender su real esencia y significado.
r¡antiene una postura fría, poco afectuosa y,
como los pacien_
" La aguda sensibilidad que él tenía para el inconsciente y el
tes lo definen, puramente intetectual...,, (Feienczi,
19áái-- simbolismo, y su destacada facultad de sentir el ánimo infan-
Por ende, podemos agregar, una postura
lfamada ,,neutral,, til, han ejercido una influencia duradera en míy en mis capací-
en el sentido de defensivo_
dades de comprender la psicología del niño pequeño. Ferenc-
Detrás de esto está la convicción de Ferenczi
de que ,,estar zi también me ha hecho consciente de mi actitud en el análisis
solos lleva a la escisión. La presencia de infantil, actividad que personalmente le interesaba mucho, y
alguien con quien se
puede compartir y a quien se le puede comunicar alegrá y me ha alentado para que me dedicara a este campo de la te-
do_
lor (amor y comprensión) sana él truuru,,. rapia psicoanalítica que en aquel tiempo todavía estaba bas-
Solamentá O",".iu
modo, sostiene é1, la personalidad se puede tante poco desarrollado."
reunificar y, u.u
sentido, curarse. "n Ferenczi nos ha dejado aportes originales en lo que respecta
En realidad, en Ferenczi se encuentra la a la terapia de ios homosexuales; a partir de entonces, él reco-
necesidad de indi_
vidualizar los diversos elementos tanto
de Ia sugestión noció en el delirio un intento del yo por conservar una cierta in-
de la empatía, que componen er tejido ,,secreto,,
de ra "oro tegración. lntuyó lo que más tarde Winnicott formuló a través del
ferencia y de la contratransferencíá; y, naturalmente, trans- concepto de objeto transicional; nos ha puesto a disposición un
pectos de ra identificación proyectiva y precisamente de as_ património teórico-clínico completo de aquellos pacientes que
en er in-
terior de dicha dinámica, en e*ir"mo apiemiante
y reconocida hoy definimos como "borderline". Sus experiencias clínicas han
también en el counseiling, puede contribuido no poco al reconocimiento de la importancia de la
la periepción Oe fa
realidad "urbiu, contratransferencia. De sus escritos surge cómo é1, como aten-
. El cambio de la percepción de la realidad, que puede consi_
derarse casi siempre como elequivalente
tísimo observador, estaba listo para tomar cada comunicación
de un cámbio psd;i del paciente: por lo tanto, no sólo las palabras, sino cada expre-
co, es, como ya subrayamos, el objetivo sión corporal, como la mímica, el gesto, las posturas...
a alcanzar un
selling. De ese mocio, er paciente puede comenzar ,,a "i "oun_ Para tener una idea de la importancia de la influencia que él
poco de trabajo", como ha escrito hacer un
Balint en el caso BaXer; y, por ejerció en el psicoanálisis, basta pensar que entre sus alumnos
ende, tolerar la diferencia. se encontraron, además de Melanie Klein, personalidades co-
Ferenczi, en su trabajo "síntomas transitorios
en er anárisis,,, mo Alice y t\zlichael Balint, René Spitz, Sandor Lorand, Sandor
nos muestra cómo puede verificarse eso Rado, Géza Róheim, Franz Alexander.
en análisis, afrontando
directamente el /ocus del problema. Cuando, con la progresiva ampliación del tiempo del trata-
En este punto, sin embargo, es nece-sario
contar algo acer_ miento psicoanalítico, surgieron nuevos problemas y obstácu-
ca de Ferenczi y sobre sus investigaciones los en la gestión de la curación misma, Ferenczi, como por otra
clínicas un él arO¡_
to de la técnica. pafte el mismo Freud, reconoció la necesidad de experimentar
Ferenczi era un hombre de muchísimos nuevas técnicas para abreviar el tiempo prolongado del análisis.
intereses, además
de profundo conocedor de afgunos movimientos Con el termino de "técnica activa" se entienden, precisa-
zón ésta por la cualsu vasta experiencia "rttrrJls;
,* mente, las experiencias clínicas que Ferenczi condujo con este
médica puOo con¡ugai_
se con aquella curiosidad intelectual que genera propósito, por aproximadamente un decenio
siempre iu"po_
sibilidad de nuevas hipótesis y reftexionJs En un primer momento, Freud consideró la "técnica activa"
acerca der sentido
unificado de la historia de la húmanidad. de Ferenczi el camino por el cual se podría haber desarrollado
el psicoanálisis.

206
207
En las bases de la "técnica activa" que Ferenczi comenzó a psíquico y en la represión de las emociones, no dudo en obligar
elaborar a partir de 1919, hay de hecho un dato: desde el mo- al paciente a que recupere las reacciones adecuadas y, si él in-
mento en que los tiempos cadavez más prolongados de un tra- siste en sostener que no le viene nada en mente, lo autorizo a
tamiento analítico podían ser atribuidos a la postura pasiva del inventar libremente estas reacciones en la fantasÍa.
analista, se necesitaba testear métodos y medios para contra- ... En casos singulares, cuando el paciente no producía na-
poner a la pasividad la actividad del terapeuta. Ferenczi buscó da no obstante la fuerte presión, no me detuve en hacerle en-
obtener eso de varios modos: tender directamente qué debería haber sentido al respecto,
a) lmpidiendo, por ejemplo, en el caso de pacientes obsesi- pensado o fantaseado en la situación en cuestión, y si el pacien-
vos, los rituales, o prescribiendo, en el caso de los fóbicos, justo te aceptaba finalmente mi sugerencia, yo era llevado, natural-
aquellas experiencias que son objeto de la fobia. En el trabajo mente, a atribuir mayor importancia a los detalles agregados
"Dificultades técnicas en el análisis de un caso de histeria" (1919), por el analizado que a la acción principal suministrada por mí."
Ferenczi, una vez percibido que la paciente practicaba el onanis- Los tipos de fantasías que Ferenczi se había encontrado in-
mo estando en la sesión, todo el tiempo echada sobre el diván duciendo de este modo son: 1) fantasías positivas o negativas
con la piernas sobrepuestas, le impldió estar en esa posición. de transfererrcia, 2) fantasías de recuerdos infantiles, 3) fanta-
"Le expliqué Ferenczi- que se trataba de una for- sías de onanismo.
ma encubierta de -escribe
onanismo que permite que las excitaciones En lo que respecta al período adecuadr: para el empleo de es-
del inconsciente se descarguen en forma inadvertída, por lo ta técnica, Ferenczi indica exclusivamente el período de desape-
cual el material contenido en las asociaciones se reduce afrag- go, es decil hacia elfinal de la curación. La indicación de qué fan-
mentos inutilizables. tasías deben ser recomendadas al paciente resulta naturalmente
El efecto de la medida fue, literalmente, sorprendente. Una del material clínico. Ferenczi nos advierte de que, para poder per-
vez impedida la posibilidad de la consabida descarga genital, mitir una intervención de ese género, primero es necesario "haber
durante las sesiones la paciente estaba atormentada por una adquirido una gran experiencia en los análisis 'no activos' y en las
agitación física y psíquica casi insoporlable; ya no lograba estar fantasías 'no inducidas'. Sugerir fantasías en dirección equivoca-
tendida tranquilamente y no podía evitar cambiar de posición da (como le ocurre, a veces, incluso al analista más experto) pue-
continuamente. Sus fantasías se parecían a los delirios febriles, de retardar inútilmente la curación que se intentaba abreviar".
surgían fragamentos de recuerdos desde hacía tiempo sepulta- d) Asumiendo frente al paciente un papel bien definido, de
dos, que se reagrupaban, poco a poco, alrededor de ciertos modo de acelerar Ia terapia promoviendo activamente en el pa-
acontecimientos de la infancia y dejaban aparecer las principa- ciente reacciones de transferencia.
les circunstancias traumáticas sobre las cuales, posteriormen- Ferenczi ha expuesto los principios básicos de la "técnica
te, se habría desarrollado la enfermedad." activa" en dos trabajos a los cuales remitimos: "Dificultades
b) Fijando arbitrariamente un tiempo límite para la terapia. És- técnicas en un caso de histeria" y "Ulterior extensión de la téc-
te es un medio extremo para usar cuando el trabajo analítico es- níca activa en psicoanálisis".
tá decididamente bloqueado, y con el fin de procurar asÍ al pa- La comunidad psicoanalítica hostigó mucho los experimen-
ciente un motivo suficiente para reemprender el trabajo analítico. tos de Ferenczi. Freud, después de su inicial aprobación, mani-
c) Acelerando la emergencia de los conflictos inconscientes festó una fuerte reacción negativa hacia ellos. El propio Ferenc-
mediante el uso de "fantasías inducidas". Refiriéndose a ese ti- zi, en 1925, con el trabajo "Contraindicaciones de la técnica psi-
po de personas que presentan una vida particularmente pobre coanalítica activa", reconoció el error.
en fantasías y no parecen mostrar reacciones emotivas tampo- Hay que notar que, en el proceso de curación del caso de
co cuando se encuentran viviendo experiencias incisivas, Fe- Catalina, Freud escribe: "La paciente convenía en que eso que
renczi escribe en el trabajo "Las fantasías inducidas" (1923): "En yo insertaba en su historia era probablemente cierto; pero no es-
casos de esta índole, seguro del preconcepto de que un com- taba en condiciones de reconocerlo como algo que ella había
portamiento semejante se basa en la eliminación del material experimentado."

208 209
Ferenczi puso, cada vez rnás, el acento en las experiencias podría ser más feliz cuando lograse entenderlo y renunciara, en
emotivas del paciente durante la sesión anaiítica. De este mo- parte, a sus fantasías de afirmación, conformándose con resul-
do, intentaba redimensionar también la importancia que se le tados menores, cuando, de pronto, ella exclamó con el rostro
había atribuido siempre al insight logrado mediante las recons- radiante: 'Es maravilloso, ahora veo repentinamente todo real y
trucciones genéticas. distinto delante de mÍ, la habitación, la biblioteca, todo presen-
Para Ferenczi, como por otra pafte para Rank, era suficiente, ta colores claros y naturales, y está plásticamente dispuesto en
el espacio.' lnterrogada la paciente, más a fondo, supe que du-
en las neurosis de transferencia, reexperimentar los conflictos in-
fantiles, mientras que no era necesario esperar que emergieran rante años ella no había logrado tener una visión concreta de las
los recuerdos infantiles. Eso, naturalmente, habría abreviado los cosas, y el mundo externo le aparecía descolorido, lavado, me-
tiempos del análisis. diocre. La explicación fue la siguiente: niña caprichosa, le había
sido consentido satisfacer todos sus deseos; una vez crecida,
Ya desde entonces, Ferenczi tendía a privilegiar el hic et
el malvado mundo ya no había tenido en cuenta sus fantasías
nunc (término acuñado por Rickman) de la situación analítica, de deseo y entonces 'el mundo no le gustaba más'; ella había
en lugar de la reconstrucción de las vivencias infantiles. proyectado, a la sazón, este sentimiento suyo en el plano ópti-
"Parece casi é1, en 1912, en "Formación tempora- co y desde aquel momento veía el mundo en el modo alterado
-escribe
ria de los síntomas en el curso del análisis"- que, mediante la que hemos descrito. También, la perspectiva sugerida de poder
sola cognición lógica, el individuo no puede alcanzar, en general, lograr nuevas posibilidades de felicidad mediante la parcial re-
un verdadero compromiso: para conseguir ese conocimiento se- nuncia a la satisfacción de deseos fue igualmente proyectada
guro que merece el nombre de 'convicción', necesita haber vivi- sobre el plano óptico, donde se manifestaba como descolora-
do afectivamente las cosas, haberlas, por así decir, experimen- miento y bajo la forma de una concreción más real del mundo
tado en el propio cuerpo." de la percepción."
Siempre en el mismo trabajo, escribe: "Si se presta atención Notemos no solamente la excepcional capacidad de Ferenc-
a la especificidad del síntoma, al carácter motriz o sensorial de zi para descifrar el lenguaje simbólico de los síntomas, sino
la condición del estímulo o cle la parálisis, al órgano en el cual también su convicción de que los síntomas somáticos son no
aquél se produce, a los hechos y las ideas que han precedido sólo cuantitativa sino también cualitativamente determinados.
innlediatamente la formación del síntoma, aquel síntoma somá- Éste es el principal fundamento de una veta reciente en la inves-
tico resulta una expresión simbólica de un impulso afectivo o tigación psicosomática.
intelectivo inconsciente, estimulado a través del análisis. Si tra- Nos parece oportuno, para nuestras consideraciones sobre
ducimos, entonces, delante del paciente, este síntoma del len- la adolescencia y el counselling, citar el segundo de los dos ca-
guaje simbólico al conceptual, puede suceder que el paciente,
sos descriptos en el trabajo de 1914 "Anomalías psicógenas del
aunque antes no tuviera registro de este mecanismo, declare timbre de voz". Se trata de un muchacho de 17 años que fue lle-
súbitamente, dando muestras de gran estupor, que aquella vado por la madre a una consulta debido a una voz insoporta-
condición de estímulo o parálisis sensorial o motriz ha desapa- ble, diagnosticada por los laringólogos como de origen nervio-
recido, de pronto, del mismo modo en que había aparecido." so. El muchacho presentaba, además, un miedo excesivo a los
Este paso nos revela cómo Ferenczi tendía a afrontar rápida- ratones. Para este caso, Ferenczi tenía a disposición sólo dos
mente el focus del problema donde provocar ese cambio psí- horas; por la limitación del tiempo, nos recuerda, por lo tanto, el
quico necesario para combatir en los pacientes las resistencias caso de Catalina, tratado por Freud.
más escondidas. Con este propósito, nos parece oportuno re- Sigamos la descripción del caso: "A solas, eljoven me con-
ferir el siguiente ejempio clínico. fesó también que tenía dudas acerca de su propia potencia: lo-
"En un caso, el análisis logró establecer una ilusoria 'altera- graba efectuar el coito sólo si éste era precedido por unafella-
ción del mundo de las percepciones'. Estaba, precisamente, es- tio. También este paciente tenía dos voces, es decir, hablaba
forzándome por aclarar a una paciente que su excesiva ambi- habitualmente con una voz ronca de falsete, y sólo cuando le
ción derivaba de una fijación narcisista, y le estaba diciendo que pregunté si no sabía hablar tarnbién de otro modo, comenzó a

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amor a su madre conserva todavía sus aspectos femeninos y


usar una voz de bajo tan profunda que daba, literalmente, mie-
el correspondiente timbre de voz."
do. Esta voz suya sonaba plena y sonora, y estaba en armonía
con el cartílago tiroideo, más bien desarrollado, y la nuez de Podemos suponer que la madre, tal vez, habia visto en la vi-
Adán saliente. Evidentemente, ésta era su voz natural." rilidad incipiente del hijo un impulso incestuoso en lo que a ella
Veamos aquí cómo Ferenczi afronta el síntoma, la voz en fal-
concernía, debidc¡ a la proyección de sus propios impulsos in-
cestuosos. Esta respuesta por medio de un síntoma por parte
sete, con una pregunta directa que hace emerger lavoz de ba-
jo, es decir, la voz natural del muchacho. En este punto, desa- del hijo a impulsos inconscientes provenientes de la madre pa-
rece preceder investigaciones recientes en la psicopatología in-
rrolla un anamnesis de la cual surge una constelación familiar
fantil, en las cuales en el síntoma del niño viene a cristalizarse la
caracterizada por un padre pasivo, mientras que la madre es la
patología no resuelta de uno de los padres o, más frecuente-
verdadera jefa del hogar. Ferenczi ya sabía, en base a un estu-
mente, de la colusión de la pareja progenitora.
dio suyo precedente, que tal constelación familiar favorece fija-
ciones homosexuales, que reencontró en el caso presente jun- Casi treinta años más tarde, Paula Heimann retomaba el pa-
to con deseos heterosexuales. Ferenczi notÓ incluso qule los saje sobre el "diálogo de los inconscientes" en sus investigacio-
deseos heterosexuales del muchacho, pero no los homosexua- nes sobre la contratransferencia. Los conceptos de Balint y de
les, estaban acompañados de ideas hipocondríacas, lo cual le Dicks sobre la colusión siempre se basan en el "diálogo de los
hizo suponer una fijación incestuosa con la madre. inconscientes".
"Una conversación con ésta me reveló que había sido ella la El conocimiento del "diálogo de los inconscientes" resulta
efectiva promotora de la hipocondría sexual del muchacho. Era fundamental en las técnicas de intervenciones breves, donde la
ella la que había hecho frecuentes reprimendas al muchacho motivación inconsciente del paciente al cambio y la respuesta,
cuando éste había comenzado a usar la voz de bajo. 'No puedo siempre inconsciente, a la del terapeuta deben estructurarse rá-
soportar esta voz, tienes que perder la costumbre de usarla', le pidamente. Si ahora regresarnos al caso de Catalina, vemos
decía." que aquel "Disculpe, usted es un doctor", dirigido por la mucha-
Éste es el punto clave porque demuestra cómo Ferenczi cha a Freud, tiene el sabor no sólo de una pregunta, sino tam-
bién de una afirmación que induce a Freud a encontrar rápida-
estaba, ya desde entonces, inclinado a considerar el influjo
patógeno de los padres sobre los hijos. Notamos también la mente su disponibilidad de analista, no obstante la situación de
vacaciones. Podemos hablar aquí de transferencia de espera,
capacidad de Ferenczi de adaptarse al caso modificando el
setting; efectivamente, hizo un coloquio también con la madre'
en la cual la respuesta inconsciente del terapeuta está guiada
por las expectativas inconscientes del paciente.
Y esto contribuyó a la intuición del "diálogo de los inconscien-
tes". Pero escuchemos directamente a Ferenczi: "Se trata, se- El inconsciente, por lo tanto, y sobre todo en una situación
gún mi parecer, de uno de esos casos nada raros, que acos- de emergencia y de dificultad, cornunica en otro lenguaje, en el
tumbro definir como 'diálogo de los inconscientes', donde de cual las palabras son solamente la forma de otra cosa que ha-
hecho los inconscientes de dos personas se comprenden y se bita en un lugar y en un tiempo lejanos, cuyos contornos, a ve-
dejan entender recíprocamente por completo, sin que la con- ces, asumen las apariencias de un sueño.
ciencia de ambos tenga indicio de ello. La madre debe de ha-
ber captado inconscientemente, en la voz de bajo, el signo de Ferenczi, a menudo, se deleitaba también en lugares de ve-
un despertar de la virilidad del hijo y lo interpretó como un im- raneo, escuchando sueños de personas que, aunque no esta-
pulso incestuoso hacia ella. El muchacho, a su vez, debe de ban en análisis, eran "curiosas", de algún modo, es decir, esta-
haber sentido, inconscientemente, la antipatía materna por ban deseosas de conocerse o necesitadas de ayuda. Así nos
esta voz como una prohibición de sus deseos incestuosos, cuenta un breve encuentro con un colega, que, según nosotros,
para defenderse de los cuales movilizó ideas racionalizadas puede asumir connotaciones ilustrativas del counselling.
en sentido hipocondríaco contra la heterosexualidad, que tu-
Este colega, que descansaba en la misma localidad que Fe-
vieron como resultado perturbaciones en la potencia. El pa-
renczi, le dijo una mañana: "Esta noche soñé contigo. Lucha-
ciente es, por ende, en efecto, un hombre completo, pero por

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I

bas, en un canal, con un malhechor que quería mantenerte la todo ocurría siempre en función de é1". La pareja se quería y te-
cabeza bajo el agua. Yo corrí a llamar a la policía'" nía varios hijos; sin embargo, desde que se había enfermado, el
paciente se abstenía de las relaciones sexuales y ya no se ocupa-
Ferenczi, iugando un poco, le preguntó, directamente:
ba de los asuntos de la comunidad. En un cierto punto, el pacien-
"¿Qué te hice de malo, para que estés encolerizado conmigo?"
te, que hasta entonces había escuchado calmado, confirrnando
La respuesta simple, directa y espontánea de Ferenczi todo, comenzó a ponerse inquieto. Afirmó que la esposa tenía
muestra, además de su habilidad clínica, su extraordinaria ca- amistad, en secreto, con el terapeuta; de lo contrario, éste no po-
pacidad para inventar la técnica. dría haber "adivinado" todo exactamente.
El colega, con la misma rapidez, respondió: "¡Pero nada! Es- Ferenczi pasó en este momento a un coloquio individual con
taba, por cierto, muy perturbado esta noche cuando dormía, el paciente. Es el pasaje de un área compartida en la pareja a un
porque sufría de cólicos violentos." espacio privado. El paciente admitió estar celoso de la esposa,
Ferenczi, entonces, asociando el "canal" donde él mismo cosa que no podía ser revelada en su presencia.
habría tenido que ahogarse con el "tubo digestivo", sede de los Teniendo en cuenta la abstinencia sexual observada por me-
cólicos del colega, pudo responderle que en el sueño el tubo di- ses, Ferenczi interpretó los celos como una proyección de su in-
gestivo "me hacía sufrir a mí y no a ti-..". clinación al sexo masculino.
Es sorprendente cómo el colega reaccionó en este punto: Seguidamente, a la pregunta de cuánto tiempo y en qué cir-
"¿No pensarás, realmente, que quería ahogarte porque ayer me cunstancias se produjo en él y en el ambiente circundante el
has rechazado un pequeño favor? iNo puedo creerlo!" cambio, el paciente contó: "Algunos meses antes, fui operado
Ferenczi había intervenido, activamente, afrontando el con- dos veces seguidas de una fístula en el recto. Después de la se-
flicto del colega, dramatizado en el sueño con el recurso de las gunda operación, que estuvo mal hecha, percibí por mucho
instancias superyoicas, representadas por la policía y que reve- tiempo un 'ruido en el pecho' y fui cotidianamente objeto de re-
lan una dinámica subyacente de culpa y reparación. petidos ataques de 'angustia mortal', durante los cuales tenía la
Ferenczi pudo así concluir que el sueño "era el fruto de un sensación de que 'la fÍstula me subiera, repentinamente, en el
fantasma de venganza". Todo eso visto, naturalmente, en clave estómago causándome la muerte'."
anecdótica. Como también descrito en el trabalo de 1911 "Es- Curado de esta angustia, la gente ahora consideraba loco al
timulación de la zona erógena anal como causa desencadenan- paciente, debido a las ideas delirantes, que efectivamente, ha-
te de la paranoia". bían comenzado después de la cesación de las parestesias.
Se trata de una contribución, como Ferenczi rnismo indica Basándose en la relación entre paranoia y homosexualidad,
en el subtítulo, altema de la homosexualidad y la paranoia' La Ferenczi supuso que "la enfermedad rectal y las manipulacio-
tesis sostenida consiste, precisamente, en la interpretación nes Cel recto por parte de hombres (los médicos), que aquélla
de los síntomas de la psicosis como manifestaciones de la había comportado, podían haber reactivado en el paciente, a
sublimación fallada de la homosexualidad. El caso nos pare- través de la repetición de recuerdos infantiles, tendencias ho-
ce interesante porque Ferenczi se encontró con el paciente mosexuales hasta ahora latentes o sublimadas".
una sola vez, articulando la consulta, podemos decir, en dos Aquí, Ferenczi escribe: "Sin muchos ambages, pregunté lla-
tiempos. namente al paciente si de chico había hecho cosas prohibidas
En un primer momento, en efecto, recibió al paciente que su- con otros muchachos."
fría de delirio de persecución, un campesino de Suebia, de alre- El paciente admitió que de niño hacía con un coetáneo, ac-
dedor de 45 años, junto con la esposa. tualmente uno de sus más acérrimos enemigos, el juego del ga-
Del relato de la esposa surgió que el marido "tenía la idea fi- llo y la gallina, en el que él desempeñaba el papel pasivo. Este
ja de que todo hombre que se le acercaba era su enemigo, que- juego, iniciado a la edad de 5-6 años, continuó hasta los 10-1 1
ría envenenarlo, lo seguía de cerca o lo querÍa engañar' Si el ga- años.
llo cantaba en el patio, si un extraño lo adelantaba por la calle,

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"Las brutales operaciones en la zona erógena anal habían lnteresantes son, según creemos, la modalidad de ocuparse
cuanto menos despertado el deseo, sobreviviente en el incons- del paciente y la globalidad de la intervención de Ferenczi: de la
ciente, de repetir los juegos homosexuales infantiles. Pero aquello consideración del caso mismo, propuesto por "una señora que
que entonces era una diversión infantil (la sexualidad) había evolu- en calidad de expaciente" tomaba "parfe activa en las vicisitu-
cionado mientras tanto en los instintos vir:lentos y peligrosos de despsicoanalíticas",llamando su atención "sobre el caso de un
un hombre adulto y fuerte. No asombra, entonces, que el pacien- muchachito que le parecía habría podido interesarnos", al aten-
te asumiera un comportamiento de defensa contra un empleo to análisis del ambiente en el cual por primera vez se manifes-
anormal (perverso) de estas cantidades de libido, convirtiéndolas, taron los síntomas del pequeño Arpád, un nino de cinco años.
en primer lugar, en parestesias y angustia, y buscando, después, "De pronto el niño cambió Ferenczi-. En elverano de
proyectarlas del yo al mundo externo, bajo la forma de delirios." -escribe
1910, la familia se fue a una localidad terrnal austríaca, donde
Entonces, la misma fantasía homosexual-pasiva subyacía en había ido el verano anterior, alojándose en el mismo departa-
las parestesias y en las ideas delirantes. También esto es muy mento de aquel año. Enseguida después de la llegada, el niño
importante en la actual investigación en psicosomática, en la sufrió un cambio notable."
que un sÍntoma somático puede considerarse simbólico, preci- Ferenczi nota que el niño había comenzado a interesarse só-
sanrente en cuanto viene a representar una fantasÍa que está lo en una cosa dejando, así, entrever rasgos obsesivos: Arpád
ausente de la conciencia. mostraba interés solamente por el gallinero y "a primera hora de
Ferenczi se encontró una sola vez con el paciente, por lo la mañana el niño corría donde los pollos". El pequeño los ob-
cual no tuvo la posibilidad de verlficar sus hipótesis. servaba, "imitaba sus sonldos y movimientos, gritaba y lloraba
Nacía así la experiencia y emergía la necesidad de que, en cuando se lo alejaba por la fuerza del gallinero".
estas situaciones, como en el counselling moderno, el analista Arpád parecía casi identificarse con estos animales, al pun-
esté en condiciones de tolerar la frustración de no saber nada to de que "incluso lejos del gallinero continuaba repitiendo el
más acerca del paciente y deba aceptar la posibiiidad de que, a canto del gallo y el cacareo de /as gallinas".
menudo, las hipótesis formuladas, permanezcan, sólo corno, La "extrañeza" de Arpád se prolongó por todo el descanso
precisarnente, "suposiciones", sin una confirmación. estival; volvió a hablar como "un ser humano" a su regreso a Bu-
En este último caso, revisitado por nosotros, con una pato- dapest, donde también el niño se refería casi siempre a los po*
logÍa tan grave, surge claramente que, para poder efectuar de llos, los gallos, las gallinas, los patos y las ánades. Ferenczi ob-
un modo correcto una intervención activa e inmediata, es en ex- serva que "!o más extraordinario en toda esla historia es que e/
tremo necesaria una adecuada formación analítica del terapeu- efecto ulterior de esla experiencia había aparecido en el niño
ta y la recomendación de una terapia analítica. rJespués de un período de latencia de un año entero...".
Se trata de ese proceso de posterioridad que es posible des-
Deseamos destacar, en parlicular, el caso de Arpád, "el pe-
cubrir en el término nachtráglich, usado frecuentemente por
queño hombre-gallo" (1 91 3). Freud. El hombre de /os /obos, como está subrayado en Laplanche*
Pontalis, "comprendió el coito sól<¡ en el época del sueño, a los
Se trata de un niño de cinco años, atendido gracias a la me- 4 años, v no en el monlento de la observación".
diación de una amiga de la familia. Ferenczi tuvo con él sólo un
El niño tenía terror a los gailos porque, mientras estaba en el
breve encuentro. El pequeño Arpád, que en ciertos aspectos re-
gallinero y "orinaba en aquel lugar se le había abalanzado un po-
cuerda al pequeño Hans, tratado por Freud a través del padre,
llo o un capón de plumas amarillas funa que otra vez, marrones),
nos revela de lleno, además de la profundida<j de la intuiciones,
que le había picoteado el miembro". El episodio había ocurrido,
también la naturaleza y la humanidad de Ferenczi, su capacidad
en efecto, en la misma localidad termal.
de adaptarse a las situaciones más diversas y los intereses del
investigador. Podemos considerar este caso, como el de Cata- Ferenczi se ciirigió a los padres de Arpád para contextualizar
lina, un ejemplo de los prímeros intentos de counselling en la me¡or el caso. Les preguntó si "en el curso de aquel período de
historia del psicoanálisis. latencia el niño no había sido amenazado con cortársele /os ge-

216 217
nitales porque, como ocurre a menudo, se /os tocaba voluptuo- E! caso liro,
samente". La respuesta fue afirmativa, con la correspondiente de Donald W. Winnicott
declaración de que al niño no le había sido ahorrada la amena-
za del corte del miembro. Ferenczi, entonces, supone que tal
amenaza había determinado "en el niño tanto susfo cuando ha- En srntesis, lo esencial en la experiencia es aquello
bía vuelto a ver los lugares de ta primera terribte experiencia, que que nosotros agregamos a lo que vemos; y, sin un
había puesto igualmente en peligro ta integridad de su miem- aporte de nuestra parte, no vemos nada.
bro".
Marion Milner
Pero el caso resulta muy interesante no sólo por la proble-
mática que evidencia sino tamblén ya se ha afirmado-
-como
por la técnica utilizada por el analista que deja, en su estudio,
"libre" al niño para interesarse en los "innumerables objetos En los Colloquiterapeutici con i bambini, Winnicott subraya,
desparramados por ahí", comprendid o "un pequeño urogallo en metafóricamente, que el "coloquio" facilita la participación libre
bronce", para dibujar un gallo o para "regresar a susTuguetes,,. y creativa del paciente.
No fue posible "un examen analítico directo", por lo cual Fe- Con el caso de liro, Winnicott, en los años cincuenta, ofrece,
renczi debió limitarse "a hacer anotar a la señora que se intere- gracias a usar de un modo diferente el dibujo y el juego, un
saba en el caso, y que en calidad de vecina y conocedora de la aporte histórico para la elaboración teórica de las "consultas te-
familia había tenido ocasión de obseruar durante horas al pe- rapéuticas".
queño, sus palabras y comportamientos más notables". Casualmente, es decir, con la misma casualidad con la que
Ferenczi se valió, por lo tanto, sólo de las anotaciones de su Freud se encontró frente a Catalina, la muchacha de campo que
"garante"'. a través de tales observaciones, el analista se dio hablaba en dialecto, Winnicott se encontró con liro, un niño de
cuenta de los cambios del niño, que en un cierto punto dijo ,ton 9 años y 9 meses que se expresaba solamente en finés, duran-
la máaima seriedad a la vecina: Yo me casaré con usted, su her- te una visita que realizó a Lastenlinna (El Castillo de los Niños),
mana y mis primas, y la cocinera; no, mejor con mi madre, en vez en el Hospital Pediátrico de Kuopio, en Finlandia, donde había
de la cocinera". Arpád, en definitiva, con sus "extraños', com- sido "invitado para describir un caso a un grupo del personal
portamientos, en realidad, se defendía justamente del deseo de hospitalario" (Winnicott, 1 983).
querer "volverse, en verdad, el 'gallo del gallinero"'. Winnicott no consideró oportuno presentar al equipo del
El interés de este caso, entonces, no consiste solamente en Hospital uno de sus casos, sino que le pareció más justo discu-
la historia en sí, sino en la técnica adoptada, además de haber tir un caso elegido por el mismo personal del Hospital, demos-
subrayado la relación entre "el período de latencia" y el ,,repen- trando asiuna de las modalidades de intervención seguramen-
tino" cambio del niño. Estamos, naturalmente, en los albores de te más proficuas y didácticas en el seno de una institución. Se
la psicoterapia del niño y del adolescente. trataba, en resumen, también, de un ejemplo de cómo "ir al en-
cuentro" no sólo de la necesidad del paciente, sino también de
la necesidad de los componentes de un equipo de trabajo, pa-
ra facilitar un aprendizaje cada vez más difícil acerca del miste-
rio de la naturaleza humana.
Y es asícomo Winnicott conoció a liro, un niño internado en
oftopedia y que no parecia necesitar una asistencia urgente. li-
ro sufría de dolor de cabeza, trastornos y dolores abdominales:
en síntesis, manifestaba "síntomas de rlaturaleza indetermina-
da". Pero Winnicott notó enseguida que se había dispuesto la
internación del niño en ortopedia "debido a una anomalía con-

218 219
génita por la cual se le había hecho un seguimiento continuo gratitud comunicando enseguida el estado difícil de su "enfer-
desde Ia infancia". Y ésta era, en realidad, el área física que, en medad".
lo profundo del área psíquica, generaba en el niño sufrimientos "Cuando un niño dibuja, lo que dibuja es siempre sr: retra-
"indeterminados" y precisamente por esto muy inquietantes. to. .. ", afirma FranEoise Dolto. El niño, en def initiva, cuenta de él

Escribe Winnicott que "el éxito de esta entrevista no podía ser a través del dibujo, así como los artistas, generalmente sufrien-
previsible en modo alguno" y, del rnismo modo en que Freud re- tes en distintos niveles, narran inconscientemente su propia
leva la fuerte inflexión dialectal de Catarina, él hace notar el as- historia. Frangoise Dolto precisa que "hacer hablar un dibujo,
pecto fenoménico referente a la expresión lingüística de liro, que preguntar al niño, por ejemplo, ei lugar donde él se ubica en el
hablaba sólo finés, haciendo indispensable la ayuda de la "seño- dibujo mismo, es como preguntarle su forma de relación con la
rita Helka Asikainen, que se improvisó como intérprete". Pero la realidad y con los demás" (Dolto y Nasio, 1987). El dibujo de un
señorita "pasó a ser rápidamente olvidada", tanto por Winnicott niño es el equivalente a un sueño; un sueño, sin embargo, que
como por liro, habiéndose establecido entre ambos los términos puede ser visto por el otro y, por lo tanto, "soñado" junto al otro.
y los códigos de una comunicación distinta, construida en base Y por esto, cuando Winnicott "cierra los ojos", comienza a so-
aljuego de los "garabatos", alrededor de una mesita "donde ha- ñar... y dialécticamente a dibujar, para después continuar con
bían sido ubicados, con anterioridad, dos lápices y hojas". En extremo cuidado su diálogo sin palabras con el niño, hasta te-
definitiva, ya se habÍan establecido las condiciones del setting. ner la certeza de cuanto liro le había comunicado con "Es el pie
de un pato".
La palabra, en este casr¡, fue hábilmente sustituida por el
juego: liro hablaba finés y, por ende, un sistema lingüístico dis- "Quería estar seguro de que ambos hablábamos de la mis-
tinto del de Winnicott, quien magistralmente, para la ocasión, ma cosa", escribe Winnicott, no obstante liro habÍa dibujado
utilizó un lenguaje universal, el del juego, con lo cual logró su- una versión propia del "pie palmeado de un pato". Rapidez, hu-
perar los límites de un territorio lingüístico y penetrar enseguida mildad y prudencia diagnóstica son, hoy, algunos elementos
en otras áreas comunicativas, para encontrar el corazón del que, en el caso de liro, representan el estilo de trabajo de Win-
problema. En realidad, "traducir" verbalmente un texto, si no se nicott.
conocen las técnicas y el sentido de la comunicación, significa "Después hice un garerbato abierto que él inmediatamente
"traicionar" el texto mismo; esto, quizá, fue el motivo por el cual transformó en un pato que nadaba sobre un lago." En realidad,
la señorita Asikainen, no obstante ser consideracla una excelen- liro estaba comunicando a Winnicott que también los patos
te intérprete, fue "innrediatamente olvidada". El niño, ya "traicio- pueden ser felices y nadar en los lagos.
nado" una vez por la naturaleza, no podía rrolver a ser "traicio- De los patos la conversación llegó, mediante el dibujo de un
nado" una segunda vez, por la cultura. cuerno, construido siempre sobre un garabato, a la música y al
I entonces, Winnicottt cerró los ojos, cr:nfiánciose metafóri- deseo de liro de tocar la flauta; un deseo que significaba, simul-
camente al mundo oscuro del inconsciente y al propio gesto es- táneamente, la dolorosa imposibilidad de tocar "con su dedo
pontáneo, facilitando asíotro tanto la espontaneidad del niño. deformado". Solamente en este punto, Winnicott, consciente
Dice: "Yo cierro los ojos y trazo una línea sobre la hoja, tú la del sufrimiento de liro y, al mismo tiempo, de su alegría con res-
haces ser lo que quieras, luego te toca a ti hacer lo mismo, pecto a la vida, se permitió hacer referencia a los dibujos, su-
mientras yo la tornaré en lo que quiero." brayando con humor que "ciertamente sería difícil para un pato
tocar la flauta".
llace un garabato que resultó ser del tipo cerrado. liro dijo
inmediataniente: "Es el pie de un pato." Y finalmente liro se divirtió junto a Winnicott, ql¡e no explicó
a liro que él "identificaba su enfermedad con los patos", pero se
El garabato cerrado es, en realidad, uno de los veinte garabatos-
abandonó al juego tanto, que no recordó "haberlo hecho cons-
base que los niños dibujan ya a la edad de dos años y, a veces,
cientemente".
incluso antes (Kellog).
liro no miraba jamás sus manos, pero, jugando, logró cons-
V/innicott, entonces, había ido a buscar rápidamente los orí-
genes del "ser en el mundo" de liro. Y el niño le demostró su truir un dibujo que evocaba su mano deformada... Winnicott di-

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jo, entonces, con simplicidad y naturalidad: "Es como tu mano te ser amado por su madre, más allá de todas las intervencio-
izquierda, ¿verdad?"; llegarrdo al núcleo del problema, alfocus nes quirúrgicas reconstructivas, más o menos compaftidas.
central que habría permitido al niño contar finalmente con sus Winnicott describe sintéticamente el coloquio con la madre
palabras todo su dolor, reconociendo su r¡inusvalía. En reali- de liro, que le confió solamente a é1, casi secretamente, algo
dad, liro había sentido que era comprendido y aceptado, gra- que no había dicho jamás a nadie: "Sé que todos tienen senti-
cias a la profesionalidad y a la gran disponibilidad interior de mientos de culpa con respecto al sexo. Para mí es distinto. To-
Winnicott que, casi al final de la intervención, después de una da la vida me sentí sexualmente libre, y mi vida sexual en el ma-
ulterior identificación de liro con una anguila, símbolo de fanta- trimonio ha sido para mí una experiencia satisfactoria. En vez de
sías prenatales, dijo: "Sitú fueras pequeño, te gustaría tanto na- tener un sentimiento de culpa hacia el sexo, siempre tuve la
dar en el lago como nadar con los patos en el lago. lntentas de- sensación de que mi enfermedad sería heredada por uno de mis
cirme que te gustas con tus manos y con tus pies palmeados, y hijos. Asíhabría sido castigada." "liro... nació con mis mismos
que necesitas que las personas te amen por lo que eras cuan- dedos; lo rechacé completamente y por un cierto período de
do naciste. tiempo (aproximadamente veinte minutos o un poco más) sen-
Creciendo, has comenzado a querer tocar el piano, la flauta, tía que no iba a poder volver a mirarlo..."
y a querer hacer trabajos manuales, por eso has aceptado que Y veinte minutos, para un niño apenas nacido, saben a eter-
te operaran; pero lo principal es ser amado por lo que eres y por nidad.
como naciste."
El "caso de liro" descrito por Winnicott es, entonces, en la
liro respondió a Winnicott: "Mi madre es como yo"; de pron- historia del psicoanálisis, junto con el "caso de Catalina" descri-
to, a la manera de un insight, había, entonces, surgido un con- to por Freud, otro ejemplo magistral del counselling, aparente-
tenido de difícil accesibilidad que permitió una mayor redefini- mente no urgente, pero seguramente muy apremiante y, al mis-
ción del focus central y una cuidadosa valoración del ambiente mo tiempo, pregnante, por una multiplicidad de contenidos do-
y de la historia familiar del niño. lorosos.
La consulta continuó en la línea del juego, hasta que, "con En el seno de la intervención, de una hora de duración, es
los ojos cerrados", y siempre dentro de un sueño soñado en posible notar, en efecto, la totalidad de la composición de la es-
conjunto, Winnicott desafió a liro diciendo: "Apuesto a que con tructura del counselling: desde la elección inicial de Winnicott,
este garabato no logras hacer nada." Es evidente que se trata- relativa a la oportunidad didáctica de descripción de aquel ca-
ba de una verificación, tanto del nivel de conciencia logrado por so, y no de otro, en una institución, al cuidado diagnóstico diri-
liro durante la entrevista, como de las formulaciones teóricas, de gido al paciente, a la valoración ambiental, a la elaboración del
la ayuda realizada en sesión por el mismo Winnicott, mientras focus, a la cautela interpretativa, ala reelaboración del primer
"jugando" había explorado la experiencia traumática del niño. focus seguidamente aun insight, a la restitución, en términos de
liro volvió a girar entre sus manos el dibujo, agregó un ojo y holding, de los contenidos expresados por el paciente, a la ope-
un pie palmeado y dijo: "Es un pato." Esta respuesta, serena y ración de verificación de la intervención misma.
precisa, permitió a Winnicott concluir: "Habíamos llegado, por Y el todo..., realizado por Winnicott "con los ojos cerrados",
lo tanto, a una reafirmación del amor a sí mismo, y esto demos- totalmente sumido en el mundo de liro, a cuyo universo afecti-
traba que el niño se sentÍa amado. En él estaba particularmen- vo había llegado con la ayuda de un "squiggle": un símbolo ele-
te acentuada la necesidad de ser amado en el estado en el que mental, utilizado como comunicación en lugar de Ia palabra...
habÍa nacido, es decir, antes de que se iniciaran las intervencio-
nes quirúrgicas y todo el procedimiento de modificaciones'y co-
rrecciones."
En una hora, Winnicott había recorrido las huellas de una vi-
da difícil, la vida de un niño que deseaba ser aceptado por to-
dos por lo que era, pero sobre todo buscaba desesperadamen-

222 223
r

El caso Baker, de poder emerger inmediatarnente después: todo esto, a fin de


comprender mejor al paciente mismo.
de Michael Balint
En el texto de Herrigel, está claramente explicitada una de
las líneas del desarrollo de la filosofía zen que, en síntesis, sos-
En el caso del tiro con el arco, esto significa que el tirador y tiene que "la flecha disparada pone en juego toda la vida del ar-
el blanco ya no son dos cosas contrapuestas, quero, y el blanco a golpear es el arquero mismo". Es evidente
sino una sola realidad. que hemos intentado representar simbólicamente el largo y ri-
Daisetz T. Suzuki guroso "training" al que debe someterse el analista que practi-
ca el counselling. El training del analista, en realidad, no puede
no ser continuo, así como la investigación, tanto de sí mismo
como del paciente; de hecho, cuando se intenta comprender al
El counselling no es sólo una modalidad distinta para practi- paciente, en el fondo, al mismo tiempo, se ansía comprender
car psicoterapia o psicoanálisis, sino también un espacio po- mejor el propio inconsciente.
tencial para diagnosticar. Así como el proceso del diagnóstico
El focus es el elemento esencial en torno al cual se juega esa
puede ser llamado, a su vez, espacio potencial terapéutico:
compleja, difícil, pero rápida intervención del "terapeuta-arquero"
mientras se realiza la diagnosis, en efecto, se lo quiera recono-
que, pese a estar envuelto en tinieblas, logra dírigir la mirada al
cer o no, se hace también un poco de psicoterapia, un poco de
interior de sí, a fin de reconocer los sufrimientos del Otro en los
terapia focal, un poco de counselling. Por otra parte, cuando se
propios.
interviene, de alguna manera se interpreta, así como sucede al
escuchar a los pacientes y se comparten sus distintas emocio- Masud Khan decía que el analista no podía jamás estar solo
nes, angustias, miedos, consideraciones... delante de su paciente; y él fue el primer analista que destacó el
hecho de que el terapeuta, en el encuentro con el paciente, se
Es evidente que, en el momento de encuentro con el pacien-
descubre a sí mismo. El Otro, en efecto, no es sólo el paciente,
te, se realizan automáticamente tanto una focalización como una
sino el analista que en el encuentro con el paciente intenta com-
contratransferencia, ambos elementos centrales en cualquier re-
prender, antes que nada, qué ocurre dentro de sí. Por este mo-
lación con el otro. Con ese propósito, se subraya que la contra-
tivo, tanto en la terapia breve como en el counselling, es central
transferencia se conforma no sólo de la transferencia del analista
el elemento contratransferencial: en esta dimensión se colocan
hacia el paciente, sino también de todo aquello que constituye la
también todas aquellas resistencias del terapeuta al realizar in-
historia personal del analista: los aspectos teóricos y la praxis
tervenciones focales o limitantes, y sobre todo el tener que to-
clÍnica, los supervisores, los maestros, e incluso los autores pre-
lerar que sea el paciente mismo quien decida regresar o no. A
feridos, no sólo relativos a la literatura psicoanalítica, sino tam-
veces, efectivamente, se está atento al interpretar la angustia de
bién en sentido cultural general. No es un mlsterio, en efecto,
separación del paciente con respecto del analista, pero no se
que el psicoanálisis haya necesitado de al menos cincuenta
toma con la debida consideración nuestra angustia al no poder
años para poder hacer uso de la contratransferencia, o de mu-
conocer el "destino" del paciente.
cho tiempo para darse cuenta de que, mientras el analista habla
con el oaciente, habla sobre todo con el propio inconscíente. Deliberadamente, nos detenemos más sobre el trabajo de
Balint y la llamada escuela húngara porque fue Michael Balint
Eugen Herrigel escribe que "el arte del tiro con arco lleva es-
quien creó, elaboró y definió la teoría breve y focal. Malan, alum-
to consigo: el arquero se enfrenta a sí mismo hasta las últimas
no predilecto de Balint, investigador y autor de gran autoridad
profundidades" (Zen en el arle de tiro con arco). Los maestros
en la terapia breve, destacó en 1963 que entre "1909 y 1914 se
zen, efectivarnente, dlcen: "Un golpe-una vida"; entendiendo,
habían publicado sólo siete casos de terapia en breve término"
en otros términos, afirmar que "arco, flecha, blanco y yo termi-
(Balint, Ornstein y Balint, op. cit.). Eso, como demostración de
nan por entrelazarse de tal modo que no se los puede separar".
las dificultades de los procedimientos psicoterapéuticos breves
En realidad, y más allá de las metáforas, el terapeuta y el que, sin embargo, develaban toda su necesidad, sobre todo en
analista deben ser capaces de identificarse con su paciente y

224 2?-5
un momento histórico en el cual el psicoanálisis comenzaba a ciente profundo. Es evidente que, cuando French decía que el
manifestar algunos problemas como, por ejemplo, lo largo del conflicto focal estaba más cercano al preconsciente, afirmaba,
tratamiento y la llamada pasividad del analista. una vez más, algo esencial que solamente en los últimos cin-
Fue Ferenczi (1919), como ya hemos dicho, con su "técnica cuenta años se teorizó, gracias a la tradición británica. Fue M.
activa", quien recogió el desafío de Freud, el que, en un primer Klein, en efecto, quien comenzó a moverse más allá de lo su-
momento, no dudó en evaluarla como "el camino a través del perficial. Como se puede comprender, se va del consciente al
cual se podría haber desarrollado el psicoanálisis", previendo preconsciente, o bien, como decía French citando a Freud, se
también el desarrollo de la práctica analítica en el seno de la so- llega a tocar todo aquello que está listo para nacer y para salir
ciedad y de las instituciones. Un desarrollo, por ende, cuyas alaluz. O bien... ¡lo urgente! Se llega allídonde el paciente no
posibilidades se colocan fuera del diván psicoanalítico y con sabe qué dijo él o el analista, se llega allídonde se estructuran
una mayor aplicabilidad terapéutica y clínica del psicoanálisis el "yo" y el "no-yo"; en definitiva, se trata del área transicional
mismo. encontrada por Winnicott.
En 1925, Ferenczi y Tank publicaron algunos escritos sobre El conflicto focal se manifiesta en el presente, en el hic et
el proceso terapéutico psicoanalÍtico, pero sus experiencias nunc de la transferencia, pero sus raíces están en el pasado.
fueron recibidas negativamente por el mismo Freud y sobre to- Para French, el conflicto focal es, por ende, un conflicto pre-
do por los psicoanalistas, en nombre del "rigor" del psicoanáli- consciente, por lo cual su técnica terapéutica procedía utilizan-
sis; pero en este caso habían confundido, en realidad, el "rigor" do una serie de interpretaciones de los conflictos focales, con
y la "firmeza" con la "rigidez"; como seguidamente diría Balint. una especial atención a la aparición de los conflictos nucleares
Y sólo después de la Segunda Guerra Mundial Alexander y y patógenos. La aparición, en el hic et nunc de la transferencia,
French se dieron cuenta de que Ferenczi y Tank habían intenta- de los conflictos nucleares y patógenos, nos permite ver, en ese
do encontrar otras sendas de realización de la práctica analíti- momento, la profundidad y la patogenicidad delconflicto. Pero
ca; reelaboraron, entonces, el pensamiento freudiano acerca de fue Balint quien, simultáneamente con French, llegó a las mis-
la cuestión de la transferencia y del insight, formularon el asun- mas consideraciones, redefiniendo en términos cada vez más
to según el cual el centro de todas las formas de psicoterapia precisos el concepto de "psicoterapia focal", en parte similar y
era, en todos los casos y por ende, "la experiencia emotiva co- en pafte diferente de lo que French elaboró.
rrectiva" que la caracterizaba. Y es así como Alexander y sus Balint dice: "Durante muchos años me interesé en la posibi-
colaboradores lograron demostrar la eficacia de las psicotera- lidad de una terapia que fuese mucho más breve en el tiempo
pias breves, pero no lograron evitar la fractura que hizo que no que el psicoanálisis clásico. Estaba claro que tanto el paciente
fuese reconocida esa "continuidad" esencialy científica que di- como el analista tendrían que pagar un alto precio por esta bre-
chas terapias tenían con respecto al psicoanálisis. vedad o, en otros términos, ambos tendrían que correr algunos
Los tiempos no estaban, por así decirlo, maduros todavía riesgos" (Balint, Ornstein y Balint, op. cit.). Refiriéndose tanto a
para el psicoanálisis oficial y para aceptar cualquier fornra que las resistencias del paciente como a las resistencias del psicoa-
no fuese el psicoanálisis del diván, comprendido también el re- nalista ododoxo, Balirrt advierte, en uno de sus textos más no-
ciente psicoanálisis infantil que, en cambio, es parte esencial tables, que "la vida mental es pluridimensional en extremo,
del psicoanálisis históricamente reconocido. mientras que cualquier descripción se limita a una única dimen-
Un aporte ulterior para el desarrollo de la historia del "coun- sión" (Balint, 1990). De aquí se comprende cómo también el
selling contemporáneo" fue hecho por dos conceptos de analista que ve al paciente por lo menos cinco veces a la semana,
por un largo período, en el curso del análisis no podrá explorar
French, referentes al "conflicto focal", relativo a la superficie, y
el "conflicto nucl'ear", que se remonta a profundas raíces pero nunca todas las dimensiones del paciente, pero deberá elegir,
se manifiesta en los derivados del "conflicto focal"; de manera de modo que automáticamente deberá focalizar los distintos
que él postuló que el conflicto focal está más cerca del precons- núcleos.
ciente, mientras el conflicto nuclear está más cerca del incons- En ningún otro campo, comenta Balint, como en el psicote-
rapéutico, es necesario conjugar armónicamente la rigurosidad

