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Lambert, W. 2008. “Mesopotamian Creation Stories.” En M. Geller y M. Schipper (eds.), Imagining Creation.
Brill: Leiden-Boston, pp. 15-59.
Para circulación interna en el Seminario Historia y Literatura en la Mesopotamia Antigua. Escuela de Historia.
Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Nacional de Córdoba.
Traducción: Andrea Seri, 2017.
La creación como concepto requiere de alguna amplificación. En el pensamiento occidental moderno se usa en
general sin una definición clara, pero de hecho está influenciada por la traducción común del Génesis 1:1:
Esto no es diferente a una versión antigua del “big bang” de los científicos modernos: un gran evento
primordial que dio comienzo a las cosas. Pero en realidad es una traducción errónea, como lo anunció el gran
académico medieval Rashi (1040-1105 d.C.). La traducción correcta puede tomarse de The Torah: The Five
Books of Moses – A New Translation of The Holy Scriptures according to the Masoretic Text. First Section
(Philadelphia, 1962) de La Sociedad de Publicaciones Judías de América:
Cuando Dios comenzó a crear el cielo y la tierra –la tierra era uniforme y vacía, con oscuridad sobre la superficie
de lo profundo y un viento de Dios extendiéndose sobre el agua – Dios dijo, “Que haya luz”; y hubo luz.
Que esta es la traducción correcta puede verse a partir de (entre otras cosas) el final de su narrativa de seis días
de creación seguidos de uno de descanso:
Aquí, entonces, la creación no es un “big bang” sino una serie de actos en secuencia que comienzan desde la
tierra y el agua (“lo profundo”), cuyos orígenes no se buscan ni se explican. La traducción tradicional de
Génesis 1:1 invita a la idea de una creatio ex nihilo (“creación de la nada”), pero esa es una especulación
teológica tardía, y no el sentido del autor de Génesis 1.
En este respecto Génesis concuerda con el trasfondo del Cercano Oriente antiguo donde la creación (para
usar un término moderno) es sobre (p. 15) procesos por los cuales el universo que conocemos alcanzó su
forma presente, sin intentos de hurgar en la pregunta sobre los orígenes últimos.
Hay diferencias, por supuesto. El Génesis con su monoteísmo tiene un término técnico para los actos
creadores de Dios (bārāʾ), que no se usa para la actividad humana; en tanto sumerios y babilónicos no tenían
un término similar, y usaban palabras comunes con aplicaciones humanas tales como “construir” y “hacer.” Y
los relatos politeístas de la creación presentan por lo general narrativas de las locuras y los errores de los
dioses que el mundo moderno no puede tomar con seriedad como la base de creencias personales, en tanto la
dignidad de Génesis 1 impactó tanto en el antiguo crítico literario pagano, Longino, o Dionisio (o Dionisio
Longino), c. 100 E.C., que lo citó con gran aprobación en su tratado Sobre lo Sublime 9, 9.
Mientras los relatos hebreos sobre la creación han llegado a nosotros a través de los milenios de tradición
escrita en una forma establecida, la literatura de la antigua Mesopotamia con ese contenido estaba
prácticamente perdida con el pasar de los siglos. Muy poco, a veces confuso, sobrevivió en los escritores
griegos que se han preservado en el mundo moderno. Pero para el material antiguo dependemos de tablillas
cuneiformes que se han excavado en Mesopotamia desde principios del siglo XIX E.C. Muy poco de esta clase
de literatura se ha recuperado de Palestina, Siria, Anatolia y otras partes del Cercano Oriente. Los textos
relevantes en arcilla vienen de los sumerios y los babilónicos y varían en fecha desde c. 2500-300 a.E.C. Casi
nada similar ha venido de los asirios, aunque sus escribas c. 1300 – 600 aEC fueran responsables de copiar
textos babilónicos en tablillas que en parte han sido recuperadas en el mundo moderno. Como han sido
recuperadas, estas tablillas rara vez están completas, en su mayoría sobreviven sólo fragmentos. Sin embargo,
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en varios períodos, y especialmente después del 1000 aEC, muchos de estos textos se establecieron como
clásicos en sus respectivos mundos de manera que existían múltiples copias, y los estudiosos del cuneiforme
reúnen textos completos de piezas rotas, en la medida de lo posible.
Es, por supuesto, una desventaja tener en muchos casos sólo textos parcialmente conservados, pero
comparados con otros textos que han llegado hasta nosotros completos gracias a una larga tradición de copias
existe una ventaja. Tenemos sólo la forma final de la Biblia Hebrea, y los estudiosos especulan sobre su
compilación y transmisión antes que alcanzar su forma final. Con la tradición cuneiforme estamos en posición,
en algunos casos, de intervenir en la tradición en varios puntos a lo largo de los siglos.
En tanto la creación en su sentido antiguo es un tema aludido con frecuencia en textos sumerios y
babilónicos, hasta ahora se desconocen trabajos específicamente dedicados a ella. De manera que al presente
debemos reunir sus opiniones sobre la creación (p. 16) a partir de un amplio conjunto de textos, notando el
propósito de cada uno de ellos de manera que podamos captar correctamente el contenido y la función de cada
uno de ellos. El texto más ampliamente conocido dentro de esta categoría es la llamada Épica Babilónica de la
Creación, y continúa siendo un documento de gran relevancia. Tiene 1091 líneas, la mayoría preservadas
completamente, y está generalmente dividida en siete tablillas, aunque el autor no compuso el trabajo en siete
secciones: la división es si dudas estrictamente de los escribas: para evitar una tablilla grande y pesada que
contenga todas las 1091 líneas. La historia comienza con una teogonía: el linaje de los dioses primigenios que
culmina rápidamente en Marduk, el dios patrono de Babilonia. Esto traiciona el objetivo real del trabajo.
Babilonia era un lugar pequeño y sin importancia en el tercer milenio aEC, muy poco mencionada, y su dios
patrono era muy poco conocido. Hammurabi, el rey de Babilonia en el siglo XVIII aEC, puso a Babilonia en el
mapa al hacerla la capital de un imperio que incluía toda la Mesopotamia sur y otras áreas. Aunque sus
sucesores perdieron mucho territorio, el prestigio de la ciudad se mantuvo y también se mantuvo el prestigio
de su dios patrono. Marduk, gracias a Hammurabi, había sido promovido a dios principal, pero no a cabeza del
panteón.
La dinastía de Hammurabi cayó c. 1600 aEC, y los casitas que migraban del Kurdistán tomaron
Babilonia, formando una dinastía que duró hasta 1156 aEC, cuando fueron destituidos y una dinastía nativa de
Babilonia tomó el poder. El estatus de Marduk se había mantenido inalterable bajo los reyes casitas, y hacia el
final de la dinastía los elamitas del sudoeste de Irán habían atacado Babilonia y habían tomado como botín de
guerra la estatua sagrada de Marduk de su santuario en Babilonia. Nabucodonosor I, un rey babilónico nativo
1126-1104 aEC, realizó una exitosa campaña a Elam y restableció la confianza babilónica al recuperar la
estatua en medio del regocijo. Bajo este rey Marduk fue oficialmente declarado “rey de los dioses” por primera
vez, una posición que gozará hasta el final de la civilización babilónica, aunque para el reinado de
Nabucodonosor II (El Nabucodonosor bíblico, 605-562 aEC), su hijo, el dios Nabû (Nebo) había, en efecto,
igualado a su padre.
