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No es un “nuevo modelo” del PAE, pero las medidas pueden conducir al cambio necesario.
Un doble compás de espera habría que concederles a los anuncios del Gobierno: primero,
que no se presenten casos de corrupción a la vuelta de un año, y segundo, que los análisis
de Planeación Nacional lleven a un verdadero nuevo esquema del PAE (programa de
alimentación escolar) en el Plan de Desarrollo 2018-2022.
Es más fácil corromper a un político endeudado por los gastos de campaña electoral que
irse a corromper a los rectores y comités de padres de familia uno por uno.
Ahí está el meollo estructural. Colombia con una compra Eficiente podría habilitar
operadores idóneos, que competirían por los colegios como clientes de servicios en la
cadena del PAE en municipios de determinado tamaño en adelante.
La segunda razón de fondo para descentralizar el PAE a nivel de institución educativa tiene
que ver con la concepción del Ministerio de Educación como ente rector de la política
sectorial. El Programa de Alimentación Escolar pone al MEN (ministerio de educación
nacional de Colombia) en funciones para las que ni siquiera tiene planta de personal y
atiende con contratistas.
Las medidas anunciadas lo sobrecargan de tareas para buscar que las secretarías de
educación lo hagan mejor, cuando la idea de futuro es descargar al MEN de la inspección y
vigilancia creando la Superintendencia de Educación.
Que la foto del PAE sea con el fiscal, el procurador, el contralor y el defensor del Pueblo, y
no con los ministros de Agricultura, Salud y Comercio, muestra que todos son conscientes
de que el modelo actual pone en manos de ratones la plática del queso de los niños.
Hoy los colegios se deterioran porque los recursos de gratuidad no alcanzan para el
mantenimiento, y el espíritu adormecido y enajenado de la comunidad educativa no hace
nada frente a eso ni frente a las raciones leoninas del PAE. No digamos frente a la calidad
educativa.
Necesitamos otra situación. La escuela como núcleo palpitante del proyecto de sociedad.
Que la alimentación escolar sea una responsabilidad compartida de verdad, y además no
estratifique socialmente en el colegio, para lo cual hay que hacer otro cambio en el
esquema. No lo que tenemos ahora.
El llamado que se hizo a los padres de familia no produjo ni frío ni calor porque no hay
cambio cardinal. Empoderamiento. Pero si se vigorizan los Comités de Alimentación
Escolar será un paso.