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LOS MOCHICAS Y SUS VECINOS MOCHICAS Y CAJAMARCAS EN LA COSTA NORTE DEL PERÚ

Tan cerca y tan lejos cuentra evidencia de cerámica cajamarquina, en algunos


sitios de la costa, e incluso en algunos entierros3, pero
Los extensos valles de la costa norte del Perú, particu­ tan de improviso como aparecen y se intensifican, estas
larmente Lambayeque, Jequetepeque y Chicama, se relaciones desaparecen misteriosamente, indicándonos
encuentran a una distancia relativamente corta de las que las oportunidades y condiciones que permitieron el
sierras aledañas y están comunicados con ellas a través movimiento de las personas y bienes habían cesado.
de ríos que al llegar a la llanura costeña forman valles En las siguientes páginas nos concentraremos en
aluviales. La distancia entre el valle del río Jequetepeque el caso de la presencia Cajamarca en San José de Moro
y el valle de Cajamarca, por ejemplo, es de aproximada­ (en adelante, SJM), un centro ceremonial y cementerio
mente 100 kilómetros, que es la misma distancia que mochica de élite localizado en la provincia de Chepén,
separa Jequetepeque de las Huacas de Moche. El estre­ región de la Libertad, justamente al oeste de Cajamarca,
Luis Jaime Castillo Butters Mochicas y Cajamarcas cho valle alto del río Jequetepeque, que conecta la costa en las costas del Océano Pacífico. En SJM la presencia
Pontificia Universidad Católica del Perú Cajamarca se puede percibir y evaluar a través de la
en la costa norte del Perú. con Cajamarca, estuvo densamente poblado a lo largo de
todos los periodos prehistóricos e históricos. En él se ha ausencia o presencia de elementos culturales de esta
Solsiré Cusicanqui Marsano
Universidad de Harvard
Una historia de encuentros hallado una gran cantidad de sitios y asentamientos que
datan por lo menos del año 1500 a.C.1 lo que demostra­
sociedad, parti­cularmente cerámica de los varios estilos y
formas que conforman la tradición Cajamarca, así como
y desencuentros rían que la conexión entre estas dos regiones debió haber
sido, a lo largo de los siglos una cuestión muy fluida. La
también en variaciones de las prácticas funerarias4. Si
bien la cerámica no es necesariamente un reflejo absoluto
corta distancia haría presumible un flujo constante de de la identidad de las personas o las sociedades, y mien­
personas y bienes, a través de rutas comerciales, festivi­ tras que diferentes sociedades pueden compartir un
82 dades compartidas y vinculaciones familiares entre las mismo estilo e inversamente una misma sociedad puede
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poblaciones. Pero en tiempos de los antiguos mochicas utilizar segmentadamente múltiples estilos de artefac­
esto no siempre fue así, y más bien las sociedades de la tos, es bien sabido que formas muy idiosincráticas de
costa y sierra norte parecen haber vivido distanciadas. cerámica, aunque también de otros artefactos, han sido
Las poblaciones que se desarrollaron en los valles usadas por diferentes sociedades precolombinas como
costeros, particularmente los mochica, lambayeque y marcadores culturales y como índices de la identidad5.
chimú, de un lado, y de otro los cajamarca, huamachuco, Así, la presen­cia de cerámica de estilo Cajamarca en
recuay y chachapoyas asentados en la sierra y ceja de la costa podría denotar interacciones entre estas regio­
selva, evidencian muy poca vinculación, como si estas nes, mientras que una preeminencia de este tipo de
dos regiones hubiesen vivido una a espaldas de la otra, artefactos en un contexto funerario o ceremonial podría
en relaciones que parecerían haber sido más frecuente­ indicar la presencia de personas y grupos con identi­
mente conflictivas que amigables. Estos desencuentros dades Cajamarca (Fig. 43). Estas interacciones, la evo­
sin embargo estaban marcados por periodos puntuales lución de las identidades que estas generan, las impli­
en los que sí se dieron relaciones intensas de comunica­ cancias que las interacciones y alteraciones de las
ción e intercambio, ciertamente más en el sentido de la identidades tienen en las esferas políticas y sociales
sierra hacia la costa que en el sentido inverso. Por otro están cifradas en términos cronológicos ya que estos no
lado, las relaciones fueron más intensas y prolongadas son hechos aislados sino procesos que fueron transfor­
en regiones intermedias, en las zonas medias y altas de mando las sociedades y sus instituciones de manera
los valles donde las tradiciones costeñas y serranas con­ paulatina, por lo que tienen que ser vistas a la luz de
fluían2. En los periodos puntuales de interacción, se en­ perspectivas sincrónicas.
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El proceso de interacción entre los mochicas de la samente cuando se dan las interacciones más intensivas Fig. 43
Tumba M-U1045 del periodo Transicional
costa y los cajamarca de la sierra pasa por cinco perio­ con Cajamarca. El propósito de esta indagación es deter­ Temprano en San José de Moro. Contiene
dos percibibles en los contextos arqueológicos cuando minar, entonces, las causas y motivaciones de las interac­ ofrendas de cerámica Cajamarca, tales
como platos y cucharas.
estos son ordenados secuencialmente. 1) En el periodo ciones entre mochicas y cajamarcas, y la secuencia de
Mochica Medio no parece haber habido ninguna interac­ eventos que llevó a que se movilizara un gran número Fig. 44
Ofrenda de cucharitas Cajamarca en la
ción. 2) En el periodo Mochica Tardío, fase A se inician de artefactos desde diversos enclaves del territorio Caja­
tumba M-U1045.
las interacciones con Cajamarca, y aparece cerámica del marca hacia la costa.
estilo denominado “Red Painted” o Rojo Pintado6 además Para iniciar la investigación acerca de las relaciones Fig. 45
Conjunto de platos Cajamarca Cursivo
de cerámica Wari y Nievería. 3) Durante las fases B y C que existieron entre mochicas y cajamarcas en la costa Floral y Cajamarca Costeño registrados
del periodo Mochica Tardío continúa la presencia Caja­ norte es muy importante atender dos cuestiones claves: en la tumba M-U1045.