La llamada Épica Babilónica de la Creación es un mito narrativo compuesto para afirmar y justificar el
estatus de Marduk como cabeza de panteón, cuando antes incluso su promoción limitada bajo Hammurabi no
había minado en absoluto el estatus de cabeza de panteón de dioses sumerios como Enlil y An. Nada se sabe
del autor del trabajo, ni su fecha de composición, aunque su carácter literario y su enfoque ideológico lo marca
como el producto de un solo autor en un momento dado, usando por supuesto lo que quiso de materiales
mitológicos ya existentes. Muy probablemente fuese compuesto ya sea durante (p. 17) o poco después del
reinado de Nabucodonosor I como un manifiesto de la revolución teológica que degradó al viejo Enlil sumerio
para abrirle camino a Marduk. El texto comienza:
El texto comienza con una teogonía. La historia comienza antes de que existiera universo presente (como lo
concebían sumerios y babilónicos) de cielo y tierra, cuando sólo existían Apsû y Tiāmat. Apsû será el cuerpo
de agua que, según sumerios y babilónicos, existía debajo de la superficie de la tierra de la que las vertientes
extraían sus aguas y en la que algunos ríos vertían sus aguas. Por lo general es un sustantivo común de género
masculino, pero aquí se lo concibe como un ser masculino con personalidad. Tiāmat es un sustantivo común
femenino en babilónico, que significa “mar”, pero aquí es un ser femenino, una Diosa en el pensamiento
babilónico. De manera que la cosmogonía comienza aquí con agua, pero ya que la creación es concebida a
partir de un patrón de reproducción bisexual como lo conocen los humanos, los animales y algunas plantas, el
elemento básico ha sido traducido como par masculino-femenino para comenzar la creación. El entremezclar
las aguas es la copulación sexual requerida y “en su interior” significa, claro está, en el interior de esas aguas
mezcladas. Nótese cómo los elementos primigenios están vivos y tienen personalidad, a diferencia de la tierra
y el agua (lo profundo) en el Génesis, que son inertes y están manipulados por Dios. Esto también puede
suceder en Mesopotamia, pero aquí es diferente. (p. 18).
Los resultados de esa copulación son los primeros dos pares de dioses masculinos-femeninos. El carácter
del primer par, Laḫmu y Laḫamu, no está claro. En la mitología súmero-acadia hay un héroe desnudo, excepto
por su cinto, con mucho pelo en la cara y en la cabeza, llamado Laḫmu, pero no se le conoce compañera. El
segundo par, Anshar y Kishar, tienen nombres sumerios que significan “La totalidad del cielo” y “La totalidad
de la Tierra” y en esta mitología el padre cielo envía su lluvia al interior de la madre tierra para que surja la
vegetación. Sin embargo, nuestro autor elige ignorar ese aspecto y hace que Anshar sea rey de los dioses más
jóvenes, como queda claro más tarde. Anu, su hijo, también tiene el nombre sumerio An “Cielo”, pero con una
terminación babilónica. En algunas tradiciones Anshar y Anu son dos nombres de un único dios, pero nuestro
autor difiere, y en este texto no se nombra a la esposa de Anu en ninguna parte. Su hijo, Nudimmud también
aparece aquí sin esposa, pero más tarde se la menciona como Damkina.
Aunque aquí nuestro autor esté tomando material teogónico tradicional, su verdadero objetivo es allanar
el camino para su héroe Marduk. Los detalles de los pares primigenios no le interesan, en lugar de eso llega a
Nudimmud y prodiga alabanzas extremas. Este dios, generalmente llamado Enki en sumerio y Ea en
babilónico, es en todas partes el padre de Marduk.
La historia ahora avanza rápidamente. Los dioses más jóvenes perturban a los más viejos –especificados
como Apsû, Tiāmat y el visir Mummu—con sus festividades, impidiendo que Tiāmat duerma. Los más
ancianos discuten el problema y se considera eliminar a los más jóvenes. Ea escucha esto y golpea primero,
matando a Apsû y estableciendo su morada sobre el cuerpo muerto de Apsû. A este respecto, el autor ha
alcanzado su objetivo: en su época se creía que Ea vivía en las aguas subterráneas, el Apsû. En este Apsû
ahora muerto nació Marduk, con incluso más elogios de los que recibió su padre (I 79-104).
La historia avanza a una segunda batalla. Dioses inexplicados aparecen de la nada y le aconsejan a
Tiāmat, que ahora carece de la ayuda de Apsû y el visir Mummu, para actuar y evitar sufrir la misma suerte de
Apsû. Con este fin crea once monstruos y los pone a cargo de Qingu, su esposo, quien también aparece aquí de
la nada. Anshar, rey de los dioses jóvenes, se entera de estos preparativos y hace que primero Ea y luego Anu
salgan a vencer a su horda monstruosa, pero primero uno y luego el otro se vuelven atrás con solo verlos.
Entonces se le pide al joven Marduk que acepte el desafío. El acepta, pero impone la condición de que si
regresa victorioso será promovido a rey de los dioses. Esta condición es aceptada por todos los dioses jóvenes
reunidos en asamblea, (p. 19) Marduk es pertrechado, avanza y vence a Tiāmat en combate, en este punto
Qingu y los monstruos son superados fácilmente.
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Las batallas con monstruos o gigantes son comunes en las tradiciones cosmogónicas del Cercano Oriente
antiguo y otras regiones, por ejemplo Baal y Yam, Baal y Leviatán, los Titanes, etc., pero en tanto forman
episodios dentro de los relatos de creación, no son en sí mismos estrictamente asuntos de la creación. De
manera que no estudiaremos esta batalla entre Marduk y Tiāmat en detalle, sino que pasaremos a las
postrimerías: cómo Marduk usó su autoridad recientemente adquirida para formar el universo que los
babilónicos conocían:
IV.125. (Después de que Marduk) hubiese establecido la victoria para Anshar sobre sus enemigos,
hubiese satisfecho el deseo de Nudimmud,
reforzó su sujeción sobre todos los Dioses Atados,
y regresó a Tiāmat, a quien había atacado.
Bēl (= Marduk) puso sus pies sobre las partes bajas de Tiāmat
130. y con su garrote despiadado le aplastó el cráneo.
Cortó sus arterias
y dejó que el viento norte se llevara (su sangre) para dar las noticias.
Sus padres vieron esto y estaban contentos y exultantes;
le trajeron regalos y presentes.
135. Bēl descansó, examinando el cadáver,
para dividir la masa con un plan inteligente.
La dividió en dos como un pescado seco:
a una de sus mitades la dispuso y la extendió como cielo.
Extendió la piel y designó un guardia
140. con la instrucción de no dejarla escapar.
Cruzó el cielo, examinó las partes celestiales,
y las ajustó para igualar al Apsû, la morada de Nudimmud.
Bēl midió la forma del Apsû
y estableció el Ešarra, una réplica del Ešgalla.
145. En el Eshgala, el Esharra que había construido, y en el cielo,
Estableció en sus santuarios a Anu, Enlil, y Ea,
V.1. Creó las estaciones celestiales de los grandes dioses,
y dispuso las constelaciones, las imágenes de las estrellas.
Fijó el año, marcó las divisiones,
y estableció tres estrellas para cada uno de los doce meses.
5. Después de que hubiera organizado el año,
estableció la estación celestial de Nēberu para fijar el intervalo de las estrellas.
Para que nadie transgreda o sea negligente
fijó las estaciones celestiales de Enlil y Ea con él.
Abrió las puertas de ambos lados,
10. y puso trancas fuertes a la derecha y a la izquierda.
