KARL JASPERS
GENIO ARTISTICO Y LOCURA
STRINDBERG Y VAN GOGH
Traduccién de ADAN KOVACSICS
BARCELONA 2001 | EL ACANTILADO2. EXPERIENCIAS PSIQUIATRICAS SOBRE LA
ESPIRITUALIDAD DE LOS ESQUIZOFRENICOS
Todo psiquiatra que no sélo analice a los enfermos ate-
nigndose a sintomas tangibles y de acuerdo con catego-
rias conceptuales definidas, sino que, ademés, se dedi-
que desde una postura filoséfica a la observacién de la
existencia humana en general, se encontrar de vez en
cuando con una experiencia imposible de formular, so-
brea cual cualquier discurso le resultaré insatisfactorio,
por cuanto todo queda difuso ¢ inconcreto. Se trata de
esquizofrénicos en fases agudas, generalmente al princi-
pio de la enfermedad, en los perfodos previos y durante
el primer brote agudo. Estos enfermos son de un tipo
muy diferente al de Strindberg y Swedenborg. Mas ade-
Jante pueden caer en un estado de imbecilidad grave 0,
en todo caso, de apatia permanente. Da la impresién de
que una profundided metafisica se revela a estos enfer-
mos. No obstante, se trata de una experiencia dificil-
mente captable para nosotros. Podemos intentar cir-
cunscribirla, lo cual sélo se consigue de una menera muy
indirecta,
Es como si algo se manifestara una vez de forma fu-
gazen la vida de estas personas, como si provocara dicha
y estremecimiento, para cerrarse luego en el estado final
de una imbecilidad incurable, dejando algunas reminis-
cencias. A menudo se cuenta que estos seres humanos
tocaban el piano de una manera tan impresionante al co
mienzo de la enfermedad que los oyentes no recuerdan
haber ofdo nada similar. Se producen creaciones artisti-
cos en el campo de la pintura y de la literatura, general-
mente carentes de importancia, que, sin embargo, cons-
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EXPERIENCIAS PSIQUIATRICAS.
tituyen, para quien busca, un sintoma de la profunda
emocién vivida. La forma de vida se torna mas apasiona-
da, absoluta e intensa en los afectos, més desenfrenada y
natural, pero al mismo tiempo ms imprevisible y demo-
nfaca. Es como si un meteoro apareciera en este mundo
de estrechos horizontes humanos; y antes de que el en-
toro asombrado tome conciencia de lo ocurtido, esta
existencia demoniaca ya habra dejado de ser por causa
de la psicosis o del suicidio.
Logicamente, las personas que Maman la atencién
por su hondura son escasas en medio de la multitud de
enfermedades parecidas. A menudo, sin embargo, hay
una actitud, una problematica y una ocupacion filos6fi-
cas, Sélo el talento originario puede resultar significati
vo también en Ja psicosis y crear una expresi6n visible de
unas experiencias que, por lo demas, son del todo subje-
tivas, Pero sin una idea originaria que se despliegue en la
psicosis, incluso estas experiencias resultan generalmen-
te toscas, més sensibles que suprasensibles, son més an-
gustia que:pavor religioso, més euforia que dicha meta-
fisica, En este caso, sin embargo, no nos interesa lo
frecuente. De todos modos, las personas que nos pare-
cen profundas al principio de una psicosis, no son del
todo infrecuentes.
Setrata de hechos que, en la medida de lo posible, es
preciso definir y hacer comprensibles. El que sean «me-
ramente subjetivos» es valido para todo lo psiquico.
También la angustia es meramente subjetiva; objetivos
son el tamaiio de las pupilas, la expresién del rostro, et-
cétera. Interpretar une mirada como expresién de la
angustia ya es subjetivo. Lo que hay de objetivo en las vi-
vencias filos6ficas subjetivas son las palabras y las crea-
173COMPARACION DE STRINDBERG CON OTROS.
ciones, por ejemplo, el poema en cuanto forma y conte-
nido. En un principio se trata de comprender para que lo
meramente externo se vuelva interno para nosotros. Sin
embargo, lo interno es un hecho que puede compren-
derse a través de su expresi6n objetiva. Su formulacién
precisa de categorias. Hablamos de sentimientos, de
percepciones, de contenidos, eteétera, Para captar lo
que quiero decir aqui, considero atil la siguiente idea,
sin querer extraer de ella mas consecuencias: al contem:
plar la vida psiquica, vemos lo subjetivo, es decir, por
ejemplo, los sentimientos; y lo objetivo, las cosas concre-
tas percibidas, interpretadas, vistas por el alma. Para
analizar cuanto existe, no esta sélo la realidad, sino, den-
tro de ella, el mundo més amplio de lo espiritual. Lo es-
pititual se presenta en parte objetivamente ante noso-
tras, Ahora bien, podemos imaginar que lo espiritual
existe subjetivamente, que el espiritu es algo eterno o in-
temporal que en la existencia temporal se manifiesta en
formas llamadas emociones 0 sentimientos por el psicé-
logo, e! cual, incapaz de distinguir, agrupa todo bajo un
concepto. La existencia demonfaca, esa eterna supe-
racién y continua plenitud, esa relacién de proximidad
con lo absoluto, tanto en la dicha como en el horror, ese
estado, sin embargo, de permanente inquietud, debe ser
mostrada graficamente como algo de! todo independien-
te de la psicosis. Es como si este elemento demoniaco,
amortiguado y ordenado, provisto de metas y creativo a
largo plazo en las personas sanas, irrumpiera con suma
vchemencia al comienzo de estas enfermedades. No se
trata de que lo demonfaco, el espiritu, esté enfermo.
existe al margen de la oposicién entre lo sano y lo enfer-
mo. Mas bien, el proceso patolégico permite esta irrup-
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EXPERIENCIAS PSIQUIATRICAS
cién y es su condicién previa; aunque sélo sea por un
breve periodo de tiempo. Es como si el alima se aflojara,
dejara entrever durante el periodo de aflojamiento aque.
lla profundidad y luego se petrificara, quedando en un
estado de caos y desintegracién.
En el caso de Strindberg y de Swedenborg, las nue-
vas experiencias son de cardcter material. Si hay algo de
profundidad en ellas, es por lo material, por lo tangible,
que también produce, sin embargo, una impresi6n gro-
tesca y superficial. En los enfermos a los que nos referimos
en este capitulo, en cambio, la novedad y la profundidad
se deben a algo del todo subjetivo, a algo vivido que se
vuelve material en un plano secundario, en la expresién
creativa (en la forma, la imagen, el concepto, el simil), pero
gue no lo es en un principio ni lo llega a ser nunca del
todo. La diferencia responde al hecho de que Strindberg
jamas pierde la orientacién, las funciones de la vida psf-
quica se mantienen siempre intactas por muchos elemen.
‘os materiales que aparezcan en los fendmenos elementales;
los enfermos descritos en este capitulo, en cambio, cuya
profundidad reside en la vivencia subjetiva, en el rapto
de toda el alma, ven luego perturbadas dichas funciones
yacaban del todo transtornados en el sentido del no-psi-
quiatra.
Si deseamos adquirir una idea més clara, no debemos
atenernos alos enfermos corrientes sometidos a la obser
vaci6n clinica, sino que debemos buscar a personas ex
traordinarias, intelectualmente creativas, enfermas de un
proceso esquizofrénico. Estos casos son los de Hélderlin
y Van Gogh. Se trata de una existencia espiritual de la
gue se apodera la esquizofrenia, creando formas y expe-
riencias que estén plenamente arraigadas en dicha exis-
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