226 227
de la técnica y el dominio de los asuntos teóricos con la libertad los casos, se estructura de distintos modos entre terapeuta y
y la individualidad delterapeuta, que en su totalidad como per- paciente, evocando un ambiente primigenio, identificado no só-
sona debe afrontar el intento de elaborar rápida y velozmente lo con el "ambiente materno", sino también "genitorial". No se
los problemas. De aquí la necesidad, escribe Balint, de que el puede dejar de recordar en este punto que, cuando un pacien-
propio terapeuta realice, en el seno de la terapia focal, una for- te pide una intervención urgente de counselling, el terapeuta,
ma distinta de "actividad" y una grilla, lo más precisa y puntual, además de prepararse a sí mismo, debe pensar en la hora y en
con observaciones de los comportamientos del paciente. el ambiente donde recibirlo. La "atmósfera" de Ballint y el "am-
lnteresante, a los fines de nuestras reflexiones sobre el coun- biente" de Winnicott no son sino aquellas "condiciones necesa-
selling moderno, es transcribir las siguientes afirmaciones de rias" que pueden permitir tanto al analista como al paciente in-
Ornstein acerca del pensamiento de Balint. "En nuestra opinión, tentar ver el "focus" del problema.
la terapia focal está en relación de continuidad con el psicoaná- Y es así como el "terapeuta-arquero", emblemático de una
lisis desde el momento en que todo el trabajo delterapeuta con- función materna y paterna, pone en juego toda su técnica y to-
siste en intervenciones interpretativas" (Balint, Ornstein y Balint, da su teoría, volviéndose él mismo, en el vínculo con el pacien-
op. cit.). El terapeuta, en efecto, no da consejos, sino interpreta- te en fase regresiva, representación viviente de sus propias par-
ciones. Y éste es el punto central que subraya y afirma la conti- tes. Así como deviene a una madre cuando ayuda y sostiene a
nuidad, como elemento de conjunción entre counse//rng, psicoa- un hijo.
nálisis clásico, terapia focal y psicoterapia breve. Desde dicha
óptica, las tareas del terapeuta son dos: lnteresante, en este punto, y antes del análisis del histórico
a) lndividualización del punto focal en el conjunto, a veces caso Baker, de Balint, es recordar el episodio de un pacierrte que
intrincado, de toda la producción del paciente. manifestó un pedido de ayuda singular, apremiante y urgente. Se
b) lnterpretación del punto focal. Pero es asícomo el tera-
trata de un joven abogado, lnuy seductor, que se presentó en el
peuta, activamente, escoge las líneas a seguir, asumiendo estudio vestido de azul y con corbata rosa, cabello largo y bar-
la responsabilidad de la elección misma. ba. Verbalizó enseguida su gran problema: él amaba y estimaba
mucho a su mujer, bella, culta, muy pura, pero simultáneamente
En este sentido, la psicoterapia focal reelaborada por Balint tenía relaciones con otra mujer con quien había tenido un hijo.
resulta, en gran parte, guiada, si bien se vale de la técnica psi- Una mujer, entonces, opuesta a Ia otra: con una había estableci-
coanalítica que, a su vez, en el ámbito de intervenciones parti- do un vínculo romántico, y con la otra, una relación sexual, exci-
culares terapéuticas, conoce su grandiosidad y su límite. tante y satisfactoria... ¿Cuál era, entonces, la necesidad urgen-
Es evidente que, a través del análisis histórico del génesis te que impulsaba aljoven abogado a pedir un counselling? Él pa-
del counse/ling, no se quiere legitimar ese tipo de intervención, ciente, en realidad, no lograba contactarse con la urgencia de su
porque ya por su misma naturaleza el counselling, como hemos necesidad. Él tenía, cieftamente, una representación escindida
demostrado, resulta parte esencial de la tradición psicoanalítica de sí y del objeto, posición por la cual fatalmente terminaba por
clásica. Existe, en cambio, la intención de teorizar el counse- colocarse fuera de la amante y de la esposa. Y, entonces, el pa-
lling, que junto con la terapia focal y la breve se manifiesta co- ciente no lograba "encontrarse" ni "reencontrarse" en su totali-
mo una terapia extremadamente válida y necesaria, en el seno dad a través de ninguna de las dos mujeres. El paciente no tenía
de la cual se realizan diagnosis e intervenciones interpretativa. límite; no casualmente dijo: "Tal vez yo no viva, dado que yo vi-
En el counselling contemporáneo, es fundamental la indivi- vo o para la una o para la otra." Aquí se trata de la posición es-
dualización del punto focal, en el seno de lo que Balint define quizo-paranoica la que determinaba en el paciente la urgencia
como "atmósfera" entre médico y paciente. No se trata, en de una ayuda. La urgencia era dentro de sí: el joven abogado
efecto, sólo de settrng, sino de "atmósfera", sin la cual el analis- utilizaba a las dos mujeres para tener separado el amor y el
ta no puede cumplir su intervención de counselling. Una "at- odio. Elterapeuta, entonces, representaba la posibilidad de te-
mósfera" que Winnicott indica como "ambiente" y que, según ner juntas las distintas partes escindidas de sí. Y es aquí donde
se coloca el hic et nu¡tc, además de la transferencia, como "ree-

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dición de afectos precedentes", como escribió Fornari. El pa- tensa, porque en el momento en que el paciente le fue confiado
ciente había sido empujado a pedir ayuda por el "conflicto fo- a Balint se manifestó "muy agradecido de compartir con alguien
cal", mientras que el "conflicto nuclear", surgido después de la la pesada responsabilidad". AsÍ el psiquiatra advirtió a Balint
interpretación, se refería a su profunda escisión. que, según é1, el paciente estaba grave.
La terapia focal, como dice Balint, debe desarrollarse en el Balint observó, in priñs, el aspecto del paciente, que le pa-
ámbito de 25-30 sesiones. 27 registró uno de los primeros ca- reció "vestido con propiedad, pero no con meticulosidad, calmo
sos históricos. Pero el counselling no toma en consideración el pero algo formal. Obviamente bajo tensión, pero bien controla-
número de las sesiones. En el "caso Baker", descrito por Balint do". Estas pocas líneas hacen comprender que, más allá del
(Balint, Ornstein y Balint, op. cit.) y releído también por otros psi- mensaje del psiquiatra, Balint sabía valorar la capacidad del yo
coanalistas, es interesante tomar los distintos aspectos que del paciente: "vestido con propiedad" significa que el yo funcio-
componen el complejo mosaico de un ejemplo histórico de psi- naba; "con meticulosidad" quiere decir que el yo se imponía de-
coterapia focal. Pero seguramente el caso Baker puede ser fensivamente; "calmo pero formal" indica el vínculo objetal con
considerado uno de los aportes más autorizados gracias al cual el otro; "bajo tensión pero bien controlado" subraya la capaci-
se desarrolló la elaboración teórica incluso de la dimensión del dad del yo de controlar las tensiones. Balint, con pocos trazos,
counselling moderno, del cual nos ocupamos. invita a los psicoterapeutas a valorar la capacidad ejecutiva dé
colaboración del yo. En otros términos, el paciente pareció es-
tar en condiciones de controlarse a sí mismo y también de po-
El señor Keith Baker tenía 43 años y era un "directivo" de
der relacionarse con todas las otras cosas. Balint intentó, en de-
empresa. Balint analizó, en seguida, el "envío" del paclente, su-
finitiva, comprender implícitamente las razones del psiquiatra
brayando la urgencia del caso evidenciada por un "hábil médi-
en la prescripción de la internación, asícomo las del médico clí-
co clínico". En los pocos pasajes extrapolados del caso, a los fi-
nico que, hábil pero prudentemente, había predispuesto el "en-
nes de la exclusiva teorización del counselling, relativamente al
"envío", se puede observar la famosa tríada: 1) ¿Por qué ahora vío" del paciente a otro psiquiatra.
y no antes? 2) ¿Quién envía al paciente? 3) ¿Por qué lo manda? En el counselling, se repite, es siempre necesario analizar,
cuanto sea posible, las modalidades que subyacen en el "envío"
Balint subraya la urgencia del envío definiendo al remitente
del paciente, de modo de discernir el "pedido" de quien envía del
del paciente con tres simples palabras: "hábil médico clínico". El
señor Baker habÍa sido atendido por un psiquiatra que le había efectivo "pedido" de ayuda del paciente. Es también importante
aconsejado la internación, motivo por el cual había intervenido el
observar los vínculos con hombres, muieres, hiios, ambiente,
trabajo... Balint, en el caso Baker, escoge una cualidad de trans-
médico clínico, definido como "hábil" por Balint, probablemente
ferencia y contratransferencia en sentido lato, así como sucede
en virlud de su prudencia manifestada, a diferencia del psiquia-
en el "counselling moderno".
tra, que había propuesto drásticamente una internación.
El señor Baker, entre las muchas informaciones, sufría una
La prudencia del médico consiste en no etiquetar de una vez
preocupación creciente "por los sentimientos de su esposa ha-
para siempre al paciente internándolo. Hay una gran diferencia,
cia un jovencito, con quíen ella no había tenido ningún contac-
en efecto, entre el terapeuta activo y el psiquiatra que decide en
seguida una resolución para el paciente. Aquíel arco no incluye
to, pero que la había cortejado seriamente hacía aproximada-
mente veinte años, antes de ella haberse casado". Balint notó el
al arquero, sino sólo el blanco, y es como decir "yo decido que
estado de "lamentación" del paciente y, por lo tanto, comenzó
tú vayas al hospital".
a relacionarse lentamente con el lamento que, como se sabe,
Habilidad y prudencia son otros factores esenciales del puede indicar un estado de dolor.
counselling. El psiquiatra, en plena adhesión a la práctica "cien-
Precedentemente, cuenta Balint durante la narración del ca-
tífica", había aplicado un test, para obtener los asíllamados re-
so que el señor Baker había tenido una crisis muy seria, de al-
sultados ciertos y precisos, evitándose las angustias derivadas
rededor de ocho meses, alavez que subraya que el episodio
de una diagnosis obtenida sin el atenuante tranquilizador de las
que había inducido al psiquiatra a aconsejar la internación era
distintas pruebas. La angustia del psiquiatra era, en verdad, in-

230 231
similar al primero, pero seguramente menos grave. Balint, en
concreta siempre en el hic et nunc, como por ejemplo en la fra-
definitiva, considera no sólo las modalidades con las cuales los
se "¿cómo hago yo para confiar en ios otros?".
otros han afrontado el estado de ánimo del paciente, sino tam-
bién las crisis precedentes y el mocjo en el cual el paciente mis- Enamorado de su rnujer, el paciente, escribe Balint, "rico en
mo las afrontó. A la persona, efectivamente, no se le niegan imaginación y en pasiones", estaba muy preocupado por su es-
nunca las capacidades de autocuración: la orlnipotencia tera- tado de crisis, por lo cual pedía ayuda. Eso significa que para
péutica, por otra parte, se actualiza en el momento en que el estos pacientes la crisis genera un estado de ánimo distónico:
mismo terapeuta es quien quiere, a toda costa, curar al Otro, una persona "excelente" no puede tener crisis, ni puede nece-
prívándolo, de ese modo, de la posibilidad de afrontar los pro- sitar de los otros. Es muy útil, tambiérr en el counselling, indivi-
blemas según su capacidad. Pero la valoración de las capaci- dualizar qué creencias tiene el paciente sobre sí mismo. Todo
dades del paciente, que le han permitido afrontar una crisis en esto permite conocer la representación qure él tiene de sí mis-
otros momentos de la vida, representa, a nuestro parecer, otro mo; y es esa representación la que le permite describir su ello,
elemento fundamental del counselling. En este sentido, resulta su yo y su superyó. El señor Baker era rico en "pasircnes" y, por
necesario focalizar los distintos recursos y hasta algunas defen- ende, tenía un eilo que, de alguna manera, en un ambiente "fa-
sas no patológicas de quienes piden ayuda, como para no in- cilitador", podía emerger; tenía "imaginación" y, por lo tanto, la
movilizar todas las defensas. Es claro que todo eso, además de capacidad de organizar sus fantasias y no ser presa de éstas.
para el counselling, vale también para el psicoanálisis clásico. De este modo él declaraba el vínculo entre el yo y el ello. Su ello,
Y por otra parte, cuando Winnicott decía ayudar al paciente en su superyó y el ideal delyo subrayaban las distintas relaciones
la regresión, no significaba que, en el intervalo entre dos sesio- que él tenía no sólo con los otros, sino también con el mundo
nes, aquél permaneciera en estado de regresión, sino que, des- externo e interno. De aquí la conexión con el concepto cultural
pués de la sesión, reencontrara todas sus defensas. familiar de la tradición de Winnicott. También en el counselling
siempre es necesario considerar el vínculo del paciente con él
Es útil también recordar que en el counsellino siempre es
mismo.
necesario recoger datos de anamnesis referentes no sólo a los
sufrimientos y a la compleja historia del paciente, sino tambien El señor Bake¡ continua Balint, manifestó una "gran necesi-
al uso que él ha hecho del propio sufrimientr:. En este pasaje, dad de hablar con alguien" y la esperanza de "haber encontra-
se pueden evaluar los beneficios primarios y secundarios del do al hombre justo".
paciente. En este punto, Balint cambia el registro, la comunicación en
El señor Baker era muy apreciado en el seno de su familia de la transferencia resume el focus por el cual se da cuenta de que,
origen: gracias a é1, en efecto, los negocios familiares se lrabían en esta apelación, el paciente manifiesta su homosexualidad la-
desarrollado de un modo verdaderamente "excelente", según el tente; Balint decide proceder con "extrema cautela". Efectiva-
relato del paciente. En realidad, Baker se habÍa vuelto indispen- mente, el paciente expresa la necesidad tanto de hablar con al-
sable para todos y había sido él quien creara un estado de ne- guien como de encontrar al hombre justo, o sea al varón. Ya
gocios "excelente". En el fondo de esa valoración, se descubre Freud, en su trabajo que va desde 1919 a 1924, pone en eviden-
también una representación de sí nrismo idealizada en términos cia, a menudo, la relación entre el ideal del yo y la homosexua-
funcionales. Cuando se encuentra una idealización de este or- lidad, así como en 1914 había advertido a los terapeutas que
den, estamos frente a pacientes "que no puederr fracasar". En para cualquier comunicación hay que esperar que el paciente
la transferencia, no pueden depende¡ lo que significa que no esté pronto. La "extrema cautela" de Balint hace comprender
pueden confiarse a los otros si éstos no son igualmente "exce- que el paciente, en aquel momento, no podía todavía afrontar la
lentes". Detrás del lamento de Baker estaba, de hecho, el sen- propia homosexualidad; todo esto no significa alejarse del focus
timiento de desconfianza: ¡ninguno podÍa hacer por él aquello o no tener la posibilidad de comunicar algo sobre la hornose-
que él había hecho por los otros! En esa dinámica psíquica se xualidad.
pueden notar las connotaciones que incluyen el superyó y el La "cautela" es obligatoria en la dimensíón del counselling,
ideal del yo, además de la representación del se/f. El todo se mucho más que en la terapia analítica: la comunicación debe

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siempre ser hecha con respeto y en sintonía con el paciente. En
tensión del paciente; y así, con los pacientes obsesivos, se pue-
los encuentros limitados en el tiempo, el terapeuta debe tam_
de percibir una suerte de bloqueo en los movimientos. La fuer-
bién saber "cómo iniciar" y, sobre todo, debe saber,,dónde de_
te concentracíón corpórea permite sentir al paciente en un nivel
tenerse". Lo que significa ser conscientes de no ser omnipoten_
físico y empático. No hay nada de "paranormal" o "misterioso"
tes. Desde esa óptica, la interpretación debe insertarse siempre
en todo esto: se trata sólo de una técnica, la misma que espon-
en el preconsciente, de modo que el paciente pueda entrar en
táneamente se manifiesta en las relaciones cotidianas. La técni-
contacto con sus estratos más profundos. El terapeuta, para ca, en efecto, nunca es algo absolutamente nuevo, pero es una
decirlo con Winnicott, debe operar en el área transicional, o bien
cosa que nos permite darnos cuenta de que la poseemos: un
en esa área intermedia que permite al paciente saber y distin- instrumento presente desde síempre. Er¡ nuestro caso, com-
guir lo que pertenece a ély lo que, en cambio, es propio delte_ prende una multiplicidad de aspectos de la comunicación hu-
rapeuta. Balint sostiene que es fundamental la técnica con la
mana. En los encuentros breves, el terapeuta debe poder estar
que se conduce el coloquio, pero aún más importante es la ca_
en condiciones de elaborar una poderosa síntesis de las proble-
pacidad de "escucha" del terapeuta. En su famoso texlo tVledi-
máticas que el paciente en dificultad, más o menos confiado,
co, paziente, malattia (Ballnt, 1gg0), él escribe que el médico
consigna en sus manos. La "confianza" básica es evidentemen-
"antes de poder llegar a una diagnosis profunda, debe aprender
te el presupuesto fundamental sin el cual no puede tener lugar
a escuchar. Escuchar es una técnica más difícil y sutil que aque_
terapia o encuentro alguno.
lla que debe necesariamente precederla, la técnica de poner al
paciente cómodo y darle la posibilidad de hablar tibremente,'. Así Balint comienza a describir algunos aspectos salientes
En síntesis, Balint advierte que es importante crear las condicio- del coloquio con el señor Baker: "Naturalmente, había la habitual
nes necesarias que permitan tanto al terapeuta como al pacien_ atmósfera paranoica de inexorabilidad" (Balint, Ornstein y Balint,
te sentirse cómodos. Es obvio que el primero en sentirse libre op. cit.); subrayando con "paranoica inexorabilidad" todo aque-
debe ser el terapeuta, quien atenderá a la persona, en estado de llo que comprendía la lamentación del paciente, un estado de
urgencia y de necesidad, en un ambiente estable y seguro, ade_ dolor coloreado por los tintes hoscos de la pasión, creada por
más de en una hora tranquila del día. Los pacientes, en efecto, los celos de tipo paranoico. Los celos y la paranoia, descritos
son como niños: si se dan cuenta de que es precisamente el te_ por Freud, vuelven a unir a Balint y a Freud, y ponen de nuevo el
rapeuta quien no está cómodo, pueden asumir tonos incluso acento en la relación entre la paranoia y la homosexualidad.
imperativos hacia é1, con el riesgo de determinar falsas diagno_ La lamentación y la inexorabilidad, afirma Balint, indican los
sis y otras interpretaciones fuera de lugar. La comodidad del te- aspectos de la fatalidad en la historia "triste y penosísima" con-
rapeuta debe, entonces, ser real. tada por Baker, a quien, en la conciencia del límite que "la inexo-
Balint continúa subrayando que el médico, o el terapeuta, rabilidad" inevitablemente encierra en su mismo significado, res-
"mientras descubre en sí mismo la capacidad de escuchar eso pondió que probablemente "necesitaba un persona que fuese
que el paciente logra expresar apenas porque le es oscuramen_ para él una caja armónica que amplificase las ideas fluctuantes,
te consciente, comenzará a escuchar el mismo tipo de lengua_ sus fantasías y sus emociones que, en lugar de desaparecer en
je también dentro de sí". Cuando, en efecto, elterapeuta siente una suerte de Limbo, pudiesen accionar sobre é1". Aquellas pa-
la lamentación del paciente, también él advierte dolor, por lo labras generaron en el paciente un estado "conmovedor" de gra-
cual terminará fatalmente por preguntar qué es lo que suscita titud.
tanto sufrimiento. La cautela en la fase de escucha es el equi- Los elementos centrales del discurso son dos, de los cuales
valente de la concentración utilizada por los maestros del tiro al el primero está constituido por el resonar armónico del término
arco. En otros términos, eso que Milner ha indicado como un "excelente" usado por el paciente y con el cual se puede enten-
"estado de concentración corpórea,,, o sea un estado de ánimo der que Baker habría querido a alguien similar a é1, de modo de
que permita escuchar al otro como si uno se sintiera en el inte_ "ampliar" la familia, enriqueciéndola y haciéndola estar muy
rior del cuerpo del otro. Con un paciente muy tenso, por ejem_ bien. El paciente, en definitiva, necesitaba a una persona que
plo, el terapeuta puede advertir en su postura física la misma fuera para él una caja armónica y que amplificara sus fantasÍas
fluctuantes y sus emociones, para no retirarse en la propia de-

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presión. Para decirlo con Winnicott, el paciente habrÍa querido A los fines de nuestra búsqueda histórica en torno a las germi-
un ambiente que hubiese sido fácil y excelente, asícomo él ha- naciones científicas del counselling contemporáneo, nos parece
bía sido para los otros: un ambiente que pudiese devolverle de útil notarcómo muchas veces el mismo Balint invita implícitamen-
un modo amplificado todo aquello que él había dado. El segun- te a los psicoterapeutas a la cautela, si bien en el ámbito de una
do elemento central puede reconocerse en el hecho de que pa- atmósfera rica en "calor". Una atmósfera parecida a la descrita por
ciente se ponía en términos "femeninos", percibiendo al otro co- Freud frente a la belleza de los Alti Taui, es decir, una atmósfera
mo varón, el único que simbólicamente habría podido restituirle metafórica de otro tiempo y de otro espacio...
lo que él había dado. Balint, protegiendo al paciente en su homo- Balint continua, así, con sus reflexiones, para nosotros con-
sexualidad, le respondió que, tal vez, habría querido a alguien sideradas oportunas a los fines del counse//ing: "Yo procedí con
que hubiese sido con él como él había sido con su esposa. En cautela, pero no pude cerrarme completamente a sus manifes-
efecto, es impoftante evidenciar que el elemento masculino y el taciones de cordialidad." É1, entonces, no se defendió de la
femenino pueden ser interpretados sin agregar el término "homo- agresividad ni de la cordialidad del paciente. Balint ya está cer-
sexualidad". En la transferencia, se inscribe la pregunta alrededor ca del "conflicto focal" doloroso del paciente (los celos paranoi-
de la posibilidad real del paciente de proponerse en términos de cos), penetra en eso que French define como "conflicto nuclear"
dependencia y de pasividad, por lo cual Baker pedía implícita- escondido en el inconsciente del paciente (la homosexualidad
mente al terapeuta actuar con él asÍ como a su vez él se había latente); pero, al mismo tiempo, se pone en una condición de
comportado con la esposa. distancia entre el inconsciente y el preconsciente, entre el cons-
En tal compleja dimensión de afectos y de comunicaciones ciente y el preconsciente. Una condición que consiente la inter-
subliminales, se comprende la "gratitud" del paciente: Balint no pretación y la posibilidad de "comenzar a hacer un poco de tra-
había sido "despiadado" en el explicitar su homosexualidad la- bajo". Balint no se pierde en la empatía y la contratransferencia,
tente. Las personas en dificultad, en efecto, se dirigen a los te- se distancia del paciente para poder operar. Un trabajo que en
rapeutas no para obtener "explicaciones" a toda costa, sino so- el segundo coloquio permitió establecer un acuerdo preciso so-
bre todo para ser comprendidas. bre la duración de la psicoterapía, de modo que se pudiese des-
En el primer coloquio, Balint focaliza el problema, reconoci- cubrir qué "era lo tan serio que había sucedido para provocar
do en "celos paranoicos", cuyas raíces parecen, en este caso, dos crisis". Además de crear una alianza terapéutica, Balint ha-
yacer en la "inexorabilidad" de la "homosexualidad latente" del bía determinado enseguida con el paciente un vínculo tal que el
paciente. En seguida, después, establece los términos de una paciente mismo podía descubrir qué cosa, en realidad, le había
alianza terapéutica con el señor Baker, de modo de proceder en provocado las dos crisis.
la terapia, determinando en él sentimientos de gratitud, los úni- Y de ese modo el paciente se vuelve un colaborador impor-
cos sentimientos capaces de mitigar tanto dolor, empapado de tantísimo. Se trata, en efecto, de un momento fundamental para
una rabia igualmente profunda. El dolor es, en realidad, uno de el counselling: nunca es necesario excluir el aporte del paciente.
los pocos sentimientos que puede ser compartido. Y es en el En vez de explicitar "defensivamente" las razones profundas
compartir donde nace el sentimiento de gratitud. El individuo desde lo alto del "saber terapéutico", es necesario buscar junto
humano, a diferencia de los otros seres vivientes, puede com- con el paciente la causa desencadenante de su dolor.
partir el dolor; tanto es así que, cuando el sufrimiento domina También es muy interesante destacar cómo Balint "pensa-
soberanamente, existe también la necesidad de que alguien ba" intervenciones terapéuticas que, sin embargo, oportuna-
nos toque y nos abrace. mente, no llevaba a la práctica con el paciente. Al final del se-
Balint, mediante la interpretación, recibe al paciente sin humi- gundo coloquio, en efecto, Balint subraya solamente para sí
llarlc¡, al no definirlo como homosexual: él dice "como una caja mismo el haber observado los celos homosexuales latentes de
armónica" y establece los términos de una experiencia correcti- su paciente por otro hombre "por un lado, y su sentimiento de
va cambiante. Pero sólo las experiencias compartidas generan el inferioridad hacia é1, por el otro", especificando que como tera-
canrbio" peuta no había intentado que su paciente tomara los mismos
"posibles sentimientos de culpa por tener una nueva casa y so-

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brevivir a su suegro, es decir, triunfar sobre é1, y por haber ven- que entenderlo como experiencia terapéutica que puede tam-
cido al padre comprando las acciones de su empresa,,. bién ser llamada transformadora. Éste es el recorrido indicado
El terapeuta no lleva a la práctica todo lo que piensa; Balint, por Balint, que cada vez, sesión por sesión, anotaba sus refle-
al término del primer coloquio, observa, por un lado, los celos xiones a lo largo de sucesivas líneas, que hemos extrapolado
homosexuales latentes del paciente por otro hombre, y por otro, sintéticamente y que son las siguientes:
su sentimiento de inferioridad al respecto. Y todo esto para su-
1) expectativas iniciales, donde se incluyen Ia transferencia
brayar que él algunas cosas las mantiene para sí mismo. Balint,
de espera y la contratransferencia de espera;
a través de las palabras de Baker sobre el socio, evidenció el
Edipo negativo del paciente: la transferencia, en este caso, re- 2) atmósfera del coloquio. Muy importante es preguntarse
presenta el focus. Un Edipo triangular. En la segunda sesión, en qué atmósfera se ha creado con el paciente, también en
efecto, la transferencia se torna central, por lo cual Balint rela- términos corpóreos. El terapeuta, al fin, debe preguntarse
ciona con esto, también, todos los pensamientos que el pacien-
qué sintió también en su cuerpo;
te verbaliza sobre el socio, sobre el suegro y sobre su vínculo de 3) datos esenciales e intervenciones terapéuticas;
celos, inferioridad y rivalidad. 4) intervenciones pensadas, pero no dadas;
"Por último- escribe Balint-, no subrayé su necesidad de 5) objetivos focales;
estar siempre en términos muy cordiales con cualquier hombre 6) duda o respuesta a la interpretación y al encuentro (grati-
que tuviera un cierto peso en su vida y la importancia de este
tud u otros sentimientos surgidos);
aspecto en el desarrollo de la transferencia." En síntesis, Balint
7) comentarios en la sesión que no son interpretaciones, si-
sabía bien "dónde detenerse"..., de modo de proceder con ex-
no comentarios del terapeuta.
tremo cuidado para ayudar al paciente a sostener tal "inequívo-
ca diagnosis": "unos celos paranoicos con todos los aspectos Se trata, por lo tanto, de un trabajo complejo que, en el ca-
clásicos del carácter obsesivo de la homosexualidad latente, so del señor Baker, logró disminuir, en el paciente, "la intensidad
etc.", y su "inexorabilidad"; tanto, que agrega que "la construc- de los derivados del ello" e hizo crecer "el poder de control del
ción de un sistema paranoico es el trabajo de toda una vida". yo", pero que hace decir al propio Balint que "la estructura de
Una diagnosis tal era el fruto de la precisa "focalización" del base de la personalidad y la orientación acostumbrada de los
"sentimiento de culpa causado por el triunfo sobre sus rivales derivados del ello permanecían, sin embargo, ampliamente in-
del mismo sexo" (no se debe olvidar que el señor Baker era un mutados."
dirigente muy apreciado en su empresa), por lo cual, en este ca- Las resistencias del ello son, entonces, las últimas en ser de-
so, el objetivo secundario habría podido ser el siguiente: "po- rribadas; las modalidades del ello, efectivamente, cambian muy
nerlo en condiciones de encontrar en la transferencia un hom- difÍcilmente, y es el mismo Freud quien dice: "Donde está el ello,
bre con quien compartir a su esposa (símbólicamente)." En la está también el yo." El señor Baker obtuvo verdaderamente un
transferencia, es obvio, el hombre para compartir simbólica- gran provecho y beneficio a través de las sesiones con Balint. El
mente con la esposa habría sido el terapeuta. Punto focal éste paciente, desde ese momento en adelante, habría podido en-
que, según Balint, habría podido ser "usado como comienzo,,, frentar las propias crisis sin la internación en un hospital psiquiá-
pero que tal vez habría podido "ser también aceptado como te- trico, tanto que Balint anotó, al término de la terapia y después
rapia total". de varios años, junto a tantas otras consideraciones positivas:
Después del focus, como se puede notar, emerge la inevita- "Debemos agregar que, en el momento de escribir este epílogo,
ble "transferencia", como momento clave de todo el proceso te- a más de ocho años de haber finalizado, todas las noticias indi-
rapéutico, y en este sentido se entiende corno "experiencia can que la mejoría del señor Baker no sólo permaneció estable,
emotiva correctiva". sino que continuó." El concepto de curación que hemos here-
Desde una fase diagnóstica e inicial, a una fase central y a dado de la tradición médica se redimensiona: la diatriba, en
una fase final, todo el proceso terapéutico en tal sentido hay efecto, que Freud tuvo con respecto a sus colegas se debió se-
guramente a las modificaciones del concepto de curación. El

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padre del psicoanál¡sis pensó que era muy ¡mportante ayudar al Freud, Balint y Winnicott se encuentran, entonces, allí don-
paciente a vivir, como dice Winnicott, más bien que curarlo a to- de los aspectos masculino y femenino tienen que ver con la ac-
da costa, de un modo obstinado. tividad y con la pasividad: el señor Baker nutría dentro de síel
En el counse//ing contemporáneo, por cierto, se intenta miti- deseo de proponerse como pasivo, dando al otro la posibilidad
gar el sufrimiento, sin pretender por esto, de una manera omni- de activarse. Y eso alimentaba el deseo de que alguno pudiese,
potente y narcisista, cambiar "la estructura básica de la perso- finalmente, ocuparse de é1.
nalidad" de la persona en dificultades. De acuerdo con Malan y Por otra parte, es justamente Winnicott quien afirma que el
con Balint, que afirman que "es evidente que la terapia focal no niño modelo, o bien el falso se/f, tiene dos posibilidades para no
es indicada para todos los pacientes", se agrega, también, que desintegrarse en un nivel en extremo profundo: la primera con-
el counselling, en Io posible, tiene como característica funda- siste en defenderse detrás de la máscara del falso sell mientras
mental la de contener y resistir las dificultades, los problemas y la segunda reside en la convicción de ser el primero de la clase
las consecuencias de una "urgencia". y habitar sólo en el propio cerebro, sin vivir el resto del cuerpo.
Por este motivo, son necesarias la habilidad y la cautela del Pero nunca hay que olvidar, dice Winnicott, que precisamente el
"activo-terapeuta-arquero", que, consciente de sí mismo y, por falso se/f nutre la esperanza de que un día alguien pueda llevar
ende, del propio límite, no puede desconocer que "el tirador y el alaluz el verdadero se/f.
blanco ya no son dos cosas contrapuestas, sino una única rea-
lidad" (Herrigel, op. cif.). A veces, son los padres quienes llevan
al niño a la terapia para corregirlo; en realidad, el terapeuta pien-
sa en corregir a los padres y en comunicar que ser padres sig-
nifica equivocarse. Pero lo que cuenta es ayudar a los padres a
sentir que equivocarse no es catastrófico, porque ser padres no
significa ser padres ideales. La definición más simple de ser pa-
dres es que cualquier cosa que el progenitor haga es por defini-
ción equivocada: ésta es la base que constituye el buen vínculo
con el niño, porque es el niño mismo quien, de alguna manera y
gradualmente, puede pasar de la ilusión a la desilusión. La inter-
pretación es, por ende, uno de los puntos centrales del counse-
lling; no casualmente, Balint se detiene sobre el hecho de que el
paciente esté agradecido, y el señor Baker está agradecido por-
que Balint interpreta.
EI autor del caso Baker, tan erudito, refinado y profundo, es
el autor que ha cambiado la historia del vínculo médtco-pacien-
te y también el creador de variadas técnicas innovadoras de
fundamental importancia en el mundo; é1, en efecto, formó a
muchísimos médicos clínicos que, por algunos años, experi-
mentaron el counselling con sus pacientes. El caso Baker, en-
tonces, además de ser un caso histórico, es también un instru-
mento para los médicos. El concepto de curación se entiende,
por otra parte, en el sentido de hacerse cargo, preocuparse; o
bien de tener en la propia mente también las necesidades espe-
cíficas del paciente, comprendida la regresión. La "caja armóni-
ca" que amplifica, de la que habla Balint, no es otra cosa que la
madre suficientemente buena de Winnicott.

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Holding en una situación de emergencia impedía aceptar y sufrir la intervención. La situación era muy
alarmante, porque le habían dicho que podría morir. Estaba ten-
Gaia
sa, había reaccionado de un modo irracional, le habían dicho que
de Andreas Giannakoulas
era una histérica, y un doctor compatriota le dijo que, de no cam-
biar de postura y aceptar ser operada, podría tener después
He conservado mi vida en un susurro consecuencias graves, además de poner en riesgo la propia vi-
dentro del ilimitado silencio. da. Permaneció en silencio, mostrando signos de profunda preo-
cupación. "Parece que en mí no existe el instinto de superviven-
George Seferis cia", murmuró. En el fondo, no era la operación en sí lo que la
asustaba, sino la anestesia.
Dije que, sin embargo, me parecía que el instinto de supervi-
Muchas son las reflexiones que surgen de este caso emble- vencia había sido fuerte en ella, para impedirle relajarse, confiar
mático, que necesitaba esa disponibilidad y esa humildad nece- en otros y aceptar el riesgo de dormir. Me preguntaba también
sarias para poder lidiar con las exigencias particulares del caso si el hecho mismo de que ella comprendiera la gravedad del
y de la situación tan compleja y urgente. problema, pero tal vez fuera incapaz de accionar en consecuen-
Soy perfectamente consciente de la brevedad del encuentro cia, no intensificaba su angustia y los reproches hacia símisma.
clínico, de su intensidad más bien conmovedora y de su resul- De pronto, me miró, pareció aliviada y expresó una gran amar-
tado bastante satisfactorio, dada la situación de haber sido in- gura contra quienes la acusaban, haciéndola sentir culpable sin
terrumpido el proceso psicoterapéutico. comprenderla. Sin embargo, sus problemas, como ella dijo, "no
habían sido distintos de los demás niños de la clase pequeño-
Apremios circunstanciales habían contribuido a que "me
burguesa. De niña y de muchacha
ocupara", en Londres, más allá de cualquier "desconfianzale-
todo lo que necesitaba".
-dijo-, he tenido mucho,
rapéutica", de una mujer de treinta años, divorciada, con tres
niños, enferma de un tumor pulmonar, que rechazaba la inter- Al describir la fenomenología de cómo emprendíeste caso,
vención quirúrgica, la cual, sin embargo, era absolutamente ne- me doy cuenta de que, tal vez, ésta no hace justicia a una psi-
cesaria. La paciente ya se había escapado dos veces de la sa- codinámica inconsciente más profunda; pero espero que, me-
la de operaciones y su "compañero", padre de dos de sus hi- diante mi relato, se torne claro que una de las tareas clínicas
jos, la había dejado, acusándola de "hacer todas estas escenas fundamentales que debíaceptar desde el principio con esta pa-
sólo para castigarlo". ciente era la expresión y la exploración de sus realidades intrap-
síquicas. Era obvio que la transferencia no habría sido el idioma
La necesidad era imperiosa: el mismo cirujano también lo
de su comunicación total, dado que, como ya hemos visto, de-
solicitaba. Se trataba, realmente, de vida o muerte, por lo cual
bí incluil además de la presencia activa de su médlco cirujano
todas las estrategias terapéuticas no podían mantenerse o se-
y de varios llamados telefónicos de los demás, lo que me habían
guirse porque debían realizarse en el ámbito de una interven-
dicho antes de que la atendiera. De esto ella se dio cuenta
ción quirúrgica que requería un cierto sostén psicoterapéutico.
cuando hice mi primera intervención acerca de sus estados an-
siosos y de la realidad correspondiente, es decir, la intervención
La primera ses¡ón quirúrgica absolutamente necesaria.
Le pregunté por su infancia y sltenía dificultades para dor-
La mujer era bella, culta, inteligente y generalmente lúcida; mirse. Me respondió que en esos últimos días casi no dormía.
entró en mi estudio manteniendo una postura reticente y reser- Y después de un poco agregó que había crecido en casa de
vada. Comencé diciendo de un modo deliberadamente casual los abuelos, donde dormía sola y se adormecía sólo al ama-
que había sabido que estaba pasando días difíciles. Replicó necer.
que, no obstante tener que ser operada, algo dentro de ella le Sugerí que, tal vez, tenía miedo de dormirse de noche, en la

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oscuridad solitaria, y se sentía segura sólo cuando amanecía y Respondió: "Me siento culpable porque no quería a esta hi-
podía intuir y ver el mundo que se despertaba a su alrededor. Di- ja, pero ahora estoy mejor porque me he dedicado más a ella.
jo que los demás estaban en la misma casa y se despertaban Los demás no tienen problemas, son independientes, saben
temprano. Pregunté quiénes eran los otros, si eran sus padres. arreglárselas, pero la pequeña está muy aferrada a mí."
Pareció confusa. Murmuró: "Sí... No, porque mis padres esta- Sugerí que, probablemente, ahora estaba intentando, con un
ban separados y yo vivía con mis abuelos paternos. Mis padres excesivo apego, borrar el hecho de no haberla querido antes.
eran marxistas revolucionarios, mi padre estuvo preso hasta mi Sonrió diciendo que, hoy en día, eraala más pequeña a quien
adolescencia. También mi madre estaba comprometida políti- más quería y amaba. Repitió que no tenía problemas con los de-
camente y no estaba con nosotros." más niños, pero los extrañaba mucho a los tres, especialmente
En resumen, había crecido en lo de los abuelos ansiosos, sú- a la niña.
per protectores y encerrados en una soledad acentuada por la lntenté explorar esta conexión con el sentimiento de no ha-
muerte de dos de sus hijos. La madre la había abandonado a berse sentido querida en su infancia. Le pregunté si ese retirar-
esta custodia a la edad de tres meses, junto con un hermano un se sobre sí misma no sería un modo de evitar un sentimiento de
año mayor, que vivía en la misma casa, en otra habitación. Só- rechazo por parte de un ambiente que ella sentía lleno de pro-
lo a los doce años se había ido a vivir con el padre, descrito co- blemas y donde, quizá, ninguno estaba dispuesto a escucharla.
mo un hombre duro, incapaz de tolerancia y debilidades, pero Agregué que, tal vez, pudo haber sentido, con los abuelos ab-
considerado justo y recto. sortos en sus preocupaciones y en el duelo, el padre en prisión,
A los veinte años, había tenido un niño del primer marido. y la madre ausente y lejana, que no había lugar para los proble-
Pero un año después había encontrado al hombre con quien ha- mas de una niña. Hice una conexión entre su pasado, la situa-
bía vivido de ahíen más, un marxista también comprometido ción actual, y el aquíy ahora, refiriéndome naturalmente al sen-
políticamente. Lo llamaba "compañero" y no se atrevía a pedir- tirse, a causa del rechazo a operarse, rechazada, abandonada y
le que se casara, aunque se daba cuenta de que esto les traía acusada por todos, también por su compañero.
problemas a los hijos qr-re había tenido con é1. Él insistía en que Enseguida estuvo en condiciones de expresar desilusión y
los niños debían "crecer como marxistas". amargura, especialmente por su compañero, que la lrabía deja-
Dije que parecía imposible para ella pedir algo sin conside- do para irse a encontrar con una amiga en París, y por los de-
rar antes las necesidades de los demás, protegiéndolos a todos más, que la acusaban diciendo que, comportándose de aquel
de sus pedidos. Respondió que siempre había pensado que te- modo, no entendia las dificultades que creaba a toda la familia,
nía que resolver los propios problemas por sísola, que los de- a los niños dejados en casa, etc. Naturalmente, todo el repro-
más no habrían entendido sus preocupaciones. che subyacente, debido al ambiente primario familiar que tan
Contó que ya habÍa tenido una experiencia anterior con precozmente la había privado, desprovisto y expuesto a sufri-
anestesia. Estaba en estado avanzado de embarazo de la terce- mientos continuos, era todavía inalcanzable. Sólo al final de la
ra hija y habría querido abortar sin anestesia, pero el doctor se sesión dijo que el segundo marido de su madre era un hombre
rehusó. De modo que tuvo a la niña que, irónicamente, nació muy sensible y afectuoso, con quien podía hablar mucho, y no
bajo anestesia. No sabe por qué, pero se siente más ligada a es- sólo de política.
ta hija, qLre parece tener problemas mayores con respecto a los Aislaré ahora dos elementos de las dos sesiones sucesivas,
otros dos, que habian nacido naturalmente y ella había podidos en cuanto son importantes para la comprensión de los encuen-
verlos y tocarlos enseguida. tros en el hospital, que describiré detalladamente más adelan-
Dije que, tal vez, con la anestesia podía sentir la amenaza de te. El primero de estos elementos es su sentimiento de abando-
perder el control sobre el resto o de someterse a la dependen- no y enojo contra su compañero y padre de sus hijos que, con
cia total de los demás, sin poder controlar su rechazo o su un pretexto revolucionario, se había ido a encontrar en Francia
aceptación, para ella cruciales. Hice referencia, también, al ser con otra mujer, su antigua pasión. En la transferencia, sin em-
queridos o no, tenidos o abandonados. bargo, me daba también la impresión de que, de este modo, pa-

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ra ella, su compañero la dejaba también a mis cuidados, así co- setting similar al de mi estudio, es decir, con dos sillas alrededor
mo habían hecho los padres en su infancia con los abuelos. de una mesita. Noté que había aprehendido la necesidad de una
El segundo elemento es su creciente confianza en la situa- cierta privacy en la que podía estar a solas conmigo para comu-
ción terapéutica y en mí, cosa que la puso en condiciones de nicarse libremente.
confiarme algo que hasta entonces había ocultado a casi todos. Estaba muy preocupada. Tenía en la mano una muñequita,
Dos años y medio antes, había quedado nuevamente embara- que era una de sus primeras posesiones. La tenía en el regazo
zada de su compañero; sabiendo que él no quería al niño, ella con ambas manos, mientras decía con indiferencia: "También
igual había decidido tenerlo esta vez. Esto la llevó a aislarse de regresó Dino" (por primera vez, no lo llamó "compañero"). Habló
los demás y a disimular la preñez. Pudimos ver que ella ponía lentamente y con dificultad. Me informó que la hora establecida
en acto de este modo una situación que había quedado preca- para la operación era a las ocho y media del día siguiente a la
ria y no resuelta dentro de sí, recreando precisamente una mis- mañana, en lugar de las diez y media, como se había decidido
ma vivencia, un aislamiento, pero alavez un estado simbiótico anteriormente. Me pregunté si no estaría también preocupada,
con el feto que crecía en su vientre y a quien haría nacer para sin poderlo explicitar, por el hecho de que no me fuera posible
después tener que abandonarlo, inevitablemente. estar en el hospital a esa hora. Naturalmente, esto sólo podía
No puedo exponer en detalle la complejidad del material aumentar su ansiedad. Después, habló de una compatriota que
concerniente a la adopción, pero lo importante es que ella, al había venido a verla. Hacía cinco días, el mismo cirujano la ha-
parir, ya había encontrado una pareja dispuesta a adoptar al ni- bía operado del corazón y ya se había levantado y caminaba, y
ño. La repetición de la propia infancia era obvia; no obstante, lo dos días después regresaría a su casa. Había sido una opera-
más instructivo, para mí, fue su comentario de que el niño esta- ción mucho más grave de lo que se esperaba, y sin embargo, la
ba bien con la parqa, para la que significaba una bendición por señora había podido afrontarla, mientras que ella casi perdió la
enriquecerle la vida. Entonces, pude comenzar a entender có- razón cuando le dijeron que la intervención sería a las ocho y
mo esta mujer, con una infancia muy traumatizada, tenía en sí, media. "Quizá exagero", dijo, mientras sostenía con una mano
pese a todo, un núcleo de autoestima narcisista que la habÍa he- más apretada la muñeca y con la otra se tocaba con la punta del
cho capaz de sobrevivir a lo que se había hecho a sí misma, co- índice, cerca del área de la operación, eltórax.
mo a lo que tampoco le habían ahorrado los demás. Dije que parecía reprocharse el tener miedo y perder larazón
Para mí, fue provechoso aprender que no es necesario de- cediendo al pánico, y tal vez, me estaba mostrando que habría
jarse desviar por los efectos dañinos de los traumas infantiles, querido estar despierta para tenerse a sí misma con una mano
excluyendo lo que algunos niños dotados y afortunados pueden y operarse con la otra. Asintió, fijó la vista en la muñeca y co-
inventar y construir intrapsíquicamente en sí mismos y que lle- menzó a hacerla oscilar hasta que la posó boca abajo sobre su
va a su sentido de identidad. vientre.
En estas tres sgsiones, intentamos elaborar sus agudas an- lnterpreté su deseo de escapar de un mundo que le infundía
siedades fóbicas acerca de la internación en el hospital y el su- miedo, en el regazo de su madre. lnmediatamente, posó la mu-
ministro de la anestesia. ñeca sobre Ia mesita de luz. Dijo que recientemente había soña-
do que estaba en su casa, cuando era niña. Permaneció absor-
ta en un prolongado silencio, retirada en sí misma. Después
La sesión en el hospital continuó recordando que, en el sueño, la madre la amenazaba
con un cuchillo, mientras ella intentaba escapar. En este punto
La sesión a la que me referiré ahora tuvo lugar en el ambien- del sueño, se había despertado porque la madre la Ilamaba des-
te del hospital, el día anterior a la intervención. Estuvimos de de Argentina. lntenté conectar mi interpretación de su deseo de
acuerdo en tener un encuentro en el hospital, y cuando fui a ver- regresar al vientre de la madre para salvarse del peligro de la
la encontré en su habitación también a su compañero, con otro operación, con el sueño en el que ella había reaccionado rápi-
amigo. Apenas me vio, ella misma los hizo salir y organizó un damente, mostrando que para ella no eran una garantía de sal-
vación ni el vientre de su madre ni la anestesia.

246 247
Es importante notar aquí que para ella era menos penoso y fin de prepararse para la operación tan temida; aunque estaban
peligroso contenerse a sí misma que afrontar el mundo externo, bastante presentes los mecanismos de escisión y varios aspec-
donde encontraba que no podía manipular eficazmente meca- tos paranoicos, como la madre del sueño con el cuchillo. Este
nismos fóbicos y paranoides. traslado del uso de mecanismos fóbicos y paranoides a la inter-
Quisiera hacer aquí un breve comentario. Como se sabe, si nalización de objetos buenos para afrontar la realidad era para
la posición depresiva (Klein, 1940) no se obtiene con eficacia a ella algo igualmente nuevo.
través del proceso evolutivo, que conduce a la fundación de un Aceptó rni interpretación y pudo expresar el temor de no
mundo interno estable, Io que se pone en acto en la vida adul- arreglárselas tampoco esta vez, por el pánico, aunque me habÍa
ta es la regresión a la posición paranoica. Desafortunadamente, esperado y había podido hablarme con calma. En definitiva,
en ciertos clirnas políticos, la realidad social puede adaptarse sentía siempre la necesidad de vestirse y huir. Como estábamos
igualmente, con demasiada facilidad, a las proyecciones subje- altérmino de la sesión, dije que tal vez habría querido irse con-
tivas persecutorias. Esto, por cierto, era verdad para ella. El pro- migo, dejando el peligro a sus espaldas. Sonrió y dijo: "Ojalá,
blema clínico era que una mitigación lmprevista del éxito de es- pero ahora sé que debo quedarme."
tos mecanismos psíquicos patógenos podía llevar a la erupción Concluiré brevemente descrlbiendo el encuentro siguiente,
de un tipo psicótico de ansiedad, que ella había experimentado cuando la acompañé a la operación, por su rueEo, pero también
cuando le habían comunicado un pequeño detalle, como el a solicitud del médico y del cirujano, que lo consideraban nece-
cambio de la hora de la operación y mi posible ausencia. sario para que la paciente no se precipitara en un estado de pá-
Regresando a la sesión, me dijo que su madre se había ofre- nico demasiado agudo.
cido para venir para la operación y que ella se había rehusado. A las ocho y media de la mañana, me encontré con la pa-
Observé que se estaba cuidando a sí misma, utilizándome na- ciente, que me esperaba en la calnilla, en un estado de grave
turalmente como un yo auxiliar, pero que la reelaboración de sus ansiedad. lVe dijo enseguida que no había podido dormir en to-
defensas de modo de incluir a la madre como objeto bueno era da la noche, que había tenido taquicardia, fiebre, y que necesi-
algo que, en este nivel, no podía considerarse. lVe daba cuenta taba posponer la operación. En tanto, habíamos llegado a la sa-
de que, rechazando a la madre y la ayuda materna, florecía in- la de operaciones, con el enfermero que empujaba la camilla;
conscientemente la pretensión de que yo me ocupase de ella ella tenía con una mano la muñeca y con la otra pidió tener mi
durante esta fase, esperando probablemente un ofrecimiento mano e insistió para que el equipo rne esperase mientras me
de mi parte de estar para la operación. No se lo dije porque que- ponía la camisa quirúrgica. En la sala de operaciones, cuando el
ría ver cómo cristalizaba en ella la propia conciencia psíquica de grupo de los anestesistas se le aproximó pidiéndole que pusie-
la nueva experiencia, de cuya realización estaba asumiendo el ra la mano para la inyección, mostró claros signos de pánico, im-
riesgo. Esto se confirmó cuando, hablándome todavía de la pro- plorando al doctor que esperase y pidiendo, al mismo tiempo,
posición de su madre de venir, comenzó a llorar. Estas expresio- como una niña aterrorizada, mi ayuda para qLle intercediera.
nes emotivas eran insólitas en ella. Cuando uno de los asistentes comenzó a sujetarle la nrano
Me contó también un sueño en el cual sus tías, hermanas de para que la dejara quieta, sus resistencias y su terror aumenta-
la madre, emergían como objetos buenos en su vida infantil. En ron, y se volvieron enormes cuando el jefe del equipo de anes-
otro sueño, ya había sido operada y me estaba diciendo que tesistas se acercó para ponerle la inyección. Sin dejar nli mano,
sentía los dedos entumecidos, y yo la alentaba diciéndole que intentaba detener la aguja que se acercaba. Esto duró un poco,
era sólo un efecto pasajero de la anestesia. mientras, a la vez, intentaba hablarme y darme explicaciones.
lnterpreté su deseo de mi presencia y le dije que, tal vez, ella En los intervalos de quietud, emergían elementos no sólo per-
quería que yo la tranquilizara, como en el sueño, que la asistie- secutorios, sino también paranoides: "¿Se están mofando de
ra para permitirle que se durmiese y que, cuando ella desperta- mí?" Sólo cuando comprendí su terror de ser anestesiada por la
ra, yo estuviera allí. Esto me incitaba a notar que ella estaba in- fuerza, pedí qr"re dejaran de sujetarle la muñeca, y la tuve yo,
ternalizando objetos buenos, y evidentemente también a mí, a mientras le hablaba, tranquilizándola.

