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Centro de Geociencias
Posgrado en Ciencias de la Tierra
TESIS
presenta
2006
CONTENIDO
Pág.
LISTA DE FIGURAS i
LISTA DE TABLAS vi
RESUMEN ix
CAPÍTULO I
GENERALIDADES
1.1 Introducción 1
1.2 Antecedentes 2
1.3 Justificación 4
1.4 Objetivos y metas 5
1.5 Localización y vías de comunicación 7
1.6 Clima y vegetación 8
CAPÍTULO II
GEOLOGÍA REGIONAL
2.1 Introducción 9
2.2 Evolución tectónica general del noreste de México 10
2.2.1 Paleozoico Tardío 10
2.2.2 Triásico Tardío-Jurásico Medio Tardío 11
2.2.3 Jurásico Tardío 12
2.2.4 Cretácico Temprano 12
2.2.5 Cretácico Tardío 13
2.2.6 Terciario Temprano 13
2.3 Altos de basamento en el noreste de México 14
2.3.1 Península del Burro-Peyotes 14
2.3.2 Isla de la Mula 15
2.3.3 Isla de Monclova 16
2.3.4 Bloque de Coahuila 16
2.3.5 Archipiélago de Tamaulipas 18
2.4 Bajos de basamento en el noreste de México 18
2.4.1 Cinturón Plegado de Coahuila (CPC) 19
2.4.2 Cinturón Plegado y Cabalgado de la Sierra Madre Oriental 20
2.4.3 Cuencas de Parras y La Popa 21
2.5 Paleogeografía del noreste de México 21
2.5.1 Triásico Tardío-Jurásico Tardío 22
2.5.2 Cretácico Temprano 26
2.5.3 Cretácico Tardío 31
CAPÍTULO III
GEOLOGÍA LOCAL
3.1 Introducción 36
3.2 Evolución geológica de la Falla San Marcos 37
3.3 Estructura y Geología Estructural del Valle San Marcos 39
3.4 Estratigrafía del Valle San Marcos 40
3.4.1 Pizarras Pérmicas 42
3.4.2 Rocas Triásicas Cristalinas 43
3.4.3 Jurásico 44
3.4.3.1 Capas Las Palomas 44
3.4.3.2 Capas Sierra El Granizo 46
3.4.3.3 Capas Tanque Cuatro Palmas 48
3.4.4 Cretácico 48
3.4.4.1 Formación San Marcos 48
3.4.4.2 Formación Cupido 50
3.4.4.3 Formación La Peña 50
3.4.4.4 Formación Tamaulipas Superior 51
3.4.4.5 Formación Indidura 51
CAPÍTULO IV
METODOLOGÍA Y BASES PALEOMAGNÉTICAS-ESTRUCTURALES
4.1 Metodología y Muestreo 52
4.2 Introducción al Paleomagnetismo 55
4.3 Modelo del Dipolo Geocéntrico Axial 56
4.4 Tipos de Polos 57
4.4.1 Curva de vagabundeo polar aparente (Apparent Polar Wander Path: APWP) 58
4.4.2 Desarrollo histórico de la interpretación de los conceptos de los paleopolos y 59
APWP en general
4.4.3 Desarrollo histórico de las APWP del Jurásico 61
4.4.4 Técnicas y críticas en la construcción de la APWP 63
4.4.5 Discusión sobre los polos paleomagnéticos controversiales del Jurásico Medio- 68
Tardío
4.5 Aplicaciones Paleomagnéticas a la Tectónica 71
4.5.1 Principios generales 71
4.5.2 Métodos de análisis 73
4.6 Aplicaciones Geocronológicas 75
4.6.1 Escala de Tiempo de Polaridad Magnética 75
4.6.2 Magnetoestratigrafía 76
4.7 Origen del Magnetismo de las Capas Rojas 78
4.8 Estudios Paleomagnéticos en México 81
4.9 Aspectos Tectónicos y Estructurales Generales 83
4.9.1 “Restraining” y “Releasing Bend” 83
4.9.2 Rotación Tectónica en términos Paleomagnéticos y Estructurales 84
4.9.3 Inversión Tectónica 86
4.9.3.1 Controles de la geometría de la inversión tectónica 86
CAPÍTULO V
PALEOMAGNETISMO
5.1 Resultados de desmagnetización 88
5.1.1 Formación San Marcos 88
5.1.2 Capas Tanque Cuatro Palmas 90
5.1.3 Capas Sierra El Granizo 91
5.1.4 Capas Las Palomas 94
5.2 Concordancias y discordancias paleomagnéticas 96
5.2.1 Formación San Marcos 96
5.2.2 Capas Tanque Cuatro Palmas 98
5.2.3 Capas Sierra El Granizo 100
5.2.4 Capas Las Palomas 102
5.3 Magnetoestratigrafía de la Formación San Marcos 106
CAPÍTULO VI
INTERPRETACIÓN Y DISCUSIÓN
6.1 ¿Existe una cinemática lateral izquierda en la FSM? 112
6.2 Modelos Estructurales para el Valle San Marcos 114
CONCLUSIONES 120
BIBLIOGRAFÍA 121
DEDICATORIAS
A mi padre Rafael Arvizu Leija, a quien le debo todo en la vida, le agradezco el cariño, la
comprensión, la paciencia y el apoyo que me brindó para culminar mi carrera profesional.
Por cultivar e inculcar la responsabilidad y superación!!!
A mis hermanos Blanca, Mony y Harim, por que siempre he contado con ellos para todo,
gracias a la confianza que siempre nos hemos tenido; por el apoyo y amistad. ¡Gracias
Hermanos! Además a mis dos sobrinitos: Lalito y André, que me dan la alegría de mi
vida. Y a mí cuñado Iván por su apoyo.
A mis abuelitos, Hilda Rodríguez Castillo y Everardo Gutiérrez Ornelas (†); Reyna Leija,
por su amor y buenos consejos.
A mis familiares, y tíos Gutiérrez Rodríguez y Arvizu Leija, por su apoyo, consejos y
dedicación.
Al Dr. José Jorge Aranda Gómez por haber fungido como asesor externo y por el
apoyo del proyecto CONACyT clave 47071: “Evolución terciaria de cuencas continentales
del norte de México: controles tectónicos heredados, pulsos de deformación, magmatismo
y registro bioestratigráfico”. En el cual realicé algunas salidas a campo. Además por su
apoyo y comentarios durante mi maestría.
A mi comité de jurado integrado por: el Dr. José Jorge Aranda Gómez, Dra. Elena
Centeno García, Dr. José Luis Rodríguez Castañeda y por último al Dr. Luis Alva
Valdivia, quienes aceptaron ser parte de este jurado. Gracias por sus correcciones,
observaciones que mejoraron enormemente esta tesis.
Al Dr. Gabriel Chávez Cabello, por su amistad, apoyo y sus buenos consejos que
me infundieron a seguir adelante en la maestría. Por sus valiosos comentarios y salidas a
campo que realizamos en el Valle San Marcos (área de tesis).
Al Dr. Tim Lawton, por sus valiosos comentarios realizados a esta tesis, durante su
visita al Centro de Geociencias a medidos de este año.
Al resto de los compañeros del CGEO en general por los grandes momentos que
pasamos y por su amistad, debido al corto espacio y para no herir susceptibilidades no los
mencionaré por su nombre, pero ustedes saben quiénes son, que de alguna manera me
ayudaron en las buenas y en las malas y me brindaron su gran amistad, tiempo y
comprensión, no los olvidaré!!!.
Por último a todas aquellas personas que omito que de alguna manera me
ayudaron y que sin ellas no hubiera sido posible la terminación de esta tesis.
LISTA DE FIGURAS
Pág.
Figura 1. Localización y vías de acceso al Valle San Marcos (área verde) y a la Falla San 7
Marcos (en rojo), Coahuila, México.
Figura 2. Mapa del noreste de México y sur de Texas para el Jurásico, ilustrando los 10
elementos tectónicos principales descritos en el texto. Abreviaciones: NL-Nuevo
Laredo; TA-Tampico; CV-Ciudad Victoria; S-Saltillo; M-Monterrey. (Modificada
de Goldhammer, 1999).
Figura 3. Paleogeografía del Triásico Tardío-Jurásico Medio para el noreste de México 23
(Modificada de Padilla y Sánchez, 1986).
Figura 4. Paleogeografía del Oxfordiano Tardío-Kimeridgiano Temprano para el noreste de 25
México (Modificada de Padilla y Sánchez, 1986).
Figura 5. Paleogeografía del Kimeridgiano Tardío-Titoniano para el noreste de México 26
(Modificada de Padilla y Sánchez, 1986).
Figura 6. Paleogeografía del Berriasiano-Valanginiano para el noreste de México (Modificada 28
de Padilla y Sánchez, 1986).
Figura 7. Paleogeografía del Neocomiano Tardío para el noreste de México. (Modificada de 29
Padilla y Sánchez, 1986).
Figura 8. Paleogeografía del Aptiano para el noreste de México (Goldhammer, 1999; 30
Lehmann et al., 1999; modificada de Padilla y Sánchez, 1986).
Figura 9. Paleogeografía del Albiano-Cenomaniano para el noreste de México (Modificada de 31
Padilla y Sánchez, 1986).
Figura 10. Paleogeografía del Turoniano para el noreste de México (Modificada de Padilla y 32
Sánchez, 1986).
Figura 11. Paleogeografía del Coniaciano-Santoniano para el noreste de México (Modificada 33
de Padilla y Sánchez, 1986).
Figura 12. Paleogeografía del Campaniano-Mastrichtiano para el noreste de México 34
(Modificada de Padilla y Sánchez, 1986).
Figura 13. Paleogeografía del Terciario para el noreste de México (Modificada de Padilla y 35
Sánchez, 1986).
Figura 14. Esquema general de la historia de depositación de las rocas presentes en el Valle San 38
Marcos. (Tomada de McKee et al., 1990).
Figura 15. a) Mapa geológico-estructural generalizado y b) Columna representativa del Valle 41
San Marcos (modificada de McKee et al., 1990). La localización del área del mapa
se muestra en la Figura 1.
Figura 16. Sección geológica que ilustra el fallamiento vertical en el suroeste del Valle San 42
Marcos. Las rocas de pizarra del Palozoico Superior son yuxtapuestas contra las del
Jurásico Superior (Capas Las Palomas) y éstas, a su vez contra las del Cretácico
Superior (Formaciones Cupido, La Peña y Tamaulipas Superior (modificada de
McKee et al., 1990). Ver la localización de la sección en la Figura 15a.
Figura 17. Sección geológica simplificada de la parte media del Valle San Marcos que ilustra la 43
geometría del anticlinal geométrico desarrollado sobre la traza de la Falla San
Marcos. Se interpreta que esta geometría fue controlada principalmente por la
inversión tectónica del sentido de movimiento de la Falla San Marcos durante la
deformación laramídica (modificada de Chávez-Cabello et al., 2005). Ver la
localización de la sección en la Figura 15a.
Figura 18. Afloramiento de pizarra pérmica en el Valle San Marcos. 43
Figura 19. Afloramientos de rocas triásicas cristalinas expuestos al N de la Falla San Marcos. 44
Figura 20. Falla inversa de alto ángulo que pone en contacto rocas jurásicas con cretácicas. 45
Figura 21. Conglomerado polimíctico de las Capas Las Palomas. 46
Figura 22. Capas Sierra El Granizo que afloran al noroeste del Valle San Marcos. Obsérvese 47
los planos S0 y S1.
Figura 23. Halos de reacción alrededor de un clasto de roca volcánica contenido en las Capas 47
Sierra El Granizo.
i
Figura 24. Capas Tanque Cuatro Palmas indican una inactividad de la Falla San Marcos. 48
Figura 25. Cuerpo burdamente lenticular de la Formación San Marcos en el norte del VSM. 49
Nótese el acuñamiento del depósito de canal hacia el lado derecho de la fotografía.
Figura 26. Relaciones de contacto concordantes entre las Formaciones San Marcos, Cupido, La 50
Peña (banda oscura) y la Tamaulipas Superior en la parte norte del Valle San
Marcos en la Sierra San Marcos y Pinos.
Figura 27. La Formación Indidura representa las rocas más jóvenes reconocidas en el Valle San 51
Marcos y se encuentran fuertemente plegadas por una falla de alto ángulo, están
ubicadas al sur de la traza de la FSM.
Figura 28. Mapa geológico-estructural generalizado del VSM (modificado de McKee et al., 53
1990) que muestra la ubicación de las muestras empleadas para el estudio
paleomagnético. Clave FSM = Formación San Marcos; TCP = Capas Tanque Cuatro
Palmas; FSG = Capas Sierra El Granizo y CLP = Capas Las Palomas.