marca y aparece el estilo híbrido Cajamarca Costeño A) ¿Cómo aparece la cerámica Cajamarca en SJM
acompañado de cerámica del estilo Mochica Polícromo. y en otros sitios del valle de Jequetepeque? Para entender
4) En el periodo Transicional Temprano, luego del colapso las interacciones es necesario estudiar los contextos en
Mochica, la cerámica Cajamarca aumenta en los contextos los que aparece la cerámica Cajamarca. En sus contextos
funerarios, registrándose cerámica caolinítica del estilo originales será posible establecer las asociaciones, es
Cursivo Floral B7. Finalmente, en el periodo Transi­cional decir qué otros tipos de artefactos con otras afinidades
Tardío aparecen nuevos tipos de contextos funerarios culturales, particularmente los asociados al estilo Wari
donde la cerámica Cajamarca, en algunos casos con bases o algún estilo derivado de éste, ocurren a la misma vez
trípodes, es tan prevalente que se podría afirmar que que la cerámica Cajamarca. Así mismo, en las condiciones
los individuos enterrados son exclusiva­mente de origen de la deposición de estos artefactos se pueden encontrar
84 Cajamarca8. indicios importantes de la función que tuvieron, de las
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A fin de evaluar esta secuencia de eventos y las circunstancias de la disposición y de la identidad de los
complejas interacciones que ocurren en cada lapso de la individuos a los que estuvieron asociados (Fig. 45).
secuencia, las excavaciones efectuadas en SJM son esen­ B) ¿Cuándo aparece la cerámica Cajamarca?
ciales. En los contextos excavados en SJM se puede esta­ Es indis­pensable establecer una cronología detallada y
blecer por qué y cómo se dieron las relaciones entre los muy precisa respecto a la secuencia de hechos que llevó
mochicas y los cajamarca, así como la cronología deta­ desde el periodo Mochica Medio en la que no se encuentra
llada de sus interacciones. En los contextos funerarios, ninguna evidencia de interacciones ente esos pueblos,
los espacios rituales y las capas de rellenos de SJM se seguido de una larga época de gran interacción, durante
ha documentado la mayor diversidad y el mayor número los periodos Mochica Tardío y Transicional, acabando en
de ejemplares de cerámica Cajamarca en contexto hallada el completo abandono de esas interacciones, y por lo tanto
en todo el Perú, incluyendo Cajamarca (Fig. 44). La colec­ el cese de la presencia de artefactos Cajamarca en la costa.
ción de artefactos de origen funerario de SJM incluye más Ahora bien, antes de emprender el estudio de las
de trescientas vasijas completas (en su mayoría platos relaciones entre los cajamarcas y sus vecinos de la costa
con y sin trípode, cucharitas, silbatos y ollas), además cabría preguntarnos por la naturaleza y características
de miles de fragmentos de cerámica hallados en los dife­ del fenómeno Cajamarca, al menos a nivel de la produc­
rentes pisos y rellenos del sitio. SJM fue el más impor­ ción de cerámica. El elemento más diagnóstico de la tradi­
tante sitio de su tipo en el valle de Jequetepeque entre ción alfarera Cajamarca es una cerámica fina muy espe­
los años 500 y 1000 d.C., es decir en los periodos Mochica cial en sus formas, decoraciones, tecnologías y materias
Medio, Mochica Tardío, Transicional y Lambayeque, preci­ primas, donde predomina el uso de la arcilla blanca
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caolinítica para la confección de platos con pedestales o por una multiplicidad de entidades étnicas, políticas Fig. 46
Composición de vasijas Cajamarca de San
bases trípodes9. Otras formas típicas son cucharitas de y regionales (Fig. 47). José de Moro. Programa Arqueológico
diferentes tamaños, así como jarrones pequeños y silbatos San José de Moro, Pontificia Universidad
Católica del Perú.
(Fig. 46). La cerámica Cajamarca presenta un tipo de deco­ Cronología de una vecindad
ración muy singular, con diseños pictóricos intrincados,
que en su expresión más compleja han sido denominados 1. Durante el periodo Mochica Medio (500 al 700 d.C.) no
decoración Cursiva10. Pero los Cajamarca no fueron los se ha hallado cerámica Cajamarca en San José de Moro,
únicos en utilizar arcillas caolínicas, varias tradiciones lo que denota un marcado aislamiento de los mochicas
serranas del Intermedio Temprano y el Horizonte Medio, con relación a su vecino de la sierra.
entre ellas Huamachuco11 y Recuay12, produjeron cerámica En los contextos funerarios y ceremoniales del
fina en base a este tipo de arcilla. El uso de cerámicas caoli­ periodo Mochica Medio (550 al 700 d.C.) en San José
níticas, una arcilla muy vistosa pero muy difícil de tra­ de Moro no se ha reportado cerámica Cajamarca ni
bajar por ser poco plástica y porque requiere de una tecno­ ningún otro artefacto producido en esta región. Tampoco
logía de moldes muy diferente a la que se usa con la arcilla se ha hallado cerámica Cajamarca en otros sitios del
roja, predispone a los alfareros a emplearla en la elabo­ valle de Jequetepeque ni en otros sitios Mochicas de
ración de platos con o sin pedestales, o a mezclarla con otras regiones. Es decir que hasta el año 700 d.C. no
otras arcillas que eleven su plasticidad, pero que alteran hay evidencia de interacciones entre las sociedades
su característico color blanco. A primera vista parecería Cajamarca y los Mochicas de la costa, por lo menos en
que existió algún tipo de relación entre las sociedades del lo que res­pecta a la movilización de artefactos. Estas
Callejón de Huaylas, Huamachuco y Cajamarca, es decir restricciones no parecen aplicarse a las materias primas.
86 de la sierra norte, que se expresa en semejanzas en las Está bien documentado en los artefactos encontrados en
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Fig. 47
tecnologías de las cerámicas blancas y algunos diseños las tumbas reales de Sipán y El Brujo15 que los mochicas Conjunto de vasijas Cajamarca Cursivo y
Costeño de San José de Moro. Programa
compartidos como el “Animal Lunar”, los espirales y cua­ tenían acceso a redes de intercambio que les permitían Arqueológico San José de Moro, Pontificia
driculados13. Estas semejanzas sin duda estarían expre­ acceder a materias primas escasas o inexistentes en Universidad Católica del Perú.