Puso el peso (del cielo) sobre su (de Tiāmat) vientre,
creó a Nannar, confiándole la noche. (p. 20)
Lo designó joya de la noche para fijar los días,
y mes a mes sin cesar lo elevó con una corona,
15. (diciéndole:) “brilla sobre la tierra al comienzo de cada mes,
resplandeciente con cuernos para fijar seis días.
Al séptimo día la corona se reducirá a la mitad,
al decimoquinto día, a mediados de cada mes, ponte en oposición.
Cuando Shamash te vea en el horizonte,
20. disminuye en etapas apropiadas y vuelve a brillar hacia atrás.
Al vigesimonoveno día, acércate al sendero de Shamash,
[…] al trigésimo día, ponte en conjunción e iguala a Shamash.
Tengo […] el signo, sigue su trayectoria,
acércate […] pronuncia la sentencia.
25. […]. Shamash, restringe [muerte] y violencia,
[…] a mí.”
Que no haya .. […
…… […
35. Al final de […
Que haya un vigesimonoveno día […
Después [de que hubiera …] los decretos […
La organización del frente y […
Hizo el día […
40. Que el día sea igualmente […
Para el nuevo año … […
El año … […
Que regularmente haya […
El cerrojo protector […
45. Después de que hubiera […
Las guardias de la noche y del día […
La espuma que Tiāmat […
Marduk creó […
la juntó y la transformó en nubes.
50. La furia de los vientos, tormentas de lluvia violentas,
la espesura de la niebla –acumulación de su saliva—
se asignó (todo esto) para sí y lo tomó en sus manos.
Posicionó la cabeza (de Tiāmat) y apiló … […]
Abrió un abismo y se llenó de agua.
55. De los dos ojos (de Tiāmat) hizo fluir el Éufrates y el Tigris,
bloqueó las fosas nasales, pero dejó …
Apiló las [montañas] distantes sobre sus pechos;
abrió un pozo para que surgieran vertientes.
Le retorció la cola y la entretejió en el Durmahu,
…60. […] … el Apsû bajo sus pies.
[Ubicó] las caderas –calzaban el cielo— (p. 21)
[Una mitad de ella] la extendió e hizo la tierra firme.
[Después de que] hubiera terminado su trabajo dentro de Tiāmat,
[Extendió] su red y dejó que saliera.
65. Observó cielo y tierra […]
[…] sus ataduras ……
Es desafortunado que esta sección contenga la parte menos preservada de todo el texto, pero el sentido general
está claro: Marduk está armando el universo tal como lo conocían los antiguos babilónicos, usando
especialmente el cuerpo de la fallecida Tiāmat, y tomando muchos motivos de las mitologías existentes. Los
Dioses Atados que aparecen por primera vez en IV 127 son comparables a los Titanes: derrotados y
aprisionados por fechorías. El motivo del viento llevando la sangre del monstruo asesinado como signo de
victoria desde lejos para los dioses amigables que esperaban ansiosos (IV 131-132) se tomó prestado del
entonces tradicional mito de Anzû, y la separación del cuerpo de Tiāmat en dos partes se tomó prestado del
muy difundido mito de la separación del cielo y la tierra de una simple masa original de materia. En estas
líneas (IV 135-140) sólo se trata la parte superior –el cielo recientemente creado. La parte inferior –la tierra—
tiene que esperar hasta V 62. La razón de esta separación es que nuestro autor tenía dos cosmogonías que
deseaba incorporar: la primera es la división del cielo y la tierra de una simple masa original de materia, la otra
un universo de tres pisos concebido como el hogar de una trinidad reinante de tres dioses sumerios: An, Enlil y
Enki/Ea. Anu (“Cielo”) en el cielo, Enlil en su santuario principal en Nippur sobre la tierra, y Enki/Ea, como
siempre, en el Apsû subterráneo. Nuestro autor comenzó a partir de los dos cuerpos: de Apsû y Tiāmat.
El padre de Marduk, Ea, había vivido en el cuerpo del difunto Apsû durante algún tiempo, y Marduk
había nacido allí, así que éste tiene que quedar. La difunta Tiāmat es dividida en IV 137-140 y su parte
superior se transforma en cielo: todavía una masa de agua acuosa, mientras se tomaron medidas para evitar que
el agua cayera. (En el sur de Iraq llueve muy poco). La parte inferior de su cuerpo, como se mencionó antes, se
preserva hasta V 62. De manera que el autor tenía poca elección sobre el cielo y Apsû: sus residentes eran
inevitablemente Anu y Ea. Pero ¿qué hay de Enlil? Fue el dios desplazado de la cima del panteón cuando
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Marduk se apoderó de esa jerarquía. Las líneas IV 145-146 mencionan a Enlil por primera vez en la tradicional
secuencia de la trinidad sumeria. Y sus tres moradas se dan como quiasmo ya que Anu va al cielo. Así Enlil se
ubica en lo que se llama Esharra, en tanto Ea se ubica en Eshgalla. Estos dos nombres de partes del universo
no son (p. 22) convencionales en el uso babilónico. Esharra significa “Templo de la Totalidad” y Eshgalla
“Gran Santuario” pero eso no explica nada. Por el contexto Eshrarra debe ser el nivel medio del cosmos
babilónico, pero no la tierra. Otra cosmología babilónica tiene tres cielos, y esa es la que se usa aquí. El cielo
superior es el de Anu, el cielo medio es la residencia de los Igigi, un grupo de grandes dioses, y el cielo
inferior aloja a las estrellas, naturalmente ya que pueden verse desde la superficie de la tierra. Nuestro autor se
ocupa de las estrella a comienzos de la tablilla V, de manera que se está obligado a concluir que Esharra
significa un cielo inferior, pero no el más inferior. En síntesis conoce el concepto de un cielo de tres pisos,
pero elige no usar la terminología común. El Apsû era el modelo sobre el que se recortaron o modelaron los
cielos superior y medio, y el único ítem que en realidad hizo Marduk en este estadio del trabajo fue el cielo
medio como se afirma en IV 145.
La creatividad de Marduk está representada en secuencia descendente. V 1-46 se refiere a los cuerpos
celestiales: lo que está en el cielo inferior, y V 47-58 se refiere a la superficie de la tierra: los fenómenos
meteorológicos y los rasgos geográficos, en tanto V 59-66 detallan los toques finales de todo el universo.
El armado de los cuerpos celestiales descripto en V 1-46 es muy detallado en comparación con los relatos
previos de los niveles de organización del universo, y el interés no está en la astronomía como tal, sino en el
calendario. La veneración aceptable para los babilónicos significaba observar festivales de cultos particulares
por lo general basados en el calendario lunar. El primer día de cada mes era el más importante para el culto, el
decimoquinto el segundo en importancia, y el séptimo el tercero. Así, el mantenimiento de un calendario
correcto se consideraba de vital importancia y de origen divino. Cuando se estudian en detalle, V 1-46
sistemáticamente se refieren a año, mes y día. El año, que consistía teóricamente en doce meses de treinta días
cada uno, estaba marcado en el cielo por 36 estrellas o constelaciones, tres para cada mes, cada una de las tres
se veía en el primer día de cada diez. A estos fines, el cielo estaba dividido en tres zonas, y los movimientos se
interpretaban como filas de dioses que marchaban a través del cielo con un comandante como un oficial con
soldados. Y el comandante de una zona era considerado comandante en jefe. Todo esto se alude brevemente en
V 1-8, tan brevemente que es casi imposible comprender el sistema sin conocimiento previo. El único cambio
es que el comandante en jefe anterior es desplazado para abrirle camino a Marduk, cuya estrella, Nēberu, por
suerte (p. 23) está en la misma zona que la del antiguo comandante en jefe. De manera que, en teoría, el año
estaba compuesto por 36 estrellas cada una de las cuales comenzaba un nuevo período de diez días.
