Frente a esta situación, nace la interrogativa ¿Qué tipo de soluciones deberá
haber, frente a este panorama? La intervención temprana ante este gran
problema que poco a poco se va haciendo más notorio es lo elemental para erradicar esta triste y preocupante situación. Pensemos, si los jóvenes están en ocupaciones de beneficio, estudiando o en labores donde se desempeñen, su enfoque hacia el futuro será la construcción de una mejor sociedad, enfocando su vida y la de los demás con un criterio realista-humanista, dejando de lado cualquier actitud criminógena. Para realizar esta meta, es necesario que toda la sociedad procure un desenvolvimiento armonioso con los adolescentes, haciéndolo desde lo más temprano, es decir, la infancia. Pero para que esto se lleve a cabo, como mencionamos anteriormente, la atención debe enfocarse de los niños. Nuestros jóvenes deben y tienen que desempeñar un papel activo en nuestra sociedad, participando en ella, sin ser considero menos que cualquier persona de diferente edad. Presentando estas directrices (normas que se tienen en cuenta para realizar una meta) y con la conformidad de los ordenamientos jurídicos de nuestra nación, los programas para la prevención deben enfocarse en el bien de los jóvenes. La mayoría de veces la conducta y comportamiento de los jóvenes no es adecuada a los valores y normas que la sociedad tiene establecidas, pero estas, desaparecen en el proceso de la maduración, es decir, cuando se alcanza la edad adulta. Varios expertos, coinciden que la calificación de un joven “extraviado”, “descarriado”, “delincuente” a menudo se le atributen a los jóvenes que desarrollan una conducta como deseable en la sociedad. Otro aspecto esencial, es el ambiente donde viven y desarrollan los niños/jóvenes, si este no está en un ambiente de estabilidad y bienestar, las intenciones de la sociedad en ayudar, fracasarían rotundamente. Los padres son el reflejo, ejemplo y guía de sus hijos; se podría atrever a decir, sin miedo, que los primeros culpables de que un joven fracase y se incline hacia la delincuencia, son los padres. Se debe prestar atención a los niños y jóvenes de familias con los diversos problemas que pueden afectar a esta, especialmente a los niños de familias indígenas, inmigrantes y refugiados. Por los diversos cambios y problemas, la familia puede perder la capacidad de dar una buena educación y crianza a los hijos, y por ende, estos “perderse”.
Libro de Trabajo DE LA TERAPIA DE ACEPTACIÓN Y COMPROMISO (ACT). UNA GUÍA COMPLETA PARA CAMBIAR EL MINDFULNESS Y RECUPERARSE DE LA ANSIEDAD, LA DEPRESIÓN, LOS ATAQUES DE PÁNICO Y LA IRA