Figura 29. Modelo del dipolo geocéntrico axial. (Butler, 1998). 57
Figura 30. Curva de vagabundeo polar aparente (APWP) para Norteamérica basada en la 58
complicación de los polos paleomagnéticos más confiables. Se muestran los límites
de confianza (95%) para cada polo. Mio = Mioceno (Hagstrum et al., 1987); O =
Oligoceno (Diehl et al., 1988); E = Eoceno y P = Paleoceno (Diehl et al., 1983); K =
Cretácico Medio (Globerman e Irving, 1988); UM and IM = Formación Morrison
Inferior y Superior, respectivamente; GC = Conglomerado Glance; CC = Corral
Canyon; NT2 and NT1 = Intrusivos Newark grupo 2 y 1; KY = Formación Kayenta;
MO = Formación Moenave; C = Formación Chinle; MI = Estructura de impacto
Manicoagan; M = Formación Moenkopi; SB = Formación State Bridge; RP1 and
RP2 = Formación Red Peak; para las referencias de los polos del Triásico y Jurásico,
ver Ekstrand y Butler (1989); para la interpretación del las trayectorias y cúspides
ver el diagrama superior. (Tomada de Butler, 1998).
Figura 31. APWP para Norteamérica del Triásico Tardío al Jurásico. a) Collinson y Runcorn 62
(1960); Trc, Formación Chugwater del Triásico; Trm, Formación Moenkopi del
Triásico; Trn, rocas del Grupo Newark del Triásico; Jk, Formación Kayenta del
Jurásico; Jc, Formación Carmel del Jurásico. b) Irving y Park (1972); TR, Triásico;
J, Jurásico; y K, polos promedio para el Cretácico con círculos de confianza A95. c)
Harrison y Lindh (1982). d) Irving y Irving (1982), las figuras 31c y 31d fueron
construidas con la técnica de la ventana deslizante y muestran las localizaciones del
polo con círculos de confianza A95. Las edades se muestran en Ma (May y Butler,
1986).
Figura 32. APWP para Norteamérica. La curva es mostrada en intervalos de 10 Ma los 64
símbolos rellenos muestran intervalos en cada 50 Ma. Los triángulos representan la
APWP de Irving y Irving (1982). Los cuadros, es la APWP esperada si se considera
que los hot-spots han estado fijos con respecto al eje paleomagnético (determinado
de las rotaciones de los hot-spots de Norteamérica dentro del modelo de Morgan,
[1983]). Nótese que la APWP de Irving y Irving (1982) se divide en tres trayectorias
curvilíneas que corresponden a: 300-180 Ma, 180-90 Ma y 90-0 Ma (Gordon et al.
1984).
Figura 33. APWP para Norteamérica en intervalos de 10 Ma, y en intervalos de 100 a 300 Ma. 65
Los triángulos muestran la APWP de Irving e Irving (1982). Cuadros muestran la
APWP de Gordon et al. (1984).
Figura 34. APWP revisada para Norteamérica. Las proyecciones muestran los polos de 66
referencia más confiables considerados por May y Butler, 1986. Los símbolos para
los polos del Jurásico son W, Formación Wingate; K, Formación Kayenta; NTI,
Grupo Newark 1; NTII, Grupo Newark 2; CC, Corral Canyon; G, Conglomerado
Glance (Canelo Hills); LM, Formación Morrison Inferior; UM, Formación Morrison
Superior. Otros polos son RP, Formación Red Peak del Grupo Chuwater (dos polos);
SB, Formación State Bridge; M, Formación Moenkopi; MI, Estructura de impacto
Manicougan; C, Formación Chinle; y KA; polo promedio del Cretácico de
Mankinen (1978). Las localizaciones del polo promedio están mostrados por
círculos sólidos y asociados a regiones a límites confianza A95. En el diagrama de la
ii
derecha se muestran las trayectorias y cúspides de ésta APWP. (Modificada de May
y Butler, 1986).
Figura 35. APWP para Norteamérica de 250-30 Ma (Modificada de Beck y Housen, 2003). 67
Figura 36. Controversia del polo de referencia del Jurásico Medio para Norteamérica ilustrando 70
la discordancia entre los dos polos de referencia publicados [Polo de “White
Mountains” de Opdyke y Wensink (1966) y el polo de “Corral Canyon” de May et
al. (1986)], ambos son nominalmente del Jurásico Medio pero están separados 24º
de distancia de arco y por último se tiene el Polo de “Moat Volcanics” de Van
Fossen y Kent (1990). Este problema contribuye a diferentes versiones de la APWP
del Jurásico [línea negra sólida, Irving y Irving (1982); línea gris tenue, Gordon et
al. (1984); línea punteada, May y Butler, 1986)]. Los círculos rellenos representan
los polos de referencia del Jurásico para Norteamérica usados por May y Butler: W,
polo Wingate (Reeve, 1975); K, polo Kayenta (Steiner y Helsley, 1974); N1 y N2,
polos Newark 1 y 2, respectivamente (Smith y Noltimier, 1979); G, polo
Conglomerado Glance (Kluth et al., 1982; LM2 y UM2, polos de la Formación
Morrison Inferior y Superior usando los datos seleccionados (Steiner y Helsley,
1975). Otros polos (círculos abiertos): KA, promedio del Cretácico Medio
(Mankinen, 1978); As, Mount Ascutney (Opdyke y Wensink, 1966); Ab y Ag,
plutones Triásicos de Abbott y Agamentiscus, respectivamente (Wu y Van der Voo,
1988). (Van Fossen y Kent, 1990).
Figura 37. Direcciones paleomagnéticas discordantes resultantes de movimientos tectónicos. a) 72
Corte meridional de la Tierra. b) Rotación de la declinación paleomagnética por
rotación tectónica a través de un eje vertical dentro del bloque cortical. b) Rotación
de un bloque cortical mediante un polo de Euler externo al bloque. (Butler, 1998).
Figura 38. Aproximaciones dirección espacio a), y polo-espacio b). (Butler, 1998). 74
Figura 39. Muestreo magnetoestratigráfico de una columna estratigráfica (a la izquierda) en 77
metros, esta produce los resultados de la columna del centro que es una gráfica
considerando el nivel estratigráfico vs la latitud del PGV. (Reynolds, 1999).
Figura 40. Correlación de la columna paleomagnética local de la Figura 39, con la escala de 78
tiempo de polaridad geomagnética global. Esta correlación sugiere que las rocas
fueron depositadas hace 8.2 y 1.7 Ma.
Figura 41. A. Falla de desplazamiento lateral planar. B. Movimiento de desplazamiento lateral 83
a lo largo de fallas curveadas de manera irregular produciendo huecos en los
releasing bends y apilamiento en los restraining bends (Crowell, 1974).
Figura 42. a) Restraining bend con un dúplex compresional (Twiss y Moores, 1992). b) Dúplex 84
extensional en los releasing bends (Twiss y Moores, 1992).
Figura 43. Vistas de mapa de bloques rotados y estructura dominó (Woodcock y Schubert, 86
1994).
Figura 44. (a,b,d,e) Diagramas de desmagnetización ortogonales de muestras representativas de 89
la Formación San Marcos. La temperatura esta dada en grados Celsius (ºC) y las
inducciones en militeslas (mT). af= Desmag. por campos alternos, th= Desmag.
térmica. La Figura 44c ilustra un ejemplo de una trayectoria de desmagnetización de
un círculo mayor de la muestra FSM1F(z) y por último la Figura 44f es una
proyección estereográfica mostrando las direcciones de las muestras obtenidas (in
situ) de la Formación San Marcos. Los triángulos rellenos son direcciones de
polaridad normal y los triángulos huecos son direcciones de polaridad inversa.
Figura 45. (a,b,d,) Diagramas de desmagnetización ortogonales de muestras representativas de 91
las Capas Tanque Cuatro Palmas. La Figura 45c ilustra un ejemplo de una
trayectoria de desmagnetización de un círculo mayor de la muestra TCP15E(y) y por
último la Figura 45e es una proyección estereográfica mostrando las direcciones de
las muestras obtenidas (in situ) de las Capas Tanque Cuatro Palmas. Los simbolos
son iguales a los de la Figura 44.
Figura 46. (b,c) Diagramas de desmagnetización ortogonales de muestras representativas de las 93
Capas Sierra El Granizo (I). 46c y d (muestra FSG18D(z) y FSG18D(y)) estan
afectada por rayos. La Figura 46a ilustra un ejemplo de una trayectoria de
desmagnetización de un círculo mayor de la muestra FSG16F(z) y por último la
iii
Figura 46e es una proyección estereográfica mostrando las direcciones de las
muestras obtenidas (in situ) de las Capas Sierra El Granizo (1º). Los simbolos son
iguales a los de la Figura 44.
Figura 47. ((a) Diagrama de desmagnetización ortogonal de una muestra representativa de las 94
Capas Sierra El Granizo (II). En el diagrama ortogonal 47b se muestra una muestra
con la componente de baja coercitividad y esta probablemente afectada por rayos
(MRI). La Figura 47c ilustra un ejemplo de una trayectoria de desmagnetización de
un círculo mayor de la muestra FSG26A(z) y por último la Figura 47d es una
proyección estereográfica mostrando las direcciones de las muestras obtenidas (in
situ) de las Capas Sierra El Granizo (I). Los símbolos son iguales a los de la Figura
44.
Figura 48. (a-c) Diagramas de desmagnetización ortogonales de muestras representativas de las 95
Capas Las Palomas (componentes de alta y baja temperatura) (Arvizu-Gutiérrez,
2003). La Figura 48a en particular ilustra un ejemplo de una muestra afectada por
rayos (MRI) debido a que decrece muy rápido en los primeros campos de la
secuencia y por último la Figura 48d es una proyección estereográfica mostrando las
direcciones de las muestras obtenidas (in situ) de las Capas Las Palomas (I). Los
simbolos son iguales a los de la Figura 44.
Figura 49. Proyección estereográfica (hemisferio inferior) de la dirección media de la 98
componente característica de la Formación San Marcos tanto in situ (círculo) y
corregida (estrella) comparada con la dirección media de referencia (diamante) del
Cretácico (125-88 Ma) de Van Fossen y Kent (1992). Los óvalos pequeños son las
áreas de confianza del 95% de la media. Se muestra además las estadísticas de
Fisher (1953) y los parámetros de rotación y aplanamiento de Beck (1980) y
Demarest (1983).
Figura 50. Proyección estereográfica (hemisferio inferior) de la dirección media de la 100
componente característica de las Capas Tanque Cuatro Palmas tanto in situ (círculo)
y corregida (estrella) comparada con la dirección media de referencia (diamante y
cruz) de la Formación Morrison Superior del Jurásico Superior (Titoniano) de
Steiner y Helsley (1975) considerando la rotación de 3.8° (diamante) y 10.5° (cruz)
de la Meseta de Colorado. Los óvalos pequeños son las áreas de confianza del 95%
de la media. Se muestra además las estadísticas de Fisher (1953) y los parámetros de
rotacion y aplanamiento de Beck (1980) y Demarest (1983).
Figura 51. Proyección estereográfica (hemisferio inferior) de la dirección media de la 102
componente característica de las Capas Sierra El Granizo (I) tanto in situ (círculo) y
corregida (estrella) comparada con la dirección media de referencia (diamante y
cruz) de la Formación Morrison Inferior del Jurásico Superior (Kimmerdgiano) de
Steiner y Helsley (1975) considerando la rotación de 3.8° (diamante) y 10.5° (cruz)
de la Meseta de Colorado (CP). Los óvalos pequeños son las áreas de confianza del
95% de la media. Se muestra además las estadísticas de Fisher (1953) y los
parámetros de rotación y aplanamiento de Beck (1980) y Demarest (1983).
Figura 52. Proyección estereográfica (hemisferio inferior) de la dirección media de la 103
componente característica de las Capas Sierra El Granizo (II°) tanto in situ (círculo)
y corregida (estrella) comparada con la dirección media de referencia (diamante y
cruz) de la Formación Morrison Inferior del Jurásico Superior (Kimmerdgiano) de
Steiner y Helsley (1975) considerando la rotación de 3.8° (diamante) y 10.5° (cruz)
de la Meseta de Colorado (CP). Los óvalos pequeños son las áreas de confianza del
95% de la media. Se muestra además las estadísticas de Fisher (1953) y los
parámetros de rotación y aplanamiento de Beck (1980) y Demarest (1983).
Figura 53. Proyección estereográfica (hemisferio inferior) de la dirección media de la 104
componente característica de las Capas Las Palomas tanto in situ (círculo) y
corregida (estrella) comparada con la dirección media de referencia (diamante y
cruz) de la Formación Nazas del Triásico (cruz) de Nairn 1976 y de la Serie Acatita
del Triásico Tardío (diamante) de Molina-Garza (2005). Los ovalos pequeños son
las áreas de confianza del 95% de la media. Se muestra además las estadísticas de
Fisher (1953) y los parámetros de rotación y aplanamiento de Beck (1980) y
iv
Demarest (1983).
Figura 54. Proyección estereográfica (hemisferio inferior) de la dirección media de la 105
componente característica de las Capas Tanque Cuatro Palmas y Capas Sierra El
Granizo (IIº) tanto in situ (círculo) y corregida (estrella) comparada con la dirección
media de referencia (diamante y cruz) del promedio de los polos de referencia
utilizados para esas capas tanto 3.8º y 10.5º de la rotación del CP (respectivamente).