sando algún tipo de interrelación entre ellas, sin que nece­ su terri­torio, como el Spondylus, el Conus, el Strombus
sariamente se trate de una misma formación cultural y otras conchas de los mares cálidos del norte; oro y ani­
o política. Más allá de las semejanzas en la tecnología males exóticos posiblemente de ríos amazónicos; y pie­
cerámica, cada una de ellas tiene peculia­ridades muy dras raras como la sodalita, crisocola y turquesa de los
distinguibles en el tipo de ecosistema en el que se desa­ Andes del sur. Sin embargo, antes del periodo Mochica
rrollan y en la cultura material que las caracteriza. Tardío la cerámica fina de estilos foráneos es inexistente.
Pero no solo diversas sociedades coexistieron en la Si bien en la iconografía Mochica III y IV del sur se en­
sierra norte durante el periodo Intermedio Temprano y cuentran imágenes donde parece representarse a gue­
el Horizonte Medio, al interior de la tradición Cajamarca rreros Recuay, sorprende que no figuren artefactos pro­
hay evidencia para pensar que coexistieron una serie de pios de esta sociedad en los ajuares funerarios (Véase
expresiones regionales, cada una de ellas representada Rucabado en este volumen).
en variaciones del estilo Cajamarca, con características Pareciera que la inexistencia de artefactos foráneos
propias tanto en la forma de su cerámica, su decoración no es casual, ni solamente un efecto de la distancia, sino
y las técnicas que emplearon14. La tradición cultural Caja­ que refleja un aislamiento intencional que se sostuvo
marca internamente no sería, por lo tanto, un nucleo uni­ durante la mayor parte de la historia mochica, tanto al
tario y coherente, sino que en vez, habría estado compuesta norte como al sur. Por alguna razón la restricción decae
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o desaparece en el periodo Mochica Tardío en algunos Cajamarca (Rojo Pintado o “Red Painted”), Wari (Chaki­ los sitios de Huacaloma20, Usgatape y Cerro Chile21, y Tardío A de SJM. Este estilo no es conocido por su cosmo­
sitios muy específicos, entre los que San José de Moro pampa, Ocros) y Nievería. recientemente en Paredones22. Se trata de una cerámica politismo ni ha aparecido en muchos sitios, llegando a
es el más conspicuo, coincidiendo con la aparición de El año 700 d.C. marca el inicio del periodo Mochica de pasta gris y engobe beige, con diseños lineales elabo­ ser escaso incluso en el valle del Rímac, donde se originó.
los Wari en el norte del Perú ¿Pudo haber sido este ais­ Tardío en su fase A en el valle de Jequetepeque. Aproxi­ rados en pintura roja. Es interesante que el estilo más Si bien se reconoce su estrecha relación estilística con
lamiento una política común de los estados mochicas, o madamente en esta época se producen los cambios más fino de Cajamarca para ese periodo, el Cajamarca Cursivo Wari, y se lo identifica como resultado de la influencia de
es que simplemente fue el resultado de enfrentamientos significativos en la tradición cerámica del valle, aparecen Clásico, no se haya registrado en contextos funerarios esta sociedad expansiva en la cultura Lima, su relación
y antagonismos naturales entre entidades políticas y los estilos foráneos Moche V, que se habría originado en costeños. Más interesante aún es que en base a este infre­ con Wari mismo no es clara23. Cabe la posibilidad de que
pobla­ciones vecinas pero rivales? Quizá habría que pre­ el valle de Chicama17, Wari, en sus estilos Ocros y Chaki­ cuente estilo cajamarquino se genere, en las siguientes su presencia en SJM haya estado motivada, u orques­
guntarse si acaso es posible que el estado ejerza una pampa del Horizonte Medio 1B; y Cajamarca, en su fase fases de la cronología, el estilo local Cajamarca Costeño tada por Wari, es decir que en su expansión los Wari
restricción de este tipo, prohibiendo a sus miembros todo Media con el estilo Rojo Pintado18. Por su origen, estos derivada, el que tendrá una fuerte presencia en los ajua­ habrían cargado con cerámica Nievería en sus alforjas,
contacto, o por lo menos todo uso de expresiones mate­ estilos foráneos en realidad se dividen en dos grupos. res funerarios de las tumbas del sitio en periodos poste­ pero sorprende entonces que la cerámica Nievería haya
riales ajenas, y por supuesto habría que tratar de definir Por un lado tenemos el estilo Moche V de Chicama, un riores. ¿Por qué es sólo este estilo el que es reproducido aparecido en SJM en pocas tumbas, junto a numerosas
qué propósito se pudo haber perseguido con este tipo de estilo emparentado con las tradiciones mochicas de Jeque­ en la costa con arcillas locales? ¿Qué segmentos de la ofrendas de cerámica local pero sin cerámica Wari. Por
control. La cerámica decorada está generalmente rela­ tepeque, aunque para el año 700 d.C. se había producido sociedad Cajamarca, y en qué regiones del valle de Jeque­ otro lado es posible que la presencia de la cerámica Nie­
cionada con cultos e ideas, y es usada como parafernalia una división y ruptura muy radical entre las tradiciones tepeque, habrían estado produciendo este estilo? Estas vería sea el resultado de los esfuerzos de los Mochicas de
ritual en actividades religiosas, por lo que su efecto propa­ norteña y sureña. Recuérdese que en la región norte, justo preguntas sólo podrán responderse a partir de más tra­ Jequetepeque por abrirse al mundo y buscar contactos
gandístico y hasta proselitista estaría implícito en su antes de esta época predominaba la cerámica Mochica bajos en la zona de Cajamarca. y relaciones con otras sociedades poderosas de su tiempo,
difusión ¿Habrían estado las élites mochicas tratando de Medio, que está caracterizada por una calidad muy limi­ Lo que es más misterioso aún es la presencia de y la sociedad Lima ciertamente calificaba como un socie­
evitar que su población corrompiera su identidad y su tada y una marcada pobreza iconográfica. En esa misma cerámica Nievería en los contextos arqueológicos Mochica dad compleja y bien organizada.
compromiso con los ideales y axiomas mochicas? O es época en el sur coexistían los refinados estilos Moche IV
88 que estas restricciones se dieron a nivel de los indi­viduos y Moche V ejecutados con gran tecnológica y calidad19.