248 249
No pude dejar de notar cómo se veía sobre la camilla, y me
recordó el modo en que había asido su muñeca contra el vien-
tre. Se durmió sin dificultad mientras le sostenía las manos, y
ella me pedía que estuviera allícuando despertara (Giannakou-
las, en AA. W., 1982).

Tercera parte

El counsellrng psicodinámico
en la ejemplificación de algunos
casos clínicos

250
EI secreto

Los corazones humanos, /as rosas y los violines,


también e//os esconden secretos..-

Jaroslav Seifert

"Secreto" viene del latín "secrefum", que es el parlicipio pa-


sado de "secernere", cuyo significado originario es "poner a un
lado", compuesto por "se", que indica separación, y "cernere",
separar.
Los secretos de base son los concernientes a los orígenes y
al destino de la vida. Se trata de temas que evocan el enigma de
la Esfinge, es decir, la escena primaria, el nacimiento y la muerte.
Puede parecer paradójico, pero el individuo humano no
puede vivir sin secretos. No tener secretos significa no tener
una vida propia, con los propios pensamientos, la propias fan-
tasías, impregnadas de un mundo afectivo, emotivo e instinti-
vo. El sentido del derecho al secreto es un hecho fundante pa-
ra el individuo.
En algunas culturas, de hecho, se confiere un valor particu-
lar a los secretos. Un espacio interno privado del individuo se
considera necesario para que éste pueda afrontar las presiones
afectivas, emotivas e instintivas en el seno de la familia. En es-
te ámbito, los secretos se respetan y son considerados positi-
vamente por el ambiente circundante.
Phyllis Greenacre (1960, vol. 1, pp. 190-191) ha subrayado
que es posible seguir el desarrollo de la capacidad del niño pa-
ra conservar los secretos familiares como elemento indicativo
de los procesos de separación e individuación, de los progresos
de la percepción de la realídad, de la formación de los límites
entre realidad y fantasía.
El espacio potencial es un término general que Winnicott
usó para referirse al área intermedia de experiencia que se en-
cuentra entre realidad y fantasía, entre madre e hijo. "El espa-
cio potencial... es el área hipotética que existe (aunque puede
no existir) entre un niño y el objeto (madre o parle de la madre)
durante la fase del repudio del objeto .;omo no-yo, es decir,
cuando termina el estar fusionado con el objeto" (Winnicott,
1971, p.184).

253
El concepto de espacio potencial permitió a Winnicott explo- Como señaláramos en otra parte, en situaciones de patolo-
gía familiar grave, el tener que manejar algunas identificaciones
rar las implicancias deldesarrollo norrnaly patológico, de la ca-
pacidad de simbolizar y de la construcción de la subjetividad' Si perturbadoras (alcoholismo, agresividad, perversión) y relacio-
bien el espacio potencial se origina en un espacio físico y men- nes familiares patológicas colusorias (exceso de excitación, vio-
tal (potencial) entre madre e hijo, sucesivamente, en el curso del lencia, aspectos sadomasoquistas, depresiones, etc.) puede
desarrollo normal, se torna posible para el infante, el niño o el llevar al niño a una vida secreta con una organización patológi-
adulto desarrollar la propia capacidad de generar el espacio po- ca, en la cual se utilizan defensas arcaicas y desproporcionadas
tencial. Esta capacidad encamina una serie de procesos y de de denegación, disociación y escisión, seudosublimaciones o
actividades psicológicas propias y privadas, organizadas y or- formaciones reactivas organizadas que interfieren máximamen-
ganizadoras, que permiten al individuo poder estar y encontrar- te en los procesos de maduración y estructuran un self escon-
se cómodamente, "solo en presencla de los otros". dido alienado y patológico. El secreto, entonces, lleva al aisla-
miento y cultiva en el niño o en el adolescente una postura de
Se podría entender la capacidad de estar solos en presencia
exilio interno dentro de la familia y la sociedad a la que pertene-
de los otros, de la que hablaba Winnicott, también como la ca-
ce y en la cual vive.
pacidad de estar con los demás aun teniendo los propios secre-
tos, sin sentir que éstos constituyen un elemento de aislamien-
to enaienante. La infidelidad. Dilecta
Khan afirmaba que el espacio potencial que mantenía el se-
creto era necesario para que el niño pudiese construir y conser- Emblemático es el caso de Dilecta, una niña de ocho años
var una "tradición" privada de su se/f en crecimiento y madura- que presentaba síntomas graves, aunque no era una niña psi-
ción. También desde el punto de vista clínico, según la tradición cótica.
independiente, se respeta y conserva el espacio privado y po- Dilecta evidenciaba problemas de socialización, negativis-
tencial. mo, con aspectos regresivos muy pronunciados, como la an-
lntrusiones ambientales masivas pueden hacer degenerar el gustia de separación de la madre, rechazo a ir a la escuela, y
espacio privado en oposición y reticencia. En este caso, la fun- síntomas de enuresis y encopresis secundaria.
ción de la reticencia no es sólo proteger else/f de las demandas La encopresis, o bien el ensuciar con las heces, es un hecho
y las invasiones ambientales que el yo en desarrollo, todavía decididamente antisocial y, por ello, requiere una atención es-
muy vulnerable, no podría tolerar; en un nivel más simple, los pecial del entorno, sobre todo por parte de padres y docentes.
comportamientos negativos pueden interpretarse como estra- Se asocia, a menudo, con la vergüenza, tanto por parte de los
tegia de oposiciÓn, es decir, como la posición más enfática del familiares como por parte del propio niño.
niño contra la anulación.
Algunos autores han subrayado que la encopresis tiene que
En realidad, Winnicott fue uno de los primeros psicoanalis-
ver con compodamientos de los padres, mientras otros sostie-
tas que subrayó la importancia del inconsciente de la madre en nen que está directamente relacionada con estados emotivos
el desarrollo del niño y cómo esto puede invadir la psiquis in fie- perturbados de los mismos progenitores.
ri, tanto como para enajenar al niño del sentido propio delse/f'
Según nuestra experiencia, los estados colusorios patológi-
Algunos niños, en efecto, sienten que sólo pueden existir re-
cos de los padres pueden determinar varios síntomas de orden
tirándose a una vida totalmente oculta, gracias a la organización psicosomático, y sobre todo perturbaciones como la enuresis y
de un "falso se/f'. En palabras de Winnicott, el falso se/f, enten- la encopresis.
dido como una reticencia a existir, esconde y protege al verda-
dero se/f, adaptándose y alineándose a los requerimientos am- La mayor parte de los niños mantienen "el síntoma secreto"
bientales y, en el fondo, creado como medida de protección, es
y se toman su tiempo para "confesarlo". En general, utilizan
decir, como defensa contra la explotación y el aniquilamiento subtedugios elaborados, escondiendo las heces o su indumen-
del verdadero se/f. taria, metiéndolas dentro de bolsas, cajones, armarios, etc.

255
Generalmente, mediante estos síntomas, los niños encuen- da uno los vive por sí solo y los mantiene custodiados herméti-
tran tanto el modo de esconderse como de "ausentarse" de un camente dentro de sí, sin confesarlos jamás a los otros.
entorno familiar conflictivo y trar.rmático: a través del síntoma,
El relato, en el "aquíy ahora", como también en su vida fa-
disocian una parte propia con todas las fantasías conectadas.
miliar, evidenciaba aperturas hacia el exterior, pero era, al mis-
De ese modo, vuelven también escindidas y "ausentes" algunas
mo tiempo, opaco, resistente a cualquier ínmediatez y a la com-
experiencias personales, manteniendo un propio se/f secreto. prensión del otro. Por lo común, en estos casos, se conservan
Descubrir y evaluar los síntomas de este género, por lo común,
áreas arcanas de importancia enigmática pero intransigentes,
además de difícil, puede resultar una tarea clínica compleja y
casi como una Esfinge.
delicada.
Las metáforas son raras y, cuando aparecen, se manifiestan
Los padres de Dilecta se encontraron en lo del analista para
en un estado de vitalidad corroída. El idiomatismo verbal, en la
un counselling, mientras una psicoterapeuta se ocupaba de Di-
pareja, estructurado por el secreto, generalmente arrastra una
lecta en términos diagnósticos.
carga afectiva subyacente importante pero escondida, nunca
La pareja daba la impresión de pertenecer a dos mundos to- declarada; no obstante, como es posible observar en los Seis
talmente extraños y distintos, tanto en términos culturales co- personajes en busca de autor, de Pirandello, la pareja llevaba a
mo personales, con una evidente falta de afecto, estima y reci- la transferencia también un pedido revelador reiterado, casi co-
procidad. Con mucho candor, ambos declararon sus diferencias mo una necesidad catártica.
de origen, tradición y cultura.
Naturalmente, seguía siendo crucial la pregunta: ¿qué pue-
Ella, unos años mayor que é1, de origen francés, no lograba de significar, en la experiencia concreta del niño, un lenguaje
comprender nada del mundo tremendamente popular y romano formal manipulado, que puede generar un sentido de impene-
de é1, asÍcomo él no entendía nada del mundo tan lejano y so- trabilidad, de indecisión y de enigma perpetuo?
fisticado de ella.
En el proceso del counselling y en la transferencia, el analis-
La mujer reveló un cierto refinamiento y pertenencia a un ta se vuelve gradualmente deposítario de las vivencias de ellos,
mundo erudito y de clase eievada, con grandes conflictos, trai- y contenedor de sus secretos.
ciones, promiscuidad e incestos familiares, pero también con
Se habían encontrado casualmente; ambos salían de desilu-
idealizaciones, expectativas, fracasos y desilusiones continuas.
siones amorosas intensas e irresueltas. Con obvias connotacio-
El hombre provenía de una familia modesta; siendo aún un nes edípicas, ella había tenido una profunda crisis cuando su
niño, su padre se marchó un día de la casa sin dejar huellas, mo- amante le habÍa dicho que no tenía la más mínima intención de
tivo que lo llevó a vivir con una hermana mayor y la mamá en la separarse de su mujer. Ella había cambiado de lugar de trabajo,
casa del abuelo materno, que no quería ni oír hablar del padre actividad y país, y había dicho sía un matrimonio no sentido.
que los había abandonado repentinamente. Sólo después de También él estaba enamoradísimo de una muchacha, muy ape-
muchos años, en su adolescencia tardía, a escondidas, comen- gada al propio padre y que no quería separarse de su familia,
zó a buscar al padre, que se había establecido en otra ciudad. contraria a un matrimonio con é1, que todavía estaba sin traba-
Lo encontró en la nueva familia: vivÍa con una mujer y las tres hi- jo. Con mucha soledad, ambos se habían dedicado al trabajo,
jas de ella, que lo llamaban papá. obteniendo grandes éxitos y reconocimiento profesional.
Pero su padre lo presentó a varios amigos como si fuese un Por alguna razón, su encuentro había estimulado sentimien-
sobrino, como si quisiese esconder a los demás que é1, que lle- tos de esperanza y excitación. Parece que con su matrimonio
vaba el mismo apellido, era su hijo: se sintió rechazado, triste, hubieran intentado corregir sus respectivas desilusiones, pero
desilusionado y humillado. Se marchó y desde entonces no vol- sin éxito alguno.
vió a ver más a su padre.
Reviendo al otro, admitió ella, había reconocido toda la ver-
La presencia de una superposición de secretos es caracte- dad, que mantenía secretamente en su interior. "He sentido co-
rística en estos casos. En tal situación, llama también la aten- mo si una línea de comunicación hacia el amor y los sentimien-
ción el hecho de que, pese a que los secretos son invasivos, ca- tos de algunos años atrás se hubiera restaurado de improviso,

256 257
después de haber estado largo tiempo interrumpida. Luego de I mientras ella organizaba una simbiosis focal con la niña,
un período de abatimiento y apatía, reparaba con alegría en é1, con la excusa del trabajo, se volvía fundamentalmente bíga-
que todavía eracapaz de locura e idealismo", dijo ella con ai- mo, dado que la exnovia, ya con el consentimiento de los pa-
re erudito y liberal. É1, con mucho desprecio, replicó: "Para dres, convivía con él algunos días de la semana, en el departa-
una mente como la mía, una vez abierta la sospecha, bastaron mento adyacente y comunicante con la propia familia.
unos días para que descubriera el secreto. A fuerza de inves- En tanto, Dilecta comenzó la terapia; acordaron que no asis-
tigaciones asiduas, descubrí que ella había tenido un enredo tirÍa a la escuela por el resto de ese año. Sus relatos y el mate-
con su examante, como si nunca nos hubiéramos encontrado rial de juego revefaron la presencia de una gemela imagínaria.
y casado." Dándose casi siempre a una extravagancia o a un juego absor-
Paradójicamente, mientras ellos en la sesión se preguntaban bente y casi absoluto con la gemela, como si soñase con los
"quién había traicionado a quién", afirmaban que su historia no ojos abiertos, gradualmente olvidó las cosas a su alrededor, no
era esencialmente una historia de celos. Ella recalcaba que ce- vio ni oyó nada más cerca de ella, no quería que la interrumpie-
/os era una palabra que no usaría con respecto a é1, quien res- ran... Dilecta creyó que su ilusión era realidad.
pondía igualmente que no se sentía celoso de ella, pese a las Es importante clínicamente tener presente la diferencia entre
"asiduas investigaciones" para descubrir el secreto. fantasear y fantasías rumiantes (fantasying), es decir, el sueño
Los secretos que él intentaba descubrir en la historia de con los ojos abiertos.
amor de ella estaban Iigados, según é1, ala disconformidad res- Winnicott (1971)nos ofrece una aporte originalacerca delreti-
pecto de lo que él esperaba de una mujer: el pasado de su es- roy lavida secreta y disociada del sueño con los ojos abierlos: "El
posa era incompatible con las propias referencias internas. "El sueño se modela en las relaciones objetales en el mundo real, y vi-
problema no es sexual y emotivo", afirmó, reconociendo lo ab- viendo en el mundo real se modela en el mundo del sueño en mo-
surdo que era suponer que ella habría podido cambiar el estilo dos que nos son bastante familiares, especialmente a los psicoa-
de vida sólo por él; es decir, ser como la mamá o como la exno- nalistas. En contraste, sin embargo, el fantasear permanece como
via, que lo esperaba siempre sin pretensiones. un fenómeno aislado que absorbe energía, pero no contribuye ni
Lo impofiante para ellos era que reconocían que ninguno ha- al soñar ni al vivir... La inaccesibilidad del fantasear está asociada
bría podido regir el pasado del otro; pero no lograban compren- con la disociación, más que con la represión... Se observará que
der por qué había aumentado la maldad de un modo tan terri- es operativo un factor temporal distinto según si ella está fanta-
ble entre ellos. seando o imaginando. En el fantasear, aquello que sucede, suce-
de inmediatamente, salvo aquello que no sucede, en absoluto..."
No lograban tampoco explicar cómo justo en aquel período
ella quedó embarazada del marido; sin embargo, con la preñez Dilecta vivía, en verdad, totalmente en sus fantasías, sobre la
avanzada, supo que también la exnovia, desde algunos meses base de una actividad mental disociada.
antes, esperaba un hijo de é1. Ella, en un primer momento, pen- En una sesión de pareja, él contó que, a veces, llevaba a las
só en abortar y separarse, pero después se arrepintió. Decidie- dos niñas juntas y que tenía siempre consigo fotografías en las
ron tener al hijo, pero con la promesa de mantener secreta la cuales las tenía en brazos simultáneamente. Había dejado de
presencia del otro hijo. Un verdadero pacto. hacerlas encontrar, aproximadamente, a los dos o tres años, o
La complicidad, entonces, se organizaba y se expresaba en talvez algún año después.
afectos, pero también con los hechos. Las palabras que usaban Era evidente, entonces, que ambos usaban el secreto en to-
entre elios y con los demás servÍan para mantener el secreto, in- dos los aspectos del beneficio prímario y el secundario. Ellos,
terfiriendo en las áreas de intercarnbio recíproco y genuino. en efecto, tenían terror a que, si hubieran revelado el secreto a
El resultado final para ambos fue una violenta destructividad. la niña, no habría habido más motivo para seguir viviendo jun-
En realidad, cada uno buscaba y procuraba proteger a la niña tos. Ella habría perdido todo su poder sobre él y, sobre todo, ha-
de la violencia que circulaba entre ellos, pero al final, natural- brian perdido el control recíproco, obtenido a través del aspec-
mente, tanta hostilidad se manifestó igual. to persecutorio del secreto.

258 259
Dado que, por estos y otros motivos, como los sentimierrtos examinándolos más de cerca, podría no ser fácil establecer si
de culpa, rabia, celos, así como las fantasías de muerte, la pér- es el hecho o la fantasía lo que produce este poder. Podría,
dida, el daño y las recíprocas proyecciones masivas, muy pre- efectivamente, ser un hecho verdadero mantenido en secreto,
sentes, se tornaba extremadamente riesgoso revelar el secreto pero también podrían ser las fantasías conexas las que determi-
a la niña, sin contener y ayudar a los padres, se llegó a la con- naran el comportamiento familiar.
clusión de convertir el counselling en veinte sesiones de terapia El secreto completo que rodeaba a los padres resonaba por
de pareja, mientras la niña continuaba su psicoterapia. En estas la exclusión de los hombres de su vida familiar, asícomo pode-
veinte sesiones de psicoterapia, los padres pudieron comunicar mos notar en Pinkus, Dare, Geenacre, Jung, Laing y otros.
el secreto a la hija, y afrontar varios conflictos y tensiones emer- La extraordinaria capacidad de los niños para captar los hu-
gentes; y, sobre todo, comenzar una verdadera elaboración de mores y los sentimientos más profundos de los padres y su so-
varios secretos centrales y satélites, normales y patológicos. licitud para responder a las actitudes de los padres, a menudo
Mientras tanto, la niña había dejado de padecer enuresis y en- contradictorias, irracionales e insostenibles, son bien destaca-
copresis, lo que le permitía acercarse a los otros y no permanecer das. Pueden hasta sacrificar las propias necesidades y los pro-
aislada. La terapia siguió adelante, y la hermana imaginaria se vol- pios intereses para responder a las exigencias más disparata-
vió cada vez más una parte compartida entre la niña y su terapeu- das, pero también dedicarse a causas que podrían servir a los
ta. La niña se encontró con la hermana. Después de una primera fines de los padres mismos, más que a los propios.
fase maníaca, hubo un largo período de rivalidad, celos, envidia y El concepto de lealtad de Boszormenyi-Nagy evoca el poder
depresión, sin los síntomas regresivos malignos precedentes. En y el amor positivo que lleva a los niños a responder a las com-
la escuela, Dilecta se volvió muy buena alumna, con un excelen- plejas necesidades, propósitos y expectativas de los padres.
te rendimiento escolar. La alternancia del tratamiento pudo facili-
Es bien conocida entre los clínicos la importancia de la in-
tar la comprensión del secreto y, sobre todo, la posibilidad de fluencia de los secretos en la vida de las familias, especialmen-
ocuparse de ese secreto.
te de aquéllos que algunos miembros de la familia conocen y
Con el pasar deltiempo la pareja se separó. Él se fue a vivir que otros o un miembro bien individualizado no deben saber.
solo en un departamento, con una habitación en común para las Viviendo naturalmente "conectados directamente con el in-
dos hijas, que hospedaba a menudo juntas. Finalmente, la es- consciente" de los padres, los niños pueden volverse precoz-
posa quiso cambiar de ciudad y regresar a París con Dilecta.
mente segregados, marginados, ofendidos en su inteligencia y
limitados en su crecimiento, en cuanto son excluidos de la inti-
Secretos de familia. Marcela midad personal que propone el secreto.
El secreto en familia puede volverse objeto del argumento
Cuando hablamos de secretos familiares, distinguimos entre especulativo y de la manipulación comunicativa que une y ex-
presa determinados elementos de la historia familiar, pero que
los que son reconocidos como hechos reales por un miembro
de la familia que los mantiene en secreto a los demás, y aque- esconde otros.
llos que no tienen tal fundamento efectivo, pero surgen de las Naturalmente, los aspectos fantasmales, los espectros, en la
fantasías. Puesto que también sin la presencia de eventos rea- vena de la comunicación del secreto, parecen tener su historia
Ies mantenidos secretos, sentimientos emergentes y resistentes específica.
en el tiempo, cuando en la familia deben afrontarse celos, riva- Cada historia, en realidad, no es otra cosa que una plurali-
lidad, amor y odio, se pueden producir fantasías que, si no se dad de historias, una cadena indefinida de sujetos, de los cua-
expresan, se vuelven secretas. les el último eslabón intenta ser, afanosamente, distinto del otro
Tales secretos podrían ser inconscientemente compartidos y autor de sí mismo. En la selva inquietante de las sombras, la
por padres e hijos, durante generaciones, y no es simple distin- transferencia requiere en el paciente la reescritura de la propia
guirlos del mito familiar. Ambos tipos de secreto pueden influen- historia, en algunos aspectos manifiesta y en otros, de algún
ciar intensamente la vida de los individuos y de toda la familia; modo y siempre, "secreta".

260 261
Las historias familiares, los tabÚes, las leyendas, las convic- La crisis de la adolescencia de Marcela planteó el desafío del
ciones, los valores y los vínculos que se vuelven determinantes secreto con todos los sentimientos penosos y repudiados por la
en la tradición del núcleo familiar podrían hasta institucionalizar- familia, la cual le había decretado un rol de niña perennemente
se en un sentido más o menos patológico y patologizante. En- incapaz, resarcida con cuidados súper protectores anacrónicos
tonces, todo cambio de orden familiar es experimentado como y sacrificios reparadores, para poder aliviar así el propio sentido
un peligro que amenaza diversos tabúes y sentinrientos, desde de culpa.
los más primitivos a los más penosos y prohibidos. Naturalmente, no sólo había sido institucionalizado el repu-
Notoriamente, el adolescente puede desafiar los distintos ta- dio, o bien la ausencia de sexo, sino también la enfermedad y el
búes y reproponer el repudiado o el disociado de los padres, papel del adolescente elegido. Para Marcela, por lo tanto, la ne-
que por lo común está en lugar de esa parte conflictiva no acep- cesidad de crecer y de encontrar la propia identidad estaba ab-
tada y rechazada hacia fuera del espacio familiar. Esta parte, solutamente ligada a la necesidad de infringir el mito y desafiar
unida al secreto, no es reconocida por la familia como propia, el enigma del secreto. Marcela extrajo mucho beneficio de un
sino atribuida a algún otro, hasta tener que crear una matriz so- counselling prolongado en el tiempo.
cial para sostener una creencia familiar institucionalizándola.
tr/ultiplicando las energías familiares y públicas para mantener
la apariencia de la normalidad, el desarrollo y las vivencias del El secreto y el ¡ncesto. Ana
niño y del adolescente pueden verse muy comprometidos.
lVlarcela era una muchacha de dieciséis años nacida con un Para poder presentar un modo personal de vida, el individuo
síndrome de focomelia, de leve entidad, en los miembros supe- humano, al principio, necesita que el ambiente respete su capa-
riores. La consulta fue pedida por los padres porque lVlarcela se cidad de asimilar las interferencias externas: si éstas superan el
oponía a todo, rechazaba la escuela y estaba horas delante del umbral de su tolerancia, él se ve obligado a defenderse conti-
espejo, mostrando excesivo interés por su imagen. Reciente- nuamente reaccionando, retirándose, confinándose o escon-
mente, habÍa comenzado a maquillarse y a tornarse más bella, diéndose.
pese al disgusto de los padres. La familia había reaccionado Si la interferencia en el espacio psíquico del niño es tan po-
violentamente a todo eso, aumentando los controles, prohibién- tente y prolongada que la continuidad del proceso de madura-
dole salir e imponiéndole que frecuentara sólo a muchachas ción está fracturada, se manifiestan entidades clínicas que van
menores que ella. de los estados apáticos más engañosos hasta la depresión o a
Enseguida después del nacimiento de Marcela, la pareja, estados psicóticos confusionales más evidentes, donde los lí-
que había tolerado hasta ese entonces las relaciones extracon- mites entre el paciente y el mundo externo cesan totalmente de
yugales del marido, se separÓ. El padre se fue a convivir con existir.
una mujer bastante libertina, pero al mismo tiempo hacía de to- N/luchas veces, las interferencias y las presiones ambientales
do para estar presente en familia; tanto, que todas las mañanas operan silenciosamente a través de la infancia, acumulándose
era él quien hacía las compras de la casa. hasta la adolescencia; son menos sólidas, pero más continuas
La madre de Marcela, una mujer de mediana edad, apare- y acumulativas. Sólo recientemente hemos comenzado a valo-
cía como completamente privada de feminidad. Parecía claro rar su entidad patológica; prácticamente, el ambiente no sólo
que la malformación congénita de la niña, la focomelia, había no reconoce las necesidades del niño, sino que ce marrera se-
provocado un sentimiento de culpa en la pareia de los proge- ductora lo manipula y le impone los propios vaiores.
nitores. que los había llevado al repudio de la sexualidad, con Generalmente, se solicita nuestra intervención por ias difi-
la actuación de un régimen asexuado y antierótico explícito' cultades derivadas de fracasos, usos y abusos del entorno, es-
Así, la atmósfera familiar, toda la infancia hasta la adolescen- pecialmente promiscuidad e incesto.
cia de lVlarcela, permaneció prodigiosamente ascética y mo- También, en otra parte, hemos mencionado el aporte funda-
jigata.
rnental de Ferenczi (1932), que plantea la cuestión de las graves

262 -Á'<
consecuencias con las que se puede encontrar un niño cuando Ana era una muchacha de dieciséis años, cuya madre esta-
un adulto interpreta su necesidad de ternura en clave erótica. ba enferma desde hacía cinco años, falleció cuando la pacien-
Esta confusión de lenguajes, según el autor, es la raíz de la se- te tdnía dos años. El padre, un peón, enseguida se había vuelto
ducción incestuosa. Si los niños son abusados en la fase de la a casar, abandonando y desinteresándose completamente de
ternura, sus fantasías se elevarán al nivel de la realidad, con Ia los hijos. Ana había transcurrido parte de su infancia sufriendo
consecuencia de estar obligados a un precoz surgirmiento del abusos sexuales del padre. La hermana de Ana, probablemen-
amor pasional, mezclado con un sentimiento de culpa. pero te abusada también, fue internada a la edad de once años en un
también, cuando "se le es impuesto un amor excesivo, o un ti- instituto religioso, adonde Ana se le unió después.
po distinto de amor con respecto al que ellos solícitan, las con- Las dos hermanas ya estaban alojadas en la misma habita-
secuencias pueden ser patógenas,'así como la frustración del ción cuando Ana tuvo el primer ataque confusional, probable-
amor...". mente con manifestaciones psicóticas.
Lo que Ferenczi descubrió en el ejemplo privilegiado de la Para Ana, había existido una cadena de cambios con res-
seducción es un proceso con consecuencias de largo alcance: pecto al entorno y a las figuras que se ocupaban de ella desde
la identificación con el agresor o, más bien, con su introyección. su nacimiento. A causa de la enfermedad de la madre, fue con-
Develar al analista el secreto de la seducción incestuosa a fiada por seis meses a una tía que poco tiempo después murió.
menudo crea la posibilidad de iluminar áreas escondidas y ocul- Regresada a su casa a la edad de dos años, perdió a la madre
tas, y sus patologías familiares colusorias. Comunicar vivencias y fue institucionalizada. Hubo sucesivos cambios hasta la edad
tan profundamente complicadas moviiiza núcleos esquizopara- de seis años, cuando Ana fue enviada al mismo instituto que la
noicos y atrnósferas dolorosamente persecutorias, con el senti- hermana mayor, con la cual estableció un buen vínculo. La en-
miento amargo deldesarraigo y de la soledad. fermedad y la separación de la hermana, a causa de la hospita-
lización, trastornaron literalmente a Ana, que estaba muy ligada
En un clima asÍ, florece y se alimenta ese sentimiento de cul-
pabilidad inasible y huidizo que induce a la evitación angustiosa a ella. Ana buscó desesperadamente recrear un vínculo similar
con una de las monjas, sor Leticia, a quien se aferró morbosa-
de un hipotético "juicio" terrible que se opone al relato explícito y
mente y con la cual parece se mantuvo relacionada por algún
a la narración desapegada. El secreto elaborado y de difÍcil ela-
tiempo, hasta que ésta fue sustituida por una serie de otras
boración crea distancias, confiictos, negaciones y, por lo general,
monjas hasta los últimos años.
actos auto y heterodestructivos. Y por esto Edipo, después de
haber desafiado a la enigmática Esfinge, custodio del secreto En el ínterin, se había vuelto a presentar su padre, con pro-
más grande de todos los secretos, con la revelación del incesto, bables comportamientos de abuso sexual, que Ana reveló con
se encontró frente a una inmensa desesperación: él acusó a su gran dificultad y turbación emotiva.
destino y a sí mismo. El dolor de Edipo es indescriptible: "¡eué Ana mostraba signos de grave ansiedad por sus cambios de
rniseríal ¡Qué horrorl ¿Dónde me marcharé? / ¿Y esta voz que me la pubertad y por su ciclo menstrual, que la hacÍan mujer; curio-
revolotea es la mía? / ¡Destino mío, en qué abismo has caído!" sidad e inquietud por cualquier cosa relativa al propio sexo y al
El devenir de Edipo se inscribe en un exilio y eso es en otra opuesto se transformaban en comportamientos compulsivos,
morada, en el lugar en el cual se desarrollaba la historia: su his- con ansiedades fóbico-obsesivas. Mostraba signos de pánico
toria sellada por el incesto. con excitación e inquietud cada vez que se encontraba con mu-
chachos adolescentes.
Grande es el vacío generado por la complicidad del secreto
del incesto, en el interior de la psiquis del niño. Dicho secreto, Para Ana, era imposible gobernar los cambios psicofísicos
en efecto, obliga a la necesidad de otros secretos, de otros va- de la adolescencia, hasta que llegó a la consulta por un episo-
cíos, determinando al infinito colusiones, complicidades, exclu- dio de despersonalización: parecía casi catatónica, alucinaba fi-
siones, persecuciones, culpabilidad, odios y soledades. guras masculinas que le hablaban y le tocaban los genitales,
parecía que sentía la persecución cuando señalaba enfermeda-
Por nuestra experiencia, el incesto a menudo se asocia a la
des corporales, y la angustia que la invadía era tal que le era im-
negación. El caso de Ana es ejemplar.

264 265
posible contenerse o ser contenida. Por esto, fue necesar¡a "Dígame, exactamente, ¿qué sintiÓ aquella noche del cuerpo de
también una internación en el lnstituto de Neuropsiquiatría ln- él?i Catalina no dio "una respuesta precisa"; sonrió "cohibida y
fantil. como sorprendida en falta, como una persona que debe admi-
En la fase aguda, la tendencia a somatizar era continua: pre- tir que se había llegado al fondo de la cuestión, por lo cual no
sentaba dificultades para levantar la cabeza y los párpados, al hay mucho más Para decir".
tragar, y como un rito escupía y volvía alragar la saliva. YenestepuntoFreudsedioCuentadequenopodíainsistir
Eri el pabellón, se mostraba complacida con cada visita del más con ella"
personal, desde los cuidados más simples a los exámenes de En otros términos, el "secreto", generalmente, no puede ser
laboratorio más copiosos. Le era suficiente que el personal se del todo develado, sino precisamente en sus "derivados", cuya
ocupase de ella: Ana inventaba necesidades propias o imitaba elaboración deja emerger los sentimientos; para el paciente' por
al personal cuidando de los otros. Se unía a todos creando de- otra parte, Ia extrema claridad podría equivaler a violencia'
pendencias que forzosamente la desilusionaban y la frustraban.
Yporestemotivosetorna,aveces,casinecesariotrabajar
Una vez establecido el vínculo bastante bueno y más estable sobre "derivados", y no sobre la "verdad" a toda costa' el aná'
con el psicoterapeuta del counselling, que continuaba atendién- lisis de los derivados permite "desconcretizar" el secreto de
dola en el pabellón, se mostró menos ansiosa mientras parecÍa modo de consentir al yo del paciente sostener conflictos muy
claramente necesitada del terapeuta para sentirse protegida de dolorosos: cuando el analista está frente al secreto, debe recor-
los cambios internos que su yo débil y traumatizado era incapaz dar que, tal vez, está delante de procesos esquizoparanoicos
de afrontar por sí solo. que son una defensa contra la depresiÓn.
A menudo, la dificultad de relacionarse con el paciente cerra- Elcounsetlingpuedeserellugarpsicoanalíticodirigidoala
do y retirado sobre si mismo desafía inevitablemente la empatía escucha del "secreto" y sus derivados, con el fin de explorar el
parroquial, honesta pero invasora, que trata de inducir al pacien-
contenido de las angustias que el secreto genera fatalmente en
te a "confesar". En nuestro criterio, creemos que deben respe- el interior del mundo psíquico del paciente'
tarse las dificultades asociadas con los secretos incestuosos.
Sostener a un paciente significa contener algo que traspase
los límites del secreto mismo que se sitúa al borde de un área
que la persona no desea conocel tanto para utilizar el secreto
como elemento defensivo contra estas mismas áreas.
Simplemente, a veces, en psicoterapia o durante un counse-
lling, se tiende a inducir al paciente a "confesar" secretos, no te-
niendo en cLrenta que los elementos esquizoparanoicos, que en
el interior de psiquis han estructurado el secreto, terminan por
impregnar todo el mundo del paciente mismo.
Por otra parte, como ya hemos observado en la segunda
parte de este trabajo, como escribe Freud cuando Catalina "hu-
bo terminado su confesión": "Ahora sé lo que ella pensó aque-
llavez cuando miró dentro de la habitación. Ella pensó: 'Ahora
hace con ésa lo que entonces de noche y las otras veces había
querido hacer conmigo'; y de esto sintió repugnancia, porque
se acordó de la impresión cuando se había despertado de no-
che sintiendo su cuerpo." Con firmeza, Freud, después de ha-
ber recordado a Catalina que ya era una "muchacha adulta", es-
tableciendo, así, una alianza con su yo más sólido, continuó:

266 267
Una mujer bellísíma garantice también una sucesiva elaboración de los contenidos
inconscientes reencontrados.
Y una mujer que sostená en su seno a un niño rogó: El.counselling para las parejas estériles, que por una serie
"Háblanos de los Hijos." compleja de motivaciones no admiten eldesarrollo de una psi-
Y él dijo: "Tuestros hijos no son vuestros hijos. coterapia de pareja, puede ser una ayuda efectiva, en esos mo-
Son /os hijos y las hijas del ardiente anhelo que, mentos extremadamente frustrantes. Freud, Klein, Winnicott,
en si misma, tiene la vida.,, Balint, [\/asud Khan representan sabemos- los puntos
-como
teóricos de referencia para la adquisición de un instrumento vá-
KahtilGibrán lido, ya familiar para los psicoanalistas y para los psicoterapeu-
tas, pero simultáneamente difícil, porque se estructura como un
momento en el seno del cual se debe buscar enseguida un pun-
Se trata de un counseiling de una pareja con difícultad para to de encuentro con el paciente..., y con "poco" hacer "mucho".
concebir. Las innovaciones tecnorógicas y ros progresos cilntí- Las resistencias hacia la fertilidad, por ejemplo, muchas veces
ficos, como, por ejemplo, las inseminaciones o la fecundación desmienten los conocimientos científicos de Ia ginecología.
asistida en el campo de la ginecología, se encuentran a rnenu_ Frente a una pareja con dificultad para concebir, ante, por
do desarmados frente a esos dericadísimos procesos incons- ejemplo, una paciente que probablemente controla el propio
cientes que prepotentemente interfieren con la concepcíón, cuerpo, no se puede generalizar, pero se debe "focalizar" el pro-
do_
minando a menudo la cuestión de las dificultades puiu qu" blema para poder ofrecer una ayuda válida para superar esa
,r,u
mujer conciba o conduzca hasta el fin su preñez. "desesperación total" que, como el pánico "sin dirección", aís-
se afirma, que en todos los casos, sobre todo en ra fase del la a la paciente de sí misma y de los demás, haciéndola frígida
counselling, que el holding, entendido como función de sostén y cada vez más "infértil". Los sufrimientos y la "desesperación"
del analista con respecto a las mujeres o a fas parejas que pre_ requieren, a menudo, la organización de defensas y resistencias
sentan este tipo de problema muy particular, debe basarse que terminan por volver ala pareja "infértil" muy vulnerable en
en Ia
discreción y en el absoruto respeto de aqueilas áreas sufrientes el plano psíquico.
conflictivas que no consienten que la vida se vuelva a generar, La dimensión delcounselling para las parejas con dificultad
al menos en el plano.biológico. Las parejas con dificultád para para concebir, dada la complejidad de las relaciones que se es-
concebir conocen más que otras el sentimiento frustrante tablecen y se desarrollan, debe poner al terapeuta en un estado
de ra
impotencia, de la herida narcisista, esa percepción especial de máxima consideración.
de
síque hace que no se advierta el ,,ser', un cuerpo, sino más bien
el tener o exhibir un cuerpo.
A ese propósito, puede ser interesante reflexionar sobre el
En este caso, el vínculo con el médico y el ginecólogo
es, a caso de "una mujer de extraordinaria belleza", casi unatop mo-
veces, difícil. La mujer, en efecto, a menudo puede sentirse
ata_ del, casada con un hombre de expresión enojada, de cabellos
cada con intervenciones continuas y generalmente desperso_
hirsutos como los de un puercospín, en absoluto contraste con
nalizadas. El equipo médico puetje privilegiar, alguna ve), más
la belleza de ella. Desde hacía mucho deseaban un hijo, pero no
un órgano con sus funciones parciales como aparato ginecoló_
lograban concebirlo, por lo cual su relación se había transfor-
gico que la persona en su totaridad, sobre todo si se trata
de mado en un territorio de acusaciones y de ofensas recíprocas;
una mujer con su§ vivencias, ya sea al hacerse mujer, esposa
o la atmósfera en su casa y en los encuentros terapéuticos era in-
madre' y sus vivencias de pareja, con los inevitables entreteji-
soportable. El amor dejaba, a menudo, lugar al odio; el deber
dos colusorios.
sustituía ya cada vez más el área lúdica del placer. La vida para
De aquí la necesidad de una ,,escucha', que permita un casi ellos se había vuelto carente de significado.
inmediato y válido aprovechamiento, por parte del paciente, Todo estaba dominado por la obsesión que la propia pareja
de
las intervenciones del psicoterapeuta, un aprovechamiento que jugaba alrededor de la frase "quíero un hijo".

268
269
motivaciones profundas de los "ataques", que sobre todo la
Ambos trabajaban; se conocían desde aproximadamente
"mujer bellísima" le dirigía, las agresiones que, en realidad, des-
diez años, eran vecinos; a los cuarenta años, habrÍan construido
tinaba al "esperma" del marido, haciendo que resultara, así,
su vida individual y de pareja, proyectando éxitos profesionales,
siempre estéril.
evidentemente utilizados como símbolo de resistencias com-
plejas al discurso profundo de los sentimientos. Pero, en un mo- La esposa, que había estado a su pesar en la sesión sólo por
mento dado, sintieron que querían un hijo. "deber", así como era, en definitiva, un "deber" hacer el amor
con el marido y compartir con él la alegría de vivir o el deseo de
La paciente que, talvez, defensivamente había preferido, de
tener un hijo, fue presa de una profundísima irritación y de una
manera atemporal, "tener" un cuerpo, probablemente comen-
firme voluntad inicial de no afrontar más el problema en el lugar
zabaa desear "ser" un cuerpo, una mujer que puede volverse
del counse//ing. Declaró, por lo tanto, que no quería regresar
mamá.
nunca más; pero, después de una ciefta vacilaciÓn, mirando al
Pero entre miedo y deseo se colocaba la problemática de marido, cambió de parecer y pidió, al final de la sesión, una nue-
esta pareja que "imaginaba" un hijo "imaginario", cuya efectiva va cita.
"realidad fÍsica" habria significado un nuevo "equilibrio" psico-
En el segundo encuentro, su comportamiento habÍa cam-
fÍsico de la pareja y,para cada uno de ellos, el nacimiento de
biado ligeramente, por cierto: llevaba una minifalda, cerraba las
un nuevo self, ya no inscripto en el registro como hijo, sino en
piernas, pero al mismo tiempo se tornaba seductora, invitando,
la dimensión más adulta de poder ser padre. El nacimiento del
con todo, tanto al marido como al analista, a tomar nota de su
nuevo ser, sin embargo, implicaba la reelaboración de partes
femineidad y, sobre todo, de su necesidad de crecer y de ser
infantiles y, por ende, también su pérdida. De aquí las extremas
mamá. Lentarnente, aparecían, en el horizonte, problemáticas
dificultades para contener las ansiedades de ambos y, al mis-
más profundas de la pareja. Afloraba también la angustia del
mo tiempo, la necesidad de transformar el counselling en un
marido con respecto a un nuevo nacimiento, porque éste esta-
holding de más larga duración.
ba, en su mente, asociado a una pérdida: la de su padre cuando
Cada uno tenía "su padre", a quien estaba ambivalentemen- todavía él era adolescente; por lo tanto, el eventual nacimien-
te ligado: él dependía de su madre, que muy joven había que- to de un hijo representaba un "hipotético" morirse, así como
dado viuda, y todavía se ocupaba, casi posesivamente, de su le había ocurrido a su padre. El hijo habría sido, entonces, el
vida; ella, a su vez, más que de su madre, estaba afectivamen- símbolo de un cambio en el interior del cual anidaba también
te muy cerca de su padre, perdido hacía algunos años y a quien la muerte.
había cuidado devotamente durante su larga enfermedad.
Se formaba un focus central, una escena sobre cuyo fondo
En la primera sesión de counselling, la pareja puso en acto se delineaba la imagen de una madre que se había dedicado
las leyes de ataque recíproco y de complejas defensas y resis- siempre a é1, tanto que su esposa decía que el marido "tenía
tencias en la transferencia. La feceptividad hacia el analista, así mucha madre" y que ella, en cambio, "poca madre", pero mu-
como hacia el esperma del marido, estaba totalmente ausente, cho padre.
cosa que de modo colusorio permitía que él continuara siendo
La madre, en efecto, se había ocupado siempre de la hija
el eterno niño de la propia madre. De aquí las dificultades del
mayor, y no de ella: celos y envidia, odio y amor se mezclaban,
analista para lograr que la pareja se hiciera metafóricamente
de este modo, en esta mujer, en busca desesperada de una ma-
"fértil".
dre que la aceptase y se ocupase totalmente de ella'
Convengamos que, en efecto, la infertilidad de la pareja no
Su vida, así, parecía colocarse entre la aceptación y el recha-
consiste tanto en la esterilidad biológica, como en su total inca-
zo, mientras ella se dedicaba a los otros con pasión y amor: a la
pacidad de poder compartir e intercambiar recíprocamente el
hermana menor, al padre; en definitiva, también, a su marido y
mundo instintivo, emotivo y afectivo.
a su trabajo. Pero, más allá de esta dedicación, como metáfora
Así, el analista se encontró con que tenía que elaborar y res- de un deseo más hondo, probablemente elde sentirse deseada
tituir a la pareja un primer focus que pudiese alumbrar las emo- por su madre, además de mirada por su padre, se erguía la fi-
ciones de la pareja, la transferencia y la contratransferencia, las

271
270
gura de una madre que, siempre somet¡da a su padre, había cónyuges, con mucho compromiso en la terapia, fueron capa-
pensado en abortarla... ces de elaborar el duelo y de concebir en lo sucesivo un niño,
Y entonces, con estas difíciles condiciones, es apremiante cuyo nacimiento volvió a la "mujer bellísima" menos espléndida
preguntarse si una mujer puede volverse madre si, en realidad, pero más maternal, mientras el cónyuge se permitía volverse
en el vínculo con la propia madre se agitan los fantasmas de una hombre, marido y padre, si bien manteniendo su profunda unión
vivencia tan persecutoria. y apego con la madre, aunque modificados.
Esta "mujer bellísima" rechazaba e invitaba, al mismo tiem-
po, al analista a ocuparse de ella, asÍcomo habría querido que,
en díversos aspectos, se hubieran comportado con ella ambos
padres: su ambivalencia hacia la concepción era obvia.
Este nuevo "focus central" constituía el núcleo de la inter-
vención del analista que, ahora, en la imperiosa dialéctica de
transferencia y contratransferencia, representaba la síntesis de
todos los componentes afectivos y emotivos de una mujer, cu-
ya vida había sido salvada por el médico. Llorando confesó que
su madre, en efecto, no la había abortado por consejo del mé-
dico y con la esperanza de que fuese un varón.
El sentido de sostén y de holding en la elaboración de algu-
nos conflictos permitió a la paciente quedar encinta; sin embar-
go, comenzó a no dormir bien y a pensar siempre en los niños
(eran gemelos) en su vientre, deciarando asísu ambrvalencia y
su profunda ansiedad hacia la maternidad; su marido, en cam-
bio, muy conmovido por el acontecimiento, y sin más angustia
de muerte, dormía más, finalmente, como si el "encinto" fuera é1.
El analista envió a la pareja a otros terapeutas para un ade-
cuado sostén durante la preñez y para la elaboración necesaria
de aquellos aspectos colusorios que interferían masivamente y
hacían muy difícil el pasaje a la paternidad. La femineidad y la
maternidad son experiencias específicas en el mundo de la mu-
jer, que en el ámbito de la reciprocidad conyugal hacen igual-
mente presente el mundo masculino y paterno del otro. Esto
constituye el signo de la existencia de la complejidad en los vín-
culos humanos, en los cuales confluyen infinitas variables.
En la psicoterapia del counselling, el paciente se ve a menu-
do, como esta pareja, inconsolable al encontrar objetos odiados
y amados, conflictos y pérdidas insoportables en la propia vida,
con la necesidad de integrar aspectos, propios y del otro, expul-
sados, alienados y disociados.
Para concluir, los terapeutas a los cuales les habÍa sido en-
viada la pareja, seguidamente, refirieron que la paciente, que
había quedado preñada durante el período del caunselling, ha-
bía perdido el embarazo entre el segundo y el tercer mes. Los

272 273
I

Cecilia puede generar un mínimo sentido de seguridad, como para


permitir la integración de afectos diversos. El counselling, en
realidad, es el lugar en el seno del cual el adolescente o, en ge-
lVlaravil I ada ante todo,
neral, el paciente debería poder, al menos en parte, verbalizar
sin asombrarse de nada,
los motivos del conflicto: éste es el terreno sobre el cual el ana-
una niña cantaba
lista, seguidamente, acordando con el paciente, podrá lrabajar.
si gu iendo /as estaciones,
La "maravilla sin estupor" del adolescente en camino está, evi-
siguiendo su camino.
dentemente, sostenida por un mecanismo de defensa que per-
Jacques Préveft mite al sujeto contener la angustia que inevitablemente puede
manifestarse durante el recorrido del adolescente en un mundo
que de improviso le aparece extraño. Y es en esta "extrañeza"
del objeto donde se inscribe aquella primitiva "señal de angus-
Jacques Prévert narra los eventos cotidianos de ese juego tia" que evoca, de algún modo, la llamada crisis del octavo mes
de sentimientos que entran en los términos de la asÍ llamada descripta por Spitz, según la cual "el niño experimenta un te-
"normalidad". Se trata casi de un lenguaje hablado entre las pa- mor, que parece rozar, a veces, el espanto, frente a la pi"esencia
redes de una habitación cualquiera, en aquel lugar, es decir, de un extraño" (Croce, 1990). Pero es Sam All quien con más
donde nace y se estructura un léxico deltodo particular; el ám- precisión esclarece que el niño experimenta la angustia, no ya
bito simbólico que reviste a las personas simples, el Único a tra- por causa de una falta (la madre), sino por causa "de la irrupción
vés del cual ellas se conocen y se reconocen. winnicott escri- de un rostro extraño" en el contexto de su ambiente familiar.
be: "La pubertad puede ser tanto un alivio como un fenómeno Ya no es, entonces, tanto "la angustia de separación de la
altamente perturbador, fenómeno que sólo ahora comenzamos madre" la que genera la situación traumática, sino, más bien, la
a comprender." El sufrimiento de la adolescencia forma parte presencia de varias extrañezas.
del desarrollo y del crecimiento: sus dudas, temores, turbacio-
Y es así como el adolescente descubre, a través de la extra-
nes, crisis de identidad no son fruto de la patología, sino de la
ñeza del mundo, su ser extraño a sí mismo.
normalidad.
En ese sentido, se comprende mejor esa acción específica
Es interesante, a tal fin, la convicción de Winnicott de que los
de contención de la angustia, y del consiguiente pánico, que
adolescentes no deben ser tratados como si fueran enfermos, puede realizarse en el counselling: una contención que puede
aunque eso no quiere decir que "en este período de la vida no
ser definida con el término de holding. El analista, en esa situa-
pueda haber enfermedades',. El sufrimiento del adolescente es
cíón de emergencia, en la cual la maravilla se torna también es-
el signo de un profundo pero típico dolor que pertenece "natu-
tupor, a causa de aquella extrañeza repentina que irrumpe en la
ralmente" al cambio y al crecimiento.
vida psÍquica del individuo, debe poder reconducir al adoles-
Esta condición conflictiva hace que "algunos adolescentes cente a un estado de integración que pueda determinar "una
sufran mucho, por lo cual negarles ayuda sería una crueldad"' En continuidad de la existencia que deviene sentido de existir, sen-
esta época del desarrollo humano, en el seno de la cual se des- tido delse/f y que, finalmente, desemboca en la autonomía" (4,q.
pliega, con evidentes tensiones, la redefinición del individuo en w., 1981).
retaó¡ón consigo mismo, y con el ambiente, a menudo el mundo
Del "yo soy" al "yo elijo"... ¡no obstante la maravilla y el es-
de los adultos se aparece a los adolescentes proyectivamente,
tuporl
en la permanente búsqueda de identidad, como el fruto de com-
promisos y de seudovalores, falso y para nada confiable' Ésta es una de las finalidades del couns elling, como momen-
to de escucha que permíte encontrar al adolescente más allá de
El adolescente, en cambio, pide existir en la dimensión de
las mismas "cosas" y de los "problemas" aparentemente lleva-
las certezas, de modo de poder efectua¡ luego, sus elecciones'
dos por el paciente. La función de "broche" que el counselling
más o menos automáticamente. En esa dinámica tan compleja,
intrínsecamente posee se manifiesta así precisamente cuando
se coloca la estructura del counsetting, que en el adolescente