Los óvalos pequeños son las áreas de confianza del 95% de la media. Se muestra
además las estadísticas de Fisher (1953) y los parámetros de rotación y aplanamiento
de Beck (1980) y Demarest (1983).
Figura 55. Mapa general de la parte noroeste del VSM donde se muestra la localización del 107
área de muestreo de la Formación San Marcos (Modificada de McKee et al., 1990).
Figura 56. a) Panorámica de la secuencia transgresiva carbonatada (Formación Cupido, 108
Formación La Peña, Formación Tamaulipas Superior) sobreyaciendo a la Formación
San Marcos en contacto concordante. En el acercamiento b) se puede observar la
alternancia de capas de conglomerado y arenisca gruesa con la limolita y arenisca
fina de la sección muestreada. Nótese el basculamiento de la formación hacia el
norte-noreste. Nótese que las fotos fueron tomadas desde distintos ángulos.
Figura 57. Columna estratigráfica esquemática de parte de la Formación San Marcos donde se 111
indica la ubicación de los sitios paleomagnéticos. A la derecha se colocó la Escala
de Polaridad Magnética de Barremiano y Aptiano (Cretácico Inferior) además de los
crones de polaridad y por último los crones de polaridad inversa encontrados de M3r
y M0r que se ubican en los 124 y 121 Ma, respectivamente (Ogg, 1995).
Figura 58. Curva de vagabundeo polar aparente para Norteamérica con los polos de referencia 113
utlizados para compararlos con los polos obtenidos del VSM (Modificada de Van
der Voo, 1992; Arvizu-Gutiérrez, 2003).
Figura 59. a) Esquema general del VSM mostrando las relaciones estratigráficas antes de la 116
deformación Laramide (Cretácico Tardío), asi como el truncamiento de las unidades
estratigráficas del Jurásico Tardío (Jt) y Cretácico Temprano (K-temp.). b) Etapa de
la primera fase de deformación por cizalla y deslizamiento flexural de la Orogenia
Laramide donde se puede observar los pliegues por despegue (thin-skinned). c)
Sección esquemática idealizada del VSM mostrando la relación de cortes entre los
pliegues por doblez de falla y los generados en la segunda etapa de la Orogenia
Laramide donde incluye la reactivación de las fallas de basamento (thick-skinned),
también se puede observar un pliegue tipo “drape” típicos de la reactivación de
fallas de basamento (Modificada de Chávez-Cabello, 2005).
Figura 60. Modelo 1 geológico esquemático para explicar la evolución del VSM en términos de 117
rotaciones tectónicas. a) Instauración de la FSM durante el Jurásico Tardío (Jt) con
una aparente cinemática lateral izquierda esto dió como resultado la formación de
los pliegues en la zona aparente de restraining bend. b) Primera reactivación de la
FSM durante el Cretácico Temprano (Ktemp.) con una carácter normal de la FSM
sin rotaciones en el eje vertical y c) Segunda reactivación de la FSM durante el
Cretácico Tardío-Terciario donde se tiene una inversión tectónica positiva y un
cambio de orientación del tensor de esfuerzos, lo que generó la rotación horaria de la
zona aparente de restraining bend asi como del bloque norte de la falla, cabe hacer
notar que en la parte noroeste del VSM existió durante ese tiempo una reactivación y
posterior levantamiento que genera la rotación un poco mas ligera que la anterior. Dx
y Do son la declinación esperada y observada, respectivamente.
Figura 61. Modelo 2 geológico esquemático para explicar la evolución del VSM en términos de 118
rotaciones tectónicas. a) Durante el Jurásico Tardío (Jt) y Cretácico Temprano
(Ktemp.) la cinemática de la FSM fue de carácter normal donde existió un
fallamiento lístrico extensional, sin generación de pliegues. b) Durante la segunda
reactivación tenemos la inversión tectónica en el Cretácico Tardío-Terciario que da
el inicio de la formación de los pliegues debido al levantamiento irregular de los
bloques de fallas de este modo tenemos la rotación horaria del bloque norte en
mayor magnitud en la zona de restraining bend que hacia el noroeste del VSM. Dx y
Do son la declinación esperada y observada, respectivamente.
v
LISTA DE TABLAS
Pág.
vi
LISTA DE ABREVIATURAS Y NOMENCLATURA
λ Latitud geográfica
A/m Ampere/metro
AF Alternating Field
APWP Apparent Polar Wander Path
BC Bloque de Coahuila
CLP Sitio paleomagnético de las Capas Las Palomas
cm centímetros
CP Meseta de Colorado
CPC Cinturón Plegado de Coahuila
D Declinación
Dec Declinación
Do Declinación observada
Dx Declinación esperada
et al. y colaboradores
F Flattening
FSG (Iº) Sitio paleomagnético de las Capas Sierra El Granizo (Primera localidad)
FSG (IIº) Sitio paleomagnético de las Capas Sierra El Granizo (Segunda localidad)
FSM Falla San Marcos
FSM2 Sitio paleomagnético de la Formación San Marcos
Gpo. Grupo
Hh Campo magnético horizontal
Hv Campo magnético vertical
I Inclinación
in situ En el lugar
Inc Inclinación
Io Inclinación observada
Ix Inclinación esperada
J Jurásico
J1 Cúspide 1 del Jurásico
J2 Cúspide 2 del Jurásico
Jt Jurásico Tardío
K Cretácico
k Parámtero de precisión
km Kilómetro
Ktemp. Cretácico Temprano
LANDSAT Land Satellite
Lat. Latitud
Long. Longitud
m Metros
M Dipolo Magnético
Ma Millones de años
M0 Intensidad inicial
M0r Anomalía magnética inversa del Cretácico Temprano (124 m.a.)
M1 Anomalía magnética normal del Cretácico Temprano (124 m.a.)
M21 Anomalía magnética inversa del Jurásico Tardío (147.7 m.a.)
vii
M3r Anomalía magnética inversa del Cretácico Temprano (121 m.a.)
MMS Megacizalla Mojave Sonora
MRD Magnetización Remanente Deposicional
MRI Magnetización Remanente Isotermal
MRN Magnetización Remanente Natural
MRQ Magnetización Remanente Química
m.s.n.m. Metros sobre el nivel del mar
mT Mili Tesla
N Número de muestras
n Número de muestras utilizadas en los análisis
OP Observed Pole
p Distancia angular
PEMEX Petróleos Mexicanos
PEP Paleomagnetic Euler Pole
PGV Polo geomagnético virtual
po Distancia hacia el polo observado
PP Polo paleomagnético
pr Distancia hacia el polo de referencia
Prom. Promedio
R Rotation
re Radio de la Tierra
RP Reference Pole
S Polo geográfico
SG Sierra El Granizo
sp Especie
SSMP Sierra San Marcos Pinos
TCP Sitio paleomagnético de las Capas Tanque Cuatro Palmas
Tr Triásico
VSM Valle San Marcos
α95 Radio del intervalo de confianza alrededor de la media
∆F Límite de confianza del 95% para el Flattening
∆p Límite de confianza del polo de referencia
∆R Límite de confianza del 95% para la Rotation
viii
RESUMEN
En el Valle San Marcos, localizado en la parte central del estado de Coahuila, se
encuentra la Falla San Marcos que es la única falla de basamento multi-reactivada que ha
sido claramente documentada en el noreste de México. La falla tiene una longitud mínima
de 300 km y tiene un rumbo ~N62ºW, pertenece a un grupo de lineamientos que han sido
identificados o postulados para el noreste de México. Se ha postulado que la falla acomodó
desplazamiento lateral izquierdo en el Jurásico, pero estudios recientes muestran solo
evidencia de fallamiento normal en el Jurásico y Cretácico. La Falla San Marcos limita a
dos regiones con diferencias estructurales, al norte el Cinturón Plegado de Coahuila y al sur
el Bloque de Coahuila. Asociada a la actividad tectónica de la FSM hubo la depositación de
una cuña clástica marina y continental, la cual registra sus periodos de actividad e
inactividad a lo largo del Jurásico, Cretácico y Terciario. La cuña está constituida por las
unidades: capas Las Palomas, capas Sierra El Granizo, capas Tanque Cuatro Palmas y la
Formación San Marcos. Esta cuña clástica fue muestreada en 27 sitios para un análisis
paleomagnético con la finalidad de determinar la dirección de la componente magnética
característica en términos de declinación e inclinación de cada formación, para poder
determinar si dichas rocas sufrieron rotaciones paleomagnéticas durante los diversos
periodos de actividad de la Falla San Marcos. La magnetoestratigrafía realizada en la parte
inferior-media de la Formación San Marcos acota la edad al Berrasiano-Aptiano Inferior.
La dirección media de la componente magnética característica de la Formación San Marcos
en el Valle de San Marcos, corregida estructuralmente (por: 207º/08º) es de Dec=355.5º,
Inc=43.5º (k=10.8, α95=8.2º, n=35 muestras). La sección Jurásico Superior en sitios fuera
de la zona de falla de la Falla San Marcos tienen una dirección media de la componente
magnética característica, corregida estructuralmente (por: 230º/20º) de Dec=338.5º,
Inc=32.4º (k=12.55, α95=12.2º, n=32 muestras). Las Capas Las Palomas y una sección de
las Capas Sierra El Granizo, en la zona de falla dan direcciones fuertemente discordantes.
Todas las unidades están afectadas por una rotación horaria que varían en la zona de falla
entre un máximo de ~69°-95º y un mínimo ~4°-25º. Existen dos modelos para explicar la
rotación, el primero, considerando desplazamiento izquierdo en el Jurásico Tardío además
del fallamiento inverso del Cretácico Tardío-Temprano durante la Orogenia Laramide; el
ix
segundo modelo explica rotaciones horarias como producto de la reactivación de la falla de
San Marcos durante la Orogenia Laramide. La evidencia paleomagnética favorece este
último modelo.
x
CAPÍTULO I
GENERALIDADES
1.1 INTRODUCCIÓN
En el Valle San Marcos (VSM), que se localiza en la parte central del estado de
Coahuila, aflora la Falla San Marcos (FSM) (McKee y Jones, 1979; Charleston, 1981;
McKee et al., 1984; 1990) que es la única falla de basamento multi-reactivada que ha sido
claramente documentada en el noreste de México. La falla tiene una longitud mínima de
300 km y tiene una dirección promedio ~N62ºW (McKee et al., 1990). La FSM pertenece a
un grupo de lineamientos que han sido identificados o postulados para el noreste de México
como lo son: la Falla La Babia (Charleston, 1974; 1981), la zona de fractura Saltillo-
Torreón (Murray, 1959) y la Falla Torreón-Monterrey (De Cserna, 1970, 1976). La FSM
separa a dos regiones contrastantes estructuralmente, al norte el Cinturón Plegado de
Coahuila (CPC) y al sur el Bloque de Coahuila (BC). Esta falla se ha interpretado como
parte de un sistema de fallas transformantes, asociadas a la Megacizalla Mojave-Sonora
(MMS) (Anderson y Schmidt, 1983), que en el Jurásico Tardío conectaron a una dorsal del
Golfo de México con el borde activo del Pacífico. En este modelo se considera a la FSM
una falla menor que acomodó parte del desplazamiento lateral izquierdo de la MMS hace
~150 Ma (Anderson et al., 1982). El origen y evolución temprana de la FSM se ubica
dentro del marco tectónico propuesto para explicar la evolución del norte de México y la
apertura del Golfo de México. En este trabajo se presentan datos paleomagnéticos y
estructurales de la región del Valle San Marcos y se discuten las implicaciones tectónicas
de esos datos para el comportamiento de la Falla de San Marcos.
1.2 ANTECEDENTES
La FSM fue originalmente identificada por Charleston (1981) quién infirió
desplazamientos laterales izquierdos a lo largo de su traza con base en la interpretación de
imágenes LANDSAT. Una interpretación similar fue hecha por Padilla y Sánchez (1982).
Posteriormente los primeros trabajos a detalle realizados sobre la FSM fueron
principalmente estratigráficos (McKee et al., 1984; 1990) los cuales permitieron identificar
los periodos de actividad e inactividad de la misma, con base en la interpretación de la
secuencia estratigráfica y los estudios de procedencia de la cuña clástica marina y
continental del Mesozoico depositada al norte de la falla.
1.3 JUSTIFICACIÓN
La justificación para la realización de esta investigación es llegar a un mejor
entendimiento de la escala, temporalidad y alcance de rotaciones respecto a un eje vertical
de las unidades que corresponden a la cuña clástica durante el supuesto fallamiento lateral
en la FSM tanto durante su instauración en el Jurásico Tardío, además de la primera
(hundimiento del bloque sur) y segunda (inversión de la cuenca) reactivaciones en el
Neocomiano y Terciario Temprano, respectivamente (McKee et al., 1984; 1990; Chávez-
Cabello et al., 2005). Esto se logra mediante un muestreo que se extiende a otras zonas del
VSM, pues el estudio anterior se limitó a la zona interpretada como de doblez de falla, y
extendiendo el estudio a rocas del Jurásico Superior y Cretácico Inferior.
Figura 1. Localización y vías de acceso al Valle San Marcos (área verde) y a la Falla San Marcos (en rojo),
Coahuila, México.