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y las comunidades, expresando una antipatía y xenofo­ El segundo grupo de artefactos corresponde a los
bia por las manifestaciones culturales extrañas. Por otro estilos que son verdaderamente foráneos: Wari, Cajamarca
lado, poco sabemos de lo que sucedía en Cajamarca en y Nievería. El hecho de que hayan aparecido práctica­
este periodo o cuáles fueron las razones por las cuales mente juntos en las mismas tumbas, no quiere decir
esta sociedad no interactuó con las sociedades costeñas. que necesariamente hayan sido las expresiones de un
En cualquier caso, la inexistencia de artefactos foráneos solo fenómeno, o expresiones de un solo proceso. Caja­
llama la atención y merece un análisis más profundo, marca fue afectado por la expansión Wari poco antes
quizá enfocado en el estudio del movimiento de personas de que ambos estilos aparecieran en San José de Moro.
con la asistencia de métodos isotópicos aplicados a los Es posible entonces que haya existido algún tipo de
restos humanos en estas dos regiones. alianza entre estas dos naciones, que en adelante se
La presencia del fenómeno Cajamarca en el valle de manifiesta en la coexistencia de su cerámica. Es decir
Jequetepeque se remonta al periodo Mochica Tardío (700 que es posible que Cajamarca y Wari hayan actuado
al 850 d.C.), cuando los primeros artefactos Cajamarca juntos, como dos expresiones de un mismo fenómeno.
comienzan a aparecer en las tumbas de élite, entre ellas Las implicancias de esta última afirmación son muy Fig. 48
las de las Sacerdotisas de Moro16. bastas, y corresponde su respuesta a los expertos en Vasijas del tipo Red Painted o Rojo
Pintado de los periodos Mochica Tardío
los fenómenos Wari y Cajamarca. El más antiguo ejem­ y Transicional Temprano. Nótese algunas
2. Las primeras evidencias de contacto se encuentran en plo de cerámica cajamarquina, que apareció en la tumba marcas post-cocción en la zona interna
de los platos. Programa Arqueológico
el periodo Mochica Tardío A (700 al 800 d.C.) y se mani­ M-U 41 de la primera Sacerdotisa, corresponde al estilo San José de Moro, Pontificia Universi-
fiestan en la aparición de los estilos foráneos Moche V, Rojo Pintado (Fig. 48), previamente solo reportado en dad Católica del Perú.
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Si la súbita irrupción de un estilo emparentado pero parecen haberse librado del control que ejercían sobre Mochica Tardío de Línea Fina, Mochica Polícromo y estilos domésticos Mochica Tardíos que incluyen ollas de
foráneo es suficientemente extraña, llama incluso más ellos los mochicas que provenían del valle de Moche, los Cajamarca Costeño30. Si bien aquí tratamos la cuestión cuello plataforma, ollas con protuberancias, grandes cán­
la atención el hecho de que la cerámica Moche V haya mismos que habían llevado a la reconfiguración de la de los artefactos y sus estilos, en realidad tras ellos se taros decorados con el típico Rey de Asiria o con caras de
llegado a San José de Moro a la misma vez que cerámica última fase de remodelación de la Huaca Cao a la imagen debe entender que debieron existir personas y cosas, animales y divinidades impresas en los cuellos, y sin dejar
de otros estilos foráneos, particularmente cerámica Caja­ del Templo Viejo de la Huaca de la Luna24. Esta inde­ expresadas en unidades de producción, talleres, materias de lado el pequeño componente de cerámica estilística­
marca decorada con diseños lineales y producida con arci­ pendización habría tenido un importante efecto en la primas y sus líneas de provisión, maestros artesanos, asis­ mente Gallinazo que aparece en algunas tumbas de este
lla de caolín, así como Wari Chakipampa y Wari Ocros, evolución de la cerámica y por lo tanto en sus fases tentes y aprendices, cadenas de operaciones productivas, periodo, particularmente las de los individuos más pobres.
y en menor medida Nievería, ambas pertenecientes al estilísticas, puesto que los mochicas de Moche habrían repertorios y modelos iconográficos, etc. Los artefactos La cerámica Mochica Tardía de Línea Fina, que se
Horizonte Medio A. Es decir que alrededor del 700 d.C. seguido produciendo y usando cerámica elaborada en en concreto, que encontramos en tumbas y superficies de ha encontrado mayoritariamente en San José de Moro33
diversos estilos foráneos de cerámica, Moche V de Chi­ el estilo Moche IV, hasta su extinción en el 850 d.C.25, ocupación, no hacen sino materializar las opciones toma­ es verdaderamente excepcional en cuanto a su rica icono­
cama, Wari Chakipampa, Ocros y Nievería, y Cajamarca mientras que los mochicas de Chicama, al liberarse de das en todas estas materias. Durante este tercer momento grafía, a sus diseños innovadores y a su técnica de pro­
Rojo Pintado, irrumpen en el valle de Jequetepeque y los cánones y estilos de sus opresores, habrían evolu­ los estilos híbridos están en formación y son uno de varios ducción34. Como se ha argumentado anteriormente, la
aparecen en las tumbas de élite de San José de Moro, cionado hacia el estilo Moche V. Las influencias que lle­ componentes minoritarios en contextos funerarios donde cerámica del estilo Mochica Tardío de Línea Fina no pudo
sin que hayan tenido ninguna presencia previa. garon a Jequetepeque, y que presumiblemente habría lo que predomina es la cerámica Mochica Tardío. Sin em­ haber sido un desarrollo local de los estilos cerámicos
En este punto es importante intentar entender la emanado desde los aun no hallados centros Mochica V bargo, como si fuera un acento de distinción en tumbas Mochica Medios, sino que claramente fue el resultado de