El mes se detalla en V 11-26. Ya que el mes babilónico era lunar, la luna inevitablemente estaba a cargo
de mostrarle a la humanidad el mes creciendo y menguando. Se creía que al final de cada mes el sol y la luna,
estando en conjunción, mantenían una sesión conjunta de juicio, como se alude en V 21-26. Nuestro autor es
muy tímido al aludir al sol y la luna. Éstos eran, por supuesto, la forma visible de los dioses de segundo rango
en el panteón babilónico, pero eran tratados aquí de la manera más impersonal posible. La supremacía de
Marduk en este texto no tolera rival.
El día estaba regulado por el sol, y V 39-45 parece explicarlo, pero está demasiado dañado para que sea
completamente claro. Esto está seguido por los fenómenos meteorológicos en V 47-52, relacionados a Tiāmat
porque, como se explica de manera expresa en V 62, la tierra es la parte inferior del cuerpo de Tiāmat, pero la
criatura ha cambiado su forma completamente de IV 139-140, donde la mitad superior es un cuerpo de agua.
Aquí la mitad inferior es un monstruo cuadrúpedo con cabeza, ojos, nariz, ubres y cola. El autor simplemente
combina dos concepciones originalmente separadas pero manteniendo un nombre para ambas.
Más tarde en la tablilla V, los dioses en general, agradecidos por su liberación de Tiāmat y de los
monstruos liderados por Qingu, expresan su gratitud construyendo Babilonia, a sugerencia de Marduk, la
primer ciudad, en ser el lugar de encuentro en el centro del universo donde los dioses que bajan del cielo y los
que suben del Apsû pueden reunirse en el santuario de Marduk para tomar decisiones importantes. Esto
significa apoderarse de la ortodoxia previa, según la cual Enlil en Nippur estaba en el centro del universo, y los
dioses se reunían bajo el mando de Enlil para tomar decisiones.
La tablilla VI comienza con el acto final de la creación (en la manera que entendemos aquel término) de
la narrativa. Cuando los dioses aceptan los términos de Marduk si el regresa victorioso del combate contra
Tiāmat, ellos pusieron una pequeña condición de su parte: si él resulta victorioso y se transforma en el rey de
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los dioses, se le solicita que de aquí en más haga que sus alimentos y bebidas se suministren de manera
gratuita.
Marduk lo organiza:
Aquí, otra vez, el autor está combinando diferentes tradiciones. La opinión general en Babilonia era que la raza
humana había sido creada para proveer de alimento y bebida a los dioses, y eso sucedía con el suministro de
provisiones para los templos de manera regular para el consumo de los dioses. Pero había diferentes
tradiciones de cómo se creó la raza sometida. En una tradición, simplemente creció del piso como las plantas.
En otra tradición (p. 25) Ea y la Diosa Madre hicieron al hombre formando cuerpos con arcilla mezclada con
sangre de un dios malhechor y realizando magia sobre ellos. Esta es la tradición que el autor prefirió. Sin
embargo, la Diosa Madre no tiene ningún lugar en esta narrativa, su lugar lo ocupa el héroe Marduk. Ea aún
juega un papel importante, pero usa sólo la sangre del prisionero ejecutado, sin arcilla. La parte de Marduk no
está minimizada, ya que el plan era suyo y fue él quien identificó al delincuente con el consentimiento de la
asamblea de los dioses. La culpa que recayó sobre Qingu es, por supuesto, contraria a la narrativa de este
texto, pero tales inconsistencias no son para preocuparse. Otra vez el autor está mezclando dos tradiciones
separadas. Una es la tradición de los “Dioses Atados” y grupos relacionados. Como los Titanes, fueron
encarcelados después de vencidos, y en la tradición babilónica el cabecilla fue ejecutado en tanto los otros
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fueron liberados de prisión. Pero la “liberación de los dioses” en la línea VI 34 mezcla sutilmente la liberación
de la prisión con la solicitada liberación de los dioses del trabajo forzado para producir su propia comida y
bebida.
Esta exposición de los episodios de la creación en la llamada Épica Babilónica de la Creación ilustra,
primero, que sólo una pequeña cantidad se refiere a la creación, y, segundo, que había una gran cantidad de
material mitológico circulando, del que cada autor tomaba, seleccionaba, combinaba y al resultado le ponía su
propio énfasis particular. Es un caso extremo, pero muestra el trasfondo en contra del cual uno debe estudiar el
otro material que a menudo se encuentra disperso y fuera de contexto, al que ahora nos dirigimos.
La teogonía al comienzo de la llamada Épica Babilónica de la Creación puede presentarse en forma de
lista:
Surgen ambigüedades y preguntas. Primero, ¿Anshar --- Kishar son la tercera generación, hijos de Laḫmu ---
Laḫamu, o un segundo par nacido de Apsû --- Tiāmat? La narración guarda silencio sobre este asunto.
Tampoco se escribe nada sobre el origen de Damkina. ¿Es el silencio una reacción al problema en cualquiera
de tales teogonías que después de la primera generación insinúa los casamientos entre hermanos que eran un
tabú en la sociedad súmero-babilónica? La conclusión clara que surge de este texto es que el universo
comenzó con agua, y la creación comenzó a partir de allí (p. 26).
Enlil, el dios tutelar de la ciudad de Nippur, era el dios más importante de finales del tercer milenio y del
siguiente segundo milenio. Su estatus estaba vinculado al de su ciudad, Nippur, que tenía una gran importancia
religiosa, pero que nunca fue un centro de poder político. Su dios se aceptaba en todo Sumer, tradicionalmente
un territorio de ciudades-estado. Como ya se mencionó, hacia el 2000 aEC había un ranking aceptado en gran
medida de todos los grandes dioses sumerios con un grupo de tres a la cabeza: An, Enlil y Enki/Ea, a veces se
le unía un cuarto, la Diosa Madre. De estos cuatro, a Enlil por lo general se le proporcionaba una teogonía. An
a veces tenía este honor, pero no lo tenían Enki o la Diosa Madre. Esas dos teogonías son fuentes importantes
para los conceptos de creación. Enlil tenía una esposa, Ninlil, aunque curiosamente los escribas de mediados
del tercer milenio escribían de manera algo diferente los signos LÍL después de En- en comparación con el LÍL
después de Nin-, pero ese es un capricho de los escribas. En significa “señor” y Nin “dama”, y así Enlil Enlil
les dio a los pensadores un par bisexual, y sus ancestros divinos los conectaron con la pareja primigenia. Este
linaje de Enlil en forma de lista se encuentra generalmente en las listas de nombres de dioses y en liturgias y
textos de exorcismo donde se los invoca para que el poder divino entre en juego. Los primeros de estos
ocurren en listas de nombres de dioses provenientes de dos ciudades sumerias: Fara (la antigua Shuruppak) y
Abu Ṣalābīkh, ambas datan aproximadamente de mediados del tercer milenio. Las listas por lo general son
muy diferentes, pero el linaje de Enlil es el mismo en ambas fuentes, y en ninguno de los dos casos encabeza
la lista. Se lee:
En-ki Nin-ki
En-lil Nin-lil
En-UḪ Nin-UḪ
En-bulug Nin-bulug
En-du-utuʾa Nin-du-utuʾa
En-gukkal Nin-gukkal
En-a Nin-a
P. Mander, Il Pantheon di Abu Ṣālabīkh, Naples, 1986, pp. 29, 109
La comprensión de esta lista depende del estudio de todas las diferentes que conocemos hasta ahora a la luz de
otros conocimientos que tengamos. La que se dio recién es el único ejemplo del tercer milenio que se conoce
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hasta ahora, pero hay muchos ejemplos que se extienden a lo largo del segundo milenio y la primera mitad del
primero, a los que nos referiremos más adelante, pero nuestros comentarios sobre lo anterior surgen del estudio
de todas ellas. En éste ejemplo más temprano, Enlil y Ninlil aparecen segundos. Posteriormente siempre están
al final, o su posición (27) allí se indica de otra manera. Pero Enki --- Ninki siempre viene primero. Ellos son,
entonces, como Apsû --- Tiāmat en la teogonía de Marduk, la materia original del universo. El estudio de los
significados de los nombres es necesario, algo de lo que se ocupaban los antiguos estudiosos.