1.6 CLIMA Y VEGETACIÓN
El estado de Coahuila está situado, en su mayor parte, en el oriente de una gran área
climática denominada como desierto de Chihuahuense. Se caracteriza por poseer climas
continentales secos y muy secos, que van desde los semicálidos, predominantes en los
bolsones coahuilenses, hasta los templados de las partes más altas y las más septentrionales.
2.1 INTRODUCCIÓN
El noreste de México ha sido escenario de numerosos eventos tectónicos y
paleogeográficos (Paleozoico-Cenozoico), los cuales definieron las formas
geomorfológicas en el relieve que se observan actualmente. El evento tectónico más
importante en el Paleozoico fue la colisión de Gondwana y Laurasia en el Pérmico Inferior,
lo cuál ocasionó el desarrollo del Cinturón Orogénico Ouachita-Marathon y la posterior
transferencia de terrenos peri-Gondwánicos a Pangea (Handschy et al., 1987; Dickinson y
Lawton, 2001; Keppie, 2004; Poole et al., 2005; Nance et al., 2006).
Figura 2. Mapa del noreste de México y sur de Texas para el Jurásico, ilustrando los elementos tectónicos
principales descritos en el texto. Abreviaciones: NL-Nuevo Laredo; TA-Tampico; CV-Ciudad Victoria; S-
Saltillo; M-Monterrey. (Modificada de Goldhammer, 1999).
2.2.2 TRIÁSICO TARDÍO-JURÁSICO MEDIO TARDÍO
Se ha propuesto también que durante este tiempo hubo movimiento lateral izquierdo
a lo largo de la hipotética Megacizalla Mojave-Sonora (MMS) (Silver y Anderson, 1974;
Anderson y Schmidt, 1983; Figura 2). Se especula que este movimiento fue debido a la
subducción oblicua de la Placa Kula-Farallon abajo de la Placa Sudamericana y Yaqui
(Pindell, 1985). Otro evento importante fue el desplazamiento del bloque de Yucatán
mediante una falla transforme dextral (Pindell, 1985; Figura 2) que causó una rotación
antihoraria de la península hasta ocupar su posición actual (Molina-Garza et al., 1992).
Según los modelos de Anderson y Schmidt, (1983) las fallas transformantes intra-
continentales de desplazamiento izquierdo cesaron su actividad en el Oxfordiano. Y por
último, el punto de separación de Norteamérica y Sudamérica se concentró en el Proto-
Caribe, donde continuó la formación de piso oceánico (Pindell y Barret, 1990). La
sedimentación del Jurásico Tardío en el noreste de México se desarrolló en una margen
pasiva y fue producto de la transgresión marina, acumulándose principalmente formaciones
clásticas y calcáreas (Formación La Casita).
Las rocas del basamento que constituyen la Península del Burro-Peyotes (Figura 2)
son del Paleozoico Tardío (Flawn y Maxwell, 1958; Flawn et al., 1961; Wilson et al., 1984)
e incluyen rocas y sedimentos metamórficos del interior del Cinturón Orogénico Ouachita-
Marathon. Por otra parte, Garrison et al. (1980) propusieron que las rocas del basamento de
ésta península posiblemente son precámbricas.
Este alto de basamento fue primero considerado como tal por Kellum et al. (1936).
Pero el nombre de Isla de la Mula fue primeramente postulado por Alfonso (1976) en un
reporte inédito de PEMEX. Este alto se ubica al norte del Bloque de Coahuila en la parte
central del estado de Coahuila (Figura 2) y sus vestigios están expuestos en el Potrero La
Mula y la Sierra del Fuste (Jones et al., 1984). Este alto es considerado como parte de una
serie de terrenos complejos de rocas sedimentarias, metamórficas e ígneas que se
encontraban al sur de la Península del Burro-Peyotes, oeste de Coahuila y este de
Chihuahua durante el Jurásico Tardío y Cretácico Temprano (Jones et al., 1984). Estos
terrenos fueron fuente de detritos para algunas formaciones ubicadas en los márgenes de las
cuencas (Stabler y Márquez, 1977) y también aportaron componentes detríticos de
formaciones predominantemente autóctonas como es el caso de la Formación Padilla (Jones
et al., 1984). Esta isla permaneció emergida durante el Jurásico Tardío y subsecuentemente
fue cubierta en el Cretácico (Hauteriviano), lo que es registrado por la Formación Padilla
(Alfonso, 1976).
El CPC está enmarcado por dos elementos positivos del basamento, el arco Burro-
Salado al norte, y el bloque de Coahuila en el sur, separados por dos fallas regionales
(Figura 2). La falla al norte es La Babia (Charleston, 1974; 1981), y la falla al sur es la
Falla San Marcos (McKee y Jones, 1979; Charleston, 1981; McKee et al., 1984, 1990) que
separa el CPC del BC.
La Cuenca de Sabinas, que forma parte del CPC (Figura 2), abarca parte de los
estados de Coahuila y Nuevo León. El relleno de la cuenca esta compuesto principalmente
por más de 5000 m de sedimentos marinos mesozoicos depositados durante periodos de
subsidencia y posteriormente fueron plegados durante la orogenia Laramide (Eguiluz,
2001). Se han manejado varios modelos para el origen de la cuenca, pero el más aceptado
esta relacionado a un rift asociado con la apertura del Golfo de México (Salvador, 1991;
Eguiluz, 2001). La Cuenca de Sabinas esta bordeada al igual que el CPC, al noreste y
suroeste por una serie de altos y bajos de fallas (McKee et al., 1990; Eguiluz, 1994)
limitados por la FSM (McKee y Jones, 1979; Charleston, 1981; McKee et al., 1984, 1990)
y la Falla La Babia (Charleston, 1974, 1981), respectivamente. Al este limita con el
archipiélago de Tamaulipas, al sur con el frente de la Sierra Madre Oriental y el BC, y por
último al oeste por la fosa de Chihuahua (Padilla y Sánchez, 1986).
A finales del Jurásico Medio ocurrió una transgresión muy extensa en toda región
del Golfo de México que continuó hasta el Cretácico Tardío, definiéndose de esta manera
los límites entre islas y penínsulas (Padilla y Sánchez, 1986). Al principio de la
transgresión se depositan secuencias de evaporitas (Caloviano). Esta transgresión se
desarrolló en el noreste de México en zonas más restringidas de las cuencas formadas
(Zwanziger, 1979; Padilla y Sánchez, 1986; Salvador, 1987; 1991a; 1991b; Morán-
Zenteno, 1994), creando evaporitas que ahora afloran como masas deformadas de yeso
(Weidie y Martínez, 1970; Laudon, 1984) y que representan depósitos marinos-marginales
principalmente entre Monterrey y Saltillo conocidas como la Formación Minas Viejas del
Caloviano (Figura 3), que sobreyacen discordantemente a las capas rojas Huizachal del
Jurásico y/o al basamento Paleozoico (Goldhammer, 1999).
Figura 3. Paleogeografía del Triásico Tardío-Jurásico Medio para el noreste de México (Modificada de
Padilla y Sánchez, 1986).
Figura 10. Paleogeografía del Turoniano para el noreste de México (Modificada de Padilla y Sánchez, 1986).
Figura 11. Paleogeografía del Coniaciano-Santoniano para el noreste de México (Modificada de Padilla y
Sánchez, 1986).
Figura 12. Paleogeografía del Campaniano-Mastrichtiano para el noreste de México (Modificada de Padilla y
Sánchez, 1986).
Figura 13. Paleogeografía del Terciario para el noreste de México (Modificada de Padilla y Sánchez, 1986).
CAPÍTULO III
GEOLOGÍA LOCAL
3.1 INTRODUCCIÓN
El Valle San Marcos (VSM), que separa estructuralmente el bloque o isla de Coahuila
del Cinturón Plegado de Coahuila contiene una excelente evidencia estratigráfica y
estructural de la actividad de la Falla San Marcos (FSM) durante el Mesozoico y Terciario
(McKee et al., 1979; 1984; 1990). McKee et al. (1984) mencionan que no se pueden probar
o excluir desplazamientos laterales grandes sobre la FSM, aunque por otro lado sugieren
que debido a la localización, tamaño, orientación y edad de la Falla San Marcos ésta, pudo
ser parte del sistema Megacizalla Mojave-Sonora (Anderson y Schmidt, 1983) o una
ramificación de la misma. Después se sugirió que la FSM pudo también ser parte de un
sistema de fallas transformantes que conectaron a las dorsales del Atlántico y Pacífico
durante la formación del Golfo de México (Silver y Anderson, 1974; 1983; Pilger, 1978),
las cuales acomodaron desplazamientos laterales izquierdos en el Jurásico Tardío (McKee
et al., 1990). En general, Chávez Cabello et al. (2005) mencionan que existen pocas
evidencias estructurales que indican la posibilidad de que la FSM haya sido originada como
una falla de desplazamiento lateral, lo que aparentemente es apoyado por un estudio
paleomagnético (Arvizu-Gutiérrez, 2003) en pliegues locales en rocas jurásicas ubicados en
el VSM al pie de la Sierra el Granizo. Los datos paleomagnéticos de las rocas jurásicas, que
se discuten posteriormente, indican una rotación horaria (80-90°) reconsistentes con una
zona contráctil en una curvatura de la FSM en esa zona.
Figura 14. Esquema general de la historia de depositación de las rocas presentes en el Valle San Marcos.
(Tomada de McKee et al., 1990).
Durante el Terciario Temprano ocurre la deformación Laramide; en la región
reactivó nuevamente a la FSM, pero ahora como falla inversa lo que provocó el
levantamiento del bloque al norte de la FSM (Figura 15a; 16; y 17). Por lo anterior ocurrió
el levantamiento de los conglomerados de las Capas Las Palomas y Sierra El Granizo,
principalmente, sobre rocas marinas calcáreas del Cretácico Medio en el flanco noreste de
la Sierra El Granizo (Figura 16 y 17), a lo largo de la traza de la FSM. La deformación a lo
largo de la FSM provocó que la caliza adquiriera una posición casi vertical al pie de la
Sierra El Granizo para formar en conjunto con la Sierra San Marcos y Pinos (SSMP) una
estructura compleja compuesta por un anticlinal (Figura 15a, 17), con flanco vertical en la
Sierra el Granizo y suave en la SSMP, que se interpreta como pliegue tipo cortina “Drape”
(Figura 17) con su núcleo erosionado que actualmente es el VSM (Chávez-Cabello et al.,
2005).
Éstas pizarras afloran en la parte sureste del VSM (Figura 15a), y son
principalmente de meta-arenisca con intercalaciones de lentes de caliza recristalizada de
grano muy fino (Figura 18), de menos de ocho m de largo y de más de un m de espesor.
Figura 16. Sección geológica que ilustra el fallamiento vertical en el suroeste del Valle San Marcos. Las
rocas de pizarra del Paleozoico Superior son yuxtapuestas contra las del Jurásico Superior (Capas Las
Palomas) y éstas, a su vez contra las del Cretácico Superior (Formaciones Cupido, La Peña y Tamaulipas
Superior (modificada de McKee et al., 1990). Ver la localización de la sección en la Figura 15a.
Figura 17. Sección geológica simplificada de la parte media del Valle San Marcos que ilustra la geometría
del anticlinal geométrico desarrollado sobre la traza de la Falla San Marcos. Se interpreta que esta geometría
fue controlada principalmente por la inversión tectónica del sentido de movimiento de la Falla San Marcos
durante la deformación laramídica (modificada de Chávez-Cabello et al., 2005). Ver la localización de la
sección en la Figura 15a.
Al norte de la FSM (Figura 15a; Figura 19) existen ocho afloramientos pequeños de
rocas ígneas parcialmente milonitizados que, al parecer, son los únicos lugares conocidos
que presentan aparentemente un fallamiento del basamento en el valle. El granito es la roca
más abundante, pero también hay diques aplíticos, diorita cloritizada y microtonalita. La
edad de estos granitoides fue establecida por métodos isotópicos (Rb-Sr) dando una edad
aproximada de 237 ± 27 Ma (McKee et al., 1990). Por otro lado, Arvizu-Gutiérrez (2003)
estudió paleomagnéticamente estos afloramientos encontrando que aparentemente no
pertenecen a un bloque de basamento homogéneo ya que las direcciones paleomagnéticas
de cuatro afloramientos distintos no muestran direcciones e inclinaciones paleomagnéticas
consistentes ni corresponden a las direcciones esperadas para este tiempo (Triásico).
Arvizu-Gutiérrez (2003) propuso que pudieran ser bloques caídos del escarpe de la FSM
cuando fue activa durante el Mesozoico, estos a su vez se encuentran en contacto con el
aluvión.
Figura 19. Afloramientos de rocas triásicas cristalinas expuestos al N de la Falla San Marcos.