coincidencia de los tres estilos foráneos, Moche V, Wari de Chicama, ya se había manifestado en otras regiones ricas, tanto de cámara como de bota, aparece un reducido una influencia y difusión de la cerámica Moche V, que
y Cajamarca en Jequetepeque a inicios del siglo VIII. y los llevó a fundar y desarrollar centros Moche V impor­ número de artefactos de los estilos Mochica Tardío de presumiblemente se originó en el Valle de Chicama, alre­
Para este fin parecen definirse tres diferentes escenarios. tantes en Pampa Grande, en el valle de Lambayeque, y Línea Fina, Mochica Polícromo y Cajamarca Costeño. dedor del 650-675 d.C. La influencia de las tradiciones
A) ¿La llegada simultánea de estos estilos a Jeque­tepeque en Galindo, en el valle de Moche. Parecería que los artefactos de estos estilos, particular­ sureñas Moche V también había afectado las formas
es una simple coincidencia? B) Alternativamente, debe­ Por otro lado, la influencia que habría combinado mente los dos primeros fueron producidos localmente, por cerámicas de calidad intermedia, cántaros decorados,
90 mos de entender que la llegada de cada uno de estos los estilos Cajamarca de la época con estilos Wari o deri­ talleres que debieron de haber estados situados en San botellas decoradas con relieve y pintura, figurinas, y
91
fenómenos tiene su propia explicación y origen, por lo vados de Wari, parecería haber llegado desde la sierra, José de Moro o sus alrededores, mientras que la cerámica muy lentamente a los estilos de cerámica domésticos,
que habría que tratar de determinar por qué causas, bajando por el valle de Jequetepeque hasta llegar a los Cajamarca Costeño, producida con una técnica muy dife­ particularmente los cántaros para depósitos, las ollas
motiva­ciones, en qué circunstancias y con qué agencias reinos mochicas de la costa. Ya por entonces los Wari se rente, uso de arcillas costeñas y caoliníticas31, podría haber y las picas. Las causas de la difusión de un estilo cerá­
arribarían a Jequetepeque cada uno de estos conjuntos habrían asentado en varios sitios de la región de Caja­ sido importada desde un centro que bien pudo haber estado mico tan específico, y con él de prácticamente todo su
de arte­factos, presumiendo que cada uno de ellos, tuvo marca, como El Palacio de Miraflores26 o en Yamobamba27. situado en el valle Medio de Jequetepeque. contenido iconográfico, han sido discutidas anterior­
un origen diferente, por tanto, tendrá también una expli­ Los Cajamarca, por su parte parecen haber constituido El estilo Mochica Medio, que se había caracteri­zado mente35 solo quisiéramos resaltar aquí el hecho de que
cación diferente. C) O, finalmente, se trata de un solo en esta época varios centros políticos regionales, quizá por una cerámica bastante pobre en cuanto a sus formas este cambio debió tener importantes consecuencias en
fenómeno que congregó los tres estilos y que permitió cacicazgos de gran escala o pequeños reinos, en el valle y decoraciones32, comienza a transformarse en lo que a la la identidad de las élites, que eran los principales consu­
esta masiva influencia externa en una región que previa­ de Cajamarca, en el Marañón28, en Utcubamba, en Con­ larga será el estilo Mochica Tardío. Paralelamente, y como midores de este tipo de cerámica para usos rituales.
mente había rechazado toda influencia, incluso de sus tumazá y en San Pablo, cada uno representado por esti­ una influencia directa de la cerámica Moche V, aparece la A medida que se va forjando el estilo Mochica
propios primos Moche V de Chicama. los cerámicos diferente entre sí, y su cerámica también cerámica Mochica Tardía de Línea Fina, con sus diagnós­ Tardío, también aparecen los primeros ejemplares de
Nos inclinamos a pensar que estamos ante dos se había extendido hasta la capital Wari en Ayacucho29. ticas botellas de asa estribo decorada con diseños icono­ cerámica Mochica Polícroma, que imitan formas, estilos
fenó­menos distintos que por alguna razón confluyen en gráficos muy abigarrados. Cabe precisar que el término decorativos e iconografía propia de los artefactos Mochi­
San José de Moro alrededor del 700 d.C. Por un lado, 3. La aparición de estilos cerámicos derivados de los esti­ “cerámica Mochica Tardía” abarca varios alfares y estilos cas, Wari y Nievería que habían llegado al sitio (Fig. 49).
la cerámica Moche V parece provenir del sur, del valle los foráneos: el Mochica Tardío de Línea Fina, el Mochica cerámicos, desde el muy elaborado, fino y altamente deco­ Esta tradición puede subdividirse en dos expresiones
de Chicama, y formaría parte de un fenómeno de expan­ Polícromo y el Cajamarca Costeño. rado estilo de botellas Mochica Tardías de Línea Fina, distintas, la primera está compuesta propiamente por
sión de este estilo, y concomitantemente de sus líderes Poco después de su llegada, y por efecto de su influ­ hasta la cerámica Mochica Tardía de rango medio (midd- versiones polícromas de cerámica Mochica Tardía, donde
y los sistemas religiosos que representan. Los mochicas encia, los estilos cerámicos foráneos generaron las tradi­ lewares) con formas simples, cuencos, cántaros y botellas la forma de los artefactos y su iconografía es Mochica
que habitaban en el valle de Chicama en esta época, ciones cerámicas locales híbridas que conocemos como decoradas con diseños en relieve. También abarca los pero se hace uso de la policromía en una forma que
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claramente imita cánones y técnicas derivadas de las es el por qué de su origen y desarrollo. Generalmente Fig. 49
Cerámica polícroma registrada en la
tra­diciones Wari. El ejemplo más notable de este estilo los estilos que sintetizan una tradición local y otra forá­ tumba M-U1745.