El sumerio líl significa “respiración, vapor, nada”, así que no sorprende que los antiguos no se dedicaran a
la explicación del nombre Enlil. Puede aludir a la brecha en el universo entre un cielo sólido y una tierra
sólida, donde la actividad humana se desarrolla, y donde Nippur era suprema desde el punto de vista religioso.
El significado de ki es “tierra”, y este Enki (---Ninki) no se debe confundir con Enki/Ea, cuyo nombre tiene de
manera correcta una –g final, que generalmente caía, y el significado de este kig es desconocido. En esta
tradición el universo empieza con ki “tierra”, (quizás con mayúscula: Tierra) en dos géneros, de la cual al final
emergía todo lo demás. En el linaje de Marduk los pares que intervienen entre el agua primigenia y el héroe no
brindan una sucesión racional de estadios en el desarrollo del universo, como uno podría haber esperado de los
paralelos del antiguo Egipto, y lo mismo se aplica al linaje de Enlil. El sumerio uḫ significa “piojo”, pero
versiones posteriores lo reemplazan con garash “puerro”, lo que sugiere el sumerio girish “mariposa”, que en
la escritura temprana del sumerio se escribe con un signo que podría confundirse o intercambiarse con el signo
uḫ. El signo bulug tiene una variedad de significados (“grande, malta, control”), ninguno particularmente
apropiado. Pero du es “colina”, y utuʾa “carnero de cría” y gukkal “oveja de cola gruesa”. En el último, a es
“brazo” o “fuerza”. El resultado es claro: los nombres de estos pares, salvo el primero, son irrelevantes para la
cosmología. Esto está confirmado por dos piezas de evidencia. Las varias listas varían enormemente, por cierto
es difícil encontrar dos que coincidan exactamente. Varían en extensión de tres hasta veintidós, aunque todas
comienzan con Enki --- Ninki y terminan o se supone con Enlil --- Ninlil. Ya en el tercer milenio pueden
resumirse como “las Enkis, las Ninkis” (sumerio: Enki-(e)ne Ninki-(e)ne).
De los muchos ejemplos tardíos sólo dos se darán aquí, una lista de dioses paleobabilónica (c. 1700 –
1600 aEC), y una copia del primer milenio de un conjuro de origen anterior. Proporcionamos los elementos
significativos de cada nombre, omitiendo los Ens y Nins, y traduciendo o comentando cuando sea de ayuda.
Una discusión detallada sería extensa y de poca ayuda. (p. 28)
Paleobabilónica:
La variedad de estas “explicaciones” de las listas de pares En-Nin- muestra que las listas eran tradicionales,
pero la explicación no era fija. Y parece haber dos alternativas. O bien cada par en las listas engendró al par
siguiente, con la inferencia de incesto, o bien cada hombre y cada mujer de los pares era concebido como
forma evolucionada del primero, que Enlil lentamente evolucionó de Enki, y Ninlil de Ninki. El término
“madre-padre” es un término claramente técnico para tales pares, pero su orden contradice tan abiertamente el
de toda la tradición de estas listas que debe haber sido un motivo mitológico distinto en su origen.
Desafortunadamente no tenemos otro material de esta tradición “feminista.” (p. 29)
Otras tradiciones diferentes eran a veces insertadas en las Enkis y Ninkis. En algunos textos se agregaba
una línea extra;
Urash en sumerio es “tierra”, y en este contexto una deidad femenina, así que esto expresa la idea de los
orígenes como un cielo masculino y una tierra femenina, como se menciona arriba. La mención a la cebada, el
grano sumerio típico, es otro pequeño mito de los orígenes: la vida vegetal en la cebada fue lo primero de la
copulación entre cielo y tierra.
Por casualidad hay sólo un ejemplo del tercer milenio de esta teogonía no en forma de lista, sino como
parte de un texto literario. Parece que la única introducción del texto fue escrita en esta tablilla, y está dañada,
pero las líneas relevantes están completas:
Nunki por Ninki no es problema: ocurre en otras partes, y en Hitita Enki Ninki aparecen como Minki
Ammunki. El hecho en este contexto es típico: los autores sumerios por lo general comienzan su historia con
“En el comienzo” y luego continúan, en etapas convenientes, a la narrativa principal.
La teogonía de Anu (“cielo”) es más relevante que la de Marduk porque era el abuelo de Marduk, en tanto
Enlil era el dios depuesto para allanarle el camino a Marduk para ser cabeza del panteón, y así ser ignorado y
degradado. Aunque es posible considerar el linaje de Marduk en la Épica de la Creación como también la de
Anu, de hecho la Épica ha construido su propia teología únicamente, hasta donde sabemos, encabezado por un
par acuoso masculino y femenino. Anu tenía un teogonía propia que era totalmente diferente salvo por un par.
La lista de nombres de dioses paleobabilónica de la que extraemos la teogonía de Enlil de arriba, también da
una para Anu:
An (“Cielo”)
Anshargal (“Gran cielo total”)
en-uru-ulla (“Señor de la ciudad primigenia”)
Urash (“Tierra”)
Bēlet-ili (“Señora de los dioses”)
Namma (“?”)
Ama-tu-an-ki (“Madre que dio a luz al cielo y la tierra”) (p. 30)
En esta lista todos los nombres están puesto en una sola columna, y mientras no había dificultad en notar que
por ejemplo Enki, Ninki son un par, no hay una explicación obvia del linaje de Anu. Aparece primero de
acuerdo con el estilo general de toda la lista, y Anshargal podría ser otro nombre suyo, o el nombre de su
padre. Si lo último fuera el caso, entonces esta breve lista está en orden cronológico inverso. El último nombre
11
sugiere un disparador, y el presente escritor acepta esto y la explicación de que para la secuencia cronológica
uno debe leerla hacia arriba. Pero incluso ese no es el final del asunto. El presente escritor propone el siguiente
arreglo de la lista para una secuencia normal:
Namma ( = ama-tu-an-ki)
Urash ( = Bēlet-ili)
En-uru-ulla
An ( = Anshargal)
Namma es la madre de Enki, por lo general sin una esposa especificada, y ya que Enki/Ea era dios de las aguas
subterráneas, puede sospecharse que su madre era asociada de manera similar. Su nombre está escrito con el
signo ENGUR, que es otro nombre del Apsû. Ama-tu-an-ki es por cierto un epíteto más que un nombre
primario, de manera que no hay duda que sea el título de Namma. Urash (“Tierra”) sin dudas se describe como
“Señora de los dioses” porque era el nombre real de uso común referido a la Diosa Madre, que estaba asociada
a la tierra. Poco se sabe de En-uru-ulla.