3.4.3 JURÁSICO
Los afloramientos de los estratos del Jurásico Superior más antiguos corresponden a
las Capas Las Palomas. Estas rocas afloran en la parte sureste del VSM en un anticlinal con
buzamiento hacia el norte (Figura 15a y b). Están en contacto con la Formación Tamaulipas
Superior mediante una falla de alto ángulo (Figura 20). Las Capas Las Palomas son la
unidad inferior y consisten de depósitos gruesos de conglomerado polimíctico que
representan flujo de detritos (Figura 21) soportado en una matriz muy fina, y los clastos en
el conglomerado no presentan una orientación definida, el tamaño de los clastos decrece
estratigráficamente hacia arriba, la clasificación es pobre y la estratificación varía de burda
a bien definida y corresponde a depósitos de gravedad. El ambiente de depósito es marino.
Figura 20. Falla inversa de alto ángulo que pone en contacto rocas jurásicas con cretácicas.
Las Capas Sierra El Granizo sobreyacen a las Capas Las Palomas (Figura 15b), y
afloran en dos localidades, una cerca al Ejido Palomas y la otra en la parte NW del valle a
lo largo de la base de la Sierra El Granizo, que a su vez están en contacto por falla con la
Formación Tamaulipas Superior (Figura 15a y Figura 17). El afloramiento cerca de la
comunidad de las Palomas tiene un espesor de 500 m de arenisca con capas discontinuas de
conglomerado (McKee et al., 1990; Figura 19). Las capas de conglomerado presentan
clastos volcánicos principalmente, clastos alcanzan hasta de dos m de diámetro cerca de la
base. El tamaño de los clastos decrece hacia arriba, donde conglomerados de gravas y
guijarros son comunes, y el conglomerado esta ausente hacia la cima del depósito. En los
afloramientos del noroeste (sitio de muestreo), a lo largo del frente noreste de la Sierra El
Granizo (Figura 15a), la parte más baja de la sección consiste de cuerpos lenticulares de
arenisca color rojo ladrillo con capas de conglomerado de un metro o más de espesor. Los
clastos son de roca volcánica y plutónica (gabros, granitos), filitas, pizarras (Figura 22).
Algunos clastos de rocas plutónicas presentan halos de reacción (Figura 23). En la figura
22, se observa la estratificación (S0) ligeramente inclinada hacia el noreste en dirección al
VSM, además presenta un desarrollo de foliación (S1) casi vertical.
Figura 22. Capas Sierra El Granizo que afloran al noroeste del Valle San Marcos. Obsérvese los planos S0 y
S1.
De acuerdo a McKee et al. (1990) las capas de arenisca fueron depositadas como
flujos de gravedad marinos. Los fósiles reportados para esta unidad son almejas Pinna y
algunos amonites que sugieren una edad del Jurásico Superior (McKee et al., 1990).
Figura 23. Halos de reacción alrededor de un clasto de roca volcánica contenido en las Capas Sierra El
Granizo.
3.4.3.3 Capas Tanque Cuatro Palmas
Las Capas Tanque Cuatro Palmas son las rocas jurásicas marinas más jóvenes en el
VSM al NNE del ejido Las Palomas al pie de la SSMP (Figura 15a). Consisten de cerca de
100 m de arenisca marina de grano fino sin capas de conglomerado (Figura 24), pero con
estratos de limolita calcárea y lutita con concreciones calcáreas >0.5 m de diámetro, y
fósiles abundantes de almejas, caracoles y amonites, todos con material de la concha color
negro. Las Capas Tanque Cuatro Palmas son transicionales con la Formación San Marcos.
Este contacto, se estima que está 100 m estratigráficamente arriba de dichas capas. Los
amonites de las Capas Tanque Cuatro Palmas fueron identificados como Proniceras y
Substeueroceras, y asignados al Titoniano (Capas Proniceras) de Imlay (1939).
Figura 24. Capas Tanque Cuatro Palmas indican una inactividad de la Falla San Marcos.
3.4.4 CRETÁCICO
Figura 25. Cuerpo burdamente lenticular de la Formación San Marcos en el norte del VSM. Nótese el
acuñamiento del depósito de canal hacia el lado derecho de la fotografía.
Aflora en la SSMP al norte del VSM (Figura 15a y 26). En el VSM, la Formación
Cupido (Aptiano, en el área de estudio) se presenta en facies lagunares de plataforma semi-
restringida; incluye depósitos cíclicos de wackestone y packestone peleoide y esqueletal.
Los depósitos presentan bioturbación y laminación horizontal. Tiene un espesor de ~50 m
haciéndose más gruesa hacia el norte.
Figura 26. Relaciones de contacto concordantes entre las Formaciones San Marcos, Cupido, La Peña (banda
oscura) y la Tamaulipas Superior en la parte norte del Valle San Marcos en la Sierra San Marcos y Pinos.
En su base los estratos son medianos y culmina con estratos masivos hacia el
contacto con la Formación La Peña que la sobreyace en las partes altas de la Sierra San
Marcos y Pinos (SSMP) (Figura 26). La Formación Cupido también fue deformada durante
la reactivación de la FSM durante el Terciario Temprano en el SW del VSM (McKee, et.
al, 1984, 1990; Chávez-Cabello et al., 2005).
Esta formación consiste de caliza micrítica color gris claro que corresponde a
mudstone y packstone de estratificación mediana a gruesa. Además, presenta fauna de
rudistas. Su espesor varía desde 50 a 150 m, su ambiente de depósito es de cuenca. En el
VSM se encuentra principalmente en las partes altas de la Sierra El Granizo y la SSMP
(Figura 15a y 26).
Figura 27. La Formación Indidura representa las rocas más jóvenes reconocidas en el Valle San Marcos y se
encuentran fuertemente plegadas por una falla de alto ángulo, están ubicadas al sur de la traza de la FSM.
CAPÍTULO IV
METODOLOGÍA Y BASES PALEOMAGNÉTICAS-
ESTRUCTURALES
Un número grande de muestras fue afectado por descargas eléctricas (rayos), las
cuales dan magnetizaciones de baja estabilidad y direcciones erráticas, por lo tanto no
fueron tomadas en cuenta en los cálculos finales. Estos corresponden a 5 sitios de las Capas
Las Palomas (es por ello que se utilizaron los datos de 5 sitios de esta misma unidad del
trabajo de Arvizu-Gutiérrez, 2003), la mayoría tienen magnetizaciones de baja
coercitividad y direcciones dispersas. Se pudieron rescatar algunas muestras de algunos
sitios usando la técnica de círculos mayores mencionada anteriormente.
Figura 30. Curva de vagabundeo polar aparente (APWP) para Norteamérica basada en la complicación de los
polos paleomagnéticos más confiables. Se muestran los límites de confianza (95%) para cada polo. Mio =
Mioceno (Hagstrum et al., 1987); O = Oligoceno (Diehl et al., 1988); E = Eoceno y P = Paleoceno (Diehl et
al., 1983); K = Cretácico Medio (Globerman e Irving, 1988); UM and IM = Formación Morrison Inferior y
Superior, respectivamente; GC = Conglomerado Glance; CC = Corral Canyon; NT2 and NT1 = Intrusivos
Newark grupo 2 y 1; KY = Formación Kayenta; MO = Formación Moenave; C = Formación Chinle; MI =
Estructura de impacto Manicoagan; M = Formación Moenkopi; SB = Formación State Bridge; RP1 and RP2
= Formación Red Peak; para las referencias de los polos del Triásico y Jurásico, ver Ekstrand y Butler (1989);
para la interpretación del las trayectorias y cúspides ver el diagrama superior. (Tomada de Butler, 1998).
La APWP está formada por segmentos largos y ligeramente curvos llamados
trayectorias (tracks) y de segmentos cortos que son agudamente curvos llamados cúspides
(cusps) (Gordon et al., 1984), estos últimos son debido a la reorganización de las placas que
se reflejan por procesos tectónicos a gran escala. Los segmentos corresponden a intervalos
de tiempo cuando la dirección de movimiento de la placa fue aproximadamente constante,
mientras que las cúspides a cambios abruptos en el movimiento de las placas fue
cambiando, lo anterior se puede observar en la Figura 30 donde se muestra la curva de
vagabundeo polar aparente para Norteamérica.
Los paleopolos fueron primeramente usados por J. Hospers (1954, 1955), quién usó
paleodirecciones de rocas cenozoicas y los paleopolos que calculó fueron situados muy
cerca del polo geográfico actual (Irving y Irving 1982). La primer APWP fue realizada por
Creer et al. (1954), hecha de una serie de paleopolos en una secuencia de tiempo
conectados mediante una línea dibujada a mano libre.
Van der Voo (1990) realizó una reconstrucción de mejor ajuste para construir una
APWP común para Norteamérica y Europa que sirve de alguna manera como referencia
para los análisis de los movimientos de los terrenos que son desplazados. En otras palabras,
él propuso que cuando los datos paleomagnéticos son seleccionados apropiadamente en
espacio y tiempo, de acuerdo a la confiabilidad paleomagnética, la resolución se incrementa
notablemente.
Van der Voo (1990) también propuso un índice de calidad de los polos de acuerdo a
7 criterios principales, para escoger los polos que son confiables y así utilizarlos para las
APWP:
1) Edad bien determinada de las rocas (de forma radiogénica y estratigráfica) y que
la magnetización sea de la misma edad.
2) Cantidad suficiente de muestras y precisión estadística. El número de muestras
usadas para determinar el polo debe ser mayor a 24, el parámetro de precisión K
(o k para el promedio de las direcciones promedio del sitio) debe ser mayor a 10
y el A95 (o α95) debe ser menor a 16.
3) Desmagnetización. Todas la muestras deben ser tratadas por técnicas de
desmagnetización por campos alternos, térmica y química, para poder
diferenciar la magnetización remanente característica.
4) Pruebas de campo. Estas pruebas incluyen la de pliegue, conglomerado y
contacto para establecer la edad de la magnetización de la roca.
5) Coherencia tectónica. Control estructural para la inclinación y rotación
tectónica, incluyendo la coherencia que existe con el cratón o bloque tectónico
involucrado.
6) Inversiones. La presencia de inversiones no asegura que la magnetización es
primaria, es una garantía que ha pasado suficiente tiempo durante el proceso de
adquisición de la magnetización.
7) No sospecha de remagnetización. Si esta presente en las muestras, no deben de
ser consideradas para análisis.
En su análisis Van der Voo (1990) tomó los paleopolos de Norteamérica y Europa
descartando a los de Groenlandia. Los paleopolos son clasificados dentro del índice de
calidad anteriormente explicado y son escogidos de afloramientos claves, considerando las
orogenias presentes en cada uno de los continentes. En otras palabras, considerando las
reconstrucciones continentales de manera global, en especial de la reconstrucción de
Bullard et al. (1965).
Los primeros datos paleomagnéticos del Jurásico fueron descritos por Collinson y
Runcorn (1960), estos fueron obtenidos de las formaciones Kayenta y Carmel sobre la
Meseta de Colorado (Colorado Plateau). El cálculo de los polos fue basado solamente en
las direcciones de la magnetización remanente natural (MRN) sin utilizar técnicas de
desmagnetización, por lo cual estas estimaciones fueron erróneas y pobres. Posteriormente,
estos autores construyeron la primera APWP que consistía de una trayectoria simple (track)
que consideraba a los polos de las Formaciones Chugwater y Moenkopi del Triásico
Temprano, al polo de la Formación Newark del Triásico Tardío y por último a los polos del
Jurásico de las Formaciones Kayenta y Carmel (Figura 31a; May y Butler, 1986).
Posteriormente, Irving (1964) concluyó que los polos calculados por Collinson y
Runcorn (1960) no eran confiables, y más tarde Park e Irving (1972) calcularon un polo
Jurásico (Figura 31b) que fue obtenido de un promedio de polos de varias localidades
como: la Serie de Magmas “White Mountains”, diabasa de la isla Anticosti, Intrusiones Isla
y la Formación Kayenta.
Figura 31. APWP para Norteamérica del Triásico Tardío al Jurásico. a) Collinson y Runcorn (1960); Trc,
Formación Chugwater del Triásico; Trm, Formación Moenkopi del Triásico; Trn, rocas del Grupo Newark del
Triásico; Jk, Formación Kayenta del Jurásico; Jc, Formación Carmel del Jurásico. b) Irving y Park (1972);
TR, Triásico; J, Jurásico; y K, polos promedio para el Cretácico con círculos de confianza A95. c) Harrison y
Lindh (1982). d) Irving y Irving (1982), las figuras 31c y 31d fueron construidas con la técnica de la ventana
deslizante y muestran las localizaciones del polo con círculos de confianza A95. Las edades se muestran en Ma
(May y Butler, 1986).
McElhinny (1973) incluyó solo dos paleopolos dentro de su polo promedio del
Jurásico, este polo obtenido fue usado para definir una trayectoria (track) desde el Triásico
al Cretácico. Los trabajos de Steiner y Helsey (1972, 1974, 1975), Smith (1976), Steiner
(1978), Smith y Noltimier (1979) mejoraron considerablemente el entendimiento de las
APWP del Jurásico, cuyas curvas no pasaban por el polo geográfico sino que pasaban a
través de un a banda de latitud de entre 60 y 70ºN en coordenadas presentes (Steiner, 1975)
considerando polos del Triásico al Cretácico. Más tarde, una segunda generación de APWP
(Irving, 1977, 1979; Van Alstine y de Boer, 1978; Harrison y Lindh, 1982; Irving y Irving,
1982) aproximaron más a detalle la anterior banda latitudinal (Figura 31c y d).