274 275
I

al adolescente le resulta problemático soportar ese sent¡miento no. El analista, entonces, reencuentra la funclón originaria, pero
de desintegración que la experiencia de "extrañeza" determina a renovada, de la mayéutica socrática. En el counselling, el indivi-
menudo. Las personas llamadas "sanas", escribe Winnicott, duo puede experimentar una intervención tranquilizadora. El
pueden "soportar la desintegración en estado de reposo, de dis- analista se revela, en estas situaciones, solamente como instru-
tensión y en el sueño, y también el dolor asociado a ella, sobre mento que, en el momento de la urgencia, es usado por el pa-
todo, gracias al hecho de que elestado de relajación está ligado ciente como "cuerpo materno" simbólico, del cual la separación
a la creativioad: los impulsos creativqs aparecen o reaparecen y la sucesiva diferenciación representan el momento del creci-
durante el estado de no integración".lPero Winnicott advierle miento y de las respectivas elecciones. Una vez más, el counse-
que "las defensas organizadas contra lia desintegración privan al //rng presupone la disponibilidad del analista de "ser usado" por
individuo de las condiciones necesarias al impulso creativo, im- el paciente, sin por ello ser cómplice de él ni de sus parientes.
pidiendo así la vida creativa. El estupor en la maravilla es enton- La "disponibilidad" del analista permite encontrar una con-
ces necesario como elemento generador de creatividad, como tención, un sentido y un punto de referencia, constituidos no só-
posibilidad de afrontar un cambio efectivo y un desarrollo perso- lo por su presencia física, sino también por la habitación que él
nal 'en conformidad... con las tendencias innatas'...". proporciona, por las condiciones de luz, por el arreglo, el tono
La historia de la humanidad es, en definitiva, el resultado de de la voz, desde el instante que precede a la primera mirada.
una permanente búsqueda de equilibrio, fundada sobre el ines-
table escenario de todo aquello que no es equilibrio. Orden y Resulta interesante, a propósito de cuanto se escribió, el ca-
desorden, organización y desorganización, integración y desin- so de Cecilia, una muchacha en conflicto entre querer permane-
tegración'son los términos que se establecen entre individuo y cer en una condición de dependencia absoluta y la posibilidad
sociedad. de experimentar una dependencia relativa. Por ende, una con-
Reencontrar la continuidad del propio ser, aunque en el com- dición en la cual pueden tener lugar las elecciones.
plejo sufrimiento dialéctico entre elementos familiares y extra- HabÍa sido la madre de Cecilia quien llamó para que la mu-
ños, establece la dimensión de la salud que permite afrontar chacha pudiese ser ayudada: obviamente, la respuesta a la ma-
creativa y placenteramente la vida en su devenif. No por casua- dre fue que, si la hija hubiese sentido la necesidad de un coun-
lidad en Winnicott se lee: "El resultado es que el mundo interior selling, habría podido llamar directamente al analista.
del individuo sano está ligado al mundo externo y real, aunque
permaneciendo aquél personal y capaz de vida autónoma. Se Cecilia probablemente apreció mucho esta intervención,
realizan continuamente identificaciones introspectivas y proyec-
tanto que llamó... ¡siempre con esa natural indecisión, con ese
tivas; consiguiéndose con ello que una pérdida o una desgra- inevitable retraso!
cia... puedan ser más terribles para una persona sana de lo que Cecilia era una deliciosa muchacha de diecinueve años, gor-
pueden ser para una psicológicamente inmadura o perturbada." dita, de aspecto un poco lunar. Estaba muy preocupada porque
Desde esa óptica, el counselling es también el lugar en el los muchachos no la cortejaban. Era una muchacha bella, pero
desde hacía algún tiempo se vestía como esas mujeres que de
cual la así llamada persona "sana" puede expresar su dolor, sus
angustias, sus miedos. Siendo, por lo tanto, la adolescencia la alguna manera esconden el propio cuerpo, y no como las que
época del cambio sano más llamativo y natural, en el cual el lo ponen en evidencia.
miedo y la angustia dominan a menudo soberanos, se puede Cuando vino por primera vez al estudio, Cecilia estaba casi
afirmar que a los adolescentes no les gusta ser ayudados, ni cubierta, su vestido tenía algo de sobrio y al mismo tiempo de
"ser cuidados como si fuesen enfermos". En ese sentido, el cautivante; sin embargo, no tenía el menor "sentido", esa pizca
counselling puede también configurarse como el lugar metafó- de feminidad que, maliciosamente, habría podido tener que ver
rico del "comienzo", como rito de pasaje en el cual celebrar el con la edad.
"re-nacimiento" y la "re-integración", en la pluralidad de las si- Cecilia ya no comprendía más cuál era su edad real: a veces
tuaciones y de los significados que varían según la edad, el se- sentía que era "pequeña", a veces tenía la sensación de ser
xo, los contextos sociales, familiares y de pertenencia al entor-

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"grande". Tenía sobre los labios una sonrisa que expresaba mu- [-a muchacha adorescente afirmaba que sentía ra necesidad
chas tensiones. Cecilia se encontraba en el estado de confusión de cambia¡ por lo que habíia dejado muchas cosas de las que
an_
relativo al problema de las elecciones, de "qué hacer": tenía ne- tes se ocupaba; pero, al mismo tiempo, no sabía qué implicaba
..cesidad de conjugar la infancia con la adolescencia, de modo este cambio y qué eregir: se sentía como una niña con ras dificur-
de poder afrontar las elecciones de la edad adulta. tades de crecer e identificarse con ra mamá muy admirada, belra,
Cecilia manifestaba una gran dificultad para asistir a la uni- agraciada, mirada y preferida como mujer por los hombres.
versidad, no se sentía para nada involucrada en las lecciones de Hacer un focus, a menudo, no representa formular una inter_
' los profesores, no habÍa dado ningún examen. Generalmente, la pretación, pero a veces significa elaborar una hipótesis, crear
muchacha pasaba el tiempo encerrada en su habitación, con conexiones para intentar ver si existen significados "under line,,.
una evidente hostilidad hacia su ambiente familiar. Cuando sa- Cecilia era hija única, por lo cual había estado siempre muy
lía, generaba un estado de angustia en toda la familía. ligada a su madre; sus padres se habían separado cuando tenía
Una vez que entró en el estudio, Cecilia enseguida comuni- cinco o seis años. Derante de eila nunca se habían pereado ni
có que sentía que estaba en crisis: en el último año las cosas, agredido mutuamente; y por esto la muchacha, sonriendo, ha_
en efecto, habían cambiado. Había terminado el curso de estu- bía, en un cierto punto, afirmado, durante la sesión de counse_
dios en una escuela privada, un liceo especializado en idioma lling, que tenían un buen vínculo y no sabÍa ni siquiera por qué
francés, útil para poder superar el examen integrativo necesario se habían separado, vlsto que al menos aparentemente estaban
para inscribirse en Ia facultad que parecía haber elegido. En el tan bien juntos, aparte de los intereses profesionales y persona_
momento, sin embargo, en el que había comenzado a estudiar les distíntos. ceciria preguntaba qué hacer, con quién identifi-
Bellas Artes, comenzó a preguntarse por qué habría de ir a esa carse, e implícitamente llevaba al analista el sentido de su de-
facultad. Cecilia, junto con el sentimiento de desconcierto, ha- sorientación, con la consiguiente inmovilidad: su no saber más
bía comunicado también, sin cambiar el tono de voz, que inte- en qué dirección realy metafórica moverse. [Vrientras afloraban
rrumpió la relación con su novio y que habían aparecido, entre- las resistencias, se inscribía la historia de una adolescente en la
tanto, síntomas leves de bulimia. búsqueda de la propia identidad, con el trabajo entre perma_
En el counselling, es necesario estar atentos a no forzar los nencia y cambio. E, intelectualizando un poco, contaba que los
significados; en Cecilia, no se evidenciaban perturbaciones díálogos con su madre, profesora de Letras, se desarrollaban
aparentes que indujeran a pensar que estos motivos habrían alrededor de la poesía, la literatura, la filosofía, etc. En definiti-
podido representar y constituir los elementos del trauma y de fa va, no habÍa todavía un límite entre ella, la madre y el rol de la
depresión. La muchacha estaba defensivamente sin estupor, madre-
casi apática: tenía, en efecto, un modo de narrar acontecimien- Con la separación de los padres, Cecilia había creado den_
tos varios, siempre con la misma modalidad, sin decir ni que se tro de sÍ una notable confusión: las ideas, los intereses y los
sentía triste, ni en conflicto o abandonada. El tono de la voz era amigos de la madre eran también los suyos. prácticamentá, en
monocorde y uniforme, mientras contaba que para el próximo ese contexto, para Cecilia, si la madre no estaba ,,enojada', con
verano no había decidido todavía si pasar las vacaciones en respecto al papá, nunca tampoco ella habría podido tener mo_
Grecia, allídonde había ido los últimos años, en la casa del ac- tivo para estarlo. De aquí ra total inmovilidad de la muchacha,
tual marido de la madre. Con él lograba dlvertirse, así como que tendía conflictivamente a identificarse con su madre, de
también con los hijos de éste, con quienes afirmaba tener un quien no lograba separarse y gozar. Se sentía aburrida, sin ne_
buen vínculo aunque vivieran en Grecia. cesidades, deseos e intereses. La lejanía y la falta del padre no
Cecilia estaba diciendo que no sólo había cambiado de es- le permitían crecer y tornarse mujer. su padre había estudiado
cuela y novio, sino también que prácticamente quería dejar to- Bellas Ades, por lo cual el gesto de haber elegido la misma fa_
do y que no sabía adónde ir. Es oportuno recordar que en el cultad del papá, en el fondo, representaba el sutil intento de
counselling hay que buscar fundamentalmente el focus: obvia- acercarse a é1. Estas elecciones no eran compartidas por la ma_
mente, Cecilia se desgarraba entre la permanencia y el cambio. dre, vivida por ella inevitablemente como un poco ambivalente,
controladora y protectora.

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de facultad' demos- Dafne
Cecilia, a través de la elección del tipo
y' todo pedía querer
traba querer separarse de su madre sobre
adquirido un pequeño
ser apreciada por su padre, que le había Yo soy bella, ¡oh morlales!, como t¡n sueño
había terminado' y la
áepartamento. La sesión, sin embargo' de piedra,
muchacha se tuvo que ir con la seguridad
de que' si hubiera y mi seno, que incólume no dejó
acogida' Cecilia regresó
;r;;; regresar, habría sido siempre seguida-
jamás a nadie
liJr"r"nt"-ul estudio, después del verano en Grecia, más vital y
está hecho para que inspire un amor al poeta,
suya en Ia cual' con una voz
mente a una llamada eterno y mudo como la materia.
muchas cosas'
más aO¡erta, comunicaba que habían sucedido
libros en los cuales' Charles Pierre Baudelaire
Durante las vacaciones, había leído los
y después de haber co-
ella, y no su madre, se había interesado'
y elegir eventual-
municado al padre que deseaba sentirse libre
mente una nueva facultad, había elegido
estudiar medicina' En- En el counselling, a menudo el paciente llega como si no fue-
de su abuelo
tretanto, en efecto, también había ido al encuentro se otra cosa que una "envoltura de sufrimiento" (Baudelaire, Las
estudio acudían
paterno en Grecia, un vieio médico rural' a cuyo flores del ma\, y esto significa que el "paciente es sólo un cuer-
y para escuchar"' Cada refe-
las personas "para ser escuchadas po de necesidades, y de necesidades maltratadas". Y es como
se notó pero no se
rencia a la transferencia en estas situaciones si se presentase en el consultorio para pedir ser "contenido" en
verbalizó. su dolor, sostenido en su desesperación, simple y metafórica-
el analista
El abuelo había sido utilizado por Cecilia como mente tomado y tenido en brazos del terapeuta. tt/itigar el dolor
juntos a los padres y sen- del paciente no significa evitar afrontar el problema que genera
que le permitía poner simbólicamente
El "viejo médico" le tal dolor, sino que significa observar dicho núcleo junto con el
tirse más libre en las propias elecciones'
al padre como autoridad' paciente, tranquilizado por los simbólicos brazos delterapeuta.
permitía también ,""up"'á' también
más autónomas'
reflexionar sobre la posibilidad de elecciones No es casual, en efecto, escribe Anzieu, que la madre no sólo
separarse y diferenciarse de la madre' "toma la iniciativa de los cr,¡idados prácticos apropiados" como,
En el "vieio médico rural", se escondía'
así' la imagen del por ejemplo, llamar al médico y dar unos calmantes, sino que
ayudado en el pasaje de "toma en brazos al niño que llora, grita y pierde el aliento, lo es-
analista en el counse lling, que la había
de independencia' fruto trecha contra su pecho, le da calo¡ lo acuna, le habla, le sonríe,
la absoluta dependenciá'"n principio
y diferentes' lo tranquiliza".
Je la integru"ión d" afectos entre ellos similares
importantes en relación con sus En definitiva, la madre "lleva al máximo la función de piel que
con connotaciones igualmente
obietos si gnif icativos. contiene y preserva, de modo que el niño la introyecte lo sufi-
ciente como objeto de soporte" y hace, así, de forma que el ni-
ño, en su piel, pueda sentirse naturalmente tranquilo y seguro.
Y, entonces, bien se puede decir que no existe historia de un ni-
ño, que no sea, también y sobre todo, historia de una madre. En
ese sentido, las perturbaciones corporales que aquejan a los ni-
ños esconden exigencias emotivas y afectivas muy profundas:
ellas, en efecto, a través de una variada serie de problemas, in-
tentan "restablecer la función de piel contenedora no ejercitada
por la madre y por el ambiente". En ese caso, recuerda Anzie
que Piera Aulagnier observa que el "cuerpo busca, por ende,
mediante el sufrimiento, el propio signo de objeto real". Para
existir y para ser simplemente amado.

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Es muy interesante notar, en el ámbito del counselling, es de- El cuerpo del paciente, entonces, reencuentra su ser objeto
que contemporáneamente se hace sujeto y autor de su historia,
cir, cuando el paciente llega en un estado de urgencia, cómo el
terapeuta, con su actitud, con su capacidad de acoger al pa- en un momento de la vida en el cual la mirada del analista asu-
ciente, con su baño de. palabras, con su mirada, con su sonrisa, me una función de brazos maternos, aquella función en condi-
puede permitir que el paciente exprese completamente su pri- ciones de reconstruir y reencontrar aquel pedazo faltante del
vación y sus pedidos de ayuda. En una palabra: su deseo. Sim- mosaico que, a veces, no permite al paciente vivirse entero, si-
bólicamente, el terapeuta "toma en brazos al paciente"; en otras no escindido entre su verse como adulto, para algunos aspec-
palabras, se ocupa totalmente de las necesidades del paciente, tos, y el sentirse niño, para otros. La mirada del analista no es
ofreciéndole la posibilidad de restaurar los hilos de la memoria otra cosa, en definitiva, sino el espejo de aquel antiguo esencial
al evocar una serie infinita de sensaciones. abrazo materno, a través del cual el paciente se reconoce en su
unidad corporal, constituida de espacio y de tiempo, de necesi-
Por otra parte, es sabido por todos que el yo comienza a
dades y de deseos.
constituirse a través de un conjunto de sensaciones y, ante to-
do, mediante la "información" táctil que, precisamente porque El cuerpo herido, desintegrado, masacrado de la madre y el
es información, puede dar "forma" estable al ser humano. Y, cuerpo de Ia hija en su emerger imitan la ambivalencia de la pa-
cuando Baudelaire invita a recorrer eternamente un amor, en tología materna con el cuadro maníaco-depresivo de los padres.
Y es asícomo, quizá, se puede introducir el caso de "Dafne", una
realidad invita a volver a encontrar sensaciones primarias, abra-
zos perdidos, absolutos y totalizadores, aquel ilusorio eterno niña que, en el ámbito del counsellingr, comenzó a reclamar al
presente, aquella mínima forma estable que garantiza, sin em- analista aquella intimidad que su madre no había podido darle.
bargo, el desarrollo completo de la historia, en su silencio y en
sus palabras. El counselling para Dafne había sido solicitado por diversas
El objetivo del counselling, a menudo, es el sostén de aque- personas importantes. La madre había logrado así determinar
llas partes que buscan expresar la privación del paciente: un un sentido de espera extremadamente idealizante, que com-
"sostén" entendido en el sentido de Winnicott, según el cual es prometía el encuentro, tanto diagnóstico como terapéutico,
fundamental el vínculo "madre-hijo", descrito por él a través del del counselling. Hemos subrayado ya la importancia de las
siguiente concepto: "... para indicar no sólo a la madre que tie- motivaciones auténticas del counse/ling, que no permite nin-
ne físicamente al niño, sino también todo el aporte del entorno guna manipulación, no admite interferencias, no contempla
que precede el concepto de 'vivir con'. En otras palabras, este vías colaterales, sino solamente claridad, disponibilidad y fir-
concepto se refiere a una relación tridimensional o a una rela- meza en laorganización del setting. Todo eso califica elvíncu-
ción en la cual al factor espacio se agrega progresivamente el lo terapéutico que es fundamental entre terapeuta y paciente.
factortiempo" (Anzieu, 1987). Es, ciertamente, elcontacto cor- Es necesario también recordar que, en el seno de la idealiza-
póreo con la madre lo que permite al niño experimentar las ca- clón, se puede esconder la desvalorización, por lo cual es ver-
tegorías del espacio y del tiempo, tanto interior como exterior; daderamente esencial regresar a lo genuino de la motivación.
cuando, entonces, por. múltiples motivos, ese contacto físico Es evidente que, por lo común, detrás de los niños se escon-
disminuye, el frágil "yo" del niño corre el riego de desintegrarse den los padres, por lo cual, antes que Dafne, fueron escucha-
y desarrollarse a lo largo de las vertientes de una desorganiza- dos sus padres. Se trataba también de evitar que se continua-
ción o de una dicotomía, atestiguada por un crecimiento mayor, se favoreciendo la idealización con respecto al terapeuta, ya
menor o desigual de una categoría respecto de la otra. que a veces se piensa que mágicamente el analista puede re-
Queremos repetir todavía que en el settrng del counse/llng se componer totalmente a un niño.
inscriben el tiempo y el espacio del paciente, que a través del El counselling también es el lugar donde el analista hace las
terapeuta, paradójicamente, no experimenta la condición de elecciones.
paciente, sino que descubre, conoce y reconoce una dimensión La pareja transmitía casi un sentimiento de extrañeza, por mo-
suya de ser persona en condiciones de privación y dificultad. mentos de asombro. Él era alto, aparentemente reservado, delga-

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283
I

do, con pocos cabellos y con una postura de reverencia hacia ella. mente le quedaba todavía para vivi¡ como le interesaban las
La mujer, de un país sudamericano, había entrado al estudio con Bellas Artes, decidió lr sola a visitar Roma.
un cierto aire de seguridad y había saludado en español al analis- En Roma encontró su gran amor. "Fue a como un flechazo..."
ta, casi como buscando un área de complicidad, en ese lenguaje Nació un idilio; la pareja se aisló, ella cambió su vida y prolongó
antiguo y común. Pero el analista, es evidente, no cedió a la se- su permanencia en ltalia, hasta que, a consecuencia de una pe-
ducción, evitando caer en la trampa de la complicidad con uno de sadilla, durante la cual ella soñó que le amputaban una pierna,
los dos componentes de la pareja. Es bueno recordar que éste es decidió llamar por teléfono a su madre, y le comunicó que que-
un punto central cuando se está frente a una pareja. ría regresar a América. En realidad, a través de la pesadilla, la
El marido sonreía embarazado, delegando Ia cuestión de la señora se representó a sí misma desidentificándose del propio
niña a la esposa, que continuaba intentando establecer una padre, separándose de su madre y transformándose en mujer.
alianza terapéutica en la cual excluía al marido. Se dirigió a América, donde definió todos sus vínculos, con el
Ambos estaban "alarmados" por su hija; de la pareja, sin em- resultado de ser desheredada por la madre.
bargo, particularmente la mujer trasuntaba una señal de angus- De rica se volvió pobre y pudo asíverificar el amor por "su
tia, casi un anhelo de muerte, además de un silencioso reproche hombre", que la acogió en su pobrezay, por ende, en su reno-
dirigido al marido, por la mesura en su preocupación. La tensión vada riqueza.
de ella, en realidad, estaba ligada a la idealización de esa hija de
siete años, una niña que hablaba español, italiano, inglés y que
A veces, como hemos escrito en otro trabajo (Giannakoulas,
asistía a una escuela francesa, pero cuyas maestras habían de-
Fizzarolli Selvaggi y Selvaggi, 2000), situaciones insostenibles,
cidido aplazar. La mamá de Dafne se había dirigido a la psicó-
conflictos arcaicos, ambivalencias no resueltas, dudas tormen-
loga, a la embajada; había intentado manipular diversas situa-
tosas pueden resolverse en el lapso de tiempos brevísimos, a
ciones, pero ias maestras habían sido inamovii¡les.
menudo hasta en pocos segundos. Los fenómenos de conver-
Dafne había sido rechazada; pero este aplazo canrJente, pa- sión por ejernplo, Saúl que en el camino a Damasco se
ra la mamá de Dafne, era insostenible, significaba muchas co- -como,
vuelve Pablo- en su grado más intenso, vivencias como reve-
sas, y no sólo, seguramente, un fracaso escolar. laciones apocalípticas, verdaderos y propios renacimientos,
En este punto, el analista había debido suspender la imagen donde el antes y el después no sólo no pueden coexistir, sino
de una niña real, dado que los padres hablaban de ella como de que, dado que su contenido está formado por factores y fuerzas
un objeto presente que metafóricamente compartían en térmi- opuestas, se aniquilan totalmente, sin un movimiento interno
nos afectivos y emotivos, para trabajar sobre un primer focus re- "dialéctico" que podría relacionar y tolerar cosas distintas. El
lativo a la pareja. El analista pidió datos de su primer encuentro breakdown de la propia continuidad se manifiesta con un cam-
y de su historia... Ella era hija única de un industrial; se sentía bio radical en el esquema de valores preceCentes, la falta total
adorada por el padre y de algún modo manifestaba una cierta ri- de dudas, las afirmaciones dogmáticas y el rechazo como una
validad con la madre, con relativos intentos de desvalorización. afirmación de lo opuesto de aquello que antes habÍa sido con-
Su padre había muerto de cáncer; en seguida de su muerte, ella notan una defensa maníaca que se organiza contra la depresión.
se casó con un hombre de su mundo, más por formalidad que Cambios tan radicales connotan una grave perturbación del
por otros sentimientos, a quien reprochaba. no ser como el pa- se/f, con su estructura sacudida hasta los más profundos críge-
dre. La pareja había rodado inútilmente medio mundo con talde nes; es decir, se trata de una pérdida total de la identidad como
tener un hijo, antes de que la mujer se enfermara de neoplasia continuidad en el individuo, en su dimensión de psique y soma.
de una mama, por lo que debieron extirparle ambos senos. Eso Ei cambio, entonces, no se limita al simbolismo de los humores
fue un modo, también, de visitar los lugares del dolor de su pa- y de las imágenes, es decir, en metáforas contemplativas, ca-
dre, con quien, evidentemente, se identificaba; radioterapias, racterísticas de los procesos transformadores, sino que involu-
controles, además de la triste perspectiva de poder sobrevivir cra la totalidad absoluta del individuo y de su vínculo consigo
solamente un año a la enfermedad. Y en el año que presumible- mismo, con los otros y con el mundo.

284 2Bs
Es evidente que es el inconsciente el que crea todas estas si- dose de pasiva en activa. Comenzó a contar en griego hasta el
tuaciones, y hace de modo que sea la ilusión la que sostenga la número treinta y ocho, es decir, hasta la edad de su madre. El
crueldad de la realidad. De esta gran ilusión de amor nace Daf- analista, entonces, hizo notar a Dafne que, tal vez, intentaba es-
ne; de un mundo desesperado, en el cual la enfermedad y la tar en compañía de su madre, que tenía treinta y ocho años, y
muerte dominaban soberanas en silencio, fue generada la niña que, tal vez, solamente ahora podía también utilizar el idioma ita-
de la salvación, de la esperanza de un futuro. Dafne, en quien, de liano en la sesión. La niña respondió entonces que ella era la úni-
manera narcisista y omnipotente, la madre se habia "bÍblicamen- ca que podía hablar dos idiomas y que podía comunicarse tan-
te complacido", no podía sino ser inteligente, excelente, buena y to con el papá como con la mamá; en realidad, era ella el objeto
bella. Dafne no podía ser aplazada ni en la escuela ni en la vida. compartido que unía y separaba a los padres, y que permitía la
Era profunda la amargura de esta madre que nunca había comunicación entre ellos. Comenzó a hablar en italiano subra-
podido tener en brazos a su niña a causa de la mastectomía bi- yando, sin embargo, que conocía también el francés y el inglés.
lateral. Dafne había crecido a través del lenguaje materno, he- Dafne estaba inmóvil, perb con el rostro muy movedizo y la mi-
cho de griego, italiano e inglés, pero nunca había sido acunada rada inteligente y vivaz. Sus padres, en realidad, la habían man-
en sus brazos. Por una diagnosis inadecuada, la niña había su- dado a una escuela especial, porque querían una niña especial;
frido una inmovilización de la pelvis y las piernas; Dafne se mo- en este caso particular, después, había también una "condena
vía poco, pero hablaba mucho. El padre se ocupaba del cuerpo de muerte" subyacente en la historia de la mamá de Dafne, que
de Dafne; la madre, de su cabeza. La niña había crecido, en de- exacerbaba la historia de la hija, como símbolo de vida plena, fe-
finitiva, dividida, mitad adulta y mitad niña, con grandes senti- Iiz y total. En definitiva, como regeneración del tiempo.
mientos de culpa y deseos desmesurados. Pero, sobre todo, A través de la comunicación mímica y gestual, la niña había
Dafne volvía a proponer el narcisismo de los padres, por el cual creado una modalidad idiomática de comunicación. La palabra
no podía desilusionar en absoluto. En este caso, es evidente la sostenía la mímica y viceversa; el analista formuló la hipótesis de
no oportunidad de trabajar sobre este tipo de parejas, pero que había sido Dafne quien mantuvo precozmente a la madre,
igualmente evidente es la utilidad de sostener a Dafne para que tan considerablemente mutilada, al punto de no poder tenerla en
exprese su necesidad de cuerpo materno. brazos. Se trataba de ayudar a la madre a sostener su depresión.
Y Dafne llegó al estudio vestida de señorita, con un cuerpo Con su madre, en efecto, era siempre como una niña grande,
armónico, pero por momentos con movimientos un poco torpes. una amiga, una compañera única, para quien ir a la escuela sig-
El counselling es también el lugar de la observación corporal: mi- nificaba volver a ser una niña pequeña, como todas las demás.
radas, gestos, sonidos... Una suerte de semiótica del límite. Era muy difícil para Dafne ser una niña de seis o siete años,
Dafne intentó sacarse el impermeable, preguntando dónde po- como hubiera deseado la maestra; motivo por el cual se apar-
día apoyarlo. Plegó el impermeable por sí sola, intentando con un taba, retirándose en sus fantasías (fantasying), que la absorbían
enorme esfuerzo ponerlo en su lugar y apoyando todo sobre la por completo.
mesita del estudio del analista; parecía una mamá que se ocupa- Oscilaba así continuamente entre el ser grande y el ser pe-
ba de su niño. Después de haber plegado el impermeable, que to- queña; para la niña, la regresión era una amenaza y una ofensa.
mó el aire de una cartera de señora, Dafne comenzó a moverse En la transferencia, comenzó a entretener al terapeuta, pasan-
con coquetería, asumiendo una actitud de señorita, mientras bu- do de un papel al otro, así como se comportaba en la escuela o
fando se recomponía los cabellos en cola de caballo y cada tanto en casa. Hablaba con una voz de niña pequeña, cruzaba las
se ajustaba tirando hacia arriba la falda; todos signos, éstos, que piernas como una adulta, permanecÍa inmóvil con los miembros
la madre, con sus partes femeninas frustradas, había investido inferiores y movia el tronco.
precozmente en la niña. Pero la niña lograba a duras penas volver- No toleraba el silencio. Hablaba siempre y solicitaba al ana-
se señorita, aunque manifestando un cierto apuro por crecer. lista que hablara; en síntesis, Dafne había adoptado todo sobre
¿Ser pequeña o ser grande?... Éste era el problema de Daf- el lenguaje con el cual había llenado el gran vacío corporal.
ne, que comenzó a dirigir preguntas al terapeuta, transformán-

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En un cierto punto, pidió si podía tenderse sobre el diván; Eduardo
fingió sentarse, simulando cansancio, después hizo un movi-
miento de improviso y lo miró con angustia; comenzÓ a arreglar-
El muchacho reprime el amor por su madre poniéndose él
se mientras se abofeteaba el trasero. El analista le preguntó por
mismo en el lugar de ella, identificándose con la madre
qué se estaba castigando. Dafne entonces se colocó de la otra
y tomando a su persona propia como el modelo a semejanza
parte del diván y, mirando bajo la cama, comenzó a palmearse
del cual escoEre sus nueyos obietos de amor.
las nalgas con violencia.
Dafne dramatizaba su conflicto por la enuresis, se pegaba Sigmund Freud
por todo el pis que habia hecho y por haber mojado la cama sin
haber usado algo impermeable. Con el yeso, la niña había teni-
do una serie de dificultades de control de los esfínteres y siem-
pre la había cambiado el papá. En realidad, el pis es un sintoma En el análisis de "Un recuerdo de infancia de Leonardo da
y representa aspectos reprimidos, beneficios primarios y secun- Vinci", el padre del psicoanálisis no duda en afirmar que "los re-
darios; pero el síntoma es egodistónico. A través de la enuresis, cuerdos de infancia de las personas no tienen un origen; por lo
general, ellos no se fijan y repiten a par.tir del episodio vivido, co-
la niña mantenÍa también inconscientemente la erotización entre
ella y el padre, por lo cual se pegaba por una angustia edípica
mo sucede con los recuerdos conscientes de la madurez, sino
que convivía junto al pre-Edipo. Enseguida, después, Dafne pre- qr;e son retomados en un período sucesivo, cuando la infancia
guntó, hablando en italiano, dónde estaba su madre, una madre ha ya transcurrido, y por ende, han sido modificados, falseados,
puestos al servicio de tendencias posteriores, así que en línea
clamorosamente excluida por estos vínculos suyos con el pa-
dre. La niña estaba preocupada, ansiosa y asustada. Quería a la
del todo general no pueden ser rigurosamente distinguidos de
Ias fantasías". En ese sentido, Freud implícitarnente reconoce el
madre, que, una vez que hubo entrado en el estudio, ignorando
totalmente el estado de ánimo de la niña, comenzó a preguntar- lugar en el cual todas las cosas son entregadas a la nada del ori-
gen, cuyo significado se refiere a la idea del principio, del "inicio",
le si le había contado al analista sus numerosas actividades ex-
del "nacimiento", de la"raí2" . Un lugar de los confines inexisten-
traescolares, como, por ejemplo ,la danza. Pero Dafne se volvía
cada vez más pequeña, regresiva, y su voz se hacía más y más tes, caracterizado por el sentimiento oscuro de la atipicidad, en
finita, como la de una niña en ciernes, mientras subiéndose la el seno del cual se inician las líneas de desarrollo del individuo
y de su historia. Es aquídonde la Memoria asume corporalidad;
falda dejaba ver las calzas y el pañal ya mojado de pis.
es aquí donde se estructuran las bases de aquellas emociones
lnmediatamente, se puso a gatear, arrastrando la parte infe- que serán recordadas; es aquí donde se genera la posibilidad
rior del cuerpo; había regresado literalmente al yeso, recordan- del recuerdo que, a su vez, se funde y se confunde con el ima-
do algo en extremo doloroso para sí, para la mamá y los otros. ginario, con las fantasías, con aquellos deseos arcaicos, defen-
La defensa maníaca materna, de ese modo, fracasaba total- sivamente negados en la así llamada realidad consciente. Se re-
mente. La niña se mostraba perdida y deprimida. En la sesiÓn, fiere al nachtráglich, término utilizado a menudo por Freud, que
en el hic et nunc, en la transferencia, era evidente que Dafne ne- tiene que ver con la "noción de posterioridad", con una concep-
cesitaba ahora como entonces, o bien en su primerísima infan- ción de la temporalidad y la causalidad psíquicas. Laplanche y
cia, el cuerpo y los cuidados maternos por los cuales quería a la Pontalis (1973) subrayan que para Freud las "experiencias, im-
mamá y no al papá. presiones, huellas mnémicas se reelaboran sucesivamente en
Y fue en este punto donde, llorando, después del quiebre de función de nuevas experiencias o del acceso a otra condición
toda idealización, la mamá de Dafne tomó finalmente a la niña de desarrollo. Ellas pueden, entonces, adquirir además de un
entre sus brazos. nuevo sentido, una nueva eficacia psíquica".
Sólo en este sentido puede entenderse la metáfora del de- En esa diferente óptica, y en virtud de que el origen no se
sesperado viaje de Baudelaire en busca de un amor sin pala- puede aferrar, y también de la naturalidad de los aspectos de
bras ni lenguaje, sino "eterno y mudo como la materia".

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confusión típicos de la infancia, además de la vida prenatal, se el padre. En dicha representación se inscribe la imaginaria om-
puede comprender lo que Freud afirmÓ, es decir, que "los re- nipotencia que genera aquella situación por la cual, a veces, se
cuerdos de infancia de las personas no tienen, por lo general. encuentran los objetos de amor "en el camino del narcisismo".
un origen", sino precisamente la incertidumbre que pertenece Se trata, en realidad, de recorridos que no contemplan la sepa-
al origen. Es ese misterio incierto el gue determina aquel senti- ración.
do de extrañeza que induce al mismo Freud a declarar no se- Son precisamente las palabras de Leonardo, subrayadas por
guro, sino imposible, un recuerdo de la primerísima infancia. Sin Freud, las que ponen "de relieve la intensidad de las relaciones
embargo, los llamados recuerdos y su fantástica y fantaseada eróticas entre madre e hijo". De esa unión entre la actividad de
realidad pertenecen a la historia del individuo, asícomo las le- la "[t/adre- milano" y las solicitudes orales, surgen otros conte-
yendas traducen y, al mismo tiempo, traicionan la esencia de la nidos nmémicos que, según Freud, han dado vida a la fantasía
verdad histórica. "constituida por el recuerdo de ser amamantado y ser besado
Precisamente en los fragmentos de los recuerdos es posible por la madre".
volver a encontrar todo aquello que del pasado permanece en Enigmáticamente perdido en la madre, Leonardo dio vida,
el presente... S. Freud escribe que precisamente en los "frag- así, a la sonrisa aparentemente ambigua de la Gioconda, casi
mentos" están guardados inestimables testimonios de las lí- como imagen de sí reflejada en un espejo. En esa sonrisa se en-
neas más "importantes" del desarrollo psíquico. J. Lacan, como cierra la complejidad de aquel vinculo arcaico en el seno del
escriben Laplanche y Pontalis, llama la atención sobre el térmi- cual germina y se desarrolla el narcisismo, aquella dimensión
no "nachtrágtich", traducléndolo en francés como "aprés- psíquica que permite amar, donde sea y de todas formas, sola-
coup". Un análisis detallado de las fantasías infantiles induce a mente la propia imagen impalpable, confundida con la de la ma-
descomponer la misma fantasía en sus elementos varios y "a dre omnipotente. Por otra parte, es el paisaje irreal que hace de
distinguir el contenido nmémico real de los motivos posteriores fondo a la figura de N¡lona Lisa el que representa más que la son-
que lo modifican y deforman". Freud, afirman Laplanche y Pon- risa, aquellas aguas metafóricas en las cuales tienen origen la
talis, notó que el "sujeto reelabora sucesivamente los eventos vida y la muerte. En el paisaje se pierde extraviada la mirada de
pasados y que de esta reelaboración deriva en ellos un sentido Leonardo, en busca sufriente y permanente de la posibilidad de
y también una eficacia o una potencialidad patógena". Resulta, abandonar "el nido" donde nació.
entonces, inevitable que el psicoanalista deba considerar opor- No es casual, como así escribe Freud, que "es probable que
tunamente todos los recuerdos de infancia, incluso aquellos esta pulsión de juego apareciera menos en Leonardo, en los
que parecen incomprensibles, distinguirlos de las fantasías edi- años de más madurez, desembocando también aquélla en la
ficadas sobre tales recuerdos, con el fin de poder efectivamen- actividad de investigación, la cual significó el último y más alto
te intentar recomponer una parte del mosaico de la vida interior despliegue de su personalidad". Pero justo en su larga perma-
de cada individuo. Los fenómenos que se encuentran en el re- nencia, afirma Freud, "puede enseñarnos con cuánta lentitud se
corrido psicoterapéutico se caracterizan, ciertamente, por la aleja de la propia infancia aquel que ha tocado, en ese tiempo,
"ilusión retroactiva". el ápice de la beatitud erótica, nunca después alcanzada". Ta-
Todo esto se recaba del estudio que Freud condujo acerca de les reflexiones inducen a recordar, junto con Freud, precisamen-
la fantasía infantil de Leonardo relativa al elemento "milano" que te, "las palabras sibilinas de Leonardo, precursoras de las de
aparentemente representaba el elemento de un recuerdo que, en Hamlet", cuando afirma que la naturaleza misma "está plena de
verdad, se colocaba en aquella área del limbo en la que las inrá* infinitas razones que nunca lo fueron en experiencia". En el
genes se confundían con sueño, fantasía y realidad. Para Leo- counselling, siempre es necesario recordar que "cada hombre,
nardo, la madre "a cuyo seno el hijo mama es transmutada en un cada uno de nosotros, corresponde a uno de los innumerables
milano que coloca su cola en la boca del niño". La "cola" del mi- experimentos en los cuales estas'razones'de la naturaleza ins-
lano Freud-, "según una común sustitución lingüís- tigan hacia la experiencia".
tica,
-continúa
no puede tener otro significado que el del órgano masculi-
no, el pene". Y entonces, la madre, para Leonardo, era también

290 291
Emblemático, a propósito de las problemáticas del indivi- En el counselling, es fundamental saber observar la "corpo-
duo, aparece el caso de Eduardo, cuyo amor primario, fundido ralidad" y los "gestos" del paciente, de modo de poder formu-
y confundido en los recuerdos de su primerísima infancia, signó lar dentro de síaquellos núcleos significativos que se traducirán
toda su existencia y su vínculo con la realidad. en significaciones de varios y sucesivos focus. Una vez en el
consultorio, Eduardo se acomodó en el sillón de frente al ana-
Eduar<jo había sido enviado al consultorio del analista por un
lista y, con delicadeza, apoyó el abrigo sobre el diván.
reconocido médico londinense que, después de haber procedi-
do a un pormenorizado examen clínico del cual no resultaba na- El sillón permitió a Eduardo sentirse sostenido, contenldo y
da de orgánico, había observado, en cambio, una serie de sig- acogido, tanto como para poder alejarse del abrigo que, meta-
nos que tenían que ver con la psique; el médico, consciente del fóricamente, casi cual placenta, lo unía al vientre materno. Es in-
estado de creciente angustia general de los síntomas psicoso- teresante recordar lo que Freud afirma, en la "lntroducción al
máticos, deseaba claridad; por eso, a través de ese pedido, ya narcisismo", acerca del sentimiento de sí,'subrayando que "la
definía implícitamente las motivaciones del counse//ing' dependencia del objeto amado tiene el efecto de envilecer este
sentimiento".
El consultorio de Londres estaba ubicado en el tercer piso,
por lo cual los pacientes que subían las escaleras podían ser Eduardo ostentaba soberbia y seguridad, mientras su se/f
observadcs mejor en todos sus gestos. En el counselling, el sufría desesperadamente de total dependencia. La luz, en el
cuerpo es palabra, lenguaje, comunicación. consultorio, era difusa: a través de los años, había sido regula-
da de modo tal que contribuyera a crear un ambiente acogedor.
Alto, bello, Eduardo subía las escaleras con movimientos
Pero Eduardo manifestó una especie de irritación con respecto
lentos y elegantes. Llevaba una especie de sobretodo de piel,
con el cual subrayaba, evidentemente, no sólo la línea de la mo-
alaluz, como los niños pequeños cuando, en la cuna, sienten
que son perturbados por la luz excesiva. A través de los gestos,
da actual en aquel momento, sino principalmente una cierta fe-
comunicaba algo de lo preverbal y muy profundo. El área pre-
minidad. Al ofrecer la mano, presentaba una cierta forma de
verbal está siempre en el origen del lenguaje; se trata, en efec-
arrogancia narcisista. En su caminar con solemnidad hacia la
pr"ñu, no había cambiado el ritmo ni modificado el andar. Él era to, dei área de los sentidos en el estado comunicativo primor-
dial, antes de que éstos se trasformen en palabra.
una criatura empapada de narcisismo que se manifestaba
mientras, durante las presentaciones, ostentaba todo su es- Lo preverbal, por Io tanto, se observa particularmente, pero
plendor. Parecíala imagen romancesca del Amor, de aquel amor no se fuerza con interpretaciones gratuitas, inoportunas, y mu-
para el cual no existe sino el propio yo, más allá del tiempo y de cho menos dañinas, para no contaminar la transferencia y la
la historia, un amor insano que, sin embargo, se torna la única contratransferencia ya presentes a nivel arcaico, en aquella di-
posibilicjad de evitación de un dolor más grande. mensión, es decir, donde el recuerdo se funde y confunde con
la fantasía. En tal situación, no se debe confiar defensivamente
Su mirada, lentamente, comenzó a observar en derredor
en la trampa del lenguaje. Eduardo, en aquel momento, era co-
todo el consultorio con desconfianza circunspecta; Eduardo
mo un niño, frágil como un pollito indefenso que no podía abso-
defensivamente ponía en discusión el ambiente que estaba
por recibirlo. É1, en realidad, desconfiaba de un eventual nue- lutamente ser perturbado pclr movimientos no adecuados a Ia
circunstancia. Él comenzó a mirar en el consultorio, posando la
vo nacimiento, representado metafóricamente por el consulto-
mirada sobre la biblioteca que terminaba con un diván, sobre
rio del analista, visto que antes de su nacimiento no habÍa ha-
las sillas, sobre las ventanas, sobre algún objeto raro, sobre dos
bido preanuncios de felicidad.
cuadros con matices de acuarela, sobre la disposición arquitec-
No querÍa dejar el abrigo de piel en la sala de espera, como tónica, y finalmente sobre la luz...
si quisiera decir que no podía despegarse de algunas partes
Eduardo mostraba implícitamente una suerte de desaproba-
narcisistas de sí mismo. Eduardo se había construido simbóli-
ción con respecto a la decoración, que no resultaba en conso-
camente su nido, en recuerdo de otro nido lejano, fantástica-
nancia con sus gustos. En la contratransferencia, el analista sin-
mente recorciado. Llevaba casi con arrogancia su Cuerpo y su
tió que el reproche de Eduardo estaba dirigido, en mayor medida,
Se/f.