El resultado pertinente de esta lista es que el agua cósmica apareció primero y fue seguida por la Tierra,
sobre la que se construyeron ciudades, y finalmente por el cielo. La secuencia “tierra-cielo” está respaldada
por pocos ejemplos del tercer milenio en textos literarios, contrario a la común “cielo-tierra.” De manera
similar, Génesis 1 también comienza con tierra y agua, en tanto el cielo se crea más tarde. Versiones
posteriores de esta teogonía de Anu la convierten en una lista de pares masculino-femenino al crear pares
correspondientes: Anshargal --- Ninshargal, En-uru-ulla, y al acercarse a otra teogonía para Anu
completamente diferente.
Este linaje alternativo aparece en su forma menos manipulada en un conjuro babilónico que conocemos
por copias del primer milenio, pero ciertamente de origen más antiguo. Sólo dos ejemplos se proporcionan
aquí:
El primer par en ambas listas tienen nombres sumerios que significan “siempre y siempre”, como el hebreo
dôr wādîri y no son lingüísticamente masculino y femenino, sino que han sido convertidos en par masculino-
femenino en aras de la teogonía. Laḫmu y Laḫamu han sido incorporados en el linaje de Marduk y han sido
comentados arriba. Alala aparece en un mito sobre los orígenes hurrita del segundo milenio pero en lengua
hitita. De acuerdo con esto, Alalu primero reinó en el cielo, durante nueve años, pero fue luego depuesto por
Anu, quien a su vez perdió contra Kumarbi, y él a su vez (aparentemente) contra el dios de la tormenta
Teshub, pero el texto está muy dañado y complicado en este punto. El texto no afirma que Anu era hijo de
Alalu, pero la sucesión le permitió a los antiguos mitógrafos sacar esa conclusión si así lo deseaban, incluso si
el texto no lo sugería. Por consiguiente concluimos que Alala --- Belili se interpretaban como padres de Anu, y
concluían la lista, en tanto Dūri --- Dāri era cronológicamente los primeros. Aquí el tiempo eterno es el
disparador de la creación, un concepto raro e interesante ya que el tiempo no es algo físico como la tierra y el
agua.
De hecho hay un ejemplo interesante del segundo milenio de Dūri --- Dāri. Un conjuro breve en lengua
elamita pero escrito en Babilonia y fechado en el año 26 de Samsu-iluna de Babilonia (c. 1724 aEC) tiene dos
líneas en sumerio dialectal:
Dūri --- Dāri, señor Enlil, Dāri --- Dāri, señor Enlil
F. M. Th. Bohl, Mededeelingen der Koninklijke Akademie van Wetenschappen, Afdeeling Letterkunde, Deel 78,
Series B, no. 2, p. 8 (Amsterdam, 1934)
12
Muy probablemente “señor Enlil” es la forma abreviada de “señores de madre-padre Enlil”, y aquí el motivo
del tiempo eterno se transforma en ancestro de Enlil, otro ejemplo de la variedad de este material.
Los cuatro mitos principales considerados hasta aquí fueron, de alguna medida, centrales a su
civilización. Enlil y Anu eran cabezas del panteón hasta alrededor del 1100 a.C., y Marduk lo encabezó
después. Pero ninguna de estas cuatro teogonías tenía suficiente narrativa para satisfacer nuestra curiosidad
sobre esas listas de pares, o figuras solas, como se transmitieron. Por consiguiente ahora nos ocuparemos de un
mito narrativo de la misma fecha que narra los principales eventos sobre estos pares bisexuales que llevaron al
mundo como está actualmente constituido. Este texto se conoce por una única copia, muy dañada en el
reverso, y algo dañada en el verso. Es también difícil de leer y comprender, y la siguiente traducción se da
sobre la base de colaciones repetidas. La tablilla es babilónica pero la única información sobre el origen del
texto, provista por el colofón dañado, es que antedata la caída de la ciudad asiria de Ashur en el 614 aEC. (p.
32)
El texto es un relato de los orígenes que da una serie de pares bisexuales que llegan a los dioses venerados
durante la época del autor, pero es también un mito de sucesión como el texto hitita descripto arriba. La acción
tiene lugar, al menos al comienzo de la narrativa, en una ciudad llamada Dunnu. Hay varios lugares diferentes
de ese nombre y este texto no proporciona información geográfica. Sin embargo, todos los dioses cuyos
nombres sobreviven en el reverso dañado pertenecen al panteón de Nippur, de manera que nuestro Dunnu
presumiblemente no estaba lejos de aquella ciudad. Un texto económico babilónico tardío menciona a Dunnu
“en el distrito de Nippur.”
Traducción BM 74329
1. […] en el comienzo […
2. […] … y […] … [.]
3. Ellos protegían […] y [ataban] su arado.
4. [Con el] golpe de su arado hicieron que exista Mar
5. [En segundo lu]gar, dieron a luz a Amakandu;
6. [En tercer lu]gar, ambos construyeron la ciudad de Dunnu, la ciudad primigenia.
7. Ḫaʾin se dedicó a sí mismo la jefatura suprema en la ciudad de Dunnu.
8. [La tierra] puso sus ojos sobre Amakandu, su hijo,
9. “ven, déjame hacerte el amor,” le dijo.
10. Amakandu se casó con Tierra, su madre, y
11. mató a Ḫaʾin, su [padre, y]
12. lo puso a descansar en la ciudad de Dunnu, a la que amaba.
13. Luego Amakandu se hizo de la jefatura suprema de su padre, [y]
14. … se casó con Mar, su hermana [.]
15. Laḫar, hijo de Amakandu, fue [y]
16. asesinó a Amakandu, y en la ciudad de Dunnu
17. lo pudo a descansar en … de su padre.
18. Se casó con [Mar], su madre.
19. Luego Mar mató a Tierra, su madre.
20. En el mes de Chislev en el 16to día se hicieron de la jefatura suprema y de la realeza.
21. […] hijo de Laḫar, se casó con Río, su propia hermana, y
22. asesinó a [Laḫar] su padre, y Mar, su madre, y
23. los puso a descansar [en] una tumba como (¿?) el inframundo.
24. [En el mes …] en el primer día se hizo de la realeza y de la jefatura suprema por sí mismo.
25. […, hijo de] … se casó con Gaʾu, su hermana, y
26. …] tierra …
27. …] … [.]
28. …] … [.] padres y … […] (p. 33)
29. …] … para … de los dioses. […]
30. …] asesinó a Río, su madre, [y]
31. …] los estableció.
32. [En el mes … en el x día] se [hizo] de la jefatura suprema y de la realeza por sí mismo.
33. […, hijo de…], se casó con Ningeshtinna, su hermana, [y]
34. asesinó a […, su padre, y] Gaʾu, su madre, [y]
13
después de esto nuestro texto está roto. Las primeras tres mujeres no son inesperadas en semejante contexto,
pero los hombres lo son. Haʾin ocurre sólo aquí, y está escrito dos veces claramente Haʾin, pero no se conoce
absolutamente nada de él. La deidad que hemos transcripto como Amakandu podría haber sido transcripta
como Shakkandu por las complicaciones de la escritura sumeria, pero en cualquier caso era un dios de los
cuadrúpedos domésticos, a veces relacionado también con los salvajes. Laḫar es un sustantivo común en
babilonia para “oveja”, pero el dios Laḫar puede ser identificado con el dios sumerio Shara, y en este texto es
ciertamente masculino, y sin dudas tiene una conexión con los rebaños domésticos. Gaʾum es nuestra
enmienda de lo que contiene la tablilla: “Uʾaʾum”, que es una exclamación deificada “¡Ay!”(p. 34). La deidad
Gaʾum es poco conocida pero tiene fuertes conexiones con los rebaños domésticos. Ningeshtinna es una diosa
del vino.