es una botella de asa estribo polícroma decorada con la nea y expansiva son considerados una consecuencia
escena de la Sacerdotisa en una balsa de totora que existe lógica y necesaria de un proceso de extensión territorial
en el Museo Amano de Lima. La segunda es más bien o influen­cia ideológica. Así, como resultado natural de
un estilo producido localmente, es decir con arcillas loca­ la influencia religiosa Chavín, aparecen estilos chavi­
les y a cargo de artesanos mochicas, que imitan artefac­ noides en diversas partes de los Andes Centrales, y como
tos Wari, particularmente las botellas de doble pico y resultado de la extensión del Imperio Inca aparecen los
puente y los vasos lira, con un mayor o menor grado de estilos Chincha-Inca, Chimú-Inca, Chachapoyas-Inca,
maestría, pero nunca alcanzando los niveles de calidad etc. Por qué y cómo se originan estos estilos, cuál es su
y refinamiento tecnológico de la cerámica Wari. Esta proceso productivo, cómo ejerce influencias una tradi­
cerá­mica se encuentra frecuentemente en las tumbas ción productiva sobre otra, cómo se abastecen las socie­
de cámara y de bota Mochica Tardías en sus tres fases, dades receptoras de las materias primas que son nece­
si bien nunca es mayoritaria. sarias en el proceso productivo, quienes están a cargo de
La cerámica Cajamarca Costeña, que aparece en la producción y cómo estos productores locales absorben
tumbas Mochica Tardías, y con aun más frecuencia en las ideas, técnicas y diseños foráneos, etc. Todas estas
contextos ceremoniales y en capas de relleno, está com­ preguntas generalmente no se hacen, lo que hace de un
puesta por platos de base anular, elaborados con arcillas asunto tan importante como la generación de un estilo
rojas y blancas, y con una gruesa capa de engobe de color sintético prácticamente un asunto metafísico. Llegan los
crema, claramente tratando de imitar el color típico de Incas al valle de Moche y al día siguiente los artesanos
92 la cerámica Cajamarca elaborada íntegramente con arci­ Chimú están haciendo una cerámica que hibridiza su
93
Fig. 50
llas caoliníticas36. La decoración copia los diseños del tradición milenaria con las formas Incas. Evidentemente Variantes del tipo Cajamarca Costeño
para el periodo Transicional Temprano.
estilo Rojo Pintado y está por lo general restringida a los procesos que llevan a la formación de estilos híbridos Programa Arqueológico San José de
la parte interna de los platos y se compone de simples no pueden ser tan simples y mecánicos, y tras su origen, Moro, Pontificia Universidad Católica
del Perú.
líneas, volutas, triángulos y puntos o círculos, y de una o la inexistencia de este tipo de estilos debe haber una
peculiar banda compuesta por una línea en zigzag flan­ explicación y un proceso de creación y desarrollo.
queada por líneas rectas. Esta decoración evoluciona Resulta interesante cómo Wari genera en muchas
hasta generar nuevos diseños, que se han llamado Sateli­ regiones estilos híbridos, como el Atarco, Teatino, Nieve­
tal y de bandas en zigzag, es característico de la cerámica ría y Mochica Polícromo, sin embargo es prácticamente
Cajamarca Costeño y no se encuentra en la cerámica de inexistente un estilo Cajamarca-Wari, y más bien existen
Cajamarca (Fig. 50). La cerámica Cajamarca costeña se algunos ejemplos de cerámica Wari que tratan de imitar
ha encontrado en cantidades ligeramente menores que la cerámica Cajamarca ¿Por qué lo que sucedió con prác­
la cerámica Mochica Polícromo, y generalmente en grupos ticamente todas las sociedades que influyó Wari no se
de tres o cuatro piezas apiladas o agrupadas. Cerámica generó en Cajamarca? Quizá la respuesta a esta pregunta
semejante a la Cajamarca Costeña ha sido hallada tam­ esté solo referida a una cuestión económica, de una alta
bién en excavaciones al sur del valle de Jequetepeque, demanda de artefacto Wari y de una incapacidad de su­
en Huaca Colorada37, en el valle de Lambayeque38 y plirla por una inexistencia de suficientes artefactos Wari
Chachapoyas39. originales. Ante esta necesidad los artesanos Mochicas
En relación a los estilos híbridos discutidos, más allá de San José de Moro ven una oportunidad de expandir
de sus características e influencias, la pregunta central su catálogo ofreciendo versiones clonadas de la deseada
LOS MOCHICAS Y SUS VECINOS MOCHICAS Y CAJAMARCAS EN LA COSTA NORTE DEL PERÚ

cerámica Wari. Esta explicación parece razonable pero extendida. Si bien la cerámica doméstica Mochica Tardía cantidad de cerámica tanto del estilo Cajamarca como por su propiedades o derechos. Las poblaciones locales,
en sentido estricto también parece muy orientado hacia contínua existiendo, y en cierta medida también la cerá­ del estilo Cajamarca Costeño, es decir que tenemos expre­ que seguramente estuvieron dominadas bajo la adminis­
una economía de mercado. Quizá la respuesta está más mica intermedia, las formas más idiosincráticamente rela­ siones de cerámica Cajamarca transportada desde regio­ tración mochica, así como clases inferiores de la sociedad,
en el plano religioso e ideológico, ya que la influencia de cionadas con las élites mochicas, la que se empleó en nes muy alejadas, del valle de Cajamarca, Utcubamba, habían llenado ya los vacíos que quedaron al desaparecer
Wari pudo haberse traducido en la necesidad de realizar los rituales mochicas, desaparece. La cerámica Mochica Contumazá y las orillas del Marañón, y otras, del más los líderes mochicas. De las diferentes identidades que
prácticas ceremoniales promovidas por esta tradición, Tardía de línea Fina, por tanto, deja de producirse al igual uniforme estilo Cajamarca Costeño, que provendrían del compitieron para llenar los espacios de poder que queda­
práctica que por supuesto requería artefactos de estilo que la cerámica Mochica Polícromo. También desaparece valle medio del Jequetepeque45. ron vacantes, las asociadas con el fenómeno Cajamarca
Wari, o al menos con los característicos colores de Wari. la producción de copias locales de artefactos foráneos. debieron tener una cierta preeminencia, aunque esto
Si indagamos en los aspectos técnicos que permiten que El vacío que genera el colapso Mochica abre las 5. Finalmente, en el periodo Transicional Tardío aparecen solo es visible en el centro ceremonial y cementerio de
se generen estilos híbridos nos daremos con sorpresas puertas a un periodo de experimentación y eclecticismo, contextos funerarios donde la cerámica Cajamarca es tan San José de Moro y el sitio fortificado de Cerro Chepén.