Gordon et al. (1984) analizaron polos del Carbonífero al Cretácico para construir la
APWP para Norteamérica. Ellos reconocieron una trayectoria mediante el análisis de 26
polos paleomagnéticos del Carbonífero al Triásico, una cúspide del Jurásico Temprano, una
segunda trayectoria del Jurásico al Cretácico Tardío considerando 13 polos
paleomagnéticos y por último una tercera trayectoria la cual no esta bien definida para el
Terciario. Fundamentada en una base de datos ligeramente diferente que también incluía un
nuevo polo de referencia del Jurásico Medio, Butler y May (1985), May y Butler (1986)
reconocieron la misma cúspide del Jurásico Temprano la cual nombraron como J1, además
fueron capaces de demostrar estadísticamente una segunda cúspide en el Jurásico Tardío
llamada J2. A diferencia de Gordon et al. (1984), estos autores encontraron tres trayectorias
bien definidas: trayectoria del Triásico-Jurásico (Tr-J), la del Jurásico Temprano-Tardío
(J1-J2) y por último la del Jurásico-Cretácico (J-K) (Figura 34). Ambas cúspides (J1 y J2)
se correlacionan temporalmente con eventos de deformación de placas e intra-placa, siendo
la J1 asociada al cambio en el movimiento absoluto de Norteamérica asociado al rifting del
Atlántico Central y del Golfo de México mientras que la J2 se correlaciona temporalmente
con la anomalía magnética marina M21 quién registra una reorganización de placas varios
eventos tectonomagmáticos de intra-placa de Norteamérica (May y Butler, 1986).
Figura 34. APWP revisada para Norteamérica. Las proyecciones muestran los polos de referencia más
confiables considerados por May y Butler, 1986. Los símbolos para los polos del Jurásico son W, Formación
Wingate; K, Formación Kayenta; NTI, Grupo Newark 1; NTII, Grupo Newark 2; CC, Corral Canyon; G,
Conglomerado Glance (Canelo Hills); LM, Formación Morrison Inferior; UM, Formación Morrison Superior.
Otros polos son RP, Formación Red Peak del Grupo Chuwater (dos polos); SB, Formación State Bridge; M,
Formación Moenkopi; MI, Estructura de impacto Manicougan; C, Formación Chinle; y KA; polo promedio
del Cretácico de Mankinen (1978). Las localizaciones del polo promedio están mostrados por círculos sólidos
y asociados a regiones a límites confianza A95. En el diagrama de la derecha se muestran las trayectorias y
cúspides de ésta APWP. (Modificada de May y Butler, 1986).
Como fue ilustrado por Gordon et al. (1984) y aplicado por May y Butler (1986), la
distancia angular a lo largo del círculo menor de mejor ajuste graficado en función de la
edad, refleja la velocidad angular de la placa asociada al PEP, este análisis puede ser
interpretado como una prueba del modelo del PEP de que no solo las placas sufren rotación
a lo largo de un polo de Euler fijo en algún periodo de tiempo haciéndolo de esta forma con
una velocidad angular cercanamente constante (Kent y May, 1987).
Figura 35. APWP para Norteamérica de 250-30 Ma (Modificada de Beck y Housen, 2003).
Gordon et al. (1984) encontraron que las velocidades angulares para Norteamérica
son muy similares a las calculadas por Schult y Gordon (1984) usando trayectorias de hot-
spots y datos de dispersión del piso oceánico. May y Butler (1986) también encontraron
que las trayectorias de la APWP del Jurásico Temprano al Tardío (J1-J2) y la del Jurásico
Tardío al Cretácico Medio (J2-K) se describen muy bien mediante velocidades angulares
(Kent y May, 1987). Tales resultados apoyan fuertemente la validez del modelo PEP
(Gordon et al., 1984) de que el modelo de mejor ajuste puede ser usado para generar polos
de referencia sintéticos para el uso en otros análisis como la comparación con datos de
terrenos sospechosos.
Los análisis realizados por el PEP (Gordon et al., 1984) (Figura 33) proveen una
lista de polos de referencia los cuales difieren significativamente de los generados por la
técnica de la ventana deslizante promedio (Irving y Irving, 1982) (Figura 33) en la cual la
selección es menos rigurosa, y considera que la mejor estimación del polo de referencia se
hace de una infinidad de datos (Kent y May, 1987).
Un aspecto relevante en el desarrollo de las APWP es la consideración de la tan
controversial rotación de la Meseta de Colorado (Colorado Plateau) con respecto a otras
partes de Norteamérica ya que muchos de los datos pertenecen a ésta área. Livaccari (1979)
y Hamilton (1981) basados en los patrones estructurales a escala regional, propusieron que
la Meseta de Colorado sufrió una rotación horaria (~4º) con respecto al cratón de
Norteamérica durante la Orogenia Laramide. De manera similar Bryan y Gordon (1985)
obtuvieron el mismo resultado considerando el método del PEP. Por otra parte Steiner
(1986) y Kent y Witte (1993) utilizando comparaciones polo-polo obtuvieron un valor de
10º. Molina-Garza et al. (1998a) propusieron una rotación de 7º. En un un estudio reciente
Hamilton (1988) incrementó su estimación anterior a 8º. La estimación de la rotación es
aun más compleja ya que varios autores (Molina-Garza et al., 1991; Hagstrum et al., 1994)
han sugerido también rotaciones horarias afuera de la Meseta de Colorado.
4.4.5 Discusión sobre los polos paleomagnéticos controversiales del Jurásico Medio-
Tardío
A raíz del trabajo de Van Fossen y Kent (1990) surgió una opinión en contra por
parte de Butler et al. (1992), quienes argumentan que los polos paleomagnéticos del
Jurásico Medio de Van Fossen y Kent (1990) son inexactos y mal fundamentados. Van
Fossen y Kent (1990) argumentan que el polo que determinaron en las rocas volcánicas de
Moat es muy confiable para el Jurásico Medio, mientras que Butler et al., (1992) dicen que
no es confiable.
La validez de los resultados jurásicos obtenidos de las rocas del sureste de Arizona
(Corral Canyon) y de las rocas de New Hampshire (rocas volcánicas Moat) (Butler et al.
1992; Van Fossen y Kent, 1990, 1992a; Figura 36), aún es controversial para considerarla
en la construcción de la APWP mesozoica para Norteamérica. Dichos paleopolos difieren
20° entre sí y ambos son considerados de 170 Ma, Por lo tanto no pueden ser
representativos del campo de tiempo del Jurásico Medio de Norteamérica (Van der Voo,
1992).
Esta controversia es causada parcialmente por el método empleado en la
construcción de las APWP (Van der Voo, 1992; Hagstrum, 1993). Los paleopolos de las
rocas Corral Canyon y Moat Volcanics no se ajustan con los modelos de Gordon et al.
(1984), ni con el de May y Butler, (1986) (Figura 35). En vez de ello se ajustan a una
APWP sinuoso e irregular.
Figura 36. Controversia del polo de referencia del Jurásico Medio para Norteamérica ilustrando la
discordancia entre los dos polos de referencia publicados [Polo de “White Mountains” de Opdyke y Wensink
(1966) y el polo de “Corral Canyon” de May et al. (1986)], ambos son nominalmente del Jurásico Medio pero
están separados 24º de distancia de arco y por último se tiene el Polo de “Moat Volcanics” de Van Fossen y
Kent (1990). Este problema contribuye a diferentes versiones de la APWP del Jurásico [línea negra sólida,
Irving y Irving (1982); línea gris tenue, Gordon et al. (1984); línea punteada, May y Butler, 1986)]. Los
círculos rellenos representan los polos de referencia del Jurásico para Norteamérica usados por May y Butler:
W, polo Wingate (Reeve, 1975); K, polo Kayenta (Steiner y Helsley, 1974); N1 y N2, polos Newark 1 y 2,
respectivamente (Smith y Noltimier, 1979); G, polo Conglomerado Glance (Kluth et al., 1982; LM2 y UM2,
polos de la Formación Morrison Inferior y Superior usando los datos seleccionados (Steiner y Helsley, 1975).
Otros polos (círculos abiertos): KA, promedio del Cretácico Medio (Mankinen, 1978); As, Mount Ascutney
(Opdyke y Wensink, 1966); Ab y Ag, plutones Triásicos de Abbott y Agamentiscus, respectivamente (Wu y
Van der Voo, 1988). (Van Fossen y Kent, 1990).
Van der Voo (1992) realizó un intento por resolver la controversia, con base en las
localizaciones de los paleopolos de 150 y 170 Ma determinados a partir de datos obtenidos
en España, Italia, Andes de Chile, etc. que posteriormente fueron rotados con parámetros
apropiados para dar las intersecciones en sitio en coordenadas de Norteamérica. La mejor
estimación del paleopolo para el Jurásico Medio más tardío (Caloviano Temprano) y está
localizado a 70°N, 135°E y para el Jurásico Tardío (Kimmerdgiano) está en 70°N, 155°E.
La APWP resultante del Jurásico-Cretácico Temprano sigue una trayectoria paralela en la
latitud 70°.
En la figura 37b, se muestra el caso en donde ocurre una rotación en el eje vertical
dentro del bloque cortical, sin haber un movimiento latitudinal significativo. Originalmente
la declinación esperada del bloque cortical indicará hacia el polo paleomagnético PP,
después de proceder una rotación con un valor angular (R) sobre un eje vertical se obtendrá
una declinación radicalmente distinta diferente.
Otra forma de visualizar los movimientos de las placas litosféricas es mediante las
rotaciones considerando el polo de Euler (Cox y Hart, 1986). El principio de éste método es
describir el movimiento de un bloque cortical por medio de una rotación considerando un
polo que se encuentra afuera de los límites del bloque. En la figura 37c se muestra lo
anterior donde un bloque cortical es rotado por un ángulo Ω con el punto de rotación. La
rotación produce que el bloque tenga un movimiento latitudinal (distancia angular = p) y
una rotación en el eje vertical (ángulo = R), aplanamiento (flattening) y rotación de la
declinación, respectivamente.
Existen dos métodos básicos para el análisis tanto de rotaciones en el eje vertical
como movimientos latitudinales de direcciones paleomagnéticas (Beck, 1976, 1980;
Demarest, 1983; Beck et al. (1986): a) aproximación dirección-espacio y b) aproximación
polo-espacio.
Figura 38. Aproximaciones dirección espacio a), y polo-espacio b). (Butler, 1998).
Un aplanamiento positivo de la inclinación F ± ∆F, indica un movimiento hacia el
polo paleomagnético. Aunque, la cantidad de movimiento indirectamente esta dado por el
ángulo F debido a que la inclinación esta relacionada a la paleolatitud a través de la
ecuación del dipolo. Pero un transporte del polo positivo, p ± ∆p, es una medida directa del
movimiento hacia el polo de referencia. Comúnmente se usa más el acercamiento polo-
espacio para determinar el transporte hacia el polo, p ± ∆p, en los análisis de movimientos
paleolatitudinales. Para las rotaciones tectónicas en el eje vertical, la cantidad de rotación
del eje vertical, R ± ∆R, puede ser determinada ya sea por cualquiera de los dos
acercamientos métodos descritos.
4.6.2 Magnetoestratigrafía.
Las mejores rocas sedimentarias para el muestreo son lutita, limolita y arenisca de
gran muy fino, esto es debido a que los granos magnéticos son mucho más finos que en los
conglomerados y areniscas gruesas y esto facilita la orientación con el campo magnético
durante la acumulación, de esta manera aumenta la posibilidad de tener una señal
paleomagnética confiable (Reynolds, 1999).
Para poder evaluar los datos paleomagnéticos de los sitios muestreados se grafican
las latitudes de los polos virtuales geomagnéticos de dichos sitios contra el nivel
estratigráfico en el cual fueron recolectados dentro de la secuencia estratigráfica, donde las
regiones negras representan las polaridades magnéticas normales y las blancas las
polaridades inversas del campo magnético (Figura 39; Reynolds, 1999).
Figura 39. Muestreo magnetoestratigráfico de una columna estratigráfica (a la izquierda) en metros, esta
produce los resultados de la columna del centro que es una gráfica considerando el nivel estratigráfico vs la
latitud del PGV. (Reynolds, 1999).
Debido a que la polaridad de un estrato puede ser normal o inversa, las variaciones
de la velocidad en la cual el sedimento fue acumulado puede causar que el espesor de una
zona de polaridad dada varíe de un lugar a otro, esto causa un problema para diferenciar la
zonación magnética entre diferentes secciones estratigráficas. Para evitar este problema y
confusiones se sugiere que se obtenga al menos una edad isotópica (o edad basada en un
dato paleontológico) sea determinada en la sección estratigráfica. De esta manera, la
columna magnetoestratigráfica local se puede correlacionar con la escala de tiempo de
polaridad geomagnética global (Figura 40; Cande y Kent, 1995).
Figura 40. Correlación de la columna paleomagnética local de la Figura 39, con la escala de tiempo de
polaridad geomagnética global. Esta correlación sugiere que las rocas fueron depositadas hace 8.2 y 1.7 Ma.