La narrativa es un horror de incesto y asesinato, el premio va a Amakandu que asesinó a su padre y luego
se casó primero con su madre y luego con su hermana. El autor de este texto no sólo acepta las consecuencias
del incesto en estos pares “madre-padre”, sino que se deleita con ellas, y lejos de estar satisfecho con batallas
heroicas para obtener la sucesión al poder, tanto varones como mujeres en esta historia simplemente asesinan.
Un rasgo distintivo de este texto son las alusiones al culto antes de cada reinado. Parece que cada sucesión al
poder, en tanto la generación precedente es finalmente asesinada, se conmemoraba con una representación
cultual, presumiblemente en la ciudad de Dunnu.
La figura Ḫamurnu en la línea 37 está oscurecida por la superficie dañada de la tablilla, pero se sospecha
que continuaba la tradición de sus antepasados. Su nombre es en realidad la palabra hurrita “Cielo”, que es
apropiada ya que nada de lo que precede en este texto explica el origen de esa parte del universo.
Todos los textos considerados hasta ahora ponen la creación en movimiento por lo que se consideraba las
partes primigenias del universo. Una actitud diferente se muestra en un conjuro bilingüe súmero-babilónico.
Las primeras 40 líneas pueden reconstruirse, pero el final está perdido:
Traducción
1. Un templo puro, un templo de los dioses, no había sido construido en un lugar puro,
2. Un carrizo no había brotado, un árbol no había sido creado,
3. Un ladrillo no había sido moldeado, un molde de ladrillo no había sido creado,
4. Un templo no había sido construido, un asentamiento no había sido establecido,
14
***
En primer lugar, en buen estilo literario sumerio, lo que originalmente faltaba estaba listado, con énfasis en las
ciudades de la tríada de dioses sumerios: Uruk de Anu, Nippur de Enlil, y Eridu de Enki/Ea. En la época
descripta sólo había agua (línea 10), y alguna clase de circulación de agua primigenia (línea 11). La creación
necesaria para crear al mundo presente es confusa de la manera en que está descripta. El autor quería tener a
Marduk como el creador, y a su ciudad de Babilonia y a su templo, Esagil, como los primeros ítems creados.
Pero Lugaldukuga es un nombre de Enki/Ea, no de Marduk, y Esagil es el templo de Marduk en Babilonia, no
un templo en Eridu, la ciudad de Enki/Ea. “Él” en la línea 15 debe ser Marduk y los Anunnaki son todos los
grandes dioses, de manera que Marduk es de repente el dios principal. Y es él el que hace la tierra al poner una
balsa sobre las aguas cósmicas existentes y al apilar tierra sobre ella. Luego crea el resto del universo entonces
conocido, incluyendo Nippur y Uruk. Puede sospecharse que una historia original de la creación de Enki había
sido editada para poner a Marduk en el lugar de Enki, con ciudad y templo adecuados. Pero incluso aquí no
hay una completa creatio ex nihilo. El agua cósmica aparentemente ya existía. Y Marduk simplemente
aparece: nada (p. 36) se dice o está implícito sobre el origen, aunque la tradición babilónica lo hace hijo de
Enki/Ea.
La creación en Sumer y Babilonia era un tema colmado de tradiciones que cada autor usaba y modelaba
como quisiera. Y las tradiciones no eran peculiares de esos pueblos, sino que eran parte de tradiciones
extendidas a lo largo y a lo ancho del mundo antiguo, al menos desde el Indo a la antigua Grecia. Pero el
trabajo comparativo no es parte de nuestra tarea aquí.
15
Apéndice
Tablilla II
Tablilla III
Tablilla IV
92. mientras los dioses (del combate) afilaban sus armas de guerra.
93. Tiāmat y Marduk, el sabio de los dioses, se juntaron,
94. se trabaron en lucha, acercándose para pelear.
95. Bēl extendió su red y la atrapó;
96. soltó en su cara al Viento Malvado, la retaguardia.
97. Tiāmat abrió la boca para tragarlo,
98. dejó que entrara el Viento Malvado y no pudo cerrar los labios.
99. Los vientos violentos colmaron su vientre,
100. las entrañas se le expandieron y abrió grande la boca.
101. Dejó volar una fecha y le perforó el vientre,
102. le abrió las entrañas y le tajeó los intestinos,
103. la ató y terminó con su vida,
104. arrojó su cadáver y se paró sobre él.
105. Después de haber asesinado a Tiāmat, la líder,
106. su asamblea se dispersó, su hueste se desperdigó.
107. Sus auxiliares divinos, los que iban al lado de ella,
108. con miedo y temor, retrocedieron.
109. para salvar sus vidas.
110. Pero estaban completamente rodeados, imposible escapar.
111. Los ató y rompió sus armas,
112. y ellos quedaron atrapados, sentados en la trampa,
113. escondiéndose en los rincones, llenos de dolor,
114. soportando su castigo, aprisionados.
115. Las once criaturas estaban repletas de terrores,
116. la horda de demonios que iban como peones a su derecha,
117. Le supo sogas y les ató los brazos,
118. junto con sus armas los pisoteó, (p. 47)
119. A Qingu, que había asumido el poder entre ellos,
120. lo ató y lo contó entre los Dioses Muertos.
121. Tomó de él la Tablilla de los Destinos, que no era apropiada para él,
122. la selló y se la colgó sobre el pecho.
123. Después de que el guerrero Marduk hubiera atado y asesinado a sus enemigos,
124. hubiera …. al enemigo arrogante …,
125. hubiera establecido la victoria de Anshar sobre todos sus enemigos,
126. hubiera cumplido el deseo de Nudimmud,
127. reforzó su control sobre los Dioses Atados,
128. y regresó a Tiāmat, a quien había atacado.
129. Bēl (= Marduk) puso sus pies sobre las partes bajas de Tiāmat
130. y con su garrote despiadado le aplastó el cráneo.
131. Cortó sus arterias
132. y dejó que el viento norte se llevara (su sangre) para dar las noticias.
133. Sus padres vieron esto y estaban contentos y exultantes;
134. le trajeron regalos y presentes.
135. Bēl descansó, examinando el cadáver,
136. para dividir la masa con un plan inteligente.
137. La dividió en dos como un pescado seco:
138. a una de sus mitades la dispuso y la extendió como cielo.
139. Extendió la piel y designó un guardia
140. con la instrucción de no dejarla escapar.
141. Cruzó el cielo, examinó las partes celestiales,
142. y las ajustó para igualar al Apsû, la morada de Nudimmud.
143. Bēl midió la forma del Apsû
27
Tablilla V
Tablilla VI
45. Después de que hubiera organizado todos los decretos, (p. 52)
46. y de que hubiera distribuido ingresos entre los Anunnaki del cielo y el infrmaundo,
47. Los Anunnaki abrieron la boca
48. y se dirigieron a su señor Marduk,
49. “Ahora, señor, viendo que has establecido nuestra libertad,
50. “¿qué favor podemos hacerte?
51. Hagamos un santuario de gran renombre:
52. tu residencia será nuestro lugar de descanso donde podamos reposar.
53. Erijamos un santuario para que albergue un pedestal
54. en donde podamos reposar cuando terminemos (el trabajo).”
55. Cuando Marduk escuchó esto,
56. su cara se iluminó con tanto brillo como la luz del día,
57. “Construyan Babilonia, la tarea que buscaban.
58. ¡Que se moldeen ladrillos para ella, y levanten el santuario!”