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con respecto a los contenidos de los cuadros que, para el ana- El silencio envolvía el consultorio.
lista, en cambio, tenían un significado, casi como querer recal- Eduardo ya no sabía dónde colocar dentro de síal analista,
car que las imágenes propuestas por el terapeuta estaban en por lo cual dijo advertir un "vacío continuo".
conflicto con aquellas que él llevaba dentro de sí. El paciente
Ésta fue, por lo tanto, la primera comunicación sobre sí, es
estaba desilusionado. La desilusión era evidente en todo su
decir, el primer intento de afrontar el vacío. Enseguida después
comportamiento, con el cual comunicaba aquella particular di-
de esta primera declaración de su estado de sufrimiento, pre-
mensión de la transferencia preverbal, además de una primera
guntó si podía tomar el cenicero, puesto entre él y el analista. En
representación del se/f. Después de haber mirado por largo
otros términos, Eduardo intentaba tomar algo del analista: no
tiempo todo en derredor, Eduardo pidió si se podía baiar laluz
porque le molestaba. Estaba vestido de negro, su cuerpo era
por casualidad se había referido antes al vacío, que evidente-
mente se debía llenar con un nuevo objeto de amor. De pronto,
casi elde un adonis y, talvez, exhibicionista; su mirada insatis-
surgió su indignación por haber conocido en Brasil, su tierra de
fecha era de semidiós. Sin pedir permiso, comenzó a fumar; no
origen, a muchos médicos y cuatro psicoanalistas cuyas pala-
era un ataque, ni un desafío. Eduardo era demasiado educado.
bras le habían parecido siempre inútiles, abstractas y sin ningún
Y además, por otra parte, sobre la mesita, estaba el cenicero.
valor. El cenicero era, entonces, el símbolo de lo concreto.
En el counsetling, como se puede notar, es fundamental la ca-
pacidad de observación del terapeuta con respecto al paciente. El vacío narcisista se llenaba simbólicamente con lo concre-
to del cenicero, metáfora de la presencia acogedora analista.
Es evidente que Eduardo, después de cualquier desilusiÓn,
tendía a gratificarse a sÍmismo: éste es el sentido y el significa- Esta última consideración puede representar el primer focus
do que se escondían en el gesto de encender el cigarrillo mien- del counselling estructurado por Eduardo, que no lograba col-
tras su cuerpo se aflojaba en el sillón, metáfora y recuerdo de la mar el disgusto de su libido homosexual. Es verdaderamente di-
cuna. Se trataba de un rito narcisista: sus palabras parecían la- fícil, en estos casos, no hacerse cómplice del paciente para no
mentos que, casi en forma creciente, se trasformaban en repro- ofrecer algo distinto e idealizado, para lo cual en counselling se
ches, un llanto rabioso con el cual él comunicaba que no podía pide al analista el máximo de su capacidad de análisis, de su
sostener más el peso de la vida. Así escribe Freud: "La percep- atención y de su profesionalidad.
ción de la impotencia, de la propia falta de idoneidad en el amor Presentar al paciente un intento de holding no significa, en
a causa de perturbaciones psíquicas o físicas, actúa de modo efecto, presentarse, sino más bien sostener y contener las an-
bastante envilecedor sobre el sentimiento de sí." Y todavía gustias del paciente
agrega: "Si la libido es reprimida, el choque amoroso es adver- El vacío narcisista de Eduardo había aparecido en toda su ri-
tido como un grave vaciamiento del yo, la satisfacción amorosa queza de significado cuando la madre se había ido de casa con
se torna imposible, y el yo puede regresar a enriquecerse sólo otro hombre. Desde aquel momento, signo de una catástrofe
si la libido es retirada de los objetos." En tal sentido, se com- afectiva, el paciente rechazaba defensivamente a cualquier otra
prende que "el regreso al yo de la libido objetal, y su transmu- persona y objeto que pudiese sustituir a la madre. De aquí la
tarse en narcisismo, representa, en cierto modo, la restauraciÓn constante desilusión cn el vínculo con los dernás; de aquí su re-
de un amor f eliz, y por otra parte un amor feliz verdadero y pro- chazo a amar otra cosa más que a sí rnismo; de aquí su "duda"
pio corresponde a la originaria situación en la que no es posible a aceptar a las personas y las co-c,¿rs.
distinguir entre libido de ob.ieto y libido del yo". Eduardo "no po-
En la contratransterencia, durante el counselling, es posible
día más" y, a través del cigarrillo, comunicaba haber consumi-
advefiir con los pai:ientes narcisistas el propio narcisismo igual-
do también drogas livianas, además de muchos fármacos.
mente reparerdor que puede inducir a vivir la "ducla" del paciente
Eduardo se hundía en aquella condición sin tiempo donde pre-
corr¡o rechazo, mientras en realidad se trata de un pasaje necesa-
cisamente la realidad no está separada de la fantasía. No sopor-
rio para la exploración de la ambivalencia. Dudar, para el pacien-
taba más a los médicos ni a los psiquiatras; el analista, aunque
te, significa ser ambivalente sobre aquello que él mismo afirma,
conservando una postura acogedora, intencionalmente no son-
para lo cual el tiempo de duda resulta muy útil para él; de modo
reía, evitando con cuidado cualquier referencia de orden clínico.
tal que puede observar, explorar y quizá también encontrar algu-

294 295
na cosa tranquilizadoray'f amiliar, para después poder abordar to- Freud advierte, en efecto, que, "mediante la represión del
do lo que no le es familiar. Una forma de paradigma oral que per.. amor hacia la madre", la persona conserva a la madre en su in-
mite al paciente la exploracién del yo además delse/f. consciente, permaneciéndole fiel. Y subraya incluso que "las
pefturbaciones a las cuales está expuesto el narcisismo origina-
El silencio continuaba envorvíendo ef consurtorio; Eduardo,
rio del niño, las reacciones con las cuales él se defiende, ade-
sin embargo, cornenzabaaabrir más los ojos, como si desease
más de los caminos que por eso está obligado a transitar, son
mirar con más atención er mundo arrededor de ér. como si ra
temas que estoy de acuerdo en dejar aparte porque constituyen
luz, ya, no fuese más suficiente, él al finaf hizo un movimiento
un importante material de investigación que todavía no ha con-
hacia delante, casi como queriendo focarizar arguna cosa o a ar-
cluido; de todos modos, se puede resaltar, llamándolo 'comple-
guien..., casi como queriendo concretizar un objeto. De la me_
jo de castración' (angustia por el pene en el muchacho y envi-
tátora a la realidad, a ras libres asociaciones... con la apertura
dia del pene en la muchacha), elelemento más signifícativo de
de los ojos, el paciente expresaba perplejidacl con respecto a
este material, y considerarlo en relación con la influencia de la
muchas cosas que no le eran claras. Si por un lado algo le su_
intimidación sexual precoz".
gería que era necesario bajar la luz, por una protección de ofen_
sas fantasmagóricas, por el otr«: es como si hubiera necesidad Eduardo, por lo tanto, se había sentido arnenazado por su
de mayor luz para focalizar el problema. y solamente en este imaginaria culpabilidad: la luz lo había ofendido en su omnipo-
punto del counselling hubo una intervención central del analis- tencia, revelando cruelmente su impotencia de niño, haciendo
ta, que dijo así: "Es probable que en este rtomento esté advir- añicos el sueño simbólico de Amor y Psique. La madre, su
tiendo que su misma irritación le impide ponerse en contacto amante desde la eternidad, había desaparecido en la nada de la
con otro punto de vista que no sea el suyo. Como un niño eno_ historia. Eduardo, finalmente, se conmovió y fue acogido por el
jado que no quiere ni ver ni oír otras razones... Una irritación y analísta con aquel "suficiente" compartir el dolor que no se va-
una ira que se pueden remontar, tal vez, al momento en el cual le de ninguna interpretación; más bien, solamente, de ese sos-
la mamá se fue de casa." Episodio este último referido por tén que se define como "holding". El analista se colocó en un
Eduardo un poco antes con extremo dolor. pero enseguida des_ área intermedia, es decir, entre lo somático y lo psíquico, re-
pués de tal intervención cayó la arrogancia defensiva del pa_ construyendo metafóricamente, de ese nrodo, aquel ambiente
ciente: su rostro se volvió más clulce, mientras lentamente co_ materno, en apariencia irremediablemente perdido. Entonces,
menzó a recordar. Eduardo dijo que "había crecido como un príncipe", un "príncl-
pe" que había tenido mucha madre y poco padre. É1, en reali-
Eduardo contó con sufrirniento que a la edad de diez años,
dad, después del abandono de la madre, que describe más jo-
mientras dormía, fue despertado, de golpe, por su padre para
ven que ei padre y de una belleza particula4 casi como si fuese
cornunicarle que la madre tenía un amante; su padre había en_
la niña del papá, lrabría querido ser aceptado y amado precisa-
cendido la luz de su dormitorio, iluminando metafóricamente,
mente por aquel padre con respecto al cual advertía ira y mie-
así, ias angustias terroríficas de un niño enamorado de su ma_
do. Eduardo comenzó a llorar mientras contaba que su madre,
dre. Winnicott afirma que ser despertados puede turbar dramá_
después del abandono, lo había llamado por teléfono pregun-
ticamente la continuidad del ser; es decir, hacerlo emotiva y
tándole si quería que regresase a casa o que permaneciera con
profundamente consciente de las pesadillas más recónditas. yá
el amante.
era claro que, entre el sueño y la vigilia, Eduardo inconsciente_
mente vivió la angustia de haber sido descubierto en el lecho Tal intrusión masiva de la madre en la frágil vida psíquica del
con su madre, por lo cual los amantes acusados por el padre, a niño tendía a hacer responsable y consciente al niño mismo del
nivel imaginario, eran dos. En el counselling, éstas son sola_ Edipo escondido a la vuelta de la esquina. Eduardo comunica-
mente anotaciones mentales que no se deben verbalizar al pa_ ba así simultáneamente al analista una suerte de complicidad
ciente, porque necesitan de tiempos de elaboración muy laryos, inconsciente relativa a la vida sexual de ia madre y, por ende, un
para enfrentar en el ámbito del análisis; la realidad entró enton- trastorno entre lo interno y lo externo: el abandono y la traición
ces con prepotencia en el sueño, lacerando el mundo incons_ hacían cada vez más penoso e imposible su amor por la madre.
ciente y el Edipo del paciente. El paciente, en este punto, no podía, por lo tanto, más que tn-

296 297
tentar sentir defensivamente ,,ser la madre,,, identificándose con
Eduardo, en verdad, se había sentido siempre traicionado:
ella y deslizándose hacia la homosexualidad. De este modo, él
afirmaba, en efecto, que nada en su vida había tenido después
se protegía a símismo del vacio y de la muerte. Eduardo había
correspondencia en la realidad. Se sentía siempre desilusiona-
permanecido como un niño sin realidad, envuelto en el líquído
do por los otros: en realidad, era él quien desilusionaba. En el
amniótico representado por el abrigo de piel, se hundía en el es-
fondo, Eduardo era como su madre, actriz admirada pero a
tanque de los recuerdos, allí donde la realidad se funde con el quien nadie queria realmente: su destino era, por ende, una re-
imaginarío, generando ra vida psíquica. Éf estaba todavía dentro petición del destino materno. La identificación materna había,
de la madre, no obstante su matrimonio a la edad de dieciocho por lo tanto, alcanzado niveles delirantes: el paciente estaba en
años, como intento de separación de su antiguo amor: una unión pareja con su madre, por lo cual toda sustitución realista no po-
terminada precozmente en divorcio, a causa de una ulterior trai-
día ser sino decepción y frustración. Eduardo estaba en Lon-
ción de la esposa con un hombre de quíen incluso tuvo un hijo.
dres porque habría querido ser actor, pero le habían dícho que
El yo narcisista y omnipotente de Eduardo, de este modo, logia_
no estaba a la altura de la situación. Así se había derrumbado
ba sostener con desesperación la pérdida de su único amor me_
también la identificación con su madre: de aquí su desespera-
diante aquel juego del "carretel,,, símbolo de la ausencia materna,
ción y su pedido de un poco de realidad.
Pero nada podía resarcirlo de aquel amor perdído en la irrealidad
real de su mundo onírico y es así como la desilusión concluía do- Se habían desvanecido sus sueños de artista que, en cam-
minando en forma soberana su vida. Estaba cansado de vivir, bio, en la genialidad de Leonardo, así narrada por Freud, había
por lo cual no le quedaba más que dormir con la radio encendi_ encontrado el misterio creativo del arte.
da toda la noche; la voz de la radio era, en definitiva, el eco de la El analista, en este punto, hizo notar a Eduardo que, tal vez,
voz materna, como único contacto con la realidad. habría podido tener una vida un poco distinta tanto del padre
Estaba solo y desesperado, presa de la confusión y el páni_ como de la madre. El paciente respondió que durante el coun-
co: en su habitación revoloteaba la muerte. Eduardo, verdade_ seliing había aprendido algo: comunicaba, en otros términos,
ramente, habría podido intentar el suicidio, así como ocurrió haber idealizado una parte del analista y, por lo tanto, habÍa
con un amigo suyo, por lo cual en estos casos la alianza tera_ reencontrado dentro de sí una voz antigua, en condiciones de
péutica debe necesariamente incluir y tomar en cuenta también sostenerlo tanto en la amargura como en la desilusión. Eduardo
el ambiente más cercano que rodea al paciente; se hace refe_ después hizo análisis, en Brasil, que parece que le fue de gran
rencia al médico que con prudencia había predispuesto el envío ayuda. De la desesperación, había nacido la esperanza.
del paciente. El médico rural era quien podía ocuparse total_
mente del cuerpo de Eduardo que, a semejanza de Narciso, po_
día encontrar el suicidio.
El analista señaló a Eduardo que, evidentemente, ét tenía ne_
cesidad, a través de la voz de la radio, de construir, mientras
dormía, un mundo vivo en torno a é1. Era, en el fondo, como si
lo asustara la muerte. Su ira contra el otro, en efecto, habría po_
dido dirigirse contra símismo. En er counsetting, es imporlante
encontrar las palabras para restituir al paciente todo eso que,
implícita e inconscientemente, éldice. Con Eduardo, por ejem_
plo, era necesario afrontar su miedo a suicidarse.
Elamigo que se había suicídado había asumido dentro de él
el lugar del padre que, a su vez, había elegido vivir con la her_
mana mayor, de quien no había hablado. De este amigo se ha_
bía sentido protegido y al mismo tiempo abandonado.

298 299
Miguel minan la vivencia de tr/iguel, frágil presa de criaturas peligrosas,
potentes y fantasmales (monstruos, alienígenas y bruios), inevi-
iables, así como se cuenta en la "Escena de la medianoche"' Y
Pero, cuando el niño está con hambre y sus deseos no son es justo el sentimiento de lo "inevitable" lo que termina
por ge-
satis/echos, o cuando tiene dolores o molestr,as fr'sicas, neirr un él "un nudo duro", que le "cierra la garganta", mientras
entonces toda la situación se altera. elfríosudordelamuertecubresupiel'Endichocontextoenel
qL¡e "se altera toda la situación", cuando todo se aplaca y ter-
Melanie Klein-Joan Riviére y
mina, cuando sus "gritos agudos se apagan" entre el sueño la
vigilia, aparece la luz de la "lámpara" encendida que permite
que Miguel espere poder aceptar no sólo el día no pleno de sol'
Se puede afirmar que no sólo los poetas consagrados como siendo éste representado por la "lámpara", sino también y so-
tales por la crítica sino también las más simples producciones bre todo logre amar los "maleficios de la noche". En otros tér-
poéticas de los pacientes permiten al analista reencontrar hue- minos, en lá noche oscura aparece aquella que Miguel, induci-
llas efectivas, aunque inconscientes, del dolor de quienes piden dotambiénporlamaestraaencontrarpalabrasdeesperanzaal
y
ayuda. final de la poesía, indica como la "luz de Dios", símbolo repre-
sentación de aquel que "soiuzga y levanta", que produce ansias
En esa dimensión se coloca el caso de Miguel, de doce y que consuela. Esa deseada "omnipotencia" paterna, en el ori-
gen del universo fantasmagÓrico del niño, no es otra cosa
que'
años, que llevó al counselling un conjunto de composiciones de
án forma confusa, también la Madre, arcaica y primordial'
orden poético, como producción metafórica de su primitiva e
irrefrenable angustia. Miguel muestra así el sentimiento domi-
nante de su vida, representándolo poéticamente del siguiente FueelmédicodefamiliaquienindicóaMiguelelcounselling,
modo: "Manto de plomo como negro cielo de tempestad, / des- con la intención de comprender la dinámica que sostenía sus
consolado como un niño de cok:r / hecho el blanco de ofensas pesadillas nocturrras, los tics en los ojos, las dificultades de so-
y bromas tontas; / triste como los gritos de un niño maltratado, cialización con los coetáneos. Miguel tenía once años, iba a la
/ largo como vuelo de golondrina que emigra: / ésta es la no- escuela; tenia una hermana menor, de veinte meses' Los
padres
che." Estos son los primeros versos de una ingenua poesía en tenían alrededor de treinta años.
la que tvliguel, en su inquieta condición de preadolescente, co-
El counsetting paralos preadolescentes no es fácil; es nece-
munica al mundo que todavía es un niño marginado, precisa-
sario, en efecto, establecer diversos settings correspondientes
mente como sucede, a menudo, con los niños de color, "maltra-
tanto a los padres como al preadolescente' Todo eso, con el fin
tado", ofendido y desconsolado en la negra y "larga" noche de
de porler formular, sobre todo, las primeras hipótesis, tanto so-
su vida poblada de fantasmas tempestuosos vagando en elfon-
bre el espacio que el hijo ocupa en la mente de los padres' co-
do del inconsciente, o bien de aquel lugar magmático y oscuro,
mo sobre la realidad del se/f del hijo con respecto a la propia
atemporal y atópico, reconocible en la imagen inicial del "man- pu-
identidad de género que, a su vez, en la complejidad de la
to de plomo", como describe Winnicott la vivencia de la depre- efectiva' La identidad del
bertad, encuentra su individuaciÓn
sión del niño. largo proceso que remonta
adolescente es el resultado de un
Y es así como a su pequeño "yo", "hecho el blanco de ofen- sus raíces al seno de la pareia de los progenitores y de los di-
sas y bromas tontas" )¿ de la ofensa narcisista, no le queda más versos problemas no resueltos de ambos'
que el "grito" del miedo en la "noche inmóvil y oscura". La sonr-
De aquí, también, la génesis de la imagen corporal en el hi-
bra de la muerte y la total parálisis de los sentidos aflora de mo-
jo, que se inscribe, de todos modos, en el registro de la insepa-
do sobresaliente en el texto de lViguel, que continúa así: "Me
siento solo, abandonado / y presa de sueños extraños: / sueño
iutt" i*ugun psíquica. En el caso de Miguel, la cuestión de la
pa-
identidad era seguramente más problemática, porque el
monstruos, alienígenas y brujos, / un nudo duro cierra mi gar- "hipospadia"' Tal complicación' que
ciente era portador de
ganta / y un frío sudor cubre mi piel." Soledad y abandono do-

301
300
compromete de cerca las esferas de la genitalidad, como nocturnos; de ese modo, él comunicó al analista su sufri-
terminaba
por dar cuerpo a aquellos fantasmas que ya,
naturalmente, a miento, causado tanto por la situación psíquica alterada, repre-
causa de ra confusión primordiar, acompañan er sentada por los fantasmas nocturnos, como por la condición fí-
desarro[o de ra
criatura humana. lViguel ya no era más un niño, pero anormal, ya representada por la cotidianidad de los fantas-
no era to_ "sica
davía adolescente; se preparaba, sin embargo, para mas diurnos. De ese modo, él destacó la fragilidad de su "yo";
enfrentar
aquel magma de vergüenza, sufrimientos y dolor pero no sabía si esa fragilidad se debía a oscuras cuestiones in-
acerca de su
identidad, largamente adormecida. y es en esa perspectiva conscientes (la noche) o a lúcidas condiciones externas de la
de
originaria y, por otra parte, efectiva ,,defectuo"a
irug"n corpo_ realidad (el día).
ral" donde se corocaban aquerras "pesadiilas horrendias,'oe
tt¡¡- El paciente continuó: "De noche tengo las pesadillas, me tre-
guel, o bien aquellas angustíosas criaturas
fantasmagóricas que po a las luces y grito... Pero todo esto me lo cuenta mi madre,
el paciente confundía con ra rearidad debido a ta paütogia
oá ia porque cuando yo me despierto no recuerdo nada." Y agrega
cual era portador. y eran precisamente esas "pesadiilas
horren- aun: "Pero esta situación se verifica desde la edad de seis años,
das", poéticamente expresadas, las que inducían prever
a en la es decir, desde cuando me operaron del 'pito'... l\¡le avisaron de
adolescenciatardía una sintomatorogía que, en este
caso parti- la operación un poco antes; me durmieron con la mascarilla y
cular, habría podido explicitarse en las perturbaciones
de la me quedé un mes en el hospital."
ídentidad del género.
El counsellingr, en ese sentido, es también posibilidad Miguel contó que alrededor de los nueve años también ha-
de bía sido operado de un lagrimal y que también en esa circuns-
prevención. De la consulta realizada por los padres
Oe fViguef tancia estuvo internado aproximadamente un mes. Y en este
con otro terapeuta, además del cuestionario suministráo,
punto dijo: "Un día papá se enojó con los médicos, y yo vi que
emergía como primer elemento fundamental una
colusión básij se puso de espaldas a mi cama y empezó a llorar."
ca en el seno de la pareja de progenitores. El núcleo
familiar de 'Se trata, por lo tanto, de un caso en el que el "cuerpo" de un
Miguel no lograba, en efecto, emerger de la propia
familia de
origen, mientras en el seno de ros núcreos de ambos niño sufre diversas intervenciones sobre órganos de los "senti-
se verifi- dos" que tienen que ver con los genitales y la mirada; en sínte-
caba una notable diferencia de lenguaje, de riqueza
de léxico, sis, también con el placer. Esas intervenciones en el ámbito de
de claridad expositiva; cuatidades éstas última" qr" puÁ"á-n
peftenecer, en mayor medida, a la madre una historia nacida en el contexto de una confusión masiva de
del paciente, y no a los
componentes de la familia. la pareja de progenitores, en el seno de la cual el espacio para
tViguel era un muchacho ÁenuOo, de edad indefinible,
el hijo se inscribe en una línea limítrofe, mientras los roles de
así ambos padres no son definidos, pueden tener el sabor violento
como era indefinible la expresión de su rostro, que
no era la de de un peligroso "insulto", de modo de desintegrar el ya frágil
un niño, ni la de un adolescente, ni la de un viejito,
ni la de un "yo" del niño. En esta primera fase del counselling, por ejemplo,
hombre, ni la de una mujer. Su mirada era seria;
los pequeños es posible entrever tanto la mayor presencia de la madre, que
ojos estaban muy cerca uno del otro. Sobre la frente
asámaba con el hijo utiliza efectivamente la fuerza, el vigor de la "pala-
un mechón de cabellos enrulados y rojizos. Su vestimenta
era bra", como la fragilidad del padre, que se "vuelve de espaldas y
evasiva a la percepción delotro. Se expresaba,
sin embargo, llora", y su desvalorización por parte de la madre.
como su madre: con propiedad en el lenguaje, casi sofisticáá
para un muchacho de su edad y de su condición Metafóricamente se asiste, entonces, a una inversión de ro-
socíaÍ. Se sen_
taba con compostura delante del analista, que de les. En esta primera fase de exploración, se puede hacer ya una
lViguel cono_
cía solamente el motívo por el cual había sido env¡aáo hipótesis acerca del paciente, inmerso, en efecto, desde siem-
a la se_ pre en la colusión de los padres, fantásticamente "herido" y
sión: tics, pesadillas nocturnas, dificultad para relacionarse
con "ofendido" en su identidad como individuo, con relativas dificul-
sus coetáneos.
Y Miguelcomenzó enseguida diciendo: ,,No sé tades de identificación: no sabía ni siquiera si era varón o mu-
si vine por los jer; de aquíel significado de la expresión "indefinible" de su ros-
problema del día o por los de la noche...,,Así,
Migueldeciaró su tro, observada de inmediato por elterapeuta. Miguel comunicó
relación con la realidad, poblada de fantasmas tanto
diurnos

302 303
I

que tenía una hermana más pequeña, de aproximadamente un lescente sus inconscientes e irnplícitas/explícitas preguntas so-
año, y que él había sido llevado a un médico por estos proble- bre el crecimiento, sobre el sentido de la propia existencia, so-
mas nocturnos; pero no se había encontrado bien porque el bre los cambios de un cuerpo que se modifica en relación con
doctor le había hecho un montón de preguntas y pedido una lar- una historia pasada, hecha de heridas, entendidas cual angus-
ga serie de exámenes. No sólo eso, sino que, después de la tias de castración, de "máscaras" que anestesian transformán-
consulta, la mamá, única autoridad reconocida, se había que- dose, de pronto, en "monstruos" y criaturas de la noche. Una
dado a hablar con el médico. noche que se revela cargada de brujos y maleficios.
De ese modo, It/iguel hizo notar al analista que querÍa ser in- Y entonces, verdaderamente en este caso se devela la vida
formado claray directamente acerca de la naturaleza de su ma- cotidiana que, en el seno de un tejido narrativo y poético, como
lesta¡ y no a través de la madre. É1, f¡nalmente, pedía ser visto posibilidad de integración de las varias partes delse/f, deja aflo-
como un varón, como quizá habría deseado que hiciese con él rar la desesperada búsqueda de un pequeño yo que, mediante
su padre, tanto para utilizarlo como para afrontar sus dudas y su la palabra de la madre y en ausencia de la palabra del padre, tn-
ambigüedad relativa a la propia identidad sexual, que se mani- tenta poder amar tarnbién la ncche.
festaba con la producción de los terroríficos fantasmas noctur- No casualmente Miguel había dicho nrucltas veces: "Con
nos, escalofriantes y persecutorios. Fatalmente, éstos lindaban mamá hablo... Lamento que papá no esté nunca, pero tal vez es
con la realidad diurna, débilmente representada por la "lámpa- mejor asÍ, porque cuando está no quiere que hagamos ruido, no
ra" evocada en la composición poética. quiere que salga solo. Con mamá, en cambio, puedo hablar
Miguel prosiguió contando los problemas relacionados con más." Y entonces, una vez más la madre, como única y ambi-
sus compañeros: "Me dicen que soy fastidioso, pero yo no sé valente contenedora de angustias, cuya tranquilizadora pero no
qué quieren decir... Además, hay un doble problema: estoy en suficiente luz (la lámpara) que en la composición de Miguel se
una clase mixta... Además, hay otro ¡rroblema: la historia y el ita- modificó a pedido de la maestra, entendida como símbolo om-
liano no me gustan, la geografía no la entiendo... Yo no entiendo nipotente, en la luz de Dios. O bien en la deseada presencia del
lo que veo. Además, tengo el problema de la lectura: después de padre, con la cual identificarse finalmente, y evitar la disociación
leer un poco, se me nubla todo y veo los puntitos negros y las mente-cuerpo. Él vivÍa "aprisionado en un castillo mental", co-
hormiguitas... En clase, tengo sólo un amigo: es un poco ami- mo escribe Winnicott, habiendo sido su cuerpo traumatizado
desde el nacimiento, imaginariamente privado del pene y, por
9o... Pero, si no es él el que me busca, yo no sé cómo encontrar
una excusa para acercarme a é1." ende, identificado con todo aquello que es femenino.
De aquÍse puede, quizá, comprender ya que Mlguel pide al Estaba ya muy cansado, querÍa enseguida una solución a sus
analista que "se acerque a é1" en su totalidad psicofísica, para problemas; habría querido que, casi mágicamente, su cuerpo
ser ayuCado a "comprender todo lo que no ve", o que ve "alte- reencontrase una imaginada integridad primitiva. El aproximarse
rado", debido a su más arcaico sentimiento de culpabilidad por de la adolescencia ponía su imagen corporal a ciura prueba.
haber nacido "fastidioso" en un núcleo familiar que de "fasti- tr/iguel era, en realidad, un niño desesperado y confundido,
dios" ya tenía bastante, como para hacerlo sentir alejado y ais- cuya concepción fue el medio utilizado por los padres para po-
lado "como un niño de color", sin posibilidad de un aporte suyo derse casar. Él sentía que siempre había sido usado, no habien-
personal. Y el sentimiento de culpabilidad por ira, agresividad, do nunca podirjo ubicarse en la mente de los padres para des-
envidia y frustración, y por haber imaginado proyectivamente pués ocupar un lugar propio. Los padres de tirliguel, en efecto,
herir a otros, determinaba ancestrales y terroríficos castigos, tenían dificultad para crecer; por eso la pareja ilevaba los pro-
que en la vivencia de Miguel se traducían en la realidad como blemas no resueltos de la dependencia con respecto a sus pro-
intervenciones quirúrgicas. De aquí incluso el inquietante pre- pios padres. No casualmente el niño era descrito a menudo co-
guntarse por su identidad; de aquíel sentido de sus preguntas nto una "cosa".
al terapeuta. Y es en este monrento de elaboración transferen- Ir/iguel estaba, entonces, en una condición límite. Sus nece-
cial cuando el analista, después de haber focalizado el nudo del sidades no habÍan sido nunca lo "suficientemente" encontra-
problema, en la sesión de counselling puede restituir al preado-

304 305
das, y mucho menos satisfechas; aunque la leche materna Ie fue
bien suministrada, por cuestiones de ictericia. Pero la lecha ma-
terna, de la cual el niño estaba ávido, fue sustituida después de
45 dias por leche artificial. El niño, que tenía tanta necesidad de
madre, así como tenia necesidad de "luz", debido a su sentirse
"cosa" y por ende instrumento, tuvo problemas alimentarios: Mi-
guel comenzó a vomitar... Las deficiencias físicas se volvían con-
fusamente psíquicas, y viceversa: la situación psicofísica del ni-
ño estaba ya deltodo "alterada". Los fantasmas de la noche y
su dimensión angustiante, constituida en los primeros cinco "fa-
mélicos" días de vida, habían invadido la vida cotidiana de Mi-
guel, expuesto como una "cosa" a los "insultos" del "persecu-
torio" y metafórico bisturí.
Y es así como, solo y abandonado, el pequeño "yo" de Mi-
guel pedía al analista, en la sesión de counselling, ser ayudado,
sostenido y finalmente contenido, a fin de poder, según sus mis-
mas metáforas poéticas, aceptar las "ambigüedades" de la no- Cuarta parte
che. Y todo eso, más allá de cualquier intención interpretativa.
Naturalmente, el caso de Miguel es mucho nrás complejo; pero
de un caso así se han extrapolado los elementos concernientes Algunas experienc¡as
a las diversas fases del counselling. de counse//rng psicodinámico
Frag me ntos teó rico-clín ícos

306
El counselling y la adopción

A la madre adoptiva, sin embargct, generalmente le falta el


sentido maternal de la madre real, ese estado particular que
requiere un período preparatorio de nueve rneses.

Donald W Winnicott

Nos parece oporluno, en relación con el counselling, propo-


ner al lector algunos elementos de reflexión sobre la temática
referente a la adopción, comenzando precisamente por algunas
consideraciones acerca de los padres adoptivos. De hecho, no
es posible pensar en un counselling para una pareja que inten-
te adoptar un niño sin tener presentes algunos elementos.
Generalmente, se está de acuerdo en afirmar que la elección
de los padres adoptivos se ha de efectuar observando lo que se
cree son las necesidades, las exigencias y la realidad del niño.
La visión convencional es que estos aspectos están represen-
tados por la religión, el estatus social, los recursos materiales y
financieros. La perspectiva psicoanalítica, por el contrario, afir-
ma que las necesidades fundamentales del niño son el afecto,
la continuidad en los cuidados, los estímulos varios y la guía;
estas áreas son, en efecto, las que sostienen al niño ayudándo-
lo a desarrollar sus recursos emotivos y cognitivos, facilitando
una construcción del propio ser basada en la identificación. Es-
tos criterios son diferentes entre sí, tanto que a menudo el uno
está presente sin el otro. Se agrega, sin embargo, que el punto
de vista analítico sobre este problema difiere pocas veces de la
opinión psicológica iluminada, en general.
En definitiva, se puede afirmar que la adopción, realizada en
ese sentido, termina por contemplar también las exigencias de
los padres adoptivos. Es claro que los intereses de los padres
no pueden dejar de estar subordinados a los del niño. Satisfa-
cer el deseo de ser padres, en efecto, no siempre es una razón
válida para una adopción. El niño podría ser querido para ci-
mentar un matrimonio inestable, para remediar la infelicidad de
una mujer, para "hacer compañía" a un hijo biológico existente,
para colmar alguna fantasía que impele dentro de sí; en ejem-
plos de ese orden, los intereses del niño no siempre serán coin-
cidentes con los de los padres. ldealmente, deberÍan intentarse
evaluaciones de la personalidad de los padres adoptivos, si

309
bien para tal propósito existen varios problemas que podrían di- bién "burgueses", y así repetidamente... En todo caso, el tras_
ficultar la concreción de este requisito. fondo de clase podría resurtar de poca importancia si son satis-
fechas las necesidades primarias del niño.
Ni es suficiente decir que se debería estar siempre en edad
de cuidar a un hijo; sería claramente un precioso auxilio si se pu- Pero nuestra visión es ra de que la adopción se efectúe ro
an-
dieran encontrar los modos para asegurar que la motivación tes posible, a partir der nacimiento. opiniones oficiares se acer-
principal para la adopción la constituyan los sentimientos ma- can, hoy, más a esta visión, a la cual es necesario agregar algún
ternales de la aspirante a madre. Similarmente, una actitud po- comentario. Nuestra óptica tiene en cuenta tanto ros intereses
sitiva hacia la paternidad por parte del aspirante a padre es no- de los niños como los de los padres adoptivos. Al niño, por
toriamente preferible a una mera aquiescencia respecto de los ejemplo, es necesario asegurarre ra mayor continuidad de cui-
deseos de la madre. Se debe reconocer que podrían surgir difi- dado, por lo cual cuarquier cambio debe ocurrir congruente-
cultades por parte del padre adoptivo, especialmente si la falta mente. No existen pruebas váridas de que un cambio de madre
de hijos de la pareja fuera atribuida a su incapacidad para ge- dentro de la sexta semana sea necesariamente patológico, pe_
nerarlos. En circunstancias de esa índole, la presencia del hijo ro cambios de esa índole después del perÍodo indicado son
me-
adoptivo podría actuar como un constante reclamo por su fra- nos oportunos y deseables. En el conjunto, consideramos que
caso, y ser una fuente permanente de orgullo herido y disminu- las adopciones no deben postergarse más a[á der tercer mes
ción de autoestima. porque, como afirma D. W. Winnicott, en los primeros meses
se
estructura ese ambiente acogedor y, por ende, fundamental pa_
ra el desarrollo del yo del niño. Cualquier adopción qu"
Existe, además, una circunstancia particular en la cual la ne- después de este límite se considera una adopción tardía =r"ád,
que
cesidad de los padres de adoptar un niño deber ser siempre fre- comporta algunos peligros hasta para la familia involucrada,
nada. Es el caso en el que el deseo de adopción provenga de la que, probablemente, en ciefto momento, estará obligada pedir
a
necesidad de sustituir a un niño recientemente muerto; en cier- ayuda terapéutica. En rearidad, también es oportuno reducir ar
tos casos, el niño adoptado es incluso llamado con el mismo mínímo las inseguridades de ros potenciares padres adoptivos.
nombre" Esa situación es siempre desastrosa porque busca ne-
gar la necesidad que los padres tienen de cumplimentar el due-
Si la madre adoptiva pudiera, en efecto, ocuparse del niño
enseguida, eso podría resultar una ventaja también para la ma_
lo inevitable por la muerte del hijo.
dre biológica. Es, por lo general, muy doloroso para la madre
En estos casos, es fundamental esperar por lo menos un año biológica alimentar al niño, o bien ocuparse de é1, para después
antes de que la adopción pueda ser tomada en consideración; tener que separarse. Se reconoce, en general, que la adopción
dicho período es, por otra parte, necesario para que los padres ocurrida desde el nacimiento reduce la situación dolorosa para
superen, en lo posible, su pesar. Los límites de tiempo son, de la madre, pero también es necesario afirmar er principio más
todos modos, siempre aproximativos, si no absolutamente arbi- sa-
no de reducir al mínimo er número de personas invorucradas en
trarios. el cuidado del niño, para que después tenga la posibilidad de
crecer bien.
Como regla general, la familia completa parece ser la elec- De todos modos, queda la siguiente cuestión importante pa_
ción más oportuna para el niño, dando por descontado que los ra evaluar: ¿cuánto tiempo debe ser concedido a la madre an_
padres adoptivos reúnan todos los otros requisitos. Pero no hay tes de decidir si da en adopción o no al propio hijo? Algunos
duda de que una mujer "srng/e" con una fuerte capacidad ma- sostienen que el verdadero riesgo se refiere a la inestabilidad
ternal es, a veces, con respecto a la denominada familia institu- mental de la puérpera, ya que para un propósito de esa índole
cional, una posibilidad mucho mejor para el niño. Esta última existen muchas dudas.
podría, en efecto, demostrar ser un desastre, si no obedeciera
Otro problema puede plantearse en el counse//ing. Se trata
a lo que había sido pactado para ciertas necesidades del niño. de la pregunta de algunos padres acerca de la oportunidad de
Y es inútil esconder aquella práctica por la cual los hijos de pa- revelar al niño la verdad esencial acerca de la adopción, así co-
dres "burgueses" son dados en adopción a otros padres tam-

311
mo el momento adecuado para hacerlo. La adopción debe ser áreas fuera de la casa se hace más intenso. Ese período colnci-
comunicada apenas el niño sea capaz de comprenderla, si bien, de con el inicio de la vida escolar. Éste es el momento de la vi-
como sucede con la educación sexual, aunque esa información da en el que la primera idealización de los padres se abre cami-
permite al niño una situación más confidencial, resulta doloro- no a un primer grado de desilusión, es decir, cuando la "novela
sa. Como, efectivamente, el misterio concerniente a los padres familiar" llega a su apogeo. Esta "novela" no es otra cosa que la
reales permanecerá, los padres adoptivos deben saber que creencia común en todos los niños de que, ésos, sus padres, no
pueden aparecer sentimientos de rechazo tanto hacia la situa- son los reales; de aquí la consideración de que, en una situación
ción como hacia ellos mismos. Se aclara que, por cierto, debe- de adopción, podrían ser utilizados los padres biológicos en
rán ser develados los hechos, y no la identidad de los padres contra de los padres adoptivos. En realidad, la convicción por la
biológicos. Después de haberse efectuado la adr:pción, por lo cual el "vínculo sanguíneo" confiere automáticamente un afec-
tanto, deben cesar los contactos con Ia madre biológica; de allí to particularmente intenso entre los padres biológicos y su hijo
en más, los verdaderos padres son los adoptivos. Ni a los pa- es, en especial, de difícil conclusión; y a eso podr'ía adscribírse-
dres biológicos ni al niño pueden serles concedidos aquellos le, sin más, la anomalía legal por la cual los padres biológicos
derechos que los habilitarían, en el mejor de los casos, a crear tienen derechos de padres que, sin embargo, no están asocia-
problemas que generen incluso tragedias, o precisamente esas dos a deberes. Eso lleva a muchas situaciones trágicas que, en
condiciones temáticas de dificultad y angustia que conducen a el settrng contenedor del counselling, por todo cuanto ya se ex-
la pareja a pedir con urgencia un counselling. puso y describió ampliamente, pueden también ser, en parte, y
en un primer momento, sostenidas y toleradas.
En este complejo contexto, hay quienes sostienen que, en la Padres que no han mostrado interés por su hijo y que acep-
etapa adolescente, los hijos adoptivos tenclrían que poder co- tan que vaya en adopción *incluso por años- pueden, en
nocer la identidad de los padres biológicos. Dicha convicción se efecto, ejercitar su derecho legal de revocar la adopción; viven,
basa en la hipótesis de que sería extremadamente doloroso pa- en consecuencia, los padres adoptivos y el niño durante años
ra el adolescente permanecer en la ignorancia de dicha identi- en la incertidumbre. Esta frecuente situación se vale incluso de
dad. Muchos, en camblo, concuerdan en que, durante la ado- la argumentación de los padres biológicos que afirman que el
lescencia, al ser la situación ya nruy difícil para el hijo adoptivo, hijo podría "hacerles compañía años más adelante". Pero elde-
no es oportuno facilitar el encuentro con las identidades de los recho a reclamar al niño en cualquier momento lleva, corno se
padres bíológicos. Pero las dificultades siempre se presentan, sabe, a situaciones desastrosas: padres que no han tenido con-
por lo cual el progenitor adoptivo debe estar preparado para tacto con sus hijos, de pronto, lo vuelven a pensar y piden "lle-
afrontarlas. El counselling, en esa situación, puede contener las varse a casa" al niño.
angustias de los padres y facilitar la posibilidad de afrontar los Una "casa" que, en esa situación, no significa nada para el ni-
problemas que en algunos períodos son más previsibies que en ño, a quien se aleja forzosamente de las únicas personas pa-
otros. De éstos, la adolescencia es por cierto muy importante, dres
-los
adoptivos- que para él son los únicos padres significativos.
porque la búsqueda de los padres biológicos podría ser utlliza-
Serias psicopatologías pueden comenzar precisamente así.
da para una "ruptura" o separación conflictiva y traumática con
respecto a los padres adoptivos. El enfriamiento gradual del vín-
culo con los patlres es seguramente una de las principales ca-
racterísticas de Ia adolescencia, o bien de una fase del desarro-
llo casi siempre difícil para todos, pero que se demuestra como
tal, de un modo particular, en el hijo adoptivo.
Un período evolutivo anterior durante el cual los padres
adoptivos deberían esperarse dificultades está representado
por la "latencia", es decir, por ese tiempo que va de la infancia
a la primera niñez, durante el cual el interés del niño en diversas

312 313
Las religiones, como la mitología, son ricas en historias y
Reflexiones sobre la patología de Ia adopción personajes asimilables al de Superman. Vemos a Moisés, trans-
de Andreas Giannakoulas portado por la corriente de un río en una cesta, llegar también él
a una adopción; o a Edipo, alejado de los padres a quienes des-
pués deberá, según el oráculo, encontrar nuevamente para dar
Existe una especie rnsensafa, entre los hombres:
curso a su historia; y también Rómulo y Remo, quienes poste-
el actual desprecia y escruta lo que es remoto,
riormente dieron nacimiento a la Ciudad Eterna, fueron acuna-
va tras el absurdo con insensatas esperanzas.
dos por el Tíber, hasta ser adoptados por una loba, máximo
Píndaro símbolo de la expulsión de la especie humana.
No existe mito que no descubra de algún modo un misterio,
o revele un acontecimiento primordial que ha inaugurado una
estructura constituyente de la realidad, o un modo de compor-
Dadas las insuficiencias diagnósticas, pronósticas y tera- tamiento humano.
péuticas, intentaré resumir más bien la situación problemática
Se puede decir que, proponiéndose de una manera univer-
de este argumento, privilegiando las implicancias patológicas.
sal, el mito se torna en modelo para todo el mundo y un mode-
Es una historia verídica. La historia comienza en un fantásti- lo para la eternidad. "Aquello que es eterno-decía Aristóteles-
co planeta, Criptón, en griego "secreto", un planeta que por una es circula¡ y lo que es circular es eterno." La idea del ciclo de la
misteriosa conspiración está a punto de explotar, destinado a la vida es muy difundida y muy antigua, está incorporada en la re-
destrucción. Un hombre y una mujer, padres naturales de un ni- ligión, en los sueños y en los mitos, pero acerca de cómo com-
ño que se transformará en Superman, intentan una última carta prender el desarrollo individual debemos mucho a Erikson. Se
desesperadapara salvar a su único hijo: la expulsión. Lo embar- sabe que las piedras miliarias más importantes que signan elci-
can entonces en un cohete, y lo lanzan al espacio, con la espe- clo de la vida de una familia son los misterios universales del na-
ranza de que la suerte le sea propicia, pueda llegar a un mundo cimiento, la copulación y la muerte (Pincus y Dare, 1976).
nuevo, distinto, y que alguien lo cuide. Esta escena inicial del fil-
En las simples historias de Rómulo y Remo, Edipo, lVloisés y
me que vi con mí hijo Alejandro, de cinco años, es comentada
por una voz en off que dice con grave acento: "Ésta es una his- Superman, los elementos de la adopción son extrañamente
preordenados en el espacio cíclico de la vida. El poder de los re-
toria real..." Al ver a este niño a bordo de un cohete espacial,
yes, del líder o de Superman está relacionado, de modo explici-
proyectado al espacio desconocido e infinito, y con el anuncio
to en el tiempo y en el espacio, con las configuraciones móviles
de que se trataba de una hlstoria real, mi hijo, totalmente des-
del antes y el después. Todos saben que el cielo, con su movi-
consolado, se puso allorar, manifestándome reproche y rabia.
miento, provee efectivamente las coordinadas temporales y es-
A medida que la ciencia y la historia invaden la totalidad del paciales a la tierra, y quien quiere trazar una ruta debe saber
campo del pensamiento, los sucesos del mito retroceden a la servirse de esta relación entre el arriba y el abajo. Pero en los si-
pura fábula y se nos aparecen como fantasías de evasión. Creo glos antiguos la unión era infinitamente más rica en significados
que la ciencia ficción, cuando está bien hecha, naturalmente (Santillana y Von Dechend, 1969). Se sabe que ningún medio
puede ser un intento válido de restaurar el elemento mítico. El mortal, es decir, humano, puede oponerse a la voluntad de Apo-
mito mismo es esencialmente cosmolóEico y, a menu<Jo, puede lo; como bien se sabe, la omnipotencia divina es tal, que nada
ser visto como una metáfora que, más que esconder, devela l¿ls puede obstaculizarle el camino al dios. Sin embargo, afirmar
realidades esenciales subyacentes en el ciclo de la vida. que los sucesos terrestres reflejan los celestiales sería, ya des-
En el universo onírico, encontramos repetidamente símbo- de el inicio, una simplificación engañosa. Como sería demasia-
los, figuras, eventos, imágenes que construyen la mitología. do simple decir que los hijos reflejan simplemente a los padres.
Freud ha dilucidado algunas relaciones entre las actividades En todos nosotros existe la verdad dolorosa de una expul-
del inconsciente y el universo mítico y religioso. sión: todos estamos alejados de nuestro planeta primordial, es-

314 315
r

tamos separados del vientre materno; pero me fue claro, al contrarse en la imaginación, la ilusión, la desilusión, el creci-
compañir la vivencia de Alejandro, que en aquel caso de emi- miento y la experiencia, Me refiero a ese núcleo del se/f que, a
sión del niño asistÍamos a la representación de un desarraigo to- mi entender, constituye el punto de padida de cada individuo.
tal. Superman niño es lanzado al espacio infinito, a una distan- Se sabe que, durante la preñez, la madre tiene necesidad de
cia inconmensurable, irreducible, que lo separará para siempre elaborar el propio Edipo con todas las vicisitudes de la identifi-
del espacio, de la mente y de la vida de los propios padres: su cación con la propia madre. La observación del niño enseña
continuidad está comprometida de una vez pa(a siempre. también que el esperma fertilizador propone una comparación
Hay una catástrofe en acto, dice Bion (1958) en su lectura de consciente e inconsciente, biológica y emotiva, entre el propio
Edipo. y el de los demás. Estos procesos llevan gradualmente a la
El oráculo dice que es necesario indagar y esclarecer a toda preocupación materna primaria; un proceso donde la madre se
costa un delito que daña la creatividad. adapta gradualmente al cuerpo, al movimiento y al tempera-
mento del propio hijo, como por otra parte es de esperar que el
lndudablemente, el individuo se renueva bajo el impulso de
hijo registre la postura corporal, el porte y algunos aspectos ele-
los propios procesos creativos, subraya Milner (1969), y la crea-
mentales de la actitud corporal y temperamental materna.
tividad no tiene nada que ver con la gracia, sino que depende
de nosotros mismos, de los vínculos interhumanos, del confron- En su obra La sede dell'esperienza culturale (1971), Winnicr:t
tarse una personalidad con la otra, y los derechos de ésta con con mucha precisión escribe: "Desde el comienzo el niño tiene
los derechr:s de aquélla, ya sea allídonde divergen o se identi- experiencias en extremo intensas en el espacio potencial entre
fican... Ser capaces de frarrquear la barrera espacial entre noso- el objeto subjetivo y el objeto percibido objetivamente, entre la
tros y los otros, e incluso, al mismo tiempo, conservarla: esto extensión del yo y el no yo. Este espacio potencial es el punto
parece ser la paradoja de la creatividad. de acción recíproca, entre no existir otro que el yo y el existir de
objetos y fenómenos fuera del control omnipotente.
La pareja incapaz de compartir el espacio de la ilusión y de
la imaginación creativa está destinada a la desirrtegración. Todo niño Winnicott- tiene aquí la propia expe-
-continúa
riencia negativa y positiva. La dependencia es extrema. El espacio
Winnicott evidencia en forma particular la necesidad de la
potencial tiene lugar sólo vinculado a un sentimiento de confianza
capacidad materna de ir al encuentro, tanto imaginativa como
por parte del niño, es decir, confianza relativa a la expectación de
afectivamente, de los primeros gestos creativos del niño, y es-
la figura materna y de los elementos anlbientales, siendo la con-
to constituye la base de la auténtica confianza del niño en la
fianza una prueba de la expectación que se introyecta gradual-
evolución y la cristalización del se/f.
mente."
Según mi experiencia, puedo decir que el problema no se ve
El espacio potencial que recibe al niño adoptado es el uni-
sólo en términos maternos, sino principalmente en términos de
verso caótico ilimitado de Superman, el itinerario edematoso y
la dinámica de la pareja (Giannakoulas, '1983).
lacerante de Edipo, y alienante en dol-rle sentido de Rómulo y
Es a la vivencia interna del espacio y de su falta, he afirma- Remo El vacío es Io tinico real; un vacío que arlenaza ese rní-
do ya, adonde deben ser reconducidos los orígenes del se/f, del nimo estado de confianza natural existente después del parto,
posible proceso ¡.rsicopatológico y dei trauma. y es obvio que generalmente un ambiente impersonal es antina-
La exigencia de elaboración es probablemente válida y ne- tural para recibir a un niño.
cesaria para cada pareja, para dar nacimiento a ese espacio Debido a la indisponibilidad de los criterios selectivos, la ins-
donde cada uno testimonia la identidad del otro en el nivel de su titución o la familia adoptiva, por lo general, no están prepara-
madurez, y es, por ende, posible un desarrollo adecuado, tanto das y son inadecuadas. Su preparación es mínima, por no decir
personal como diádico. Este espacio está, a su vez, destinado inexistente, y las motivaciones profundas son ignotas. Por lo
a tornarse un espacio potencial para colocar las respectivas tra- común, prevalecen actitudes adversas al pasado del niño, pro-
diciones, religiones y culturas, para ese itinerario metafórico poniéndose como la única y opuesta alternativa que "desprecia
que es la vida humana, donde los padres y los hijos pueden en- y escruta lo que es remoto.".".

316 317
Siguiendo con mucha imaginación a Edipo en su temible via- el rechazo preconsciente, la psicogénesis de la adopción, los
je, Fornari (1976)configura elvínculo entre socialy metasocial, síntomas que de ella derivan y otras consecuencias.
y nos propone un modelo clásico de la familia como institución. Extrañamente, la documentación es muy escasa. Feder
Corinto, con toda una jerarquía consciente en la cual rigen nor- (1974), en un intento de establecer un espectro diagnóstico de
mas claras y precisas, y roles que diversifican; Tebas, reino de variada intensidad, escribe: "La percepción inconsciente en el
la confusión y de la falta de normas, donde los instintos de la niño aparece como curiosidad y es fundamentalmente usada en
prehistoria infantil moran soberanos, donde el filicidio, el parri- la investigación de reafirmación narcisista. La escena primaria y
cidio y el incesto no pueden evitarse. La familia corintia, según la novela familiar se funden cuando surge la cuestión del origen
el modelo plástico que Fornari propone, se configura como me- del niño. Este deseo manifiesto del niño esconde un interés más
canismo de defensa de las angustias de la familia tebana, "se profundo, no sólo por las circunstancias sexuales de su con-
estructura sobre la otra como una pesadilla, suspendida sobre cepción, sino también por cuan 'deseado' él haya sido. La so-
la otra como al borde de un desastre" (Tognoli, 1985). breexcitación sexual o la indiferencia pueden precipitar fanta-
En términos clínicos, pienso que Fornari podría aludir a una sías genéticas. Esto se ejemplifica en la novela familiar que es,
diferencia de estructura en la membrana diádica de dos parejas. casi cieftamente, la manifestación de la percepción inconscien-
Si observamos la membrana en términos de componentes, te del niño de ser rechazado." Freud dice que "en toda fantasía
existe evidencia clínica de los diversos estratos que la constitu- hay una parte de verdad histórica", pero la verdad del niño
yen (Giannotti y Giannakoulas, 1984). El estrato externo como adoptado es abandono y rechazo.
un epitelio está formado por elementos ético-religiosos y socio- La vicisitud traumática concreta no le permite el nacimiento
políticos. EI estrato medio, formado por componentes cultura- metafórico de la novela familiar: "Debes matar a tus padres para
les y familiares en sentido amplio. El tercer estrato, el interno nacer o, al menos, debes negarlos." El se/f, como dice Cassirer,
(endotelio), está constituido por más aspectos personales emo- está creado por sus símbolos, así como por ellos es representa-
tivos e instintivos. Aquí los conflictos y las tensiones correspon- do y expresado. Naturalmente, los procesos de simbolización en
den siempre a algo íntimo, a menudo pasional. este caso están destinados a sufrir. Por otra parte, el niño adop-
Se podría decir, continuando la historia de Superman, que la tado es encontrado y elegido por su potencialidad de desarro-
membrana diádica de sus padres reales estaría constituida por llar un rol ilusorio (como si), y puede ser tratado como sustituto,
el estrato interno, representada por una pareja atractiva, pasio- con o sin su connivencia, inconsciente del imago de ideales in-
nal y semidivina, mientras que la de los padres adoptivos, por el ternos de los padres. En este clima particular, el niño comienza
estrato externo, rígido y periférico, generalmente sostenido por muy precozmente a percibir y a responder a las expectativas del
posturas fóbico-obsesivas y depresivas. En efecto, sus futuros entorno; y, a menudo, a incorporarlas. Afirmo que la especifici-
padres son una pareja asexuada y abúlica, impotente delante dad de la solicitud es alienante y despersonaliza. Apenas llegado
de un automóvil descompuesto, en medio de un desierto. lmpo- a la tierra, el niño Superman tiene el deber preciso de quitar las
tencia, frigidez, matrimonios no consumados, malformaciones dificultades a la pareja adoptiva, con una fuerza sobrehumana,
genitales, enfermedades psicosomáticas son algunas de las ca- levantando por sí solo el peso del automóvil para que sea repa-
racterÍsticas no exploradas, frecuentes en las parejas sin hijos. rado. Y son innumerables los pasajes de sus aventuras del niño
Todo esto lleva a súper inversiones defensivas hacia el niño, al adolescente y al adulto, tímido, alienado, despersonalizado,
con idealizaciones preadoptivas y expectativas mesiánicas al Superman. El problema aquíes que sus aventuras son simul-
concretas. Paradójicamente, "los padres estériles esperan un táneamente una repetición cíclica y un inicio constante. Un in-
producto pedecto". tento, tal vez, de poner bajo la propia omnipotencia un antes
que nunca puede ser aferrado, en illo tempore. Algo r:currió en
La idea de una oposición neta entre las dos partes, es decir
su vida, pero que ya no tiene un lugar donde ser ubicado. El an-
la historia y Ia prehistoria, creo, es insostenible. Se puede ver la
tes es invocado sólo para poder situar el momento generalmen-
primera parte, al menos retrospectivamente, como una antici-
te exaltado de la ruptura (Pontalis, 1981);eldespués es que an-
pación de la segunda, y considerar una correlación clínica entre
te la presencia del otro se torna el otro. Se puede decir que es

318 319
la presencia activa de un elemento interno irreductible lo que
Batista
constituye la laguna de su se/f.
A través de la historia emblemática de Superman
do, todavía lactante, por los padres naturales hacia -expulsa-
el espacio
del universo y adoptado sobre la tierra por una pareja de cón- El itinerario evolutivo del individuo humano proviene de la at-
yuges que desde el primer encuentro con él se presenta nece- mósfera afectivo-emotiva, además de instintiva, compartida y
sitada de su ayuda-, y siguiendo el hilo que une a Edipo, a ti/loi- creada por los propios padres para concebirlo, gestarlo y reci-
sés y a Rómulo y Remo, el autor lrazauna suerte de itinerario birlo: es decir, del haber creado un espacio psíquico compafti-
psíquico del niño adoptado, para quíen la novela familiar no se- do para acogerlo. En otras palabras, la continuidad del indivi-
rá fantasía y metáfora sino verdad histórica, y que se encontra- duo humano (el núcleo del se/l) comienza incluso antes de la
rá con el deber responder a las expectativas y las solicitudes del concepción; este núcleo delse/f, junto con la anatomía, la fisio-
entorno, masivas y despersonalizadoras, que permanecerán, logía y la biologÍa del niño, constituye, como dice Winnicott (en
por lo general, irreductiblemente no elaboradas. Boundary and Space de M. Davis y D. Wallbridge, 1981), el po-
tencial innato del niño que experimenta gradualmente una con-
tinuidad del ser.
En el período inicial, que va de la dependencia total a la re-
lativa y hacia la independencia, el niño, a través de las respues-
tas maternas a las propias necesidades, adquiere a su modo, y
con su ritmo, una realidad psíquica personal y un esquema per-
sonal corporal.
La importancia de los factores constitucionales y heredita-
rios en el desarrollo del individuo ha sido subrayada por diver-
sos autores, pero ya sabemos también que, para un niño física-
mente normal, el crecimiento de su personalidad depende de
una sensibilidad a sus necesidades individuales y de una capa-
cidad del ambiente de ír a su encuentro de una manera perso-
nal y de sostener su continuidad de existir.
La integridad se alcanza con la convergencia de los distintos
componentes somáticos y psÍquicos en un se// unitario pero, la-
mentablemente, en la historia de todo niño adoptado hay una
rnterrupcrón fundamental de la propia continuidad.

