Un buen ejemplo de un cuerpo que absorbe energía mientras resulta
deformado por causa de una acción exterior, y que luego de desaparecida dicha acción entrega la energía absorbida al medio exterior, podría ser el del arco tira flechas.
El arquero, tirando de la cuerda estira la misma y flexiona el arco,
transfiriéndoles cierta energía, conforme la fuerza actuante y su desplazamiento; así cargado el sistema; este entrega dicha energía a la flecha disparando la misma.
Si ninguna parte del conjunto arco - cuerda se deforma plásticamente (no se
deforma ‘permanentemente’); esto es, todas las partes se deforman exclusivamente dentro del período elástico; el conjunto liberará toda la energía que le ha sido aplicada y podrá ser reutilizado en sus condiciones originales; caso contrario, parte de la energía aplicada se habrá gastado en deformar plásticamente alguna parte y el servicio de reutilización no será el mismo.
Si la energía que estamos tratando es intercambiada exclusivamente dentro del
período elástico, la misma es llamada energía de deformación elástica.
Siendo este campo el tema de este escrito, dicha energía será llamada por dicho nombre y/o como energía de deformación simplemente.
Analicemos los casos de aplicaciones estáticas de tensiones normales σ y
tangenciales τ a un cubo elemental, recordando que este es de lados, áreas laterales y volumen unitarios y que la aplicación estática de cargas implica que las mismas alcanzan su valor definitivo partiendo de cero y aumentando de valor en forma continua y paulatina, dejando desarrollar en el tiempo necesario las deformaciones consecuentes.
Por limitar estos estudios al período elástico, mas aún, al período de
proporcionalidad, se recordará aquí la hipótesis de la ley de Hooke:
“Absoluta linealidad entre las tensiones y las deformaciones