4.7 ORIGEN DEL MAGNETISMO DE LAS CAPAS ROJAS
En los últimos años se ha incrementado la discusión acerca de las capas rojas, en
cuanto al tiempo de adquisición de la remanencia y origen de la hematita (el principal
mineral magnético presente en las capas rojas), es por ello que diversas investigaciones han
sido realizadas para resolver esta controversia, la cual aun no tiene una solución
satisfactoria.
Las capas rojas generalmente son el tipo de roca sedimentaria más fuertemente
magnetizadas, teniendo intensidades de su MRN de ≥ 10-5 G ó 10-2 A/m (Butler, 1998). Por
este motivo son usadas ampliamente en los estudios paleomagnéticos (Walker et al., 1981).
La remanencia de éstas capas rojas refleja cercanamente al campo geomagnético en el
tiempo de la depositación y puede proveer además, direcciones medias del campo para el
uso en los cálculos de paleopolos y un registro detallado de eventos tales como variación
secular y polaridades inversas (Helsley, 1969; Helsley y Steiner, 1974; Khramov, 1967;
Van Den Ende, 1970).
Los dos puntos extremos por los cuales la controversia de las capas rojas esta en
discusión son:
1) Por una parte, algunos investigadores (Elston y Purucker, 1979) dicen que las
componentes de alta estabilidad de la MRN en las capas rojas se deben a
hematita especular detrítica que es magnetizada por procesos MRD durante el
depósito). A partir de esto se asume que la adquisición de ésta remanencia en las
capas rojas fue contemporánea al tiempo de depositación, es por ello que se
pueden analizar con un grado alto de confiabilidad los registros de variación
secular (Baag y Helsley, 1974), transiciones de polaridad geomagnética
(Herrero-Bervera y Helsley, 1983; Shive et al., 1984). Por último, las secuencias
de polaridad inversa que pueden ser usadas para establecer líneas de tiempo para
correlaciones locales y a gran escala, además de relaciones cronológicas entre
facies sedimentarias. A esto se le conoce como “magnetoestratigrafía de capas
rojas” (Helsley, 1969; Helsley y Steiner; 1974; Shoemaker et al., 1973;
Shoemaker y Purucker, 1974; Steiner y Helsley, 1974; Turner y Ixer, 1977;
Elston y Purucker, 1979).
2) Por el contrario, otros proponen componentes múltiples de MRQ son adquiridas
en largos intervalos de tiempo durante la diagénesis y después de la depositación
de las capas rojas (Chamalaun y Creer, 1964; Alkhafaji y Vincenz; 1971; Roy y
Park, 1972; Steiner y Helsley, 1972; McGlynn et al., 1974; Hoblitt et al. 1974;
Larson y Walker, 1975; Turner y Archer, 1975; Johnson, 1976; Turner, 1979,
1980; Walker et al., 1981; Larson et al., 1982), en lapsos que van desde 10 Ma
(Butler, 1998) hasta 35 Ma (Beck y Housen., 2003). Si esto es cierto, no se
pueden realizar estudios de variación secular ni estudios de transiciones de
polaridad geomagnética (Butler, 1998) en las capas rojas.
Otro estudio similar realizado también en rocas plegadas del Cretácico Inferior
cerca de Torreón, fue realizado por Nowicki et al. (1993), tres de cuatro sitios analizados
tienen remanencias que fueron adquiridas durante el plegamiento Laramídico. El sitio
restante la adquirió después del plegamiento. Estos sitios han sufrido rotaciones locales
después de adquirir su magnetización. Se concluye que sufrieron una rotación antihoraria
(10-15º) después del Eoceno con respecto al resto de Norteamérica. En un estudio realizado
por Clement et al. (2000) se encontró que rocas del Cretácico Medio en algunas localidades
de Nuevo León tienen magnetizaciones anteriores al plegamiento de la Orogenia Laramide.
En cuanto a las rocas jurásicas, Nairn, (1976) analizó algunas capas rojas
(Formación Huizachal y Formación Nazas) y en rocas del Cretácico Superior (Grupo
Difunta). Un resultado importante de este estudio que tiene que ver en la interpretación de
los polos del Jurásico de algunas unidades estratigráficas de esta tesis. Las direcciones
paleomagnéticas obtenidas por Nairn, (1976) de dec=330.4º e inc=28.9° en la localidad la
Murella (Formación Huizachal) del Jurásico? y las de esta tesis (que en el siguiente capítulo
se discutirán) tienen similitudes, lo que podría deberse a que estas unidades sean las
mismas ya que se encuentran relativamente cercanas una de las otras. Hay que señalar que
el resultado de Nairn (1976) de la Formación Huizachal fue obtenido de muy pocas
muestras y es por ello que no se puede considerar en sentido estricto confiable para hacer
interpretaciones tectónicas regionales.
Figura 41. A. Falla de desplazamiento lateral planar. B. Movimiento de desplazamiento lateral a lo largo de
fallas curveadas de manera irregular produciendo huecos en los releasing bends y apilamiento en los
restraining bends (Crowell, 1974).
b)
Figura 42. a) Restraining bend con un dúplex compresional (Twiss y Moores, 1992). b) Dúplex extensional
en los releasing bends (Twiss y Moores, 1992).
Ron (1987) propuso un modelo geométrico simple que muestra que el margen de
placa a lo largo de un segmento de “restraining bend” en un límite de placa transforme
puede ser deformado para acomodar el traslape de la corteza. Este modelo predice tanto el
ancho máximo de la zona deformada y la magnitud de la deformación cuando la geometría
general del margen de placa es conocida, así como también el vector de deslizamiento de
placa y la cantidad de desplazamiento acumulativo.
Figura 43. Vistas de mapa de bloques rotados y estructura dominó (Woodcock y Schubert, 1994).
Las direcciones promedio de cada uno de los sitios fueron calculadas usando la
estadística de Fisher (1953) y se presentan graficadas en redes estereográficas en el
hemisferio inferior. Algunos de los problemas encontrados y por lo que algunas muestras
fueron excluidas incluyen destrucción de las muestras durante la desmagnetización, un
número insuficiente de muestras por sitio para calcular una dirección media confiable y, en
pocos casos, comportamiento inestable.
Tabla 2. Resumen de los resultados paleomagnéticos obtenidos en muestras del VSM. Direcciones
promedio de cada formación (corregida estructuralmente).
Formación n D I k α95
FSM (alta temp.) 35 355.5º 43.5º 10.8 8.2º
FSM (baja temp.) 33 11.1º 44.1º 12.8 7.3º
TCP 14 342.3º 39.6º 13.7 11.9º
FSG(I) 7 49º 5.7º 101.4 8.6º
FSG(II) 18 334.6º 25.1º 11.4 12.5º
CLP (alta temp.) 19 86.4º -4.2º 130.9 6.7º
CLP (baja temp.) 18 65.2º 5.4º 36.2 12.9º
Prom. TCP y FSGII 32 338.45º 32.35º 12.55 12.2º
n: es el número de muestras utilizadas; D y I son la declinación e inclinación, respectivamente; k es el
parámetro de precisión de Fisher, α95 es el radio del intervalo de confianza alrededor de la media.
Las rocas de esta unidad tienen una intensidad de la MRN relativamente baja, de 10-
4
A/m para el sitio TCP14, y de 10-2-10-3 A/m para el sitio TCP15. Al igual que en la
formación anterior se reconocen principalmente dos componentes de magnetización (Figura
45). La componente con temperatura de desbloqueo baja tiene una dirección hacia el
noroeste con una inclinación moderadamente positiva y es removida principalmente a los
300-450ºC (Figura 45b) y/o ~20mT (Figura 45a). La componente característica de
temperatura alta está entre 580-660ºC (Figura 45a-b) y es de alta coercitividad
(probablemente reside en hematita) y se dirige hacia el noroeste con una inclinación similar
a la componente anterior. Se utilizaron las trayectorias de círculos mayores para obtener la
componente característica (Figura 45c). Se encontraron algunas muestras con polaridad
inversa (Figura 45d) dentro del sitio TCP15. La mayoría de las muestras de estas capas
fueron utilizadas incluyendo las polaridades inversas, produciendo una dirección media
característica corregida estructuralmente de D=342.3º, I=39.6º (N=14 muestras, k=13.7,
α95=11.9º; Tabla 2).
Figura 45. (a,b,d,) Diagramas de desmagnetización ortogonales de muestras representativas de las Capas
Tanque Cuatro Palmas. La Figura 45c ilustra un ejemplo de una trayectoria de desmagnetización de un círculo
mayor de la muestra TCP15E(y) y por último la Figura 45e es una proyección estereográfica mostrando las
direcciones de las muestras obtenidas (in situ) de las Capas Tanque Cuatro Palmas. Los simbolos son iguales
a los de la Figura 44.
Estas capas se muestrearon en dos localidades diferentes dentro del VSM al pie de
la Sierra El Granizo. En una localidad se muestreó debido a la importancia que tiene la
FSM al cambiar de rumbo y en la otra localidad debido a que se encuentra en un segmento
de la FSM que presenta un rumbo constante y de esta manera compararlas para determinar
si fueron afectadas de igual manera.
Primera Localidad
Segunda Localidad
Aquí se muestrearon cuatro sitios, el 60% de las muestras fueron utilizadas para los
cálculos finales. La magnetización es principalmente univectorial (Figura 47) y es de una
intensidad muy variable de 10-3-10-1 A/m. La componente tiene una dirección al noroeste
(335.9º) y su inclinación positiva es de baja a moderada (45º) ocupando hasta 655ºC
(Figura 47a) con temperaturas de desbloqueo distribuidas. Una gran cantidad de muestras
están afectadas por rayos (MRI) (Figura 47b). Para definir la dirección media, trayectorias
de círculos mayores fueron utilizadas, combinadas con direcciones estables (Figura 47c).
La dirección media característica corregida estructuralmente es de D=334.6º, I=25.1º (N=18
muestras, k=11.4, α95=12.5; Tabla 2).
Figura 46. b,c) Diagramas de desmagnetización ortogonales de muestras representativas de las Capas Sierra
El Granizo (I). 46c y d (muestra FSG18D (z) y FSG18D (y)) estan afectada por rayos. La Figura 46a ilustra
un ejemplo de una trayectoria de desmagnetización de un círculo mayor de la muestra FSG16F (z) y por
último la Figura 46e es una proyección estereográfica mostrando las direcciones de las muestras obtenidas (in
situ) de las Capas Sierra El Granizo (1º). Los símbolos son iguales a los de la Figura 44.
Figura 47. (a) Diagrama de desmagnetización ortogonal de una muestra representativa de las Capas Sierra El
Granizo (II). En el diagrama ortogonal 47b se muestra una muestra con la componente de baja coercitividad y
esta probablemente afectada por rayos (MRI). La Figura 47c ilustra un ejemplo de una trayectoria de
desmagnetización de un círculo mayor de la muestra FSG26A (z) y por último la Figura 47d es una
proyección estereográfica mostrando las direcciones de las muestras obtenidas (in situ) de las Capas Sierra El
Granizo (I). Los símbolos son iguales a los de la Figura 44.
Figura 48. (a-c) Diagramas de desmagnetización ortogonales de muestras representativas de las Capas Las
Palomas (componentes de alta y baja temperatura) (Arvizu-Gutiérrez, 2003). La Figura 48a en particular
ilustra un ejemplo de una muestra afectada por rayos (MRI) debido a que decrece muy rápido en los primeros
campos de la secuencia y por último la Figura 48d es una proyección estereográfica mostrando las direcciones
de las muestras obtenidas (in situ) de las Capas Las Palomas (I). Los simbolos son iguales a los de la Figura
44.
5.2 CONCORDANCIAS Y DISCORDANCIAS PALEOMAGNÉTICAS
Para evaluar los resultados de las mediciones paleomagnéticas de los sitios
obtenidos, las direcciones medias fueron comparadas con las direcciones esperadas (Tabla
3) calculadas a partir de polos de referencia del cratón de Norteamérica. Se utiliza el polo
de referencia del Cretácico (Van Fossen y Kent, 1992), que cubre el periodo de 125-88 Ma,
derivado de un promedio de polos para este tiempo para comparar con la Formación San
Marcos. El polo de referencia para el Jurásico Tardío es obtenido de la Formación Morrison
Inferior y Superior corregidas por la rotación de la Meseta de Colorado considerando 3.8º
(May y Butler, 1986) y 10.5º (Beck y Housen, 2003) esta parte de la formación se compara
con las Capas Tanque Cuatro Palmas del Titoniano ya que es la única unidad con fósiles
con valor bioestratigráfico (amonites) dentro del VSM. Las Capas Sierra El Granizo se
comparan con la Formación Morrison Inferior por simple posición estratigráfica. Por
último, las Capas Las Palomas se comparan con polos de referencia del Jurásico, pero
también con la Serie Acatita del Triásico Tardío y con la Formación Nazas del Triásico-
Jurásico. Estas unidades están en el bloque de Coahuila y el sector transversal de la Sierra
Madre Oriental, respectivamente. La rotación (R) y el aplanamiento (F) fueron calculadas
por el método de Beck (1980) y Demarest (1983). La Tabla 4 muestra los datos de latitud y
longitud de los polos obtenidos y de las direcciones esperadas de las unidades
estratigráficas del VSM.