Batista, un niño en la tardía adolescencia, hacía desesperar a


sus padres adoptivos con su postura intemperante, agresiva y
destructiva, con su rechazo hacia cualquier actividad tanto es-
colástica como de trabajo, y sobre todo con sus actitudes nega-
tivas hacia todos y todo. Había sido adoptado a los ocho meses,
por una pareja de alto nivel social e intelectual, con una implican-
cia afectívo-emotiva amplíamente ambivalente y con muchas
expectativas. A los tres años, siguiendo el consejo de expertos,
habían comunicado al niño la "fabula" de su adopción. Desde
entonces el niño se había vuelto intranquilo, alarmado, preocu-

320 321
pado por el humor de los padres, y había comenzado a mostrar Ellos habían pensado ya en un instituto educativo de apren-
un control asiduo sobre el ambiente. dizaje suizo o en cualquier otro país extranjero. "Lo hemos envia-
En los coloquios con los padres, surgía claramente la subya-
do hasta a nuestro país de origen, pero nuestros parientes nos
cente alternativa del rechazo; por ejemplo, además de anunciar Ilamaron alarmados porque allí, quién sabe por qué, salía sólo
al niño, precozmente, que era adoptado, el asumir como niñera con gentuza. Sí, un montón de irresponsables; parece atraído
por ese tipo de gente. Tuvimos que ir corriendo a buscarlo."
a una mujer que años antes había dado en adopción, inmedia-
tamente después del nacimiento (primeros días), a su propio hi- La ambivalencia y el doble mensaje de los padres eran om-
jo, a quien nunca más habÍa vuelto a ver, y que, generalmente, nipresentes, como estaba implícito para Batista el mensaje de
durante su ausencia, se "tumbaba" cerca de la puerta casi co- que crecer, tener éxito, involucrarse significaba ser dejado afue-
mo un "guardián", mostrándose extremadamente tierna y pro- ra, excluido, olvidado. La amenaza de un abandono continuo,
tectora con el niño y diciéndole a menudo: "Pobre pequeño, te unida a una comunicación precoz y devastadora que no podía
han tomado para dejarte." ser afrontada por el yo del niño, ya comprometido por su natu-
Batista encontraba cualquier excusa para acostarse en la ral historia personal, lo había inducido a organizar una serie de
cama con los padres y era incapaz'de estudiar por sí solo sin la defensas, no sólo contra la depresión y el dolor psíquico, sino
presencia de la madre. Manifestaba enorme dificultad para se- también contra el abandono pasivo.
pararse; y, hasta su tardía adolescencia, para aceptar de sus Su futuro, para ellos, era igualmente enigmático y deplora-
coetáneos o colegas invitaciones de cualquier género, sin antes ble: "Podría elegir, al menos, un trabajo para poder construirse
una excitación y una enorme angustia, para después rechazar una familia; de lo contrario, los delincuentes, los drogadictos
la invitación. Por esto, por lo común, se ponía triste, apático y serán siempre un peligro"; o aún más: "Debería hacer el servicio
malhumorado, y pasaba el resto del día en la cama. milital lo hemos entusiasmado también para que lo haga como
Gradualmente, había comenzado a manifestar perturbacio- un oficio, pero él no es capaz de hacer absolutamente nada.
nes de comportamiento y manifestaciones fóbico-obsesivas y lmagínese que encontró un trabajo, y después de ocho meses
contrafóbicas, que fueron referidas por la madre de este modo: comenzó a intimidar a quienes le daban trabajo, denunciándo-
"Apenas se daba cuenta de que lo estaba esperando, a la sali- los, asíque lo despidieron con una indemnización, y él se volvió
a encerrar en casa."
da de la escuela, escapaba, metiéndose también en peligro por
el tráfico, obligándome a perseguirlo; o bien cuando lo tomaba Contaron que Batista había encontrado también una mucha-
de la mano me daba continuamente la sensación de que se afe- cha, bella, inteligente y afectuosa, que lo esperaba siempre, en
rraba a mi mano, intentando, al mismo tiempo, huir." extremo dependiente de é1, que siempre estaba refunfuñando.
"Cuando nosotros la recibimos, y comenzamos a entusiasmar-
Las fantasías vinculadas con el origen del niño, sus padres
naturales, todo lo referente a su estado social, fÍsico, moral, lo, él se hizo dejar. Quería ser paracaidista, y lo hizo con éxito,
pero apenas obtuvo el certificado no se interesó nunca más."
en pocas palabras, el desconcierto y lo ignoto, se concreta-
ban en sus asiduos exámenes médico-psicológicos. Batista La ambivalencia y el sadismo inconsciente de los padres ha-
había sido enviado por eso a distintos neurólogos, psiquia- cia un niño frágil y totalmente dependiente de ellos organizaban
tras, educadores e instructores, coleccionando huellas epi- en Batista la inercia y la apatía sostenidas como defensas arcai-
lépticas indiferenciadas, una diagnosis de perturbación de cas y desproporcionadas contra la agresividad.
carácter y resultados igualmente confusos de tests psicológi- En todas las sesiones de counselling, los padres querían sa-
cos y de otro tipo que eran interpretados por sus padres co- ber qué era lo que no andaba bien: si eran ellos quienes se ha-
mo algo altamente indicativo: "Tal vez, una enfermedad here- bían equivocado, o Batista mismo.
ditaria; tal vez, un daño ligado a la preñez poco confiable de "EI problema es que él sólo nos hace pelear, sentirnos inade-
una madre irresponsable, ¿o algo ligado, incluso, a un trauma cuados y, sobre todo, nos da la sensación de equivocarnos." "A
de nacimiento?" los siete años papá-, le di una palmada en las nalgas, y
-dijo el
él me lo reprochó diciendo: ¿Qué, me adoptaron para pegarme?"

323
Con el propio narcisismo tan profunda y precozmente trau- Ramona
matizado, y con la propia autoestima tan comprometida, pare-
ce imposible para Batista la tarea de poder, aungue sea de un
modo parcial, remediar las expectativas idealizadas de los pa-
Ramona era una niña de diez años adoptada a los diecisiete
dres adoptivos.
meses. Llegó a la consulta por enuresis primaria.
Era obvio que para Batista ser aceptado sólo por aquello que
podría hacer para los padres significaba renunciar a sí mismo. Diez años después de un matrimonio infértil, los padres de
Ramona habían decidido adoptar a Rafael, experiencia descrita
Haberse podido comunicar y elaborar en el counselling las como bellísima. Después de dos años, a tres años de su adop-
recíprocas angustias relativas a la adopción modificó profunda- ción, dado que la madre deseaba una niña, buscaron una adop-
mente el vínculo entre Batista y sus padres. ción internacional.
Ramona nació en Rumania. Los padres habían ido a buscar-
la y la vieron cuando ella tenía cinco meses y medio de edad.
Probablemente, no había sido declarado el estado de abando-
no. De la madre natural no sabían nada salvo que tenía diecio-
cho años y, dado que no podía abortar porque podÍan arrestar-
la, había abandonado a la hija sin reconocerla.
El padre adoptivo, de cuarenta y nueve años, trabajaba en
una pequeña empresa; la madre, coetánea de su marido, era
docente de inglés, jubilada antes de tiempo por una depresión
que había padecido algunos años atrás. También estuvo inter-
nada dos meses en una Casa de Salud.

El primer coloquio se realizó en un servicio público; los pa-


dres llegaron tarde, del brazo: estaban ansiosos, confusos, de-
sorientados..., se habían perdido en el interior del lnstituto.
La mirada casi temerosa de la señora impactó al terapeuta,
asícomo su dificultad para mirarlo a los ojos.
El marido asumió, en seguida, una modalidad segura y pro-
yectiva con respecto a la mujer, pero con escaso resultado.
Quedó en evidencia, casi inmediatamente, de qué modo ellos
se sentían padres, mientras verbalizaban su sentimiento de to-
tal desconcierto murmurando casi al unísono: "Nos sentimos
desorientados"... Dijeron que Ramona de noche siempre se ha-
cía pis en la cama, pero que ahora se avergonzaba y no quería
ir más a dormir a la casa de las amigas ni de vacaciones a la
colonia.
Antes de irse a la cama, Ramona por sí sola se ponía los pa-
ñales. Los padres afirmaban que habÍan probado de todo: des-
de hacerla beber menos por la tarde a despertarla durante Ia no-
che, y llevarla a una doctora, amiga de ellos, que le había dado
remedios homeopáticos. No había nada que hacer. "Se siente

324 325
distinta de los demás niños aunque es extravertida, vivaz, inte- La señora, con voz contenida y calma, dijo que, cuando la
ligente", afirmaban los padres. sacaron definitivamente del orfanato, fue igualmente turbulento;
El padre afirmaba que Ramona era una niña intrépida, le gus- tanto, que permanecieron forzosarnente en Bucarest por otros
taba correr, treparse a los árboles, se daba con todos; agregó diez días, para poder cumplimentar las prácticas burocráticas.
de pronto: "Talvez, un poco cabezadura en el sentido de que no Durante ese período, habían tenido a la niña en el hotel con
soporta las prevaricaciones, tiene un gran sentido de la claridad ellos; Ramona no dejaba nunca de llorar, gritaba y no lograba
y de lo que es justo. También en la escuela es muy sensible ha- dormir, no obstante estar ellos muy atentos, siempre cerca e in-
cia las actitudes de las maestras con respecto a los otros niños, tentando calmarla de todos modos. No lograban ni entenderla
sufre si ve que hay tratos diferentes, preferencias por uno u otro, ni hablarle, aunque el rumano se parecía al italiano.
en este caso se enoja."
En eljardín de infantes, es decir a la edad de tres años, no
Es clara la falta total de preocupación primaria y secundaria
había dado ningún problema de separación, se había mostrado
de los padres, que se manifiesta al enfrentarse con las necesi-
contenta; pero ya entonces estaba muy preocupada por su pi-
dades más elementales de la niña.
pí. Los padres dijeron que "sólo ahora, desde que cambió de
escuela a una escuela pública desde hace dos años- ,
Era evidente que todos habían vivido una angustia invasiva,
-asiste
va a disgusto, precisamente porque no está de acuerdo con una traumática, cuando las angustias profundas de separación so-
de las cuatro maestras. Ramona dice que es injusta; de cual- brevenÍan a la niña, mientras ellos no sabÍan que hacer. Ramo-
quier modo, reacciona para defender sus opiniones". Y comu- na, de diecisiete meses, además de ser arrancada de su am-
nicaban que, sin embargo, había tenido siempre un buen rendi- biente, se encontraba también con personas que no tenían el
miento escolar, con alguna dificultad en el idioma italiano, sólo mismo lenguaje, tal vez lo único que ella, con precocidad, no
al comienzo... En ese punto, recordaron al terapeuta que la ni- obstante, había desarrollado. La niña estaba metafóricamente
ña era rumana, adoptada y transferida a ltalia a los diecisiete por completo en otro planeta. No tenía alimento, no tenía ma-
meses. dre, no tenía personas ni otros niños alrededor que hablaran su
mismo idioma.
De pronto, en cambio, se encontró con dos personas que
En 1986-'1987, los padres habían ido a Bucarest cuando Ra-
hablaban entre sí un idioma que ella no entendía.
mona tenía cinco meses y medio; pesaba poquísimo, alrededor
de cuatro kilos. Ellos contaron que "el orfanato era un lugar de Si la niña hubiese sido adoptada en los primeros meses de
posguerra; cuatro, cinco niños encerrados en un box, llorando, vida, habría sido distinto, pero Ramona había construido ya su
gritando, sucios y hambrientos. Los niños eran muchos, con modo de existencia, por lo cual sentÍa que estaba siendo priva-
poquísimo personal de asistencia". da de su mismo idioma.
La niña no había sido elegida, sino dada. La interrupción de la propia continuidad en esta edad conlle-
va grandes complicaciones. Esta niña habÍa desarrollado el len-
Por aproximadamente un año, fueron a visitar a Ramona una
guaje a los diecisiete meses, también para poder defenderse; y,
vez al mes, casi siempre los dos juntos, permaneciendo algunos
como es sabido, el lenguaje es una de las funciones del yo.
días para intentar estar con la pequeña lo más posible. Cada
vez, llevaban pañales, comida, juegos, vestidítos, también para Los padres afirmaban que era una niña inteligente y que iba
los otros niños. La descripción, casi escalofriante, comunicaba a la escuela, que estaba en condiciones de evaluar criticar y di-
un sentido de total abandono y disgregación, propros de la pos- ferenciar,.. Precisamente, esta niña que había sufrido injusticias
guerra. y traumas no aceptaba más violencias, se activaba, no se vol-
vía pasiva, rechazaba ser sometida. No era una ntña pasiva, si-
Pero ellos se sentían ya padres en una situación horrible, un
no una niña activa, difícilmente se confiaba a la dependencia,
año terrorífico en el que la separación y la unión con la niña fue-
dado que había desarrollado un yo prematuro desde eljardín de
ron un verdadero tormento.
infantes. Pero el yo prematuro, por definición, es también un yo

326 327
Las docentes eran muy antipáticas, nunca los hacÍan salir a
defectuoso que, a menudo, fracasa, con sintomatologías que
jugar, decían que era peligroso, que los niños podían hacerse
se vuelven de por síegodistónicas.
mal si se alejaban: "Se jactan de interesarse en nosotros, pero
No es un caso en el que haya sido la niña quien "pide ser lle- no es verdad, para nada." Se mostró ofendida y enojada, y
vada a una sesión de counselling". Se comprende que es una cuando contó lo que decían las maestras ilustró su discurso con
niña que sufre un síntoma que al mismo tiempo la protege de actitud de señora, pronunciando las palabras tal como lo haría
cualquier situación de angustia y de cualquier amenaza que sur- una actriz.
ja de aquello que está fuera del propio control.
Parecía que estuviese describiendo no la escuela, sino un lu-
gar mucho más arcaico, impregnado de memorias antiguas y de
Primer encuentro de counselling con Ramona sus experiencias traumáticas en el orfanato.
En la escuela no le gustaba la matemática, pero decía luego
Ramona llegó con diez minutos de antelación, acompañada que el italiano era bello, "voy bien salvo en los verbos"; agrega-
por la mamá. Cuando el terapeuta fue a su encuentro, estaba ba riendo: "fal vez porque no me los acuerdo."
sentada al lado de la mamá y hablaba con ella, entreteniéndola. Ramona hablaba correctamente, con propiedad en el len-
Era muy tierna, con rasgos delicados, el largo cabello castaño guaje, no balbuceaba para nada, aunque los padres habían
prolijamente cortado con un flequillo. Llevaba un par de anteo- mencionado que no había hablado por más de un año después
jos y estaba vestida con una casaca blanca y una falda larga flo- de la adopción. La niña había presentado tarlamudeo a la edad
reada, rosa, muy simpática. También la mamá era muy cuidado- de tres años, con remisión del síntoma en los dos años sucesi-
sa y gentil. vos, de los cinco a los seis, y la propiedad del lenguaje sucesi-
Apenas entrada en la habitación de la consulta, se sentó y con vamente reducida hasta los siete años.
una mirada vivaz miró, controlando el ambiente, por un largo rato. Ramona decía: "Tenía un poco de miedo también de venir
Hablaba de un modo afectado, con compostura en su acti- aquí, no sé por qué."
tud. DecÍa que la consulta habría podido servirle también para Elterapeuta le preguntaba si tenía dificultad en contar su his-
no ir a la escuela y faltar a la hora de religión. toria. Ramona le respondió que la maestra de historia le había
Apoyaba las manos en su regazo, con aspecto de adulto y hecho escribir los derechos del niño, comenzando con "el niño
aires de señora. tiene derecho al juego y al estudio". Agregó otros y después
Decía que ese día tenía lección de religión y que la maestra, añadió satisfecha: "Hay cincuenta y seis derechos. Es bueno
una nueva suplente, "era aburrida, gritaba y hacía estudiar lar- esto... asi, si nos tratan mal, nosotros podemos defendernos
gas páginas sin sentido". con los derechos. Ya los conocemos."
El terapeuta intentó decir que parecía que ella se había sen-
Al comentar el terapeuta que había notado que "quizá le ha-
bía dado un poco de fastidio que la suplente hubiera tc¡mado el
tido o se sentía todavía amenazada, por lo cual tenía la necesi-
iugar de su maestra", Ramona afirmó que extrañaba a la anti- dad de defenderse.
gua maestra. Su rostro se iluminó con una sonrisa mientras de- Respondió que síy agregó que, si le hacían mal, ella le pe-
cía: "Me preguntaba siempre las cosas, yo respondía, y ella me gaba al hermano, y que cuando él la tocaba ella lo llenaba de
ponía Excelente." golpes. El hermano, entonces, le hacía más mal, entonces ella
gritaba fueftísimo e intervenían los padres, que "retan a mi her-
Ramona era consciente de su dificultad de carnbiar y de ir de
una maestra a otra. Ni siquiera se quedaba a dormir fuera de ca-
mano, le dicen que no me debe tocar." Y prosiguió contando
que "también en la escuela peleo siempre con un varón, él pega
sa, como hacían sus amigas. Después de un largo silencio, pi-
y nos provoca a nosotras, las nenas, pero nosotras nos defende-
dió una explicación del doble vidrio de la ventana. Miraba los
juegos y los lápices, observaba la habitación, y después pre- mos, yo lo tiro al piso y le pego, él pelea siempre con todos, tam-
guntó: "¿Está encendido el termosifón?" Parecía vigilante, acti- bién con otro varón y se hacen mal. Yo lo estrangularía, le esti-
va y controladora. raría el cuello".

329
328
-

Se sentía particularmente agresiva con los compañeros, con dedos y con aire de satisfacción hizo un comentario acerca de
los varones, que en su clase eran sólo seis, las otras eran todas cómo se entrelazaban, mirando a los oios al terapeuta.
niñas: "En la otra escuela jugaba siem-
-dijo-, andaba mejor,
pre, hacíamos tantas cosas, también en eljardín de infantes, era
En este punto, sus defensas, en el "aquí y ahora", se atenua-
lindo, era todavía mejor, preparábamos pizza y jugábamos a
ron. Y trasladando su curiosidad primero sobre el terapeuta y
otros juegos."
después sobre su ambiente, regresó a la presentación del pro-
Elterapeuta dijo que era bueno sentirse pequeños, Ramona pio cuerpo con nuevas referencias autoeróticas.
rió y exclamó: "Sí, buenísimo." Luego, miró la habitación y ver-
balizó: "Este ambiente es un poco viejote", haciendo, en la
transferencia, pensar claramente en la edad de sus padres y su A la pregunta del terapeuta acerca de lo que estaba pensan*
ambiente. do, respondió que pensaba en su odiado compañero de clase'
El ruido de sus dedos al estrujarse le hacía pensar en la cabeza
Contó que antes de venir a la sesión se había detenido en la
Estación Terminal con la mamá y había comido pizza, que esta-
del compañero que ella hubiera querido cascar. Ramona dijo
que él le pegaba y después agregó que la amaba. Tenía un aire
ba muy rica. Miró ellápiz sobre la mesa y dijo: "tVira este lápiz...
Viene de Alemania." Ramona conservaba en su casa una pe-
de sorpresa y la boca abierta. Ramona después sonrió y dijo:
"¡Lindo modo de cortejar a una muchacha a los golpes! Y ade-
queña muñeca, pero no sabía de dónde era, un lápizy unos mu-
más, sabes que dice que hizo el amor con Sabrina. Me parece
ñecos de peluche de cuando era más chica. Sin embargo, le ha-
que Sabrina es una muñeca, porque ¿te parece que un niño ha-
bía venido alergia al polvo y no los podía tocar.
ga el amor con una niña? Para mí, es imposible-"
Continuó diciendo que en su casa tenía un perro con el que
jugaba mucho. Y a ese propósito agregó: "Me comunico con el El terapeuta verbalizÓ sus vivencias ambivalentes, pero so-
perro, yo ladro y también é1, tenemos un buen vínculo, es una bre todo subrayó el susto y Ia atracción hacia estas cosas de
grandes.
hembra y cuando está en celo la encerramos en el garaje... La
escondemos del perro blanco que ronda por el lugar y la quiere Ramona, tomando el cortaplumas, lo miró y dijo: "¡Viene de
dejar encinta; una vez nos desafió, entró en casa para dejarla Italia!" Y a la pregunta del terapeuta "Y tÚ ¿de dónde vienes?",
encinta, pero ella se escapó." Desoués preguntó al terapeuta: ella respondió: "De Rumania." De inmediato preguntó al tera-
"Dime una cosa, según tú, cuando abandonan a los perros ape- peuta: "¿Tú dónde naciste?"...
nas nacidos, ¿es lindo o feo?" Después contó que habÍa venido a ltalia cuando tenía pocos
meses y que el padre le había dicho que, cuando fuese adulta,
la llevaría a Rumania para que la pudiera ver. Con emoción agre-
En el hic et nunc,la niña naturalmente manifestaba de un
gó: "No rne acuerdo mucho de cuando era chica, mi madre era
modo explícito sus grandes interrogantes alrededor de la esce-
pobre."
na primaria, la sexualidad, su concepción, sus fantasías sobre
su nacimiento y lógicamente su propio abandono.
Obviamente se sentía muy preocupada por la propia sexua- De los padres sabemos que la niña, además de negar total-
lidad y las propias identificaciones. En este sentido, por cierto, mente una vida sexual de ellos, no toleraba sus efusiones y los
ella habría querido escapar de sus fantasías eróticas. abrazos.
Las dificultades de la niña para elaborar el Edipo eran obvias.
El terapeuta comentó que quizá se sentía triste y enojada por Los mecanismos de defensa van más allá de la negaciÓn y,
el abandono de los perros y que parecía preocupada también en este sentido, el control, la proyección, la disociación de todo
por algunos otros pensamientos. aquello que tiene que ver con el sexo, el vínculo con los varo-
La niña comenzó a mirar alrededor de la habitación, parecía
nes, la propia sexualidad y feminidad, y sobre todo las "fanta-
sías edípicas", como las describe Laufer, movilizaban en la niña
muy curiosa sobre los distintos objetos, después entrecruzó los
defensas regresivas, con el síntoma de la enuresis que, eviden-

330 331
temente, la protegía tanto del crecimiento como de la separa- Angélica y Mario
ción, del alejamiento de la casa y de los padres.
Ramona, con gran motivación, quiso regresar al counselling.
Se había vuelto más femenina, había cambiado el modo de ves-
ti¡ llevaba un pantacollant con una linda chaqueta del mismo to- Dado que el problema de la adopción vuelve a aparecer e in-
no que los pantalones, no llevaba los anteojos, y tenía tos ojos terfiere también en el vínculo que los niños adoptados tienen de
un poco hinchados; los cabellos, peinados con menos cuidado. adultos con el sexo opuesto, con la formación de la pareja y con
Mostraba su deseo de ser vista como mujer. Se habia vuelto be- la preñez, queremos proponer, desde nuestra casuística, una
lla y había dejado de tener enuresis. experiencia de counselling prolongado que en el siguiente caso
se reveló de gran utilidad y ayuda.

Angélica venía de una pequeña ciudad de la provincia de Ro-


ma, lugar cercano adonde la pareja se había transferido hacía
poco.
En la primera sesión, el terapeuta quedó impactado con An-
gélica, que tenía un par de guantes blancos sin dedos; al mover
éstos sobre la mesa, parecían rígidos y mutilados.
Angélica y Mario habían pedido un counselling porque no
habían consumado el matrimonio, debido a que Angélica no ex-
perimentaba deseo y no quería tener relaciones sexuales. Por
ese motivo, lt/lario se sentía frustrado e inferior.
Angélica tenía alrededor de veintiocho años; rubia, bella,
etérea. Venía de Nápoles y se había graduado en el lnstituto de
Arte. lVlario era su coetáneo: trabajaba como perito industrial.

Habían estado de novios durante diez años, casados por el


matrimonio civil desde hacía dos años, y por el religioso, desde
hacía un año. Tenían la característica de la pareja codependiente.
Se habían conocido en la época adolescente, en una comu-
nidad religiosa. Durante todo el período del noviazgo, él había
intentado acercamientos de naluraleza sexual, que ella también
aceptaba aunque presa de continuos sentimientos de culpa, sin
llegar nunca a la penetración.
Después del matrimonio religioso, Angélica rechazó cual-
quier tipo de acercamiento. De ahí se deduce que antes del ma-
trimonio había culpa, la cualfue sustituida por el rechazo.
Con referencia a esto, Mario dijo: "Durante el noviazgo, la lgle-
sia nos decía que no teníamos que hacerlo. Ahora nos dice que
lo hagamos, pero no se sabe si queremos o si podemos hacerlo."
En el momento del matrimonio religioso, Angélica descubrió
que era una niña adoptada a la edad de tres años. Naturalmen-

.1.7¿ 333
te, lo había negado o disociado, escondiendo a sÍ mísma y a los va en la pareja, de una actividad de seudosublimación, noviaz-
demás aquello que siempre había sabido, dado que conserva- gos precoces, implicancías políticas o religiosas, a menudo,
ba recuerdos, incluso, de su primerísima infancia con una ma- acompañan el objetivo de protegerse de un peligro mayor, de un
má prostituta. fracaso en el logro del ideal del yo, en cuanto ejemplo de per-
La pareja había crecido en una ciudad del sur y después se fección.
había transferido a otra zona meridional, donde Angélica había La perfección es tan destructiva como la tentación de nulidad.
nacido y había sido adoptada. Todo o nada: los términos son intercambiables. Esto lleva a
La madre natural provenía de la Europa oriental; del padre no la inhibición más que a los síntomas, lo que significa que provo-
se sabía nada. ca una mutilación del ello y de algunas de las funciones del yo,
Los padres adoptivos eran pulleses y bastante ancianos. El e impide toda espontaneidad y reciprocidad en la pareja.
padre era un representante. Desde los tres años de edad, Angé- La pareja adoptiva muy puritana y antilibidinal mostraba cla-
lica había estado siempre con ellos. y dijo así: ,,Siempre sentí ros problemas con la propia sexualidad. El padre evitaba inclu-
que no era parte de ellos. Buscaba constantemente algo que so tocar a la niña, como si tuviese miedo de su cuerpo, mien-
me asegurara que yo era su verdadera hija; las fotografías, por tras ambos se afanaban comprándole vestiditos elegantes y
ejemplo. Todos los padres tenían fotografías de sus hijos des- costosos de muñeca. Cuando Angélica mostraba a los padres
nudos, apenas nacidos, o fotografías de la madre embarazada, su parte más instintiva, se volvía la niña de la sexualidad extran-
pero yo no las encontraba. Y después, que mi madre era dema_ jera y la prostitución. La niña debe ser ideal para mantener lejos
siado anciana cuando yo nací. HabÍa una fotografía de una niña todo aquello que había sido repudiado. Le cambiaron el nom-
rubia de un año que habría podido ser la mía, pero en realidad bre, la mantenían distante. A menudo, había baños prolongados
era la de mi prima. [t/is padres me decían que era yo. Erafría en y un control total por parte de la madre, especialmente de la
el contacto físico con mis padres adoptivos.,, Después de un parte genital y sexual. Para Ia mamá, existía el peligro de que
largo sífencio, Angéfíca continuó: "Con mi padre no hubo abso- tarde o temprano pudiera volverse una prostituta. Y Angélica
lutamente nada: él no ha representado para mí la figura de un debía desalentar fantasías de ese tipo siendo una niña limpia y
padre. Yo no le pedía nada, pero ellos me exhibían, todos me pedecta. Gradualmente, asumía aquel aspecto etéreo que ne-
admiraban porque tenía el vestidito limpio, gracioso... Era linda, gaba todo lo que fuera corporal. Pero al mismo tiempo desarro-
pero me sentía privada de todas las otras cosas. En otros térmi- llaba síntomas de masturbación compulsiva que buscaba con-
nos, era como sentirse mostrada más que aceptada.,, trolar llevando los guantes, lográndolo sólo en parte.
A los siete añoS y medio, antes de hacer la primera comu-
Por lo que Angélica contó, se deduce cómo el cuerpo de un nión, se sintió seducida por un primo de catorce años.
niño adoptivo presenta características particulares: la frialdad Probablemente, a través del trauma de la seducción infantil,
que siente y una suerte de impasse... En lugar de proponer el concretaba sus fantasías pecaminosas, dado que tenía que ha-
ello, el niño debe apelar a las fuerzas del yo. Hay seguramente cer las cuentas con su identidad negada, con el pecado de la
una negación superyoica que se torna en superyó hipertrófico. pareja originaria y su escena primaria interna, es decir, de haber
Pero todavía peo( se trata de la tiranía del ideal del yo, donde la sido nacida de una "acción abominable". Eljuego sexual entre
idealización, es decir, el intento de reducir las pulsiones instinti- niños funciona como medio de comunicar lo negado que, para
vas a cero, se vuelve una forma de defensa frente a las memo_ ella, estaba representado por la "acción abominable". Se sentía
rias corporales que pueden tornarse conflictivas y traumáticas. pecadora en su identificación con una madre prostituta dentro
Los efectos de las defensas muy arcaicas, como la disociación, de ella.
la proyección, la negación y la idealización, se extienden hasta No lo confesaría nunca al sacerdote, hasta el momento del
el aniquilamiento. matrimonio religioso. El problema en este caso no es si Angéli-
Con este propósito, se observa que muchos síntomas de co- ca fue seducida o no, sino que cuando ella recibió la primera co-
lusión que se evidencian como signos de una actividad excesi- munión percibió la "culpa ancestral", la culpa de sentirse hija de

334 335
una prostituta del Este, mientras la familia la instaba de distin- un hombre, y ni siquiera masculino. La elección antilibidinal es
tas formas a disociar esta pade. por naturaleza una colusión contrafóbica. Es decir, el uno prote-
Lo que Angélica no podía confesar era éste su secreto de ge al otro de fantasías amenazantes y de la sexualidad emer-
identidad. Angélica iba a la comunión con la sensación de no gente.
ser digna, y desde ese momento siguió un largo período de sen- Mario dijo que de niño se iba a la cama del padre y de la ma-
timientos de culpa. Mostró gran preocupación por sus cambios dre, dándose cuenta de que esto los fastidiaba. Después de la
en la pubertad y se acusó de crecer rápido físicamente. lntentó muerte del padre, su madre le pidió que fuera a dormir a la ca-
negartodo signo púbery adolescente. En el fondo, se condenó ma con ella... "Tenía miedo de dormir en la cama con mi madre",
por no poder controlar totalmente su sexualidad y sus fantasías afirmó é1. Tenía temor de que, sonámbulo, él le pudiese hacer al-
masturbatorias. go a la madre; por ejemplo, tener una reacción sexual. Y así
A menudo, asumió una postura anticorporal, negó su cuer- continuó: "Tengo una duda, pero no sé si es un sueño o si ha
po y se sintió cohibida. Con la pubertad, temió no poder ser ocurrido realmente, y es si una noche mi madre me puso las ma-
más etérea. Asistió a una comunidad religiosa. A los quince nos encima"; y contó aun que mientras él dormía la madre se
años, conoció a Mario en una parroquia. Se trató de un acto masturbaba: "Una mañana me desperté y me pareció ver a mi
contrafóbico; se puso de novia también para no volverse pros- madre cómplice. Desde esa noche no dormí más con ella."
tituta. La organización cómplice mantenía y organizaba las fanta-
Angélica contó: "Yo no me gustaba. Era llamativa, desarrolla- sías de colusión, que se cultivaban continuamente y volvían a
da más de lo normal, alta, pero con un cerebro de bajo nivel. Ma- plantearse en su vínculo, dado que Angélica, como la mamá de
rio, en cambio, era todo lo contrario de mí. Pequeño de estatu- é1, se masturbaba y lo tocaba mientras él dormia. lVario debia
ra, pero con tantas ideas en la cabeza, un padre, un hermano." protegerse de la aproximación y del incesto con la madre, mien-
Se trataba declaradamente de una elección antilibidinal. Por
tras Angélica debía defenderse de la propia corporalidad y man-
otra parte, el novio era un muchacho huérfano de padre, muer- tenerse disociada de la propia sexualidad, y sobre todo de la es-
to de un infarto a la edad de cincuenta y seis años, cuando él cena primaria.
tenía quince. Con este propósito, Angélica dijo que temía que el marido,
Mario narró así la muerte de su padre: "Eran las cinco de Ia sonámbulo, pudiese violentarla o matarla, mientras tVario afir-
mañana, mi madre me despertó y yo fui a llamar al médico... Pe- mó tener terror de perder Ia lucidez.
ro cuando regresé a casa mi padre ya estaba muer1o." Emergió el miedo, no sólo de Ia sexualidad, sino también de
La madre tenía cuarenta y cinco años y cuatro hijos, la mayor la agresividad, además del terror de perder el control y de hacer
de los cuales era una joven de veinticinco años, muy apegada a el amor libremente. En el fondo, ambos se preguntaban cómo
Ia madre, casada con un hombre a quien [\/ario apreciaba mu- integrar sexualidad y agresividad.
cho al punto de seguir a la pareja durante el viaje de luna de miel. lViario afirmó temer a todas las nrujeres: su madre aparecía
Se volvió a plantear así un Edipo no resuelto, como si él hubie- como una mujer peligrosa por su voracidad sexual. Describió al
se tenido necesidad de reencontrarse con una pareja padre como un hombre manso que se doblegaba a la voluntad
madre- sexual. -padre- de la madre. Afloró también la fantasía de que la madre, con sus
De la madre, Mario dijo: "Siempre le tuve miedo, la odié, es requerimientos sexuales, hubiese matado al padre.
dura, fuerte, tigre, cruenta. Algunas veces he pensado: Ahora la Siguió después un período, durante la adolescencia, casi
mato." contemporáneamente al encuentro con Angélica, en el que Ma-
Hasta los dieciséis años había sufrido de enuresis nocturna. rio deseó hacerse cura. A esto, ella agregó casi bromeando que,
si él hubiese sido cura, no hubiera habido nunca problemas. Es
A veces, cuando se ponen de novios a los dieciséis años y por esto por lo que se habían casado primero sólo por el civil,
está presente la enuresis, se trata de un niño que se defiende de
de modo que, hasta que no se hubleran casado con la ceremo-
la adolescencia. Angélica eligió a Mario porque era un niño, no
nia religiosa, ella no podía hacer el amor: la lglesia, en efecto,

336 337
prohibía las relaciones prematrimoniales. Pero después tuvieron
que casarse y, cuando ya no tuvieron una instituclón superyoi-
EI counselling y la anorexia
ca extrema que prohibiera, les tocó a ellos defenderse.
¿Cuál es la ruda mujer que te obnubila la mente...
Éstas son situaciones colusivas patológicas que desperso- que viste toscos ropajes...
nalizan, humillantes con maniobras recíprocas muy desgastan- que no sabe levantarse la túnica
tes. En la colusión patológica, el uno está allí para reprimir al por encima de los tobillos?
otro, volviéndose cómplice de la patologÍa del otro por motivos
Safo
propios.
Estamos delante de una pareja colusivamente dependiente,
en la cual la fusión tiene la función de reforzar regresivamente la
membrana diádica, manteniéndolos totalmente unidos de mo- En lo referente a ra temática de ra anorexia, perturbación de
do anaclítico, pero no como marido y mujer. la alimentación ya muy frecuente, que podría presentarse en la
sesión de counselling, es oportuno tener presente que, según
Angélica llevaba dentro de síel deseo, pero tambíén el terror,
nuestra experiencia, colegimos que estos pacientes, así como
de quedar encinta, con fantasÍas de abandono por parte de é1,
los adolescentes, prefieren más bien er counseiling a una psico-
que presentaba angustias homosexuales. No por casualidad,
terapia. lncluso estando eilos en terapia farmacorógica y médi-
Mario contó una excursión en barca para pescar con un amigo
ca. Y solamente en una seguncja instancia, o bienáes[ués Oe
y descríbió el placer de acercarse a espaldas de él en aquella
haber sido contenidos por el counselling, pueden comenzar
fría noche, cosa que le evocaba su acostumbrado acurrucarse
una psicoterapia o un proceso analítico, y aceptar otro'tipo de
de noche sobre Ia espalda del padre.
ayuda.
En el espacio diádico, no hay lugar para sexualidad y agresi-
La anorexia mentar no está todavía considerada una entidad
vidad, por lo cual la pareja se encontró dentro de las paredes gnoseológica específica, y en ra riteratura psicoanarÍtica hay
domésticas con el deseo y la pesadilla de que pudiesen regre- un
desacuerdo en lo que respecta al cuadro clÍnico, la psicopáto_
sar la sexualidad y la agresividad precisamente cuando ellos se génesis y el tratamiento.
ausentaban, o bien cuando dormÍan.
Está siempre presente una grave psícopatología materna y
Esta pareja ha usado por mucho tiempo y con provecho el
de los padres. El counsetting, en estos casos, nos puede permi_
counselling.
tir obtener, a través de la transferencia-contratransferencia, un
cuadro psicosomático más apropiado de la historia evolutiva de
la paciente, así como aumentar nuestros conocimientos sobre
el síndrome.
Existe una amplia bibliografía, tal vez más psiquiátrica que
psicoanalítica, sobre ra anorexia nerviosa, que puede definirse
como el síndrome caracterizado por la búsqueda inflexible de la
delgadez y la preocupación por la comida como estilo de vida
(Bruch, 1974).
"Algunos autores se interesaron en pafiicular por el síntoma
oral comer-, considerándolo una defensa contra la avi_
dez y-no
el deseo de fecundación oral,, (por ejemplo, Berlin et al.,
1951); otros aluden a la perturbación de la imagen del cuerpo,
como Crisp (1973) según el cual, ,,la perturbación está primaiia_
mente ligada a uno de los significados psicológicos del peso

338
339
I

En 1914, Simmonds, comparando la anorexia con el hipopi-


corporal en relación con la pubertad y no a la comida y a su di-
recta importancia en términos maternos".
tuitarismo, derivó la atención médica sobre una etiología orgá-
nica, que prevaleció hasta 1936, cuando Ryle, en oposición a la
En este párrafo exponemos selectivamente la descripción teoría de la depresión orgánica pituitaria, formuló un concepto
del cuadro anoréxico, síndrome de la anorexia nerviosa, tal co- traumatógeno. La hipótesis traumatógena de Ryle allanó el ca-
mo se encuentra en la literatura y como ha sido discutida y pre- mino para el punto de vista psicosomático que en lo sucesivo
sentada en varios congresos y por diversos autores (28.' Con- sostuvo la tesis según la cual la anorexia nerviosa representaría
greso lnternacionTl de Psicoanálisis, ParÍs, julio de 1973). el rechazo del deseo de estar encinta mediante la activación del
mecanismo psicofisiológico subyacente en la amenorrea fun-
Se trata de una perturbación psicosomática grave, asociada cional.
a una tasa de mortalidad global del 7-15 % (Sours, 1969). Cuan- En los años cuarenta, aparecieron en literatura ulteriores for-
do una paciente anoréxica comienza su bÚsqueda de la delga- mulaciones psicoanalíticas sobre la anorexia nerviosa. Deseos
dez y el control absoluto del propio cuerpo, la extrema delgadez sádico-orales y formaciones reactivas contra deseos incorpora-
puede llevarla a un estado de grave depresiÓn crgánica; a veces, tivos han sido descritos por Berlin et al. (1951). Sucesivamente,
hasta determinar un colapso circulatorio o paro cardíaco (Zigler Falstein et al. (1956) describieron los modelos evolutivos y diná-
y Sours, 1966; Crisp, 1968; Flastein et al., 1965; Sours, 1973). micos de los varones anoréxicos que, seguidamente a la iden-
Los analistas, generalmente, son renuentes alralar pacien- tificación femenina, desean impedir la gordura en cuanto está
tes anoréxicas. asociada a la feminidad y al miedo a ataques homosexuales. En
Ha sido demostrado que algunas muchachas adolescentes un informe de una joven anoréxica, Eissler (1943) comentó la re-
anoréxicas pueden ser tratadas desde el comienzo con técni- lación de la paciente con la madre como caraclerizada por una
cas psicoterapéuticas tradicionales. Pero, cuando está presente dependencia particular nunca encontrada en otras neurosis. Tal
una situación en la que se evidencia una diferenciación regre- dependencia estaba sostenida por el hecho de que el desarro-
siva, con pérdida de la diferenciación entre el se/f y el objeto, llo delyo de la paciente había quedado inhibido. Además, Eiss-
y reactivación de estados arcaicos del yo, entonces puede ler subrayó la necesidad de distinguir los diversos grados de la
ser útil, en primer lugar, un counselling psicoterapéutico ex- anorexia nerviosa.
tensivo a atenciones médicas auxiliares. La terapia psicoana- En los últimos cuarenta años, hubo un notable incremento
lítica puede ser de gran ayuda una vez superada la fase del del interés de la investigación psicoanalítica sobre la anorexia,
peligro mortal. que será presentado seguidamente.
La anorexia nerviosa fue descrita por primera vez por ft/orton En términos fenomenológicos, la anorexia es considerada un
(1689), definida por Gull(1868)y compai'ada con la histeria por síndrome psicosomático con característícas primarias y secun-
Laségue (1873; Bliss y Branch, 1960). En 1895, Freud observÓ darias que pueden ser encontradas en varias patologías. El sín-
que la anorexia estaba relacionada con la melancolía y parecía drome tiene un núcleo constante de manifestaciones clínicas y
aparecer en muchachas sexualmente subdesarrolladas (Freud, es más común en las mujeres que en los hombres.
1895, p. 103). Años más tarde, en el caso de Dora, que había En la literatura, Waller (1940), Brush (1970), Thama (1967),
perdido el apetito después de haberse encontrado con Herr K., Sellini(1963), Gero (1953), Galdston (1974) indican como prima-
Freud llegó a conclusiones similares (1905)a las de la anorexia rios importantes los signos y los síntomas siguientes:
nerviosa.
l. Restricción electiva, desde parcial a absoluta, de la comi-
Pasado el slglo, el lnterés por la anorexia nerviosa ha sido da. Éste es el aspecto central del síndrome, pero no necesaria-
principalmente fenomenolÓgico y de diagnóstico. La anorexia mente el síntoma inicial. La restricción de la comida es volunta-
nerviosa ha sido considerada una diagnosis difícil. A veces, ha ria, y no el resultado de la verdadera anorexia. Tal restricción es
sido llamada histeria, neurosis obsesiva, o variantes de la de- deseada y deliberada con el objetivo de suprimir y negar el
presión grave o de la esquizofrenia. hambre, y generalmente racionalizada como falta de apetito.