más grandes aún, donde la necesidad de materiales y de transformación rápida de la sociedad y de la produc­ prevalente que se podría afirmar que los individuos ente­ Fuera de estos sitios, que están emplazados en una posi­
de tecnologías hacen prácticamente indispensable que ción de artefactos. En los contextos funerarios del Periodo rrados son exclusivamente de origen Cajamarca. ción estratégica en la parte norte del valle, la presencia
haya habido algún grado de instrucción o entrenamiento Transicional Temprano vemos una gran diversidad de El proceso de interacción entre las sociedades de de Cajamarca era prácticamente inexistente. Parecería
de los ceramistas ¿Acaso estamos ante una suerte de estilos cerámicos, provenientes de muchos lugares y ex­ la sierra y costa en el valle de Jequetepeque llegó a su que las nuevas élites emparentadas con formaciones
maestro artesano itinerante40? Como se puede ver esta­ presando diferentes tradiciones, sin que ninguna de ellas punto culminante en el periodo Transicional Tardío, el políticas localizadas en la sierra aledaña de Cajamarca
mos aún en el inicio de las explicaciones de un fenómeno predomine. La cerámica Wari de estilos Chakipampa y segundo acto luego del colapso Mochica alrededor del año establecieron enclaves en estos sitios, dejando el resto
mucho más complejo que lo que se había supuesto. Los Ocros es reemplazada por la cerámica de estilo Viñaque, 950 d.C. En esta época ya no era posible hablar de una del valle en manos de los descendientes de los extintos
estilos híbridos son considerados por los arqueólogos que caracteriza al Horizonte Medio B. La cerámica Caja­ influencia de Cajamarca sobre las sociedades costeras, mochicas.
como expresiones de la aceptación de la superioridad de marca Cursiva Floral (Fig. 51) se generaliza y aumenta o concebir que Cajamarca fuera uno de varios compo­ Las tumbas que se han excavado para este periodo
una cultura y sus expresiones rituales y materiales sobre drásticamente su número en las tumbas de este periodo nentes culturales en la configuración de la identidad de son predominantemente de dos tipos: tumbas de fosa sim­
94 otra. Lo que no queda claro es cómo se produce esta influe­ y en el aledaño Cerro Chepén41, así como en otros sitios los individuos enterrados en el cementerio de San José ples y tumbas de cámara pequeñas. En las tumbas de
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ncia y cómo se convierte en artefactos concretos. y regiones contemporáneas de la Costa Norte: Huaca de Moro (Fig. 52). Muchas tumbas de esta época contienen fosa, que son poco profundas y restringidas al tamaño
Santa Rosa en Lambayeque42, Huaca Colorada al sur predominante o exclusivamente cerámica Cajamarca, de los ocupantes y sus ofrendas, aparece un individuo
4. En el periodo Transicional Temprano, que se inicia en del Jequetepeque43, Huaca del Sol en Moche44. al punto que parecería que los individuos inhumados extendido y orientado hacia el sur, asociado a un profuso
el 850 d.C. luego del colapso Mochica, desaparece la cerá­ Parecería que el proceso de interacción cultual son de origen o identidad Cajamarca. Si bien se siguió número de artefactos de factura Cajamarca y Cajamarca
mica Mochica Polícromo y Mochica Tardío de Línea Fina; entre la costa y sierra que se inició en el periodo Mochica produciendo cerámica de calidad intermedia con formas Costeño. Las tumbas de cámara pequeñas son muy pecu­
se incrementa la presencia de cerámica Cajamarca del Tardío, al principio tímidamente y luego con más ímpetu, Mochica Tardías, esta comienza a desaparecer, y es reem­ liares y parecen corresponder a un patrón funerario
estilo Cursivo B y Wari del estilo Viñaque, y aumenta la explota y se expande durante el periodo Transicional, ocu­ plazada por cántaros y ollas de formas genéricas, algunas propio de la sierra48. Estas tumbas de cámara son estru­
cerámica de estilo Cajamarca Costeño. pando algunos espacios que seguramente antes estuvieron con decoración en relieve. La cerámica Cajamarca tanto cturas cuadradas y semisubterráneas, de aproximada­
Alrededor del 850 d.C. las sociedades y estados reservados para las tradiciones mochicas. A nuestro modo del estilo costeño como serrano, se caracteriza por la mente dos metros de lado, con una entrada al nivel del
mochicas han colapsado y desaparecido en toda la costa de ver este proceso de afianzamiento de la influencia presencia de trípodes (Fig. 53), sin embargo, aunque la suelo en el lado norte, es decir en la orientación más
norte, dejando un vacío enorme en lo que respecta al lide­ y presencia serrana en la costa no es otra cosa que un presencia de la cerámica del estilo Cursivo Floral (tipo c)46 protegida del viento que sopla desde el sur (Fig. 54). A
razgo y al predominio de ideas y prácticas ceremoniales. mayor flujo de personas entre estas dos regiones, flujo aumenta en cantidad y diversidad de diseños, el estilo diferencia de las tumbas de fosa que contienen entierros
El colapso mochica no se traduce en la desapa­rición de que no parece haber estado generalizado a todo el valle Cajamarca Costeño es predominante. El diseño satelital primarios e inalterados, las tumbas de cámara parecen
las personas, sino de los líderes y de las prácticas cultu­ sino que se concentra en solo dos sitos estratégicos, Cerro aumenta y cubre toda la parte superior del plato, y la contener entierros secundarios, en los que se han tras­
rales que estos habían promovido. Las grandes huacas Chepén y San José de Moro. Durante el periodo Transi­ pasta se vuelve más gruesa y roja47. portado huesos y ofrendas funerarias desde otros luga­
se abandonan y los rituales ilustrados en la iconografía cional esta influencia y presencia de cajamarquinos En el periodo Transicional Tardío ya han pasado res. Como resultado de la movilización de las tumbas
Mochica dejan de realizarse. Las prácticas funerarias aumenta, aun como uno de los componentes presentes dos o tres generaciones desde el colapso Mochica, y los restos óseos están incompletos, faltando conspicua­
mochicas dejan de hacerse, y los entierros comienzan a en este período de reorientación, sin reclamar el lide­ estaba claro que las prácticas de esta sociedad no iban mente los huesos pequeños, de manos y pies, vertebras,
hacerse más frecuentemente en posición flexionada que razgo. La presencia Cajamarca se traduce en una mayor a regresar ni que sus descendientes iban a reclamar etc. Así mismo, las ofrendas funerarias aparecen también
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Fig. 51 Fig. 53
Variantes del tipo Cajamarca Cursivo Vasijas Cajamarca Costeño de tipo
Floral para Periodo Transicional Tem- “satelital” del periodo Transicional
prano. Programa Arqueológico San Tardío. Algunos platos presentan base
José de Moro, Pontificia Universidad trípode. Programa Arqueológico San
Católica del Perú. José de Moro, Pontificia Universidad
Católica del Perú.