Tabla 4. Polos paleomagnéticos obtenidos del VSM con sus respectivas direcciones observadas.
Por otra parte, la segunda localidad se encuentra más hacia el oeste, en donde la
falla tiene curvatura importante. Aquí no existe una discordancia paleomagnética
significativa; la rotación registrada considerando también las dos rotaciones del CP de 3.8°
y 10.5° comparando con la dirección esperada para el Jurásico Tardío Temprano
(Formación Morrison Inferior) dan rotaciones de 4.2°±13.5° y de 10.8°±13.9°,
respectivamente (Figura 52; Tabla 5). El aplanamiento de la inclinación es insignificante
(Tabla 5). Vemos que esta misma unidad en la localidad anterior es muy diferente, esta
última prácticamente no tiene discordancias importantes lo que puede deberse a que en la
primera localidad fue afectada de manera local por la deformación compleja en la zona
cercana a la FSM.
Figura 51. Proyección estereográfica (hemisferio inferior) de la dirección media de la componente
característica de las Capas Sierra El Granizo (I) tanto in situ (círculo) y corregida (estrella) comparada con la
dirección media de referencia (diamante y cruz) de la Formación Morrison Inferior del Jurásico Superior
(Kimmerdgiano) de Steiner y Helsley (1975) considerando la rotación de 3.8° (diamante) y 10.5° (cruz) de la
Meseta de Colorado (CP). Los óvalos pequeños son las áreas de confianza del 95% de la media. Se muestra
además las estadísticas de Fisher (1953) y los parámetros de rotación y aplanamiento de Beck (1980) y
Demarest (1983).
Los datos de estas capas son prácticamente retomados del trabajo anterior de
Arvizu-Gutiérrez (2003) ya que como se mencionó antes los 5 sitios muestreados en este
trabajo dan datos erróneos por estar afectadas por rayos (Figura 48a). Se distinguieron dos
componentes tanto de alta como de baja temperatura. La componente de alta temperatura
fue comparada con la dirección esperada para el Jurásico Tardío usando el polo de
referencia de Norteamérica dando como resultado una rotación horaria significante de
90.3°±12.6° y 95.6°±11.4°, respectivamente (Figura 53, Tabla 5), aquí la inclinación es
significativamente importante al igual que la segunda localidad de las Capas Sierra El
Granizo. Por otra parte, datos paleomagnéticos de la Serie Acatita (Triásico Tardío) y de la
Formación Nazas (Jurásico) sugieren que la rotación no es regional. La componente de baja
temperatura es solo significativamente discordante en cuanto a la rotación (Tabla 4) siendo
de menor magnitud comparada con la de alta temperatura. En el trabajo anterior Arvizu-
Gutiérrez (2003) consideró que la rotación horaria local de estas capas se debía a la zona de
doblez de falla (aparente restraining bend), considerando los análisis paleomagnéticos
anteriormente explicados se llega a que la rotación es un poco más regional dentro del
VSM, esto se discutirá más en detalle en la interpretación y discusión.
De esta forma, la correlación preferida (Figura 57) permite acotar la edad de manera
más precisa de esta parte de la sección. Asimismo, los crones de polaridad inversa M1r y
M0r tienen una edad de 124 Ma y 121 Ma (Ogg, 1995), respectivamente. Con lo anterior,
podemos calcular la tasa de sedimentación de la Formación San Marcos durante la primera
reactivación de la FSM en el Cretácico Temprano, siendo de aproximadamente 19 m/Ma ó
0.019 mm/año. Cabe señalarse que ésta interpretación no es única y el intervalo de
polaridad normal muestreado podría corresponder al Aptiano en cuyo caso la tasa de
acumulación sería de 9.82 m/Ma ó 0.00982 mm/año. Estudios adicionales podrán evaluar
interpretaciones alternativas, pero dada la edad bioestratigráfica aceptada para la Formación
Cupido pensamos que la correlación obtenida es correcta, sobre todo considerando que la
inundación de los bordes del bloque Coahuila por la Formación Cupido se registra de forma
diacrónica (cf. Figura 9 de Lehmann et al., 1999). La correlación obtenida con la escala
magnética de polaridad global significa que durante el depósito de la Formación San
Marcos sugiere que la parte alta de la Formación San Marcos en la zona de estudio es del
Aptiano Medio y que existe un hiatus importante entre esta unidad y las Capas Tanque
Cuatro Palmas. La correlación también sugiere que hubo una tasa de sedimentación muy
baja en comparación a las que existen para ambientes extensionales y de tectónica activa
típicos. Se concluye que la depositación de la Formación San Marcos se debió
principalmente a una subsidencia diferencial entre el Bloque de Coahuila y la Cuenca de
Sabinas durante el Cretácico Temprano, producto de los ajustes isostáticos en ese tiempo
que resultó en reactivación de la falla, como se puede observar en la localidad del Potrero
Colorado hacia el noroeste del Valle San Marcos por donde también aflora la Falla San
Marcos (González-Naranjo, 2006).
Figura 57. Columna estratigráfica esquemática de parte de la Formación San Marcos donde se indica la
ubicación de los sitios paleomagnéticos. A la derecha se colocó la Escala de Polaridad Magnética de
Berriasiano y Aptiano (Cretácico Inferior) además de los crones de polaridad y por último los crones de
polaridad inversa encontrados de M1r y M0r que se ubican en los 124 y 121 Ma, respectivamente (Ogg,
1995).
CAPÍTULO VI
INTERPRETACIÓN Y DISCUSIÓN
Con base en los datos paleomagnéticos obtenidos y a concordancias y discordancias
respecto a los paleopolos esperados para cada unidad litoestratigráfica se discute dos
modelos tectónicos que mejor expliquen los resultados paleomagnéticos del valle de San
Marcos apoyados con lo dicho por Arvizu-Gutiérrez (2003) y con algunos datos
estructurales obtenidos en colaboración con varios autores dentro del artículo de Chávez-
Cabello et al. (2005), donde el autor de la tesis colaboró activamente.
Figura 58. Curva de vagabundeo polar aparente para Norteamérica con los polos de referencia utlizados para
compararlos con los polos obtenidos del VSM (Modificada de Van der Voo, 1992; Arvizu-Gutiérrez, 2003).
Para las unidades [Formación San Marcos; Capas Tanque Cuatro Palmas; y Capas
Sierra el Granizo (II)] en la parte norte del valle y en las faldas de la Sierra El Granizo los
datos paleomagnéticos indican una rotación horaria pequeña, de 5 a 15º, con inclinaciones
esencialmente idénticas a la esperada.
Modelo 1: Este modelo retoma la idea de que los pliegues locales (Capas Las
Palomas) presentes en la zona aparente de “restraining bend” fueron generados durante la
instauración de la FSM. Así, durante el Jurásico Tardío se propone una rotación horaria de
30º (60º menos que lo que se propuso por Arvizu-Gutiérrez, 2003) debido al curvamiento
siendo aparentemente de una cinemática izquierda, adquiriendo la magnetización en este
tiempo con una inclinación somera (Figura 60a). Posteriormente, durante la primera
reactivación de la FSM, el bloque norte (Cinturón Plegado de Coahuila) bajó con respecto
al BC estos pliegues se bascularon sin sufrir rotaciones significantes en el eje vertical
(Figura 60b). Esto explicaría las bajas inclinaciones observadas en las capas Las Palomas y
el Granizo. Durante la segunda reactivación dentro de la Orogenia Laramide (Cretácico
Tardío-Terciario) el bloque norte se levantó con respecto al BC de esta manera rotó el
estado de esfuerzos compresivos provocando la rotación en el eje vertical (rotación final de
~90°) y el posterior levantamiento de los pliegues a su posición actual. Además en la parte
noroeste del VSM existe un levantamiento asimétrico de un bloque de basamento en donde
el campo de esfuerzos giró de forma horaria con la compresión Laramide (Figura 60c). Esto
implicaría que el movimiento relativo entre la Sierra el Granizo y el bloque al norte de la
FSM es la principal causa de la curvatura aparente en la falla y de la rotación horaria.
Modelo 2: A diferencia del modelo anterior este propone que la FSM se instauró
con una cinemática de carácter normal durante el Jurásico Tardío prosiguiendo hasta el
Cretácico Temprano (Figura 61a). Durante la Orogenia Laramide se reactivó la falla normal
lístrica generando una serie de bloques cabalgados y plegados que podrían haber generado
los pliegues anticlinales de las Capas Las Palomas del Jurásico Superior (Arvizu-Gutiérrez,
2003; Figura 61b). Un caso parecido a este modelo se presenta en el suroeste de Estados
Unidos donde ocurrieron levantamientos laramídicos reactivándose de anteriores fallas
normales debido al acortamiento horizontal de la placa convergente (Farallón) (Bump,
2003). En otras palabras este modelo se genera debido a la interrelación que existe entre el
patrón de fallas antiguas (normales) y las nuevas condiciones de esfuerzos tectónicos
durante la Orogenia Laramide.
Figura 59. a) Esquema general del VSM mostrando las relaciones estratigráficas antes de la deformación
Laramide (Cretácico Tardío), asi como el truncamiento de las unidades estratigráficas del Jurásico Tardío (Jt)
y Cretácico Temprano (K-temp.). b) Etapa de la primera fase de deformación por cizalla y deslizamiento
flexural de la Orogenia Laramide donde se puede observar los pliegues por despegue (thin-skinned). c)
Sección esquemática idealizada del VSM mostrando la relación de cortes entre los pliegues por doblez de
falla y los generados en la segunda etapa de la Orogenia Laramide donde incluye la reactivación de las fallas
de basamento (thick-skinned), también se puede observar un pliegue tipo “drape” típicos de la reactivación de
fallas de basamento (Modificada de Chávez-Cabello, 2005).
Figura 60. Modelo 1 geológico esquemático para explicar la evolución del VSM en términos de rotaciones
tectónicas. a) Instauración de la FSM durante el Jurásico Tardío (Jt) con una aparente cinemática lateral
izquierda esto dió como resultado la formación de los pliegues en la zona aparente de restraining bend. b)
Primera reactivación de la FSM durante el Cretácico Temprano (Ktemp.) con una carácter normal de la FSM
sin rotaciones en el eje vertical y c) Segunda reactivación de la FSM durante el Cretácico Tardío-Terciario
donde se tiene una inversión tectónica positiva y un cambio de orientación del tensor de esfuerzos, lo que
generó la rotación horaria de la zona aparente de restraining bend asi como del bloque norte de la falla, cabe
hacer notar que en la parte noroeste del VSM existió durante ese tiempo una reactivación y posterior
levantamiento que genera la rotación un poco mas ligera que la anterior. Dx y Do son la declinación esperada y
observada, respectivamente.
Figura 61. Modelo 2 geológico esquemático para explicar la evolución del VSM en términos de rotaciones
tectónicas. a) Durante el Jurásico Tardío (Jt) y Cretácico Temprano (Ktemp.) la cinemática de la FSM fue de
carácter normal donde existió un fallamiento lístrico extensional, sin generación de pliegues. b) Durante la
segunda reactivación tenemos la inversión tectónica en el Cretácico Tardío-Terciario que da el inicio de la
formación de los pliegues debido al levantamiento irregular de los bloques de fallas de este modo tenemos la
rotación horaria del bloque norte en mayor magnitud en la zona de restraining bend que hacia el NW del
VSM. Dx y Do son la declinación esperada y observada, respectivamente.
Distinguir entre estos modelos no es fácil con los datos disponibles. Sin embargo,
notamos que la inclinación corregida estructuralmente para las capas Palomas y las capas
Granizo (I), es decir los resultados discordantes, no son consistentes con la inclinación
esperada para el Jurásico Tardío; las inclinaciones son muy someras por algo así como 15°-
20°. Además, la inclinación in situ de la magnetización observada en la capas Granizo 2
(34.4+/- 8.2) es cercana a la inclinación esperada para el Terciario (~43°). Si la
magnetización es primaria, además de una rotación respecto a un eje vertical se requiere
una rotación respecto a un eje horizontal para explicar la discordancia. Esa rotación debería
manifestarse en la actitud de las capas, pero no es evidente. La explicación más probable de
las inclinaciones bajas es que la magnetización en las capas Palomas y Granizo es de origen
secundario, posterior al plegamiento local. Esto implica que la rotación ocurrió
principalmente durante la orogenia Laramide y favorece el Modelo 2.
CONCLUSIONES
Los resultados paleomagnéticos de los sitios estudiados de cada una de las
formaciones muestreadas contienen principalmente dos componentes de magnetización
(primaria y secundaria). Todas las formaciones están afectadas por una rotación horaria
pero de menos magnitud en los sitios de muestreo que se encuentran afuera de una zona de
curvamiento de la Falla San Marcos en el Valle San Marcos. Las rotaciones varían entre un
máximo de ~69-95º y un mínimo ~4-30º.
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