341
340
ll. Búsqueda de la delgadez como placer en sÍ, que se torna con enfermedades depresivas o psicóticas. El simbolismo alu_
primaria y da a la paciente una sensación de saber manejar el cinatorio de la comida no se reencuentra en la anorexia nervio-
cuerpo. sa; se encuentran sólo percepciones alucinatorias del cuerpo y
de los estados corporales en caso de anorexia en pacientes psi_
lll. Esfuerzo frenético expresado por el placer sublime de es-
cóticas o borderline graves.
tablecer un control sobre el cuerpo y sobre la vida instintiva.
La perturbación en general surge de los I0 a los 1 S años, pe_
lV. Evitación de la comida y terror a la gordura con preocu-
ro también antes o después, a menudo asociada a fenomeno_
pación constante por la preparación y las calorías de la comida,
logías atípicas y defectos delyo más graves. En estos casos, la
así como otros elementos. La anoréxica rechaza la comida en
prognosis frecuentemente es menos optimista.
casa y en otros lugares; pasa, sin embargo, horas, todos los
días, hojeando libros y revistas de cocina. Además, la paciente Ocasionalmente, más de una hija en una misma familia sufre
se involucra en la comida, insistiendo obstinadamente y de for- de anorexia. Otros miembros de la familia, si bien no francarnen_
ma altruista en nutrir a todos en su casa y, ala vez, rechazando te anoréxicos, están constantemente a dieta o, de algún modo,
ella constantemente la comida. complicados en problemas alimentarios. Los padres tienen, por
fo común, una personalidad débil y dependiente; pueden ser al_
V. Hiperactividad con comportamientos que requieren una
cohólicos o súper comedores ocasionales.
energía fenomenal; ésta es una manifestación frecuente, que a
veces se manifiesta ocasionalmente después del inicio de la en- Los aspectos metabólico-endocrinos asociados con la ano_
fermedad. Este aspecto implica, entre otras cosas, una descar- rexia nerviosa son el efecto de la inedia autoinducida; en conse_
ga de tensión interna que se vuelve necesaria cuando comien- cuencia, son reversibles automáticamente al volver a una co-
za la regresión. rrecta alimentación.
Vl. Amenorrea, que puede aparecer mucho tiempo antes de No obstante las respuestas y los cuidados adecuados, tan_
la evidente restricción de la comida. to de orden orgánico como psicoterapéutico, la mortalidad ha
permanecido bastante inmutable, aunque reducida; tanto que
Vll. Bulimia, frenética avidez de comida; se encuentra más a
Gabriella Ripa de Meana (199S)afirma: ,,Sin embargo, a la expe-
menudo en pacientes cuyo rechazo a la comida y la voluntad de
riencia incontrovertible con cada sujeto en particular, víctima de
resistir a la comida son episódicos.
los rigores y las imposiciones de anorexia y bulimia, correspon-
Los signos y los síntomas secundarios, presentes en grados de una experiencia humana específica y diferente, demostran-
diversos, son: do así cuán arduo y complejo es el banco de prueba de cada
curación, sus recursos diagnósticos, sus desafíos y sus ilusio-
l. La anoréxica es absorbida en manipulaciones que com-
prenden la prescindencia de la comida y la dieta, donde comer nes terapéuticas."
se torna el focus principal de su vida. Nos parece de gran profundídad e interés psicoanalítico el
trabajo de Dana Birksted-Breen, seguidamente aquí propuesto
ll. La anoréxica muestra un compoñamiento destructivo ha-
por nosotros, que con un punto de vista kleiniano ha enfrenta-
cia todas las personas de su vida que se ocupan de sus nece-
do recientemente la temática de la anorexia en términos estric-
sidades nutritivas.
tamente analíticos.
lll. Estados variables de tristeza, culpa y sensación de vacío;
pero rara vez se encuentra una verdadera depresión clínica.
Freud, en una de sus primeras obras (1g95), establece una
correlación entre anorexia nerviosa y melancolía, focalizando la
La anorexia nerviosa es un síndrome psicosomático y está atención sobre la pérdida de apetito.
definida clínicamente por sus signos y síntomas. La restricción La perspectiva kleiniana subraya las angustias paranoides
voluntaria del alimento, la evitación del comer y la búsqueda ex- de ser envenenada, a veces conectadas con la proyección ma-
tenuante de la delgadez son clínicamente evidentes. El placer y terna de sus mismos deseos sobre el hijo (Menzies-Lyth), o la
la autoestima, exaltada por el extraordinario autocontrol, son fá- angustia depresiva de dañar los objetos internos buenos.
cilmente evidentes. El síndrorne no está asociado típicamente

342 343
Tustin (1984) muestra las conexiones con el autismo y sugie- nálisis. Porque ellas no consideran la anorexia como un proble-
re que las anoréxicas distraen la atención de las sensaciones
ma, hay dificultad para crear una alianza terapéutica, también
extremas del éxtasis dadas por la comida y de la rabia cuando debido a la naturaleza repetitiva y profundarnente suicida de la
el alimento no está. Autores franceses (Kestermberg et al., patología. En el conjunto, las anoréxicas suscitan potentes
1972, p.1 '1) están particularmente impresionados por los com- reacciones de rabia y desilusión respecto de fantasías salvado-
ponentes perversos y masoquistas, y sienten que sus pacientes
ras, en quienes están fuertemente implicados en su tratamiento.
están "moribundas de placer" (traducciÓn de Birksted Bree).
Un cierto número de personas, y yo mismo, hemos quedado
En años recientes, la anorexia ha sido examinada también
impresionados por el deseo y el miedo de la anoréxica a la fu-
desde el punto de vista de la familia en cuanto sistema (tVinu- sión con la propia madre (Bene, 1973; Spllius, 1973; Bruch,
chin et al., 1978; Palazzoli,1978). Ha sido también sometido a 1974; Boris, 1984; Sprince, 1984; Hughes et al., 1985). Sobre
discusión el papel de la psicopatología de la madre. Weinreich este aspecto deseo poner el acento de mi trabajo, desarrollan-
et al. (1985) hablan de la desvaioración de la madre con respec-
do, a mi modo, esta línea de pensamiento y sus ramificaciones.
to a los intentos de la hija de volverse adulta. Sours (197a) ha-
bla del uso narcisista del niño con el f in de mantener el se/f gran-
Desde este punto de vista, la anorexia puede ser considera-
dioso de la madre. da un intento de la muchacha de tener un cuerpo separado del
materno y un sentido del se/f separado de la madre; la naturale-
Muchas hipótesis interpretativas se basan en el hecho de
za patológica de este intento emergería de la imposibilidad de
que, siendo la anorexia nerviosa una perturbación típica en mu-
lograr tal separación en la primera adolescencia.
chachas adolescentes, debería, al menos en parte, ser un modo
de poner en acción los conflictos típicos (por ejemplo, conflictos La anoréxica está tomada entre el "terror de la soledad"
(Sprince, 19Ba) y el terror al aniquilamiento psíquico. lVlientras el
edípicos) de esta fase evolutiva. En este sentido, se exploran los
posibles factores (por ejemplo, si los pl'ocesos introyectivos son deseo y el miedo de fusión con la madre pueden llevar al mu-
más fuertes, como supone Klein) y la naturaleza de la relación chacho a la perversión sexual (Glasser, 1979), en la muchacha
pueden conducir a la búsqueda de un cuerpo distinto del ma-
madre-hija que Grunberger, por ejemplo (1964, p. 76), describe
como esencialmente "frustrante para ambas porque ninguna es terno, como si la maduración hacia la edad adulta fuese senti-
.1985).
un objeto satisfactorio para la otra". da como volverse la madre (Hughes et al., De modo ex-
tremo, significa eliminar (doing-away)el propio cuerpo.
La anorexia masculina, mucho más rara, ha sido considera-
El deseo de estar unida, el rechazo a tomar y el ataque a la
da en términos de identificación femenina (Falstein et al., 1956).
representación del cuerpo materno a través de Ia autoinedia son
Sours (1974) encuentra útil distinguir dos grupos de anoréxi- activados (fuel)por sentimientos de envidia. Como para las per-
cas. Un grupo comprende anoréxicas que, bajo las crecientes versiones, el ser adultos "normales" y, en este caso, la femini-
presiones instintivas de la adolescencia, experimentan el resur-
dad rnadura se denigran en favor de un modo de vivir V de un
gir de los deseos edípicos en clave regresiva; el otro grupo corn-
aspecto corporal diversos (incluidos elementos mascuiinos).
prende anoréxicas con defectos estructurales del yo, ligados a
fracasos en la primera separación e individuación. Ellas son li- Boris (1984, p. 319) discute la fusión en términos de falta de
geramente más grandes de edad y más perturbadas que el pri- un espacio "no yo" y "no tú". Usando el concepto winnicottiano
mer grupo. de objeto transicional (1971), afirma: "El espacio transicional es
como un amortiguador (buffer), una zona neutral entre dos cuer-
Jessner y Abse (1960, p. 302) resumen la complejidad de es- pos (como si fuese una zona desmilitarizada) que deja espacio
ta perturbación como sigue: "La anorexia nerviosa, con sus ca- tanto para el juego de la irnaginación como para la aprehensión
racterÍsticas histéricas, fóbicas, obsesivas, psicosomáticas y
de la realidad." La anoréxica ha fracasado en rnantener esos lí-
psicóticas, y sus tendencias suicidas, parece condensar la pa-
mites y, por lo tanto, ese espacio.
tología potencial de la adolescencia."
Desde un punto de vista puramente fenomenológico, he
Existe un sentimiento general de rechazo y pesimismo alre- quedado impresionado, en la transferencia y la contratransfe-
dedor de la posibilidad de tratar a las anoréxicas con el psicoa- rencia, con pacientes anoréxicas, por la experiencia de la falta

344
345
-
La anorexia en la primera infancia
de un espacio entre paciente y analista. Se podría pensar en eso
Un caso de Marion Milner
como en la falta de un tercer término: el padre que destruye la
fantasía de fusión. Uso aquíel término "padre" como represen-
tante del otro en el espacio entre madre e hijo, sin el cual no ha-
bría símbolos, ni palabras. Sugiero, entonces, que en la anore- No existe mucha bibliografía sobre la anorexia en la primerí-
xia nerviosa hay una perturbación en el área de la simbolización sima infancia.
conectada con esta falta de espacio. Tengo aquí en mente algo
lnteresante desde el punto de vista histórico, teórico y clíni-
conectado con el concepto de Segal (1957) de "ecuación sim-
co es el caso de Raquel (1944), que Marion Milner describe en
bólica". En la anorexia, el alimento es percibido realmente como
eltexto La follia rimossa delle persone sane" (1992, pp. 39-59).
la madre, más que como representaciÓn de sus cuidados' Pia-
Raquel, una niña de tres años, presentaba un síntoma suicida y
get (1954) describe los estadios precoces de la vida mental en
fue a la terapia "por una grave inhibición en el comer". Raquel
to. qru una parte es igualada al todo; en el caso de la anorexia,
era "graciosa, delicada, inteligente y, si bien la madre no había
es la comida, un elemento parcial' el que representa el todo'
referido otros síntonras, en análisis se tornó claro que tenía mu-
Tanto Sohn (1985) como Boris (1984) subrayan que es la deni-
chas dificultades profundamente radicadas: sus modos encan-
gración envidiosa la que reduce a la madre a esta función' Ade-
tadores tenían algo de artificioso, lo que se demostró pronto co-
,ár, elnivelde "ecuación simbólica" (Segal, 1957), la madu- mo una expresión de profunda desconfianza en sí misma y en
ración"ndel propio cuerpo es percibida por la anoréxica como el
los otros". Al respecto, Milner escribe: "Las dificultades habían
tomar un pedazo del cuerpo de la madre, más que el desarro-
aumentado hasta que un día había cesado de comer y beber
llar un cuerpo que simbolice el ser adulto y la maternidad. En las
(apenas pasados dos años)y había mostrado signos de deshi-
sesiones, las palabras del analista no simbolizan el cuidado, si-
dratación." Y continúa así: "Después del primer día de análisis,
no que son percibidas como leche, pezón o pene, que literal-
volvió a comer un poco, con la condición de poder mientras tan-
mente la vuelven gorda, encinta, adormecida, envenenada, etc'
to alimentar a la madre con la mitad delcontenido del plato." La
La proyección, la envidia, la negación de las necesidades y la
madre de Raquel refirió a Marion Milner que la niña "había dor-
consiguiente necesidad de controltotaly omnipotente del obje-
mido en Ia habitación de los padres hasta los dieciocho meses,
to puéden contribuir a esta falta de espacio y, por lo tanto, impe- pero la madre afirmaba que durante las relaciones sexuales en-
dir el desarrollo de la capacidad de una verdadera simbolización.
tre los padres parecía siempre profundamente dormida. [...] Du-
Si la identidad de una persona se construye en la palabra rante todo el análisis eljuego mostraba continuamente que Ra-
(Lacan, 1977), entonces el rechazo a hablar, tan característico quelquería destruir algo, porque día tras día cortaba el papel y
de la anorexia, quizá es también el rechazo a tener una identi- desgarraba de continuo unas flores rojas (fucsias) que recogía
dad (como muier) y ser definida (como adulta)' La muchacha en el seto de mi portón. Daba también muchas indicaciones de
anoréxica intenta continuamente conseguir una identidad sepa- por qué quería destruir algo, porque expresaba muy a menudo
rada, frente a la falta de diferenciación, pero no fisiológica, para que sentía que algo le habÍa sido mantenido escondido. [...] Pa-
ella, mientras mantiene la fantasía en la cual está unida con la recía en efecto preocupada no por el hecho de que comer sig-
madre distinta de ella. nificara morder, sino también porque las cosas que comía desa-
parecían y no sabía en qué se transformaban". Raquel expresaba
"también una duda y una incapacidad interna de separar ia rea-
lidad externa de la interna". La niña no confiaba en la madre, y
ese sentimiento emergió "muy claramente más tarde en el jue-
go bajo Ia forma de 'señora mala"'. tVilner, no obstante, aclara
que en la pade sucesiva del análisis Raquel "comprendió gra-
dualmente y cada vez más profundamente que lo que la agre-
día dentro, la hoja punzante, eran también las tijeras que mor-

347
.."46
dÍanycortaban,conlascualeshabíaintentadoagredirme;sus Una nota clínica
mismos deseos voraces y coléricos, como una boca ávida que Lucía
laposeyeradesdeadentro".Marionf\l'lilnerprosiguiÓaun:
"Cuando interpreté que ella sentía que la señora mala era yo, la
madre mala dentro de ella que le hacía hacer cosas malas, ella
se puso a gr¡tar para no escuchar." Y Raquel en la sesión si- Lucía había llegado a la terapia de pareja por graves proble-
guiente "mostró el primer gesto genuinamente afectuoso, que yo mas. La colusión de pareja era alrededor de la sintomatología
ñubiera visto, hacia la madre". Al final del texto, Milner escribe anoréxica: él cocinaba y atendía a LucÍa sin resultado y sin es-
pa- peranza.
así, entre las diversas observaciones: "su ansia fundamental
recía ser el miedo de aquello que hubiera podido hacer, o sentía La calidad de su relación cambió radicalmente después de
que
haber hecho, en relación con sus deseos edÍpicos, o aquello los primeros encuentros de counselling, especialmente en una
le hubieran podido hacer a ella porvenganzao castigo; y Raquel sesión en la cual surgió que ella tenía en secreto, también para
sentía estos deseos suyos ecjípicos en términos orales, especial- sí misma, que la muerte de su padre no habÍa sido un acciden-
mente. Por ende, si comía sentía que le estaba robando a la ma- te sino un suicidio. A su vez, el marido nunca había elaborado la
dre, y la madre se trasformó en la persona enemiga'" simbiosis y la pérdida de la propia madre.
Lucía quiso después convertir el counselling en psicoterapia
Por lo general, si el niño no come, no se diagnostica una de pareja, de modo que ambos pudiesen, en lo sucesivo, explo-
anorexia, pero et pediatra hace una serie de cambios en el tipo rar gradualmente tanto su relación como las respectivas relacio-
de alimentación; por ejemplo, prescribe otro tipo de leche' De nes con las figuras arcaicas. Estas últimas habían sido idealiza-
modo que la madre comienza a ocuparse del niño no como per- das y tenidas totalmente al resguardo de cualquier posible ataque
,onu, iino más bien en lo concerniente a la c:omida o al canal o crítica. La agresividad, así inhibida, inevitablemente venía di-
digestivo o boca. De este modo, la madre no tiene tiempo para rigida, en forma disociada, y proyectada en la relación sadoma-
et n¡no o, en verdad, tiene tiempo para él como alimento,
pero soquista, antilibidinal y mortífera con su pareja.
no como persona.
Como decía Freud, el síntoma es una comunicación, y el in-
terrogante permanece: ¿qué quiere comunicar un niño que no
come?

348 349
Aurelio Al cuarto mes de vida del niño, los padres despidieron a la
doméstica aduciendo que lo malcriaba, pero sobre todo porque
notaban que a esta edad el niño comenzaba a comunicarse
más, como si antes no hubiese existido.
Se trata de un niño de ocho años, nacido de padres en bue- Desde este momento en adelante, el niño mostró signos
na posición. La madre era docente universitaria; el padre, invo- de dificultad con la comida: regurgitaba la leche. Como no in-
lucrado en el mundo de los negocios, continuaba ocupándose gería los alimentos sólidos, los padres no modificaron la ali-
de la empresa de su padre. Los padres se habían conocido por- mentación y no comenzaron nunca los procesos de destete:
que iban a la misma escuela y ella era amiga de la hermana del el niño continuó siendo criado a leche y vomitando cualquier
marido. se habían puesto de novios cuando ella tenía diecisie- alimento nuevo.
te años y asistía a la universidad, y él ya se había recibido'
Los médicos, por este vómito, como sucede comúnmente,
En la base de su vÍnculo, parecÍa haber un ansia de separa- habían diagnosticado una estenosis del píloro.
ción surgida después de la muerte del padre de ella'
Comenzaron así intrusiones masivas en el cuerpo del niño:
Ella, de apariencia ordenada, llevaba anteojos muy gruesos, hacia los ocho meses, el niño comenzó a defecar con sangre.
que parecían subrayar su distanciarse de los demás' Los dos extremos del aparato digestivo fueron sometldos a in-
É1, en neto contraste, tenía un aire más descuidado; no obs- vestigaciones médicas. Algunos pensaron en el morbo de
tante, su indumentaria era más vivaz con respecto al aspecto Crohn, en la colitis ulcerosa, mientras otros disentían. Los pa-
sobrio de ella, haciendo pensar así en una mayor vitalidad' dres, desorientados, se preguntaron si había algo más o si,
Vivían en un barrio muy elegante y viajaban a menudo' Des- realmente, no había nada y, al crecer, todo pasaría. El niño cre-
pués de tres años de matrimonio, mientras ella planeaba un via- cia bajo una constante observación médica y con una dieta
je de estudios a los Estados Unidos, quedó encinta, pero de su austera.
preñez se dio cuenta sólo al tercer mes. El niño era visto y tratado por los padres y por los médicos
¿Se podria preguntar qué especie de vínculo
tiene una mu- como un tubo digestivo, nada más que como un aparato, el res-
¡er óon su cuerpo si no se da cuenta de
que está embarazada? to no existía: existía sólo la concretización total respecto deltu-
puede una mujer como ésta entrar en empatía con el fu- bo digestivo. Esta concretización se volvía la única comunica-
¿Cómo
turo hijo y desarrollar la preocupación primaria? ción intensa entre el niño y el mundo, de modo que el niño no
tenía necesidad de expresarse afectivamente de otro modo.
Ella, a su pesar, canceló el viaie, con claros signos de ambi-
valencia y resentimiento hacia la preñez. En un primer momen- Por otra parte, tampoco los padres eran capaces de aceptar
to, hasta había pensado en abor.tal porque el niño interferiría otras modalidades de comunicación con el niño. La mamá evi-
considerablemente con su carrera. En la sesiÓn de counselling, taba comunicaciones afectivas y entraba en pánico cuando es-
subrayaba que, no obstante la preñez, decidiÓ terminar la tesis taba con é1. De noche, era el padre quien socorrÍa al niño: le
que estaba escribiendo. Asíse defendía de angustias, tanto de ofrecía nocturnos cuidados maternos mientras durante el día
separación como claustrofóbicas. estaba ausente.
Cuando nació el niño, lo confió a una colaboradora domés- La mamá no se las arreglaba, para lo cual pidió ayuda a su
tica filipina. propia madre, quien fue rápidamente percibida como aquella
que malcriaba ulteriormente al niño, dado que estaba prohibido
El niño se encontró, por ende, con que tenía una madre ex-
transgredir la dieta prescripta. Pero la abuela tenía también una
tremadamente corporal (la sustituta) y otra, la verdadera madre,
función de "guardián vigilante", amonestando al niño que no
distante y que lo rechazaba.
tendría que haber comido nada sino lo propuesto por ella bajo
En un caso asi, los procesos de introyecciÓn, incorporación, pena de muerte: "Si comes esto, mueres."
internalización, identificación, etc., del niño están muy compro-
Mientras tanto, el niño desarrollaba una serie de miedos, con
metidos.
rituales obsesivos hacia la comida.

350 351
A menudo, muchas formas cie anorexias mentaies en los ni- Uso y abuso del niño y del adolescente a través
ños se presentan como fobias y obsesiones. de los siglos
Aurelio era capaz de comer sólo papillas que evitaba masti-
car y había creado un ritual que requería la presencia de la ma- ¿De dónde sacarás el coraje
dre por mucho tiempo mientras se hacía inútil. en el ánimo y en tu corazón
Un día, la madre exasperada lo forzó a comer los spaghetfi. para infligir con la mano la audacia tremenda?
Él estuvo a punto de asfixiarse, por lo que la rnadre, presa del ¿Y cómo dirigiendo sobre /os hiios la mirada
pánico, le puso un dedo en la garganta para salvarlo, y el niño podrás sin lágrimas sostener su destino de muerte?
terminó en la guardia de emergencia. Desde aquel momento en
Eurípides, hledea
adelante, Aurelio se volviÓ totalmente anoréxico'
En el counse//rng surgió que, en su vínculo con el niño, los
padres parecían no saber si el hijo tenía 4 u 8 meses o más, pa-
ra poder pasarlo de una alimentación a base de leche a una ali- Los poetas nos enseñan que el futuro no osa olvidar el pasa-
mentación más variada y sólida. Los padres respondieron que, do y, en este sentido, lo trasciende, como eco en la eternidad.
de hecho, las papillas que daban al niño eran típicas de esta Los antiguos griegos sostenían que las raíces del futuro eran
edad. Después de que lograron expresar sus angustias de profundas y resaltaban que el futuro niño nacía con el estado de
muerte por el niño. ánimo de los padres antes de la concepción.
Después de un segundo encuentro, se acordó en una tera- En esta vanguardia del pasado, se prescribía antes que na-
pia analítica para el niño, con cuatro sesiones semanales, con da una preparación a largo plazo se trataba de poner el cuerpo
envío a una psicoterapeuta, y un counse//ing extendido a la pa- y el alma en una condición general apta para producir y conser-
reja con el analista. var en el individuo las cualidades de las que debía estar impreg-
Después de dos años de psicoterapia, el niño comenzó a co- nado el semen y caracferizado el embrión. Es preciso constituir-
rner alguna otra cosa que la acostumbrada papilla: sobre todo, se previamente a sí mismos a imagen y semejanza del hijo que
chocolate y otros alirnentc¡s deseados, que le habían sido pro- se quiere tener. Un párrato de Ateneo, citado por Oribasio, es
hibidos hasta entonces. extremadamente explícito en este sentido: quien se propone
Cada tanto, la madre preguntaba al pediatra si todo eso es- concebir hijos debe tener el alma y el cuerpo en ias mejores
taba en contra de las indicaciones de la dieta y se alarmaba condiciones posibles. EI embrión se impregna del estado psí-
cuando el doctor le decía que podían renunciar a las prescrip- quico de los padres.
ciones, dado que el niño no presentaba la perturbación. En nuestro siglo, Winnicott destaca (1965) que en el curso
Gradualmente la comida y el comer iban perdiendo su cariz natural de los acontecimientos la continuidad de la línea de vida
de comunicación absoluta, y el niño encontraba otros modos de ileva a la gradual formación delse/l y que else/f central es el po-
vincuiarse con los padres, naturalmente sostenidos por el coutl- fencial innato que experimenta la continuidad del ser y adquiere
selling. ;r su modo y a su ritmo una realidad psíquica personal y un es*
quema corporal personal. Él atribuye a un ambiente facilitador y
a los procesos madurativos que operan desde la concepción la
capacidad del individuo de llegar a ser aquello que es.
Se podría declr que la base de todas las teorías acerca del
desarrollo de la personalidad humana es la continuidad de la lí-
nea de la vida, que verosímilmente comienza antes del verdade-
ro y propio nacimiento.

352 353
Actualmente, es opinión generalizada que ya en el vientre
En el estado de salud, sucede un continuo intercambio a me-
materno hay un ser humano en el verdadero sentido de la pala-
bra, capaz de tener experiencias y de acumular memorias cor- dida que el niño vive y recoge experiencias: el mundo externo
porales, e incluso en condiciones de organizar medidas defen- se enriquece con el potencial interno (los propios recuerdos), y
el interior se enriquece con lo que está afuera. Es evidente que,
sivas para hacer frente a los traumas (como la interrupción de la
continuidad del ser, asociada a reacciones del niño frente a las a medida que el niño crece de este modo, el contenido de su
intrusiones del ambiente, en la medida en que la adaptación de se/f personal ya no es solamente é1. El se/f es modelado cada
vez más por lo proveniente del ambiente familiar y social.
este último fracasa).
Las consecuencias de esta conquista son de enorme impor-
Como es sabido, el neonato es el único organismo viviente
que emerge del vientre materno física y emotivamente inmadu- tancia y comprenden la posibilidad de generar significados per-
ro. Por esto, su dependencia del ambiente y de sus cuidados es sonales y compartidos, representados por símbolos y mediados
profunda, los cambios son lentos, y los procesos de madura- por la subjetividad, y sobre todo con la capacidad de contribuir
primero a la familia y después a la sociedad: prerrequisito natu-
ción hacia la separación e individuación son prolongados.
ral y esencial para todos.
Los padres Freud- funcionan como fuerzas estables
-dice
de soporte en la estimulación del desarrollo del yo del niño; se Los ecos a través de los cuales una pareja busca determinar
el alcance, la lógica y la autoridad de la propia voz provienen en
está en presencia de algo que podría llamarse "el yo de los pa-
parte de aquello que la antecede; evidentemente, los mecanis-
dres tomado en préstamo". Ellos ayudan a la personalidad del
niño en los esfuerzos y en las expresiones instintivas en el de- mos que actúan son complejos y radicados en una frecuente y
sarrollo. vital necesidad de continuidad.
Eltrabajo psicoterapéutico con los niños evidencia, de modo Los distintos procesos que van del enamoramiento al matri-
particular, la necesidad de que los padres tengan la capacidad monio, de la concepción a la preñez y después al nacimiento,
de salir al encuentro del niño, tanto imaginativa como afectiva- implican ellos mismos una trasformación, una elaboración, un
mente, desde sus primeros gestos, y esto constituye la base de cambio normativo y una reorganización de los límites del yo y de
Ia auténtica confianza del niño en la evolución y en la constitu- la relación de pareja. Es imperativa la necesidad de recuperar, al
ción del se/f. menos parcialmente, el propio pasado para formar una familia.
Así, cada nuevo agregado social, conrenzando por la pareja y
Es a la vivencia interior del espacio de los padres o a su fal-
la familia, advierte la necesidad de antecedentes. Cuando no es-
ta, a donde deben reconducirse los orígenes del se/f, del posi-
ble proceso natural de integración, como asítambién del trau- tán inmediatamente disponibles de un modo natural, cuando la
ma y de la psicopatología. comunidad es nueva, o si está apenas recompuesta después de
un largo intervalo de dispersión o sumisión, la conjugación del pa-
Aunque durante los estadios de la dependencia el niño in- sado, necesaria para la gramática y la sintaxis del ser, es creada
tente apartarse, no logra desprenderse de la sombra de sus pa-
mediante un acto intelectualy emotivo de libertad. Básicamente,
dres y vivir sin su presencia y sostén.
donde el pasado no está, hay que reinventarlo, de nuevo.
Sus curiosidades, intuiciones, imaginaciones arcaicas o ele-
Expulsado del espacio de los padres, exiliado a Corinto,
mentales constituyen una ontología. Escena primaria, preñez,
considerado siempre un extranjero, forastero y extraño, tratado
nacimiento, crecimiento, desarrollo cr:rporal y emotivo, aquellas
como diferente y humillado, Edipo, como hijo de nadie, hecho
fuerzas que plasman o destruyen nuestra vida, con su inmecjia-
adolescente, va a la Pítia en busca de sí mismo y de su estirpe.
tez instintiva y las formas de existencia física, involucran al niño
prematura y totalmente en el intento de aferrar su presencia en Se sabe bien cómo interferencias prematuras, fallas, intru-
el mundo y transformar io no integrado en integrado. En sinte- siones y presiones ambientales, faltas de adaptación por parte
sis, el eco de la respuesta ambientaltrasforma lo ignoto y ajeno del ambiente obligan al niño, que no tiene todavÍa una suficien-
en coherente y familiar. te fuerza del yo, a una reacción prematura como sustituto del
ser. En este sentido ha sido elaborado el concepto de trauma
acumulativo.
.)t.t
355
El infante, que tiene un modelo de fragmentación de la línea En situaciones de grave patología familiar, el tener que domi-
de continuidad de la existencia, se encuentra frente a una tarea nar algunas identificaciones perturbadas (alcoholismo, agresión,
evolutiva que, casi desde el comienzo, está cargada en sentido perversión) y relaciones colusivas patológicas de los padres
psicopatológico. (exceso de excitación, violencia, aspectos sadomasoquistas,
En los niños, gran parte de las representaciones inconscien- depresiones, etc.) lo puede llevar a ulilizar defensas arcaicas y
tes del cuerpo y de los genitales reflejará el significado libidinal desproporcionadas de rechazo, disociación y escisión, seudo-
y narcisista que el padre podrá imprimir sobre else/f físico y psí- sublimaciones o formaciones reactivas organizadas que interfie-
quico del niño, así como la amplitud con la cual los padres ren enormemente en los procesos de maduración.
transmitirán sus fantasías inconscientes individuales o compar- El estudio de las funciones materna y paterna, y del ambien-
tidas, relativas a las propias funciones corporales y sexuales. A te familiar, es entonces inseparable del estudio de los procesos
menudo, los componentes sexuales no integrados, reprimidos psíquicos de la primera infancia y de las vicisitudes de la tarea
o disociados, en la relación de los padres, pueden hacer espa- evolutiva.
cio a una amplia gama de componentes patológicos o patóge- Desde los años treinta, se ha planteado el problema de las
nos de los padres. graves consecuencias con las que se puede encontrar un niño
La importancia de los conflictos colusivos de los padres co- cuando el adulto interpreta sus necesidades de ternura en cla-
mo posibles factores en la etiología o la perpetuación de la en- ve erótica. Esta "confusión de lenguajes" está en las raíces de
fermedad del niño ha sido afrontada y sugerida como área de la seducción incestuosa. Si los niños son abusados en la fase
investigación por diversos autores (F. Deutsch, Vaughan y Cash- de la ternura, el daño es, por lo general, irreversible. Por cierto,
more, M. Milner, M. y E. Balint, Winnicott y Khan, para citar al- el poco amor y el rechazo pueden llevar a falencias irreparables
gunos). y a carencias esenciales, pero también si "se impone más amor
La situación analítica y contratransferencia, o amor de otra especie y naturaleza de aquel que ellos requie-
-transferencia
identificación y contraidentificación proyectiva, rol dado al ana- ren, eso puede tener consecuencias igualmente patógenas de
lista, etc.- y nuestro trabajo con padres e hijos ofrecen oportu- la frustración amorosa..." (Ferenczi, 1932). En este último caso,
nidad de obtener un insrgrhi acerca de algunos de los factores el niño es privado precisamente de sus necesidades de ternura,
que podrán exasperar la implicancia en la normalidad y en la pa- que serán reemplazadas por una precoz erotización. Nos en-
tología de los demás. La dificultad de diferenciar el se/f del otro contramos así; a menudo, frente a la prevaricación de las exi-
y de modificar las fantasías mucho más infantiles puede crear gencias del niño por las necesidades del adulto.
una situación que involucre y use al niño. EI problema de la asimetría en el vínculo del niño con el adul-
Las corrientes de proyecciones e introyecciones recíprocas to está en el hecho de que "el lenguaje de la pasión" adulta es
en la pareja pueden crear y mantener fantasías infantiles y pa- nocivo sólo en la medida en que canaliza un sentido incompren-
tológicas compartidas y distorsiones ciegas recíprocas, con sible y recargado para el niño, o sea allídonde manifiesta la pre-
malentendidos continuos y con fuertes intrusiones en el espa- sencia de elementos irracionales y patológicos en los padres.
cio psíquico y en el cuerpo del niño. La expulsión inconcebible para Edipo del espacio de los pa-
Cuando la relación conyugal es "vehículo de proyecciones dres, la función igualmente misteriosa para lfigenia de su sacri-
primitivas, más que de un esfuerzo colaborador eviden- ficio y el impensable filicidio de Medea testimonian el sentido de
-como la dependencia total del niño respecto del estado de ánimo y del
cia Sutherland (1963)-, la tarea de llegar adecuadamente a la
sexualidad emergente del niño según la edad y el nivel de desa- mundo humoral y afectivo-emotivo e instintivo del adulto.
rrollo se torna difícil, casi imposible". Desafortunadamente, no es poco común que los padres fra-
Defensas excesivas precoces y arcaicas de los padres con- casen en su tarea de salir al encuentro del niño de un modc
tra la sexualidad emergente del niño pueden llevarlo a inercia, afectivo e imaginativo, minando así las bases de su mundo y
apatía, falta de curiosidad y vitalidad. obiigándolo a experimentar precozmente la incertidumbre y la
inestabilidad de la condición humana.

or':
356 JJf
A través de los siglos, la exist¿ncia privada del niño y del cado cada vez que una nueva empresa riesgosa estaba por co-
adolescente ha sido investida de la percepción de los procesos menzar y los adultos se sentían ansiosos y preocupados por el
históricos. Los niños estaban sujetos a un destino universal de futuro y por lo ignoto.
desventura y de aprovechamiento, además de ser vulnerables a También en años más recientes, cuando un nuevo edificio o
las enfermedades y a la moftalidad; todo eso ocurría casi inad- puente se construía, un niño era sacrificado en ese lugar como
vertido, la negación protegía al adulto de la culpa, del dolor y de "sacrif icio fundador". Los niños que hoy jueg an a "London Brid-
la angustia, pero no ahorraba al niño su destino. ge is Falling Down" repiten en su juego la historia de los niños
Los mecanismos psicológicos particulares que operan en sacrificados, asÍ como los griegos todavía cantan el sacrificio de
casos de violencia sobre el niño traen como consecuencia el tantas niñas para la construcción del puente de Hafta.
uso del niño por parte del adulto. A menudo el niño se torna en No nos debe maravillar que existan todavía algunas culturas
receptáculo en el cualel padre proyecta partes disociadas de la típicamente infanticidas e incestuosas.
propia psique, con el fin de controlar los propios sentimientos Las reformas humanistas, religiosas y políticas asociadas al
puestos, mantenidos y controlados. Renacimiento y a la Reforma dieron comienzo a un cambio ra-
La infancia, en muchos países, ha tenido históricamente ri- dical en el vínculo del adulto con el niño. Los siglos XV y el XVI
tuales de violencia carnal, incluida la pederastia, el concubina- en la Europa occidental representan la gran vertiente del cam-
to con niños, la castración de niños para ser usados como eu- bio psicógeno, donde el consistente mejoramiento de las prác-
nucos, matrimonios de jóvenes muchachas preadolescentes, la ticas de crianza delniño permitió un cambio:disminuyó elsacri-
prostitución extendida en la que son involucradas muchachas y ficio, y aumentaron el uso y la explotación de los niños y de los
niñas jovencísimas, y el regular uso sexual de los niños servido- adolescentes que se enrolaban para funciones militares o para
res y casi esclavos. servicios religiosos.
Recientes investigaciones realizadas en los Estados Unidos Desde el siglo XVll en adelante, se incorporó el modo intrusi-
con respecto al sexo y a la violencia, refieren indicaciones de vo y educativo, en particular en lnglaterra, Norteamérica, Francia
abuso sexual más numerosas respecto de las estadísticas ofi- y Alemania. Sustancialmente, la presión psicológica y la total su-
ciales, y las "hot line" del abuso sexual describen incestos ma- misión y adaptación del niño al adulto comenzaron a sustituir el
dre-hijo en al menos un tercio de las llamadas. castigo físico. El proceso de manipulación del joven se volvió
En su artículo "La universalidad del incesto", L. Demause gradualmente cada vez más engañoso.
sostiene que, más que el tabú del incesto, es el mismo incesto Durante todo nuestro siglo, el "Novecientos", los movimien-
e indirecto- el que es universal. El autor concluye tos revolucionarios involucraban sobre todo a los adolescentes
-directo
que la historia de la humanidad está fundada sobre el abuso a y fueron mucho más allá de las viejas convenciones de la gue-
los niños (the history of humanity is founded upon the assault of rra limitada a los militares de profesión; además el efecto de las
children) y que una infancia más o menos libre delabuso sexual revoluciones permanentes y de las guerrás de larga duración
adulto es una conquista histórica muy tardía, limitada a pocos sacrificaba generaciones y generaciones de jóvenes, y el con-
niños afortunados en pocas naciones evolucionadas. cepto mismo de una nación en armas significaba que ya la his-
Evitaré usar su resumen más bien aterrorizante de datos es- toria concernia a todos. Desde entonces en adelante, en la cul-
tadísticos sobre la existencia delabuso sexualdel niño, en todo tura occidental, cada día fue mensajero de novedades gl6[¿¡61s
el mundo. tVe limitaré solo a referir que en Norteramérica el es- y eventos a nrenudc aterradores, que no ahorraban ai niñc y al
tudio científico más minucioso concluía que la real incidencia adoiescentc: ¡-rna s;ucesión de crisis, una ruptura de continuidad
del abuso sexual es del 60 % en las muchacttas y del 45 %o en ccn la urliformicjad y ir-rs silencios de los siglos p;'ecedentés.
los muchachos, aproximadamente la mitad de ellos incestuo- Como ha sido ol"rservado, el pulso más rápido clel tiempo, la
sos; y en lndia el incesto es a menudo la norma más que la ex- explotación de la moderna (presunta) eficiencia, la nueva con-
cepción. ciencia histórica sin confines ni identidad, el repentino acerca-
En las sociedades antiguas, el sacrificio de niños era practi- miento del futuro mesiánico contribuyeron a un cambio notable

358 :!59
en los tiempos y el tono de los vínculos eróticos y agresivos del psíquico, para poder vivir y experimentar el propio mundo afec-
joven. tivo, emotivo e instintivo donde elaborar los propios duelos y los
propios conflictos personales. Todo es usurpado por un accio-
En los últimos treinta o cuarenta años, se incrementaron nota-
blemente los ritmos ya frenéticos y las complicaciones de la ex- nar (dran) apartado, externo, ajeno, y por acontecimientos sin
periencia cotidiana en la sociedad tecnológica. Las intrusiones significado, sin vivencia psíquica y sin tragedia.
masivas de las imágenes externas en el espacio familiar son ince- Totalmente alienado y extirpado de la sociedad y de sí mis-
santes. La realidad externa, alienante y extraña, de todo género, mo, desarraigado de la tierra, arrancado de sus orígenes, el Edi-
deja poco espacio a la reciprocidad familiar afectivo-emotiva e po moderno está sin enigma y sin Ítaca; se podría decir: sin la
instintiva. El relato idiosincrásico y tradicional de la familia con to- experiencia del viaje. Permanece sin la linfa vital de la vivencia
da la fascinación de la narrativa homérica está notablemente re- trágica, sin estadios evolutivos ni cambios críticos, y sin las vi-
ducido en sus contextos imaginativos, si no totalmente alterado. vencias que connotan los muchos pasajes del crecimiento con
En sus esfuerzos por comunicar, compartir y contribuir a la todas las vicisitudes que forman a una persona.
vida familiar, el niño ya debe competir con medios de represen- Recordemos que en condiciones normales, así como con el
tación dramática mucho más excitantes y mucho más fáciles desarrollo de la integridad personal, el niño adquiriere una ca-
de digerir. Sabiendo que no existen equivalentes exactos entre pacidad gradual en el ensayo, la confrontación, el rechazo o la
su lenguaje, la imaginación y los sueños, el niño se encuentra aceptación, en el alejarse de lo viejo y descubrir lo nuevo; igual-
también compitiendo asícon las "estridentes alternativas" de la mente, para el adolescente, también es necesario lograr indivi-
televisión, filmes, videocasetes, dibujos animados japoneses, dualizar los puntos fijos que llevan a la oscilación entre lo nue-
videojuegos y, naturalmente, también se encuentra obligado a vo y lo viejo, es decir, a la necesidad de tener un parámetro de
intentar comprender precozmente nuevas áreas de expresión, confrontación, un umbral más allá del cual sentirse en primer lu-
sexualidad, agresión, afectividad y emotividad adultas. gar útil y después capaz de decidir (maduración).
En este contexto, según creo, él se encuentra también com- Así, gradualmente el adolescente se encuentra trasladanclo
pelido a expresar pensamientos, emociones, fantasías, sueños y la propia exploración del estrecho ámbito familiar al universo del
pesadillas, no tanto dentro de su idioma característico y perso- mundo y delse/f.
nal, sino en el sociocultural actual, transitorio, alienado y alienan- El adolescente que se va de casa de ningún modo ha perdi-
te, raramente comparlido entre padres e hijos, comprometidos, do, como es bien sabido, la necesidad de una casa y de una fa-
por lo común, en pantallas (reales y metafóricas) diferentes. milia. Él tiene necesidad de encontrar un círculo más amplio
A menudo, la retirada estratégica se canaliza en el juego for- pronto a sucederlas y, por otra parte, es igualmente importante
zado, o en el luego prefabricado y organizado de la fantasÍa v para él conservar la capacidad de regresar a la situación que ha
del horror filmado, en el fantasear o, tinairnente, en el siiencio^ la sido rota. Además, eso implica la aceptación, por lo menos, del
indiferencra o ia droga, y en ia falta de c«¡nocimiento recíprcco desafío por parte de la familia y el retorno a la dependencia que
profundo que el mundo de las emociones propias de to<io gé- altera el desafío (Winnicott).
nero propone en modo genuino. Muchas veces, la ínteracción familiar puede tornarse este-
Actualmente, el niño y el adolescente no sólo viven fuera de reotipada, rígida y repetitiva, respondiendo de una manera reac-
sí rnismos, sino que son proyectados totalmente en la fantasía tiva, con imposiciones y controladora a cada cambio del ado-
alienante de la visión prefabricada y de la explotación de una lescente. Asignando y manteniendo roles de modo prepotente
aventura manipulada de la alteridad y la alucinación tecnológi- y absolutamente despótico, los padres mantienen una cierta es-
ca donde el se/f navega sin meta y sin una evolución dialéctica. tabilidad que, por lo común, connota una incapacidad de rea-
Mientras en el vasto discurso del mito y de la tragedia el ado- daptarse a situaciones nuevas y toma¡ sin resistir, los cambios.
lescente no se encontraba nunca en un rol pasivo, el niño y el Entonces, el cambio del adolescente es experimentado como
adolescente de nuestra época se encuentran sin un espacio un peligro que amenaza diversos tabúes y sentimientos, desde
los más primitivos hasta los más penosos y prohibidos. El ado-

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efhos familia( que por lo general encuentra sus expresiones
lescente en estas situaciones no puede usufructuar la protección
más altas en la institucionalización del idealfamiliar mismo, en
familiar y la vive más como una interferencia de la propia libertad
las leyendas familiares, en los mitos familiares, en los tabúes fa-
de crecimiento que como cuidado del propio interés; regresar a
miliares.
una modalidad de ser y de relacionarse precedente no sólo no
puede transformarse en una elección de vida propia, sino que Sostengo que, generalmente, los actos del adolescente son
constituye, d rectamente, u na amenaza de an iqu lam iento.
i i
una suerte de retorno de lo reprimido o de lo disociado de los
padres, necesarios para la economía y la vitalidad familiar que
El modo en el que la sociedad va al "encuentro del desafío"
ha dejado afuera el mundo afectivo e instintivo, que se ha ido
puede menoscabar o favorecer los procesos de maduración, en
volviendo árido por motivos varios y constituyendo para el ado-
sus ritmos (timing) y en su vitalidad (strength). Una activa ruptu-
lescente un mundo impersonal de falsas afinidades y compro*
ra radical con el ambiente, sin acuerdo con la lógica y la actitud
misos.
del efhos familiar y social, puede calificar al adolescente como
un blasfemo ético o un rebelde sin motivo y sin razón. lnevita- Son emblemáticas la nobleza, la sinceridad y la pureza del
blemente, en el proceso de maduración, en la adquisición de la aporte adolescente, en el mito y en la tragedia; para ellos, no
condición de adulto y en la lucha generacional, están intrínse- existe ni redención ni depravación.
cos también la muerte y eltriunfo personal. La vitalidad y el sen- La experiencia de la adolescencia, como la tragedia, puede
tido de estar realmente vivos están claramente ligados al com- ser una imitación vivida de una acción seria, puede ser comple-
ponente agresivo. ta y de una cierta grandeza. Y, siempre como la tragedia, ella se
El destino lleva a Edipo a enfrentarse y a matar al propio pa- expresa en la fuerza de la acción, y no de la narrativa; se vive,
dre, a quien buscaba, pero que le obstruye el camino. Es nece- no puede ser narrada. También a través de la pasión y el miedo
sario el asesinato de César para que el incierto Bruto se vuelva (pathos y fobos),los adolescentes ponen en movimiento la pro-
un Hombre; como, a su vez, es indispensable el matrimonio con pia elaboración, catarsis y expiación de su mundo afectivo,
la esposa de César, Cleopatra, para que el patético y bello An- emotivo e instintivo.
tonio ocupe su lugar y se vuelva líder. Crecer significa ocupar el
puesto de los padres, y la realización simbólica del crecimiento
no se completa hasta que no se haya obtenido una celebración
real y reconocimiento por parte de los mismos padres y de los
otros.
En el fondo, la adolescencia, aun pareciendo privilegrar el
drama (correspondiente al mundo externo), es una tragedia (que
corresponde al mundo interno). Es un proceso trasformador
que deja huellas profundas en la personalidad del individuo, pa-
ra el resto de su vida; un misterio doloroso con una larga elabo-
ración sostenida, nutrida y articulada por eltiempo.
La adolescencia en su esencia comprende un compromiso
personal radical y profundo. Una cantidad de valores familiares,
sociales y éticos, ya percibidos como estables y acabados, se
halla temporáriamente amenazada. Su mismo equilibrio interior,
constituido por introyecciones e identificaciones famillares, am-
bientales y sociales, gradualmente se desestabiliza y se desa-
rrolla hacia un extremo heterodoxismo personal.
La modernidad secular de la adolescencia, percibida con vi-
gor y sin ambigüedad, tiende a minar las síntesis artificiosas del

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El niño como "terapia" de la defensa maníaca de enamorarse y en el amor como meta evolutiva. Como se sa-
postraumática de los padres be, en la adolescencia el amor asume, además de característi-
cas instintivas más intensas, cualidades genitales y altruistas.
Andreas Giannakoulas La primacía genital, aunque no ofrece ninguna garantía de ver-
daderas relaciones de obieto, abre, no obstante, el camino a la
posibilidad de que un vínculo pueda establecerse sobre bases
His true relation ls to an absence.
más duraderas.
lrlasud Khan
La estabilidad y el carácter duradero de una relación de ob-
jeto, como indicadores de la naturaleza del amor, no deben ser
la herida que este fantasma me ha dado. menospreciados; pero no podemos explicar el significado de la
Cervantes naturaleza del vínculo de una pareja sólo mediante referencias
evolutivas e individuales.
El vínculo entre dos personas, aun visto solamente desde el
punto de vista de la experiencia subjetiva y del funcionamiento
El gran interés que el psicoanálisis del adulto ha mostrado
activo de una de las personas interesadas, comporta varias se-
por las primeras fases del desarrollo ha enriquecido ulterior-
ñales e indicaciones compartidas muy sutiles y complicadas'
mente nuestro modo de comprender a los pacientes y vincular-
En la interacción, asimismo, se halla comprometida una gama
nos con ellos. Los mismos descubrimientos de Freud sobre la entera de comunicaciones inconscientes, asÍ como de senti-
experiencia traumática del niño en relación con Ia escena pri- mientos, deseos, necesidades, expectativas, etc.
maria, en el caso del "hombre de los lobos", han señalado un
punto de partida fundamental en la evolución psicoanalítica, y Cada integrante de la pareja, en todo momento dado, crea
ya somos conscientes de la profunda influencia de los padres un rol para el otro, y trata con el otro induciéndolo a responder
sobre la normalidad y sobre la patología del niño. de un modo determinado. A menudo, es evidente el intento de
convertir al otro en un objeto familiar más allá de su conniven-
Paradójicamente, sin embargo, la investigación psicoanalíti- cia. Se trata de un proceso universal que presenta una serie de
ca sobre los aspectos relativos a la paternidad y, sobre todo, a fases secuenciales, es decir, transformaciones también filoge-
las operaciones psíquicas que tienen lugar en este contexto, ha
néticamente sostenidas, que incluyen la respuesta del otro.
sido completamente ignorada. Me refiero en particular a los Además, cada fase o estadio de estos procesos sufre varias
cambios que se verifican durante el período de cortejo, en la modificaciones afectivas que requieren una serie de elaboracio-
elección de la pareja, en el enamoramiento, en el amor, y a los nes y comportan un nuevo nivelde equilibrio interno y de la pa-
procesos que gradualmente estructuran la membrana diádica,
reja, con las respectivas operaciones psíquicas y con crisis
el espacio compartido y la paternidad, no así al argumento cru- transformadoras que pueden facilitar o impedir la natural evolu-
cial del vínculo entre la sintomatología del niño y la colusión pa- ción de los procesos mismos.
tológica de la pareja.
Como se sabe, una elaboraciÓn fallida puede interferir con las
Existen varios aportes y, directamente, teorías sobre el amor.
metas más vitales de la existencia del individuo y de la pareja.
La teoría de la libido (como impulso instintivo sui generis),la teo-
ría del vínculo objetal, la teoría de los afectos. Fairbairn teorizó
Un vínculo profundo con el otro puede naturalmente llevar a
acerca de una necesidad innata personal del objeto, es decir, un buen éxito y a un resultado creativo, pero a menudo también
una búsqueda casi biológica del objeto, "object seeking". a una fijación en dlstintos estadios del proceso, o directamente
a un proceso desviado, deformado, descompensado. No rara-
Balint (1960) postuló una postura constitucional de base, mente, con aspectos regresivos malignos.
una "prodiátesis", una concepción del amor primario cuyo ob-
jetivo es el de "estructurar, o probablemente reestructurar, una Una relación que se mantiene sobre la base de un vínculo
patológico de dependencia puede ser índice del fracaso de los
armonía que incluya y reproduzca el propio ambiente primario".
procesos de separación-individuación, del terror a estar solos,
Kernberg se interesó en los aspectos inherentes a la capacidad

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de la falta de sentido de independencia e individualidad, y es- Esto puede ser un aspecto importante y positivo al compar-
pecíficamente, del miedo al vacío.
tir los aspectos elementales de la vida cotidiana y social conyu-
Experiencias traumáticas dolorosas inesperadas, impensa- gal, sin, no obstante, una reaf y recíproca inversión tanto libidi-
bles, y pérdidas ímportantes en períodos todavía vulnerables nal como afectiva.
de la vida, como durante la infancia y la adolescencia, provo- En estas situaciones, el sentimiento subjetivo del deseo, co-
can un enorme desorden psíquico y ponen en movimiento pro- mo precursor del afecto fuera del área de tristeza y de dolor,
cesos de duelo de no fácil elaboración; en consecuencia, crean nunca logra constituirse. La elección de la pareja, en sustancia,
una predisposición a la perturbación psíquica, latente o mani- deviene un mecanismo contrafóbico que permite al paciente
fiesta. huir del propio mundo interno congelado, y a través de esa fu-
Se sabe que el duelo es también el doloroso proceso del ale- ga, en la realidad, él se ingenia para evitar el colapso total del yo
jamiento de la libido de una imagen interna, y que relaciones y la regresión irreversible a estados terríbles de depresión. La
con figuras progenitoras, ambivalentes e idealizadas llevan a la elección de la pareja en estas situaciones utlliza más modalida-
más total e irreparable desesperación y sentidos de culpa con des psicóticas que neuróticas, y no sólo el trauma y fas pérdi-
respecto a los objetos interiorizados pero perdidos y, a menu- das del otro, sino también la vivencia del mundo afectivo, emo-
do, mantenidos en animación suspendida. Estas relaciones tivo e instintivo del otro permanecen totalmente afuera, recorta-
congeladas, en definitiva, hacen vanas las tendencias repara- da, y no se perciben o compaften en lo más mínimo.
doras y creativas de todo género, con la consiguiente regresión Pero el rnatrimonio no es curativo y, finalmente, en estos ca-
y pérdida de la autoestima narcisista.
sos, el sujeto se siente impotente e incapaz de anular la pérdi-
Generalmente, en las perturbaciones depresivas, las regre- da sufrida e, inmerso como estará en el propio dolor, no podrá
siones corresponden tanto a la esfera libidinal como a las fun- ni ayudar al otro ni conseguir algo que pueda tornarse esencial
ciones delyo, y el dolor inmoviliza muchas de las funciones del para la propia integridad narcisista y la de la pareja. Resurge así
yo y usurpa todo el espacio psíquico interno, dando lugar a un el estado de impotente resignación frente al dolor y al sufrimien-
inevitable empobrecimiento de la personalidad, a angustias y a to, junto con una inhibición tanto de los procesos de duelo, lí-
rabia reprimida, y a sentimientos de muerte. No es raro que se gados al trauma, como de los procesos que deben encaminar-
organicen defensas muy arcaicas, de orden maníaco, en el in- se para la trasformación delvínculo de la pareja (me refiero a la
tento de afrontar el duelo, como la negación, la escisión, el des- paternidad y a la formación de un espacio potencial necesario
plazamiento, la proyección, etc. El sufrimiento mental en estas para los diversos procesos psicosomáticos que se inician con
situaciones es enorme; la necesidad de ser ayudados está pre- la preñez). Se estructura, en cambio, una patología colusiva
sente, pero la dificultad de alejarse del vínculo con el objeto per- donde las implicancias igualmente patológicas de los hijos son
dido difícilmente se supera. el resultado inevitable.
La matriz afectiva de la depresión, con toda la gama de sus Es paradigmático el caso de los padres de Pedro, como una
defensas, influencia naturalmente desde el principio la elección forma de counselling elemental, improvisado pero cabal.
del compañero y estructura en modo significativo el vínculo de Una consideración ulterior: la particularidad del setting tera-
pareja. Freud, Melanie Klein y Winnicott han subrayado el es- péutico es también índice de la dificultad de salir al encuentro
fuerzo implícito en poner remedio a la pérdida de las personas de la desesperada necesidad de los pacientes, especialmente
interiorizadas y significativas en un interminable pedido de en provincia, por la ausencia de estructuras de psicoterapia psi-
amor. Dicho amor está naturalmente como embrujado.
coanalítica, tanto individual como de pareja. He considerado
Al estar en pareja, el yo crea la oportunidad de manifestar también necesario mantener intacta la descripción del caso co-
tendencias seudorreparadoras, y puede remediar parcialmente mo lo ha presentado la terapeuta que ha sentido la necesidad
dando place¡ ayuda y sostén a un objeto y a un se/f externos y de discutirlo algunos meses después de su trágica conclusión.
reales, es deci¡ ala pareja, mientras se ilusiona con restituir a sí
mismo, internamente, elobjeto amado perdido (Khan, lg7g).