59. Los Anunnaki empuñaron el pico.
60. Durante un año hicieron los ladrillos necesarios.
61. Cuando llegó el segundo año,
62. levantaron la cúspide del Esagil, una réplica del Apsû.
63. Construyeron la magnífica torre-templo del Apsû,
64. y para Anu, Enlil y Ea establecieron … como morada.
65. Se sentó esplendoroso delante de ellos,
66. observando sus cuernos, nivelados con la base del Eshara.
67. Después de que hubieran completado el trabajo del Esagil
68. todos los Anunnaki construyeron sus propios santuarios.
69. Los 300 Igigi del cielo y los 600 del Apsû, todos ellos, se habían reunido.
70. Bēl hizo sentar a los dioses, sus padres, en un banquete
71. en el santuario magnificente que habían construido como su morada,
72. (diciendo:) “Esta es Babionia, vuestra morada establecida,
73. ¡gocen de este lugar! ¡siéntense con alegría!”
74. Los grandes dioses se sentaron,
75. Se dispusieron jarras de cerveza y se sentaron al banquete.
76. Después de que hubieran disfrutado allí adentro,
77. Tuvieron una ceremonia en el majestuoso Esagil.
78. Las regulaciones y todas las reglas fueron confirmadas:
79. Todos los dioses dividieron las posiciones del cielo y del inframundo.
80. Los Cincuenta grandes dioses se sentaron,
81. los Siete dioses de los destinos fueron designados para tomar decisiones.
82. Bēl recibió su arma, el arco, y la puso delante de ellos:
83. sus padres divinos vieron la red que había hecho.
84. Sus padres vieron que la estructura del arco estaba hábilmente trabajada,
85. y alababan lo que él había hecho.
86. Anu lo alzó delante de la asamblea divina,
87. besó el arco, diciendo, “¡Es mi hija!”
88. Y pronunció los nombres del arco:
89. “Palo Largo” era el primero; el segundo era “Que dé en el blanco.”
90. Con el tercer nombre, “Estrella Arco”, lo hizo brillar en el cielo, (p. 53)
91. fijó su posición celestial junto con sus hermanos divinos.
92. Después de que Anu hubiera decretado el destino del arco,
93. se sentó en un trono real, magnífico incluso para un dios,
94. Anu se posicionó allí en la asamblea de los dioses.
95. Los grandes dioses se reunieron,
96. Exaltaron el destino de Marduk y le obedecieron.
32
149. Quien, como su nombre lo indica, es un ángel protector para dioses y países,
150. quien mediante un terrible combate salvó nuestra residencia en tiempos conflictivos.
151. (8) Asalluhi-Namtila lo llamaron en segundo lugar, el dios dador de vida,
152. quien, de acuerdo con la forma de su (nombre), recuperó a todos los dioses arruinados,
153. El señor que volvió a la vida a los dioses muertos con su conjuro puro,
154. alabémoslo como el destructor de los enemigos deshonestos.
155. (9) Asalluhi-Namru, como se llama a su nombre en tercer lugar,
156. el dios puro, que purifica nuestro carácter.
157. Anshar, Laḫmu y Laḫamu lo llamaron con tres de sus nombres,
158. luego se dirigieron a los dioses, sus hijos,
159. “Cada uno de nosotros le dio tres de sus nombres,
160. ahora ustedes denle nombres como lo hicimos nosotros.”
161. Los dioses se regocijaron cuando escucharon esas palabras,
162. En Upshuukkinakki tuvieron una reunión,
163. “De nuestro hijo guerrero, de nuestro vengador,
164. de nuestro sostén, exaltaremos su nombre.”
165. Se sentaron en la asamblea, invocaron los destinos,
166. y con todos los debidos ritos pronunciaron su nombre:
Tablilla VII
82. (32) Agilima, el magnífico, el que arrebata la corona, el que se encarga de la nieve,
83. el que creó la tierra sobre el agua y afirmó la altura del cielo. (p. 57)
84. (33) Zulum, el que asigna praderas para los dioses y divide lo que ha creado,
85. el que da ingresos y ofrendas de comida, el que administra los santuarios.
86. (34) Mummu, el creador del cielo y del inframundo, el que protege a los refugiados,
87. El dios que purifica cielo e inframundo, en segundo lugar Zulummu,
88. con respecto a su fuerza, ninguno de entre los dioses puede igualarlo.
89. (35) Gishnumunab, creador de toda la gente, el que hizo las regiones del mundo,
90. el que destrozó a los dioses de Tiāmat, e hizo a la gente con parte de ellos.
91. (36) Lugalabdubur, el rey que dispersó los trabajos de Tiāmat, el que desarraigó sus armas,
92. cuyos cimientos son seguros adelante y atrás.
93. (37) Pagalguenna, el más importante de todos los señores, cuya fuerza es glorificada,
94. El que es el más grande entre los dioses, sus hermanos, el más noble de todos ellos.
95. (38) Lugaldurmah, rey del vínculo de los dioses, señor del Durmaḫu,
96. el que es el más grande en la residencia real, infinitamente más eminente que los otros dioses.
97. (39) Aranunna, consejero de Ea, creador de los dioses, sus padres,
98. a quien ningún dios puede igualar con respecto a su andar señorial.
99. (40) Dumuduku, el que renueva para sí su puro recinto en Duku,
100. Dumuduku sin el cual Lugalduku no toma decisiones.
101. (41) Lugalsuanna, el rey cuya fuerza es glorificada entre los dioses,
102. el señor, la fuerza de Anu, el que es supremo, el elegido de Anshar.
103. (42) Irugga, el que los saqueó a todos en el Mar,
104. el que acumula toda sabiduría, es comprensivo en el entendimiento.
105. (43) Irqingu, el que saqueó a Qingu en … batalla,
106. el que dirige todos los decretos y establece el señorío.
107. (44) Kinma, el director de todos los dioses, el que da consejo,
108. con cuyo nombre los dioses se arrodillan en reverencia como ante un huracán.
109. (45) Dingir-Esiskur -que tome su asiento magnífico en la Casa de la Bendición,
110. que los dioses traigan presentes ante él
111. hasta que reciba sus ofrendas.
112. Nadie sino él logra cosas inteligentes,
113. Las cuatro (regiones) de los cabezas negras son su creación,
114. aparte de él, ningún dios conoce el número de sus días.
115. (46) Girru, el que endurece (¿?) las armas,
116. el que logró cosas inteligentes en la batalla con Tiāmat,
117. de sabiduría extensa, hábil de entendimiento,
118. una mente profunda que todos los dioses juntos no pueden comprender.
119. Que (47) Addu sea su nombre, que cubra toda la extensión del cielo,
120. que truene con su vos placentera sobre la tierra, (p. 58)
121. que el estruendo llene a las nubes y abajo le dé sustento a la gente.
122. (48) Asharu, quien, como su nombre lo dice, exhibe los Destinos Divinos.
123. Él es sin dudas el encargado de toda la gente.
124. Como (49) Nēberu, que controle el paso entre cielo e inframundo,
125. Nadie deberá cruzar por arriba o por abajo, deberán esperarlo.
126. Nēberu es su estrella, la que él hizo brillar en el cielo,
127. que se posicione en la escalera celestial y que ellos lo miren.
128. Sí, el que constantemente cruza el Mar sin descanso,
129. que su nombre sea Nēberu, el que comprende su interior,
130. que él fije los senderos de las estrellas del cielo,
131. que pastoree a todos los dioses como ovejas,
132. que ate a Tiāmat y que ponga su vida en peligro mortal,
133. para las generaciones que no han nacido aún, para los días distantes del futuro,
36