96 97
Fig. 54
Cajamarca Cursivo Floral del periodo
Transicional Tardío. Algunos platos
presentan base trípode. Programa
Arqueológico San José de Moro, Ponti­
ficia Universidad Católica del Perú.

Fig. 52
Tumba de cámara M-U615, periodo
Transicional Temprano.
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incompletas y fraccionadas, como si cuerpos y ofrendas funerarias, acompañada de lo Wari, lentamente va apare­ en la costa. Poco sabemos acerca de la nueva tecnología
hubieran sido removidos de su ubicación original sin el ciendo en los contextos arqueológicos del valle bajo de basada en arcillas caolínicas que bajaron al valle y su
cuidado de recogerlos íntegramente. La cerámica asociada Jequetepeque y tomando importancia en el contexto de impacto en los talleres artesanales mochica que genera­
corresponde a las tradiciones Cajamarca Costeño, Caja­ las sociedad Mochica. Durante la preeminencia de los ron un nuevo estilo, el Cajamarca Costeño. Este estilo,
marca, post Mochica Tardío, Casma Impreso local, Proto mochicas, Cajamarca es solo uno de varios componentes probablemente creado en la costa, posteriormente parece
Lambayeque, etc.49 foráneos prestigiosos del que las élites parecen querer asentarse en el valle medio51. Llama la atención que el
La movilización de huesos y ofrendas funerarias sostenerse con una finalidad de legitimación y aprobación. primer estilo registrado en el valle medio sea uno de los
desde su emplazamiento original, sea que éste fue otro Sin embargo, a partir del año 850 d.C., aprovechando últimos registrados en San José de Moro. Cabe pregun­
sector del cementerio de San José de Moro, otro sitio en el la desaparición de las élites mochicas, los Cajamarca tarse si el desplazamiento de los centros de producción
valle, o que los huesos fueron traídos desde otra región, asumen el rol protagónico entre las diferentes identi­ de la cerámica Cajamarca Costeño se debe a su expulsión
configura un hecho singular cargado de simbo­lismo y dades presentes en esta región, habiendo posiblemente de SJM, y que al haber estado constituido por identida­
significado. Toda práctica funeraria secundaria, sea que tomado el control de las ceremonias realizadas en San des costeñas y serranas, ¿se habría asentado éste en el
implique una alteración de las sepulturas o un trans­ José de Moro, introduciendo nuevos patrones funerarios valle medio del Jequetepeque?
porte de los restos, es en sí mismo un hecho simbólico como la inhumación de varios individuos en cámaras San José de Moro, como mencionamos líneas arriba,
en el que se manipula el emplazamiento original a fin pequeñas, la posible apertura de las mismas y movi­ ha producido una de las mejores colecciones de cerámica
de construir un nuevo significado. Entonces, cabe pre­ miento constante de los cuerpos en su interior; así como Cajamarca en contexto, lo que nos ha permitido registrar
guntarse qué significado se estaba tratando de elaborar también, asentándose en la ciudadela fortificada de diferentes tipos y variables de cerámica tanto diacrónica
con la creación de las tumbas de cámara del Periodo Cerro Chepén, utilizando patrones arquitectónicos serra­ como sincrónicamente. Sin embargo aún no es posible
Transicional Tardío en base a restos humanos trasladados. nos (tanto Wari como Cajamarca) y construyendo una asociarla con determinados grupos Cajamarca ni afirmar
Nos inclinamos a pensar que dado que este período es el fuerte y restringida muralla perimétrica de protección50. si este conjunto material representa a un solo grupo o
98 de afianzamiento de la identidad y el control Cajamarca Este encumbramiento de Cajamarca en la costa es, varios grupos cajamarquinos, ya que las respuestas a
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del centro ceremonial de San José de Moro, lo que se per­ sin embargo, bastante efímero, puesto que en el siguiente estas interrogantes sólo pueden ser respondidas a partir
seguiría con esta manipulación de restos humanos es la periodo, sólo 100 años después, cuando el valle de Jeque­ de una mirada serrana de nuestros contextos. Nuestras
construcción de una legitimidad del nuevo grupo en el tepeque cae bajo el poder de Lambayeque, los Cajamar­ respuestas se encuentran en Cajamarca, y sólo a partir
poder. Los Cajamarca, hasta ese momento una de las iden­ ca parecen haber sido expulsados, su tumbas abiertas de un intensivo trabajo en esa zona (como ya se viene rea­
tidades que contribuían a la construcción de la imagen y saqueadas, y su cerámica prácticamente desaparece lizando por diferentes arqueólogos) podremos acercarnos
de las élites Mochicas de SJM, se convierten en el seg­ de los contextos rituales. Aunque estos dos grupos conti­ a las razones por las cuales los cajamaquinos decidieron
mento social que controla y domina el sitio, y muy posi­ núan presentando una interacción bastante fluida en los incursionar en los aledaños territorios costeños.
blemente la región, sin embargo sus ancestros, no habrían valles medios de Lambayeque y Jequetepeque, después
tenido los pergaminos que les generen la legitimidad de del año 1000 d.C. la presencia Cajamarca en la costa es
quien siempre ha estado en un lugar ¿Cómo revertir esta muy restringida limitándose a ofrendas en las tumbas
aparente falta de legitimidad? Pues una forma parece Lambayeque de élite. Esta alianza continuará a lo largo
haber sido movilizar a esos ancestros y reposicionarlos del tiempo cuando estos dos frentes (ahora Chimú-Caja­
en el corazón del cementerio mochica. marca) se unan ante la amenaza incaica.
La presencia Cajamarca en la costa fue un hecho
Epílogo y conclusiones restringido, cuyo contexto descrito en este artículo ha
sido interpretado desde un punto de vista costeño. Sin
El proceso que se ha descrito aquí pretende demostrar embargo, poco sabemos de las causas que empujaron a
cómo la identidad Cajamarca, materializada en sus arte­ los cajamarquinos a interactuar con los mochicas, así
factos (principalmente objetos cerámicos) y tradiciones como las razones por las cuales decidieron asentarse

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