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Pedro, el hijo mayor, de veintisiete años, había encomendado jer lo mira atónita y comenta: "Y pensar que siempre has sido
la pareja a la terapeuta. Durante casi tres meses, Pedro había in- tan generoso con é1."
sistido mucho a fin de que ella aceptara el encargo. Desde hacia Él prosigue: "lVi madre, una bellísima mujer, era muy sensi-
muchos años, Pedro estaba preocupado por los padres; en par- ble y dulce. Se sacrificó para que yo estudiara música. Me pro-
ticular, como él mismo dijo, "por la salud de mi padre y por la in- curaba los mejores maestros y erafeliz por esto. Me mandó a
satisfacción de mi madre: no sé más qué hacer para contentar- estudiar a Venecia. Eran tiempos difíciles, había guerra. La vi
la. La situación familiar ya no se puede tener bajo control. Mis morir delante de mis ojos, sepultada bajo la ruinas de nuestra
padres deben aclarar ya algunas cosas entre ellos". casa bombardeada. Ella había entrado paraagarrar un reloj, que
Algunos datos sobre los pacientes. É1, Nrlario, poco menos todavía funcionaba, intacto, cuando ya ella estaba muerta. Re-
de sesenta años, docente de violín en el conservatorio, activi- cuerdo que lo arrojé al piso con rabia. ¿Se da cuenta? ¡perder
dad que abandonó, sin embargo, desde hace tiempo. Se ocupa así a la mamá!" Una vez más, ella lo mira con ternura diciendo:
de la administración del patrimonio familiar, en especial de la "No sabía lo del reloj, nunca me Io habías dicho.,' É1, sin dirigir
gestión de un bar, de una confitería y de un restaurante. Pasa la la mirada hacia ella, casi escondiéndose el rostro con una ma-
mayor parte de su tiempo en casa; es un coleccionista de arte no, responde: "¿Cómo podría hablarte de mis muertos cuando
moderno. Pero su verdadera pasión son los hallazgos de exca- pienso en lo que te ha sucedido a tiy a los tuyos? Tengo tantas
vaciones etruscas y romanas. ganas, en cambio, de hablar ahora con alguien. Tenía razón pe-
Ella se llama Laura. Tiene alrededor de cincuenta años, se dro. Sin embargo, ahora te dejo el espacio."
ocupa sobre todo de la casa, de la familia, administra y guía al lr¿lientras el tiempo de la sesión está terminando, ella dice so-
personal de servicio. Ha hecho que su casa, como en el pasa- lamente: "Quisiera decir que el mar me asusta., y las curvas,
do lo fue para el restaurante, se volviera el lugar de encuentro cuando viajo en auto."
de la elite intelectual ciudadana: escritores, artistas, políticos y En la segunda sesión, hay una invitación directa a la terapeuta
estudiosos. También los dos hijos, Pedro y Franco, llevan a me- para ir a la casa de los paciente; también, para que ella pueda
nudo sus amigos y amigas a casa. apreciar de cerca la colección de arte. "Además podrÍa observar
En las sesiones con la terapeuta, se presentan siempre muy de cerca nuestros problemas de familia, dado que nosotros no ha-
puntuales, elegantes, afables y agradecidos. Él delgado, ella blamos espontáneamente de ellos", dicen.
obesa. Él a.pático, ella tensa. Él fiaUta ininterrumpidamente y sin Una vez más, expresan intranquilidad por sus hijos y se de-
dificultad. Ella, con intervenciones breves y huldizas, como pa- tienen en el mayor, Pedro. Dice la señora: "Con Franco, el me-
ra integrar los discursos de su marido controlándolo. nor, casi no se vincula. Tal vez esté celoso, pero lo elimina de to-
Él describe, casi con complacencia, sus sufrimientos: salud dos sus intereses, pese a encontrarse en los mismos lugares.
frágil, perturbaciones gastrointestinales, hepatitis, una severa Pedro, directamente, hace de cuenta que no lo ve. pedro es
dieta alimenticia; emplea la mayor parte del tiempo quedándo- muy serio y responsable. Ha conseguido un brillante doctorado,
se en casa, no sale con agrado, salvo para ir a algún concierto, pero se dedica a la gestión de los negocios familiares. Ayuda al
recibe solamente a un restringido círculo de amigos. Una de sus padre, haciendo también horarios imposibles, se ocupa del per-
mayores preocupaciones, subraya, es, sin embargo, la causada sonal, de la clientela. Es muy responsable en todo. Tiene un
por la rivalidad y la agresividad entre los dos hijos. "Y pensar enorme sentido del deber, dice que no se irá nunca de casa. Tie-
que yo quería tanto que mis hijos se llevaran bien", dice. ne todo lo que necesita y no busca otra cosa. lnvita a menudo
Describe a la propia familia. Su padre conoció y se casó con a sus amigos y amigas a casa. Tiene una novia. Nos la hizo co-
su madre cuando ella, viuda, tenía ya un niño. Habla de la ma- nocer. Ella viene con frecuencia a casa. El vínculo con el padre
dre con gran emoción y niega cualquier rivalidad con respecto ha mejorado en los últimos años, y Pedro ha encontrado en mi
al hermanastro. Y casi murmurando, dice: "Aunque, sí, sufría marido a un gran amigo."
tanto dentro de mí porque, y es la primera vez que lo confieso a EI padre confirma este vÍnculo suyo con el hijo. Cuenta des-
alguien, sentía que mi madre prefería a mi hermanastro." La mu- pués una experiencia de Pedro. A los 1B años, eljoven salía con

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pre a mi hermano. No sufría porque mi padre me trataba como
una muchacha. Luego, su historia de amor pareció haber termi- a una reina. De pronto, perdí a mi padre y a mi hermano de un
nado. Pero un día, cuando ya se habían dejado, ella le informa modo horrendo y atroz. Durante una pesquisa, encontraron en
que estaba encinta, y le pide regresar con é1. Él no quiere saber
el restaurante una pistola no denunciada. Mi padre fue interro-
nada, "Entonces abortaré", responde la muchacha' Y desapare- gado y llevado después para verificaciones normales. Un gene-
ció. Pedro la vuelve a ver el día de los exámenes de finalización ral alemán que frecuentaba nuestro restaurante sugirió dar, a
del secundario. Ella está alfinal de su preñez. cuenta el padre de cambio de mi padre, a mi hermano. Solamente por unos días, el
Pedro: "Mi hijo nunca quiso casarse con ella, nunca quiso ver al tiempo para hacer todas las verificaciones. Él fue espontánea-
niño, mientras nosotros nos quedamos bastante comprometi- mente. Lamentablemente, no regresaron ni uno ni otro. Ambos
dos emocionalmente con este niño." fueron asesinados por error el mismo día de la matanza de las
La señora subraya el hecho de que el hiio no le cuenta nun- Fosas Ardeatinas. Me llamaron para identificarlos después de
ca sobre su vida privada, como hace, en cambio, con el padre' muchas búsquedas inútiles y extenuantes. Los reconocí, por
Ella, sin embargo, logra saber todo sobre sus mejores amigos, restos miserables, por una cadenita de oro y un reloj. Mi madre,
que acostumbran ir a la casa. "Para mí éste es un gran sufri- después de aquel día, casi enloqueció. No habló más. Tuvo un
miento, dado que yo tengo un amor desmesurado por Pedro' envejecimiento precoz ,con manifestaciones de demencia. Yo
Pero é1, en el carácter, se parece al padre, aunque su imagen fí- crecí repentinamente, y el resto se lo dejo imaginar."
sica está más cerca de la mía'" Agrega pensativa: "Es esquivo, Hay un silencio intenso y lleno de emoción. El marido inter-
reservado; si no fuese por todos los deportes gue practica, ex- viene agregando: "Después me encontraste. Yo te ayudé." Y
plotaría."
ella: "Es verdad, has hecho mucho por mí, pero yo me siento
Entre ambos, manifiestan una cierta indiferencia por el se- siempre con un gran vacÍo dentro, que tú no has podido colmar.
gundohijo.Lodescribencomoagresivoeirresponsable,todo Te has ocupado de mivida, de mitrabajo, pero no de mis emo-
io contrario de Pedro, a quien, en cambio, todos aman y estl- ciones. Tengo dentro una gran soledad. Éramos tan distintos.
man. "Él infunde respeto sólo de verlo." Al final de la sesión, él Tú con tus cosas bellas, tu sensibilidad, tu música, y después,
agrega: "Hay tantas cosas para decir y para vivir porque, aun- naturalmente, tu dolor por la perdida de tu madre, todavía hoy
que las emociones puedan de algún modo esconderse y apar- tan grande. Yo me quedé sola, sin ser comprendida por ningu-
tarse, en realidad, los problemas finalmente se ven cada vez no, quizá por Pedro. Pero él se defiende, como para protegerse
más graves." Ambos piden a la terapeuta que ayuden también de mí. Está siempre en casa, no me deja nunca. Tiene una rela-
a Pedro. La señora termina la sesión diciendo, casi rogando a la ción con una muje¡ casada con un periodista, que lo ve cuan-
terapeuta: "No nos deje solos, doctora, todos nosotros tene- do el marido la deja sola por su trabajo. Ella no le pide nada ni
mos necesidad de usted. Es como sl la conociéramos desde él le pide nada a ella. Ya también el hijo de Pedro ha crecido. Pe-
siempre, y desde siempre la esperásemos en nuestra vida'" ro Pedro ha mostrado indiferencia al respecto, pese a que no-
La siguiente sesión comenzó con la infancia de Pedro' Lo sotros vivimos cerca del hijo, lo vemos siempre en la misma pla-
describieron como un niño difícil, que rechazó la leche materna ya. Nuestro hijo, con mucha honestidad, dice: 'Yo no lo puedo
y comenzó muy pronto a ingerir alimentos que la madre prepa- sentir como hijo mío, ¿dónde está el amor? No logro sentir na-
raba para los adultos. Ella siempre estaba preocupada por él' da por é1.' En la cuarta sesión, comienza la señora; quiere ha-
aunque él era tan bello que ganó dos premios de belleza para blar de Pedro cuando era pequeño; estaba siempre muy depri-
,,Yo
niños. lo seguía indirectamente porque nuestra vida ha sido mido, se aburría siempre, no sabía nunca cómo jugar aunque
gravadaconlahistoriadenuestrafamiliay,cuandoPedrona- tenía montañas de juguetes bellísimos. Era un niño a quien to-
óiO, yo estaba muy deprimida. Teníamos el restaurante, era
de dos amaban muchísimo. "Gente bellísima concurría a nuestro
mi padre, es decir, de nuestra familia. Muy joven tuve que ocu- restaurante, que después, con la refinada anuencia de mi mari-
puir" del restaurante y crecer rápido. La vida ha sido muy cruel do, manejé yo. Por años, fue un local muy a la moda, bien fre-
yo era la última de tres hiios. La cuentado, teníamos un bellísimo jardín, pese a estar en el cen-
bonmlgo. Mi padre me adoraba.
,nayorlru mi hermana; elsegundo, mi hermano' Tenía dieciséis tro, y una óptima orquesta. El personal era muy competente, y
añós. Era la preferida de mi padre, pero mi madre prefería siem-

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trabajábamos muchísimo; yo no tenía mucho tiempo para ocu- guno pudiese reabrir un local administrado en su lugar, con me_
parme de la depresión de Pedro; no obstante, tuvimos primero nos cuidado, amor y el respeto debido. ,,Hemos mantenido el
a una prima mía que le hizo de madre y después a buenas mu- bar porque requiere menos atención y se puede confiar a un di-
chachas como baby-sitter. Nuestros clientes, aristocráticos, rector y al personal", dice ante un comentario de la doctora:
personas del espectáculo, de la política y las altas finanzas, "Ahora podré descansar mucho más.,, Él calla y después dice:
siempre querían saludarlo, y recibía, a menudo, regalos esplén- "Me gusta ser atendido como un niño.,, Ella agrega: ,,yo me
didos. É1, s¡n embargo, se aburría mucho, no hablaba nunca. siento sacrificada, soy vital, tengo gustos distintos, soy menos
Pero en conjunto estaba bien. Sólo una vez vomitó, y lo encon- refinada que é1, no entiendo muchos cuadros que él compra por
tré en su camita cubierto por el vómito. Era pequeño, no recuer- cifras astronómicas, viajaría siempre, conozco bien a los ingle_
do exactamente. Estaba solo, me había llamado muchas veces; ses, amo los países orientales, ésos lejanos, me siento atraída
tenÍamos un departamento sobre el restaurante. Yo no lo oí. Él por perfumes, por la gente, me gusta comer las cosas simples
siempre llamaba. Pero yo volaba para ocuparme de todo, hacía- y los platos tradicíonales de las diversas culturas, y enloquezco
mos todo expreso, y yo quería que cada cliente se sintiera pri- por Londres, como sifuese mi ciudad. Allíestoy bien, me mue_
vilegiado y seguido. Ahora está siempre muy cerrado, habla vo bien como si hubiese estado siempre. Él es así, y yo ahora,
muy poco de sí, también con sus amigos y con sus mujeres; re- sola, viajo menos. Con él habría que estar atentos a todo: al ai-
cibo las confidencias de los demás, pero no hace nunca las su- re, a la comida y al cansancio. Viene con gusto a nuestras ca_
yas. Tal vez, ninguno conoce al verdadero Pedro, cómo es por sas en el mar y en la montaña porque continúa con su ritmo. Los
dentro. Aunque con mi marido parece que se abre, yo, sin em- muchachos pasean solos, con los amigos; a veces, le pido a
bargo, creo qlre de sÍ dice poco." lnterviene el marido, interrum- Pedro que me acompañe. Una vez fuimos juntos a Brasil, está-
piéndola casi, y dice: "No hay mucho para decir, qué quieres que bamos perfectos, aunque hablando poco; él me entiende y me
diga, también yo, en mivida, he hablado poco de mí, y después protege casi. Yo me siento bien con é1.,,
¿con quién hablas? Aquí estamos diciendo cosas nunca antes lnterviene el padre: "Dentro de dos dÍas, pedro parte con
dichas, y también Pedro habfaría con la doctora, pero estas co- otros amigos a una isla, se van a pescar, pesca subacuática,
sas tan personales ¿a quién las dices? Yo prefiero quedarme en
ama mucho el mar; no tendrán un lugar fijo, darán vueltas con la
casa en bata, con mis males y mis cuadros, las prácticas, las barcay acamparán en zonas ntenos turísticas; él llevará también
cadas; porque las personas ¿qué te dan? A duras penas veo a su potente moto para encontrar un teléfono y darme noticias.
los amigos, porque vienen a casa, de lo contrario no los vería. Estoy más tranquilo y me cuenta lo que pesca. Baja sin tubo de
Pedro tiene el deporte, es un líder, maestro de esquíacrobático, oxÍgeno a más de 25 metros." Dice la madre: ,,pídale usted, doc-
de natación y de pesca subacuatica, de tenis, juega muy bien al tora, que antes se haga los controles sanitarios, ¡a mí no me es_
fútbol de mesa, al fútbol, piense que lo quería la 'Roma'. No tie- cucha!" Y él dice: "Los hacen siempre, Laura. pedro es respon-
ne problemas de trabajo, tiene muchos amigos, lo llaman por sable; y además es sano, lo sabes.,'
teléfono muchas mujeres, viaja muchísimo, incluso reciente-
Es casi a finales de junio, decidimos volver a llamarnos des-
mente hizo un viaje muy largo a África, casi una aventura. Está
pués del verano; ellos se irán al mar. Ella me pide si puede lla-
bien en casa con nosotros, sólo tiene problemas con el herma-
no porque lo ve inmaduro, irresponsable, y no lo soporta, pero marme alguna vez. Digo que sí, si lo necesita. Él agrega: ,,ya us-
ahora comienza a andar un poco mejor." Dice la esposa que el
ted forma parte de nosotros, mucho más que cualquier otro.,,
lt/'le saluda con mucho afecto y me retiene un poco la mano. [Vle
pequeño, Franco, querría ser como el hermano; intenta imitarlo
pregunta si el hijo puede llamarme antes de partir, dado que ha
en los deportes, pero cada tanto se daña las rodillas y siempre
de un modo grave. Admira al hermano y se retuerce porque an-
expresado el deseo de saludarme y agradecerme. Respondo
hela ser su amigo. lVle pregunta qué pienso del marido que se afirmativamente y le asigno un horario. tt/e quedo un poco emo-
queda en casa, no quiere viajar más, mientras ella daría la vuel- cionada, también.
ta al mundo, especialmente ahora que ya no trabaja en el res- El hijo me llamó, pidió verme, sólo para saludarme; vino,
taurante. Lo ha dejado, pero no vendió la licencia para que nin- contrariamente a mis costumbres, se fue después de diez minu-
tos porque yo tenía una cita, como le había dicho.

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Sobre mi escritorio quedaron sus anteojos, no los vi ensegui- contrado y elegido era su potencialídad para ser usado como
da, estaban en un estuche. objeto de transición, en el cual, con los atributos y las proyec_
Diez días después, recibo una llamada de la señora Laura, a ciones recíprocas, cada cónyuge percibe al otro, en algunahe_
las siete de la mañana; su voz está desgarrada por el dolor: ha dida, simultáneamente, tanto como objeto interno cruñto coro
muerto Pedro. Durante una última inmersión, mientras estaba objeto externo. Digamos que en un niver profundo ra pareja tie-
listo para volver a entrar la misma tarde; le explotó el corazón en ne un objetivo en común, y nos parece que en esta pareja en
el agua, después de una jornada de pesca excepcional, mien- particular es la defensa organizada contra la depresión.
tras sus amigos lo esperaban en la orilla para partir. winnicott describió ras numerosas funciones, distintas pero
La madre llegó a la isla en avión con el hijo meno( encontró correlativas, de Ía defensa maníaca en los siguíentes términos:
a Pedro, habían pasado sólo dos horas, exánime, sobre la bar- ".1. Negación de la realidad interna;
ca que lo había socorrido;tenía los ojos y la boca ensangrenta-
2. fuga de la realidad interna a la realidad externa;
dos, los brazos abiertos, el cuerpo abandonado. En su muñeca,
un reloj continúa funcionando y la madre lo mira un poco. La no- 3. mantenimiento de ras personas de ra rearidad interna en
ticia de la muerte de Pedro, el padre la recibe del hijo menor, que 'animación suspendida';
le dice: "No tienes más a Pedro, ahora estoy yo para ti." Pedro 4. negación de las sensaciones de depresión, es decrr, la
fue sepultado con el mismo traje de pesca que llevaba en el mo- opresión, la tristeza, mediante sensaciones específicamente
mento de la desgracia. opuestas, liviandad, alegría, etc. El empleo de casí todos los
El padre, Mario, durante el transporte fúnebre del hijo, co- opuestos en el reasegurar contra la muerte, el caos, el misterio,
menzó a sentir mucho dolor de oidos. Después de una sema- etc., ideas que pertenecen ar contenido fantástico de ra posi-
na, comienza a tener distintos y variados problemas, y algunas ción depresiva" (1 93S).
molestias en los ojos. Lo internan en una clínica privada, don- Junto con su compursión a compartir ra fuga de ra rearidad
de es asistido por muchos especialistas; algunos, llegados pa- interna a la realidad externa, existe la necesidaá de tranquilizar-
ra él de afuera, deciden intervenir por hemorragia cerebral y le se mutuamente o la irusión de que la negación de la realidad in-
quitan gravedad a la intervención. Había querido verme, fui por terna pueda ser mantenida para siempre.
una breve visita, estaba solo y me dijo: "Estoy muy sereno, es- En realidad, la elección de la pareja era una elección por
toy listo para reunirme con Pedro; antes de sumergirse por úl- contraste, en la que la señora Laura, de aire jovial y discreto, ru_
tima vez, me había llamado para decirme que volvía a entrar, bia, obesa, ama de casa, era física y emotivamente ra antítesis
las úitimas palabras que recuerdo haber oído de él son: 'Papá, de la madre del señor Mario, grácil, bella y sensible.
te quiero mucho.' Lloró dos lágrimas, las únicas, me dijo des-
pués la señora. Por otra parte, el alto, delgado e inteligente señor l\rlario ase_
guraba a la esposa que nunca había entrado en contacto con la
Superó bien la intervención quirúrgica pero, mientras se pre- imagen del padre y los sentimientos conectados con é1. En
paraba para dejar la clínica, para regresar a casa, se postró en
efecto, también a niver de sus relaciones con el mundo externo,
la cama. Expira un mes exacto después de la muerte del hijo. su vida estaba organizada en torno de esta corusión: é1, inmer-
so en su mundo de arte, de coleccionista, en su investigación
Comentario ocnofílica (Balint, 1959, 1g6g), al contrario del filobatisrno ex-
presado con los viajes al exterior, las casas esparcidas por to_
dos lados, los paseos, ros orores y ros descubrimientos fuera de
En nuestras experiencias con parejas, nos han dejado pro-
la casa.
fundamente impresionados el carácter y el estilo del descubri-
miento, y la elección del objeto, aparte de la modalidad de es- Nos parece que el rol de los factores inconscientes es más
tablecer un vínculo con é1. Hemos llegado gradualmente a ver dinámicamente operativo en er matrimonio que en cualquier
cómo una de las características inconfundibles del objeto en- otro vínculo humano. La hipótesis que quisiéramos formurar en
este caso específico es que el yo, después de una experiencia

374
375
tan traumática y tremenda para ambos, ha organizado una constatar que los hijos asumen, a menudo, una función esencial
constante distancia defensiva y una disociación. con respecto a los objetos dañados de los padres, tanto exter-
nos como internos. En estas condiciones, el niño se involucra
La utilización del ambiente con los artefactos sociales (par-
precozmente en el collage de la patología de los padres. Enton-
ties, comida, música, baile, arte, pequeñeces, etc') era el resul-
ces son los hijos quienes paradójicamente deben volverse la
tado de una manipulación defensiva para mantener la negación
membrana diádica, el contenedor de los padres, representado,
del terror depresivo interno. característica del cuadro total es la
también bastante claramente, por el símbolo de los anteojos
resistencia ante cada cambio y elaboración, no sólo como pa-
con el estuche, dejado al final por Pedro sobre el escritorio de
reja, sino también como padres. Esto hizo que fuera imposible
la terapeuta.
para la señora Laura comenzar los procesos de la preñez y en-
trar en contacto con sus sentimientos relativos a la preocupa- Winnicott habla, a este propósito, de "falsa restitución" de
ción materna primaria, la lactancia, el compartir el crecimiento los hijos con respecto a los padres. Esta falsa restitución y re-
de Ia infancia a la adolescencia y al estado adulto del hi¡o' paración se expresa a través de la identificación del niño con la
parte de los padres que no ha sufrido la disociación de la defen-
Su vínculo con Pedro ha permanecido siempre impersonal;
sa maníaca, es decir, con su parte más profunda, traumatizada
de aquísus exigencias simbióticas y la necesidad de percibir a
y aferrorizada; el lugar donde la defensa maníaca de cada uno
Pedro a través de reconfortantes externos, como el hecho de
fracasa, el punto doloroso, nunca elaborado, la interrupción
que él fuese bien alimentado, robusto, bello, precoz, vencedor
traumática de sus respectivos se/f, que ha adquirido el sentido
de premios, un verdadero campeón, universalmente amado y
de un punto sin retorno. Existe como una intención omnipoten-
apreciado por todos y por todo. Era como percibirlo a través de
te, por parte del niño, de restablecer la continuidad.
los otros. Y no obstante los intentos del señor lt/ario de ser co-
mo cualquier otro padre, y crear un vínculo con Pedro, declaran- Winnicott subraya que el factor predominante en estos ca-
do que eran amigos, Pedro era inalcanzable, y ambos sabían sos es el hecho de que estos niños, a través de la exasperación
que había algo en él que los asustaba. Pedro vivió aislado su de los procesos somáticos del yo y las funciones del yo, son
primera infancia y su adolescencia, en un estado de inocencia usados para sostener el autoengaño terapéutico de los padres,
organizada. sus vínculos y sus actividades no tenían significa- y escribe: "Se verá que estos niños en casos extremos tienen
do; su única preocupación eran los padres. Los confortaba di- una tarea que nunca podrá ser llevada a término. Su tarea pri-
ciéndoles que nunca los abandonaría, que los cuidaría, decla- mero es la de tener que enfrentarse con el hurnor de la madre.
rando constantemente su amor y su devoción' No quedaban Si tienen éxito en la tarea inmediata. sin embargo, ellos no ha-
sentimientos para ninguna otra inversión emotiva, ni siquiera cen más que loErar crear una atmósfera en ia que pueden co-
para el propio hijo totalmente negado. menzar las propias vidas" (1935).
Se tiene la impresión de que, ocupándose de los aspectos Es evidente que, para contener el collage de los padres, nun-
más dañinos de los padres y de su profunda depresión, y vol- ca integrado lamentablernente, es inevitable que las partes ex-
viéndose el guardián y el protector del self escondido de ellos, ploten. Naturalmente, a causa de la falta de elaboracion, io úni-
cada intento de Pedro para modificar suficientemente los pro- co que permanece inalterable es el tiempo.
pios límites y construir un espacio propio privado se vuelve ina-
decuado y nunca lo bastante separado como para ponerlo en
condiciones de experimentarse como un sujeto'
En su escrito "Duelo y melancolía", Freud afirma: "Es fácilver
que esta inhibición y limitación delyo es la expresión de una de-
voción exclusiva al duelo que no deja nada para otros objetivos
o intereses."
En todo el trabajo con padres que mantienen una grave pa-
tología colusiva postraumática no elaborada, hemos podido

376 377
El counselling y e! aborto tá por interrumpir su embarazo muestren, sobre todo, empatía,
respeto y consideración proporcionales a Ia vivencia más pro-
funda. Se subraya que los prejuicios y las posturas inflexibles no
¿De dónde sacarás el coraie
en el ánimo y en tu corazón ayudan nunca a quien sufre. Como psicoterapeutas, pensamos
para infligir con la mano la audacia tremenda? que las leyes sirven para contener y ayudar al individuo a esco-
ger, y para que se respeten, pero no pueden ocuparse de resol-
¿Y cómo dirigiendo sobre /os hiios la mirada
podrás sin lágrimas sostener su destrno de muerte? ver los conflictos del paciente ni pueden restituir inocencia y
confianza a la mujer, liberándola de su ambivalencia y de su cul-
Eurípides, lVledea pa, y a veces, de estados depresivos destructivos.
Subrayamos además que, por lo general, las adolescentes
que traen una situación tan delicada presentan perturbaciones
parliculares por las cuales no están preparadas para tratamien-
La bibliografía referente a la temática del aborto, en realidad,
carece tanto de referencias clínicas como teÓricas. A través de tos psicoanalíticos ni psicoterapias que requieran más tiempo;
los siglos, se han elaborado muchas opiniones distintas, postu- más bien, solamente para encuentros de counselling psicodiná-
ras y prejuicios sociales, éticos y políticos, pero clínicamente el
mico, que puede también prolongarse en eltiempo, de modo de
concepto del aborto no se ha profundizado mucho. Y, aunque sostener adecuadamente a la paciente incluso después de la
resulta necesario distinguir entre espontáneo y voluntario, el eventual interrupción del embarazo.
aborto es siempre una pérdida, un duelo, un momento crítico, De aquí la consideración de la oportunidad de que se insti-
un trauma más o menos registrado que inevitablemente some- tuya una estructura de counselling psicodinámico, tanto en las
te a una durísima prueba la vivencia de la mujer. escuelas de todo género y grado como en el seno de varias de-
Las motivaciones que el aborto implica son diversas, y pue- legaciones educativas, asociaciones de voluntariado y sobre to-
den interferir de modo significativo factores de orden económi- do de la universidad.
co, social, ético, pero sobre todo motivos afectivos y emotivos, Como hemos afirmado precedentemente, un gran número
conscientes e inconscientes. de muchachas que se encuentra por interrumpir el embarazo
Por lo común, las comunicaciones son reservadas, las refe- manifiesta cierta dificultad para relatar los hechos e incomodi-
rencias controladas, y muchos acontecimientos negados, por lo dad al hablar de las propias experiencias corporales, con las
fantasías conectadas, escondiendo también los conflictos su-
cual la posibilidad de profundizar es bastante reducida.
perficiales o profundos, y la propia experiencia relativa al víncu-
Rycroft describe cómo la negación es un mecanismo de de- lo con la pareja. En consecuencia, es fundamental explorar la
fensa, por el cual se niegan algunos impulsos o aspectos pro- dinámica de pareja y el vínculo con la pareja que, por motivos
pios, así como algunas experiencias penosas. La negaciÓn está
de culpa o de vergüenza edípica o de otro género, ni siquiera se
particularmente presente entre las adolescentes y las mucha-
menciona. Generalmente, el compañero también puede consi-
chas jóvenes que deben abortar: negando la significaciÓn inter- derarse inaceptable o decepcionante según las expectativas de
na de la experiencia vivida, se defienden de sentirnientos peno' la familia de ella o percibido como un "no-yo" del todo extraño
sos y depresivos. y distinto, idealizado o denigrado pero, por algún motivo, des-
En el aborto voiuntario, la vivencia puede resuitar absoluta- cartado como padre. También debemos pensar que, quizá, jun-
mente hr:miilante a causa de la experiencia de sentirse iuzEaoa, to con el niño, se aborta al otro o algunos de sus aspectos, o el
ex¡luesta ai desprecio y, no raras veces, inaltratada. Todo eso vínculo de paternidad con el otro. A menudo, prevalecen refe-
conduce casr inevitablemente a tener que negar tanto l;t viven- rencias regresivas con características pregenitales y aspectos
cia psÍquica como la corporal, y a querer borrarlo todo. de omnipotencla infantil, rabias, rencores, ansias, negativismos,
De aquíla necesidad de que médicos, ginecólogos, asisten- oposiciones, culpas, pero sobre todo la negación. tr/uchas jóve-
tes sociales o cualquiera que se ocupe de la mujer joven que es- nes dicen así: "Ocurrió por casualidad, nunca hubiera pensado

.)¡ó 379
que podía quedar encinta, yo no quería. No sé cómo sucedió, ni Apolonia
siquiera hemos hecho el amor."
Encontramos igualmente útil explorar los vínculos madre-hi- Apolonia abortó en silencio sin saber ni siquiera qué había
ja y familiares cuando nos encontramos frente a una muchacha pasado.
que está por abortar. Se consideran, en efecto, los procesos de
Bella, ingenua y sofisticada, había ido de vacaciones, antici_
separación-individuación y todas las etapas evolutivas, apego,
pando un día su llegada, en una localidad donde, con dos otras
dependencia, simbiosis, unidad de base, ambivalencia, incesto,
amigas, había alquilado una habitación. Era temporada baja, y
violencia sexual y conflictos de naturaleza edípica y preedípica.
el pueblo estaba desierto. Elmuchacho de donde se arquilabañ
También se profundiza la relación de los padres entre ellos, con
habitaciones, más joven que ella, la acompañó para mostrarle
las distintas referencias colusivas de la pareja internalizada de
la habitación y, como no habían llegado todavía las amígas, él le
progenitores.
propuso quedarse a dormir en una habitación contigua. Ella no
Los aspectos y las funciones del superyó y del ideal del yo pensó en cerrar con llave la puerta, y así, durante lanoche, fue
se proyectan sobre los padres, los familiares y los otros, como violentada.
la escuela o la instrtución en general: "Me echarán, papá me va
Apolonia, después del aborto, permaneció por mucho tiem_
a matar, mis padres no me amarán nunca más, etc.", afirman al-
po confundida, aislada, cerrada y completamente apática hacia
gunas.ióvenes, mientras se cargan de culpa y de reproches, por
los familiares, los amígos y sus estudios. pero es ínteresante sa-
lo general dirigidos con gran vehemencia contra sÍ mismas.
ber que el joven regresó después de seis meses y que, cuando
Por esto los adolescentes, a veces, gestionan entre ellos el le informaron del aborto, lloró; y Apolonia lo consoló y contuvo.
aborto de modo que los padres no sepan nada; su complicidad Tuvíeron nuevamente una relación sexual, esta vez a pedido de
al respecto, habitualmente, conduce a una actuación, a un ac- ella, aunque con las precauciones debidas.
ting out cuyas consecuencias pueden ser devastadoras.
La rabia, el dolor psíquico, la ambivalenciay la desvaloriza_
Algunas adolescentes presentan características fueftemen- ción hacia este muchacho simple y poco culto fueron totalmen-
te narcisistas, con aspectos de tipo autístico. Se p¡esentan más te negadas. Ella se mostraba superior, sin emociones, deseos y
como muñequitas que como mujeres. Perciben y tratan el pro- necesidades. "N/e sentía indiferente en el counsetting
pio cuerpo como si fuese el de una muñeca. A veces se visten, Todavía no sé si fue él quien me sedujo-dijo
o fui yo, con mi actltud
se mueven como las "Barbie", como si fuesen objetos con los tan provocativa, cuando me acompañó a la habitación, la que lo
cuales jugar; parecen poco reales y carecen de cierto calor hu- hice quedar y venir de noche a mi cama. En verdad, nunca me
mano (D. Pines). En el fondo, no saben si fueron ellas las que se- sentÍ atraída por é1." Pero, después de la visita del muchacho,
dujeron o si fueron seducidas por los otros. Ellas mantienen una Apolonia, en busca de su identidad, sintió la necesidad del
"inocencia organizada", con actitudes típicas de la "bella dur- counselling.
miente del bosque", se maravillan de la propia preñez y no ha-
También es posible observar que, al verbalizar el acto del
blan nunca del niño.
aborto, por lo común las mujeres se presentan al terapeuta con
En estos casos, las connotaciones edÍpicas existen, pero están algunas preguntas, aunque sea implícitas: ¿euién soy?
claramente irresueltas. En ellas el deseo inconsciente de permane- ¿Soy
una mujer? ¿[t/le ve como tal? ¿Soy o no soy una persona a<1ul_
cer encintas existe, pero no pueden volverse madres porque la úni- ta? ¿Soy una pareja o no lo soy? A veces, las transformaciones
ca madre es la propia, de la cual ellas son las hijas. Al día siguien- corporales, como nos enseñan los antropólogos, son sanciona-
te de la interrupción del embarazo, regresan a su casa y vuelven de das a través de varios rituales, por lo cuales el cambio parece
nuevo totalmente las niñas de antes. Las nenas de la madre. llegar desde el exterio¡ mientras se trata de la necesidad de una
En términos endopsíquicos, podemos afirmar que se trata experiencia de transformación interior. Al psicoterapeuta, como
de una negación del hecho, con anulación retroactiva, una suer- se sabe, en definitiva, se le picie que acompañe y sostenga en
te de tejido de Penélope que anula cuanto ha sido hecho o el proceso de transformación.
acaecido precedenter:vt úe {u ndoi ng).

3BÜ JÓ¡
el rol de la "baby-dol/", no encontraba, en el fondo, ningún mo_
Es oportuno también subrayar que, mientras un cierto núme-
tivo para separarse de é1.
ro de interrupciones de embarazo corresponde a mujeres con
profundas perturbaciones de la personalidad, que privilegian el Después de la separación, Natacha había encontrado con
actuar al sentir, otras pueden estar relacionadas con varias si- mucha dificultad un departamento, y con el dinero del dívorcio
tuaciones personales o familiares y con la dificultad de afrontar y del propio trabajo había organizado una vida propia y autóno_
conflictos, elaborar duelos, pérdidas, separaciones. La postura ma. Por motivos raborares, se transfirió por un breve período a
predominante en Freud (1916-1917)con respecto a la materni- Francia y a su regreso en rtaria se vorvió a casar con er actuar
dad consistía en considerar al primer hijo de la madre como la marido, doce años mayor que ella, amigo del exmarido.
extensión de su narcisismo; en este caso, su ambivalencia con Natacha contó enseguida al analista que había quedado em_
respecto al hijo se habría resuelto positivamente. El niño habría barazada antes, incruso, de casarse. Había nacido una niña, de
sentido que fue deseado y amado. Su amor por este hijo vivien- nombre Graciela, que tenía alrededor de trece meses.
te incitaría el sentido de culpa de la madre respecto de sus sen- [t/ientras todavía estaba totarmente ocupada con er naci-
timientos negativos, guiándola hacia el rescate. Según nuestra miento de Graciela, se encontró esperando
experiencia, siempre resulta útil explorar el vínculo entre la ma- -a su pesar,,y
error"- otro niño, con el cual, aunque poco preparada
por
pará otro
dre y el niño concebido, y el lazo creado entre la madre y elfe- nacimiento, graduarmente se sintió muy comprometida. En sÍn-
to. No por casualidad algunas mujeres afirman: "Lo he sentido, tesis, se puede afirmar que, mientras el embarazo proseguía,
lo he imaginado, lo he visto, lo que querido, no quería perder- Natacha se sentía cada vez más ligada a este hijo varón
1o..." En estos casos, la pérdida, el duelo y la elaboración son entre otras cosas, había visto también en la ecografía.
iue,
verdaderamente difíciles. Generalmente, se organizan varias
Pero, al final del cuarto mes, los exámenes de las ecografías
defensas que pueden llevar a posturas regresivas, fóbico-
mostraron una posíble malformación, por lo cual los méd¡cos
obsesivas, incluso a perturbaciones psicosomáticas.
supusieron una anomalía cromosómica. Esta diagnosis incierta
movilizó en la paciente una angustia enorme y, por motivos le_
Natacha gales estando permitido el aborto después del cuarto
mes-,-no
se decidió una inmediata interrupción, sin ulteriores
constataciones y sin ofrecer ninguna alternativa a Natacha que,
Después de haber dejado diversos mensajes, con varios re-
mitentes y números de teléfonos celulares, a la secretaria del de pronto, se encontró con un gran vacío dentro.
analista durante la pausa estival, Natacha volvió a llamar el pri- En realidad, la paciente había pedido un counse lling porque
mer día de regreso de las vacaciones, solicitando una cita con desde el día del aborto había notado que desmejorabá día tias
urgencia. día. Natacha sentÍa una profunda ansiedad, sufría un insomnio
grave y perdÍa peso continuamente. Encontraba imposible cual_
Se trataba de una bellísima muchacha, que habría podido
quier compromiso y pasaba todo el tiempo regresivamente jun_
ser una "top-model", que se había casado a la edad de veinte
to a la hija. Se había dirigido primero a un psiquiatra, porque el
años con un hombre de treinta, riquísimo pero muy perturbado.
marido era contrario a una ayuda psicoterapéutica.
Ellos, efectivamente, habían venido a la terapia de pareja cuatro
o cinco años antes y se habían sentido muy ayudados, sobre to- Un counselling prolongado gestionado por efla, aunque en
do para separarse. El analista recordó enseguida la idealización principio en desacuerdo con el marido, le permitió salir tanto
de
que Natacha tenía de sí misma y de los otros, su capacidad de su ambivalencia como del control de marido, y así pudo gra_
condescendencia y complacencia narcisista muy pregnante dualmente elaborar la pérdida y el duelo también por el abórto
que no le permitía siquiera enojarse con su marido, que la habÍa tenido durante su primer matrimonio, reencontrando el placer
dejado encinta y después obligado, "a pesar suyo", a abortar. de vivir y compartir su vida con los propios familiares. Natural_
Éste, por otra pade, para practicar sus fantasÍas homosexuales, mente, fue considerada y sugerida una ayuda psicoanalítica,
estuvo después por meses, o tal vez, por años impotente y ab- parala cual la paciente misma contactó a un analista de estima
solutamente asexuado con la joven esposa, la cual, asumiendo y confianza del terapeuta del counsetting.

382 ^Qe
lt¡luchas veces, pueden asumir un valor clínico los llamados del retraso en la concepción, los padres habían comenzado ya
actos fallidos, como por ejemplo el no tomar las debidas precau- un trámite de adopción. Estaban esperando ser llamados para
ciones o las fallas en el uso del anticonceptivo. Ha sido observa- los trámites de la adopción, cuando la señora se dio cuenta de
do que, paradójicamente, más aumentan los métodos anticon- que estaba embarazada.
ceptivos, mayor resulta el número de mujeres que interrumpen el
Durante el coloquio, la pareja refirió que la maestra se había
embarazo. En realidad, hay que preguntarse verdaderamente
alarmado no sólo porque Magda no se concentraba, sino tam-
cuál es latuerza inconsciente que sostiene el aborto, cómo pue-
bién porque, aunque era hija única, decía a todos que tenía una
den ser reincidentes, qué se busca al aborta¡ qué intentan co-
hermanita.
municar y por qué algunas mujeres deben continuar repitiendo la
experiencia del aborto. En el encuentro de counselling,Magda dibujó enseguida una
niña y dijo: "¡Ésta es mi hermana!" Se trataba de una niña más
El caso clínico que ahora se describe es un ejemplo de có-
o rnenos de su edad; la única diferencia era que la hermanita era
mo el aborto es un hecho que no compete sólo a la pareja o a
la madre, sino también a los otros miembros de la familia, se tra-
rubia, mientras que ella era morocha.
ta del caso especÍfico de Magda, una niña de seis años, para En este punto de los coloquios, con los padres surgió que
quien había sido pedido el counselling. Magda siempre había estado presente en los controles médicos
a los cuales la madre se sometía, así como también había asis-
tido a la última dramática ecografía.
Magda
Magda, a través de la ecografía, había visto a la niña que se
movía dentro de la panza de la madre, por lo que exclamó: ,,tVa-
tt/agda era una niña que iba a la escuela primaria, pero las má, mamá, mira... Me está saludando... ¿por qué?,,
maestras afirmaban que en la escuela "no se concentraba", pe- En ese momento, el papá la sacó de la sala, y la mamá per-
se a ser muy inteligente. Los padres aseveraban que de noche maneció con el ginecólogo, que la internó en el hospital, inme-
la hija no dormía.
diatamente. Cuando Magda volvió a ver a la madre, después de
En el mes de septiembre, cuando la niña fue inscripta en la tres días, lapanza no estaba más. Desde aquel momento, Mag-
escuela primaria, la mamá sufrió un aborto terapéutico en el da desarrolló una actitud fóbica hacia el cuerpo de la mamá.
sexto mes, porque la ecografía había revelado que el feto esta- Durante la sesión, Magda dibujó al papá con una gran pan-
ba afectado por un tumor. Esta diagnosis apareció como un ra-
za, mientras decía que ella se sentaba y jugaba sobre la panza
¡ro en el cielo sereno, interrumpiendo bruscamente el vÍnculo ya del papá.
muy intenso de todo el núcleo famlliar con el niño que estaba en
el útero y que después resultó ser una niña. En la pareja, se veía que era el padre quien conservaba la
memoria afectiva de los familiares difuntos, mientras que la ma-
l\cerca rje este embarazo, todos tenÍan muchas expectati- dre parecía huir del dolor de la pérdida y volvÍa a proponer el
v[rs, porüue el año anterior había habido un aborto espontáneo proyecto de la adopción.
o:u el tercer mes de gestación, vivido por la pareja con un gran
sentimiento de fracaso. Por este motivo, los padres habÍan man- Magda, a su vez, en el counselling, dijo que a menudo soña-
tenido escondiCo el embarazo a Magda, durante los primeros ba con un tiburón que llegaba... La niña dibujó eltiburón a la ori-
lla del mar y contó que entre tanto "todo el país se hundía". Dibu-
tres nleses. Superaclo este período, se habían sentido tranquilos
jó, en efecto, abajo, bajo el nivel del mar, dos casas y dos niñas
sr:bre la posibilidad de tener otro niño y, por ende, habían invo-
que representaban a ella y a su hermana. Se detuvo y comentó:
lucrado intensamente a lVlagda en esa espera. Por otro lado, la
"Yo me embrujo... Pero siyo me embrujo no veo llegar la sombra
madre se sentía con edad ya demasiado avanzada; vivencia és-
ta que habia tenido también antes de la concepción de Magda. del tiburón... Y en ese momento el tiburón me come.,'
ttlagcla, en efecto, fue concebida después de dos años de En este punto, Magda se angustió, escapó de la habitación
matrimonio, por lo cual fue esperada con impaciencia; a causa de la terapia para irse con la mamá, para regresar después tra-
yendo consigo a su madre y diciendo: "lt4amá, díje que tengo

384
385
una hermanita." Magda, en este punto, quiso jugar con su ma- seado. Es sabido que muchas madres que aman a sus hijos, a
dre. Puso a todos los animales en fila sobre el piso y dijo: "Ma- menudo, los han concebido involuntariamente, deseando tam-
má, juguemos, yo tengo todos los animales malos, los feroces bién, a veces, que el embarazo se interrumpiese.
con los dientes, y tú tienes los animales buenos, sin dientes." Naturalmente, hay que considerar que el aborto puede minar
Después de esta sesión, la mamá llamó al terapeuta dicien- el vínculo de confianza y seguridad que toda pareja necesita.
do que la niña había empeorado: no había dormido, había llora- En muchos casos, allí donde los sentimientos ambivalentes
do, y quería ver al terapeuta. hacia la madre han quedado sin resolver, o predominan senti-
En la sesión, Magda dibujó y contó: "Aquíhay un teatro, és- mientos negativos con respecto a ella misma, al compañero se-
te es un fantasma todo negro, porque viene de su país que es xual o a importantes figuras del pasado, las inevitables regre-
todo negro, las flores son negras, las ventanas son negras. Es siones de la preñez facilitan la proyección de tales sentimientos
todo negro. Éstos son los vestidos, y él se tiene que disfrazar de sobre el feto. De aquÍ la reflexión de que el feto podría ya tener
hombre porque de Io contrario no puede llegar al teatro; él tiene una identidad prenatal negativa a los ojos de la madre, incluso
que llegar porque se proyecta un filme de é1. Un filme que cuen- mucho antes del nacimiento.
ta lo que le pasó a él hace mucho tiempo." Renata Gaddini hace notar que, ya en algunas cartas a Grod-
La niña, a través de la modalidad con la cual se vinculaba deck (Navidad de 1921 y junio de 1923), Ferenczi explica su
con el cuerpo de la mamá, había organizado las defensas de la convicción de que lo que cuenta en el primer desarrollo es la
negación de tal modo que parecía decir: "Si no te toco, conti- exorbitante importancia de la madre. Ferenczi se refiere a los ni-
núas naturalmente encinta." Pero la niña no podía tocar aquello ños que llegan al mundo como huéspedes no gratos. Estos ni-
que no estaba; no tocar aquello que estaba significaba otra co- ños, que han vivido el no haber sido deseados, han sufrido los
sa que tocar lo que no estaba, porque eso implicaba la existen- signos e inconscientes- del rechazo, y su deseo
-conscientes
de vivir ha sido, desde el principio, extinguido y debilitado. El
cia de un esfuerzo en sostener que algo había.
deseo de morir, de no existir, aparece en las situaciones de difi-
La niña no tocaba para no tocar el vacío: la pérdida. Y por
cultad. Entre los rasgos de carácter más significativos de estos
esto compensaba diciendo que el papá tenÍa una gran panza
pacientes, se nota enseguida la incapacidad de construirse una
sobre la cual ella se sentaba.
confianza básica (Erikson, 1963), incapacidad que implica pesi-
De ese modo, operaba también un traslado, dado que con el mismo, escepticismo y desconfianza.
padre no había necesidad de la negación; pero estaba la afirma-
En ausencia de la confianza, está la necesidad de contacto
ción del opuesto por el cual Magda podía sentir verdaderamente
físico y un infantilismo emotivo, con obstinación y rigidez de ca-
también que el papá tenía la panzota, y ella podía no sÓlo tocar-
rácter, que interfieren con el crecimiento.
lo, sino también sentarse. La niña habÍa hecho un desplazamien-
to de la madre al padre: el desplazamiento es un mecanismo muy Gaddini continúa afirmando que Ferenczi escribe al respec-
arcaico que le servía, precisamente, para sostener la negación. to: "Quiero destacar que los niños que han sido mal recibidos
Paradójicamente, si no hubiese estado esto, lt/agda habría podi- tienen probabilidades de morir... Si escapan a este destino, con-
do encontrarse en un retraimiento mucho más grave. Es como si servan pesimismo y aversión hacia la vida."
hubiese buscado resolver el problema a través del padre. En lo referente a la pareja, es opoduno que, después de la
La capacidad de esta familia de crear una alianza terapéuti- pérdida de un niño, haya al menos un año de elaboración del
ca, de elaborar el duelo y ayudar a la niña también mediante el duelo; seguidamente, se puede considerar la adopción que, sin
counselling fue un elemento fundamental. Lamentablemente, a embargo, si se efectúa como una sustitución sin elaboración del
menudo, ambivalencias no resueltas, sentimientos de culpa y duelo, no es una adopción, es más bien un sacrificio humano.
proyecciones graves interfieren con los procesos de duelo y de Se adopta a un niño para sacrificarlo en el altar del hijo
elaboración necesaria. muerto.
Freud, por otra parte, reconoció también la ambivalencia
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386 387
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392 393
I

Yo soy el silencio inalcanzable,


el himno triunfal del cual mucho es recuerdo.
Yo soy la voz
que da origen a muchos sonidos;
\ el Logos de muchas imágenes.
Yo soy la pronunciación de mi nombre.

Códice de Nag-Hammadi, Vl 14. 10


-

índice general

Prefacio, de Mario Beftolini .5


Prólogo .7

Primera parte
La teoría y la clínica
El counselling psicodinámico y los conceptos
fundamentales . . . 13

Algunas consideraciones introductorias . 15


La semiótica. Algunas notas . 27
El conflicto psÍquico 35
El settrng. Marco terapéutico y escenario analÍtico . . . 45
La empatía 52
La alianza terapéutica 75
La transferencia B3
La transferencia erótica 87
La transferencia psicótica 89
La contratransferencia 94
La incorporación, la introyección, la identificación,
la internalización, la externalización, la proyección
y la identificación proyectiva . . . 102
La resistencia 114
El acting out 125
El acting out en el counselling 139
El volver a poner en acto, el trauma y la reconstrucción
en el adolescente, de lvlargret Tonnesmann 144
La interpretación y sus vicisitudes.
La técnica en cuestión,
de Andreas Giannakoulas 152
Laelaboración.... 171
La experiencia del duelo. Un caso clínico,
de Andreas Giannakoulas 182
I

Segunda Parte
El counselling psicodinámico en algunos
aportes históricos de S. Freud, S Ferenczi'
.187
o. W. W¡nn¡cott, M. Balint, A' Giannakoulas ' '
1.' PREMIO GRADIVA/COMUNA DE LAVARONE 2OO4
.189
El caso de Catarina, de Sigmund Freud ' El counselling psicodinamico
.205
Sándor Ferenczi' Algunas notas histórico-clínicas de Andreas Giannakoulas y Santa Fizzarotti Selvaggi
.219
El caso liro, de Donald W. Winnicott
.224
El caso Bakel de tvlichael Balint '
Hotding en una situación de emergencia' Gaia'
.242
de Andreas Giannakoulas
El jurado del premio Gradiva Lavarone ha decidido premiar el li-
Tercera Parte bro de Andreas Giannakoulas y Santa Fizzarottti Selvaggi en
El counsetting psicodinámico en la ejemplificación .251
cuanto al texto, por su cautivante armonía entre la narración de
de algunos casos clínicos ' ' ' ' situaciones clínicas e hipótesis teóricas, que merece una exten-
.253 sa divulgación.
El secreto
.268 Una divulgación que, por un lado, mantenga viva la comple-
Una mu.ler bellÍsima a1 A
jidad del pensamiento psicoanalítico y, por otro, pueda ser un
Cecilia
.zát instrumento ágil de consulta, despeftando en el lector la curio-
Dafne .
.289 sidad y el deseo de profundizar: más simplemente, los pensa-
Eduardo mientos.
.300
Miguel
Cualidades que, reencontradas en el trabajo a cuatro manos
de Giannakoulas y Fizzarotti Selvaggi, hacen que El counselling
Cuarta Parte
psicodinámico pueda ser también un instrumento de formación
Algunas experiencias de counselling psicodinámico .307 para operadores de servicios públicos, jóvenes psicoterapeu-
Fragmentos teórico-clínicos
.309 tas, como así también para estudiantes.
El counselling Y la adoPción
Con la asignación del premio a Andreas Giannakoulas, el ju-
Reflexiones sobre la patología de la adopción'
.314 rado reconoce, aCemás, su precioso papel de "frontera" entre la
de Andreas Giannakolas .to 1 institución estrictamente psicoanalítica y las Escuelas y las Aso-
Batista
325 ciaciones de formación para psicoterapeutas infantiles.
Ramona
.JJJ Un compromiso denodado y riguroso, el de Giannakoulas,
Angélica Y lvlario que ha hecho conocer y restituir a la vida, de modo sutil tam-
.339
El counselling Y la anorexia bién territorialmente, el pensamiento de los independientes bri-
La anorexia en la primera infancia' tánicos, desde Donald Winnicott hasta ltzlasud Khan y Marion
.347
Un caso de Marlon lVlilner ' l\4ilner.
.349
Una nota clínica. Lucía . '
.350
Aurelio
a través Lavarone, 10 de julio de 2004
Uso y abuso del niño y del adolescente
.353 Doctor Alberto Schon, presidente del Jurado
de los siglos
postraumática
El niño como "terapia" de la defensa maníaca
364
de los padres, de Andreas Giannakoulas
378
El counselling Y el aborto

389
Bibliografía

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